Antologia 4
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Antologia 4
LIDERAZGO
1. El liderazgo en enfermería
Además de estos conocimientos y valores, el líder debe ser capaz de desarrollar las
siguientes estrategias:
2. Construir redes y relaciones para alcanzar los objetivos propuestos. El líder eficaz
inicia y comunica su visión, identifica nuevas oportunidades y pone en marcha
iniciativas que benefician a su institución y a su profesión. Se esfuerza, también, en
contactar con las personas de su radio de impacto, para conocer quiénes son, y
ofrecerles su ayuda, desarrollando vías que facilitan la obtención de los objetivos
planteados. Este tipo de redes van más allá del espacio físico y se expanden al espacio
tecnológico virtual. Esta nueva dimensión permite comunicar con mayor rapidez y
reducir las barreras de espacio y tiempo, para conseguir eficiencia y visibilidad para el
colectivo de enfermería y de cada profesional.
6. Ser actores políticos, reconociendo la política como una actividad esencial, ya que
existe en todos los niveles y organizaciones. Como enfermeras, debemos mantener
contactos y participar activamente en ambientes políticos. Este enfoque nos permitirá
impulsar ideas e iniciativas que aborden adecuadamente los grandes retos asistenciales
actuales como son, por ejemplo, los que representan el envejecimiento de la población
y el aumento de la cronicidad, que requieren el rediseño del modelo asistencial.
Debemos estar presentes en los entornos políticos y participar en grupos
parlamentarios sobre salud en los que se debate el modelo asistencial, de los que
derivará la política sanitaria futura.
1.1Conceptos principales
¿Qué es el liderazgo?
Esta estructura directiva ha sufrido diferentes enfoques desde el siglo anterior hasta la
actualidad.
Cuando se analizan las herramientas de calidad total, lo que hoy se aplican como guías
en todas las organizaciones que buscan ser excelentes, el concepto liderazgo se considera un
agente esencial para la consecución de resultados deseados.
Hoy en día, se considera que el rol del líder es aquel que determina la estrategia, es el
que representa y el que es capaz de educar con su ejemplo.
El líder es también quien tiene una visión de futuro, quien marca un camino y sabe a
dónde ir y como llegar.
El líder hace que las personas crean en el equipo, marca la cultura y la tendencia y es
capaz de llevar a cabo el “hacer-hacer”.
Se sabe que existe relación directa entre el éxito financiero de una empresa y sus
prácticas de liderazgo. El líder de hoy, pone en marcha tres competencias que llamamos
“esenciales” y de las que hablaremos también en próximos temas, como son:
Una filosofía de liderazgo ha sido definida como "un conjunto de creencias, valores y
principios que influyen fuertemente en la forma en cómo interpretamos la realidad y guían
nuestra comprensión acerca de cómo influir en los humanos" (Ambler, 2012, p. 77, como se
cita en Speranza y Pierce, 2019). Una filosofía de liderazgo promueve acciones comunicativas
y ayuda a un líder a desarrollar sus capacidades y a cultivar su mejor potencial humano.
Reflexionar sobre las 10 preguntas relacionadas con el desarrollo de un líder que compartimos
en el primer artículo (Preparando el escenario) de la serie Desarrollando el líder que hay en ti,
le ayudará a prepararse mejor para escribir su propia filosofía de liderazgo. A continuación,
discutiremos por qué una filosofía de liderazgo es importante y le brindaremos consejos que lo
ayudarán a escribirla.
Una filosofía de liderazgo es una "hoja de ruta personal" que traduce sus creencias,
valores y principios. Una filosofía de liderazgo es una base para la toma de decisiones éticas.
Además, le ayuda a guiar sus preocupaciones relacionadas con la vida y el trabajo.
Para aplicar las técnicas del liderazgo a la Enfermería, ésta debe estar consciente y
dispuesta a aceptar las responsabilidades del liderazgo. La enfermera líder debe conocer a
todas las personas, reconocer las necesidades y diferencias de cada una como individuo. Debe
poder ayudar a todos a satisfacer sus necesidades. Necesitará permitir ciertas libertades, de
acuerdo con las diferentes capacidades, actitudes, sentimientos y emociones. En otras
palabras, debe dar a su equipo “retribución psicológica”. También debe comprender los
principios y técnicas empleados en administración y supervisión, así como los empleados en la
asistencia de los pacientes; pues su liderazgo debe ser guiado por estos principios y técnicas.
Planeación y organización
Hacer asignaciones y dar instrucciones
Guía
Estimular la colaboración y la participación
Coordinar actividades
Observar o supervisar
Evaluar el desempeño
La enfermera líder debe tener hábitos de trabajo constructivos, capacidad para hacer
críticas y aceptar las que le hagan, así como ayudar a las otras enfermeras a superarse,
personal y profesionalmente. Es posible lograr la capacidad para mostrarse a sí misma de
manera positiva; las técnicas de afirmación personal pueden ayudar a que las enfermeras sepan
dónde están y hacia dónde quieren ir.
Diversos factores sociales han impedido que las enfermeras lleven a la práctica la
afirmación personal. De manera tradicional, la Enfermería se ha considerado una de las tres
profesiones de la mujer. Esta situación se encuentra actualmente en un proceso de cambio,
conforme los hombres invaden dichas profesiones y la mujer, en términos generales, tiene una
opinión diferente de sí misma, pero todavía no se elimina el modelo de pasividad y
dependencia en la profesión de enfermera, que tiene su base en el viejo estereotipo de la mujer
como un ser pasivo, sumiso y sin confianza en sí mismo.
