Voto Partícular Sentencia AD 6-2018

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VOTO PARTICULAR

QUE FORMULA EL MINISTRO JORGE MARIO PARDO


REBOLLEDO, EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018.

En la sentencia relativa, la Primera Sala de esta Suprema Corte de


Justicia de la Nación, por mayoría de tres votos, resolvió negar la
protección constitucional solicitada por la parte quejosa.

No obstante ello, de manera respetuosa, difiero del criterio


adoptado por mis compañeros, en virtud que estimo que son
esencialmente fundados dos de los conceptos de violación formulados
por el quejoso principal y suficientes para conceder el amparo a fin de
que se anulara la sentencia reclamada.

Desde luego, por un lado, el quejoso esencialmente sostuvo que


de las propias consideraciones expuestas en la sentencia reclamada se
advierte que la Sala de Justicia Indígena vulneró en su perjuicio el
artículo 14 de la Constitución Federal, porque no tiene competencia para
resolver el juicio que promovió la comunidad actora, en atención a que
sus funciones comenzaron a partir del uno de marzo de dos mil dieciséis,
esto es, nueve meses después de que ocurrieran los hechos materia del
juicio de origen, por lo que al emitir el fallo reclamado le aplicó
retroactivamente –en su perjuicio– las disposiciones que le asignan
competencia en materia indígena. Por otro lado, indica que la Sala
responsable no respondió adecuadamente sus excepciones.

Y tiene razón, por dos cuestiones fundamentales.

En primer lugar, porque en la fecha en que ocurrió el conflicto


-veintisiete de junio de dos mil quince-, por el cual la comunidad indígena
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

le impuso determinadas sanciones al quejoso, las disposiciones


procesales que rigen la creación y competencia del juicio de derecho
indígena aún no entraban en vigor, dado que la Sala de justicia
indígena inició funciones hasta el uno de marzo de dos mil dieciséis. De
ahí que al emitir la sentencia reclamada aplicó retroactivamente las
disposiciones legales que la rigen, en perjuicio del quejoso.

En segundo lugar, porque como lo expuso el inconforme en sus


excepciones, en el caso no se actualiza el supuesto de procedencia
previsto en el artículo 23, fracción V, inciso a) de la Ley Orgánica del
Poder Judicial del Estado de Oaxaca, que la Sala responsable invocó
para tramitar el juicio y emitir su sentencia, ya que dicha disposición
establece que el juicio de derecho indígena procede contra resoluciones
emitidas por las comunidades indígenas en aplicación de su sistema
normativo interno; en tanto que, en el caso, quien ejerce la acción no es
la parte perjudicada por dicha resolución, sino la propia comunidad
indígena que la emitió, cuya pretensión no consiste en examinar la
decisión con la que resolvió el conflicto suscitado en su comunidad -en
realidad- acudió a la Sala responsable para combatir un acto emitido por
el Ministerio Público en un proceso penal, tras considerar que dicha
autoridad desconoció su sistema normativo interno.

Lo así decidido, no implica atentar contra la promoción, respeto y


protección del derecho de las comunidades indígenas de resolver los
conflictos que surjan dentro de su comunidad, de acuerdo con sus usos y
costumbres, en los casos en que en un proceso penal se debatan
acontecimientos que involucren el ejercicio de la jurisdicción indígena,
tanto el Ministerio Público como la autoridad judicial están obligados a
emplear una metodología de análisis y valoración de hechos, datos y
medios de prueba con perspectiva multicultural. De manera que ante el
incumplimiento de esa exigencia, la comunidad indígena o parte que se
sienta agraviada estará en condiciones de impugnar esa omisión a

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

través de los recursos ordinarios previstos en dicho


proceso penal, o bien, a través del juicio de amparo,
en los casos y condiciones que establece la
reglamentaria respectiva, con lo cual se les garantiza el acceso efectivo
a la justicia y se propicia una adecuada interacción entre las dos
jurisdicciones: la indígena y la ordinaria o tradicional, como se verá a
continuación.

Para justificar la conclusión apuntada, el desarrollo del presente


voto se estructurará de la siguiente manera: 1) en principio se abordará
la incompetencia por razón del tiempo y la prohibición de aplicar
retroactivamente la ley, en perjuicio de persona alguna; 2) enseguida se
analizará la improcedencia del juicio de derecho indígena y 3) por último,
se establecerá la metodología para valorar con perspectiva multicultural,
cuando los hechos de un proceso penal concurren con la jurisdicción
indígena.

1) Incompetencia por razón del tiempo y la prohibición de


aplicar retroactivamente la ley, en perjuicio de persona alguna.

El artículo 14, párrafos primero y segundo de la Constitución


Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece:

“Artículo 14. A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona


alguna.

Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o


derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del
procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho”.

Al respecto, el Pleno de este Alto Tribunal ha señalado que la no


aplicación retroactiva de la ley es un derecho derivado del principio de
seguridad jurídica que tiene por objeto limitar la actividad del poder

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

público, a fin de evitar un perjuicio derivado de cambios o enmiendas en


la normativa, con transgresión a la esfera jurídica de las personas1.

En efecto, toda disposición legal tiene una vigencia determinada


en cuanto al tiempo. Desde que se crea, hasta que se deroga o abroga
expresa o tácitamente por una nueva norma, está destinada a regular
todos los hechos, actos, situaciones, estados y fenómenos que tienen
lugar durante ese lapso limitado por esos dos instantes.

Por tanto, toda ley desde el momento en que entra en vigor, rige
para el futuro, esto es, está dotada de validez de regulación respecto de
todos aquellos hechos, actos o situaciones que suceden con
posterioridad al momento de su vigencia. En ese sentido, una disposición
legal no debe normar acontecimientos o estados producidos con
anterioridad al instante en que adquiere fuerza de regulación.

Así, el artículo 14 de la Constitución Federal, en su primer párrafo,


reconoce el derecho a la irretroactividad en la aplicación de las leyes en
perjuicio de persona alguna, que consiste, básicamente, en que no
pueden darse efectos reguladores a una norma jurídica sobre hechos,
actos o situaciones producidos con antelación al momento en que entra
en vigor, bien sea impidiendo la supervivencia reguladora de una ley
anterior o bien, alterando o afectando un estado jurídico preexistente, a
falta de ésta.

Por lo que hace al segundo párrafo del artículo 14 Constitucional,


esta Primera Sala al resolver el amparo directo en revisión 827/20132,
estableció que dicho precepto prevé el derecho fundamental de
audiencia previa, esto es, la oportunidad de defensa que se concede al

1 En ese sentido, véase la tesis P. VIII/2015 (10a.), de rubro: “RETROACTIVIDAD DE LAS NORMAS
CONSTITUCIONALES, NO ATENTA CONTRA EL PRINCIPIO DE SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL”.
Consultable en la Décima Época del Semanario Judicial de la Federación, libro 21, agosto de 2015, tomo I,
página 357 y registro 2009818.
2 El veinticuatro de abril de dos mil trece por unanimidad de cinco votos.

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

gobernado previamente a la emisión del acto de


privación, el cual, como lo ha sostenido este Alto
Tribunal en otras ocasiones, contiene diversos
subderechos, entre ellos, los relativos a que medie un juicio ante los
tribunales previamente establecidos, en el que se cumpla con las
formalidades esenciales del procedimiento (emplazamiento al juicio,
oportunidad de ofrecer y desahogar pruebas, oportunidad de alegar y
emitir una resolución que dirima la cuestión efectivamente planteada),
garantizando adecuada y oportunamente el derecho de defensa, de
acuerdo a leyes expedidas con anterioridad al hecho.

