Resumen de Sensación y Persepción (Cap 5 y 6)
Resumen de Sensación y Persepción (Cap 5 y 6)
Resumen de Sensación y Persepción (Cap 5 y 6)
La sensación y la percepción son dos cosas distintas, pues se puede tener el primero sin
el segundo (p.ej., personas con buena visión que no pueden percibir las caras y por ende
no las reconoce). Ello sucede cuando los receptores sensoriales de un individuo detecta
la misma información normalmente y al transmite al cerebro, la percepción (la
organización e interpretación que se le otorga a la información sensorial permitiendo el
reconocimiento de objetos) no es del todo normal. En ocasiones, los sujetos que sufren de
estos problemas se guían por elementos como el pelo para identificar otras personas. Si
bien distinguen ojos, nariz y boca por separado, no consiguen unificar la información del
todo.
Gracias a una porción inferior del hemisferio cerebral derecho, somos capaces de
reconocer la cara humana.
Umbrales:
2. ¿Cuáles son los umbrales absolutos y diferenciales? ¿Tienen los estímulos por
debajo del umbral absoluto alguna influencia?
El mundo está lleno de elementos (rayos x, ondas de radio, frecuencias de sonido muy
tenues, etc), aún así nuestra capacidad de percibirlos con nuestros sentidos se ve limitada
a diferencia de otras especies que ven más allá de la experiencia humana. Ello no implica
que lo poco visualizados tenga menos impacto a nivel psicológico.
Umbrales absolutos:
Estimulación subliminal:
¿Podemos sentir estímulos por debajo del umbral absoluto?: si, pues el umbral absoluto
es meramente el punto en el que podemos detectar estímulos la mitad de las veces. En el
umbral o por debajo de este, todavía somos capaces de percibir ciertos estímulos algunas
veces.
¿Podemos ser afectados por estímulos tan débiles sin darnos cuenta?: bajo ciertas
condiciones es posible. Una palabra o imagen invisible puede proporcionar brevemente la
respuesta a una posterior pregunta (p.ej., en un típico experimento, una imagen o palabra
es rápidamente mostrada, luego es reemplazada por un estímulo enmascarado que
interrumpe el procesamiento cerebral antes de la percepción consciente). Un experimento
donde se expuso subliminalmente olores neutros, agradables y desagradables a
personas. A pesar de no tener conciencia de los olores, los participantes pusieron una
cara neutra como más simpática después de la exposición a olores agradables en lugar
de desagradables.
Aquel experimento señalo que en ocasiones sentimos lo que no conocemos y podemos
describir. Un estímulo breve e imperceptible en ocasiones desencadena una respuesta
débil que puede ser detectada con un escaneo de cerebro. La conclusión es que mucho
del procesamiento de información ocurre automáticamente, fuera de vista, radar, pantalla
o estado de consciencia.
A partir de ello y tomando en cuenta las publicidades que aseguran una disminución del
peso al escuchar grabaciones con mensajes subliminales, lo cierto es que no se puede
persuadir de forma oculta. El efecto es sutil y muy breve (p.ej., mostrarles a las personas
sedientas un cartel subliminal que dice “sed”, consigue por un corto período hacer más
persuasiva una publicidad de bebidas). En oportunidades, saber que uno está siendo
influenciado por un mensaje subliminal, solo actúa como placebo, pues el sujeto cree que
está mejorando por más que no haya nada que respalde un efecto sobresaliente.
Umbrales de diferencia:
La adaptación sensorial:
Visión
La entrada de estímulo:
Lo que repercute en nuestros ojos no es el color, más bien los pulsos de energía
electromagnética que los ojos percibe a modo de colores. La luz visible es solo una
porción del espectro de radiación electromagnética completo.
Las dos características físicas de la luz que nos permite percibir su experiencia sensorial
son: la longitud de la onda de luz (la distancia entre el pico de una onda a la otra) que
determina el color que experimentamos; e intensidad (cantidad de energía en las ondas
de energía determinadas por su amplitud o altura), lo que influencia en el brillo.
