Estimacion de Tensiones Naturales en Tuneles-40-80
Estimacion de Tensiones Naturales en Tuneles-40-80
Estimacion de Tensiones Naturales en Tuneles-40-80
Las tensiones actuantes en un macizo rocoso pueden ser debidas a las tensiones o
esfuerzos in-situ, y a las tensiones inducidas. A las primeras también se le denomina
tensiones naturales o primitivas y son los esfuerzos que existen en el macizo rocoso
previamente a alguna perturbación. En cambio las tensiones inducidas están asociadas a
los efectos producidos por las excavaciones, voladuras, cargas estructurales, etc., o a
cambios en las condiciones naturales, como los procesos de consolidación, desecación,
hinchamiento, etc. En general, las tensiones encontradas en un macizo rocoso se deben al
conjunto de los procesos actuantes a lo largo de su historia geológica.
29
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Los modelos conceptuales sobre la tipología y el origen de las tensiones han sido
estudiados por distintos autores, entre los que se destacan Bott, Kusznir y Zoback. Esta
última autora, junto con otros colaboradores del proyecto del Mapa Mundial de Tensiones
(WSM), proponen diferentes modelos conceptuales de las tensiones, por lo que es
necesario referirse a cada uno de ellos. En un primer grupo se encuentra el modelo
propuesto por Bott y Kusznir; en un segundo grupo el propuesto por Zoback y colaboradores
del grupo del WSM.
Fuerzas derivadas de la
geometría de las placas
30
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Bott y Kusznir (1984) junto con Park (1988) en la década de los 80, formularon los
principios básicos del origen y tipo de tensiones, según los cuales el sistema de esfuerzos
que afecta a la litosfera se divide en dos tipos principales: las tensiones renovables y las
tensiones no renovables. Las renovables son aquellas cuya generación es permanente o
continua. Las tensiones no renovables pueden disiparse al cesar la fuerza o mecanismo que
las genera. Los esfuerzos en la litosfera son el resultado de la combinación de ambos tipos y
pueden sufrir cambios locales debido a variaciones en las propiedades de la litosfera.
Tensiones renovables
Las fuerzas que actúan en los bordes de placa son las siguientes (Fig.3.2):
31
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Las fuerzas de borde de placa podrían alcanzar una magnitud máxima del orden
de 50 MPa en bordes de colisión y de 20 MPa en bordes de expansión.
Fig. 3.2. Bloque diagrama donde se representan las diferentes fuerzas que
generan los esfuerzos tectónicos (Zoback et al., 1989).
32
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Tensiones no renovables
33
Capítulo 3. Las tensiones naturales
34
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Además de las fuerzas de primer orden coexisten las fuerzas de segundo orden, que se
deben a factores topográficos, anisotropías de la resistencia o de las propiedades elásticas
de la corteza, efectos de la erosión y a excavaciones antrópicas. Los esfuerzos generados
son de carácter local y las fuerzas causantes de los mismos son las siguientes:
- Fuerzas de flexión. Las cargas sobre una litosfera elástica causan esfuerzos
flexurales, que pueden llegar a ser importantes (varios centenares de MPa) y de un
gran alcanze, hasta 1000 Km, llegando a perturbar el campo de esfuerzos regional.
Estos se deben a cargas sedimentarias, particularmente a lo largo de márgenes
continentales, rebote glacial y abombamientos de la litosfera oceánica, sin embargo,
las cargas sedimentarias en los márgenes continentales son la principal fuente de los
esfuerzos en márgenes continentales pasivos. Cálculos de esfuerzos por dichas
cargas indican esfuerzos extensionales con magnitudes del orden de 100 MPa.
35
Capítulo 3. Las tensiones naturales
- Fuerzas de flotación. Estas fuerzas pueden superar a las de borde de placa, aunque
de alcance local, y modificar el campo regional originando esfuerzos extensionales.
Estas fuerzas de flotación se generan en regiones elevadas topográficamente y se
producen por engrosamiento o adelgazamiento de la corteza. También pueden
deberse a adelgazamientos de la litosfera y ascensión de la astenosfera caliente.
