TFM Parra Quiñones
TFM Parra Quiñones
TFM Parra Quiñones
Emociones y aprendizaje.
La dimensión socio-afectiva en la enseñanza de
lenguas extranjeras
Julio de 2014
Máster en Españ ol como Lengua Extranjera (V Edición)
Emociones y aprendizaje.
La dimensión socio-afectiva en la enseñanza de
lenguas extranjeras
Fdo.: María del Carmen Parra Quiñones Fdo.: Dra. Isabel Iglesias Casal
[…] se ha hecho evidente que cualquier descripción de la naturaleza humana
que ignore la motivación y la emoción tiene una utilidad limitada para facilitar
el aprendizaje y la pedagogía. Al fin y al cabo, las personas no son ordenadores.
I
ÍNDICE
Agradecimientos …………………………………………………………...……...……I
Índice ………………………………………...………………………………………...II
Introducción …………………………………….……………...………………………7
PARTE I
1. El componente afectivo en el aprendizaje de lenguas extranjeras ……...…10
2. Principales factores afectivos implicados en el proceso enseñanza-
aprendizaje ……………………………………………………………………13
2.1 La ansiedad……………………………………………………………..…..14
2.1.1 Desencadenantes……………………………………..…………...15
2.1.2 Efectos y tipos de afrontamiento………………………………….16
2.1.3 Relación con el lenguaje……………………….…………………17
2.1.4 Evaluación y estrategias de intervención……………..………..…18
2.2 La extroversión y la introversión………...…………………………………22
2.3 El autoconcepto y la autoestima……………..……………………………..25
2.3.1 Autoconcepto……...……………………………………………...25
2.3.2 Autoestima……..………………………………………………....27
2.3.3 Patrones de pensamientos desadaptativos………………………..29
2.3.4 Autocompetencia………………..………………………………..31
2.4 Las actitudes y las creencias………………………………………………..32
3. El esfuerzo emocional de enseñar ……………………………………………36
3.1 Síndrome Burnout en la profesión docente………………..………..37
PARTE II
4. La motivación en el aprendizaje de lenguas extranjeras ………..……..…..42
4.1 Concepto de motivación………………………………………………....…43
4.2 Perspectivas de estudio de la motivación………………………………..…44
4.2.1 Perspectiva psicológico social…………….…………………...…45
4.2.2 Perspectiva cognitiva……………………………………………..48
4.2.3 Nuevas perspectivas………………………………………………50
5. Motivación y cognición ………………………………………………………..52
6. Tipos de motivación …………………………………….…………….………57
6.1 Motivación intrínseca vs. extrínseca………………………….………….…57
7. La motivación hacia la lengua extranjera en entornos formales de
aprendizaje …………………………………………………………….…...…61
7.1 El papel del profesor en la motivación……………………………..………62
7.2 Incidencias motivacionales en los métodos de enseñanza………………….63
7.3 Factores instruccionales en el aula para incentivar la motivación……….....64
PARTE III
8. Propuesta de actividades ………………………………………………..…..…70
8.1 Actividad nº1: Cooperación………………………...………………71
8.2 Actividad nº2: Material auténtico………………………...………...72
8.3 Actividad nº3: Choque cultural…………………………………….75
8.4 Actividad nº4: Competencia……...……………………………...…81
8.5 Reflexiones…………………………………………………………82
Conclusiones …………………………………………..………………………………84
Referencias bibliográficas……………………...……………………………………..86
ANEXOS ………………………………………………………………………………91
II
INTRODUCCIÓN
Nuestro sentido común nos invita a pensar que existe una mayor probabilidad de
aprendizaje cuando queremos aprender, motivo por el cual los docentes seguramente
señalarán la motivación como el factor de mayor influencia en el aprendizaje.
7
Siguiendo a Francisco J. Lorenzo (2004: 322) «la motivación, al relacionarse
directamente con el rendimiento y éste con la eficacia de la enseñanza y los niveles de
aprendizaje, está llamado a ocupar un puesto ordinario como perspectiva de
investigación». En virtud de ello, las actuaciones del profesorado deberán estar dirigidas
a evitar los fracasos que experimenten sus alumnos, no tanto por sus aptitudes, como
por su falta de motivación, eludiendo el desarrollo de creencias de falta de competencia,
bajas expectativas de logro, escasa implicación en las tareas y bajo rendimiento escolar.
8
PARTE I
1
EL COMPONENTE AFECTIVO
EN EL APRENDIZAJE DE LENGUAS EXTRANJERAS
10
La dimensión afectiva de la enseñanza no se opone a la cognitiva. Cuando ambas
se utilizan juntas, el proceso de aprendizaje se puede construir con unas bases más
firmes. Ni los aspectos cognitivos ni los afectivos tienen la última palabra y, en
realidad, ninguno de los dos puede separarse del otro.
En las últimas décadas del pasado siglo, ha ido en aumento el interés por parte
de los investigadores respecto a las variables afectivas que influyen en el aprendizaje de
lenguas extranjeras. Una posible contribución a este cambio de perspectiva de estudio
puede ser la tendencia adoptada en la enseñanza de idiomas al situar al aprendiz en una
posición central. La cita de Marta Baralo (1998: 57) nos clarifica dicha hipótesis:
11
Para que la adquisición tenga lugar y que funcionen los datos de entrada
comprensibles [...] es necesario que las condiciones afectivas sean óptimas, es
decir, que el que adquiera la LE esté fuertemente motivado, que tenga confianza y
seguridad en sí mismo y que no esté ansioso. Cuando no se cumplen estas
condiciones, los aprendices están a la defensiva, el filtro afectivo está alto, y los
datos de entrada no funcionan, esto es, no desencadenan la adquisición.
Por otro lado, la gran influencia de la Hipótesis del Filtro Afectivo de Stephen D.
Krashen1 dejó su huella en la metodología y la teoría de la enseñanza de lenguas que
fueron desarrolladas en la década de los 80, como la Sugestopedia, el Método Natural o
el Aprendizaje del Idioma en Comunidad, enfatizando la necesidad de concebir un
ambiente positivo y relajado en las aulas para un aprendizaje eficaz de lenguas
extranjeras.
Tras estas pinceladas sobre el contexto histórico del tema que nos atañe, nos
adentraremos en el análisis de los principales factores afectivos en el aprendizaje.
1
De acuerdo con la hipótesis del filtro afectivo, las actitudes o estados emocionales del alumno pueden
inhibir el proceso de adquisición. Para mantener el filtro afectivo lo más bajo posible hay que procurar
que la motivación sea alta, que la ansiedad se reduzca al mínimo y que el alumno confíe en sí mismo.
2
Según Daniel Goleman (2005), la mayoría de las emociones se consideran, por lo general,
negativas y, consecuentemente, perniciosas para la enseñanza-aprendizaje de una lengua
extranjera. Motivo por el cual, coincidimos con Jane Arnold y Douglas Brown (2000) al
afirmar que el hecho de estimular la empatía, la autoestima, la motivación y otras variables
emocionales positivas facilita el proceso de aprendizaje de un idioma.
12
2
PRINCIPALES FACTORES AFECTIVOS IMPLICADOS
EN EL PROCESO ENSEÑANZA-APRENDIZAJE
En esta sección del trabajo haremos un recorrido por los principales factores
afectivos implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje, indagando las diversas
maneras en las que la adquisición de segundas lenguas o lenguas extranjeras se ve
influenciada por la afectividad.
13
lengua materna, y los alterables por el modo de instrucción, entre los que se incluyen los
factores socio-psicológicos, como la actitud o la motivación. Según este autor, son estos
últimos los que deben ser tomados en cuenta por el profesorado y serán los que
abordaremos a continuación.
2.1 LA ANSIEDAD
Comentarios de nuestros alumnos, tales como «por mucho que intento estudiar
idiomas hay algo que impide avanzar» o «cuando el profesor me pregunta algo en
clase, me quedo en blanco», evocan el estado ansioso experimentado por estos. La
ansiedad es una respuesta emocional que se convierte, posiblemente, en el principal
factor afectivo que obstaculiza el proceso enseñanza-aprendizaje. Puede llegar a surgir
en cualquier momento de la etapa educativa, siendo la enseñanza de lenguas extranjeras
(LE) un marco especialmente favorable para ello, como constataremos a continuación.
Estamos ante una emoción básica, por formar parte de la dotación emocional de
toda persona, que toma prestados de otros procesos elementos de los que se sirve. Así,
recluta del miedo todos aquellos que sean considerados emocionales, del estrés su
sistema de felicitación y afrontamiento y, puntualmente, otros de los restantes procesos
psicológicos, optimizándolos de cara al desarrollo de sus intereses. Consecuentemente,
«más que una emoción en sentido estricto, se da una actitud emocional cognitiva, ya
que no es fruto de sus propios recursos». (Fernández-Abascal 2003: 280).