El liderazgo eficaz en la Enfermería de hoy requiere que la jefa de grupo apoye a sus
subordinadas en el empleo de técnicas que produzcan una actitud positiva, y que ella misma
sirva de ejemplo.
Las enfermeras son conscientes de que pueden ser un aliado fuerte en el compromiso
que se requiere para promover la salud para todos a través de la atención primaria.
La meta de salud para todos está presionando por un cambio urgente en el papel
tradicional de la enfermera, de modo que asuma mayores responsabilidades en un campo de
acci6n más amplio, enfocando su atenci6n hacia la salud de las personas y la salud del
ambiente.
La meta de salud para todos significa una revoluci6n, una descentralizaci6n y exige
cambios reales en el desempeño de cada uno de los profesionales de salud, en todos los niveles
del sistema. Las enfermeras no pueden ser una excepción.
Las enfermeras tienen que prepararse para convertirse en agentes de cambio, deben
desarrollar una nueva perspectiva acerca de la salud, deben revisar sus actitudes, adquirir otros
tipos y niveles de competencias, conocimientos y habilidades, diferentes a los que caracterizan
la enfermería tradicional.
Cada día las enfermeras se encuentran frente a serias encrucijadas para actuar con el fin
de alcanzar las metas más urgentes:
c) Cambiar el papel autoritario que asume al dar cuidados de enfermería, por el trabajo
participativo con la persona, familia y comunidad, orientando sus intervenciones hacia los
autocuidados.
d) Cerrar la brecha entre los esquemas de atención de enfermería que se organizan con
fines académicos y la realidad de los servicios de salud, y así fortalecer la coordinación
docente- asistencial, fundamentada en la investigación.
e) Equilibrar el desarrollo del rol asistencial individual y comunitario, con los roles
funcionales de administración, docencia y consultoría en la atención primaria de salud.
Los trabajos de Lévi-Strauss [1] y Bordieu [2] nos ayudan a comprender por qué se
asignan valores distintos a muchas de las acciones relacionadas con las mujeres y,
concretamente, con los cuidados de salud y de la vida cotidiana, a los que se les otorga un
valor natural y empírico mientras que los actos médicos se asocian a lo racional y científico.
Así pues, el enfoque de género nos permite conocer las razones de por qué se adjudicó un
determinado valor a las acciones de mujeres y hombres y cómo se siguen reproduciendo en la
sociedad actual, trasladando esta misma asignación de roles para la relación médico-enfermera
[3].
Tal como expresa JA Marina, lo que llamamos verdad científica no es más que la teoría
mejor corroborada en un momento dado [4], pero no significa que deba basarse tan sólo en el
pensamiento positivista que trata de determinar que la verdad es la concordancia entre un
pensamiento y la realidad, dejando muchas cosas en la sombra que precisan de valoraciones
cualitativamente diferentes.
Con estas falacias no se creó una «nueva enfermería», como se pretendía, pues tal
como decía Ortega y Gasset, no hay creación mala. La producción de algo tan malo como esa
«nueva enfermería» no fue creación sino destrucción.
Pero, en el difícil y complejo avance del pensamiento enfermero, las enfermeras deben
progresar reconociendo los errores y la equivocación, para hacer de los mismos una
oportunidad que permita aprovecharlos en un alarde que, tal como expresa JA Marina, ronda
la genialidad [4]. La ausencia del necesario análisis introspectivo conduce a reacciones
imprevisibles que deben evitarse, pero teniendo en cuenta que el exceso de análisis o crítica
puede llegar a ser paralizante.
2.1Dirección científica
Observando las organizaciones sanitarias de hoy y del futuro parece necesario que
diseñen sus estrategias teniendo en cuenta esta idea: personas con capacidad de pensar y
aprender, orientadas desde un marco estratégico y plasmado desde un mapa operativo.
Así mismo, otros colectivos no médicos como el integrado por las enfermeras, se
incorporan como servicio con identidad propia, al menos visualizable en Atención Primaria,
poniendo en marcha nuevas agencias e incorporando el cuidado dentro del marco de los
procesos operativos y abriendo una línea nueva de servicios que dan respuesta a un grupo de
necesidades de los usuarios, ocultas o no consideradas como salud hasta este momento.
Bajo este prisma se presentan en este artículo los elementos que ha de contemplar un
modelo de gestión departamental, concretamente de una dirección de enfermería en Atención
Primaria, apoyado en las personas y su potencial desde la gestión del conocimiento, teniendo
en cuenta la hipótesis de que para poder desarrollar un modelo integral y multidisciplinar
eficaz es necesario que todas las partes aporten especificidad, que acote responsabilidad y
evite ineficiencia.
2.2Organización clásica
Así y partiendo de que la empresa podía dividirse en 6 grupos funcionales Prever: tener
en cuenta el futuro, tener una visión.
Organizar: establecer la base entre lo material y las personas.
Mandar: dirigir a las personas hacia la visión y misión.
Coordinar: armonizar todos los esfuerzos llevados a cabo por los distintos miembros de
la organización.
Controlar: comprobar que todo suceda conforme a lo programado y establecido.
Fayol determinó que las funciones administrativas corresponde a todos los niveles de la
organización y no solo a la alta dirección. Así mismo, concluyó que:
El trabajo debe ser dividido para producir más, mejor y con un menor grado de
esfuerzo. La automatización permite mejorar la capacitación y la calidad en la
ejecución de la tarea.
La autoridad se fundamenta en el derecho de dar órdenes. Sabiendo diferenciar entre la
autoridad jerárquica y la autoridad funcional basada en la capacidad y experiencia del
trabajador.
