Prospeccion Arqueologica en Los Alrededo
Prospeccion Arqueologica en Los Alrededo
Prospeccion Arqueologica en Los Alrededo
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGÍA
MEDELLÍN
2002
Prospección Arqueológica en los Alrededores de Cerro Tusa
Municipio de Venecia – Antioquia
Director
Gustavo Santos Vecino
Antropólogo
Universidad de Antioquia
Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
Departamento de Antropología
Medellín
2002
Nota de aceptación
____________________________________
____________________________________
____________________________________
____________________________________
Presidente del Jurado
____________________________________
Jurado
____________________________________
Jurado
IV
A Pilar,
por haberme ayudado y comprendido
durante este rito de paso que significa
el trabajo de grado, por compartir
tantos momentos intensos, caminando
por mundos fantásticos y sitios de
poder.
V
VI
AGRADECIMIENTOS
Mis padres, Iván y María Eugenia y mi hermano Camilo, por siempre participar de
mis pasiones e ideales, involucrándose de manera activa para sacarlos adelante;
por sus consejos, enseñanzas y por entenderme, al haber escogido un camino
cuyos resultados han tomado más tiempo.
Mis maestros: Pedro Cieza de León, Manuel Uribe Ángel, Emil Grosse, Juan
Bautista Montoya y Flores, Michael G.A. Hill, Nacianceno García Monsalve y
Graciliano Arcila Vélez. Hombres universales de ciencia y arte, naturalistas y
humanistas, quienes al igual que los habitantes prehispánicos de la región,
peregrinaron a la zona sedientos de paisaje y conocimiento. A su inquietud y rigor,
plasmados en sus escritos, les debo muchos conocimientos adquiridos durante
estos años de intensa y continua búsqueda de mi ser por estas tierras.
Las familias Cano Saldarriaga y Suserquia Berrío del Caserío La Portada, por los
momentos profundos compartidos y por tanta alegría y cariño que me han hecho
sentir con su amistad, lealtad y ayuda durante varios años de ires y venires. Mi
entusiasmo por este estudio y por siempre querer volver a la montaña mágica, se
deben también a sus recibimientos, a su compañía tan especial y a las muchas
cosas que he aprendido entre ustedes.
VII
Todas las personas que durante este proceso me brindaron sus aportes y
sugerencias desde sus diferentes disciplinas:
VIII
Las instituciones y particulares que ayudaron en la realización de este
estudio:
Doctor Víctor González Fernández, asesor del Grupo Arqueología y Patrimonio del
Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), por su atención y
colaboración en la expedición de la licencia de excavación y sus adendos.
IX
Los estudiantes de Antropología inscritos en el curso de Métodos y Técnicas
Arqueológicas, dictado por el profesor Gustavo Santos Vecino, quienes
asistieron a las dos prácticas realizadas en octubre del 2000 y en mayo del
2001, por su valiosa colaboración y entusiasmo:
Simón Andrés Botero Posada, Carlos Alberto Chepe Collazos, Lina Marcela
Gallego Acevedo, Federico Guillermo García Arjona, Paola Andrea García Muñoz,
Jorge Alejandro García Zorrilla, María Soledad Gómez Duque (q.e.p.d.), Diana
Alexa González Taborda, José Rodrigo Henao García, Luis Arcadio Londoño
Carvajal, Mónica Cecilia López Bermúdez, David Machado Gómez, Carlos Mario
Martínez Toro, César Alejandro Montoya Villa, César Augusto Otálvaro Sierra,
Raúl Piedrahita Santamaría, Suly María Quinchía Roldán, Ricardo Rodríguez
Pérez, Jaime Alberto Toro Vásquez, Ana María Moreno, Natalia Álvarez, Oscar
Montoya, Jaime Peña, Érika Sierra, Adriana Garzón, Alba Mery Upegui, Marcela
Serna Urán, Leny Rocío Peña, John Jáder Álvarez, Ángela Alexandra Huérfano,
Yimmi Cardona Echeverri, Germán Ariel Marín, Katherine Arboleda V., Julia
Mandarriaga, Paula Hinestroza, Lina M. Pineda, Robinson Ariza, Rosa María
Moreno y Clara Arroyave.
Luis Guillermo López, Iván Darío Vélez, Simón Botero, Carlos Orozco, Héctor
Velásquez y Fernando Bustamante, Antropólogos de la Universidad de Antioquia,
compañeros de la oficina de la Arqueología Social, con quienes he compartido un
mismo interés, una etapa de crecimiento en la Universidad y de quienes aprendí
durante largas discusiones y debates que aún no han terminado.
X
CONTENIDO
Pág.
INTRODUCCIÓN
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 38
2. MARCO TEÓRICO 40
2.1 MARCO CONCEPTUAL – ARQUEOLOGÍA Y PATRIMONIO
CULTURAL 40
2.2 MARCO LEGAL 41
2.3 PLAN DE MANEJO ARQUEOLÓGICO 44
3. OBJETIVOS 46
3.1 OBJETIVO GENERAL 46
3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 46
4. METODOLOGÍA 47
4.1 PRIMERA ETAPA: RECONOCIMIENTO Y CARACTERIZACIÓN
AMBIENTAL 48
4.2 SEGUNDA ETAPA: PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA 49
4.3 TERCERA ETAPA: LABORATORIO 54
4.3.1 Cerámica Prehispánica 54
4.3.2 Artefactos Líticos 56
4.3.3 Restos Óseos Humanos 57
4.3.4 Restos Óseos Fáunicos 58
4.3.5 Cerámica Europea 59
4.3.6 Suelos 59
4.4 CUARTA ETAPA: PROCESAMIENTO Y SISTEMATIZACIÓN
DE DATOS 59
XI
4.4.1 Cerámica Prehispánica y Material Lítico 59
4.4.2 Sistema de Información Geográfica 60
4.4.3 Ilustración 61
4.5 QUINTA ETAPA: ETNOGRAFÍA 62
4.6 SÉXTA ETAPA: DIAGNÓSTICO ARQUEOLÓGICO 62
4.7 SEPTIMA ETAPA: PROPUESTAS DE MANEJO 63
XII
5.2.4.4 Cuenca del río Cauca 100
5.2.5 CLIMATOLOGÍA 103
5.2.5.1 Temperatura 104
5.2.5.2 Precipitación 104
5.2.5.3 Vientos 105
5.3 CARACTERÍSTICAS BIÓTICAS DEL ÁREA DE ESTUDIO 106
5.3.1 ZONAS DE VIDA 106
5.3.1.1 Bosque Seco Tropical (bs-T) 106
5.3.1.2 Bosque Húmedo Premontano (bh-PM) 106
5.4 CARACTERÍSTICAS SOCIOCULTURALES Y ECONÓMICAS DEL
ÁREA DE ESTUDIO 108
5.4.1 USOS DEL SUELO 108
5.4.1.1 Antecedentes 108
5.4.1.2 Uso Actual del Suelo 109
6. ANTECENDENTES 114
6.1 ANTECEDENTES ETNOHISTÓRICOS 116
6.1.1 DEFINICIÓN DE CONCEPTOS 118
6.1.2 PROVINCIA DE CENUFANÁ 119
6.1.2.1 Ubicación Histórica de la Provincia de Cenufaná 119
6.1.2.2 Sobre la Provincia de Cenufaná 126
6.1.3 PROVINCIAS ALEDAÑAS 129
6.1.3.1 Pautas de Poblamiento 132
6.1.3.2 La Población 134
6.1.3.3 Economía y Comercio 138
6.1.3.4 Guerras, Ritos y Ceremonias 144
6.1.3.5 Costumbres Funerarias 153
6.2 ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS 155
6.2.1 PERÍODO TEMPRANO 156
6.2.1.1 Cronología 156
XIII
6.2.1.2 Alfarería 158
6.2.1.3 Patrones de Asentamiento y Forma de Vida 162
6.2.1.4 Patrones de Enterramiento 163
6.2.2 PERÍODO TARDÍO 164
6.2.2.1 Cronología 164
6.2.2.2 Alfarería 165
6.2.2.3 Patrones de Asentamiento y Forma de Vida 166
6.2.2.4 Patrones de Enterramiento 166
6.2.3 LA DISCUSIÓN ARQUEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA Y LAS
INVESTIGACIONES MÁS RECIENTES 169
6.3 TITIRIBÍES Y SINIFANÁES 172
6.3.1 Historiadores y Viajeros 172
6.3.2 Arqueología Histórico – Cultural 179
6.3.3.3 Otros Hallazgos Arqueológicos en la Región 185
6.4 ANTECEDENTES HISTÓRICOS 190
6.4.2 La Colonización Antioqueña en el Suroeste del Departamento 192
7. RESULTADOS 195
7.1 PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA 195
7.1.1 Zona A – Sinifaná 196
7.1.2 Zona B – Río Cauca 197
7.2 DESCRIPCIÓN DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS 199
7.2.1 ZONA A – SINIFANÁ 200
7.2.1.1 Yacimiento No. 18 – “Cuevas de Santa Catalina” 200
7.2.1.2 Sitio Arqueológico de Cerro Tusa 211
7.2.1.2.1 Localización 211
7.2.1.2.2 La Cara de la Diosa 211
7.2.1.2.3 El Altar de Sacrificios 214
7.2.1.2.4 La Silla del Cacique 217
7.2.1.2.5 Yacimiento No. 1 – “Cementerio No. 1” 219
XIV
7.2.1.2.6 Yacimiento No. 2 – “Terraza No. 2” 226
7.2.2 ZONA B – RÍO CAUCA 228
7.2.2.1 Yacimiento No. 21 – “La Meseta” 228
7.2.2.2 Yacimiento No. 22 – “La Suiza” 235
7.2.2.3 Yacimiento No. 24 – “Pueblito Río Cauca” 239
7.2.2.4 Yacimiento No. 25 – “Abrigo Rocoso” 243
7.2.2.5 Yacimiento No. 26 – “Cueva Olajeros” 249
7.2.3 LOS CAMINOS 253
7.2.3.1 Camino Antiguo Venecia – Titiribí 253
7.2.3.2 Camino Antiguo a Bolombolo 258
7.3 DESCRIPCIÓN DE LA MUESTRA ARQUEOLÓGICA 259
7.3.1 CERÁMICA PREHISPÁNICA 260
7.3.1.1 GENERALIDADES DE LA MUESTRA CERÁMICA 262
7.3.1.2 ZONA A – SINIFANÁ 264
7.3.1.2.1 Yacimiento No. 18 – “Cuevas de Santa Catalina” 264
7.3.1.2.2 Otros Yacimientos de la Zona A – Sinifaná 311
7.3.1.3 ZONA B – RÍO CAUCA 317
7.3.1.3.1 Yacimiento No. 21 – “La Meseta” 320
7.3.1.3.2 Yacimiento No. 22 – “La Suiza” 322
7.3.1.3.3 Yacimiento No. 24 – “Pueblito Río Cauca” 324
7.3.1.3.4 Yacimiento No. 25 – “Abrigo Rocoso” 332
7.3.1.3.5 Yacimiento No. 26 – “Cueva Olajeros” 337
7.3.2 ARTEFACTOS LÍTICOS 348
7.3.2.1 Composición de la Muestra 349
7.3.2.2 Aprovisionamiento de Materias Primas 352
7.3.2.3 Manufactura de Artefactos Tallados 354
7.3.3 RESTOS ÓSEOS HUMANOS 367
7.3.3.1 Restos óseos Cinerarios 367
7.3.3.2 Restos Óseos Contemporáneos 370
7.3.4 RESTOS ÓSEOS FÁUNICOS 372
XV
7.3.4.1 Composición de la Muestra 372
7.3.4.2 Identificación Taxonómica de los Restos Fáunicos 375
7.3.5 CERÁMICA EUROPEA 380
7.3.5.1 Composición de la Muestra 380
7.3.5.2 Identificación de la Muestra 383
7.3.5.3 Otros Materiales Contemporáneos 385
XVI
9.2.1 Yacimiento No. 18 – “Cuevas de Santa Catalina” 467
9.2.2 Yacimiento No. 25 – “Abrigo Rocoso” 469
9.2.3 Yacimiento No. 26 – “Cueva Olajeros” 470
9.2.4 Yacimiento No. 21 – “La Meseta” 471
9.3 DIAGNÓSTICO DE LOS SITIOS ALTERADOS EN EL ÁREA DE
ESTUDIO 472
9.3.1 Yacimiento No. 37 – “La Hondura” 472
9.3.2 Otros Yacimientos Alterados 474
9.3.3 Síntesis de las Alteraciones Antrópicas en los Yacimientos
Arqueológicos del Área de Estudio 476
9.4 ANÁLISIS DEL PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL
MUNICIPAL EXISTENTE 479
9.5 ANÁLISIS DE LOS IMPACTOS AMBIENTALES SOBRE
EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO EN EL ÁREA DE ESTUDIO 482
XVII
10.2.4.2 Objetivos del Parque 497
10.2.4.3 Descripción del Parque 498
10.2.4.4 Elementos Constitutivos del Parque 499
10.2.4.5 Espacios Arquitectónicos Proyectados 500
10.2.4.6 Descripción Proyectos Arquitectónicos del Parque 502
10.2.4.6.1 Área 1 – Proyecto Centro Cultural Sinifaná 502
10.2.4.6.2 Proyecto Modular 510
10.2.4.6.3 Área 2 – Proyecto Torre de Observación y Centro de Información 514
10.2.4.6.4 Área 3 – Proyecto Aula Ambiental 516
10.2.4.6.5 Área 4 – Proyecto Mirador Cerro Tusa 518
10.2.4.6.6 Área 5 – Proyecto Grupo Habitacional 520
10.2.4.6.7 Área 7 – Proyecto Mirador Alto de la Corneta 521
10.2.4.6.8 Áreas 8 y 9 – Proyectos Miradores Alto del Nudo y Alto el Nevado 521
10.2.4.7 Descripción Proyectos de Amoblamiento del Parque 522
10.2.4.7.1 Paneles de información 522
10.2.4.7.2 Bancas para sitios de descanso al aire libre 524
10.2.4.7.3 Basureras 525
10.2.4.7.4 Señalización 525
10.2.4.7.5 Puentes 526
XVIII
LISTA DE TABLAS
Pág.