El ojo:
La luz ingresa al ojo mediante la córnea, quién lo protege y dobla la luz para proveer foco.
La luz pasa por la pupila, abertura pequeña rodeada por el iris (músculo coloreado que
ajusta el ingreso de luz). El iris se contrae o dilate en respuesta a la intensidad de luz o
emociones internas. Por detrás de la pupila se halla la lente que enfoca los rayos de luz
entrantes en la retina (tejido de múltiples capas que reviste la superficie interna sensible
del ojo). La lente enfoca los rayos cambiando su curvatura en el proceso de acomodación.
El modo en el que percibimos las imágenes se debe a que la retina recibe imágenes
invertidas del mundo, pero estas imágenes están incompletas. Es entonces cuando los
millones de receptores celulares convierten partículas energía lumínica en impulsos
neurales que terminan en el cerebro. Una vez allí, los impulsos son reensamblados en
una imagen percibida y vertical.
La retina:
Cuando las partículas de energía lumínica ingresan al ojo, deben atravesar la retina hasta
la capa externa conformada por sus células, cuyos receptores más profundos son los
conos y bastones. Allí, dicha energía dispara una reacción química (en dirección al interior
del ojo) que desencadena el chispeo de las señales neurales, activando a sus células
bipolares vecinas. Más tarde, las células bipolares activan a las células ganglionares
vecinas. Los axones de dichas células, confluyen para formar el nervio óptico quien
transmite información al cerebro (donde el tálamo la recibe y distribuye). El punto ciego es
aquel donde el nervio abandona al ojo, pues no hay células receptoras.
Los conos y bastones difieren en ubicación y las tareas que realizan:
- Muchos conos tienen su propia línea directa a la corteza visual del cerebro (auxiliados
por las células bipolares), lo que implica una gran área de ingreso desde a fóvea. Tales
conexiones preservan la información precisa de los conos volviéndolos más capaces de
detectar mayor detalle. Los conos también permiten la percepción de los colores, salvo
cuando la luz es tenue, momento donde el resultado no tiene efecto.
- Los bastones no tienen dichas conexiones, sino que las comparten con las células
bipolares, enviando mensajes combinados. Gracias a los bastones, percibimos una
imagen periférica mucho antes que sus respectivos detalles, pues en ocasiones la vista
apunta a una región de la retina donde predominan los bastones. Los bastones permiten
ver los colores blanco y negro incluso si la luz es tenue.
Detección de rasgos:
Procesamiento paralelo:
Visión a color:
Para comenzar, los objetos son de todos los colores salvo el que estamos observando (al
cual rechaza). Asimismo, los rayos de luz no poseen color, pues así como todos los
aspectos en la visión, el color reside en nuestros cerebros, no el objeto en sí.
Nuestra diferencia de umbral para los colores es tan baja que discriminamos alrededor de
siete millones de variaciones.
1 de cada 50 tiene deficiencias en la percepción de colores y esa persona es hombre
generalmente, ya que tal situación está conectada genéticamente al sexo.
- Teoría tricromática: la retina tiene tres receptores de color, cada uno sensible a uno en
particular de los tres (rojo, verde y azul). Cuando se estimulan combinaciones de aquellos
conos, vemos otros colores (p.ej., si bien no tenemos conos sensibles al amarillo, cuando
se estimulan los sensibles al rojo y verde, vemos amarillo). Por ello, se dice que las
personas no son ciegas de un color, más bien carecen del receptor de verde o rojo, a
veces ambos. No obstante, esta teoría no explica el por qué algunas personas ciegas al
verde o rojo logran ver amarillo.
- Teoría del proceso opuesto: haciendo ensayos, se descubrió que al mirar un cuadrado
verde para luego voltear a una hoja en blanco, se vería su colo opuesto rojo (lo mismo
pasa con amarillo y azul). A ello se asumió que debería existir dos procesos de color
adicionales, uno responsable del rojo versus verde y otro con el azul versus amarillo. Esto
se explica puesto que al momento donde la información abandona las células receptoras,
la misma se analiza en términos de tres sets de colores opuestos: rojo-verde, amarillo-
azul y blanco-negro. En la retina y tálamo, donde los impulsos del primero se transmiten a
la corteza visual, algunas neuronas son activadas por el rojo pero desactivadas por el
verde. Otras son activadas por el verde pero desactivadas por el rojo.