14
que realizar una actuación o alguna tarea». Por otra parte, John Heron (citado en
Arnold 2000: 26) hace referencia a la ansiedad existencial, que surge de una situación
de aprendizaje en grupo, y está constituida por tres componentes unidos entre sí: «La
ansiedad de aceptación: “¿Me aceptarán, gustaré, me querrán...?” […] La ansiedad de
orientación: “¿Comprenderé lo que sucede?” […] La ansiedad de actuación: “¿Podré
poner en práctica lo que he aprendido?”».
2.1.1 Desencadenantes
15
en muchos casos motivos de lo que John Heron (citado en Arnold 2000: 26) denomina
ansiedad arcaica, «una angustia reprimida del pasado: la herida personal, sobre todo de
la infancia, que ha sido rechazada para que el individuo pueda sobrevivir
emocionalmente». En el ámbito educativo son numerosas las situaciones de estrés y
vulnerabilidad que el alumnado debe afrontar: las evaluaciones, la metodología
adoptada, la sobrecarga de deberes, las exigencias del profesorado y/o de los padres
ante el rendimiento escolar, o el mero intento de expresarse delante de los demás con un
vehículo lingüístico inestable.
De acuerdo con el autor mencionado (2003: 296) casi podemos afirmar que en la
experimentación ansiosa existe una carencia de comunicación no verbal, debido a su
diversidad interindividual. Pero, a pesar de ello, se hallan características generales como
la hiperactividad, la paralización motora y los movimientos torpes o comportamientos
desorganizados. Entre los componentes no verbales del habla encontramos, por otro
16
lado, conductas de evitación concretadas en: comportamientos que manifiestan malestar
(desviar la mirada, llanto); inquietud motora (movimientos rígidos, manipulación de
objetos); exceso de tensión muscular (movimientos estereotipados, rigidez postural);
comportamientos consumatorios (comer, beber, fumar).
17
cometer algunos errores, que no correr ningún riesgo o correr riesgos extremos o
infundados.
13. La competitividad: sucede cuando los alumnos de idiomas se comparan con
otros o con una autoimagen idealizada que raramente pueden conseguir. Robin
C. Scarcella y Rebecca L. Oxford (ibíd., p. 82) coinciden en que este aspecto
puede relacionarse con la ansiedad, pero no en todos los alumnos.
14. La ansiedad social: según Mark R. Leary (ibíd., p 82), comprende «el miedo a
hablar en público, la timidez, el miedo escénico, la vergüenza, el temor a la
evaluación social y el temor a la comunicación» y ocurre cuando existe, o se
tiene en perspectiva, una evaluación interpersonal real.
15. La ansiedad ante los exámenes: puede formar parte de la ansiedad social, sobre
todo si el alumno debe expresarse en la lengua meta y podemos definirla
siguiendo a Irwin G. Sarason (ibíd., p. 82) como «la tendencia a alarmarse
respecto a las consecuencias de un rendimiento inadecuado en un examen o en
otro tipo de evaluación».
16. Identidad y choque cultural: Dolly Jesusita Young (ibíd., p. 83) sugirió que la
ansiedad es mayor si el alumno no se identifica con el grupo lingüístico. No
obstante, para otros alumnos la ansiedad puede producirse debido a una
exagerada identificación con el grupo lingüístico y al sentimiento de pérdida de
identidad personal. El choque cultural podemos definirlo según Paul S. Adler
(citado en Arnold 2000: 83), como «una forma de ansiedad producida como
consecuencia de la pérdida de signos y símbolos de relación social que se
perciben y entienden normalmente».
17. Creencias: se relacionan con la ansiedad las surgidas tanto por parte de los
alumnos, por ejemplo hablar con gran corrección o excelente acento, como por
parte de los profesores, por ejemplo el dirigir la enseñanza y ser autoritarios o
corregir todos los errores.
18
revisión de los instrumentos empleados para medir los efectos de la ansiedad, como por
ejemplo la Foreign Language Classroom Anxiety Scale de Elaine K. Horwitz, en los
que queda demostrada la relación establecida entre ansiedad y bajo rendimiento
académico, asociada con déficits en la comprensión oral, adquisición del léxico,
expresión, baja puntuación en los tests y/o baja calificación en los cursos de idiomas.
Asimismo, McIntyre (citado en Vega 2008: 6) considera que la ansiedad contribuye
negativamente en los contextos de aprendizaje al otorgar a los alumnos experiencias
consideradas como dificultosas para el procesamiento cognitivo de los contenidos (ver
Tabla 1).
Por otra parte, debemos también tener presente que este factor se relaciona
estrechamente con la edad, ya que como afirma Robert C Gardner (1985), los adultos en
general poseen unos niveles de ansiedad más altos que los niños y sugiere que la edad,
junto con el nivel de habilidad y la fase del proceso de aprendizaje, ha de tenerse en
cuenta a la hora de estudiar la ansiedad.
19
TABLA 1: Correlatos psicofisiológicos de la ansiedad en la clase de idiomas.3
EXPONENTES EXPONENTES
PSICOFISIOLÓGICOS ANSIEDAD ESPECÍFICA
ANSIEDAD EN LA CLASE DE IDIOMAS
• Aprensión • Deterioro de estrategias
• Preocupación comunicativas
• Miedo • Evitación de mensajes complejos y
• Sudores personales
• Palpitaciones • Baja comprensión y expresión oral
• Falta de concentración • Alta sintaxis
• Pérdida de memoria • Composiciones cortas y pobres
• Evitación • Olvidos y errores injustificados
• Faltas asistencia a clase
• Sobreesfuerzo compensatorio en el
estudio
• Creencias distorsionadas sobre el
aprendizaje
Como matiza Peter Skehan (citado en De Prada 1991: 142), una cierta dosis de
ansiedad puede ser beneficiosa, mientras que un exceso de ella puede conllevar la falta
de productividad. Por tanto, debemos preguntarnos si la ansiedad es potencialmente
positiva o negativa, teniendo en cuenta, por otro lado, que no todos reaccionan de la
misma forma cuando se ven envueltos en situaciones ansiosas. Desde el punto de vista
del aprendizaje, se convierte en tarea difícil saber si su presencia se canaliza de forma
adecuada, pero la crítica parece convenir en que puede suponer un detrimento para el
aprendizaje (Bernard Spolsky en De Prada 1991: 142), o en palabras de Jane Arnold
(2000: 27):
3
FUENTE: VICTOR M. RONCEL VEGA (2008). Autoconcepto, motivación y ansiedad en el aula de
idiomas. MarcoELE. Revista de didáctica ELE, 7.
20
existir algún tipo de ansiedad positiva en el contexto de aprendizaje en determinadas
situaciones. Véase el caso de la postulación de Oxford en la cual la denominada
ansiedad útil podría estar relacionada con parámetros como una elevada seguridad en sí
mismo o la práctica de la producción oral. En casos como estos, estaríamos ante una
ansiedad beneficiosa que mantiene al alumno en situación de alerta, atento al
aprendizaje del idioma.
• Ayudar a los alumnos para que comprendan que los episodios de ansiedad
pueden ser transitorios.
• Fomentar la autoestima y la confianza en los alumnos.
• Impulsar la asunción moderada de riesgos, así como la tolerancia a la
ambigüedad.
• Reducir la competitividad.
• Permitir que los alumnos empleen el idioma aun cuando la actuación no sea
perfecta.
• Animar a los alumnos a que se relajen a través de la música, la risa o los juegos.
• Hacer exámenes razonables (ejercicios conocidos y no ambiguos).
4
Puesta en marcha por Georgi Lozanov en Bulgaria, la Sugestopedia consiste en neutralizar la
ansiedad mediante una atmósfera agradable, música clásica y técnicas de relajación y
estiramientos.
5
Propuesta desarrollada por C.Gattegno en 1972, que consiste en fomentar el uso de la lengua por
parte de los aprendientes reduciendo al máximo la intervención del docente. El aprendizaje de
la lengua es concebido como un proceso de crecimiento personal y se orienta a la resolución de
problemas, a la creatividad y al descubrimiento.
6
Considera que los alumnos y el profesor constituyen una comunidad: el aprendizaje de la LE se
concibe como un logro colectivo, por lo que en el aula se fomenta la cooperación, no la
competitividad.
21
• Ayudar a los alumnos a que evalúen, de una forma realista, su propio
rendimiento.
• Ofrecer recompensas significativas.
• Realizar actividades variadas en estilos y en estrategias de aprendizaje.
• Capacitar a los alumnos para que reconozcan los síntomas y las creencias
ansiáticas.
