Guía de Sangre y Medula Ósea
Guía de Sangre y Medula Ósea
Guía de Sangre y Medula Ósea
La sangre es un tejido conjuntivo líquido que circula a través del sistema cardiovascular.
Al igual que los otros tejidos conjuntivos, la sangre está formada por células y un componente
extracelular. El volumen total de sangre en un adulto promedio es de alrededor de 6L, lo que equivale
del 7% al 8% del peso corporal total. La acción de la bomba cardíaca impulsa la sangre a través del
sistema cardiovascular para que llegue a los tejidos corporales. Muchas de las funciones de la sangre
son las siguientes:
• Transporte de sustancias nutritivas y oxígeno hacia las células en forma directa o indirecta.
• Transporte de desechos y dióxido de carbono desde las células.
• Distribución de hormonas y otras sustancias reguladoras a las células y los tejidos.
• Mantenimiento de la homeostasis porque actúa como amortiguador (bufer) y participa en la
coagulación y la termorregulación.
• Transporte de células y agentes humorales del sistema inmunitario que protege al organismo de los
agentes patógenos, proteínas extrañas y células transformadas (es decir, células cancerosas).
Partes sanguineas
La sangre se compone de dos fases distintas, conocidas como partes sanguíneas y que son:
Fase sólida. Se trata de los elementos formes, es decir, los objetos sólidos disueltos en la sangre,
como las células y las proteínas.
Fase líquida. Conocida también como componente sérico, es primordialmente plasma sanguíneo,
una sustancia amarillenta que constituye el 55% de la sangre y que es ligeramente más denso
que el agua.
La sangre se compone de células y sus derivados y un líquido con abundantes proteínas llamado
plasma .Las células sanguíneas y sus derivados incluyen:
• Eritrocitos, también conocidos como hematíes o glóbulos rojos
• Leucocitos, también conocidos como glóbulos blancos
• Trombocitos, también conocidos como plaquetas.
El plasma es el material extracelular líquido que le imparte a la sangre las propiedades de fuidez. El
volumen relativo de células y plasma en la sangre entera es de aproximadamente 45% y 55%,
respectivamente. El volumen de los eritrocitos compactados en una muestra de sangre se llama
hematocrito (HCT) o volumen de células compactas (PCV). El hematocrito se mide por medio de la
centrifugación de una muestra de sangre a la que se ha añadido un anticoagulante y de acuerdo al
volumen que ocupan los eritrocitos en el tubo de centrífuga en comparación con el volumen sanguíneo
total, se calcula su porcentaje.
Plasma:
Eritrocitos
Los eritrocitos (glóbulos rojos o hematíes) son células anucleadas (sin núcleo), bicóncavas y cargadas
de hemoglobina que transportan oxígeno y dióxido de carbono entre los pulmones y otros tejidos. Se
producen en la médula ósea roja mediante un proceso llamado eritropoyesis. Durante este proceso, los
precursores eritroides son estimulados por la eritropoyetina a sufrir una serie de cambios morfológicos
mediante los cuales se convierten en glóbulos rojos maduros.
Estos eritrocitos maduros son liberados en el torrente sanguíneo, donde sobreviven alrededor de 100 a
120 días. Después de 120 días, los eritrocitos envejecidos son reciclados por los macrófagos del bazo,
hígado, médula ósea y ganglios linfáticos o linfonodos (sistema reticuloendotelial).
Los eritrocitos tienen un tamaño consistente de 7-8 µm. Poseen una estructura atípica en comparación
con la mayoría de las células humanas. En primer lugar, los eritrocitos tienen forma bicóncava, similar
a una dona, con la diferencia de que en el eritrocito hay una delgada membrana cubriendo el sitio del
agujero de la dona. Esto por supuesto significa que la periferia del eritrocito es más gruesa que la parte
central. Esta característica maximiza la superficie total de la membrana celular, facilitando el
intercambio y transporte gaseoso. Además los eritrocitos carecen de núcleo y de cualquier otro
orgánulo intracelular , ya que todos se pierden durante la eritropoyesis. Las únicas dos estructuras
celulares restantes son el citoplasma envuelto por una membrana celular.