En ese sentido, la exigencia de ser juzgado por tribunales


previamente establecidos constituye uno de los elementos necesarios
para que un proceso sea legal y justo. Así lo ha determinado también la
Corte Interamericana de Derechos Humanos al construir la doctrina del
juez natural, que exige al tribunal que conoce de un procedimiento penal
acreditar: i) que el asunto recae en su competencia, es decir que ejerce
su jurisdicción sobre los hechos materia del asunto3, ii) que no se
encuentra subordinado en forma alguna a las partes en el proceso o
frente a algún otro poder del Estado, asegurando su actuar con
independencia4, iii) que su imparcialidad5 no se encuentra comprometida
por prejuicios personales y iv) la existencia del tribunal de forma previa a
los hechos que pretende resolver, es decir, su establecimiento con
anterioridad por la ley.

Respecto a esta última exigencia, al resolver el caso Ivcher


Bronstein vs. Perú, la Corte Interamericana determinó que se afectaron
las garantías judiciales del denunciante, contenidas en el artículo 8.1 de
la Convención, pues “pocas semanas antes de que se emitiera la

3 Lori Berenson Mejía vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de
2004, párrafo 143.
4 Apitz Barbera y otros vs. Venezuela. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.

Sentencia de 5 de agosto de 2008, párrafo 55.


5 Herrera Ulloa vs. Costa Rica. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 2

de julio de 2004, párrafo 170.

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‘resolución directoral’ que dejó sin efecto legal el título de nacionalidad


del señor Ivcher [denunciante], la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial
[del Perú] alteró la composición de la Sala Constitucional y Social de la
Corte Suprema de Justicia”6, creando con ello Salas y Juzgados
Transitorios en el momento en que ocurrían los hechos del caso sub
judice, con lo que no permitió al denunciante ser oído por tribunales
establecidos con anterioridad a la ley.

Por otro lado, como lo sustentó esta Primera Sala al resolver el


conflicto competencial 37/20177, la competencia es la facultad que
tiene un órgano jurisdiccional para ejercer su jurisdicción en
determinados asuntos y dentro de cierto territorio. En esa lógica, un
tribunal es competente para conocer del asunto cuando hallándose éste
dentro de la órbita de su jurisdicción, la ley le reserva su conocimiento
con preferencia a los demás órganos.

En dicho precedente también se estableció que la materia


constituye un factor que determina la competencia atendiendo a la
naturaleza jurídica de controversias, es decir, es la aptitud legal que se
atribuye a un órgano jurisdiccional para conocer de las controversias
relacionadas con una rama específica del derecho. La competencia por
materia determina que en el tribunal especializado se radiquen asuntos
de una misma rama del derecho, lo que permite que los magistrados
que lo integran tengan un mayor conocimiento sobre la materia
correspondiente y, en consecuencia, puedan resolver mejor y con mayor
prontitud los asuntos que son sometidos a su conocimiento.

Por regla general, en la República Mexicana la competencia de los


órganos jurisdiccionales por razón de la materia se distribuye entre
diversos tribunales o juzgados, a los que se les asigna una

6 Ivcher Bronstein vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de febrero de 2001, párrafos 113 y
114.
7 El veintitrés de agosto de dos mil diecisiete por unanimidad de votos.

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

especialización, lo que da origen a la existencia de


tribunales agrarios, civiles, administrativos, penales
y del trabajo, entre otros, y a cada uno de ellos le
corresponde conocer de los asuntos relacionados con dicha
especialidad.

Así, tratándose del juicio de derecho indígena, mediante Decreto


1263, publicado en el Periódico Oficial del Gobierno de Oaxaca, el
treinta de junio de dos mil quince, se adicionó la fracción VI al artículo
106 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca,
para quedar como sigue:

“Artículo 106. Corresponde al Pleno del Tribunal Superior de Justicia:


(…)
VI. Establecer y ponderar criterios de homologación y adecuación en la
aplicación de las normas estatales y las normas indígenas en el marco del
pluralismo jurídico; así como resolver los conflictos derivados de los
ámbitos competenciales entre jurisdicción indígena y la jurisdicción
estatal”. (Énfasis añadido).

Asimismo, mediante Decreto 1367, publicado en el Periódico


Oficial del Gobierno de Oaxaca, el treinta y uno de diciembre de dos
mil quince, se adicionó la fracción V al artículo 23 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial del Estado Libre y Soberano de Oaxaca8, para quedar
como sigue:

“Artículo 23.
Las salas conocerán además:
(…)
V. La Sala de Justicia Indígena, con excepción de la materia política electoral,
garantizará y conocerá los derechos de los pueblos indígenas y su jurisdicción
teniendo las siguientes atribuciones:

a) Conocer de los asuntos relacionados con las resoluciones emitidas por las
autoridades de los pueblos y comunidades indígenas en ejercicio de su
función jurisdiccional al aplicar sus sistemas normativos, para constatar que en
el procedimiento respectivo se hayan respetado los principios y derechos
humanos tutelados en la Constitución Federal, los tratados internacionales y la
Constitución particular del Estado.

8 Disposición legal que entró en vigor al día siguiente de su publicación, en términos del artículo primero
transitorio.

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

La Sala de Justicia Indígena podrá convalidar la determinación emitida por la


autoridad indígena u ordenar se emita una nueva resolución. En todos los
casos planteados, se deberán armonizar los derechos individuales y
colectivos, analizando de fondo y considerando debidamente los sistemas
normativos indígenas en el marco del pluralismo jurídico, a fin de preservar la
integridad comunitaria.

b) Conocer de las inconformidades que se presenten con motivo de las


modificaciones a los sistemas normativos indígenas;

c) Conocer de las inconformidades que se susciten entre los ayuntamientos,


agencias municipales y de policía, núcleos rurales y autoridades comunitarias
de los pueblos indígenas, en ejercicio de las facultades que les confiere la ley
o sus sistemas normativos, cuya resolución no sea competencia del Congreso
del Estado y de otras instancias;

d) Substanciar y resolver el juicio para la protección de los derechos de los


pueblos indígenas y afromexicano, por incumplimiento de las
recomendaciones emitidas por la Defensoría de los Derechos Humanos del
Pueblo de Oaxaca; y

e) Conocer de las inconformidades relacionadas con el ejercicio del derecho a


la consulta y consentimiento libre, previo e informado de los pueblos y
comunidades indígenas.

La Sala de Justicia Indígena se allegará de oficio de las pruebas pertinentes y


necesarias. En cualquier etapa del procedimiento se podrá admitir amicus
curiae.”

