Reporte 30 01

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PORTADA

Callejón sin salida


El ruedo político entraría a
una etapa definitoria.
Después de agra-
varse el clima de
AÑO 4
violencia en Lima
y en el sur del
N 272
O
país, y tras ra- LIMA
lentizarse el con- DE EN 3 0
senso en el Con- ERO
greso respecto a la
fecha del adelanto de
elecciones, la presidenta
Dina Boluarte tomó la palabra y dio un ultimátum.
En un mensaje a la Nación, dado la noche de
este último domingo 29 de enero, anunció que si
el Legislativo no acepta la reconsideración para
agendar los comicios —presidenciales, congre-
sales y en el Parlamento Andino— para octubre
de este 2023, presentaría dos iniciativas legisla-
tivas. Una para forzar este escenario electoral,
también para el mes mencionado, con posible
segunda vuelta para diciembre, y otra para en-
cargar al próximo Parlamento la delegación a la
Comisión de Constitución de la reforma total de
la Constitución de 1993, creada durante el go-
bierno de Alberto Fujimori. Esta postura del Eje-
cutivo solo expone su vulnerabilidad ante el ata-
que de las turbas antes de su disposición para
dar con la fuente del financiamiento de estas.

El adelanto de elecciones

Iniciado el presente año, el Congreso, en sin-


tonía con el Ejecutivo, viene barajando la im-
plementación de unos nuevos comicios, sobre
todo para restaurar la legitimidad de nuestras
instituciones tras varios años de una encrucijada
que nos llevó a la actual crisis. La primera ofer-
ta era para abril de 2024. En primera instancia
se aprobó y se esperaba la segunda legislatura
—15 de febrero— para ratificarla. Sin embargo,
Fuerza Popular planteó el adelanto del adelan-
to: para octubre del 2023. Se admitió, se debatió
y se rechazó. Pero pidieron reconsideración. Y
este lunes 30 de enero se votará esta propues-
ta. Un día antes, el 29, la presidenta avisó que
era menester darle la venia a esta iniciativa o el
mismo Ejecutivo la pondría sobre la mesa.

“La primera (propuesta que presentaría si se re-


chaza la de Fuerza Popular) es debatir una re-
forma constitucional para que las elecciones ge-
nerales sean indefectiblemente este año 2023.
La primera vuelta en octubre y la segunda, de
ser el caso, en diciembre”, señaló. Y agregó que
esto implicaría: 1) “El recorte del periodo presi-
dencial, de los congresistas de la República y
de los representantes ante el Parlamento An-
dino, elegidos en las elecciones generales del
2021” y 2) “Que el presidente de la República
convoque a elecciones generales para el se-
gundo domingo de octubre de este año 2023”.
Aseguró que el Legislativo podría aprobar esto
“hasta el 28 de febrero”.

Desde ya, Alejandro Cavero, de Avanza País, y


Rosangela Barbarán, de Fuerza Popular, coin-
cidieron en la falta de capacidad de la manda-
taria. La misma línea siguieron el legislador no
agrupado Carlos Anderson y la parlamentaria
de Perú Libre, Kelly Portalatino. En el caso de
Somos Perú, el congresista José Jerí le dijo a
la presidenta que “no se trata de presentar otro
proyecto de ley” sino de encontrar “un punto de
equilibrio que atienda mínimamente las expec-
tativas de todos (dentro y fuera del Congreso)”.
Darwin Espinoza, de Acción Popular, sindica-
do como uno de ‘Los Niños’, le recomendó que
mejor renuncie.

Pese a que estas elecciones están a la vuelta


de la esquina, hasta ahora ningún referente po-
lítico ha asegurado directamente su candidatu-
ra. Solo hay pronunciamientos intermitentes de
César Acuña, Hernando de Soto, Ollanta Hu-
mala y la promoción tácita de Keiko Fujimori por
parte de su bancada. El único hecho que te-
nemos es la inscripción vigente de 13 partidos
políticos ante el Jurado Nacional de Elecciones.
Y hay también 15 agrupaciones que se encuen-
tran en proceso de inscripción (en la que está el
APRA).

¿Asamblea constituyente?

Aprovechando esta encrucijada, la mandataria


anunció otro proyecto, uno que aflora como la
sombra de su pasado inmediato: el cambio de la
Constitución de 1993. En sus mismas palabras,
esta medida es “utilizada por algunas fuerzas
políticas para menoscabar cualquier salida de-
mocrática a la actual situación”. Pese a ello, con-
sideró que debería ser planteado porque “calza
perfectamente en la expectativa que tiene otro
sector del Congreso que también quiere ha-
cer reformas políticas mediante una asamblea
constituyente”. Esta metamorfosis de la Carta
Magna, sin embargo, se la quiere encomendar
al próximo Congreso.