XIX
Tabla 36. Decoración en la cerámica del Yac. No. 18. 298
Tabla 37. Decoración en las cuencas del Yac. No. 18. 301
Tabla 38. Técnica decorativa y engobe en las cuencas del Yac. No. 18. 302
Tabla 39. Decoración en cuerpos del Yac. No. 18. 305
Tabla 39.1. Técnica decorativa y engobe en los cuerpos del Yac. No. 18. 306
Tabla 40. Frecuencia y distribución del material cerámico de los yacimientos
de la zona A – Sínifaná. 311
Tabla 41. Composición mineralógica del desgrasante en los yacimientos
restantes de la zona A – Sinifaná. 312
Tabla 42. Decoración en la cerámica de los yacimientos de la zona A – Sinifaná. 313
Tabla 43. Frecuencia y distribución del material cerámico en la
zona B – Río Cauca. 317
Tabla 44. Frecuencia de esquemas de transformación de artefactos líticos. 348
Tabla 45. Frecuencia y distribución de artefactos líticos en la zona A – Sinifaná. 351
Tabla 46. Frecuencia y distribución de artefactos líticos en la zona B - Río Cauca. 351
Tabla 47. Recursos litológicos aprovechados como materias primas
en la elaboración de artefactos líticos. 352
Tabla 48. Variedad de materias primas empleadas en la elaboración de
artefactos líticos. 353
Tabla 48.1. Dimensiones de núcleos. 354
Tabla 49. Frecuencia de negativos de extracciones en núcleos. 355
Tabla 50. Modo de reducción de los núcleos. 355
Tabla 51. Frecuencia y distribución de artefactos tipo lasca según las
materias primas empleadas, en el área de estudio. 358
Tabla 52. Daños visibles en lascas de acuerdo a la técnica de manufactura. 359
Tabla 53. Características de los bulbos de percusión de acuerdo a la
técnica de manufactura. 360
Tabla 54. Dimensiones de lascas de acuerdo a la técnica de manufactura. 361
Tabla 55. Frecuencia y distribución de artefactos modificados por
uso de acuerdo al tipo de materia prima. 362
Tabla 56. Dimensiones de artefactos modificados por uso. 363
Tabla 57. Frecuencia y distribución de los artefactos pulidos en el
área de estudio. 365
Tabla 58. Dimensiones de artefactos pulidos. 366
Tabla 59. Distribución y frecuencia de cerámica europea en el Yac. No. 18. 380
Tabla 60. Distribución y frecuencia cerámica europea en los yacimientos
restantes de la zona A. 381
Tabla 61. Distribución y frecuencia cerámica europea en la zona B – Río Cauca. 382
Tabla 62. Funcionalidad de los yacimientos arqueológicos del área de estudio. 391
Tabla 63. Frecuencia de los yacimientos por la funcionalidad. 392
Tabla 64. Forma de las vasijas según la funcionalidad de los sitios en
el área de estudio. 406
Tabla 65. Técnica decorativa de la cerámica según la funcionalidad
de los sitios en el área de estudio. 409
Tabla 66. Composición del desgrasante de la cerámica, según la
funcionalidad de los sitios. 419
Tabla 67. Presencia de engobe en la cerámica, según la funcionalidad
de los sitios. 420
XX
Tabla 68. Rangos de altura por funcionalidad de los yacimientos
arqueológicos del área de estudio. 435
Tabla 69. Densidad de fragmentos cerámicos de cada estilo, de acuerdo a la
funcionalidad de los sitios. 437
Tabla 70. Características de los sitios de alta visibilidad. 444
Tabla 71. Técnica decorativa de la cerámica según las zonas prospectadas. 450
Tabla 71. Motivos decorativos de la cerámica según las zonas prospectadas. 451
Tabla 73. Alteración antrópica en los yacimientos arqueológicos
del área de estudio. 476
Tabla 74. Zonificación del área de estudio según el POTM, 1999. 480
Tabla 75. Impactos ambientales identificados en el diagnóstico arqueológico. 482
Tabla 76. Clasificación de los impactos ambientales identificados en el
diagnóstico arqueológico. 483
Tabla 77. Finalidad de las propuestas afines al Área de Manejo Especial. 486
Tabla 78. Figura jurídica y declaratoria de áreas de reserva. 490
Tabla 79. Características de las Áreas Naturales Histórico Culturales. 491
Tabla 80. Centro Cultural Sinifaná – área de Exposiciones Permanentes. 507
Tabla 81. Presupuesto del Proyecto Arquitectónico del Parque Arqueológico
y Ecológico. 527
XXI
LISTA DE FIGURAS
Pág.
XXII
Figura 35. Dibujos de cuencos acorazonados, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18. 291
Figura 36. Dibujos de urnas, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18. 292
Figura 37. Dibujos de asas. Yac. No. 18. 293
Figura 38. Presencia de ahumado en la cerámica del Yac. No. 18. 294
Figura 39. Presencia de hollín en la cerámica del Yac. No. 18. 294
Figura 40. Dibujos de cuerpos incisos, estilo Marrón Inciso Yac. No. 18. 307
Figura 41. Dibujos de cuerpos decorados, estilo Marrón Inciso.Yac. No. 18.
(Plancha No. 1) 308
Figura 42. Dibujos de cuerpos decorados, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18.
(Plancha No. 2) 309
Figura 43. Dibujos de cuerpos decorados, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18.
(Plancha No. 3) 310
Figura 44. Dibujos de vasijas, estilo Marrón Inciso de la zona A - Sinifaná. 315
Figura 45. Dibujos de vasijas, estilo Tardío de la zona A – Sinifaná. 316
Figura 46. Formas de vasijas, estilo Marrón Inciso de la zona B. 318
Figura 47. Formas de vasijas, estilo tardío de la zona B. 319
Figura 48. Dibujos de vasijas de ambos estilos cerámicos Yac. Nos. 23 y 33. 326
Figura 49. Dibujos de vasijas de ambos estilos cerámicos. Yac. Nos. 20 y 21. 327
Figura 50. Dibujos de cuencos, estilo Tardío. Yac. No. 21. 328
Figura 51. Dibujos de vasijas, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 22. 329
Figura 52. Dibujos de vasijas, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 24. (Sondeos) 330
Figura 53. Dibujos de vasijas, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 22. (perfil Rio Cauca) 331
Figura 54. Dibujos de ollas subglobulares sin decoración, estilo Marrón Inciso.
Yac. No. 25. 340
Figura 55. Dibujos de ollas subglobulares con engobe, estilo Marrón Inciso.
Yac. No. 25. 341
Figura 56. Dibujos de ollas subglobulares incisas, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25. 342
Figura 57. Dibujos de ollas subglobulares impresas, estilo Marrón Inciso.
Yac. No. 25. 343
Figura 58. Dibujos de cuencos, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25. 344
Figura 59. Dibujos de cuerpos decorados, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25. 345
Figura 60. Dibujos de ollas subglobulares, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 26. 346
Figura 61. Dibujos de vasijas de ambos estilos cerámicos. Yac. No. 26. 347
Figura 62. Frecuencia y distribución de artefactos líticos en el área de estudio. 350
Figura 63. Frecuencia y distribución de artefactos líticos por zonas prospectadas
en el área de estudio. 350
Figura 64. Frecuencia y distribución de artefactos líticos por clase.
zona A – Sinifaná. 352
Figura 65. Frecuencia y distribución de artefactos líticos por clase.
zona B – Río Cauca. 352
Figura 66. Productos de talla recuperados en el área de estudio. 354
Figura 67. Técnicas de manufactura de artefactos tallados. 356
Figura 68. Materias primas de artefactos tipo laca producto de talla recuperados. 357
Figura 69. Frecuencia y distribución de artefactos modificados por uso. 363
Figura 70. Frecuencia y distribución de material fáunico por área prospectada
y tipo de estructura. 373
Figura 71. Secuencia taxonómica por segmento corporal de los restos fáunicos. 375
Figura 72. Perezoso de tres dedos. 410
Figura 73. Vista de planta del Yac. No. 34 – “Cementerio No. 2”. 446
XXIII
Figura 74. Vista de planta del Yac. No. 35 – “Alto del Nudo”. 447
Figura 75. Área No. 1- Proyecto Centro Cultural Sinifaná, Localización –
Planta General Urbana. 503
Figura 76. Área No. 1- Proyecto Centro Cultural Sinifaná, Localización -
Detalle Planta Urbana. 504
Figura 77. Área No. 1- Proyecto Centro Cultural Sinifaná, Planimetría. 506
Figura 78. Área No. 1- Proyecto Centro Cultural Sinifaná, Perspectivas en 3D. 509
Figura 79. Proyecto Modular. Detalles arquitectónicos. 513
Figura 80. Área 2 – Proyecto Torre de Observación y Centro de Información,
Localización y Planimetría. 515
Figura 81. Área 3 – Proyecto Aula Ambiental, Localización y Planimetría. 517
Figura 82. Área 4 - Proyecto Mirador Cerro Tusa, Localización,
Planimetría y Vistas. 519
XXIV
LISTA DE FOTOS
Pág.