Esta teoría explica las imágenes residuales producto de mirar un color y luego ver el
opuesto al girar a una hoja en blanco.
Se puede concluir en que, el procesamiento del color ocurre en dos pasos, los conos de la
retina responden variando los grados de diversos estímulos de color como se propone en
la teoría tricromática. A ello se le suma que, sus señales son procesadas por el sistema de
células opuestas del sistema nervioso, en su ruta a la corteza visual, como sugiere la
teoría del procesamiento opuesto.
Audición
La audición al igual que la vista, es adaptativa. No solo somos sensibles a una amplia
variedad de sonidos, sino que también percibimos mejor aquellos con una frecuencia
similar a la voz humana. Al la vez, escuchamos sonidos débiles, así como distinguimos
voces familiares. Segundos después de escuchar un sonido que estimularan los
receptores del oído, millones de neuronas se han coordinado simultáneamente para
extraer las características esenciales y compararlas con experiencias pasadas conforme
identificar el estímulo.
8. ¿Cuáles son las características de la presión del aire que escuchamos como
sonido?
La oreja
Primero, el oído externo visible canaliza las ondas sonoras a través del canal auditivo
hasta el tímpano. Entonces, el oído medio transmite las vibraciones timpánicas mediante
un pistón conformado por el martillo, yunque y estribo hasta la cóclea ubicada en el oído
interno. Las vibraciones entrantes provocan la vibración de la membrana de la cóclea
(ventana oval), empujando el fluido que llena el tubo de la cóclea. Este movimiento causa
ondulaciones en la membrana basilar, doblando las células ciliadas que recubren su
superficie. El movimiento ciliar dispará impulsos en la células nerviosas adyacente, cuyos
axones convergen para formar el nervio auditivo, quién envía los mensajes neurales vía
tálamo hacía la corteza auditiva del lóbulo temporal.
La pérdida de la audición surge cuando los cilios se dañan. Si bien tienen capacidad
regenerativa, un estímulo continuo que exceda los 100 decibelios puede ser
potencialmente peligroso (los zumbidos son una alerta de que algo malo ocurre).
- La teoría del lugar presume que oímos diferentes tonos porque diferentes ondas de
sonido disparan la actividad en distintos lugares a lo largo de la membrana basilar de la
cóclea.
Tras experimentos, se descubrió que la membrana coclear vibraría en su comienzo en
respuesta a las largas ondas producidas por altas frecuencias, mientras la parte final lo
haría en réplica a bajas frecuencias. No obstante, como las señales neurales generadas
por los sonidos de tono bajo no están claramente localizadas en la membrana basilar, no
se puede explicar el modo en el que percibimos los mismos.
- La teoría de la frecuencia sugiere que el cerebro lee los tonos a través del monitoreo en
la frecuencia de los impulsos nerviosos que viajan por el nervio auditivo. Toda la
membrana basilar vibra ante las ondas de sonido ingresantes, desatando impulsos
neurales hacia el cerebro en el mismo ritmo que la onda sonora (p.ej., si el sonido tiene
una frecuencia de 100 ondas por segundo, entonces 100 pulsos por segundo viajan al
nervio auditivo).
Dado que una neurona individual no puede disparar más de 1000 veces por segundo, se
busca respuesta a la percepción de sonidos con frecuencias por encima de las 1000
ondas por segundo, usando el principio del volley: las neuronas alternan el “disparo”, así
como los soldados disparan mientras esperan a que los demás recarguen. Mediante un
disparo sucesivo y rápido, se puede alcanzar una frecuencia combina de 1000 ondas por
segundo.
Por lo tanto, la teoría del lugar explica mejor cómo sentimos los tonos altos, la teoría de la
frecuencia explica mejor cómo sentimos los tonos bajos, y alguna combinación de lugar y
frecuencia parece manejar los tonos en el rango intermedio, a la hora de distinguir entre el
canto de un pájaro y un camión.
