SNPNK Vol. 11
SNPNK Vol. 11
SNPNK Vol. 11
Parte 1.
Hokkaido había sido bendecido con un hermoso clima.
Debajo de ese cielo azul, Hase Kanna iba sentada en el asiento del copiloto de un auto azul
militar híbrido, que iba a gran velocidad por la carretera que va del aeropuerto Shin-Chitose a
Sapporo.
Mientras usaba el volante con mucha destreza, la conductora gritaba cosas como: “¡Yahoo~!
¡Hokkaido! ¡Hurra~!”
Es una mujer bastante familiar para ella. Su nombre es Mitaka Misaki. Kanna actualmente
estudia en la preparatoria incorporada a la universidad de artes Suimei… Misaki es una
graduada de Suimei y actualmente cursa el primer año en la facultad de Vídeo de la
universidad de artes Suimei. Ella también es una antigua habitante del mismo dormitorio que
Kanna…Sakurasou. Hasta hace tres meses, la habitación de Kanna, el cuarto 201, pertenecía
a Misaki.
Detrás de ella se escuchaba a un chico repitiendo las mismas palabras de Misaki: “¡Yahooo!
¡Hokkaido! ¡Hurra!”
El chico se había dejado llevar por la emoción del viaje. Es un chico apuesto con unos risos
icónicos al hablar de él.
Al igual que Kanna, es un nuevo estudiante del departamento de música de Suimei. Lo
sorprendente de él es que solamente hay 10 estudiantes en su departamento. Cualquiera
pensaría que para lograr eso debía tener una increíble habilidad, pero la verdad era que esa
persona ingresó por la vía fácil. Para Kanna, ese chico es un idiota… Iori también es residente
de Sakurasou, vivé en la habitación 103.
—¡Genial~! ¡Hokkaido!
—¡Si! ¡Genial!
En contraste a la emoción y efusividad de Misaki e Iori, Kanna se quejaba de vez en cuando
dando respiros pesados en el asiento del copiloto.
Estaban casi a finales de mayo, no era fin de semana, por lo que había clases normales en la
escuela. Así que, ¿Por qué una chica como Kanna se encontraba viajando por carretera
rumbo a Hokkaido justo ahora? Ella conoce la respuesta, pero sufre de solo pensar en ello.
Todo comenzó esta mañana.
Eran las 8.
Los habitantes de Sakurasou que actualmente cursaban tercer año, se despedían antes de
irse a su viaje de graduación… Todo iba bien hasta que partieron sus cuatro Senpai; Kanda
Sorata, Shiina Mashiro, Aoyama Nanami, y Akasaka Ryuunosuke.
Los problemas comenzaron cuando partieron. Cuando despareció la silueta de Sorata, —
¡Vamos, súbanse rápido! —Misaki llegó por detrás para empujarla junto a Iori fuera de
Sakurasou.
Tras graduarse y dejar Sakurasou, Misaki construyó una casa justo a lado, y ahora es su
vecina. Todos los días los visita, desayuna con ellos, come, y cena, después se la pasa
jugando en la habitación de Sorata. Incluso ayer se tomó un baño con ellos.
Es increíble pensar que una estudiante fue capaz de mandar a construir su propia casa. Es
imposible verlo como algo normal, pero todo es posible cuando escucha el nombre Misaki.
Es una celebridad, todos la mencionan en foros de películas y anime. Desde que se casó, su
apellido cambió, pero Kanna conoce muy bien el nombre de Kamiigusa Misaki desde antes
que entrara a Suimei. Recuerda su primera impresión al ver su calidad de dibujo y lo difícil que
debió ser producir todas sus películas sola. Ha visto cada una de sus películas incontables
veces.
Misaki ha comercializado cada uno de sus trabajos, sus ventas sobrepasan el millón, es
posible que sea mucho más… Ha ganado lo suficiente para construir su propia casa.
Ahora mismo, Misaki conduce a toda velocidad desde Sakurasou hasta el aeropuerto
internacional de Haneda. No era necesario pensarlo mucho, Kanna e Iori saben que ese avión
se dirige a Nuevo Chitose, ahora solo les queda ajustarse el cinturón y quitárselo hasta que
llegaran.
Luego de unas horas, ya habían llegado a Hokkaido…
Debido a que la sacaron sin previo aviso, Kanna no cuenta con nada de equipaje. No se
siente muy cómoda usando pijama en el aeropuerto. Pero por suerte, si traía consigo su
celular.
Hay momentos donde piensa que todo esto es un sueño. Cuando despierte, cree que verá su
cama en la habitación 201 de Sakurasou… Para su mala suerte, eso no sucederá. Kanna no
tiene más opción que aceptar la realidad.
—¡Sin pantsus, necesitas divertirte! ¡Alócate!
—¿¡A quién llamas sin pantsus!?
Misaki sujetó un extremo del vestido de Kanna.
—Eh~ ¿Segura qué las llevas puestas?
—¡Por supuesto!
—Dudarlo es de pervertidos.
Iori asiente a cada palabra de su Senpai Misaki.
—No me gusta seguir preguntando, pero estoy muy segura, fuiste tú, ¿cierto? —Kanna quería
defenderse.
—¿De qué hablas?
Iori no lo sabía, pero ella pudo verlo en ese instante gracias al espejo.
—Te enviaron a Sakurasou por espiar a las chicas mientras se bañaban.
Sakurasou, el dormitorio donde viven Kanna e Iori, es muy diferente a los demás. Sobre el
asunto de las pantsus, hay que recordar un poco la historia de Kanna.
Es una chica brillante. Escribió una novela basada en su diario y eso le otorgó un premio, ha
sufrido por la falta de material para escribir una segunda novela. Por eso mismo, buscó un
método para liberarse del estrés.
Cierto día durante el almuerzo. Fue al baño y ahí tuvo una idea pervertida. Salió del baño de
chicas sin pantsus debajo de su falda.
Descubrió un nuevo mundo. Aunque nada a su alrededor cambio, se sentía excitada y libre de
problemas, pudo olvidarse del estrés provocado por no ser capaz de escribir una segunda
novela.
Asistió a clases sin ropa interior… Era una técnica increíble y adictiva. Cuando la descubrió su
supervisora de dormitorio, Kanna fue exiliada a Sakurasou. Han pasado tres semanas de
eso… Y ahora estaban en la Golden Week.
—Las pantsus son importantes~ ¡Sin ellas sentirás frio por debajo~!
—No hagas canciones sobre eso.
—¡No pantsu, no laifu*! (N.T: Referencia a No game, no life)
—¡Detente por favor!
Misaki no escucharía sus suplicas. Ella seguía cantando canciones sobre no usar pantsu.
—Quiero irme a casa… —Kanna mostró su verdadero sueño en sus lamentos.
Debería estar en clases… Sin embargo, no tiene dinero para volver. No tiene su billetera. Su
destino queda en manos de Misaki.
—¡Hora de disfrutar Hokkaido! Hagamos de este un viaje de graduación que nunca
olvidaremos.
El deseo de volver de Kanna quedó destruido, sin duda este ya es un viaje que jamás
olvidara.
—¡Es increíble! ¡Cuántas memorias crearemos juntos! —Iori seguía emocionado en el asiento
trasero.
—Me duele la cabeza…. —Su voz a quedado ahogada en las canciones de Misaki.
Parte 2
El auto de Misaki atravesó Sapporo, pasó por el famoso parque Odori y la estación de
televisión de Sapporo. Al ver esos lugares, Iori hacía expresiones estúpidas de asombro,
“Woah~”
Dio una vuelta en “u” al llegar a la estación de trenes y aparcaron el auto en el
estacionamiento.
—¡Bien! —Puso el freno de mano y miró a sus acompañantes, —Bien, chicos, abajo.
Todos se quitaron los cinturones de seguridad, Iori fue el primero en bajar del auto mientras
decía “¡Ohhhh! ¡Increíble!”
Iori corrió emocionado por todo el lugar. Aunque lo trajeron hasta Hokkaido sin previo aviso,
estaba disfrutando del viaje. No sentía ningún remordimiento ni pena por faltar a clases.
—¿Cómo puedes adaptarte tan rápido? —Kanna ha perdido la cuenta de cuántas veces se ha
quejado.
—¡Tenemos que seguir! —Misaki señaló el camino.
—¿A dónde vamos?
—¿¡No te das cuenta!?
El dedo de Misaki apuntaba a cierto edificio blanco. En la cima había un enorme reloj.
—Oh, ¿la torre del reloj?
Había visto imágenes de ella, pero jamás la había visto en persona. Resulta un poco extraño
ver una construcción así en medio de una ciudad como Sapporo, también complicado aceptar
que ahora mismo la veía frente a ella. Pero, conforme más la veía, más real le parecía toda
esta situación.
Kanna ha aceptado que ahora mismo se encuentran en Hokkaido. Darse cuenta de su
realidad hizo que apartara la mirada del reloj y se concentrara en la persona justo en la
entrada del edificio.
Es una persona que justo vio esta mañana en Sakurasou.
Su Senpai, el residente del cuarto 101, quien también era dos años mayor que ella. Kanda
Sorata.
Tiene una estatura promedio y luce como un chico normal, sus calificaciones tampoco son
excepcionales. No es famoso por ser un chico popular en la escuela.
Escuchó que fue enviado a Sakurasou por adoptar gatos callejeros, aun sabiendo que estaba
prohibido tener mascotas en los dormitorios. Era un chico que jamás abandonaría a un animal
indefenso. Es más, hace apenas tres semanas adoptó tres gatos más. Ahora mismo cuidaba
de 10 gatos en Sakurasou.
Caminado junto a Sorata vio a Aoyama Nanami, la chica del dormitorio 203. Su cola de
caballo volaba con el viento. Ahora mismo, ambos Senpai estaban hablando con Iori.
No hay nadie más acompañándolos. Aparentemente, solo son ellos dos. ¿No se supone que
el viaje de graduación tiene como regla salir en grupos? ¿Estos dos tienen algún tipo de
privilegio?
Esto tiene toda la apariencia de una cita. Mientras Kanna pensaba, “¿Se supone que vinieron
a un viaje de graduación o una cita?”, Iori se encargó de hacer la misma pregunta en la mente
de Kanna.
—Bueno, veras… es algo completamente diferente… estamos…
—¡Todos en mi grupo son una bola de egoístas, por eso me quede con Kanda-kun! Por eso
no es una cita…
Ambos crearon excusas y ninguna era convincente.
—¡Oh, Kouhai-kun y Nanamin! —Misaki soltó del brazo a Kanna y corrió hasta sus Kouhai.
Sorata y Nanami se sorprendieron al ver a Misaki, pero al recordar la personalidad de esa
persona perdieron la emoción. Charlaron con Iori y Misaki como si no tuviera nada de raro.
Para Misaki era normal. Todos la conocen bien, es algo típico de ella.
—¡Hora de entrar! —Misaki entró corriendo al edificio tras una breve plática. Iori la siguió
obedientemente.
Kanna se quedó a solas con sus dos Senpai.
—…
Ellos dos se veían envueltos por una atmosfera especial. Quizá era porque a sus espaldas
había un lugar turístico famoso, pero, parecían una pareja de verdad.
Kanna no podía equivocarse. Aunque ella no lo vio con sus propios ojos, sabía que Nanami se
le confesó a Sorata. Por lo que ahora era ella quien esperaba su respuesta…
Es posible que, la imagen ahora frente a sus ojos, se convierta en algo común el día de
mañana.
—Nunca imaginé que también vendrías hasta aquí, Kanna-san. —Sorata la llamó y eso la
sacudió.
—No quería venir, Senpai apareció de la nada y me subió al auto, antes de darme cuenta ya
estaba en el aeropuerto…No traje nada de equipaje conmigo…Ni siquiera mi billetera…Es
imposible que regrese a casa yo sola…
Kanna terminó explicándoles la situación mientras buscaba una excusa. Seguía sin poder
aceptar todo esto. Sin embargo, Sorata no la ve molesta por lo ocurrido. Ahora solamente le
preocupaba quien cuidaría de sus gatos.
Contar su día ayudó a disimular el interés que ella sentía por sus dos Senpai. Todo eso quedó
oculto en su rostro inexpresivo.
—¿Deberíamos seguirlos?
—Yup, —Nanami respondió.
Sorata pagó la entrada incluyendo la de Kanna.
Hay una galería adentro del lugar, varías piezas históricas que narran la historia de la torre del
reloj y Hokkaido. El silencio es el mismo que el de cualquier otro museo.
Sorata y Nanami caminaban juntos detrás de Kanna, cada vez que sus manos u hombros
chocaban por accidente, Kanna sentía un caos dentro de su pecho.
El crujir de la madera al pisarla es como si cada paso que diera pudiera ser el último. Ese olor
y sonido de la madera vieja le recordaba algo… Hasta que Nanami fue la primera en decirlo:
—Se siente como Sakurasou.
Esa revelación hizo que Sorata mirara con interés el rostro de Nanami.
—¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Dije algo raro?
—No, es solo que… yo también pensé lo mismo.
—¿De verdad?
Era una situación vergonzosa, digna de una pareja. Sus mejillas sonrojadas eran la prueba.
Sin aviso, Sorata miró de nuevo los ojos de Nanami.
—¿Ahora qué? —Kanna sabe que ahora mismo su rostro debe verse muy tenso. Quisiera
decirles algo, —¿Puedo decirles algo?
—Preferiría no escucharlo.
—Parecen una pareja.
—¿¡De qué hablas!?
—Pienso escribir una novela romántica, me sirve como inspiración. —Para nada le gusta
verlos juntos, pero no quería mencionarlo.
Kanna decidió ignorar a Sorata y se adelantó al segundo piso, quería evitar hablarle. Verla
subir los escalones de prisa y molesta resultaba un poco gracioso.
El segundo piso contaba con una pantalla y un barandal a los lados. El techo era muy alto y
se veía como un lugar muy amplio. Misaki llevaba rato en esta sala admirando el reloj, e Iori
se la pasaba mirando por la ventana diciendo algunas frases de asombro ante la panorámica,
tenía una cara muy estúpida al hacerlas.
Kanna se sentó frente a la pantalla en un esfuerzo por tranquilizarse. Se proyectaban
imágenes referentes a la construcción de la torre del reloj.
Tras un rato, se escucharon las pisadas de una pareja subiendo las escaleras. Seguramente
eran Sorata y Nanami. Una de esas pisadas se detuvo justo al lado de Kanna.
Nanami se sentó justo a su lado. Veía las mismas imágenes que Kanna en silencio, hasta
que…
—¿Qué te parece la vida en Sakurasou?
—Es más tranquila de lo que imaginé, me gusta tener un cuarto propio.
— ¡Qué bueno! —A Nanami en verdad le alegraba.
—No es como dicen los rumores.
—¿Cómo es entonces?
—Hay estudiantes que van vestidos de oso a la escuela o sin usar ropa interior debajo, otros
que pintan, otros que lanzan sus propios fuegos artificiales para el festival cultural, y otros que
han traumado a profesores…eso dicen los rumores.
—Jajaja, —Nanami se escuchaba vacía al mismo tiempo que miraba a Misaki.
Todos esos rumores tan solo narraban las proezas de Misaki, hasta ahora se dio cuenta.
—Otros dicen que hay un chico que ha salido hasta con seis mujeres a la vez, que regresa
por las madrugadas al dormitorio y tiene marcas de besos por todo el cuerpo.
—Ahora mismo esa persona se encuentra estudiando en Osaka para ser guionista. Ya
terminó su relación con todas esas mujeres.
También era el esposo de Misaki. Sorata le contó a Nanami a los pocos días que llego a
Sakurasou. Kanna se quedó sin palabras.
—Shiina-senpai es asombrosa.
—Mashiro…a mí también me sorprendió cuando la conocí. —Nanami parecía recordar los
viejos tiempos, —ha cambiado mucho desde entonces.
—¿En serio?
—Si, Kanda-kun me lo ha dicho, cuando recién llego a Japón, solía ir a las tiendas de
conveniencia y comer antes de pagar. Siempre se perdía en el camino de regreso a casa.
—Me cuesta imaginarlo.
—Ahora es capaz de cambiarse sola de ropa…pero, los calcetines pueden ser complicados.
—Nanami se sentía un poco incómoda al decirlo.
—¿Shiina-senpai cambió gracias a Sorata-senpai?
Ese Senpai ahora mismo charlaba con Misaki frente a algunas ilustraciones del reloj. ¿De qué
hablaran? Se ven muy serios al hacerlo.
—Si. Kanda-kun es el motivo…
Esas palabras tienen un significado muy pesado cuando las dice Nanami. Es porque ella sabe
muchas cosas de ellos dos que Kanna desconoce. Kanna sabe que Mashiro se le confesó a
Sorata, y también esperaba una respuesta.
Sin embargo, eso la hace sentir muy mal. Se siente como una extraña… En efecto, lo es…
—Oh, ¿puedo preguntarte algo?
—Dime.
—Aoyama-senpai, ¿Te gusta Sorata-senpai?
—¿¡Disculpa!? —Era como si fingiera sorpresa. Se veía muy inocente. No cualquier ha tenido
la oportunidad de ver esta cara de Nanami, aunque ambas sean chicas, Kanna la encuentra
muy atractiva.
—Me disculpo si fui grosera.
—No, ese no es el problema, me sorprendió lo directa que has sido.
Nanami no se veía sorprendida ni avergonzada ya. De hecho, ve con mucho cariño a Kanna.
Se siente feliz por poder hablar del amor que tiene por Sorata.
—Quiero saber algo, ¿lo parecemos?
—¿Lo parecen?
Al otro lado de la habitación, Sorata sigue charlando con Misaki.
No sobresale mucho como estudiante. Tampoco tiene alguna habilidad especial. No es
miembro del comité estudiantil. Es muy extraño verlo viviendo en Sakurasou, eso es lo único
especial en él. Viéndolo bien, es un chico ordinario de tercer año.
Es raro que alguien lo mencione a menos que se relacione con algún estudiante problema de
Sakurasou. Usualmente solo se escucha el nombre de Sorata cuando Yuuko habla, ella ama
mucho a su hermano mayor.
—¿Cómo puede acortarse la distancia entre dos personas? O, mejor dicho, ¿cómo iniciar una
relación amorosa?
Son preguntas muy difíciles de comprender.
Kanna comparte los sentimientos de Nanami. Aunque Sorata sabe acerca de su problema de
no usar ropa interior, jamás la ignoró. Nunca la vio de manera distinta. Mantuvo el secreto, y
se mantuvo a su lado en busca de una solución. Ha acompañado a Kanna en su dolor de no
poder seguir escribiendo su novela.
—Pienso que es parte de la voluntad interna en cada persona. En algunos casos, puede ser
complicado demostrarla, incluso puede ser un gran peso.
—Te entiendo.
—Pero, Kanda-kun nunca se rinde cuando se trata de otros ni piensa en lo que él mismo
perdería… Espera soportarlo… Me pregunto si él lograra… —Nanami sonreía con dulzura.
—Kanda-kun fue a la primer persona que le conté que vine desde Osaka para convertirme en
actriz de voz, tuve miedo, pero él siempre me escuchó, le parecía un sueño increíble.
—A Sorata-senpai debe causarle mucha alegría, ¿no?
—¿Eh?
—Piensa mucho en Aoyama-senpai.
—Espero no serle una plaga. —Nanami se avergonzó al saber que ella era parte de Sorata.
Era una chica enamorada, Kanna podía darse cuenta.
Siente envidia de ella por no ser capaz de sonreír igual.
Entonces…la voz de Misaki destruyó la escena…
—¡Hora de irnos, sin pantsus, ven aquí!
—¡Deja de llamarme así! —Kanna saltó de la banca para quejarse.
—¡Conduciremos hasta Asahikawa para encontrarnos con el oso polar Fuoromi~! ¡Iorin, no
pantsu! ¡Es el gran oso blanco!
Ordenó la voz del alien.
Parte 3
Tras una hora en auto, han llegado a Asahikawa. Misaki va directamente al zoológico donde
se encuentran los osos polares.
Vive dentro de un hábitat similar al de su estado salvaje, era común que apareciera en
televisión. Misaki tenía muchas ganas de verlo en persona.
Kanna no se veía muy emocionada al llegar…
—¡Yahoo~! ¡Oso polar~!
Envidia la felicidad de Misaki. Su corazón no ha dejado de doler cada vez que recuerda la
imagen de Sorata y Nanami teniendo una cita en la torre del reloj. Pensó en ello todo el viaje
en auto. Intentó pensar en su novela, pero era imposible concentrarse, siempre aparecían
esos dos en su mente.
Caminó por su cuenta hasta llegar al hábitat de los pingüinos. Se recargó en el barandal y
miró a los pingüinos caminar. Sin darse cuenta, todo se puso oscuro.
Entonces Iori apareció frente a ella.
—¿Te encuentras bien?
—Normal… —respondió un poco sorprendida.
—¿Estás molesta?
—¿Qué te hace pensarlo?
—Tu cara da miedo.
—No estoy molesta.
—Oh, olvidé que tu cara siempre da miedo. —Iori reía. Y ella lo pisoteó, —¡Ouch! ¡Ohh! ¿¡Por
qué lo hiciste!? ¡Duele! —Iori saltó del dolor.
—Eres un exagerado.
—También saltarías si alguien te pisara el dedo pequeño, —brotaban algunas lágrimas de sus
ojos.
—Fu~ Es divertido…
—¿Tienes que ser tan malvada? ¿Estás bien de la cabeza? ¿Segura? Eres maligna.
Kanna está muy triste para responderle. Si simplemente lo ignora, Iori se irá a otra parte. Eso
creyó. Sin embargo, Iori no mostró intensión de irse. Todo lo contrario, ahora mismo jugaba
con sus manos sobre el barandal como si tocara el piano.
Kanna miró hipnotizada sus dedos antes de verle a la cara. Cuando Iori se dio cuenta, —Ah,
—escondió sus manos detrás de su espalda como si no quisiera que ella lo viera. Ella no
entendía bien el motivo, pero por un momento creyó que tocaba la misma canción que no
pudo terminar durante el concurso en mayo.
Fue un incidente que jamás debió suceder, tuvo que parar su presentación porque no le gustó
la reacción del público. Cuando Kanna descubrió el motivo de Iori para detenerse, lo
comprendió de inmediato. Iori tiene una hermana de la misma edad que Misaki. Su hermana
se graduó de Suimei, también estudió en el departamento de música como Iori. Sus
calificaciones eran impresionantes. Actualmente se encontraba estudiando en Austria. A Iori le
disgusta que lo comparen con su hermana y al sentir las miradas juzgándolo por no ser ella,
decidió dejar de tocar a media presentación.
—Oye.
—¿Eh?
—¿Qué tipo de persona es tu hermana?
Los ojos de Iori brillaron al escuchar su pregunta. Se rascó la cabeza antes de responder.
—Es una chica hermosa.
—Si que eres un caso especial…
—¿Qué?
—No puedes decir ese tipo de cosas acerca de tu hermana.
A Kanna le resulta complicado. ¿Será por sus diferentes entornos familiares? Kanna vivió el
divorcio de sus padres y vio a su madre casarse de nuevo. No ve su lugar dentro de esa
nueva familia. Por eso prefiere vivir en Suimei.
—Siempre me he considerado una persona normal, eso dicen todos. —Iori sacó el celular de
su pantalón. Kanna sentía curiosidad, la cual obtendría respuesta cuando le mostró la
pantalla, —Mira.
Se encontró con una chica con grandes auriculares alrededor de su cuello, muy similar a Iori.
Era bajita y su rostro adorable. La diferencia entre ambos era solamente por su rostro. Ella es
hermosa. Es una foto de ella sonriendo frente a un edificio en otro país.
—Ahora mismo estudia en Austria, tiene novio.
—Eso lo sé.
Apenas Kanna llegó a Sakurasou, tuvo lugar la competencia de Iori. Su hermana asistió y les
presentó a su novio, Tatebayashi Soichirou. Es una persona muy amable y sincera.
—Es buena tocando el piano.
—Lo sé.
—Si, muy buena.
—Ya lo sé.
—Es muy buena tocando~
—¿Puedes hablar de otra cosa?
—Bueno, me gustaría tener otra compañera en este momento. Si te abrazara, encontraría
muy poco, hablo de tu pecho, ¿entiendes? —Iori suspiró derrotado al verle el pecho a Kanna.
—Genial, más tarde acompañaré a Misaki-san al rancho. Diviértete con Holstein.
—Asegúrate de tomar mucha leche.
Ni ella se tiene mucha esperanza, la bebe todos los días. Sin embargo, no ha notado ningún
cambio en su cuerpo y eso tampoco ayuda mucho a combatir su estrés.
—Oh, ahí están los pingüinos.
Era la hora en que los cuidadores del zoológico les lanzaban pescado. Los pingüinos eran
muy hábiles para atrapar los peces en el aire.
—Deberías preocuparte un poco más.
—Eh~ ¿a qué te refieres?
—Ese pequeñín de ahí tiene problemas con las otras dos hembras, es un triángulo amoroso,
debe decidirse en elegir. Mira ese macho de atrás, ayer su esposa fue descubierta con su
amante y ocasiono una pelea. Esa hembra alejada del resto engordó y tiene problemas para
mantener su dieta, se ve que sufre de dolores en la espalda y fatiga.
—Pareces conocer muy bien a todos los pingüinos.
Era una historia que Kanna acababa de inventar, pero se veía emocionado contándola.
—Todo es una mentira.
—¿¡Tratas de verme la cara
!?
—Te lo creíste, tú mismo te engañaste, nadie creería esas cosas.
—No soy una persona normal. —Iori parece orgulloso de eso.
—No es para emocionarte.
—Es bueno ser diferente a las demás personas.
—Entiendo, amas ser un raro, ¿podrías alejarte de mí?
—¿Por qué?
—Porque eres un idiota.
—¡Ugh!
—¿Aceptas ser un idiota?
—Suenas más idiota diciendo que soy idiota, idiota.
—Has dicho idiota tres veces seguidas, no esperaba mucho de alguien que solamente sabe
escribir utilizando katakana, eres torpe.
—¡Idiota!
—4ta vez.
—¡Maldición!
—Has sido vencido…Solamente aléjate de mí.
—¿Por qué?
—No quiero que las personas se hagan una idea equivocada.
—No entiendo de qué demonios hablas.
—Me suicidaría si alguien creyera que somos pareja.
A su alrededor solo hay parejas. Iori y Kanna no lucen como una excepción.
—Sin duda sería un problema, —Iori se vio incómodo tras ver el rostro alterado de Kanna, —
me preocuparía si creyeran que me gustan las planas.
—¿No tienes otra cosa en la cabeza?
—Eh~, siento mucha curiosidad, me gustaría tocarte.
—…
—¿Por qué me miras como si fuera basura?
—En efecto, antes mis ojos eres una basura.
—¡Si tan solo no fueras una plaga!
—Das asco.
—¿Qué eres? ¿Solamente piensas en cosas malvadas? ¡Eres un demonio!
—…
—¿Qué estás juzgando con esos ojos de demonio?
—Veo basura.
—Eres malvada.
—¿Por qué pelean durante su cita? —alguien pregunto acercándose a ellos dos.
—Solíamos ser como ustedes.
Era una pareja de universitarios quienes se acercaron hasta Kanna.
—¡A mí me gustan las chicas de pechos grandes!
A Kanna le encantaría ayudarlo, pero Iori no deja de contar sus sentimientos verdaderos. Se
ha convertido en una situación vergonzosa.
—Oye…
—Siempre tienes cara de querer matarme.
—Aléjate de mí en este instante, no te quiero a menos de 3 metros. —Kanna se alejó para
dejarle claras las cosas.
Sin previo aviso, una chica venía corriendo en su dirección…
—¡Ahí están, sin pantsus e Iorin!
—Espera, por favor. No digas esos apodos frente a toda esta gente.
—Ok, regresaremos a Sapporo.
—¿Eh? ¿Por qué la prisa? Llegamos apenas hace 30 minutos.
—¿No quieres comer ramen? Comeremos ramen de Asahikawa si deseas.
—No me refiero a eso, ¿no te gustó el zoológico?
—¡Ya vi a los osos polares! —Misaki alzó los brazos para imitar a un oso polar, sus pechos
eran enormes para un oso polar.
—Oh, los osos polares son asombrosos. —Iori miró a Kanna.
—Aléjate de mí.
Entonces Misaki la tomó de los hombros.
—Hay muchos lugares que quiero ver aún, no hemos visto a los leones, los leopardos, los
caballos…
—¡Regresaremos cuando quiera ver a alguno de esos animales!
Kanna quedó muda al ver como sus palabras eran inútiles. Era su primera vez con una
persona que no apreciaba las cosas. Ahora entiende por qué Sorata la llama Alien.
—¡Cierto~! ¡Necesitamos comprar ropa! —Misaki ya habla de un nuevo plan dejando sin
oportunidad de conocer el zoológico a Kanna.
Tras el incidente en el zoológico, Kanna degustó del ramen de Asahikawa, cuando terminaron
de comer, partieron de regreso a Sapporo.
Ahora mismo se encuentran en la tienda de regalos de la estación, para ser exactos, Kanna
está atrapada dentro del probador con Misaki. La ha usado como modelo. Era su muñeca
personal. Se sentía muy avergonzada cuando Misaki le cambiaba la ropa interior.
Debido a la intensa sesión de compras, Kanna quedó exhausta para cuando llegaron al hotel.
Ha sido un día complicado para Kanna, quien nunca suele viajar tan lejos y menos en busca
de emociones fuertes. Su fatiga mental se convirtió en física en el instante que conoció el
estilo de vida de un alien.
Misaki se sorprendió al ver lo lujosa que era la suite real que alquiló. Al entrar, arrojó el
equipaje y fue corriendo hasta una de las cuatro habitaciones, Kanna simplemente se quitó los
anteojos y se dejó caer en una de las camas.
—Estoy cansada… —al fin podría descansar….
Esa idea murió cuando escuchó abrirse la puerta de un azotón. La causa, Misaki. ¿Qué
demonios hace aquí? Hoy tomó un vuelo, corrió por el zoológico, manejó de ciudad en ciudad
y se ven con mucha más energía que durante el día, no se ve cansada en absoluto.
