Youjo Senki - Volumen 10 (MK)
Youjo Senki - Volumen 10 (MK)
Youjo Senki - Volumen 10 (MK)
Volumen 10
Balistrieri
Contenido
[Capítulo] 0 Prólogo........................................... 11
[Capítulo] I Cianotipo......................................... 22
[Capítulo] 0 Prólogo
1 Cao Cao fue el último primer ministro de la dinastía Han de la antigua China. Como figura central del Período
de los Tres Reinos, estableció los cimientos de lo que llegaría a ser el reino de Wei y fue póstumamente
nombrado Emperador Wu de Wei.
2 Heimat es una palabra alemana traduciéndose a “hogar” o “patria”.
3 Los Diez Mandamientos, también conocidos como el Decálogo, de las palabras griegas δέκα y λόγος, son un
conjunto de principios éticos y de adoración, que juegan un papel importante en el judaísmo y el cristianismo.
4 La racionalidad acotada o racionalidad limitada es un modelo de racionalidad humana propuesta para
modelizar en ciencias sociales, especialmente en economía, la forma concreta de actuación de los agentes
sociales.
5Un Estado nación es una forma de organización política que se caracteriza por tener un territorio claramente
delimitado, una población relativamente constante y un gobierno. Si no cumple con estos requisitos no se
considera Estado nación.
6 Reich es una palabra del alemán que en español significa 'imperio'. Como tal, formó parte del nombre oficial
del Estado alemán entre los años de 1871 y 1945, denominado Deutsches Reich o, en español, Imperio
alemán.
7 El colectivismo es un punto de vista cultural o una doctrina política y social que esta caracterizado en
enfatizar en la cohesión entre individuos, poniendo prime ro al grupo antes del individuo.
8 Leviatán, o La materia, forma y poder de un estado eclesiástico y civil, comúnmente llamado Leviatán, es el
libro más conocido del filósofo político inglés Thomas Hobbes. Publicado en 1651, su título hace referencia al
monstruo bíblico Leviatán, de poder descomunal (Imagen).
No hay ninguna razón para que tenga que hacer un trabajo que está
claramente por encima de su rango y categoría salarial. Hablando de
normas laborales.
Insuficiencias en el sistema militar, fallos estructurales de las
instituciones estatales y, lo peor de todo, la pérdida de cualquier
posibilidad de salvaguardar la situación estratégica. Las únicas opciones
que quedan apenas merecen ser consideradas.
Tal y como está ahora, el Imperio es como un negocio que apenas sale
adelante mes a mes, y Tanya es una de sus fieles empleadas.
Las personas que hacen un buen trabajo deben recibir una recompensa
acorde. Otra forma de verlo es que el dinero es el signo más verdadero
de la fe y la sinceridad. Como concepto o ideología para estructurar una
sociedad, es perfectamente razonable. Tanya tampoco tiene problemas
para respetar su contrato.
Sin embargo, este contrato social sólo es legítimo si puede garantizar un
empleo estable y una remuneración acorde.
Ahora que está claro que el barco del Ejército Imperial es, de hecho, el
Titanic 9, ¿Hay alguna razón para que ella tenga que permanecer a
bordo? Si quiere vivir, la única opción es correr como una loca hacia los
botes salvavidas. Esta es la tabla de Carneades 10 en acción.
En conclusión...
“He terminado aquí... Parece que ha llegado el momento de cambiar de
profesión”.
Tanya no siente ningún remordimiento por el marcharse, aunque se
considere una deserción. Es natural huir de un barco que se hunde. E
igual de importante es asegurarse un camino hacia la jubilación.
9 El RMS Titanic fue un transatlántico británico, el mayor barco de pasajeros del mundo al finalizar su
construcción, naufragó en las aguas del océano Atlántico durante la noche del 14 y la madrugada del 15 de
abril de 1912, mientras realizaba su viaje inaugural de Southampton a Nueva York, tras chocar con u n iceberg.
10 En ética, la tabla de Carneades es un experimento mental propuesto por primera vez por Carnéades de
Cirene que explora el concepto de defensa propia en lo referente al asesinato. En el experimento mental, hay
dos marineros naufragados, A y B. Ambos ven una tabla en la que se puede apoyar solamente uno de ellos y
ambos nadan hacia ella. El marinero A consigue llegar a la tabla primero. El marinero B, que va a ahogarse,
empuja a A lejos de la tabla y, así, hace en última instancia que A se ahogue . El marinero B consigue la tabla y
se salva más adelante gracias a rescatistas. El experimento plantea la cuestión de si el marinero B puede ser
acusado de asesinato pues al tener que matar a A para vivir, podría ser interpretado como defensa propia.
[Capítulo] I Cianotipo
Lergen frunció el ceño ante el mordaz cinismo del consejero. Había ido
demasiado lejos. Lergen nunca se había sentido así respecto a las masas
ni siquiera una vez en toda su vida.
“Bueno, Coronel. Asumo por la cara que puso que no está de acuerdo
con mi evaluación”.
“No siento que le haya faltado al respeto a nadie por su clase social”.
El consejero Conrad se llevó la mano a la barbilla y la acarició con una
gran sonrisa en el rostro, abiertamente escéptico.
“Así que eres de a los que no les importa explicar lo mismo una y otra
vez. Se desvive por ayudar a alguien a entender algo de lo que sólo
comprende un pequeño fragmento, ¿No? Qué excelente educador”.
Tenía razón, y eso molestó mucho a Lergen. Se esperaba que él y la
mayoría de los demás oficiales del Estado Mayor comprendieran y
recordaran la información después de haberla escuchado una sola vez.
Se les evaluó estrictamente en función de la eficacia con la que podían
realizar su trabajo.
Era la esencia del deber de un oficial del Estado Mayor. Él no podía
negar que estaban absortos en recortar la deficiencia dondequiera que se
encontrara.
“Parece que por fin entiendes de qué estoy hablando. Bien. Eso hará que
esta sea una conversación rápida... Después de todo, esto sólo es un
problema para ti cuando tratas con organizaciones externas”.
“Aunque me avergüence admitirlo, me ha hecho ver que mis
compañeros son todos comunicadores muy capaces”.
Me vino a la mente la teniente coronel Degurechaff. Entendía lo que
había que decir o hacer. Por eso era fácil trabajar con ella. Lo mismo
ocurría con el coronel Calandro de Ildoa.
También fue para sus superiores, el teniente general Zettour y el teniente
general Rudersdorf.
Para decirlo sin rodeos, esto se aplicaba a muchas personas en la mente
de Lergen. Esto incluía también a los que trabajaban a sus órdenes.
11Una lengua franca o lengua vehicular es un idioma adoptado de forma tácita para un entendimiento común
entre personas que no tienen la misma lengua materna. La aceptación puede deberse a mutuo acuerdo o a
cuestiones políticas, económicas, etc.
Sin duda, lo que dijo Conrad sonaba bien sobre el papel, pero Lergen no
apreciaba a los funcionarios de otras ramas y sus juegos políticos. No
tenía forma de discernir qué significados ocultos podían esconderse tras
la propuesta. Intentó leer entre líneas. Pasó un momento de angustia
mientras reflexionaba sobre los posibles motivos ocultos del burócrata.
Incapaz de proponer nada, lo único que pudo hacer fue estar de acuerdo
con la premisa.
“...Tiene un punto fuerte”.
“Excelente”.
“¿Qué es lo que le parece excelente, Consejero?”.
“Oh”, el consejero Conrad comenzó a explicar como si se disculpara por
no haberlo expuesto antes. “Imagino que el actual estancamiento que se
está produciendo tanto en el frente oriental como en el occidental dista
mucho de ser algo ideal. Así que he venido a decirles cómo vemos la
situación actual. Estamos profundamente preocupados por la situación y
deseamos idear algún tipo de estrategia de salida”.
“Lo dice como funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores,
supongo”.
“Pero por supuesto. Como miembro de mi organización, lo mejor para
ambos sería que encontráramos la forma de cooperar. Por eso creo que
deberíamos compartir la información de la que disponemos”.
La forma en la que habla... No tiene reservas para decir todo esto abiertamente.
Conrad era notablemente fácil de leer para alguien a cargo de los
asuntos exteriores. Por eso, probablemente, un extraño sentimiento
empezó a aflorar en el interior de Lergen. No podía precisar la causa
exacta, pero si tenía que elegir una palabra, la más acertada era
probablemente celos.
Estaba celoso de este hombre.
Dado el estado actual de las cosas en el Ejército Imperial, ¿Habría sido
posible siquiera que llegaran a un consenso y le propusieran algo así a
otra rama del gobierno?
“Creo que es una forma ideal de terminar la guerra. Sería una forma de
hacer que el enemigo acepte nuestras demandas. ¿No podría
considerarse un medio diferente para el mismo fin?”.
No era una victoria valerosa. La guerra terminaría efectivamente con un
armisticio después de que muchos perdieran la vida.
El fin de la lucha sigue siendo un fin. No era algo de lo que se podía
presumir, pero a veces las mejores medicinas son las que saben más
amargas. Por eso, el coronel Lergen se mantuvo firme en su propuesta,
aun sabiendo que estaba endulzada por la esperanza.
“En términos de defensa nacional, creo que sería una clara victoria”.
“Eso sólo es cierto si podemos llevar la guerra a su fin en términos
favorables. Tú y todos los demás sólo hablan del futuro, de lo que
esperan que ocurra. Está bien hablar de la cosecha, pero hay que
sembrar las semillas y trabajar en los campos para que haya una”.
“Está inequívocamente en lo correcto, General. Precisamente por eso
ahora es el momento de preparar el terreno, aunque nos cueste un
tiempo precioso”.
“¿Oh?”. El teniente general von Rudersdorf tenía una mirada de interés.
“¿No está familiarizado con la agricultura, Coronel? Hay que tener la
tierra lista para la primavera. Por el aspecto de nuestro calendario, ya
deberíamos estar listos para empezar a recoger las cosechas”.
Señaló que ya era verano con una risa desenfadada, pero había un fallo
en su lógica.
“Si hablamos de avena, entonces tiene razón... Pero el momento depende
de lo que se quiera cultivar”. Lergen se empeñó en subrayar que no era
ni mucho menos demasiado tarde.
“¿A dónde quieres llegar?”.
La mirada dirigida a Lergen fue increíblemente imponente, pero el
coronel Lergen mantuvo la compostura y continuó su réplica con un
tono despreocupado.
Ahora que tenía algo de tiempo, Lergen pensó que debía comer algo...
aunque fuera en la cafetería de la Oficina del Estado Mayor.
Antes, casi siempre comía fuera. Era la opción más obvia, teniendo en
cuenta la notable diferencia de calidad y sabor con respecto a la comida
de la cafetería. La guerra lo cambió todo.
“Es más cómodo si como dentro... Pensar que llegaría el día en que ese
argumento sería suficiente para soportar ese terrible sabor”.
Sin la guerra, esto probablemente nunca habría ocurrido. Al fin y al
cabo, éste era el único lugar en el que comer fuera todos los días era una
propuesta razonable. Para el día a día, la sala de banquetes de la Oficina
del Estado Mayor era ahora una opción más lógica.
Lergen estaba muy familiarizado con la forma en la que la guerra total
hacía posible lo imposible.
Con eso en mente, se dirigió a la extravagante sala de banquetes, donde
deglutiría algo de comida criminalmente insípida antes de tomar agua
caliente con té barato en su oficina antes de que llegara la hora de su
próxima reunión.
En el mismo momento en el que llegó a la puerta, escuchó un sonido
procedente del otro lado.
“Es la teniente coronel Degurechaff, señor”.
Fue un anuncio elegante. Degurechaff había conseguido algunos logros
increíbles como oficial de campo. Incluso los oficiales más estrictos de
antes de la guerra no tendrían nada que decir sobre su saludo. No había
muchos soldados que se comportaran como ella. Todos los oficiales
debían ser un ejemplo para la tropa, pero Degurechaff era
probablemente el orgullo de la academia militar y de la Oficina del
Estado Mayor.
Era lamentable que no pudieran hacer más como ella. Pero no
demasiados. Demasiados Degurechaff en el campo de batalla podrían
muy bien conducir al apocalipsis.
En cualquier caso, Lergen la admiraba.
“Llegas justo a tiempo. Puntual, como siempre”.
La teniente coronel de magia aérea se quedó con la mirada perdida.
Lergen no dudaba de que era porque nunca habría imaginado ni en un
millón de años que la felicitarían por llegar a tiempo. Ser puntual era
una parte esencial de la vida, pero para el coronel Lergen -por muy
fundamental que fuera- era importante y digno de elogio.
“¿El oeste?”.
El coronel Lergen comenzó a compartir los detalles con ella.
“Has oído bien. Vamos a darle al teniente general Romel un subalterno
único. Piense en ello como un símbolo del afecto de la Oficina del Estado
Mayor por él. Me doy cuenta de que esto es repentino e inesperado en
medio de una guerra frenética... pero espero que dé resultados”.
Los traslados no oficiales de este tipo solían requerir premura, pero el
hecho de que se tomaran la molestia de mantener la discreción de esta
manera significaba que aún había un poco de tiempo. Lergen reconoció
que era una extraña contradicción, pero el Ejército Imperial era una
organización que vivía según las palabras Eile mit Weile 12. Lo lento es
manejable, y lo manejable es rápido.
Esto era especialmente cierto para los coroneles y tenientes coroneles.
“Sí, señor. Recogeré mis cosas y me dirigiré al oeste. La Oficina del
Estado Mayor ha sido bastante considerada últimamente... Qué amable
de su parte”.
“El teniente general Rudersdorf es un hombre compasivo”.
“Entendido. ¿Despliego mi Kampfgruppe?”.
“No, sólo necesitamos a su batallón de magia aérea. Queremos que las
otras tropas se concentren en recuperarse”.
La tranquila teniente coronel saludó para demostrar que conocía sus
órdenes y que las cumpliría al pie de la letra. Cómo deseaba Lergen
poder mostrarles su respuesta a todos los soldados imperiales.
Su conducta era ejemplar. Su silencio era impecable. Pero, sin embargo,
había algo en su mirada que él no podía ignorar.
...Teniendo en cuenta el estado actual del Imperio, Lergen pensó que
probablemente debería explicar con más detalle lo que quería decir con
el afecto de la Oficina del Estado Mayor por Romel.
“Hay algo más que me gustaría mencionar, Teniente coronel”.
“¿Señor?”.
“Ha llegado el momento de prepararnos para lo peor. Quiero que hagas
todo lo posible para evitar que nos deslicemos por el precipicio. Por
favor, mantén las decisiones audaces y precipitadas al mínimo”.
“Coronel, soy una soldado – una simple oficial que cumple órdenes.
Planeo teniendo en cuenta lo peor, y luego llevo a cabo mi misión lo
mejor que puedo dentro del ámbito de mi jurisdicción”.
Se trataba de otra formalidad. Era la respuesta exacta que Lergen había
querido escuchar, pero ya no era una oficial que necesitara asegurarle a
nadie que cumpliría con su deber.
Su respuesta de libro de texto fue casi dolorosa de ver. Estaba claro que
se esforzaba por trazar una línea en la arena y subrayar que era una
soldado y nada más. Lergen también solía ser así. Odiaba la política.
“Teniente coronel Tanya von Degurechaff, siento que últimamente la
estoy conociendo mejor. Tengo curiosidad por saber de dónde ha sacado
esa nariz tan notable que posee”.
“¿Qué quiere decir, Coronel?”.
Sabía la respuesta a su propia pregunta. Era natural que un perro de
caza tuviera el olfato de un perro de caza.
Lo más probable es que ella ya se haya dado cuenta de su plan B.
También tenía un extraño sentido el hecho de que Lergen pensara que
cada vez se le daba peor explicarles las cosas a las personas. Había
pasado demasiado tiempo trabajando con alguien como ella. El
consejero Conrad tenía razón – él tenía que volver a aprender a explicar
las cosas en términos sencillos.
Ahogó una risa autodespectiva para concentrarse en la tarea que tenía
entre manos. El coronel Lergen volvió a la carga y comenzó a decirle a
Degurechaff lo que necesitaba saber.
“En ese sentido... hay algo que quiero que hagas cumpliendo
estrictamente un horario”.
“Sí, señor. ¿Cuál es el horario?”.
militares. Esto era aún más cierto para alguien como el teniente general
Romel, que hacía tiempo que no estaba allí.
Su descontento con la frívola corona de laurel 13 que se había colocado
sobre su cabeza le impidió darse cuenta justo después de su regreso,
pero... encontró el estado de la Oficina del Estado Mayor tan
desconcertante que ahora le parecía imposible de ignorar.
Desde la victoria en el frente del Rin hasta la dificultosa expedición en el
continente austral... los drásticos cambios que se habían producido entre
medias le hacían sentirse como Rip van Winkle 14 o Urashima Taro 15.
Había oído rumores, por supuesto, pero seguía siendo un espectáculo
impactante de ver por sí mismo.
“...No todos los viejos hábitos son malos. Tal vez no necesitaba comer
antes de venir a la Oficina del Estado Mayor”.
Se burló para sí mismo mientras caminaba por la misma alfombra que
no había cambiado en toda su estancia allí. Ahora había mucha más
gente de la que recordaba.
Los pasillos bullían por la actividad.
Aunque parecía tranquilo desde la perspectiva de un oficial de campo...
Esto era la Oficina del Estado Mayor. No hace mucho tiempo, cualquiera
que hiciera ruido sin una buena razón habría recibido una reprimenda
inmediata.
¡Pero mira este lugar ahora!
Era como si hubiera entrado en un edificio completamente diferente. Lo
primero que notó fue que el lugar estaba totalmente desordenado.
13 Esta corona se ha mantenido como símbolo de la victoria hasta nuestros días, y destaca su uso heráldico,
que siempre simboliza la victoria.
14 Rip van Winkle es un cuento corto de Washington Irving, y también el nombre del protagonista. La historia
salvó a una tortuga y es recompensado con una visita al Palacio del dios Dragón, en el fondo del mar.
Permanece allí durante tres años al comprometerse con la hija del dios Dragón, al regresar a su aldea se entera
de que han pasado 348 años aproximadamente, ya que Urashima habría salido a pescar en el año 477 y
regresado en el 825.
16Un golpe de Estado es la toma del poder político de un modo repentino por parte de un grupo de poder de
forma ilegal, violenta o a la fuerza, generalmente se realiza por militares o con apoyo de grupos armados.
“El personal me ha estado atosigando para que ella tome tanto sus
vacaciones de verano como el tiempo de vacaciones que aún no ha
utilizado. Sus vacaciones de verano acaban de empezar a partir de hoy”.
El teniente general Romel inconscientemente -no, conscientemente-
levantó la voz.
“¿Vacaciones? ¿¡Has dicho vacaciones!?”.
¡Tenía que haber una excusa mejor que esa! La idea de que un mago aéreo
veterano se tomara un tiempo para relajarse y disfrutar de su verano en
tiempos de guerra era absurda.
“Mis disculpas, señor. Pero debo preguntar…Usted... ¿La Oficina del
Estado Mayor va a permitir esto?”.
Romel consideraba a los estrategas como sacerdotes del despiadado dios
de la necesidad. Eran totalmente capaces de sacrificar las vacaciones de
sus subordinados en aras de avanzar en los objetivos de la guerra. En
caso de necesidad, estaban incluso dispuestos a revocar unas vacaciones
ya prometidas.
Ni que decir tiene que es vital para la mente humana descansar de vez
en cuando. Pero, al fin y al cabo, los agricultores en el campo de la
estrategia eran esclavos de la necesidad. No sólo eso, sino que la persona
que estaba ante Romel podía cancelar fácilmente las vacaciones de la
oficial de magia aérea con una sola llamada telefónica.
Ahogando una risa, el teniente general Rudersdorf juntó las manos y se
encogió ligeramente de hombros.
“Tomarse un tiempo libre es importante, ¿No? Es simplemente un
respiro para la teniente coronel Degurechaff mientras hace un pequeño
recado para nosotros en el este. Estamos haciendo que entregue un
documento secreto para nosotros”.
“¿Oh? ¿Y la teniente coronel Degurechaff tiene que ser la que entregue
este documento en particular?”.
Era una oficial de magia aérea y una excepcionalmente hábil, con amplia
experiencia. Sea lo que sea lo que estaba entregando, debe haber sido un
cúmulo crucial de papeles.
Por lo que ellos podían ver, todo el frente estaba cediendo terreno
constantemente.
No podían evitar la sensación de que estaban cediendo a la presión del
enemigo en el frente. Esa posibilidad parecía demasiado real.
Si supieran cuál era su objetivo final, escucharían tranquilamente. Sin
embargo, retroceder ante la creciente presión enemiga estaba más allá de
su comprensión.
Era suficiente para que algunos soldados se enfurecieran, y para los que
estaban atormentados por sus sospechas, se habían convencido de que
debía haber algún plan más grande y bien pensado. En ese sentido, el
Ejército Imperial era una organización que no aceptaba el silencio. Todo
comenzaba con la obediencia.
Ofrecer una opinión discrepante era un derecho y un deber para
cualquiera que la tuviera.
Así que los oficiales al mando le plantearon sus preocupaciones a la
Oficina del Estado Mayor.
Cada vez se encontraron con la misma respuesta: Todo forma parte del
plan.
Aceptarían esa explicación una vez.
A regañadientes lo aceptarían por segunda vez.
Pero a la tercera vez fue cuando se llegó al límite.