• Ayudar a los alumnos a que hablen consigo mismos de manera positiva.
a. LA EXTROVERSIÓN Y LA INTROVERSIÓN
22
En nuestras aulas, los alumnos extrovertidos se mostrarán con ganas de hablar,
participar, contestar a las demandas, tomarán la palabra durante la realización de
exposiciones o expresarán sus opiniones en cuanto tengan la oportunidad. Por ello, la
extroversión puede ser vista como un rasgo positivo de la personalidad del alumno de
lengua extranjera. Sin embargo, también nos encontraremos con el otro extremo, con
alumnos incómodos a la hora de hablar en público, que no participen en las actividades
verbales y, por consiguiente, no realicen las interacciones necesarias para una adecuada
adquisición de la lengua extranjera. Varias son las razones que justifican el carácter de
ambas personalidades, siendo el docente el encargado de gestionarlas adecuadamente
para aprovechar una y otra, ya que según Mercè Bernaus (2001: 84):
Son numerosos los estudios realizados sobre la cuestión. Prueba de ello son los
nombrados por Daniel Madrid et al. (1994: 199): Else Hamayan demostró que una
elevada timidez va asociada a un bajo rendimiento en comprensión lectora; D.F.L.
Pritchard, por su parte, halló una alta correlación entre la sociabilidad de los estudiantes
y sus resultados en expresión oral, confirmada de nuevo en la investigación de Kenneth
Chastain con estudiantes universitarios de francés, alemán y español de un nivel
elemental. Harold B. Dunkel sostiene que los estudiantes introvertidos obtienen mejores
resultados que los extrovertidos, relación corroborada posteriormente por John C.
Smart, añadiendo la característica de la falta de espontaneidad en actividades de
socialización. Por último, en palabras de D. Bush (1981), «The hypothesis that
extroverts are more proficient in English was not supported […] introversion-
extraversion does not seem to have strong correlations with EFL proficiency»7.
Otros estudios interesantes son los llevados a cabo por Wankowski (citado en
Sánchez, 2013: 289), que señalan que extroversión e introversión se relacionan con la
7
«La hipótesis de que los extrovertidos son más competentes en Inglés no fue respaldada […]
introversión-extraversión no parecen tener una fuerte correlación con el dominio de EFL»
(Traducción ofrecida por la autora).
23
edad. De modo que la extroversión en los niños es un rasgo positivo, mientras que, a
partir de la pubertad, la introversión suele asociarse a logros académicos. Para dicho
investigador este cambio es debido a la modificación en la tipología de actividades que
se van desarrollando en clase: cuanta más especialización, más trabajo individual y
reflexivo.
Por todo ello, no podemos extraer conclusiones respecto a cuál de las dos
características, si la extroversión o la introversión, está directamente asociada con el
éxito en el aprendizaje de idiomas, pues los estudios realizados en este campo presentan
bastante limitaciones y no parecen contemplar las posibles divergencias que puedan
resultar si fuesen realizados en contextos académicos o en contextos comunicativos
naturales. Lo que sí podemos asegurar es que la tipología de actividades planteadas será
más apropiada para una que para la otra. De este modo, como profesionales en la
enseñanza de lenguas extranjeras, debemos ser comprensivos con la reticencia que
muestra el alumnado a participar en actividades que conlleven un carácter abierto y una
sociabilidad patente, al mismo tiempo que animar al incremento de la participación
adecuadamente, sin dejar a un lado el contexto y necesidades interculturales, ya que
como afirman Peter D. MacIntyre y Catherine Charos (citado en Shahila Zafar y K.
Meenakshi, 2012: 36):
8
«… para el rendimiento académico en general, comúnmente es la introversión el rasgo más
deseado a tal fin. Sin embargo, para el aprendizaje de idiomas, el rasgo deseado para conseguir
tal finalidad puede ser tanto la extroversión como la introversión, dependiendo del contexto de
aprendizaje y de los métodos de instrucción» (Traducción ofrecida por la autora).
24
2.3 EL AUTOCONCEPTO Y LA AUTOESTIMA
2.3.1 Autoconcepto
Muchas han sido las escuelas psicológicas que han estudiado el concepto del sí
mismo, desde la corriente fenomenológica, la psicología humanista, la teoría
psicoanalítica, la conductista o el enfoque cognitivo. William W. Purkey (citado en
Núñez y González-Pienda 1994: 34) define el autoconcepto como «un sistema complejo
y dinámico de creencias que un individuo considera verdaderas respecto a sí mismo
teniendo cada creencia un valor correspondiente». Richard J. Shavelson, Judith J.
Hubner y George C. Stanton (citado en Núñez y González Pienda 1994: 34-35)
siguiendo la anterior definición, entienden el autoconcepto como:
[…] las percepciones que una persona mantiene sobre sí misma y que han sido
formadas a través de la interpretación de la propia experiencia y del ambiente,
siendo influenciadas, de manera especial, por los refuerzos y feedback de los otros
significativos así como por los propios mecanismos cognitivos tales como las
atribuciones.
25
también llamados possible selves, que influyen sobre la conducta por medio de las
expectativas, la interpretación de las distintas situaciones y de la información que será
seleccionada, o afectando a las inferencias que se realicen (Miras en González-Pienda
1997: 281). Esta aproximación al autoconcepto, contempla las aportaciones iniciales de
William W. Purkey y Richard J. Shavelson, al sumar a los aspectos descriptivos y
estructurales aquellos organizativos y dinámicos. En suma, el autoconcepto, siguiendo a
Hazel Rose Markus y Shinobu Kitayama (en González-Pienda 1997: 281):
26
la tipología de estimación adoptada.
Por otra parte, existen investigaciones que ponen de manifiesto el aumento de la
implicación activa del sujeto en el proceso de aprendizaje cuando se siente
autocompetente (José C. Núñez, González-Pienda et al. en González-Pienda 1997: 283),
proyectando su influencia tanto sobre las estrategias cognitivas y metacognitivas, como
en su rendimiento académico. Causa por la que el concepto que el alumno posea de sí
mismo facilitará o dificultará su aprendizaje académico, así como el tipo de relaciones
interpersonales que establezca con los demás, generándole expectativas de éxito o de
fracaso que repercutirán sobre su motivación y rendimiento.
2.3.2 Autoestima
Según Nathaniel Branden (citado en De Andrés 2000: 105) todos los problemas
que puedan tener los sujetos, a excepción de aquellos biológicos, están relacionados con
una baja autoestima. En el ámbito educativo, hallamos una fuerte correlación entre una
baja autoestima por parte del alumnado y una incapacidad para alcanzar el potencial de
aprendizaje de los mismos (William W. Purkey y Peter Gurney en Verónica de Andrés
2000: 105). Este vínculo existente entre la autoestima, las relaciones sociales y el
rendimiento académico es el que observamos en nuestras aulas y el que desarrollaremos
a continuación.
27
maintain with regard to themselves; it expresses an attitude of approval or
disapproval, and indicates the extent to which individuals believe themselves to be
capable, significant, successful and worthy. In short, self-esteem is a personal
judgement of worthiness that is expressed in the attitudes that individuals hold
towards themselves. It is a subjective experience which the individual conveys to
others by verbal reports and other overt expressive behavior. 9
Los programas y los esfuerzos que se limitan a hacer que los alumnos se sientan
bien son propensos a tener pocos efectos duraderos, porque no aciertan a fortalecer
las fuentes internas de la autoestima, que se relacionan con la integridad, la
responsabilidad y el logro. Solo tratando estas áreas se puede construir con eficacia
la autoestima.
9
Traducción ofrecida por Verónica de Andrés (2000: 105): Por autoestima nos referimos a la
evaluación que realiza el individuo y que mantiene habitualmente respecto a sí mismo; expresa
una actitud de aceptación o no aceptación e indica hasta qué punto un individuo se cree capaz,
importante, triunfador y valioso. En pocas palabras, la autoestima es un juicio personal sobre la
valía que se expresa en las actitudes que mantiene el individuo consigo mismo.
28
posible que lo indiquen su tiranía y presuntuosidad. Dicho autor, señaló que tal estima
de los niños depende de las experiencias que mantienen con el entorno, de la
consideración que de ellos tienen otras personas significativas como padres, profesores
y compañeros, y de la consideración que tienen de sí mismos. Además, existe una
correlación significativa entre autoestima y locus de control10, encontrándonos sujetos
con baja autoestima que atribuyen sus éxitos a factores externos e incontrolables (azar),
y sus fracasos a factores internos estables e incontrolables (baja capacidad). Por otro
lado, existen sujetos con alta autoestima que atribuyen sus éxitos a factores internos y
estables (capacidad) o a factores internos, inestables y controlables (esfuerzo) y sus
fracasos a factores internos y controlables (falta de esfuerzo).
[…] al ser uno de los espejos más importantes por el que los niños descubren
quiénes son, estamos en una posición privilegiada para crear las condiciones
propicias o perjudiciales para su autoestima. Se ha dicho que los padres tienen la
llave de la autoestima de los niños, pero los profesores tienen una de repuesto.
10
Locus de control (LoC) es un término derivado de la teoría del aprendizaje social de Julian
Rotter (1954) y hace referencia a las creencias que cada persona tiene respecto al control que
ejerce sobre los acontecimientos de la vida: aquellos que se sienten responsables de todo lo que
sucede en su vida son internalizadores (locus de control interno), mientras que las personas que
creen que todo lo que les acontece está determinado por fuerzas fuera de su control, como el
destino o la suerte, son externalizadores (locus de control externo).