Disciplina. Es la capacidad para actuar conforme a las órdenes dadas.
Unidad de mando. Cada persona debe recibir órdenes de una sola persona.
Remuneración. Se debe percibir una remuneración justa y adaptada al esfuerzo y la
tarea.
Fue Elton Mayo el que con sus experimentos en la Western Electric concentró una
mayor transcendencia y protagonismo en el desarrollo de esta teoría. Así, la investigación de
Mayo se centró en determinar la existencia de relación entre la iluminación de la fábrica y la
eficiencia a la hora de realizar la tarea. La investigación se llevó en cuatro etapas:
2.3Relaciones humanas
Según la clasificación de Meleis, durante la década del 50 y 60 del pasado siglo fueron
concebidas un grupo de teorías que se agrupan dentro de la escuela de la interacción. Estas
marcan como tendencia un enfoque de la enfermería a partir de las relaciones interpersonales
enfermera-paciente, para un desarrollo en la relación terapéutica. Considera que la
complejidad estructural del cuidado de enfermería radica en su naturaleza humana y social, en
la comunicación y la relación recíproca entre la enfermera y el paciente.
Identificación: aquí el paciente se identifica con las personas que le brindan cuidados.
La enfermera favorece la exploración de las sensaciones y la expresión de los sentimientos
relacionados con su percepción del problema para ayudar al paciente a sobrellevar la
enfermedad y a reforzar los mecanismos positivos de la personalidad que le proporcione la
satisfacción que necesita.
· Juicios individuales sobre el significado del diagnóstico médico, el rol de cada uno en la
situación de enfermería.
El término "ética" procede del vocablo griego antiguo ethos, que significaba al
principio "estancia, vivienda común". Posteriormente adquirió otras significaciones: hábito,
temperamento, carácter, modo de pensar. Partiendo de la significación de ethos como carácter
(temperamento), Aristóteles formó el adjetivo ethicos y designó con él una clase particular de
virtudes humanas, precisamente las virtudes del carácter (valor, moderación y otras) que se
distinguen de las virtudes de la razón. Con el fin de designar la ciencia que estudia las virtudes
éticas, Aristóteles creó un nuevo sujeto: ethica, que figura en los títulos de sus obras. Así, en el
siglo VI a.n.e. la ciencia ética recibió su denominación, conservada hasta nuestros días 15.
Es por ello que en el ejercicio de nuestra función social se debe observar principios
ético - morales de profundo contenido humano, ideológico y patriótico, como dedicar todos
los esfuerzos y conocimientos científicos y técnicos al mejoramiento de la salud del hombre;
trabajar consecuentemente donde la sociedad lo requiera; estar siempre dispuestos a brindar la
atención médica necesaria, con elevado espíritu internacionalista 16.
Los principios éticos conocidos como autonomía, justicia y beneficencia deben ser
cumplidos integralmente, es decir, no se pueden sacrificar ninguno de ellos o cumplirles solo
parcialmente. El primero obliga a dar la información aspirada y tolerada por el enfermo para
que ofrezca su consentimiento informado a los procederes a realizar en él; la justicia es
característica de nuestro sistema de salud que asigna los recursos necesarios para la adecuada
atención médica sin distinción de personas; por último, el tercero implica sugerir un
tratamiento de excelencia ante todo, o bien las alternativas existentes con una información tal
que permita ejercer adecuadamente su decisión 17.
La enfermería, es una práctica moral, lo que significa que incorpora una actitud o
comportamiento ético basado en un código moral, que se ejerce conforme a patrones éticos y
por la que se exige responsabilidad al cumplir un conjunto de deberes para con el paciente que
trasciende lo reglamentado por las normas jurídicas.
La ética del cuidado ha sido objeto de estudio para varios investigadores nacionales lo
que reflexiona lo siguiente:
Abascal y Acosta consideran que es el cuidado como trato humano ("un modo humano
de ser") al que se le incorporan conocimientos y habilidades para llegar a profesionalizarse, y
cuidado como imperativo moral (compromiso personal de mantener la dignidad e integralidad
de las personas); donde el enfermero ofrece acciones encaminadas a satisfacer necesidades 24.
Torres expone que es el cuidado de una vida humana, donde cuenta no solo el
componente tecnológico, y de sus habilidades, sino las actitudes y sentimientos en un nivel
ético y humano. Porque es fundamento y posibilidad en la actuación de enfermería el proteger
y promover la dignidad y preservar la humanidad, de las personas o grupos de personas que
reciben una atención de salud. Lo humano se aprende en la interacción que permite descubrir
sus necesidades, teniendo en cuenta sus creencias y valores y el lente interpretativo a través
del cual la persona mira al mundo 25.
Agramonte y Leiva afirman que la validez de la ética del cuidado son los valores que
deberán impregnar la actitud de excelencia en el cuidado de la salud, se relaciona con el valor
de la intimidad de la persona como ser único, que adopta decisiones desde sus propios ideales,
sus mitos, sus símbolos y su propia visión de la realidad, que lo ve desde lo más íntimo de su
soledad 26.
Las autoras del estudio coinciden en que el respeto al ser humano es el fundamento de
las relaciones humanas y constituye un deber moral de cada hombre que, en el caso de los
profesionales de la enfermería cubana, adquiere una connotación mayor, porque la propia
sociedad les ha asignado un importante encargo: la satisfacción de las necesidades de salud de
la población en Cuba.