Localizando sonidos:
La localización de nuestras orejas nos permite escuchar con ambos oídos de forma
simultánea conforme distribuir espacialmente el foco de los diversos sonidos. El motivo
por el cual poseemos dos orejas se debe a que, dependiendo de la dirección de la que
provenga un sonido, aquella que no esté en la posición adecuada para captarlo de forma
inmediata, lo hará con retraso y ello supone un potencial peligro si algunos sonidos no se
escuchan a tiempo (p.ej., un auto aproximándose).
Aún así, el ser humano tiene problemas para captar sonidos equidistantes (p.ej., los que
vienen de frente, por detrás, por encima o pode debajo de nosotros), dado que los
mismos llegan a las orejas simultáneamente. Entonces, el sujeto tiende a mover la cabeza
para captar con alguna de las orejas la dirección percibida.
12. ¿Cuáles son las causas comunes en la pérdida de la audición, y por qué hay
controversia alrededor de los implantes cocleares?
Si se perfora el tímpano o si los diminutos huesos del oído medio pierden su capacidad de
vibrar, la capacidad del oído para conducir vibraciones disminuye. Por ende, se pierde la
audición. El daño a los receptores de las células ciliadas de la cóclea o sus nervios
asociados puede causar la pérdida auditiva neurosensorial más común. Pero con mayor
frecuencia, los culpables son los cambios biológicos relacionados con la herencia, el
envejecimiento y la exposición prolongada a ruidos ensordecedores o música.
Por el momento, la única manera de restaurar la audición en personas que sufrieron su
pérdida, es un implante coclear electrónico. El mismo, traduce sonidos en señales
eléctricas que, unido a los nervios cocleares, convierte alguna información sonora hacia el
cerebro.
La controversia surge a partir de que los padres oyentes de niños sordos, buscan que sus
hijos experimenten el mundo al igual que ellos con ayuda del implante. Situación que no
se puede esperar hasta la edad de consentimiento. Por otro lado, las organizaciones que
representan la cultura sorda, objetan el uso de implantes en niños que aún no desarrollan
el lenguaje. Ello se debe a que no piensan en la sordera como una discapacidad, incluso
la consideran como un resaltador de la agudeza visual.
Tacto:
El sentido del tacto es importante para el desarrollo. Las ratas privadas del contacto con
su madre generan menos hormona de crecimiento y poseen bajo ritmo metabólico. Si bien
es un mecanismo de supervivencia a la espera de su madre, su prolongación atrofia el
crecimiento. Los simios que perciben a su madre sin tocarla son infelices. Los prematuros
que son estimulados por tacto crecen y ganan peso más rápido.
El sentido del tacto es una mezcla de otros sentidos con diferentes terminaciones
nerviosas especializadas en nuestra piel. El contacto de la piel con un pelo suave, un
cable caliente o frío y la punta de un alfiler, demuestran que la misma posee algunos
puntos que son especialmente sensibles a la presión, calor, frío o dolor.
No existe una relación simple entre lo que sentimos en un lugar determinado y el tipo de
terminación nerviosa especializada que se encuentra allí. Solo la presión tiene receptores
identificables. Otras sensaciones de la piel son variaciones de las cuatro básicas (presión,
calor, frío y dolor).
Las sensaciones táctiles son más que una estimulación. Un cosquilleo autoinflingido
provoca menos activación de la corteza somatosensorial que el mismo estímulo hecho por
alguien más.
La prueba con la mano de goma falsa, demuestra que el tacto no es solo una propiedad
ascendente de los sentidos, sino también un producto descendente del cerebro y sus
expectativas.
La quinestesia es la sensación de posición y movimiento en las partes del cuerpo
producto de receptores ubicados en las articulaciones, tendones, huesos, orejas y piel.
Las personas incapaces de percibir el calor de la luz o la posición de sus cuerpos,
reportan sentirse incorpóreas, como si su cuerpo estuviera muerto, no fuera real o el suyo.