—¡Hora de salir! ¡Tienen un baño público!
—Puedo bañarme aquí en la habitación.
Cada baño en la suite cuenta con su propio jacuzzi.
—¡No lo permitiré, sin pantsus! —Ese apodo lo arrastraría por el resto de sus días, —¡Los
baños públicos son el verdadero placer de todos los viajes de graduación! ¡Fundamos
nuestros cuerpos en jabón! ¡Veamos quien nada más rápido! ¡También tengamos una carrera
con patines de jabón!
Kanna no quiere ir a ningún lado.
—¡Puede que seas una profesional esquiando sobre jabón y no quieras humillarme!
—Ni siquiera me gusta bañarme con gente a mi alrededor.
Se siente indefensa e incómoda. Puede que sea demasiado masoquista aceptar bañarse con
Misaki en un baño público.
—¡Genial, vamos! —Misaki la tomó de un brazo y partieron.
—Supongo que iré… —ante la sonrisa maligna de Misaki, Kanna no tuvo otra opción que
aceptar.
Parte 4
—Haa… En verdad estoy muy cansada… —Cuando finalmente regresó del baño, Kanna se
dejó caer en un sillón de la sala cubierta por únicamente su yukata.
Hasta a Misaki le sería complicado desvestirla si lo intentara. Es la primera vez en su vida que
visita un lugar como este. De solo pensar en todo su día, se siente avergonzada.
Desde la mañana ha seguido a Misaki por medio japón. Nunca su corazón había latido con
tanta fuerza. Siempre trató de vivir una vida tranquila sin involucrarse en nada emocionante,
por eso mismo se siente incomoda viviendo este tipo de experiencias.
—¿Cuándo regresaremos a casa…?
El viaje de Sorata consta de 4 días y 3 noches. Si el plan de Misaki es seguirlo todo ese
tiempo, le quedan tres días de aventuras incómodas. De solo pensarlo pudo sentir como toda
su mente se nublaba desesperada por escapar.
Sin embargo, hay cosas para sentirse feliz, una sucedió hace apenas un momento.
De camino a su habitación, pudo encontrarse con Sorata en la tienda de recuerdos del hotel.
Se sintió muy feliz cuando le dijo que se veía hermosa sin lentes.
Kanna se levantó del sofá y vio su rostro reflejado en la ventana. Trataba de arreglar su
cabello con la mano. Pero sin sus lentes resulta muy complicado.
Desistió de peinarse y tomó la bolsa de papel que ha cargado desde la tienda de regalos.
Sorata le compró un colgante para su celular y ha estado impaciente por verlo desde
entonces.
Quitó el empaque que lo cubría. Es un oso. Una edición limitada del «Oso Polar demoniaco de
Hokkaido». Busco su celular dentro de la canasta con ropa y se lo colocó de inmediato.
Siempre es muy estresante lograr insertar la correa en el pequeño agujero del celular.
Pareciera que es demasiado grande, pero le queda perfectamente.
Cuando tocó con sus dedos al pequeño osito, se balanceo de una manera muy adorable.
—¡Wow! —Kanna escuchó una voz a sus espaldas.
—No aparezcan así de la nada.
—Te veías muy entretenida.
—¿De qué hablas?
—Te ves de muy buen humor, ¿todo bien?
Tal como se lo dijeron, nunca se percató de su cara atontada de solo ver el colgante. Incluso
jugaba con sus pies en el aire.
—¡Pareces una chica enamorada admirando el regalo de su novio! ¡Despierta! ¡No eres esa
clase de chica! ¡Vuelve a casa!
—¡No sé de qué hablan! —Maldecía a Iori por dentro.
Sin embargo, cuando ella se disponía a atacarlo, se escuchó el timbre. Alguien vino a
visitarlos. Kanna se acomodó el yukata antes de ir a la puerta. Con mucho cuidado, fue
abriendo la puerta de par en par.
Había una persona muy familiar en el pasillo. Su vecina de Sakurasou…Departamento de
artes, tercer año y habitante del cuarto 202, Shiina Mashiro.
Su piel es tan blanca como las nubes en el cielo de Hokkaido. Un cuerpo muy fino y elegante.
Parecía tan frágil que cualquiera sentiría la necesidad de protegerla, emanaba un aura
acogedora. Pero, al mismo tiempo, puede sentir la mirada decidida y llena de resolución en
sus ojos.
Kanna siempre la ha considerado la persona más fría que ha conocido en su vida.
Aunque ya pasaron tres semanas desde que llegó a Sakurasou, cada vez que se encuentra
con esos ojos, sigue temiéndole.
Parece llevar algo en sus manos. Una prenda de color blanco. A juzgar por la forma… ¿eso
era un vestido?
—Kanna —Mashiro la hizo despertar de su trance.
—Oh, lo siento, espera un momento.
—¿Se encuentra Misaki?
—Por supuesto, entra. —Kanna abrió la puerta completamente para permitirle entrar a
Mashiro.
Caminaron juntas hasta la sala de estar, Misaki había terminado de conectar su consola a la
pantalla gigante y jugaba algún tipo de juego de peleas con Iori. ¿Dónde demonios
consiguieron eso?
—Misaki.
—Oh, Mashiron, has decidido venir.
—Si.
—¡Oh, olvidé mencionarlo, pero, quien pierda deberá quitarse la ropa, Iorin!
—¡Espero sea cierto! ¡Yahooo! ¿¡Es una prenda por derrota!?
¡KO! Gritaba el narrador. La segunda ronda terminó de inmediato.
—¡Hora de pagar, Iorin!
—Es mi primera vez, se amable conmigo…
—¡No te preocupes! ¡Hora de desnudarte, Iorin!
—Aquí voy…
Iori tomó con fuerza la faja de su yukata. Se disponía a quitarla de golpe, cuando, Kanna la
jaló del otro extremo para apretarla con fuerza a Iori hasta formar un nudo.
—¿Qué acabas de hacer?
—¿Sabes lo molesto que sería verte desnudo? Olvídalo, es imposible que lo entiendas.
—¡A diferencia de ti, yo si uso ropa interior! ¡Puedo quitarme el yukata y no verías nada! —Iori
volvió a tomar la faja y se quitó el yukata con facilidad. Les mostró orgullosamente las trusas
de osito que compró en la tienda de recuerdos.
—…
Le encantaría dedicarle un insulto por cada estrella en el cielo, pero hay algo que la dejó sin
palabras. Iori dio en el clavo, justamente Kanna no lleva nada de ropa interior debajo del
yukata. Se supone que es una Yukata… Además, tiene otro motivo. Quiere liberarse de todo
el estrés acumulado el día de hoy, por eso mismo al salir de bañarse decidió omitir la ropa
interior.
—¡Misaki-san, dame un poco de tiempo para practicar! —Iori se veía muy serio al agachar la
cabeza frente a Misaki. Nunca lo vio tan serio.
—¡Genial!
—¡Estupendo! ¡Hasta entonces no dejaré de adorar los pechos grandes! —Iori comenzó a
practicar como si fuera lo único importante. Sin embargo, parece un camino sinuoso al ver lo
malo que es jugando.
—Dime, ¿a qué has venido, Mashiron?
—Mañana, Sorata y Otaru.
—¡Una cita! ¡Me encanta!
—¿Crees que es la ropa indicada? —Estiró sus manos para mostrarle el vestido.
—¡Se ve muy lindo en ti, Mashiron!
—De acuerdo. —Mashiro se veía feliz.
—¡También necesitaras un sombrero! —Misaki busco dentro de la ropa de Kanna hasta
encontrar un sombrero y ponerlo en la cabeza de Mashiro.
Sin duda hacía juego con el vestido.
—Quiero pedirle un favor a Misaki.
—¿Qué podría hacer?
—Enséñame a maquillarme.
—¡Ok! —Comparada con Kanna, Misaki no se sorprendió en absoluto de la petición de
Mashiro y aceptó ayudarla de inmediato, —Bien, ven aquí, Mashiron.
Misaki tomó de la mano a Mashiro y la llevo hasta el jacuzzi. Sin duda es una suite real con
solo ver todas las habitaciones y su propio jacuzzi. Todo en esta habitación es muy elegante.
Resulta complicado entender porque invertir tanto en detalles.
Misaki preparaba a Mashiro para su cita de mañana…
Ella está haciendo un esfuerzo por verse hermosa para Sorata. Desde el punto de vista de
Kanna, Mashiro ya es una belleza sin usar maquillaje. Es tan hermosa que da miedo…
Aunque ya lo sea, si se trata de Sorata, buscara serlo aún más.
Un nudo en el corazón, es el sentimiento que todos tienen cuando se enamoran. No hay
manera de evitarlo, te hace sentir preocupación en cualquier momento.
Con solo ver a Mashiro entusiasmada mientras Misaki la ayuda con su cita, Kanna siente
como su corazón es aplastado. Siente celos y solamente puede apartar la mirada.
—¡Te venceré Misaki-san! —Iori sigue practicando para poder vencer a Misaki en el juego de
peleas.
Y Kanna, sin previo aviso, le apagó la consola.
—Oh, ¿qué haces? ¡Quieres destruir mi sueño, entonces te acabaré ahora mismo, maldita
plana!
—Lárgate de la habitación.
—¿Eh? ¿Por qué?
—Quiero dormir.
—¿Qué tiene que ver eso?
—No puedo dormir en la misma habitación que tú. Lárgate ahora mismo o llamaré a la policía.
—Kanna tomó su celular y fue presionando lentamente los números; 1,1,0…
—¿¡En serio llamaste a la policía!?
—Como imaginaba de ti, lo único bueno que tienes son los oídos.
—¡Es imposible pasar el examen de ingreso sin el oído perfecto!
—Genial, entonces sal de la habitación a menos que quieras que levante un reporte, basta
con presionar el botón de llamar.
—¡Entiendo, no necesitas llamar! ¿Acaso tienes el dedo sobre el botón?
—Si —Kanna estaba preparada a llamar en cualquier momento.
—Espera, un momento… Me iré… en verdad lo haré. ¡Maldita sea! Nunca olvidaré esto…
—Como tú digas.
Iori salió de la habitación justo cuando comenzaban a formarse lágrimas en sus ojos. Nunca
apartó su mirada del dedo de Kanna… Justo cuando Iori se fue, Kanna sintió paz en el
ambiente.
Mashiro sigue aprendiendo a maquillarse en el tocador con Misaki. Kanna no sentía interés
alguno en ver todo el proceso y se encaminó a su habitación.
Se recostó sobre la cama y enterró su cara en la almohada. Iori podría considerar lo de hace
un momento como un mero berrinche, pero para ella era un duro golpe mental, nunca esperó
que le afectara tanto.
Lo trató terriblemente, le gustaría poder ser más amable mañana. No dejó de pensar en eso
hasta cerrar sus ojos y gracias al cansancio de este día, pudo quedarse dormida.
Parte 5
Kanna despertó en su segundo día en Hokkaido con dificultades para respirar debido a que
Misaki estaba encima de ella abrazándola. Sus pechos son muy suaves, huele muy bien y no
sabe por qué escucha los gritos de Iori si ni siquiera está aquí. Si pudiera elegir, a Kanna le
hubiese encantado nacer con un físico y personalidad como Misaki.
Pidieron el desayuno a la habitación, después fue por Iori a la habitación de Sorata, una vez
reunidos, Misaki los metió a todos de nuevo en el auto.
Visitaron una cervecería.
Los estudiantes de tercer año asistieron a una fábrica de yogurts, ellos también quisieron
acompañarlos, pero a falta de reservación no pudieron entrar.
Kanna, Iori y Misaki se quedaron sin otra opción que ver cerveza embotellada. Es una fábrica
muy popular, han visto a varios grupos de visitantes desde la mañana. La mayoría adultos. Al
final del recorrido entendieron el motivo de su popularidad. Es posible degustar cerveza.
Los menores de edad, Kanna e Iori, tuvieron la opción de tomar jugo. Tras la degustación, el
tour llego a su fin.
—¿¡Están listos!? ¡A Otaru!
Tras su visita a la cervecería, Kanna y compañía viajaron a Otaru en auto. La carretera junto a
la playa tiene una excelente vista. De esa manera, con las extrañas canciones de Misaki y
contemplando la costa, llegaron a Otaru. Solo tardaron una hora.
Estacionaron el auto en el hotel e hicieron el check-in. Reservaron el pent-house. Es una
habitación gigante y lujosa. Ya eran las una de la tarde. Desde su habitación pueden ver llegar
los autobuses de Suimei. Uno por uno, fueron entrando al hotel con su equipaje. Entre la
multitud lograron distinguir a cierta chica. Mashiro.
Ella se los contó ayer, hoy tendría su cita con Sorata en Otaru. Nunca dijo que sería una cita,
pero era bastante evidente.
—…—Kanna sacudió su cabeza en un esfuerzo por no sobre pensarlo.
—Kouhai-kun y el resto tienen la tarde libre, lo mismo para nosotros. —Misaki tiene en sus
manos un libro similar al de los profesores con el itinerario de los estudiantes, es mejor no
averiguar cómo lo consiguió.
—De acuerdo.
Misaki le entregó una guía de turistas a Kanna e Iori. Incluía todos los atractivos de Otaru.
—¡Rompan filas! —Misaki salió corriendo de la habitación.
—¡Quiero comer cangrejo! —Iori siguió a su estómago.
Algo le preocupaba a Kanna, por eso tiene pensado ir a cierto sitió. Bajo al lobby en el
elevador. Revisó sus alrededores. No veía por ninguna parte su objetivo. Es probable que los
estudiantes de Suimei decidieran descansar un momento en sus habitaciones tras
desempacar.
Kanna se ocultó detrás de un pilar para que nadie la descubriera si bajaban por el elevador.
El primer grupo de estudiantes bajo tras cinco minutos, de ahí fue una cascada de estudiantes
saliendo de los ascensores. Pasaron otros cinco minutos hasta que su objetivo apareció.
No entablaría conversación con Sorata. Este no esperó a nadie en el lobby y salió sin retrasos
del hotel. Ella pensó que seguramente se encontraría con Mashiro en el lobby, al parecer se
equivocó.
Kanna lo siguió, siempre guardando una distancia de diez metros.
Sorata no miraba hacia atrás, estaba muy distraído viendo las tiendas y otros atractivos. No
paso mucho tiempo hasta llegar a la estación de Otaru. Kanna evitó acercarse y se escondió
detrás de un auto estacionado.
Sorata se detuvo en la entrada. Parece revisar la hora en su celular. Según el reloj de la
estación, son las dos en punto. Su plan era encontrarse con Mashiro en la estación. Perfecto
para iniciar una cita.
Su cita sería a las 2 en punto.
Kanna miró en dirección a la calle del hotel, Mashiro debería aparecer en cualquier momento.
Pero, no parece ser el caso. Es fácil identificarla, en cuanto aparezca será como si un hada
caminará por las calles de Otaru.
Esperó cinco minutos más, era como si Mashiro no fuese a llegar. Pasaron 15 minutos, sin
darse cuenta pronto pasarían 20 minutos desde que llegaron.
Sorata nunca se mostró molesto por esperarla, solamente revisaba su celular de vez en
cuando y a veces parecía hacer llamadas.
Kanna bajó la guardia y a los treinta minutos de espera, alguien la tomó por el hombro.
—¡Te atrapé!
Kanna gritó asustada y dio la vuelta para averiguar de quien se trataba, —¿Por qué lo hiciste?
—¡Quería confirmar si eras una chica! ¿Te sientes enferma?
—¿Estás mal de los ojos? ¡Obviamente soy una chica!
—Bueno, ¿qué se supone que haces?
—Verás… —Kanna miró a Sorata y este sorpresivamente la vio a los ojos cuando volteó.
Sujetó la mano de Iori y lo obligó a agacharse.
—¡Ahhh! ¡Me secuestran, ayuda! ¡Hmmm!
Kanna se apresuró en taparle la boca con ambas manos para silenciarlo, —¡Cállate!
—¿¡Hmmm!?
Dio un vistazo para averiguar si Sorata los vio. Parece que no corren peligro. Dejó de mirar
hacía su dirección. De hecho, está mirando hacia la calle del hotel.
Mashiro seguramente se aproximaba por esa calle. Cuando apareció, Kanna se quedó sin
palabras. Un vestido blanco, un enorme sombreroque tomó prestado de Misaki. Cuando vio a
Sorata, fue corriendo con todo y sandalias.
—Oh, Sorata-senpai y Shiina-senpai. —Iori se asomó por una de las ventanas del auto, —Hay
algo diferente en Shiina-senpai, ¿no lo crees? ¿Cuál es la manera correcta de describirla?
Podría ser un hada, un ángel o una diosa. —Iori quedó sorprendido por su apariencia.
Sin duda Mashiro lucía hermosa con su nuevo estilo de maquillaje. Ninguno puede escuchar
la conversación de Mashiro y Sorata, pero este se ve sorprendido por la apariencia de
Mashiro.
Le cuesta trabajo mirarla a los ojos. Desde su posición pueden ver el rostro avergonzado de
Sorata.
Una vez juntos, caminaron uno a lado del otro por la calle. Bueno, Mashiro va un poco por
detrás. Sin duda parecen una nueva pareja con problemas para adaptarse.
—Bien, ¿ahora qué haremos? —Iori preguntó a Kanna.
Incluso Kanna se preguntaba qué puede hacer a continuación. Esto no es algo normal.
¿Debería regresar al hotel? Es una posibilidad, pero su mente y corazón no quieren hacerlo.
Todo lo contrario, Kanna decidió seguir el rastro de sus Senpai y no perderse ningún detalle.
—¿¡Me estás ignorando!? ¡Espera!
—¡No me sigas!
Sorata y Mashiro partieron de su punto de encuentro en la estación Otaru, se dirigieron al
famoso canal de Otaru, un sitio turístico importante. Hay muchos turistas caminando por el
sitio.
Sorata se sentó en una banquita admirando a Mashiro mientras dibujaba en su cuaderno.
Kanna se sentó en otra banca alejada para evitar ser descubierta. Se aseguró de no perderlo
de vista, era muy fácil perderlo entre tantos turistas.
—¿Quieres explicarme por qué los sigues?
—¿Tu por qué me sigues?
—Pues, veras… —Iori desvió su mirada evadiendo su pregunta.
—¿Entonces?
—Por algún motivo me interesa ver la cita de Sorata-senpai. ¿Es raro? Quiero aprender qué
hacer en caso de tener una cita.
—No te preocupes por eso.
—Te entiendo, seguramente sabré que hacer gracias al poder del amor.
—No es necesario preocuparte si nunca vas a tener una cita.
—¡No digas cosas tan aterradoras!
—Ya deja de gritar.
Iori obedeció y tembló al escuchar esa posible maldición, “Ah~ como la deseo…”, —Ahora
mismo se encuentra jugando en el piso del parque.
—Te enseñaré a callarte por las malas.
—¿Qué hice?
—Cállate e imagina que tocas el piano, eres muy atractivo, seguramente una chica estúpida
se fije en ti.
—Amo los pechos.
—¡No se supone que digas eso!
—¡Oye~! Senpai también lo admitió.
—Solo un momento, quédate callado, —Kanna le cerró la boca con la mano.
Iori empezó a perder el conocimiento por la falta de aire y por accidente, tocó los pechos de
Kanna.
—¡I-Idiota! ¡No me toques!
—Ah~ Parece que se dirigen a otra parte. —Iori señaló al verlos a la distancia justo cuando
Kanna lo soltó.
—¿A dónde se dirigen?
—¿Qué acaso tienes una placa de metal en el pecho?
—¿De qué hablas?
—Hasta el piano tiene más curvas.
—Te mataré. —Kanna golpeó a Iori en la entrepierna, este cayó de rodillas ante ella del dolor.
—¡Gyaaaaaaa! —Un grito desgarrador de su alma recorrió el canal.
Sorata y Mashiro caminaron por la orilla del canal, se dirigían al norte. Kanna los siguió
conservando su distancia. Por detrás, la seguía Iori encorvado.
—¿Has pensado que a la gente no le gusta seguir con una persona que lo golpea? —Protestó
con la mano sobre su entrepierna.
—Sé que es malo y seguramente duela, pero no me interesa.
—Ok, pero eso no te da derecho a golpearme… Agh, duele mucho, debes hacerte
responsable.
—¿Acaso quieres una cita conmigo?
—Oh, no. Nunca dije algo como eso. Quiero decir que serás la culpable si no tengo
descendientes. ¿Entiendes?
Al verse demorada por su disputa con Iori, decidió abandonarlo.
Sorata y Mashiro se han detenido. Sigue sin poder escuchar su conversación por la distancia.
Pero es muy fácil leer la atmosfera. No siente peligro, pero es una situación extraña la que
hay entre esos dos.
—¿Se pelearon?
Iori pudo darse cuenta de la situación, puede que sea algo grave. Kanna nunca imaginó ver
una escena así, es muy difícil para su mente ver a Mashiro así. Eso ha hecho latir su corazón
con esperanza.
Sorata y Mashiro siguen su camino, pero la comunicación entre ellos no ha mejorado.
Tras el incidente ambos entraron a una cristalería, comieron baumkuchen en una dulcería, y
miraron una cajita musical y visitaron una tienda de velas.
Era evidente que había un problema entre ellos. Mashiro olvidó su cuaderno en la tienda de
recuerdos. Como Sorata y Mashiro no se dieron cuenta, Kanna recogió el libro por ellos. Lo ha
estado cargando por un rato.
Ha sido una situación incómoda durante toda su cita. Sin importar lo que hagan, ambos se
ven muy deprimidos. Al menos Kanna podía apreciarlo.
¿Cómo es posible que Sorata no se sienta satisfecho con una belleza como Mashiro? Es
difícil imaginarlo. Kanna no entiende donde se encuentran los sentimientos de Sorata.
—Debes pedir perdón.
—¿Yo?
—Incluso yo como un pervertido creo que es demasiado espiar a una persona en su cita todo
el día.
—¿Quieres otra patada?
—¡No! —Iori se tapó de inmediato y salió corriendo.
Kanna siguió a Mashiro y Sorata hasta el hotel…
Parte 6
En el instante que Kanna entró al lobby, escuchó los gritos de Sorata.
—¡Todo es tu culpa por decir esas cosas extrañas! —Sorata estaba en medio del lobby de
cara a Mashiro. Era visible la tensión entre esos dos.
Todo el lugar quedó en silencio. Pareciera que él mismo se dio cuenta de su frustración, —No
estoy molesto… —murmuraba algo inaudible a la distancia. Sin embargo, eso no ocultaba la
amargura en su voz.
—Estas molesto, eres un mentiroso… —No logró convencer a Mashiro.
—Tu eres quien no ha estado feliz durante nuestra cita.
—Por culpa de Sorata.
—¿Qué?
—¡Ni siquiera me dijiste nada lindo por mi ropa! —La voz al borde del llanto de Mashiro
resonó por todo el lobby. Suficiente para hipnotizar a todas las personas en el lugar y hacerlos
mirar en su dirección. Todo mundo en el lobby era testigo de su pelea. Nadie se perdería lo
que sucedería entre estos dos.
—¿Qué sucede?
—¿Están peleando?
—¿No es esa Shiina-san? ¿Son novios?
Todo tipo de rumores y murmullos inundaron el lugar.
No solamente son otros alumnos de Suimei quienes miran con curiosidad, también se han
acercado algunos turistas sin saber cómo reaccionar. La chica de la recepción pareciera tener
una disputa interna tratando de decidirse si lo mejor es detenerlos.
—¡Ya no quiero saber nada de Sorata! —Mashiro arrojó su sombrero contra Sorata y salió
corriendo hacía el ascensor. De entre la multitud apareció Shiho, la amiga de Mashiro, quien
recogió el sombrero. Miró seriamente por un momento a Sorata, y salió en busca de Mashiro.
—¡Maldición! —Sorata dio un pisotón como muestra de su frustración. No esperó más y se fue
caminando por las escaleras de servicio.
Cuando desapareció la pareja, todos en el lobby comenzaron a hablar de lo sucedido. Era
imposible callarlos. Tampoco pasó mucho tiempo antes de que Sorata apareciera de nuevo en
el lobby.
No se detuvo ante las miradas de los curiosos, sin mirar atrás salió corriendo por la entrada
principal. Kanna salió detrás de él.
—¡O-Oye!
Tampoco presto atención al grito de Iori.
Fue detrás de Sorata, lo siguió por toda la avenida Otoru. Sin embargo, cuando perdió su
rastro fue complicado poder encontrarlo.
Pensaba rendirse y regresar al primer lugar donde lo vio con Mashiro, a la orilla del canal.
Para su suerte, Sorata estaba sentado en una banquita. Se acercó a él lentamente. Sorata
nunca se percató de Kanna por pasársela mirando al suelo derrotado.
—Sorata-senpai.
Finalmente, volteó a verla, —Vaya coincidencia encontrarte en este lugar, Kanna-san.
—No es ninguna coincidencia.
—¿Eh?
—Vi la pelea de Sorata-senpai y Mashiro-senpai en el lobby.
—Oh, lo siento…no quería preocuparte. —Era muy extraño ver a Sorata con un rostro tan
triste.
—No te preocupes por eso…quería devolverte esto. —Con un sentimiento amargo, Kanna le
entregó el cuaderno de Mashiro.
—Ah, —Sorata se sorprendió al tenerlo en sus manos, —¡He estado buscándolo por todas
partes!
—Por eso vine a dártelo.
—Te agradezco mucho por buscarlo, Kanna-san.
—Ese no fue lo que pasó…—Kanna prefirió evitar el contacto visual cuando le entregó el
cuaderno, —Llegamos a Otaru mucho antes que Sorata-senpai… Por accidente los vimos a
ustedes dos…
Pareciera que Sorata comprendió de inmediato la confesión de Kanna.
—Fue pura casualidad que visitáramos los mismos lugares, entonces me di cuenta cuando
Mashiro-senpai olvidó su cuaderno en la tienda de regalos.
Ella sabe que es una excusa absurda. Tampoco tiene muy claro qué evitar contarle. Pero, con
solo estar frente a Sorata, sus labios la han delatado. ¿Será qué Sorata tiene el poder para
hacerle decir la verdad?
—Oye, con haberme llamado pudiste evitarme el correr por todo Otaru.
—No tengo el número ni el correo de Sorata-senpai.
—Oh, qué problema. —Sorata se rascó la cabeza, —déjame dártelos, —con ese gesto,
Sorata sacó su celular.
—Claro. —Kanna quería saltar de la emoción, pero logró suprimir sus emociones, se limitó a
sacar el celular en su bolsillo. Pero, no quería sacar su celular, Sorata se daría cuenta del
adorno que él mismo le regaló ayer y que Kanna no esperó para ponérselo tan pronto llegó a
la habitación.
—¿Lo olvidaste en el hotel?
—N-No…este…
—Ah~ ¿No quieres darle tu número a un chico?
—Tampoco es eso. Comparado con otros chicos, Sorata-senpai es en quien más confió. —
Tratando de explicarle, Kanna seguía debatiendo si sacarlo o no, al final se rindió y le dio su
celular a Sorata, —Agh… No me quedan excusas.
El colgante de Oso polar demoniaco resaltaba.
—No tardaste mucho en ponérselo.
—¿H-Hay algún problema? —Trató de actuar desinteresada, aunque en verdad tuviera miedo.
—Ninguno, entre más rápido mejor. —Sorata se veía feliz por descubrir que le gustó su
regalo. Nunca estuvo muy seguro de si le gustaría.
Sorata terminó de registrar su número y le devolvió el celular a Kanna, esta se sonrojó
ligeramente. Lo primero que hizo con su celular de vuelta, fue cambiar el nombre de contacto;
de Kanda Sorata a Sorata-senpai.
Kanna se sintió nerviosa cuando le dijo su número y correo a su Senpai. Su corazón palpitaba
como loco. Pero, al ver el contacto “Sorata-senpai” en su celular, sintió como si su cuerpo
flotara de éxtasis.
—¿P-Puedo sentarme a tu lado?
—Por supuesto.
—Con tu permiso. —Kanna se sentó elegantemente y miró a la superficie del canal, —Sorata-
senpai.
—¿Hmm?
—¿Es amor no dejar de mirar a una persona? —Sus palabras surgieron con naturaleza.
—Supongo. —A Sorata no le sorprendió nada su pregunta.
—¿Es normal pensar en esa persona incluso antes de irme a dormir?
—Claro.
Ella nunca dejó de mirar a Sorata desde que se sentó a su lado. Sin embargo, Sorata no le
prestó atención y seguía mirando hacia el canal, por lo que Kanna creyó que sentían cosas
diferentes. Sorata aparentaba mirar al canal, pero su mente no estaba interesada en ese
lugar.
Sin duda pensaba en Mashiro y Nanami.
Por eso Kanna solamente puede hacer preguntas sin esperar otra cosa.
—¿Tu piensas en esa persona todas las noches antes de dormir?
—Ah…
Sorata corrigió su postura y aclaró su garganta. Decidió contarle una cosa importante a
Kanna, —Aun cuando peleas con esa persona, aun cuando te molestas con esa persona, aun
cuando pienses no querer volver a verla jamás, y no quieres hablar con ella al respecto,
siempre tendrás ideas alrededor de esa persona, eso es amor, —tomó un respiro.
—Sorata-senpai, ¿esa «persona» es Shiina-senpai?
—…
—¿O Aoyama-senpai?
—…
Sorata no respondió a ninguna de sus preguntas. Eso es porque lo correcto es no hacerlo.
Incluso a Kanna le preocupaba saber cómo reaccionaría ella misma de conocer la respuesta.
—Hay cosas que no me gustan, —Sin esperar su respuesta, Kanna cambio el tema.
—Ya veo.
—No podría perdonar a un chico con el que pelee tan fácilmente, me tomaría mucho tiempo.
Tampoco me gustaría hablar con una persona que me haga enloquecer.
—Es complicado.
—No me agradan las personas que me hieren.
—…
—Sentí mucha envidia cuando me contaste todo eso.
—¿Envidia?