XXV
Foto 38. Bosque intervenido alrededor de la zona escarpada de
las Cuevas de Santa Catalina. 203
Foto 39. Murciélago (Phyllostomus discolor). 203
Foto 40. Moluscos y Artrópodos de la Cuevas de Santa Catalina. 205
Foto 41. La cara de la Diosa en Cerro Tusa. 211
Foto 42. La Cata de la Diosa. 212
Foto 43. El altar de Sacrificios. 214
Foto 44. La Silla del Cacique. 217
Foto 45. Tramo conservado del camino antiguo a Titiribí y Yac. No. 1 al fondo. 219
Foto 46. Corte No. 2 Yac. No. 1 – “ Cementerio No. 1”. 222
Foto 47. Cráneo in-situ, en el corte No. 1, Yac No. 1. 223
Foto 48. Tibias in-su, en el corte No. 1 Yac. No. 1. 223
Foto 49. Clavos hallados en el corte No. 2 Yac. No. 1 – “Cementerio No 1”. 223
Foto 50. Terraza aluvial, donde se ubica el Yac. No 21 - ”La Meseta”. 228
Foto 51. Excavación del corte No. 3. en el Yac. No. 21 - “ La Meseta”. 230
Foto 52. Cortes de excavación y sondeos ampliados en el Yac No. 21. 232
Foto 53. Mano de moler in-situ, en el sondeo No. 1. Yac. No. 22 - “La Suiza”. 236
Foto 54. Yacimiento No. 24 – “ Pueblito Río Cauca”. 239
Foto 55. Perfil del Río Cauca en el Yac. No. 24. 240
Foto 56. Ubicación del Yac No. 25 – “ Abrigo Rocoso”. 243
Foto 57. Yac No. 25 – “ Abrigo Rocoso”. 244
Foto 58. Detalle del Yac. No. 25 – “ Abrigo Rocoso”. 245
Foto 59. Urna funeraria in –situ, en el nivel 3 del sondeo ampliado No. 7.
Yac. No. 25 - “Abrigo Rocoso”. 246
Foto 60. Yac. No. 26 – “Cueva Olajeros”, vista desde el norte. 249
Foto 61. Detalle del costado norte del Yac No. 26. 250
Foto 62. Área 3 en el Yac No. 26. – “Cueva Olajeros”. 251
Foto 63. Tramos conservamos del camino antiguo Venecia – Titiribí. 257
Foto 64. Cuadro fotográfico con fragmentos de ollas globulares y subglobulares.
Yac No. 18. 272
Foto 65. Cuadro Fotográfico con fragmentos de cuencos. Yac. No. 18. 274
Foto 66. Cuadro fotográfico con fragmentos de platos, botellas, bandejas,
ollas pequeñas y cuencos acorazonadas. Yac. No. 18. 277
Foto 67. Urna semi – completa, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18. 278
Foto 68. Fragmentos de poporo, figurina, alcarraza, vasija naviforme y volante
de huso. Yac. No. 18. 280
Foto 69. Fragmentos cerámicos con hollín interno. Yac. No. 18. 295
Foto 70. Cuadro fotográfico de cuencos decorados en el Yac. No. 18. 300
Foto 71. Cuadro fotográfico de cuerpos decorados en el Yac. No. 18. 304
Foto 72. Cerámica estilo Marrón Inciso de la zona A – Sinifaná. 313
Foto 73. Cerámica estilo Tardío de la zona A. – Sinifaná. 314
Foto 74. Fragmentos cerámicos estilo Marrón Inciso. Yac. No. 21. – “La Meseta”. 321
Foto 75. Fragmentos de vasijas burdas del estilo Tardío. Yac. No. 21. 322
Foto 76. Fragmentos de vasijas estilo Marrón Inciso. Yac. No. 22. 323
Foto 77. Fragmentos de vasijas estilo Marrón Inciso. Yac. No. 24. (Sondeos) 325
Foto 78. Fragmentos de vasijas estilo Marrón Inciso. Yac. No. 21. (Perfil río Cauca) 325
Foto 79. Fragmentos de ollas subglobulares estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25. 333
Foto 80. Fragmentos de cuencos estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25. 334
Foto 81. Asas mango, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25. 334
XXVI
Foto 82. Cuerpos decorados, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25. 335
Foto 83. Urna subglobular semi – completa, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25. 336
Foto 84. Urna funeraria, estilo Marrón Inciso. Yac No. 25. 336
Foto 85. Tapa – cuenco, estilo Marrón Inciso. Yac, No. 25. 336
Foto 86. Fragmentos de ollas subglobulares, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 26. 338
Foto 87. Fragmento de botella, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 26. 338
Foto 88. Cuerpos decorados, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 26. 338
Foto 89. Fragmento de cuenco, estilo Tardío. Yac No. 26. 339
Foto 90. Cantos rodados recuperados en el área de estudio. 349
Foto 91. Núcleos recuperados en el área de estudio. 356
Foto 92. Lascas de cuarzo lechoso elaborados mediante la talla por
percusión bipolar. Yac. No. 21. 360
Foto 93. Lascas talladas por percusión directa, principalmente en rocas de
arenisca, andesita, basalto y lidita, Yac. No. 21. 361
Foto 94. Lascas de basalto talladas por percusión directa. Yac. No. 25. 361
Foto 95. Lascas de andenisa talladas por percusión directa. Yac. No. 26. 361
Foto 96. Artefactos modificados por uso de la zona B – Rio Cauca. 363
Foto 97. Artefactos modificados por uso. Yac. No. 18 – “Cuevas de Santa Catalina”. 364
Foto 98. Cinceles pulidos hallados en el Yac. No. 24 - “Pueblito Río Cauca”. 366
Foto 99. Hachas pulidas halladas en el Yac. No. 18 - “Cuevas de Santa Catalina”. 366
Foto 100. Restos óseos cinerarios de los sondeos ampliados. Nos. 3 y 8.
Yac. No. 25. 368
Foto 101. Restos óseos cinerarios y piezas dentales del entierro hallado en
el sondeo ampliado No. 7. Yac. No. 25. 369
Foto 102. Restos óseos cinerarios recuperados en el Yac. No. 26. 370
Foto 103. Cráneo recuperado en el corte No. 2, Yac. No. 1 – “Cementerio No. 1”. 371
Foto 104. Fragmentos óseos, de ave hallados al interior de un cuenco,
en el Área H2. Yac. No. 18. 376
Foto 105. Fragmentos óseos de Didelphys sp,. hallados al interior de un cuenco,
en el Área H2. Yac, No. 18. 377
Foto 106. Fragmentos óseos y piezas dentales de ungulados hallados en el
Yac. No. 18. 377
Foto 107. Fragmentos óseos de Carnívoros hallados en el Yac. No. 18. 378
Foto 108. Instrumento en hueso hallado en el Área F4, Yac No. 18. 379
Foto 109. Cerámica de manufactura europea recuperada en el Yac. No. 18. 381
Foto 110. Cerámica de manufactura europea recuperada en los yacimientos
restantes de la zona A. 382
Foto 111. Cerámica de manufactura europea hallada en los yacimientos de
la zona B. 382
Foto 112. Materiales contemporáneos hallados en el área de estudio. 386
Foto 113. Cuadro fotográfico de las áreas en que se sectorizó el Yac, No. 18. 398
Foto 114. Cerámica con materias primas exógenas a las encontradas en el
área de estudio. Yac. No. 18. 402
Foto 115. Representación en cerámica prehispánica del perezoso de tres dedos. 410
Foto 116. Asas antropozoomorfas halladas en las Cuevas de Santa Catalina. 411
Foto 117. Semillas de palmáceas calcinadas hallada en las Cuevas de
Santa Catalina. 413
Foto 118. Cuenco, estilo Marrón Inciso con decoración en lóbulos y
bandas de pintura roja y crema. 415
XXVII
Foto 119. Sitio de cementerio del río Cauca, conformado por los Yac. No. 25 y 26. 417
Foto 120. Entierro secundario compuesto por dos urnas y una tapa –cuenco.
Yac, No. 25. 422
Foto 121. Detalle exterior del Yac. No. 26 - “Cueva Olajeros”. 424
Foto 122. Sitio de vivienda permanente. Yac. No. 21 – “La Meseta”. 431
Foto 123. Fragmentos de cuencos pulidos , estilo Tardío. Yac. No. 21. 433
Foto 124. Fragmentos de cuenco pulido, estilo Tardío. Yac. No. 21. 434
Foto 125. Sitio de vivienda temporal. Yac. No. 16. 436
Foto 126. Tramo del camino antiguo Venecia – Titiribí, en la finca La India. 439
Foto 127. Yac. No. 34 con torre de energía y al fondo Yac. No. 35 – “Alto del Nudo”. 445
Foto 128. Fragmentos de alcarrazas de doble vertedera hallados en las
Cuevas de Santa Catalina. 456
Foto 129. Fragmentos de poporos hallados en las Cuevas de Santa Catalina. 456
Foto 130. Figurinas antropomorfas de género femenino, estilo Marrón Inciso,
halladas en los municipios de Titiribí y Venecia. 457
Foto 131. Carillas antropomorfas acorazonadas, estilo Marrón Inciso,
halladas en los municipios de Titiribí y Venecia. 458
Foto 132. Cuencos con decoración de triángulos en la superficie interna.
Yac. No. 18 – “Cuevas de Santa Catalina”. 459
Foto 133. Impacto ambiental sobre el Yac. No. 37 – “La Hondura”. 474
Foto 134. Impacto ambiental sobre el Yac. No. 27 – “Alto de la Corneta”. 475
Foto 135. Depresión de guaquería en el Yac. No. 16.
Loma de Cerro Tusa. 477
Foto 136. Maqueta de los municipios de Venecia y Tarso, elaborada por
el geógrafo Michael Hill (1996). 508
Foto 137. Módulo de vitrina para exhibición. 508
Foto 138. Panal de abejas. 510
Foto 139. Detalle nudo de amarre. 511
Foto 140. Etapa de construcción de los módulos en guadua. 511
Foto 141. Mirador Cerro Tusa. 518
Foto 142. Grupo habitacional. 520
Foto 143. Mirador Alto de la Corneta. 521
Foto 144. Panel de información, en el Altar de Sacrificios. 523
Foto 145. Banca. 524
Foto 146. Señalización. 525
Foto 147. Puente. 526
XXVIII
LISTA DE MAPAS
Pág.
Mapa 7. Modelo de elevación digital con ubicación de sitios de alta visibilidad. 448
Mapa 10. Zonificación del área de estudio (según el POTM, 1999). 481
XXIX
TOMO DE ANEXOS
LISTA DE ANEXOS
XXX
GLOSARIO
XXXI
permanencia; el núcleo generador y distribuidor de poder y control por diferentes
vías y con diversos fines.” (Bernal, 1999)
PAISAJE: “El paisaje puede ser visualizado como una escena natural percibida
por el ser humano que ocupa una porción de la superficie terrestre, donde los
elementos naturales (rocas, relieve, clima, agua, suelo, vegetación, fauna y
hombre) forman un conjunto interrelacionado e interdependiente que causan
impactos visuales en el observador. La evolución y dinámica del paisaje dependen
de procesos geomorfológicos y climáticos que actúan por un período prolongado
de tiempo, de patrones de colonización de los organismos y de las perturbaciones
locales durante lapsos cortos de tiempo.” (CORANTIOQUIA, Ministerio del Medio
Ambiente, 1999: 6)
XXXII
Los siguientes términos se han utilizado para ubicar y describir las características
generales en el área de estudio, a diferentes escalas:
XXXIII
RESUMEN
XXXIV
SUMMARY
This study was carried out in an specific area located in the municipality of
Venecia, department of Antioquia, Colombia. It takes as the starting point, a stage
of surveying the territory and the classification of the recovered vestiges. Then the
environmental impacts that ocurr on the archaeological locations are identified and
analyzed.
