Masachussets Anestesia Regional
Masachussets Anestesia Regional
Masachussets Anestesia Regional
CONSIDERACIONES GENERALES
A. La valoración prequirúrgica del paciente para anestesia regional es
similar a aquélla para la anestesia general. Deben tomarse en cuenta los
detalles del procedimiento a realizar, incluida la duración esperada, la
posición del paciente y una revisión completa de cualquier comorbilidad
para determinar la adecuación de una técnica regional.
B. Debe examinarse el área donde se administrará el bloqueo en busca de
dificultades o patologías potenciales. Las anomalías neurológicas
preexistentes deben documentarse y determinar la presencia de
cifoescoliosis.
C. El antecedente de sangrado anormal y una revisión de los medicamentos
del paciente pueden indicar la necesidad de estudios complementarios de
coagulación.
D. Debe obtenerse el consentimiento informado que incluya una
explicación detallada del procedimiento planeado, con sus riesgos y
beneficios. Garantizar al paciente que se puede administrar sedación y
anestesia adicionales, durante la cirugía, y que la anestesia general es una
opción si el bloqueo falla o la operación se prolonga. En algunas
circunstancias, se planea desde el inicio contar con una combinación de
anestesia regional y general.
E. Como en la anestesia general, los pacientes deben recibir monitorización
adecuada (véase el capítulo 10) y tener colocado un catéter intravenoso
(IV). Debe disponerse de oxígeno, equipo para intubación y ventilación
con presión positiva, así como medicamentos para brindar soporte
hemodinámico.
TA B L A
Niveles cutáneos mínimos sugeridos para la anestesia espinal
17.1
Sitio quirúrgico Nivel
Extremidades inferiores T12
Cadera T10
Vagina, útero T10
Vejiga, próstata T10
Extremidades inferiores con torniquete T8
Testículos, ovarios T8
Intraabdominal inferior T6
Otras intraabdominales T4
2. Cardiovasculares
a. Hipotensión. La incidencia de hipotensión puede reducirse con la
administración IV de 500 a 1 000 mL de Ringer lactato antes de
realizar el bloqueo. Los pacientes con función cardiaca disminuida
requieren cuidado al administrar grandes volúmenes de líquidos IV,
debido a que la traslocación de líquido de la circulación periférica a
la central durante la retirada del bloqueo y el retorno del tono
vascular sistémico podrían producir sobrecarga de volumen y edema
pulmonar. El tratamiento de la hipotensión incluye aumentar el
retorno venoso y tratar la bradicardia grave. Puede ser necesario
utilizar la posición de Trendelenburg, la administración de líquidos,
elevar las extremidades inferiores para autotransfundir sangre o el
uso de vasopresores.
b. Bradicardia. La bradicardia puede tratarse con atropina o
glicopirrolato. Si la bradicardia es grave y se acompaña de
hipotensión, puede usarse efedrina o epinefrina.
3. Respiratorios
a. La disnea es un síntoma común con niveles espinales altos. Es
resultado del bloqueo proprioceptivo de las fibras aferentes de los
músculos de la pared abdominal y torácica. Confortar al paciente
puede ser lo único necesario, aunque debe asegurarse la ventilación
adecuada.
b. La apnea puede ser producto de la reducción del flujo sanguíneo
medular que acompaña a la hipotensión grave o por bloqueo directo
de C3 a C5 (“espinal total”), que inhibe el tono del nervio frénico.
Requiere soporte ventilatorio inmediato.
4. Viscerales
a. Retención urinaria. El mecanismo de la retención urinaria se
describe en la sección IV.B.4.a. Puede durar más que el bloqueo
sensitivo y motor. Debe colocarse una sonda urinaria si se mantiene
la anestesia o analgesia durante un periodo prolongado.
b. La náusea y el vómito se producen por hipotensión o estimulación
vagal sin oposición. El tratamiento implica restablecer la presión
arterial, administrar oxígeno y atropina IV.
5. Las infecciones después de anestesia espinal son raras. No obstante,
puede ocurrir meningitis, aracnoiditis y absceso epidural. Las etiologías
posibles incluyen contaminación química o infección viral o bacteriana.
La consulta y el pronto diagnóstico y tratamiento son esenciales.
6. El prurito es común con el uso de opioides neuraxiales, y es más
frecuente con la administración intratecal comparada con la epidural. El
mecanismo exacto no es claro. Los tratamientos farmacológicos
incluyen nalbufina (5 a 10 mg IV), naloxona (1 a 2 μg/kg/h), naltrexona
(6 a 9 mg PO), difenhidramina (25 a 50 mg IV/PO), ondansetrón (4 a 8
mg IV), y propofol (10 a 20 mg bolo IV).
7. Los escalofríos tienen una incidencia elevada y pueden tratarse con
meperidina IV (25 mg IV). Se ha demostrado que la clonidina (65 a 300
μg IV) tiene una eficacia similar.
V. ANESTESIA EPIDURAL
La anestesia epidural se obtiene al introducir anestésicos al espacio epidural.