“¿Qué proponemos? En primer lugar el proceso


de reforma total de la Constitución de 1993 tie-
ne su base legal en la Ley que está vigente, la
27600, publicada el 16 de diciembre del 2001.
¿Y qué dice esta ley? Que el Congreso proponga
un proyecto de reforma total de la Constitución,
tomando en cuenta la Constitución histórica del
Perú”, señala. “Tras su aprobación en el Con-
greso, será sometida a referéndum para que el
pueblo decida si la reforma total se aprueba o
no. La propuesta del Ejecutivo con esta iniciati-
va legislativa busca una amplia participación de
la ciudadanía, en especial de aquellos sectores
más excluidos de la sociedad. De este modo,
todas las personas e instituciones podrán pre-
sentar sus anteproyectos o sus aportes al Con-
greso de la República. Además la Comisión de
Constitución deberá promover la participación
activa de la población en el debate para el dise-
ño y aprobación de la reforma constitucional”,
complementa.

La última vez que se intentó reformar totalmente


la Constitución de 1993, mediante la Ley 27600,
fue a inicios de este milenio. En diciembre de
2001 se propuso esta iniciativa. La elaboración
quedó en manos de la Comisión de Constitu-
ción, Reglamento y Acusaciones Constituciona-
les, dirigida por el entonces congresista Henry
Pease. El 5 de abril del 2002 se mostró el an-
teproyecto. Se revisó, se modificó y se aprobó
para finalmente presentarlo como proyecto de
ley en julio del 2002. Fue admitida en primera
votación, pero en el 2003 fue rechazada.

En el actual marco, la presidenta, aunque al ini-


cio se mostraba frontal, viene evidenciando su
fragilidad ante los manifestantes que ya eviden-
ciaron su abstinencia al diálogo y su insistencia
en la violencia como mecanismo de extorsión.
Si la jefa de Estado presiona al Congreso así,
uno incluso podría pensar que es una especie
de Caballo de Troya de la izquierda política.
CRÓNICA
Ignacio Urquiaga
Periodista de El Reporte

Mismo Modus
Operandi

El 7 de octubre de 2019 estudiantes de secun-


daria se manifestaron por el aumento del precio
del pasaje del metro en Chile. Esta ola de pro-
testas abriría paso a lo que se conoció como el
“estallido social”. Grandes turbas de izquierdis-
tas salieron a las calles por más de un mes y
realizaron diversos actos violentos. Destruyeron
propiedad pública como estaciones de metro,
calles, golpearon a policías, etc. Además lleva-
ron a cabo saqueos a supermercados y destru-
yeron todo aquello que se encontrara a su paso
durante las jornadas de protestas. Chile se vol-
vió un caos en aquel tiempo. ¿Cuáles eran los
principales reclamos en aquel momento? En
un inicio, solo se reclamaba por el aumento del
precio del pasaje de metro, sin embargo, des-
pués se tornó en pedidos para que el presidente
de aquel entonces, Sebastián Piñera, renuncie.
Pero sobre todo se empezó a pedir que se or-
ganice una asamblea constituyente y se cam-
bie la constitución de Chile. Entre los principales
motivos por los cuales se reclamaba una carta
magna estaba el pedido de otorgarle mayores
“derechos” a las “comunidades mapuches e in-
dígenas” y “terminar con la constitución neoli-
beral de Pinochet”.

Después de dos meses de iniciadas las mani-


festaciones, el presidente Sebastián Piñera —
que hasta ese entonces muchos creíamos era
un liberal— anunció que enviaría al Congreso
un decreto de reforma constitucional para llevar
a cabo un referéndum el 26 de abril del 2020.
El objetivo de dicha propuesta era que la pobla-
ción decidiera o no el cambio total de la Consti-
tución. La propuesta fue enviada al Parlamento
y fue aprobada y proclamada oficialmente el 24
de diciembre de 2019. Finalmente, ese referén-
dum se llevó a cabo en octubre del 2020 y el
“apruebo” ganó con un 80%. Inició el proceso
constituyente y ahí empezarían los problemas
pues el congreso constituyente estuvo confor-
mado mayormente por sectores de izquierda
con ideas que lindaban con lo ridículo. Propues-
tas de expropiación masiva, derechos para los
animales, legalización del aborto, cuotas de gé-
nero en el sector público y también en el priva-
do, darle poder a los sindicatos para que tomen
decisiones en los directorios de las empresas,
etc. La constitución recogía la mayoría de las
propuestas anteriormente mencionadas y en el
plebiscito de salida fue rechazada con un 60%.