A medida que pasaba el tiempo, sus sospechas no hacían más que
aumentar. Para entonces, los oficiales de campo se habían unido a sus
tropas alistadas para dudar abiertamente de la estrategia actual.
Nadie sabía lo que el teniente general Zettour tenía en mente para el
frente oriental. Cuestionar tranquilamente sus intenciones se convirtió
en una especie de saludo entre los soldados.
“¿Qué crees que intenta hacer el general?”.
“Probablemente vamos a atraer al enemigo. Luego los rodearemos como
siempre”. La multitud, cautelosamente optimista, esperaba que así
fuera, aunque lo aseguraba a sus compañeros.
Ni que decir tiene que nunca olvidó la carga que soportaba – ni una sola
vez. Tenía que cumplir con su deber como general. Con todo esto dicho...
Se rio en voz baja para sí mismo con ese pensamiento privado. El
teniente general Zettour era simplemente un humano. Cuando los
humanos se dan cuenta de la verdadera naturaleza de su trabajo, sólo
pueden inclinarse hacia él.
“...No puedo luchar contra mi estratega interior”.
Aunque era un hombre de operaciones, estaba especializado en un
campo diferente al de sus compañeros. Su responsabilidad incluía
prácticamente todos los aspectos de la guerra. Por eso ya no consideraba
que las operaciones fueran supremas... o eso creía.
“Mírame ahora”.
Una bocanada de humo se escapó del puro que tenía en la boca mientras
se lamentaba con una mezcla de autodesprecio, sorpresa y nostalgia.
“Parece que todavía hay una parte de mí que ve las operaciones como el
factor decisivo de la guerra”.
¿Deberíamos concentrar nuestros esfuerzos y asegurar la victoria en el este?
Eso fue lo que pensó, aunque no pasó mucho tiempo antes de que
empezara a sentir ira hacia la política, el asesoramiento y los
malabarismos logísticos que se veía obligado a manejar.
Naturalmente, estos sentimientos eran totalmente injustificados.
“Pensaba que me había separado de la iglesia por necesidad. Es bastante
sorprendente que en el fondo siga ligado a sus preceptos. Supongo que
olvidar de dónde venimos es más difícil de lo que pensaba”.
El título oficial del teniente general Zettour era el de subdirector a cargo
de los servicios de apoyo al combate de todo el Ejército Imperial; la idea
de darle prioridad a las operaciones de combate sobre todo lo demás
debería ser un tabú para él. Desde esa perspectiva, lo que estaba
haciendo era claramente un gran error. Si su plan se derrumbaba, le
sería muy difícil justificar lo injustificable.
Pero cambiar de posición también ofrece a veces una nueva perspectiva.
17La Primera Guerra Mundial, llamada en su momento la Gran Guerra, fue un conflicto armado multinacional
que se desarrolló entre los años 1914 y 1918.
18En terminología militar, se denomina teatro de operaciones o simplemente teatro a un área geográfica
específica en la cual se desarrolla un conflicto armado.
necesario. Puede que, en última instancia, sólo haya sido un medio para
desviar la atención de la conmoción que se produjo antes de las fiestas
de verano.
En cualquier caso, la realidad era completamente diferente. El sistema
actual se había puesto en marcha a su llegada y había permanecido en
vigor durante bastante tiempo. Los oficiales del Ejército Imperial eran el
tipo de soldados que valoraban el fondo sobre la forma y preferían
eludir las normas antes que despreciar lo que consideraban una
autoridad de mando legítima.
El resultado fue una cadena de mando no oficial que permitía una
mayor libertad individual.
“...Estamos a un paso de formar una camarilla militar”.
Y, sin embargo, Zettour se encontró disfrutando de todo esto.
Era interesante. Esta extraña dinámica sólo sirvió para agitar a su oficial
de operaciones interior.
Tenía ganas de utilizar sus habilidades adormitadas - y qué ganas más
increíbles eran. Estas tres restricciones no hacían más que añadirles
sabor a los escenarios mientras los reproducía con entusiasmo en su
mente.
“Esto es realmente un mal hábito mío. Si quieres que tu hombre sea un
caballero, no lo envíes a la formación de oficiales”.
Frotándose la barbilla, el teniente general Zettour se rio para sí mismo.
Su hábito no era ni importante ni poco importante, mientras ganaran la
batalla. Volvió a mirar el mapa. Estaban a un paso de terminar esta larga
caminata hacia atrás.
Todo iba según lo previsto. Los movimientos finales fueron tan bien
ejecutados que se sintió algo validado.
“Esto es más atractivo que una partida de ajedrez, más desafiante que
una cacería. Puede que acabe volviéndome adicto”.
Casi parecía que mejoraba su cigarro. Había burlado a sus enemigos e
incluso había mantenido a sus aliados en vilo mientras preparaba su
golpe maestro. Esta era su oportunidad de poner en práctica todas esas
Zettour sabía que sólo podía mirar el mapa durante un tiempo antes de
que fuera inútil. ¿Cuáles serían las consecuencias si fallaba? ¿Ser
criticado por los profesores de historia al recordar este momento?
La necesidad de que tome una decisión estaba sobre su mapa, mirándole
fijamente.
“Esto me recuerda al Rin. Es difícil decir que esta es la forma correcta de
redactar una operación... Pero, al fin y al cabo, un plan de operaciones
no es algo que se pueda crear sólo con la cabeza y ya”.
No importa el tipo de estrategia que se elabore, no es más que teoría
hasta que llega al campo de batalla. Los planes siempre tienen una
forma de estallar en tu cara una vez que comienzan los disparos. Zettour
lo sabía de sobra, pero aun así le resultaba difícil de digerir. Pensar que,
después de arriesgarlo todo para concentrar sus fuerzas, ¡Sólo se
encuentra con que le siguen faltando!
Pasó la mano por el mapa. En su rostro se deslizó una sonrisa ambigua.
“¿Qué habría pasado si la necesidad no nos hiciera avanzar, látigo en
mano?”.
La necesidad es la madre de la invención y la innovación. Si hubiera
creído que podía permitírselo, Zettour probablemente habría optado por
una opción más segura. Lo más probable es que incluso le hubiera
dejado la planificación a un subordinado en otras circunstancias.
Ese era el tipo de hombre que él era.
En comparación, le resultaba mucho más sencillo salir al frente, donde el
peligro podía encontrarse allá donde mirara. Si muriera, sólo perdería su
vida. Comandar un ejército era completamente diferente. Las vidas de
miles de personas estaban en sus manos.
“Ahora, cuándo empezar... Sí, esa es la pregunta del millón de
Reichsmark 19... ¿Hmm?”.
Justo en ese momento, llamaron con fuerza a la puerta. Zettour había
estado tan absorto en su planificación que no oyó a su visitante
19El Reichsmark fue la moneda oficial utilizada en Alemania desde 1924 hasta el 20 de junio de 1948. Fue
reemplazada por el marco alemán en la República Fede ral de Alemania y por el marco de la RDA en la
República Democrática Alemana.
Todo lo que podía hacer era luchar por el bien del futuro. Precisamente
por eso valía la pena considerar su apuesta en el frente oriental.
“Las cartas son de alto secreto, pero ambas contienen buenas noticias en
cierto modo. Tiene mi agradecimiento, Teniente coronel. Por cierto...
¿Fue informada de su contenido?”.
“No, señor. Sólo se me ordenó entregárselas a usted”.
“Muy bien. Me gustaría celebrar este momento brillante con usted antes
de que las dificultades que nos esperan se nos echen encima. Parece que
los encargados de los disparos han reconocido mis contribuciones al
esfuerzo de guerra. Voy a ser ascendido”.
“¿Así que pronto será un general de pleno derecho? Es una gran noticia,
señor”.
No fue fácil para el general reprimir una risa cuando le agradeció a
Degurechaff su felicitación. Para el teniente general Zettour, no era más
que una ironía que le ascendieran a general Zettour justo antes de lanzar
su ofensiva.
“Esto es en realidad Rudersdorf molestándome un poco. Ese idiota.
Seguro que ha aprendido algunas técnicas políticas inútiles. El hombre
también podría convertirse en un burócrata”.
Él sabía que Rudersdorf quería dejar el frente oriental totalmente bajo su
control, una petición poco razonable para un simple teniente general.
Aunque llegaba tarde, por fin tenía las credenciales adecuadas para
justificar lo que ya estaba haciendo. Era una medida considerada como
planificador operativo, pero sólo podía calificarse de insuficiente como
oficial del Estado Mayor.
Había querido este título cuando llegó al frente oriental. O eso o algún
tipo de autoridad clara que acompañara al ascenso a general.
El título de general era un hito importante para cualquier militar de
carrera... Pero no entusiasmó a Zettour.
“...El otro mensaje es tan inútil como mi promoción. Es una carta
normal. No hay nada que merezca la pena destacar, aparte del hecho de
que Rudersdorf se acerca peligrosamente a hacer algo drástico”.
El general siempre asigna los trabajos más difíciles con una expresión
amistosa – es un talento suyo. En otras palabras, sabe cómo maquillar
una carga como un regalo. Se trata de una habilidad importante para un
gestor con talento, pero Tanya no puede dejar de asombrarse por la
forma en la que el general Zettour la ha perfeccionado.
Sé cómo escabullirme de trabajos molestos como éste desde mis días de
oficinista, pero no hay salida para Tanya cuando las órdenes vienen
directamente de la boca del dragón, como ésta. En otras palabras, el
General Zettour es hábil para perseguir el talento. Puede que incluso sea
el mejor del juego. No hay más remedio que acceder a su petición.
Voy a tener que tener mucho cuidado con cualquier intento de
transferencia de un superior como este.
Todos los jefes odian perder personal. Tiene sentido. Como dicen en
Japón, un pájaro que deja el nido debe dejarlo limpio 20. Los pájaros no
necesitan preocuparse por esto, sin embargo, hasta que en verdad
puedan volar. Tanya debería - No, su respuesta debe ser genuina
precisamente porque ella está tratando de irse. Por no mencionar que,
cuanta más información interna tenga, más probable será que la acepten
con los brazos abiertos allá donde vaya.
Por encima de todo, aunque Tanya goza actualmente de cierto nivel de
fama dentro del Ejército Imperial, eso puede no ser cierto cuando se
trata de los países circundantes. Dependiendo de lo que sepan
personalmente o de la propaganda a la que estén sometidos -debido a su
falta de relaciones con el Imperio-, hablar de las principales credenciales
militares de Tanya a los oficiales de otros países podría ser algo peor que
inútil.
20 “Cuando un pájaro se vaya, debe limpiar sus huellas; la retirada debe ser elegante”. Parafraseado de
diccionario Kojien 7ma edición.
El nombre de Tanya tiene que ser conocido en todos los países a los que
podría desertar, y tiene que ser ella quien los visite. Para ello, debe ser
enviada más al terreno para conseguir aún más reconocimientos.
Por eso respondió con seriedad a la petición de Zettour.
“A su discreción, señor”.
“Excelente. Échale un vistazo al mapa. Este es el estado actual de la
guerra”.
Él señala el escritorio, que tiene un gran mapa extendido.
Los ojos de Tanya, guiados por su dedo, escudriñan las extensas notas
sobre todas las disposiciones del frente oriental. Son secretos militares
por los que vale la pena babear. Cualquier soldado de carrera al que se le
permitiera mirar se daría cuenta en un instante de que el Ejército
Imperial está siendo empujado hacia atrás. Todo su frente se está
replegando lentamente. Y con refuerzos que apenas llegan y una terrible
falta de potencia de fuego en su línea defensiva, es lo suficientemente
malo como para que valga la pena llorar.
Hay demasiados puntos débiles evidentes... pero por alguna razón, no
es el mapa de un ejército derrotado.
“Se ve mal, pero hay algo en el mapa que no muestra signos de colapso”.
“¿Crees que sí? ¿Aunque nos hayan hecho retroceder tanto?”.
El teniente general Zettour parece estar disfrutando de esto. Como él
dice, el hecho evidente es que el Imperio se ha visto obligado a ceder
una gran cantidad de terreno. Nuestros enemigos están martilleando
una débil línea defensiva. En ese sentido, el mapa está mostrando la
debilidad del Imperio.
Sin embargo, hay otra diferencia con respecto a la última vez que Tanya
se desplegó en el este – todos los puntos de estrangulamiento fatales
están perfectamente protegidos. Un resultado directo de la continua
contracción del frente es que todos los agujeros en su línea han sido
efectivamente rellenados.
Por decirlo de forma amable, la línea del frente ha sido completamente
reorganizada. Dicho de forma menos caritativa, el general Zettour ha
“¿Oh? Me alegro de que te guste. ¿Así que eres es una conocedora de las
bellas artes, Teniente coronel?”.
“No... no confío en mi sensibilidad estética. Sólo soy una oficial a la que
le gusta mover su cuerpo, no su pincel. Pero incluso yo puedo reconocer
el atractivo de algo tan bellamente orquestado”.
Cualquier oficial de alto rango que utilice su cabeza para ser algo más
que un soporte de sombrero estaría de acuerdo con el comentario de
Tanya después de contemplar este mapa. ¿Es el teniente general Zettour
una especie de estafador?
Si es condenadamente astuto o aterradoramente brillante es una cuestión
de semántica. En cualquier caso, me alegro de que este estratega de
nuestro lado tenga mucho más talento que los de nuestros enemigos.
Definitivamente quiero seguir en buenos términos con este hombre, si es
posible, incluso si sigo el curso y realmente termino cambiando de
carrera.
“¿Piensa cortar este saliente, señor?”.
“¿Qué le hace pensar eso, Teniente coronel?”.
Parecía sorprendido. Tanya le respondió sin dudar.
“Su saliente está demasiado bien situado”.
“...Mire el mapa. Hay un hueco en nuestra línea de frente donde no
tenemos fuerza para oponernos a las fuerzas enemigas”.
“Ya veo. Así que el saliente parece legítimo hasta cierto punto. Dicho
esto, puedo decir que es artificial. Perdone que le diga esto... pero sé
cómo se caza, señor. Esta es una trampa tan excelente como la que he
visto”.
“Buenos ojos, Teniente coronel”.
Tanya dio en el clavo. O al menos asiente como para que parezca que lo
hizo. Estos son realmente los únicos momentos en los que Tanya actúa
de su edad.
“¿Significa eso lo que creo que significa, señor?”.
que la gente aprendía por las malas una vez que entraba en el campo de
batalla.
“Teniente coronel, déjeme decirle una cosa”. Era obvio que hablaba por
experiencia. Respiró profundamente antes de continuar. “Las reglas de
la guerra nunca cambian”.
“¿Quiere decir que el bando que carece de números tendrá que pensar
inevitablemente en una estrategia?”.
El general quiso asentir ante su respuesta instantánea. Su expresión se
aflojó ligeramente. Un oficial que sabía de lo que hablaba era siempre
algo increíble de contemplar.
Su capacidad para seguirle la corriente le permitió al general mantener
su propia respuesta corta y sencilla.
“Exactamente. Por eso usaremos nuestra movilidad. ¡Un cerco
funcionará perfectamente!”.
“Pero antes, dijo que...”.
“Es una cuestión de dónde se mira. Teniente coronel, tal vez debería
resolver algunas de las contradicciones también”.
La Teniente coronel tenía una expresión de duda que gritaba: “¿A dónde
quiere llegar?”, mientras pensaba con todas sus fuerzas. Evidentemente,
no podía ser superado ni siquiera por los oficiales más jóvenes cuando
se trataba de crear estrategias audaces.
“Le contaré el secreto, Teniente coronel”. Con un ligero salto en su paso,
el teniente general Zettour continuó su explicación. “Al igual que en el
frente del Rin, sólo se nos permite retroceder una distancia que nos
permita realizar un contraataque. Estas son las órdenes de la patria.
Suponiendo que sea así, no podemos simplemente rodear al enemigo
mientras nos retiramos. Tiene que haber algo más que eso. Es simple,
¿No lo cree, Teniente coronel?”.
Las órdenes de intentar un contraataque eran puramente una postura
política de la gente de la capital. Eran una broma ideada por alguien en
Berun que estaba demasiado ocupado en pulir su silla con su culo como
para saber lo que era el frente. Aun así, muchos soldados pagarían el
precio más alto si esta broma se emitiera como una orden oficial en el
campo de batalla. Sólo pensar en el colapso que provocaría una orden
tan lamentable era suficiente para evocar una o dos risas secas.
Pero no te preocupes, porque somos oficiales superiores. No hay nada que temer.
Una o dos misiones imposibles no serían suficientes para destruirlos. Él
iba a dejar de lado a la lógica con el arte de la guerra para atrapar a la
Diosa del Destino por la espalda agarrando su cabello 21.
“No tenemos más remedio que seguir las órdenes”.
“... ¿Un asalto frontal? Si usamos a los soldados como balas humanas,
¿No se convertiría simplemente en una guerra de trincheras y nos
detendría a los pocos metros?”.
“Eso es absolutamente correcto, suponiendo que lo hagamos según las
reglas. Sin embargo, no tenemos el tiempo ni la obligación de establecer
un asalto frontal. Por lo tanto, tendremos que adoptar un enfoque más
engañoso. ¿Qué te parece esto?”.
Tocó un punto del mapa. Los ojos de la teniente coronel Degurechaff se
abrieron ampliamente cuando se dio cuenta de lo que estaba mirando.
Un simple golpecito con el dedo le bastó para discernir sus verdaderas
intenciones.
“Señor, esto es...”.
La pequeña oficial superior no pudo ocultar el asombro en su voz, una
clara señal de que entendía perfectamente su plan.
“No tenía ni idea de que tenía la ambición de convertirse en mariscal de
campo 22, señor”.
21 Ocasión, también llamada Oportunidad, se representa como una mujer hermosa de larga cabellera por
delante que le cubre el rostro y calva o rapada por detrás, sosteniendo un cuchillo con la mano derecha
encima de una rueda siempre en movimiento, a menudo con alas en los talones y o tras veces con alas en la
espalda. Esta diosa representaba las buenas ocasiones perdidas ya que, si pasaba, lo haría rápidamente y no se
la podría asir siquiera por los cabellos, ausentes en la nuca (Imagen). “Significa que hay que estar dispuesto, en
caso de disponer de una ocasión, para poder atraparla. La ocasión no se conoce bien sino cuando ya ha pasado
y ya no tiene remedio: esa ocasión ya no vuelve a pasar jamás. Por lo tanto, es menester adivinarla antes de
que llegue y asirla por la cabellera cuando pasa”. (Lacueva, F. 2001) en Diccionario Teológico Ilustrado
22 Feldmarschall, u oficialmente Generalfeldmarschall. El rango en el siglo XIX tenía un significado mucho más
profundo que el de una simple escala militar. Este grado tenía un peso diplomático que otorgaba a su acreedor
un nivel protocolario igual al de un ministro. El mariscal de campo compartía parte de la gobernación del
Estado, aunque a título honorífico, gozando de un enorme prestigio sin tener potestad de gobierno real.
Justo cuando estaba a punto de dar la orden final, se dio cuenta de que
había un fallo que había pasado por alto.
Zettour era aficionado a fumar cuando planeaba, y sólo se le ocurrió que
no podía compartirlo con la pequeña Teniente coronel que nunca había
fumado. A juzgar por su expresión rígida, Zettour pensó que era muy
probable que ella también estuviera personalmente en contra de fumar.
Eso estaba bien. Si la teniente coronel Degurechaff hubiera fumado a su
edad, se habría visto obligado a alertar a la policía militar. Eran un
grupo estricto. Esbozó una sonrisa irónica ante su falta de tacto antes de
volver a centrarse en la planificación de la guerra.
“Quiero que actúe como cebo, Teniente coronel. Atacaré al enemigo con
las fuerzas principales mientras usted tiene su atención. Será un asalto
simple pero muy efectivo”.
“Pero, señor, estoy un poco preocupada por las tropas principales”.
“¿Qué quieres decir?”.
Le lanzó una mirada a la Teniente coronel, pidiéndole más detalles.
“Se trata de dónde están desplegados actualmente”.
Sus pequeñas manos señalaron unos números en el mapa, que indicaban
las divisiones del Imperio, con una mirada confusa.
“Por lo que puedo decir... algunas de las fuerzas en el frente son
unidades de las que nunca he oído hablar. ¿Por qué hemos posicionado las
divisiones más nuevas aquí para un asalto tan importante?”.
“Para darles esperanza, Teniente coronel. Es una inversión para el
futuro”.
Miró a la maga As 23. Era muy evidente que no tenía ni idea de lo que él
estaba diciendo. Tenía sentido que una oficial con tropas tan elitistas
como las suyas se sintiera así.
23Persona que es muy buena en algo. Un As de la aviación es un aviador militar que tiene acreditado el derribo
de cinco o más aviones enemigos; en este caso serían magos aéreos enemigos. Los alemanes no utilizaban el
término "as", pero se referían a los pilotos alemanes con 10 victorias como “Überkanone” (gran pistola) y
publicitaban sus nombres y puntuaciones, con la finalidad aumentar la moral del pu eblo.
Por supuesto, no tuvo más que aplausos y elogios para la joven soldado
que tenía delante.
“Magnífico. Absolutamente excepcional, Teniente coronel. Usted y sus
subordinados son lo mejor de lo mejor, y no se equivoque: Eso es algo de
lo que hay que estar orgullosos”.
“Creo que todo es gracias a nuestra educación y formación, junto con
nuestro desenfrenado espíritu de guerreros en el campo de batalla”.
