Resumen La Revolución Neolítica

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Resumen del texto:“La revolución neolítica”

Finalizad la edad media , se produjo un cambio radical , que daba lugar a consecuencias
revolucionarias para la especie entera .la primera revolución que tranformo la economía
humana dio al hombre el control sobre su propio abastecimiento de alimentos. Esto se llevo a
cabo a través de la domesticación de animales y plantas. Los dos pasos se encuentran
relacionados íntimamente. No se sabe con exactitud si la agricultura precedió a la ganadería o
si fue a la inversa o se desarrollaron simultáneamente . aquí se adoptara la primera la
hipótesis.

Los más importantes alimentos cultivados fueron los cereales —especialmente trigo, cebada y
arroz, cuyos antepasados silvestres han sido mayoritariamente identificados (en América el
cereal usado fue el maíz)— debido a la facilidad con que pueden almacenarse, el alto
rendimiento en granos por unidad de superficie y el trabajo razonable necesario para
obtenerlos. Al ser las tareas estacionales, dejaban además tiempo libre para otras tareas.

Un importante efecto de la producción de alimentos fe el aumento de la población.

La caza y la recolección tienen un límite cuantitativo que depende de la tasa natural de


reposición de las plantas y animales. Cuando esta tasa se excedía las poblaciones sobrantes
debían buscar nuevos territorios para satisfacer sus necesidades, lo que junto con el clima
fueron las principales razones de las migraciones humanas. Por otra parte los niños se hacen
económicamente utiles. Comenzaron también a proliferar asentamientos y construcciones
como las tumbas construidas con grandes piedras que se encuentran en la península
escandinava, Dinamarca y el norte de Alemania y Holanda. Algunos llegan a contener hasta
200 esqueletos. los esqueletos humanos encontrados en estas tumbas de la Edad
Neolítica(solo en Europa) es varias centenares de veces mayor que los correspondientes a la
Edad Paleolítica.

La práctica de la agricultura por un grupo humano no necesariamente implica su asentamiento


permanente. En su forma primitiva más común, el cultivo de azada u hortense, se limitaba a
despejar un lugar de monte bajo o de matorrales, escarbarlo con una azada o estaca para
enterrar las semillas y, luego de un tiempo, recoger la cosecha. Después de un par de cosechas
el rendimiento disminuía y convenía despejar otra parcela, y así sucesivamente, lo que es
compatible con o requiere un modo de vida nómade. La excepción son los terrenos donde la
reposición de los nutrientes se produce naturalmente, como en las riberas periódicamente
inundadas de ríos ricos en ellos como el Nilo, base de la sedentaria civilización egipcia.
Tampoco la ganadería obliga a la vida nómade, ya que se puede alimentar bien al ganado
conduciéndolo a zonas apropiadas según la estación del año: las zonas bajas más templadas en
el invierno, los valles fértiles de montaña en la época de deshielo. El uso de los rastrojos
remanentes de las cosechas agrícolas para la alimentación del ganado permiten, asimismo,
combinar de modo eficiente agricultura con ganadería. El uso de los restos de las comidas
favorece. asimismo, la incorporación al entorno humano de animales auxiliares o mascotas
como los perros. La reproducción selectiva durante miles de años de los animales más mansos
y con las características deseadas por razones prácticas (caso de la obtención de carne y fibras
textiles) o estéticas (caso de los perros) condujo a las actuales razas de animales domésticos.

La agricultura y la ganadería no terminaron con la recolección de productos silvestres, la


complementaron. En algunos casos, como la pesca, la recolección continúa hasta nuestros días
siendo todavía de enorme importancia para pueblos como los asiáticos y los de las regiones
polares. El predominio sobre la recolección hasta su casi desaparición se dio solamente en las
comunidades con gran capacidad de generación de excedentes agrícolas acopiables por
períodos largos de tiempo, como los cereales, caso en que el trueque permitía obtener con
menor esfuerzo productos de la recolección como la miel. Sin embargo, éste es un fenómeno
posterior ya que un rasgo esencial de la etapa neolítica es que las comunidades eran
mayoritariamente autosuficientes, siendo capaces de cubrir sus necesidades básicas sin
necesidad de recurrir a fuentes externas de aprovisionamiento. Esta autosuficiencia incluía
tanto los productos como los útiles necesarios para obtenerlos. La autosuficiencia completa
difícilmente se haya alcanzado nunca y el reducido intercambio de bienes, probablemente de
lujo, fue la base de lo que sería la siguiente revolución.