—Aunque pelen o se molesten uno con el otro, te sigue gustando esa persona, lo considero
algo extraordinario.
—¿Eso crees?
—Es un poco hipócrita.
—Podría ser. —Sorata sonrió avergonzado.
—Igual considero que sin importar si esa persona es buena o mala, es afortunada por recibir
el amor de Sorata-senpai.
Kanna lo decía honestamente desde el fondo de su corazón. Lo decepcionante era el evidente
futuro que no compartiría con él…
No puede seguir mucho más tiempo en este lugar. Su corazón lo grita desesperadamente.
Kanna quiere escucharlo. Quiere huir de todas las cosas que la hieren…
—Bueno, regresaré al hotel…
—¿Quieres qué te acompañe?
—No, estaré bien, es una ciudad tranquila.
—Ten cuidado.
—Claro. —Kanna se levantó de la banca y estiró su espalda. Le gustaría volver para pensar
las cosas adecuadamente.
Subió los escalones que conducían del canal a la calle principal…Ahí se separó de Sorata.
Aunque mirara atrás, no podría ver la silueta de su Senpai.
Pensó en deambular un rato por las calles de Otaru, sumergirse en la noche y sus
sentimientos. Alzó la mirada y miró al frente.
—¿¡Qué!? —Descubrió a Iori con extraño aspecto escondido detrás del farol, —¿Nunca te
cansas de espiar a las mujeres en el baño y en las calles?
—Di lo que quieras, pero ya es demasiado tarde y está oscuro, si algo te sucediera, no podría
siquiera dormir.
—¿Crees que soy una niña estúpida? Tu eres mucho más infantil que yo.
—Aunque ya no seas una niña pequeña, sigues siendo una chica.
—…
—¿Dije algo malo?
—Me sorprendió que dijeras algo brillante.
—¡Oh, oye, espera!
—No grites, no quiero llamar la atención.
—¿Llevas ropa interior puesta? —Iori desvió la mirada para no causar un malentendido.
—Dije que no llamaras la atención.
—Oh…
—Sabes… incluso siento ganas de quitarme la ropa interior ahora… —Kanna parece no darse
cuenta del impacto de sus palabras.
—Oye, tranquilízate, eso demasiado incluso para una pervertida, no puedes quitártela aquí.
—Entonces tu elige el lugar.
Iori no lograba comprender nada.
—Ya veo —Iori se recargó en el poste, parecía haber descubierto un crimen, se veía muy
elegante en esa pose.
—¿De qué hablas?
—¿Te gusta Sorata-senpai?
—¡Tsu-!
—…
—¿¡D-De qué demonios hablas!? ¡Maldito! N-No metas a S-Sorata-senpai…
—Sorata-senpai… vaya, es un poco extraño, pero es un chico muy amable, una gran persona,
te entiendo~ —Iori parece haber encontrado un punto, por lo que repitió sus propias palabras
mientras buscaba su conclusión, —Entiendo muy bien ese sentimiento…
Iori conocía el secreto de Kanna, pero nunca lo ha visto por sí mismo. Si compararan su
novela con su propia vida, sería complicado encontrar una diferencia. Kanna siempre ha
creído que moriría de vergüenza si lo descubrieran. Sorata es el único que lo ha aceptado.
Sorata es la única persona que la comprende.
—¿Qué pasa?
—Mi error fue nacer un año antes.
—Si eso crees, ¿tienes la confianza para vencer a Shiina-senpai y Aoyama-senpai?
No se trata de ganar o perder. No es como si participara en un juego. Solamente tiene un
sentimiento incómodo y doloroso al pensar que debe decidirse. Ni siquiera puede arrepentirse
sin haber tomado una decisión antes. Es muy triste que Sorata no la viera como una elección.
Ella solamente es una observadora, y los observadores no son parte del juego…
—De haber nacido antes, no tendría por qué hablarte…
—Por supuesto, seguramente hubieses crecido un poco más… —Iori miró el pecho de Kanna.
Kanna se acercó hasta él sin decir nada, —¿Puedes cerrar los ojos un momento?
—¿Qué?
—Solo ciérralos.
—¿Qué piensas hacer?
—Algo bueno.
—¡Ok, los cerrare! —Iori cerró sus ojos. En ese momento, Kanna lo pateó con todas sus
fuerzas.
—¡Gyaaa! —Iori cayó al piso adolorido. Lo único que pudo ver al abrir los ojos, fue a Kanna
caminar rumbo al hotel. —¡Oye, espera un momento! —Iori recupero sus fuerzas para
perseguirla, —¿Cómo te atreves a hacer algo tan horrible? ¿Eres una persona salvaje que no
comprende el dolor de la gente?
—Oye…
—¿Qué?
—Te quiero a tres metros de distancia. —Su mirada penetrante hizo retroceder a Iori.
Kanna siguió caminando rumbo al hotel al ver el efecto de su mirada sobre Iori. Iori respetó su
petición y caminó a la distancia.
Tras caminar un rato, Kanna se detuvo.
—Oye…
—¿Qué sucede?
—No olvides la regla de los 3 metros.
—¡No me he acercado!
—Tampoco quiero que te alejes más de 5 metros.
—…
—Ya está muy oscuro.
Iori se acercó un poco para cumplir sus reglas, —¿Así está bien?
La distancia exacta entre los dos era de 4 metros.
—…
Kanna volvió a caminar sin decirle nada a Iori. Iori procuró mantener la distancia de 4 metros.
Él es mucho más alto que Kanna, sus pasos siempre mantienen un ritmo peculiar. Kanna
sentía mucha tranquilidad al escuchar sus pasos, poco a poco eso fue calmando su corazón,
olvidó su malestar y sintió paz.
—Oye.
Kanna se detuvo al escuchar que Iori la llamaba, —¿Qué sucede?
—¿Qué te parece ese lugar? —Iori apunto a un callejón. No se veía un lugar transitado y tenía
poca luz.
—¿De qué hablas? —Kanna no entendió sus intenciones.
El rostro de Iori cambio drásticamente, se veía muy serio, —Quiero que te quites la ropa
interior. —Lo dijo sin titubear.
Kanna se sorprendió muchísimo al punto de dejarla sin palabras. Se preguntó por qué Iori es
tan estúpido. ¿Cómo es posible que naciera un ser tan idiota?
—¿Podrías darme un momento? —Dijo Kanna asustada.
—Oh, ok, ¿por qué no te las quitas rápido? N-No te sientas nerviosa.
—Es demasiado vergonzoso, cierra los ojos.
—No puedo verte bien por la oscuridad.
—¡Por favor!
—¡Vamos, no te pongas terca! —Iori estaba excitado, cerró los ojos solo para complacerla.
Kanna se fue acercando a Iori. Y aprovechando que este quedo indefenso…
—¡AAAHHHHH!
Kanna lo pateó con toda su fuerza, ese golpe lo dejo débil, la oportunidad perfecta para
golpearlo más fuerte.
—¡AAAAAAAHHHHHHHHH!
Los gritos de Iori perforaron la noche de Hokkaido.
Capítulo 2:
La torpe manera de amar de Hase Kanna.
Parte 1.
—Lo siento, hay una chica que me gusta.
Hase Kanna escuchó como alguien rechazaba a una chica cuando terminó de limpiar e iba de
camino a su salón. Su recorrido la hacía pasar cerca del gimnasio… Ahí pudo ver a una
pareja cerca del bebedero que ella frecuenta todas las mañanas.
El chico es Himemiya Iori. Vive en el mismo dormitorio que Kanna, son estudiantes
problemáticos de Sakurasou… ahí mandan a todos los estudiantes problema de Suimei.
De primera intención pensó en ignorarlos. No es bueno meterse en asuntos de pareja. Pero,
cuando descubrió que el chico era Iori, las piernas de Kanna se detuvieron de inmediato, su
única opción fue esconderse detrás de un pilar que sostiene el puente entre dos de los
edificios escolares. Se esforzó por contener la respiración para no hacer ningún ruido.
Kanna reconoció a la chica frente a Iori. Es una estudiante de primer año, dos años menor
que Iori. Es parte de la facultad de gastronomía. Su nombre es Hiyoshi Mikako. Nunca la
había visto en persona, pero, ha escuchado rumores de los chicos en la misma clase, suelen
decir cosas como «El delantal resalta su cuerpo» y «Es la chica de mis sueños». Aunque no la
conociera directamente, en una ocasión vio la comida que preparó para la clase de Iori. Ahí
conoció su nombre.
—Ya veo…supongo que eso es todo…, —Mikako se desmoronó por un momento, pero, de
inmediato levantó su mirada esperando que cambiara de decisión al verla decidida. —
¿Entonces no saldrías conmigo? —Apretó su pecho con ambas manos, estas nunca dejaron
de temblar.
—Lo siento. —Iori se disculpó por no responder de la misma manera a sus sentimientos.
Kanna sintió un dolor agudo en su pecho al ver la escena. Quisiera saber por qué siente ese
dolor.
—¿Puedo preguntarte algo?
—¿Qué es?
— ¿La persona que le gusta a Himemiya-senpai es su compañera de dormitorio, Hase-
senpai?
—¿Eh? —Iori nunca esperó esa pregunta, lo tomó por sorpresa. Kanna no estaba en posición
de decir algo, de lo contrario, se delataría. Se ha tapado la boca con ambas manos para evitar
hacer ruido. Su corazón latía con violencia. Nunca creyó escuchar su nombre en tal
circunstancia.
—Espera~ ¿cómo sabes eso? —Iori se veía acorralado, necesitaba averiguar el origen de su
pregunta. Su pregunta fue una afirmación a la de Mikako.
—Siempre los veo juntos, parecen ser muy cercanos.
Kanna nunca creyó que los demás los vieran de esa forma.
—¿Han salido juntos? —Mikako es insistente, quiere saber la verdad.
Iori rio antes de responderle, —Me le he confesado dos veces, y siempre he sido rechazado,
—respondió con la verdad.
—Pero… ¿la sigues queriendo?
—Si, ella me gusta.
Kanna se encogió de hombros al escuchar toda su conversación. Quisiera huir del lugar y
refugiarse en el edificio más cercano, pero sería peor si la descubrieran.
—Te agradezco por responder honestamente y tratarme con respeto.
Iori no está muy seguro de cómo responder a ella, su cara ahora mismo refleja esa confusión,
pareciera una sonrisa falsa.
—Lo siento…
—No puedo apoyar a mi Senpai, pero, espero tengas suerte, —aguantando las ganas de
llorar, Mikako salió corriendo en dirección al jardín floral.
Iori se rascó la cabeza. Se sentía apenado por no responder a sus sentimientos.
Kanna se sentía incomoda al saber que ella es el motivo del corazón roto de aquella cita. Lo
mejor es irse del lugar antes de que sus sentimientos la traicionen. Si dejara que él la viera,
todo se complicaría.
Tras pensar en lo sucedido, se puso de pie con la espalda pegada al pilar. Metió su mano en
el bolsillo de su blazer y lo apretó con fuerza, incluso golpeó el pilar.
—Mierda.
Sintió como una fuerza invisible la hizo agacharse, y grito del susto. Ha sido descubierta.
Sin embargo, ahora se enfrenta a un problema mayor. Su visión se vuelve oscura. Tiene
miedo, a pesar de eso, miró hacia arriba, Iori la miraba con curiosidad.
—¿Qué haces aquí?
—Terminé de limpiar el patio e iba de regreso a mi clase. —se puso de pie y trató de
disimular. Pero le era imposible mirarlo a los ojos. Haberlo escuchado decir que seguía
queriéndola, fue algo que sacudió el corazón de Kanna.
—Vaya, te entiendo. —Iori caminó hasta la entrada del edificio sin mostrar interés por
averiguar los motivos de Kanna para esconderse detrás del pilar.
Eso solo la preocupaba más. Ella corrió de inmediato hasta estar a su lado. Caminaron juntos
hasta el primer piso.
—…
—…
Aunque Kanna caminaba a su lado, Iori nunca dijo nada. Ella fue la primera en romper el
silencio.
—¿Por qué la rechazaste? —directo a su corazón.
—¿Hmm? —Iori hizo una cara complicada que Kanna no comprendía. Parece un niño
pequeño nervioso. Se ve mucho más joven de lo que parece.
—Escuché la confesión.
—¿¡Qué!? ¿Escuchaste todo? —la miró por un instante, pero no parecía quejarse.
—Esa chica, era Hiyoshi de primer año.
—¿Cómo sabes?
—… —Se quedo boquiabierta, ni siquiera podía explicar cómo es que conocía el nombre de
aquella chica. Dejó a Iori con la incógnita, aunque tampoco pareciera que le interesara
saberlo. Iori ha mantenido su vista al frente en todo momento.
—Hiciste algo muy estúpido. —Antes de que le preguntara alguna otra cosa, Kanna decidió
tomar la iniciativa.
—¿Qué?
—Ella…a diferencia de cierta chica, es muy adorable.
—Claro, es bastante linda.
—A diferencia de cierta chica, tiene una personalidad encantadora.
—Ha preparado dulces para nuestro club en algunas ocasiones. —En realidad era porque le
gustaba Iori.
—A diferencia de cierta chica, tiene estilo.
—Me hubiera gustado tocarle el pecho una vez. —Aunque su ropa lo disimulaba, sus pechos
eran enormes. Iori no la pasaría desapercibido.
—A diferencia de cierta chica…
—¿Oye? ¿Qué te traes hoy? Te has estado comportado como una verdadera plaga. No te
metas en mis asuntos.
Desde el punto de vista de Kanna, Iori era muy evasivo. Posiblemente sus preguntas fueron
demasiado molestas para él. Ahora se arrepiente de hacerlas. Kanna siempre ha tratado igual
a Iori.
—Me gustaría poder acompañarte.
—¿Por qué?
—Dijiste que puedo estar contigo todos los días.
—Una vez cada dos días, —Kanna respondió con seriedad, —El mes pasado se te declararon
dos chicas, a ambas las rechazaste.
—¿¡Cómo sabes eso!? Maldita sea, ¿también estuviste espiando?
—No vi nada, tampoco creas que me la paso siguiéndote, Kanda-san me lo conto.
Kanda Yuuko es una compañera de clases de Kanna, quien a su vez es residente de
Sakurasou. También es la hermana menor de Kanda Sorata…quien apenas se graduó de
Suimei.
—Maldición, creí que lo mantendría en secreto.
—No existen secretos entre Kanda-san y yo, ella siempre me cuenta cosas antes de dormir.
Obviamente su relación no es bilateral, Kanna nunca le ha contado todo a Yuuko. Un ejemplo,
sus verdaderos sentimientos…
—Bueno, tampoco es que me moleste.
—Eres muy popular.
—¿No es eso una maldición?
—No, sin duda no lo es.
—Tu cara da miedo.
—Siempre tengo la misma cara. —Kanna decidió dejar atrás a Iori y aceleró su paso. Sin
embargo, Iori es alto y con apenas unos pasos logró alcanzarla, —Eres muy popular,
consigue una chica linda y sal con ella.
—Si eso quieres, ¿por qué no aceptas mis invitaciones?
—No me gustas.
—Vaya… ¿tanto asco te doy?
—Cuando estamos los dos juntos… —Kanna murmuró…
—¿Cuándo estoy contigo…? —Iori quería animarla a decirlo.
—Siempre pienso en lo idiota que eres… —para evitar caer en su trampa, decidió mentir.
—Tu eres la idiota, ¡solamente dices que soy un idiota! —Iori cayó en la trampa de Kanna y
luchó en defensa de sus insultos.
—Eso eres, un completo idiota.
—Tu eres la idiota, por pasártela diciendo idiota.
—¡Oh! —Iori seguía gritando, pero Kanna no le prestaba más atención. Ella pensaba en las
verdaderas palabras que quisiera contarle; cuando estamos juntos, sueles quitarme el mal
humor.
Esa era la única verdad. Iori es un chico alegre capaz de transmitir esa emoción a quien sea
que lo rodea. Sin embargo, es muy descuidado. En su carrera musical, se ha enfrentado a
muchos obstáculos. Hace dos años vivió una experiencia traumática para su carrera cuando
se rompió la mano, desde niño ha practicado muy duro para ser pianista. Esa lesión ha
quedado atrás. Ahí descubrió que, aunque quisiera dejar el piano y la música, eso era
imposible.
A pesar de su herida, Iori se levantó y decidió afrontar al piano y a la música. Esa seguridad
en sí mismo, es la clave de su personalidad tan descuidada.
Aunque Iori diga que no es la gran cosa, para ella es algo asombroso. Incluso en una
situación tan complicada, Iori encontró el coraje para salir adelante.
Kanna cree que ha madurado desde entonces y eso se refleja en su rostro. Desapareció su
espina encorvada que tenía cuando lo conoció. Cuando caminan juntos, ella debe alzar la
mirada para poder verlo a los ojos.
Debido a esa diferencia de estatura, aunque se parara de puntas no podría besarlo. Aunque
Kanna no creía necesario preocuparse por eso…Sin embargo, entiende por qué las chicas se
fijan en Iori.
Es amable y alto, además de que se toma muy en serio la música. Su risa es como la de un
niño inocente, a pesar de haber sufrido experiencias amargas. Siempre abre la boca para
decir cosas estúpidas, pero es normal cuando un chico se fija en una chica. ¿Ella cómo se
vería a su lado?
Kanna miró su reflejo en la ventana, es solamente una chica sobria con lentes. Su cabello es
demasiado tupido y su rostro no es nada amable. No encaja con lo que un chico busca. Iori
suele decir que es bastante plana. Ella esperaba que crecieran para su graduación, pero el
último examen físico no fue demasiado alentador. Creía que nunca conseguiría el encanto de
las demás chicas.
—…
Para empezar, las chicas ideales de Iori tiene los pechos grandes. Hiyoshi poseía unos
pechos adecuados…Era una chica, completamente lo opuesto a Kanna en todos los sentidos.
—No pienses en tonterías.
Ella miró a Iori confundida cuando este la llamó, este la miraba fijamente a los ojos. La
distancia entre sus rostros rozaba los 10 centímetros. Kanna sintió como subía su temperatura
corporal. Seguramente ahora mismo su rostro estaba completamente rojo. Para poder zafarse
del apuro, Kanna empujo a Iori con sus dos manos.
—No te me acerques tanto.
Iori volvió a acercarse sin previo aviso, —Algo huele demasiado bien.
—Detente, por favor, es muy extraño.
Durante el quinto periodo tomó clases de educación física, el día de hoy jugaron voleibol.
Naturalmente, está empapada de sudor. Creía que seguramente era el olor de su
antitranspirante que uso al cambiarse de ropa, igual era muy vergonzoso que Iori lo
descubriera.
—Por favor, ahógate y muere de una vez.
—Hay muchas cosas que quiero hacer en este mundo antes de morir, por ejemplo, nunca he
tenido una cita ni tocado los pechos de una chica.
—Nunca saldremos juntos ni tocaras mis pechos.
—¿Qué debo hacer para que aceptes tener una cita conmigo?
Iori puso un pie sobre el primer escalón de las escaleras que conducían hasta el tercer piso.
Ahí se encuentran los salones de tercer año. Ahora mismo ninguno lleva mochila, justo se
dirigen a tomarlas de su salón.
Kanna se retrasó un poco en subir. Desde el incidente de las escaleras, Kanna evita caminar
al frente de Iori al subir. Hace dos años Iori se lesionó al atrapar a Kanna cuando caía por las
escaleras. Ella lastimó la mano más importante de Iori para tocar el piano…
—Oye…
—Te aviso, no responderé ninguna pregunta. —Kanna cortó las intenciones de Iori.
—No era eso, —Iori estaba en lo más alto de las escaleras, no volteó por completo para mirar
a Kanna, solamente miro por un costado.
—¿Qué?
—¿Por qué siempre subes después de mí cuando se trata de escaleras?
—¡Tsu-! —Ella nunca creyó que lo notara, —¿y eso qué tiene? —Kanna respondió con
tranquilidad y sin dar explicaciones.
—Será que…
—…
—¿Crees que voy a ver por debajo de tu falda?
—Así es.
—¡No pienso mirar sin permiso!
—¿Qué?
—Admito que siento curiosidad por saber si las llevas puestas o no. —Iori se ve muy serio.
—¿C-Cómo te atreves a decir eso ahora mismo en este lugar? —Kanna no podía creer las
palabras de Iori.
—Por cierto, ¿cómo has seguido respecto a eso últimamente?
—No lo he hecho… … —Kanna se apresuró en subir las escaleras. Quería terminar con el
tema de su método para liberarse del estrés. Pero, Iori no apartaba su mirada de la falda de
Kanna.
—¿A dónde crees que estás mirando, pervertido?
—Tus piernas… ¿se han vuelto más firmes y gruesas?
—… —Kanna ignoró por completo a Iori y subió las escaleras. Ya no le preocupaba subir
antes que él.
Iori al poco tiempo, de nuevo estaba a su lado.
Llegaron hasta su salón de clases sin cruzar palabra. Era el momento de despedirse, cada
uno atendía a aulas distintas, Kanna era parte del departamento normal y Iori de la facultad de
música. Para ser honestos, eso tranquilizaba a Kanna.
No podía permitirse que la vieran acompañada de Iori. Aunque sintiera un poco de curiosidad
por saber qué pensaban de eso los demás. Incluso Hiyoshi Mikako creía que ambos salían…
Debe tener cuidado con eso en el futuro. No puede permitirse que surjan nuevos rumores.
Kanna ha decidido separarse por ahora de Iori con eso en mente, pero, —Oh, espera. —Iori la
detuvo.
—¿Qué pasa?
—… —Iori parece tramar algo.
—Dilo rápido.
Aún quedan algunos estudiantes en la escuela, podrían verlos.
—Yo…
—¿Qué quieres…?
Iori cerró sus ojos y tomó un respiro bastante largo. Tras pensar las cosas, —He entrado a la
competencia nacional de piano. —Iori habló como si se tratara de una declaración.
Kanna dirigió su mirada a la mano derecha de Iori. Para ser precisos, a la muñeca. Hace dos
años le causó una fractura a esa parte tan importante de su cuerpo.
—Este año la sede será el auditorio de Suimei. —Iori se veía muy alegre.
—¿Y qué con eso? —Kanna podía predecir sus siguientes palabras. A pesar de eso, el
corazón de Kanna latía de emoción e intriga.
—¿Vendrías a verme tocar?
—¿Por qué yo…?
—Quiero que vengas.
—¿A la audición, a las eliminatorias o en qué instancia? —Si tan solo fuera fácil para ella
responder honestamente. Pero, es imposible, —¿crees poder llegar a las finales?
—No estoy seguro, podría pasar la primera ronda, pero no he practicado la segunda canción.
—Entonces avísame cuando pases las eliminatorias. —incluso ella sabe que fue grosera.
—Si eso quieres, te entiendo, —Iori volvió a mostrarse maduro, —Lo haré.
—Bien, vuelve a invitarme cuando lo logres.
Iori dio un aplauso como si tratara de recobrar su personalidad de siempre, y comenzó a
caminar de regreso a las aulas para los estudiantes de música. Ella no entiende por qué se
siente muy feliz, pero, preferiría no pensarlo demasiado.
Kanna lo vio alejarse, —No he madurado nada, —Y se sentía mal por eso.
Parte 2.
El siempre buscara la manera de seguir adelante por sí mismo
Dentro del baño de Sakurasou, Kanna se dejaba llevar por sus pensamientos hasta quedar
dormida. Estos últimos días, se ha sentido muy cansada.
Hace dos semanas, Iori le contó que ingresó a una nueva competencia de piano. Desde
entonces, todos los días, Kanna ha pensado en eso, era como una maldición dentro de su
cabeza.
Él siempre buscara la manera de seguir adelante por sí mismo.
—Pero… ¿por qué…? —sobre el agua pudo ver reflejado su rostro confundido. —Nada ha
cambiado.
Nunca ha sido buena para abrir su propia mente. No es buena para ser una chica obediente.
Sin excepción, ella crea una barrera con los demás y mantiene su distancia.
Ella no puede escapar de esa parte que le disgusta de ella. Nunca ha logrado superarla.
Aunque le encantaría confesar sus sentimientos abiertamente, le teme a ser herida, por eso
no es capaz de ser honesta. Aun cuando sus amigas de la escuela la invitan al karaoke o salir
de compras, suele rechazarlas con alguna excusa. Solamente consigue aceptar invitaciones
cuando estas viene de Yuuko.
—Kanna-chan nos acompañará.
—Ah, pero, yo…
—Ehe~ Vamos.
—Bien, iré.
De esa manera, Yuuko consigue arrastrarla a donde vaya.
—Ha…, ¿Qué podría hacer para tener una mejor personalidad? —Kanna miraba agobiada al
techo.
Desafortunadamente, el techo no les daría las respuestas a sus problemas. De hecho, las
cosas cambiarían cuando se abriera la puerta por completo.
—¡La vida es una montaña, pero, siempre podrás descansar en un valle! —Era su compañera
de clases y de dormitorio, Kanda Yuuko. Acaba de entrar completamente desnuda al baño.
Kanna se niega a desnudarse incluso frente a otras chicas, por eso se apresuró a envolverse
con una toalla. Ya no le sorprende que Yuuko la asalte en el baño, siempre cuenta con una
toalla a la mano. Yuuko no es la única chica que entra mientras Kanna se baña, la otra es una
mujer casada que vive a lado de Sakurasou, aunque, esta solo aparece una vez a la semana.
—Kanda-san, te lo he dicho muchas veces, no quiero que entres cuando me doy un baño.
—Eh~ ¿Por qué no? —actúa sorprendida como si se lo contara por primera vez.
—Porque es demasiado vergonzoso. —Kanna se hundió en la bañera para solo dejar su
cabeza expuesta y poder hablar.
—¡No hay nada de qué avergonzarse cuando estamos las dos juntas! —Yuuko sonrió
orgullosa de su amistad. Kanna preferiría no tener esta conversación ahora. Pero tampoco
parece que Yuuko tenga planes de irse, —Aprovechando que estoy desnuda, hay algo para lo
que quiero consultarte.
—¿Consultar conmigo?
—¡Así es!
—… …
—¿Y a qué te refieres con «así es»? —Parece que Yuuko no comprendía que Kanna
esperaba oír lo que quería hablar con ella.
—¡Mira, se trata de esto! —Yuuko inclino su cuerpo hacía Kanna.
—¿Y qué es?
Yuuko caminó hasta meterse a la bañera con Kanna. Ella no puede ver bien sin sus lentes,
pero al parecer Yuuko lleva algo en su mano. ¿Es algún tipo de folleto?
—¿Qué es eso? —espera algún tipo de explicación.
—¡Esto! —No ha dejado de presionar un objeto contra la cara de Kanna. Parece ser un
panfleto de la universidad de artes Suimei. Incluye información de todas carreras y sus
facultades.
—¿Cuál crees que sea la mejor facultad~? —Yuuko le dio la vuelta al folleto.
—Kanda-san ¿sigues sin saber qué quieres ser? —Kanna siente curiosidad. Tienen hasta
mayo para entregar su hoja de planes a futuro. Nunca pensó que hubiese estudiantes sin idea
de lo que quieren ser.
—¿Cuál crees que sea la mejor opción para mí, Kanna-chan? —Le sigue preguntando como
si se tratara de su siguiente comida. Kanna entregó su informe hace un mes, no es algo para
dejar después.
—Como se trata de una decisión muy importante, creo que Kanda-san debería elegir lo que
quiere para su futuro.
Ella respondió con franqueza. Ha dejado a un lado su vergüenza y sorpresa. Se siente muy
orgullosa. Kanna está agradecida porque Yuuko la ha consultado para decidir acerca de su
futuro. Esa emoción es por darse cuenta que ella en verdad la considera una amiga…
—¿Qué piensas hacer en el futuro?
—¡Quiero ser una esposa!
Al principio era difícil creer que lo dijera en serio, pero, con solo verla a los ojos uno podía
darse cuenta de su convicción.
—¿Y quién es el pretendiente? —ya podía darse una idea de la respuesta, pero, Kanna
quería dejar fluir la conversación.
—¡Onii-chan! —justo la respuesta que esperaba.
—Solamente te lo diré por si no lo sabes, pero no puedes casarte con Sorata-senpai, son
hermanos.
—Ok, a Yuuko y a Onii-chan los une un lazo de sangre, —ese es precisamente el punto.
—Por ese motivo no pueden casarse,
—¡Yo quiero casarme! —Yuuko la tomó de los hombros.
—Es inútil explicártelo… …bien, ¿es eso una carrera?
Todos sus papeles importantes para elegir una carrera se han sumergido en la bañera. Yuuko
pareció darse cuenta de ese problema, se apresuró en sacarlos del agua. Pero, era
demasiado tarde.
—Kanna-chan entrará a la facultad de literatura, ¿cierto? —Yuuko se dio por vencida en tratar
de salvar sus formularios, se resignó sentándose a lado de Kanna y recargando su espalda
contra la pared.
—Así es.
—Bien, Kanna-chan~. Tu futuro ha sido escrito.
—No lo creo.
—Eh~, pero ya te has decidido a entrar en la facultad de literatura, ¿qué no tu sueño es
escribir tu propia novela?
—Aunque lo haya decidido, no estoy muy segura.
—¿Es eso posible? —Yuuko dejó caer su cabeza hacía un costado.
—Cuando ingresé a Suimei, pensaba en ir a la universidad y conseguir un trabajo como los
demás.
—¿¡Ah!?
—Quiero ser una novelista…, pero ni siquiera he comenzado a escribir, no me he decidido
que quiero hacer.
—Eh~, vaya tontería. La novela de Kanna-chan es bastante popular.
Es una situación complicada. Kanna jamás comenzó a escribir porque le interesara. Nunca
pensó en vender su diario. Ese es el mayor problema desde el inicio.
Su primera novela fue simplemente una extensión de su diario, hasta la fecha sigue
pensándolo. Cree que escribe para cubrir el vacío de esos días que nunca aprovechó.
Desearía que los días aburridos fueran un poco más emocionantes, pero es eso solamente,
una ilusión que siempre empieza por el mismo predicamento; me gustaría que las cosas
fueran mejores.