Es probable que ella estuviera orgullosa porque era capaz. Era triste,
aunque también había una extraña gracia en ello.
“Tengamos un debate amistoso para futuras referencias. ¿Cuál cree que
es el núcleo de su éxito? ¿Qué fue lo importante para elevar a sus tropas
a tal nivel?”.
“Creo que es nuestro entrenamiento. Mi batallón se enorgullece de la
sangre y el sudor que ponemos en nuestro entrenamiento”.
Éxito y esfuerzo. Se imaginó que ella diría algo así. Los subordinados
que trabajaban para ella probablemente dirían lo mismo.
Eran un grupo que había experimentado un éxito significativo, y ahora
era una parte fundamental de su identidad.
“Ah... entonces es así”.
“¿Señor?”.
El teniente general Zettour suspiró mientras hablaba con voz inquisitiva.
“Olvídese de la ilusión del éxito”.
“... ¿Qué?”.
“¿Necesita que se lo exponga? Aunque no puedo echárselo en cara...
Tiene que entender como es para la gente que pierde batallas, Teniente
coronel”.
La joven oficial estaba visiblemente confundida por sus palabras.
Era raro que perdiera el hilo de los pensamientos de un superior... ¿Era
porque seguía siendo una niña a pesar de su extraordinario historial de
batallas, sus impresionantes galardones y su increíble batallón? O tal vez
24 La batalla de Saipán fue un combate situado dentro del marco de la Guerra del Pacífico, correspondiente a la
Segunda Guerra Mundial, librado en la isla de Saipán (Islas Marianas) entre el 15 de junio y el 9 de julio de
1944. La 2da y la 4ta División de Marines, junto con la 27ma División de Infantería, constituían las fuerzas
militares puestas bajo el mando del teniente general Holland Smith. Estas conseguirían derrotar a la 43 ra
División del Ejército Imperial Japonés, bajo el mando del teniente general Yoshitsugu Saito.
25 Jorge Márquez (1997), en el libro Guerra Psicológica, la definió como el: “Medio de lucha que emplea en
forma sistemática la propaganda y otros procedimientos para doblegar la voluntad y el espíritu del enemigo,
persigue el propósito de influir en las opiniones, sentimientos, actitudes y en los actos del enemigo. Así como
también en los pueblos y los países, ya sean enemigos o neutrales”.
adelantado al Valhalla 26. Los que quedan saben exactamente lo que está
en juego y se juegan todo por nuestra victoria. Esto los ha vacunado
contra el derrotismo desenfrenado que nos invade actualmente”.
Aunque puedo entender lo que el general trata de conseguir en
múltiples perspectivas, parece que hay algunas contradicciones.
“Crear una lucha por la hegemonía en el este, dividir al enemigo con el
establecimiento del Consejo de Autogobierno y descifrar el código
nacionalista, ¿No son estas victorias estratégicas suficientes para elevar
la moral de las tropas?”.
“Los nuevos reclutas carecen de perspectiva para verlo así. Además, si
tuvieran tanta experiencia, también serían capaces de reconocer el
aprieto en el que nos hemos metido. Necesitan probar la verdadera
victoria para reanimarse”.
“¿Qué hay de toda la propaganda que engulleron en la patria antes de
venir aquí? Siempre he pensado que eran unos ingenuos, pero
¿Realmente han perdido la cabeza tan fácilmente?”.
“La propaganda ha tenido el efecto contrario. Ha funcionado demasiado
bien. Llegan pensando que el Imperio tiene una victoria segura. En el
momento en el que se dan cuenta de que eso no podría estar más lejos
de la realidad, se desmoronan. Francamente, la mayoría de los nuevos
reclutas están impactados por la realidad del frente oriental”.
Ya veo. Empiezo a entender lo que quiere decir. Cuando los nuevos
reclutas llegan aquí con la impresión de que nuestras fuerzas dominan
en el este, debe ser devastador enterarse de primera mano lo que
realmente ocurre por estos lares.
Así es como funcionaban las empresas explotadoras en mi antiguo
mundo. Cuanto más presume una empresa de sus ideales y su visión,
más chocante es cuando los nuevos empleados se dan cuenta de lo
podrida que está por dentro. Afortunadamente, la última empresa en la
que trabajé era una empresa honrada. Funcionábamos tan bien que
podíamos permitirnos el lujo de despedir a todos los holgazanes y a los
26En la mitología nórdica, Valhalla es un enorme y majestuoso salón ubicado en la ciudad de Asgard
gobernada por Odín. La mitad de los muertos en combate son elegidos por Odín y viajan al Valhalla guiados
por las valquirias, mientras que la otra mitad van al Fólkvangr de la diosa Freyja.
27“La sociedad del cansancio” es un concepto acuñado por Byung-Chul Han. Según él, el exceso de positividad
nos está conduciendo a una sociedad llena de individuos agotados, frustrados y deprimidos.
28El proverbio “Todo vale en el amor y la guerra” se ha atribuido a John Lyly (1554 - 1606), escritor y
dramaturgo inglés.
Drake miró al par de hostiles. Salieron disparados hacia el cielo con una
velocidad increíble. Se movían con una velocidad tan increíble que era
literalmente enfermiza. Sólo ver la tecnología mágica de última
generación del Ejército Imperial fue suficiente para que a Drake se le
revolviera el estómago.
Era absolutamente exasperante. Iban a aprovechar al máximo su
superioridad aérea.
“Maldita sea. Bueno, el hecho de que su reconocimiento era sólo un
artificio no es noticia para nosotros. Sin embargo, no perdieron tiempo
en hacer su movimiento”.
El hecho de que trataran de subir a ocho mil como si no fuera nada le
cabreó más que nada. Esos bastardos tenían la intención de ver a sus
tropas luchar por el aire a seis mil.
Pero su plan no iba a funcionar esta vez.
Poco sabían de que la unidad multinacional había descubierto la manera
de superar el techo de vuelo de los ocho mil. Hizo que sus soldados
acondicionaran sus pulmones a esa altitud y reevaluaron su fórmula de
vuelo. El cielo ya no les pertenecía sólo a los magos imperiales.
“Yo saldré primero. Les mostraremos lo que tenemos”.
“Buena suerte”.
Drake le agradeció a su amigo antes de salir a toda velocidad a reunir a
sus voluntarios.
Con poca antelación, consiguió preparar un solo batallón para la batalla.
El Demonio del Rin era un rival duro, pero con estos números, deberían
ser capaces de salir victoriosos.
O eso pensaron. Una vez que la unidad de Drake estuvo en el aire, los
dos magos imperiales frustraron con elegancia todos sus intentos de
alcanzarlos. ¿Pero por qué? Habían alcanzado la altitud adecuada, y sin
embargo no podían seguirles el ritmo.
“¡H-Han llegado a diez mil!”.
Su subordinado prácticamente gritó ese informe. Drake ni siquiera
necesitó el informe para saberlo – pudo verlo con sus propios dos ojos.
Es una verdad simple e innegable. Para burlar esta ley natural -hacer
posible lo imposible- a veces hay que superar los límites. Pero los límites
no dejan de ser límites, y los trucos sólo pueden llevarnos hasta cierto
punto.
Es la hora, Tanya le hace un gesto a la teniente primera Serebryakov, que
vuela con ella.
“02, es hora de contraatacar”.
“02 copiado”.
Su ayudante le responde con dos breves palabras y un gesto de su arma.
Esto provoca una sonrisa en el rostro de Tanya.
Las fuerzas enemigas están completamente centradas en la escalada -
algo para lo que su equipo no está hecho en estas alturas. Si nos
lanzáramos en picado hacia ellos... estoy segura de que nos mostrarían
algunas reacciones decentes.
“En el momento en el que no puedan subir más...”.
“Es entonces cuando atacaremos”, empieza a decir, pero no puede
terminar la frase antes de notar que una pequeña mancha se acerca
rápidamente a ellas.
“¿Hmm? Hay un fanático de la guerra volando hacia nosotras”.
“Tiene razón, Teniente coronel. Me sorprende... ¿Está volando solo? ¿A
esta altitud?”.
Tanya desprecia a su enemigo en respuesta a la admiración de su
ayudante.
“Más bien han abandonado toda lógica y han decidido actuar de forma
temeraria”.
“Creo que el hecho de que siga respirando a esta altura es una prueba de
que están por encima de sus compañeros”.
La ayudante de Tanya no se equivoca. Comparado con el mago aéreo
común y corriente, esta mota está en un nivel propio. Sin embargo, la
decisión de cargar contra nosotras es precipitada. Si nos hubieran
29 La Edad de Piedra o también Etapa Lítica es el período de la prehistoria que abarca desde que los seres
humanos empezaron a elaborar herramientas de piedra hasta el descubrimiento y uso de metales, entre los
2.500.000 y 3.000 años a. C.
30 Clase de personaje cuya mayor habilidad o principal función es soportar una gran cantidad de daño y atraer
los ataques de los enemigos, con el fin de proteger al resto del equipo.
31 Un “objetivo suave” es una persona, cosa o lugar que es de fácil acceso y relativamente desprotegido, lo que
Sus oponentes volaban de una manera que dejaba claro que sabían
dónde estaba su compañero de ala en todo momento, y sin embargo
eran capaces de moverse en tándem y mantenerse cubiertos el uno al
otro. Aunque a simple vista parecía algo sencillo, Drake no podía más
que tragar saliva ante la cantidad de habilidades técnicas que se
requerían para hacer posible ese vuelo.
Su conocimiento de la situación y del espacio no tenía comparación, y
volaban con una coordinación prácticamente sobrehumana.
“Desde esa altitud, a esa velocidad...”.
Nada podía ser peor que esto. Drake se dio cuenta de que la infame
maga Nombrada se había ganado ese título por una razón. Su unidad
estaba disparando para apoyar a la teniente primera Sue, que cargaba
sin pensar en su seguridad, pero apenas podía llamarse fuego de
cobertura. Drake sabía que esto no sería suficiente para darle un golpe a
sus enemigas.
Él había entrenado a sus tropas hasta el punto de que podían
considerarse decentes, pero contra un oponente excepcional como éste,
las cosas no pintaban bien. La teniente primera Sue entrando
imprudentemente no ayudaba. Tenía que trabajar la disciplina y la
cooperación con ella... Dejarlo para más tarde se ha vuelto contra mí, pensó
el teniente coronel Drake mientras miraba al cielo.
“La teniente Sue debería hacer contacto pronto... Espera”.
Comenzó con un zumbido en sus oídos. En el momento en el que
reconoció que esta batalla era tridimensional, algo le llamó la atención.
Drake, por supuesto, sabía cómo seguir sus movimientos en el aire, y
algo sobre su posición actual parecía fuera de lugar.
Tuvo la sensación de que algo terrible estaba a punto de suceder. Sintió
que un escalofrío le recorría la columna vertebral a pesar de que su
coraza defensiva estaba levantada.
“¿Qué-qué es lo que...?”.
Antes de que pudiera entender lo que faltaba, se dio cuenta de la rareza.
¿Por qué parecía que la teniente primera Sue estaba demasiado cerca de
los enemigos? Es cierto que estaba cargando contra ellos... pero ¿Había
pasado suficiente tiempo para que hiciera contacto?
Los sentidos del teniente coronel Drake le gritaban - ¡NO! Eso no podía
ser cierto. Mientras la pregunta pasaba por su mente, se dio cuenta de
repente de lo que estaba ocurriendo.
El enemigo estaba ignorando a la primera teniente Sue. ¿Pero por qué?
“¿Cómo pueden ignorarla...? Espera, ¿Vienen hacia nosotros?”.
Su verdadero objetivo es... ¡Nosotros! ¡Mierda!
“¡D-Dispérsense! ¡Divídanse! ¡¡¡No se amontonen!!!”.
Un momento antes y podría haber sido a tiempo, pero era demasiado
tarde. Mientras gritaba, la pareja enemiga ya había alcanzado la máxima
velocidad en su descenso. Pasaron por delante de la teniente Sue sin
prestarle atención.
No podía hacer nada para cambiar el rumbo mientras pasaban a su lado.
Sin duda, los miembros más jóvenes de su unidad no tenían en mente
más que maniobras ofensivas. La mayor parte de ellos no eran capaces
de girar sobre sí mismos en el momento en el que oían las inesperadas
órdenes de su comandante.
Los pocos que lograron dispersarse fueron los soldados más aguerridos
del Ejército de la Federación. Fueron los únicos que intentaron
maniobras evasivas... Todos los demás sufrieron un destino lamentable.
Su formación, una línea pensada para un fuego concentrado y
disciplinado, fue lo que les hizo perder. Atrapados en una formación
vulnerable, la unidad multinacional de voluntarios no tuvo ninguna
oportunidad.
El hecho de tener a sus camaradas cerca les desafiló los sentidos.
El efecto negativo que esto tuvo en sus tiempos de reacción resultó ser
fatal.
Los dos magos imperiales aprovecharon su proximidad y
desencadenaron tres fórmulas de explosión cada uno justo antes de
entrar en contacto.
mientras los dos monstruos venían volando hacia ellos como cometas. El
teniente coronel Drake lanzó una fórmula de explosión con todo lo que
tenía.
El aire que rodeaba su fórmula se deformó cuando una explosión chilló
en el cielo delante de él, pero apenas inquietó a los magos imperiales, y
mucho menos los detuvo.
“¿¡Me están jodiendo!?”.
Los dos magos continuaron su avance a pesar de la detonación que
acababa de sacudir los cielos. ¡El fuego debería infundir miedo en los
corazones de todos! La fortaleza mental de estos magos imperiales era
incomprensible.
Drake volvió a maldecir mientras preparaba una fórmula de camuflaje
óptico. Entonces comprendió por fin por qué estaban tan concentrados
en él.
Su fuego de apoyo era casi inexistente. ¿Qué demonios está pasando?
Debido a su insuficiente entrenamiento, no sólo tardaron en reaccionar,
sino que las tropas multinacionales también estaban esperando órdenes.
Los nuevos reclutas no sabían qué hacer durante una batalla sin órdenes.
“¡Necesito fuego de supresión! ¡Golpéenlos con todo lo que tengan!”.
Le ordenó al batallón que abriera fuego. Una sola orden fue todo lo que
necesitaron para empezar a disparar inmediatamente... Realmente no
hicieron nada hasta que se les dijo. No sólo eso, sino que su puntería
estaba totalmente desafinada.
¿Le llaman a eso puntería? El teniente coronel Drake contuvo su impulso
de maldecir al darse cuenta de otro truco del enemigo.
“¡Cuidado con los señuelos! ¡Mierda, ¿Eso era óptico?!”.
Habían utilizado una fórmula de camuflaje óptico para crear un señuelo
convincente. Había leído sobre esto en los informes más veces de las que
deseaba. Proyectar ilusiones había sido una táctica habitual de estos
magos en el frente del Rin.
Era un truco simple, pero terriblemente eficaz. Era más difícil de lo que
parecía distinguir lo que era real en el caos de la batalla – sobre todo si se
entraba en pánico.
“¡No tiene sentido si no están concentrando su fuego! ¡Cálmense y
apunten!”.
Sus órdenes no fueron escuchadas. Sus tropas no sólo estaban
desconcertadas, sino que además eran totalmente incapaces de dirigir
una cantidad significativa de fuego hacia sus objetivos.
La situación era un absoluto desastre. Para empeorar las cosas, el fuego
de supresión no tenía aparentemente ningún efecto sobre la libertad de
movimiento del enemigo.
No cabe duda de que sus disparos estaban llegando. Sin embargo, el
simple hecho de golpear a los magos imperiales con varias balas no sería
suficiente para penetrar sus películas protectoras. Esto era algo que
podría haber adivinado... Pero ¿¡Cómo seguían cargando hacia
adelante!?
Drake divisó entonces a una maga imperial de baja estatura. No quiso
imaginar el poder de la cuchilla mágica que tenía en sus manos. Un solo
tajo era seguramente más que suficiente para acabar con su vida, y su
enemiga se movía demasiado rápido para que él tuviera alguna
posibilidad de detener la cuchilla.
“¡Están aquí! ¡Cúbranme!”, gritó Drake mientras aceleraba
instintivamente. Lo ideal hubiera sido utilizar su ventaja de alcance para
asestar el primer golpe, pero la pequeña maga imperial ya estaba
demasiado cerca. Esto no era un combate amistoso de esgrima... No
había tiempo suficiente para detenerse.
Desenfundó su propia cuchilla mágica para intentar montar al menos
algún tipo de defensa.
“¿¡Guh!?”.
Se sintió como si se hubiera estrellado contra una roca. No pudo
conseguir el apalancamiento que necesitaba en el aire. Incapaz de
mantener su postura, estaba siendo empujado hacia atrás. Lo peor era lo
pequeño que era su oponente. ¿Realmente voy a ser dominado por esta maga
Increíble. Esto debe ser lo que la gente quiere decir cuando dicen
hirviendo de rabia. Estoy furiosa. No hay manera de mantener a la
habitual Tanya calmada después de presenciar tal imprudencia
irracional.
Sucedió justo cuando golpeé a uno de los oficiales al mando de la
unidad enemiga.
32Se cree que el término se originó en la década de 1850 como exprimidor de limón, más tarde abreviado
como "limey", y originalmente se usó como una palabra despectiva para los marineros de la Marina Real
británica. Con el tiempo, el término perdió su connotación naval y se usó para referirse a los británicos en
general.
sea capaz de realizar; son más o menos balas al azar que simplemente
viajan en la dirección correcta. Nada de lo que preocuparse.
Ahora estoy efectivamente fuera de su alcance.
“02 a 01, veo que has salido”.
“01, afirmativo. Informe, 02”.
¿Has derribado al objetivo? La ayudante de Tanya emite un suspiro
inusual en respuesta a la pregunta no formulada. ¿Significa esto que ha
fallado?
“Alcancé al objetivo, pero no conseguí abatir al oficial al mando”.
Dejo escapar una risita de decepción. Las dos hemos vuelto con las
manos vacías, así que está claro que no hay razón para reclamarle.
“Lo mismo digo. Al fin y al cabo, eran duros”.
“¿Era alguien a quien debíamos haber eliminado mientras teníamos la
oportunidad?”.
La compañera de Tanya parece sorprendida. A regañadientes, le doy a
nuestros oponentes el respeto que se merecen. Aunque mi respuesta no
está exenta de reticencia.
“Era demasiado para una maga sensata como yo. Y lo suficientemente
loco como para recurrir a un ataque suicida. Dicho esto, es una táctica
eficaz para rechazar un ataque de decapitación”.
Nuestros enemigos son como bacterias resistentes a los antibióticos.
Cuanto más los matamos, más se inmunizan a nuestras tácticas.
Dejando de lado si un ataque suicida debe considerarse una
contramedida real o simplemente una locura... no puedo negar que
nuestros enemigos están mejorando constantemente. Está más claro que
nunca lo importante que es acabar con tus oponentes antes de que
puedan llegar a este nivel. Pero, aunque lo entiendo perfectamente... no
será posible en el frente oriental. Esa es la incómoda verdad.
“Pero esto debería ser suficiente para satisfacer las demandas del
general...”.
35Eco friendly es un término que se aplica tanto a personas como a productos. Ser eco friendly supone llevar
una forma de vida que sea sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Cuando hablamos de productos
eco friendly nos referimos a aquellos que no son dañinos para el planeta.
servían pasaban sus días en la dura realidad que era la guerra; no tenían
más remedio que atravesar un mundo sangriento y maldito con sus
botas militares.
Estaban en una lucha constante por averiguar todo lo que pudieran
sobre sus enemigos. Los sacrificios que habían hecho al principio de la
guerra los forjaron como los oficiales que eran hoy. Recorrieron el
mundo en busca de información, que analizaron al máximo.
En otras palabras, el Ejército de la Federación evolucionó hasta
convertirse en una de las organizaciones más pragmáticas del mundo. Y
siguieron evolucionando de forma única para destacar en el campo de
batalla.
Eran profesionales. Especialistas diligentes que temían y respetaban a la
vez a sus enemigos, los generales de la Federación se esforzaban al
máximo por averiguar todo lo relacionado con aquellos a los que tenían
que derrotar.
No hace falta decir que sabían mucho sobre el Ejército Imperial. En ese
sentido, su recopilación de información incluso abarcaba el
conocimiento de cómo el Imperio se entendía a sí mismo. Como parte de
ello, incluían la investigación de los antecedentes y las tendencias de los
oficiales militares de alto rango del Ejército Imperial a nivel individual.
Naturalmente, esto sólo fue posible gracias al poderoso respaldo del
Comisariado de Asuntos Internos... Por un bien mayor, el ejército estaba
dispuesto a darle la mano al diablo. Las objeciones del círculo de
confianza del ejército no tardaron en desvanecerse como el humo. Las
objeciones y los rechazos eran de esperar. Sin embargo, los detractores se
tragaron sus reticencias. Se vieron obligados a acatar en nombre de la
todopoderosa necesidad.
Y este trato con el diablo les dio enormes frutos. Sus carpetas sobre los
comandantes enemigos se fueron engrosando con información cada vez
más útil.
El teniente general Zettour fue un buen ejemplo.