La magnitud de los esfuerzos en la parte superior de la corteza depende de cómo se
distribuyan estas fuerzas. La naturaleza dúctil de la parte inferior de la litosfera
produce una redistribución de los esfuerzos, lo que da lugar a una amplificación de
las tensiones en la parte superior de dicha litosfera. Bott y Kusznir (1984) y Park
(1988) estiman un factor de amplificación de 2-3 para un flujo calorífico en superficie
de 60 mWm-2.
La magnitud de esfuerzos en la parte superior de la litosfera, inducida por las fuerzas
de flotación depende de la reología y del flujo de calor. Cuando la magnitud de las
fuerzas de flotación supera en 1,5-2 veces las tensiones de primer orden, se puede
producir una reorientación del estado tensional (ej.: Rift este africano, Meseta del
Colorado respecto a la región Basin and Range).
La magnitud del campo de esfuerzos inducido en la litosfera por las fuerzas de borde de
placa según Kusznir y Bott (1977) dependen principalmente del espesor de la litosfera que
soporta la carga. Según Zoback (1992), los esfuerzos debidos a las fuerzas de empuje de
placas deberían ser bajos en litosferas gruesas y frías (regiones cratonizadas). Sin embargo
dicho autor justifica la alta magnitud de las tensiones en zonas cratónicas por las
anisotropías de la litosfera (variación espacial de las propiedades elásticas). Por tanto, si la
magnitud de las tensiones en zonas de escudo y debidas a fuerzas de empuje de placas es
baja, los esfuerzos locales podrían ser los dominantes.
Esta discusión entre Zoback y Kusznir parte del trabajo de Kusznir y Bott (1977) donde
se dice que las tensiones son mayores, a igualdad de gradiente térmico, en zonas de mayor
espesor de corteza.
36
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Una sección típica de una dorsal oceánica tiene una extensión de 1000-2000 Km y una
altura de 2-3 Km. El exceso de masa topográfica en la dorsal es compensada por un
volumen de manto menos denso bajo la dorsal. Un ejemplo de este régimen es Islandia.
2. Rift continental
Estructuralmente un rift es un bloque elongado con fallas normales o graben. Los rift
presentan una corteza y un perfil de manto superior anómalo, que se interpreta como el
resultado del adelgazamiento y extensión litosférico o como un diapirismo astenosférico.
Estas dos formas de rifts son distinguibles en sus estadios iniciales. Los rifts generados por
pluma o diapirismo comienzan con un abombamiento y presentan abundante vulcanismo en
sus estadios iniciales. Los rifts con adelgazamiento y extensión litosférica comienzan con un
graben y cuencas de sedimentación, desarrollando el vulcanismo en etapas más tardías
(Fig. 3.3). Dos ejemplos de sistemas de rift activos intra-continental son el Rift del Rhine y el
Afro-Arábigo.
37
Capítulo 3. Las tensiones naturales
and Range del oeste de U.S.A. Esta provincia es un “back-arc” continental, en la que la
extensión se inica con dirección WSW-ENE y va rotado a su posición actual, WNW-ESE
(Fig. 3.4).
Fig. 3.3. Modelos que ilustran los dos tipos de mecanismos de generación de
rifts. (a) Adelgazamiento litosférico por la convección del manto, con resultado
de abombamiento de la corteza y abertura del rift. (b) Inyección pasiva de
material astenosférico en la base de la corteza, siguiendo la fracturación
extensional de la litosfera continental (Turcotte y Emerman en Park, 1988).
38
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Fig. 3.5. Modelos para explicar las cuencas marginales o back-arc. (A)
Modelo de Karig: extensión back-arc. (B) Modelo ‘trench roll-back’, en el cual
hay un desplazamiento de la fosa y una variación del ángulo de subducción
(Park, 1988).
39
Capítulo 3. Las tensiones naturales
1. Subducción
El modelo de esfuerzos sobre regiones de subducción se caracteriza por desarrollar
algunas estructuras típicas y llevar sismicidad asociada (Fig.3.6).