Nunca consideró escribir como algo divertido. Simplemente compartía sus pensamientos en
palabras.
Escribir ha sido todo lo contrario, tras debutar como escritora, escribir le provocó estrés.
Pensó en renunciar muchas veces, pero logró vencer esas ideas.
No cree que sea bueno perder su ingreso. Si tiene como meta asistir a una universidad, al
menos necesitará ese dinero por unos 4 años más. Sus padres se divorciaron y honestamente
no tiene una buena relación con ellos. Es difícil aceptar que cuando regrese a casa, vaya a
encontrarse con un nuevo padre.
Por ese motivo, se esforzará para aguantar los siguientes 4 años. Aun sabiendo que no es
una decisión tomada con el corazón…
Hay muchas cosas por cambiar. Aplica respecto a sus novelas, y su personalidad para poder
salir con sus amigos… Lo importante ahora, es su forma de ser con Iori…
—…
—¿Kanna-chan? —Yuuko la miró intrigada.
—Lo siento, me distraje. —ocultó su rostro sumergiéndose en la bañera.
—Si eligieras en base a tus calificaciones, ¿qué carrera elegirías? —No ha dejado de mirar
sus formularios con tristeza. Viéndolo de esa manera, es más fácil elegir.
—¿Por qué no le pides ayuda a un profesor?
—Eso hare, mañana le preguntaré a Koharu-sensei.
Solamente lo dijo en broma, pero, Yuuko lo tomó en serio. Es posible que nada salga mal,
después de todo, es su profesora Shiroyama Koharu. Incluso pudo hacerse cargo de
estudiantes problema… Hasta donde Kanna sabe, todos esos estudiantes problemáticos
tienen futuros prometedores. Ella es la indicada para orientar a Yuuko. Al pensar que otra
chica de su misma edad también sufre problemas, pudo olvidarse por un momento de los
suyos…
—Tengo demasiado calor, saldré de la bañera.
—¡Claro, gracias por ayudarme, Kanna-chan!
—De nada. —Para no mostrarle su rostro sonrojado, Kanna evitó el contacto visual. Entonces,
Kanna salió de la bañera.
Se puso el pijama, se secó el cabello, y dejó el vestidor. Caminó de inmediato hasta su
habitación antes de que Yuuko la viera y la siguiera.
Durante su caminata del vestidor a su cuarto, vio cuando la puerta principal se abrió, y entró
Iori. Por un momento se quedó mirándolo.
—Oh, ya te pusiste el pijama.
—No me mires. —una respuesta rápida.
—Eh~ supongo que me he ganado echar un vistazo por practicar muy duro con el piano. —Iori
era como un niño pequeño suplicando a su madre.
Las manecillas del reloj sobre la caja para zapatos marcaban las 9.
—Ese no es mi problema.
—Oye, oye. —Iori se quitó los zapatos y caminó rumbo a su cuarto. Kanna se quedó mirando
su espalda, arrepintiéndose por no darle la bienvenida.
—Oh, bienvenido, Iori. —Yuuko gritó al encontrárselo saliendo del baño, aún seguía
secándose el pelo.
—Oh, gracias, he regresado.
Ella miraba con celos la charla tan casual entre Yuuko e Iori, sin soportar más, puso un pie en
el primer escalón y regresó a su cuarto. Pero, alguien salió del comedor justo a tiempo para
detenerla.
—Vaya que tienes una personalidad muy complicada.
—¿De qué habla?
—Una mujer que no expresa sus sentimientos está condenada a perder en la vida, ten mucho
cuidado. —Fueron las palabras de Chihiro antes de irse a su habitación. La puerta se cerró y
Kanna no espero más para irse del lugar.
Al subir las escaleras, uno se encontraría con la habitación 201, ahí vive Kanna. Luego le
seguiría la 202, la habitación de Yuuko, y por último la única vacía, el cuarto 203.
—Me encantaría poder expresarlos… —esa idea quedaría grabada en las paredes de madera
de su habitación.
Parte 3.
Ha comenzado la temporada de lluvias, el mismo día que anunciaron la fecha para el examen
final a finales de junio, hoy el cielo luce brillante y despejado.
Aunque ya era tarde, el calor no mostraba señales de querer irse, y eso no ayuda en la
depresión de Kanna que sufre día a día. Suda con apenas moverse un poco. Es un clima
desagradable para ella. Odia la lluvia, pero tampoco le gustan los días soleados.
—Ahhh…
Lamento tras lamento, de camino a casa cuando volvía de la escuela. Pero estos no son culpa
de las lluvias ni los días soleados. Hay otra cosa que la mantiene intranquila desde esta
mañana. Kanna conoce muy bien el motivo, lo cual empeora la situación.
—¿Por qué no me contactaste?
Cuando iba pasando por el distrito comercial, no pudo evitar murmurar impaciente.
Desafortunadamente, la persona que es capaz de voltear su mundo, no está a su lado. Kanna
camina sola, y ese chico hoy no fue a la escuela.
Iori asistió a las preliminares del concurso de piano nacional.
El reloj de su teléfono dice que son las 4.
Su presentación debió haber terminado ya, pronto darían los resultados. Pero, no le ha
mandado ni un mensaje. Por eso Kanna se siente demasiado frustrada.
Siempre mira al teléfono en silencio. Cuando se apagaba la pantalla, podía verse reflejaba,
era un rostro ilusionado y angustiado.
—Extraño mucho a ese idiota… —las palabras que le causaban un poco de tranquilidad.
Pero, cuando su cuerpo se mostraba más impaciente, apareció una notificación de mensaje
nuevo en su celular.
Su dedo reaccionó de inmediato y abrió el mensaje.
[¿No crees que hay una línea muy delgada entre tocar y mirar?]
Ella creyó que recibiría el resultado de la competencia, pero al leer aquel texto tan absurdo.
Recordó que Iori seguía siendo el remitente. Entonces llego un nuevo mensaje,
[¡Sin duda prefiero tocar!]
Kanna escribió «Muérete» sin dudarlo. Aunque al final, decidió no contestarle y solo ignorar su
mensaje. Unos diez segundos después, llego un tercer mensaje. Antes de contestarle, era
mejor leerlo,
[Ah, por cierto, pase las preliminares]
Cuando leyó esas palabras, todo su cuerpo se llenó de energía. Era un borbollón de
sentimientos encontrados. Sentía alivio. Escribió «Felicidades» y lo pensó por un rato.
¿Es esa una buena respuesta? No se siente muy a gusto con ella. Necesitaba considerarlo,
consideraba un poco apresurado felicitarlo cuando a penas paso a las finales. Iori desea
ganar el concurso.
Decidió por borrar el mensaje y escribir algo nuevo. Opto por «Genial, me da gusto».
—…
Sin saber bien el motivo, esto la emociona. Piensa que debe existir una mejor respuesta para
esta ocasión, Kanna ha repetido el mismo circulo vicioso, borrar y escribir, borrar y escribir; es
un bucle sin un final aparente.
Han pasado cinco minutos de esa manera. Sus emociones eran un semáforo que pasaba de
rojo a azul* constantemente como si estuviera descompuesto. (NT: Los semáforos en japón tienen luz azul en lugar
de verde como en la mayoría de países.)
Con cada segundo que pasa, cree que nunca encontrará la respuesta adecuada. En medio de
su lucha mental, su celular comenzó a sonar.
En la pantalla apareció el nombre de Himemiya Iori.
Pensó en calmarse y hablar educadamente. Pero, era como si su cuerpo no quisiera ocultar
su emoción. Con delicadeza presionó el botón para contestar la llamada.
—¿Qué te pasa?
—¿Leíste mis mensajes?
—¿Quieres acosarme ahora por medio de mensajes?
—Pasé las preliminares.
—… —las palabras se quedaron atoradas en el interior de Kanna.
—¿Eh? ¿Se colgó la llamada?
—Sigo en la línea.
—Bueno, pues, he conseguido pasar las preliminares.
—Si, justo eso leí en tus mensajes. No quise molestarte llamándote ahora. —Esas no eran las
palabras que quería decir. Pero, si abriera la boca y su corazón…
—¿De verdad…? —al otro lado contestó una voz apenada.
—¿Qué esperas que haga?
—Quiero que me felicites.
—No hables como un niño, ¿no sientes vergüenza al pedírmelo?
—Para nada.
—Fui una estúpida esperando un poco de comprensión de tu parte.
—Oh, no~, Soy normal como siempre~ ¿Si hicieras algo bien, no te gustaría que tu persona
favorita te felicitara?
—Depende la persona.
—¿No te gustaría besarme como premio?
—No.
—Vamos, aunque sea uno en la mejilla~
—No.
—¿Puedes decirme «felicidades» por lo menos?
—Si amarías a una chica por solamente decir eso, entonces voy a colgar. —sin esperar su
respuesta, le colgó la llamada, —Ahh… —, Lo hizo de nuevo. Ha regresado ese sentimiento
de arrepentimiento a ella. ¿Por qué solamente quería escuchar un «felicitaciones» y tuvo que
mencionarlo cuando ella se debatía si era lo correcto?
—¿Por qué la cara larga? —Alguien casi le susurro al oído.
—¡Tch! —Kanna giro para descubrir el origen de esa voz, —Ah…
Hay una mujer parada frente a ella. Llevaba una bolsa de tela para compras en el hombro. Un
poco de maquillaje en su rostro, pantalones que le llegaban hasta las rodillas, y una blusa
blanca a la medida abierta, Ideal para lucir la camisola azul con blanco que llevaba puesta.
—Aoyama-senpai.
—Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos. —Nanami la saludó, —¿Has
venido de comprar, Hase-san?
—Si… —Ella nunca tomaría esta ruta si quisiera regresar rápidamente a Sakurasou.
—Bueno, pues como yo también necesito hacer unas compras, ¿crees que podamos ir
juntas?
—Por supuesto.
Esperaron en el cruce hasta que la luz cambió a azul, y cruzaron juntas la calle. Nanami
caminaba como si sus pies marcaran el ritmo. Lleva puestas unas sandalias con tacones
bajos. Por ese motivo, Kanna creía verla más alta de lo que recordaba. Parece toda una mujer
adulta. Desde la graduación de Suimei, Kanna se recortó el cabello, ahora le llega
perfectamente a los hombros.
—¿Eh? —Nanami se arregló el cabello cuando este le estorbaba ligeramente la vista, —
¿Acaso he cambiado demasiado?
—No, supongo que es natural, ha pasado un año desde la graduación, es solamente que
pareciera que maduraste mucho en este tiempo… —Kanna cree que no expresó bien sus
emociones y se disculpó, —lo siento.
—No te disculpes, en verdad te lo agradezco. Ayer me encontré con Kanda-kun en la
cafetería, no lo había visto desde hace casi tres meses, él pensó lo mismo. —Nanami rio al
recordar su recuerdo del día anterior. Actualmente, Sorata y Nanami son estudiantes de la
universidad de artes Suimei.
El lugar donde vive Nanami queda sorprendentemente cerca de Sakurasou. Es un
departamento que queda apenas a 10 minutos caminando.
Cuando se graduó de Suimei, Sorata dejó Sakurasou y rentó una casa vieja donde vive con el
también ex residente, Akasaka Ryuunosuke. Tomando como punto de partida Sakurasou,
podría decirse que está al otro lado cruzando la universidad. Para las piernas cortas de
Kanna, tomaría 30 minutos caminar hasta la casa de Sorata. Por eso mismo, aunque viven en
la misma ciudad, es complicado encontrarse por accidente.
—¿Sorata-senpai se encuentra bien?
La última vez que Kanna se encontró con él, fue hace cuatro meses. Se encontraron en la
estación regresando de una junta para discutir detalles de su novela. Al parecer Sorata
acababa de atender una reunión respecto a su siguiente juego.
—Desde hace un mes ha estado trabajando en lanzar su propia compañía de videojuegos,
todos los días cuando almuerza se la ha pasado registrando en una libreta los datos de todos
los patrocinadores interesados.
—Suena bastante complicado. —Kanna no puede imaginarse lo complicado que es fundar
una compañía. Nunca lo ha hecho, ni siquiera pensado en hacerlo. En la escuela nunca
mencionan las bases ni el método.
—Nunca lo vi pensar que fuera algo complicado, parecía muy feliz haciéndolo.
—Ya veo…
Uno suele sentirse así cuando hace lo que le gusta.
—¿Cómo ha estado todo en Sakurasou últimamente?
—Chihiro no ha cambiado, se la pasa tomando cerveza…Kanda-san decidió probar con
literatura como su carrera.
—¿Eh? ¿En serio?
Esa fue su decisión al tomar como motivo, «quiero estar con Kanna-chan».
—No estoy muy segura si pueda conseguir la recomendación.
Tuvo una entrevista con la profesora Shiroyama Koharu, al parecer consiguió una muy buena
recomendación, aunque Kanna dudara de su habilidad. Yuuko nunca se tomó sus estudios en
serio hasta casi la mitad del curso, desde entonces hubo un cambio en sus calificaciones,
subieron drásticamente. Todos los estudiantes de tercer semestre se sorprendieron al ver su
nombre en lo más alto de las listas.
—De verdad espero que ambas puedan estudiar juntas en la universidad.
—Espero lo mismo… —Para Kanna, Yuuko es su única amiga verdadera. Como dijo Nanami,
existe la posibilidad de que sigan siendo compañeras. Sin Yuuko, Kanna volvería a estar sola.
—¿Qué hay acerca de Iori-kun? ¿Cómo se encuentra?
—Sigue siendo un idiota…—quería evitar mencionarlo, pero, era notoria la voz inquieta de
Kanna.
—¿Qué sucedió? —Nanami sentía curiosidad.
—Nada. —Si no cometió ningún error, le ha respondido con su típica actitud desafiante.
—Ya veo… —Nanami sonreía como si descubriera algo.
Ambas chicas se la pasaron hablando durante su caminata, llegaron al distrito comercial y
comenzaron a recorrer las tiendas.
—Ah —Tras caminar un rato, Nanami gritó como si viera algo impresionante.
Kanna descubrió el motivo al instante. Sus ojos no se apartaban de la chica parada en la
pescadería…
Piel blanca. Un cabello largo y suave hasta la cintura. Además de su apariencia deslumbrante,
la rodeaba un aura misteriosa e hipnótica. Es otra de las ex residentes de Sakurasou. Shiina
Mashiro es una chica de la misma edad que Nanami. Vive en un departamento a cinco
minutos de Sakurasou con la estudiante de intercambio, Rita Ainsworth.
Desde que se graduó de Sakurasou, Mashiro abandonó los estudios y decidió no aplicar para
la universidad, su único interés era dedicarse al manga.
Es una mangaka profesional. Se publica su serie en una revista famosa. En marzo del año
pasado recibió un premio importante y ahora es la autora insignia de una revista. Hace un
mes la entrevistaron en televisión.
Mashiro lleva una cesta que sujeta con sus dos manos, no deja de mirar los peces en la
tienda con su rostro inexpresivo. Hay todo tipo de peces; caballa, sardina, y bonito.
Los pies de Nanami la llevaron hasta Mashiro como si estuviera hipnotizada, —Mashiro, —la
llamó justo cuando se paró junto a ella. Kanna guardó su distancia un poco.
—Oh, Nanami…y Kanna también vino.
En lugar de decir algo, Kanna solo hizo una ligera reverencia.
—¿Estás de compras? —Nanami charlaba como si nada.
—Uhm.
—¿Qué vas a comprar?
—Pescado.
—¿Qué clase de pescado?
—¿Cuál me recomiendas? —a pesar de pedir una recomendación, los ojos de Mashiro no se
han apartado de aquel enorme barrilete.
—¿Por qué no le preguntas a Rita-san qué le gustaría comer?
—Cierto. Rita me pidió un pez gigante.
—Ok.
Kanna permanecía nerviosa alejada de ellas dos, mientras veía como charlaban con
normalidad. La relación entre esas dos chicas es muy complicada. Sobrepasa haber sido solo
dos compañeras de clase que por casualidad vivieron bajo el mismo techo en Sakurasou.
Ambas amaban al hermano mayor de Yuuko, Kanda Sorata, incluso se confesaron al mismo
tiempo, por decirlo de alguna forma, son rivales en el amor. Por si fuera poco, Sorata eligió a
Mashiro.
Tras un tiempo juntos, Mashiro decidió separarse de Sorata para que ambos pudieran cumplir
sus sueños, pero ella nunca creyó que su amor había muerto. O al menos, si esa chica fuese
Kanna, sin duda lo volvería a buscar…
—Llevaré una caballa.
—Buena elección.
Las preocupaciones de Kanna eran innecesarias, las dos chicas se ven tranquilas. No
aparentan tener ningún tipo de rivalidad. Se ven muy naturales, como dos buenas amigas.
—…
—¿Qué sucede? —Nanami le preguntó a Kanna tras darse cuenta que la miraba con mucha
atención. Mashiro se encuentra frente al mostrador pagando por el pescado.
—N-Nada
—¿Piensas en mi relación con Mashiro?
—A-Así es… —decidió decir la verdad.
—Al principio pensaba en muchas cosas, siempre en cómo volver a acercar a ella, —Nanami
tenía una mirada gentil. Ahora mismo mira a Mashiro mientras esta paga, —Pero, ¿no crees
que es cuestión de tiempo? Mientras más lo piensas, el tiempo sigue corriendo y la espera es
más grande…Sin darme cuenta, me he encontrado con Mashiro haciendo las compras aquí
mismo hace unos meses, y cuando volví a perder la noción, me di cuenta que ese sentimiento
de nostalgia se hacía más grande.
—Nostalgia… —Kanna no tenía idea.
—De cualquier forma, ya todo está bien, Hase-san.
—Aoyama-senpai sí que es fuerte.
—Eso no es cierto, no hay momento que esté frente a Kanda-kun donde no tenga miedo. —
Nanami sonreía entrecortadamente como si admitiera sus debilidades.
Una sombra se acercó detrás de ella, hasta capturarla.
—¡Nanamin, te tengo~!
—¡Kyaaaa! —Nanami gritó aterrada. Fue presa de Mitaka Misaki, la mujer casada que vive a
lado de Sakurasou.
—¡Mutsuuu! ¡Sin pantsus y Mashiron también están aquí! ¡Parece esto una reunión secreta!
¿¡Por qué no me invitaron!?
—¡P-Por favor, suéltame! —Nanami forcejea en un intento por zafarse de las garras de
Misaki, —¡Ahhh, basta, Senpai, mis pechos, no los toques aquí!
—Nanamin… ¡Vaya que han crecido mucho!
—¡No es cierto!
—¡Quiero saber por qué se han reunidos todos aquí! ¿¡Qué sucede!? ¿¡Por qué en la
pescadería~!?
—Ha sido mera coincidencia, veníamos de compras. —Kanna respondió en lugar de Nanami,
quien no dejaba de sufrir a manos de Misaki.
—¡Sin pantsus~! ¡Lo considero una obra del destino! ¡Estamos unidas por el hilo rojo! ¡Si eso
quieren, tengamos una fiesta de nabe esta noche! —Misaki soltó a Nanami finalmente.
—Oh, hola, ¿Rittan? —Misaki llamó a la compañera de Mashiro por teléfono, —¡Esta noche!
¡Nabe! ¡En mi casa! ¡Te quiero a las 6! —No era un mensaje claro, solo palabras sin contexto.
—¡Oh! Ot-chan ¿Podrías venderme todo este pescado? —Sin separar el teléfono de su oreja,
gritaba instrucciones a la tendera al fondo de la tienda.
—¡Oye, no necesitas comprar todo el puesto! —Nanami gritaba desesperada intentando
hacerla cambiar de opinión.
—Ah, Misaki. —Mashiro por fin se dio cuenta de su presencia.
—¡Mashiron, hoy cenaremos nabe!
—De acuerdo. —ella aceptó la invitación de inmediato.
—¡Genial, Sin pantsus!
—Oh, claro. —Kanna no tuvo otra opción que aceptar esa realidad. Era imposible resistirse.
Ante la invasión alienígena, esta humana solo puede rendirse…
Dos horas más tarde. Son las 6, hora acordada por Misaki.
Hay seis chicas y dos gatos sentadas alrededor de la mesa del comedor en la residencia
Mitaka, la casa a lado de Sakurasou. Misaki, Mashiro, Nanami, Rita, Kanna, Yuuko…y su
compañía felina; Tsubasa y Komachi.
Seis chicas y una olla de nave que no ha parado de hervir. En sus pies, Tsubasa y Komachi.
—¿Cómo va todo con Iorin?
—Hoy asistió a las audiciones preliminares…
—¿¡Pasó!? —Misaki preguntó emocionada mientras tomaba una probada del nabe.
—Pasó sin complicaciones. —Kanna respondió con honestidad.
—¡Genial, esta fiesta es en honor a Iorin entonces!
—Iori ni siquiera está aquí… —Mashiro miró a su alrededor para comprobarlo.
—Al parecer, la casa de sus padres está cerca del lugar donde fue la audición, hoy pasará la
noche con ellos.
—Oh, estupendo~. Supongo que no podemos hacer nada al respecto.
—Lo siento.
—¿Puedo proponer algo? Hoy solamente somos chicas… Quiero que hagamos una noche de
chicas. —Rita aplaudió sus manos. Después tocó su pecho, en donde resaltaba un brillante
collar en forma de delfín.
—Ah, ¿tienes curiosidad? —Rita se dio cuenta de la mirada de Kanna, y tomó con sus manos
el collar para mostrárselo a todas, —Escúchenme bien, —Rita nunca hizo la pregunta que
había mencionado, en cambio, siguió hablando como si nada. —Hace un mes salí con
Ryuunosuke, visitamos el acuario para festejar mi cumpleaños y me regaló este collar. —Su
sonrisa era la de una mujer enamorada.
—Eh~ genial~ ¡Yuuko obligará a Onii-chan a comprarme algo por mi cumpleaños! —Con la
boca llena, Yuuko masticaba mientras hablaba.
—Rittan, vas muy bien con Dragón~
—Si, lo amo.
—Todo eso suena muy diferente a lo que me contó Akasaka-kun durante el
almuerzo…Akasaka-kun, él dijo que lo amenazaste con irte, ¿en verdad lo obligaste? Dijo que
incluso lo abrazarías en público si no te compraba un regalo.
—Ryuunosuke puede ser un poco penoso.
—Uhmm… Ustedes dos… ¿están saliendo?
A veces es complicado meterse en una conversación cuando no se conoce bien a la otra
persona. Podría terminar en algún tipo de malentendido.
—Tengo algunos problemas por no ser lo suficientemente buena para Ryuunosuke. —La
felicidad que hasta hace un momento era visible en su rostro, desapareció por completo,
parecía una mentira. Parecía el rostro de una chica desesperada, —Misaki se ve muy feliz.
¿Ya te has cambiado el apellido? —Rita mostró una sonrisa seductora.
—Sip~. Aunque es un poco triste que no podamos vernos todos los días. —Aunque sus
palabras tenían la intención de sonar tristes, ni su rostro ni su tono lo parecían. Es una chica
con más energía que el mismo sol. Todos siempre han creído que el rostro de Misaki es el
reflejo de su felicidad eterna. —¿¡Cómo le ha ido a Nanamin!?
—¿¡Eh!? ¿¡A mí!? —Nanami se sintió apuñalada por su amiga, era como ser atrapada por un
pescador en un pozo donde viven cientos de peces. Ella ha sido puesta bajo el reflector de la
conversación.
—¿Nada interesante que contar? —Rita buscaba escuchar algo de su parte.
—No, no. —Nanami negó agitando sus manos en el aire, quería negar cualquier suposición
tan pronto fuera posible. —Mi vida es muy aburrida. Curso la universidad y sigo tomando
clases de actuación, no hay nada interesante que contar.
—Nah… ¿Mashiro-san? ¿Has encontrado un nuevo amor? —Yuuko sintió intriga.
—Yo…
—Uhm…
—Dibujo manga. —Su declaración ignoro completamente la pregunta.
—¡No te pregunté por eso!
—Dibujo manga.
—¡Volviste a equivocarte!
—Dibujo manga.
—Eso lo sé, Mashiro-san. Sabemos que eres una mangaka… ¡Cierto, firma aquí! —, Yuuko
dejó de insistir un momento para entregarle una hoja de colores a Mashiro. Mashiro la tomó
sin decir nada y escribió sobre ella.
—Por favor, si pudieras dibujar algo te lo agradecería.
Mashiro asintió a las órdenes de Yuuko. Ella es una chica muy accesible que nunca renegó a
sus órdenes. Kanna ha considerado muchas veces ser como Mashiro, dibujar sin querer
detenerse. Nunca apartó la mirada del papel, tras un rato con la pluma, el dibujo quedó
terminado.
—¿Qué hay de ti, Kanna? —Sin previo aviso, Rita lanzó una pregunta que la sorprendió.
Aunque seguía fascinada por la pintura de Mashiro, las palabras de Rita la regresaron a la
realidad.
—Yo…
—¿Hay algún progreso con Iori?
—¿Por qué tuviste que mencionar a ese estúpido?
Nunca debió contestar agresivamente, era más importante calmarse para no llamar la
atención. Ahora mismo, Rita, Nanami, Misaki y Mashiro la miraban con mucha atención. Es
imposible poder zafarse de esta situación. Kanna quería evitar esto a toda costa. Está en el
ojo del huracán.
—Bueno… ¿no creen que Iori puede ser un poco estúpido~? —Rita río como la villana que
suele ser, su sonrisa era la de una chica con un plan malvado. Parece muy tranquila. Su
rostro reflejaba sus verdaderas intenciones.
—Estoy de acuerdo. —Kanna respondió sin bajar la guardia. No quiere estallar con Rita tan
fácilmente.
—Seguramente no has dejado de pensar en salir con él, ¿me equivoco?
—…
—Es un chico con gran curiosidad por los pechos.
Misaki y Nanami asintieron con la cabeza. Mashiro nunca dejó de mirar los pechos de Kanna.
Eso solo le preocupaba más, porque verse reflejada en los ojos transparentes de ella, le hace
sentir como si la desnudara con la mirada.
—Ve el lado bueno, solamente sería vergonzoso si no madurara con el tiempo. —Rita era
insistente. Como si buscara provocarla. Era obvio que Rita la invitaba a salir con Iori.
—Claro, Kanna puede buscar a un chico mejor.
Era una trampa. Sin duda. Aún consciente de ello, Kanna no podía permitirle hablar mal de
Iori.
—Escúchame bien… —Kanna murmuró.
—¿Sí? —El rostro de Rita demostraba cómo disfrutaba esto. Cuando se trata de provocar a
su oponente, nadie puede resistirse. Kanna no es la excepción, ni una rival que pueda contra
ella.
—Él no es ningún niño, —una vez ha sacado sus emociones, nada la detiene, —he estado
pensando en eso durante un tiempo… Aunque ha decidido que tomará la carrera de artes
digitales, y seguirá trabajando en juegos con Sorata-senpai y Akasaka-senpai… Aunque esté
dedicando sus vacaciones en prepararse para la competencia de piano, y visitar a sus Senpai
para trabajar en sus juegos. Aunque…la mayoría de veces todo pareciera un malentendido, él
suele pensar claramente en sus sueños… Es mucho más hombre que otros a su edad. —
Cuando terminó de hablar y alzó su mirada, Rita y Misaki comenzaron a reír. Nanami tampoco
pudo aguantarse las ganas, pero ocultó su risa con una sonrisa forzada. El rostro de Mashiro
no cambio en nada, solamente se quedó viendo.
—Lo sabemos, sin pantsus.
—También lo sé —, Rita concordaba con Misaki.
—Sigue recuperándose de su mano rota.
Mashiro asintió la cabeza tras escuchar a Nanami.
—¿Por qué Kanna no sale con Iori si piensa de esa manera acerca de él?
—Pues…
—Ustedes dos hacen buena pareja
Kanna sintió un escalofrió al escuchar las palabras de Nanami, —Es que… —Kanna quería
rápidamente negarlo. Era una lucha interna. Es como si sus propias palabras la arrastraran a
su mal humor que ella mismo odia. Sin embargo, ya es demasiado tarde. —¡Simplemente no
puedo! —Simplemente quería escapar de las sus miradas.
—…
Todo se quedó en silencio. Hasta que Mashiro fue la primera en hablar, —A Kanna le gusta
Iori, ¿no? —era difícil ignorar a una chica como Mashiro.
—¡Pero está mal! —Kanna negaba de nuevo sus sentimientos.
—Pero, por lo que puedo darme cuenta, Kanna es la única que no acepta sus sentimientos.
Iori no parecía tener problema.
—Pues ese es el problema…
—Kanna-chan, deberías salir con él. — hasta Yuuko dijo algo bueno.
—No… —Kanna lo negó agitando la cabeza de lado a lado.
—¿Por qué?
—Pues, porque… Siempre que se me propone, yo lo rechazo… No puedo confesarle que me
gusta…
Era como una niña pequeña. Ninguna de las chicas le daría respiro en este tiroteo de
preguntas. Ha perdido la intención de negarlo.
—Por favor, dejen de molestarme. —Su única defensa.
—Bien, yo te diré lo que vas a hacer —Rita se puso de pie. Caminó hasta estar junto a Kanna,
en ese momento, apareció una sonrisa de oreja a oreja. Kanna escuchó con atención cada
una de sus palabras.
Parte 4.
Saldré contigo si consigues ganar el primer lugar de la competencia nacional de piano.
Esas fueron las palabras mágicas que le enseñó Rita. Era mucho más fácil decirle eso que
confesar sus sentimientos. En palabras de Rita, —Es imposible cambiar los sentimientos de
Iori…pero si le das una motivación…Piénsalo bien, es como matar dos pájaros de un tiro, al
final la intensión sigue intacta.
Esas palabras causaron un efecto en Kanna. Sin embargo, es un poco abusivo pedirlo. Poner
una condición como esa, ¿no la haría parecer una mala persona? Es lo único que le
preocupaba.
Es increíble pensar que una idea tan malvada surgiera de una chica tan bella como Rita, pero,
ella es esa clase de persona, aunque no concuerde con su belleza.
Sin embargo, si Kanna no diera un paso al frente, permanecerá atormentada por mucho
tiempo.