Citoplasma:
El citoplasma de los eritrocitos está cargado de hemoglobina, una proteína que puede unirse de forma
reversible y por lo tanto transportar a las moléculas de oxígeno y dióxido de carbono. La hemoglobina
es acidófila, por lo que en consecuencia los eritrocitos se tiñen de un intenso color rojo al utilizar la la
técnica de tinción de hematoxilina y eosina.
Membrana celular
La membrana celular de los eritrocitos es un bicapa lipídica que contiene dos tipos de proteínas de
membrana: integrales y periféricas. Las proteínas integrales son más numerosas y se extienden a lo
largo del espesor de la membrana, atravesándola. Estas proteínas ligan a la hemoglobina y sirven como
punto de anclaje para el citoesqueleto de los glóbulos rojos. Las proteínas integrales también son las
que expresan los antígenos para los grupos sanguíneos ABO. Los antígenos de superficie de los
eritrocitos son extremadamente importantes para las transfusiones sanguíneas.
Las proteínas periféricas están interconectadas por numerosos filamentos intracelulares, formando
una compleja red citoesquelética a lo largo del área interna de la membrana. Esta red proporciona
elasticidad y fuerza a los eritrocitos, permitiéndoles pasar incluso a través de los más pequeños
capilares de nuestro cuerpo sin romperse.
El rol principal de los eritrocitos es el transporte e intercambio de gases (oxígeno y dióxido de carbono)
entre los pulmones y los demás tejidos. La secuencia de los eventos ocurre de la siguiente forma:
El ciclo de vida de los eritrocitos comprende tres etapas: producción, madurez y destrucción. La
producción de eritrocitos (eritropoyesis) es un subproceso de la hematopoyesis, la cual ocurre en la
médula ósea roja.
Durante el tiempo que pasan en circulación, la membrana de los eritrocitos se daña. Los macrófagos
reconocen esta marca morfológica de un eritrocito envejecido y poco funcional y lo fagocitan. El
principal sitio de destrucción de eritrocitos (fenómeno llamado eriptosis) es el bazo. En un organismo
saludable, la eriptosis está en balance con la eritropoyesis, asegurando una cantidad fisiológica
glóbulos rojos.
Como podrás recordar, las cadenas de globina y los grupos hemo capaces de contener hierro son los
dos componentes más importantes de la hemoglobina dentro de un eritrocito. Una vez que los
eritrocitos son fagocitados, estas cadenas se separan. Las cadenas polipeptídicas de globina son
degradadas en sus aminoácidos constituyentes, mientras que el hierro es extraído del grupo hemo. La
molécula de hierro luego es transferida a la médula ósea para ser reutilizada en nuevos ciclos de
eritropoyesis, mientras que el grupo hemo es metabolizado para formar bilirrubina. Con
modificaciones posteriores ocurridas en el hígado e intestinos, la bilirrubina se excreta luego a través
de la orina y las heces.
Leucositos
Los leucocitos se subclasifcan en dos grupos generales. El fundamento para esta división es la
presencia o ausencia de gránulos específcos prominentes en el citoplasma. Las células que contienen
gránulos específificos se clasifcan como granulocitos (neutróflos, eosinóflos y basóflos), y las células
que carecen de gránulos específcos se clasifcan como agranulocitos (linfocitos y monocitos). No
obstante, tanto los granulocitos como los agranulocitos poseen una pequeña cantidad de gránulos
inespecífificos azurófifilos, que son los lisosomas. Estas celulas combaten las infecciones. Tienen la
función de defender, ya que se encargan de destruir o anular los diferentes agentes nocivos que
penetran en el organismo, como bacterias, virus u hongos. Se calcula que hay entre 6.000 y 7.000
glóbulos blancos en cada milímetro cúbico de sangre.Ayudan a curar heridas ingiriendo células
muertas, restos de tejido y glóbulos rojos dañados. Se encuentran tanto en la sangre como en los tejidos
linfáticos
Granulocitos
Neutrófilos
Los neutrófilos representan más de la mitad del volumen de los leucocitos. Su citoplasma se tiñe de
color claro y contiene múltiples gránulos pequeños que se tiñen de morado. Tienen un diámetro entre
12 y 15 micras, y unos núcleos multilobulados que se tiñen de color más oscuro.Los neutrófilos
maduros poseen de dos a cuatro lóbulos unidos por finas hebras de material nuclear. Esta organización
no es estática sino que en los neutróflos vivos, los lóbulos y sus hebras de conexión cambian de forma,
de posición y hasta de cantidad.