Varios factores afectan a la geometría de las zonas de subducción, según Cross y Pilger
(1982) (Fig. 3.7):
40
Capítulo 3. Las tensiones naturales
41
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Según Cross y Pilger (1982), hay dos efectos adicionales que influyen en la geometría
de las zonas de subducción. El primer efecto se debe a que la acreción de sedimentos en
las fosas tiende a “allanar” la inclinación de la losa que subduce a profundidades
superficiales, ya que el peso del prisma acrecionario deprime la zona de placa anterior a la
subducción (Karig et al., 1976). El segundo efecto se debe a que una subducción larga y
continuada puede engrosar la placa superior debido al efecto acumulativo de la acreción y
depresión de las isotermas (James, 1972).
42
Capítulo 3. Las tensiones naturales
2. Colisión
43
Capítulo 3. Las tensiones naturales
44
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Park (1988) define dos tipos principales de modelos tectónicos de tipo regional, regiones
de borde de placa y regiones intraplaca.
En regiones de borde de placa los modelos de esfuerzos según Park (1988), son los
siguientes:
2. Regiones de intraplaca:
En regiones intraplaca se considera que los esfuerzos tectónicos se deben a las fuerzas
de empuje de la dorsal y fuerzas de colisión (slab-pull), sin considerar las fuerzas de
subducción-succión y las fuerzas resistentes al movimiento. Estos esfuerzos son muy
homogéneos a escala regional (1.000-5.000 Km).
Los esfuerzos en zonas de intraplaca han sido explicados por simple interacción de las
fuerzas de atracción de la placa que subduce y las fuerzas de empuje de la dorsal oceánica
o bien, por variaciones laterales de densidad en la litosfera.
45
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Dentro de las regiones intraplacas se han descrito varias regiones de gran extensión que
responden a modelos de esfuerzos intraplaca: Norteamérica, Europa occidental,
Sudamérica e Indo-Australia. En las tres primeras de estas regiones, el esfuerzo horizontal
máximo compresivo es muy uniforme. En Norteamérica la dirección predominante es NNE,
en el Oeste de Europa la dirección es NNW y en Sudamérica la dirección del esfuerzo es E-
W, excepto en la cuenca amazónica y en los Andes. Las fuerzas de empuje de dorsales son
buenos indicadores de las direcciones de los máximos esfuerzos horizontales en estas tres
regiones (Fig 3.10). En la placa Indo-Australiana los esfuerzos tienen una orientación
variable, la compresión en India es próxima a N-S, rotando a NW en el océano Indico y
llegando a ser próxima a E-W en el oeste de Australia (Fig. 3.10).
46
Capítulo 3. Las tensiones naturales
47
Capítulo 3. Las tensiones naturales
48
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Por otro lado, Zoback et al. (1989) propone dos tipos de modelos de esfuerzos en
función del régimen tectónico predominante:
1. Regiones intraplaca
2. Áreas continentales con elevaciones anómalas
En las áreas continentales con elevaciones anómalas, predominan las fallas normales o
combinadas con direccionales y se dan en gran variedad de escenarios tectónicos, como
son:
a. Amplias zonas de cizalla (Oeste de Norte América).
b. Regiones de intraplaca (rift de Baikal y rift africano).
c. Zona de colisión continental (Himalaya).
d. Región sobre una zona de subducción (Andes).
e. Región “back-arc” (cuenca de las Marianas y cuencas del oeste del Pacífico).
49
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Fig. 3.11. Mapa de esfuerzos global, se muestran las principales direcciones de los esfuerzos
basándose en la base de datos global. Las líneas delgadas y continuas indican las trayectorias de
velocidad absoluta de las placas. Las regiones compresivas están indicadas por las flechas
convergentes y las regiones extensivas por las flechas divergentes, en cambio las regiones de
fallas en dirección se muestran con dos pares de flechas (Zoback, 1992).
50
Capítulo 3. Las tensiones naturales
51
Capítulo 3. Las tensiones naturales
52
Capítulo 3. Las tensiones naturales
53
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Fig. 3.16. a) Variación de los esfuerzos con la profundidad para una litosfera continental de 35 Km de
espesor y después de 1 m.a. desde la aplicación de una fuerza tectónica tensional de 1012 N/m2, con
gradiente geotérmico frío, medio y caliente. b) Variación de los esfuerzos con la profundidad para (i)
una corteza delgada (20 Km), (ii) corteza media (35 Km) y (iii) corteza gruesa (60 Km) después de 1
M.a. y un gradiente geotérmico medio (Kusznir, 1991).