Durante la mañana del próximo lunes, Kanna se la pasó frente al espejo del baño ensayando
antes de ir a la escuela.
—Si ganas la competencia, saldré contigo… —la vergüenza la tenía derrotada y era imposible
ver su rostro en el espejo. —Imposible, no puedo hacerlo, —el reflejo de su rostro en el espejo
era bastante vergonzoso al ver sus mejillas pintadas de rojo. Desde su cuello hasta la punta
de sus oídos.
—¿Qué es imposible?
—¡Kyaaa!
Parado en la entrada del baño, Iori la estaba mirando. No paraba de bostezar.
—¿E-Escuchaste?
—¿Ah? No te entiendo, solamente sé que algo es imposible.
—¿Escuchaste?
—Supongo, ¿pero…?
—¿En serio escuchaste?
—¿¡Vas a decir cosas sin sentido tan temprano!?
—No he dicho nada —Kanna quería pisar a Iori con todas sus fuerzas… Sin embargo, creyó
que eso podría afectarlo al tocar el piano, prefirió pasar por un costado y alejarse sin hacerle
daño.
Tomó su mochila y decidió irse a la escuela.
De camino a la escuela, optó por no pensar mucho en ese asunto. Se sonrojó de solo
recordar la escena de hace un rato en el baño y la fiesta de nabe. Luchaba por mantener la
calma y no verse torpe mientras caminaba.
Le tomaba aproximadamente unos diez minutos llegar a la escuela. Debía bajar la pendiente,
pasar por enfrente de la tienda de conveniencia y caminar por el parque lleno de juegos
infantiles. Cruzar el semáforo y seguir derecho hasta encontrarse con el resto de estudiantes
de camino a la escuela que acaban de bajar en la estación. Siguiendo esa ruta, se encontraría
con la puerta principal.
Al igual que otros estudiantes, Kanna prefiere tomar el ascensor. Es una mañana igual a todas
las demás. Nada que la haga preocuparse. El problema apareció cuando llegó al casillero
para zapatos.
—…
No entendía lo que sucedió. Sus zapatos no están donde se supone que deberían estar. Tras
pensarlo un poco, pudo comprenderlo.
Abrió y cerró los ojos unas cuantas veces.
Ante su duda, Kanna recordó cierta mirada incomoda. Siempre supo que este día llegaría.
Claro, existe la posibilidad de que ella se equivocara de casillero. Aunque, a estas alturas es
muy absurdo equivocarse de esa manera cuando el primer semestre casi termina. Sin duda
este es el casillero que Kanna ha utilizado desde finales de abril.
—…
—Podría ser…
Siguiendo su instinto, miró en dirección al corredor. Después a un pilar cercano a la entrada,
hasta encontrarse con un grupo de chicas. Seguramente de segundo año. Entre ellas pudo
distinguir a Hiyoshi Mikako, la chica que se le confesó a Iori. Sin embargo, ya no estaba con
ellas.
—Podría ser…
Es posible que las compañeras de Mikako se vengaran por la declaración de Iori. «Me dolió
mucho que la rechazara» «es la chica perfecta para Himemiya-senpai» «Maldita» «Estoy
molesta» Podía sentir sus sentimientos negativos.
Esas cosas pueden causar alborotos en las chicas.
Con tal de hacer algo por su amiga, podrían llegar a ese extremo.
Cuando las chicas se dieron cuenta que Kanna no apartaba su mirada de ellas, se fueron
como si nada hubiese sucedido. No sin irse riendo en grupo.
No tiene sentido quedarse ahí parada, lo mejor era ponerse de vuelta los zapatos que
acababa de quitarse. En ese momento, alguien la llamo por detrás.
—¿Qué sucede? —Iori se asomó por detrás de su hombro. Aunque saliera después de
Sakurasou, parece que entiende perfectamente la situación.
Kanna se apresuró en cerrar el casillero, no quería que él lo viera.
—Wow, me asustaste. ¿Dije algo malo? —Parece que Iori cree que Kanna está molesta.
—No es nada.
—Ya veo, —Iori no apartaba su mirada de los pies de Kanna. —¿Se te olvido algo?
—Nada.
—Fu~
Le era imposible leer las expresiones de Iori.
—Es hora de que te lleve de paseo en mi espalda —Iori se agachó frente a Kanna.
—¿Estas bromeando?
—Van a ensuciarse tus calcetines.
—Puedo lavarlos, —Kanna esquivó a Iori.
—¿Qué sucede? Quería ayudarte y pasar un rato juntos…
Kanna creía que era una broma de Iori, pero, al parecer, él en verdad quería ayudarla. Iori
volvió a alcanzarla. Kanna tomó un par de pantuflas para invitados de la entrada.
—Bien.
—¿Qué?
—¿Me dejarás abrazarte?
—…
Hay mucha gente a su alrededor. Kanna ignoró su oferta y se direccionó rumbo al salón. Iori la
seguía muy de cerca.
—Oye, ¿no harás nada con esas chicas que escondieron tus zapatos?
—¡Tsu-! —Ella nunca creyó que Iori fuera a darse cuenta del problema, —¿de qué hablas? —,
Seguía esforzándose por ocultar la verdad.
No es su deseo causarle problemas a Iori mientras se prepara para la siguiente prueba de su
competencia. No, eso también es mentira. Su corazón ha cambiado. Kanna no quiere que Iori
se entere de ese problema. Porque eso la haría sentir miserable…
—Averiguaré quien es el criminal que escondió los zapatos. —Iori fue directo al punto sin
darle oportunidad de escaparse.
—No sé de lo que hablas.
—Ya lo he decidido. Te entiendo. La mayoría de chicos se quedarían viendo sin hacer nada al
respecto.
—Vas a llegar tarde a tus clases en el departamento de música. —Kanna resistía y se
aferraba a la idea de cambiar el tema, aunque sus intentos fueran en vano.
—Aunque no podemos considerarlos malas personas por eso. Yo sé muy bien quien soy. Soy
el chico que se preocupa por ti. —Suena tan alegre, es como si quisiera llamarse de otra
manera.
—Tú también eres parte del problema.
A Iori no le interesaban las palabras de Kanna, simplemente siguió hablando.
—Solía ser un estudiante normal hasta segundo año, practicaba piano y nunca le presté
atención a la escuela.
Kanna ha comenzado a creer que seguro hasta sus compañeros le tienen miedo a Iori. Él
siempre se ha enfocado únicamente en la música, era una manera muy diferente de vivir
comparada al resto…
Cuando terminan las clases, regresa a casa para ensayar, cualquier otro estudiante pensaría
en descansar y olvidarse de sus deberes. Quería evadir la realidad que vivían día a día. Iori
era alguien que siempre se esforzaba por su futuro…
—Me sorprende cómo puedes ser tan feliz aún con recueros tan tristes…
—Bueno, eso es algo normal, tampoco me gusta mucho recordarlo, me gustaría ser un poco
más como mi hermana.
—¿De verdad?
Su hermana era alguien impresionante. Tiene la misma edad que Misaki y Jin… Kanna ha
coincidido algunas veces con Himemiya Saori. Iori se la presentó cuando vino de visita desde
Austria, donde actualmente estudia.
Es una chica hermosa, demasiado madura para su edad. A primera impresión, puede dar una
imagen distinta, Kanna recuerda cuando Saori se puso nerviosa al hablar de su novio.
—Las chicas son asombrosas.
Kanna entiende lo que Iori trataba de decir.
—Sin duda no fue hasta que entré a segundo año, que mi hermana comenzó a usar
audífonos, ¿será eso lo que la cambió?
Iori también siempre lleva sus audífonos a todas partes. Es muy extraño verlo sin ellos.
—Entrar a Suimei la cambió, recuerdo su sonrisa al volver de sus vacaciones de verano, ella
dijo «hay gente impresionante en ese lugar» … Bueno, esa fue su impresión al conocer a
Misaki-san.
—La entiendo.
—Maldición, no quiero hablar de ella.
—Tu fuiste quien la mencionó.
—También recuerdo el primer día de las eliminatorias, las personas no dejaban de
compararme con mi hermana, siempre decían que no era como ella.
—…
—Desde hace dos años, he tenido ese mal presentimiento —Iori se detuvo en medio de las
escaleras.
Los salones de tercer grado se ubican en el tercer piso. A pesar de eso, los pies de Iori han
cambiado de dirección, ha ido bajando hasta el segundo piso.
—¿A dónde vas? —Aunque se lo preguntara, en realidad sabía hacía donde iba. Pero, era
mejor asegurarse, —detente —está vez fue estricta.
—¿Por qué? —Iori parecía infeliz.
—¿Por qué crees que mis problemas se solucionarán si vas a ese lugar?
—Porque seguramente comenzaré a gustarte, —Iori se veía muy entusiasmado.
—Será todo lo contrario.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Si les haces algo, te ganarás su odio y aumentará su acoso contra mí.
—Pero es normal que la gente me odie por no ser como nee-san… —todos los chicos creen
que el mundo los odia.
—Las chicas pueden ser crueles.
—¡Las acabaré!
—Detente.
—¿Qué haces? Ahh
—Sí me dejas, te arrepentirás.
—¿Acaso no querías que te dejara?
—Eso no es para nada bueno.
—Pero…
—No lo hagas de esa manera, —Kanna por fin habló honestamente con Iori, aunque eso lo
desanimara al no poder ayudarla. —¿Me entiendes? No les hagas nada, —era doloroso para
ella.
—… —, Iori no asintió en aprobación. A juzgar por su rostro, parece decidido a hacerlo.
—No volveré a hablarte si haces algo estúpido.
—…
—¿Escuchaste?
—Escuché perfectamente… —Iori parece confundido. Su mirada era la de un niño incrédulo.
Durante todo el día, se la pasó escuchando a sus compañeros de clase preguntándole por sus
zapatos.
—Oye, ¿qué sucedió con tus zapatos, Hase-san?
—Mi culpa, los olvidé.
—Vaya, eso es muy raro.
Ese día dio la misma explicación por cada «buenos días» que le decían. Solamente una
persona llego para cambiar esa rutina, aunque llegó tarde ese día. Junto a la ventana. La
espalda frente a ella pertenece a Yuuko.
—Es terrible, Kanna-chan. ¡Desearía que me hubieras despertado temprano! —Yuuko seguía
sin aliento después de llegar corriendo hasta el salón desde Sakurasou. Tan pronto tomó
asiento, cayó agotada sobre su pupitre.
—Disculpa, pero en mi defensa, te estuve hablando e incluso te quité la sabana de encima, te
agité tomándote de los hombros y hasta te di una bofeteada. A pesar de todos mis intentos,
simplemente te despertaste para decirme, «voy a seguir durmiendo hasta mañana», y te
volviste a dormir, Kanda-san.
—¿En serio hice eso?
—No recuerdo el resto de los detalles, pero, así fue.
—Lo siento, Kanna-chan.
—No tienes que disculparte.
—¡Mañana me aseguraré de despertar cuando vuelvas a golpearme!
—Me alegra saber que quieres ayudar, pero, golpearte es solamente mi último recurso. —En
ese momento, Kanna se percató de algo al mirar los pies de Yuuko. Al igual que ella, Yuuko
llevaba puestas pantuflas para invitados. —¿Qué les sucedió a tus zapatos? —, Kanna ahora
fue quien hizo la misma pregunta que hasta ahora sus compañeros le han estado haciendo.
—Pensé en lavarlos y me los llevé a casa…
—Y se te olvidó traerlos de vuelta según me doy cuenta.
—¿Qué paso con los tuyos?
—También olvidé lavarlos…
Ahora Kanna ha podido recordar algo clave, recuerda haber visto un par de pantuflas en el
cuarto de lavado. Dentro de una mochila rosa que Yuuko ha usado desde la primaria. En la ID
de la mochila podía leerse, Kanda Yuuko.
—Según la memoria de Yuuko, comiste nabe con Misaki-san en su casa y te tomaste un baño
ahí, ¿crees que pudimos haberlos olvidado en ese lugar?
—Puede ser.
—¿También olvidaste los tuyos? —Yuuko miro los pies de Kanna, —¡Increíble! ¡Ambas
traemos el mismo calzado!
Es difícil entender cómo eso alegra a Yuuko, pero, su sonrisa era muy inocente. Gracias a
ella, Kanna dejó de sentirse triste.
—Bien. —Se sintió salvada por Yuuko.
Durante la clase, Kanna no dejaba de pensar en sus zapatos que desaparecieron del
casillero. ¿Qué hará mañana sin zapatos? Llamaría mucho la atención pasársela dos días
usando pantuflas para invitados.
Mas tarde podría ir a comprar unos nuevos. Pero, seguramente ahora debería explicarles a
sus compañeros y a Yuuko por qué compró zapatos nuevos. Como no puede contarles la
verdad, se vería obligada a mentir. Eso no le hace sentir culpa porque no está engañando a
nadie ni haciéndole daño, simplemente sería algo extraño para sus compañeros de clase. De
ser posible, preferiría no ser juzgada.
Aunque…existe la posibilidad de que estas igual desaparezcan. Usualmente los artículos
nuevos siempre son robados. También sería la manera perfeta de descubrir al culpable.
—Nee~, Kanna-chan. —alguien la toco en el hombro.
Kanna miró atrás mientras la profesora escribía en el pizarrón. Con la mirada le preguntó,
«¿qué sucede?». Yuuko solo apunto hacía la ventana.
Kanna sintió curiosidad. De inmediato pudo darse cuenta de lo que Yuuko le quería decir. Las
clases aún no habían terminado, todo lo contrario, les estudiantes deberían estar tomando
clases sin importar su departamento. Ahí estaba Iori. Merodeando entre las sombras.
—Ese idiota… —Sacó su teléfono por debajo de la mesa. Para evitar que la profesora la
descubriera, lo hizo deprisa.
[No hagas nada innecesario]
Iori pareció sentir la vibración de su teléfono al recibir el mensaje de inmediato.
[Wow, ¿cómo te diste cuenta?]
[Date la vuelta]
Iori miró arriba y abrió la boca como un estúpido.
[Lo siento]
[¿Recuerdas nuestra promesa?]
Si se le ocurre hacer algo arriesgado, Kanna nunca más volverá a dirigirle la palabra.
[¡De verdad lo siento!]
No dejó de enviarle imágenes de Dogeza con cada disculpa.
Kanna guardó el celular tras molestarse con Iori. Decidió enfocarse en el pizarrón. Su celular
no deja de vibrar a causa de la cascada de mensajes, pero, Kanna no se distraerá de clases.
Ya ni siquiera miraba por la ventana.
Por culpa de las acciones de Iori, no es que le vaya a caer una maldición encima a Kanna.
Simplemente, no le gusta que él haga cosas malas por ella.
Para ser honesta, Kanna siente una sensación cálida en su pecho al pensar que Iori faltó a
clases para buscar sus zapatos… Sin embargo, Kanna no sucumbirá a ese sentimiento.
Durante el descanso, Kanna aprovechó para comprar una bebida en la máquina expendedora.
Siempre visita la que se encuentra a lado de las escaleras. Justo cuando iba a llegar a la
máquina, vio a Iori subiendo las escaleras, se detuvo y giro a la derecha para caminar hasta
otra máquina expendedora.
Tras caminar un rato, llegó hasta la del primer piso. A pesar de alejarse de Iori, tampoco podía
comprar en esta. Había un grupo de estudiantes de segundo año. En ese grupo de chicas se
encontraba Hiyoshi Mikako y las chicas de esta mañana.
Kanna se quedó parada en su sitio. Ambas cruzaron miradas. Parece que las demás chicas
se sorprendieron de la reacción de su amiga, pues todas voltearon a ver a Kanna como una
sola mente. Ella no puede escuchar lo que dicen. Sin embargo, sus risas bastaban para
quemarla. Tenía un mal presentimiento.
Kanna les dio la espalda y se alejó sin comprar nada. Quería dejar ese lugar rápidamente.
Quisiera desaparecer de la vista de esas chicas tan pronto sea posible.
Solo quiere huir a un lugar con poca gente. Sus pasos con pantuflas hacían eco en todo el
pasillo, con cada paso que daba, sentía un nudo en su pecho.
No era frustración ni odio. Era pura miseria… Una infinita tristeza. Sin darse cuenta, buscó
refugio en el salón de música.
Había mesas y sillas alineadas. Un piano al frente del salón. Su brillo era impresionante.
Gracias a la alfombra, no podían escuchar sus pantuflas. Es un salón adecuado para no dejar
escapar el sonido, el cual enmudece cuando todos salen a almorzar.
Caminó hasta llegar a la parte trasera del salón, se recargó en la pared y lentamente fue
cayendo hasta sentarse sobre el suelo.
Todas sus fuerzas la abandonaron y entonces comenzó a llorar. Ni siquiera comprende sus
sentimientos. Aunque quisiera dejar de llorar, no podría hacerlo.
Pero, un crujido capto la atención de los oídos de Kanna. Era el sonido de los altavoces del
aula. ¿O será que es anuncio para toda la escuela? Kanna creyó que se trataba de un
anuncio de rutina.
[¿Quieren ayudarme con esto?]
Kanna escuchó la voz de un chico.
[¿Podrías hacerte a un lado?]
[Puede que funcione]
Era las voces de tres chicos diferentes. La primera sin duda pertenecía a Iori. Los otros dos,
seguro eran Kasukabe Shiyou y Takesato Naoya, sus compañeros de clase.
¿Qué demonios tenía pensado hacer Iori? Con solo escuchar a esos tres podía darse cuenta
que no era un anuncio oficial. Y a juzgar por la situación, tampoco es algo espontaneo.
Alzó su mirada con curiosidad mirando a los altavoces.
[Etto… yo soy]
Sonaba como un niño nervioso contestando el teléfono. Era muy extraño escuchar tanta
tensión en la voz de Iori. Todo su cuerpo estaba rígido.
[¿Qué?]
Uno de sus amigos no lo entendía.
[Iori]
Otro de sus amigos le ayudó a seguir.
[Chicos, guarden silencio… Ah, ya me acordé. Oye, no respondes a mis mensajes ni a mis
llamadas, fui a buscarte a tu salón, pero no te encontré, por eso he decidido decírtelo por este
medio]
Kanna pensó en todo el esfuerzo de Iori con tal de hablar con ella. Sin embargo, las palabras
de Iori sobrepasaron cualquier expectativa que tuviera de él.
[Volveré a confesarte mis sentimientos si gano el campeonato nacional de piano]
—¿¡Ah!? —La sorpresa eliminó todos los pensamientos negativos en la cabeza de Kanna.
[¿De quién hablas, Iori?]
Sus amigos creían que Iori estaba loco.
[Hablo de Hase Kanna… chan…]
Iori sonaba como un estúpido tratando de decir su nombre. Entonces, todo quedó en silencio.
Para Kanna, era un gran alivio. Sentía paz.
[Digo otra vez, porque ya me le confesé antes.]
Sus absurdas explicaciones rompieron el silencio. Cuando Kanna recobró la consciencia,
pudo escuchar que los pasillos eran un caos tras escuchar a Iori. Las risas de todos los
estudiantes inundaban el ambiente y rompían la barrera del silencio del salón de música.
[¡Oye, deja de usar el sistema de altavoces de la escuela!]
Se escuchaban voces de adultos. Al parecer, los profesores llegaron para detenerlos.
[¡Todos ustedes a la sala de profesores!]
Entonces se escuchó el grito de tres personas.
[¡Lo dije en serio, Kanna-san!]
Con ese grito, quedó suspendido el anuncio no oficial de la escuela, pareciera que se le
llevaron arrastrando.
—Haa… —El suspiro de Kanna era el único ruido en el salón, —gracias a eso, ya no puedo
regresar a mi clase.
En realidad, ella no sentía los ánimos de tomar clases hoy. Kanna se siente un poco feliz por
contar con una excusa para faltar.
—Es un idiota… —Kanna esperó hasta que sonara la campana para ir a la enfermería.
—Lo siento, me siento un poco mal —, Kanna mintió para poder recostarse en una de las
camas de la enfermería.
—Es normal, ¿no te sientes un poco avergonzada? —la encargada de la enfermería, Hasuda
Kayoko, sonrió al verla.
Kanna descansó en ese lugar hasta una hora después de que las clases terminaron. Ya casi
eran las 5 de la tarde.
Aunque aún quedaban algunos estudiantes realizando sus actividades de club, el edificio
principal está muy tranquilo a estas horas. Ha caminado por todo el pasillo sin toparse con
nadie, pudo entrar al salón para tomar sus cosas sin que nadie la viera. Tampoco se encontró
a nadie de camino al casillero para zapatos.
—…
Sus dedos temblaron al sujetar la manija. Tenía miedo por no saber qué hacer si sus zapatos
también hubiesen desaparecido. Sin dejar de rezar en su interior, abrió el casillero lentamente.
—…
Ante ella apareció una imagen que nunca imaginó. Hay dos pares de zapatos apilados. No
tiene ninguna duda, uno de esos pares había desaparecido esta mañana. Son sus zapatos de
interior. No tienen ninguna mancha, ni mucho menos pintura o algún tipo de mensaje grosero.
Es imposible no pensar en ese momento. La transmisión de Iori en los altavoces escolares.
Posiblemente, creyeron que era una estupidez haberlo hecho al escucharlo. Seguramente se
dieron de cuenta lo estúpido que fue robar sus zapatos. Pero, eso solamente es una teoría…
Kanna devolvió las pantuflas para invitados ya con sus zapatos puestos. Entonces, se
encontró con alguien de salida. Iori. Llevaba su mochila y unas partituras en la mano. Él
también se percató de la presencia de Kanna.
—Guh.
De inmediato Kanna se sintió atraída con su rostro. Su cara era la de un niño que acaba de
hacer una travesura y su madre lo descubría.
—…
—¿Estás molesta?
—Gracias a cierta persona, no pude tomar clases.
—Lo siento.
—¿Con qué cara se supone que me presente mañana?
—Lo siento.
—Haa…
—Perdón, perdón.
—… —Kanna lo maldecía en silencio.
—¡Perdóname, por favor! —Iori juntó sus manos pidiendo clemencia.
—La competencia… —Kanna evitó mirarlo a los ojos.
—¿Eh? —Iori miraba a Kanna, aunque desviaba su mirada ligeramente al igual que ella lo
hacía.
—Saldremos juntos si logras ganar la competencia.
—¿Eh?
—…
—Ah ¿Ah? ¿¡Lo dices en serio!? ¿¡De verdad!?
Kanna asintió ligeramente para no exponer su voz. Sin decir nada, Kanna salió corriendo con
la cabeza a gachas. No tenía el coraje para seguir parada en ese lugar. Iori también ocultaba
su rostro.
Tras alejarse, pudo escuchar como este festejaba de la emoción.
—¡Si~! ¡Yahooo~! ¡Espérame!
Kanna logró escuchar la voz llena de felicidad de Iori.
Parte 5.
Los días tranquilos que Kanna soñaba, eran eso solamente, un sueño, no tuvo ninguno de
esos desde aquel día hasta el final del semestre. Desde el anuncio de Iori, ella era el centro
de atención de todas las miradas.
A Iori no le importaba nada de eso, simplemente se dedicó a ensayar, pero Kanna no era tan
poco perceptiva para ignorarlas.
Al día siguiente de la trasmisión, Kanna era tendencia en toda la escuela y circulaban muchos
rumores, estos nunca pararon.
—¿Hase-san, quieres salir conmigo?
—¿Podrías darme una respuesta a mi confesión de ayer?
—Con que Himemiya-kun… supongo que no es una mala elección.
—Oye, ¿qué sientes por Himemiya-kun?
—Hacen bonita pareja, duren.
Todos los días, chicas y chicos se le confesaban, hacían preguntas o misteriosamente los
apoyaban dando mensajes de ánimo.
—Aún no somos pareja, —ella quería dejar las cosas claras.
—Entiendo~
Esa era su rutina, en ningún momento la dejaban sola. Kanna quisiera entender por qué a las
chicas les resultan tan interesante este tipo de historias románticas…
Tal como se lo imaginó, durante el examen, Kanna pudo disfrutar de un poco de paz, una vez
terminó, volvieron las preguntas y cada vez faltaba menos para el concurso de piano. Cada
día aumentó el interés de las chicas por Iori. Necesita salir victorioso en la segunda ronda
eliminatoria para llegar a la gran final.
Kanna preferiría que lo dejaran practicar en paz. Es un momento importante para Iori y lo
necesita para practicar… Cree que lo mejor es que no se distraiga en tonterías. A veces
pensar en todo el ruido y estrés que le hacen pasar, le causa un dolor agudo en el pecho.
Sin embargo, ante la preocupación de Kanna, a Iori no le afectaban todas esas cosas. La
prueba fue que paso la segunda ronda sin mayor inconveniente.
—Pasé la eliminatoria. —Dijo Iori, luciendo muy confiado.
No es nada sorprendente en realidad, su habilidad es prueba de merecer llegar a la final.
Todo esto representa un gran esfuerzo, para poder llegar a estas alturas ha seguido una serie
de ejercicios y prácticas todos los días desde que comenzó a recuperarse de la fractura de su
mano.
Kanna lo ve como una odisea imposible para cualquier otra persona.
Ella no pudo dormir la noche de la eliminatoria. Tras dos horas dando vueltas sobre su cama,
decidió levantarse. No tiene sentido seguir acostada si no puede quedarse dormida.
De cualquier forma, ahora mismo son vacaciones de verano. Mañana no debe ir a clases.
Podría desvelarse y no afectaría en nada.
En el momento que se levantó, su estómago gruño. Decidió encargarse de su hambre.
Al llegar a la cocina, se percató de otra persona con problemas para dormir.
—Oh.
Era Iori hurgando dentro del refrigerador. A un lado de este, dentro de una cama acolchonada
y redonda, dos gatos dormían plácidamente; Aoba y Asahi.
—Agh, estoy hambriento. —Iori no se ha salido del interior del refrigerador, porque sigue sin
encontrar algo bueno, —solamente hay ingredientes para hot cakes. — bastaría con mezclar
huevos y leche con un poco de harina, —genial —. Iori tomó los ingredientes del refrigerador,
y caminó con ellos hasta la alacena. Metió todos los ingredientes con todo y empaque dentro
de la panera y se disponía a agitar.
—Alto, mejor lo hago yo. —Kanna le arrebató la caja de madera de las manos. Sacó un sartén
y un tazón para vaciar los ingredientes.
—¿Quieres envenenarme?
—Nunca los mezcles de esa manera.
—¿Por qué?
—Va a ser una molestia si te envenenas o te quemas.
—¿Crees que soy idiota?
— ¡Solamente prevengo un accidente! —Kanna le gritó como si fuera su madre. Nunca ha
creído que Iori sea estúpido. Sin duda sus manos son más talentosas que las de Kanna.
Incluso es mejor cocinero que ella.
—Toma asiento, por favor.
—Claro~ —tras responder como un niño pequeño, Iori caminó alegre hasta la mesa. Tiene un
cuchillo y un tenedor en las manos mientras espera sus hot cakes.
Unos diez minutos después, Kanna sirvió dos hot cakes recién hechos en un plato y se los
dio. Ella se sentó a su lado.
—Sin duda saben delicioso. —Se llenó la boca de un bocado.
—Nah.
—¿Vas a ir?
—…
—Es este 10 de agosto… ¿tienes alguna otra cosa que hacer?
—No, pero…
—¿Pero?
—Puede que regrese a casa…
En realidad, ella no quiere hacerlo. No quiere visitar la casa donde su madre y nuevo padre
viven. Además, su madre está embarazada. Dentro de unos pocos meses, nacerá su nuevo
hermano o hermana. Ya no hay lugar para Kanna en ese hogar.
—Bueno, justo ahora tenemos vacaciones de verano. Si en algo te ayuda a hacerte sentir
mejor, ven conmigo.
—Uhm… —con una respuesta ambigua, Kanna se levantó de la mesa, —deja los platos
dentro del lavatrastos, yo los lavaré mañana.
—De acuerdo.
—No te esfuerces demasiado hasta la final —su mirada nunca se apartó de los dedos de Iori.
Su voz sonaba un poco angustiada.
—Aunque lo ocultes, en verdad te importa.
Aquellas palabras sorprendieron a Kanna, —¿Qué?
—Te preocupaste cuando me lastimé.
Para Kanna eso era un ataque directo a su corazón. No puede moverse. Su latido aceleraba
con cada palabra de Iori.
—…
Piensa que le ha hecho sentir algo. Piensa que debe negar las palabras de Iori. Pero, nada se
le ocurre.
—Estaré bien.
—…
—Por eso mismo, quiero que me veas en la final —Iori llevó el último pedazo de hot cake
hasta su boca, dejó los platos en su lugar y salió de la cocina agradeciéndole, —gracias por la
comida.
Kanna se quedó sola en la cocina.
—¿Cómo…? —sus sentimientos la vencieron, —¡Es imposible que no me preocupe por él!
No es capaz de confesar ni de tragarse sus sentimientos, Kanna lucha contra ellos
arrepintiéndose en todo momento…
Parte 6.
Su tercer verano en Sakurasou. Hoy 10 de agosto, puede sentirse como un día impredecible.
Han pasado 20 días desde aquella reunión en la cocina, esos días volaron en un abrir y cerrar
de ojos.
Este día se llevará a cabo en el auditorio de la universidad de artes Suimei la final de la
competencia nacional de piano.
Por desgracia, el cielo parece coincidir con el humor de Kanna. Una lluvia pesada no ha
dejado de azotar la ciudad. Incluso mientras veía partir a Iori en la mañana, Kanna seguía
preguntándose si debería ir a apoyarlo en la competencia.
Siendo honesta, tiene mucho miedo de ver a Iori tocar el piano. Ella se sentiría culpable de
cualquier error que este cometiera… Pensando en eso, Kanna se preparó para salir. Se puso
el uniforme y se paró frente a la puerta. Si saliera ahora mismo, llegaría justo a tiempo para
verlo tocar.
—…
Se puso los zapatos sin dejar de preocuparse. Tras pensarlo una vez más, Kanna salió de
Sakurasou. Está por recorrer un camino bastante familiar para ella.
