C A - D P: Orte de Pelaciones Erecho Enal
C A - D P: Orte de Pelaciones Erecho Enal
C A - D P: Orte de Pelaciones Erecho Enal
COHECHO
I. ATENUANTE DE RESPONSABILIDAD DE REPARACIÓN CELOSA DEL
MAL CAUSADO. INEXISTENCIA DE UN LÍMITE TEMPORAL PARA LA
ACTIVIDAD REPARATORIA DEL IMPUTADO. PROCEDENCIA DE LA
REPARACIÓN HASTA ANTES DE LA DICTACIÓN DE LA SENTENCIA
DE TÉRMINO. II. BIENES JURÍDICOS PROTEGIDOS POR EL DELITO
DE COHECHO SON LOS PRINCIPIOS DE IMPARCIALIDAD Y DE
IGUALDAD EN LAS RELACIONES ENTRE LA ADMINISTRACIÓN Y LOS
ADMINISTRADOS. IMPROCEDENCIA DE LA REPARACIÓN CELOSA DEL
MAL CAUSADO MEDIANTE EL DEPÓSITO DE DINERO A UN CUERPO
DE BOMBEROS TRATÁNDOSE DEL DELITO DE COHECHO.
Hechos
Doctrina
persigue. Por lo mismo, es posible que los hechos que constituyan la causal
de atenuación se configuren hasta antes de dictarse sentencia de término
(considerando 4º de la sentencia de la Corte de Apelaciones).
II. En el caso del cohecho activo o soborno la pena en la ley es la misma que
para el funcionario público se prevén en los delitos de cohecho pasivo propio
del artículo 248 y de cohecho pasivo propio agravado del artículo 248 bis,
de manera tal que al equiparar el legislador al particular en la categoría de
autor del delito –la legislación previa lo consideraba cómplice del soborna-
do– ha puesto sobre los hombros de éste un especial deber que, por repudiable
que sea su actitud, en rigor no está obligado a cumplir, cual es la fidelidad
hacia la Administración –Politoff, Matus y Ramírez–. Asimismo, se sostiene
también que en el delito de cohecho activo el bien jurídico tutelado es el
principio de imparcialidad e indirectamente el de igualdad, como rectores
en las relaciones entre la Administración y los administrados. Pues bien,
en cualquiera de estas hipótesis lo cierto es que el depósito de una cantidad
determinada de dinero a un Cuerpo de Bomberos no cumple la finalidad de
reparar el mal causado por el delito, por cuanto la lesión o puesta en peligro
del bien jurídico que busca proteger la figura típica no es posible de ser re-
sarcida o desagraviada en virtud de una acción de esta clase (considerando
4º de la sentencia de la Corte de Apelaciones).
Cita online: CL/JUR/5039/2016
Normativa relevante citada: Artículos 11 Nº 7, 248 y 248 bis del Código Penal.
también manifestó que no era aplicable al caso atendido el hecho que, tratándose
del delito en cuestión, esto es el de cohecho previsto en los artículos 248 y 248 bis
del Código Penal, la reparación del mal causado no podría hacerse por medio de la
tradicional consignación monetaria según la naturaleza del bien jurídico protegido.
Por último, que ésta resultaría inidónea tratándose de la entrega de una suma de
dinero a una institución como el Cuerpo de Bomberos de Santiago.
En atención a lo expuesto, procede el tribunal de alzada a revisar estas tres
circunstancias, a efectos de analizar su pertinencia y verificación en los hechos.
En primer lugar, y analizando la oportunidad en que se llevó a cabo la actividad
que luego se invoca como constituyente del acto de reparación –el depósito de di-
nero– se suman a la opinión conteste mayoritaria de la doctrina y la jurisprudencia
en cuanto a que tal actividad se puede desplegar y verificar en cualquier momento
del juicio. En otros términos, el daño se puede reparar y se puede dar cuenta de tal
hecho, por el medio adecuado que corresponda, “hasta antes de la dictación de la
sentencia”. Otra cosa es que, por cierto, puede resultar poco presentable desde el
punto de vista de un ejercicio profesional decoroso y diligente, pero no es, desde
el punto de vista normativo y del punto de vista del tribunal, inconducente, sino
que debe de reconocérsele completamente su valor y eficacia.
