Enciclopedia Uruguaya 24 Alambramiento

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La estancia Introducción

Coa la década que se inicia en 1860 el campo

alambrada uruguayo comenzó a presenciar una modificación im-


portante de sus estructuras económicas que lo alejaban
de la tradicional explotación ganadera, donde todo se
confiaba a la naturaleza.
Esa modificación consta de tres elementos decisi-
Benjamín Nahum vos: la consolidación de la cría del ovino (1860-1870);
el alambramiento de los campos (1872-1882), y el
mestizaje de nuestros bovinos con ejemplares puros
traídos de ultramar (después de 1887). Todos estos
cambios de la estructura económica del campo fueron
promovidos e impulsados por la lúcida élite que dirigía
la Asociación Rural del Uruguay (1871), Creyendo
que era la única salida del país a su primitivismo y a
la guerra civil consiguiente.
En este trabajo nos ocuparemos sólo del segundo
de estos hechos. El cercamiento de los campos fue aquí
-como en la Inglaterra del siglo XVIII-, el funda-
mento y el origen de radicales transformaciones. Ello po-
sibilitaba el ejercicio pleno de la propiedad de la tierra
a la vez que el control científico de los ganados, favo-
reciendo el mestizaje.
Ambos problemas eran esenciales. Por primera vez,
el cerco delimitaba perfectamente la tierra que cada uno
poseía, afirmándola en manos de sus poseedores para
siempre, y cristalizando de hecho la estructura de la
propiedad ya existente. Los propietarios quedaban como
dueños absolutos de un bien que había sido hasta cierto
punto colectivo, porque lo usaban además los linderos
con poca tierra y mucho ganado.
También iba a permitir la cruza controlada de los
ganados, en procura de animales más precoces, de más
carne, de mejor calidad, que eran los que empezaban
a pedir los exigentes mercados europeos. Con los novi-
llos criollos no se podía responder a esa mayor exigencia
de calidad, y el único camino que quedaba era la cruza,
para lo que se hacían necesarios los potreros (espacios
cercados dentro de la estancia), donde se llevaría a cabo
el perfeccionamiento de nuestra ganadería bovina.
Pero si las consecuencias económicas del cerca-
miento fueron esenciales para la modificación estruc-
tural del país, también tienen enorme importancia sus
consecuencias sociales. El alambre determinó una me-
nor necesidad de mano de obra, la consiguiente expul-
sión de la estancia de peones y agregados, la formación
de núcleos suburbanos y rurales ("pueblos de ratas")
que los congregaban; en suma, la definitiva marginali-
zación de la población pobre de la campaña y el inicio
de la desaparición del gaucho.
Detalle de un corral de palmas de la que fuera estancia de Juan Faustino Correa, en Rocha, (Foto del Archivo del Sr. Anibal Barrios Pintos)

En las regiones donde la piedra abundaba, se recurría


Los cercos primitivos a ella para la construcción de cercados, y todavía quedan
ejemplos en nuestra campaña de larguísimas paredes bajas
de piedra que delimitaban una propiedad, producto sobre
todo del trabajo esclavo.
En las estancias, los primeros cercos se emplearon
para proteger las pequeñas quintas anexas al casco; eran
de plantas o de maderas, ya que no faltaban bosques en
las cercanías. Pero no constituían valla suficiente para el
Los primeros cercados artificiales de que tenemos no- ganado mayor. Seguramente el primer "cercado" que se
ticia en nuestro país fueron creados por agricultores. En utilizó para él fue el natural: la rinconada, tierra entre co-
la época colonial, uno de sus principales problemas era el rrientes de aguas que impedían su dispersión. Más tarde
de proteger las sementeras contra la invasión de los ga- se hicieron cercos de piedra, posibles -únicamente en los
nados que los estancieros dejaban vagar, sueltos por los departamentos donde abundara ésta o su transporte fuera
ejidos de los pueblos. Ya Pérez Castellano lo mencionaba, fácil. Pero además de ésta y las otras desventajas que tenía,
referido a las chacras de Montevideo, en su "Observaciones su costo era tan elevado que dificultaban su difusión. Así,
sobre la Agricultura", de 1814. por ejemplo, en la testamentaría de Carlos Genaro Reyles,
Más de medio siglo después, un profundo conocedor en 1886, consta que los cercos de piedra de sus estancias
de la materia como Modesto Cluzeau Mortet, establecía en se tasaban en $ 0,60 el metro, y los de alambre a $ 0,18 el
1877 las tres clases de cerco que se empleaban en los pre- metro. Aún considerando que por estos años el alambrado
dios agrícolas. Las zanjas, que al rodear la chacra, tenían había disminuido su costo considerablemente, llama la
la ventaja de servir de desaguadero, no constituían un obs· atención que el cerco de piedra costara casi tres veces más
táculo insalvable para los animales. El cerco seco o muerto, que el otro, 10 que debe haber determinado su progresivo
formado por piedras, maderas o tapias, tenía el defecto de abandono.
alojar animales dañinos, como comadrejas, que lo iban so- Como los cercos de alambre no tenían ninguno de los
cavando y terminaban por derrumbarlo. El último tipo, inconvenientes de los cercos vivos y muertos, y acumulaban
que parece haber sido el más usado en las chacras, el mayores ventajas que éstos, porque ocupaban menos· es-
cercado vivo, se formaba con diversas plantas que se po- pacio, se colocaban fácilmente, no dejaban claros por donde
¡ daban de acuerdo a las necesidades del propietario, cons-
tituyéndose paredones verdes de cina-cina, uña de gato,
pudieran escaparse los animales, etc., los ganaderos co-
menzaron a considerarlo con preferencia, sobre todo a me-
l tamarises, acacias, talas, etc. dida que su precio inició un descenso apreciable.

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otros factores, nuestras continuas convulsiones políticas ale-
Los prImeros cercos de alambre jaron el tiempo de su aplicación entre nosotros.
Es difícil determinar con precisión quién tendió el
primer alambrado en nuestro país y en qué fecha. Varios
datos señalan, sin embargo, a estancieros extranjeros del
Así como se adelantó a nuestro país en la cría de Litoral como los introductores de la novedad, reafirmán-
ovinos, la Argentina nos precedió también en la introduc- dose así su papel de adelantados en la introducción de· me-
ción del alambrado para cercar las estancias. Allí, como joras técnicas.
aquí, los precursores fueron hacendados extranjeros, dota- Los primeros cercos de alambre de que tenemos no-
dos de un afán de progreso incontenible que los llevaba ticia fueron utilizados en estancias para resguardar quintas
a aplicar siempre las últimas técnicas en la explotación cercanas a la casa principal, y quizás ovejas finas. En las
de sus predios. testamentarías de Eduardo Mac Eachen, 1857; Diego Mac
El primer hombre que cercó una estancia en la Ar- Entyre, 1861, y Roberto Young, 1864, figuran referencias
gentina, fue el cónsul prusiano en Buenos Aires, Francisco al respecto.
Halbach, quien, en 1855, rodeó su estancia "Los Reme- El historiador Isidoro de María señala que Ricardo B.
dios" con cuatro hilos de alambre, sujetos con grampas a Hughes fue el primero en cercar su estancia, "La Paz",
los «principales» de ñandubay (postes enteros) plantados entre los arroyos Negro y Rabón, en los primeros años del
cada 50 varas y con medios postes cada cinco varas". A 60. Mariano B. Berro atribuye el primer alambrado de es-
este alemán, siguió el inglés Richard B. Newton, quien tancia a José de Buschenthal, y Domingo Ordoñana al es-
es considerado como el principal introductor de los cercos tanciero de Soriano, David Silveira. Pero todos los datos
de alambre en el país vecino. parecen señalar como introductores de esta mejora a los
Su progresiva aunque lenta difusión en los años 50, estancieros. extranjeros radicados en el Litora:l y Centro-
veinte años antes que en Uruguay, bien pudo servir de Sur del país, las zonas más progresistas y avanzadas dentro
ejemplo para nuestros ganaderos. Sin embargo, y entre de la tendencia hacia el crecimiento económico.