Están presentes en la sangre entre 2.500 y 7.500 células por mm³. Son los más numerosos, ocupando
entre un 55 y un 70% de leucocitos. Se encargan de capturar y digerir sustancias extrañas (bacterias o
agentes externos) que entran en el organismo. Cuando hay una infección o inflamación su número
aumenta en la sangre.
Una propiedad importante de los neutrófilos y otros leucocitos es su movilidad. Los neutrófilos son
los más abundantes de la primera onda de células que llegan a un sitio de lesión tisular. Su migración
es controlada por la expresión de moléculas de adhesión en la superfcie de los neutrófilos que
interactúan con los ligandos correspondientes en las células endoteliales y, a menudo participan en la
unión celular. Los neutrófilos son fagocitos activos encargados de envolver bacterias. Pueden
considerarse como la primera línea de defensa en nuestro sistema inmunitario inespecífico , ya que son
los primeros leucocitos en activarse en respuesta a un patógeno.
Granulos de los neutrofilos :
En el citoplasma de los neutrofilos se encuentran tres tipos de granulos
Granulos pequenos y especificos: (0.1 µm ) contienen varias enzimas y agentes farmacologicos
que ayudan al neutrofilo a llevar a cabo sus funciones antimicrobianas.
Granulos azurofilos mas grandes (0.5 µm) son lisosomas que contiene hidrolasas acidas,
mioloperoxidasa, el agente antibacteriano lisozima,proteina bactericida que incrementa la
permeabilidad, catepsina G, elastasa y colagenasa inespecifica.
Granulos terciarios : contienen gelatinasa y catepsinas y tambien glucoproteinas insertadas en el
plasmalema
Eosinófilos
Los eosinófilos contienen muchos gránulos brillantes en su citoplasma, lo que les da su color rosa
característico cuando los vemos bajo el microscopio con la tinción de Wright. Su núcleo bilobulado se
tiñen más claro al compararlos con los gránulos. Los eosinófilos tienen un diámetro alrededor de 12 a
15 micras y liberan histamina durante las reacciones alérgicas y las infecciones por parásitos, por
ejemplo por helmintos o protozoos
Tienen granulos especificos y azurofilos y se tinen de olor rosa profundo con los colorantes de giemsa
y wright.
Basófilos
Los basófilos son los leucocitos menos abundantes de la sangre. Sin embargo, son los de mayor tamaño.
Su citoplasma contiene muchos gránulos azules que ocultan ligeramente los núcleos bilobulados más
claros. Los basófilos también se asocian con las respuestas alérgicas: liberan histamina y agentes
vasoactivos para dilatar los vasos sanguíneos, y de esta manera intensificar la reacción alérgica.
Agranulocitos
Monocitos
Los monocitos son los leucocitos más grandes que circulan por la sangre, con un diámetro entre 12 y
20 micras. Tienen un citoplasma de aspecto claro y espumoso. Los monocitos pueden identificarse
fácilmente por su tamaño y por su gran núcleo con forma de riñón o herradura.
Cuando los monocitos pasan de la sangre a los tejidos periféricos, se diferencian en macrófagos
fagocíticos. Los macrófagos se diferencian aún más una vez que llegan a sus destinos tisulares, por
ejemplo, los macrófagos del hígado se llaman macrófagos sinusoidales estrellados o células de
Kupffer, mientras que aquellos de los pulmones se llaman macrófagos alveolares. La pulpa roja del
bazo contiene los macrófagos esplénicos. Los macrófagos peritoneales se pueden encontrar flotando
libremente en el líquido peritoneal. Las células de la microglía son macrófagos especializados en el
sistema nervioso.