1. Etapa Circunstancial.
Se establece esta etapa inicial por el primer contacto de individuos o grupos, de manera
directa o indirecta, pero que identifica la contraposición de metas, valores, procedimientos,
normal y posiciones ideológicas, o simplemente la distorsión de la comunicación que mal
interpreta los hechos.
En esta etapa es cuando se debe actuar en forma prévisoria a fin de evitar el desarrollo
del conflicto. El estado de latencia se reconoce, dado que en lo general, no se lleva a cabo
ninguna acción, técnicamente indicada, para diluir la posibilidad del conflicto y ante nuevas
contactos o estímulos se hace evidente.
2. Etapa Cognoscitiva:
En esta etapa los individuos o grupos son consciences de la inminencia del conflicto ya
que se verbaliza la posibilidad de su desarrollo y de hecho, las partes advierten que los
desacuerdos están planteados y llevarán a una situación conflictiva. Que lejos de evitar, en ese
momento se desata el desorden, los individuos o grupos inician la ofensiva-defensiva a fin de
aniquilar al contrario. No existen mecanismos en la organización que controlen estos procesos
y a la falta de preparación del personal contribuye a que de un modo o de otro se active el
conflicto en vez de que todos participen en impedirlo
3. Etapa Afectiva:
4. Etapa Conductual:
En este momento, el error ya consagrado se acentúa cuando los directivos deciden que
el personal reciba cursos de Relaciones Humanas esperando de ellos un efecto casi mágico, lo
cual demostradamente(l3) ni impide ni corrige las situaciones conflictivas; se debe ir al fondo
de la causalidad con un manejo integral de los recursos humanos.
5. Etapa Consecuencial:
Una vez que la situación conflictiva constituye la vivencia principal en los individuos o
grupos con toda la interferencia que conlleva para sus actos laborales y su tranquilidad en su
vida familiar, debe estimarse el impacto del conflicto en su esfera afectiva y las consecuencias
en la fractura de las relaciones interpersonales o intergrupales, así mismo, en la imagen que
pudiera haberse deteriorado y otras ligadas a las circunstancias de cada caso.
Por lo tanto, no debe tampoco dejarse a que el tiempo lo resuelva como se considera
empíricamente, se requiere de una conducción especialmente diseñada para un grupo de
personas lesionadas psicosocialmente y que involucre aspectos globales en su concepción de
desarrollo de recursos humanos.
- Tipo Alienante
- Tipo Calculador y
- Tipo Moral
Con estos elementos, una vez identificado el conflicto en cualquiera de sus etapas se
tendrá que aplicar lo que se llama un estilo de manejo. Se vuelve a hacer énfasis en que de
manera previsoria para los conflictos, la forma más consistente de lograrlo es a través de la
integración de grupos.
1. De Colaboración
2. De Competencia
3. De Evasión
4. De Transacción
5. De Ajuste
El mediador deberá plantear la reunión explicando muy bien los motivos; exhortar de
manera reiterativa a todos los participantes a observar cordura y respeto mutuo. La conducción
de la reunión tendrá que llevarse a cabo exaltando lo positivo y cancelando lo que se muestre
en actitudes negativas. Finalmente, las soluciones al conflicto, tratar que salgan de las
opiniones de los interesados y capitalizar los puntos de coincidencia a fin de comprometer a
ambas partes en la solución que ellos deberán aplicar y respetar.
3. Teorías de liderazgo
Por abstracción
Las grandes teorías son abstractas, de amplio alcance y complejas, por lo que requieren más
investigación para su aclaración.
Las grandes teorías de enfermería no guían intervenciones de enfermería específicas, sino que
proporcionan un marco general e ideas de enfermería.
Los grandes teóricos de enfermería desarrollan sus obras basadas en sus propias experiencias y
su tiempo, explicando por qué hay tanta variación entre las teorías.
Abordar los componentes del metaparadigma de enfermería de la persona, enfermería, la salud
y el medio ambiente.
Son mas limitadas en alcance (en comparación con las grandes teorías) y presentar conceptos y
proposiciones en un nivel inferior de abstracción. Aborda un fenómeno específico en
enfermería.
Debido a la dificultad de probar grandes teorías, los eruditos de enfermería propusieron usar
este nivel de teoría.
La mayoría de las teorías de rango medio se basan en las obras de un gran teórico, pero se
pueden concebir a partir de la investigación, de la práctica de enfermería o las teorías de otras
disciplinas.
Las teorías de enfermería de práctica son teorías específicas de la situación que son de alcance
estrecho y se centran en una población de pacientes en un momento específico.
Las teorías de enfermería a nivel de práctica proporcionan marcos para las intervenciones de
enfermería y sugieren resultados o el efecto de la práctica de enfermería.
Las teorías desarrolladas a este nivel tienen un efecto más directo en la práctica de enfermería
que las teorías más abstractas.
Estas teorías están interrelacionadas con conceptos de teorías de rango medio o grandes
teorías.
Las teorías también se pueden clasificar en función de sus objetivos. Pueden ser descriptivos o
prescriptivos.
Teorías descriptivas
Las teorías descriptivas son el primer nivel de desarrollo de la teoría. Describen los
fenómenos e identifican sus propiedades y componentes en los que ocurre.
Las teorías descriptivas no están orientadas a la acción ni intentan producir o cambiar una
situación.
Hay dos tipos de teorías descriptivas: teoría de aislamiento de factores y teoría explicativa.