Corral de piedras de la actual estancia "El Lladoner". Durazno (Foto del Archit,o del Sr. Anibal Barrios Pintos).

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Las ventajas que el alambrado proporcionaba al es-
tanciero eran múltiples.
En primer lugar, fijaba con claridad el límite de la
tierra que cada uno poseía, hecho fundamental en una
época donde la indefinición de la propiedad era la regla
y los pleitOs que de ello resultaban, múltiples. Se conso-
lidaba la estructura de la propiedad de la tierra en manos
de sus actuales ocupantes, y se alejaba el peligro de un
despojo o de una disputa por límites.
Ahorraba mano de obra, porque ya no se necesitaba
gente para recoger la hacienda dispersa o para parar rodeo,
lo que permitía hacer fuertes economías en los salarios.
"Es suprimir gastos, hay necesidad de menos peones, me-
nos caballos, completa seguridad para la hacienda... es
uno dueño absolutO de su campo", decía uno de los edito-
rialistas de la Revista de la Asociación Rural de la época. Los motivos ocasionales
Uno de los males más importantes que afrontaban
los estancieros de antaño era la disparada de los animales
asustados, o la dispersión provocada por las sequías. El La fortísima cnSlS económico-política de 1869-1875
alambrado lo curaba radicalmente. Salía más barato alam- influyó en la difusión del deseo de cercar. Por un lado
brar que perder cientos de animales que se alejaban en acentuó el afán por desarrollar el campo y salir del ma-
busca de aguadas. rasmo económico en que se encontraba, y ello sólo podía
Favorecía notablemente la cría del ovino: "La mayor hacerse mejorando la producción, es decir, mestizando, y
densidad y el asentamientO de las majadas en sectOres de- para mestizar, el alambramiento era imprescindible.
limitados tendían a facilitar el crecimiento y engorde del Por otro lado, la anarquía agudísima de la época hizo
animal y contribuir con sus residuos al abono de los po- sentir más que nunca la necesidad de definir de una buena
treros". El refinamiento del ovino y el cercamiento de los vez la propiedad y disminuir los robos continuos de ha-
campos fueron dos procesos que se desarrollaron parale- cienda; para ello era también imprescindible el alambrado.
lamente. La década siguiente -1876-1886-, que trajo una
El mismo benéfico resultado tenía para el bovino. evidente prosperidad al medio rural, no disminuyó este
No se podía pensar en un mestizaje controlado y seguro empuje; por el contrario, lo reforzó. El crecimiento de la
sin la existencia de potreros, y éstos sólo se podían hacer producción permitió ganar fuertes sumas que fueron re-
de alambre. "Es así que se volvería a duplicar el área invertidas en el campo a través de la introducción de
nacional de pastOreo que habilita para duplicar las hacien- animales finos y de alambre, sobre todo, ya que éste posi-
das en cría o en engorde", sostiene Arredondo. bilitaba la consecución de aquel fin.
Por otro lado, el alambrado constituía una valla im- Así que ambos factores, crisis y prosperidad, se con-
puesta a las recorridas ajenas del campo. Cualquiera podía jugaron para impulsar la implantación de un elemento
cruzarlo, espantando al ganado, dificultando su engorde, y técnico -para los estancieros progresistas-, y jurídico
en mis de una ocasión, cuereando algún animal alejado. -para progresistas y tradicionalistas por igual-, que ha-
Los caminos que lo atravesaban eran fuente continua de bría de transformar la faz del medio rural uruguayo.
perturbaciones de este tipo, que el cerco contribuyó efi- Otros motivos pesaron. Por ejemplo, la exención de
cazmente a eliminar. Desde este punto de vista, el cerco impuestos a la introducción de alambre conseguida por la
significó ponerle puertas al campo, custodiarlo mejor, ase- Asociación Rural del Ministro de Hacienda, Andrés La-
gurar los bienes que contenía. Trajo consigo una afirmación mas, en 1875. Y también la medianería obligatoria, esta-
de la propiedad: ello explica que todos los estancieros, blecida en el Código Rural reformado de 1879. Si un es-
tradicionalistas y progresistas, lo hayan adoptado veloz- tanciero alambraba, el lindero tenía que compartir sus
mente. Pero los últimos, además, le dieron un significado costos, con lo que el interesado veía descender los suyos
económico que habilitaba a proseguir con el esfuerzo de a la mitad, incitándolo a completar rápidamente el cer-
desarrollo en que estaban embarcados: la subdivisión en camiento de tOda su propiedad. Este hecho fue decisivo
potreros permitía el mestizaje, es decir, lograr más carne en la marcha del proceso, como lo demuestran las enormes
o más lana en menos tiempo, y por lo tanto, más ganancias. cifras de importación de alambre de 1880-82.

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El alambramiento aceleró el procreo y mejoramiento de los ovinos.

En la Revista de la Asociación Rural del 15 de agosto


Veloddad del cercamiento de 1881, se calculaba que en 1879, según declaraciones de
la Contribución Directa, existían 7.685 suertes de estan-
da en todo el país. Si se alambraron 4.906 hasta 1882,
quedaron sin alambrar 2.779, o sea, el 36 % del total. Se
alambró, pues, hasta esta última fecha, el 64 % de las es-
tancias del país. De este 64 %, sólo un 13 % lo hizo entre
Basándonos en diversas fuentes consultadas, hemos 1872 y 1876; el restante 87 % lo realizó entre 1877 y
podido confeccionar este cuadro sobre la 1882. Con lo que se demuestra que la afirmación de un
IMPORTACION DE ALAMBRE, CUADRAS Y editorialista de la Revista de que "sólo cinco años han bas-
SUERTES DE ESTANCIA ALAMBRADAS tado para realizar casi por completo el cierro de la pro-
ENTRE 1872 Y 1882 piedad", no era una exageración; la fuerza de los números
Año Importación Valor $ Cuadras Suertes
permite afirmar la portentosa velocidad del alambra-
kgs. alambradas miento en el país: diez años, de los cuales en especial los
1872 2.050.250 128.459 29.700 123 últimos cinco, registran el grueso de la faena.
1873 1.847.951 112.840 26.700 111 El cercamiento delimitaba la propiedad y la asegura-
1874 2.476.023 150.169 35.800 149 ba; beneficiaba así a todos los estancieros, progresistas o
1875 2.140.835 135.353 31.000 129
1876 2.150.000 31.000 129 tradicionalistas. Estos últimos pudieron oponerse a todos los
1877 6.646.743 397.818 96.300 401 adelantos predicados por la Asociación Rural -el ovino,
1878 6.674.977 367.681 96.700 402 el mestizaje, las praderas .artificiales- porque implicaban
1879 10.290.295 .574.493 149.000 620 un riesgo; pero al alambramiento no se opusieron porque
1880 216.480 (estim.) 902 (estim.)
1881 19.642.000 284.600 1.185 significaba lo contrario: asegurar, no arriesgar; consolidar,
1882 12.502.800 181.200 755 no lanzarse a una aventura. Apoyado así por ellos, que eran
la inmensa mayoría del país rural,. el alambrado fue un
1.178.480 4.906 (total) hecho.

