SILVESTRONI Mariano - Cap. XII. Principio de Culpabilidad PDF
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Principio de culpabilidad
1. Introducción
El principio de culpabilidad es la característica distintiva de un orden
jurídico que considera al hombre como un ser libre y responsable, capaz
de motivarse en las prescripciones jurídicas, y susceptible de ser alcanza-
do por la coerción punitiva sólo en la medida de su responsabilidad y nun-
ca en función del azar o de la razón de Estado.
La consecuencia principal de este principio es que nadie puede ser
penado sin que haya podido motivarse en la norma, para decidir libre-
mente entre cumplirla o quebrantarla, lo que, como recaudo mínimo, pre-
supone la existencia de una conexión subjetiva entre el autor y el hecho
(no es admisible la responsabilidad objetiva), y su libertad de actuar al
momento de la comisión (no se puede castigar al que no tuvo libertad pa-
ra motivarse en la norma, sea porque no pudo conocerla –por inmadurez,
enfermedad u error–, sea porque, conociéndola, se vio compelido a no res-
petarla). En otra palabras, es necesario que el autor haya tenido libertad
para actuar de un modo diferente al que lo hizo.
En general se distingue a la culpabilidad como principio constitucio-
nal, de la culpabilidad como estrato sistemático del delito. Personalmente,
creo que ambas son una misma cosa: el principio constitucional coincide
con su sentido como estrato del delito. Éste existe como expresión de aquél
pero son lo mismo: el reproche por la falta de motivación en la norma.
Esto no significa que la culpabilidad como escalón sistemático conten-
ga todas las exigencias subjetivas que se derivan del principio constitucio-
nal. La subjetividad respecto del hecho es un presupuesto de la culpabili-
dad pero no forma parte de ella. Dicho de otro modo, como en el tercer
peldaño sistemático se debe llevar a cabo el juicio de reproche, es necesa-
rio que el ilícito se configure también subjetivamente porque sino deven-
dría irreprochable. Por esa razón, la existencia de dolo o culpa respecto de
la realización del suceso objetivamente descripto en los tipo penales, es
una de las consecuencias más relevantes de este principio constitucional.
Si el suceso no fue cometido dolosa o, al menos, culposamente, no consti-
tuye un ilícito apto para ser sometido a la valoración propia del estrato de
la culpabilidad, porque la irreprochabilidad es manifiesta de antemano.
A continuación estudiaremos la configuración precisa del concepto y
su derivación constitucional. Posteriormente (infra XX) se analizará el
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principio en su manifestación sistemática, y se hará referencia a su evolu-
ción y a la crítica de las modernas posiciones.
5 Se trata de “el poder en lugar de ello” al que se refería WELZEL (Derecho penal alemán,
cit., p. 201).
6 Es por ello que considero inconstitucional el tipo del art. 177, CP argentino, que dis-
pone: “Será reprimido, como quebrado culpable, con prisión de un mes a un año e inhabili-
tación especial de dos a cinco años, el comerciante que hubiere causado su propia quiebra y
perjudicado a sus acreedores, por sus gastos excesivos con relación al capital y al número de
personas de su familia, especulaciones ruinosas, juego, abandono de sus negocios o cualquier
otro acto de negligencia o imprudencia manifiesta”.
3. La seguridad jurídica
El principio de culpabilidad es la manifestación en derecho penal del
principio general de seguridad jurídica, en virtud del cual los ciudadanos
tienen derecho de confiar en el cumplimiento de la ley por parte del Esta-
do y de los demás ciudadanos.
El principio de seguridad jurídica presupone la posibilidad de saber
a qué atenerse y de poder calcular las consecuencias jurídicas de los pro-
pios actos (principio de certeza). La arbitrariedad estatal es incompatible
con él.
La construcción de una teoría del delito coherente, previsible y fácil
de comprender es esencial para la seguridad jurídica. En primer lugar,
porque otorga a los ciudadanos una pauta concreta de aplicación de la ley
penal que permite saber como ésta será aplicada. En segundo lugar, por-
que brinda a los órganos de aplicación, una especie de manual que les da
a ellos mismos seguridad sobre la tarea que están llevando a cabo. Anali-
zaré estos puntos en detalle al abordar la problemática específica de la
teoría del delito.
Para garantizar la seguridad jurídica, no sólo es decisiva la tarea de
sistematización. Es preciso, además, que la ley penal sea verdaderamente
selectiva y excepcional. La inflación penal es incompatible con la posibi-
lidad de certeza porque por su propia naturaleza, derivada de la imper-
fección del lenguaje en el que necesariamente se traducen los tipos pena-
les, se generan innumerables zonas grises que, multiplicadas, dan lugar a
un vasto universo de discrecionalidad. Cuando es mucho lo que se prohí-
be se termina por no saber qué está permitido y qué no lo está.
El art. 19 de la Constitución argentina expresa con claridad el princi-
pio de seguridad jurídica en todos los ámbitos del derecho y presupone un
catálogo sancionador reducido y limitado, por la sencilla razón de que la
regla constitucional es la libertad y no la prohibición. Por ello, el ámbito
de libertad debe ser sustancialmente más amplio que el ámbito de lo
prohibido y, con más razónc si se trata de lo penalmente prohibido.