Teoría explicativa
Dicha teoría sostiene que unas cuantas personas nacen con las características
necesarias para ser grandes. Son muy maduros y demuestran simultáneamente una conducta
de liderazgo instrumental y una de soporte. Las actividades instrumentales comprenden la
planificación, la organización y el control de las actividades de los subordinados para lograr
los objetivos de la organización. El liderazgo de soporte está socialmente orientado y permite
la participación y la consulta de los subordinados sobre decisiones que les afectan. Las
personas que utilizan ambas conductas de liderazgo, instrumental y de soporte, se consideran
“grandes hombres” y se supone que son líderes eficaces en cualquier situación. Muchos
consideran esta teoría poco atractiva dado que establece que los líderes nacen y no se hacen,
por lo que indica que el liderazgo no puede perfeccionarse.
Hasta mitades de los años cuarenta la teoría del rasgo era la base para la mayoría de las
investigaciones sobre liderazgo. Los primeros estudios en esta área mantenían que los rasgos
eran hereditarios, pero las teorías posteriores indicaban que los rasgos podían adquirirse
mediante el aprendizaje y la experiencia. Los investigadores identificaron los siguientes rasgos
del liderazgo: energía, fuerza, entusiasmo, ambición, agresividad, decisión, aplomo,
autoconfianza, simpatía, afecto, honestidad, imparcialidad, lealtad, seguridad, dominio técnico
y habilidad para la instrucción. Es de la combinación de estas características de donde surgen
los diferentes tipos de liderazgo más conocidos. Entre los estilos de liderazgos destacan:
La Teoría del Camino a la Meta, desarrollada por Robert House, es una teoría de liderazgo
que defiende que el desempeño de los trabajadores puede ser mejorado por el líder siempre
que éste les asegure y ayude a conseguir recompensas por él deseadas como consecuencia de
la realización de los objetivos de la organización. En este sentido, el líder deberá apostar por la
clarificación del comportamiento que los trabajadores deberán tener para alcanzar tales
recompensas. Según House, el desempeño de los subordinados resulta más eficaz si el líder
define claramente la tarea, faculta formación a los trabajadores, ayuda a trabajar eficazmente y
establece recompensas adecuadas y directamente relacionadas con el nivel de desempeño.
Según la teoría del camino a la meta de House existen cuatro estilos de comportamiento de
liderazgo que permiten a los líderes manipular las variables motivacionales como: estilo
directivo, asistencial, participativo y orientador. Para que el líder tenga éxito es necesario que
consiga adoptar cada uno de los comportamientos de acuerdo con la situación del momento.
3.4Teoría situacional
La teoría de liderazgo situacional se considera aplicable a la disciplina de enfermería
permitiendo su utilización tanto en estructura y orientación teórica, debido a la capacidad de
conducir del modelo y porque, además, presenta la definición de liderazgo ajustada a la
realizada por Hersey y Blanchard.
La Teoría del Liderazgo Situacional ha ido evolucionando a lo largo del tiempo. Más
adelante, estos autores desarrollaron algunos aspectos de este modelo y consideraron que sería
aplicable a cualquiera situación de liderazgo, tanto en el contexto familiar y educativo como
en el laboral.
La teoría del Liderazgo Situacional (Hersey & Blanchard, 1977; Hersey, 1984) se basa
en: el grado de conducción y dirección o comportamiento de tarea, el grado de apoyo social y
emocional o comportamiento en las relaciones personales y el nivel de disposición de los
seguidores en base a la prestancia y habilidad que muestran al desempeñar cierta tarea. Esta
teoría ha sido ampliamente utilizada en la administración de empresas mundiales de todo tipo.
3.5Teoría de contingencia
Scheffer y Rubenfeld identificaron que la creatividad en las acciones e intuición frente a los
sucesos fueron los elementos principales para resolver problemas en el campo de enfermería.
Por su parte, Winfield et al. encontraron en enfermeros recién graduados que no tienen
confianza en el pensamiento crítico y en su capacidad de tomar decisiones durante el
desarrollo del cuidado.
Por otro lado, Lau investigó las habilidades sociales que se asocian directamente con la
resolución de problemas clínicos. Mediante un análisis de regresión lineal múltiple reveló que
las principales habilidades que se necesitan para resolver dichos problemas son la capacidad
de comunicación y la interacción clínica.
Roberts, Victor-Chmil y Shu-Yuan et al coinciden en que el profesional de enfermería
recién inserto al área clínica no utiliza la totalidad de las habilidades del pensamiento crítico,
por lo tanto sus acciones se basan en la toma de decisiones desviadas del accionar reflexivo.
Asimismo, Gross-Forneris y Peden-McAlpine identificaron 3 elementos que describen
el desarrollo del pensamiento crítico en las enfermeras no expertas: la influencia de la
ansiedad para apoderarse del pensamiento crítico; cuestionar el pensamiento crítico como
pensamiento secuencial a un pensamiento contextual, y el surgimiento del pensador crítico
intencional. Por último, sugirieron una revisión curricular en su contexto educativo.
Por su parte, Zygmont y Schaefer determinaron las habilidades de pensamiento crítico
de profesores de enfermería y examinaron la relación entre su posición epistemológica y el
pensamiento crítico. Los resultados mostraron que no tenían claridad en su definición, ni
tampoco habilidades para pensar críticamente. No obstante, identificaron experiencias en las
que los estudiantes lo demostraban. Recomendaron que los profesores deben transferir sus
habilidades para estimular a los estudiantes a pensar críticamente, tanto en los escenarios
clínicos como en el salón de clase. De ahí la importancia de los ambientes afectivos y
efectivos de aprendizaje, que comprometan al alumno a la construcción del conocimiento, para
el desarrollo socioprofesional y la solución de problemas de la realidad.
