CRUCIS: Me Amó y Se Entregó Por Mí: 1 Estación: Jesús Entregado A Muerte
CRUCIS: Me Amó y Se Entregó Por Mí: 1 Estación: Jesús Entregado A Muerte
CRUCIS: Me Amó y Se Entregó Por Mí: 1 Estación: Jesús Entregado A Muerte
1
desencanto? ¿Por qué los jóvenes de hoy, teniendo tanto, siguen vagando, cayendo, buscando,
errando…y a veces confundidos sin saber por qué ni cómo?
Ayúdanos, Jesús, a estar arraigados en ti. Tú nos darás la fortaleza, nuestras ansias de vivir en
la multitud de caídas diarias.
Padre nuestro. Dios te Salve María. Gloria al Padre
2
Ojalá, Señor, fuésemos tu rostro ante el mundo. La cara afable que se presentase en
situaciones difíciles o de sufrimiento. Existen, Jesús, multitud de imágenes en nuestro mundo
que nos conmueven y que nos hacen pensar que “algo no funciona bien hoy y aquí” cuando,
tantas personas, reclaman atención, delicadeza o dignidad.
Te damos las gracias, Señor, porque al vestirte de pobreza y de humildad nos indicas el camino
que hemos de emprender para encontrarnos contigo. Que también nosotros, como la Verónica,
descubramos tu rostro en nuestras fatigas y noches oscuras, en los acontecimientos en los que
aparentemente nos encontremos derrotados o fracasados. ¿Limpiamos el rostro de la Iglesia
con nuestro compromiso firme y recio? ¿Damos la cara por ella?
Padre nuestro. Dios te Salve María. Gloria al Padre
3
9ª estación: Jesús cae en tierra por tercera vez
Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.
R: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo
4
11ª estación: Jesús es clavado en la cruz
Te adoramos oh Cristo y te bendecimos.
R: Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo
En esta estación, aunque no lo dicen los evangelios, nuestra tradición cristiana ha querido poner
a la Virgen con sus brazos abiertos estrechando el cuerpo de Jesús muerto por el sufrimiento,
el dolor y la muerte.
5
Son manos, las de la Virgen, las que permanecieron fieles y
amorosas antes y después de que Jesús cerrará los ojos al
mundo.
Son manos, las de la Virgen las que agarrándose al madero
por no poder fundirse con las de Cristo, se abrían hacia el cielo
esperando respuestas; sin reproches, pero esperando de
Dios...la última palabra. Son manos, las de la Virgen, las que
mirándose a sí mismas recordaban que 33 años atrás por
primera vez se habían estremecido al acoger a un Niño que
hoy, siendo joven, se ha ofrecido de nuevo y por amor en el
pesebre de la cruz.
Son manos, las de la Virgen, las que buscando el pecho de María saben que no pueden hacer
otra cosa sino orar, guardar silencio y confiar en Aquel que, Jesús, antes de cerrar los ojos
exclamó: “En tus manos Padre encomiendo mi espíritu”.
¿Ponemos nuestros proyectos e ilusiones en los brazos de la Virgen
Padre nuestro. Dios te Salve María. Gloria al Padre
El final del vía crucis, lejos de abocar en el dolor y en la nada, vendrá marcado y coronado por
la página más triunfante y brillante de Jesús: LA RESURRECCION.
6
Descansa, Señor; descansa unas horas. Para que, después de unas horas y al tercer día,
sepamos descubrir que en el sepulcro vacío, está la verdad de todo lo que nos indicaste y
recordaste estando con vida.
Descansa, Señor; descansa por unas horas. Y cuando las tinieblas parezcan tener la palabra
definitiva, entonces Tú, Señor, saldrás victorioso del sepulcro para decirnos que la muerte ya
sido vencida. Que nuestra vida, futura y eterna, viene por ti y contigo está asegurada.
Te bendecimos, Señor, más que nunca ahora....porque sabemos que estás vivo.
Todos los que creemos y te acompañamos, daremos razón de tu existencia porque creemos
que nos encontraremos en ese lugar donde apunta tu Resurrección en el primer día de la
semana.
¡Gracias, Señor, por tanta vida!
¡Gracias, Señor,por el don de la fe!
¡Gracias, Señor, por tu pasión y tu entrega!
¡Gracias, Señor, por tu amor y tu perdón!
¡Gracias, Señor, por tu cruz y por tus palabras!
¡Gracias, Señor, por llevarnos a Dios!
¡Gracias, Señor, por tu transfusión de vida!
¡Gracias, Señor, por redimir a la humanidad caída!
¡Gracias, Señor, por tu salvación!