M2 C8 Sindrome
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CAPÍTULO 8
SÍNDROMES
GERIÁTRICOS
Y VALORACIÓN
GERIÁTRICA
INTEGRAL Marcela Carrasco Gorman
Médico internista, Universidad de Chile.
Especialista en Geriatría, Pontificia
Universidad Católica de Chile. Profesora
asistente, Escuela de Medicina, Pontificia
Universidad Católica de Chile. Realiza
labores asistenciales en el Hospital
Clínico UC y en el Centro de Geriatría
Ambulatorio UC.
Los síndromes geriátricos agrupan grandes problemas multifactoriales que afectan a las per-
sonas mayores.
Las caídas en personas mayores no son normales y deben estudiarse siempre que se repi-
tan, para así prevenir complicaciones y secuelas a veces irreversibles.
La incontinencia urinaria muchas veces es erróneamente considerada algo normal del enve-
jecimiento y es subdiagnosticada. Su tratamiento es posible y mejora la calidad de vida del
individuo mayor.
El delirium es una emergencia médica, un síntoma que explica que algo grave está ocurrien-
do y obliga a buscar la causa que lo desencadenó.
La demencia tiene muchas causas, algunas reversibles, por lo que es importante su evalua-
ción y manejo. El tratamiento involucra en forma integral al paciente y a su familia.
El cuidador de una persona con demencia requiere apoyo psicológico y social para ser un
buen cuidador, ya que su trabajo implica una fuerte sobrecarga.
ÁREA
CLÍNICA
ÁREA
MENTAL
ÁREA
SOCIAL
ÁREA
FUNCIONAL
La evaluación clínica tradicional de
la persona mayor ha demostrado ser
insuficiente, ya que no aborda el pa-
ciente de un modo integral y no reco- La VGI ha demostrado que es capaz de
noce condiciones de riesgo de deterio- optimizar los resultados de la evalua-
ro funcional. Así nace el concepto de ción médica tradicional, porque lleva a
“Valoración Geriátrica Integral” como tomar acciones que se adaptan al lugar
técnica de evaluación específica de la donde se aplica (Stuck et al.,1993).
persona mayor. Ésta consiste en un
proceso diagnóstico multidimensio- Así la VGI podría:
nal e interdisciplinario que se realiza
con el objetivo de cuantificar las ca- Mejorar el estado funcional, la ca-
pacidades y problemas médicos, psi- pacidad cognitiva y afectiva.
cológicos, funcionales y sociales de la
persona mayor, con el fin de elaborar Reducir el número de medicamen-
un plan exhaustivo de cuidados para tos prescritos.
el tratamiento y el seguimiento a lar- Perfeccionar el diagnóstico y las de-
go plazo del paciente (Marín, Gac, Ca- cisiones sobre el paciente.
rrasco, 2006). Reducir la necesidad de hospitali-
zación y de institucionalización de
Es considerada la forma más razona- los mayores.
ble de aproximarse al adulto mayor
desde cualquier nivel de atención y es Reducir los costos asistenciales.
esencial su aplicación para mejorar la Mejorar la calidad de vida y aumen-
calidad de vida de los mayores. tar la supervivencia.
Inmovilidad
Inestabilidad y caídas
Incontinencia urinaria y fecal
Compromiso intelectual: demencia y síndrome confusional agudo
Infecciones
Desnutrición.
Deterioro visual y auditivo
Constipación e impactación fecal
Depresión/insomnio
Iatrogenia
Inmunodeficiencias
Impotencia
Demencia
La demencia es una de las enfermeda-
des más temidas y caras de la sociedad
actual. Se define como un síndrome
clínico caracterizado por la pérdida de
capacidades cognitivas y emocionales,
Conclusiones
La salud en las personas mayores está determinada por la funcionalidad, medida según la capacidad para realizar
las actividades de la vida diaria.
La evaluación clínica tradicional de la persona mayor ha demostrado ser insuficiente, ya que no aborda el paciente
de un modo integral y no reconoce condiciones de riesgo de deterioro funcional. Así nace el concepto de “Valoración
geriátrica integral” como técnica de evaluación específica de la persona mayor.
Los síndromes geriátricos agrupan grandes problemas multifactoriales que afectan a las personas mayores y que
si no son tratados deterioran la funcionalidad. El subvalorarlos es una mala práctica. Por el contrario, exige una
cuidadosa valoración de su significado y etiología, para así realizar un correcto tratamiento y no caer en el frecuente
“viejismo” como modo de interpretar una situación patológica, sea cual sea la edad del individuo.
Por su parte, el cuidador de una persona mayor que requiere asistencia necesita educación y preparación, además
de apoyo psicológico y social para cumplir bien su función, ya que su trabajo implica una fuerte sobrecarga.