En cuanto a los estudios que han analizado la resolución de problemas clínicos en el
marco de la aplicación del proceso enfermero, Chabeli identificó e integró el pensamiento
crítico y las habilidades cognitivas como conceptos fundamentales en las 5 etapas del proceso
enfermero24. Sin embargo, Marchigiano et al. señalaron que en la etapa de evaluación es muy
difícil evaluar la transferencia de las nuevas habilidades aprendidas al cuidado profesional.
Mediante entrevistas semiestructuradas,Taylor identificó los elementos que
caracterizan al proceso de resolución de problemas clínicos por los profesionales de
enfermería; por lo tanto, es el razonamiento diagnóstico la etapa principal y mayormente
mencionada por las enfermeras, no obstante, la evaluación de las acciones no mostró
relevancia26.
La toma de decisiones clínicas
Se define la toma de decisiones clínicas (TDC) como un proceso complejo donde el
profesional de enfermería combina conocimientos teóricos con la experiencia práctica para
realizar juicios sobre el cuidado del paciente.
Al respecto se identificaron publicaciones referentes a las teorías y modelos que les
subyacen, así como algunos instrumentos para evaluarlas, el proceso para tomarlas, los
factores facilitadores o inhibidores y algunas estrategias curriculares para desarrollarlas.
Con relación a las teorías que explican la toma de decisiones clínicas, en Australia,
Jefford et al.realizaron una revisión de las fortalezas y las limitaciones de cada teoría para la
TDC como guía para la práctica clínica.
Destacan 2 teorías. La primera es la teoría hipotético-deductiva, que establece que la
TDC se inicia con la adquisición, agrupación e interpretación de señales que generarán las
hipótesis a confirmar o rechazar; posteriormente se elaborarán diagnósticos, y después se
evaluarán las opciones de tratamiento a implementar en el plan terapéutico, para, finalmente,
evaluar los resultados obtenidos.
La segunda teoría es la del procesamiento dual, que postula que el razonamiento y la
toma de decisiones pueden ser descritas como la función de 2 sistemas: el primero es un
sistema intuitivo, experiencial y afectivo, y el segundo es analítico, deliberativo y de
procesamiento, es decir, el primero enfatiza la intuición y el segundo el análisis, en los que
resaltó el uso efectivo de las capacidades cognitivas, así como los procesos de razonamiento
que se dan.
En ese mismo sentido, en Estados Unidos, Djulbegovic et al. dieron a conocer su
modelo que puede ser empleado para explicar los patrones más frecuentemente observados
dentro de la práctica clínica. Para ello, rescataron el modelo matemático de Mukherjee, que
consiste en evaluar la opción de riesgo/decisión; después ocurre una combinación entrante del
sistema intuitivo y del analítico dentro de un solo valor, para seleccionar cuál de los 2 sistemas
se aplicará para concluir en una opción final.
Por su parte, Roche, a través de un estudio comparativo, analizó la enseñanza de las
decisiones clínicas a través del modelo educativo clínico, con base en 3 elementos: los tipos de
observación, la evaluación de la información observada y las acciones de enfermería que
deberían ser tomadas, contrastado con el uso de otro programa en el que se utilizaron
experiencias clínicas tradicionales. Los resultados encontrados fueron que los estudiantes que
utilizaron dicho modelo obtuvieron más experiencias clínicas y tuvieron más oportunidad de
recibir retroalimentación que los otros. Concluyeron que la enseñanza de la toma de decisiones
en los estudiantes de enfermería debe ser una prioridad importante para sus docentes, y que el
modelo es un método efectivo para facilitar el desarrollo de esta compleja e importante
habilidad.
Por otro lado, en cuanto al desarrollo de instrumentos que evalúan la TDC en
enfermería, Sirka y Salanterä de Finlandia, con base en la teoría del cognitivo continuum de
Hammond, y Benner con el modelo de adquisición de habilidades de Dreyfus y Dreyfus,
desarrollaron y probaron un instrumento que refleja 4 etapas del proceso de toma de
decisiones: recolección de información para la interpretación del estado del paciente; manejo
de información y definición de los problemas de enfermería; planeación, e implementación,
seguimiento y evaluación de la condición del paciente.
Los resultados mostraron que las enfermeras utilizan 4 tipos de modelos de toma de
decisiones (analítico, analítico-intuitivo, intuitivo-analítico e intuitivo). Así mismo, que el
60% de las enfermeras utilizan los modelos de toma de decisiones intuitivo-analítico y
analítico-intuitivo. Sin embargo, identificaron que estos modelos varían entre y dentro de los
diferentes campos de la enfermería.
En ese mismo sentido, White32 señaló que la TDC es una piedra angular para las
enfermeras, que los niveles de autoconfianza y ansiedad son 2 influencias afectivas que
impactan su aprendizaje, por lo que se abocó a la construcción y validación de un instrumento
que midiera dichos niveles en estudiantes de enfermería. Una de las perspectivas teóricas que
enmarcó su trabajo fue la teoría cognitiva social de Bandura33, así como el modelo de toma de
decisiones clínicas de O’Neill et al.34 y el modelo de razonamiento clínico en novatos35, que
ilustran cómo la percepción limitada de situaciones clínicas, las barreras cognitivas y
emocionales, el uso de recursos dentro del escenario clínico y la importancia de experiencias
clínicas positivas, influyen en el desarrollo del lenguaje de trabajo en clínicos novatos.