Cruzó las puertas de Suimei, llegó hasta las cercanías de la universidad. Atravesó la puerta
principal y caminó por todo el camino arbolado. Hay otras personas caminando en la misma
dirección. Probablemente tengan el mismo destino que Kanna.
Algunas personas van vestidas elegantemente.
Caminó hasta llegar al auditorio sin dejar se sentirse nerviosa. Subió las escaleras y se
encontró con una fila para entrar. Justo cuando estaba a unos metros de entrar, Kanna se
separó de la fila y bajo las escaleras. Respiró profundo. Tras pensarlo de nuevo unos minutos,
llegó a una conclusión….
—Supongo que sería mejor regresar…
Quería huir de ese lugar. Cuando quería alejarse, se encontró con alguien conocido.
—Oh, Kanna-san. —Era el hermano mayor de Yuuko, Sorata. Va vestido adecuadamente
para la ocasión, —¿También vienes a apoyar a Iori?
—No, yo…
Entonces, una voz estrepitosa bloqueó cualquier excusa de Kanna desde el interior del
auditorio.
—Oh~ Hola~ ¡Kouhai-kun! —Misaki no dejaba de agitar sus manos en el aire desde las
escaleras. Puede verse a su marido junto a ella. Pero, no iba solo, dos personas más les
seguían. Saori, la hermana mayor de Iori, y su novio, Tatebayashi Souichirou.
—¿Eh? ¿Has venido, Jin-san? —Parecía que ni Sorata lo esperaba, lo sorprendió por
completo. Jin estudia en Osaka, se supone que debería estar en clases.
—He vuelto. El expresidente del consejo estudiantil estaba muy entusiasmado por
presumirnos a su Kouhai.
—Nadie dijo eso.
—A-Así es, Mitaka. ¿Cuándo dije tal cosa?
Souichirou y Saori protestaron respectivamente
—Parece que ustedes dos quieren enfrentarme.
—¡Acepto el reto! —Saori se avergonzó un poco con las palabras de Jin.
—Por ahora podríamos mejor buscar un par de asientos juntos. —Jin la ignoró y caminó hasta
la entrada del auditorio. Souichirou y Saori lo siguieron a regañadientes.
—¡Ora ora! ¡Síganme, Kouhai-kun y sin pantsus!
—Pero, yo… —su intención de decir «yo iba de camino a casa» quedó ahogada en su
garganta tras las ordenes de Misaki.
La parte trasera del auditorio cuenta con unos doscientos asientos disponibles para todo el
público. Puede sentirse la tensión en el aire del lugar.
Encontraron una fila vacía, y tomaron asiento en el siguiente orden; Jin, Misaki, Saori,
Souichirou, Sorata, y Kanna.
El 70% de los asientos ya han sido ocupados. La gente no ha parado de entrar, seguramente
se llenará antes de que la competencia comience.
—Por cierto, Iori mencionó algo bastante interesante. —Sorata rompió el hielo.
—¿De qué se trata? —Saori no pudo evitar sentir curiosidad. Se puso de pie y caminó hasta
pararse frente a Sorata y Kanna.
—Lo anunció por medio de las bocinas del colegio, si gana el primer lugar, se le confesará a
Kanna. —Sorata le explicó todo a su hermana.
—Woew, ese idiota… Me disculpo si Iori te ha causado problemas. —Saori en verdad lucía
apenada.
—No te preocupes…fue incómodo al principio, pero todo está bien.
—En verdad lo siento mucho, —Saori no paraba de disculparse.
—Lo digo en serio, no hay problema. —Ni siquiera Kanna sabe si todo está bien ahora.
Tampoco tiene muchas opciones en estos momentos.
[La competencia iniciará en unos momentos. Por favor, les pedimos que tomen sus lugares]
Su conversación se vio interrumpida por el anuncio para el público. Eso la tranquilizó un poco.
No le gustaría seguir hablando de ese tema.
Todos esperaron en silencio a que comenzara la competencia…así pasaron cinco minutos…
Hasta que finalmente, presentaron al primer participante. Una chica de pisada suave y
hermoso vestido subió al escenario.
Comenzó con su pieza de piano, llamando la atención del público y los jueces. Ha
interpretado las tres canciones que componían su presentación sin problemas.
Tal como se imaginaba, los pianistas tienen un gran talento como para llegar a las finales.
Queda de sobra decir que esa chica sabe tocar el piano, sus manos se mueven con agilidad,
cada canción ha sido interpretada con una técnica impecable.
Desde el punto de vista amateur de Kanna, todos los participantes tocan como profesionales.
Ha terminado otro participante. Cada que una presentación concluye, se repite el mismo
protocolo; el público aplaude y sale el siguiente. Los aplausos varían dependiendo el
participante y cuanto cautive a la audiencia, en ocasiones esa diferencia parece una crueldad
y castigo para los músicos. Kanna está segura que ellos se dan cuenta.
Iori ha hecho su aparición como el noveno participante.
Cuando mencionaron su nombre, toda la sala se vio impaciente. Tan pronto vieron a Iori
entrar con su traje de cola colgando sobre su brazo, todos en la sala enloquecieron. No era la
imaginación de Kanna.
Iori es famoso por dos motivos. Uno, por ser el hermano menor de Saori, la chica sentada en
la misma fila que Kanna. El segundo, haberse roto una mano hace dos años y desaparecer de
todos los eventos y competencias musicales.
Es su primera competencia desde aquel incidente.
Es imposible no emocionarse cuando es su gran regreso. Al mismo tiempo, Kanna tiene el
presentimiento de que los ojos de todo mundo lo mirasen y muchas de esas miradas cargaran
con malas intenciones.
Iori caminó hasta el piano sin verse afectado por esas personas. Ajustó la altura del banquillo,
se estiró un poco y se sentó frente al piano.
Dio un respiro profundo antes de comenzar.
Pareciera que ese pequeño momento fuese un ritual que le diera fuerzas para comenzar, Iori
puso sus manos sobre las teclas y comenzó su presentación. Es un momento para el cual el
corazón de Kanna no estaba listo. Ella se sintió sacudida por la melodía proveniente del piano
de Iori.
Una suave y delicada melodía. Sus dedos corren libremente sobre las teclas. Era muy
amable, aunque pareciera una melodía donde la inocencia no tuviera cabida.
Esos sentimientos turbulentos fueron disuadiéndose.
Su consciencia le pertenecía.
Siente una intención oculta en la melodía. Era la verdadera voluntad de Iori. Lo que más ha
atrapado a Kanna, es la expresión en el rostro de Iori.
—… …
Ríe. Se ve muy feliz, por eso no para de reír.
La segunda canción ha sido una confrontación a su primera pieza, es muy poderosa. Violenta
como la tormenta. Ha impregnado sus emociones. El momentum se ha convertido en sonido
capaz de perforar la piel hasta recorrerla por su interior.
Cuando aquella pieza terminó, Iori se tomó un momento para recuperar el aire y recobrar la
postura. Seguía su última canción. Toda la audiencia la esperaba.
Con el fin de satisfacer sus expectativas, Iori tocó canciones que sus oídos pudieran degustar.
La audiencia experimentaba todo tipos de emociones y sensaciones que no podrían replicarse
ahora, les otorgaba la oportunidad de saltar, de volar, de emocionarse. Esto es gracias a que
Iori disfruta de la situación, Kanna piensa eso.
Es una realidad, Iori toca el piano para complacerse… …
Finalmente, Iori termina su pieza final sin errores graves. Levantó las manos en el aire y
remató con un final abierto para finalizar dejándolas en el aire, era como si el público fuese su
marioneta y él su amo.
El silencio es el rey de auditorio.
Ha roto las barreras conteniendo los sentimientos del público y una lluvia de aplausos lo bañó
en el escenario.
—¡Bravo~! ¡Iorin! —Incluso la voz de Misaki quedó relegada ante los aplausos.
Iori se levantó y agradeció a todos con una ovación. Alzó la mirada y sin dudarlo miró a Kanna
acompañada por los demás. En medio de los aplausos, Iori desapareció del escenario. Ha
pasado un rato desde que bajó y los aplausos no habían amainado.
—Nunca me aplaudieron tanto. —Saori se sinceró.
—Parece que Himemiya Iori finalmente se ha graduado. —Sorata no se dirigió a nadie en
particular. Tampoco nadie le respondió para confirmar sus palabras.
En silencio, sin que nadie la notara por el entusiasmo post presentación.
Kanna luchaba en su interior, la razón contra el corazón. Quisiera llorar.
Son las cuatro de la tarde y todos los competidores han concluido su presentación.
Les tomaría a los jueces unos treinta minutos llegar a una decisión, una vez concluido ese
tiempo, se han presentado sobre el escenario para anunciar al ganador.
Si se tratara de aplausos, Iori sin duda sería el ganador. Kanna espera verlo tomar el premio
en unos instantes.
[Felicidades a nuestro ganador, con esto concluye la ceremonia]
Kanna sigue sin entender por qué un hombre ha terminado la ceremonia sin decir el nombre
de Iori. Han pasado treinta minutos desde que terminó la ceremonia de premiación.
El auditorio ha quedado vacío. Los participantes se han cambiado de ropa y la mayoría ya se
fueron a casa. Kanna sigue esperando a Iori en el lobby junto con el resto. No hay intercambio
de palabras, solamente permanecen sentados sin decir nada.
—Voy a entrar, —En cuanto Kanna se enteró que Iori era el único participante dentro de los
camerinos, abrió la puerta.
Pudo ver la silueta de Iori al fondo de la habitación, está encogido de piernas sobre el piso
entre los casilleros y la pared.
—Los de limpieza dicen que no pueden entrar hasta que nos vayamos.
—… —Iori sin decir nada, comenzó a limpiar el piso con la punta de su dedo.
—Toma, cámbiate de ropa.
—No.
—No actúes como un niño.
—…
—¿Qué pasa contigo? ¿Te sientes triste?
—No es eso.
—¿Entonces qué?
—Quería ganar la competencia… —Iori enterró la cabeza entre sus rodillas.
—¿Tanto te mueres por salir conmigo?
—Así es… —Iori se escuchaba muy triste, —pero tampoco eso era todo.
—¿Entonces?
—Quería ganar un premio…
—¿Para qué?
—Quería ganar un premio para poder demostrar que yo gané.
—…
Iori levantó la mirada, pero se enfocaba en el techo, evitó el contacto visual.
—No he dejado de pensar en ti, en verdad quería hacerlo.
—¿De qué hablas? —Kanna se sintió sorprendida cuando descubrió que ella era el motivo
detrás de su presentación.
—Nunca me importaron los huesos rotos…Me preocupaba que pensaras todo el tiempo que
fuese tu culpa…
—Imposible… es imposible que descubrieras eso.
—¡Por ese motivo, quería ganar y demostrarte que todo estaba bien! —Su rostro demostraba
que en cualquier momento rompería en llanto.
—¿Quieres decir que lo hiciste por mí?
—Sí~
—¿Eso es todo?
—Lo que trato de decir es que… ¡Quiero hacerte feliz con mí música!
—¿¡Qué!? —Kanna se avergonzó al escuchar los verdaderos sentimientos de Iori.
—¡Mierda, no sé qué más decirte! —Iori se apretó la cabeza con ambas manos como si
estuviera llegando a su límite, —¿Qué piensas acerca de mí?
—¿Ah?
—No tienes que pensarlo mucho
—Vaya, esto es muy problemático.
—Sabía que pensabas algo malo.
—No he dicho nada aún.
Es muy extraño, ahora Iori ha estirado sus piernas como si tratara de reconfortarse.
—Aunque no conseguí ganar el primer lugar, logré llegar hasta la final sin mucho esfuerzo.
—…
—¿Escuchaste los aplausos?
—Es la primera vez que veo a una multitud tan emocionada.
—Pero…
—Pero la única opinión que me interesa, es la tuya. —Iori miró directamente a Kanna a los
ojos. Cuando ella recordó la presentación de Iori, sintió un calor recorrer su cuerpo. Esa
sensación ayudó a que sus labios expresaran sus verdaderos sentimientos.
—Pensé que no sería tan malo salir contigo…
—¿Eh? —Iori respondió con cara de estúpido, —¿Qué acabas de decir?
—No lo repetiré. —Desvió la mirada para ocultar su vergüenza.
—¿Lo dices en serio…? —Seguía sin creerlo, era mejor asegurar, —¿Acaso estás enferma?
—¿Qué? ¿No quieres? —Kanna ya estaba molesta.
—¿Qué no me odiabas?
—Nunca dije eso.
—No, estoy seguro que me lo has dicho un millón de veces.
—Solo han sido unas cien.
—¿No son suficientes para convencerte?
—Si no quieres salir conmigo, de acuerdo. Adiós. —Kanna le dio la espalda a Iori y se
disponía a irse. Se dirigió hasta la puerta. Siendo honesta, de verdad quería irse de este lugar,
no puede seguir aguantando tanta vergüenza.
—Bien~ ¡Espera! ¡Solo jugaba! ¡Por favor, sal conmigo! ¡Estoy muy emocionado~! —Iori le
estaba rogando sin importarle su orgullo. —¡Lo siento! ¡Por favor, tengamos una cita!
—Ahhh…es demasiado vergonzoso. Solo detente.
—Claro, lo haré. —Iori se puso de pie, —¡Sal conmigo, por favor!
—De acuerdo, mucho mejor. Saldré contigo.
—¡Lo logré! —Iori saltó de alegría. Es difícil imaginar que este mismo chico estaba encogido
en un rincón de esta misma habitación llorando hace unos instantes. Ha cambiado
completamente.
—Te esperaré afuera, cámbiate de una vez —Kanna salió del vestidor sin dejar de mirar al
suelo para ocultar su bochorno. Cerró la puerta y trató de mirar al frente.
—… —Dio un respiro y afrontó la situación. En ese momento, todo su cuerpo quedó
paralizado.
—Ah…
Ante ella, aparecieron las siluetas de Sorata, Misaki, Jin, Saori, y Souichirou…
—No te preocupes, solo escuche la mitad… —Saori estaba muy nerviosa tras ser descubierta,
—A-Aunque solo escuchamos lo más importante, n-no se lo contaremos a nadie, todo estará
bien.
—Saori, parece que vas a desmayarte. —Souichirou la detuvo.
—Bien, dejen todo en manos de nuestros Kouhai. —Misaki le hizo una seña de aprobación.
—Si, no me gustaría interrumpirlos. —Jin había comenzado a dirigirse a la salida.
—Eh, Kanna-san, te deseo lo mejor. —Cada uno de ellos le deseo lo mejor en su cita y fueron
despidiéndose.
Kanna no pudo seguirlos. Tampoco pudo ocultar su nerviosismo. Tiene un sentimiento
atorado en el pecho que se vuelve más intenso conforme espera delante del vestidor.
—¿Aún no terminas de cambiarte? —Kanna golpeó la puerta.
—¿Qué? ¿¡Qué sucede!? ¿¡Por qué estás enojada!?
Iori salió después de cinco minutos, entonces, ambos partieron del auditorio. Cuando salieron
no había nadie alrededor, los demás se fueron a casa hace tiempo.
Kanna e Iori caminaron juntos a casa. Ha comenzado a anochecer.
—…
—…
Han caminado por cinco minutos desde que dejaron atrás las puertas de la escuela, pero, no
han cruzado ni una sola palabra.
—Vaya… —Iori parece temeroso a decir algo.
—¿Qué?
—¿No quieres hablar?
—¿Por qué?
—Bueno, se supone que nosotros somos novios, supongo que debemos hablar de muchas
cosas.
—¿A qué te refieres?
—«Varias cosas» —Iori tiene miedo de mencionarlo.
—…
—…
El silencio volvió a ser esa tercia incomoda. Pero, no los acompañó por mucho tiempo.
—Oye, ¿puedo comenzar a llamarte por tú nombre?
—Como quieras.
—Kanna…. San…
Se emocionó al principio, aunque le entristeció un poco escuchar un honorifico al final.
—Fue incómodo.
—¿Has pensado que esas anotaciones tuyas afectan mi corazón?
—Lo sé.
—¡Quiero que lo entiendas bien! Tenemos formas de ser incómodas… ¿Podemos tomarnos
de las manos al menos?
Kanna no entiende un demonio ¿Qué trata de decir?
—Das asco. —era su manera de hacerle reflexionar.
—¿¡Qué!? —Iori se sorprendió más.
—Si te permitiera tomar mi mano, seguramente te tocarás otros lugares con la tuya.
—¿Crees que soy un pervertido? —Iori se agachó para verla directamente al rostro.
—No, sé que eres mi novio.
—O-Oh, —Iori alucinó al escucharla decirlo, —tu cara, está roja.
Kanna asimiló sus palabras cuando Iori le hizo notar su propio rostro. Siente la cara caliente,
olvidó por un momento sus propias palabras.
—Algunas veces puedo ser testarudo y aunque algo sea negro, diré que es blanco.
—¿Eh?
—Si algo es bueno, puede que diga es malo.
—Eso quiere decir que…no soy tu novio… ¿¡soy tu novia!? —Iori se confundió a sí mismo.
—No es así. —Kanna suspiró vencida.
—Bien~. Ya lo entiendo.
—Sobre lo que me pediste hace rato.
—¿Qué?
—Dijiste que querías tomar mi mano.
—Oh, ya lo recuerdo. ¿Puedo?
—Das asco. —Kanna se alejó mientras repetía las mismas palabras. Cuando menos se dio
cuenta, una sensación cálida envolvió su mano. Iori la atrapó.
—Es muy grande.
—¿Eh?
—Hablo de eso.
—Sigue hablando, es muy emocionante.
—Hablo de tu mano.
—Lo siento, ¿no vas a insultarme por mi error? —Iori actúa dócil. En el escenario parecía
tener el control de todo el mundo… Para Kanna es difícil pensar que se trate de la misma
persona.
—Quiero confesarte algo.
—Escucharé cada una de tus palabras.
—Soy una chica problemática.
—Lo sé bastante bien.
—Soy una chica vengativa.
—También me queda claro.
—Si haces algo sospechoso, revisaré tu celular.
—Aunque me duela, eliminaré mis tesoros del celular por la noche.
—Si cambias de opinión y comienza a gustarte otra chica, te apuñalaré por la espalda.
—¿Cómo me atrevería? —Iori parece hipnotizado.
—No estoy bromeando del todo.
—¡Eso quiere decir que algunas cosas si las dices en serio!
—Esta es tú última oportunidad para arrepentirte.
—Nunca lo haré. —Respondió de inmediato. Interrumpió a Kanna antes de que mencionara
otra condición.
—Si…
—¿Puedo preguntarte otra cosa?
—No.
—Sigo sin escuchar lo que piensas de mí.
—Si eso quieres, —Kanna soltó la mano de Iori y subió hasta el quinto escalón de unas
escaleras, en ese lugar dio la vuelta para mirarlo a los ojos, —Te odio. —Declaró, con su
mejor sonrisa.
Capítulo 3:
A mitad de un sueño.
Parte 1.
—¡Sorata-senpai, dime por favor cómo es un beso!
Durante el último sábado de noviembre, cuando el frio se vuelve mucho más duro. Iori ha
interrogado a Sorata aprovechando que tiene trabajo.
Vive en una vieja casa. Tras graduarse de Suimei, Sorata y Ryuunosuke rentaron una casa
que pueden utilizar como su espacio de trabajo. Tiene una habitación en el primer piso y tres
en el segundo. La puerta corrediza del primer piso separa la sala de su espacio principal de
trabajo.
Ahí se encuentran cuatro escritorios. Los dos del fondo son donde trabajan Sorata y
Ryuunosuke, uno de los escritorios del frente es utilizado por Iori, el cual se enfoca en el
sonido y efectos. El último está reservado para el equipo de diseño.
Queda solamente una mesa justo en medio de la habitación rodeada por sillas, su finalidad es
poder ser el centro para las juntas de emergencia. Iori golpeó con su puño el escritorio de
Sorata para llamar su atención, pero este sigue dándole la espalda.
—¿¡Sorata-senpai, me estás escuchando!? —Iori decidió acercársele molesto.
—¿Eh? ¿Qué decías? —Sorata apenas levantó su mirada de los documentos con la
información de Rhythm Battlers 2.
—¡Enséñame a besar por favor! —Ahora mismo pareciera que practicara con Sorata. Solo
unos centímetros los separaban. Naturalmente, Sorata no tenía interés en besar a otro
hombre, por eso se apartó haciendo atrás su silla.
—Necesitas besar urgentemente.
—No es que esté ansioso, simplemente llevo pensándolo desde hace unos meses.
—Entiendo, por eso vas muy atrasado con tu parte del juego.
Las canciones de Iori siempre dependen de su estado mental. Desde que trabaja con ellos ha
sido de esa manera.
—Bueno, supongo que es culpa de mi propia inocencia… Supongo que no puedes enseñarme
a besar.
Con el fin de ignorar ese tema, Sorata prefirió concentrarse en la ficha que tiene en sus
manos. Son algunos documentos para fundar su propia compañía en primavera. Es
importante llevar registro de su progreso.
Con la orientación de Totsuka y Fujisawa Kazuki, quienes les ayudaron mucho durante
«campamento de desarrolladores», decidieron concentrarse en un proyecto que garantice
ventas y sea bueno.
Quiere lanzar su propio juego independiente. Lo ve posible si utilizaran las ganancias
obtenidas con su juego apoyado por la compañía de Kazuki. Pero, si cometiera un error, sería
el final. Perderían todo su capital disponible para desarrollar otro juego, la compañía caería en
bancarrota en ese instante.
Cuando se trata de una pequeña compañía, no es nada rentable ocuparse de los gastos de
desarrollo hasta su venta. No solo se invierte en desarrollo, también es necesario pagar por
publicidad y difusión.
Lo recomendable es aliarse con una compañía grande y pagar una cuota para que esta se
encargue de la difusión y la venta en plataformas. De esa manera, Sorata y el resto pueden
concentrarse en el desarrollo.
En estos últimos meses, su relación con Totsuka ha crecido.
—Si haces una secuela para Rhythm Battlers, ten por seguro que mi compañía los financiara.
—fueron las palabras de aliento, y el motivo para tomar esta dirección.
—Sorata-senpai, ¿me estás escuchando?
Sorata miró por un momento a Iori tras terminar de leer el nuevo sistema de combate. Nunca
se percató de en qué momento Iori se sentó sobre su escritorio.
—Estamos cerca de celebrar otro mes como novios.
La relación de Kanna e Iori comenzó en agosto. Sorata lo recuerda bien, fue el mismo día que
la competencia de piano nacional.
—¿Crees que es demasiado pronto besarnos cuando apenas llevamos 4 meses?
—Ni siquiera pienso que exista algo como un momento adecuado. —Sorata dejó los papeles
sobre la mesa, y por una vez decidió concentrarse en las inquietudes de Iori. No le garantiza
solucionar nada, pero tampoco quiere seguir ignorándolo…
—¿Cómo fue tu primer beso, Sorata-senpai? ¿Cuándo y dónde besaste a Shiina-senpai?
—Ehh…, yo…
Fue durante su tercer año de preparatoria… en el último día del viaje de graduación. Justo
cuando respondió a la confesión de Mashiro dentro de la catedral de Hokkaido… Si le
respondiera con la verdad a Iori, entonces significaría que la besó justo cuando comenzaron a
salir…
—… —No ayudaría mucho contarle la verdad.
—¿Senpai?
—Oh, no lo recuerdo bien.
—Entiendo, Sorata-senpai. Cuando te vuelves un adulto, te olvidas de los besos~
La verdad es otra, pero es mejor saltarse la respuesta. No le gusta mucho contarle a la gente
acerca de ese momento. Es un recuerdo muy preciado.
—Quiero que un experto del amor como Sorata-senpai me enseñe a besar.
—¿Cuándo me convertí en un experto?
Ese título encajaría perfectamente al único y verdadero Rey de la noche, Jin-senpai, pero él
se retiró y ahora tiene una esposa…
—Me temo que no podré ayudarte.
—¡Eh~! ¡Dragon-senpai! ¡Ayúdame! —Ahora involucró a Ryuunosuke, quien trabajaba en
silencio.
—Ni me molestes con esas estupideces. —Ryuunosuke guardó la distancia. El código fuente
puede verse dividido en dos pantallas frente a él. Las líneas van apareciendo en cascada
conforme escribe.
—Pero, ¿Dragón-senpai no se ha besado muchas veces con Rita-san?
—No recuerdo cuántas veces ha sucedido eso… —eso se escuchaba como si lo incomodara,
—recuerdo unas cinco.
Dos veces cuando estudiaban en Suimei. Tres en la universidad. Ella era quien asaltaba sus
labios. Cada vez que ello lo besaba, él se desmayaba, era un poco preocupante para Sorata
saber que Ryuunosuke lo recordaba, aunque no le gustara.
—Cuéntame cómo convencer a una chica para que me bese~ —Iori suplicaba a los pies de
Ryuunosuke.
—¡Aléjate! ¡Kanda, haz algo!
—No es necesario repetirlo.
Sin duda no es la mejor opción preguntarle a Sorata. Para empezar, no cree que exista una
estrategia ganadora para besar. Sobre todo, cuando se habla de Kanna.
—¿Qué tal si se lo pides a Kanna-san?
En el caso de Iori, es la mejor opción. O al menos es la única idea viable.
—¡Cuando lo intenté, fui rechazado de inmediato!
—Ya veo…
Sin duda es una verdadera prueba para Iori.
—¡No solo me rechazó, me golpeó en la cabeza tan duro que caí al suelo y me miró como
basura, remató diciendo «eres una basura»!
Aunque no lo viera en persona, Sorata se imaginó la escena. Ella lo ha visto con esa misma
expresión incontables veces. Puede destruir el espíritu de cualquiera.
—¿Qué harás?
Sin dejar de quejarse, Iori se acostó sobre la alfombra.
—Eso no ayudará. ¿Qué tan lejos has llegado con Kanna-san?
—¡Ni siquiera entiendo la pregunta! —Iori decía la verdad.
—¿Se han tomado de las manos?
—Oh, por supuesto, me permitió tomarla cuando se lo pedí después del concurso.
—¿Solo esa vez? —Suena bastante increíble. Pedírselo dejó una impresión un tanto egoísta
en Kanna, algunas veces suele mencionarlo con gran disgusto…
—Desde entonces no hemos vuelto a tomarnos de las manos.
¿En verdad salen juntos?
—Si fuera tú, sin duda guardaría ese recuerdo.
—¡Eso hago! —Iori se sonrojó ligeramente.
—¿Por qué no vuelves a insistirle?
Hasta antes que comenzaran a salir, Iori se propuso como meta tocar los pechos, muslos, y
hasta el trasero de Kanna. Parece que ninguno de esos objetivos se ha cumplido, de otra
manera, no tendrían esta conversación.
—¡Si eso funcionara, no estaríamos hablando de como pedirle un beso!
—Entiendo.
—Siento como si fuera a desmayarme la próxima vez que me rechace.
—¿Eso crees?
Tomando en cuenta cómo se sentía Iori antes de poder salir con Kanna, no podía tomarse a la
ligera si cree que pueda entrar en depresión si Kanna se niega a besarlo. Demostró mucho
coraje para convertirse en su novio.
—¿Necesito besarla?
—Así es.
—¿Boca a boca?
—Supongo.
—¿Debo dejar de respirar por la nariz cuando lo haga?
Poco a poco ha ido cambiando su humor.
—Eso depende de cuanto dure su beso.
—¿Duración? ¿¡Cuántos segundos son adecuados!?
—No sé cómo responderte eso, aunque quisiera.
—¡Tú eres una persona con mucha experiencia, enséñame todo lo que sabes! —Iori llegó
arrastrándose hasta aferrarse a las piernas de Sorata.
—Depende de la atmosfera.
—¡Sabes que soy pésimo para entender ese tipo de señales!
Aparentemente, Iori no ha mejorado mucho respecto a leer la situación… Paso un rato
agarrado las piernas de Sorata suplicando, tras un tiempo, Iori se cansó y lo liberó. Ahora
mismo solamente se recuesta boca arriba mirando al techo.
—Quiero besar, quiero besarla~ —no ha parado de repetir esas palabras.
—Kanda, ese chico es demasiado ruidoso, cállalo. —Ryuunosuke era tan despiadado como
siempre.
—Es imposible, tienes ser paciente.
Ryuunosuke se sintió derrotado, no lo quedó de otra que darse la vuelta y quejarse en
silencio.
—Casi lo olvido, Sorata-senpai, —Iori se reincorporó.
—No esperes ningún consejo de mi parte.
—No se trata de eso… Se supone que en algunas ocasiones invitan idols para lanzar la
primera bola en los partidos de beisbol, ¿no?
—No estoy muy seguro de eso.
¿A qué viene la pregunta?
—¡El encabezado de un periódico deportivo cuando en un partido importante no hay ninguna
expulsión, podría cambiar de «no ban» a «no pan»! —Los ojos de Iori brillan como los de un
niño viendo su dulce favorito.
—Supongo —Sin entender nada de lo que dice Iori, Sorata le da la razón.
—Lo he estado pensando.
—¿Sigues en este planeta?
—Si los jugadores de bádminton Tetsuki y Tamaki hacen equipo, ¿cómo se les llamaría?
¿«Kin X Tama»? ¡Escritos al revés, sería «Tama X Kin»!
—Lamento destruir tus sueños, pero, Tetsuki y Tamaki nunca jugaran juntos.
—Eso me alegra. —en verdad pareciera que eso lo tranquilizara.
—Bien.
—Una cosa más.
—¿Qué? —Sorata tomó las solicitudes sobre la mesa, sabe que hizo una mala decisión
preguntándole, busca una manera de distraerse. No son solicitudes, son los detalles del modo
cooperativo.
—¡También pregúntale a Dragón-senpai!
—… —, Ryuunosuke no se pronunció al respecto, seguía escribiendo en silencio.
—Cuando me gradué de Suimei, ¿puedo vivir con ustedes?
—… —Sorata dejo de fingir que lo ignoraba.
—… —las manos de Ryuunosuke también dejaron de escribir.
—La compañía quedara fundada en abril, ¿podrían considerarme?
