Fallo
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RESULTA
I.– Que intervienen en esta causa, el Sr. Fiscal Dr. José Luis
Bruno y el Sr. Defensor Dr. Luis Casares, quienes en la audiencia
celebrada el día 06 de febrero del corriente año, expusieron su
voluntad de arribar a un acuerdo pleno que pusiere fin a esta causa.
Este tribunal admitió la prosecución del trámite de
homologación y reconvirtió la audiencia de debate en audiencia de
acuerdo pleno prevista en el art. 324 del CPPF.
En esta oportunidad el Sr. Fiscal Dr. José Luis Bruno, relató el
hecho que se le achaca al imputado Carlos Benito Espíndola, de tal
manera detalló que el día 01 de octubre del 2022 a las 22:50 en la ruta
nacional N° 50, precisamente en el kilómetro 46, puesto de control 28
de julio de Gendarmería Nacional, personal de dicha sección
divisaron que arribó al mismo una empresa de pasajeros “San
Antonio” interno 45, con dirección norte-sur. Al realizar el control
documentologico, los preventores advirtieron que el pasajero de la
butaca N° 17, que después se identificó como Carlos Benito
Espíndola, realizaba algunos movimientos que denotaban cierta
incomodidad en la espalda.
Luego de efectuar la requisa pertinente surgió que el encausado
transportaba tres (3) paquetes rectangulares adheridos al cuerpo con
cinta de embalar y un teléfono celular.
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Posterior a ello la pericia química N° 108921 realizada por la
subalférez Cecilia Vanina Torres determinó que los paquetes
secuestrados contenían cocaína en un peso de dos (2) kilos, con
novecientos noventa y ocho gramos coma cinco (998,5) con una
concentración de THC que va desde el 29,88% al 47,50%, y una
capacidad para producir 12.366,45 dosis umbrales.
En razón del hecho relatado el Ministerio Publico Fiscal,
atribuyó al imputado la autoría del delito de Transporte de
Estupefacientes previsto y reprimido en el artículo 5 inc. “c” de la ley
23.737.
II.- A su turno el señor Defensor Dr. Luis Casares, señaló que
tal como lo dijo el señor Fiscal, y en virtud del art. 22 y 323 siguientes
del CPPF han llegado a un acuerdo para concluir el presente proceso
mediante juicio abreviado.
En ese sentido mencionó que le hizo conocer al señor Espindola
detalladamente en que consiste el acuerdo abreviado, a lo cual el
encausado acepto el hecho imputado, su participación, los
antecedentes probatorios, la tipificación, como así también la pena
acordada con el MPF, siendo esta de cuatro (4) años de prisión, más la
multa de cuarenta y cinco (45) unidades fijas.
Respecto a la modalidad de cumplimiento mencionó que el
Ministerio Publico de la Defensa entiende que se dan los presupuestos
para que la misma sea bajo la modalidad domiciliaria.
En ese sentido sostuvo que se probó acabadamente mediante los
informes sociales y las pertinentes constataciones que su asistido
reside en la calle Los Robles, pasaje León del barrio 6 de enero de la
ciudad de Orán. Como así también, que el encartado es el sostén de su
familia, siendo su actividad principal la de trabajador rural y
eventualmente realiza el trabajo de bagayero.
Asimismo, destacó que el encausado es padre y se hace cargo
de 6 niños, de los cuales 2 son hijos biológicos y 4 de su pareja, la
señora Nancy Telma Sosa. Los 6 niños menores de edad, son Josué
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cuatro (4) años, Zahira seis (6) años, Melina once (11) años, José
trece (13) años, Nicole catorce (14) y Mercedes dieciséis (16).