Los útiles neolíticos de piedra se diferencian de sus antecesores porque se afilaron por
pulimento, por roce contra una superficie igualmente o más dura, a diferencia de la técnica de
percusión con que se fabricaron los equivalentes paleolíticos. Las armas y herramientas así
fabricadas son más durables porque se pueden usar materiales menos frágiles. Esto permitió el
trabajo de la madera para la fabricación de viviendas más durables, arados y embarcaciones,
tareas imposibles sin herramientas resistentes. El almacenaje de granos y líquidos fue posible
gracias a la invención de las técnicas alfareras, también un rasgo universal de la etapa
neolítica, a la que necesariamente precedió. La alfarería es probablemente el primer proceso
físico-químico conscientemente ejecutado por la especie humana (el fuego es también un
proceso químico, pero no fue comprendido hasta tiempos muy recientes; también lo es, pero
mucho más complejo, el de cocción de los alimentos). Luego de la cocción la arcilla cambia
tanto de color como de consistencia, y lo hace de manera repetible y predecible si se usan la
materia prima y los combustibles apropiados. Esto requirió: ensayo y error, el método céteris
páribus; la identificación de minerales, su clasificación y separación; la técnica de generación y
confinamiento de calor. Las técnicas de coloración de la cerámica requirieron ampliar
grandemente tanto el rango de los minerales usados como mejorar el control del proceso de
generación de calor, una condición previa imprescindible para la metalurgia. Los primeros
indicios de industria textil se encuentran en poblaciones neolíticas de Egipto y el Cercano
Oriente. Las ropas hechas primero con lino y luego con lana, comenzaron a reemplazar a las de
pieles y hojas como protección contra el frío y el sol. Fue entonces cuando se desarrollaron los
telares, ingeniosos artefactos que facilitan el entrecruzamiento de los hilos y perduran hasta
hoy en sus diversas versiones. El oficio de tejedor era usualmente propio de las mujeres,
aunque entre los yoruba nigerianos son los hombres quienes lo practican.
Las tareas artesanales de la Edad Neolítica eran domésticas, pero las tradiciones artesanales no
son individuales sino colectivas. Las artesanas y artesanos se reunían para hacer sus obras,
compartiendo información, iniciando a los novatos e imprimiendo un sello peculiar a sus
productos que los distinguía de los de otros grupos cercanos y lejanos. También eran colectivas
las tareas productivas más complejas y pesadas, como el desmonte para la apertura de nuevos
terrenos de cultivo. Esto requiere una organización social, aunque los grupos eran
mayoritariamente pequeños y estaban localizados en áreas pequeñas, del orden de &1sup2;
ha. Lamentablemente se desconoce cuál era esa organización, en la que seguramente tenían
un rol crucial las supersticiones y las creencias religiosas. Tampoco era una organización
estable, ya que el pequeño tamaño de las aldeas indica constantes migraciones, seguramente
de los más jóvenes, en busca de nuevos terrenos o meramente de independencia. De la
semejanza entre los bienes de todos los miembros de esos grupo se deduce la inexistencia de
una clase bien diferenciada de personas ricas. Tampoco hay indicios inequívocos de guerras,
aunque las armas eran comunes. En cuanto a sus saberes "científicos", de lo único que se
puede estar seguro es que tenían conocimientos básicos de Astronomía, ya que de otro modo
no hubieran podido hacer las tareas agrícolas en las época adecuadas para su éxito.

La descripción aquí dada no corresponde a un grupo humano particular, por lo que no es lícito
hablar de "civilización neolítica". En diferentes regiones variaron tanto los cultivos como los
animales domesticados, los utiles usados y la manera específica de satisfacer todas las
necesidades vitales. El único animal que domesticaron los chinos de la época neolítica fueron
los cerdos, desconocidos para los egipcios de Tasa en esta etapa económica. Los maoríes de
Nueva Zelanda estaban en el estadio neolítico cuando arribó a la isla el capitán Cook, pero sus
artefactos tenían poco en común con los de la mayoría de los neolíticos eurasiáticos. La
importancia de esta etapa, que la arqueología detecta en todas partes del planeta, es que
representa un estadio aparentemente imprescindible en un proceso de organización social
creciente, de aumento de artefactos, productos perecederos, bienes durables, de expresiones
y representaciones simbólicas.

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