29
exteriorizan, así como tampoco su estado emocional. Podemos intentar cambiar
sus pensamientos por otros más ajustados como: «Esta oración me ha salido
mal. Sin embargo, ayer hice una que me salió bien. En otras ocasiones he hecho
algunas oraciones bien. Los idiomas son mucho más que unas cuantas
oraciones».
• Abstracción selectiva: la presentan aquellos que se centran solo en un detalle
negativo. Por ejemplo, un alumno que se entristece después de haber mantenido
una conversación con sus compañeros porque, a pesar de haber acertado
gramaticalmente, cometió un error de pronunciación en una palabra, lo que dio
lugar a ciertas risas entre los compañeros. Esta situación provoca pensamientos
autoevaluativos desadaptativos por lo que procuraremos recrear otros que
salvaguarden la integridad personal, como: «Lo hice bastante bien. Lástima de
ese pequeño fallo, pero no tiene gran importancia ya que, en general lo hice
bien. Debo alegrarme por ello».
• Inferencia arbitraria: consiste en sacar conclusiones sin que se posean los datos
suficientes para ello. Ejemplo de ello sería el pensamiento «Nadie cuenta
conmigo», después de que ese alumno intentara estar con otros compañeros para
un trabajo grupal, obteniendo un no por parte de ellos. En estos casos los
pensamientos más adaptativos deben ser del tipo «La verdad es que he llegado
un poco tarde. No pasa nada, puedo estar en otro grupo. No me sirve de nada
estar enfadado por eso».
• Magnificar: cuando los alumnos hipervaloran los aspectos negativos de lo
ocurrido. Por ejemplo, un alumno que le da demasiada importancia a que otro de
sus compañeros esté molesto por su causa debido a cualquier motivo simple. Es
deseable que el alumno tenga pensamientos como «No voy a hacer caso a si está
molesto o no. Parece que yo siempre tenga la culpa y no es así. No haré caso de
eso».
• Minimizar: significa dar escasa importancia a los buenos comportamientos o a
los logros conseguidos. Es el caso de que un alumno no le dé importancia a
haber aprobado un examen, cuando lo habitual en esa materia es precisamente lo
contrario. Para reforzar el autoconcepto académico y aumentar su autoestima, es
deseable pensamientos del estilo «¡No está mal! Yo que siempre suspendía.
¡Qué bien! Puedo seguir así».
30
• Personalizar: consiste en atribuirse los motivos por los cuales se es culpable de
los acontecimientos. Estamos ante el denominado locus de control interno, que
provoca pensamientos de autopunición. Este tipo de alumnado debería tener
pensamientos como «Puedo tener yo la culpa, pero si es verdad que la tengo yo,
debo cambiar para la próxima ocasión y no debo sentirme infeliz por ello».
• Pensamiento dicotómico: alumnos que tienden al empleo de expresiones
referentes al todo o a la nada, a todos o a ninguno, a siempre o a nunca. Este tipo
de pensamiento tiene un carácter maximalista, al absolutizarlo todo sin dar
cabida a alguna posibilidad intermedia. Por ejemplo, cuando un compañero no
es elegido en una actividad puede pensar «A mí nunca me eligen», debiendo
fomentarles pensamientos como «Esta vez me ha salido mal, pero en otras
ocasiones me ha salido bastante bien. No me han elegido esta vez. Sin embargo,
la semana anterior sí fui elegido».
2.3.4 Autocompetencia
Por contra, los mismos autores señalan que si los constructos de su autoconcepto
son negativos, las manifestaciones conductuales serían las siguientes:
31
• Inhibición en las relaciones interpersonales.
• Evitación de situaciones comprometidas.
• Individualismo.
• Búsqueda permanente de feedback en los demás acerca de la valoración que
hacen de su comportamiento.
32
presentar variedad de actitudes hacia la lengua objeto de estudio, su comunidad de
hablantes o el valor de su conocimiento. Dichas actitudes, favorables o desfavorables,
tienden a mantenerse estables en el tiempo –aunque existe la posibilidad de
modificarlas– y son importantes debido a que conforman antecedentes de
comportamientos, predisponen al alumno a comportarse de una manera determinada y a
realizar el esfuerzo necesario para aprender o no una lengua:
Las creencias actúan como filtros muy fuertes de la realidad. […] Las creencias
negativas y positivas de nuestros alumnos pueden influir enormemente en el éxito
de su aprendizaje. […] Las creencias negativas influyen en las expectativas de
nuestros alumnos. Las bajas expectativas producen un nivel más bajo de
motivación y cada fracaso se ve como una confirmación de las creencias iniciales.
(Puchta 2000: 263).
Estas creencias que tienen nuestros alumnos, pueden ser falsas y actuar como
elementos perjudiciales. Generalmente, lo que los individuos piensan u opinan sobre
una lengua tiene relación con el aprendizaje de otras lenguas cercanas geográficamente
o constituyentes de un objeto habitual de la enseñanza-aprendizaje. Aquilino Sánchez
(2004: 62) nos ofrece al respecto, algunos ejemplos que podemos oír en el caso de
españoles que aprenden otro idioma: «el inglés es una lengua difícil de pronunciar,
pero su gramática es muy fácil», «el alemán es una lengua muy difícil, porque tiene
declinaciones y las palabras son muy diferentes» o «el italiano es muy fácil, porque se
parece mucho al español». Afirmaciones y juicios que, como indica el autor «son muy
superficiales y, en ocasiones, incluso erróneos», pero actúan como resortes psicológicos
que condicionan la actitud inicial hacia una lengua determinada.
33
own actions through the construction of elaborated possible selves achieving the desired
goal may directly facilitate the translation of goals into intentions and instrumental
actions»11.
Por otro lado, al igual que cada profesor tiene su método y manera de enseñar,
los alumnos tienen sus propias convicciones al respecto y esperan que el profesor se
ajuste a su particular visión metodológica. Son numerosos los alumnos que comparten
la creencia de que se necesita aprender bien los aspectos gramaticales de una lengua y
que si el profesor no la explica en profundidad, no pueden aprender correctamente esa
lengua. Los alumnos tienen sus preferencias y estas no van necesariamente por el
mismo camino que los esfuerzos del profesor, en palabras de Aquilino Sánchez (2004:
62-63):
11
«Imaginando las propias acciones mediante la construcción de elaborados y posibles sí mismos
que logran el objetivo deseado, puede facilitar directamente la traducción de los objetivos en
intenciones y acciones instrumentales» (Traducción ofrecida por la autora).
34
En el aula de idiomas la actitud del profesor es especialmente relevante en lo
referido al alumnado y a la lengua que enseña y todo aquello que va unido a ella, es
decir, tanto sus hablantes, como el país y la cultura, siendo múltiples actitudes las que
puede llegar a adoptar:
35
3
EL ESFUERZO EMOCIONAL DE ENSEÑAR
La figura del profesor a menudo es vista de una forma idealizada, como alguien
dedicado a la entrega y compromiso de los demás en una profesión apasionante.
Alejados de esta visión utópica hemos de decir que, la función de educar, cuenta con un
rango de emociones negativas tales como el estrés generado por las expectativas del
docente y las de los demás, la tensión y ansiedad inherente a su actividad, la frustración
al no conseguir hacer las cosas como esperaba, la envidia por sus colegas más eficaces o
el miedo por sentirse solo ante su clase.
Los profesores, además, no se relacionan solo con el grupo-clase sino que deben
mantener contacto con otros individuos como los padres de aquellos, los compañeros de
trabajo o la administración para la cual trabajen, y cada uno de ellos requiere un estilo y
un esfuerzo emocional distintos. La psicología ha indicado este esfuerzo emocional que
supone la gestión o el cambio de emociones para poder representar adecuadamente el
rol profesional.
Hemos de destacar la interacción que mantiene con los alumnos, por centrarse su
labor en el proceso de enseñanza y aprendizaje. En dicha interacción prevalece, como
señala Andy Hargreaves (citado en Fernández-Abascal 2003: 480), una doble distancia,
encontrando por un lado una relación de conocimiento y poder asimétrica y, en algunos
casos, una relación adulto/niño. Cuando la distancia entre ambos es propicia a un no-
alejamiento de la figura del profesor, se produce una aportación de emociones positivas
al profesorado al sentirse admirados y queridos por sus alumnos, tanto de forma
explícita, por ejemplo a través de comentarios verbales, como implícitas, creando una
atmósfera agradable y positiva en el aula. En cambio, cuando las interacciones son
producidas en situaciones emocionalmente complejas, los profesores se protegen del
desgaste que suponen, por ejemplo, convirtiendo en rutina su relación con los alumnos o
minimizando la implicación emocional con ellos, buscando de este modo un refugio
36
emocional entre ambos.