La resistencia de la litosfera está controlada por la reología del cuarzo y feldespato para
una litosfera térmicamente joven, y por la reología del olivino para una litosfera antigua. Por
tanto la resistencia de la litosfera se encuentra influenciada por el espesor de corteza y
disminuye con el aumento de espesor (Kusznir y Park, 1986) (Figs. 3.17 y 3.18).
El grado de amplificación de los esfuerzos definido por Kusznir y Bott depende del
espesor de corteza, de su comportamiento tensodeformacional y de la magnitud de las
fuerza actuantes en la litosfera. En zonas cratonizadas el efecto del empuje de las placas
tectónicas por si mismo no justificaría las altas tensiones medidas en dichas zonas (Kusznir
y Park, 1986). Sin embargo, debido al mayor espesor de corteza y al efecto de amplificación
54
Capítulo 3. Las tensiones naturales
55
Capítulo 3. Las tensiones naturales
56
Capítulo 3. Las tensiones naturales
Fig. 3.19. Esfuerzos horizontales en zona de escudo y en la región Basin and Range (USA).
Se muestra como en función del tiempo, un esfuerzo uniforme de 10 MPa va disminuyendo por
un proceso de fluencia, en la parte inferior de la litosfera, con un aumento progresivo de los
esfuerzos hacia la litosfera superior (Bott y Kusznir, 1984).
57
Capítulo 3. Las tensiones naturales
58
CAPÍTULO 4. FACTORES INFLUYENTES EN EL ESTADO DE ESFUERZOS
El espesor de corteza junto con el gradiente geotérmico y la edad de las rocas, permiten
establecer o diferenciar distintos medios geodinámicos. A igualdad de espesor de corteza, el
factor dominante es el gradiente geotérmico, por lo que en regiones de gran espesor de
corteza, como cratones y cadenas montañosas de gran espesor, los esfuerzos serían más
elevados en las regiones montañosas dado que el gradiente geotérmico es superior. Los
gradientes geotérmicos suelen estar asociados a la edad de la corteza, siendo mucho más
fríos los cratones (con edades de hasta 3600 m.a.), que en zonas de corteza más joven,
como las situadas en las proximidades a bordes de placa.
Cuando los gradientes geotérmicos son semejantes, el espesor de corteza es el factor
dominante en el estado de esfuerzos. Según Kusznir y Park (1986), si solo actuaran las
fuerzas de empuje de las placas tectónicas, a mayor espesor de corteza, los esfuerzos
horizontales serían menores que para regiones con bajos espesores de corteza. Sin
embargo, en algunas regiones de escudo no se dan estas condiciones, encontrándose
tensiones horizontales elevadas, debido a amplificaciones locales (Zoback, 1992).
La alta resistencia de las rocas suele estar relacionada a una elevada elasticidad. Las
propiedades elásticas junto con la resistencia, son las que permiten establecer un
comportamiento frágil o dúctil de las rocas. Los macizos rocosos formados por materiales
61
Capítulo 4. Factores influyentes
resistentes y elásticos soportan mayores esfuerzos, antes de llegar a su rotura, que rocas de
comportamiento dúctil, cuya deformación se libera de forma elastoplástica e incluso fluencia.
Martin (2008) determinó que las fracturas se inician cuando la magnitud de los esfuerzos
son del orden del 40 al 50% del valor de la resistencia a compresión simple de rocas de alta
resistencia (Fig. 4.1). La extensión de una fractura producida por la aplicación de esfuerzos
es mayor según sea mayor la relación entre σmáximo y σc de la roca intacta (Hoek y Marinos,
2009).
Gunzburger y Cornet (2007) determinaron que los macizos con altos coeficientes de
Poisson, como consecuencia de las anisotropías geológicas del macizo, producían un
aumento del valor de K.