Luego, mediante Acuerdo del Pleno del Tribunal Superior de


Justicia del Estado de Oaxaca, de veinticinco de enero de dos mil
dieciséis, publicado en el Periódico Oficial del Gobierno de Oaxaca, el
veintisiete de febrero de ese año se estableció la creación de la Sala de
Justicia Indígena en los siguientes términos:

“(…)
SEGUNDO: En observancia a lo señalado en el Decreto 1367, publicado con
fecha treinta y uno de diciembre de dos mil quince, mediante el cual se
reformó la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de Oaxaca, se instala
la Sala de Justicia Indígena, misma que tendrá la competencia a que
alude el artículo 23, fracción V de dicho ordenamiento; la cual tendrá como
domicilio oficial el Edificio J2, segundo piso, en el Centro Administrativo del
Poder Ejecutivo y Judicial “General Porfirio Díaz, Soldad de la Patria”, Reyes
Mantecón, San Bartolo Coyotepec, Oaxaca.
(…)
DÉCIMO: La Saña de Justicia Indígena, Quinta Sala Penal y Sala Auxiliar, se
instalarán a partir del día uno de marzo del año dos mil dieciséis y con esa
misma fecha se procederá a tomar la protesta de Ley a los magistrados
integrantes de las citadas Salas”.

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

De los preceptos normativos se advierte que


de acuerdo con el artículo 106, fracción VI de la
Constitución Local de Oaxaca, corresponde al
Pleno del Tribunal Superior de Justicia de esa entidad federativa
“resolver los conflictos derivados de los ámbitos competenciales
entre jurisdicción indígena y la jurisdicción estatal”, disposición
legal cuya vigencia se condicionó a la instalación de la Sala de
Justicia Indígena, en términos del artículo decimosexto transitorio.

Asimismo, la competencia material asignada a dicha Sala se


estableció en el referido artículo 23, fracción V de la Ley Orgánica del
Poder Judicial de dicha entidad federativa, disposición legal que entró en
vigor al siguiente día que se publicó su adición, esto es, a partir del uno
de enero de dos mil dieciséis, en tanto que fue hasta el uno de marzo
de ese año en que se creó y entró en funciones la Sala de Justicia
Indígena.

Ahora bien, de los antecedentes relatados se advierte que el


origen del conflicto entre la comunidad indígena y el quejoso, que
pertenece a dicha comunidad, surgió a raíz de que el veintisiete de junio
de dos mil quince, autoridades municipales de San Cristóbal
Suchixtlahuaca, Coixtlahuaca, Oaxaca, aseguraron ********** chivos
propiedad del quejoso, trasladándolos al corral municipal.

Sobre las causas de esa medida, las partes contendientes


sostienen dos versiones antagónicas:

La versión de las autoridades indígenas sostiene que el


aseguramiento de los chivos ocurrió debido a que ese día, como a las
siete horas con treinta minutos, vecinos reportaron en las Oficinas del
Comisariado de Bienes Comunales de la comunidad que en el paraje
denominado “**********” se encontraban aproximadamente cien chivos,

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

propiedad del quejoso, causando daños a la reserva ecológica, por lo


que el Comisariado se trasladó a dicha reserva y constató que los
caprinos se encontraban destruyendo los árboles y vegetación en
general, por lo que de inmediato lo hicieron del conocimiento al Síndico
Municipal, quien con auxilio del Comisariado, del Regidor encargado de
la Policía Municipal y elementos de la policía municipal, arrearon al
rebaño inventariándolo y resguardándolo en el corral municipal.

A raíz de esos daños, causados por tercera ocasión, se volvió a


citar al quejoso y su esposa para resolver esa situación, sin que se
presentaran ante las autoridades de la comunidad, pese a múltiples citas
que se les realizaron, pues en lugar de atender esos citatorios, optaron
por acudir ante el Ministerio Público y denunciar su versión de los
hechos.

Posteriormente, el trece de febrero de dos mil dieciséis, la


Asamblea General comunitaria determinó que el monto adeudado por
quejoso ascendía a la cantidad de $********** (********** pesos), por los
conceptos de uso de piso, sementeras y por daños ocasionados a
ochenta y cuatro plantas de árboles.

Asimismo, la comunidad indígena señaló que la esposa del


quejoso fue arrestada el veintiséis de junio de dos mil quince por un
plazo de veinticuatro horas, pues al acudir al citatorio que se le giró,
agredió física y verbalmente a la autoridad municipal, luego de explicarle
–por segunda ocasión– que está estrictamente prohibido el pastoreo de
ganado en el referido paraje, dejándola en libertad al día siguiente a las
quince horas.

En cambio, la versión del quejoso indica que se pretende hacer


valer una violación al sistema normativo de la comunidad, que en
realidad no existe, que el veintiséis de junio de dos mil quince acompañó

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a su esposa a la Sindicatura Municipal de su


comunidad, porque se le citó por un supuesto daño
generado por pastorear sus chivos en el paraje
“**********”, zona vedada para la comunidad, por lo que al llegar sin decir
nada el Síndico Municipal ordenó que su esposa fuera privada de su
libertad, por lo que al ver esa anomalía se fue la ciudad de Oaxaca para
asesorarse con un abogado.

Al darse cuenta de eso la autoridad municipal ordenó que sus


chivos se sustrajeran del corral del rancho del quejoso y los llevaran al
encierro municipal, lo cual aconteció el veintisiete de junio de dos mil
quince. Motivo por el cual él denunció esos hechos el dos de julio de dos
mil quince, y la Fiscalía Local de Asunción Nochixtlán, en el Estado de
Oaxaca, inició la carpeta de investigación **********, por la probable
comisión de los delitos abuso de autoridad y abigeato, en contra de: i)
**********, ii) **********, iii) **********, quienes ostentaban los cargos de
Presidenta, Síndico y Regidor Tercero del Municipio, respectivamente,
iv) **********, integrante del Comisariado de Bienes Comunales y v)
**********, integrante del Consejo de Vigilancia.

En ese contexto, si la Sala de Justicia Indígena se creó y entró en


funciones a partir del uno de marzo de dos mil dieciséis, cuya
competencia prevista en la fracción V del artículo 23 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial del Estado Libre y Soberano de Oaxaca entró en vigor
a partir del uno de enero de dos mil dieciséis, es dable sostener que
no tiene competencia –por razón del tiempo– para juzgar el
conflicto entre la comunidad indígena y el quejoso, que surgió a raíz
de que el veintisiete de junio de dos mil quince, autoridades municipales
de San Cristóbal Suchixtlahuaca, Coixtlahuaca, Oaxaca, aseguraron
********** chivos propiedad del quejoso, trasladándolos al corral
municipal. Lo cual implica una vulneración al artículo 14, segundo
párrafo de la Constitución Federal, porque en esas condiciones es claro

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

que el quejoso no fue juzgado por un tribunal establecido


previamente a los hechos materia del juicio.

De ahí que, si pese a lo anterior, la Sala responsable tramitó el


juicio de derecho indígena promovido por la comunidad indígena,
sometió al quejoso a su jurisdicción y le dictó sentencia, es dable
concluir que al actuar de esa forma también vulneró el primer párrafo del
invocado artículo 14 de la Carta Magna, porque aplicó de manera
retroactiva las leyes procesales que rigen su jurisdicción, en perjuicio del
quejoso, pues pasó por alto que al tratarse de un procedimiento
jurisdiccional, donde las partes sostienen hechos y pretensiones
antagónicas, la sentencia que llegue a dictar inevitablemente afectará la
esfera jurídica de una de ellas, como aconteció en el presente caso,
donde convalidó la sanción impuesta al quejoso por la comunidad
indígena, aunque ordenó que se reexaminara la determinación de su
monto.