Los macrofagos son fagocitos avidos y como miembros del sistema fagocitico mononuclear , fagocitan
y destruyen celulas muertas y agonicas y tambien antigenos y material particulado extrano. La
destruccion ocurre dentro de los fagosomas, tanto por la formacion de superoxido, peroxido de
hidrogeno y acido hipocloroso
Los macrofagos producen citocinas que activan la reaccion inflamatoria y tambien la proliferacion y
maduracion de otras celulas
Linfocitos
Los grandes núcleos redondos de los linfocitos ocupan la mayoría del volumen celular y se tiñen de un
color azul muy oscuro. El citoplasma aparece como un delgado anillo que rodea al núcleo y tiñe más
claro, ya que no contiene gránulos.Los linfocitos son las principales células funcionales del sistema
inmunitario.
Los linfocitos se encuentran en grandes cantidades en la sangre, en la linfa y en los tejidos linfoides,
tales como el timo, los ganglios linfáticos, el bazo y el apéndice vermiforme. Estos representan
alrededor del 30% de todos los leucocitos sanguíneos y son los más comunes.
Los linfocitos son las células funcionales principales del sistema inmunitario, responsables de la
producción de anticuerpos, de la respuesta inmunitaria mediada por células (inmunidad celular)
mediante la cual se destruyen las células infectadas por virus y las células tumorales, y también de la
regulación de la respuesta inmune.
Generalmente los linfocitos son pequeños, pero tienen un rango de tamaño más amplio que el de otros
leucocitos. Los linfocitos que se encuentran en el tejido linfático pueden caracterizarse como pequeños
o grandes, con un diámetro entre 6 y 30 µm. Los linfocitos maduros que circulan por la sangre suelen
ser pequeños, con un tamaño similar a los eritrocitos (glóbulos rojos) entre 6 y 15 µm de diámetro.
En la microscopía de luz, los linfocitos pequeños tienen un gran núcleo esférico con cromatina
condensada. El núcleo se encuentra rodeado por un delgado halo azul pálido que representa una
pequeña cantidad de citoplasma. Generalmente no contienen orgánulos citoplásmicos a excepción del
gránulo azurófilo ocasional.
Los linfocitos grandes tienen un núcleo aún más grande e indentado lo cual le da una apariencia en
forma de riñón. Estos linfocitos también tienen más citoplasma y más cantidad de gránulos azurófilos.
Clasificación
Los linfocitos se subdividen en tres grupos funcionales de acuerdo a sus moléculas de superficie
(proteínas de superficie distintivas o proteínas CD por sus siglas en inglés). Estos grupos son:
Linfocitos B (células B)
Linfocitos T (células T)
Linfocitos NK (células asesinas naturales o linfocitos destructores naturales)
Linfocitos B
Adicionalmente los linfocitos B actúan como células presentadoras de antígenos, es decir células que
expresan fragmentos de un antígeno extraño en su superficie unido a un complejo mayor de
histocompatibilidad, un proceso conocido como presentación de antígenos.
Las células B surgen de las células madre hematopoyéticas pluripotentes. Una vez maduran a
células B competentes, son liberadas a la circulación sanguínea y se agregan en los ganglios linfáticos y
tejido linfoide del sistema respiratorio, gastrointestinal y en el bazo.
Los linfocitos T
Participan en la inmunidad mediada por células, en respuesta a los patógenos intracelulares (algunas
bacterias, virus, parásitos), células tumorales y, en ocasiones, a implantes quirúrgicos.
Las células T se originan de las mismas células madre hematopoyéticas pluripotentes que las células B
y otros tipos de células sanguíneas, las cuales se encuentran principalmente en la médula ósea. Sin
embargo, los precursores de las células T migran desde la médula ósea hacia el timo, donde se
diferencian y maduran en células T funcionales.
En el timo, las células T que se encuentran en proceso de maduración son sometidas a una extensa
selección en la cual la mayor parte de las células T son destruidas tan pronto se desarrollan, y solo una
fracción de ellas se alcanzan a madurar y migran hacia el torrente sanguíneo. Esto es para garantizar
que solo los linfocitos T maduros inmunocompetentes que sobrevivan puedan llevar a cabo sus
funciones importantes.