Aunque tradicionalmente se ha analizado la ansiedad ante la evaluación desde el
punto de vista del alumnado, lo cierto es que estamos ante uno de los focos principales
de coste emocional para el profesorado. Tal como demuestran estudios como el llevado
a cabo por Smith (citado en Fernández-Abascal et al. 2003: 481), al apuntar que los
profesores durante las pruebas sienten ansiedad y preocupación por si los alumnos están
preparados para responder a sus demandas o por si sus enunciados están correctamente
formulados, y destacar que una vez publicados los resultados sienten emociones como
enfado, culpa, vergüenza y malestar.
37
tales como dolores de cabeza o reactividad cardiovascular y a síntomas conductuales
que conllevan bajas laborales o jubilaciones anticipadas. Chris Kyriacou y John
Sutcliffe (en Fernández-Abascal et al. 2003: 482) definen el estrés docente como
38
• Bajo nivel de ingresos
• Precarias condiciones contractuales Relacionado con los compañeros de
• Conflicto de rol trabajo:
• Ambigüedad de rol • Escasa comprensión
• Aislamiento y falta de ayuda y
soporte social y emocional
Factores inherentes al docente
Características demográficas:
• Baja autoestima
• Locus de control externo
• Patrón tipo A de conducta
• Afrontamiento pasivo, centrado en la emoción
• Empleo de estrategias de evitación o de descarga emocional en vez de
estrategias de reevaluación cognitiva o de distracción
• Escasa búsqueda de apoyo social y emocional
• Bajas expectativas en la regulación de emociones negativas
• Escasos niveles de inteligencia emocional
Por la razón anterior, autores como Peter Totterdell y Brian Parkinson (citado en
Fernández-Abascal et al. 2003: 487) han examinado el uso y el nivel de efectividad de
las estrategias de autorregulación emocional empleadas por los profesores. El primer
resultado relevante que obtuvieron fue que los profesores podían aprender e incrementar
el uso de estrategias de afrontamiento particulares. Aquellos que fueron entrenados en el
manejo de las emociones se mostraban más alegres que el grupo entrenado en la
distracción, además de percibirse como más eficaces para regular sus estados afectivos
negativos. No obstante, no siempre las estrategias de manejo son efectivas, sino que
utilizamos estrategias en función de la situación y el objetivo a conseguir, por ejemplo:
39
los resultados de sus investigaciones indicaron que los profesores recurrían a estrategias
de manejo en respuesta a sentimientos de tristeza o ansiedad, mientras que empleaban
las de distracción ante sentimientos de cansancio.
Finalizaremos la presente sección del trabajo exponiendo que, tal como hemos
visto, existen emociones con efectos tan negativos para el aprendizaje de una lengua
extranjera que en ocasiones impiden al alumno hacer frente a dicha situación. Pero,
como docentes, no debemos eliminar el surgimiento de emociones negativas, sino
ayudar a nuestros estudiantes a superar las situaciones causantes de estrés, frustración y
ansiedad. A tal fin, apostamos por la modificación tanto de comportamientos propios
como contextuales, que puedan generar tales contextos desadaptativos.
13
El modelo de Inteligencia Emocional propuesto por P. Salovey y J. D. Mayer incluye cinco
contenidos para desarrollar la competencia emocional, a saber: reconocer las propias
emociones, saber manejar las propias emociones, utilizar el potencial existente, saber ponerse
en lugar de los demás, crear relaciones sociales. Estos contenidos se han venido publicando
bajo otras denominaciones semejantes como autoconocimiento de las propias emociones,
capacidad de controlar las propias emociones, capacidad de motivarse a sí mismo,
reconocimiento de las emociones ajenas y control de las relaciones.
40
PARTE II
4
LA MOTIVACIÓN EN EL PROCESO ENSEÑANZA- APRENDIZAJE
42
4.1 CONCEPTO DE MOTIVACIÓN
Comenzaremos por la definición que nos ofrece uno de los clásicos en literatura
lingüística como es Robert C. Gardner (1985: 10), concibiendo la motivación como «el
punto hasta que una persona lucha para aprender una lengua por el deseo de hacerlo y
por la satisfacción que experimenta al hacerlo». A dicha definición, Marion Williams y
Robert L. Burden (1999: 124) añaden la circunstancia de que Gardner y sus
colaboradores entienden la motivación como «una combinación del esfuerzo y del deseo
de conseguir el objetivo de aprender el idioma y de las actitudes favorables hacia el
aprendizaje del idioma».
43
actividad dirigida a un objetivo». Por otro lado, Helbert L. Petri y John M. Govern
(2005: 16) nos definen la motivación como «el concepto que usamos al describir las
fuerzas que actúan sobre un organismo o en su interior para que inicie y dirija la
conducta». Por último, siguiendo las palabras de Birch, Atkinson y Bongot (citado en
Petri y Govern 2005: 3) diremos que «el concepto de motivación debe entenderse, no
como un mecanismo de interrupciones constantes, sino como un flujo permanente de la
conducta que puede ser encauzado de muchísimas formas».
Como afirma José C. Núñez (citado en García y Doménech 2002: 24) «la
motivación no es un proceso unitario, sino que abarca componentes muy diversos que
ninguna de las teorías elaboradas hasta el momento ha conseguido integrar». Sin
embargo, a pesar de la gran variedad terminológica, como hemos podido apreciar en las
definiciones ofrecidas hasta el momento y de acuerdo con Francisco J. García y
Fernando Doménech (2002: 25), la mayoría de los especialistas coinciden en definirla
como un «conjunto de procesos implicados en la activación, dirección y persistencia de
la conducta».
44
el enfoque cognitivo y las perspectivas actuales.
45
con la Attitude/Motivation Test Battery o AMTB (Gardner: 1985: 177-184), consistente
en una serie de pruebas compuestas por preguntas que miden diecinueve subescalas en
las que se representan diferentes aspectos motivacionales. En el cuadro número 3
podemos observar algunos de los ítems de las subescalas.
Intensidad de la motivación
19. Me esfuerzo mucho para aprender francés.
20. Me esfuerzo en comprender todo el francés
que veo y oigo.
14
FUENTE: M. WILLIAMS y R. BURDEN 1999: 124
46
• Principio del aprendizaje activo: los individuos motivados integrativamente
tienen éxito en el aprendizaje porque son activos, por ejemplo, al buscar
contacto con hablantes de la lengua meta o al usar estrategias sociales.
• Principio de causalidad: la motivación integrativa no es el efecto del
aprendizaje, sino su causa. Percibir el aprendizaje es un elemento motivador,
mientras que percibir la carencia de aprendizaje inhibe la motivación.
• Principio del doble proceso: motivación y aptitud son factores independientes
en el aprendizaje de la L2. Así lo demuestran estudios como los de Richard
Clément y Bastian G. Kruidener (citados en Lorenzo 2004: 308). Es más, estos
autores estiman que los efectos de la motivación son más sensibles a la
competencia discursiva y sociolingüística de la lengua, mientras que los efectos
de la aptitud quedan relacionados con aspectos de la competencia gramatical.
47
Hemos podido observar cómo, a pesar de pertenecer a la presente perspectiva
varias teorías como las mencionadas, la teoría gardneriana es el pilar al que acuden los
expertos para la articulación de sus propuestas. No obstante, las críticas fundamentadas
contra ella abren el frente a la formulación de modelos alternativos, como veremos en
las siguientes perspectivas, confeccionando teorías sobre las actitudes y las conductas
de los alumnos hacia el aprendizaje de la L2.
48
proceso de aprendizaje y de la necesidad de la lengua, siendo características principales
la necesidad de logro y la seguridad de sí mismo; el nivel de la situación de aprendizaje,
que engloba los componentes motivacionales relativos al curso, al profesor y a la
dinámica de grupo. Estos niveles explican la resultante motivacional y conforman en su
conjunto tres sistemas conceptuales relacionados explícitamente con la motivación: la
teoría de la atribución, el desamparo aprendido y la autoeficacia. Acorde con la teoría
de la atribución, las causas de nuestros éxitos y fracasos afectan tanto a nuestras
expectativas como a nuestro sentimiento, tal como postula Bernard Weiner (en Arnold
2000 33):
Madeline Ehrman (citado en Arnold 2000: 34) define la autoeficacia como «el
grado en que el alumno piensa que tiene capacidad de enfrentarse al desafío del
aprendizaje». Por otro lado, Rebecca L. Oxford y Jill Shearin (citado en Arnold 2000:
34) señalan que los alumnos tienen que experimentar un «sentimiento de eficacia dentro
de sí mismos» y sugieren que los profesores puedan fomentar la autoeficacia
«ofreciendo tareas que tengan sentido, que los alumnos puedan realizar con éxito y
sobre las que puedan tener un sentimiento de control […] [y] dando a los alumnos la
posibilidad de elección en las actividades del aula...».
49
proceso de enseñanza-aprendizaje –responsables de definir las políticas lingüísticas,
creadores de los currículos oficiales, autores de materiales, profesores–. Por tanto, los
profesores, como agentes principales que toman parte en el proceso, debemos procurar
situaciones en las que los estudiantes refuercen sus creencias respecto a su capacidad de
aprender y sustituyan los sentimientos de limitación por los de capacitación.