This analysis of the recovered sample and the archaeological diagnosis are the
base to formulate a series of handling proposals which purpose is to prevent, to
mitigate, to correct and to compensate the environmental impacts on the
archaeological patrimony of the study area. The main proposal is an Area of
Special Handling, on which other proposals are located, as the proposal of an
Archaeological and Ecological Park.
XXXV
INTRODUCCIÓN
XXXVI
aportar, no sólo al conocimiento científico en el campo de la Arqueología, sino
también a la constitución de una base de datos sistematizada como fuente de
apoyo institucional, para contribuir a una planeación estratégica o
direccionamiento equilibrado del crecimiento urbanístico en el municipio,
orientando las obras de infraestructura y los usos del suelo, de acuerdo con la
protección del patrimonio arqueológico del territorio. También se busca divulgar los
resultados de la investigación a un público general de manera participativa,
fomentando la apropiación del conocimiento del entorno y el acceso al espacio
geográfico de manera didáctica, entre los habitantes del territorio.
Uno de los productos finales de este estudio consta de una serie de propuestas de
manejo para el patrimonio arqueológico en el área de estudio. Estas propuestas
fueron formuladas con base en los resultados del diagnóstico del potencial
arqueológico identificado, el cual fue elaborado según los resultados de la
prospección arqueológica y de los análisis llevados a cabo, a partir de la muestra
de vestigios arqueológicos recuperada. En este diagnóstico, los yacimientos
arqueológicos se evaluaron según varios criterios como: densidad y calidad de
los vestigios arqueológicos recuperados en cada uno, funcionalidad y
representatividad del yacimiento dentro del sistema de poblamiento, estado de
conservación y posible afectación del mismo, buscando obtener una visión
más amplia para su evaluación y poder formular las propuestas de manejo.
XXXVII
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
A partir del año 2001, las licencias ambientales son expedidas por los municipios
dentro de una estrategia de descentralización. Las Corporaciones Autónomas
Regionales ya no tienen la responsabilidad como autoridad ambiental municipal.
Este es un problema, que unido a un Plan de Ordenamiento Territorial Municipal
(POTM) deficiente en cuanto a su componente histórico – cultural, puede generar
38
la destrucción del patrimonio arqueológico en el municipio, debido a la falta de
certeza en las decisiones que se tomen, por no tener un apoyo correctamente
formulado como es el POTM y por no tener personal idóneo para llevar a cabo
evaluaciones previas al otorgamiento de las licencias ambientales en el municipio.
39
2. MARCO TEÓRICO
40
En una prospección arqueológica, como es el caso del presente estudio, el
componente principal del patrimonio cultural con que se está trabajando es el
patrimonio histórico y arqueológico, sin dejar a un lado otros componentes de
dicho concepto. Según Joseph Ballart (1997), el patrimonio histórico y
arqueológico “es aquel legado de la historia que llegamos a poseer porque ha
sobrevivido al paso del tiempo y nos llega a tiempo para rehacer nuestra relación
con el mundo que ya pasó.” (Ballart, 1997: 36, 37).
41
“Art. 72- El patrimonio cultural de la nación está bajo la
protección del Estado. El patrimonio arqueológico y otros bienes
culturales que conforman la identidad nacional, pertenecen a la
nación y son inalienables, inembargables e imprescriptibles. La
ley establecerá los mecanismos para readquirirlos cuando se
encuentren en manos de particulares (...)”
La ley 397 de 1999 define los objetivos de la política estatal en relación con el
patrimonio cultural de la Nación:
La ley 388 de 1997, establece de manera específica el papel que juegan las
entidades territoriales en la protección del patrimonio cultural, al concederles
autonomía al respecto.
42
suelo, la preservación y defensa del patrimonio ecológico y
cultural localizado en su ámbito territorial y la prevención de
desastres en asentamientos de alto riesgo, así como la
ejecución de acciones urbanísticas eficientes.”
El decreto 833 del 2002, de reciente aprobación por parte del gobierno nacional,
reglamenta parcialmente la ley 397 de 1997 en materia de patrimonio
arqueológico. En esta ley se especifica la función del registro del patrimonio
arqueológico, que compete al Instituto Colombiano de Antropología e Historia
(ICANH).
En síntesis, esta revisión de las leyes y decretos promulgados en los últimos años,
muestra como se incorpora en la legislación colombiana el concepto de patrimonio
cultural y los mecanismos legales establecidos para su protección y valoración.
Los entes municipales aparecen dentro de esta legislación como los responsables
directos de la conservación del patrimonio en sus jurisdicciones, así como de la
declaratoria del mismo.
43
2.3. PLAN DE MANEJO ARQUEOLÓGICO
Estos estudios se componen de varias etapas articuladas a las etapas del Plan de
Manejo Ambiental del cual hacen parte, como:
Los Planes de Manejo Arqueológico son una herramienta útil en la gestión del
patrimonio cultural. Estos se llevan a cabo en diferentes situaciones:
44
Impacto Ambiental (EIA) conformado parcialmente por un Plan de Manejo
Ambiental (PMA), del cual hace parte el Plan de Manejo Arqueológico. La
autoridad ambiental debe velar por el estricto cumplimiento del Plan de Manejo
Ambiental por parte del propietario del proyecto. En este caso, los Planes de
Manejo Arqueológico permiten llevar a cabo los proyectos bajo criterios de
desarrollo sostenible y de protección del patrimonio arqueológico, así éstos
obedezcan a la lógica del desarrollo económico y no suelan diseñarse desde una
estricta racionalidad ambiental. (Ángel et. Al., 1997)
45
3. OBJETIVOS
46
4. METODOLOGÍA
“La investigación por los métodos utilizados hasta el presente, ha sido fraccionaria en
términos de su concepción y de su construcción, el trabajo interdisciplinario que debería
caracterizarla es aún muy incipiente porque no se ha comprendido con claridad la
necesidad de posibilitar en el proceso de la investigación, la integración plena del
conocimiento de otras ciencias como la física, la climatología, la química, la geología, la
edafología, la antropología, la sociología, la economía o la propia cibernética, lo que ha
limitado a los investigadores el propio alcance de sus conclusiones después del proceso de
investigación.”
(Mario Avellaneda, 1997: 27)
La Ingeniería Ambiental crea una visión enmarcada entre otras, en las ciencias de
la tierra como la geología, la geomorfología, la hidrología, la climatología y la
ecología, que fueron la base para la caracterización biofísica de la zona. También
aporta mediante las ciencias cartográficas, tales como la topografía, la
fotogrametría y los sistemas de información geográfica, los métodos utilizados
para dimensionar y cuantificar estas variables biofísicas y socioculturales,
permitiendo el desarrollo de un planeamiento estratégico con mayor precisión.
47
complejas. En este nivel de entendimiento, es donde se entrelazan todas las
variables en un estudio multidisciplinario que posibilita una visión general del
territorio y sus componentes.
48
potencialmente aptas para la ocupación humana, pasando de lo regional a la
unidad fisiográfica. Esta parte de la caracterización aporta información referente a
las variables físicas, abarcando aproximadamente los últimos cincuenta años.
49
análisis se puedan extrapolar a la totalidad con un error
conocido (inferencia).” (Fernández, 1985: 8)
50
principales se realizó mediante la ficha diseñada para tal fin, Ficha de Registro
de Yacimiento (Ver Anexo A). En esta se tuvo en cuenta la siguiente información:
Los datos de identificación y ubicación geográfica, las características fisiográficas,
la descripción arqueológica y el estado de conservación, de cada yacimiento.
Una vez identificados los yacimientos, se llevó a cabo una recolección superficial
de vestigios de evidencia humana antigua en las unidades fisiográficas y a lo largo
del camino. Luego se realizaron muestreos, que consisten en pruebas de
garlancha o pozos de sondeo de 40 cm. x 40 cm. x 40 cm. Estos se llevaron a
cabo en cada yacimiento, con una intensidad acorde a las características del
mismo (Ver Foto 2). Algunos de los sondeos fueron llevados a cabo en el hombro
de la terraza, ya que estas han sido lavadas por la constante erosión y gran parte
del material se concentra hacia los extremos. La información obtenida en cada
sondeo fue registrada en una ficha diseñada previamente: Ficha de Registro de
Sondeos (Ver Anexo B), en la cual se tuvieron en cuenta el tipo de materiales
obtenidos como: fragmentos de cerámica, artefactos líticos, carbón, restos óseos,
etc. y la profundidad a la que fueron hallados, por niveles de 10 cm.
51
en la primera etapa de sondeos, con el fin de ampliar las observaciones en cuanto
a la frecuencia y distribución de los vestigios arqueológicos al interior de cada uno
de los yacimientos seleccionados en el muestreo regional.
Tras haber ubicado los puntos más adecuados para efectuar las excavaciones
estratigráficas de acuerdo a la densidad y calidad del material obtenido en la
retícula, se procedió a realizar, en esta tercera fase de la prospección, cortes de
52
1m x 2m, subdivididos en dos cuadrantes de 1m x 1m. (Ver Foto 4) Estos cortes
estratigráficos integrados al reconocimiento regional, denominados por Drennan
(2001) Reconocimiento Intensivo, tienen como finalidad obtener muestras
representativas de cerámica asociadas a la estratigrafía, determinar la formación
del yacimiento según los cambios en las características de los suelos y dibujar los
perfiles estratigráficos.
Estos muestreos intensivos pueden ser útiles para identificar la posible presencia
de diferentes tipologías cerámicas, en asociación con los niveles de excavación y
contestar preguntas acerca del ordenamiento cronológico de la muestra obtenida.
Se excavó en capas de 10 cm con palustre, para identificar y registrar con
precisión las distancias en las que se encuentran los materiales de interés
arqueológico como: cerámica, artefactos líticos y rasgos culturales en el suelo
como postes de vivienda, etc. También se recogieron y registraron muestras de
carbón y restos óseos, en los estratos en que se encontraban presentes. La
información correspondiente a los cortes de excavación fue registrada en fichas
diseñadas para esta actividad: Ficha de Registro de Cuadrícula (Ver Anexo C).
En esta ficha se incluyó la ubicación exacta de los materiales recuperados en
planta y se utilizó también una ficha por cada cuadrícula y por cada nivel de 10
cm.
“Estas excavaciones representaron un esfuerzo totalmente
separado del reconocimiento de los patrones de asentamiento
regional, aunque, por supuesto, fue el reconocimiento regional,
mientras se ejecutaba en el campo, lo que proveyó la
información que ayudó a decidir donde se ubicarían las pruebas
estratigráficas.” (Drennan, 1993: 28)
53
En los yacimientos donde se llevaron a cabo sondeos y pruebas estratigráficas por
su alto contenido de rasgos culturales, se recolectaron también muestras de suelo
de los horizontes del perfil estratigráfico, con el fin de ampliar la comprensión de
los procesos de formación de cada yacimiento e identificar posibles rasgos de
asentamientos relacionados con los vestigios, como por ejemplo pisos de vivienda.
Los perfiles fueron registrados en cuanto a la profundidad y el espesor de los
horizontes: Ficha de Registro de Perfil (Ver Anexo D) y se realizó un dibujo a
escala del perfil haciendo uso de la Ficha de Dibujo de Perfil (Ver Anexo E).