Ryuunosuke se dio la vuelta. Miró directamente a Sorata. Este entendía perfectamente lo que
quería decirle. Sorata sabía cómo responderle:
—Por supuesto, serás parte de la compañía —era la respuesta adecuada.
—No existe ningún motivo para impedírtelo. —Ryuunosuke lo confirmó.
—Ahh~ increíble~. Tenía miedo de no saber qué hacer si me rechazaban~ —Iori volvió a
dejarse caer sobre la alfombra del piso, ahora con una mirada más tranquila. Tras subir sus
pies sobre la silla más cercana, Iori dijo alegre, —genial.
—¿Qué estás haciendo…? —Sorata se sorprendió por su cambio de ánimo mientras dejaba
los papeles sobre la mesa, en ese momento sonó su celular. Miró el nombre en pantalla, y su
expresión se tensó por un momento. Era un nombre familiar. Justamente hablaban de ella. Es
muy raro que lo llame.
—Hola, Kanda al habla. —respondió disimulando.
—Hola, soy Hase… —por algún motivo, Kanna se escuchaba nerviosa.
—¿Eh? ¿Pasa algo malo?
—Así es, no encuentro a ese idiota, ¿está ahí contigo?
—¿Iori?
—Si.
—Está aquí tirado en el piso con los pies encima de una silla leyendo manga.
Para ser precisos, el manga era el mismo que Mashiro dibujaba. Sorata lo compra todos los
meses e Iori aprovecha para leerlo.
—Ohhh, necesito dulces. —Iori comenzó a comer una galleta de arroz.
—No quiero saber nada acerca de él.
—¿Entonces para qué me llamaste? —Sorata consideraba absurdo llamarlo si su asunto era
con Iori. Desde un inicio pudo contactarlo. A fin de cuentas, son pareja. Ella conoce su
nombre. No hay necesidad de ignorarse.
—No pasa nada. —Kanna se aferraba al no.
—Hmm, ¿segura?
¿Por qué podría llamarlo? Ni siquiera le ha explicado.
—¿Podrías preguntarle si llegara a cenar a Sakurasou o se quedara con ustedes?
—Claro, pero… ¿no deberías ser tu quien lo haga? —una pregunta adecuada para descubrir
las intenciones de Kanna.
—Esperare a la respuesta de Sorata-senpai.
Al escuchar esas palabras, Sorata pudo sentir como si algo no marchara bien. Desconoce el
origen de esa inconformidad, pero le queda claro que existe un problema con Iori. Siempre
que está de mal humor, toma una actitud esquiva.
—Espera un momento —Sorata decidió preguntarle a Iori antes de que ella colgara. —Iori,
Kanna-san acaba de llamarme… Quiere saber dónde cenaras hoy.
—Tengo hambre, comeré aquí, ya regresaré más tarde a Sakurasou.
—¿Por qué no regresas ahora mismo y cenas en Sakurasou?
Es posible que ella quiera eso, de otra forma no hubiese llamado para preguntar.
—Eh~ pero aquí está bien, la comida hecha por Sorata-senpai sabe muy bien. —Iori sigue
siendo un chico muy inocente. Ni siquiera se percata de la preocupación de Sorata.
—Iori… te recomiendo que pienses mejor las cosas, piensa por qué Kanna-san llamó para
preguntar.
—Hoy es sábado, creo que me quedaré a dormir también —sin duda Iori es muy
despreocupado.
Sin darle otra opción, Sorata fue el encargado de darle las malas noticias a Kanna, —¿Kanna-
san?
—Escuché todo.
—Ya veo…
—Dile que no se preocupe, a fin de cuentas, mi comida sobe horrorosa comparada a la de
Sorata-senpai.
—¡Kanna-san! —le asustó mucho ese tono, pero, cuando quiso detenerla era demasiado
tarde, ella le colgó con rabia, —Iori, —su Senpai lo llamó tras dejar el teléfono sobre la mesa.
—¿Qué sucede?
—¿Te has peleado con Kanna-san?
—Por eso mismo no nos hemos besado, ¿qué no ya te lo expliqué?
—Oh, cierto… —Sorata se sentía avergonzado por no recordar la charla con su Kouhai.
Incluso recordó su pelea con Mashiro cuando estudiaba en Suimei… En ese entonces
Mashiro era muy cortante, —… —, Sorata se levantó sin decir nada y encamino rumbo a la
cocina para preparar la cena, —no tardaré mucho —comenzó a cortar cebollas tratando de
olvidarse del tema.
Parte 2.
Su tercer invierno en preparatoria. Dicho de otra manera, su último diciembre en Suimei.
Kanna ha ido de compras sola al terminar sus clases. Su plan era venir acompañada de Iori,
pero cuando quiso hablarle…
—Después del almuerzo visitaré a Sorata-senpai.
Él la rechazo sin siquiera poder invitarlo.
—Aquí tienes, Kanna-chan. Un filete de medregal rabo amarillo.
—Muchas gracias. —Kanna le pagó al dueño del lugar tras recibir su pedido.
—¿Sólo llevarás eso? —Una hermosa chica rubia y de ojos azules miraba la bolsa en manos
de Kanna. Rita Ainsworth es una estudiante de intercambio proveniente del Reino Unido.
—Es un gusto verte, Rita-chan. Hoy es un día hermoso, ¿no lo crees?
—Hola, también me da mucho gusto. —terminó de saludar al señor de la tienda con una
sonrisa. Una vez dejo las formalidades, volvió a mirar la bolsa de Kanna. —¿Acaso estás a
dieta?
—Chihiro-sensei cenará afuera.
—Entonces quedarían tú, Yuuko e Iori… ¿con eso alcanzará?
—Ese idiota irá a comer con Sorata-senpai —Ella quería ocultar su rabia, pero, su tono de voz
la delató. Rita es una chica muy intuitiva, no pasaría por alto la frustración de Kanna.
—Ya veo. —Rita respondió con aparente interés, era como si la comprendiera perfectamente.
—No es gran cosa. —quería excusarse de alguna manera.
—Parece que esta noche solamente serán tu y Yuuko, ¿verdad?
—Así es.
—¿Quieres venir a mi casa? Me encontré con Misaki en la universidad y también la invité.
—Debo avisarle a Kanda-san primero…
Yuuko regresará un poco tarde porque le toca limpiar. Pero, Rita entendía la preocupación de
Kanna. Por eso mismo decidió hacer una llamada. Kanna no necesitaba escuchar la voz al
otro lado de la llamada para saber de quien se trataba. Era Yuuko seguramente.
—Yuuko está de acuerdo —, Rita sonrió tras colgar el teléfono. Kanna ya no tenía escapatoria
—¿Vienes?
—Claro… —Sin otra opción, Kanna aceptó seguirla.
Rita vive en un edificio de siete pisos a solo cinco minutos de Sakurasou. No tiene más de 10
años que lo construyeron, por dentro luce muy hermoso y moderno. Rita vive en el quinto
piso.
—Adelante, por favor.
—Con permiso.
Se retiraron los zapatos en la entrada y caminaron hasta la sala de estar. Había tres gatos
jugando.
—Toma asiento.
Kanna aceptó y se sentó en el sofá.
La sala está decorada con unos cuantos muebles, todo esta correctamente alineado, basta
con la enorme ventana para poder iluminar todo el lugar. Hay tres imágenes tamaño carta
decorando las paredes.
—¿Eso? Son solamente ilustraciones que hizo Mashiro para desaburrirse, —Rita le explicó a
Kanna desde la cocina donde preparaba un poco de té.
Son pinturas de gatos. Los mismos gatos que juegan en la sala; Mizuho, Tsubame, y Sakura,
Mashiro le pidió permiso a Sorata para conservarlos cuando se graduara.
—…
Decir que las pinturas eran buenas era poco, ni siquiera era posible encontrar palabras
adecuadas. Pareciera que fueran los mismos gatos colgados mirándola desde la pared. Que
sea capaz de dibujar algo tan perfecto en su tiempo libre, demuestra que el talento de Mashiro
es impresionante.
—Toma.
—Oh, lo siento. —Kanna se dio cuenta que pudo ayudarle a Rita con el té.
—No te preocupes, eres mi invitada.
—Lo siento… —Kanna volvió a disculparse al no saber cómo responder a la amabilidad de
Rita. Aunque verla sonreír no deja de inquietarle.
Bebió un poco de té, y miró a su alrededor. Frente al sofá hay una televisión de 40 pulgadas.
La acompaña una consola de videojuegos. Kanna también pudo distinguir un empaque de
Rhythm Battlers.
—¿Quieres jugar?
Cuando Rita vivía en Sakurasou, Kanna jugaba en el cuarto de Sorata. De otra manera no
podría jugarlo a menos que comprara el juego.
—Oh, es la consola de Mashiro.
—¿Eh? —le sorprendió escuchar eso.
—De vez en cuando al terminar su manuscrito, suele jugar, Mashiro no deja de apoyar el
sueño de Sorata.
—… —¿qué debería responder? No encuentra la respuesta correcta, decidió guardar silencio
por un rato, antes de preguntarle acerca de Mashiro, —¿Shiina-senpai está trabajando en su
habitación?
Desde la sala pueden verse dos puertas, una con la placa de Mashiro, la otra con el nombre
de Rita, son las mismas placas que usaban en Sakurasou.
—Oh, no lo sé.
—¿Qué?
—Mashiro rentó otro cuarto para trabajar hace tres meses.
—¿Se independizo?
—Si y no, está en el piso de arriba —. Rita apuntó arriba con su dedo, —es otro departamento
donde suele trabajar con sus asistentes.
—¿Asistentes?
Eso era nuevo para ella. Creía que dibujaba sola. Nunca esperó conocer a alguien que
pudiera trabajar al ritmo de la prodigiosa Mashiro. Sin importar qué tanto traten de imitar el
estilo de Mashiro, ella siempre deja su marca personal. ¿Es posible mantener la calidad del
manga intacta de esa manera?
—Bueno, asistente es solo una formalidad.
—¿A qué te refieres?
—Son niños con el sueño de ser mangakas, supongo que les ayudará ganar experiencia ser
asistentes de una profesional. Podría decirse que es un reclutamiento… Ayano-san es quien
se encarga de decidir quién puede estar con Mashiro.
Parece que mucha gente quiere trabajar con Mashiro, y de alguna forma consiguen ayudarle.
—Suena a que Shiina-senpai le ha ido bien.
—Mashiro, pues, diría que algo la hizo cambiar.
La intriga se reflejaba en los ojos de Kanna. Al poco tiempo, Kanna comprendió a que se
refería Rita con que algo la hizo cambiar. Fueron sus días en Suimei. La gente con quien
convivía. Aunque algunos eran amigos cercanos, todos dijeron adiós al terminar la escuela…
Ha pasado mucho tiempo desde entonces…
Se escuchó el timbre. Entonces entraron Misaki y Yuuko con bolsas en ambas manos.
—¡Rita-san, he llegado! —Yuuko dejó las bolsas sobre la mesa.
—Veo que han comprado muchas cosas. ¿Todo bien de camino a casa?
—Nanamin no podrá venir por culpa de su trabajo, —Misaki fue la encargada de dar las malas
noticias.
—Qué pena.
—Eso me recuerda~ ¿Mashiro-san sigue trabajando? —Yuuko abrió la puerta del cuarto de
Mashiro para buscarla. Pero, la habitación estaba vacía.
—Volverá dentro de una hora.
—Genial~ mientras la esperamos, tengamos una competencia~ ¡La perdedora nos dirá el
nombre de la persona que le gusta!
Tras una hora y media jugando, la puerta principal se abrió silenciosamente, y Mashiro
regresó a casa. Acaba de bajar del piso de arriba, tampoco era muy sorprendente verla
regresar sola…
—¡Bienvenida a casa, Mashiro-san!
—He vuelto.
Cuando Mashiro llego a la sala, los tres gatos la recibieron frotándose contra sus piernas.
Logró evadirlos para poder llegar a la cocina y servir el alimento para gatos en sus platos. Los
tres comieron agradecidos. Mashiro acarició a cada uno en su espalda.
—Mashiro, ¿terminaste con tu trabajo?
—Aún no.
¿Por qué regreso a casa si no ha terminado? Ella misma lo explicaría, —Vine a darles de
comer, regresaré a trabajar.
Los gatos son responsabilidad de Mashiro. Parece cumplir con su rol perfectamente.
Conociéndola desde Sakurasou, para Kanna era un hecho impactante verla ser responsable.
—Vaya, ya veo. —Misaki se sentía triste al saber que Mashiro no se quedaría con ellos. No
pudo evitar mirar la comida que estaba preparando para todos.
—Coman sin mí. —Mashiro se dirigía a la puerta para regresar a su estudio.
—¡Mashiro-san, espera! —Yuuko quería alcanzarla.
—¿Qué sucede?
—¡Por favor, déjame ver el lugar donde trabaja sensei!
—De acuerdo.
—¡Lo logré~! ¡Hurra! ¡Vamos, deprisa, Mashiro-san! —Yuuko empujo a Mashiro por la espalda
hasta salir del departamento.
¿No la distraerá en su trabajo? Ahora no es momento para pensar en eso…
—Bueno, Mashiro nos dio permiso de comer primero, ¿podemos comenzar?
—Lo haré, solo hasta que Shiina-senpai termine de trabajar…
Tenía intenciones de esperarla…Aunque se muriera de hambre ahora mismo, no podía
confesarles eso.
—¿Esperarás? —Rita la miró intrigada.
—Olvídalo…
—¡Sin pantsus, la honestidad de los humanos es sorprendente!
Kanna siempre ha pensado lo mismo. Ser obediente es algo muy difícil incluso para ella. Tras
un rato, las tres chicas comenzaron a comer, se reunieron en la mesa del comedor sin decir
una palabra, el único ruido en la mesa era el de los cubiertos.
Yuuko seguía sin regresar…
—Kanda-san, espero no la estés molestando mucho…
Era algo imposible de pedir. Yuuko puede ser muy molesta. Es molesta por naturaleza, pero
para Mashiro ese nunca ha parecido un problema. Es fácil imaginarse lo que está haciendo
ahora mismo.
—Es bueno que te preocupes por Yuuko… Pero, ¿qué puedes contarnos acerca de ti, Kanna?
—¿Acerca de mí?
—Por supuesto, cuéntanos acerca de lo tuyo con Iori.
—No hay nada que contar, todo está bien.
—¿Qué no cuando te encontré en el mercado lucias como una recién casada que no ha
podido solucionar un problema con su esposo?
—Yo no tenía ese aspecto. —Al verse reflejada concretamente, no evitó defenderse.
—¿Entonces me equivoqué?
—Claro. ¿C-Cómo se supone que luce una persona así? —trataba de hablar sin sonar
apenada.
—¡Justo tienes esa cara ahora mismo, sin pantsus! —Misaki supo disparar a su corazón.
Miró directo a la pantalla de la televisión, quería comprobar su rostro en un espejo, esta era la
manera más sutil. Tal como ellas lo señalaron, no puede negar los argumentos de Rita y
Misaki.
—Aunque ese fuera el caso, ¿qué tiene de malo? —se ha rendido ante ellas, ahora solo
quiere desahogarse, —todo comenzó hace un mes, todos los días después de clases es lo
mismo, en verdad quiero decirle que no pase todo el tiempo en casa de Sorata-senpai, pero
no soy capaz…No sé porque no puedo…
—Lo qué tú quieres decirle es, «me gustaría que te preocuparas más por mí».
Kanna se sonrojó al escuchar justo las palabras atoradas en su interior. ¿Rita tiene el poder
de leer el corazón de las personas?
—¡No es cierto! —su naturaleza la obligó a negar la verdad.
—Entonces, «quiero que me conozcas mejor» ¡Díselo, sin pantsus! —Misaki volvió a dar en el
clavo.
—Oh, ahora me doy cuenta. Kanna parece querer tener el control total —otro argumento difícil
de negar.
—¿Eso es algo malo? —su voz apenas se escucha. Duda que alguna de ellas la escuchó.
—¡Eres muy adorable, sin pantsus! —Misaki la abrazó por la espalda.
—¡Kyaaaa! —gritó al ser abrazada sin ningún aviso. Era el grito de una chica inocente. Lo
cual solo remarcaba su propia vergüenza, —No puedo aceptarlo… —quisiera excusarse de
nuevo, —Siempre ha sido así desde el principio… Aunque me guste… Incluso he comenzado
a quererlo más…
—Fufufufu… —Misaki y Rita la miran con atención.
—Siento que nuestra relación no progresa…
—Estás nerviosa, ¿no es así?
—¿Cómo se supone que deba ser nuestra relación tras cuatro meses?
—¿Ves tu romance como una historia que deba progresar rápidamente?
Kanna asintió nerviosa para confirmar las sospechas de Rita. No puede verse su rostro por
completo, pero, las puntas de sus orejas están hirviendo.
—Muchas veces me pregunto, ¿cuánto tiempo debe pasar antes de nuestro primer beso…?
—En mi caso, puedo decir que no estoy relacionado formalmente con Ryuunosuke, pero, ya
tengo experiencia besándolo. —Rita era una orgullosa belleza inglesa. Su opinión acerca de
besar era muy diferente. Eso no le ayudaba en nada.
—¿Qué opina Misaki? —Rita le pasó la pregunta a Misaki.
—¡Una semana después de besarnos le di la orden de matrimonio!
Sin duda los puntos de vista divergen demasiado. Kanna lo ha descubierto tras recordar con
quien ha estado hablando.
—En otras palabras, Kanna quiere probar los labios de Iori.
—¡No!
—¡No hay duda! —Misaki le devolvió sus palabras.
—No es solo que quiera o no hacerlo, pero han pasado cuatro meses desde que comenzó
nuestra relación, solamente siento curiosidad por cómo serán las cosas.
—¿Iorin sigue pensando en tus pechos~?
—No, solamente me lo dijo una vez, pero…
—¿Pero? —ambas chicas se acercaron para escucharla mejor.
—Fue demasiado repentino, lo empujé para apartarlo de mí… No ha pasada nada desde
entonces.
No es que le moleste eso. Simplemente la tomó por sorpresa, eso es todo. Fue hace tiempo.
Estaban hablando casualmente antes de irse a dormir, ella fue la primera en dejar la mesa. No
tuvo tiempo de preparar su corazón.
—Ohhh~ —, Misaki sonaba apenada.
—Kanna, eso no es nada bueno. —Rita expresó su opinión e incluso Misaki asintió con la
cabeza.
—Supongo que cuando me olvide por completo de ese incidente, recobraré el valor para
hablarle de nuevo.
—Eso espero~
—Entiendo cuál es el problema, es solo que…
—No tenemos otra opción que prohibirle los labios de Iorin a su novia plana. —Misaki tomód
unas patas de cangrejo y empezó a comerlas.
—¡No puedo hacerlo!
—¡Sin pantsus, tú puedes hacerlo! —Misaki era insistente.
—Imposible, —murmuró Kanna.
—¿Por qué?
—Porque…
—¿Por qué…? —Otra vez se acercaron mucho más Rita y Misaki.
—Aunque me pare de puntas, no alcanzo a Iori. —dijo demasiado avergonzada que era difícil
escucharla.
Aunque ella se decidiera a robarle un beso, la diferencia de altura no le beneficiaba,
necesitaba más de diez centímetros. Rita y Misaki se miran una a la otra confundidas. Es muy
raro verlas con esa expresión. Sin embargo, cuando finalmente entendieron el problema,
ambas estallaron en carcajadas.
—Vaya, ríen como unas maniacas —no puede evitar decirlo mientras ve a Rita y Misaki.
—¡No te preocupes, sin pantsus! ¡Ni siquiera yo alcanzo los labios de Jin, pero si su cuello!
—¡No podría atreverme!
Seguramente sería una escena demasiado tierna si fuera una chica agresiva como Misaki. El
mayor problema es que, si Kanna lo intentara, Iori gritaría, «¿¡intentas ahorcarme!?».
—Bueno, entonces deberás intentarlo cuando Iori se siente. —Rita ofreció una solución
plausible.
—Es la mejor opción… —Kanna no quería ser escuchada.
Las chicas inclinaron su cabeza al sentir curiosidad por la nueva expresión de Kanna. Tras
pensar en silencio, con gran sincronía, ambas dijeron —Ohhh —, parecieron descubrir algo
más.
—¿Podrá ser?
—¡Sin pantsus es toda una doncella!
—¿De qué hablan?
Es incomodo sentir las miradas de esas dos chicas. Por primera vez, no cree que comprendan
sus verdaderos sentimientos…
—El primer beso ideal de Kanna debe ser parada de puntas.
—Wow… —Le pone a pensar si en verdad están leyendo su mente. Ya no puede
responderles con negaciones, solo le queda avergonzarse y mostrar su rostro rojo como un
tomate ante cada anotación de ellas.
—¡Si ese es el plan, debe ser en algún lugar cerca de la escuela!
—¡Genial! ¿¡Qué opinas!?
Pareciera que están organizando algo.
—¡Cerca de Sakurasou, debes detenerlo!
—Kanna debe actuar como si sucediera algo, entonces el dirá «¿qué sucede?».
—Él te mirara preocupado, entonces tú «No…N-No es nada…» sin decir nada más, ¡Te
acercarás a Iorin!
—Y para cerrar, lo tomarás del cuello «no puedo seguir ocultándolo» y Kanna le robará un
beso, ¿entendiste?
—¡Nunca pensé en eso! —si no las detiene ahora mismo, puede que la obliguen a seguir su
guion.
—¿Entonces en qué demonios piensas? —Rita se molestó con ella.
—Nunca te lo confesaré. —trató de guardar la postura.
—Si eso dices, parece que tienes un plan en mente —Kanna siempre creyó ser una tumba,
pero, sus verdaderas intenciones fueron expuestas. Es demasiado tarde para huir.
—Espero que tus fantasías se vuelvan realidad.
—¡Yo te apoyaré!
—¡Fin de esta historia!
Su noche de chicas, comenzó ardiente.
Parte 3
Nanami camina sola por la universidad, la cual ya se había visto envuelta por el invierno, es
inminente el fin de año a menos de un mes. Durante esta época, puede verse a los
estudiantes por todas partes del campus, muchos dejan de asistir a las clases de la tarde y
aprovechan el tiempo para disfrutar las festividades.
De camino a la cafetería escolar, pasó cerca de la sala de exhibiciones. Ahí encontró algo que
capturó su atención. Era una espalda que conocía muy bien.
Se acercó un poco para comprobar, al mirar dentro del edificio a través de la puerta corrediza.
Sus sospechas confirmaron ser realidad. Era la espalda de un estudiante masculino.
Sorata.
Permanece de pie frente a una pintura en la pared. Es la misma que Mashiro hizo durante su
clase de arte en Suimei. La universidad le pidió a Mashiro que las donara, desde entonces se
ha exhibido en la galería.
—…
Nanami se preguntó cuántas veces lo ha visto admirando esa pintura. Nunca ha contado
todas esas ocasiones, pero durante su segundo año universitario, cree haberlo visto unas
cinco veces.
En ninguna de esas ocasiones, Nanami se atrevió a hablarle.
—¿Será buena idea hacerlo ahora?
Su pensamiento se materializó, las piernas de Nanami la llevaron hasta la galería. Se paró
frente a la puerta automática hasta que esta abrió.
Una vez adentro, caminó hasta estar junto a Sorata. Él sigue sin darse cuenta. No ha dejado
de mirar la pintura ni un instante.
—Es una hermosa pintura, ¿no lo crees?
Cuando Nanami habló, Sorata la miró con los ojos abiertos por la sorpresa de encontrarla en
ese lugar. Pero, eso no duró mucho antes de que volviera a fijarse en la pintura.
—Así es, —su sonrisa era un tanto fingida.
—He pasado frente a la galería en unas cuantas ocasiones.
—¿Eh?
—He visto a Kanda-kun admirar esta pintura antes.
—¿De verdad? —De pensar en esas ocasiones, Sorata se sintió avergonzado. No le gustaría
que nadie descubriera eso, —si me has visto, preferiría que me hablaras. —buscó una
manera de ocultar su vergüenza.
—Creí que te interrumpiría.
—Prefiero eso a saber que me espiabas en secreto… —su excusa, revelaba el verdadero
motivo de Sorata para venir a ver esta pintura. El viene para encontrarse con Mashiro.
—Si quieres verla, solo debes venir.
—Tienes razón.
Nanami no cree que Sorata este siendo honesto, no percató sus verdaderos sentimientos en
aquella respuesta, simplemente le respondió a Nanami, pero sin querer decir nada.
La realidad es que él no quiere verla todo el tiempo. Tampoco quiere encontrarse con la
verdadera Mashiro. Es feliz con verla en sus típicos encuentros accidentales.
Cuando Sorata dice, «quisiera verla», no se refiere a «quiero verla ahora mismo». Los
sentimientos en su corazón son muy débiles…No rugen con la misma violencia que las olas
en el mar.
A pesar de eso, sigue siendo esa emoción que todos llamamos amor.
Mashiro sigue siendo importante para Sorata. Aún después de romper, Nanami está
convencida de que sus sentimientos son muy fuertes.
Aquellos sentimientos desconcertantes que crecieron en Suimei, se fueron convirtiendo en un
amor profundo y maduro. Esos sentimientos se reflejan en su manera de mirar la pintura de
Mashiro. No solo se trata de cumplir años. Sorata ha crecido ganando experiencias.
Ella cree que Sorata se merece amar de esa manera. En verdad lo piensa de todo corazón.
Aunque ahora mismo no estén juntos, está segura de que su relación es muy fuerte.
—Aoyama, ¿tienes clases por la tarde?
—Uh, no, ya es muy tarde. Decidí almorzar en la cafetería antes de irme a trabajar.
—Iré a almorzar con Akasaka, ¿te gustaría acompañarnos? Incluso irá Rita.
—Claro, me encantaría.
—Vamos.
Ambos salieron de la galería.
—¡Sorata, Nanami, aquí! —tan pronto entraron a la cafetería escolar, una voz alegre los
recibió. —¡Vengan, por aquí! —agitando sus manos en el aire, Rita les dio la bienvenida.
Por la tarde, usualmente solo se ve ocupado el 20% de los asientos. Fue muy fácil encontrar a
Rita gracias a eso. Junto a ella puede verse a un Ryuunosuke adulto comiendo tomates.
Sorata y Nanami colocaron sobre la mesa sus charolas con el udon y pastel de arroz frito que
ordenaron, para sentarse en compañía de Rita y Ryuunosuke. Sorata se sentó frente a
Ryuunosuke y Nanami frente a Rita.
—Rita-san, lamento no haberlos acompañado el otro día.
—No te preocupes, tenías trabajo.
—¿De qué hablan? —Sorata preguntó mientras sorbía un poco de udon.
—El otro día invité a las chicas para comer nabe en mí departamento.
—Y yo no pude ir.
—Oh, justo de eso me hablo Yuuko ayer.
Nanami miraba en ocasiones a Sorata cuando este sazonaba su udon. El departamento de
Rita es el mismo lugar donde vive Mashiro. Sorata lo sabe. Sin embargo, no parecía
importarle mucho.
—¿Qué? —Sorata preguntó al sentirse observado.
—Nada, —Nanami le dio una probada a pastel de arroz frito. Sorata tampoco hizo un esfuerzo
por entrar en detalles, simplemente dijo, «ya veo».
—Kanda, necesito que hagas eso de una vez.
—Oh, claro.
Acatando las ordenes de Ryuunosuke, Sorata sacó un archivo compuesto por hojas tamaño
A4. Eran cinco páginas que colocó sobre la mesa para entregárselas a Rita.
Con solo echarle un vistazo, entendió que se trataba del plan de desarrollo para algún juego.
Rita ha sido la encargada de inspeccionar muchos de los trabajos de Sorata. Sin embargo,
este parece ser un proyecto avanzado. La mayoría de cosas tiene la etiqueta de «idea
temporal», son detalles por pulir. Algunas cosas no tienen buen aspecto, eso le dificulta saber
de qué se trata concretamente.
Sorata le fue explicando a Rita el contenido conforme señalaba con su dedo sobre la hoja.
Aparentemente, ese es el orden que Rita les ira entregando material visual.
Rita ha ido anotando observaciones con una pluma roja en algunos espacios en blancos que
hay en los documentos, tras unos pequeños bocetos, ella le preguntó, «¿te agrada?»-
—Cinco piezas… Lo apreciaría mucho si consigues terminarlas antes del 24, me gustaría
reunirme con Totsuka-san una vez más antes de terminar el año, y tener nuestra primera
reunión tan pronto comience el próximo.
—El 24… —Rita parecía apenada, —me encantaría tener una cita ese día, ¿tú no piensas lo
mismo? —Miró de reojo a Ryuunosuke, antes de volver a hablar con Sorata. —Todas mis
compañeras de la facultad de arte tienen novio y piensan salir con ellos ese día, soy la única
sin novio, ni tampoco ninguna invitación para salir en navidad, ¿no es eso una tragedia? —
Rita se ve alterada mientras cuenta sus penas a Sorata y Nanami.
A Ryuunosuke eso no parece importarle nada… Solamente muerde un tomate, se ve un poco
incomodo, pero solo eso.
—¿Cómo se supone que eso te afecta en terminar las ilustraciones a tiempo?
—Nanami, si tuvieras una tarea complicada como esa, ¿no te sentirías motivada si alguien te
invitara a salir ese día? —Rita le confesaba sus deseos a Nanami, aunque era una indirecta
para Ryuunosuke.
—Supongo que sí, —salir con otra persona ese día, ayudaría a mejorar su trabajo, —
Entonces, supongo que necesitas buscar un novio, invítalo a salir en navidad, no debería ser
tan complicado para una chica extranjera como tú.
—Nanami, ¿tu saldrías con un chico que no quieres?
—Ugh.
—¿Tendrías una chica con alguien que no amas? —sigue evitando mencionar el nombre de
Ryuunosuke directamente.
—Claro que no… —Nanami se veía incomoda.
—Ya me han invitado algunos chicos al festival Gokon, para ser honesta. —La sonrisa
malvada de Rita seguía sin dirigirse hacía Ryuunosuke. Está convencida de tratar este asunto
con Nanami. Rita es una magnifica actriz. Sabe como provocar a Ryuunosuke. Es un truco
que Nanami jamás ha podido igualar.