Las investigaciones de los últimos años han cambiado el rumbo hasta ahora
adoptado, existiendo por un lado, la tendencia a considerar la motivación como proceso
y, por otro, a destacar los aspectos sociales debido a la influencia de enfoques como el
constructivismo.
Autores como Ema Ushioda (citado en Zenotz 2012: 79) señalan que la
motivación no depende solo del aprendiz, sino de las prácticas sociales que la rodean.
La motivación, desde esta perspectiva vigotskiana, se construye socialmente mediante
la interacción con los individuos. Para esta autora, el aprendizaje de lenguas no es solo
50
un proceso cognitivo, sino que está situado en una cultura y un momento histórico
determinados.
No obstante, varios son los autores que más recientemente han realizado
aportaciones enfocadas a nuevas líneas de trabajo, ampliando la perspectiva teórica y la
base investigadora para lograr la incorporación de enfoques cognitivos de la motivación
en el ámbito educativo. Desafortunadamente, a pesar de la presencia de estudios
motivacionales en el aprendizaje de lenguas, en muchas ocasiones el tema en cuestión
es tratado secundariamente, motivo por el cual abogamos por la indagación en un
campo tan complejo y apasionante como lo es la motivación.
51
5
MOTIVACIÓN Y COGNICIÓN
Por ello, resulta necesario una exploración acerca de la relación entre el perfil
motivacional del alumnado y la elección o el uso de las estrategias de aprendizaje.
Autores como Peter D. MacIntyre (en Lorenzo 2002b: 82) señalan la interdependencia
entre la motivación y el uso de estrategias cognitivas:
Motivation emerges as the most important of the learners variables, with more
highly motivated students using more strategies […] Motivation, attitudes, anxiety
and personality interact to produce a willingness or unwillingness to employ
certain strategies.16
Por todo ello, haremos mención al modelo o marco teórico creado por Francisco
J. Lorenzo (2002a) en el que se distinguen tres niveles motivacionales, cada uno de los
15
«Generalmente, los constructos motivacionales no son tratados en los modelos de cognición y
pensamiento del estudiante, o en el mejor de los casos, solo superficialmente. Sin embargo,
parece probable que las habilidades cognitivas no son aprendidas o empleadas
independientemente de la motivación» (Traducción ofrecida por la autora).
16
«La motivación aparece como la variable más importante de los alumnos, a más nivel de
motivación, más uso de estrategias por parte de los estudiantes […] Motivación, actitudes,
ansiedad y personalidad, interactúan para producir una buena o mala predisposición para
emplear ciertas estrategias» (Traducción ofrecida por la autora).
52
cuales incluye una conceptualización de la motivación hacia la lengua meta, una
tipología de la motivación y el tipo de estrategias que favorece, como apreciaremos a
continuación:
1. Motivación global
2. Motivación situaºcional
Este tipo de motivación opera según sean los elementos del contexto del aula y
la instrucción llevada a cabo por el profesorado. Las investigaciones de Edward Deci et
al. (citado en Lorenzo 2002a: 162) obtuvieron un cambio significativo en los niveles de
motivación de los estudiantes, pasando de ser variables durante las primeras semanas de
53
clase a estables a partir de la quinta. Hans Kuhlemeier, Huub Van Den Bergh y Leijn
Melse (citado en Lorenzo 2002a: 162) por otra parte, encontraron correlación entre un
aumento motivacional y actitudes más positivas en el aprendizaje de la L2 al adoptar el
docente un enfoque comunicativo.
SRL is the highest form of cognitive engagement a student can use to learn in
classrooms: it is an effort put forth by students to deepen and manipulate the
associative network in a particular area which is not necessarily limited to
academic content and to monitor and improve that deepening process (Corno y
Rohrkemper en Lorenzo 2002b: 77).17
17
«SRL es la forma más elevada de participación cognitiva que un estudiante puede usar para
aprender en las aulas: se trata de un esfuerzo realizado por los alumnos para profundizar y
manipular el sistema asociativo en una área en particular, la cual no se limita necesariamente a
los contenidos académicos, y para supervisar y mejorar ese proceso de profundización»
(Traducción ofrecida por la autora).
54
del material que se ha estado estudiando.
• Estrategias de monitorización de la comprensión: determinar qué conceptos
no se entienden bien.
• Estrategia de planificación: organización del materia que se va a estudiar,
previa al comienzo del propio proceso de aprendizaje.
In the temporal lobe there is a part of the limbic system called the amygdala,
which assesses the emotional significance and motivational relevance of
stimuli; this appraisal the influences attention and memory (Schumann, 1994:
233).18
Según John H. Schumann (1994) el efecto del estímulo dependerá del grado de
novedad, familiaridad e interés, entre otros indicadores motivacionales. Francisco J.
Lorenzo (2002a: 166) demuestra que la motivación centrada en el mensaje produce una
respuesta distinta a la provocada a través de la motivación centrada en la forma.
Mientras que la primera viene asociada a indicadores como el interés, la satisfacción y
la utilidad intrínseca, en la segunda predominan las razones evaluatorias y las
dificultades percibidas. Carole Ames (1992) destaca las siguientes estrategias cognitivas
según los índices motivacionales que acabamos de señalar:
55
• Estrategias de pensamiento crítico: interpretación del contenido como paso
previo para la revisión crítica de estos.
56
6
TIPOS DE MOTIVACIÓN
Como bien hemos podido comprobar en el trascurso del anterior apartado, han
sido varias las propuestas de estructuras explicativas relativas a los aspectos
motivacionales en el aprendizaje de idiomas. Entre ellas, vamos a centrarnos en la que
goza de un mayor predicamento en la doctrina, la cual se fundamenta en una esencial
dicotomía: motivación intrínseca y motivación extrínseca. Para ello, partiremos de la
siguiente premisa de Marion Williams y Robert L. Burden (1999: 128):
19
La TAD es una teoría cognitiva que establece que las orientaciones motivacionales se pueden
clasificar según el grado de autodeterminación otorgado al objetivo de una actividad concreta.
En otras palabras: precisa hasta qué punto un individuo cree que lo que hace está determinado
por factores externos o internos. La conforman cuatro mini-teorías: la teoría de la evaluación
cognitiva, la teoría de la integración orgánica u organísmica, la teoría de las orientaciones de
causalidad y la teoría de necesidades básicas.
57
placer que se experimenta al realizar una actividad, sin recibir una gratificación externa
directa». Por otro lado, Jane Arnold (2000: 31) indica que «la motivación intrínseca
supone que la experiencia de aprendizaje es su propia recompensa».
• Control: cuando los estudiantes participan en actividades que eligen y sobre las
que tienen control, aumentan su motivación intrínseca, mientras que en caso de
control externo se produce una disminución de la misma.
• Competencia: indica el sentimiento del sujeto respecto al dominio. Cuando los
alumnos tienen mayor control y capacidad de elección dentro del ambiente de la
actividad, aumenta la motivación intrínseca.
• Factores extrínsecos: aquellos percibidos como informativos a la competencia
percibida y el feedback positivo, promueven la motivación intrínseca, caso
contrario en los que se perciben como elementos de control o la desmotivación
contemplada como incompetencia.
• Orientación: los estudiantes motivados hacia la tarea serán más influenciados
por la motivación intrínseca, por tomar parte en ella por el goce de la actividad,
mientras que aquellos con una orientación hacia el ego probablemente no se
sientan intrínsecamente motivados.
58
• Ayudar a los alumnos a que desarrollen la autonomía estableciendo metas
personales y empleando estrategias de aprendizaje.
• Animar a los alumnos a que encuentren satisfacción en tareas bien hechas.
• Facilitar la participación de los alumnos en el establecimiento de algunos de los
aspectos del programa, así como ofrecerles oportunidades de aprendizaje
cooperativo.
• Implicar a los alumnos en actividades relacionadas con sus intereses, de modo
que centren su atención en el significado y la intención.
• Elaborar pruebas que permitan la aportación de los alumnos, que estos las
consideren válidas y que el profesor ofrezca comentarios y una evaluación
numérica.
59
principio de curso el alumno no encuentra demasiado agradable leer en el
idioma de estudio, pero sabe que le ayudará a mejorar su capacidad de
comprensión lectora así como las destrezas escrita y oral.
• Regulación integrada: la conducta se realiza libremente y se actúa en
congruencia con los valores y necesidades propios. Sería el caso, a modo de
ejemplo, del alumno que se compromete con la práctica de la destreza oral
porque forma parte de su personalidad y estilo de vida sociable.
Debido a que uno se siente muy bien con el flujo, resulta intrínsecamente
gratificante. Es un estado en el que las personas se quedan completamente absortas
en lo que están haciendo y prestan a la tarea una atención sin fisuras, uniendo su
conciencia con sus acciones (Goleman en Arnold 2000: 32).
