Vía Crucis 2021

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Diócesis de Ibarra

VIACRUCIS

"En este tiempo de conversión renovemos nuestra fe,


saciemos nuestra sed con el agua viva de la esperanza y
recibamos con el corazón abierto el amor de Dios que nos
convierte en hermanos y hermanas en Cristo."
(Papa Francisco)

Vicaría Episcopal de Laicos


2021
2

PRESENTACIÓN

"Si el grano de trigo que cae en tierra no muere, queda solo; pero si
muere, da mucho fruto" Juan 12,24

Queridos hermanos:

El Viacrucis es el camino de la Cruz, es una de las devociones o prácticas


de oración más extendidas entre los cristianos y se refiere a los diferentes
momentos vividos por Jesucristo Nuestro Señor desde su emprendimiento y
camino al Calvario, hasta su crucifixión y muerte redentora, sepultura y
posterior resurrección gloriosa. Son 15 estaciones.

La pasión de Cristo también es nuestra pasión y vida. Llamados estamos


como discípulos suyos a ser testigos de su vida muerte y resurrección, ya que
en Él tiene sentido nuestra vida y en su resurrección tiene sentido nuestra
muerte.

Oremos el Viacrucis con devoción y fe, meditando la Palabra del Señor,


eso nos da la fuerza para vivir más fraternalmente. La pasión de Cristo no ha
terminado, sigue sufriendo hoy en cada hermano que sufre y necesita de
nuestra ayuda y solidaridad.

Bendiciones.

+ Rene su Obispo
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MONICIÓN INICIAL

Hermanos: Vamos a recorrer el Viacrucis, el camino doloroso de Jesús.


Los Evangelios son nuestra guía para acompañar a Jesús en su Pasión.
Necesitamos mucha fe, porque los Evangelios nos dicen con crudeza lo
duro que es cuanto hicieron con Jesús.
Que el Espíritu de Cristo nos dé la "sabiduría de la cruz" para saber
unirnos a Jesús crucificado, y hacernos con El solidarios con los que hoy
sufren condenados y humillados como Él. En ellos sufre Dios, como sufrió
en su Hijo Jesús.

ORACIÓN INICIAL
V/ En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
R/ Amén.

Señor Jesús, nos disponemos a meditar las estaciones de tu Vía Crucis en


este tiempo de dolor, enfermedad y pandemia. Queremos seguir los pasos de
tu entrega hasta el final por amor a nosotros. No queremos ser meros
espectadores de tu Pasión. Nos unimos a ti. Queremos vivir tu vía crucis,
sentir tu vía crucis y que toque profundamente nuestro corazón.
Hoy queremos revivir las últimas horas de tu vida terrena, Señor Jesús,
hasta que, suspendido en la cruz, gritaste tu: "Todo está cumplido". Queremos
ahora recorrer esta "vía dolorosa" junto a los nuevos crucificados de nuestra
historia actual. Formamos una gran familia de hijos de Dios, unida por la
enfermedad. Una enfermedad, que también sufrimos nosotros, los cristianos.
Que tu cruz, Señor Jesús, instrumento de muerte, pero también de vida
nueva, nos una a todos e ilumine la conciencia de todos los hombres.
Señor, que, al meditar cada estación, nos sintamos heridos por tu inmenso
amor de tal forma que nos dispongamos a seguirte con más fidelidad y
verdadero compromiso. Virgen María, Madre Dolorosa que seguiste el
camino de la cruz hasta la muerte de tu Hijo, acompáñanos, guíanos en este
vía crucis y ayúdanos para que en esta meditación se vayan imprimiendo en
nosotros los sentimientos vivos del corazón de tu Hijo. Amén.
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I ESTACIÓN. JESÚS ES CONDENADO A MUERTE


