Apelacion Arce Ramos

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EXPEDIENTE N° 00304-2020-0-0901-JR-PE-12

ESPECIALISTA LEGAL: KARLA CARRANZA


SUMILLA: INTERPONE RECURSO DE APELACIÓN

SEÑOR JUEZ DEL DUODÉCIMO (12) JUZGADO PENAL UNIPERSONAL DE LA CORTE


SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA NORTE – SEDE CENTRAL:

SANTOS INOCENCIO ARCE RAMOS (recluido en el Establecimiento Penitenciario de


Lurigancho), en el proceso seguido contra MARCO ANTONIO LIZÁRRAGA REBAZA y
otros sobre Habeas Corpus, a usted me presento y expongo lo siguiente:

I. PETITORIO:
En virtud del artículo 35º del Código Procesal Constitucional, Interpongo
RECURSO DE APELACIÓN contra la sentencia (Resolución N° 8), expedida el 29 de
mayo de 2020, que declaró: IMPROCEDENTE la demanda de Habeas Corpus interpuesta
por SANTOS INOCENCIO ARCE RAMOS, a su favor, demanda dirigida contra los
magistrados MALZON URBINA LA TORRE, MARCO ANTONIO LIZARRAGA REBAZA y
ROSA SOTELO PALOMINO, en su condición de miembros de la Segunda Sala
Especializada en lo Penal para Procesos con Reos en Cárcel de la Corte Superior de
Justicia de Lima y en contra de JAVIER VILLA STEIN, JOSUE PARIONA PASTRANA,
RICARDO GUILLERMO VINATEA MEDINA, HECTOR ROJAS MARAVI y DUBERLY
APOLINAR RODRIGUEZ TINEO, en su condición de miembros de la Segunda Sala Penal
Transitoria de la Corte Suprema de Justicia.
En tal sentido, señor Juez, solicito: SE ME CONCEDA EL RECURSO DE
APELACIÓN interpuesto contra la resolución antes citada y se sirva elevar,
oportunamente, los autos a la Sala Penal Superior llamada por ley, a fin de que REVOQUE
la sentencia impugnada y REFORMÁNDOLA declare: FUNDADA la misma en todos sus
extremos.
En base a los siguientes argumentos que paso a exponer:

II. FORMALIDADES DEL RECURSO:


El recurrente se encuentra facultado legalmente por ser el impugnante, quien resulta ser
directamente agraviado con el contenido de la Sentencia expedida con fecha 29 de mayo
de 2020.

III. INTERPOSICIÓN DEL RECURSO Y PLAZO:


El recurso impugnatorio se está presentando dentro del plazo que exige el ordenamiento
procesal constitucional, esto es, dentro de los dos días de notificado la sentencia
(Resolución N° 8) de fecha 29 de mayo de 2020, tomando en consideración que los
plazos procesales empiezan a correr desde el viernes 17 de julio del presente año en
razón al estado de emergencia que vivimos.

IV. NATURALEZA DEL AGRAVIO:


Afecta la libertad individual del recurrente, pues me encuentro internado en una cárcel
pública (Lurigancho), lo que me conlleva a una prisionización prolongada que atenta mi
dignidad humana y derechos humanos. Asimismo, me causan graves perjuicios
económicos y morales. Primero: Por vulnerarme mis derechos personalísimos como es mi
dignidad, honorabilidad, sosiego, integridad física, privacidad y otros. Segundo: Por
generarme gastos económicos, abandono de mi trabajo y familia lo cual ha generado
carestías.

V. FUNDAMENTACION JURIDICA DE LA PRESENTE APELACION:


5.1. Artículo 139.6 de la Constitución Política del Estado (La pluralidad de la instancia).
5.2. Artículo 11 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (Instancia plural).
5.3. Artículo 35 del Código Procesal Constitucional.
5.3. La presente apelación, se encuentra sustentada, además, en las normas procesales de
orden constitucional aplicables al caso sub materia.

