Agujeros Negro
Agujeros Negro
Agujeros Negro
Para comenzar a entender a los agujeros negros es necesario recurrir a la Teoría General de
la Relatividad de Albert Einstein. A inicios del siglo XX, el físico alemán propuso que el
universo existía en una geometría cuatridimensional conocida como espacio-tiempo:
“Einstein introdujo la noción de que el tiempo no era absoluto, pero que también sería una
dimensión (con profundidad, anchura y altura), lo que lo vuelve relativo, por eso el nombre de
la teoría”. Einstein incluyó también en su teoría a la gravedad como una de las fuerzas de las
cuales depende la masa de los objetos.
La presencia de cuerpos con enormes cantidades de masa haría que el espacio-tiempo se
curvara en lo que los científicos llaman campo gravitacional. Cuanto mayor es la masa, más
grande es el campo gravitacional (curvatura) y la distorsión del tiempo-espacio. En la
práctica, eso significa que en el Sol, por ejemplo, el tiempo fluye más despacio que en la
Tierra.
Einstein consiguió con eso predecir la existencia de los agujeros negros en 1916, pero en
aquella época ni siquiera él mismo creía mucho en sus cálculos y luchaba con las
consecuencias inexorables de su propia teoría.
¿Qué son los agujeros negros?
Los astrónomos y físicos suelen definir a los agujeros negros como espacios de materia
extremadamente densa. Objetos cuya masa es tan condensada que distorsionan
drásticamente el tejido espacio-tiempo. “Son regiones del espacio en los cuales el campo
gravitacional es tan fuerte que ni siquiera la luz consigue escapar”
Un agujero negro es un objeto astronómico, son los restos fríos de antiguas estrellas.
La "superficie" de un agujero negro, denominada horizonte de eventos, define el límite donde
la velocidad requerida para evadirlo excede la velocidad de la luz, que es el límite de
velocidad en el cosmos. La materia y la radiación son atrapadas y no pueden salir.