Una Mano de Hermanamiento M Russell Ballard
Una Mano de Hermanamiento M Russell Ballard
Una Mano de Hermanamiento M Russell Ballard
saluda, nadie demuestra inters. Luego, por motivo de su posicin eclesistica, todos
cambian y le ofrecen su amistad'.''
El segundo incidente tiene que ver con dos hermanas que viven a 3.200
kilmetros la una de la otra. Los misioneros regulares les ensearon las charlas, cada
una recibi la confirmacin del Espritu y se bautizo. Ambas eran solteras y tenan
entre veinte y veinticinco aos. Una de las hermanas asisti a las reuniones, conoci
al obispo, desarroll una amistad con los miembros y estos la invitaron a sus hogares.
Los miembros del barrio la hicieron sentir bienvenida y que la necesitaban. Recibi
un llamamiento eclesistico inmediatamente despus del bautismo y continu
aprendiendo y viviendo el evangelio en compaa de los miembros de su barrio y de
su estaca. Ella participo regularmente y sirvi en varios llamamientos de barrio y de
estaca. Con el tiempo se cas en el templo y se mantiene fiel en la Iglesia.
La otra hermana, despus de recibir la confirmacin del Espritu, nunca se reuni
con el obispo personalmente. No la visitaron los maestros orientadores ni las
maestras visitantes; tampoco recibi ningn llamamiento eclesistico. Por varias
semanas asisti a las reuniones dominicales, pero nadie le prestaba atencin. Con el
tiempo, los misioneros que le haban enseado fueron trasladados y su inters en el
evangelio disminuy por no tener el apoyo de los miembros. No la ''recordaron ni la
nutrieron por la palabra'' (vase Moroni 6:4). Pronto dej de asistir a las reuniones de
la Iglesia, volvi a sus antiguas amistades y estilo de vida y se cas con una persona
que no era miembro de la Iglesia. En la actualidad es un ciudadana excelente y
productiva, adems de ser una madre y esposa amorosa y respetable Pero no
disfruta de las bendiciones de pleno hermanamiento en la Iglesia.
Recientemente, en el Church News, un peridico de la Iglesia, apareci un
articulo acerca de dos misioneras ya mayores que dan un ejemplo de los atributos de
amor y cuidado por los dems mientras sirven sus misiones en un pueblito del estado
de Utah. El presidente de estaca acredita a estas dos hermanas el haber trado a su
estaca un sentimiento de amistad y simpata. De hecho, los esfuerzos de estas
hermanas para ensear y hermanar han cambiado la actitud de toda la estaca. La
obra del Seor es ahora mas eficaz e influye en todos, incluso en los menos activos y
en las personas que no son miembros de la Iglesia. El presidente de estaca comenta
que en las pequeas comunidades agrcolas, la activacin de familias menos activas
tiene un gran impacto en los dems. Espera que por lo menos de doce a quince
familias se activen y vayan al templo este ao.
Hermanos y hermanas, siempre recordemos el tiempo, los esfuerzos y los
distintos recursos que los misioneros y otras personas invierten en encontrar y
ensear a uno de los hijos de nuestro Padre. Por cierto, cada uno de nosotros debe
estar alerta, buscando maneras de brindar servicio al recin llegado. Debemos
preguntarnos: Cmo debera tratar a los que lleguen por primera vez a mi barrio si yo
fuera la nica persona que van a conocer? Cada uno de los miembros de la Iglesia
debe desarrollar atributos de calidez, sinceridad y amor por los recin llegados, tal
como se les ensea a los misioneros.
Esta enseanza es muy clara; debemos extender nuestro amor mas all del
ncleo familiar, de los amigos y miembros de la Iglesia. Debemos abrir nuestro
corazn a todos.
Podemos dar el amor de Cristo por medio de pequeos actos. Por ejemplo, la
calidez de una sonrisa al saludar puede hacer mucho en las relaciones entre vecinos.
Jess hizo otra pregunta: ''Y si saludis a vuestros hermanos solamente, (,que hacis
de mas'? No hacen as tambin los gentiles?'' (Mateo 5:47.)
Hace unos aos, un amigo mo estaba trabajando una maana en el techo de su
casa. Al mirar hacia abajo, vio un camin de cemento que estaba entregando su
pesada carga en la casa de un vecino que no era miembro de la Iglesia. Se dio cuenta
de que su vecino necesitaba ayuda y. sin que se le pidiera, mi amigo bajo del techo,
busc sus herramientas para trabajar en el cemento y fue a ayudar al vecino. Con su
habilidad y experiencia, la ayuda que brindo fue muy apreciada. Aunque ese vecino
haba dicho que no le gustaban los miembros de la Iglesia, al final del da mostr un
genuino aprecio por mi amigo. Ese fue el comienzo de una larga y fuerte amistad.
Jess nos dio un nuevo mandamiento y dijo que seria la caracterstica de sus
discpulos:
''Un mandamiento nuevo os doy: Que os amis unos a otros; como yo os he
amado, que tambin os amis unos a otros.
''En esto conocern todos que sois mis discpulos, si tuviereis amor los unos con
los otros.'' (Juan 13:34 35.)
Como discpulos de Cristo, necesitamos sentir un amor genuino por los dems. Al
hacerlo, nuestra vida recibir nueva luz. Este amor es esencial en la obra misional,
mas nunca debemos tratar a nuestros vecinos solamente como futuros conversos.
Hemos tenido la triste experiencia de ver a miembros de la Iglesia que intentaron
convertir a sus vecinos y amigos, y, cuando estos no aceptaron, les retiraron su mano
como amigos y vecinos. No debemos estar tan ansiosos de dar a conocer el evangelio
al punto de volvernos insensibles a los sentimientos de los dems.
Os exhorto a desarrollar buenas amistades personales con vuestros vecinos y
conocidos. El inters en el evangelio puede venir mas tarde como una extensin
natural de buena amistad. Las invitaciones a participar en l as actividades
relacionadas con el evangelio a menudo fortalecern la amistad con los conocidos. Si
no estn interesados en el evangelio, debemos demostrar un amor incondicional por
medio de actos de servicio y bondad, y nunca darles a entender que les vemos como
futuros conversos. Los miembros deben comprender que si una persona que no es
miembro de la Iglesia declina la invitacin a investigar el evangelio. no esta
necesariamente rechazando el evangelio .
Aferrmonos al consejo del apstol Pablo de no ser "mas extranjeros ni
advenedizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios''
(Efesios 2:19).
A pesar de las bien publicadas criticas, creo que los miembros de la Iglesia desean
ser buenos amigos y vecinos por doquiera que vivan, pero algunos son tmidos y
quizs demasiado cautos, lo cual les hace parecer que solo desean asociarse con
otros miembros. No debemos reservar nuestra bondad y afecto solo para los
miembros de la Iglesia; debemos ser sensitivos sin olvidar los sentimientos de las
personas que tienen distintos puntos de vista que nosotros. Al considerar la historia
de la Iglesia en los primeros aos de esta dispensacin, los miembros de la Iglesia
deberamos aborrecer la indiferencia y la falta de bondad entre las personas.
Os doy mi testimonio de que Dios no hace acepcin de personas y que debemos
seguir su ejemplo en nuestra asociacin con nuestros semejantes. Os testifico que
Jesucristo es el Hijo de Dios, el Salvador de toda la humanidad. El ama a todos los
hombres y espera que todos hagamos lo mismo. Es mi humilde oracin que as sea,
en el nombre de Jesucristo. Amen.