Llevaron a cabo una investigación exhaustiva de sus antecedentes y
registros militares, recopilando toda la información clasificada que
36 La Checa o Cheká fue la primera de las organizaciones de inteligencia política y militar soviética, creada el 20
de diciembre de 1917 por Feliks Dzerzhinski. Su cometido era “suprimir y liquidar”, con amplísimos poderes y
casi sin límite legal alguno, todo acto “contrarrevolucionario” o “desviacionista”. Durante sus cuatro años de
vida, la Checa actuaba por su propia voluntad realizando arrestos masivos, encarcelamientos, torturas y
ejecuciones incluso sin procesos judiciales. Al período de atrocidades cometidas por la Checa se le conoce
como “El Terror Rojo”. El número de muertos de este período es discutido. Las estimaciones van desde las
50.000 personas hasta más de un millón.
37 Aquí son castigados los violentos, divididos en tres grandes giros: Los violentos contra el prójimo, es decir,
los homicidas, los criminales, los tiranos, los violadores y los bandidos. Los violentos contra sí mismos están
divididos en dos categorías netamente distintas por la diversidad de sus penas: los suicidas y los
derrochadores. Los violentos contra Dios, la naturaleza y el arte son, de hecho, divididos en tres grupos: los
blasfemos y, finalmente, los usureros (Link).
Esa pobre teniente coronel. Ese pensamiento se plasmó en la cara del joven
oficial. El teniente general Zettour respondió con un tono fácil.
“No hay necesidad de preocuparse por eso ahora. Preocúpate por la
próxima vez, cuando haya una próxima vez”.
El teniente general Zettour le dio las gracias al joven oficial antes de
volver a fruncir el ceño hacia sus subordinados. No tenía tiempo para
debates insignificantes.
“Ahora, señores. Es hora de ponerse a trabajar. Que la Federación
pruebe a qué sabe la derrota”.
Así, las fuerzas móviles bajo el mando del teniente general Zettour
comenzaron a llevar a cabo su plan para rodear y aniquilar al enemigo,
tal y como el Ejército de la Federación predijo que haría.
La única diferencia era que su verdadero objetivo estaba al este de la
línea del frente. Era un ataque que el Ejército de la Federación nunca
hubiera soñado.
El Ejército de la Federación estaba preparado para resistir una
contraofensiva imperial general. Era para lo que se habían preparado.
Pero su experiencia era lo que les haría perder.
38“No hay mejor defensa que un buen ataque”. Esta frase está tomada de la obra El arte de la guerra, del
general, estratega y filósofo chino Sun Tzu (VI a. C).
39
Oda Nobunaga (1534 - 1582) fue un destacado daimyō (señor feudal) del período Sengoku al período Azuchi-
Momoyama de la historia de Japón.
40 En el año 1560 Nobunaga se enfrentó con un numeroso ejército (estimado en 40.000 soldados samurái),
comandado por Imagawa Yoshimoto, con tan solo 3.000 soldados durante la batalla de Okehazama. Gracias a
un ataque sorpresa salió victorioso, lo que puso a Nobunaga en la cima del poder militar del país.
41 Imagawa Yoshimoto (1519 - 1560) fue un daimyō (señor feudal) a principios del período Sengoku en Japón.
Con base en la provincia de Suruga, fue uno de los tres daimyō que dominaron la región de Tōkaidō.
42 El shōgun se constituyó como el gobernante de facto de todo el país, aunque teóricamente el emperador era
el legítimo gobernante y este depositaba la autoridad en el shōgun para gobernar en su nombre. Al gobierno
del shōgun se le conoce en español como shogunato y en japonés como bakufu .
43Shimazu Toyohisa (1570 - 1600) fue un samurái del período Azuchi-Momoyama en la historia de Japón.
Toyohisa fue hijo de Shimazu Iehisa y sobrino de Shimazu Yoshihiro. Participó durante la campaña de
pacificación de Kyūshū (1587) bajo las órdenes de Yoshihiro en contra de Toyotomi Hideyoshi.
“No importa lo que impulsa esta decisión suya, señor, soy una soldado.
Por lo tanto, es mi deber luchar por la mejor defensa posible aquí en el
oeste”.
“Plata Blanca, suenas como un viejo político oxidado”.
El general Romel sacude la cabeza con incredulidad.
“El aire de la Federación debe estar plagado de miasma”.
Aunque parezca asombrado, él dice la verdad. Puedo dar fe de ello, por
supuesto, ya que acabo de llegar del frente oriental; las cosas son más
que sombrías allí.
“El este es un lodazal, lleno de cadáveres que nunca verán un entierro
adecuado. La Federación es como una bestia de dos cabezas, de las
cuales una representa el comunismo 44 y la otra el nacionalismo 45. Es
entretenido en cierto modo. Me gustaría llevarle allí conmigo si alguna
vez tenemos la oportunidad”.
“Suena como un gran patio de recreo. Por desgracia... me estoy haciendo
demasiado mayor para jugar en el barro”.
“¡Debe estar bromeando! Le haré saber que el General Zettour se abrió
paso a través del lodo en el este con mi compañía”.
“Ya veo – así que es un lugar en donde ese general puede desplegar sus
alas. Me ha dado una idea de lo verdaderamente terrible que debe ser
ese lugar. Le debo mi agradecimiento, Teniente coronel”.
Teniendo en cuenta lo que vi mientras estaba allí, debo admitir que el
este es el peor de los mundos cuando se trata de campos de batalla.
lengua y una tradición histórica real o inventada, la cual, en la mayor parte de los casos termina por exacerbar
la superioridad de un pueblo o nación por sobre otros” (Gárate, M. et al., 2014) en Historia, Geografía y
Ciencias Sociales.
Es difícil idealizar lo que ocurre allí como una versión limpia e ideal de
la guerra. En cuanto a la dureza del entorno, es similar al del frente sur,
pero... aparte de los intensos cambios de temperatura, era un campo de
batalla relativamente fácil.
El frente sur es único a su manera. Es un poco extraño, teniendo en
cuenta cómo empezaron las cosas allí, pero ganar o perder las batallas en
el sur no se considera tan importante para determinar el resultado de la
guerra en ninguno de los dos bandos. Esto, a su vez, ha dado lugar a un
nivel de civismo mutuo que nace del ambiente de relativa baja presión
que se puede encontrar en los campos de batalla del sur.
Pero... no se puede decir lo mismo de las batallas en las que se juega el
destino de todo un país. Los países ponen su razón de ser en ganar esas
batallas, cueste lo que cueste.
Bueno, entonces... El general Romel se cruza de brazos y comienza a
hablar.
“Vayamos al grano, Teniente coronel. Mi misión para usted es similar a
la que hizo cuando estuvo en la Federación”.
“Señor, estos frentes oriental y occidental son ambientes completamente
diferentes. Con el debido respeto...”.
“Espera”, dice.
Estoy a punto de objetar, pero me detengo cuando capto su tono de
disgusto.
“Deja esa mierda de “con todo respeto”. No soy un burócrata”.
“...Quizá llevo demasiado tiempo en la capital. Creo que toda la
burocracia está empezando a afectarme”.
“Si una oficial de carrera como usted tiene problemas con eso, entonces
la Oficina del Estado Mayor y los burócratas están todos jodidos”.
“Ja-ja-ja”.
El general Romel suelta una carcajada. Algo de lo que dice hace que mi
expresión se tuerza.
46 La Ley de Parkinson, enunciada por el británico Cyril Northcote Parkinson en 1957, afirma que “el trabajo se
expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine”. En una burocracia, esto es motivado por dos
factores: 1. Un funcionario quiere multiplicar sus subordinados, no rivales, y 2. Los funcionarios se crean
trabajo unos a otros.
47 Niebla de la guerra es un término de ciencia militar enunciado por Carl von Clausewitz en su obra De la
guerra (1832). Hace referencia a la confusión reinante durante el conflicto bélico, en el que debido a diversos
factores como retrasos, confusiones, incertidumbres, etc. resulta difícil coordinar y planificar operaciones.
48La artillería antiaérea es un tipo de artillería, formada por cañones y cañones automáticos o ametralladoras,
usada como defensa antiaérea contra los ataques de la aviación. Estas unidades pueden estar en
emplazamientos fijos o ser montadas sobre vehículos remolcados o autopropulsados de superficie.
49 El clan Azai fue una línea de daimyō durante el período Sengoku de la historia de Japón que tenía su base en
la provincia de Ōmi. El clan Asakura era un linaje japonés descendientes del Príncipe Kusakabe (662-689).
50En psicología, se conoce como efecto “Lago Wobegon” al sesgo cognitivo que tenemos la mayoría de las
personas para creernos muy por encima de la media en casi cualquier capacidad positiva y pensar que estamo s
muy por debajo de la media en casi cualquier capacidad negativa.
51Londres es una ciudad propensa a la niebla y no solo por un tema geográfico y meteorológico, sino que la
contaminación humana tiene un rol aún más importante que lo meramente climático.
Ya sea que provenga del este o del oeste, el jefe de cualquier agencia de
inteligencia siempre estaba atento. Esto era algo bueno. Era importante
ser precavido.
...Aunque habría sido mejor si no fuera él a quien tuvieras que informar
directamente.
“La herida que me hizo el Demonio del Rin empieza a doler. Qué dolor.
No tengo más que malos sentimientos por esto”.
Dicen que las cicatrices son como medallas, pero a veces pueden parecer
más bien canarios. Las cicatrices pueden incluso darte avisos si eres el
tipo de persona que piensa demasiado.
Por desgracia para el teniente coronel Drake, era un animal social. Su
mente lógica no permitía que sus instintos tomaran el control y se
levantaran y corrieran sin importar el tipo de premonición que tuviera.
Caminó enérgicamente junto a otro soldado por los pasillos.
Bueno, más bien fue guiado por el soldado. La falta de libertad
concedida a los visitantes, sin importar su rango o estatus, decía todo lo
que necesitaba saber sobre la estricta seguridad del edificio.
Dicho esto, aunque el soldado que lo conducía a su destino era estricto...
No era un muro sino un mago naval. Estaba allí para llevar a Drake a
donde tenía que estar. Drake pensó que el hombre era como Caronte 52.
Siguiendo al soldado de cerca, finalmente llegó a las puertas prometidas
del infierno. Ahora no habría que huir ni esconderse.
Respiró profundamente.
A continuación, hizo una breve reverencia a su guía, según la etiqueta
militar, antes de entrar en la sala, donde le esperaba un hombre con
expresión dominante.
“Hola, Teniente coronel. Parece que su herida se está curando bien.
Ahora, escuchemos su informe”.
Drake pensó brevemente en sus preferencias en cuanto a la gente... y en
cómo rara vez se llevaba bien con los tipos mayores que no hablaban
52En la mitología griega, Caronte o Carón es el barquero de Hades, el encargado de guiar las sombras errantes
de los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte .
mucho. Era aún peor cuando eran lo suficientemente sabios como para
entender la esencia de las cosas, pero también lo suficientemente
malhumorados como para explotar ante cualquier excusa que él diera.
Ya podía sentir un dolor de cabeza.
“Sí, señor. ¿Por dónde empiezo?”.
“Empecemos con el disparo accidental. ¿Qué pasó realmente?”.
Su primera orden de trabajo ya le hizo revolver el estómago y su cabeza
se agitó. Una extraña sensación de constricción se agolpaba en su
interior. Aunque sólo de nombre, el incidente había sido causado por
una oficial subalterna bajo su mando. Aunque no tenía una autoridad
total sobre ella, seguía teniendo cierta responsabilidad.
Esto era inevitable como alguien que servía a La Corona.
Drake entregó su informe. En él se detallaba su opinión profesional
como responsable en el momento del incidente. Hizo todo lo posible por
mantener la calma cuando empezó a hablar.
“Oficialmente, se ha reportado como un daño colateral que es un
subproducto del caos durante la batalla, pero la realidad es que una
maga voluntaria ignoró mis órdenes y actuó por su cuenta”.
“Por muy desafortunado que sea, los daños colaterales son parte de la
guerra. ¿Qué tan malo fue... para que la Federación hiciera tanto
alboroto al respecto?”.
“Lamentablemente, la fórmula fue demasiado potente”.
No sólo Drake tuvo que ofrecer su mea culpa a los oficiales políticos,
sino que también la teniente Sue -quien causó todo este lío- tuvo una
charla amistosa con ellos después. Era difícil comprender cómo tenía
sentido todo aquello. En realidad, Drake estuvo a pocos segundos de
hacer estallar un fusible allí mismo, pero... el informe de la Federación
que el coronel Mikel tenía en sus manos coincidía con el suyo, así que la
culpa era suya.
“He oído... que hubo oficiales de campo de la Federación que quedaron
atrapados en la explosión y murieron. Aunque no es oficial, esto viene
de una fuente confiable mía”.
53El humanismo, en el sentido amplio, significa valorar al ser humano y la condición humana. En este sentido,
está relacionado con la generosidad, la compasión y la preocupación por la valoración de los atributos y las
relaciones humanas.
“Como yo, es un hombre mayor. No creo que tenga paciencia para una
carta. Dáselo rápido y sin rodeos... Y asegúrate de hablarle de esa ilusión
que viste”.
Con un rápido agradecimiento, Drake fue expulsado de la sala donde le
esperaba el hombre que le había llevado hasta allí. Guiado con un rápido
“Por aquí, señor”, Drake se dio cuenta de que era inútil seguir
insistiendo.
Eso fue probablemente lo mejor.
“... ¿Una ilusión...?”.
El teniente coronel Drake murmuró para sí mismo mientras caminaba
por el pasillo. Se sentía como si alguien le hubiera contado un chiste
terrible. ¿Acaso el general Habergram había respirado demasiado el aire
putrefacto de este país?
“¿Esta es la legendaria niebla de guerra de la que todo el mundo habla?”.
Su hombro herido comenzó a palpitar. Tal vez esto era una ilusión,
también.
El tratamiento médico que recibió en la patria fue realizado por arte de
magia, y su hombro ya estaba completamente curado. Ya no había razón
para que le doliera, pero la lesión le gritaba igualmente.
“Sé lo que vi”.
El pequeño demonio que causó estragos en el campo de batalla.
Esa inconfundible sed de sangre y ese experto control de las fórmulas le
decían todo lo que necesitaba saber. Se había acercado tanto que tuvo
que recurrir a un ataque suicida para liberarse finalmente, ¿Y el general
cree que está viendo cosas? Ni siquiera una fórmula de engaño óptico
sería capaz de engañarle a esa distancia.
Esa voz exasperante fue lo que realmente la delató.
Nunca lo olvidaría mientras viviera. No había forma de confundirla con
otra persona.
“...Parece que la información que viene de arriba no es de fiar. Como
dicen, ver es creer. Confío en mis propios ojos”.
55 Otto Eduard Leopold de Bismarck-Schönhausen, príncipe de Bismarck y duque de Lauenburgo, más conocido
como Otto von Bismarck (Schönhausen, 1 de abril de 1815 - Friedrichsruh, 30 de julio de 1898) fue un estadista
y político alemán, artífice de la unificación alemana y una de las figuras clave de las relaciones internacionales
durante la segunda mitad del siglo XIX. Durante sus últimos años de vida, se le apodó el “Canciller de Hierro”
por la determinación con la que perseguía sus objetivos políticos, fundamentalmente la creación y el
mantenimiento de un sistema de alianzas internacionales que aseguraran la supremacía y seguridad del
Imperio alemán.
hay una respuesta que el coronel Lergen puede dar. Y esa respuesta es
“Sí, podemos”.
“¿Pasa algo, Coronel? Me gustaría escuchar su sincera opinión”.
El consejero mira fijamente a Lergen. El hecho de que el hombre se
cuestione la realidad de la situación hace que al coronel le cueste
responder.
Como militar, no es habitual que se vaya por las ramas. Esto es lo que le
impide elaborar una respuesta coherente. La derrota es una palabra
prohibida. No es algo que pueda sacar a relucir tan fácilmente. Está claro
que le causa una enorme angustia.
No puede decirlo, ni siquiera puede abrir la boca. Tanya, por otro lado...
es completamente inconsciente de la silenciosa angustia mental del
hombre que está a su lado. Para Tanya, es una pregunta a la que
respondería amablemente simplemente porque se le preguntó. Tal vez
su disposición a hacerlo fue simplemente en el espíritu de servicio.
Sin pensarlo demasiado, responde formalmente a la pregunta del
hombre con lo que considera buena fe.
“Consejero Conrad, ¿Es algo que realmente necesita saber?”.
“¿Teniente coronel Degurechaff?”.
El consejero le pone una cara extraña, pero para Tanya todo esto forma
parte del trato con los clientes. Es importante asegurarse de que la gente
realmente quiere escuchar la verdad de lo grave que es una determinada
situación antes de darles tu opinión sincera.
“¿Podría preguntarnos una vez más? La pregunta, quiero decir”.
“Bien, lo diré de nuevo. ¿Podemos ganar esta guerra? Yo, un
diplomático, quisiera escuchar sus opiniones profesionales como
personas que trabajan directamente con y dentro de la Oficina del
Estado Mayor. Por favor, háganme saber lo que piensan”.
La confirmación del consejero Conrad no podía ser más clara. Eso era
todo lo que Tanya necesitaba.
Ella no habría respondido a la pregunta del hombre hasta que se la
planteó en términos tan innegables.
Con una sonrisa retorcida, Tanya se sintió por fin libre para hacer su
mordaz análisis sobre el asunto.
“Es imposible. Puedo decir sin duda que no ganaremos”.
“¿Q-Qué estás...?”.
“Estoy siendo sincera con usted. Está ladrándole al árbol equivocado si
espera una victoria de los militares. Esta guerra está fuera de nuestras
manos”.
Es importante ser sincero sobre los productos que tu empresa no ofrece.
Eso es lo básico en los negocios.
Se sabe que no tener lo que la gente pide puede ser... decepcionante,
pero no se tiene lo que no se tiene, y ninguna cantidad de deseos puede
cambiar eso.
Sin embargo, se debe mantener un tono y una conducta tranquilos. La
sonrisa es la primera y más importante parte del trato con los clientes.
El seguimiento también es crucial. Dedicar tiempo suficiente a explicar
tu opinión profesional cuando alguien te la pide es la mejor base para
generar confianza.
Por ello, Tanya encarnó a un especialista directo para responder a la
pregunta del consejero.
“Puede creer lo que dicen los estafadores y los fanáticos en los
periódicos si quiere. Pero si quiere que yo, una soldado lógica, le diga
que podemos lograr una victoria completa, entonces está soñando”.
Si pudieran ganar esta guerra, a Tanya ni siquiera se le habría pasado
por la cabeza la idea de cambiar de trabajo. Lamentablemente, al igual que
Japón durante la Segunda Guerra Mundial 56, el Imperio es un barco que
se hunde.
Cualquier persona con una mínima aptitud para el análisis sólo podría
decir la evidente verdad – que el país está en las últimas.
56Para 1945 los japoneses habían sufrido una cadena de derrotas consecutivas durante casi dos años, en el
suroeste del Pacífico, la campaña de las Marianas, y la campaña de las Filipinas. La rendición de Japón en la
Segunda Guerra Mundial se produjo el 15 de agosto de 1945 y se firmó el 2 de septiembre de 1945. El Imperio
de Japón aceptó la Declaración de Potsdam firmada por Estados Unidos, Reino Unido, República de China y la
Unión Soviética.
57Un agente honesto es una entidad que mantiene conjuntos de información privada pero distribuye partes de
esos conjuntos a otras entidades que no deberían tener acceso a todo el conjunto.
Sin duda, es más que suficiente para obtener una valoración precisa del
mercado. Esto es algo de lo que hay que estar orgulloso.
“Si tienes algún problema con mi historial, no dude en plantearlo a la
Oficina del Estado Mayor. Ellos deberían poder proporcionarle un
historial más completo que demuestre sin lugar a dudas que no soy una
niña cualquiera que nunca ha pisado el campo de batalla”.
Un poco abrumado, el consejero Conrad retrocede un poco antes de que
el coronel Lergen tome las riendas de la conversación.
“...Como puede ver, la apariencia no lo es todo. Como estoy seguro de
que puede entender ahora, aunque la teniente coronel Degurechaff
pueda parecer joven, sus colmillos son de los más afilados del ejército”.
El coronel Lergen adopta un tono reservado al continuar: “En cuanto a
la juventud, usted mismo se encuentra en una situación bastante similar,
¿No es así, consejero? Y lo digo con el máximo respeto”.
Aunque es una falta de respeto señalarlo, el hombre sentado frente a
ellos se ríe.
“Esto es la guerra. Sé cómo es. Todo vale. A veces puede ser difícil tener
eso en mente”.
La tensión desaparece visiblemente de sus hombros mientras se lleva
una mano a la cabeza y coge un cigarrillo con la otra antes de encenderlo
tranquilamente. Está claro que sabe distinguir cuando le han vencido.
“Por cierto, Teniente coronel, debo preguntar. ¿Existe algún truco para
poder reunir el valor de decir cosas tan atrevidas? ¿Algo para dejar de
preocuparse por las críticas que pueda recibir después?”.
Tanya se ríe de la legítima pregunta del consejero Conrad con un ligero
no. El consejero parecía sorprendido por su respuesta, pero ¿Había
realmente algo tan desconcertante en ella?
“Siempre he pensado que los humanos son el tipo de criaturas que
buscan cualquier excusa para criticarse los unos a los otros”.
“Consejero, es simple, realmente. No necesito palabras para demostrar
mi valentía. Ya lo he hecho en el campo de batalla”.
Para Tanya, las hazañas militares son algo maravilloso. Nadie puede
discutirlas, y el simple hecho de señalarlas puede acallar bastantes
críticas. En otras palabras, el éxito en el campo de batalla te da derecho a
hablar en tu país.