62
Capítulo 4. Factores influyentes
(Goodman, 1980). En este ejemplo se consideran dos formaciones rocosas, una rígida y
competente (areniscas) y otra más blanda que la rodea (esquistos) y se analizan dos perfiles
de un túnel a diferente profundidad.
A lo largo del perfil AA’ (Fig. 4.2) los anticlinales situados a ambos lados desvían los
esfuerzos hacia el centro del sinclinal, de manera que los esfuerzos verticales casi
desaparecen bajo las estructuras de anticlinales y aumenta el valor medio en los sinclinales.
En el perfil BB’ el esfuerzo vertical a través del sinclinal es aún mayor que en el caso AA’,
debido a la mayor competencia y peso adicional de la capa de arenisca.
En la Figura 4.3 se observa la variación de la magnitud del esfuerzo vertical a lo largo de
los perfiles AA’ y BB’. En esta gráfica se muestra que en rocas plegadas el campo de
esfuerzos a una profundidad determinada no es uniforme.
Fig. 4.3. Variación de la magnitud de los esfuerzos verticales a lo largo del perfil de
un túnel a dos profundidades diferentes. Los perfiles AA’ y BB’ atraviesan una
formación sedimentaria plegada constituida por una unidad resistente intercalada
sobre dos unidades más débiles (Goodman, 1980).
63
Capítulo 4. Factores influyentes
En las proximidades de la falla de San Andrés se han realizado 8 sondeos con ensayos
de hidrofracturación, alcanzándose profundidades de hasta 849 m y situados a diferentes
distancias de la falla. Los sondeos permitieron obtener dos perfiles tensionales, uno a cada
lado de la falla. La distancia respecto a la falla está entre 2 y 34 Km. De dichos perfiles se
han conseguido varias conclusiones relacionadas con el efecto tensional en la proximidad
de una falla (Fig. 4.4) (Zoback et al., 1980):
64
Capítulo 4. Factores influyentes
Por otro lado, también hay que tener en cuenta la evolución del comportamiento de las
rocas ante grandes tensiones, o ante tensiones de magnitud moderada pero aplicadas
durante largo tiempo y de forma constante. Los esfuerzos máximos alcanzados por la roca
dependen de la duración del intervalo de tiempo entre la precarga y la recarga de la roca y
de la duración de la aplicación de la carga (Lavrov, 2003). Estos procesos se analizan en el
denominado efecto Kaiser, a partir del cual se pueden medir tensiones aunque las fuerzas
generadoras hayan cesado.
Por otro lado, Goodman (1980) afirma que el esfuerzo residual puede llegar a ser
constante y se vuelve asintótico con respecto al tiempo (Fig. 4.5).
65
Capítulo 4. Factores influyentes
Juntas, fracturas y fallas inciden disminuyendo los esfuerzos necesarios para alcanzar la
rotura frágil en la roca (Griggs et al., 1960). Este aspecto se observó en las medidas in-situ
de esfuerzos. En un macizo muy fracturado, las tensiones esperables son generalmente
más bajas que en regiones próximas a fallas o con muy pocas discontinuidades. El aumento
o disminución de la magnitud de los esfuerzos se debe en muchos casos a la influencia local
de discontinuidades, diques, fallas, heterogeneidades, cuerpos intrusivos y pliegues, así se
muestra en casos donde las fallas inducen medidas de esfuerzos asimétricas (Judd, 1964),
con variaciones de hasta decenas de MPa en zonas de fallas y zonas de cizalla en
Escandinavia (Stephansson, 1993).
66
Capítulo 4. Factores influyentes
topográficos o del relieve, rebote glacial, cargas producidas por montañas submarinas o el
abombamiento de la litosfera oceánica.
Las cargas sedimentarias sobre una litosfera elástica causan una desviación importante
de las tensiones e inducen esfuerzos de tipo flexural que pueden alcanzar varios centenares
de MPa, llegando a perturbar el campo de esfuerzos regional a distancias de hasta 1000
Km. En los márgenes continentales pasivos estas cargas son la principal fuente de
esfuerzos.