A. Anatomía. El espacio epidural es un espacio potencial que se extiende
desde la base del cráneo hasta la membrana sacrocoxígea. Su límite
posterior es el ligamento amarillo, la superficie anterior de las láminas y
las facetas articulares. Su límite anterior es el ligamento longitudinal
posterior que cubre los cuerpos vertebrales y los discos intervertebrales. Su
límite lateral son los forámenes intervertebrales y los pedículos. Tiene
comunicación directa con el espacio paravertebral. Contiene grasa y tejido
linfático, así como venas epidurales, que son más prominentes en la región
lateral del espacio. Las venas no tienen valvas y comunican directamente
con las venas intracraneales. Las venas también comunican con las venas
torácicas y abdominales a través de los forámenes intervertebrales y con
las venas pélvicas a través del plexo venoso sacro. El espacio epidural es
más ancho en la línea media y disminuye al hacerse más lateral. En la
región lumbar, tiene entre 5 y 6 mm de ancho en la línea media; en la
región torácica media, el espacio es de 3 a 5 mm de ancho.
B. Fisiología
1. Bloqueo neural. El anestésico local colocado en el espacio epidural
actúa de manera directa sobre las raíces nerviosas espinales localizadas
en la porción lateral del espacio. Estas raíces nerviosas están cubiertas
por la vaina dural y el anestésico local obtiene acceso al LCR por
captación a través de la dura. El inicio del bloqueo es más lento que con
la anestesia espinal y la intensidad del bloqueo sensitivo y motor es
menor. La anestesia se desarrolla de modo segmentario y puede
lograrse el bloqueo selectivo.
2. Cardiovascular. Los cambios fisiológicos por el bloqueo simpático
son similares a los descritos para la anestesia espinal (véase la sección
IV.B.2), pero por lo general, los cambios hemodinámicos sean más
lentos. Las dosis altas de anestésico local pueden absorberse o
inyectarse de modo inadvertido hacia la circulación sistémica y
deprimir el miocardio. La epinefrina usada para prolongar la duración
de los anestésicos locales también puede absorberse o inyectarse a la
circulación sistémica, con taquicardia e hipertensión.
3. Respiratoria. Los cambios fisiológicos son similares a los descritos
para la anestesia espinal. Cuando se emplea analgesia epidural
posquirúrgica con anestésicos locales diluidos después de cirugía mayor
abdominal, abdominal superior o torácica, la reducción de la capacidad
residual funcional y la alteración del funcionamiento diafragmático se
minimizan, lo que mejora la evolución pulmonar global. Con la
anestesia epidural, la incidencia de hipoxemia posquirúrgica puede
disminuir al reducir la dosis y los efectos de los opioides sistémicos.
4. Coagulación. Se ha informado que la anestesia epidural reduce la
trombosis venosa y la embolia pulmonar subsecuente. Los mecanismos
propuestos incluyen el aumento del flujo sanguíneo pélvico, la
disminución de la respuesta simpática a la cirugía y movilidad más
temprana. La anestesia epidural puede reducir la pérdida intraquirúrgica
de sangre durante la cirugía de cadera, pelvis y región inferior del
abdomen.
5. Gastrointestinal. La anestesia epidural puede administrarse en
pacientes sometidos a resección intestinal con anastomosis. Como con
la anestesia espinal, el predominio del sistema parasimpático puede
causar contracción del intestino. Con frecuencia, los pacientes presentan
retorno más rápido de la función intestinal con el uso de una epidural.
6. Otros cambios fisiológicos observados son semejantes a los descritos
para la anestesia espinal (véase la sección IV.B).
C. Técnica
1. Agujas epidurales. Con mayor frecuencia, se utilizan las agujas Tuohy
o Weiss calibre 17 para la identificación del espacio epidural. Estas
agujas son tipo estilete, tienen un borde romo con una abertura lateral y
una pared delgada para permitir el paso de un catéter calibre 20.
2. Posición del paciente. Los pacientes pueden posicionarse para
anestesia epidural en posición sedente o lateral. Las mismas
consideraciones son aplicables para la anestesia espinal (véase la
sección IV.C.2).
3. Monitorización. El paciente debe vigilarse con monitores estándar que
incluyen ECG, presión arterial y saturación de oxígeno.
4. Abordajes. Ya sea mediante un abordaje de línea media o
paramediano, la aguja debe entrar al espacio epidural en la línea media,
debido a que el espacio es más ancho ahí y disminuye el riesgo de
punción de las venas epidurales, arterias vertebrales o raíces nerviosas
espinales, todos los cuales se encuentran predominantemente en la
región lateral del espacio epidural. La palpación de los puntos de
referencia, la preparación cutánea y la colocación de campos son los
mismos que para la anestesia espinal (véase la sección IV.C.3) (Fig.
17.5).
a. Lumbar. Utilizar una aguja calibre 25 para la infiltración superficial
y profunda del anestésico local hacia los ligamentos supraespinoso e
interespinoso. Esta aguja también auxilia para definir la dirección en
la que se debe insertar la aguja epidural. Avanzar la aguja epidural a
través de los ligamentos supraespinoso e interespinoso en dirección
ligeramente cefálica, hasta que se encuentre dentro del arenoso
ligamento amarillo.