Lo mismo ocurría con las ventas. Nadie se inmutaba si el mejor
vendedor se retiraba antes de tiempo.
“Todavía no he conocido a nadie que se atreva a llamarme cobarde o a
cuestionar mi sentido del deber”.
“Así que los valientes tienen derecho a decir lo que piensan... Ya veo. Es
usted una persona interesante, Teniente coronel. Así que dígamelo
directamente. ¿Realmente cree que la guerra es una causa perdida?”.
“Lo sé. Estoy segura de ello”.
El coronel Lergen se desploma un poco en su asiento al escuchar a su
subordinada anunciar el inevitable destino de su país.
Sin embargo, al otro lado de la mesa, el consejero Conrad esboza una
gran sonrisa. No sólo sonríe, sino que el hombre está prácticamente al
borde de su asiento. Mira fijamente a Tanya con ojos brillantes casi hasta
el punto de que resulta inquietante.
“¿Cuál es su razonamiento?”.
“¿Puede el Imperio enfrentarse a todo el mundo y ganar? La Federación,
la Mancomunidad y ahora los Estados Unificados están uniendo fuerzas
contra nosotros. Tampoco podemos ignorar a Ildoa. Ah, y no olvidemos
la lejana tierra de Akitsushima. Puede que ellos también se unan en
algún momento”.
Nos enfrentamos a todas las potencias mundiales y posiblemente a más.
Al fin y al cabo, aunque el Imperio esgrima una poderosa espada
conocida como el Ejército Imperial, no es que el resto del mundo esté
desarmado. Tanya no necesita esperar para saber qué bando saldrá
victorioso.
“Olvídese de mirar el mapa. Es un juego de números en este punto. Hay
demasiados enemigos para nosotros”.
Tanya continúa mientras el consejero Conrad asiente con alegría.
“Ya veo. Así que por eso nuestros predecesores favorecieron la doctrina
de las líneas interiores con la esperanza de derrotar a nuestros enemigos
en específico”.
Tanya sacude la cabeza mientras emite un suspiro evidente.
“Por desgracia, esa estrategia se puso en marcha originalmente con el
objetivo de amasar un gran ejército para ganar rápida y eficazmente
unas pocas batallas decisivas. Nunca fue pensada para ser utilizada
contra el mundo entero”.
Los generales al comienzo de la guerra encontraron un pequeño camino
a seguir para hacer lo imposible, pero era más o menos una póliza de
seguro en caso de que perdieran estratégicamente. ¿Por qué se utilizó
esta estrategia para defender el país en general? La respuesta es bastante
sencilla: La estrategia se había creado bajo el supuesto de que seríamos
atacados; los planificadores nunca soñaron que se utilizaría fuera de las
fronteras del Imperio.
“La estrategia de líneas interiores es como una póliza de seguro por si
alguna vez nos atacan. Un seguro es exactamente eso – un seguro. Es
algo que pagas pero que esperas no tener que utilizar nunca”.
¿La gente que paga un seguro de vida lo hace con la esperanza de morir?
¿Qué clase de idiota se sienta y piensa: “¿Oh, no sería mejor que tenga
cáncer para poder capitalizar mi seguro de salud?”.
Para cualquier cosa que no sea un fraude al seguro, no tiene ningún
sentido.
“El Imperio ha cometido un error. Hemos pensado mal en todo esto. Es
como perder el sano miedo a la muerte porque tienes un gran seguro de
vida. No sólo eso, la póliza de seguro ni siquiera es tan buena para
empezar, teniendo en cuenta lo mucho que estamos pagando por ella”.
“Espere, Teniente coronel”. Con una expresión de curiosidad, el
consejero Conrad expresa su duda sobre una cosa. “¿Está insinuando
que hemos desperdiciado nuestros recursos? Hemos logrado bastante
como nación”.
“Desde el comienzo de la guerra, hemos ganado repetidamente batallas
clave contra las fuerzas enemigas, pero ninguna de ellas fue lo
Mira la puerta. Parece que cedería bajo presión. Lo siguiente que tendría
que hacer es sacar al coronel Lergen de aquí... No, mejor crear maniquíes
ópticos para confundir al consejero primero. Tanya se sienta casi
imperceptiblemente hacia adelante en su asiento para poder hacer su
movimiento en cualquier momento mientras varios escenarios se
reproducen en su mente.
Esta serie de cálculos acaba siendo inútil.
Con una fuerte maldición, el consejero Conrad se vuelve a sentar en su
silla y cruza las piernas mientras mira cansado al techo.
Apretando los dedos contra las esquinas de sus ojos, les hace una
pregunta a Tanya y Lergen.
“Coronel Lergen, teniente coronel Degurechaff. Por favor, perdónenme.
Eso ha sido embarazoso”. El consejero baja la cabeza y se dirige al
coronel Lergen. “Ahora que nos hemos quitado eso de encima, hay algo
que quiero que me diga... ¿Cómo demonios han criado esto?”.
Tanya hace una pausa, ya que el hecho de que la llamen esto no le sienta
del todo bien. Sin embargo, el coronel Lergen tiene una reacción
diferente. Asiente profundamente con la cabeza, como si quisiera
mostrar la profundidad de su acuerdo con el consejero.
“Ella nació así. Si pudiéramos producir en masa Degurechaffs, el
Imperio habría borrado del mapa a Moskva y Londinium con un solo
batallón de magos aéreos hace tiempo”.
Eso es un cumplido, ¿Verdad? Creo que sí... Interpretemos el comentario
como un halago y un poco exagerado.
“Creo que entiendo lo que quieres decir. Pero la idea no me gusta. Una
noción tan bélica se pierde en civiles como yo”.
El consejero mira al techo con ojos cansados. Es el momento en que el
coronel Lergen decide decir algo inesperado.
“Mis disculpas, consejero Conrad. Teniendo en cuenta su carrera, ¿Me
equivoco al suponer que tiene experiencia como subteniente?”.
Un año de servicio militar obligatorio se considera una parte
fundamental del aprendizaje del mundo. En el Imperio, esto es
58Se denomina en alemán, Junker, a los miembros de la antigua nobleza terrateniente de Prusia que dominó
Alemania a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX. Los Junker poseían grandes propiedades rurales
donde también vivían y trabajaban campesinos con muy pocos derechos y/o recursos económicos.
Originalmente constituían un importante sector político, social y económico en Prusia y, después de 1871,
también en el liderazgo político, militar y diplomático del Imperio alemán.
Sus ojos azules le devuelven la mirada, y parece que sus palabras son
efectivas. La determinación de Tanya era clara en su sugerencia, y
comparten una breve pero intensa mirada antes de que la diplomática se
desprenda.
Suspira y vuelve a mirar al techo.
Es posible que no se haya dado cuenta, pero le ha temblado la pierna.
“Reconciliación, reconciliación, reconciliación...”.
Repite la palabra tres veces antes de encender un cigarro. Con la misma
mirada perdida, se rasca la cabeza mientras da una calada.
Una espesa columna de humo sale de su boca.
Justo cuando el humo empieza a molestar a Tanya, el consejero Conrad
vuelve a hablar.
“Si un oficial de campo se siente así de fuerte, entonces debe ser
verdad”.
“¿Significa...?”.
“Entiendo el deseo del ejército de resolver la guerra con la
reconciliación. Teniendo en cuenta las circunstancias actuales... es una
idea prudente. Es precisamente lo que debemos hacer”.
Es difícil entender a estos diplomáticos en el mejor de los casos.
Siempre son tan imprecisos y oscuros, siempre se van por las ramas,
siempre cuidan sus palabras pero nunca dicen nada sustancial. Claridad
y concisión - no se puede ser un soldado sin ninguna de las dos.
El coronel Lergen sacude la cabeza junto a una desconcertada Tanya.
“Consejero, la cuestión clave aquí son nuestros enemigos. ¿Cómo van a
recibir esa propuesta?”.
“¿Qué te hace preguntar eso?”.
El consejero mira confundido con una mirada inexpresiva.
El coronel Lergen responde titubeante: “¿Porque no estamos en
condiciones de exigir nada?”.
“De todos modos, basta de bromas. Volvamos al tema. ¿Cuáles son los
términos deseados por el ejército para una reconciliación? ¿Dónde
quieren que esté el Imperio cuando el polvo se haya asentado?”.
“No lo sabemos”.
La cortante respuesta del coronel Lergen borra la sonrisa de la cara del
consejero Conrad. Frunce el ceño ligeramente mientras aprieta su
cigarro en la boca para hacer evidente su insatisfacción y disgusto.
“Dejémonos de bromas, Coronel”.
“Créame, Consejero, esto no es una broma”.
“Coronel Lergen, aunque no es mi estilo, permítame ser muy franco con
usted. Aunque soy consejero, también soy miembro del Alto Mando
Supremo. Tengo la autoridad para acceder a cualquier secreto militar
relacionado con el asunto”.
Escuchando desde el balcón, me parece que todo lo que ha dicho el
consejero es cierto. Debería tener acceso a toda la información
clasificada. Aunque los diplomáticos son técnicamente civiles, hay una
clara necesidad de que sepa cuáles son las intenciones finales de los
militares, teniendo en cuenta su posición. Aunque los militares operan
sobre la base de la estricta necesidad de saber cuándo se trata de
compartir información, el consejero está dentro de sus límites para hacer
su solicitud.
Es entonces cuando me doy cuenta de repente.
¿Es esto lo que pasa? El consejero no es el problema aquí, soy yo.
Aunque técnicamente soy miembro del Estado Mayor, los intereses
geopolíticos de la nación están un poco por encima del sueldo de una
teniente coronel mágica. Tal vez la forma en que mis superiores me
trataron finalmente se me subió a la cabeza.
Al darme cuenta del error, intervengo avergonzada.
“Coronel, mis disculpas. Parece que no tengo autoridad para escuchar la
conversación a partir de este momento. ¿Debo retirarme de esta
reunión?”.
Sólo puedo esperar que mi jefe no piense que soy un oficial despistada
después de semejante metedura de pata. Todo el tiempo que pasé en el
frente debe haber adormecido mis sentidos. ¡Pensar que alguna vez
cometería un error tan descabellado! Excusarse en silencio es una de las
técnicas más básicas que un buen trabajador debe saber hacer...
Tal vez he perdido mi ventaja después de todos estos años.
Me levanto apresuradamente de mi asiento cuando el coronel dice
bruscamente: “No, estás bien donde estás”.
Sorprendida por el comentario del coronel Lergen, me quedo helada
mientras me levanto de mi asiento.
Volviéndome hacia mi superior, le dirijo una mirada vacía.
¿He cometido un error...? No se me ocurre una sola razón para explicar
por qué Tanya debería estar presente en esta conversación. El coronel
Lergen ciertamente no pondría en peligro su acceso a tal información
compartiéndola con ella.
¿Qué está pasando?
“Teniente coronel, esto es algo... que probablemente preferiría no saber”.
Todavía no tengo ni idea de a qué está aludiendo y no tengo más
remedio que esperar mientras mi superior empieza a hablar con tono
solemne.
“Veamos. ¿Por dónde empiezo? Consejero, lo que voy a contarle no es
en absoluto un secreto. Por lo tanto, comprenda que, en cierto modo, es
mucho más serio”.
Bueno, eso definitivamente no suena bien.
Tengo un terrible presentimiento sobre lo que voy a escuchar. Ahora casi
quiero marcharme, pero lucho contra ese impulso comprendiendo que
probablemente es algo que debo escuchar.
“Escuche con precaución”.
Tras una mirada al consejero Conrad, que tiene la barbilla ligeramente
echada hacia atrás, ajusto mi postura mientras me preparo.
Poco sabía el coronel Lergen que lo que estaba a punto de decir era una
bomba casi tan explosiva como la que Tanya le había lanzado al
consejero momentos antes.
“No sería muy exagerado decir que, en cierto sentido, la Oficina del
Estado Mayor, el Alto Mando Supremo y el gobierno son de la misma
opinión”.
“¿Qué? Es un descargo de responsabilidad muy extraño. Si es algo tan
común, uno no puede dejar de preguntarse cómo no lo sabemos
todavía”.
“Consejero, es lo contrario. Es todo lo contrario”.
Su extraña redacción me resulta extraña, y es ahora cuando me doy
cuenta de algo. Es la forma que tiene el coronel Lergen de evitar un
problema. Parece estar tranquilo en la superficie, pero no se le escapa la
vacilación y la agitación interior de que se esconde detrás de sus
palabras. No es probable que el consejero Conrad haya sido capaz de
captar esto. Después de todo, ¿Por qué iba a hacerlo? A primera vista,
incluso para Tanya, que ha pasado tanto tiempo al lado del coronel
Lergen, el hombre parece ser el mismo de siempre.
Menuda máscara tiene puesta. ¿Es esta la fortaleza que necesita para
trabajar en la patria?
Si no supiera lo mucho que los oficiales del Estado Mayor insisten en
mantener las cosas concisas... probablemente nunca habría sido capaz de
reconocer su férrea cara de póker como lo que es.
“Coronel Lergen, debo pedirle que se explique”.
El consejero Conrad hace su petición mientras saca otro cigarro. Esta
vez, el coronel finalmente accede.
“¿Realmente quiere saberlo?”.
“Por supuesto que sí, Coronel. Por favor, complázcame”.
“Muy bien”. Hay una extraña sensación de paz en el coronel Lergen
mientras saca un cigarrillo y se lo lleva a la boca. Fuma durante un rato;
luego, junto con una bocanada de humo del cigarrillo, los golpea con
una desagradable revelación.
“¿Por qué mis palabras no le llegan a nadie? ¿Por qué nunca cambia
nada?”.
Sin embargo, parecía que el coronel Lergen tenía sus propias ideas sobre
la muestra de aprensión de Tanya. Dio una gran bocanada de nicotina y
alquitrán y respondió con una mirada distante.
“Teniente coronel, como alguien de la misma organización... déjeme
decirle lo que está haciendo mal”.
“Por favor”.
“Hay que recubrir de azúcar las píldoras más amargas. Y tampoco
puedes ser tacaño con ella”.
“Eso no tiene sentido en tiempos de guerra. Hace tiempo que
convertimos todos nuestros campos de remolacha en campos de patatas.
¿De dónde se supone que voy a sacar todo el azúcar que necesito?”.
“No hay muchos como tú que puedan tragarse el amargo trago de la
realidad. Esto es especialmente cierto durante una guerra, donde la
gente tira el sentido común por la ventana. Desafortunadamente... esta
es la realidad”.
Tanya se encuentra mirando al techo mientras escucha a un cansado
coronel que le da cansados consejos.
Estoy francamente al límite de mis posibilidades. Es una prueba para
conocer los secretos más profundos y oscuros de tu país. Empiezo a
arrepentirme de haberme quedado en la habitación.
“¡Simplemente increíble!” exclamo mientras caigo en la cuenta de que
mi carrera no significó nada desde el principio. ¿Quién puede culparme
por refunfuñar un poco?
El hecho es que el Imperio ni siquiera está funcionando correctamente en
este momento. Sus cheques podrían rebotar en cualquier momento. Es
desconcertante. Mi país está recurriendo esencialmente al crédito
revolvente 59 porque carece de efectivo para saldar sus deudas.
60 El progresismo es una doctrina política y social orientada, en general, hacia el desarrollo de un estado del
bienestar, la defensa de derechos civiles, la participación ciudadana y cierta redistribución de la riqueza. Los
progresistas persiguen principalmente la libertad personal, muchas veces privilegiándola sobre la libertad
económica de mercado; por ello, fomentan reformas en lo social, lo económico, lo político y lo institucional,
con lo cual pretenden profundizar en la libertad del individuo ampliando sus capacidades dentro de la
sociedad (libertad positiva).
61 Xiang Yu fue un prominente general durante la caída de la dinastía Qin. Su nombre era Ji, y su nombre
honorífico era Yu. Era un descendiente de la nobleza Chu. Tomó el mando del ejército rebelde de su tío
después de que éste fuera asesinado por los Qin. Su ejército pronto fue el más poderoso de todos los rebeldes.
Xiang Yu se autoproclamó Xi Chu Ba Wang, es decir, gran señor del oeste de Chu. Después de cinco años de la
contención Chu-Han con Liu Bang, pronto perdió todo su territorio. Sufrió su última derrota en Kaixia, donde
perdió sus ejércitos. Su amada concubina Yuji se suicidó a continuación, tenía un gran apoyo en su patria, pero
tuvo un sentimiento de no poder afrontar la vuelta a casa. Habiendo cruzado el río Wujiang con och o mil
hombres y volviendo ahora sin ninguno de ellos, sintió que la vergüenza de volver era insoportable y decidió
en su lugar acabar todo en ese momento. Se suicidó junto al río.
62 Liu Bang (256 a. C. o 247 a. C. - 1 de junio de 195 a. C.) fue el primer emperador de la dinastía Han, que
gobernó toda China a partir del 202 a. C. Liu fue uno de los dos únicos fundadores de dinastías imperiales
chinas que tenía orígenes campesinos, y encabezó las revueltas populares contra la dinastía Qin, la primera
dinastía imperial china, que había unificado los estados chinos primitivos bajo el primer emperador Qin Shi
Huang.
63La movilidad ocupacional puede estar restringida por regulaciones. Los requisitos de licencia, capacitación o
educación impiden el libre flujo de mano de obra de una industria a otra.
“¿Se supone que esto es la razón de ser de nuestra nación? ¡Debe ser
algún tipo de broma de mal gusto-!”.
Con una expresión que contiene a la vez simpatía y desaprobación, el
consejero Conrad interrumpe el refunfuño de Tanya.
“Cálmese, Teniente coronel. ¿Ha olvidado sus modales...?”.
La forma despiadada en que hablaba le hacía parecer más fiable a mis
ojos. Sonrío en señal de sombría aprobación.
Amonestó a Tanya, olvidando por completo su propio episodio de antes.
Este es el signo de un hombre que puede separar su trabajo de sus
emociones. Además, tiene la inteligencia de argumentar sus puntos con
lógica. Esto es lo más importante que busco en un compañero de trabajo.
Es una señal de que podría trabajar sin preocuparse por el estrés
adicional.
Estoy segura de que disfrutaría trabajando a las órdenes de este hombre
tanto como del teniente general Zettour. Apretando los dientes, espero
que la conversación dé un giro para bien mientras fijo mi mirada en el
consejero y vuelvo a sentarme.
Sus ojos son fríos y calculadores.
Detrás de una cortina de formalidad y etiqueta, hay una inteligencia
sensata. Eso es todo lo que puedo pedir. Esos son los ojos de alguien con
quien puedo hacer negocios.
“Consejero, necesito que entienda el precio que el ejército, mis
subordinados y yo hemos pagado durante esta guerra”.
“No diga más. ¿Qué le parece, teniente coronel Degurechaff? Me parece
que ahora que nos conocemos bastante bien-”. El consejero Conrad se
inclina lentamente hacia delante de una forma que sugiere que no tiene
intención de dejar que Tanya eluda su pregunta y continúa con una
sonrisa, diciendo: “-Creo que ya es hora de que empieces a decirme lo
que sientes de verdad”.
No le interesa ser indirecto y esquivo. Está claro que quiere acabar con el
humo y los espejos y escuchar lo que Tanya tiene que decir realmente.
Esto hace que sea la oportunidad perfecta para que Tanya tome la
iniciativa y le pregunte lo que realmente quiere saber.
“Haremos lo que podamos. Pagaremos el precio que nos permita
obtener el mejor resultado posible. Así que hay una cosa que quiero
saber - ¿Qué quiere de nosotros?”.
Esta es la pregunta que todo el mundo tiene en mente y que nadie está
dispuesto a responder. ¿Qué es lo que quieren los responsables de la
toma de decisiones de las personas que están en primera línea? ¿Cómo
se podría hacer algo si no supieran la respuesta a esto? ¿Cómo
podríamos ser más explícitos?
“Tiene que haber una razón para que se inicien las negociaciones. Al fin
y al cabo, hasta la mejor diplomacia puede fracasar si el momento no es
el adecuado”.
Casi me doy una palmada en la rodilla en señal de asentimiento – estoy
impresionada. Dirigir un país no es diferente a dirigir una empresa. Los
distintos retos exigen soluciones diferentes.
Todo debe exponerse en términos claros y sencillos.
“... ¿Así que quieres que decidamos el momento?”.
“¿Cómo está la guerra de maniobras del general Zettour en el este? He
oído que le ha ido bien contra el implacable ataque de la Federación”.
Eso es cierto - el trabajo del futuro general es nada menos que un
milagro. El general Zettour, el artista del engaño, está llevando a la
Federación a trampas por todo el teatro de guerra.
“Seré la primera en admitir que la Federación es muy buena para
aprender. Es casi aterrador lo rápido que captan las cosas. Sin embargo,
el General Zettour es un instructor implacable. Sus libros de texto
estarán manchados de lágrimas durante un tiempo más”.
Probablemente parezca una afirmación atrevida viniendo de una simple
teniente coronel, pero para un oficial del Estado Mayor, que le llamen
despiadado es una especie de cumplido. Es lo que la mayoría de los
oficiales del Estado Mayor se esfuerzan por conseguir.
“Una parte de mí quiere esperar que todo acabe en desastre, pero eso
tampoco sería bueno para mí”.
Sacudo la cabeza e intento calmarme respirando profundamente en el
pasillo.