60
7
LA MOTIVACIÓN HACIA LA LENGUA EXTRANJERA
EN ENTORNOS FORMALES DE APRENDIZAJE
Los resultados de estudios como los llevados a cabo por Keiko K. Samimy y
Motoko Tabuse, Hyekung Sung y Amado M. Padilla, José Castro o Daniel Madrid et al.
(citados en Lorenzo 2004: 317), concluyen que la carencia de contacto con la
comunidad o la cultura L2 apuntan a que las orientaciones hacia la lengua resultan
indicadores deficientes de los niveles motivacionales. No obstante, siguiendo a Robert
C. Gardner (citado en Sánchez 2004: 91), podemos llegar a diferenciar cuatro categorías
motivadoras en la enseñanza de las lenguas (en su caso, aplicadas al francés):
• Las específicas del grupo (actitud frente a los pueblos y sus lenguas).
• Las relativas al curso (actitud hacia el aprendizaje del francés, hacia el profesor,
hacia el curso de francés, actitud de los padres en el proceso, ansiedad de la
clase).
• Las indicadoras de motivación (orientación integradora, intensidad motivadora,
deseo de aprender francés).
• Las actitudes generales (interés en el aprendizaje de lenguas extranjeras,
etnocentrismo, autoritarismo, etc.).
61
7.1 EL PAPEL DEL PROFESOR EN LA MOTIVACIÓN
62
lingüística por parte de los alumnos deben ser abundantes en las aulas, para lo cual
debemos dedicar tiempo a la interacción como factor directo del aprendizaje
comunicativo.
La actuación por parte del profesor, debe ir más allá de las ideas de activación
del interés para procurar una adecuada motivación. Los tres aspectos fundamentales de
la medición según Reuven Feuerstein (citado en Williams y Burden 1999: 141) ofrecen
al respecto un punto útil del cual poder partir nuestra actuación docente:
si los profesores dejan claras sus intenciones y se aseguran de que son entendidas,
si dan a las tareas y a las actividades un sentido personal, y si se explica a los
alumnos con claridad que la realización de tales actividades les será de utilidad en
cualquier otra situación, es posible que se establezcan fuertes condiciones
motivadoras.
20
Método basado en una secuenciación de rasgos formales de la lengua, que al ser llevado al aula,
supone la práctica y producción controlada de las estructuras correspondientes a la lengua de
manera aislada o en contextos pocos significativos.
63
Estudios como los realizados por Hans Kuhlemeier et al. (citado en Lorenzo 2004: 318),
obtienen bajos niveles de motivación en los grupos de control sometidos a una
enseñanza audiolingual, frente a las altas cotas de motivación obtenidas por alumnos
sumergidos en el método comunicativo. Los resultados señalan que adoptar un enfoque
comunicativo mejora las actitudes hacia la lengua y la comunidad L2, al mismo tiempo
que genera un incremento en los niveles de competencia de la lengua escrita, gramática,
conocimiento de vocabulario y comprensión oral, y como nos informa Francisco J.
Lorenzo (2004: 318):
Por los motivos expuestos, los principios que sustentan al enfoque metodológico
comunicativo favorecen el incremento de la motivación, al incluir nuevos niveles de
competencias lingüísticas (competencia pragmática y sociocultural), reestructurar la
lengua a través de nociones y funciones, incorporar elementos discursivos (negociación
de significado), contextualizar los mensajes, dar relevancia temática a los contenidos
lingüísticos y focalizar la atención hacia el contenido de la lengua. Rasgos como los
señalados, fundamentan el principio del acto de comunicación como acto de
aprendizaje, con afirmaciones como «la comunicación en el aula desarrolla la
motivación como factor esencial que conduce al aprendizaje» (Williams Littlewood en
Lorenzo 2004: 319).
Estudios como los citados por Francisco J. Lorenzo (2004: 319) realizados por
Dörney y Lorenzo, reflejan la multitud de recursos y tácticas a las que el profesor puede
recurrir para incentivar la motivación en el alumnado, entre los cuales mencionamos las
siguientes macroestrategias:
64
construcción social, donde «la figura del profesor resulta predominante, en tanto
que es la representación de la cultura L2 y, por definición, el hablante
competente» (Mary MacGroarty en Lorenzo 2004: 319). La imagen que el
profesor proyecta de sí mismo es un factor necesario para mantener la
motivación, ya que las orientaciones y las actitudes de los alumnos están en
concordancia de las asumidas por parte del profesor.
• Crear una atmósfera relajada: instaurar este tipo de atmósfera permite que los
alumnos empleen estrategias comunicativas cuando los recursos lingüísticos
fallen y que conciban el error como una parte más del proceso de aprendizaje no
como prueba de incompetencia lingüística.
• Presentar las actividades de forma ordenada, con objetivos definidos y
graduados a los niveles de los alumnos: la percepción de dificultad extrema por
parte del estudiante es desmotivadora, por lo que debemos presentar las
situaciones comunicativas a través de tareas facilitadoras que proporcionen el
suficiente material lingüístico para que se puedan llevar a cabo.
• Hacer las clases interesantes: la relevancia temática o el conocimiento previo de
los contenidos pueden incrementar el interés del alumnado y, al mismo tiempo,
favorecer la activación de procesos de producción lingüística que generan o
consolidan el conocimiento ya existente.
• Promover la autonomía en el aprendizaje: a pesar de la metodología adoptada
en clase por el profesorado, como nos advierte Lorenzo (2004: 321) parece más
conveniente mostrar una mayor flexibilidad al requerir del alumnado su
desenvolvimiento en roles que pudieran resultar contrarios a su estilo de
aprendizaje o tradiciones educativas, así como atentatorios contra su propia
imagen.
• Familiarizar a los alumnos con la cultura de la L2: como indica Francisco J.
Lorenzo (2004: 322), «la labor del profesor en servir de puente y hacer accesible
la cultura en entornos formales resulta esencial para aliviar futuros choques
culturales cuando el proceso de aprendizaje continúe en entornos naturales».
65
base. No obstante, siguiendo a Carole Ames (1992), nombraremos una serie de
actuaciones encaminadas al favorecimiento de las metas de aprendizaje relacionadas
con las tareas y actividades. En este sentido, la autora propone la selección de aquellas
que ofrezcan retos y desafíos razonables por su novedad, variedad o diversidad; en
cuanto al papel autoritario o el manejo de la responsabilidad, aconseja ofrecer ayuda a
los alumnos en la toma de decisiones, fomentar la responsabilidad e independencia por
parte de estos y desarrollar habilidades de autocontrol; por último, respecto al proceso
de evaluación, invita a centrarse sobre el progreso y mejora individuales, reconocer el
esfuerzo de nuestros alumnos y transmitir la visión de los errores como parte del
proceso de enseñanza-aprendizaje.
Francisco J. García y Fernando Doménech (2002), por otro lado, elaboraron una
propuesta de instrucción para mejorar la motivación en el aula, dirigida hacia los tres
elementos clave que integran la situación educativa (profesor, alumnos, contenido) y en
la que distinguen tres momentos determinados: antes, durante y después del proceso de
instrucción en el aula. Cada uno de estos momentos presenta características de
actuación distintas, lo que requiere estrategias motivacionales también distintas, como
desarrollaremos a continuación:
66
dirigirnos a los alumnos por su nombre, realizar aproximaciones
individualizadas y personales, usar un toque de humor en nuestras clases o
reconocer los fallos que se cometan. Por otro lado, para crear un clima a la vez
estimulante, buscaremos ocasiones para romper con la monotonía del discurso
creando continuamente desequilibrios cognitivos mediante preguntas o
interrogantes hacia el grupo, relacionando el contenido trabajado con sus
experiencias y conocimientos, así como empleando variedad de actividades que
fomenten la cooperación y el trabajo en equipo a través de materiales didácticos
diversos y atractivos.
• Actuaciones instruccionales a realizar después de la clase: una opción como
actuación para incentivar la motivación después de clase sería realizar
autoevaluaciones conjuntas, profesor y alumno, sobre el proceso de instrucción
seguido. En dichas autoevaluaciones, intentaremos que expresen de forma
sincera las emociones y sentimientos experimentados durante la sesión. Otra de
las opciones estriba en generar nuevos interrogantes que estimulen en el
alumnado el deseo de continuar aprendiendo.
67
Cuadro 5: Intervenciones por parte del profesor para incentivar la motivación21
21
FUENTE: J. ESCAÑO y M. GIL DE LA SERNA (2001). Motivar a los alumnos y enseñarles a
motivarles. Revista de Innovación Educativa, 101.
68
PARTE III
69
8
PROPUESTA DE ACTIVIDADES
22
Diccionario de términos clave de ELE, sub voce “Aprendizaje en cooperación” accesible en
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/diccionario/aprendizaje.htm
70
8.1 ACTIVIDAD: COOPERACIÓN
71
respuesta participativa por parte del alumnado, para los cuales la unión entre concurso y
competitividad no condujo a sentimientos negativos de rivalidad: la propuesta
metodológica fue enfocada a la cooperación y a la puesta y toma de decisiones para que
los distintos grupos crearan un trabajo en común.