Hay tres tipos principales de células T con diferentes funciones que son mediadas por las moléculas
(marcadores) de superficie:
Los linfocitos NK hacen parte del sistema inmune innato y son responsables por la destrucción de
ciertas células infectadas por virus y de varios tipos de células tumorales. Se llaman “asesinas
naturales” porque no requieren ser activadas para ejecutar su función de destruir otras células, a
diferencia de los linfocitos T citotóxicos, lo que le permite realizar una respuesta inmunitaria mucho
más rápida.
Los linfocitos NK reconocen las células infectadas o neoplásicas detectando cambios o debido a la
deficiencia de ciertas proteínas del complejo mayor de histocompatibilidad que normalmente se
expresan en todas las células. Una vez que encuentran su objetivo, las células asesinas naturales liberan
sus gránulos citotóxicos que destruyen las células diana, o también pueden secretar algunas citocinas
que desencadenan la apoptosis de las células. Adicionalmente, los linfocitos NK secretan interferón
gamma (IFN-γ), una citocina crucial para la inmunidad innata y adquirida contra las infecciones
virales y de algunas bacterias o protozoos.
Las células NK se originan de las mismas células madre hematopoyéticas pluripotentes de las células T
y B. Estas maduran y se diferencian principalmente en la médula ósea, pero también en otros tejidos
linfoides secundarios como en los ganglios linfáticos, bazo, tonsilas y el timo.
Los linfocitos NK son los más grandes y voluminosos de los linfocitos, presentando un diámetro
promedio de 15 µm. Estas células suelen tener gránulos grandes en su citoplasma los cuales se pueden
apreciar fácilmente bajo el microscopio de luz, razón por la cual también se les conoce como linfocitos
granulares grandes.
Trombositos
Las plaquetas, también llamadas trombocitos, son elementos pequeños que se encuentran en la sangre.
Ya que no contienen núcleo ni orgánulos no se consideran realmente células, sino que son fragmentos
celulares derivados de los megacariocitos (células poliploides que se encuentran en la médula ósea).
Tienen un diámetro de entre 2 a 4 micras, lo que las hace las estructuras celulares más pequeñas de la
sangre. Funcionalmente, las plaquetas son esenciales en la formación de coágulos como respuesta a
lesiones (brechas o roturas) en los vasos sanguíneos.
Hematopoyesis
El lugar donde se lleva a cabo la formación de dichas células sanguíneas cambia a lo largo del tiempo.
En las fases iniciales de la vida del embrión, la hematopoyesis se da principalmente en el saco vitelino.
Luego es realizada en el hígado fetal y después se concentra predominantemente en la médula ósea,
donde continúa hasta la vida adulta.
Los diferentes tipos de células sanguíneas se originan de un precursor común, una célula madre
hematopoyética. La diferenciación en cada tipo celular se da a través de procesos conocidos como
eritropoyesis , granulopoyesis , monopoyesis , linfopoyesis y trombopoyesis.
Fase mesoblástica
La primera evidencia de la formación de células sanguíneas surge alrededor de la segunda semana de
gestación, cuando las células mesodérmicas se agrupan en el saco vitelino del embrión en desarrollo.
El nombre de esa fase hace referencia al mesodermo del saco vitelino, donde ocurre este proceso. Este
período es conocido también como hematopoyesis extraembrionaria.
Los grupos celulares del saco vitelino tienen potencial para diferenciarse en células hematopoyéticas y
por eso son llamadas hemangioblastos. Las células más periféricas se diferencian en endotelio,
formando así vasos sanguíneos, mientras que las demás dan origen principalmente a los eritroblastos
primitivos. Este proceso continúa hasta la 6ª semana de la vida intrauterina.
Fase hepática
Después del inicio de los latidos fetales y como consecuencia de la circulación sanguínea fetal, ocurre
una migración de las células originadas de los vasos en desarrollo hacia el hígado fetal. Este proceso
sucede entre la 4ª y la 6ª semana de vida intrauterina y marca el inicio de la fase hepática de la
hematopoyesis.