El aire fresco es justo lo que necesita una mente sobrecalentada.
Refunfuñar está bien, pero si no quiero sufrir una combustión
espontánea, tengo que acordarme de respirar por muy acalorada que
esté.
Dicho esto, esto es absolutamente una crisis.
Pero si sirve de algo, todavía hay un poco de tiempo antes de que la
situación sea insalvable.
Utilizando el ejemplo del Titanic, es como si acabáramos de chocar con el
iceberg y empezáramos a hundirnos. El barco acabará hundiéndose.
Puede que empecemos a inclinarnos hacia un lado, pero de momento
estamos casi nivelados. El resto de los pasajeros no están seguros de qué
hacer y dudan – tengo que correr hacia el bote salvavidas mientras
pueda.
Tengo un poco de tiempo; aún no hay mucha gente que haya pensado
en dirigirse a los botes salvavidas.
Sin embargo, todavía hay una cosa que debo decidir antes de emprender
la huida... ¿Cómo exactamente voy a saltar a un bote salvavidas? Los
próximos pasos deben ser tomados con la mayor precaución. Contactar
con alguien en el extranjero durante una guerra podría ser como pinchar
una colmena con un palo. Tendré que preparar un buen regalo si quiero
sobrevivir al saludo inicial.
No busques más que los desertores que triunfaron en mi antiguo
mundo.
El hecho de que hayan pasado a la historia significa que tenían algo
valioso que cambiar por sus vidas. Voy a tener que averiguar las reglas
de la deserción y hacerlo de forma inteligente si no quiero acabar en una
tumba poco profunda.
“No tema, Teniente coronel. Usted más que nadie será capaz de cargar
con ello”.
Él me entrega una carpeta etiquetada con un simple título.
“¿Operación Aldaba de Puerta?”.
Hojeo el paquete de papeles que tienen las palabras máximo secreto
estampadas en la esquina superior derecha de cada página. En ellos se
detallan todos los aspectos de la próxima operación. No es la primera
vez que veo un documento secreto, pero poder leer todo esto es un
honor. Aunque habría estado bien poder leerlo antes de que todo
estuviese ya grabado en piedra.
“Dos cruceros de batalla, tres cruceros ligeros y tres destructores de
asalto repletos de marines”.
Al terminar de leer el resumen, comento las fuerzas asignadas para la
operación con una expresión de duda. Dar prioridad a la velocidad para
aprovechar el aspecto sorpresa del plan es una buena elección. Sin
embargo, plantea la pregunta: ¿Por qué necesitamos buques de
superficie?
“Señor, si de lo que se trata es de moverse con el elemento sorpresa...
creo que sería más prudente enviar comandos desde un submarino”.
De este modo, nuestras fuerzas podrían acercarse al territorio de la
Mancomunidad con submarinos e infiltrarse sin ser detectadas. En pocas
palabras, sería un verdadero ataque furtivo. También cumpliría con
creces el objetivo de golpear al enemigo justo en su tierra natal.
Mi objetivo final es mitigar cualquier riesgo innecesario que la propuesta
pueda suponer para mí personalmente, pero el general Romel ruge una
risa bulliciosa.
“Hay razones políticas para esta estrategia, Teniente coronel”.
Oh, ya veo.
“¿Así que esta política sustituye la necesidad de una táctica superior?
Aun así... creo que todavía hay precedencia para atacar desde el mar”.
Correcto, su superior asiente.
“No tenemos lo que hay que tener para abrirlos. Si lo máximo que
podemos hacer es llamar a la puerta, es mejor que lo hagamos bien”.
“Eso es increíblemente desafortunado. Esperaba que pudiéramos llevar
algunas armas de largo alcance para el ferrocarril”.
Habría sido espectacular. Los comandos habrían llegado a tierra con
apoyo naval al mismo tiempo que las rondas de artillería de alto calibre.
Ninguna cantidad de censura sería suficiente para evitar que la noticia
se difundiera a lo largo y ancho de la Mancomunidad.
“Cuando se trata de una guerra marítima, sólo tenemos una
oportunidad. Espero que no esté pensando en contenerse precisamente
ahora, señor”.
“Mi cartera está vacía. Podría darle la vuelta, pero lo único que caería
sería los recibos”.
“Aun así, tendremos que derribar todos los aviones que podamos...
Nuestras naves serán blancos fáciles sin apoyo aéreo, aunque sea
limitado”.
Los que controlan los cielos controlan la guerra. Al menos, esta teoría se
ha demostrado una y otra vez en el transcurso de la guerra actual.
Incluso los barcos más poderosos no son más que blancos flotantes para
la fuerza aérea. Echa un vistazo a la historia de la Guerra del Pacífico 64.
Sin cobertura aérea, los cruceros de batalla no van a ninguna parte más
que al fondo del océano.
Por eso tengo que dudar de mis oídos.
“-Lo siento, pero no va a suceder”.
“¿Qué?”.
“Lo mejor que podemos hacer es desplegar unidades con experiencia en
el establecimiento de defensas antiaéreas. Los medios aéreos hace
tiempo que se han desviado para apoyar otras campañas lejos de casa.
64La desproporción existente entre el número de aviones empleados por ambos bandos, la calidad de los
mismos —los estadounidenses eran claramente mejores en 1944—, además de la falta de pilotos
experimentados en el bando japonés influyeron decisivamente en el resultado de las batallas.
¡Eso es! ¡No saben nada de derechos humanos! ¡No puedo creer que no
hayan aprendido nada sobre la discriminación!
Evidentemente, el hecho de venir de otro mundo me hace
fundamentalmente diferente de los nacidos sólo en este mundo. Mis
hombros se hunden un poco y decido cambiar de tema. Es importante
respetar la cultura y las costumbres del mundo en el que me encuentro.
“Volviendo a la pregunta original... Se trata de una misión de comando
en la que asaltaremos las playas del enemigo. Será una operación
extremadamente incierta y arriesgada. Nuestro trabajo es proteger a los
comandos, pero también quiero que estudien al enemigo”.
Les dirijo una mirada severa para confirmar si lo han entendido, y mis
oficiales dan su respuesta afirmativa. Para mi sorpresa, el aire de
incertidumbre se ha disipado con este simple comentario.
No sólo eso, sino que mi primer oficial también se presenta con una
propuesta constructiva.
“¿Debo recopilar información de Meybert y Tospan?”.
La mera mención de los asuntos militares, y él los trae a colación. Las
áreas de conocimiento de mis subordinados siguen siendo
extremadamente especializadas. Sin embargo, para mi disgusto, no es
una mala idea. Después de todo, los dos tienen experiencia con los
puertos. Viendo que su capacidad para proteger uno de los puertos del
Imperio se puso a prueba bajo el fuego, pueden tener algunas ideas
útiles.
“Buena idea. Pero mantente alerta”.
“¿Teniente coronel? Por alerta, ¿Quiere decir...?”.
“No usen sus radios. No importa qué. Si necesitan enviar un mensaje,
usen cualquier cosa menos su radio. Necesito que mantengan esta
misión en alto secreto. Si es necesario, fijen una reunión y reúnan a todos
los oficiales del Kampfgruppe. Esto va para todos”.
Aunque estoy de acuerdo en buscar el consejo de los especialistas,
también me aseguro de subrayar la importancia del secreto.
Si Weiss va a hablar con esos dos, tienen que hacer que parezca una
reunión para el Kampfgruppe.
“¿Debo llamar también al capitán Ahrens?”.
“Por supuesto que sí, segundo al mando. Por todos, me refiero a todos”.
“Pero él esta...”.
Ya sé lo que va a decir y cortaré a Weiss. Ahrens, por supuesto, se está
divirtiendo en la reconstrucción de la unidad de tanques del
Kampfgruppe en la patria.
Voy a tener que prepararme para que el capitán me guarde rencor por
haberle apartado de su envidiable vida en los campos de entrenamiento.
Pero hay que hacerlo.
“La resistencia enemiga siempre está vigilando y escuchando todo lo
que decimos. Llevan la cuenta de cada vez que nos movemos y de qué
unidades enviamos a dónde. Nunca se puede ser demasiado precavidos
cuando se trata de cosas así. Teniente primera Serebryakov, le permitiré
comprar algo de vino con los fondos del batallón. Organice una pequeña
fiesta para el Kampfgruppe”.
“¿Segura que está bien que lo hagamos?”.
Le hago un gesto firme con la cabeza.
“Sólo asegúrate de que nada salga de la fiesta. Tenemos que estar
atentos a cómo procedemos de aquí en adelante”.
“Entendido”.
Excelente. Me cruzo de brazos mientras me dirijo a mi segundo al
mando.
“Lo has oído, ¿Verdad? No lo arruines. Vamos a ofrecer una fiesta,
¿Entendido?”.
El Mayor Weiss ofrece un vago asentimiento. ¿Cuánto de esto está
comprendiendo? Puede que sea un oficial serio con una buena cabeza
sobre los hombros, pero también es un sabueso sanguinario.
“Mayor Weiss, ¿El frente occidental es demasiado pacífico para usted?
Este es efectivamente uno de nuestros territorios ahora”.
65 (Link).
66En la mitología griega, Tique era la personificación del destino y de la fortuna en cuanto diosa que regía la
suerte o la prosperidad de una comunidad.
Fortuna era, en la mitología romana, la diosa de la suerte, buena o mala, aunque siempre se tendió a asociarla
con lo bueno y la fertilidad; de modo que la adversidad ha pasado a ser casi sinónimo de infortunio.
67 Argyll, en lengua arcaica Argyle, es una región de la zona Oeste de Escocia y correspondiente a la antigua Dál
Riata. Puede este término ser usado para señalar toda la línea costera entre Mull of Kintyre y el cabo Wrath.
68 En química, un carbeno es una molécula que contiene un átomo de carbono neutro con una valencia dos y
dos electrones de valencia no compartidos. La fórmula general es R--R' o R=C: donde R representa
sustituyentes o átomos de hidrógeno. Se trata de una de las especies intermedias más reactivas en la química
orgánica.
69 El whisky, whiskey, wiski o güisqui es una bebida alcohólica obtenida por la destilación de la malta
fermentada de cereales como cebada, trigo, centeno y maíz, y su posterior añejamiento en barril es de madera,
tradicionalmente de roble blanco.
70 El whisky escocés o Scotch Whisky es un whisky destilado exclusivamente en Escocia y que se puede
clasificar en varios tipos: single malt, vatted malt o pure malt, blended y single grain. La industria dedic ada a
esta bebida destilada corresponde a cerca del 85 % de las exportaciones de alimentos y bebidas de Escocia y
casi un 25 % de las del Reino Unido.
71Veni, vidi, vici. (Vine, vi, vencí), es una locución latina empleada por el general y cónsul romano Julio César
en 47 a. C., al dirigirse al Senado romano, describiendo su victoria reciente sobre Farnaces II del Ponto en la
Batalla de Zela. Se utiliza habitualmente para significar la rapidez con la que se ha hecho algo con éxito.
Con sus armas equipadas y listas, el batallón del Líder Escocés estaba
preparado para lanzarse a la lucha. Estaba orgulloso de la capacidad de
sus tropas.
Aunque también se encontró con la duda de si las balas de su unidad
llegarían a dar en el blanco.
El enemigo era la picadora de carne del Ejército Imperial que apareció
por primera vez en el frente del Rin. Se suponía que debían luchar de
alguna manera contra los monstruos que habían estado acumulando
muertes desde ese entonces. El jefe del batallón dirigió todos los
sacrilegios del diccionario de la Mancomunidad a Dios en el cielo por
este maldito destino.
Sus dudas y temores, sin embargo, no se pondrían a prueba esa noche.
“¿¡Qué-!? ¿¡Se están retirando!?”.
Para sorpresa de todos, los enemigos empezaron a retirarse del centro de
control de intercepción del sur tras arrasarlo. En lo que sólo podía
describirse como unas magníficas maniobras, el enemigo giró
rápidamente y abandonó la zona.
“¿E-El enemigo se está retirando?”.
El batallón que había estado preparado para ejercer un contraataque
quedó en el polvo cuando los soldados imperiales los dejaron atrás.
La primera idea que se les ocurrió fue la de ir por ellos. Pero cualquiera
que haya pasado una cantidad significativa de tiempo en el campo de
batalla sabía que esto era la fruta prohibida.
“... ¡Reúne a las tropas! ¡No los sigan!”.
El demonio estaba tratando de seducirlos.
Lo único que les esperaba en esa dirección era un infierno.
Para los cuidadosos soldados, no era más que un riesgo inútil. Y a
diferencia del Líder Escocés, el único que salió afortunado esa noche, el
control de tierra se adelantó con una pregunta irreflexiva.
72 Un clíper o clipper es una embarcación a vela aparecida en el siglo XIX, de formas alargadas y estrechas, de
tres o más mástiles, y caracterizada por su alta velocidad. En algunas rutas se mantuvo activo incluso durante
las primeras décadas del siglo XX. El concepto básico de su diseño era que la velocidad permitía a estos veleros
competir con la navegación a vapor en rutas de larga distancia. Especialmente conocido es su uso en el acarreo
de té, opio, salitre, trigo y pasajeros (imagen).
74
John Bull es una personificación nacional del Reino Unido en general, y de Inglaterra en particular (Imagen).
75
La Mancomunidad de Naciones posee un régimen de Monarquía Parlamentaria, siendo el Jefe del Estado el
Monarca y el Jefe del Ejecutivo el Primer Ministro.
estaba allí para este fin. Aun así, esto no cambiaba el hecho de que los
funcionarios de Hacienda trabajaban para el Tesoro y que,
lamentablemente, seguían exigiendo una justificación de los gastos.
En concreto, tiene que ser una justificación que pueda explicarse a los
diputados opositores leales a Su Majestad.
“Los miembros patrióticos del parlamento que tenemos la bendición de
tener... Les encanta vociferar frases como el despilfarro de la burocracia y el
sabotaje de los esfuerzos en tiempos de guerra”.
Su patriotismo era lo que les hacía denunciar el despilfarro. Denunciar el
despilfarro y la pereza de la organización burocrática era probablemente
el orgullo de los parlamentarios. Esto estaba bien para la
Mancomunidad como nación... pero era un gran problema para el
Servicio de Inteligencia al quedar atrapado en el fuego cruzado.
Por ridículo que parezca, el Servicio de Inteligencia de la
Mancomunidad estaba en medio de una lucha puramente política con el
Tesoro. Aunque la agencia técnicamente no existía... el dinero que
gastaba se seguía obteniendo y presupuestando a través de canales
públicos... lo que significaba que podían disfrutar del lujo de tratar con
funcionarios públicos.
También fue por eso que el Sr. Johnson emitió otro gran suspiro antes de
continuar.
“Esta es la información que logramos obtener con el poco presupuesto
que tenemos. Quiero que la utilices y derribes a ese pequeño demonio
del cielo antes de que el Imperio patee nuestro país con sus botas
militares”.
“Disculpe, pero ¿Tiene un calendario de cuándo hará otra aparición el
Demonio del Rin?”.
“El general Habergram cree que sí. Sé que se está tomando un descanso
antes de volver al este, pero así es la naturaleza de la guerra. Entre tú y
yo, no he podido tomarme un tiempo libre desde que tengo uso de
razón”.
El anciano refunfuñó en un intento de simpatía. Aunque es probable que
sólo sea una parte de su actuación como agente de inteligencia, había
Las cosas se movieron muy rápido después de esa reunión. Una señal de
que el Servicio de Inteligencia iba muy en serio. Las organizaciones
burocráticas se rigen por la inercia. Que actuaran con tanta rapidez
significaba que había una inmensa presión entre bastidores.
“...Quién iba a saber que podían ser tan diligentes”.
Las cosas sucedieron tan rápido que el teniente coronel Drake expresó
su sorpresa en voz alta sin darse cuenta.
Los engranajes de la máquina de guerra se movieron rápidamente una
vez que se les puso un poco de aceite, y las órdenes de Drake, junto con
su asignación temporal, cayeron a sus pies. A pesar de lo difícil que
debió ser para ellos darle órdenes al oficial de mando de la unidad
multinacional de voluntarios, el Servicio de Inteligencia fue capaz de
separar los mares y mover las montañas para hacerlo realidad.
Un día después de la hora del té con el Sr. Johnson, Drake fue recogido
por un coche y llevado a conocer al oficial al mando de la brigada de
interceptación a la que se incorporaría.
Evidentemente, estaban planeando una emboscada que involucraría a la
Flota Nacional. Era un movimiento audaz que corría el riesgo de hacer
saltar por los aires el anonimato de su contacto en el Imperio, pero los
números eran algo bueno de tener en la batalla.
Lo mismo ocurría con Drake; iba a estar adscrito a una compañía de
magos marinos conocidos. Aunque el comandante de brigada Ballmer le
proporcionó una información menos que ideal sobre su brigada
mientras tomaban una taza de té.
Al parecer, estaba formada en su mayoría por reclutas recientes. Todavía
eran novatos cuando se trataba del mar.
“Parece que ambos estamos a merced de los políticos. Le diré algo,
Teniente coronel, no son muy diferentes de la unidad multinacional de
voluntarios. Lo sentí por usted cuando me enteré de lo que estaba
pasando, sólo para encontrarme de repente en la misma posición”.
“Debe ser duro trabajar para el palacio, señor”.
“Supongo que es el precio que debo pagar por ser llamado general.
Llegará el día en que te pase a ti también si te quedas en las fuerzas
armadas el tiempo suficiente”.
Se entregaron a algunas bromas ingeniosas para asegurarse de que
ambos eran caballeros que compartían el espíritu de John Bull. Era mejor
conocer el carácter de una persona antes de entrar en combate con ella.
“¿Hmm?”.
Hubo una débil señal de maná. Una tensión peculiar llenó el aire.
La misma que sintió en el este.
...Era una señal que nunca olvidaría - La de Plata Oxidada.
“Maldito sea todo. Y yo que pensaba que tenía un ángel de la guarda
que me cuidaba”.
¿Su ángel lo estaba aún buscando? Este nivel de negligencia era difícil de
perdonar durante una guerra. El teniente coronel Drake quería arrestar a
su ángel de la guarda por deserción ante el enemigo. Se frotó la nuca y
sacudió la cabeza antes de dirigirse a sus tropas.
“Nombrados entonces, hombres. Prepárense para un baño de sangre”.
Esta señal... debería haber tenido un límite en cuanto a lo aterrador de
las señales. No había forma de que la confundiera con otra. Podía
identificar su señal incluso en sueños.
Por mucho que no quisiera creerlo, nada en este mundo estaba
garantizado.
“Alerten al comandante Ballmer en este momento. Díganle que vamos a
luchar contra un batallón de demonios”.
“Ya está movilizando a las tropas, señor”.
Así que incluso los veteranos necesitaban verlo para creerlo, ¿Eh?
Drake miró a su compañía. Estaban alertas, pero todavía se notaba una
falta de tensión en sus hombros. Eso no era necesariamente algo malo...
pero ciertamente no sería el caso si los hombres hubieran visto al
demonio con sus propios ojos.
Tenía que decirles que iban a luchar por sus vidas.
“En todo caso, esto va a ser una brutal batalla de matar o morir. Piensa
en los enemigos como demonios reales. No te dejes engañar por su
aspecto”.
“Esta es la niña de la que estábamos hablando, ¿Verdad?”.
“Puede parecer una chica joven, pero presta atención a mis palabras. No
es más que un pequeño monstruo infernal”.
Drake advirtió a sus compañeros, pero de alguna manera pensaron que
estaba bromeando y se rieron.
“No puede hablar en serio. ¿Tal vez ha pasado demasiado tiempo en el
este, Teniente coronel?”.
La aprensión había desaparecido por completo del hombre. Drake se dio
cuenta de su postura, y eso estaba muy bien, pero sabía que su oponente
iba a ser duro, incluso para estos veteranos.
“Escuchen, mis compañeros magos marinos. Sólo voy a decir esto una
vez”. Drake sabía que lo que iba a decir era lo menos caballeroso posible,
pero perseveró. “No vacilen sólo porque encuentren a una mujer en el
otro extremo de tu mira. Tienes que matarlas si no quieres morir. Si ves a
una niña, envíala al cielo sin pensarlo dos veces”.
“¿Pillaste algo en el este? ¿Tal vez te acostaste con la chica equivocada?”.
“No, estoy sano como un caballo y pensando claro como un silbido.
Aunque casi desearía que tuvieras razón”.
Esto era la guerra.
Luchaban en esa guerra como unos marines primero y, ante todo.
“Caballeros... Estos son nuestros mares. Conviértanse en monstruos si
tienen que salir hacia allí... Si no quieren morir, tienen que apuntar a
matar. Hoy es el día en que enviaremos a esos bastardos a sus tumbas en
el fondo del canal”.
La Mancomunidad tenía una ventaja numérica. Estaba totalmente
preparada gracias a su información y contaba con el apoyo de una
poderosa fuerza naval. El equilibrio de poder estaba completamente a su
favor. Resultó que los políticos y los altos mandos podían organizar
algunas peleas muy buenas de vez en cuando.
“¡Hagamos esto! ¡Es nuestra lucha para ganar!”.
76Los dreadnought, también llamados acorazados monocalibre, fueron el tipo predominante de acorazado
durante el siglo XX. El primero de este tipo, el HMS Dre adnought de la Marina Real británica causó tal
conmoción cuando entró en servicio en 1906, que los acorazados que entraron en servicio posteriormente
basados en su diseño monocalibre fueron clasificados genéricamente como dreadnoughts (Imagen).