A la vez mencionó que el Ministerio Publico de la Defensa dio
intervención al Licenciado Corona, para que realice un estudio sobre
el grupo familiar del señor Espíndola. En donde destacó que el
procesado es el principal sostén económico dentro del grupo familiar,
y que realiza actividades informales entre ellas albañilería y trabajos
rurales. A la vez la señora Sosa, pareja del encausado, debido al
arresto domiciliario que mantenía el señor Espindola, tuvo que
trabajar en el campo cosechando, y que por dichas actividades era
remunerada con mil ochocientos ($1.800) pesos diarios. Recalcó que
el único ingreso estable de la familia corresponde a la AUH que
corresponde a cincuenta mil ($50.000) pesos.
A la vez, la defensa puntualizó que su defendido no tiene un
grupo familiar que lo contenga o lo ayude en esta situación, y menos
aún quien pueda velar por los niños. El padre del señor Espindola es
un trabajador rural que vuelve únicamente a la ciudad los domingos y
la madre del encausado falleció. (para acreditar esto acompaño acta de
defunción).
El Dr. Casares enfatizó que es procedente hacer extensiva la
prisión domiciliaria del señor Espíndola, considerando que carece de
antecedentes penales, su edad, la vulnerabilidad de tipo económico
que atraviesa su familia ya que él era el encargado de obtener el
sustento económico que ahora recae en la cabeza de su esposa, es por
esa razón que el MPD entiende que en este caso corresponde aplicar
el art. 10 inciso “f” del Código Penal y el art. 32 de la ley 24.660.
En ese sentido también agregó que hay que tener en cuenta
todos los derechos del niño y que es importante salvaguardar su
integridad. La Convención sobre los Derechos del Niño, en su
preámbulo señala que el niño para el pleno y armonioso desarrollo de
su personalidad debe crecer en el ámbito familiar. Así también en
diversos artículos como ser el 7.1; 8.1 y el 9.1, expresan los derechos
de los niños a estar con los padres; la responsabilidad de la crianza, el
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desarrollo de los mismos y por sobre todo la obligación de velar para
que el niño no sea apartado de sus padres contra la voluntad de estos,
excepto cuando esta separación sea necesaria por el interés superior
de los niños.
Con el fin de que esta familia siga adelante, se cumpla a la vez
el fin de la pena que es la reinserción social y que no se transfiera el
reproche penal a la familia, es que están dadas las condiciones para
que el señor Espindola cumpla la pena bajo la modalidad domiciliaria
y su esposa salga a trabajar.
Finalmente, el Dr. Casares solicitó, que por todos los motivos
expuestos, y en caso que el MPF acepte dicha propuesta, se
homologue el acuerdo y se dicte sentencia en los términos propuestos,
esto es condenar al señor Carlos Benito Espíndola a la pena de cuatro
(4) años de prisión bajo la modalidad domiciliaria y la multa de 45
unidades fijas, por el delito de Transporte de Estupefacientes
contemplado en el art. 5 inciso “c” de la ley 23.737.
III.- Por su parte el Sr. Fiscal, señaló que en referencia a la
calificación jurídica, los parámetros del art. 40 y 41 respecto a los
atenuantes y agravantes, como así también respecto a la naturaleza del
hecho, al peso del estupefaciente secuestrado, a las condiciones
personales y a la carencia de antecedente del imputado, es que
entiende que el monto de la pena resulta razonable, siendo esta de
cuatro (4) años de prisión más la multa de cuarenta y cinco (45)
unidades fijas y las accesorias por el tiempo que dure la condena.
Respecto a la modalidad de ejecución de la pena, recalcó que el
MPF siempre tuvo presente que la misma sea en concordancia con la
ley 24.660. Es por ello que no se busca sentar un antecedente de esta
clase ya que esto resultaría bastante peligroso y abriría las puertas
para que se use dicha modalidad y todos aquellos que tengan hijos
menores busquen ser beneficiados con esta clase de ejecución.
Sostuvo que, en este caso en particular, se tuvo en cuenta el
informe efectuado por el Licenciado Corona, donde detalla la
vulnerabilidad económica del grupo familiar, el cual se encuentra por
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pleno. A su vez no ha existido contradicción en la pena a imponer
siendo esta de cuatro (4) años de prisión bajo la modalidad
domiciliaria, más la multa de cuarenta y cinco (45) unidades fijas y la
inhabilitación por el tiempo de la condena.