Todo este proceso en Chile es una lección hoy


para los peruanos en todos los sentidos. Se tra-
ta exactamente del mismo Modus Operandi que
hoy aplican en Perú los grupos de izquierda.
En primer lugar, debemos entender que no se
puede ceder ante las presiones de un grupo de
subversivos. Quienes se manifiestan pacífica-
mente deben ser atendidos como corresponde
por las instituciones respectivas. Pero aquellos
que salen a la calle a tomar aeropuertos, des-
truir las pistas, matar policías, quemas hospi-
tales y comisarías, saquear supermercados y
amenazar a la población deben ser combatidos
por la fuerza del Estado, que finalmente tiene el
monopolio de la violencia y es el encargado de
poner orden para que aquellos que trabajan y
quieren hacer su vida con normalidad, puedan
hacerla. A nivel discursivo es similar como la iz-
quierda decanta en buscar cambiarlo todo, en
Chile inició con un reclamo por el aumento del
precio del pasaje, en Perú iniciaron tras la cap-
tura y vacancia del golpista Pedro Castillo y al
final acaban reclamando el cambio de la carta
magna. A su vez en Chile el progresismo afirma-
ba que cambiando la constitución de Pinochet
todo iría mejor y no fue así en lo absoluto. En
el Perú la izquierda argumenta que cambiando
la constitución de 1993 estaremos mejor, sabe-
mos que no va a ser así. Finalmente, en ambos
casos las izquierdas tienen como fin el poder
absoluto. Sin embargo a diferencia de Piñera en
el 2019, ni la presidente Boluarte ni los congre-
sistas demócratas pueden ceder ante esta ola
de violencia. Tampo-
co se debe caer ante
la presión extranjera, >>
pues hoy países y
gobernadores como En el Perú quizá
Petro, Alberto Fer- no tenemos
nández, Nicolás Ma- a una Elisa
duro, AMLO, Boric y Loncón pero
de forma más cerca- tenemos a
na Evo Morales, bus- personajes igual
can que el Perú lleve de radicales
a cabo un cambio de
constitución que res-
o más como
ponda también a sus
Vladimir
intereses. Cerrón, Antauro
Humala o
Los grupos subver- incluso Verónika
sivos aparentan ser Mendoza en
una mayoría, pero lo referido
lo cierto es que solo a la agenda
son una minoría bu- progresista.
lliciosa pues sus re-
clamos no son compartidos por la gran mayo-
ría de la población. Recordemos que en Chile
la constitución escrita por sus representantes
constituyentes fue rechazada rotundamente en
el plebiscito de salida el año pasado, sin embar-
go, en ese proceso que duró dos años el país y
las inversiones se paralizaron por la incertidum-
bre constituyente. Incluso los propios “pueblos
mapuches” que habían tenido supuestamente
una representación “justa e igualitaria” votaron
en contra de la nueva constitución pues los per-
judicaba quitándoles y relativizando sus dere-
chos de propiedad. En el Perú Antauro Humala
vende el cuento que una nueva constitución les
daría derechos a los campesinos y poblaciones
indígenas cuando más bien los empobrecería
aún más. En el Perú quizá no tenemos a una
Elisa Loncón pero tenemos a personajes igual
de radicales o más como Vladimir Cerrón, An-
tauro Humala o incluso Verónika Mendoza en
lo referido a la agenda progresista. Ceder la ac-
tual constitución sería prácticamente un suicidio
viendo quienes serían los personajes que con-
formen un congreso constituyente, pues si dar
el poder absoluto ya es peligroso siempre, dár-
selo a personajes que buscan eternizarse en el
poder como Antauro o Cerrón es más peligroso
todavía.

La población busca cambios que se pueden


hacer de forma gradual, buscan estar bien re-
presentados y que se atiendan sus demandas
como lo son mejorar los servicios públicos, la
seguridad ciudadana, tener mejor empleo, etc.
Un cambio de constitución no solo no mejora
nada, sino que puede empeorar la situación en
nombre de la “democracia” y el “aumento de
derechos”. El ejemplo de Chile es claro, apren-
damos de ello.
ELL REPORTE
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OPINA
Moisés Naím
Escritor

Años que
.
definen épocas*

Hay años que definen épocas. Basta mencio-


nar 1789 (la Revolución francesa), 1945 (el
fin de la Segunda Guerra Mundial) o 1989 (la
caída del muro de Berlín) para denotar pro-
fundas transformaciones. Así las cosas, cabe
preguntarse, ¿cuál será el primer año icónico
de nuestro accidentado siglo XXI?

Hasta hace poco, 2016 era el candidato más


claro: el año de Brexit (el 23 de junio) y la elec-
ción de Donald Trump (8 de noviembre) fue el
punto de partida de una nueva ola global de
populismo, polarización y posverdad que ame-
naza con acabar con la democracia en mu-
chos países. Pero también ocupa un lugar im-
portante en la lista de fechas históricas aquel
fatídico 13 de marzo de 2020 en que el Centro
de Control de Enfermedades de Estados Uni-
dos oficialmente declaró que estamos siendo
atacados por el COVID. ¿Es esta pandemia la
precursora de muchas otras? ¿Es el comien-
zo de un planeta permanentemente sacudido
por algún tipo de pandemia? Puede ser.