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El costo del alarribramiento fue considerablemente ele-
vado para nuestros estancieros, sobre todo en los prime-
ros años de su aplicación. Comprendían su utilidad, pero
la fuerte inversión que necesitaban para hacerlo, los retu-
vo por algún tiempo. En 1874, Lucas Herrera y übes cal-
culaba que cercar una legua cuadrada de campo, o sea 240
cuadras lineales (20.616 metros) costaba más de $ 6.000.
Pero el costo bajó gradualmente, y se hizo menos pe-
sado para el estanciero después de 1879, cuando el Có-
digo Rural reformado estableció la medianería obligatoria,
y los gastos se dividieron entre los linderos. Por ese año
se calculaba el costo de una legua cuadrada de alambrado
en $ 4.320, con lo que a cada lindero le tocaba pagar la
mitad, o sea $ 2.160. "¿Qué estanciero poseedor de una
legua de campo con los ganados correspondientes no ha
perdido solamente en el último temporal más de 2.160
pesos ... ?" preguntaba un periódico del interior.
En 1882, el cálculo promedio de Carlos María de Pe-
na, indicaba $ 3.870 de costo la legua cuadrada, que re-
partido entre los linderos, daba $ 1.935. El descenso, pues,
había sido notorio: 1874: $ 6.000; 1879: $ 2.160; 1882: Dr. Carlos ¡\j\' de Pena, tino de los principales propagandistas de
$ 1.935. En la misma medida se aceleró el proceso de cer- la tecnijicación rural.
car.
Pero le era más fácil y barato cercar al hacendado INVERSlüN TOTAL DEL PAIS
que estaba más cerca de Montevideo, centro de introduc- EN SU ALAMBRAMIENTü
ción de alambre y madera. El mismo de Pena calculaba (1872 - 1882)
que una cuadra cercada costaba $ 12.50 en una estancia
a 10 leguas de la capital, pero $ 18 en los departamentos Cálculo de Carlos M. de Pena,
del litoral, y $ 21.75 en Tacuarembó y Cerro Largo. Esto $ 16,125 por cuadra, y 457.026
revela varios puntos significativos: la importancia de la cuadras alambradas . $ 7.369.570.69
cercanía a Montevideo en el precio de costo total, lo que Estimación de Adolfo Vaillant
demuestra que el factor que más influía en él eran la ma- en 1879 ,. 5.000.000.00
dera y el alambre y no la mano de obra; en segundo lugar, Nuestro cálculo, a $ 16,125 la
lo costoso que resultaba alambrar en el norte fronterizo, cuadra, por el número de cua-
lo que unido a sus otros rasgos arcaizantes y contrarios al dras alambradas según cuadro
progreso, contribuye también a explicar su atraso relativo; anterior . 19.002.990.00
y en tercer lugar, lo aceptable del costo en la zona del li-
toral, la más rica y por lo tanto, la más capaz de emprender Esta cifra de casi 20 millones de pesos, comparémos-
la tarea sin contenerse mucho por el precio. Esta zona y la con el valor de la existencia de ganados en todo el país
la del Sur, impulsadas por los fuertes núcleos de hacenda- en 1880: $ 53.681.400. Es decir, que la inversión en alam-
dos europeos que en ellas residían, entraron rápidamente brados en diez años es equivalente al 35 % del valor total
a la subdivisión en potreros. del ganado en un año. Como el procreo anual de ganados
En 1882, el costo promedial para todo el país de la vacunos se estimaba entre un 20 y un 30 %, se deduce
cuadra cercada, alcanzaba a 16 pesos con 125 milésimos. que el país empleó casi dos años de sus procreas en alam-
Esto nos permitirá calcular cuál fue la inversión del país brarse durante el período clave de 1872 - 1882. Fue una
en el alambrado, para compararlo primero con la existen- fortísima reinversión de utilidades, que capitalizó al me-
cia de ganado, y luego con el valor de la tierra; sin estos dio rural.
puntos de referencia, la primera cifra perdería su signifi- Veamos ahora la relación entre el alambramiento y el
cado. precio de la rierra.

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El cercamiento: base técnica de los cambios
económicos en la ganadería criolla

Después del ovino, el alambrado fue el segundo ele-


mento transformador de la estructura económica rural.
Gracias a él se pudo dividir la estancia en potreros, lo que
habría de permitir una mejor alimentación del ganado y
habilitar al estanciero para emprender el largo y costoso
proceso del cruzamiento, que culminaría con la modifica-
ción completa de nuestra ganadería basada en el primitivo
vacuno criollo.
Estos dos hechos, mejor alimentación y cruza, tienen
· Plano de la estallcía del Barón de Afauá. inmediata a ¡Hercedes. Se en su origen al alambre. Por eso es que lo consideramos
distingue la dit!isión de potreros y la planta de los edificios de como el elemento técnico básico de nuestra modificación
puestos, cabañas. etc.
de estructuras. Lo qúe el tractor fue para los países agrí-
INVERSION TOTAL DEL PAIS colas, lo constituyó el alambre para el nuestro ganadero.
EN SU ALAMBRAMIENTO Es mérito de la Asociación Rural del Uruguay haber
( 1872 - 1882) previsto sus ventajas e impulsado su adopción; bien se
Con relación al precio de la tierra dio cuenta de que era el primer paso habilitante para lo-
grar aquel progreso económico en que cifraba sus espe-
Valor de la legua cuadrada en 1872-76 $ 16.387 ranzas para salvar al país, y a los estancieros. Uno de sus
Costo de su alambramiento en 1874 6.000 prohombres, Lucio Rodríguez Diez, definía con suma cla-
ridad, en 1880, las consecuencias del cercamiento:
El valor del alambrado equivale al 25,4 % del valor .. . .. El cierro de la propiedad que se está verificando
de la tierra. de algún tiempo acá, tiende a ese objeto; pero del cierro
general, es conveniente venir alpatrero, con la subdivisión
Valor de una legua cuadrada en 1877-81 $ 16.945 de los campos por zonas destinadas a la cría y al engorde;
COSto de su alambramiento en 1879 4.320 al ganado mayor y al menor. El empatreramiento debe traer,
como consecuencia lógica, la pradera artificial y el cultivo
El valor del alambrado equivale al 25,4 % del valor de forrajes apropiados para la clase de ganados que se
de la tierra, pero como ya rige la medianería forzosa, y el quieran cuidar; ya dedicándolos al engorde o a la cría. Y
pago se hace entre los dos linderos, el porcentaje baja a la con ellos tiene que venir el cruzamiento con razas extran-
mitad: 12,7 %. jeras, o la selección entre las que el país posee. Porque el
cruzamiento es imposible sin el potrero, la pradera y el fo-
Valor de una legua cuadrada en 1882-85 $ 23.744 rraje artificial, pues razas formadas a establo, no pueden
Costo de su alambramiento en 1882 3.870 sostenerse sin degeneración a campo libre y con alimenta-
ción insuficiente. La selección de la raza típica del país, no
El valor del alambrado equivale al 16,3 % del valor puede sujetarse al albur del campo abierto y sólo en el
de la tierra, pero por la medianería forzosa, el porcentaje potrero y con las subdivisiónes adecuadas, es que se deben
baja a 8,15 %. esperar de este sistema, los bienes que indudablemente ha
Como se aprecia, si bien el costo del alambrado fue de producir en la mejora de la hacienda vacuna".
bajando, las primeras inversiones fueron altísimas, supe- He ahí el mejor resumen de las ventajas del alam-
rando en 1874, a la tercera parte del valor de la tierra. brado para la economía ganadera: engorde y cría; ganado
Luego, gracias a la medianería forzosa, su costo que alcan- mayor y menor; alimentación y cruza. Los estancieros pro-
zaba a la cuarta parte de ésta, bajó a la octava en 1879, gresistas comprendieron estas ventajas, y desde los prime-
para pasar finalmente de la sexta a la doceava parte en ros años del alambramiento empezaron a utilizarlo de
1882. acuerdo a esas normas.
Todo esto prueba la enorme capitalización que para Un observador que había visitado el departamento de
el medio rural significó el alambrado. JuntO a la realizada Soriano en 1878, escribe sobre la estancia "Concordia", de
en ovinos de la década 1860-70, el cercamiento de los cam- Antonio Prange: "Gracias a la amabilidad del señor Prange
pos fue la mayor hecha en nuestra campaña hasta 1885. tuve el gusto de observar las inmensas venta¡as que se
El mestizaje será la tercera en el futuro. obtienen por medio de potreros bien distribuidos. A las