Otros órganos contribuyen con la formación celular durante la fase hepática, principalmente el bazo, el
timo y los ganglios linfáticos, que colaboran especialmente con la producción de linfocitos.
Fase medular
Alrededor de la 11ª semana de gestación, las células hematopoyéticas colonizan un importante punto de
formación celular que es la médula ósea. A medida que avanza la osificación del esqueleto, este lugar
se vuelve cada vez más importante en la producción de células sanguíneas, siendo el principal sitio
hematopoyético después del nacimiento.
Líneas celulares
Las células sanguíneas se originan de un precursor común indiferenciado, denominado célula madre
hematopoyética . Al dividirse, estas células dan origen a las células hijas, que a su vez pueden
permanecer como células madre pluripotenciales, contribuyendo a mantener la población de ese grupo
celular, o diferenciarse en otros tipos celulares.
Las células madre, por lo tanto, poseen algunas características especiales, que las distinguen de los
demás tipos celulares involucrados en la hematopoyesis:
Cuando las células madres hematopoyéticas se diferencian, dan origen a dos líneas celulares
principales, las células mieloides, que eventualmente darán origen a los eritrocitos, granulocitos,
monocitos y plaquetas, y las células linfoides, que forman los linfocitos. Dichas células mieloides y
linfoides poseen un menor potencial de diferenciación que las células madre hematopoyéticas, y son
conocidas como células progenitoras multipotenciales.
Al dividirse, las células progenitoras pueden formar nuevas células progenitoras, para mantener su
población, o diferenciarse en células precursoras, llamadas blastos. Es en estas células que se
observan por primera vez las características que diferencian cada línea celular sanguínea. Los blastos
no tienen la capacidad de producir nuevos blastos y, por lo tanto, de mantener su población, sino que
simplemente son células que se volverán maduras hasta convertirse en células sanguíneas.
Eritropoyesis
La eritropoyesis, comienza a partir de una célula madre hematopoyética, tal como en la formación de
las otras células sanguíneas. Esa célula pluripotencial da origen a una célula de línea mieloide.
Las células mieloides poseen potencial para diferenciarse en eritrocitos, granulocitos, monocitos o
plaquetas. El principal estímulo para la formación de eritrocitos es la presencia de una hormona
llamada eritropoyetina, secretada por los riñones en respuesta a la reducción de la cantidad de
oxígeno en la sangre. Algunos otros factores químicos participan de la estimulación de la
diferenciación de las células mieloides en eritrocitos, especialmente la interleucina 3.
Después de iniciar el proceso de transformación en un eritrocito, una célula mieloide pasa por
diferentes etapas de maduración. Esta recibe un nombre diferente para cada una de esas etapas:
Los proeritroblastos son células relativamente grandes, que presentan un citoplasma basófilo y un
único núcleo celular que contiene mucha cromatina no condensada, además de un nucléolo visible.
Bajo influencia de la eritropoyetina, los proeritroblastos se diferencian en eritroblastos basófilos, cuyo
citoplasma es intensamente basófilo, como el propio nombre lo dice. Estas células poseen más
polisomas (sitios de síntesis de hemoglobina) y no poseen nucléolos visibles.
Conforme los eritroblastos basófilos se diferencian, el tamaño de las células disminuye, así como el
número de polisomas. El resultado son los eritroblastos policromatófilos, cuyo citoplasma posee
áreas basófilas y áreas acidófilas.
Durante el proceso de diferenciación, ocurre una nueva reducción del volumen celular, dando origen a
los eritroblastos ortocromatófilos, también conocidos como normoblastos. Esas células no poseen
polisomas y por lo tanto son completamente acidófilas. Eventualmente, los normoblastos expulsan su
núcleo y las nuevas células anucleadas pasan a ser llamadas reticulocitos. Los reticulocitos llegan a la
corriente sanguínea y cuando expulsan sus polirribosomas se les llama eritrocitos.
Granulocitopoyesis
El mieloblasto es una célula más inmadura que está destinada a convertirse en un granulocito.
Posteriormente esta célula pasa por diversas etapas de maduración.
