Amora 13412
Amora 13412
Amora 13412
Bibliotecas
Escrituras
Conferencia general
Ven, sígueme
Biblioteca de música
Inspiración
Sirve
Llamamientos
Compartir el Evangelio
Templos
Historia Familiar
novedades
Sala de Prensa
Transmisiones
Acerca de nosotros
Creencias
Acerca de nosotros
Global - Español
Cambiar la región
Español
Herramientas
Mi página de inicio
Donativos
Portal Misional
Calendario
Notas
Bendición patriarcal
Cuenta
Configuración de la cuenta
Iniciar sesión
Libros y lecciones
Índice de contenidos
portada
Introducción
Capítulo 1: Nuestro Padre Celestial
Capítulo 5: La Creación
Índice
Capítulo 28
El servicio
Piense de qué manera otras personas le han prestado servicio a usted y a los miembros de su
familia.
Jesús dijo: “…Yo estoy entre vosotros como el que sirve” (Lucas 22:27). Como verdaderos
discípulos de Jesús, nosotros también debemos servir a los demás.
El servicio es prestar asistencia a quienes necesitan ayuda. El servicio cristiano nace del amor
genuino que se siente por el Salvador, y del amor y la preocupación por quienes Él no sólo nos
da la oportunidad de ayudar, sino de guiar en la vida. El amor es más que un sentimiento;
cuando amamos a los demás, deseamos ayudarlos.
Todos debemos estar dispuestos a prestar servicio, sin tomar en cuenta nuestra posición
económica, social ni nuestra edad. Algunos piensan que sólo la gente pobre y desvalida debe
servir; otros piensan que únicamente los ricos deben prestar servicio; sin embargo, Jesús
enseñó otra cosa. Cuando la madre de dos de Sus discípulos le pidió que honrara a sus hijos en
Su reino, Jesús le respondió: “Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse
grande entre vosotros será vuestro servidor; y el que quiera ser el primero entre vosotros será
vuestro siervo” (Mateo 20:26–27).
Hay muchas formas de servir. Podemos ayudar a los demás económica, social, física y
espiritualmente. Por ejemplo, podemos dar alimentos u otros artículos a quienes los
necesiten; y ayudar a los necesitados al contribuir una ofrenda de ayuno generosa; podemos
brindarle amistad a un recién llegado, cultivar un pequeño huerto para una persona anciana o
cuidar de un enfermo. Podemos enseñar el Evangelio a quienes necesitan conocer la verdad o
consolar a quienes sufren.
Podemos realizar grandes y pequeños actos de servicio. Nunca debemos dejar de prestar
ayuda a alguien por considerar que es muy poco lo que podemos h