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pocas cuadras del establecimiento está una de las cabañas, en tiempo relativamente coreo.
donde se hallan carneros negrette «sangre pura» separados Pero hay otras ventajas, que si bien son secundarias,
de las ovejas de la misma clase; esta cabaña está situada . pesaban considerablemente en el conjunto de la explota-
en el centro de cuatro potreros independientes cada uno ción ganadera. Por ejemplo, e! cerco disminuye e! pisoteo
de los cuales sirve para determinada calidad y número de y la pérdida de los pastos por el ganado vacuno, de manera
animales cuya procedencia se halla consignada con la mis- que cuando hay sequía, los campos alambrados se conser-
ma exaCtitud como si fuera un árbol genealógico de una van bien mientras que los sin cercar no tienen pastos.
familia de sangre azul; la fe de nacimiento de cada animal Cuando hay alguna epidemia, los animales pueden ser ais-
es anotada en un registro especial que se lleva al efecto, lados en potreros alejados, y en el caso de que sean ataca-
en el que consta de qué familia desciende, lo mismo que dos por la enfermedad, se pueden salvar todos los cueros
todos los demás pormenores acerca del desarrollo, calidad porque se evitan la dispersión y e! robo.
especial, fuerza, etc. ... Aquí se hallan «Merinas», «Ne-
grettes», «Rambouillet», «Lincoln», y demás razas de pura También se economiza en sueldos de peones, que ya
sangre, lo mismo que las diferentes cruzas anotadas con es- no se necesitan para recoger animales que no pueden es-
mero y cuidado". capar de los límites de la propiedad; ni representa proble-
En lo relativo a la cruza, el papel del alambre es, pues, ma la estampida; ni los propietarios de mucho ganado y
clarísimo; pero también va a crear un nuevo tipo de tra- poca tierra, pueden utilizar la de los vecinos, como hacían
bajo con el ganado: la invernada, es decir, el engorde cal- antes, porque el alambre se eleva como obstáculo insalvable.
culado de los .animales para venderlos en los meses en que Los males de la ganadería que el alambre eliminó o
la hacienda es escasa y el consumo encuentra dificultades disminuyó en sus efectos, fueron numerosos. Quizás éste
para proveerse. El mayor precio que se obtenía por estos pueda ser considerado como su aporte complementario a la
animales especiales, permitía abonar el costo de! cercado consolidación del progreso económico.

'Tropilla de caballos criollos conterJida por la manguera improvisada y pronta para ser ensillada" (El Libro del Centenario del Uruguay, 1930).

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Asentamiento de la estructura de la
propiedad de la tierra

Como ya dijimos, el alambrado trajo una importantí-


sima consecuencia jurídica para el medio rural: consolidó
el régimen vigente de la propiedad de la tierra, al delimi-
tar real y efectivamente cada predio. Para el grupo social
de los grandes estancieros, que había alcanzado la hegemo-
nía económica, nada más lógico que buscar el afianzamiento
de sus bienes, oponiéndose a todas las situaciones que an-
tes, cuando ascendían, los favorecieron, y ahora, que ya ha-
bían llegado, los perjudicaban.
Esas situaciones eran múltiples. Por ejemplo, el caso
ya citado del minifundista ganadero, quien, con demasia-
dos animales para su poco campo, acostumbraba pastOrearlo
en las tierras vecinas, generalmente del gran propietario.
Tanto éste como la Asociación Rural, protestáron frecuen-
temente contra tal hecho, llegando a hablar de un "comu-
nismo de los campos". El alambrado, al fijar el límite pre-
ciso y cerrar la gran propiedad, eliminó esa situación. De-
cía Carlos María de Pena en 1882: " ... Ha cesado en gran
parte aquel comunismo de las praderas naturales, para el
apacentamiento de los rebaños. El cerco de alambres ha
dado seguridad a la propiedad rural; ha obligado a cada uno
a vivir de lo suyo y a usar sus propios recursos ... ".
Con ello se eliminaba la posibilidad de la pequeña
explotación ganadera, desaparecían el minifundista y el
agregado. Domingo Ordoñana, el principal ideólogo de la
Asociación Rural, no tenía reparos en confesar que ése ha-
bía sido uno de sus objetivos fundamentales al pugnar por
la implantación del alambrado, desalojando a esos hombres
de la explotación pecuaria. "Lis consideraciones que hemos
aducido nosotros para prestigiar el cierro de la propiedad,
más bien fueron de orden moral que de orden físico, por-
que con el cierro queda la división bien hecha entre los que
son terratenientes y los que viven en la condición de agre-
gados, y éstOS que son numerosos, deben perder toda espe-
ranza de ser ganaderos, ni de ser útiles en la ganadería in-
dustrial y deben necesariamente doblar la cabeza sobre el
arado que es su vida y su porvenir". Allí está la expresión
más diáfana de un interés exclusivamente clasista. Había
que separar a los que tenían tierra de los que no la tenían,
y a éstos reducirlos a la condición de agricultores. Mientras
que a los grandes propietarios, sólo por serlo, les estaba
reservada la actividad más lucrativa y rentable: la gana-
dería.
Esta afirmación de la propiedad fue la que incitó a
coda la clase alta rural -hacendados progresistas y hacen-
dados tradicionalistas o rutinarios- a alambrar. Todos vie-
ron en ese hecho la concreción de su derecho de propiedad,
no vigente aún con plenitud. Y todo el país vio con ellos que
el alambrado terminaba con una época y abría otra dis-
tinta, no tanto por la modificación de estructuras econó'
micas que hubiera podido provocar, sino principalmente esca
por esa reafirmación de un derecho que les era más vital