54
Los códigos utilizados en la marcada del material cerámico fueron: VEN, que
hace alusión al municipio de Venecia, seguido del sitio donde fue recuperado
(CSC para Cuevas Santa Catalina, AR para Abrigo Rocoso, por ejemplo), la
unidad de recuperación (es decir, si es área, corte, pozo de sondeo, etc.), nivel y
por último el consecutivo, que es una numeración por yacimiento y que hace fácil
la distinción en la base de datos.
55
Foto 5. Clasificación de la muestra cerámica en laboratorio.
56
El análisis de los materiales líticos se centró en aquellos que presentaron rasgos
físicos claramente observables y que contienen valiosa información de las
conductas desplegadas en su producción y uso. El conjunto de artefactos tallados
fue el más numeroso del conjunto, en el cual se pudieron reconocer secuencias
operatorias atribuibles a la acción humana así como variaciones sutiles en los
esquemas específicos de transformación de materias primas.
Los restos fueron separados por regiones anatómicas, con el fin de alcanzar una
mejor clasificación y posterior análisis, cuya finalidad era determinar
características particulares de los individuos y también de los contextos funerarios
hallados:
57
a) Se valoró el tamaño medio de los fragmentos (estimado en milímetros).
c) El color (en donde se observa que los restos de la urnas suelen ser de una
tonalidad mas clara).
58
La aproximación a la edad de los elementos se efectuó con base en el nivel de
desarrollo y crecimiento de las estructuras óseas2, estados de fusión de las
mismas, y la presencia o ausencia de determinadas piezas dentarias así como
criterios de erupción y grado de desgaste (Berwick, 1975; Silver, 1980; Colomer,
1992; Davis, 1992).
59
de datos (según cada tipo de material), que se diseñaron en el programa
estadístico para Ciencias Sociales Stadistic Packet for Social Sciences (SPSS),
con los mismos atributos descritos en las fichas respectivas. Al terminar la
alimentación de los datos se le realizó un proceso de limpieza a la base, el cual
consiste en revisar espacios vacíos, inconsistencias en datos y la realización de
algunos cruces preliminares para identificar fallas.
60
Buenaventura (Ver Foto 7). Este SIG fue utilizado para delimitar subregiones y
áreas específicas, o cruzar variables, de acuerdo a las necesidades de los análisis
y las propuestas.
61
de elaboración del trabajo y del área de estudio. Para las fotografías de la
cerámica, se utilizó un color de fondo según la cronología: fondo verde para el
material correspondiente al período temprano y fondo rojo para el del período
tardío.
En esta etapa se llevó a cabo una investigación etnográfica entre los pobladores
de un caserío situado en un sector específico del área de estudio, enfatizando en
la parte de la tradición oral y el manejo simbólico del espacio. Mediante esta
experiencia se trató de identificar las necesidades de los habitantes del área de
estudio y de compenetrarlos con el trabajo de investigación, incentivando la
valoración y protección del patrimonio arqueológico. Los resultados de esta
pesquisa etnográfica en relación con la prospección arqueológica, fueron la
ubicación de algunos yacimientos arqueológicos y de su toponimia, los cuales se
presentan a lo largo del presente estudio.
62
variables permitieron determinar una calificación para cada uno de los yacimientos
con un criterio de evaluación más amplio, que si se tuvieran en cuenta sólo en
términos de densidad de materiales recuperados.
Cada una de las propuestas que hacen parte del proyecto fueron formuladas
según los requerimientos identificados en el diagnóstico, y de acuerdo con unos
criterios teóricos y técnicos. Por lo tanto, la presentación de cada propuesta
consiste de varios aspectos como: la sustentación teórica, los objetivos, los
criterios técnicos y metodológicos, y la ejecución de la metodología.
63
5. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL ÁREA DE ESTUDIO
“...Así, cada piedra, cada montaña, cada árbol, son seres que tienen un ciclo de vida y una
historia. Hermanito menor cuando mira árbol o piedra, sólo mira árbol o piedra, nosotros
vemos profundo, vemos además como persona espiritual. Las largas caminatas por los
hermosos caminos y parajes de la Sierra, adquieren una dimensión especial cuando se
transitan en compañía de Mámas o de viejos conocedores de la tradición y la historia. El
paisaje es leído como un libro abierto. El canto de un pájaro lleva un mensaje; el tipo de
canto o de ave, presagia la presencia de indígenas o yalyis, visitas, enfermedades y
peligros; cada piedra es un antepasado con una historia particular; las montañas son
inmensas viviendas habitadas con puertas y pasajes secretos para entrar o salir de su
interior; los ríos cristalinos son las venas que llevan la sangre de la Madre y en los páramos
cerca de los hielos perpetuos, están los sitios sagrados donde al comunicarse directamente
con los “padres espirituales” obtienen de ellos su sabiduría y su poder.”
64
Figura 1. Venecia en el departamento Figura 2. Límites del municipio de
de Antioquia.(CORANTIOQUIA, 2000) Venecia. (CORANTIOQUIA, 2000)
Venecia limita por el oriente y por el sur con el municipio de Fredonia, por el norte
limita con los municipios de Amagá y Titiribí, y por el occidente limita con los
municipios de Tarso, Salgar y Concordia; se encuentra situado a 61 km de
Medellín por carretera (Ver Figura 2). (García, 1981)
65
La estructura o columna vertebral de este sistema es el camino que desciende
desde la cabecera municipal de Venecia (1350 m.s.n.m.) hasta el corregimiento de
Bolombolo (500 m.s.n.m.). A partir de este eje central se desprenden varias
unidades fisiográficas que conforman el área de estudio.
Este camino recorre las siguientes fincas en dirección E-W: Ventiadero, Santa
Catalina, La India, Torrejones, Torreblanca, La Portada, La Loma, Rochiles, La
Quiebra, Rincón Santo, La Plata, La Lotero, La Popala, El Balsal, con una
distancia total de trece km aproximadamente. En la zona intermedia de este
camino se encuentra el Cerro Tusa: foco de importancia en este sistema
geográfico.
66
5.2. CARACTERÍSTICAS FÍSICAS DEL ÁREA DE ESTUDIO
Foto 8. Cerro Tusa y Cerro Bravo: los cerros “centinelas” del suroeste de Antioquia.
67
5.2.1. GEOLOGÍA
68
Basándose en la datación comparativa de los escasos fósiles obtenidos en su
estudio y según la tectónica de la región, Grosse (1926) pudo determinar de
manera preliminar la posición estratigráfica del Terciario Carbonífero. Éste se
encuentra entre el Éoterciario, donde tuvo su origen y el Neoterciario, atribuido al
terreno de cubierta. Esta temporalidad está en concordancia con el hecho de que
los estratos carboníferos de Antioquia deben ser más modernos que los granitos y
dioritas andinas (como el Batolito Antioqueño), los cuales pertenecen al período
Post-Cretácico.
69
Tabla 1. Litología y estratigrafía del área de estudio. (Robertson Research, 1983)
a) Rocas Metamórficas
70
encuentran intruidas por rocas ígneas plutónicas mesozoicas (Ver Tabla 1).
(Giraldo y Gómez, 1985; Ceballos y Cuartas, 1999)
71
Esta formación pertenece al Mioceno Tardío (Ver Tabla 1). (Ceballos y Cuartas,
1999)
Las masas bosiformes mayores como Cerro Tusa, Cerro Bravo y Cerro Sillón son
consideradas como neques (necks) o cuellos volcánicos, lo que significa que
constituyen ruinas de volcanes, cuyas erupciones fueron enormes y simultáneas.
3 Lacolito: Clasificación geológica para los cuerpos con forma lenticular (forma de lenteja).
72
e) Rocas Sedimentarias
Miembro Superior: Se
encuentra en áreas circunvecinas a
Cerro Tusa y al casco urbano de
Venecia, en una franja alargada en
dirección aproximada N-S, a dos km
aproximadamente, desde la margen
derecha del río Cauca (Ver Mapa 1).
Está compuesto por areniscas gris-
verdosas a azuladas (en estado
fresco), gris-amarillentas
(meteorizadas) y por arcillolitas
deleznables de color ocre, con
ausencia de mantos de carbón y
conglomerados. (Giraldo y Gómez,
1985; Ceballos y Cuartas, 1999)
73
f) Depósitos Cuaternarios: Según Grosse (1926), están representados por
terrazas que se forman por bloques y cantos de rocas ígneas, metamórficas y
sedimentarias. Estos depósitos se dividen en dos grupos según su forma y
contexto de aparición:
74
5.2.1.3. Geología Estructural: El área de estudio se encuentra localizada en una
región afectada por varios eventos tectónicos. Existen dos grandes sistemas de
falla que bordean la región, la Falla de Romeral y la Falla de Sabanalarga, y otras
fallas de menor magnitud:
a) Falla de Romeral: Esta falla corre desde el sur del continente, a lo largo de la
cadena Andina. En el suroeste de Antioquia, cruza por Damasco, sigue por el
cauce del río Poblanco, en Fredonia, pasa por Camilo C., en Amagá (Ver Figura 4)
y luego llega al valle de Aburrá, pasando entre los municipios de Caldas y la
Estrella, para seguir rumbo norte, hacia Belmira y descender finalmente a Puerto
Valdivia. Aunque su corredor –precisamente- no hace parte del área de estudio,
por estar situada a unos pocos km del límite oriental del municipio de Venecia, su
zona de influencia si abarca el territorio, donde se pueden observar las
consecuencias de su actividad. (Hill, 1986)
b) Falla de Sabanalarga: Esta otra falla de amplia cobertura, sube por el río San
Juan hasta Bolombolo, de donde continúa con rumbo norte, en una línea paralela
al río Cauca, que se ubica a 2 km al oriente de Bolombolo, hasta el municipio de
Puerto Valdivia, cerca de Sabanalarga. (Hill, 1986) Denominada Falla Cauca E
por Grosse (1926), es la más importante de las fallas presentes en el área de
estudio. Separa el Complejo Quebradagrande del Miembro Superior de la
Formación Amagá.
e) Falla Revenidero: Se ubica en el extremo sur del área de estudio (Ver Mapa
1). Tiene una dirección aproximada de NWW-SEE, colocando en contacto al
Miembro Superior de la Formación Amagá con el Complejo Quebradagrande.
(Giraldo y Gómez, 1985; Ceballos y Cuartas, 1999)
75
Mapa 1. Geología del área de estudio.
76
5.2.1.4 Orogénesis de los Volcanes Antioqueños
Desde que Emil Grosse dio a conocer su investigación en 1926, sus datos e
inferencias se han seguido construyendo y debatiendo, generando nuevas
hipótesis para explicar la génesis de las llamativas montañas del suroeste
antioqueño.
Parsons (1961), propone -siguiendo los planteamientos de Grosse (1926)- que los
Intrusivos Terciarios constituyen gargantas o cuellos andesíticos, a los cuales los
agentes erosivos les han ido gastando lentamente su capa de tufas y lava,
dándoles su aspecto de agudos capiteles, como el trifacetado de Cerro Tusa y el
macizo de Cerro Bravo.
77
Figura 3. Volcán Grosse. (Hill, 1986)
78
5.2.2. GEOMORFOLOGÍA
“Expuestos vagamente los pormenores de este cuadro corográfico, nos resta sólo por
agregar, en forma de complemento, que cualquiera que haya visto con atención un líquido
espeso e hirviente a punto ya de solidificarse, cuando presenta sobre la superficie
elevaciones y hundimientos causados por el influjo de los vapores que se desprenden de su
interior, podrá tener en teoría una idea clara y precisa de lo que vería por mayor, si
elevándose a muchísima altura en la atmósfera, contemplara desde allá el rugoso territorio
antioqueño. Entonces todo lo que llevamos mencionado, y mucho más, aparecería a su
vista como un vasto y curioso panorama.”