Con práctica, dichas personas aprenden a comer y caminar enfocándose visualmente (si
se apaga la luz se caen). Incluso en las personas sin esta condición, la quinestesia
interactúa con la visión.
La presencia del sentido vestibular, monitorea la posición y movimiento de la cabeza y
cuerpo. Los canales semicirculares ubicados en el oído interno funcionan como un
giroscopio biológico, y los sacos vestibulares, que conectan los canales con el
cóclea, contienen líquido que se mueve cuando la cabeza gira o se inclina. Tal movimiento
estimulas las células ciliadas, quienes envían mensajes al cerebelo permitiendo el sentido
de la posición y el balance.
Dolor:
El dolor es el mecanismo por el cual el cuerpo avisa de que algo va mal, la ausencia del
dolor trae consigo el sufrimiento de múltiples lastimaduras que podrían conducir a la
muerte temprana, pues el sistema de alerta no funciona.
- Influencias biológicas: el sistema del dolor no se ubica en un simple cordón neural que
parte de un dispositivo detector hacia una área definida del cerebro. Por ello, no existe un
tipo de estímulo que desencadene el dolor, sino que el mismo surge a partir de receptores
sensoriales llamados (nociceptores) capaces de captar temperaturas, presiones o
químicos dañinos.
La teoría del control de puertas es un modelo que provee una explicación del dolor. El
mismo consiste en que la médula espinal contiene pequeños nervios que conducen la
mayor parte del dolor y largas fibras que conducen el resto de las señales sensoriales. La
idea es que la médula posee una puerta neurológica del dolor que se abre con la
activación de las fibras pequeñas y se cierra con la de las fibras largas, quines bloquean
el paso de dicha señal al cerebro (la estimulación de las fibras largas mediante el masaje
provoca el cierre del dolor durante una terapia).
Aún así, el dolor no es solo un fenómeno físico, pues los mensajes que transcurren desde
el cerebro hacia la médula espinal, también pueden cerrar la puerta del dolor (p.ej., la
liberación de analgésicos naturales como endorfinas).
En ocasiones, el cerebro puede activar el dolor de miembros fantasmas cuando
malinterpreta la actividad espontánea del SNC que ocurre en la ausencia a la entrada
sensorial normal.
- Influencias psicológicas: existen antecedentes de que la distracción tiene efectos claros
a la hora de completar tareas.
El ser humando tiende a manipular las memorias del dolor, las cuales suelen diferir del
verdadero ocurrido. En ensayos donde se puso a prueba el dolor, los pacientes supieron
registrar el momento de mayor dolor, y la cantidad de dolor sentida al final, pasando por
alto la duración de tal evento. La conclusión fue que, los pacientes prefieren los ensayos
largos con más dolor neto pero menos dolor al final, antes que los ensayos cortos donde
el dolor termina abruptamente.
- Influencias socioculturales: el ser humano es proclive a percibir más dolor si vemos que
otros están sufriendo. A veces el dolor se encuentra en el cerebro cuando al sentir
empatía por el dolor ajeno, la propia actividad cerebral de una persona puede reflejar en
parte la del cerebro de la otra persona en el dolor.
Sabor:
El sentido del gusto es químico. Dentro de cada bulto en la superficie de nuestra lengua
hay 200 o más papilas gustativas, cada una de las cuales contiene un poro que atrapa los
productos químicos de los alimentos. Todas la papilas gustativas poseen 50-100 células
receptoras del sabor dulce, salado, amargo, umami o ácido. El disparo del sabor no tarda
en surgir cuando la información de las moléculas captadas viajan al lóbulo temporal.
Si bien la células receptoras se renuevan semanalmente, a medida que uno crece el
número de papilas gustativas disminuye, así como la sensibilidad al gusto (el alcohol y
cigarrillo aceleran el proceso).
La pérdida del gusto se reporta como un sabor a paja.