V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Lectura Bíblica:
De los Evangelios de S. Mateo y S. Juan
Los Sumos Sacerdotes movieron al pueblo a pedir la condenación de
Jesús. Los judíos gritaron a Pilato: "Si dejas libre a Jesús, no eres
amigo del César; pues, el que se proclama rey va contra el Cesar".
Al oír esto Pilato hizo salir a Jesús. Y se sentó en un escaño. Pilato dijo a los judíos-.
"Miren a su rey" Ellos gritaron "¡Quítalo de en medio! ¡Crucifícalo!". Los Sumos
Sacerdotes dijeron: "No tenemos más rey que el César". Entonces Pilato les entregó a
Jesús para que fuese crucificado.
Meditación:
Condenado a muerte. Y nosotros condenados a vivir con esa enfermedad
del coronavirus que es nuestra cruz. Una cruz que puede llegar a trastocar
todos los ámbitos de nuestra existencia: el ámbito personal, el familiar, el
social e incluso el mundial, como está ocurriendo. Es una invitación a asumir
la cruz como cuna del cristiano; y las cunas, más que de muerte nos hablan
de vida, de futuro, de esperanza.
Estamos llamados a recorrer el mismo camino: Tú y nosotros. Parece un
mismo camino y es también un camino diferente para todos, porque cada
uno está llamado a seguirte desde nuestra propia realidad. Nadie como el que
sufre comprende la realidad del camino de la cruz, porque nadie como él
sabe cuánto pesa el madero del dolor y de la enfermedad.
Oración:
Padre, no abandones nuestro mundo y nuestra suerte al poder de la ambición que te
rechaza a ti condenando a tu Hijo a la cruz y condenando a tus hijos y a tus pueblos.
Danos una fe llena de amor para seguir a Jesús en su ideal de un mundo sin excluidos,
donde reine tu amor de misericordia. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
V/. Pequé, Señor, pequé:
R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.
Padrenuestro....
5

II. ESTACIÓN: JESÚS CON LA CRUZ A CUESTAS


V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
"Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo,
tome su cruz cada día y me siga" (Lc 9,23)

Meditación:
Señor Tú llevas la cruz sobre tus espaldas. Nosotros ponemos nuestras
espaldas sobre nuestra cruz. Tú llevas la cruz. A nosotros nos lleva nuestra
cruz. Tú y nosotros caminamos por la vida unidos a la cruz.
A veces quisiéramos desprendernos de ella, tirarla lejos, no volver a verla
más. Pero cuanto más la rechazamos más nos duele. Pensamos que la única
manera de hacerla menos pesada es amarla, abrazarla, convertirla en nuestro
propio camino.

Oración:
Tú sabes bien, Señor, que sobran cruces en el mundo y que están mal repartidas:
siempre son tus pobres los más aplastados. Concede a toda tu Iglesia la sabiduría de la
cruz para que la cruz de Jesús no sea rechazada ni sea falseada.
Te pedimos por las autoridades sanitarias que les toca cargar a sus espaldas la cruz de
velar por la salud de tantas y tantas personas. Que tu luz, Señor, les ilumine y les guíe en
la toma de decisiones. Que sepan poner siempre sus vidas al servicio de los demás.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén

Padrenuestro.
6

III. ESTACIÓN: JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ


V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.
Lectura Bíblica:
"Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores" (Is
53,4)
Meditación:
Señor Jesús, en el camino empinado que conduce al
Calvario has querido experimentar la fragilidad y la debilidad humana.
Pensábamos que solamente nosotros éramos débiles ante el dolor y la
enfermedad. No sentimos alegría por tu debilidad. Pero sí sentimos la alegría
espiritual de verte a ti tan parecido a nosotros: hombre como nosotros.
Señor, ante esta enfermedad que padece nuestra sociedad te agradecemos
la presencia de tantos nuevos samaritanos del tercer milenio que viven hoy la
experiencia del camino, inclinándose con amor y compasión sobre las
numerosas heridas físicas y morales de los que viven en el miedo y el terror
de la oscuridad, de la soledad y de la apatía.
Te pedimos que no caigamos en la tentación de la superficialidad, de no
tomarnos en serio las recomendaciones que se nos hacen para evitar posibles
caídas o contagios, poniendo en riesgo nuestra salud y la salud de los demás.
Cuando sintamos que el desaliento, el cansancio, el aburrimiento o la
impotencia quieran adueñarse de nosotros tu caída bajo la cruz será para
nosotros un aliento para luchar y salir de nuestra depresión.
Oración:
Tú a todos nos creaste para el amor y la unidad, para vivir solidarios como hermanos.
Pero, la soledad y el abandono, la falta de unidad y de apoyo solidario, pone a tus hijos y
a tus pueblos en tristezas de muerte. Por tu Hijo, que probó esa angustia, te pedimos nos
aumentes el amor solidario para no abandonar a los que son atropellados.
Señor, queremos pedirte por todos nuestros hermanos enfermos, por todos aquellos que
como nosotros se cansan de su enfermedad, para que encuentren una palabra de aliento.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.
Padrenuestro....
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IV. ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE


V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
"Una espada te traspasará el alma, para que se pongan de
manifiesto los pensamientos de muchos corazones" (cf. Lc 2,35)

Meditación:
Señor Jesús, no sólo sufrías, cargado con tu cruz, sino que eras ocasión de
dolor para el corazón de tu madre, María. Tu dolor, de alguna manera
también hería y santificaba el corazón de la Madre.
Cada momento de ese breve encuentro, ¿te pareció una eternidad? Como
vemos tanto sufrimiento en nuestro mundo, hay veces que creemos que ya
no hay esperanza. Nuestra oración ¿de qué servirá? Los enfermos se
enferman más y los hambrientos se mueren de hambre. Pensamos en esa
mirada entre Tú y María. El poder del Padre toma todos nuestros dolores y
frustraciones y renueva las almas, los salva para una vida nueva, una vida de
alegría eterna, dicha eterna.

Oración:
Padre: Manda a María, la Madre Dolorosa, a encontrarse con cada uno de los hijos
que viven destrozados. Consuela y fortalece a tantas madres que sufren por sus hijos
Pedimos, también, por intercesión de la Virgen María, para que nos de confianza en
la tarea de tantos profesionales que velan como madres por nuestra salud y nuestro
bienestar. Que sepan dar siempre apoyo y consuelo, y estar presentes para ofrecer ayuda.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

Padrenuestro…
8

V. ESTACIÓN: EL CIRENEO AYUDA A JESÚS A


LLEVAR LA CRUZ
V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
"Llevad los unos las cargas de los otros y así cumpliréis la ley de
Cristo" (Ga 6,2)

Meditación:
Jesús va agotado. Ha perdido mucha sangre. Cae bajo la cruz, le faltan
fuerzas. Para que no se les quede en el camino, los soldados le cargan la cruz
al primero que ven.
Señor Jesús, en el camino al Calvario sentiste el peso y la dificultad de
llevar esa áspera cruz de madera. En vano esperaste el gesto de ayuda de un
amigo, de uno de tus discípulos o de una de las muchas personas a quienes
aliviaste sus sufrimientos. Lamentablemente, solo un desconocido, Simón de
Cirene, por obligación, te echó una mano.
¿Dónde están hoy los nuevos cireneos del tercer milenio? ¿Dónde los
encontramos?

Oración:
Te pedimos por todos los cireneos de nuestra historia.
Que los profesionales sanitarios: médicos, enfermeras, auxiliares; por todo el personal
de los hospitales, los cirineos que ayudan a los enfermos a vencer la enfermedad, Dios les
proteja, les cuide, les fortalezca y les ayude en esta hora difícil. Que ellos, cuando nos
cansemos y desanimemos, cuando sintamos el peso de nuestra soledad nos ayuden a llevar
nuestra cruz.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

Padrenuestro…
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VI. ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL


ROSTRO DE JESÚS
V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
"Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos
más pequeños, conmigo lo hicisteis" (Mt 25,40)

Meditación:
Las cosas sencillas tienen un gran valor. La Verónica limpió tu rostro,
Señor Jesús, sucio por la sangre y el polvo. Cuantos son los que están junto a
nuestra cama de hospital. Cuánta gente que nos atiende para lavar nuestro
rostro o quitarnos el sudor.
Señor Jesús, limpia nuestros rostros y que sepamos descubrir el tuyo en
nuestros hermanos y hermanas, especialmente en todos aquellos que, en
muchos hospitales y residencias, viven en el dolor de la enfermedad.
Bendice a las personas que, de manera altruista, ayudan, colaboran, se
solidarizan, aportan su tiempo y sus dones para aliviar tantas necesidades
como acarrea una situación como ésta. Que aprendamos a estar siempre al
lado de los que sufren, sin estigmatizar a nadie.