El mieloblasto contiene un gran núcleo con uno o dos nucléolos y un citoplasma basófilo conteniendo
gránulos azurófilos. Al diferenciarse, pierde un poco de citoplasma, convirtiéndose en promielocito,
una célula más pequeña y más basófila, con núcleo esférico o dentado. Los promielocitos ya contienen
gránulos específicos (neutrófilos, eosinófilos o basófilos).
Trombopoyesis
Los megacarioblastos se diferencian en megacariocitos, células grandes, con núcleo lobulado, sin
nucléolos. Su citoplasma es menos basófilo que el de sus precursores y contiene numerosos gránulos
que darán origen a los cromómeros plaquetarios. Durante el proceso de diferenciación de los
megacarioblastos en megacariocitos ocurre la formación de numerosos gránulos citoplasmáticos en el
aparato de Golgi, que contiene sustancias como el factor de crecimiento derivado de las plaquetas, el
factor de Von Willebrand y el factor IV de la coagulación sanguínea.
En determinado momento, el citoplasma de los megacariocitos sufre fragmentación, dando origen a las
plaquetas, que son justamente los fragmentos citoplasmáticos de los megacariocitos.
Linfopoyesis
Los linfocitos se originan a partir de células de línea linfoide. La primera célula de esa línea es
conocida como linfoblasto. Se trata de una célula relativamente grande, redondeada, con citoplasma
basófilo. La ausencia de gránulos azurófilos permite diferenciar esa célula de los mieloblastos, ya que
los linfoblastos también poseen citoplasma basófilo.
Medula ósea
En un principio, el lugar en donde se sitúa la médula ósea se encontraba compuesto por tejido óseo
esponjoso, el cual está conformado por trabéculas óseas, este hueso posteriormente es reemplazado por
medio de los osteoclastos, las cuales son células de origen hematopoyético y en un proceso de
maduración van a ir reemplazando o reabsorbiendo este hueso esponjoso formando la cavidad medular.
Es importante señalar que la Médula Ósea puede encontrarse tanto en la cavidad medular de la diáfisis
de los huesos largos como en las epífisis del hueso esponjoso.
La médula ósea es un tejido conectivo especializado. La primera médula ósea primitiva aparece en el
embrión en el segundo mes de vida intrauterina, cuando los primeros huesos comienzan a osificarse, y
después se desarrolla en los demás huesos a medida que se forman . Gradualmente, la médula ósea
toma a su cargo la función formadora de la sangre que tenía el hígado. Es el principal tejido
hematopoyético de la última mitad de la vida fetal y del resto de la vida.
La médula ósea carece de la rigidez del hueso en el que se encuentra contenida. Muy por el contrario,
es una sustancia gelatinosa que ocupa completamente los espacios existentes dentro de la red trabecular
del hueso. La médula ósea constituye alrededor del 4 a 5% del peso corporal total de un individuo.
Además de producir células sanguíneas, la médula ósea también almacena células madre. Estas células
pueden convertirse en cualquier tipo de célula sanguínea y son útiles para tratar enfermedades como la
leucemia y otros cánceres de la sangre.
Su misión es generar células sanguíneas y mandarlas por el flujo sanguíneo para que transiten por todo
el cuerpo. Allí se produce la hematopoyesis. La médula ósea labora comouna “fábrica” que genera
todas las células que se hallan en la misma médula ósea y en el torrente sanguíneo.
La médula ósea produce los componentes de la sangre los cuales son renovados constantemente, y la
médula ósea es quien se encarga de esta renovación.La médula ósea está compuesta por vasos
sanguíneos, las unidades especializadas de vasos sanguíneos llamadas sinusoides y una red similar a
una esponja de células hematopoyéticas. Los sinusoides de la medula ósea proporcionan una barrera
entre el compartimiento hematopoyético y la circulación periférica. En los cortes, las células
hematopoyéticas parecen formar cordones entre sinusoides o entre sinusoides y hueso. El sinusoide de
la medula roja es una unidad vascular única. Se localiza en la posición generalmente ocupada por un
capilar, es decir, se interpone entre las arterias y las venas.Se piensa que deriva de vasos que han
irrigado el tejido óseo cortical. Los sinusoides se originan a partir de estos vasos en la unión cortico
medular.