No pasa inadvertido para este tribunal constitucional, que la Sala


responsable señaló en su sentencia que el hecho que los actos hayan
sucedido en dos mil quince, no era impedimento para que se
pronunciara y emitiera la sentencia reclamada en el presente asunto,
porque si bien es cierto que esos hechos sucedieron antes de la formal
instalación de dicha Sala, no menos cierto es que, en el caso concreto,
precisó que la litis en el juicio consistiría en determinar, por un lado, si
dentro de la comunidad de San Cristóbal Suchixtlahuaca, Coixtlahuaca,
Oaxaca, existe el sistema normativo interno que tenga como finalidad
dirimir las controversias que se susciten en la comunidad, y en caso de
existir, por otro lado, establecer si en dicho sistema se cumplen los
elementos mínimos del debido proceso no necesariamente análogos a
los requeridos por el derecho positivo sino de conformidad con su
cosmovisión.

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

Sin embargo, la Sala responsable no limitó


su estudio a esos dos aspectos anunciados,
sino que evaluó el conflicto entre la comunidad
indígena y el quejoso, ocurrido el veintisiete de junio de dos mil quince, y
concluyó que el hecho de que la autoridad comunitaria se llevara a los
chivos al corral municipal no constituye un acto arbitrario, sino que
aconteció con motivo de una serie de conductas desplegadas por el
quejoso. Precisó que de ese aseguramiento del rebaño derivan
indiscutiblemente el pago, por concepto de derecho de piso del corral
municipal, así como el pago de las sementeras.

Y fue precisamente el análisis de ese hecho, que lo llevó a la


conclusión de que el resguardo de los chivos fue una medida especial
asumida por la autoridad comunitaria al momento en que sucedieron los
hechos a efecto que no se siguieran causando daños a la reserva,
además que de autos se advierte que el ganado caprino llevado al corral
municipal se encontraba solo, sin que algún pastor o persona lo
estuviera cuidando; ahora bien, equiparada a la orden judicial está el
acta de hechos de veintisiete de junio de dos mil quince, en la cual se
hace constar que el síndico comisiona al regidor de policía y policías
para que acompañen al comisariado de bienes comunales a resguardar
los animales en cuestión. Consideraciones que reflejan claramente que
la Sala responsable carecía de competencia para juzgar esos hechos,
por haber ocurrido antes de que se implementara el juicio de derecho
indígena.

2) Improcedencia del juicio de derecho indígena.

Un segundo vicio de inconstitucionalidad que motiva la concesión


de amparo, consiste en que la hipótesis que la Sala responsable
invocó para justificar la procedencia del juicio de derecho indígena no
se actualiza.

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

Veamos. En la sentencia reclamada, la sala responsable


determinó que el juicio de derecho indígena promovido por la comunidad
indígena es procedente, en términos del artículo 23, fracción V, inciso a)
de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado Libre y Soberano de
Oaxaca, que para mayor claridad de transcribe nuevamente:

“Artículo 23.
Las salas conocerán además:
(…)
V. La Sala de Justicia Indígena, con excepción de la materia política electoral,
garantizará y conocerá los derechos de los pueblos indígenas y su jurisdicción
teniendo las siguientes atribuciones:
a) Conocer de los asuntos relacionados con las resoluciones emitidas por las
autoridades de los pueblos y comunidades indígenas en ejercicio de su
función jurisdiccional al aplicar sus sistemas normativos, para constatar que en
el procedimiento respectivo se hayan respetado los principios y derechos
humanos tutelados en la Constitución Federal, los tratados internacionales y la
Constitución particular del Estado.
La Sala de Justicia Indígena podrá convalidar la determinación emitida por la
autoridad indígena u ordenar se emita una nueva resolución. En todos los
casos planteados, se deberán armonizar los derechos individuales y
colectivos, analizando de fondo y considerando debidamente los sistemas
normativos indígenas en el marco del pluralismo jurídico, a fin de preservar la
integridad comunitaria”.

De dicho precepto se desprende que el juicio de derecho indígena


procede:

a) Contra las resoluciones emitidas por las autoridades de los


pueblos y comunidades indígenas en ejercicio de su función
jurisdiccional al aplicar sus sistemas normativos.
b) Su objeto consiste en constatar que en el procedimiento respectivo
se hayan respetado los principios y derechos humanos tutelados
en la Constitución Federal, los tratados internacionales y la
Constitución particular del Estado.
c) El alcance del juicio puede convalidar la determinación emitida por
la autoridad indígena u ordenar se emita una nueva resolución, y
d) Los lineamientos para examinar el fondo del asunto, consisten en
que la Sala debe armonizar los derechos individuales y colectivos,

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

analizando de fondo y considerando


debidamente los sistemas normativos
indígenas en el marco del pluralismo jurídico,
a fin de preservar la integridad comunitaria.

Como puede advertirse, la hipótesis de procedencia que describe


el inciso a), fracción V del artículo 23 en estudio, constituye una
auténtica segunda instancia de la jurisdicción indígena, ya que contra lo
resuelto por los pueblos y comunidades indígenas en ejercicio de su
función jurisdiccional al aplicar sus sistemas normativos, el indígena que
resienta una afectación puede acudir -en segunda instancia- a la Sala de
Justicia Indígena, quien tiene la facultad de convalidar la determinación
emitida por la autoridad indígena u ordenar se emita una nueva
resolución.

Ahora bien, en el caso, no se actualiza esa hipótesis de


procedencia, porque quien ejerció la acción no fue la parte
perjudicada por la resolución emitida por la comunidad indígena al
resolver el conflicto que surgió con el quejoso, a raíz de que el
veintisiete de junio de dos mil quince, autoridades municipales de San
Cristóbal Suchixtlahuaca Coixtlahuaca, Oaxaca, aseguraron 104 chivos
propiedad del quejoso, trasladándolos al corral municipal.

Como se advierte quien promovió el juicio fue la propia comunidad


indígena; además, su pretensión tampoco actualiza el supuesto de
procedencia en estudio, porque el juicio de derecho indígena se
promovió con un objeto diferente al que establece la fracción V, incido a)
del invocado artículo 23, ya que la comunidad indígena no pretende
combatir su propia resolución, sino controvertir la actuación de la
Fiscal que inició la carpeta de investigación **********, por la
probable comisión de los delitos abuso de autoridad y abigeato.

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

El planteamiento principal de la comunidad indígena consiste en


que la Fiscal no observó ni respetó el sistema normativo interno, así
como la jurisdicción de la comunidad indígena, pues sostienen que las
autoridades estatales (Fiscal y Subprocurador), así como los
denunciantes, han desconocido su representación y la de sus
representadas, asamblea general de ciudadanos y asamblea general de
comuneros, pues de manera prepotente y grosera han señalado que
para dichas autoridades no es válido su sistema normativo indígena,
desconociendo así la validez de sus normas y competencia, a pesar que
se entregaron al Agente del Ministerio Público todas las actas de
Asamblea y documentos que acreditan los hechos narrados. Pretensión
que no encaja en la hipótesis normativa de procedencia en estudio.

En ese sentido, es dable concluir que no se actualiza el supuesto


de procedencia invocado en la sentencia reclamada, pues asumir la
conclusión contraria nos llevaría al absurdo de aceptar que la
comunidad indígena promovió el juicio contra su propia resolución.