70
-
l ..
ita familia de hacendados es la imagen de la campaña
que cualquier otro. Inclusive un periódico urbano como "La
Democracia", anotaba en 1881: " ... Los alambrados han
dado por tierra, con respecto a los campos, con todos los
usos y todos los vicios del antiguo sistema, como el arma
de precisión, o sea el remington ha dado en tierra con el
reinado de la chuza. . .. El alambre en el reino económico
ha realizado el fenómeno que el remington realiza en el
orden político... El campo abierto era la propiedad en
común. El alambrado es la plenitud del ejercicio del de-
recho ... ".
Incluso algunos miembros de la Asociación Rural, los
"rurales", más progresistas, fueron arrastrados por ese em-
puje de reafirmación propietarista, que pospuso los obje-
tivos de progreso económico por ellos tan proclamados.
La propia Asociación se vio obligada a prevenir contra ese
criterio exclusivista, que sólo veía el beneficio en el cer-
camiento mismo: "También hemos pretendido explicar el
alcance que tiene para el porvenir y las nuevas necesidades
que requiere, el cierro o alambrado de los campos con la
idea de destruir el falso concepto que hemos oído expresar
de que: alambrados los campos o las propiedades, cesa toda
necesidad de trabajar, todo cuidado, porque creemos, y los
hechos lo están demostrando, que después del cierro de la
propiedad es precisamente cuando empieza la necesidad más
La pulpería no fue sólo centro de reunión sino también trampa grande de trabajar, porque el cierro de la propiedad no
para el paisano transformado en "vago". es la causa, es el efecto de la escasez de tierras".
El cerco asumía así el papel de símbolo final de la
"frontera": ya no habría más espacios libres que explotar,
más tierras que agregar a las propias; la propiedad estaba
fijada y cada uno debía valerse con lo que tuviera, sin
contar con lo del vecino, por supuesto, pero también sin
contar con las tierras vacías del norte, que podrían seguir
vacías, pero estaban vedadas por el cerco. Por lo tantO se
hacía necesario más trabajo para vivir de lo que cada uno
tenía. Esto no podía preocupar al gran terrateniente, pero
sí al pequeño estanciero, cuya suerte quedaba sellada. A él
preferentemente se dirigía la Rural: "La estrechez de los
campos pide Otro orden de aprovechamiento. Los alam-
brados aseguran la propiedad, pero también la reducen a
lo que es propio, y ya no se puede contar con. lo ajeno.
Cada cual en su estancia tiene que bastarse a sí mismo. De
lo contrario, la ruina es inevitable, los ganados se morirán
de hambre. . .. De hoy para adelante el estanciero pequeño
que no trabaje y saque todo el partido posible de su mo-
destO «campitO" es hombre perdido... y nos ocupamos
del pequeño estanciero con preferencia porque es de ese
gremio que se compone la mayoría de nuestros hacendados'.'
Esa "mayoría" fue efectivamente perjudicada por el
alambrado hasta tal punto que se puede sostener que el
alambre eliminó el minifundio ganadero, y aún muchos
medianos propietarios se vieron obligados a vender sus
tierras por el COstO del cercado. Es que, como ha pasado
siempre en nuestro medio rural, las inversiones importan-
tes sólo las pueden hacer los grandes propietarios; los pe-
queños, colocados en situación de desventaja productiva
por no poder alambrar, o por estar obligados a pagar una
medianería que les imponía -por ley- su vecino más
poderoso, tenían que vender ganados o tierra. Además, todo
adelanto técnico supone un perfeccionamiento de la pro-
ducción. Cuando a causa del alambrado se implantara el

72
Los troperos fueron expulsados lentamente de la producción, ferrocarriles y alambrados se unieron para ello.

mestizaje y se criaran animales superiores, ¿a quién podrían alambrado fue el único objetivo de la prédica de la Rural
venderle su ganado criollo los pequeños propietarios? Su que se cumplió completamente; pero no porque la cam-
destino se presentaba muy claro: o se sumaban al impulso paña entera quedara subyugada por su propaganda reno-
renovador y producían según las nuevas exigencias -lo vadora, sino porque el cerco consolidaba definitivamente la
que requería dinero-, o quedaban marginados de la ac- estructura de la propiedad de la tierra que regía en ese mo-
tividad económica rural. Esto fue lo que le sucedió a la mento en el país. Ante la importancia de ese hecho, hasta
mayoría, tendiendo a disminuir en peso social y económico el objetivo de la Rural, que era conseguir la definición de
la clase media rural, a la vez que aumentaba la fuerza de la propiedad privada como base para el desarrollo econó-
la clase alta. mico, quedó relegado a segundo plano. Y todos los rura-
Ya demostramos que el alambrado fue bajando de les se lanzaron al cercamiento, dándole prioridad a la pri-
costo. Pero no lo suficiente como para ponerse al alcance mera intención sobre la segunda. Por eso el alambramien-
del pequeño o mediano ganadero. Por la simple poca ex- to fue general, por eso los "tradicionalistas" no discutie-
tensión de sus predios, a la mayoría le costaba extremada- ron la prédica de los "progresistas". Todos se embarcaron
mente caro alambrar. en la misma empresa; una vez satisfecha esa finalidad, nue-
Además, el alambrado resultaba más barato para el vamente se dividieron: los "tradicionalistas" siguieron con
dueño de una gran extensión que para el pequeño propie- sus viejos métodos de ganadería extensiva, y los "progre-
tario, en relación a las superficies de sus respectivas tierras. sistas" lo tomaron como punto de partida de las innovacio-
Véase este simple ejemplo aritmético: sea un campo de nes técnicas.
50 hás. de lado; su superficie será de 2.500 hás. y su pe- Pero lo que importa enfatizar ahora es que el alam-
rímetro (a alambrar) de 200 hás. Imagínese otro de 100 bre, al delimitar la propiedad, marcar la tierra, fijar la po-
hás. de lado; su superficie será de 10.000 hás. y su perí- sesión, llevó fatalmente a la consolidación del latifundio y
metro de 400 hás. El propietario de este último (que a los de la sociedad tradicional. Ambos, pero sobre todo el pri-
efectos del ejemplo, consideramos "gran" propietario) alam- mero, fueron obstáculos insuperables para la creación de un
bra una superficie 4 veces mayor al tiempo que su perí- desarrollo económico rural viable. Por defender sus intere-
metro es 2 veces el del Otro propietario. ses de clase, los rurales mutilaban su propio empuje pro-
Comparándolo con la superficie del otro predio, al gresista, destinándolo a la frustración. Predicaron el alam-
"gran" propietario el cierre le cuesta la mitad o visto desde bramiento aun sabiendo que consagraban, y hasta agranda-
el puntO del "pequeño" propietario, a éste le cuesta el do- ban -por las ventas de los pequeños propietarios- el la-
ble alambrar. Por lo tanto no puede hacerlo, en muchos tifundio. Creyeron, quizás, que podrían superar esa valla
casos, se resigna a vender. ¿A quién?, a quien puede com- contagiando al latifundista rutinario con su espíritu de
prarle, a su vecino "gran" propietario. progreso y adelanto; se equivocaron radicalmente. El lati-
la conclusión lógica es que el alambrado favoreció fundio fue más fuerte que ellos: aceptó el alambramiento
a la gran propiedad. Por ello lo apoyaron con fervor tan para fortificarse, pero el segundo paso, perfeccionar la ex-
inusitado los hacendados rutinarios. Se puede decir que el plotación, no lo dio nunca; no tenía interés en darlo.