67
Capítulo 4. Factores influyentes
Un ejemplo del efecto del relieve sobre las tensiones se observa en el Himalaya y Tíbet,
considerando que la superficie se comporta elásticamente y asumiendo que el efecto de la
carga vertical es proporcional a la elevación en cada punto. Burchfiel et al. (1985), suponen
que los esfuerzos extensionales subhorizontales pueden interpretarse como un resultado
directo de la acción de la gravedad, debida a que la diferencia de elevación topográfica entre
el antepaís que forma India y el borde sur de Tíbet va aumentando. Este aumento puede
llegar al punto de que los esfuerzos generados son tan elevados que superan la resistencia
de la corteza superior y se produce el colapso gravitacional.
Otro factor influyente en el estado tensional son los procesos de erosión y denudación,
que pueden ser responsables de altos esfuerzos horizontales a profundidades superficiales
Voight (1966b). En una región en la que se produzca variaciones tensionales debidas a la
erosión se da lugar a un nuevo estado de esfuerzos horizontales, definido por la expresión
(4.3):
1
H= K· v , siendo K= K0+ K 0 Z · (4.3)
1 Z
Haxby y Turcotte (1976) afirman que el estado de esfuerzos inducido por erosión está
compuesto por tres componentes, una es debida a la reducción de la carga sedimentaria,
otra está asociada al reajuste por el levantamiento isostático y la última componente es de
tipo térmico, debido al descenso térmico que se produce.
68
Capítulo 4. Factores influyentes
En el estudio de los esfuerzos in-situ hay que tener en cuenta tres tipos de efectos
escala:
- Efecto escala en los esfuerzos: Se debe a la propia definición de esfuerzo, ya que es
un concepto limitado a un punto. Además, los esfuerzos están definidos a partir de
una mecánica continua, de forma que el material considerado está distribuido de
forma continua y homogénea a través de su volumen y rellena completamente el
espacio. Debido a la compleja naturaleza de la roca, los esfuerzos in-situ tanto a
microescala como a escala regional son intrínsecamente no uniformes, por tanto, la
propia no uniformidad de los esfuerzos genera efectos a escala local. Este tipo de
efecto escala está relacionado con la geología y las condiciones de borde aplicados
en el estudio.
- Efecto escala sobre las medidas instrumentales de esfuerzos: Las medidas abarcan
diferente volumen de roca y las propiedades de la roca cambian con el volumen. Con
esta afirmación cabría esperar que las medidas tomadas a partir de diferentes
métodos no fueran comparables, pero hay estudios donde se demuestra que no es
así y que los resultados obtenidos son comparables, a pesar de las diferencias de
volumen de roca ensayada. También se han observado mayores variaciones de
tensiones cuando los métodos de medida comprenden pequeños volúmenes, ya que
si se ensayan grandes volúmenes los efectos producidos por las irregularidades se
anulan.
Existe un volumen elementalmente representativo (REV) en el cual la dispersión de
las medidas es mínima. El REV en el estudio de los esfuerzos debe cumplir las
siguientes características: el REV ensayado debe ser más pequeño que el REV de la
variable que se va a medir, el material perteneciente al REV debe ser continuo y
homogéneo y por último, el REV no puede utilizarse para modelar fenómenos que
ocurren a escala menor que el propio REV (Amadei y Stephansson, 1997).
El efecto escala sobre las medidas de esfuerzos tiene importancia sobre esfuerzos
residuales. Hyett, Dyke y Hudson (1986) observaron que los esfuerzos residuales
aumentan cuando el volumen de roca disminuye de macro a microescala, debido a
que al aumentar el volumen, el número de discontinuidades es mayor y dichas
discontinuidades no transmiten los esfuerzos residuales.
- Efecto escala en las propiedades de la roca ensayada: Los esfuerzos in-situ no
pueden ser medidos directamente pero pueden ser deducidos a partir de la
respuesta tenso-deformacional de la roca. Por tanto, para calcular los esfuerzos in-
situ se debe conocer las propiedades tenso-deformacionales de las rocas (módulo de
Young, módulo de Poisson, σt, σc), siendo dichas propiedades dependientes de la
escala.
69