72
denominado material auténtico produce beneficios en el acercamiento de los
estudiantes a la lengua extranjera, puesto que ofrece un recurso elaborado por y para esa
lengua concreta. En nuestro caso, el material utilizado en la actividad a la que haremos
referencia, es un texto publicado en el boletín digital de Experiencias Gourmet (Ver
Cuadro 7).
Tras haber procedido a la lectura del fragmento en voz alta por parte de los
alumnos, damos paso a una aclaración de dudas en cuanto a términos empleados,
evaluando de este modo el nivel de comprensión alcanzado por la clase y anotamos en
la pizarra aquellos términos que producen dificultades. A la hora de ofrecer las
explicaciones, optamos por una búsqueda de significado conjunta, de manera que entre
todos intenten definirlos. Dada la dificultad que puede acarrear el expresarse en otro
idioma y más cuando elaboramos explicaciones damos la opción de que busquen
sinónimos al término objeto de duda, evaluando de este modo no solo la capacidad
expresiva del alumnado sino su nivel de competencia léxica.
Es preciso señalar, por último que, una vez aclaradas las dudas y comprendido el
texto en su totalidad, efectuamos una serie de preguntas al grupo-clase para conectar las
73
ideas tratadas en el texto con las experiencias personales, aspecto a tener en cuenta si
queremos fomentar la motivación intrínseca del alumno. Participaron de manera
adecuada en el transcurso de la actividad y mantenemos la creencia de que la
experiencia de cada uno de nosotros otorga una firme base en la cual apoyarnos para
establecer lazos comunicativos con los otros en una segunda lengua.
España es uno de los países europeos donde es más común comer fuera de casa, solo superado por Grecia
y Portugal, según un estudio global de Nielsen.
Las estadísticas muestran que el 57 por ciento de los españoles va a restaurantes como mínimo dos o tres
veces al mes. A diferencia de la media mundial que prefiere cenar fuera, el trabajo muestra que entre los
españoles la comida más habitual fuera de casa es el almuerzo, mencionado por el 51 por ciento de los
entrevistados. Además la mayoría de ellos (siete de cada diez españoles) prefiere la cocina tradicional
del país frente a otros platos tradicionales. El resto, opta por la italiana, la china, la japonesa y la
mexicana. Por otra parte, los países que más prefieren la cocina tradicional española al ir a un restaurante
son Venezuela, Argentina, Israel y China.
En relación con los motivos para elegir un sitio para comer, el estudio establece que las prioridades a la
hora de decidirse por un restaurante son el tipo de comida que ofrece (37 por ciento) y, en segundo lugar,
que tenga precios razonables (26 por ciento). Bastante detrás quedan argumentos como la cercanía del
trabajo o del hogar, las condiciones higiénicas o el tipo de servicio.
En cuanto a la compañía usual para compartir cena o almuerzo, España se sitúa entre uno de los diez
países del mundo que elige salir en pareja, tal como expresaron cuatro de cada diez encuestados. En
segundo lugar, están las salidas con familia o amigos, y una minoría (un seis por ciento) afirmó que opta
por comer en soledad.
74
8.3 ACTIVIDAD: CHOQUE CULTURAL
Comerse un marrón
Mirar a alguien con deseo
75
• ¿Conoces estos alimentos?
76
Cuadro 9: Actividad en el cuaderno del alumno
77
Dar las uvas
78
• Fíjate en las siguientes expresiones, ¿sabes qué significan?
SITUACIÓN: SITUACIÓN:
LIGAR EN DISCOTECA AYUDA EN CLASE
ESTUDIANTE A: Estás tranquilamente ESTUDIANTE A: Estás muy nervioso
en un bar con tus amigos. Le gustas a una porque tienes que hacer un examen muy
persona pero ella a ti no. importante y pides ayuda a tu
compañero/a.
ESTUDIANTE B: Estás en el bar y ves a ESTUDIANTE B: Eres muy competitivo y
una persona que quieres conocer. Te gusta no quieres ayudar a tu compañero.
79
y quieres conseguir una cita.
SITUACIÓN: SITUACIÓN:
RUPTURA SENTIMENTAL REENCUENTRO AMISTOSO
ESTUDIANTE A: Tu pareja mira a otra ESTUDIANTE A: Te encuentras con un
persona constantemente. Estás cansado/a amigo después de mucho tiempo. Le
de que no te haga caso. hablas de tu nueva pareja.
ESTUDIANTE B: Explicas a tu pareja ESTUDIANTE B: Ves a tu amigo
que no mirabas a nadie. Crees que es demasiado delgado. Le hablas del jefe de
demasiado celoso/a y quieres romper la tu trabajo nuevo.
relación.
SITUACIÓN:
CENAS
ESTUDIANTE A: Le cuentas a tu mejor
amigo la fiesta de anoche. Ibas muy
elegante pero no ligaste.
ESTUDIANTE B: Tuviste una cena
romántica anoche y estabas muy nervioso.
Pensabas que iba a ser más fácil hablar a
solas con el chico/a de tus sueños.
80
8.4 ACTIVIDAD: COMPETENCIA
81
8.5 REFLEXIONES
No obstante, en los trabajos en grupo a veces corren el riego de que uno o dos
alumnos lleven la voz principal mientras que los demás escuchan, limitando de este
modo sus posibilidades de expresión. Otro aspecto negativo es el hecho de que el
profesor no puede centrarse en todos los alumnos simultáneamente, situación que
podemos solventar al acudir de grupo en grupo mientras trabajan. De esta manera, todos
pueden contar con la figura del profesor en caso necesario a la vez que observa el grado
de evolución de cada grupo. Propiciamos de este modo, una doble comunicación, esto
es, entre los alumnos y entre estos y el profesor.
Por otra parte, queremos apuntar que al término de las sesiones realizábamos
comentarios positivos hacia los aspectos destacados en cada una de ellas, como por
ejemplo «enhorabuena, habéis utilizado muy bien el vocabulario de clase».
Consideramos que la retroalimentación positiva aporta beneficios inmediatos al
alumnado conllevando una mejora de la autoestima de estos, pues las creencias que
tienen respecto a sus capacidades influye directamente en el rendimiento. Al igual que
82
los alumnos son conscientes de los fallos que cometen, también deben serlo de sus
virtudes.
Por último, señalaremos que, debido al tiempo limitado con el que contamos los
masterandos en nuestro periodo de prácticas, no hubo ocasión de realizar una
retroalimentación tras la Unidad Didáctica diseñada para obtener la visión y opinión
propia de los alumnos que participaron en ella. Aun así, el comportamiento del grupo-
clase alcanzó en el trascurso de las actividades un elevado grado de motivación,
reflejado en el entusiasmo y predisposición mostrados en ellas.
83
CONCLUSIONES
84
Concluimos el presente trabajo con un fragmento de Jane Arnold y Douglas
Brown (2000: 21), que entendemos contiene la esencia de nuestra línea de
investigación: la consideración de que la dimensión afectiva de la enseñanza no se
opone a la cognitiva, sino que ambas son dos caras de una misma moneda que actúan
como determinantes en el éxito del aprendizaje:
85
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ADAM, E. Et al. (2003) Emociones y educación. Qué son y cómo intervenir desde la
escuela. Barcelona: GRAÓ.
86
WILLIAMS, M. y BURDEN, R. (1999). Psicología para profesores de idiomas.
Enfoque del constructivismo social. Madrid: Cambridge University Press.
Fuentes electrónicas
GARDNER, R. C. (1985). Social Psychology and Second Language Learning. The Role
of Attitudes and Motivation. London: Edward Arnold. Recuperado el 1 de junio
de 2014, de:
http://publish.uwo.ca/~gardner/docs/SECONDLANGUAGE1985book.pdf
87
LORENZO, F. J. (2002a). Incidencia de los factores afectivos en la elección de
estrategias de aprendizaje y uso de una L2. ELIA, 3, 157-172. Recuperado el 5
de julio de 2014, de: http://institucional.us.es/revistas/elia/3/9.lorenzo.pdf
MADRID, D., GALLEGO, J. A., RODRÍGUEZ, J., URBANO, B., FERNÁNDEZ, J.,
MANRIQUE, I., HIDALGO, E. Y LEYVA, C. (1994). Motivación, rendimiento
y personalidad en el aula de idiomas, en J. MARTÍNEZ LÓPEZ (ed.) GRETA.
Actas de las IX Jornadas Pedagógicas para la enseñanza de inglés. Granada,
198-214. Recuperado el 19 de junio de 2014, de:
http://www.ugr.es/~dmadrid/Publicaciones/Motivacion_%20Rendimiento_y_Per
sonalidad.pdf
88
ANEXOS
91
RESTAURANTE Nº1
RESTAURANTE Nº2
RESTAURANTE Nº3
RESTAURANTE Nº4