73
La desocupación tecnológica

A medida que avanzaba la década de 1870 y con ella


el cercamiento, los peones, agregados y puesteros iban que-
dando fuera de las estancias y arrastrando su miseria por
los lindes o los precoces "rancheríos" y suburbios en los
pueblos del interior, multiplicándose los artículos de la
Revista de la Asociación Rural ante el fenómeno, en ex-
presión de asombro, pena, compasión algunas veces, pero
sobre todo, temor. Esta conmoción no era exagerada. La
introducción de ese elemento técnico -para nuestra espe-
cial economía- que fue el alambre, tenía que provocar,
como en otros países el tractor y la máquina, una desocu-
pación que hemos llamado "tecnológica". Y fue tal porque
la inserción de un producto industrial moderno en nues-
tro campo eliminó buena parte del trabajo humano, hizo
prescindible al hombre, redujo tareas que hasta ese momen-
to sólo él desempeñaba.
Véase en qué forma se realizó ese desplazamiento.
Las tareas del campo que más trabajo humano necesitaban
eran los rodeos y apartes. Estos se hacían para apartar los
animales de distintos dueños, mezclados a consecuencia
de una estampida, la sequía o las conmociones armadas;
o para separar los destinados a la venta, etc. Aquellos se
efectuaban continuamente, a veces de día y de noche, para
que los animales no se perdieran, o quedaran alejados de
la querencia, y fueran presa fácil de los cuatreros. El alam-
Los domadores comenzaron su doloroso pasaje del trabajo heroico
bre eliminó todo ese trabajo: el ganado no se podía es- al folklore pasatista.
capar, ni se podía mezclar, ni se podía perder. Muchos peo-
nes fueron despedidos. Una comisión especial de la Rural, incitando al cer-
camiento, hacía estos cálculos en 1880: ..... Se ahorrará
Federico E. Balparda consideraba este problema en también el sueldo de puesteros, que hoy con sus familias
la Revista rural, en 1879: " ... Cada estancia que se cer- comen de 120 a 150 capones por año, 10 que, valuados
ca, representa 10, 15 ó 20 individuos b familias que que- por bajo, pueden calcularse, cuando menos en $ 220. Si
dan en la miseria, sin Otro horizonte que una vida incierta, a esto se agrega un sueldo de $ 12 por mes o sean $ 144
degradada por el servilismo del que tiene que implorar la por año, tenemos la suma de $ 364 anuales, por cada puesto,
carid.ld para vivir y alentando en su corazón odios hacia que' con Otros gastos de leña, etc., pronto llegan a $ 400.
esos cercos, causa de su terrible estado; que quisieran ver Ahora bien, una estancia con seis puestos tiene una salida
destruidos, y que como única esperanza alientan la risueña sólo en puesteros, de $ 2.400 por año. Véase pues la abso-
.~xpectativa de una revolución que les permita la destruc- luta necesidad que hay de hacer cesar un gasto tan enor-
ción de todos ellos ... ". memente superior a lo que da el negocio y una vez por
También fueron despedidos los agregados y los pues- todas conviene hacer el sacrificio de cercar el campo, aun
teros. Si de estos últimos se ahorraban los salarios, de los a costa de vender ganados".
primeros se eliminaban bocas ahora inútiles que alimentar. Pero todavía hubo un tercer grupo de perjudicados
La inversión del cercamiento requería una economía en 103 por el alambramiento: los pequeños poseedores que resi-
costos de producción que le permitiera al hacendado re- dían en los lindes indefinidos de las grandes estancias, vi-
sarcirse del gasto más rápidamente. Por lo tanto, poner en viendo un poco sobre cada una, y pastoreando así sus es-
explotación toda su tierra, despidiendo al puestero-centi- casos animales. Al tenderse el cerco, el linde se fijó con
nela, ahora inútil, y expulsando a los agregados que ya no absoluta precisión; ya no quedaron terrenos indefinidos,
tenían en qué ocuparse, fue visto como una medida inelu- ya no hubo dónde asentarse. El minifundista ganadero, ocu-
dible de racionalización del trabajo y de ahorro. pante simple de la tierra, fue a reunirse con los peones,

74
id
1

Muerto en la tierra; el gaucho trepó a la leyenda,. alli dejó de


pasar hambre.
agregados y puesteros, fuera de los límites de la gran es- El miedo de la clase terrateniente
tancia.
Así lo consideraba Ordoñana en 1879: "... Existe una
agrupación que se ha denominado de la miseria porque se
ha visto despojada de lo que constituye su fondo, y ha
sido despojada, porque sus títulos carecían de la rigurosa Hay múltiples artículos en la Revista rural de esta
etiqueta de tantos años de registro y de constante e im- época (1876-1885), que encaran el problema de la pobla-
perturbable posesión". ción rural desocupada. Subyace en todos ellos el temor por
Al lado de estos tres grupos de desplazados, hay que una posible subversión protagonizada por los desplazados.
ubicar, además, a los pequeños y medianos propietarios que, El eco que se recibía de las conmociones sociales por las
tarde o temprano, tuvieron que vender. que atravesó Europa, notOriamente el recuerdo de la Co-
¿Qué entidad asumió este fenómeno de desplazamien- muna de París, contribuyó a acentuar la intranquilidad de
to? ¿Cuántas personas quedaron sin trabajo por estos úl- los hombres de la Asociación Rural. Así, por ejemplo, re-
timos años del 70 y primeros de la década del 80? Cuestión sumía Ordoñana en 1887, algunas de las ideas que más lo
fundamental, pero difícil de contestar con exactitud, dada habían impresionado del discurso pronunciado por Carlos
la escasez de datos. Sin embargo, basándonos en cálculos María de Pena al inaugurar la cátedra de Economía Po-
que hemos desarrollado en otro lugar, llegarnos a la con- lítica en la Universidad: "La internacional nacida en Lon-
clusión de que sobre un probable total de 400.000 perso- dres en la Primera Exposición Universal de 1864 es hija
nas de la población rural en los alrededores de 1880, unas de esta última escuela, la cual no cesó ni cesa de hacer pro-
40.000 estaban desocupadas, lo que constituye unIO %' paganda manifestándose triunfante en París con el Gobier-
Aunque es endeble, el dato permite comprender la grave- no de la Commune y continuando COn arrogancia por Lon-
dad del fenómeno estudiado. Así lo vieron los rurales. dres, Birmingham, Manchester, Lieja, Bruselas, Charleroi,

75
pasando hasta los Estados Unidos con los cínicos desórdenes socialismo o de una "subversión social". Quizás el más
de Chicago. . .. el problema está planteado y así como tie- destacado de ellos sea el escrito por Juan G. Corta, ya en
ne sanción penal el ladrón, debe también tenerla y muy 1874, el documento más revelador de cuantos los rurales
severa el holgazán que es el primero y más terrible socia- han escrito sobre el tema: " ... Existen en casi todas las
lista y perturbador del mundo". Y continuaba: "El ilus- propiedades rurales porción de familias que arrojadas de
trado doctor Pena con cuya amistad nos honramos ha de sus hogares, se ven forzadas a detenerse temporalmente
encontrar puntos de contacto entre los numerosos vagos donde los consienten, pero viviendo como los árabes o los
que discurren por nuestra campaña y los holgazanes de tártaros nómades, sin hogar seguro y sin ninguno de los
estas referencias. Las causas constituyentes no son sin em- goces que el hombre civilizado obtiene por medio del tra-
bargo las mismas, y las que nos corresponden podrían bajo. Estas familias, cuya existencia errante ponen en lu-
conjurarse con medios prácticos previniendo los males que cha contra la sociedad van perpetuando entre nosotros la
deploramos y deploran cuantos se interesan por la marcha tradición de los gitanos... De esta raza desheredada se
triunfante del progreso del país, aunados a la moralidad forman los caudillos y sus secuaces; ignorantes, haraganes,
y virtudes sociales, que pueden sin gran esfuerzo fijarse en no tomando interés por una patria que ha sido ta? ingrata
el trabajo de la tierra". y tan poco previsora que las ha dejado sin hogar, ellos son
Sin embargo, no todos sus compañeros ostentaron ese un constante enemigo del orden y de la paz; son los pobla-
optimismo. Numerosos a«ículos señalaron el peligro del dores de nuestras cárceles y el terror de los habitantes pa-
cíficos e industriosos de nuestra campaña". Y más ade-
lante: "En efecto, no hay otro camino, y seguramente es
preferible darles tierras, de las que aún tiene el país al-
gunas, aunque pocas, que mantenerlos en las cárceles o de-
gollarlos sobre las cuchillas. A pesar del desorden admi-
nistrativo que viene afligiendo al país hace algunos años,
en los ejidos de los pueblos se conservan algunos terrenos
que podrían donarse a esas desgraciadas familias en toda
propiedad. .. Establézcase en seguida la escuela, y mán-
dense a esos pueblos sacerdotes dignos de este nombre,
que enseñen teórica y prácticamente las virtudes cristianas.
De ese modo y paulatinamente irán desterrando los malos
hábitós adquiridos, y esa población podrá llegar a ser un
modelo de virtudes, regenerándose para la patriá y para
sí mismos. De todos modos, algo es preciso hacer para ali-
viar la suerte de esas familias desgraciadas, para alejar cuan-
to sea posible el socialismo que nos invade, y resolver la
cuestión agraria de un modo conveniente que aleje los te-
mores de que nos vemos amenazados. Es preciso que los
hijos de este suelo no sean los únicos que se vean priva-
dos de tierra cuando los que no han nacido en ella la po-
sean. Ellos, que llegarán a ser tan numerosos que pueden
un día reclamar con las armas en la mano lo que es con-
veniente y de una buena política anticiparse a darles! ".
"De esta raza desheredada se forman los caudillos y
sus secuaces" decía el autor, y allí había otra grave preo-
cupación para los rurales. Sabían que en ella las revolucio-
nes y los caudillos levantiscos podrían encontrar la carne
de cañón que necesitaban para sus hazañas. Y ya sabemos
que toda perturbación, todo levantamiento, se hacía en
perjuicio directo de los poseedores, pero serían aún más
graves porque los desplazados sentían "odio" por aquellos
alambres y por los hombres que los hicieron tender, ex-
pulsándolos de la tierra. Era "una cuestión social de in-
menso alcance" como decía Juan Ramón Gómez, y no se
equivocaron al preocuparse por ella y tratar de solucionar-
la. Esos hombres tenían que vivir, y lo harían de cualquier
manera: por medio de alguna revolución que les asegu-
rara "el aire libre y la carne gorda", o a través del robo
pequeño pero continuado de haciendas. No es por casua-
El paisano desplazado podia engolosin"a avisos comerciales
lidad que en la década del 80 renació el abigeato; fue una
como éste, donde "su" porvenir como it r debia anestesiar directa consecuencia de la lucha por la existencia de una
su presente de peón sin tierra. población sin ningún medio económico para sobrevivir.