VI. PUNTOS DE LA DECISION JUDICIAL IMPUGNADA:


6.1. V. ANALISIS DE LA DEMANDA:
A PARTIR DEL DÉCIMO QUINTO CONSIDERANDO

VII. FUNDAMENTOS DE HECHO Y DERECHO DE LA IMPUGNACION:


7.1. Si bien el juzgado mediante la sentencia que se cuestiona ha declarado improcedente
la demanda interpuesta, ello en mérito al artículo 5.1 del Código Procesal Constitucional,
pues, no procede cuando los hechos y el petitorio de la demanda no están referidos en
forma directa al contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado; sin
embargo, debe anotarse, que a lo largo de los fundamentos desestimatorios, el juez
constitucional no ha dado una respuesta adecuada, respecto a las violaciones
constitucionales a la función fiscal, afectación al debido proceso y a la motivación,
planteados y fundamentados en nuestra demanda.
7.2. Asimismo, no se ha pronunciado en forma expresa y razonada sobre la violación
constitucional a la congruencia procesal de imputación, también planteado en
nuestra demanda, tan solo se ha señalado en la última parte del vigésimo cuarto
considerando que: En razón a ello no hay afectación tampoco del principio de congruencia
procesal; con lo que se ha incumplido lo normado en el artículo 17.3 del Código Procesal
Constitucional, esto es, la sentencia materia de apelación en este extremo no contiene la
determinación precisa del derecho vulnerado, o la consideración de que el mismo no ha
sido vulnerado, lo que evidentemente se trasluce en una sentencia no arreglada a ley ni a
derecho.
7.3. Según la sentencia, mi caso ha sido resulta en virtud a una decisión emitida por el
colegiado competente y dentro de un juicio penal regular, y respetándose el derecho a la
pluralidad de instancia de las partes, por lo que esta afirmación lo lleva a la conclusión de
que no se habría producido infracciones constitucionales de restricción a la libertad; es
decir, el hecho de haber impugnado vía recurso de nulidad a la Corte Suprema de Justicia
de la República, para el juez, determinaría que no existe violación constitucional en mi
agravio; sin embargo, como esta detallado en mi demanda también se demandó a los
jueces supremos, justamente porque al no advertir las infracciones constitucionales
contenidas en la sentencia de mérito, también se han convertido en agresores de mis
derechos fundamentales hoy planteados.
7.4. Sobre el debido proceso y tutela jurisdiccional señala que he tenido todas las garantías
a fin de hacer valer mis derechos constitucionales y procesales reconocidos, por lo que no
se muestran limitaciones procesales para ejercerlos, que se ha respetado las garantías
mínimas que establece la ley y la constitución, por lo que tuve la posibilidad de ejercer mi
derecho a la defensa; es decir, para el magistrado de instancia no se me habría vulnerado
derecho fundamental alguno.
7.5. Por otro lado, para el juez las resoluciones judiciales cuestionadas en el presente
proceso constitucional cumplen con una adecuada motivación y justificación de las razones
de su adopción; sin embargo, no señala cómo y bajo qué parámetros se encuentran
motivadas adecuadamente.
7.6. En este contexto y tal como se ha señalado líneas arriba, el juez constitucional no ha
dado respuesta a los cuestionamientos de orden constitucional expuestos en nuestra
demanda:
a) La congruencia procesal. Como se advierte, tanto de la denuncia como de
la acusación fiscal, el tipo penal atribuido es el fijado por el inciso 2 del artículo 173 en
consonancia con su último párrafo. Empero la sentencia de grado, como el de la Suprema
Corte, lo fijan dentro de los alcances del inciso 3 del tipo penal imputado. Empero no realiza
el razonamiento y justificación necesaria y que exige la ley. Consecuentemente torna en
arbitrario e irracional la adecuación y, por lo tanto, infracciona la competencia funcional
fijada por la Constitución e invasora del artículo 158 y 159 de la Constitución, tanto más si
la sentencia de la Suprema Corte ratifica el yerro. Esta falta constitucional conlleva que (a
su vez) se infrinja el principio de favorabilidad sancionado por el inciso 11 del artículo 139
de la Constitución, la propuesta penal es el inciso 2 y la del juez el inciso 3 (artículo 173);
esto ubica la pena mínima en 25 o en 30 años y la máxima (último párrafo del artículo 173)
en cadena perpetua. Como quiera que se aceptó la conclusión anticipada, al reo se le
impuso la pena de 30 años como rebaja de pena, empero debió ser 25 años, toda vez (sí
admitiremos las contradicciones en el proceso) que si la propuesta penal es por el inciso 2
(30 años) y la sede judicial consideraba aplicar el inciso 3 (25 años), debió optar por la
pena menor, toda vez que el inciso 11 del artículo 139 sanciona que ante conflicto
normativo: debe optarse por el más favorable al reo, es decir 25 años, y no los 30 que
(equivocadamente) se impuso.
b) En este juicio se ha afectado y, gravemente, el debido proceso, esto es, se
admitió como prueba válida certificados médicos legales, ejecutado y suscrito por un solo
especialista. Tanto la normatividad como las necesidades técnicas, exigen la participación
de dos especialistas, esto garantiza imparcialidad, debate técnico y disminuye el margen de
error. Consecuentemente se condenó con prueba diminuta e ilegalmente admitida a ello se
adiciona la arbitrariedad en el razonamiento seguido por la Suprema Corte, al evaluar los
resultados del examen toxicológico que arroja 1.6 de alcoholemia y la califica de
alcoholismo superficial. El grado de alcoholemia y sus efectos en la persona, son un tema
médico-técnico y no de “sentido común”. De allí que se recurre al especialista para
aproximarse a la calificación del grado de alcoholemia, o se demuestran conocimientos
técnicos sobre la materia, por lo que la sola afirmación de alcoholemia superficial (como se
hace en la sentencia de la Suprema Corte) es arbitrario y, consecuentemente, afecta el
deber de motivación de forma grave. Como se advierte de los peritajes; ninguno ha sido
suscrito por los profesionales entendidos y designados para el efecto. Los reglamentos
establecen que todo peritaje oficial (especialmente médico) debe ser practicado por dos
peritos. Esta exigencia no es solo formal, sino que la participación de, cuanto menos, dos
garantiza un examen apropiado, por intercambio de opiniones y homogenización de
criterios en los signos que encuentren y que sean controversiales. Es decir, disminuye (esta
pluralidad de expertos), el margen de error. Este concepto está fijado en el ACUERDO
PLENARIO Nº 4-2015/CIJ-116. Fundamento 27°: 27°. La Guía Médico Legal-Evaluación Física de
la Integridad Sexual del Ministerio Público señala los requisitos mínimos para realizar la evaluación física
integral en casos de violencia sexual, a saber: a) El examen debe ser realizado por dos peritos como
mínimo, en ausencia de otro y/o en caso de urgencia podrá ser realizado solo por un perito. (…) De allí