Así, esta Primera Sala considera desacertada la afirmación de la


Sala responsable al afirmar que los supuestos de procedencia son
enunciativos y no limitativos, con el argumento de que en Oaxaca existe
un pluralismo jurídico, el cual da lugar a un sinfín de hipótesis entre el
sistema jurídico monista y los sistemas normativos indígenas.

Es equivocada esa conclusión, en primer lugar, porque la Sala


de justicia indígena pierde de vista que de acuerdo con el principio de
legalidad, previsto en el artículo 16 de la Constitución Federal, en
conexión con el principio del Estado constitucional de derecho reclama
que toda la actividad estatal esté regulada (autorizada, pero por ello
también limitada) por la ley. El ejercicio del poder estatal, lo cual incluye
especialmente a las decisiones jurisdiccionales, siempre debe tener un

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

fundamento legal que representa a la vez el respeto


por la preeminencia del derecho pero también por el
principio democrático.

La regla de derecho, como instrumento limitador del poder del


Estado, es ante todo un imperativo para lograr el mayor campo de
libertad para las personas (seguridad), en tanto que les garantiza que
sólo deberán omitir (o ejecutar) aquellas acciones que están prohibidas
(o mandadas). La otra vertiente de este principio es la prohibición para el
Estado de realizar aquellas actividades que no le están expresamente
autorizadas. En este sentido, una de esas actividades, sin duda la de
mayor peligro para los derechos individuales, es el ejercicio del poder
penal que monopólicamente ostenta el Estado, el cual no puede ser
llevado a cabo sin previa autorización legal y dentro de los límites de esa
autorización.

En ese contexto, de la fracción V del artículo 23 de la Ley Orgánica


en cuestión no se advierte expresamente alguna referencia que
indique que los supuestos de procedencia que prevé en los incisos del
a) al e) sean sólo enunciativos. Además, la fórmula legislativa empleada
por el legislador en el inciso a), es lo suficientemente amplia para
abarcar al pluralismo jurídico existente en Oaxaca, dado que dicha
hipótesis no la limita a determinada región o comunidad indígena, sino
que se refiere en general a las resoluciones emitidas por las autoridades
de los pueblos y comunidades indígenas en ejercicio de su función
jurisdiccional al aplicar sus sistemas normativos.

3) Exigencia de valorar con perspectiva multicultural, cuando


los hechos de un proceso penal concurren con la jurisdicción
indígena.

17
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

Ahora bien, como se anticipó, lo aquí expuesto no implica atentar


contra la promoción, respeto y protección del derecho de las
comunidades indígenas de resolver los conflictos que surjan dentro de su
comunidad, de acuerdo con sus usos y costumbres.

En efecto, el Constituyente Permanente incorporó al texto


constitucional diversos derechos para los pueblos indígenas con la
intención de acabar con la discriminación sistemática e histórica que han
sufrido. En específico, las fracciones II y VIII, del inciso A del artículo 2°
constitucional, dispuso:

“Artículo 2.- (…)

A. Esta Constitución reconoce y garantiza el derecho de los pueblos y las


comunidades indígenas a la libre determinación y, en consecuencia, a la
autonomía para:

II. Aplicar sus propios sistemas normativos en la regulación y solución de sus


conflictos internos, sujetándose a los principios generales de esta
Constitución, respetando las garantías individuales, los derechos humanos y,
de manera relevante, la dignidad e integridad de las mujeres. La ley
establecerá los casos y procedimientos de validación por los jueces o
tribunales correspondientes.

VIII. Acceder plenamente a la jurisdicción del Estado. Para garantizar ese


derecho, en todos los juicios y procedimientos en que sean parte, individual o
colectivamente, se deberán tomar en cuenta sus costumbres y
especificidades culturales respetando los preceptos de esta Constitución. Los
indígenas tienen en todo tiempo el derecho a ser asistidos por intérpretes y
defensores que tengan conocimiento de su lengua y cultura”.

Esta Primera Sala ha sostenido en diversos precedentes9 que la


Constitución General se refiere a la conciencia de la identidad indígena,
sin exigir expresamente que exista un tipo determinado de declaración o
comunicación externa de la misma.

Por ello, esta Primera Sala resolvió que se consideraría indígena o


integrante de los pueblos o comunidades indígenas a “aquella persona
que se autoadscriba y autoreconozca como indígena, que asuma

9 Amparos directos 47/2011, 54/2011, 1/2012, 51/2012, 77/2012, 50/2012 y 59/2011; amparo en revisión
450/2012 y amparos directos en revisión 4034/2013 y 2434/2013.

18
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

como propios los rasgos sociales y las pautas


culturales que caracterizan a los miembros de los
pueblos indígenas”.

La autoadscripción es, entonces, la manifestación por parte de los


propios indígenas de su pertenencia cultural.10 El Protocolo de actuación
para quienes imparten justicia en casos que involucren derechos de
personas, comunidades y pueblos indígenas, define la autoadscripción
como “el acto voluntario de personas o comunidades que, teniendo un
vínculo cultural, histórico, político, lingüístico o de otro tipo, deciden
identificarse como miembros de un pueblo indígena reconocido por el
Estado nacional”11.

En este contexto, el criterio para determinar si una persona tiene la


calidad de indígena y, por tanto, si debe gozar de los derechos que a su
favor consagra el artículo 2º de la Constitución, surge de su propia
manifestación y no de la determinación del Estado. De manera que si la
autoadscripción es una manifestación de identidad y pertenencia cultural
con la finalidad de acceder a la jurisdicción del Estado, en todo tipo de
juicio o procedimiento en el que sean parte, individual o colectivamente,
las personas indígenas, se debe tomar en cuenta sus costumbres y
especificidades culturales, y en todo tiempo deberá asistírseles por
intérpretes y defensores que tengan conocimiento de su lengua y
cultura12.

Ahora bien, al resolver el amparo directo en revisión


5465/201413, esta Primera Sala continuó desarrollando su jurisprudencia
y reflexionó sobre lo que sucede cuando, ante esa manifestación, la

10 Amparos directos 47/2011, 54/2011, 1/2012, 51/2012, 77/2012, 50/2012 y 59/2011; amparo en revisión
450/2012 y amparos directos en revisión 4034/2013 y 2434/2013.
11 Protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren derechos de personas,

comunidades y pueblos indígenas. pp. 35


12 Amparos directos 47/2011, 54/2011, 1/2012, 51/2012, 77/2012, 50/2012 y 59/2011; amparo en revisión

450/2012 y amparos directos en revisión 4034/2013 y 2434/2013.


13 El veintiséis de abril de dos mil diecisiete, por mayoría de tres votos, en contra del emitido por el Ministro Pardo

Rebolledo (quien formuló) voto particular. Estuvo ausente el ministro Cossío Díaz.

19
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

pretensión del inculpado no es solamente acceder a una defensa o


interpretación cultural y lingüísticamente adecuada, sino invocar la
existencia de una costumbre que legitima o explica su conducta.

En principio, se dijo, el propio órgano jurisdiccional debió valorar la


condición de indígena del inculpado, detonar en su favor las
protecciones de la fracción VIII del artículo 2º constitucional y considerar
las especificidades culturales y costumbres de las personas y
comunidades indígenas, tal como expresamente lo mandata nuestra
Constitución, en el trámite y resolución del juicio de amparo. Eso
conllevaría, al menos, al estudio integral del asunto con perspectiva
intercultural14, en apego a los principios constitucionales y dentro del
régimen de respeto, protección y garantía de los derechos humanos.