Al existir un consenso entre las partes en la forma adoptada
para concluir este proceso, es criterio del suscripto en declararlo
procedente, debiéndose tener presente que para estos supuestos, el
ámbito de facultades del órgano jurisdiccional se encuentra reducido y
limitado, pues la norma solo exige verificar que se cumplan con los
requisitos legales para su admisibilidad (conforme art. 325 tercer
párrafo del CPPF).
El art. 2 del nuevo digesto procesal fija en forma genérica los
principios de igualdad entre las partes y la contradicción, en base a
este último principio, los jueces debemos abocarnos solamente a
realizar un control estricto de legalidad en función de lo que hemos
sido llamados a resolver y evitar interferir en los puntos donde las
partes no presentan conflictos.
II.- De tal manera, en relación al hecho atribuido, respecto del
cual no hubo contradicción a como sucedió, se tiene por cierto; que el
día 01 de octubre del 2022 a las 22:50 en la ruta nacional N° 50,
precisamente en el kilómetro 46, puesto de control 28 de julio de
Gendarmería Nacional, personal de dicha sección divisaron que arribó
al mismo una empresa de pasajeros “San Antonio” interno 45, con
dirección norte-sur. Al realizar el control documentologico, los
preventores advirtieron que el pasajero de la butaca N° 17, que
después se identificó como Carlos Benito Espíndola, realizaba
algunos movimientos que denotaban cierta incomodidad en la espalda.
Luego de efectuar la requisa pertinente surgió que el encausado
transportaba tres (3) paquetes rectangulares adheridos al cuerpo con
cinta de embalar y un teléfono celular.
Posterior a ello la pericia química N°108921 realizada por la
subalférez Cecilia Vanina Torres determinó que los paquetes
secuestrados contenían cocaína en un peso de dos (2) kilos con
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IV.- En referencia a la calificación legal, corresponde compartir
la calificación acordada por las partes mediante la cual se encuadra la
conducta del señor Carlos Benito Espíndola en el delito de Transporte
de Estupefacientes previsto y penado por el art. 5 inc. “c” de la Ley
23.737.
De tal manera el acusado, ha transportado en una empresa de
pasajeros “San Antonio”, mediante tres paquetes rectangulares
adheridos a su cuerpo con cinta de embalar, cocaína, sustancia que
tiene la calidad de estupefaciente conforme los términos del artículo
77 del Código Penal.
La cantidad de estupefacientes secuestrados dos mil
novecientos noventa y ocho gramos y cinco decigramos (2.998,5) en
total de cocaína con una concentración que oscila entre el 29,88% al
47,50%, con capacidad de producir 12.366,45 dosis umbrales, resulta
suficiente para tener por acreditado el destino de comercialización.
Al respecto se ha dicho que “La conducta desplegada por el
acusado, queda encuadrada en el tipo penal de Transporte de
Estupefacientes en el grado de autor, previsto y reprimido por el art.
5 inc. “c” de la ley 23.737, pues quedo fehacientemente acreditado
que el causante procedió al traslado de los paquetes… de un lugar a
otro, con conocimiento del tipo de sustancia prohibida que se
encontraba transportando al momento de su detención, lo cual
resulta suficiente a los fines de la concreción de este injusto.
Encontrándose el acusado en tránsito con la mercadería, ejecuta en
forma completa el modo comisivo, ya que no resulta necesario que
arribe a destino para que el hecho quede consumado como transporte
de estupefacientes” (“DE LIMA, Demilson s/Transporte de
estupefacientes”, Expte. N° 2223/06 T.O. – Libro 33, fs. 8576/81, reg.
N° 2703,04/06/07).
Por lo tanto, la conducta reprochada al causante encuadra en el
delito de Transporte de Estupefacientes.
V.- En referencia a la determinación de la pena cabe homologar
el acuerdo presentado, con la pena convenida, puesto que el artículo
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325 del CPPF me impide imponer una pena superior a la acordada por
las partes ni modificar la forma de su ejecución.
