De La Política de Vivienda A La Política Urbana Integración Social
De La Política de Vivienda A La Política Urbana Integración Social
De La Política de Vivienda A La Política Urbana Integración Social
por Luis
Eduardo Brescianni Lecannelier
RESUMEN
Aunque este cambio de enfoque que reemplaza la prioridad en el acceso a la vivienda por la
prioridad en el acceso o derecho a la ciudad, ha sido planteado transversalmente por todos los
últimos gobiernos, el debate es aún conflictivo al persistir visiones que presionan por la
producción cuantitativa de viviendas e infraestructuras, sin reconocer las causas de la
segregación social y las desigualdades urbanas. Es por ello, que reforzar las políticas urbanas
que reconozcan a la segregación social como una grave amenaza a la sustentabilidad general
de nuestra sociedad, debe ser prioridad en el diseño de las nuevas políticas urbanas y
habitacionales.
PALABRAS CLAVE
Esta condición urbana no se puede resolver sólo con el incremento de la inversión pública en
infraestructuras en los lugares donde habitan los más pobres, pues sin políticas que garanticen
la localización integrada de las viviendas, finalmente las distorsiones del mercado del suelo se
encargan de excluir nuevamente a los más vulnerables de las zonas urbanas valorizadas por la
acción pública. Esta es la razón de proponer una nueva política habitacional que integre las
inversiones en los sectores más segregados con la gestión pública del suelo urbano,
entendiendo que el suelo cumple una función social y no puede ser considerado como un bien
privado exento de la planificación e intervención de Estado.
a) Reducción del déficit cuantitativo de viviendas. Hace 25 años existían cerca de 800 mil
familias sin vivienda y este déficit se incrementaba año a año debido a la insuficiencia de las
políticas nacionales, lo que se traducía en una enorme presión social. Luego de dos décadas de
esfuerzos públicos, no sólo se logró detener el aumento del déficit, sino que se logró reducir en
casi un 50 por ciento, llegando a estimaciones que lo sitúan cercano a 450 mil viviendas. Estas
cifras se tradujeron en un sistemático mejoramiento de los estándares habitacionales de
urbanización y edificación, con una reconocida focalización en los sectores más vulnerables, lo
que hizo de Chile un líder en la región respecto a la reducción del déficit habitacional cuantitativo
y formalización del desarrollo urbano, sin lo cual la planificación urbana y muchas otras políticas
serían imposibles de aplicar.
b) Los programas de mejoramiento de barrios y viviendas. No obstante los avances en la
reducción del déficit cuantitativo de viviendas, la producción masiva de viviendas con
estándares mínimos y el progresivo deterioro del stock construido, generaron una creciente
demanda por atender con igual prioridad el déficit cualitativo. Esto llevó en la última década al
surgimiento de programas públicos de mejoramiento de las viviendas, de recuperación de
barrios vulnerables y condominios de viviendas sociales, sentando las bases y aprendizajes para
implementación de procesos de regeneración urbana inexistentes anteriormente.
c) La alta cobertura de servicios básicos urbanos. Otro logro relevante ha sido el sostenido
acceso a altos niveles de formalidad y urbanización, con estándares de acceso prácticamente
universales de 100 por ciento a agua potable, electricidad o manejo de residuos domiciliarios,
97 por ciento a recolección de aguas servidas y cerca de un 90 por ciento a acceso a vialidad
pavimentada.
Estos logros han facilitado cambiar las prioridades, pues han permitido superar con éxito los
estándares mínimos de urbanización y vivienda, no obstante, estos avances han sido
insuficientes para reducir la segregación social y la desigualdad urbana. Aunque Chile no cuenta
aún con indicadores cuantitativos oficiales para medir estos problemas, diversos estudios
muestran altos niveles de concentración espacial de población vulnerable en las grandes
ciudades y los consiguientes niveles de insatisfacción urbana. Estos se han mantenido e
incrementado a lo largo de los años en muchos casos[1], llegando cerca del 22 por ciento de los
habitantes urbanos estén insatisfechos con el barrio donde viven, lo que puede superar el 60
por ciento de insatisfacción urbana, cuando se trata de residentes de comunas más vulnerables.
Los efectos sociales de estos fenómenos son conocidos y sus causas son múltiples. Entre las
sombras de nuestras políticas urbanas y habitacionales podemos identificar a lo menos cinco
causas principales de nuestra debilidad para detener las tendencias de exclusión urbana que
experimentan nuestras ciudades:
Las medidas propuestas en estos tres ámbitos de acción, fueron definidas como medias
estructurales, las que implican reformas legales e institucionales relevantes que van más allá de
las actuales potestades del Estado y los programas públicos en desarrollo.
Para avanzar en otra revolución modernizadora, como la de hace medio siglo se requerirá
también cambios institucionales que transfieran poder de acción a las ciudades y sus
comunidades, integrando las dispersas políticas de vivienda y barrio, equipamiento social,
planificación e infraestructuras urbanas.
Esta necesidad de cambio de nuestras instituciones a cargo del desarrollo urbano, surge de la
creciente convicción que la falta de acceso justo a las oportunidades de las ciudades no sólo
genera exclusión social, sino que afecta al desarrollo y convivencia nacional en su conjunto. Es
por eso, que la equidad e integración social urbana debiera ser una prioridad nacional, tan
importante como lograr mayor equidad en la educación y la salud.
Notas:
[1] Encuesta de Percepción de Calidad de Vida Urbana-2011” del Ministerio de Vivienda y
Urbanismo
[2] Por ejemplo, de las 52 comunas que existen en la Región Metropolitana, las seis comunas
más ricas tienen solo el 14% de la población, pero concentran el 47% del total de los recursos
municipales, con un gasto público por habitante que es 2,5 veces superior al promedio
metropolitano y 4,3 veces mayor al de las 10 comunas más pobres de la Región.
[3] Decreto Supremo N°78 del 4 de marzo de 2014
[4] “Catastro Nacional de Condominios Sociales”, MINVU, 2014
[5] Datos de serie no agrícola del catastro de bienes raíces del SII del primer semestre de 2014.
[6] D.L. N° 2.552/1979
[7] Ley 20.500 sobre Asociaciones y Participación Ciudadana en la Gestión Pública.
ACERCA DEL AUTOR
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. KAZTMAN, Rubén (2001): “Seduced and abandoned: the social isolation of the urban poor”, en
CEPAL Review 75.
2. TIRONI, Manuel (2003) “Nueva pobreza urbana. Vivienda y capital social en Santiago de
Chile, 1985-2001” Santiago, Universidad de Chile, Predes/RIL Editores.
3. MINVU (2007). Chile. Un siglo en políticas de vivienda y barrio.
4. BRAIN, Isabel y SABATINI, Francisco (2006): Los precios del suelo en alza carcomen el subsidio
habitacional, contribuyendo al deterioro en la calidad y localización de la vivienda social.
PROURBANA Nº 4. Santiago: UC-Políticas Públicas.
5. PROURBANA (2010): Efectos del Subsidio Diferenciado a la Localización en la ubicación y precio
de la vivienda social. Presentación de diapositivas.
6. RAZMILIC Slaven, (2014) “Impuesto territorial y financiamiento municipal” Propuesta de
Política Pública CEP, Noviembre de 2014.