7 1 Sexenio
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La crisis económica fue, en primer lugar, una crisis financiera; las inversiones
ferroviarias no resultaban rentables, lo que afecta a los bancos que habían prestado
el dinero. En segundo lugar, fue una crisis industrial; la subida del precio del
algodón por la Guerra de Secesión norteamericana (1861-65) y la caída de la demanda
de productos textiles, llevó al cierre de muchas fábricas en Cataluña e hizo aumentar
el paro. Por último, fue una crisis de subsistencia; desde 1866, malas cosechas de
trigo provocan escasez y la subida de los precios. En Madrid, el pan llegó a aumentar
su precio un 100%.
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años; democratización de ayuntamientos y diputaciones, y emancipación de los hijos
de los esclavos coloniales.
La principal tarea de Prim fue encontrar un nuevo rey para España que
sustituyese a los Borbones. Tras varias propuestas y gestiones diplomáticas, la corona
recayó en Amadeo de Saboya, duque de Aosta, segundo hijo del rey de Italia Víctor
Manuel II. Las Cortes eligieron a Amadeo como rey de España en noviembre de 1870.
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El reinado de Amadeo I (1870-1873). Amadeo de Saboya parecía reunir las
mejores condiciones para ser aceptado por el pueblo español; era un príncipe católico,
pero a la vez progresista, y provenía de una de las casas reales más antiguas de
Europa; pero esta visión no se correspondía con la realidad. Amadeo fue identificado
con la democracia, el desorden social y con una dinastía que, en Italia, mantenía
prisionero al papa. Cuando el general Prim fue asesinado tres días antes de su llegada
a España, Amadeo perdió a su principal valedor. Nobleza y burguesía le hicieron el
vacío en la Corte y le aislaron. Además, contó con la oposición de moderados,
republicanos y carlistas.
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a insurrecciones armadas) e intransigentes (la insurrección como única vía para
alcanzar los objetivos).
Por otro lado, los unitarios, con Emilio Castelar al frente, defendían un Estado
centralista fuerte, con una visión de las reformas más conservadora.
En segundo lugar, la Guerra de los Diez Años en Cuba, que había surgido con
la aparición de una conciencia nacionalista cubana. Los hacendados contaron
enseguida con el apoyo popular al prometer el fin de la esclavitud; los intentos del
gobierno de aplicar reformas y abolir la esclavitud toparon con la negativa de los
sectores económicos con intereses en la isla, lo que frustró la posibilidad de solucionar
el conflicto de forma pacífica.
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intransigentes pasaron a la acción ante la tardanza en la aprobación de la
Constitución federal. Estalló una huelga general en Alcoy (Alicante), sofocada por el
ejército. A los pocos días se sublevan en Cartagena proclamando el cantón (entidad
territorial independiente similar al municipio), cuyo gobierno se hizo con el control
de la flota y el arsenal. Rápidamente la proclamación de cantones y juntas
revolucionarias se extiende por numerosas ciudades de Levante, Andalucía y Castilla:
Sevilla, Cádiz, Torrevieja, Almansa, Granada, Algeciras, etc. Los protagonistas serán
pequeños comerciantes y obreros. El cantonalismo pretendía llevar la
descentralización del Estado a una federación de cantones independientes.
Mientras, los carlistas aprovechan el caos y avanzan desde Cataluña hasta Teruel,
Cuenca y Albacete. Ante el desgobierno general, Pi y Margall dimite. En julio es
nombrado presidente Nicolás Salmerón, que dio plenos poderes al ejército, con
generales monárquicos como Martínez Campos y Pavía, que sofocaron a carlistas y
cantonalistas; el cantón de Cartagena declara la guerra a Madrid, y cantonalistas de
toda España son sentenciados a muerte; Salmerón dimite para no tener que firmar
estas sentencias.
Cuando Castelar se presentó ante las Cortes, de mayoría federalista, para rendir
cuentas de su actuación, fue derrotado en una moción de confianza; ante la
posibilidad de un gobierno de izquierdas, el general Pavía da un golpe de Estado
y disuelve las Cortes (3 de enero de 1874), sin apenas resistencia, lo que demuestra la
debilidad de la República. El poder pasó a manos del general Serrano que intentó
en su año de gobierno estabilizar la situación con un carácter dictatorial, hasta que,
en diciembre de 1874, el pronunciamiento del general Martínez Campos en
Sagunto proclamaba rey de España al hijo de Isabel II, Alfonso XII.