En efecto, esta Primera Sala señaló –al resolver el amparo directo


en revisión 5324/2015– que la perspectiva intercultural es un método de
análisis que estudia las relaciones de poder entre personas que forman
parte de distintas culturas; establece el diálogo entre dichas culturas
como algo deseable y posible, e identifica la demanda de derechos y las
condiciones que impiden su pleno cumplimiento en contextos donde la
multiculturalidad es un hecho social. Por tanto, se ha determinado que
este método debe ser aplicado por las autoridades ministeriales y las
judiciales.

Esta Sala ha dicho15, que las protecciones expresadas en la


fracción VIIl del artículo 2 constitucional, no se limitan a la posibilidad de
la asistencia jurídica por un intérprete de la lengua y cultura en un
determinado proceso penal. Por el contrario, el artículo 2 constitucional

14 La perspectiva de interculturalidad es un método de análisis que estudia las relaciones de poder entre personas
que forman parte de distintas culturas; establece el diálogo entre dichas culturas como algo deseable y posible;
identifica la demanda de derechos y las condiciones que impiden su pleno cumplimiento en contextos donde la
multiculturalidad es un hecho social, como sucede en México. Veáse: Curso virtual “Fortalecimiento de la
impartición de justicia con perspectiva de género e interculturalidad”, Suprema Corte de Justicia de la Nación,
Consejo de la Judicatura Federal, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Instituto Nacional de las
Mujeres y ONU Mujeres, marzo 2014.
15 Amparo Directo en Revisión 4393/2014, resuelto en sesión de diez de junio de dos mil quince, por mayoría de

tres votos. Los Ministros Cossío Díaz y Pardo Rebolledo votaron en contra.

20
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

también exige que las costumbres y especificidades


culturales de las personas, pueblos y comunidades
indígenas, sean consideradas en los procesos en
los que participan.

En el referido amparo directo en revisión 5465/2014, también


desentrañó el sentido de la protección constitucional contenida en la
fórmula “en todos los juicios y procedimientos en que sean parte,
individual o colectivamente, se deberá tomar en cuenta sus costumbres
y especificidades culturales respetando los preceptos de esta
Constitución” y las obligaciones que esta toma de consideración impone
a las autoridades judiciales, independientemente del momento procesal
en que una persona asuma la condición de indígena.

4) Contenido y alcance de las protecciones constitucionales


contenidas en la fracción VIII del artículo 2° constitucional en los
procesos judiciales.

Se indicó que ese enunciado esta nítidamente separado en el texto


constitucional de la exigencia “los indígenas tienen en todo tiempo el
derecho a ser asistidos por intérpretes y defensores que tengan
conocimiento de su lengua y cultura”. Lo cual evidencia, a juicio de esta
Primera Sala, que el cumplimiento de la obligación de considerar las
especificidades y costumbres de los pueblos originarios no se agota en
la necesaria traducción, interpretación y nivelación lingüística y cultural
de los procesos judiciales, tal como están concebidos y regulados en el
sistema normativo del Estado central.

Así, en opinión de esta Primera Sala, no bastaría para cumplir con


los derechos mínimos que, en materia de acceso a la justicia, consagra
el artículo 2º constitucional, con volver inteligibles los procesos judiciales
previstos en la jurisdicción del Estado central para las personas, pueblos

21
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

y comunidades indígenas, ni tampoco, como podría suponerse, con el


despacho de los asuntos que les conciernen en la jurisdicción indígena
cuando esto es posible.

En criterio de esta Primera Sala, la exigencia constitucional implica


–más bien– el reconocimiento de la multiculturalidad que caracteriza a la
nación mexicana y, por tanto, de la existencia y vigencia de distintos
sistemas normativos dentro del territorio nacional: un sistema normativo
conformado por las disposiciones jurídicas nacionales e internacionales
del Estado central, y otro conformado por los usos y costumbres de
los distintos pueblos y comunidades que habitan nuestro país, los
cuales incluso podrían estimarse simultáneamente aplicables para el
caso de las personas, pueblos y comunidades indígenas, de acuerdo
con su especificidad cultural y particular pertenencia étnica.

Así, es claro entonces, que una de las protecciones


constitucionales que deriva del artículo 2º constitucional, fracción VIII, en
materia de acceso a la justicia, es la consideración del sistema de usos
y costumbres, cuya vigencia se documente con los medios
adecuados, dentro de los juicios y procesos judiciales tramitados en la
jurisdicción del Estado central, donde participen personas, pueblos y
comunidades indígenas. Esta pluralidad normativa podría expresarse, al
menos, en dos supuestos:

i. La determinación del derecho aplicable a partir de la resolución de


un eventual conflicto de normas, y
ii. La determinación de la interpretación pertinente, en donde lo que
se decide es cómo debe entenderse una norma del orden jurídico
del Estado central, desde una perspectiva intercultural o cómo
deben valorarse los hechos en la jurisdicción del Estado central
con esta misma perspectiva.

22
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

➢ Determinación del derecho aplicable.

De acuerdo con el principio interpretativo pro


persona, las normas de derecho consuetudinario indígena podrían
resultar aplicables en casos concretos, incluso, tramitados en la
jurisdicción del Estado central, cuando prevean la protección más amplia
para cierto derecho y siempre y cuando –como lo establece claramente
la Constitución– no contravengan las disposiciones constitucionales y el
marco constitucional de protección, respeto y garantía de los derechos
humanos.

Para que esto sea posible, es necesario documentar con un


peritaje antropológico, o con cualquier otro medio lícito, la cultura de las
personas, pueblos o comunidades involucrados; la forma en que se
gobiernan; las normas que les rigen; las instituciones que les sustentan,
los valores que suscriben, la lengua que hablan y el significado, para
ellos, de las conductas y derechos materia del juicio respectivo.

Entonces, la autoridad judicial deberá adoptar, dentro del marco


constitucional de protección, respeto y garantía de los derechos
humanos, una perspectiva que fomente el diálogo entre sistemas
normativos, acepte la multiculturalidad como una realidad en México y
garantice el acceso a la justicia en condiciones de igualdad y autonomía
de las personas, pueblos y comunidades indígenas, sin imponer
arbitrariamente una visión determinada del mundo que atente contra la
igualdad entre las culturas y la diversidad étnica16.

Ahora bien, las normas del derecho consuetudinario indígena


estarán, en todo tiempo, sujetas, tal como el resto de las disposiciones
que integran nuestro régimen jurídico, a examen constitucional,
convencional y legal para decidir sobre su pertinencia y aplicabilidad en

16 Sentencia T-523/97. Corte constitucional colombiana.

23
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

casos concretos –dentro del necesario diálogo intercultural para definir


el significado y contenido de los derechos–. Es decir, la mera existencia
de una norma de usos y costumbres no implica su aplicabilidad
inmediata. Es posible que el reconocimiento de ciertos usos y prácticas
culturales de las personas, pueblos y comunidades indígenas afecte los
derechos humanos de quienes componen la comunidad indígena o de
quienes se relacionan con ella.