Sin embargo, hacerlo realmente va a ser un reto. Por mucho que quiera
señalar el problema, no puedo probar que nuestros códigos hayan sido
descifrados.
Es un caso de probatio diabolica 77. Necesito pruebas que no tengo. El
Ejército Imperial tiene una increíble confianza en la impecabilidad de
sus códigos. Si no la tuvieran... entonces los diversos departamentos del
ejército no transmitirían cada maldito bocado de nuestras operaciones.
Qué cruel, imprudente y absurdo.
“¿Cómo ha podido ocurrir algo tan estúpido?”.
“¿Teniente coronel?”.
Respondo a la expresión de preocupación de mi ayudante con una
agitación desbordante. “Teniente primera Serebryakov, recuerde lo que
estamos viendo hoy aquí. Esto es el resultado de un descuido del alto
mando. ¡Argh, por eso el resultado de la guerra es tan incierto!”.
Gritaría “¡Ustedes, imbéciles!” si eso fuera una opción. Si no fuera por mi
lugar en la sociedad, renunciaría aquí y ahora. No se puede hacer mucho
en el campo para arreglar los errores de la dirección.
Puede que adore el esfuerzo, pero aborrezco el esfuerzo inútil.
El esfuerzo debe realizarse con un medio y un objetivo adecuados.
Además, tiene que hacerse de forma estratégica, constructiva y en el
lugar adecuado, o de lo contrario no tiene sentido. El esfuerzo es un
medio para un fin, no el fin.
Aunque una perspectiva a largo plazo como ésta no sirve para la
situación en la que me encuentro ahora.
No sabía que los seres humanos pudieran ser tan simples. Los enemigos
que tenemos ante nosotros son el problema en cuestión. Tengo que hacer
algo con ellos.
Puedo ver a la flota imperial abajo, entrando en pánico mientras
cambian rápidamente de rumbo.
77La prueba diabólica o prueba inquisitorial es una expresión del ámbito del Derecho que describe la práctica
de exigir por parte del jurado a la defensa una prueba a favor de la no participación del reo en la comisión del
delito imputado.
“¿A quiénes?”.
Mi ayudante esboza una sonrisa despiadada.
“¿No es obvio? A los miembros de la flota de la Mancomunidad.
¿Debería ir a pedirles que se detengan? Creo que las naves imperiales de
abajo podrían al menos esperar a que lo intentemos primero”.
Frunzo el ceño ante la infantil frase de mi ayudante. Si comete algún
error, toda la responsabilidad recaerá sobre mí.
“No haga eso, teniente primera Serebryakov”.
“Oh... ¿Fue demasiado indiscreta?”.
No es eso -sacudo la cabeza.
“Vamos, ayudante. Necesito que te endereces. El objetivo de la guerra es
meterse con los débiles”.
“¿¡En verdad!?”.
Lo declaro con absoluta confianza.
“Sería un gran problema si hiciéramos lo que les regañamos a los demás.
Tenemos que ser coherentes”.
“Por coherencia, ¿Quiere decir...?”.
“¡Hagamos lo mismo que ellos! ¿Oyeron eso, camaradas? Vamos a
entrar”.
Con un gesto de la mano, doy la señal – la señal que mis tropas han
estado esperando desde que llegaron del este.
“¿Estamos cargando a la Mancomunidad? Wunderbar 78, aún recuerdo
el día en el que perseguí a ese policía militar”.
El Mayor Weiss dice una broma por la radio, lanzando la pelota a mi
campo. Es su manera de hacer que las tropas se relajen.
Aprovecho para unirme a su broma y devolverle el pase.
“No hay policías militares en el mar, sólo esos tétricos magos marinos”.
79Las armas combinadas es una aproximación a la guerra que busca integrar las diferentes armas de combate
de una fuerza militar para lograr efectos mutuamente complementarios.
“Lo pensé la última vez que nos enfrentamos, pero los magos de la
Mancomunidad son mucho más suaves que los de la Federación. Seguro
que nos facilita las cosas, ¿No lo cree, Teniente coronel?”.
En respuesta a las palabras de mi ayudante, asiento con fuerza. Son
como los huevos. Basta un solo golpe para que sus yemas salgan a
borbotones.
Los pocos veteranos que protegen a los nuevos reclutas suponen un reto
mayor... pero no son muchos.
“Su estrategia está a medias. Necesitan distribuir más a los magos
inexpertos para evitar que sean engullidos por el caos de la batalla”.
Tal vez incluso podamos derribar a toda la brigada si conseguimos
abatir a los veteranos que vendrán corriendo a proteger a los nuevos
reclutas. Deberían ser un poco más profesionales. Esto terminó siendo
un producto de mi imaginación que ya no se ajustaba a la realidad.
“Siento que sus magos solían ser más fuertes”.
“Estoy de acuerdo. La Mancomunidad podría seguir la misma escuela
de pensamiento que el Ejército de la Federación y cambiar a orbes más
duros. Aunque... lo mismo podría decirse de nosotros”.
La falta de experiencia en batalla de las tropas más nuevas es un
problema compartido por todos los Estados en guerra en este momento.
Dado que los amateurs sólo cuentan con su moral cuando cargan, darles
un orbe que crea una coraza defensiva más fuerte y dejar que se centren
puramente en la defensa ha demostrado ser la estrategia superior.
Es una triste realidad. Pensar que, en lugar de cultivar a nuestros
mejores y más brillantes ejemplares, tendríamos que crear un sistema
para mimar a los menos capaces. Me parece una suerte que mis tropas
no sufran estos problemas. Me gusta pensar que es producto de su
entrenamiento diario y de mi orientación.
“El mayor Weiss y el teniente Grantz están bien”.
“¿Y el teniente Wüstemann?”.
cadena de mando que apenas funciona. Dirigir una brigada así causaría
un tremendo estrés mental.
Probablemente no duren uno o dos ataques más.
“Teniente primero Grantz, proteja al teniente primero Wüstemann y
vaya a hacer algunos amigos”.
“¿Debo apartarlos de la línea? ¡Entendido!”.
“Bien pensado, teniente primero Grantz”.
Grantz ha aprendido mucho con el general Zettour. Ahora es mucho
más fácil de usar. ¿Todo esto es gracias a la disciplina de un oficial de
alto rango? Tendré que preguntarle al general sobre sus métodos de
enseñanza.
Por ahora, tendré que confiar en mis métodos probados. La prueba de
fuego es el mejor tipo de entrenamiento en el trabajo que conozco.
“Wüstemann, no hay que tener miedo. ¡Sigue la pista de Grantz y
observa sus movimientos!”.
“¡E-Entendido!”.
Tanya desata una lluvia de fuego que convierte a un mago enemigo en
carne picada antes de dirigirse alegremente a su subordinado.
“Relájese, Teniente primero. Mírese a sí mismo. Necesitas calmarse”.
“Pero, Teniente coronel... ¿N-No debería tratar de mantener mi
concentración?”.
Era una respuesta seria que daría un novato, y no era lo ideal.
Sin duda, hay momentos en los que la concentración es fundamental,
pero los seres humanos son como la goma. Si los estiras al máximo,
acaban perdiendo su elasticidad. Conservar tu energía cuando no
necesitas usarla podría considerarse una habilidad indispensable para
sobrevivir a las batallas.
“Una batalla no es algo que puedas disfrutar si eres rígido y severo. Es
más saludable calmarse un poco e ir con la corriente. Esta es la clave
para salir con vida”.
80El pastafarismo, pastafarianismo o religión del Monstruo de Espagueti Volador es un movimiento social,
reconocido como religión oficial por algunos países y rechazado como tal por otros, que la consideran una
religión paródica (Imagen).
81In situ es una expresión latina que significa ‘en el sitio’ o ‘en el lugar’, y que suele utilizarse para designar un
fenómeno observado en el lugar, o una manipulación realizada en el lugar.
82El cañón de 88 mm FlaK 18/36/37/41 fue una pieza de artillería alemana usada durante la Segunda Guerra
Mundial. Usada tanto como artillería antiaérea como anticarro. Era conocido por los alemanes como Acht-Acht
(Ocho-ocho).
¿Por qué nos quedamos sentados al margen, observando sin hacer nada,
mientras nuestros chicos son asesinados ahí fuera?
El teniente coronel Drake sintió una intensa cólera y una tristeza con la
que no pudo hacer nada. Vio cómo los jóvenes de su nación eran
devorados por un grupo de monstruos. ¿Por qué no puedo hacer nada?
Quería cargar hacia adelante y aniquilar a los desalmados del Imperio
que consumían todo y a todos a su paso.
Sin embargo, él estaba allí como parte de los refuerzos. Su compañía se
mantenía como reserva táctica. Aunque se interpusiera entre la brigada
y el enemigo, no había nada que pudiera hacer para sofocar el caos.
“Maldita sea, no puedo soportar esto...”.
Cada vez que el enemigo abría fuego, otro de sus compañeros caía del
cielo.
No podía ser más evidente que estaban perdiendo la batalla.
“¡Mierda!”.
Se debatió con la idea de abandonar su puesto para ir a ayudar, un
dilema al que se enfrentaron todos los grupos reducidos de unidades de
reserva desde tiempos inmemoriales. Era importante mantener en
espera a las tropas para perseguir y atacar a los barcos enemigos.
También era fundamental mantener una reserva para apagar los
incendios. Esto hacía que Drake y sus tropas fueran una especie de carta
de triunfo para el comandante Ballmer en caso de necesitarlos.
En otras palabras, una compañía era una unidad conveniente en espera
durante la batalla.
La brigada se encargaría de los combates, y la compañía sería llamada en
el momento en el que el comandante lo dispusiera.
De todos modos, así era como se suponía que debía funcionar...
Drake observó con total incredulidad. No parecía posible que una
brigada de esta envergadura pudiera ser desmantelada tan fácilmente.
“¡Ayuda! ¡El enemigo! ¡Son demasiado fuertes!”.
“Agh, ahh... me duele...”.
“Mamá, mamá, mamá...”.
“¡Calma! ¡Permanezcan en formación!”.
“¡Mantén los ojos bien abiertos para el enemigo! ¡No te centres sólo en lo
que tienes delante!”.
“¡Comandante bajo fuego! ¡Comandante bajo fuego!”.
“¡Dejen de llorar! ¡Dejen de gritar sin razón! ¡Preparen sus armas...!”.
Las explosiones, los gritos y el llanto de los soldados que aún eran niños
llegaron por la radio.
“¿Qué diablos...?”.
Había una brigada de magos marinos ahí fuera, pero estaba claro que no
tenían ninguna esperanza de derrotar al batallón enemigo. Era como ver
a un grupo de Chicos Exploradores corriendo y golpeando instrumentos
de guerra delicadamente afinados.
Drake dijo esto con una expresión hosca, pero su subordinado lo medio
regañó con su respuesta.
“Ah, cierto. Olvidé cuánto tiempo pasó en el este, Teniente coronel. La
rotación es alta en la patria hoy en día”.
“¿Así que dices que esto es estándar?”.
Para consternación de Drake, su subordinado respondió con un firme sí.
“El general Ballmer es uno de los mejores comandantes. El ejército tiene
que apurar el entrenamiento lo más rápido posible para que los nuevos
reclutas se pongan en marcha. Es impresionante que haya conseguido
que se muevan como una unidad”.
Impacto directo– el teniente coronel Drake casi empezó a temblar, y no
por la batalla que se desarrollaba ante él. ¿Esos magos de mala calidad
se consideraban algunos de los mejores?
Observó cómo el enemigo despegaba sin esfuerzo sus películas
protectoras con fórmulas de explosión. ¿Llaman a estos magos a la élite?
Las máquinas más duras que la Federación tenía podían resistir
cualquier cosa menos un impacto directo de una fórmula óptica de
francotirador.
Drake dirigió una mirada deprimida a su compañero, un As, que le
respondió con una simple respuesta.
“Piensa en ello como una pseudo unidad – son casi como verdaderos
magos”.
“No puedes pensar que esa es una buena manera de decirlo”.
Incapaz de ocultar su conmoción, le invadió el impulso de saltar a la
batalla y ayudar a sus aliados mientras eran acribillados sin piedad por
el enemigo.
“Parece más bien un fuego que hay que apagar”, sugirió, a lo que su
compañero asintió. Los magos Ases sabían que no podían quedarse de
brazos cruzados mientras la situación empeoraba y empeoraba.
Tenían que intervenir.
Gritó una y otra vez por la radio, diciéndole a los soldados lo que tenían
que hacer. Les aseguró que podían hacerlo y que el enemigo no era
inmortal.
Drake gritó como una bestia, pero sus órdenes eran lo suficientemente
sencillas como para que los soldados perdidos recuperaran el sentido. Se
dirigió al frente de la línea y cargó gritando.
Mantener la calma en el campo de batalla era siempre lo mejor, pero eso
no era algo que los nuevos soldados fueran capaces de hacer.
En lugar de pedir lo que no podía tener, Drake hizo uso de lo siguiente
mejor que tenía a mano. Reunió y envalentonó a sus soldados.
“¡Compañía de magos marinos, a la carga! ¡Enseñémosles a los jóvenes
magos cómo matar!”.
Qué espectáculo tan terrible ver.
Los soldados de la Mancomunidad no cargaban como soldados sino
como asesinos. Esto era esencialmente el fracaso de los militares como
organización. Pero era la única forma que se le ocurrió al teniente
coronel Drake para conseguir que sus hombres lucharan como debían.
Tenía que reunirlos de alguna manera para cambiar el flujo de la batalla.
Cualquier tipo de impulso era bueno, aunque estuviera alimentado por
la histeria.
Para que sus unidades se pusiesen realmente en marcha, tendría que
darles una muestra de esperanza. Para ello, iba a tener que aliviar la
creciente presión del enemigo en el campo de batalla. En otras palabras,
tenía que ser su escudo.
Esperemos que esto les dé el tiempo que necesitan para recomponerse.
Esperemos que les devuelva las ganas de luchar. Con suerte, los
refuerzos amistosos aparecerían en el horizonte.
En este momento sólo le queda la esperanza.
En cualquier caso, lo único que podía hacer era aguantar hasta que la
esperanza decidiera aparecer.
“¡Es hora de que los adultos les enseñen a los niños un par de cosas!”.
Sabía que había sido él quien había inhibido el miedo de los jóvenes
soldados al enfurecerlos.
El teniente coronel Drake sabía que se había creado un enigma mientras
volaba directamente hacia sus enemigos.
Se sentía como si hubiera creado una brigada entera de tenientes
primeras Sue.
Tiró por la borda cualquier atisbo de control que el comandante -no, el
ya fallecido teniente general Ballmer- les había inculcado y transformó el
campo de batalla en una versión del infierno en la tierra.
“Hemos captado el canal de radio del Imperio. Es bastante malo”.
El teniente coronel Drake frunció el ceño ante el informe de su
subordinado.
“¿Qué, más burlas?”.
Su último encuentro con un mago imperial aún estaba fresco en su
mente, pero lo que estaba a punto de escuchar le haría suspirar.
¿Qué pasa con esos perros imperiales? Evidentemente, estaban instando a
sus tropas a asesinar a las tropas de la Mancomunidad. Y aquí pensó que
intentarían retirarse, pero parecía que estaban dispuestos a luchar hasta
la muerte.
“Demonios... ¿Te dolería estremecerte al menos un poco?”.
“¿Qué debemos hacer, Teniente coronel? ¿Debemos seguir adelante?”.
Parpadeó un momento, sorprendido por las palabras de su ayudante.
“Puedes apostar tu trasero a que lo haremos. Si vamos a morir, será en
un campo de batalla”.
“¡Recibido!”.
Los dos bandos atacaron a sus enemigos con todo lo que tenían al
mismo tiempo.
Se desarrolló una batalla de potencia de fuego bruta en la que los magos
de élite de ambos bandos priorizaron una victoria rápida sobre la
conservación de sus fuerzas, y fue una prueba de resistencia para ambos
comandantes.
Apostaron su victoria a fórmulas masivas, creando cadenas de
explosiones que iluminaron el cielo nocturno.
El aire que rodeaba las explosiones se retorcía y deformaba, una
amalgama de ciencia y magia que chirriaba de un lado a otro mientras
los magos veteranos de ambos lados volcaban cada fibra de su ser en
mantener sus corazas defensivas para seguir vivos.
La atmósfera que los rodeaba se agitó con una espesa reverberación que
ni siquiera estos expertos magos habían experimentado antes.
““¡Mantengan la formación!””.
Ambos comandantes sabían exactamente lo que tenían que hacer.
Necesitaban que sus bandos se mantuvieran unidos.
Tenían que mantener la violencia saliente estrechamente coordinada.
Cada uno de los batallones luchó como una unidad.
A una altura que colapsaba los pulmones, los magos expertos de ambos
bandos recurrieron a los límites máximos de sus conocimientos y
experiencia mientras la batalla se desarrollaba. Utilizaban
constantemente fórmulas de explosión para la supresión – aunque
siempre buscaban la oportunidad de matar de vez en cuando. Las
fórmulas de engaño y de atracción se extendían por el aire lleno de
humo.
Ambos bandos acortaron la distancia, con las cuchillas mágicas listas,
totalmente preparados para el combate cuerpo a cuerpo en el aire... pero
después de que varias personas demostraran su disposición a utilizar
fórmulas de explosión a quemarropa, surgió una distancia incómoda.
Iban y venían, yendo y viniendo mientras leían el movimiento del otro al
más alto nivel.
“Todo cambió desde que esa nueva compañía se unió. Deben ser... una
sección de mando. Pero que dolor en el culo”.
Una sola compañía no debería haber tenido tanto impacto en la marea
de la batalla. La cuestión era que esta compañía sabía cómo luchar, y
había conseguido reavivar a la brigada destrozada. La forma en la que se
desarrollaba la batalla le decía a Tanya que esta compañía era algo que
no podían ignorar.
Tanya se frotó las sienes mientras se zambullía y esquivaba una lluvia de
fórmulas enemigas. Aunque todavía era imperfecto, habían convertido a
una brigada inútil en una fuerza absoluta a tener en cuenta.
Tanya aún no podía creer lo que estaba viendo. Esta compañía de magos
era demasiado peligrosa para dejarla sobrevivir más allá de esta batalla.
“Ayudante, reorganice las tropas. Vamos a entrar”.
“¿Vamos a forzar el paso?”.
“Así es”. Tanya afirma a su pregunta.
El riesgo era inmenso, pero había que correrlo. El enemigo al que se
enfrentaban era una amenaza real. Renunciar a esta cirugía preventiva
podría conducir a un desastre en el futuro.
No tenía tiempo para preocuparse por las repercusiones de la operación.
Sólo la necesidad le dictaba lo que tenía que hacer ahora.
“Tenemos que hacerlo. Tenemos que eliminar a su líder, y rápido”.
Si lo dejaran solo, se convertiría en algo que no se podría sofocar.
Tanya tomó su decisión rápidamente, y la teniente primera Serebryakov
llegó a la misma conclusión casi a la misma velocidad.
“Entendido. Apaguemos este fuego mientras es pequeño”.
La comandante imperial y su ayudante estuvieron de acuerdo con la
decisión y entraron en acción al instante.
Abandonaron las maniobras alrededor del enemigo para conseguir una
mejor posición y comenzaron a subir lo más rápido posible.
83 Si el atacante tiene una ventaja de altitud significativa, generalmente es prudente un pase de armas del lado
alto. A veces llamado “swoop”, “boom and zoom”, “hit and Split”, además de una variedad de otros nombres,
consiste en una inmersión motorizada hacia la retaguardia de un oponente volador más bajo. Disparando con
los cañones en un solo pase de alta velocidad, el atacante usa el exceso de energía cinética para retirarse de la
pelea en una escalada de zoom, para luego volver a una altitud segura, restaurando la energía potencial. Esto
le permite al atacante configurar otro ataque y sumergirse nuevamente.
Podía ver en qué dirección se dirigía la batalla y sabía que sólo tendría
una oportunidad de atacar. Necesitaba asegurarse de que esa
oportunidad sería suficiente para matar a su enemigo.
Lleno de la determinación de aniquilar a su objetivo de una vez por
todas, comenzó a lanzar una nueva fórmula.
Drake no iba a dejar que la oportunidad se le escapara de las manos esta
vez. Observó y esperó su oportunidad.
Sus ojos se fijaron en Tanya. Ella también pudo distinguir su rostro y
dejó escapar un enorme gemido por dentro.
“¿¡Hmm!?”.
Ella de repente reconoció su rostro. Sólo le vino a la mente una persona
cuando se preguntó quién podría ser. No era otro que el mago loco que
había conocido en el este. ¿¡Qué estaba haciendo aquí!?
Cuestionó su presencia, pero rápidamente lo aceptó.
El único tipo de soldado que podía utilizar a los camaradas como
barrera en la batalla era alguien que había luchado junto a los
comunistas. Al parecer, estas tácticas despiadadas eran el resultado de la
crianza y no de la naturaleza.
A pesar de lo aterrador que le resultaba saber esto, Tanya sabía que tenía
que matar al hombre aquí y ahora.
Totalmente decidida a hacerlo, Tanya gritó.
“¡Abominación! ¡Esta vez seguro que te mato!”.
No era la única que gritaba – Drake también rugía desde abajo.
“¡Plata oxidada! ¡Vas a morir este día!”.
Estos dos sabuesos se enfrentaron por la victoria y la supervivencia.