Oración:
Padre, danos fe verdadera para descubrir y limpiar tu imagen en los rostros de los
indios, negros, campesinos y obreros, de los niños, jóvenes, mujeres y ancianos marginados.
Heridos por el hambre y la injusticia, ellos son el rostro golpeado de Jesús.
Haz de toda tu Iglesia una Verónica: sensible y valiente para arriesgarse a limpiar tu
imagen desfigurada en los seres humillados y heridos de esta tierra.
Señor, te pedimos que tengas piedad y compasión de este mundo enfermo y ayúdanos a
redescubrir la belleza de nuestra dignidad como seres humanos, creados a tu imagen y
semejanza.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

Padrenuestro…
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VII. ESTACIÓN: JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ


V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
"Él no devolvía el insulto cuando lo insultaban; sufriendo no
profería amenazas; sino que se entregaba al que juzga
rectamente" (1P 2,23)

Meditación:
El camino se hace largo y las fuerzas son cada vez más débiles. El tiempo
para el que sufre es un sufrimiento más. Uno se va cansando de todo. El
cuerpo ya no da para más. Todas las posturas son incómodas. La cruz de la
enfermedad nos parece cada vez más dura. Tú besas por segunda vez el
polvo del camino.
Señor Jesús, también tú sentiste el peso de la condena, del rechazo, del
abandono, del sufrimiento ocasionado por personas que te habían
encontrado, acogido y seguido. Con la certeza de que el Padre no te había
abandonado, encontraste la fuerza para aceptar su voluntad perdonando,
amando y ofreciendo esperanza a quien como tú recorre hoy el mismo
camino de burla, desprecio, escarnio, abandono, traición y soledad.

Oración:
Padre: haz que el Espíritu de tu Hijo, doblegado y caído ante el peso de la cruz, nos
enseñe a orar como El en Getsemaní. Que, no se haga nuestra voluntad cómodamente,
sino la tuya, Padre: Haz que compartamos nosotros ese cáliz, para que se cumpla tu
voluntad de amor y de vida.
Señor que no caigamos en el miedo, en el nerviosismo, en la desesperanza... que no
conducen a nada. Que el Señor nos dé serenidad para afrontar esta situación de emergencia
que nos toca vivir.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

Padrenuestro…
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VIII. ESTACIÓN: JESÚS ENCUENTRA A LAS


MUJERES DE JERUSALÉN
V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
"Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y por
vuestros hijos" (Lc 23,28)

Meditación:
Jesús, incluso cargando con la Cruz es capaz de olvidarse de sí mismo. Se
olvida del peso de la Cruz, se olvida de sus flaquezas y debilidades, para
preocuparse de los demás.
Es la tentación del egoísmo. Es la tentación de convertir nuestro dolor en
nuestra carta de derechos frente a los demás. Nuestro único derecho es
ayudar y servir a los demás. Solamente sumando la pobreza de cada uno, esta
puede convertirse en una gran riqueza, capaz de cambiar la mentalidad y de
aliviar el sufrimiento de la humanidad.
Concédenos, Señor, a tener tus ojos. Esa mirada de bienvenida y
misericordia con la que ves nuestros límites y nuestros temores. Ayúdanos a
reconocernos a nosotros mismos como parte de la misma humanidad y a
convertirnos en promotores de formas audaces y nuevas de acogida a los
diferentes.