76
La solución agrícola propugnando realmente una solución "forzosa" del pro-
blema de la población nacional.
Los rurales pensaron que la solución COnSlStla en que Ordoñana acuñó la famosa frase de "cambiar el lazo
la población rural desocupada se dedicara a la agriculrura, por la coyunda", símbolo de su designio transformador de
en tierras públicas, renunciando definitivamente a la ga- la vida rural al empujar al peón desocupado y al agregado,
nadería. de la ganadería a la agriculrura. Su solución : "Yo creo neo
Era necesario pues, que no sólo cambiara de ocupa- cesario fijar esas gentes en los mismos espacios en que vi-
ción sino también de hábitos de vida. La agriculrura se- ven, declarando predios agrarios, haciendo centros oficia-
dentarizaba, aquietaba, tranquilizaba al gaucho y al peón, les de escuela, iglesia, casa de municipio y policía rural, y
obligándolo a formar familia, a apartarse de las revolucio- agrupando diez O doce familias agrícolas que sirvan de
nes, a no pesar sobre los estancieros. Con esa solución los centro y modelo, para la enseñanza de la vida, rural en la
rurales conseguían dos fines: reservarse para sí la activi- vida de la aldea". Esto último constiruye el primer indicio
dad más lucrativa, y tranquilizar la campaña transforman- de una idea que comenzaba a germinar en la mente de los
do sus hábitOS de vida. Tan conveniente era el esquema, rurales: traer inmigrantes agricultOres que "contagiaran"
que insistieron en él una y mil veces. Veamos algunos sus hábitos de trabajo, su pacifismo, y sus conocimientos
ejemplos. técnicos a la población nacional. O como lo expresaba Mo-
Escribía Juan G. Corta en 1873: " ... Tenemos vastos desto Cluzeau Mortet en 1878: "Desde muchos años atrás
territorios, principalmente al Norte del Río Negro, sino la idea de colonizar las tierras fiscales, ha venido preocu-
absolutamente desiertos, al menos destinados en su mayor pando a nuestros Gobiernos. .. Para atraer colonos se han
parte a criaderos de vacas. Colonizar una parte de ellos, dictado leyes especiales, se han hecho ofertas alentadoras
convertirlos en terrenos agrícolas, sería un progreso y una ... Mientras tanto, tenernos un gran número de familias
garantía más de paz. .. Comprados los terrenos y fraccio- indígenas, cuya moralidad y honradez son conocidas, que
nados convenientemente para el objeto a que se les destina, viven de limosnas, ... Es muy cierto que el hijo del país
debería invitarse a los que viven agregados en las estan- no tiene una marcada afición para los trabajos agrícolas,
cias, a que fuesen a tOmar posesión de ellos en toda pro- pero reducido como lo viene siendo a la necesidad de eje-
piedad, pero con la obligación de no poderlos vender. .,. cutarlos, se someterá fácilmente a esa nueva condición,
La obligación de dedicarse al cultivo de los terrenos así y su aprendizaje lo hará tan pronto como los labradores
donados, sería una condición indeclinable y la no ejecución del exterior vienen a establecerse aquí ... ".
de esa obligación debería castigarse severamente. Aquellos De una u otra forma, tOdos los rurales coincidieron
que voluntariamente no quisiesen aceptar el cambio de do- en la solución agrícola. En tierras fiscales, en chacras de
micilio, debería obligársele a la fuerza; porque nadie tiene ejidos, en colonias especiales, a través de la acción estatal
derecho a ser un haragán y vivir a costa ajena ... ". Así o privada, pero siempre dirigido al mismo fin: fijar en la
que, lo que empezaba como una "invitación", terminaba tierra al desplazado, eliminarlo de la actividad ganadera,
muy pronto como una "obligación", que había que cum- sedentarizarlo, pacificarlo. Como hombres prácticos que
plir sin más trámite. En este sentido, los rurales estaban eran, los rurales no se quedaron en proyectos; persiguieron
Una trilladora a vapor trabajando en la primer {ro litera agrícola umguaya: Callelolles.
Al comenzar el siglo, las exposiciones rurales del Prado se habían transformado en /a fiesta por alltonomasia del Urttguay triunfante. Nadie
recordaba a los l/encidos ni a los margina/izados.
tenazmente su concreción por todos los medios, impulsando Finalmente, es necesario mencionar un tercer factor
la iniciativa del Estado primero y, cuando esta fracasó, causal en el fracaso de la colonización: la resistencia del
sustituyéndola por la propia, que tampoco tuVO éxito. peón, del agregado, del minifundista expulsado, a conver-
tirse en agricultor. Durante toda su vida centró su actividad
¿Por qué fracasaron las pocas colonias que lograron y su esfuerzo en torno al vacuno, miró como tarea de "grin-
nacer, a pesar de todo? En primer lugar, el mal uso que gos" la agricultura, ¿cómo podiá volcarse a ella volumaria-
de su dinero hacía el Gobierno de Santos -y las adminis- mente? Además, no poseyendo ni conocimiemos ni práctica
traciones posteriores variarán poco este rasgo- conlle- agrícola y escaso o ningún apoyo material del gobierno o
vaba la ruina de todos los proyectos. Faltas de recursos, fal- de particulares, era imposible que se le facilitara el camino
tas de instrumentos de labranza, faltas de un mínimo en- hacia un cambio de ocupación. Su resistencia, entonces, no
cuadre administrativo, las colonias no podían subsistir. fue sólo cultural, derivada de sus costumbres y hábitos de
vida; fue también respuesta a un medio inhóspito que lo
Para allegar dinero, el Gobierno quiso recurrir a las rechazaba y no le ofrecía los medios imprescindibles para
tierras fiscales, pero se encontró con que éstas no existían asentarse económicamente.
o se las ocultaba. Melitón González, director de Obras Pú-
blicas, estudiando las declaraciones de la Contribución Di- El destino real del gaucho:
recta, llegó a la conclusión de que en 1874 no habían pa-
gado impuesto (o sea que se habían ocultado) "casi siete
su marginalización
millones y medio de cuadras cuadradas o sean 2.069 le-
guas cuadradas". Si se tiene en cuenta que estimaba la Impotencia del Estado, incapacidad de los rurales para
superficie total de la República en 7.036 leguas cuadradas, decidirse emre conceder tierras y resolver el problema que
se concluye que el ocultamiento alcanzaba a un 29,4 % de ellos mismos enfrentaban. Una cosa es cierta: su preocu-
toda la tierra del país. ¡Casi la tercera parte de la tierra, pación crecía con el tiempo, y con él el miedo ame una
poseída en su inmensa mayoría por los estancieros, no pa- posible subversión social. Pero como roda clase que busca
gaba impuestos! Esto quiere decir que si por un lado los mamener su status hasta el fin no quiso en ningún instante
hacendados se preocupaban por la población nacional erran- desprenderse de sus posesiones. Exhortó al Estado a actuar,
te, por otro no estaban dispuestos a conceder ni un palmo y fracasó; algunos de sus hombres presemaron proyectos
de tierra, ni aún la que no era de ellos, la del Estado. que de colonización y fracasaron. Pero el empeño en encon-
ocupaban como simples poseedores, para asentarla. Si los trar una solución lateral, que no perjudicara sus más sen-
planes de colonización fracasaron, en buena parte la culpa sibles intereses, no decayó. Por el contrario, se fue refor-
residió en ellos mismos. zando a la par del problema que crecía.