La médula ósea roja es aquella que es activa en la hematopoyesis, ya que los cordones
hematopoyéticos están en su mayoría compuestas por células sanguíneas en desarrollo y
megacariocitos. Está compuesta por: sinusoides, células adventicias, islotes eritroblásticos,
megacariocitos y adipocitos.
Los sinusoides: Los sinusoides son unidades vasculares especializadas de vasos sanguíneos localizados
en la médula ósea. Poseen una pared formadaPor un revestimiento endotelial, una lámina basal
discontinua y un recubrimiento de células adventicias. Los sinusoides posen una circulación cerrada
por ello los elementos formes nuevos tienen que atravesar el endotelio para entrar en la circulación.
Células adventicias: son células ricas en colágeno que dan sostén a la célula.
Islotes eritroblásticos: Es un nido de células donde se producen los eritrocitos, poseen un macrófago en
su centro que se encarga de eliminar los eritrositos dañados y se encuentran cerca de la pared de un
sinusoide para arrojar eritrocitos a la circulación.
Megacariocitos: Son precursores de las plaquetas, se encuentran pegados a la pared sinusoidal y emiten
sus plaquetas en este a través de las aberturas en el endotelio.
Adipocitos: Son células de grasa las cuales aumentan conforme a la edad.
En la médula ósea roja existen cúmulos de células hematopoyéticas que están distribuidas
abundantemente a lo largo del tejido conectivo laxo que también es observado aquí. Estos grupos de
células se encuentran cercanos a sinusoides, vasos sanguíneos relativamente grandes pero de pared
delgada, que se anastomosan con los vasos nutricios del hueso. Las arterias nutricias que acaban de
ingresar al hueso se anastomosan entre sí dentro de la médula ósea y posteriormente terminan en
arteriolas que convergen para formar los antes mencionados sinusoides, los cuales posteriormente
drenan en venas significativamente más grandes que al converger entre sí forman venas nutricias, las
cuales abandonan el hueso a través de los mismos forámenes por los que ingresaron las arterias
correspondientes.
La médula ósea roja es más abundante en todas las estructuras óseas desde la vida intrauterina hasta el
quinto año de vida. A medida que la vida avanza, la médula ósea roja queda relegada a huesos
específicos como los del esqueleto axial .
La sustancia de soporte de las células hematopoyéticas y adipocitos está hecha de reticulina, un fino
colágeno tipo III que es producido por células reticulares derivadas del mesénquima (similares a
fibroblastos). Existen también otras células que realizan tareas de mantención, por ejemplo los
macrófagos, que facilitan la hematopoyesis fagocitando restos celulares generados durante el proceso.
Al igual que otros tejidos conectivos, la médula ósea contiene células, una matriz extracelular y vasos.
Estos vasos conforman un compartimiento vascular compuesto principalmente por un sistema de
sinusoides y separado de un compartimiento hemalopoyético que forma columnas o cuñas irregulares
entre los vasos .
En la médula roja, el compartimiento hematopoyético está ocupado casi en su totalidad por células
hematopoyéticas incluidas en un escaso tejido conectivo reticular, denominado estroma de la médula
ósea. En la porción central de la médula, alrededor de los grandes vasos se observa gran cantidad de
grasa, dado que la hematopoyesis es más activa en la periferia.
En la médula ósea amarilla, la grasa ocupa casi todo el compartimiento hematopoyético, donde sólo se
distinguen algunos megacariocitos.
Un análisis histológico de la médula ósea roja revela una abundancia de células progenitoras y sus
derivados en varias etapas de su desarrollo. Típicamente, las células progenitoras son más grandes que
sus productos finales.
Histológicamente la Medula ósea se caracteriza por presentar un compartimiento vascular,
compuesto principalmente por un sistema de sinusoides, y un compartimiento hemopoyetico,
predominantemente celular, en forma cuñas irregulares entre los vasos. Estas células están
incluidas en un estroma de tejido conectivo conformado por células reticulares, macrófagos y
adipocitos, inmersas en una matriz extracelular de fibras reticulares, proteoglucanos y
glucoproteinas