Las expectativas influyen en la respuesta del cerebro durante la ingesta de alimentos,
pues cuando se anticipa a las personas que se acercan un sabor desagradable, su
cerebro responde más activamente a los gustos negativos. En tanto los participantes
califican el sabor como menos desagradable, cuando se les hace creer que el mismo
sabor será levemente desagradable. Como sucede con el efecto placebo del dolor, los
lóbulos frontales del pensamiento ofrecen información sobre la que actúan otras regiones
del cerebro.
Interacción sensorial:
Olfato:
El olfato es un sentido químico, pues olemos algo cuando las moléculas de una sustancia
atrapada en el aire alcanza un pequeño grupo de 5 o más millones de células receptoras
en la parte superior de cada cavidad nasal. Estas células receptoras, responden
selectivamente y alertan instantáneamente al cerebro a través de sus axones.
Dado que las moléculas que olemos vienen de muchas formas y tamaños, se requieren
muchos tipos de receptores para detectarlas.
Una amplia familia de genes diseñan alrededor de 350 receptores proteínicos que
reconocen olores particulares. Se descubrió que dichas proteínas, se hallan situadas en la
superficie de las neuronas de la cavidad nasal. Las moléculas activan los receptores
como una llave abre una cerradura. Aún así, no parece que tuviéramos receptores
específicos para cada olor detectable, sino más bien se trata de un sistema combinado de
receptores activados por una misma molécula en patrones identificables por la corteza
olfatoria. La combinación total de receptores arroja alrededor de 10.000 olores.
La capacidad de identificar esencias declina con la edad. Si bien somos capaces de
discriminar olores, es complicado describirlos.
Para los seres humanos, lo atractivo de un aroma nace en la asociación aprendida. A las
personas les gustan los aromas que pueden asociar con buenas experiencias y viceversa.
También tenemos una gran capacidad de evocar memorias a través de los olores, incluso
si tales aromas fueron olvidados. Todo ello se debe a un camino directo entre el área del
cerebro que recibe la información desde la nariz y los antiguos centros límbicos del
cerebro asociados con la memoria y la emoción.
Organización perceptual:
Figura y fondo:
Agrupamiento:
Una vez discriminada la figura de su fondo, debemos organizar la figura dentro de una
forma significativa. Para ordenar y dar forma a las sensaciones básicas que percibimos de
forma instantánea y atomáticamente de una escena (p.ej., el movimiento, color, contraste
blanco y negor), nuestra mente sigue una serie de reglas para agrupar el estímulo. Tales
reglas, ilustran la idea de que el conjunto percibido, difiere de la suma de sus partes.
Los siguientes principios (leyes de la percepción), nos ayudan a construir la realidad:
Cierre: rellenamos los huecos para crear un objeto completo. Por lo tanto, asumimos que
los círculos (arriba a la izquierda) están completos pero parcialmente bloqueados por el
triángulo (ilusorio). Si se agrega nada más que pequeños segmentos de línea que cierren
los círculos (arriba a la derecha), ahora el cerebro deja de construir un triángulo.
En ocaciones, nuestras percepciones nos conducen a formar un todo de una escena que
en realidad no es la suma de sus partes. Ello se debe a que el cerebro impone dicha
sensación cuando detecta que se cumplen ciertos sentidos como la continuidad o cierre
(casa de perro imposible).
Percepción de la profundidad:
Señales binoculares:
Cuando vemos las cosas con un solo ojo, y a juzgar por la perspectiva con la que este
capta las imágenes por sí mismo, algunas tareas pueden presentar ciertos inconvenientes
que, usando ambos ojos, no existen. Entonces, las señales binoculares asumen un papel
importante a la hora de determinar la distancia de los objetos cercanos.
Dado que los ojos están separados por 2 pulgadas y media, las retinas reciben imágenes
ligéramente diferente. Cuado el cerebro las compara la diferencia entre ellas (disparidad
retiniana) proporciona una señal binocular importante de la distancia relativa de diferentes
objetos. Tal disparidad, disminuye conforme el objeto se ecuentre más alejado de los ojos.
Señales monoculares:
Constancia perceptual:
La constancia perceptual es la capacidad que tenemos para percibir los objetos con una
forma, tamaño, brillo o color. Independientemente de nuestro ángulo de visión, distancia e
iluminación, este proceso descendente nos permite identificar personas con rapidez.