que carecen de valor (y hasta referencial) toda pericia efectuada por un solo especialista,
puesto que violenta principios básicos de prueba. Si a ello se adiciona que en el presente
caso la sentencia resulta ser un reproche moral, empero que no se encuentra afincada en
derecho. Es decir, no cumple los estándares mínimos prefijados constitucionalmente, como
lo señala el fundamento correspondiente del referido acuerdo: 31°. (…), es pertinente precisar:
Primero, que la valoración de esa modalidad de pericia psicológica presupone una declaración prestada
en forma legal, y con todas las garantías procesales y constitucionales. Segundo, que el análisis crítico del
testimonio es una tarea consustancial a la responsabilidad de valorar y resolver de los jueces (…)
[conforme: STS de 29 de octubre de 1996, de 16 de mayo de 2003, y de 488/2009, de 23 de junio].
c) También se afecta el debido proceso (en el ámbito de la justificación
judicial), cuando no se evalúa el instituto de la conclusión anticipada. La ley exige dos
tipos de evaluaciones que, necesariamente, deben realizar los jueces cuando se enfrentan
a la “terminación anticipada” como a la “conclusión anticipada”. Estas dos vertientes
examinadoras son la de legalidad y de convencionalidad. Ello exige que solo cuando se
cumple tal doble estándar puede llegarse a la condena, lo contrario conduce a la
exculpación. El examen de convencionalidad nos exige verificar si no hay prueba para una
confesión (la sola imputación, aun cuando confluya con la confesión, no son prueba
suficiente, por presunción de inocencia fijada constitucionalmente). La Sala Superior, como
la Suprema Corte, no realizaron el examen de convencionalidad (examen constitucional)
puesto que incorporaron prueba incriminatoria impropia: examen médico legal realizado, y
suscrito por un solo especialista. Por lo que se concluye la incorporación de prueba
inválida, de donde no realizaron el control de convencionalidad (al ejecutar la “conclusión
anticipada”), o no realizaron tal examen. Lo que torna en nulas tales sentencias.
7.8. En consecuencia, el Ad-quem con la facultad revisora que le concede la ley procesal
constitucional, realice un examen y análisis serio e integral en todo su contexto de
nuestra demanda de Habeas Corpus y expida una ejecutoria superior ajustada a ley y a
derecho.

VIII. PRETENSION IMPUGNATORIA CONCRETA:


La presente impugnación tiene como finalidad que la Sala Penal Superior, con un mayor
criterio objetivo reexamine la resolución judicial impugnada y resuelva lo siguiente:
a) DECLARE FUNDADO el recurso de apelación interpuesto.
b) REVOQUE la sentencia impugnada; REFORMADOLA: declare FUNDADA
la demanda constitucional de Habeas Corpus en todos sus extremos.
POR TANTO:
Señor Juez, sírvase concederme la presente impugnación, por ser
de justicia
OTROSI DIGO: El Letrado que autoriza el presente escrito, lo efectúa en mérito al artículo
290º de la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Lima, 21 de julio de
2020

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