En cuanto a la aplicabilidad de la minorante en el caso específico del delito
de cohecho activo y pasivo, el tribunal de alzada razona en términos de extender
su aplicación dado el hecho de que la norma no lo prohíbe, no discrimina y por
tanto no excluye, en el particular, la posibilidad de aplicación de esta atenuante
ante delitos de esta naturaleza. No distinguiendo la reparación del daño, sino que
éste se haga “con celo”, el punto, por tanto, es determinar el alcance y naturaleza
del bien jurídico protegido de manera de, a su vez, determinar la posibilidad de
reparar efectivamente el mal causado, esto es, la afectación a tal bien jurídico
protegido penalmente por el tipo penal.
Dice el tribunal que, no obstante de tratarse de delitos que atentan contra
bienes jurídicos de carácter abstracto tales como “la fidelidad ante la Adminis-
tración”, “la imparcialidad” e indirectamente el de “la igualdad”, todos ellos
vinculados a los términos en que se lleven adelante las relaciones entre la Admi-
nistración y particulares.
Ahora bien –y he aquí el punto clave del razonamiento del tribunal de alzada– en
los hechos esta reparación del mal causado no habría podido verificarse mediante
el expediente de un depósito hecho a nombre del Cuerpo de Bomberos de Santiago.
La causa se llevó adelante por la verificación de la conducta típica en relación
a Carabineros de Chile.
Bien puede considerarse al menos que, en una interpretación muy amplia del
ámbito de afectación de la conducta del encausado, el daño debería resarcirse
dirigiendo la actividad reparatoria a un ente de la misma o similar naturaleza; de
ser posible, ya fuera Carabineros de Chile mismo o la Policía de Investigaciones de
Chile. En un sentido aún más amplio, dirigiéndose a cualquier instancia del sistema
de administración de justicia criminal, o aún más, a cualquier ente público parte
del sistema de administración de justicia –sin importar su competencia específica.
Finalmente, en la interpretación más laxa de todas, la actividad reparatoria al
menos debería cumplir con el requisito de ir dirigida a un ente público, esto es,
aquellos reconocidos como tales según las leyes pertinentes, tales como la Ley Or-
gánica Constitucional de Bases de la Administración y la Constitución Política de
la República, incluyendo así tanto a organismos públicos estatales, de cualquiera
de los poderes del Estado o constitucionalmente autónomos.
Desafortunadamente, en el caso concreto, el Cuerpo de Bomberos de Santiago,
asociación sin fines de lucro dedicada a una actividad de interés público, y con
reconocida trayectoria y prestigio1, no cumple con ninguna de las características
mínimas antes descritas, y por tanto, aún guardando apenas los resguardos mínimos
para dar por cumplidos los requerimientos para entender que la actividad efecti-
vamente es reparatoria, y con celo, del mal causado –daño dirigido a los términos
en que deben de desarrollarse idealmente las relaciones entre la Administración
y los particulares– ya que tiene como objeto de la actividad benéfica –depósito de
dinero– a una institución en estricto rigor, privada, que no puede, en caso alguno,
representar a la Administración como contraparte en relaciones con particulares.
le fue concedida por decreto supremo del Ministerio de Justicia de 5 de septiembre de 1898. Está
integrada por todos los individuos, nacionales y extranjeros, aceptados como bomberos. El cuerpo
a su vez se encuentra organizado sobre la base de un Directorio constituido por un Consejo de
Oficiales Generales, Directores de Compañías y un Consejo Superior de Disciplina; junto a él
una Superintendencia a cargo de oficiales generales, con todas las funciones ejecutivas a su cargo.