5.2.2.1. Zona Baja o Aluvial: Está localizada entre los 500 – 1000 m.s.n.m., en el
área de estudio (Ver Mapa 2). Se compone principalmente de valles
intramontanos, con depósitos aluviales asociados principalmente a la quebrada
Sinifaná y al río Cauca. En esta zona se pueden advertir dos tipos de procesos
aluviales, de acuerdo a la altimetría y antigüedad de los depósitos:
79
b) Terrazas Aluviales: Son depósitos de tope plano, los cuales fueron formados
por una corriente de agua en épocas más antiguas (Ver Foto 11). Estas terrazas
localizadas en la franja altitudinal entre los 600 – 1000 m.s.n.m. (Ver Mapa 2), son
muestra de procesos geodinámicos antiguos y atestiguan cómo las cordilleras han
presentado levantamiento debido a los choques entre placas tectónicas,
persistiendo hasta el Cuaternario (Grosse, 1926) y como -por el contrario- los ríos
van descendiendo, socavando cañones y depositando el material en las orillas de
su cauce.
Cañón del río Cauca: Una gran parte de la zona baja, hace parte del cañón u
hoya del río Cauca. Este cañón presenta cambios significativos en sus
dimensiones en la región del suroeste. Las zonas de Bolombolo y La Pintada
son áreas importantes donde este cañón se abre en amplias terrazas aluviales,
hacia ambas vertientes. Estas dos áreas se constituyen como estrellas
hidrográficas (sitios donde confluyen varios cuerpos hídricos), debido a las
condiciones óptimas del relieve y a la abundancia de afluentes (Ver Figura 4).
Entre estos dos sitios (30 km aproximadamente), el cañón se estrecha y se
pueden apreciar los escarpes, producto de procesos aluviales y erosivos antiguos,
en ambos lados del mismo (Ver Foto 12).
80
Foto 12. Cañón del río Cauca.
81
Figura 4. Cuenca montañosa del río Cauca en el centro del departamento de Antioquia.
(Botero y Vélez, 2000)
82
Dicha unidad fisiográfica, manifiesta una geomorfología de rasgos particulares,
debido a su composición y a los diferentes procesos geodinámicos que la han
afectado (Ver Foto 13). Se compone principalmente de estratos sedimentarios de
la Formación Amagá, los cuales presentan un plegamiento de manera escalonada;
generando planos inclinados con forma en V, en un ángulo ascendente de 30º
aproximadamente, en dirección E-W, los cuales se encuentran cortados
verticalmente hacia su extremo occidental. Los extremos laterales de dichos
escalones descienden hacia los cauces de la quebrada Sinifaná y el río Cauca
(Ver Figura 5).
Foto 13. La Loma de Cerro Tusa, vista parcialmente desde el Cerro Tusa.
Escarpes: Son zonas donde las pendientes superan los 45º de inclinación y
pueden alcanzar hasta un relieve invertido, dependiendo de la dinámica de la
caída de bloques. Se forman en los extremos occidentales de cada una de las
cuestas, presentándose como la contrahuella del peldaño (Ver Foto 8). En
algunas partes de estos escarpes –que se estiran lateralmente y en descenso,
hacia ambas vertientes principales- se puede visualizar parcialmente la
superposición de los estratos geológicos de la zona como: mantos arcillosos en
consolidación, rocas sedimentarias en descomposición y el afloramiento de capas
de fósiles hulleras.
83
Figura 5. Modelo de elevación digital. (Ceballos y Cuartas, 1999)
84
Se han propuesto diferentes hipótesis para explicar este fenómeno geomorfológico
tan interesante y particular. El médico Juan Bautista Montoya y Flores fue el
primero en reportarlo y construir una hipótesis para explicarlo:
4 Anfiteatro: “Espacio de terreno de poca altura, cuyos flancos tienen sus planos ligeramente
inclinados.” (Uribe Ángel, 1985: 5)
85
Tabla 3. Principales sub-unidades fisiográficas en la Loma de Cerro Tusa.
El Alto el Nevado es una sub-unidad ubicada al norte del Alto del Nudo sobre el
estrato No. 4, a una altura de 1375 m.s.n.m. Tiene mucha importancia debido a
que su composición superficial de arenas finas y blancas, atestigua el
levantamiento de los sedimentos de depósitos aluviales hasta cotas elevadas
como ésta, a causa de los procesos volcánicos. Su nombre obedece a que tiene
aspecto de nevado por su cobertura arenosa (Ver Mapa 2).
Los puntos más sobresalientes por su altura en el área de estudio son las cimas
de las unidades fisiográficas principales (Ver Tabla 4), las cuales le dan un gran
atractivo paisajístico a la zona (Ver Mapa 2):
UNIDAD ALTURA
FISIOGRÁFICA (m.s.n.m.)
Cerro Bravo 2550
Cerro Tusa 1925
Cerro Sillón 1900
Cerro San Lorenzo 1800
Alto el Narciso 1750
Cerro Cardona 1700
Cerro Chelines 1650
Alto La Nigua 1600
5Nudo: “Por extensión también llamamos nudo de una montaña o cordillera, la masa culminante
en que se divide en otras secundarias, y puntos de unión los lugares en que se juntan. Si la
cordillera primitiva se divide en dos, se bifurca, y si en tres, se trifurca.” (Uribe Ángel, 1985: 5)
86
Las unidades de paisaje más representativas del área de estudio son: Cerro
Bravo, Cerro Sillón y Cerro Tusa. Cerro Bravo es uno de los cerros “centinelas” del
suroeste de Antioquia, con una altura mayor que los demás y cuya cima se
presenta menos aguda (Ver Foto 8). Frente al costado occidental del Cerro Bravo
se encuentra el Cerro Sillón, el cual está constituido por una base principal, de la
cual afloran en cada extremo, dos colinas o cimas más pequeñas creando un llano
en el medio. Este debe su nombre a su parecido con una silla de montar (Ver Foto
14). Cerro Tusa es una formación geológica de origen volcánico de
aproximadamente 800 m de altura, la cual se presenta con forma piramidal casi
perfecta, vista por el costado Norte (desde la Troncal del Café, entre la Albania y
Bolombolo). Este cerro constituye un hito geográfico o referente espacial desde
la época prehispánica, por la particularidad y magnitud de su forma.
87
Foto 14. Cerro Tusa y Cerro Sillón, vistos desde la Albania, municipio de Titiribí.
88
Mapa 2. Altimetría por colores del área de estudio.
89
5.2.3. SUELOS
Los suelos del área de estudio se dividieron en dos grupos principales, de acuerdo
a la clasificación propuesta por el IGAC (1990), con base en varios factores que
crean diferencias entre la ubicación de los mismos como: altura sobre el nivel del
mar, sustrato o formación geológica sobre la que se encuentran y pendiente:
5.2.3.1. Suelos de Colinas: Son los suelos más frecuentes en el área de estudio,
característicos del clima cálido y húmedo de la región cafetera, localizados en la
zonas media y alta del territorio, con una altimetría que va desde los 1000 – 2000
m.s.n.m (Ver Mapa 2); se encuentran desde el relieve ondulado, fuertemente
ondulado, hasta el quebrado (25 – 70% de pendiente).
Según su profundidad efectiva del 80%, se puede afirmar que son suelos
moderadamente evolucionados o profundos agrícolamente; con buena retención
de humedad (generalmente saturados); de buen drenaje externo y drenaje interno
regular.
5.2.3.2. Suelos de Cordillera: Son suelos de clima cálido con tendencia seca,
que se encuentran en la zona baja del área de estudio, equivalente a un rango
altitudinal entre los 500 – 1000 m.s.n.m. (Ver Mapa 2); donde se presenta un
relieve caracterizado por colinas suavemente onduladas, con pendientes variables
y cortas que van del 50%, hasta el 75% en las vertientes erosionables.
90
con una pedregosidad del 15% al 40%, predominan feldespatos, plagioclasas,
piroxenos, anfíboles y en menor proporción olivinos y micas; aunque algunos
suelos de está zona baja, también corresponden al sustrato geológico de la
Formación Amagá, pero en una menor proporción. (IGAC, 1990)
Presentan por lo general texturas franco-arenosas y colores que van de los pardo
oscuros a claros. Son suelos superficiales y poco evolucionados según su
profundidad efectiva. No son suelos tan fértiles debido a la menor presencia de
cenizas volcánicas, sumada a una erosión moderada a severa.
91
Suelos de Colina
92
Lectura de Perfil:
93
Suelos de Cordillera
Lectura de Perfil:
94
Los horizontes presentan una coloración que va de los pardo oscuros a los pardo
claros (7.5YR2.5/2 – 10YR3/6), lo que indica que son suelos menos lavados que
los anteriores (Ver Figura 6), por su ubicación en una zona con menor
precipitación media, de 1500-2000 mm (IGAC, 1990), y de menor pendiente (Ver
Mapa 2).
95
Figura 6. Perfil Modal de Suelos.
96
5.2.4. HIDROLOGÍA
97
Tabla 7. Área de las principales cuencas hidrográficas del área de estudio.
98
principales afluentes son: por la margen derecha la quebrada Doraditas y por la
izquierda las quebradas El Dulce y La India, las cuales nacen en el costado
oriental de Cerro Tusa (Ver Mapa 12).
99
Foto 16. Desembocadura de la quebrada El Revenidero, en tiempo seco.
5.2.4.4. Cuenca del río Cauca: El río Cauca, a pesar de ser un afluente del río
Magdalena se ha considerado como formador de una cuenca aparte, debido a la
gran área que drena, equivalente al 46% del área total del departamento
aproximadamente. (IGAC, 1990)
100
Foto 17. Río Cauca, cerca de la desembocadura de la quebrada El Revenidero.
La cuenca del río Cauca recoge todos los afluentes del territorio anteriormente
enunciados, por lo tanto, no se puede delimitar su cuenca, ya que equivaldría a
toda la extensión del territorio. En esta caracterización de cuencas hidrográficas,
se han ubicado dos grupos de afluentes cortos que vierten sus aguas al río Cauca
(Ver Mapa 3), con un área drenada de 1153 hectáreas (10.75% del área drenada
en el territorio), sin hacer parte de ninguna de las cuencas anteriores (Ver Tabla
7):
Afluentes cortos al río Cauca del cerro San Joaquín: El cerro San Joaquín
es una formación montañosa culminada por dos cimas de 1200 m.s.n.m.
aproximadamente, localizada en el ángulo producido por la curva que presenta el
río Cauca entre Bolombolo y la desembocadura de la quebrada el Revenidero.
(Ver Mapa 2). Desde este cerro, también cubierto por reductos intervenidos de
bosque seco tropical, se desprenden algunas quebradas de poco caudal, como El
Guaico y Marvalle, las cuales descienden en dirección SW hacia el río Cauca (Ver
Mapa 3).
101
Mapa 3. Hidrología del área de estudio.
102
5.2.5. CLIMATOLOGÍA
Los datos climatológicos han sido estimados por especialistas, según los
resultados obtenidos en tres estaciones ubicadas en el territorio del municipio de
Venecia: la estación La Plata (750 m.s.n.m.) del HIMAT; la estación Rosario en la
cabecera municipal (1350 m.s.n.m.) y la estación de la Granja Esteban Jaramillo
(1600 m.s.n.m.) del Fondo Nacional de Cafeteros.
El clima del área de estudio fue dividido en tres pisos según la clasificación
propuesta por el IGAC (1990):
Piso Cálido: Se presenta en la zona baja del área de estudio, entre los 500-
1000 m.s.n.m. Cubre principalmente las zonas ribereñas de la quebrada Sinifaná
y el río Cauca (Ver Mapa 2 y Tabla 8).