78
LA ESTANCIA ALAMBRADA

El país ya tenía una legislación contra la vagancia, y no qUIsIeron enfrentarse con sus consecuencias sociales. El
se pensó en aplicarla. lucio Rodríguez, en 1876, va a pro- desarrollo de la ganadería, su progreso representado por el
poner "establecer en cada pueblo un asilo de desocupados. alambre, tenían una contrapartida trágica: .el desplazamien-
En él podría darse alojamiento, manutención y trabajo a tO, la marginalización de buena parte de la población rural.
tOdos los vagos o ambulantes, hasta que fuesen contratados ¿Qué significó este hecho para el país?, ¿qué puntos
por quien los necesita". Pero otro rural, Domingo Ordo- de COntactO tuvo con desplazamientOs similares operados
ñana, señalaba: "Aquí está precisamente la impracticabili- en Europa o Estados Unidos?
dad del noble pensamiento de! señor Rodríguez; porque Allá e! tractor hizo innecesarios a los labradores con
esa laya de gente, no sabe, no quiere, no puede, y por fin, sus tradicionales arados. Pero el labrador estadounidense,
no hay Dios ni Roque que la haga trabajar, por la sen- desplazado del campo, encontró su salida en la fábrica ur-
cilla razón de que no tiene necesidad de hacerlo, porque bana, sedienta de mano de obra. Aquí, en e! Uruguay del
para él tOdo el campo es orégano, las vacas y las ovejas 70, ¿qué industria existía?, ¿qué salida quedaba para el
están hoy a su disposición, y puede apresarlas con más fa- peón que durante generaciones había vivido de y para el
cilidad y menos peligro, que los pasteles de las Bodas de vacuno, sin Otros conocimientos que los que daba la es-
Camacho, en que el gran Sancho tantO se regocijó". Or- tancia o el puestO? Ninguna, porque no se puede consi-
doñana veía bien el problema; tOdavía en ese año de 1876 derar el ejércitO o el ranchería como solución económica,
la autoridad del Estado no se había afirmado en la campa- ni para el hombre ni para el Uruguay. El campesino eu-
ña. Yeso era lo primero que había que conseguir para en- ropeo o estadounidense desplazado encontró un lugar en
frentar con éxitO e! problema de la población nacional: la la actividad productiva de su país, adquirió en las fábri-
acción, el respaldo de la autOridad, sino a través de colo- cas conciencia de su propia clase social, se organizó presen-
nias, como se vería después, por lo menos a través de un tando una fuerte lucha a la clase poseedora. Pero nuestros
aparatO represivo, las policías rurales, que tOdavía no es- criollos desplazados, sin posibilidades de inserción en la
taba bien organizado. latOrre dará cumplimiento a este vida activa de! país, quedaron por el campo, incultos, des-
anhelo. unidos, inconcientes de su pésima posición social, inhabi-
Pero con el militarismo surgió otra "solución" que ha- lirados por el medio para comprenderla y reaccionar. Que-
bía de revelarse como la más viable y utilizada: la leva pa- daron doblemente marginados: no sólo de la estancia, sino
ra e! ejércitO. Muchos desocupados de la campaña fueron también del país, fuera de su función económica, fuera
a parar al ejércitO, de buena o mala gana. la tarea debió de su esfuerzo por el progreso, fuera de tOdos los beneficios
haberse emprendido con gran entusiasmo, como estOs nú- que éste podía aparejar. Y ésta, es la segunda consecuencia
meros lo prueban: e! ejército bajo latorre, en 1879, con- de signo negativo -la primera fue la consolidación del
taba Con 2.190 soldados; en el último año de SantOs, 1886, latifundio-- que hay que atribuir al alambrado.
alcanzó a tener 3.795 soldados. Esto no significa un ataque al cercamiento. la econo-
Curiosamente, la Rural no fue partidaria de esta so- mía nacional no tenía salida si no se desarrollaba y modi-
lución. Siempre estuvo dentro de su concepción el que tO- ficaba; ese desarrollo no podía hacerse en la época más
dos trabajaran en algo útil, fecundo para sí mismos y para que por intermedio de las formas progresistas del capita-
el país, y el ejércitO no podía llenar ese objetivo; además, lismo emprendedor; por lo tanto, los perfeccionamientOs
el fortalecimiento del ejércitO como grupo de presión -y que éste introdujera para conseguir aquellos fines, tienen
los gastos que ello demandaba- no convenían a la clase que ser válidos desde el puntO de vista histórico. Pero
alta rural. Sin embargo, esta actitud no es congruente con desde este mismo puntO de vista histórico es que podemos
el restO de su prédica. Si hallaban que la desocupación era señalar las contradicciones de ese desarrollo, las carencias
un mal tan grave que inclusive ponía en peligro su propia de ese empuje, las limitaciones de un esfuerzo que, para
seguridad, si veían que el Estado y ellos mismos resultaban que fuera perdurable y efectivo, debió ser nacional y no
impotentes para resolver el problema, ¿por qué esa resis- clasista; diversificador de la economía y no exclusivamente
tencia contra la única salida lógica que quedaba: la fuerza? ganadero.
la absorción de los desplazados en el ejército los estaba
ayudando direCtamente, y fuera de ese destino, el otro que
BlBLIOGRAFlA
le restaba al desocupado era el ya naciente pueblo de ra-
Los daros numencos de este trabajo están fundamentados en:
tas o el ranchería suburbano del interior. BARRAN, José P. y NAHUM, Benjamín. - "Historia Rural del Ur;¡o
No tenían otra solución porque la única radical, ver- g,UlY Moderno, 1851·1885".
Rcz,jJ/¡J de 1a Asociat,;ióu RRral del Urug¡ül)'.
dadera, durable, hubiera sido concederles tierras o absor- ACEVEDO, Eduardo. - "AlIales HiJlóricos del Urttg,UlY".
berlos en las tareas de una ganadería perfeccionada que SBARRA, Noel H. - "HiJloria del a",mbrado ell 1" ArgelJli,,,".
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requiriera más mano de obra. Nada de esto ocurrió, y la ARREDONOO. Horacio. - "Un relttto sobre nuestra tlida rural del
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Apegados a sus deseos de transformar la economía del país, El Copetóll".

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