Campbell realizó un estudio cualitativo en estudiantes de pregrado para obtener una
comprensión más clara del proceso de TDC. Los temas que surgieron fueron: capacidad de
comunicación, conocimiento y ansiedad. Se concluye que el primer paso para una adecuada
toma de decisiones es que exista una buena comunicación con el paciente. Con relación al
conocimiento, este apoya el avance en las habilidades de TDC desde el conocimiento teórico
hasta la comprensión práctica, y la ansiedad se identifica como un factor limitante36.
En los estudios relativos a los factores facilitadores de la TDC, Jahanpour et al. —en
un estudio cualitativo que tuvo como objetivo investigar la percepción de estudiantes
avanzados de enfermería iraníes, sobre los factores que facilitan e inhiben la TDC eficaz—
identificaron 4 temas: la incompetencia del instructor clínico, la baja autoeficacia, el clima
poco propicio para el aprendizaje clínico y el estrés. Además, se observó que el clima de
aprendizaje clínico no facilitó la capacidad de los estudiantes para integrar teoría y práctica;
que había una disociación entre las demandas del profesor y la de las enfermeras clínicas; que
el estrés afecta negativamente al desarrollo de la TDC, lo que resulta en pérdida de
motivación, actitud de trabajo negativo y pobre autoconcepto profesional, lo cual deteriora el
juicio y la capacidad de toma de decisiones.
Por otro lado, Baxter y Boblin estudiaron la toma de decisiones en estudiantes de
enfermería para comprender los tipos y factores que influyen en dicho proceso. Los resultados
obtenidos fueron clasificados en 5 tipos de toma de decisiones. El primero fue con respecto a
la valoración, en la cual se encontró que los alumnos deciden de acuerdo al acercamiento que
tengan con el paciente. El segundo fue la intervención, en el que refirieron sentirse frustrados
por la poca oportunidad que tenían para tomar decisiones. El tercero estuvo relacionado con
los recursos que los apoyaron en su proceso de toma de decisiones, ya que los alumnos de los
primeros grados recurrían a los recursos impresos y a la observación, mientras que los del
último recurrían a prácticas clínicas y profesionales del área de la salud. El cuarto, referente a
la comunicación, incluía el cómo acercarse al paciente y al personal de enfermería o tutor. Los
del primer nivel hacían participar al tutor en su decisión observándolo como una fuente de
información y de retroalimentación; los del segundo incorporaron al personal de enfermería, y
los del tercero y cuarto demostraron un incremento en el nivel de confianza en su habilidad
para comunicarse con el personal de enfermería y en cómo se introducían en la toma de
decisiones. El quinto tipo de decisión, concerniente a la acción, determinaba si un estudiante
llevaría a cabo el proceso de decisión, si se implementaría una intervención y si la información
sería comunicada a otro personal de salud. Concluyeron que para el proceso de toma de
decisiones es relevante estar en un ambiente cómodo y motivador, ya que esto genera
graduados con fuerza, independencia y capacidades para la TDC; además, que el currículo
debe comprender su desarrollo.
Por otra parte, Gillespie y Peterson realizaron un artículo orientado a describir el
entorno de la TDC en enfermeros novatos, que comprende: el contexto, los conocimientos
básicos y los procesos de toma de decisiones y de pensamiento. El contexto lo describen en 3
niveles: micro, meso y macro; los conocimientos básicos implican varias dimensiones: la
profesión de enfermería, el autoconocimiento y los aspectos específicos de la situación del
paciente; destacan que las fases que componen el proceso de TDC y de pensamiento no son
lineales. Concluyen que el entorno actual de la atención a la salud incluye el aumento de la
gravedad y la complejidad del paciente, las cargas de trabajo, los cambios en la prestación de
los cuidados de enfermería y la disminución de los recursos, por lo que constituyen un
aumento de desafíos para la TDC por parte de las enfermeras, los cuales aumentan en los
enfermeros novatos39.
Wey et al. realizaron un estudio cuyo objetivo fue percibir la autonomía del enfermero
en la toma de decisiones en 15 graduados a través de una metodología cualitativa. El resultado
fue que ellos percibían reducida su autonomía entre los miembros del equipo hospitalario, ya
que consideraban poco desarrolladas sus habilidades, además de sentirse comparados con
otros profesionales de mayor experiencia40.
Bakalis y Watson41 publicaron un estudio que tenía como propósito identificar las
decisiones que las enfermeras toman en áreas de cuidados médicos, quirúrgicos y críticos.
Aplicaron el cuestionario «Método de toma de decisiones clínicas» a 60enfermeras (20 por
cada área). Se encontró que en las 3 áreas toman regularmente decisiones clínicas sobre la
atención directa a los pacientes, que incluye: suministro básico de cuidados de enfermería y
apoyo psicológico, así como la enseñanza a los pacientes y miembros de la familia. Las
enfermeras de cuidados críticos toman regularmente decisiones más amplias a sus funciones,
tales como actuar en situaciones de urgencia y cambiar la medicación del paciente, mientras
que las enfermeras en áreas médicas y quirúrgicas solo hacen esto de vez en cuando. Otro
factor que se relacionó de manera significativa fue la duración de la experiencia clínica. Se
señala que las enfermeras que toman decisiones clínicas efectivas, proveen seguridad y un
cuidado más competente.