Los conflictos de normas y derechos que surgieran a propósito de


la vigencia y aplicabilidad de una norma de derecho consuetudinario
indígena deberán resolverse, en cada caso concreto, mediante los
principios y métodos constitucional y legalmente admisibles, dentro de
estándares mínimos de tolerancia, que cubran los diferentes sistemas
de valores. Es decir, lograr el consenso mínimo necesario para la
convivencia entre las distintas culturas, sin que ello implique renunciar a
los presupuestos esenciales que marcan la identidad de cada una17, lo
que implica adoptar una perspectiva intercultural18.

De acuerdo con la Constitución, en principio, no serán aplicables


las normas de derecho consuetudinario indígena que atenten
directamente contra los derechos humanos que pertenecen al dominio
del ius cogens, como la tortura, desaparición forzada, esclavitud y
discriminación, así como las reglas que eliminen definitivamente las
posibilidades de acceder a la justicia. Sin que esto impida que se
añada al contenido y alcance de estos derechos y al significado de
estas conductas una interpretación culturalmente incluyente.

17Ibídem
18La perspectiva de interculturalidad es un método de análisis que estudia las relaciones de poder entre personas
que forman parte de distintas culturas; establece el diálogo entre dichas culturas como algo deseable y posible;
identifica la demanda de derechos y las condiciones que impiden su pleno cumplimiento en contextos donde la
multiculturalidad es un hecho social, como sucede en México. Veáse: Curso virtual “Fortalecimiento de la
impartición de justicia con perspectiva de género e interculturalidad”, Suprema Corte de Justicia de la Nación,
Consejo de la Judicatura Federal, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Instituto Nacional de las
Mujeres y ONU Mujeres, marzo 2014.

24
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

En materia de igualdad y no discriminación,


esta Primera Sala estima que la aplicación de los
usos y costumbres indígenas no puede ser una
excusa para intensificar la opresión, incluso al interior de las
comunidades indígenas, de aquellos miembros tradicionalmente
excluidos, como mujeres, niños y niñas o personas con discapacidad;
entre otros colectivos históricamente desaventajados. Esto ocurre, por
ejemplo, en el caso de la protección frente a la violencia contra las
mujeres, como causa y consecuencia del derecho a la igualdad y a la no
discriminación, donde las costumbres culturales no pueden justificar
dichas prácticas, y respecto de las cuales la comunidad no podrá
escudarse en el pluralismo jurídico para legitimarlas19.

Sin embargo, parece razonable considerar que algunos derechos


pueden ser limitados legítimamente, cuando su pleno ejercicio ponga
en riesgo la existencia de la comunidad o la preservación de usos y
costumbres que son esenciales para su sobrevivencia. Así, serían
admisibles restricciones de derechos cuyo propósito fundamental sea
preservar las particularidades culturales de la comunidad –incluida
su visión del Derecho y de los derechos– por ejemplo, el derecho de
propiedad colectiva, las prácticas religiosas, el uso de lenguaje
tradicional; entre otros20.

En lo referente a la relación de las comunidades indígenas con


otros miembros de la sociedad, respecto de los cuales se presenten
conflictos, se debe determinar la legalidad de la restricción: si esta tiene
un objetivo legítimo en una sociedad multicultural y si la medida es
necesaria en una sociedad democrática, lo que implica analizar si es
adecuada para el fin que se busca y su proporcionalidad, sin
desnaturalizar el derecho consuetudinario indígena, ni imponer

19 Claudio Nash Rojas, La interpretación culturalmente sensible de los derechos humanos en “Justicia
Constitucional y Derechos Humanos”, Vol. 4, Pluralismo jurídico, eds. Victor Bazán y Claudio Nash, Universidad
del Rosario y Fundación Konrad Adenauer, Bogotá, 2014.
20 Ibídem.

25
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

restricciones que impliquen el desconocimiento de la existencia de


sociedades multiculturales.

Corresponderá a la autoridad judicial que conozca del caso


concreto, decidir, en consideración de: i) la calidad de indígenas o no
de las personas involucradas, y ii) del sistema normativo debidamente
documentado, de vigencia y observancia general dentro del pueblo al
que se autoadscribe la persona indígena, la norma que resulte aplicable
de acuerdo con los principios hermenéuticos contenidos en la
Constitución y en estricto apego al régimen constitucional de protección,
respeto y garantía de los derechos humanos.

➢ Interpretación pertinente: valoración de hechos en la


jurisdicción del Estado central y aplicación de normas
pertenecientes al orden jurídico del Estado central desde una
perspectiva intercultural.

Al respecto de la valoración de los hechos en la jurisdicción del


Estado y la aplicación de normas jurídicas desde una perspectiva
intercultural, la fracción VIII del artículo 2 Constitucional puede
entenderse en el sentido de proponer una interpretación culturalmente
sensible e incluyente de los hechos y las normas jurídicas. Esta
interpretación no puede alejarse de las características específicas de la
cultura involucrada y del marco de protección de los derechos humanos
de las personas, tengan o no la condición de indígenas.

Por su parte, la Corte Interamericana, en el “Caso Comunidad


Indígena Yakye Axa vs. Paraguay” (2006), dijo específicamente que
para garantizar, en condiciones de igualdad, el pleno ejercicio y goce de
las personas sujetas a su jurisdicción, los Estados, al interpretar y
aplicar su normativa interna, deben tomar en consideración las
características propias que diferencian a los miembros de los pueblos

26
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

indígenas de la población en general y que


conforman su identidad cultural21.

Así, una interpretación culturalmente sensible resulta de considerar


el contexto en el que se desarrollan las comunidades indígenas y sus
particularidades culturales a la hora de interpretar o definir el contenido
de sus derechos a partir de un diálogo intercultural. Esta es la única
forma en que los miembros de las comunidades indígenas pueden gozar
y ejercer sus derechos y libertades en condiciones de igualdad y no
discriminación.

Al respecto y en materia penal específicamente, esta Primera Sala


sostuvo, al resolver el amparo directo en revisión 1624/200822, que las
autoridades judiciales están obligadas a: indagar cuáles son las
costumbres y especificidades de la comunidad a la que se vincula la
persona imputada que han podido influir en el desarrollo de los
hechos enjuiciados, la materialización de los elementos objetivos o
subjetivos del tipo, los aspectos de los que depende la culpabilidad de la
persona acusada23.

21 Párrafo 51. Véase también, Caso de la Comunidad Indígena Sawhoyamaxa vs. Paraguay (2006), Corte
Interamericana de Derechos humanos, párrafo 154.
22 Resuelto el cinco de noviembre de dos mil ocho, por mayoría de tres votos.Votaron en contra los Ministros

Gudiño Pelayo y Valls Hernández.