Sin embargo, en relación a la pena a imponer según lo
establecido en los artículos 40 y 41 del código penal, cabe señalar
como agravante, el medio empleado para ocultar la droga, esto es
llevarla adosada a su cuerpo, así también la participación y
responsabilidad del encartado considerando la cantidad de
estupefaciente secuestrado – 2.998,5 gramos de cocaína-, su poder
toxicomanigeno, y el número de dosis umbrales posibles de obtener,
con su considerante lesión al bien jurídico protegido.
En tanto resultan atenuantes para el señor Espíndola, su joven
edad (33 años) lo que facilita su reinserción social, el buen
comportamiento demostrado durante el desarrollo de la audiencia, la
ausencia de antecedentes penales según lo manifestado por el señor
fiscal, el ingreso limitado por parte del encartado lo que significa una
situación de vulnerabilidad y necesidad de encontrar un ingreso
económico para sostener a su grupo familiar que cuenta de 8
miembros, siendo estas circunstancias a la vez manifestadas por el Sr.
Fiscal con acuerdo de la Defensa.
Por otro lado entre los factores que me llevan a compartir con lo
propuesto por las partes, que la modalidad de la detención sea
domiciliaria, está el informe elaborado por el Licenciado Corona, el
cual fue presentado por la defensa del señor Espindola, y no fue
refutado por el señor Fiscal.
Dicho informe social detalló que el señor Espindola está a cargo
de 6 niños, de los cuales 2 son hijos suyos y 4 son hijos de su pareja,
la señora Nancy Telma Sosa.
Así también, el Licenciado Corona señaló que el encausado era
el sostén económico de la familia y que desarrollaba como actividad
principal trabajos rurales y trabajos de albañilería; pero debido al
proceso que afronta el encausado, la señora Sosa esposa del señor
Espindola, empezó a realizar trabajos de cosecha, por los que recibe
mil ochocientos ($1.800) pesos por día, pero al no ser un trabajo fijo,
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el único ingreso estable con el que cuenta la familia corresponde a la
AUH por el que recibe la suma de cincuenta mil ($50.000) pesos.
Esto me lleva a la conclusión de que el núcleo familiar del
señor Espindola está conformado por los 6 menores de edad y su
esposa. A la vez la Defensa demostró que no hay una persona
diferente al encausado que pudiera estar a cargo del cuidado de los
niños mientras la señora Sosa, trabaja, ya que es ella quien se
convirtió en el sostén económico de la familia y no puede delegar el
cuidado ni tutela de los niños a nadie más. El padre del señor
Espindola se encuentra trabajando en el campo y la madre falleció.
Es por ello que si se entendiera de una manera diferente y se
determinara que el señor Espindola deba cumplir la pena de forma
efectiva en un servicio penitenciario, esto provocaría un perjuicio en
los niños, resultando vulnerados sus derechos.
En ese sentido la Convención sobre los Derechos del Niño,
como la ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las
Niñas, Niñas y Adolescentes, disponen que los Estados deban velar
porque el niño no sea separado de sus padres, quienes tienen la
obligación de su crianza y desarrollo, y al mismo tiempo resalta el
derecho a mantener vínculos familiares y no sufrir injerencias
arbitrarias en la vida familiar.
Así también el principio de la intranscendencia o trascendencia
mínima, establece que en un estado de derecho, la pena debe ser
personal, sin trascender la persona del delincuente, así lo establece la
Convención Americana sobre Derechos Humanos en su artículo 5.3.
En ese orden de ideas, la pena que recae sobre en la persona del
señor Espindola por su incorrecto actuar, no puede transcender, en
este caso sobre los niños que tiene a su cargo.
Por todo ello, el tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de
Salta, integrado en forma unipersonal por el suscripto.
FALLA:
I.- HOMOLOGAR el Acuerdo Pleno formulado y
CONDENAR a CARLOS BENITO ESPINDOLA a la pena de
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