En cuanto a las estrategias para promover la TDC, algunos las relacionan con el
pensamiento crítico, como lo refieren Dowding et al., quienes señalaron que el diseño
curricular tiene que facilitar la comprensión de los diferentes dominios de los estudiantes, que
les proporcione guías y protocolos de ayuda para la toma de decisiones. Proponen que la
colaboración entre el personal académico y el clínico es clave para entrenar a los estudiantes
mediante la elaboración de una comprensión contextual compartida42. Señalaron que las
habilidades cognitivas del pensamiento crítico son necesarias para llevar a cabo el
razonamiento clínico, a través del cual se realizan buenos juicios y TDC. Concluyeron que el
desafío para los educadores es asegurar que las enfermeras no sean solo competentes para
tomar decisiones, sino que también desarrollen habilidades de pensamiento crítico y
comprendan la complejidad de su entorno.
Por su parte, Standing realizó un estudio cualitativo con sujetos, cuyo propósito fue
estudiar desde la perspectiva de los estudiantes de enfermería el desarrollo de las habilidades
para la TDC, así como la percepción de las responsabilidades que tenían en el primer año
como enfermeras registradas. En la última entrevista, los sujetos identificaron la TDC como
una experiencia de aprendizaje formativa pero estresante. El autor sugiere llevar a cabo una
mayor colaboración entre los profesionales de la educación y los servicios de salud e integrar
la TDC en todo el plan de estudios de enfermería.
Al-Dossary et al. realizaron una revisión sistemática sobre la influencia de los
programas de residencia para enfermería dirigidos a desarrollar habilidades para la TDC y el
liderazgo44. En dicha revisión citan autores que han resaltado la importancia de programas
eficaces de residencia para favorecer la transición de estudiantes de enfermería a profesionales
independientes y adaptarse al complejo sistema de salud. La revisión analizó 13estudios y se
identificaron 6instrumentos para evaluar la TDC, las habilidades de liderazgo, la experiencia y
la satisfacción de los enfermeros recién graduados. Los autores señalan la necesidad de
realizar estudios que evalúen la TDC, ya que la mayoría de las evaluaciones de los programas
de residencia se enfocan a las habilidades de liderazgo, la satisfacción laboral y la retención de
enfermeros
Por último, González et al. —en su estudio cuantitativo cuyo objetivo era comparar los
estilos de toma de decisión en 907estudiantes novatos y avanzados de enfermería, a través del
uso de la escala Estilos de Toma de Decisión de Macia et al.— encontraron que aun cuando sí
existían diferencias significativas entre ambos grupos, de acuerdo a los estilos de toma de
decisión, 5 de estos no fueron los más deseables, ya que se esperaría que los avanzados no
obtuvieran las mismas medias que los estudiantes novatos, dado que su avance escolar
supondría mayor madurez personal, emocional y cognitiva, que a la vez influiría en sus estilos
de toma de decisión. En ambos grupos predominaron los estilos de toma de decisión:
autojustificación, evitación/pánico y soluciones fáciles, que no son estilos positivos para la
asertividad en la práctica del cuidado, por lo que sugirieron la promoción de estrategias
pedagógico-didácticas que les permitan incorporar los conocimientos y las experiencias
necesarias para desarrollarlos.
5.2 Poder y autoridad
Cuando hablamos de liderazgo hemos comentado en numerosas ocasiones que todo está
basado en una relación de influencia, bien es verdad que todas las personas tenemos capacidad
de influir, basta tener un motivo poderoso y repetir unos determinados acordes diariamente y
de forma repetida durante un tiempo
Podría ser esta la cara B de la influencia, que tiene que ver más con el poder que con la
influencia.
Es cierto, que el poder está relacionado, o a priori lo relacionamos, más con un estilo de
liderazgo que cualquier otra cosa, pero el liderazgo es un arte complicado que depende de
multitud de factores, el poder no tanto.
El poder en las organizaciones sanitarias siempre tiene una connotación negativa y una
relación de superioridad entre las personas real o ficticia.
Para desarrollarlo basta que alguien consienta este comportamiento por las razones que
sea.
De esta forma podemos encontrarnos cientos de personas en los rangos medios y altos de
las organizaciones sin dotes de liderazgo ni si quiera con competencias para gestionar, y hoy
cuando decimos esto nos referimos a:
Gestionar recursos
Gestionar procesos de cuidados enfermeros.
Gestionar atención médica a pacientes.
El poder es un factor utilizado frecuente en las relaciones entre los individuos tanto en el
campo profesional como fuera de él.
El poder por tanto es el desarrollo de la facultad personal de uno para mandar con
propósito de conseguir que otros hagan algo o transformar la voluntad o el pensamiento.
Implica cierta habilidad para ejercerlo que viene ( y es donde enlaza con el concepto) de la
mano de la autoridad.
El poder suele tener altas dosis de manipulación donde los objetivos reales suelen
residir ocultos y donde los verdaderos objetivos son transformados para conseguir una cierta
relación de colaboración.
La autoridad confiere:
Poder
Control de recompensas
Coerción
Posición en el organigrama.
Poder.
Porque tiene que ser así.
Gestión de las recompensas.
Capacidad coercitiva.
Cuando nos referimos a las recompensas, nos estamos refiriendo a la laxitud nunca
reconocida en las organizaciones sanitarias con respecto a los criterios con los que se premia y
trata de motivar a las personas:
Dias libres.
Permisos para congresos, cursos, jornadas más allá de los establecidos legalmente.
Pertenencia a comisiones y grupos de trabajo de relevancia para el resto de la
organización.
Estas instrucciones cuando se dan bajo parámetros de no liderazgo suelen transmitirse como:
Por tanto las características que podemos atribuir a una posición de poder son:
Relación de posición de quién lo ejerce. Que nada tiene que ver con sus características
personales ni con sus competencias.
Aceptación de este por parte de los subordinados o resto del entorno.
Jerarquía dentro de la organización.
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