Otra fecha que simboliza los revolucionarios


cambios que se nos vienen es el premio Nobel
en Química de 2020 otorgado a Emmanue-
lle Charpentier y Jennifer Doudna por haber
desarrollado la tecnología de modificación del
genoma llamada CRISPR-Cas9. La manipu-
lación de nuestros genes utilizando esta nue-
va técnica promete enormes progresos en la
curación de enfermedades hasta ahora leta-
les, pero también crea graves amenazas. El
CRISPR en malas manos es una amenaza
para la humanidad.

Como también lo es el desarrollo y la disemi-


.
nación de las nuevas
técnicas de inteligen- >>
cia artificial. El 30 de
noviembre del 2022, la El siglo XXI no
empresa OpenAI de- solo ha traído
veló su ChatGPT, una importantes
tecnología que final- cambios
mente gana la Prueba tecnológicos,
de Turing: un robot que también nos ha
responde el idioma na-
tural con tal fluidez que
traído guerras
sus respuestas son in-
que se parecen
distinguibles de las de a las del siglo
un ser humano. Esto es pasado -o al
lo que el fundador de la anterior-. El 24
computación moderna, de febrero de
Alan Turing, había defi- 2022, Vladimir
nido como “inteligencia Putin ordenó a
artificial” en un lejano sus generales
ensayo publicado en invadir Ucrania
1950. A partir de 2022,
esa alocada elucubra-
ción es una ineluctable realidad. Porque el
ChatGPT no es un software o una plataforma
más de esas que regularmente nos anuncian
los magos de las industrias digitales. La inteli-
gencia artificial va a tener un impacto sobre las
industrias del conocimiento tan transformador
como el que tuvo la introducción de máqui-
nas durante la Revolución Industrial. O quizás
más.

Pero el siglo XXI no solo ha traído importantes


cambios tecnológicos, también nos ha traído
guerras que se parecen a las del siglo pasa-
do -o al anterior-. El 24 de febrero de 2022,
Vladimir Putin ordenó a sus generales invadir
Ucrania. A esta sorpresa le siguieron otras: en
vez de durar pocos días, la guerra de Putin
está por cumplir un año. Europa descubre que
puede actuar unificadamente y que esa recién
descubierta capacidad hace que, en vez de
limitarse a discursos y exhortaciones, puede
actuar como una potencia militar de primer or-
den. Los feroces ataques cibernéticos que se
esperaban de Rusia no se han materializado o
han sido neutralizados. La ineptitud de los mili-
tares rusos es solo superada por el salvajismo
medieval con el cual actúan. Los cotidianos
ataques contra la población civil de Ucrania y
la infraestructura del país parecen ser la única
respuesta que tiene el Kremlin.

Esto hace que en septiembre de 2022 Putin


haya vuelto a introducir una opción que se
pensaba superada: el uso de armas nuclea-
res. “Si la integridad territorial de nuestro país
es amenazada, sin duda, usaremos todos los
medios disponibles para proteger a Rusia y a
nuestra gente” dijo el líder ruso. “Esto, es lo
que debe decir todo líder que vea la sobera-
nía de su país en peligro. Aquí, el detalle im-
portante es que el líder que dice lo obvio tiene
a su disposición al mayor arsenal nuclear del
mundo. “Este no es un bluff”, alertó Putin. Cla-
ramente lo que está en juego en Ucrania no
solo afecta a ese país, sino que tiene ramifica-
ciones geopolíticas de todo tipo, muchas de
ellas insospechadas.

Otro de los cambios importantes en la política


mundial ocurrió el 21 de septiembre cuando Xi
Jinping, el líder chino, logró romper con la nor-
ma que lo hubiese obligado a dejar el poder al
término de su período, tal como lo habían he-
cho sus predecesores desde Mao. Ese día de
septiembre Xi fue reelecto presidente de Chi-
na y secretario general del Partido Comunista
por tercera vez, despejando todos los obstá-
culos para convertirse en el primer dictador vi-
talicio de China desde la muerte de Mao.

Finalmente, en lo que va de este siglo, el cam-


bio climático se ha manifestado ferozmente.
La frecuencia, intensidad, daños materiales y
el masivo sufrimiento humano que han ocu-
rrido en este siglo por el cambio climático es-
tán alterando profunda y rápidamente nuestro
planeta. No hay una fecha simbólica de esto:
las catástrofes climáticas se han hecho nor-
males.

* Artículo publicado en el Diario El Nacio-


nal de Venezuela
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