Oración:
Acoge, Señor, los esfuerzos diarios de tantas madres, hermanas, trabajadoras, amas de
casa, que se sienten abrumadas por el trabajo y la incomprensión, para que sus lamentos
den paso a gestos solidarios y entrañables. Da a las madres de tantos hijos muertos por la
injusticia el consuelo de que los verán resucitados. Calma la tempestad de esta pandemia y
haz que vuelva a nuestros hogares la confianza.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

Padrenuestro…
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IX. ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ


V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
"Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca:
como cordero llevado al matadero" (Is 53,7)

Meditación:
Señor Jesús, has caído por tercera vez, exhausto y humillado, bajo el peso
de la cruz. Te vemos a ti, caído en tierra, una vez más. Una vez más tienen
que ayudarte a levantarte, a ponerte en pie. Una vez más, necesitas de los
otros para poder andar tu camino. Una vez más necesitas de la mano y la
fuerza de los otros para no quedarte en el camino. Y no protestas ni gritas
contra tu impotencia y flaqueza. Al contrario, agradeces la mano que se
tiende.
Señor, ¿cuántas veces nos has dirigido esta pregunta incómoda: "¿Dónde
está tu hermano? ¿Dónde está tu hermana"? ¿Cuántas veces nos has
recordado que su grito desgarrador había llegado hasta ti? Ayúdanos a
compartir el sufrimiento y la humillación de tantas personas tratadas como
desechos.

Oración:
Adoramos la Sangre redentora de Jesús. Sabemos que a su Sangre se ha sumado, en tu
corazón de Padre, la sangre de muchos hijos tuyos. De Jesús, son hermanos de sangre
derramada. Su sangre reunida nos serena y nos anima a pedirte, Padre: - que nadie más
sude sangre; - que nadie derrame la sangre de su hermano, - y que nadie desangre al
pueblo.
Te pedimos por quienes sufren los daños colaterales de esta crisis. De un modo especial
por los empresarios que ven peligrar su medio de subsistencia y por los obreros que, como
consecuencia, se quedan sin trabajo. Que pronto todo pueda volver a la normalidad.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

Padrenuestro…
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X. ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS


VESTIDURAS
V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
"Revestíos de compasión entrañable, bondad, humildad,
mansedumbre, paciencia" (Col 3,12)

Meditación:
En esta situación de pandemia que vivimos todo nos estorba. Somos
despojados de la vida. A la hora de la muerte no nos llevamos nada. Para
morir todo nos estorba. Estorban las fuerzas. Estorba el poder. Estorba la
riqueza. Hasta los vestidos estorban. Cada día que se prolonga esta nuestra
enfermedad tú, Señor, nos vas despojando de todo.
Que nuestros sufrimientos que no nos dejan, nos vayan despojando de
nosotros mismos, de nuestros orgullos, de nuestros pecados, de nuestras
rebeldías, para que cada día estemos más dispuestos a lo que tú quieras de
nosotros.

Oración:
Al ver a tu Hijo despojado entre los despojados de este mundo, lloramos la avaricia sin
alma de los que se apropian egoístamente lo que Tú has creado para todos. ¡Son millones,
tus hijos empobrecidos y despojados, Señor! Crea en ellos el Hombre Nuevo, generoso,
desprendido y fraterno. Construye con ellos la nueva sociedad donde todos los bienes se
compartan justamente, para que todo el universo te ame como "Padre"
Te pedimos, Señor Jesús, por los frutos de los científicos que han gastado su tiempo en
la investigación farmacéutica, para que los frutos de sus trabajos pronto puedan llegar a
todos, y podamos seguir alabándote descubriendo la belleza y la riqueza que toda persona
encierra en sí como don tuyo, único e irrepetible

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

Padrenuestro…
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XI. ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ


V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
"Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34)

Meditación:
Ahora te han clavado a la cruz. Irás a donde te lleve tu cruz. Clavadas las
manos, que ya no pueden extenderse a otras manos para estrecharlas.
Clavados los pies, que ya no pueden caminar a ninguna parte. Unos clavos y
unos maderos son los únicos dueños de tu cuerpo y de tu vida. ¡Qué poca
cosa basta para crucificarnos!
Cuántas personas todavía hoy son clavadas en una cruz, víctimas de una
explotación deshumana, privadas de dignidad, de libertad, de futuro. Su grito
de auxilio ante la enfermedad y dolor nos interpela como hombres y
mujeres. Concédenos ojos para ver y un corazón para sentir los sufrimientos
de tantas personas que aún hoy son clavadas en la cruz de su propia
enfermedad.