Sin embargo, ambos sabuesos eran muy inteligentes.
Eran criaturas de la era moderna; en lugar de colmillos, se ceñían con
acero y magia.
Ambos eran bestias militares, y eso fue exactamente lo que hizo que
Tanya y Drake consideraran al otro como loco y lo que los llevó a la
84 Francois Étienne Kellermann, duque de Tarento (1765-1840), general francés. Tomó parte en la campaña de
Italia, donde Napoleón le destina a los lugares de más relieve, fruto de ello será la destacada fama que
alcanzaría en la batalla de Marengo, en la que, puesto a la cabeza de su caballería, mandará la que será célebre
carga que propiciaría la victoria francesa.
85 La batalla de Marengo tuvo lugar cerca de la ciudad de Alessandria, en el Piamonte, al noroeste de Italia el
14 de junio de 1800, durante la guerra de la Segunda Coalición. Concluyó con una victoria francesa y con la
retirada de las tropas austríacas de la mayor parte del territorio italiano.
Sin embargo, este ataque fue iniciado por el Ejército Imperial. Entonces,
¿Cómo sucedió esto?
“No puedo creer esto. No hay explicación para ello”.
Se acunó la cabeza; casi tuvo ganas de beber hasta el olvido para olvidar
el problema, aunque fuera por un momento. La nicotina tendría que ser
suficiente por ahora... Se recompuso, pero sólo por un momento.
Romel deambulaba por su despacho sin rumbo, como una bestia herida,
cuando se dio cuenta de que había un sonido procedente de algún lugar.
Un teléfono estaba sonando.
Justo cuando empezaba a ponerse de los nervios, se dio cuenta de otra
cosa. Era la marina. Era un informe del Mando de la Flota – el informe
que más deseaba escuchar. O al menos, eso es lo que debería haber sido.
El general no estaba en el estado de ánimo adecuado para esperar lo
mejor.
Se tomó un momento para recuperar el aliento antes de coger el teléfono.
“Hola... ¿Cuáles son las pérdidas?”.
Su ceño fruncido se relajó ligeramente cuando escuchó las palabras de
retirada con éxito y bajas mínimas.
Aunque su plan había fracasado, no había acabado en catástrofe para
sus fuerzas. Fue el menor de los revestimientos de plata.
¿Había sido bendecido por los dioses? ¿O fue su incapacidad para
capturar a la Diosa del Destino la causa de su fracaso?
El general lo meditó por un momento, pero no tenía idea de cuál podría
ser. Sin embargo, era una novedad. El teniente general Romel tuvo por
fin la oportunidad de obtener más detalles sobre su derrota.
“Me alegro de que la marina haya salido prácticamente ilesa de esto.
¿Cuándo puedo esperar un informe más detallado?”.
Le dijeron que lo tendría en cuanto volvieran al puerto.
Colgó el teléfono. Se sentía más impaciente que ansioso... pero si tenía
que esperar, eso le daría la oportunidad de recuperar el aliento y
deshacerse de su frustración.
El éxito de Zettour en el este cantó esta melodía más fuerte que cualquier
otra cosa.
Demostró que, mediante una estrategia bien ejecutada, el Ejército
Imperial podía seguir siendo una superpotencia intocable.
El fracaso del general Romel en el oeste también sirvió de importante
lección.
El Ejército Imperial era incapaz de conseguir una victoria en un campo
de batalla desconocido sin una coordinación adecuada.
La diferencia de resultados entre las dos batallas era demasiado grande.
Pintó un cuadro muy claro para el estratega interno de Rudersdorf.
“Necesitamos una cadena de mando única”.
El ejército necesitaba algo más que su Oficina del Estado Mayor. El país
necesitaba un Mando Supremo del Ejército que controlara toda la guerra
desde un solo punto. Necesitaba operar con independencia del Alto
Mando Supremo, del parlamento, de la familia imperial y de la voluntad
del pueblo.
“Estos factores son los que nos mantienen atados”.
Se fumó un puro en silencio después de dejar los cigarrillos para
cambiar de ritmo, pero se encontró más preocupado por una nueva idea
en un rincón de su mente.
¿Podrían ganar con una sola cadena de mando a cargo de todo? No era
seguro. Sin embargo, era una forma de acelerar las cosas, una forma de
acabar con estos enredos en la cuerda floja y permitir que el ejército
utilizara su limitado tiempo y recursos...
La cuestión de la necesidad pasó por la mente del teniente general
Rudersdorf antes de hacer una mueca de inquietud.
“No debería adelantarme...”.
Estaba a punto de tomar una decisión descuidada sobre un asunto
problemático.
El plan B seguía siendo un plan de contingencia.
86 Albión es el nombre más antiguo conocido de la isla Gran Bretaña. Hoy en día, todavía se utiliza a veces de
forma poética para referirse a la isla, e incluso, por extensión, para hacer referencia al Reino Unido o
Inglaterra.
Sus militares tenían control, y eran mucho más lógicos que amistosos.
Su máxima prioridad era evitar verse envueltos en una guerra en primer
lugar, manteniendo su neutralidad. Esto significaba que el Imperio, en
teoría, no debía preocuparse de que el país tirara su tratado mutuo a la
basura y avanzara hacia el norte. Los ildoanos no eran tan altruistas
como para lanzarse a la guerra por ninguno de los dos bandos.
“Y precisamente por eso no se les puede ignorar”.
La simple verdad era que los ildoanos eran leales a sí mismos, ante todo.
Mantendrían su neutralidad mientras el Imperio tuviera una
oportunidad de luchar en esta guerra.
Su dedicación a la neutralidad no tenía comparación.
Para el Imperio, no podían hacer más que esperar que así fuera. Para los
enemigos del Imperio, sin embargo, era muy posible que atrajeran a los
ildoanos a su lado. Aunque el Imperio encontrara una forma de resolver
el persistente problema de las disputas territoriales de los ildoanos, los
resultados finales probablemente seguirían siendo los mismos.
Ildoa perdería una razón para mantenerse neutral en el momento en el
que el Imperio mostrara una debilidad evidente. Por lo tanto, para
mantenerlos en su estado actual de vaga neutralidad, era imperativo que
el Imperio mantuviera su imagen imbatible, continuando con la
fortificación de sus fronteras y manteniendo a los ildoanos creyendo que
la guerra contra el Imperio era demasiado arriesgada.
“No será posible. Las cosas se van a desmoronar”.
El Imperio seguiría en la lucha durante unos meses más.
Podrían conseguir otro medio año, tal vez incluso un año completo si
hicieran absolutamente todo lo posible.
Pero no había forma de que ganaran.
Si no hay indicios de que el consejero Conrad pueda sacar adelante las
negociaciones, habrá que tomar medidas preventivas.
“Por muy atrasado que parezca, aún hay tiempo”.
Todavía era posible seguir apilando las vidas de sus jóvenes en esta
guerra. Si eso era lo que iban a hacer, entonces amontonaría todos los
que necesitara -incluso haría una fortaleza de cadáveres si eso era lo que
requería la situación- con tal de ganar tiempo. Esta era la mentalidad de
un oficial de alto rango... Sabía que su país había ido demasiado lejos.
“Solía pensar que era una buena persona, pero mírame ahora”.
Difícilmente podría considerarse bueno en ningún sentido de la palabra.
Darse cuenta de ello fue el primer paso para tomar la embriagadora
decisión. Dijo: “Incluso un oficial superior bien intencionado sigue
siendo parte de una organización malvada... Mi deseo de ser bueno se ve
ensombrecido por el hecho de que soy un oficial. Ahora lo veo. Somos
nosotros la quimera que ha dado a luz el Imperio”.
Necesidad.
Esta palabra fue todo lo que necesitó un oficial para hacer su
movimiento sin siquiera un momento de vacilación. Ya no eran
personas, sino engranajes de la maquinaria de guerra.
“...Ya no puedo engañarme más”.
Se tomó un momento para pensar en que siempre se había considerado
una buena persona. En el frente oriental, se había enmarcado como un
oficial que sabía qué hacer y cómo hacer el trabajo.
No supo cuándo, pero en algún momento se encontró reconociendo a un
puñado de otros oficiales, que habían estado dispuestos a ensuciarse las
manos junto a él en el frente oriental, como superiores a sus
compañeros. La primera persona que le vino a la mente fue la teniente
coronel Degurechaff.
Siempre reconoció su destreza militar, pero se dio cuenta de que eso
podía deberse a que no era una soldado corriente.
El teniente general Zettour soltó una pequeña, pero muy clara risa.
Ya veo, pensó.
Entonces es así de sencillo.
Se reía de lo ridículo que era todo aquello.
Aunque Zettour sabía que él no era una excepción, los generales que se
forjaban como oficiales del Estado Mayor eran un grupo único.
Ni que decir tiene que nunca se le subió este hecho a la cabeza. Pero era
sólo un ser humano, y lamentablemente para él, estaba limitado por sus
experiencias personales y el entorno en el que creció.
El factor más importante era lo excepcional que era el hombre como
estratega. No iba a tolerar el fracaso.
Zettour sabía perfectamente que él mismo era un general de segunda
categoría y que el estilo de mando de Rudersdorf era el producto
genuino. En otras palabras, aunque él mismo sabía que había espacio
para la cooperación... puso en duda que su amigo supiera cómo lograr
objetivos con algo más que la fuerza.
Sacudió la cabeza, que empezaba a dolerle.
Zettour sólo podía esperar que su preocupación resultara ser en vano y
que algún día los dos pudieran bromear sobre ello tomando una copa.
“Tendré que enviarle una carta... Necesitaré a un funcionario político
para enviarla también”.
Sería mejor si pudiera hablar con él cara a cara.
Por desgracia, la distancia y sus respectivas posiciones presentaban un
obstáculo logístico que les impedía hacerlo. Era fácil para él enviar
mensajes sobre compartir su opinión experta en asuntos militares
relacionados con las posiciones de cada uno... pero no podían conversar
sobre la toxina mortal que se manifestaba en forma del Plan B a través
de los canales oficiales.
Ah.
El general se dio cuenta de algo por primera vez.
“Nunca pude adivinar lo que ese hombre estaba pensando”.
Aunque Zettour siempre consideró a Rudersdorf como un amigo,
realmente era imprevisible. Sea lo que sea lo que estaba planeando,
estaba más allá de la imaginación del futuro general estacionado en el
este.
Sobre todo, el detalle más importante era que el plan del general Romel
para asaltar la Mancomunidad se había topado con un obstáculo,
dejando a Tanya sin absolutamente nada que hacer.
“Quizás, sólo quizás...”.
Podría tomarme un momento para mí. En cuanto ese pensamiento pasó por
su mente, la joven y aguerrida oficial de magia aérea se movió como el
viento sin dudarlo. Tanya ya estaba muy versada en la redacción y el
procesamiento de documentos gubernamentales. Ni siquiera necesitó la
ayuda de su ayudante, ya que preparó los formularios necesarios y
utilizó su propia autoridad para darse el sello final de aprobación,
marchándose oficialmente de vacaciones.
Lo único que quedaba por hacer era presentar tranquilamente los
documentos. Tanya encontró a su ayudante en el campamento de su
batallón, que también actuaba como centro de mando de su
Kampfgruppe.
“¡Teniente primera Serebryakov! ¡Hoy me tomaré el día libre!”.
“Um...”. Su ayudante ladeó la cabeza con una mirada confusa. “¿Se
tomará el día libre?”.
“Así es, ¡Hoy no trabajaré!”.
Su ayudante dio una palmada y sonrió de una manera que sugería que
había olvidado el concepto de tiempo libre.
“...Es inusual de su parte, Teniente coronel”.
“¿Qué cosa?”.
“No, sólo pensé que no se había tomado un día para usted en mucho
tiempo”.
El hecho de que le señalaran esto hizo que Tanya se riera a carcajadas.
Su ayudante tenía razón, por supuesto. Tanya ni siquiera recordaba la
última vez que había sacado el sello de vacaciones para autorizar su
propio tiempo libre.
En primer lugar, no había muchas oportunidades de tomarse un tiempo
libre, dadas las circunstancias.
¿Está bien que hagamos esto? Estaba claro lo que la ayudante de Tanya
intentaba comunicarle con sus ojos.
“Los magos son el mayor activo del ejército, por lo que no podemos
descuidar hacer todo lo posible para mantenerlos descansados y con
buen ánimo. Por lo tanto, marquen los fondos clasificados como gastos
de mantenimiento y reparación”.
“Yo me encargo, señora”.
Tanya asintió antes de levantarse de su silla. Ahora que las solicitudes
de sus subordinados estaban resueltas, era el momento de disfrutar de
su propio tiempo libre.
“Por fin podré tener algo de tiempo para relajarme”.
“Eso es seguro, pero... como Teniente coronel, ¿Lo máximo que puede
hacer no es holgazanear en el cuartel?”.
Eso era cierto. Para que un oficial al mando dejara su puesto, necesitaba
una autorización de un lugar mucho más alto... Tanya tendría que
conseguirla más tarde. No es que no tuviera acceso al sello del coronel
Lergen, pero si lo usara aquí, podría traerle problemas más adelante.
“Mientras me tomo un pequeño descanso aquí, enviaré mi solicitud de
tiempo real al Grupo del Ejército Occidental. Por ahora, voy a dejar el
centro de mando y pasar un rato en el salón del cuartel. ¿Te parece poco
civilizado? Creo que la posibilidad de usar la poca libertad que tengo es
una forma decente de levantar mi estado de ánimo”.
Tanya se alegró por dentro ante la idea de no tener que preocuparse por
el trabajo durante un día.
“De hecho, ¿Qué te parece si te invito a un café?”.
“Me encantaría acompañarla, señora”.
“Ayudante, esta es una ocasión especial. ¿Por qué no te tomas el día
para ti también?”.
Sin embargo, en respuesta a la invitación de Tanya, Visha dijo algo que
demostró cuán profundamente había sido influenciada por la cultura de
trabajo del Ejército Imperial.
“Acompañarle hace que esto sea parte de mis deberes oficiales, ¿No?”.
“¿Su punto es?”.
“Abandonaré mi puesto y me uniré a usted”.
Eso es lo que pensaba, piensa Tanya mientras se echa a reír. Y pensar que
se trata de la misma ayudante que una vez lloró abiertamente ante ella
en el frente del Rin. Tanya nunca imaginó que diría algo así.
“Supongo que el deber de un soldado es estar siempre en forma. Te has
convertido en una ayudante bastante fiable”.
“¿Segura que está bien que deje mi puesto...?”.
“Por supuesto que no. Lo autorizaré por ti”.
Una persona que utiliza sus derechos de forma adecuada merece
reconocimiento y alabanzas. Tanya adoraba el principio del daño 87
desde el fondo de su corazón. Casi tanto como creía en la santidad de la
propiedad privada.
Mientras se dirigían al salón, la teniente primera Serebryakov dio una
palmada como si hubiera recordado algo crucial.
“Oh, es cierto. ¡El capitán Meybert nos preparó un regalo cuando
concertamos esa reunión con él antes de la batalla! ¡Vamos a disfrutarlo
con nuestro café! ¡Iré a buscarlo!”.
La ayudante de Tanya salió corriendo, pero pronto regresó con unas
latas etiquetadas como piñas de la Marina Imperial.
“¿Estas son... raciones enlatadas de la marina?”.
“Dijo que pensáramos en ello como una forma de dinero de silencio del
Comando de la Flota de Submarinos. Quiere que guardemos silencio
sobre el error que cometieron los comandantes en ese puerto”.
Oh, ese incidente. Tanya sabía de qué quería el capitán que mantuviera la
boca cerrada. Fue aquella vez que el personal amateur de la marina no
87 El principio del daño suele entenderse como un postulado liberal, que impide al Estado prohibir
comportamientos que carezcan de consecuencias lesivas para terceros, con el fin de garantizar a los
ciudadanos un ámbito de autonomía.
88 “La guerra es la continuación de la política por otros medios”. Carl Philipp Gottlieb von Clausewitz (1780-
1831) pensaba que la guerra moderna era un “acto político”, y esta manifestación ponía en juego lo que él
consideraba el único elemento racional de la guerra. En su concepción, los otros dos elementos de la guerra
son: a) el odio, la enemistad y la violencia primitiva, y b) el juego del azar y las probabilidades.
89 Una ley física o ley natural es un enunciado que describe una relación específica e inmutable entre entidades
físicas establecida sobre la base de evidencia empírica y hechos concretos, aplicable a un grupo definido de
fenómenos condiciones.
derechos civiles. El peor resultado para ella sería uno que le hiciera
gracia al Ser X.
Fue un milagro que pudiera decir todo esto sin tropezar con sus
palabras. O tal vez el diablo lo estaba observando desde algún lugar con
una sonrisa.
El coronel Lergen se sintió de repente invadido por una extraña
sensación en el momento en el que terminó su frase. En primer lugar,
¿Por qué se veía obligado a realizar semejante sofisma en la Oficina del
Estado Mayor del Ejército Imperial?
“Tiene razón, Coronel”.
“¿Señor?”.
Sin pensarlo un instante, su superior asintió despreocupadamente a
Lergen antes de continuar.
“Muy bien, no te haré trabajar en este plan”.
Lergen no pudo ocultar la tensión que se desprendía de sus hombros
cuando su superior le dio sorprendentemente la razón. Sin embargo,
justo cuando el coronel Lergen bajó la guardia, una segunda flecha llegó
volando hacia él en forma de caja de puros.
Un simple vistazo era suficiente para saber que los puros eran de la
mejor calidad.
Que le dieran esto en un momento en el que la Oficina del Estado Mayor
estaba tratando de averiguar cómo hacer frente al embargo de ultramar
que había sufrido el Imperio... La caja era aterradora. ¿Qué iba a pedirle
su superior a cambio de un producto de este calibre?
“Toma un puro”.
“Me abstendré, si me lo permite”.
“¿Por qué tan reacio, coronel Lergen? Vamos a charlar un poco ya que le
tengo aquí de todos modos”.
¿Una pequeña charla? A juzgar por la tendencia diaria de su superior a
odiar todo lo innecesario, a Lergen le invadió una increíble sensación de
incomodidad. Aunque respetaba a su jefe como militar, el coronel
Lergen era un oficial superior del Estado Mayor.
Había un límite a lo que podía fingir que no veía, ni oía, ni decía.
“Si tiene que ver con los asuntos militares, estoy a su servicio”.
El teniente general Rudersdorf escuchó en silencio esta respuesta formal
mientras fumaba su puro. Bajó la cabeza y fijó sus ojos directamente en
Lergen... hasta que finalmente continuó con voz tranquila.
“Deberías complacer a tus superiores. ¿O no eres capaz de hablar con
franqueza?”.
“Puedo intercambiar bromas con usted como soldado. Pero... no soy del
tipo que podría ser un ‘adulador”.
“Así es como debe ser todo hombre”. La tensión de los labios del general
se aflojó con una sonrisa. “Pero hay méritos y deméritos en actuar de la
manera correcta”.
“... ¿Señor?”.
“Toma un puro. Y acerca una silla mientras lo haces”.
Lergen sabía que eso significaba que debía prepararse para lo peor.
Detestó el trago audible que se le escapó de la garganta. Obligando a las
rígidas articulaciones de sus piernas a moverse, el coronel Lergen bajó
lentamente a una de las sillas del despacho.
Ahora que estaba en esta situación, pensó en sacar el máximo provecho
de ella.
Abrió la caja y disfrutó de la rica fragancia de un puro adecuado por
primera vez en mucho tiempo.
Era mucho mejor que todo lo que estaba acostumbrado a fumar, incluso
más que los puros que el consejero Conrad le había procurado durante
su reunión. Demasiado para que el Ministerio de Asuntos Exteriores
fuera el epítome de la sofisticación del Imperio. El coronel Lergen no
tuvo más remedio que pensar en la ironía que representaba aquella
metáfora.
El ejército era más valioso para el Imperio que su Ministerio de Asuntos
Exteriores. El país le daba prioridad al ejército por sobre la diplomacia.
Si había una correlación directa entre esta mentalidad y el calibre de los
puros que podían conseguir... entonces, ¿Cuánto veneno se escondía en
el puro que fumaba en ese mismo momento?
91 La Deutsche Reichsbahn Gesellschaft fue una antigua compañía nacional de ferrocarriles alemana. Creada en
1920, tras la Primera Guerra Mundial y el final del Imperio Alemán, operó los ferrocarriles en Alemania
durante la época de la República de Weimar y la Alemania nazi, y jugó un importante papel durante la Segunda
guerra mundial al constituir un elemento básico del transporte de tropas, material bélico y munici ones. Tras el
final de la contienda se reestructuró y siguió existiendo como Deutsche Reichsbahn en la Alemania oriental,
mientras que en la Alemania occidental fue sustituida por la Deutsche Bundesbahn.
92 La guerra relámpago, comúnmente conocida por su nombre alemán blitzkrieg, es el nombre que recibe una
táctica militar que tiene como fin el desarrollo de una campaña rápida y contundente que culmina con una
clara victoria, evitando por lo tanto la posibilidad de una guerra total y el desgaste que supone en términos de
vidas y de recursos.
Ellos se esforzarían.
Ellos pelearían.
Con uñas y dientes, con todo lo que tuvieran.
“¡Por el Reich!”.
actualidad.
98 Next Door Design (ネクストドアデザイン)es un grupo de diseño que inició sus actividades en 2010.
Créditos
Volumen 10