23 “PERSONAS INDÍGENAS. ACCESO PLENO A LA JURISDICCIÓN DEL ESTADO. EN LOS JUICIOS Y

PROCEDIMIENTOS DE QUE SEAN PARTE, LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES DEBEN TOMAR EN


CUENTA TANTO LAS NORMAS DE FUENTE ESTATAL APLICABLES COMO SUS COSTUMBRES Y
ESPECIFICIDADES CULTURALES. La fracción VIII del apartado A del artículo 2o. de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos establece que los pueblos y las comunidades indígenas tienen derecho al pleno
acceso a la jurisdicción del Estado y que, para garantizar ese derecho, en todos los juicios y procedimientos de
que sean parte, individual o colectivamente, deberán tomarse en cuenta sus costumbres y especificidades
culturales, respetando los preceptos de la Constitución. Ello no los excluye del ámbito de cobertura de las normas
penales, pues los jueces penales deben determinar si las personas indígenas procesadas merecen ser
castigadas por haber incurrido en las conductas típicas y punibles consignadas en la legislación penal aplicable -
determinar hasta qué punto pueden imputárseles conductas típicas, en qué modalidad (dolosa o no dolosa), o
bajo qué condiciones de exigibilidad, por ejemplo-. Sin embargo, el órgano jurisdiccional deberá aplicar estas
normas de modo congruente con lo establecido en el citado artículo 2o. Por ello, cuando quedan satisfechos los
requisitos para que al inculpado se le reconozca la condición de persona indígena dentro del procedimiento, el
juzgador debe indagar cuáles son las costumbres y especificidades de la comunidad a la que se vincula que han
podido influir en el desarrollo de los hechos enjuiciados, la materialización de los elementos objetivos o subjetivos
del tipo, los aspectos de los que depende la culpabilidad del acusado, etcétera. Deberá tomar en cuenta, en otras
palabras, tanto las diferentes normas de fuente estatal aplicables como las específicas que puedan existir en la
comunidad cultural del procesado con relevancia en el caso. Además, durante el proceso deberá desplegar su
función jurisdiccional tomando en consideración que la Constitución obliga a los órganos jurisdiccionales estatales
a garantizar el pleno acceso a la jurisdicción y el pleno disfrute de los derechos y garantías de todos los
ciudadanos, incluidos aquellos que, por pertenecer a categorías tradicionalmente desaventajadas, son objeto de
especial mención en el texto constitucional”. Tesis Aislada 1a. CCXI/2009, Primera Sala, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXX, Diciembre de 2009, página 290.

27
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

Así, para otorgar eficacia al derecho a acceder plenamente a la


jurisdicción del Estado, el cual comprende, en que sean consideradas
las costumbres y especificidades culturales de las personas indígenas,
como se estableció en el amparo directo en revisión 5465/2014, deben
determinarse tres cuestiones, al menos, en el ámbito del proceso
penal:

i. Verificar la existencia y vigencia de la costumbre en los términos


alegados por la persona imputada; es decir, si la conducta de que
se trata se refiere a una práctica de la comunidad de la que
proviene la persona inculpada. Para ello, las autoridades judiciales
pueden allegarse de periciales antropológicas u otros medios de
prueba lícitos, como actas de la comunidad o consejos de
ancianos.

ii. Considerar las particulares necesidades de protección del sujeto


de derecho y el contexto cultural en que éste se desarrolla y ocurre
la conducta24. Es decir:

a) Tomar en consideración las características propias que


diferencian a los miembros de los pueblos indígenas de la
población en general y que conforman su identidad cultural al
momento de interpretar los derechos que les asisten.
b) Garantizar la presencia de un defensor en lengua indígena y de
un intérprete de la lengua y de la cultura indígena a la que
pertenece la persona, pueblo o la comunidad en cuestión, y25
c) Facilitar la defensa adecuada y promover la participación de la
persona, pueblo o comunidad indígena dotándole de
información, en su lengua y de conformidad con su cultura,
sobre el estado del proceso judicial en que intervienen.

24 Caso de la Comunidad Indígena Sawhoyamaxa vs. Paraguay (2006), Corte Interamericana de Derechos
humanos, párrafo 154
25 Amparos directos 47/2011, 54/2011, 1/2012, 51/2012, 77/2012, 50/2012 y 59/2011; amparo en revisión

450/2012 y amparos directos en revisión 4034/2013 y 2434/2013.

28
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

iii. Determinar si la costumbre documentada,


resulta válida; es decir, que no entra en
conflicto con las prohibiciones absolutas en materia de derechos
humanos, o que no dé como resultado una restricción ilegítima que
no pueda justificarse como necesaria en una sociedad
multicultural, en los términos ya señalados en el apartado
precedente. Así, no resultará aplicable una norma de usos y
costumbres abiertamente adversa al respeto y protección de los
derechos humanos de la persona indígena ni de otras personas
involucradas en el proceso judicial, compartan o no la condición de
indígenas, y

iv. Precisar qué papel tiene la costumbre en el proceso judicial.


Por ejemplo, en el caso del proceso penal, se debe determinar en
qué elemento del delito debe ponderarse la costumbre o
especificidad indígena. Esto es, decidir si constituye información
válida para sostener que los hechos no configuran la comisión de
un delito, o bien, que funda una excluyente de responsabilidad,
una atenuante o si debe evaluarse para efectos del
establecimiento de la pena.

En ese sentido, si en el trámite de un proceso penal, el Ministerio


Público o el Juez de Control incumplen la obligación de valorar los
hechos, datos y medios de prueba del asunto desde una
perspectiva intercultural, la comunidad indígena o parte que se sienta
agraviada estará en condiciones de impugnar esa omisión a través de
los recursos ordinarios previstos en dicho proceso penal, o bien, a través
del juicio de amparo, en los casos y condiciones que establece la
reglamentaria respectiva, con lo cual se les garantiza el acceso efectivo
a la justicia y se propicia una adecuada interacción entre las dos
jurisdicciones: la indígena y la ordinaria o tradicional.

29
VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

Como corolario de lo antes dicho, desde la óptica del que suscribe


el presente voto, se advierte que el contexto jurídico del asunto deja al
descubierto, por un lado, que la Sala responsable no cuenta con
competencia –por razón de tiempo– para juzgar el hecho por el cual la
comunidad indígena sancionó al quejoso y, por otro, que tampoco se
actualizó el supuesto normativo en que se fundó la procedencia del
juicio de derecho indígena promovido por la comunidad, aquí tercera
interesada, de manera que si, pese a ello, la responsable sometió a su
jurisdicción al quejoso, es dable concluir que transgredió en perjuicio
del enjuiciado el derecho fundamental de legalidad, por no ajustarse
a las reglas constitucionales previstas en el artículo 14, párrafos primero
y segundo de la Carta Magna, razón por la cual –a mi juicio– debió
otorgarse el amparo y protección de la Justicia de la Unión al
quejoso, a fin de que la autoridad responsable dejara sin efecto la
sentencia reclamada y, en su lugar emitiera otra resolución en la que
declarar la improcedencia de la acción intentada, bajo los parámetros
aquí expuestos y declarar sin materia el amparo promovido por los
quejosos adherentes.

Es por todo lo anterior que, mi voto en este asunto fue en contra


de la decisión adoptada por la mayoría, precisando las
consideraciones que sostienen mi postura a través del cuerpo del
presente voto.

MINISTRO

JORGE MARIO PARDO REBOLLEDO

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VOTO PARTICULAR EN EL AMPARO DIRECTO 6/2018

SECRETARIA DE ACUERDOS
DE LA PRIMERA SALA

LIC. MARÍA DE LOS ÁNGELES GUTIÉRREZ GATICA

En términos de lo previsto en los artículos 113 y 116 de la Ley General de Transparencia y Acceso a
la Información Pública; 110 y 113 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública; y el Acuerdo General 11/2017, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicado el dieciocho de septiembre de dos mil diecisiete en el Diario Oficial de la Federación, en
esta versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada o confidencial
que se encuentra en esos supuestos normativos.

NIPR/mfvb

31

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