Oración:
Señor, ponemos ante tus ojos los nuevos crucificados de hoy, dispersos por toda la tierra,
todos los que guardan cuarentena, bien por tener el virus, bien por haber convivido con
personas infectadas. Concédenos, Señor, paciencia, y que este tiempo nos sirva de provecho
para reflexionar sobre la propia vida y sobre la necesidad que tenemos de Dios.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

Padrenuestro…
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XII. ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ


V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mc
15,34)

Meditación:
Señor, has llegado al final del camino. Un final inesperado y que no te
corresponde. Tú te merecías otra muerte. No la de un crucificado. Y, sin
embargo, es tu única muerte. La muerte por fidelidad al Padre. La muerte
por fidelidad a la causa del hombre. A cada uno nos concedes nuestra propia
muerte.
Tú, Señor, has sentido en la cruz el peso del abandono y de la
indiferencia. Solo María, tu madre, y otras pocas discípulas, permanecieron
allí, testigos de tu sufrimiento y de tu muerte.
Queremos parecernos a ti también en el morir. Si ha llegado nuestra hora,
que se haga la voluntad del Padre. ¿Qué más da morir de esta o aquella
enfermedad? Que tengamos siempre cerca alguien que nos enjugue el sudor
y las lágrimas en nuestra agonía, y cerca para confortarnos con una presencia
familiar y amiga como supieron hacerlo María y las otras mujeres al pie de tu
cruz.

Oración:
Padre: nosotros creemos que Jesús crucificado es tu Hijo, el Salvador del mundo. Por El
sabemos que tu fuerza es el amor que sufre en los que sufren. Con El queremos luchar
contra el sufrimiento que te hace sufrir en este mundo.
Acoge en tu reino a los que han fallecido con coronavirus, para que les acojas en el cielo
donde ya no hay ni enfermedad, ni luto ni dolor.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

Padrenuestro…
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XIII. ESTACIÓN: JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ


V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
"Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo;
pero si muere, da mucho fruto" (Jn 12,24)

Meditación:
Jesús, a la hora de tu muerte no estabas solo. Allí estuvo tu Madre. Ella te
recibió en sus entrañas de virgen por obra del Espíritu Santo, en la
encarnación. Y ella te recibe ahora en sus brazos, bajado muerto de la cruz.
Es tan bello que alguien nos ame hasta darnos la vida... Y es tan bello que
alguien nos ame hasta recibir nuestro cadáver en sus brazos caliente de
madre.
Te pedimos por todos los familiares de quienes han padecido o están
padeciendo la enfermedad del coronavirus, para que el Señor los acompañe y
fortalezca en medio de la situación familiar que están viviendo.
Señor, a la hora de nuestra muerte que nuestro último suspiro sea un acto
de fe en ti, Señor, un acto de fe en nuestra Madre la Iglesia.

Oración:
Padre, en María has dado un modelo a la Iglesia como Madre de los discípulos de
Jesús. Da a toda la Iglesia la fe de María, para formar a los cristianos a imagen de tu
Hijo. Da a toda la Iglesia la ternura de María.
Que nuestra muerte, como la de Jesús bajado de la cruz, no sea en vano. Confiamos,
Señor, todas nuestras vidas a la misericordia del Padre nuestro y de todos, pero sobre todo
Padre de los más abandonados, pobres, y desesperados.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

Padrenuestro…
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XIV. ESTACIÓN: JESÚS ES PUESTO EN EL


SEPULCRO
V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
Cerca del lugar donde crucificaron a Jesús, había un huerto o
jardín. Y en el huerto bahía un sepulcro nuevo, donde nadie había
sido enterrado. José de Arimatea y Nicodemo pusieron ahí el cuerpo
de Jesús, porque el sepulcro estaba cerca. (Jn 19,41-42)

Meditación:
Señor Jesús, tú mismo dijiste un día: "Si el grano de trigo no cae en tierra
y muere queda solo y no da fruto, pero si muere dará mucho fruto". Tú eres
ese grano sepultado en la tierra. Un grano que ya está brotando en nueva
vida. El domingo por la mañana, cuando las piadosas mujeres vayan a tu
sepulcro, ya habrás brotado. La muerte se habrá hecho vida y el crucificado
habrá resucitado.
Señor Jesús, que nuestra esperanza sea más fuerte que nuestros miedos.
Que nuestros deseos de resurrección sean más grandes que nuestros miedos
a morir.
Señor Jesús que aprendamos a asumir tantas realidades dolorosas como
nos toca afrontar a lo largo de la vida, incluida esta del coronavirus. Que
confesemos que Tú, Señor, tienes siempre la última palabra.