—Kanda, haz algo al respecto, —frustrado, Ryuunosuke busca ayuda en Sorata.
—No puedo… —ni Sorata tenía poder sobre ella.
Tras pensarlo mucho tiempo, Ryuunosuke abrió la boca como si luchara contra si mismo, —
¿no piensas ir al festival?
—¿Disculpa? —Rita fingió curiosidad.
—El festival Gokon.
—Es sorprendente escuchar esas palabras viniendo de Ryuunosuke.
—Es bueno decir cosas así de vez en cuando.
—¿Irás?
—Por supuesto, —el rostro de Rita cambio, brillaba de la emoción. Cuando Nanami la vio, se
dio cuenta que Rita ama demasiado a Ryuunosuke.
—¿En verdad la invitaste?
—Tal como Kanda lo mencionó, necesitaremos un modelo 3D antes de que termine el año
para hacer pruebas, me cuesta trabajo convencerlo de no perder horas valiosas en un
absurdo festival.
—Ya me lo esperaba… —Rita luce decepcionada. —No te preocupes, no asistiré al Gokon,
rechazaré sus invitaciones.
—Genial.
—Siendo honesta, prefiero pasar la víspera de navidad con Ryuunosuke que con un chico que
no conozco. ¿Puedo trabajar en tu casa?
—Nunca me quejaré si vas a trabajar. —Rita infló sus mejillas al escuchar su respuesta,
furiosa, busco ayuda en Nanami, —¿crees que es correcto aceptar eso?
—Es difícil esperar algo distinto viniendo de Akasaka-kun.
—Si quieres vivir algo navideño, Kanda puede preparar un pastel ese día.
—¿¡Yo!? —Sorata se sorprendió mientras comía Udon al enterarse de su nueva tarea.
—De acuerdo, esperaré con ansías el pastel de Sorata.
—Ustedes son malvados…
—¿Qué piensas hacer para navidad, Nanami? ¿Quieres acompañarnos a comer pastel si no
tienes otros planes?
—Oh, eso suena estupendo, Misaki me contó que iría a Osaka desde un día antes, Kanna
saldrá con Iori, Mashiro tendrá una fiesta con la editorial para celebrar el fin de año. Si no
tienes planes puedes acompañarnos.
—Verás, ese día…
—¿Tienes una cita? —Rita se acercó para presionarla, —¿será alguien del club de teatro?
—Nada de eso…mi padre vendrá a visitarme.
—¿Eh?
Sorata no paraba de ser sorprendido. Los ojos de Nanami pedían que se preocupara un poco
por ella. Él sabe muy bien que su padre se opuso rotundamente a la carrera de Nanami como
Seiyuu.
—¡No, no! No tratara de llevarme. Me acompañará a las oficinas de la agencia al día siguiente
para una reunión…
—¿Reunión?
Tanto Sorata como Ryuunosuke sintieron intriga. Fue raro que Ryuunosuke apartara la mirada
de su Tablet.
—No estoy segura de lo que puedan decirme en la reunión, pero, parece ser para conocer a
mi familia… He escuchado rumores, dicen que discutirán detalles acerca de mis próximos
proyectos y contarles acerca de la vida profesional como Seiyuu. Verán, cumpliré 20 años,
pero hay muchos menores trabajando como actores, mi familia ha ido aceptando la idea…
Supongo que es una nueva oportunidad.
Al principio solo era Sorata quien no apartaba su mirada, pero, conforme iba contándoles, esa
mirada curiosa fue cambiando, ahora quería cerciorarse de algunos detalles…
—¿Irás a esa junta con tu padre?
—Uhm… Eso he estado pensando, aunque el asunto es llegar a un acuerdo con mi tutor, es
solamente para que sea una opción viable para la compañía.
—Eso quiere decir que… ¿te aceptaron? —quiere seguir guardando su alegría. Pareciera que
Nanami tampoco quiere cantar victoria aún.
Nanami solo asintió.
—¡Lo lograste, Aoyama! —la emoción venció a Sorata. Los estudiantes a su alrededor se
asustaron un poco al oírlo gritar, algunos miraban con curiosidad.
—¡Genial! ¡Me alegra mucho escuchar eso, Aoyama!
—Oh, exageras demasiado, Kanda-kun.
—Aún me cuesta creerlo, creo que voy a llorar, —en efecto, comenzaron a brotar lagrimas de
los ojos de Sorata, —debiste contármelo antes.
—Lo siento, pensaba contártelo después de la reunión.
—No te preocupes, sigue siendo una noticia importante.
—Kanda, eres demasiado ruidoso.
—Es bastante satisfactorio saber que te aceptaron.
Era un hecho. Ni siquiera ella imagino este momento. También hubiese deseado contárselo
antes.
—No puedo seguir así. ¡Necesitamos celebrar! Aoyama, ¿saldrás muy tarde de trabajar hoy?
—Lo siento, es un día muy ocupado, ah…debo irme… adiós —, tomó su bolso y salió
corriendo.
—Bien, pensaremos en algo para su fiesta.
—Avísale a Misaki-senpai que no use fuegos artificiales.
—Lo haré. —Sorata sonrió incomodo al pensar en eso, Nanami solo regresó para recoger su
charola y dejarla en su lugar.
Cuando salió del lugar, sus pies se sentían más ligeros. Como lo soñó hace mucho tiempo, se
siente muy bien tras superar aquel obstáculo. A partir de ahora, comienza su nueva vida. Es
un hecho que ha luchado por conseguir ser aceptada, pero ese no es el final de su sueño.
Desde hoy, aceptará la tarea de conocer todo tipo de personajes. Quiere mejorar en cada
proyecto. Ha dado el primer paso para cumplir su verdadero objetivo. Por fin consiguió esa
oportunidad.
Está convencida de que Sorata le enseñó a disfrutar este tipo de alegrías. Nunca ha olvidado
sus palabras,
Desde hoy, esforcémonos por cumplir nuestros sueños.
Ante los ojos de Nanami, se abre un cielo azul tan brillante como su futuro.
Parte 4.
Diciembre 24, hoy es el último día de clases y víspera de navidad para todo el mundo.
Rita decidió visitar una casa vieja donde viven Sorata y Ryuunosuke, bajo la excusa de
trabajar en material grafico y otros detalles acerca del juego y su versión de prueba.
Las casas de madera le hacen recordar Sakurasou. Rita las encuentra muy parecidas, puede
darse una idea de por qué la eligieron.
Se sentó frente a una de las computadoras libres y trabajó en silencio. El tiempo volaba,
comenzó a trabajar durante la tarde, y ya son casi las 10. El modelaje de personajes siempre
es un trabajo difícil y sin descansos, solo tomó uno pequeño para comer pastel.
Gracias a ese esfuerzo, Ryuunosuke consiguió todo el material que necesitaba para la
prueba. Ahora mismo se encuentra revisándolo.
—¿Qué tal?
—No encuentro ningún problema. —Ryuunosuke manejó al personaje en pantalla con un
control. Cada uno de sus movimientos es muy suave.
—Estoy muy cansado, Rita. El material es perfecto, supongo que podemos enviárselo a
Totsuka-san hoy mismo —Sorata no para de estirarse y bostezar, —ya es muy tarde, no
tardaré en enviarlo. —dicho eso, se levantó de su silla.
—Oye.
—¿Eh?
—Ryuunosuke lo enviará, —Rita detuvo a Sorata en ese instante.
—Nunca me ofrecí a eso.
—¿Esperas que me vaya sola a casa?
—Entonces que Kanda sea quien lo mande.
— ¿Sorata no tendría que hacer ajustes? Lo mejor es que Ryuunosuke se encargue de
hacerlo.
—Huh… —solo permaneció en silencio.
—Nya, Ryuunosuke, cómprame Udon en la tienda.
—¿Yo por qué…?
—Te acompañare~
—V-Vale, pero…no te acerques demasiado.
Rita caminó hasta la entrada, solo esperaba a que Ryuunosuke se pusiera el abrigo.
Rita camino con Ryuunosuke justo de la misma manera que cuando paseaban en la
universidad. De día solían ser estudiantes, ahora el sol ya se ha ido. No es muy seguro
caminar sola en la noche. Todo a su alrededor está muy callado, solo pueden escucharse los
pasos de ellos dos y algunos autos a lo lejos.
Siempre disfruta caminar con Ryuunosuke cuando tiene oportunidades como esta. Es su
tiempo de calidad entre ellos dos…
Ryuunosuke ha guardado sus manos dentro de los bolsillos de su abrigo, por culpa del frio, su
cara está muy roja. Ambos caminan al mismo ritmo. Para ser una chica, Rita es muy alta.
Para ser un chico, Ryuunosuke es muy bajito. Aunque la diferencia entre ellos es de apenas
unos centímetros.
—¿Aprobaron la segunda parte de Rhythm Batllers?
—Por supuesto. —sus voces irrumpen aquella noche helada.
—Sigues teniendo mucha confianza en tu trabajo como siempre, Ryuunosuke.
—Kanda y yo hemos estado haciendo las cosas adecuadamente.
—De eso no tengo ninguna duda, solo creo que trabajan demasiado.
Sorata y Ryuunosuke no solo hacen juegos. Lo hacen mientras asisten a la universidad, y al
mismo tiempo preparan todo para fundar su propia compañía.
—Si lo intentaras, serías capaz de hacer muchas cosas que nunca esperaste conseguir. La
mayoría de la gente se rinde antes de conseguirlo.
—Podría ser.
—Nunca sueles decir esas cosas.
—¿Quién ha estado trabajando con nosotros todo este tiempo mientras va a la universidad, y
se encarga de supervisar el trabajo de Kamiigusa-senpai?
—¿No hay momentos donde sientes que estudiar y trabajar es demasiado?
—Deberías cuidar un poco más tu salud.
—Cuando llegue el momento, Ryuunosuke cuidara de mí.
—No digas estupideces.
—Lo digo en serio. —aunque ella denota frustración en sus ojos, Ryuunosuke apenas lo nota.
La pareja cruzó las puertas de su universidad. Desde ahí pueden ver la entrada a Suimei.
Cuando la pasaron, siguieron la misma ruta que solían tomar de camino a Sakurasou.
—¿Cómo ha estado Sorata?
—¿A qué te refieres…? —Ryuunosuke no comprendía la pregunta. A pesar de eso, creía
tener una idea.
—¿No habla acerca de Mashiro?
—…
Sin respuesta. No es que no quiera decirle nada, es solo que, no hay nada mucho que decir al
respecto.
—Pareciera que el amor entre esos dos, ha muerto…No se han visto desde la graduación.
—Kanda y Shiina no quiere hablar con otros sobre su relación.
—Entiendo, pero, ¿eso no te preocupa, Ryuunosuke?
—No mucho, y tampoco podría ayudarle demasiado.
—…
—¿Qué? ¿Por qué esa mirada triste?
—Porque estoy triste.
—¿Qué espera de mí?
—¿No te entristece verlos de esa manera?
En ocasiones, Rita se siente triste al estar junto a Mashiro. Quisiera abrazarla mientras dibuja
su manga.
—Aunque intentáramos algo, sería el mismo resultado, Shiina se ha vuelto más famosa desde
el lanzamiento de su manga. Después del lanzamiento del CD drama, han decidido adaptarlo
a anime. Ella es una celebridad.
—Tienes mucha razón, pero… ¿no hay manera de que pueda salir con él? Para cumplir su
sueño, necesita estar ocupada, debe seguir esforzándose día a día… No hay como evitar
eso…
—La única opción es que ella se de cuenta y piense en ello, puede acostumbrarse a la
presión del trabajo, pero no puede pensar en otras cosas cuando está ocupada.
—… —Rita solo puede admirar a Ryuunosuke.
—¿Ahora qué planeas con tu mirada?
—Nada. Nunca imagine escuchar a Ryuunosuke preocuparse por alguien.
—Suficiente, ya te acompañé mucho tiempo. Regresaré a casa, me siento ofendido. —se
detuvo y dio la vuelta para regresar.
—Oye, espera, ¿te harás responsable si me sucede algo?
—…
—Por si no lo sabes, hace unos días en este mismo lugar, hubo un terrible accidente.
—… —Ryuunosuke caminó hasta ella sin decir nada y siguió avanzando. Rita va dando saltos
detrás de él hasta alcanzarlo.
—Seguramente Ryuunosuke tiene razón, si sigue haciendo su buen trabajo todos los días, en
algún momento todo saldrá bien para ambos, es cuestión de nunca rendirse… Algún día ella
será capaz de perdonarse así misma y no verlo como un rival…
Rita tampoco cree que sea algo fácil. No tiene idea de cuanto tiempo vaya a tomarle. Un año,
tres años, cinco años… Incluso podrían pasar diez años, tampoco parece demasiado tiempo.
Siempre debe existir un poco de fe para poder caminar hacía el futuro. Con esa esperanza,
Sorata y Mashiro se esfuerzan todos los días en su trabajo.
Ryuunosuke sin duda tiene la razón. El problema de Sorata y Mashiro solo pueden resolverlo
ellos dos.
Mientras hablaban de eso, llegaron al parque con juegos infantiles. El camino a casa de Rita
ya no luce tan solitario y peligroso, más adelante hay una avenida muy transitada gracias a la
estación más adelante, además de estar bien alumbrada por las luces de los negocios.
—Hasta aquí llego. —Con esas palabras, Ryuunosuke se detuvo.
—Eso no me importa, te llevaré a mi departamento. —Rita lo tomó de la mano y lo llevó con
ella.
—¿¡P-Pero!? ¿¡qué!?
Ignorando las protestas, Rita lo arrastró hasta un callejo oscuro.
—I-Idiota ¿Qué haces?
—¡Shhh! ¡Cállate!
Se escondieron detrás de un poste, desde ahí echo un vistazo a aquel parque con juegos
para niños. Rita pudo reconocer un par de rostros familiares. Iori y Kanna caminaban desde la
estación y se dirigían hasta aquel parque.
—O-Oye, suéltame. —Ryuunosuke sigue luchando por zafarse.
—Solo quédate callado por un instante.
Iori y Kanna se ven muy felices caminando tomados de las manos. Sin embargo, notó algo
extraño en Kanna. Mira constantemente a Iori, y de repente aparta la mirada, es algo que
repite y después se asegura que nadie pueda verlos.
—Bastante interesante.
—Debemos irnos.
Las sospechas de Rita eran ciertas. Ahí estaba la pequeña escalera de la que hablaron antes.
Kanna subió unos cuantos escalones, y sujeto la cabeza de Iori. Ella lo besó mientras se
paraba de puntas para alcanzarlo.
Tras hacerlo, Kanna salió corriendo. Iori sorprendido y excitado salió a perseguirla… Si
quisiera podrían alcanzarlos, pero, no es momento de encontrarse con Kanna e Iori.
—Ryuunosuke…
—Ni lo pienses, no lo haré. —Ryuunosuke quiso huir como Kanna, pero se quedó sin aliento a
los pocos metros. Pareciera que su odio hacía las mujeres ha empeorado. O posiblemente su
resistencia a los encantos de Rita ha mejorado. No suele comportarse así con otras chicas
como antes.
—Ni siquiera te he pedido que nos besemos aún.
—Pero ya lo pensaste. —Ryuunosuke ha decidido caminar solo. Aunque sus piernas lo
dirigen al departamento de Rita. Si algo lo molestara en este momento, seguramente dará la
vuelta, pero, contra pronóstico, él dijo —Te acompañaré hasta tu casa.
—Ryuunosuke.
—Si vuelves a mencionarlo, me voy.
—Oh, es una pena, ¿entonces podemos hablar de algo muy importante?
—… —Ryuunosuke tiene miedo.
—Hablo de nuestro futuro juntos.
—Ese futuro no existe.
Eso no importaba mucho, Rita decidió insistir, —Cuando me gradúe, regresaré a Inglaterra.
—… —el rostro de Ryuunosuke perdió todos los colores hasta palidecer.
—Les enseñaré a niños cómo pintar en el taller de mi abuelo.
—Ya veo. —Ryuunosuke la miró a los ojos.
—¿No dirás nada?
—¿Se supone que lo haga?
—No tienes corazón.
—¿Qué esperas de mí?
—Por ejemplo, «¿no te quedaras a mí lado por siempre?»
—Imposible.
—Ryuunosuke, por favor, trata de comprender a una chica por una vez en tu vida.
—Aunque te dijera algo, no cambiarás de opinión y regresarías a Inglaterra, ¿eso qué tiene
que ver con entender el corazón de una chica?
—¿¡Qué!? Eres un… —eso la sacó de quicio.
Ella nunca dejará de pintar. Nunca se rendirá. Siempre ha sido su sueño hacerse cargo del
taller de su abuelo. Regresar o no a Inglaterra al terminar la universidad es una decisión que
la ha atormentado mucho.
—Sí Ryuunosuke me detuviera, es posible que lo reconsidere.
—Nunca me opondría, no te preocupes.
— ¿Ni siquiera tienes la intención de intentarlo?
—No, porque no cambiaría nada.
—Idiota… —Rita tosió para ocultar su insulto. Si él cree que no causaría ningún cambio, ¿por
qué la mira con preocupación?
—Hemos llegado.
Cuando Rita miró al frente, ahí estaba su departamento.
—Es una pena que nuestra cita terminara.
—Ahora tendré que caminar otros treinta minutos de regreso.
—Si te sientes cansado, podrías entrar. Mashiro sigue sin regresar de su fiesta.
—Ni de broma.
—Lo digo en serio.
—Entonces no lo digas con la misma sonrisa con la que te burlas de los demás.
—No. —ahora era más notaria su sonrisa.
—Sin duda sigues bromeando. —Ryuunosuke tómo aire al verse sorprendido por la sonrisa
de Rita.
—Siempre te quejas, pero nunca dejas de traerme a casa.
—¿Quién siempre quiere culparme de si algo le sucede?
—¿Por qué no simplemente me ignoras?
—… —Ryuunosuke guardó silencio, puede que sea por la manera en que Rita lo mira.
—…
—…
—¿Qué piensas acerca de mí? —Rita acabó con el silencio lanzando una pregunta
complicada.
—Ya te he dicho que odio a las mujeres.
—¿Qué opinas de mi personalidad?
—No me gusta.
—¿Y sigues trayéndome a casa?
Ninguno bromeaba ya, ni tampoco dejaban de mirarse fijamente.
—¿Debo esperarte?
—…
El silencio era abrumador. En ese momento, la luz de un taxi los bañó a ambos. Se detuvo
frente a ellos y alguien bajó. Era difícil distinguir quien era entre las luces.
—Rita, Ryuunosuke también vino. —detrás del ruido del motor, escucharon la voz de Mashiro.
Cuando el taxi se alejó, Mashiro se acerco a ellos. Eso quiere decir la fiesta de fin de año
había terminado.
—Bien, ya te acompañé hasta aquí. Me voy a casa.
—¡Ah, Ryuunosuke!
Él nunca se detuvo a pesar de los gritos. Se fue alejando hasta que Rita lo perdió de vista.
—Se ha ido… —Rita se escuchó como un niño triste viendo partir a su mamá.
—¿Los interrumpí?
—No. Me salvaste.
—¿Eh? —Mashiro no entendió e inclino su cabeza como siempre lo hace al sentirse
confundida.
—Para ser sincera, tengo mucho miedo de escuchar su respuesta. —Rita sonrió aliviada.
—Rita.
—Hace mucho frio, vamos adentro. —tomó una de las manos de Mashiro y ambas entraron a
su hogar.
Ryuunosuke nunca dejó de mirarla en ese momento, era la primera vez que veía esa
expresión en él…
¿Debo esperarte?
Al verse encarado con tal pregunta, Ryuunosuke no supo qué responder por primera vez.
Parte 5.
Sorata llegó a la estación Geidaimae alrededor de las 4 de la tarde. Al cruzar los torniquetes,
alguien lo llamó por teléfono. Todo su cuerpo se tensó al ver el nombre en pantalla…
Fujisawa Kazuki.
Mientras caminaba rumbo al distrito comercial, Sorata contestó la llamada.
—Hola, al habla Kanda.
[Te agradezco mucho por todo tu esfuerzo. Soy Fujisawa]
—Yo también estoy agradecido.
[¿Tienes tiempo?]
—Claro, hace unos momentos me reuní con Totsuka-san… Ya estoy de camino a casa.
[Totsuka-san me lo contó todo, me explicó acerca de la colaboración musical]
—¿Eh?
Capítulo especial:
Las infidelidades suceden en navidad.
Parte 1.
Ha pasado un año y nueve meses desde su graduación de la escuela de artes Suimei.
Contando a partir de hoy, 24 de diciembre, faltan solo unos días para fin de año.
Esta fue la respuesta de Sorata, un joven de 24 años que se graduó con honores y ahora es
un miembro funcional para la sociedad, al leer el correo enviado por Maid-chan, —¿¡Qué!? —
era una voz un poco estúpida para su edad.
[Totsuka-san tiene un mensaje importante que dar. Parece ser que hay un bug en la ROM
final que impide avanzar de nivel. Le gustaría que revises ese error tan pronto sea posible, y
le envíes la ROM de nuevo. —Maid chan]
—Muuu.
Además de leer el mensaje, una voz adorable lo leía por él. Con el miedo en la piel, Sorata fue
alejando el teléfono con aquel terrible mensaje. Aunque ni siquiera le ha dicho nada, Mashiro
ya se ve de mal humor, y ahora mismo infla sus cachetes en protesta.
La pareja se encuentra en el departamento que Mashiro compró al graduarse de Suimei.
Sorata acostumbra dormir aquí todos los días. Es el mundo perfecto donde viven juntos. Rita
se fue hace tiempo a Inglaterra, y Sorata regresó a sus obligaciones respecto a cuidar de
Mashiro, al principio solamente venía de vez en cuando, pero, con el tiempo su estancia se
volvió permanente. Cuando se dio cuenta de Mashiro…
—Dime, Mashiro-san…
—No quiero escucharte. —Mashiro, a pesar de estar vestida como una adulta, hizo gestos
adecuados para un niño y tapó sus oídos.
Sorata lo pensó muy bien antes de explicarle, hasta conseguir armarse de valor, —ha ocurrido
un bug terrible, necesito regresar a la oficina y arreglarlo.
—…
—Lo siento, no podemos salir esta noche.
—Sorata estúpido —Mashiro quitó las manos de sus oídos. A pesar de su esfuerzo, lo
escuchó perfectamente.
—Lo siento.
—Sorata estúpido.
—Lo sé.
—Sorata estúpido.
—Tengo una duda, ¿por qué soy un estúpido?
—…
Eso no impidió que Mashiro lo maldijera unas cuantas veces más.
—Lo siento, estoy muy arrepentido.
—Si no salimos en navidad, no volveremos a salir juntos en mucho tiempo. —Mashiro lo decía
en serio. Él aceptó todo el peso que conlleva una mirada fulminante como la de Mashiro.
—…
—…
La tensión estaba a tope en la habitación. Solo interrumpida por el teléfono sonando. Esta vez
no es el de Sorata. Es el teléfono de Mashiro.
Mashiro sacó el teléfono guardado en su bolso.
—Es Ayano —, se lo puso pegado a la oreja y murmuraba algunas cosas, —Si, yo… Uhm,
aja… 9 páginas. Vaya, entiendo.
La conversación entre esas dos, duró menos de 1 minuto. Mashiro simplemente volvió a
guardar su celular.
—¿Qué dijo Ayano-san?
—Hay problemas con el manuscrito que le envié hoy.
—Supongo que lo corregirás, ¿no?
—Aja.
—¿Es urgente?
—Ayano lo quiere listo para antes de su vuelo a las 6-
Al ver la hora, se dio cuenta que ahora mismo eran las 5. Si regresara a su estudio ahora
mismo, lo conseguiría a tiempo.
—Si eso quieres.
—Te ves muy feliz por eso, Sorata. —era un comentario divertido pero peligroso, —te ves feliz
porque no tendremos nuestra cita.
—No se trata de eso.
No es felicidad. Se siente tranquilo solamente. Si Mashiro también estará ocupada, no caerá
toda la culpa sobre él. Bueno, es una situación lamentable pero que lo tranquiliza un poco…
—Suficiente… —Mashiro le dio la espalda y salió furiosa de su departamento.
Cuando no había rastro de Mashiro, Sorata salió corriendo de regreso a su oficina.
Parte 2.
Sorpresivamente, no le tomó mucho tiempo arreglar el problema. Para cuando llegó a la
oficina, Ryuunosuke ya había encontrado el problema y ya lo había arreglado también, Sorata
solo se cercioró que funcionara. Creó una nueva ROM y se la envió a Totsuka.
Tenía muchas cosas pendientes por hacer antes de poder regresar al departamento de
Mashiro.
Ya son las dos de la madrugada. Sorata compró un pastel navideño en una tienda de
conveniencia cercana. Para su sorpresa, las luces del departamento seguían encendidas.
Mashiro dormía con su pijama sobre el sofá de la sala.
—¿Conseguiste enviar el manuscrito?
—Lo logré, ¿qué hay de Sorata?
—Igual.
—Bien —Mashiro ni siquiera se esforzó en mirarlo. Sin darle importancia, Sorata colocó el
pastel sobre la mesa.
—¿El botón de tu pijama cree aguantar un poco de pastel? —Se sentó a su lado y bromeó.
Mashiro reviso el botón para confirmar.
—Está bien cocido.
—Era solo una broma…
—Volvimos a tener una pésima navidad.
—¿Ah? Es cierto…
Era muy curioso, Sorata y Mashiro siempre veían interrumpidos sus planes para navidad.
Durante sus días en la escuela, Mashiro tuvo problemas con su trabajo y cancelaron su cita.
El año pasado la revisión de un proyecto tuvo ocupado a Sorata y lo dejó sin tiempo.
—Es como si nunca fuera disfrutar de la navidad con Sorata —Mashiro escondió su rostro
entre las piernas.
—Oye, ahora estamos juntos.
—Quería tener una cita normal.
—Eso es una buena idea. —Sorata se levantó del sofá y colocó un candelabro junto al pastel.
Encenderlo cambio la atmosfera de la habitación, al apagar las luces, las flamas crearon
enormes sombras bailarinas en las paredes del comedor.
—Estuve esperando nuestra cita.
—Yo también.
—…
El malhumor de Mashiro despareció por completo.
—Mañana me tomaré el día libre, ¿qué hay de ti?
—Ayano vendrá a almorzar, pero, tengo la noche disponible.
—Saldremos juntos mañana por la noche.
—¿A dónde iremos?
—Tómalo como tu venganza por lo de hoy, elige el lugar que quieras.
—¿Donde yo quiera? —Mashiro miró al vacío.
—Un lugar realista. —De no ponerle un limite, podría pedir algo imposible.
—En ese caso… —Mashiro se sentó correctamente en el sofá y parecía decidida, —conoce a
mis padres —esa fue su elección.
—…
—…
Era como si el tiempo se detuviera.
—Mashiro-san… ¿qué? ¡Por favor, no digas eso! ¿Se supone que vayamos a Inglaterra en
una noche?
Solo Mashiro podía verlo como una posibilidad. Sin embargo, ella lo sorprendería mucho más,
—Mañana vendrán a Japón.
—¿Qué?
—Que mañana vendrán a Japón.
—Eso fue tan conveniente…
—Me avisaron hace un mes.
—¿Por qué no me enteré?
—Dijeron que querían conocer a Sorata.
—¡Ojalá me lo hubieses contado antes!
—Acabo de decírtelo.
—¡Me refiero a mucho antes!
—Te dije que querían conocerte. —Mashiro infló sus mejillas
—¿Acaso pedía algo tan ilógico como advertirme de cuándo vinieran tus padres?
—Es algo lógico que mis padres quieran conocer a mí novio.
—¡Sin duda!
—No es algo tan importante que conozcas a mis padres.
—¡Si que tiene importancia!
—Sorata ¿te molesta conocerlos?
—Para nada me molesta… Veras, pues, uhm, bueno, ya vivimos juntos sin su permiso.
Supongo que debí saludarlos hace tiempo y contarles de lo nuestro…. ¡Es un evento muy
complicado para un chico conocer a los padres de su novia! ¡Solo tengo una noche para
prepararme mentalmente!
Justo ahora su corazón late con más intensidad que antes de tener su primera vez. ¿De qué
se supone que hable con los padres de Mashiro?
—Uhmm, —Mashiro mordió su labio en protesta, —bien, me voy a la cama. — se levantó del
sofá y camino hasta su habitación. Sorata la persiguió, abrió la puerta del dormitorio y ahí la
vio. Mashiro está acostada boca abajo sobre su cama, con la cara enterrada en la almohada y
maldiciendo a Sorata.
—Haa… De acuerdo, mañana conoceré a los padres de Mashiro.
—¿Lo harás? —Mashiro apartó su rostro de la almohada para mirarlo, se veía muy
emocionada.
—Agh, lo prometo. En cambio, te pediré un favor.
—¿Qué?
—Si alguna vez tienes un día libre, ¿vendrías conmigo a la casa de mis padres a Fukuoka?
—… —ella abrió sus ojos asombrada.
—Mi madre me ha insistido mucho en llevarte.
—Acepto ir, —de un solo salto, Mashiro salió de la cama.
Todo era muy diferente, como si las peleas quedaran atrás. Hay felicidad y los problemas se
los llevó el viento. Ambos salieron de la habitación y se sentaron frente al pastel navideño.
—Sorata, quiero comer pastel.
—¿No querías dormir?
—Dormiré después de comer.
—Podrías engordar.
—Sorata se hará responsable si me engorda.
—¿De qué responsabilidad hablas…? —posiblemente no sea algo para reírse si descubriera
el rumbo de la conversación.
—Nee~ Sorata.
—¿Eh?
—Cuando vaya a Fukuoka.
—Aja.
—¿Es correcto si me presento diciendo que no soy muy buena haciendo cualquier cosa? *
—¡No lo hagas!
Así fue la reconciliación navideña de Mashiro y Sorata, ambos se divirtieron esa noche.
N.T: *Futsutuskamono significa que eres una persona incompetente.