A veces, los objetos de forma constante parecen cambiar según el ángulo por el cual se
los mire. Pero gracias a la constacia de forma, percibimos la forma de objetos familiares
por mas que cambie nuestra imagen retinal de estos. Asimismo, dado la constancia de
tamaño, percibimos los objetos con un tamaños constante, aunque nuestra distacia de
ellos varíe. El hecho de que sepamos que un auto a dos cuadras de distancia es lo
suficientemente grande como para albergar personas por más que lo veamos pequeño,
ilustra la cercana conexión entre la percepción de tamaño y distancia, pues percibir la
distancia de un objeto nos da pistas de su tamaño, y vicervesa.
La relación entre la distancia y tamaño de los objetos se hace evidente con algunas
ilusiones, puesto que pueden arrojar una percepción errónea. Cuando vemos la imagen
del monstruo corriendo a otro, tenedemos a persar que el monstruo de atrás es más
grande, cuando en realidad ambos poseen el mismo tamaño. El conflico, viene dado por
las líneas que dibujadas de la manera en la que están, evidencian que en realidad los
monstruos corren desde un área estrecha hacia una más amplia. Es el contraste con
fondo estrecho, más el ángulo de visualización, quienes dan la sensación de que el bicho
es más alto.
Estas percepciones erróneas revelan el funcionamiento de nuestros procesos perceptivos
normalmente efectivos. La relación percibida entre distancia y tamaño suele ser válida.
Pero en circunstancias especiales puede llevarnos por mal camino.
Constancia de luminosidad:
Constancia de color:
Una persona que nace ciega y que aprende a diferenciar los objetos familiares con el
tacto, no puede hacerlo visualmente porque es un aspecto que jamás aprendieron. Aún
así, aquellos que recobraron la visión, fueron capaces de distinguir las figuras del fondo,
así como sentir los colores. Sugiriendo que, dichas percepciones son innatas.
La experiencia también influencia en la percepción de las caras. Quiénes nacen con
visión, aprenden a reconocer las caras individuales como un todo. Tal así que, dadas dos
imágenes de una cara con la mitad superior de un individuo y la mitad inferior de otro, nos
daremos cuenta de que no proceden del mismo sujeto (cuando en realidad las mitades
superiores si lo son). En cambio, las personas privadas de la experiencia visual durante
su infancia, superan al resto de nosotros en reconocer que las mitades superiores son
iguales, porque no aprendieron a procesar caras en su conjunto.
Experimentos realizados en gatitos y monos donde se les cubrían los ojos con gafas que
solo permitían ver luz difusa y sin patrones durante sus infancias, revelaron que tras
quitárselos en la adultez, dicho animales podían distinguir color y brillo, pero no la forma
de los objetos. Sus ojos permanecían intactos, las retinas aún transmitían señales a la
corteza visual. Sin embargo, dado la falta de estimulación, las células corticales no
desarrollaron conexiones normales.
Tales restricciones no mantienen secuelas permanentes en animales y personas cuando
se realizan durante la adultez. Si antes de la infancia temprana se revierte la ceguera, el
niño podrá retomar una visión normal.
Los efectos de las experiencias visuales en animales y humanos durante la infancia,
indican que existe un período crítico para el desarrollo sensorial y perceptual normales.
Como consluisón se puede estimar que nacemos con la capacidad de percibir estímulos
de toda clase, pero es la experiencia quien guía, sostiene y mantiene la organización
neural del cerebro. Sin ella, la privación sensorial demuestra que los efectos tempranos
en la infancia, duran toda la vida (úsalo pronto o lo perderás).
Adaptación perceptual:
Configuración perceptiva:
Efectos de contexto:
Los efectos del conjunto perceptual y contexto muestran como la experiencia nos ayuda a
construir la percepción (p.ej., sin las pistas obvias de rosa y azul, las personas luchan por
averiguar si un bebé es ella o él, a menos que el mismo se llame David, en cuyo caso lo
perciben más grande y fuerte).
Emoción y motivación: