?3. Caos - Jasmín Martínez
?3. Caos - Jasmín Martínez
?3. Caos - Jasmín Martínez
Para muchos, Sadashi Kishaba era solo una chica fría y sin alma, pero
muy pocos conocían su verdadera historia y la oscura razón por la que era
quien era, para no tener sentimientos y para creer que el romanticismo era
solo una debilidad.
Nació siendo un ángel que obligaron a vivir en un infierno y la forzaron a
convertirse en el peor demonio; para ella matar era como su diario vivir y
no porque lo disfrutara, sino por supervivencia. La presionaron para dejar la
bondad de lado y de una forma muy dura descubrió que la familia solo era
una de las peores caídas.
No tuvo niñez ni adolescencia, al menos no, como la que para todos era
normal; para Sadashi ser común era pelear por comida o por vivir un día
más, sus juguetes fueron armas blancas y su parque de diversiones un
campo de batalla, hasta que sus padres se sacrificaron por su libertad y la
hicieron huir en busca de lo que ellos tanto añoraron.
Pero ellos jamás imaginaron que la libertad solo dañaría más a su
pequeña y que el mundo real la aterreraría. Aprender a vivir sin sus padres
sería lo más difícil en su vida y adaptarse a la realidad, algo que muy pronto
aborrecería. Sobre todo, cuando su vida se cruza con la de Aiden Pride
White, un chico que le enseñará lo que ella considera la mayor debilidad.
—¡Nos queremos matar un día y al otro nos follamos como si el mundo
se fuera acabar! ¡Me vuelves loca y eso me desespera! ¡Sobre todo cuando
actúas de esa manera! ¡Y no quiero sentir esto! —Sadashi estaba vuelta loca
y le gritaba a Aiden como tal.
Él sonrió con chulería, arriesgándose a que ella lo matara por burlarse tan
descaradamente.
—¿Y qué sientes? —le preguntó acercándose a la chica sin sentir ni una
pizca de miedo cuando ella puso la punta de su katana en el pecho de él,
para intentar detenerlo.
—Un maldito caos —respondió y él sonrió todavía más.
Lo quería odiar, se esforzaba mucho para lograrlo y el tipo le ayudaba
con su altanería, pero no lo estaba consiguiendo.
—¿Recuerdas lo que un día te prometí? —ella pensó en la pregunta que
él hizo y a su cabeza llegaron las imágenes de la primera vez que Aiden sin
darse cuenta, la descubrió en su misión.
—Recuerdo que hiciste una promesa que jamás dijiste en voz alta —
reclamó ella.
Desde la primera vez que Aiden la vio, algo en su interior le gritó que esa
chica era un peligro inminente, uno al que estaba dispuesto a enfrentarse sin
importar las consecuencias. Sadashi era el tipo de pendiente en la que él
deseaba dejarse ir sin frenos, dejando que el camino lo llevara directo a
estrellarse o a seguir en su libre destino.
—Prometí que yo sería tu caída, pero en el proceso creo que tú te
convertirás en mi verdadera libertad —confesó viéndola directo a los ojos y
atravesando su alma.
En esa mirada ambos descubrieron que amor y caos, era la combinación
más fascinante y peligrosa.
PRÓLOGO
—¿Así que le temes a los besos? —Preguntó con burla y sonreí igual.
Lucía demasiado tierna con sus mejillas rosadas y sus gruesos labios
rojos debido al alcohol ingerido, sus ojos rasgados estaban soñolientos y el
brillo en ellos era pícaro.
—Digamos que mi regla es: no besar a quien solo me quiero follar. Así
como la tuya es el follar con este niño bonito solo estando borracha —refuté
y su sonrisa creció todavía más.
Se bajó del taburete y se sacó aquella enorme camisa que la cubría,
dejándome ver que solo usaba bragas y sus pechos pequeños estaban
demasiado apetecibles; tragué con dificultad y acomodé mi erección con
descaro, ella lamió sus labios y miró atenta lo que hacía, saboreándose
como cuando yo le miraba el culo a una chica buena y regalándome una
sonrisa sensual que indicaba que no tenía ninguna vergüenza en actuar así.
—Si quieres probar todo esto —Habló y arrastró las manos por sus
curvas —, tendrás que darme el combo completo porque si voy a caer
contigo, tendrá que valer la pena —Advirtió, demostrando que las reglas del
juego las poníamos los dos —. Yo beso sin enamorarme, niño bonito —
Sentenció.
Hacer tratos con Sadashi era casi siempre obtener un setenta, treinta de
un porcentaje de cien, y ella era la que se llevaba la mayor parte.
CAPÍTULO 1: PASADO OSCURO
{Sadashi}
Años atrás...