Oración:
Señor Jesús enséñanos a velar, junto a tu Madre y a las mujeres que te acompañaron
en el Calvario, en espera de tu resurrección. Que ella sea faro de esperanza, de alegría, de
vida nueva, de fraternidad, de acogida y de comunión entre los hombres. Para que todos los
hijos sean reconocidos en su dignidad de hijos de Dios nuestro Padre.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

Padrenuestro....
18

XV. ESTACIÓN: JESÚS RESUCITA DE SU MUERTE


V/ Te adoramos, Cristo, y Te bendecimos.
R/ Porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura Bíblica:
"El primer día de la semana, muy de mañana, las mujeres
fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. Pero
encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, y
entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían qué
pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes.
Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: "¿Por qué buscáis entre los
muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado. Recordad cómo lo anunció cuando
estaba todavía en Galilea". (Lc 24,1-6)

Meditación:
Señor, Jesús, hemos caminado contigo el mismo camino del sufrimiento,
y por ello nos sentimos más aliviados. Sin embargo, el dolor sigue siendo el
mismo. Pero tu presencia lo hace más llevadero. Al terminar nuestro vía
crucis, seguimos clavados en nuestra cruz de la enfermedad, pero sentimos
que nos duele menos. Porque tu presencia y tu compañía ponen luz y
esperanza en nuestro caminar. Sabemos que tú no nos descolgarás de
nuestra cruz, como tampoco tú no quisiste bajar de la tuya. Pero ya es
bastante saber que nuestra enfermedad y dolor no te es ajeno, sino que tú
mismo has querido compartirlo.

Oración:
Te damos gracias, Padre, por la Resurrección de tu Hijo Crucificado. Por Él te
pedimos que nos aumentes la esperanza y el amor, la fe y la ternura, para entregarnos a
transformar la Historia.
Te pedimos, Señor Jesús, que, así como tú compartes nuestro dolor nos enseñes a
compartir tu esperanza pascual. Juntos por el mismo camino de la cruz, pero juntos
también hacia la pascua.

V/. Pequé, Señor, pequé:


R/. Ten piedad y misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.

Padrenuestro…
19

ORACIÓN FINAL

Dios, Padre de bondad, te damos gracias por tu Hijo muerto y resucitado.


En Él ha quedado manifestado plenamente cuánto amas. Al término de este
vía crucis confírmanos como discípulos tuyos que anuncien con valor por el
mundo la Buena Noticia de ese amor redentor. Que nuestro ejemplo de vida
atraiga muchos corazones al seguimiento de tu Hijo, para que prueben y
gusten tu bondad, tu misericordia y experimenten cómo unidos a tu Hijo
Jesús la vida se transforma. Renueva tu gracia en nosotros durante este
tiempo de gracia para que vivamos más de acuerdo con nuestra condición de
hijos tuyos.

Dios todopoderoso, rico en misericordia, que nos has renovado con la


gloriosa muerte y resurrección de Jesucristo, no dejes de tu mano la obra que
has comenzado en nosotros. Que tu bendición, Señor, descienda con
abundancia sobre esta familia, que ha revivido el camino doloroso de tu Hijo
hacia la muerte con la esperanza de su santa resurrección; concédele tu
consuelo, acrecienta su fe, y guíalo a la salvación eterna. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

Por las intenciones del Romano Pontífice:


Padrenuestro…
Avemaría...
Gloria…
20

VIRGEN DE LOS
DOLORES,

RUEGA POR
NOSOTROS

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