Piso Templado: Comprende la zona media del área de estudio, con una
altimetría entre los 1000-2000 m.s.n.m. A este grupo pertenecen la Loma de
Cerro Tusa y la cabecera municipal de Venecia (Ver Mapa 2 y Tabla 8).
6Farallón: “Es un picacho que sobresale y se eleva considerablemente sobre la altura media de
una cordillera.” (Uribe Ángel, 1985: 6)
103
Piso Frío: Comprende las zonas más elevadas del área de estudio como las
cimas de Cerro Bravo y Cerro Tusa, con una altimetría de 2000 – 2600 m.s.n.m.
(Ver Mapa 2 y Tabla 8)
104
5.2.5.3 Vientos: En el área de estudio se presentan dos corrientes de aire
caliente que ascienden desde la zona cálida, hacia las zona media y alta. La
primera es la corriente térmica que se mueve en dirección SW-N, desde la hoya
hidrográfica del río Cauca hacia la Loma de Cerro Tusa. La segunda corriente
térmica, asciende en dirección N-SW desde la zona baja de la quebrada Sinifaná,
juntándose con la primera en los alrededores de Cerro Tusa (Ver Mapa 2). Estos
vientos cálidos se pueden advertir con mayor intensidad en la zona media, hacia
las horas de la tarde.
105
5.3. CARACTERÍSTICAS BIÓTICAS DEL ÁREA DE ESTUDIO
5.3.1.1. Bosque Seco Tropical (bs-T): Esta es una zona ecológica característica
de la Cuenca Montañosa del río Cauca en el departamento de Antioquia,
localizada entre los municipio de La Pintada, en los límites con Caldas, hasta
antes de llegar al municipio de Puerto Valdivia, donde el cañón del río se abre en
el Bajo Cauca. En esta sección montañosa de su cuenca, el río Cauca fluye en
dirección S-N, formando una garganta andina, en donde las estribaciones de la
cordilleras Occidental y Oriental, alcanzan a veces sus orillas. En este valle
estrecho, encajonado entre montañas, se presenta una relativa sequedad
ambiental, producto de las altas cordilleras que bloquean el paso de vientos
húmedos, procedentes de la costa Pacífica y del valle del río Magdalena. (Espinal,
1992)
En el área de estudio esta formación vegetal cubre la zona baja entre los 500-
1000 m.s.n.m. (Ver Mapa 2), comprendida principalmente por las tierras
suavemente onduladas y las vertientes accidentadas, de la las cuencas de la
quebrada Sinifaná y el río Cauca (Ver Foto 12).
106
Foto 18. Bosque secundario intervenido y guaduales en zona de escarpes.
107
5.4. CARACTERÍSTICAS SOCIOCULTURALES Y ECONÓMICAS DEL ÁREA
DE ESTUDIO
“Dios le dijo a esta Antioquia: Te haré arrugada y escabrosa, para que tus hijos luchen
contigo. Su vida no será en labranzas y pastoreos apacibles: habrán de sacarte el pan de tus
propios entresijos. Mira: tu relieve es tal, que tus mismos geógrafos habrán de confundirse;
los hombres que vuelen por tus espacios podrán darse mediana cuenta de tu formación,
más nunca podrán contemplarte tal cual eres en tu conjunto, ya te estudien de soslayo, ya
de plomo. Conforme lo dijo Dios, tuvo de ser.”
Tomás Carrasquilla. “Memoria de Ciudad”
(SURAMERICANA, 1997: 154)
a) Ganadería: La ganadería floreció desde el siglo XVII hacia las tierras bajas del
río Cauca, gracias a las grandes planicies y potreros, y a la existencia de fuentes
de aguasal, fundamentales para la cría de ganado. La producción pecuaria
progresó en los municipios de Titiribí y Fredonia a mediados del siglo XIX, con la
implantación de los primeros pastos importados, el guinea y el pará.
b) Caficultura: A finales del siglo XIX, los cultivos migratorios cuyo objetivo era
abastecer la canasta familiar, fueron siendo reemplazados por cultivos de café,
promovidos por grandes empresarios como el señor Gabriel Echavarría en
Fredonia (1880). Estos primeros intentos no afectaron la cobertura vegetal de la
región, ya que era un tipo de siembra tradicional con sombrío de árboles, el cual
se conoce como café sombrío o café ecológico.
108
“(...) que las gentes tengan cómodas y (abundantes) faborables
abitaciones terreno suficiente adonde estienderse para trabajar y
que con la conttinuación se bayan adelanttando nuebas
poblaciones tierra adenttro en lo que llaman Sinifaná que es un
valle de suma fertilidad y de iguales proporciones al relatado: en
todos estos planttios se sigue es descubierto de nuebas minas
de oro y tal ves de platta corrido y de bettas por haver fundados
mottibos de presumirlo a más deque en las de oro corrido se
sabe que las hay. Los minerales que se descubran de aguasal
pueden ser grandes y de sumas combeniencias para
veneficiarlos siguiéndose de todo una conocida y grande utilidad
(...) A.H.A. Tomo 41, Doc.1353. (Córdoba, 2000: 137)
5.4.1.2. Uso Actual del Suelo: Los usos del suelo que se impusieron durante la
colonización antioqueña, han permanecido hasta la actualidad, causando la
pérdida casi total de los bosques secundarios existentes en el territorio.
109
del POTM (1999), el municipio de Venecia tiene el mayor número de hectáreas
cubiertas con pastos en diferente estado como: potreros manejados, no
manejados, enmalezados, enrastrojados, etc. (Ver Mapa 4), para un total de
58,692.5 hectáreas (82.14%).
110
frutales son de naranja, limón, mandarina y piña cubriendo 38.6 hectáreas (Ver
Mapa 4). Estos cultivos se encuentran aumentando su área en la actualidad y
emplean a un buen número de personas que habían sido afectadas por la crisis
del café, pero no alcanzan a equilibrar el desempleo que provocó dicha crisis.
111
Foto 21. Cabecera municipal de Venecia y zona peri-urbana.
112
Mapa 4. Uso actual del suelo en el área de estudio.
113
6. ANTECEDENTES
114
obtenidas hablan de dos períodos conocidos en la literatura arqueológica de la
región como Temprano y Tardío, que corresponden a manifestaciones culturales
diferentes, así como a distintas fases de su desarrollo económico y social. De
esta manera, se desarrollan en este capítulo las problemáticas planteadas para la
región, tomando como eje los dos períodos de ocupación que tanto las fechas
como los datos han construido: período temprano y período tardío; al interior de
cada uno de ellos se muestran los aspectos que los caracterizan como cronología,
alfarería, patrones de asentamiento, forma de vida y patrones de enterramiento.
Esta sección tiene como objetivo enmarcar la muestra obtenida, dentro de un
ordenamiento cronológico y espacial a escala regional.
115
6.1. ANTECEDENTES ETNOHISTÓRICOS
116
En 1848, el general Joaquín Acosta publica en Paris su obra llamada “Compendio
Histórico del Descubrimiento y Colonización de la Nueva Granada en el siglo XVI”,
para la cual se documenta en las fuentes primarias proporcionadas por los
cronistas -a manera de resumen- y les adiciona algunas anotaciones de sus
diversos viajes por la Nueva Granada.
117
6.1.1. DEFINICIÓN DE CONCEPTOS
El Pueblo de Indios: “Fue la unidad básica utilizada por los españoles para
identificar las diferentes etnias prehispánicas. El pueblo de indios fue una
comunidad constituida por varios linajes, localizada en un territorio específico,
bajo la dirección de un cacique principal y otros secundarios, con una producción
comunitaria y con un conjunto de creencias y prácticas mágicas.” (Llanos, 1981:
15)
118
Las sociedades complejas descritas por los españoles en el occidente de
Colombia durante el siglo XVI, pueden ser enmarcadas mediante la siguiente
definición del concepto Cacicazgos. Según Carneiro (1981):
“Para lo cual se ha de advertir que por las noticias dadas por los
naturales de mejor talento, tres provincias a la parte del sur de la
ciudad de Cartagena les llamaban el Zenú, aunque con variedad
de nombres, porque a la primera, que es la que hemos dicho,
está treinta leguas de la ciudad -la- llamaban Finzenú. A otra
más adelante al mismo rumbo, pasada una valiente cordillera
que las divide y está ya aguas vertientes al gran río Cauca,
llamaban Pancenú. Y pasado el río de Cauca llamaban a otra
gran provincia, Zenúfana, en que se comprendían las provincias
que hoy llamamos del Guamoco y donde está poblada la ciudad
de Zaragoza con todas sus tierras y el río arriba de Cauca hasta
las sabanas de Aburrá, donde hallaron los españoles que las
descubrieron con el capitán Jorge Robledo un gran pueblo,
donde estaba el señor principal que se llamaba Zenufama y los
nuestros le remudaron el nombre llamándole Zenufana. De las
cuales tierras ha mostrado la experiencia ser todas una pasta de
oro finísimo, por lo mucho que de ambas partes se ha sacado y
saca.” (Simón, 1981: 97)
119
La provincia de Zenufaná, que hacía parte de la trilogía del Reino del Zenú ha sido
ubicada geográficamente en el territorio que durante la colonia recibía el nombre
de provincia de Guámoco, donde actualmente se localizan las ciudades de
Zaragoza y Remedios, en la confluencia del río Nechí con el río Cauca, al
nordeste del departamento de Antioquia. (Simón, 1981; Acosta, 1942; Uribe Ángel,
1885; Zerda, 1972)
7 Para una mayor claridad en cuanto al manejo de los datos, se utilizará la palabra Cenufaná al
referirnos a la provincia que nos compete en esta investigación, ubicada en el suroeste del actual
departamento de Antioquia. La palabra Zenufaná será utilizada para denominar la provincia que
hace parte del reino del Zenú, ubicada en el nordeste del departamento de Antioquia.
8 El Reino del Zenú se ubica en la cuenca del río actualmente denominado Sinú; a su vez, la
provincia de Cenufaná se ubica en la cuenca de la actual quebrada Sinifaná. Se puede apreciar
que en ambos nombres hay un cambio fonético, que trasciende al nivel del signo (escritura) entre
el tiempo de la Conquista y la toponimia que conservaron hasta la actualidad.
120
expediciones aprovecharon los principales accidentes geográficos del territorio
como la cuenca del río Cauca, a manera de rutas naturales que ya eran
transitadas por los antiguos habitantes de esta región:
Esta ruta está reconstruida de manera coherente -con base en la geografía- según
la distribución de los principales afluentes del río Cauca en esta región, los cuales
fueron seguidos estratégicamente por la expedición como rutas naturales,
121
aprovechando las zonas bajas y planas que éstos les proporcionaban (Ver Figura
7). Sin embargo, su propuesta adolece de un aspecto muy importante para esta
región, el cual las crónicas coinciden en mencionar y es el paso de la expedición
por la provincia de Murgia antes de llegar al Valle de Aburrá; sugiriendo por el
contrario, un arribo posterior a dicha provincia, luego de realizar un recorrido por el
contorno de este valle interandino.
Figura 7. Ruta seguida por la expedición del capitán Jorge Robledo (1541) según Uribe
Ángel (1885).
122
Otra de las rutas propuestas con base en los relatos de los cronistas es la del
historiador veneciano Nacianceno García Monsalve:
Esta posible ruta se asemeja a la planteada por Uribe Ángel, en cuanto atraviesa
la zona montañosa de los municipios de Fredonia y Venecia, cortando el trayecto
del cañón del río Cauca entre las desembocaduras del río Poblanco y la quebrada
Sinifaná. García propone que la expedición pasó por el actual corregimiento de
Minas en el municipio de Venecia -ubicado en la parte alta de dicho territorio entre
Cerro Bravo y Cerro Tusa-, para bajar al actual corregimiento de Bolombolo,
siguiendo el cañón de la quebrada Arabia hasta su desembocadura y continuaron
por la margen derecha del río Cauca hasta la desembocadura de la quebrada
Sinifaná. Se puede ver como esta posible ruta omite el paso por el casco urbano
del municipio de Venecia y por los alrededores de Cerro Tusa.
“La Búsqueda del Valle de Arví” es la investigación más reciente sobre el tema, la
cual intenta reconstruir la ruta seguida por Robledo de manera cartográfica,
123
llevada a cabo por los investigadores Sofía Botero y Norberto Vélez (2000). En
este trabajo se utilizan metodologías recientes como fotointerpretación y
cartografía digital desarrollando un nuevo acercamiento a las crónicas. En el
mapa No.3 de dicha publicación se ilustra la posible ruta seguida por la
expedición, en el trayecto desde el actual municipio de La Pintada hasta el
municipio de Amagá. Los autores plantean un aprovechamiento de la ruta natural
que constituye el cañón del río Cauca, desde la desembocadura del río Cartama
en el municipio de Támesis hasta la desembocadura de la quebrada Sinifaná. La
expedición continúa por la zona montañosa ubicada hacia la margen derecha de la
quebrada Sinifaná, para flanquear este profundo y estrecho cañón. De allí,
continúan su incursión pasando por la población de Palomos -actual corregimiento
de Fredonia- para llegar al valle de Amagá, atravesando el sillar de Camilocé (Ver
Figura 9).
Foto 22. Abra de la Albania en Titiribí, vista desde los alrededores de Cerro Tusa.
9 Abra: “no es otra cosa que una abertura ancha y despejada que se halla entre dos montañas. “
(Uribe Ángel, 1985: 5) Grieta producida en el terreno por efecto de concusiones sísmicas
(Diccionario de la Lengua Española)
124
Se puede apreciar como esta ruta está propuesta siguiendo la menor pendiente y
es casi idéntica a la ruta del Ferrocarril de Antioquia, la cual ingresa al interior de
la cordillera Central siguiendo el cauce de la quebrada Sinifaná.
Las primeras referencias escritas acerca de esta provincia y que permiten inferir
una posible ubicación geográfica para la ruta, fueron realizadas durante la
expedición de Robledo; quien deja atrás Anserma en Julio de 1541 para llegar a la
cuenca del actual río Poblanco en el municipio de Fredonia. El escríbano de dicha
expedición, Juan Bautista Sardela relata lo siguiente:
“De aquí visto por el capitán que no se podía hallar entrada para
el valle de Arví por ser las sierras muy altas, ásperas e
montuosas y peña tajada se partió e descendimos una sierra
que su hondura parescía yr a los avismos y dimos en un arroyo
de agua grande y seguimos por él hasta quatro leguas y
pasamos un // despoblado de quince leguas e dimos en una
provincia que se dice Cinufaná a donde los naturales como
tovieron sintimiento de nosotros, alzaron todo lo que pudiero(n)
de sus casas y se ausentaro(n) dellas e les fuymos en alcance e
se tomaron algunos yndios e cantidad de oro, e llegados a ella e
sentado el real, el capitán habló (a) los naturales que estavan
presos haziéndoles entender como él venía en nonbre de su
magestad a traerlos a su ovidiencia e al conoscimyento de
nuestra santa fee cathólica e que avían de ser amigos de los
xristianos, dándoles en todo razones pa(ra) que lo entendiese(n)
por donde perdieron parte del myedo que tenía(n) e los soltó e
puso en su livertad, e luego vino toda aquella provincia de paz e
siempre traya(n) presentes de oro al señor capitán y muchos
dellos no quería r(ecibirl)es diziéndoles quel no venía a buscar
oro, que no se lo truxiese.” (Ibid, 1993: 282)
125
“Otros ríos muchos hay en este camino, que por ser tantos y no
tener nombres no los pongo. Cabe Cenufara queda un río de
montaña y de muy gran pedrería, por el cual se camina casi una
jornada; a la siniestra mano está una grande y muy poblada
provincia, de la cual luego escrebiré. Estas regiones y
poblaciones estuvieron primero puestas debajo de la ciudad de
Cartago y en sus límites, y señalado por sus términos hasta el
río grande por el capitán Jorge Robledo, que la pobló (...)”
(Cieza de León, 1984: 121)
Fray Pedro Simón aclara la cita anterior, explicando el uso que el ejército español
le dio al algodón obtenido en esta población:
10 El Pueblo de las Peras corresponde al territorio del actual municipio de Amagá, según
investigaciones anteriores. (Simón, 1981; Arcila, 1969 y Vélez y Botero, 2000).
126
“Desde donde, a quince leguas que caminaron, entraron en la
provincia llamada Zermefana o, como otros quieren, Zenúfana,
de que dejamos ya tocado algo. Pacificaron aquí la alteración
que tenían los indios, y dando vista el capitán Juan de Frades a
ciertos pueblos que estaban a la banda del Río Grande, cuya
gente de miedo se pasó a la otra parte, trajo algún oro y
algodón, que no les fue de poco provecho para reformar los
escaupiles11.” (Simón, 1981: 320)
11 Sayo acolchado con algodón, que usaban los indios mejicanos como coraza contra las flechas.
Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado. París, 1984. Según Montoya y Flórez: “(...)el cultivo de
algodón, que sirvió a los españoles para hacer sus sayos de armas o escaupiles, a semejanza de
los usados por los Mejicanos, donde aprendieron a hacerlos, porque las coracinas de acero eran
muy incómodas y en extremo oxidables.” (1922: 11).
12No es preciso si este escríbano se refiere a la provincia en cuestión o a la de la trilogía del Zenú,
ya que la expedición que este escríbano reporta, aunque atraviesa este territorio, continúa con
rumbo norte hasta el cerro de Buriticá en el actual municipio de Remedios, al nordeste de
Antioquia.
127
En las crónicas también se menciona la existencia de caminos empedrados, los
cuales facilitaron a los expedicionarios el ingreso hacia el centro del departamento
de Antioquia, entre las montañas de la cordillera Central. Según Robledo:
“(...) e aquí le salió de paz el cacique deste pueblo del qual el s(eñ)or
capitán procuró de ynformarse de la tierra e de aquellos hedificios
antiguos que avía fallado en la provincia de Aburrá el qual le dixo como
adelante avía muy gran poblado que eran las provincias de Nutabe y
Brero a donde estava el Señor que avía destruido aquellas antiguallas e
que era tierra muy rica e que avía muchas campanas.” (Ibid, 1993: 291)
128
6.1.3. PROVINCIAS ALEDAÑAS
La cuenca montañosa del río Cauca fue poblada por numerosos grupos étnicos en
la época prehispánica. Con el fin de evitar confusiones, se ha retomado la división
político – administrativa planteada por el Antropólogo Luis Duque Gómez (1991),
para segmentar esta sección montañosa de la cuenca en dos grandes zonas,
según algunas afinidades culturales de la siguiente manera:
-Siguiendo la cuenca del río cauca de sur a norte, se encontraría la zona sur
de la cuenca montañosa del río Cauca. Este vasto territorio estuvo poblado en el
período prehispánico por los siguientes grupos (de sur a norte): Quindos,
Quimbayas, Carrapas, Irras, Ansermas, Chancos, Picaras, Pozos, Quinchías,
Paucoras, Zopias, Caramantas, Armas y Cartamas. En la literatura arqueológica,
esta región geográfica se conoce como Cauca Medio. Actualmente el territorio se
encuentra dividido en los departamentos de Caldas, Quindío, Risaralda y el norte
del Valle del Cauca, que conforman “el Eje Cafetero”. En las crónicas se
encuentran más datos de interés etnohistórico acerca de esta zona, aunque sólo
fueron seleccionados algunos por tratarse de un territorio más alejado y con
menos afinidad cultural con respecto a la Provincia de Cenufaná.
Por otro lado, la zona norte de la cuenca montañosa del río Cauca estaba
ocupada por las siguientes poblaciones durante la época prehispánica (de sur a
norte): Pueblo Blanco, Cenufaná, Pueblo Llano o Pueblo de las Peras, Murgia o
Pueblo de la Sal y Aburrá. Las poblaciones de Arma y Cartama serían el límite
entre ambas zonas y como se verá más adelante presentan afinidades culturales
con ambas. Esta sección de la cuenca montañosa del río Cauca será tratada
como cuenca montañosa del río Cauca en el centro del departamento de
Antioquia (Ver Figura 4), para efectos de una mayor precisión en la ubicación.
13Esta división geográfica se refiere a la extensión que cubre la cuenca del río Cauca, desde el
norte del departamento del Valle del Cauca hasta el norte del departamento de Antioquia.
129
macroregión cultural, entendida según la división propuesta de Duque (1991), la
cual fue observada en primera instancia por los cronistas; planteamiento que
actualmente se ha venido reforzando mediante la información aportada por los
estudios arqueológicos.
A su vez los habitantes del Pueblo Llano presentan una homogeneidad en sus
costumbres con los otros pueblos de la región:
Las diferencias entre cada una de estas provincias y al interior de las mismas eran
pequeñas variaciones lingüísticas -como lo detecta Cieza en la provincia de Arma-
más las generalidades culturales presentan similitudes:
130
“Pasada la gran provincia de Arma está luego otra, a quien
dicen de Paucura, que tenía cinco o seis mil indios cuando la
primera vez en ella entramos con el capitán Jorge Robledo.
Difiere en la lengua a la pasada; las costumbres todas son unas,
salvo que éstos son mejor gente y más dispuestos (...).” (Cieza
de León, 1984: 127)
Esta gran variedad de grupos étnicos asentados en la cuenca montañosa del río
Cauca antes de la conquista ha sido motivo de diferentes hipótesis. Duque (1970)
atribuye a las características fisiográficas del terreno -que se trata de una sucesión
de faldas, valles y cuencas- la causa principal que impidió la unidad política de los
grupos prehispánicos y por lo tanto la formación de pequeños cacicazgos
independientes en todo este territorio; los cuales compartían algunas pautas
culturales pero guardaban algunas particularidades o diferencias locales, las
cuales persisten en el registro arqueológico y se han denominado variantes
regionales. (Santos, 1995)
131
6.1.3.1. Pautas de Poblamiento: Las aldeas principales de cada provincia
estaban ubicadas sobre sitios planos, en lugares estratégicos como valles
interandinos, aterrazamientos de las laderas y confluencias de ríos; como por
ejemplo la provincia de Arma:
“Las casas tienen en lo llano y plazas que hacen las lomas, que
son los fenecimientos de las sierras, las cuales son muy ásperas
y fragosas.” (Ibid, 1984: 123)
132
yncadas unas cañas gruesas de las que en aquella tierra ay,
que son tan gruesas como dos muslos y muy altas y tan largo
cuanto tura la placa van estas yncadas por su orden un palmo a
dos una de otra e ansí ponen más de veynte rengleras dellas
questá hecho como un monte y en el comedio de la pared dellas
(...).” (Tovar Pinzón, 1993: 349)
133
6.1.3.2. La Población: En sus relatos, los cronistas hacen anotaciones referentes
a la cantidad de población de algunos pueblos de manera puntual. Sardela lleva a
cabo una aproximación sobre la población del Pueblo Llano o de las Peras para el
momento de su arribo:
Hermes Tovar Pinzón (1993) considera que para el año de 1536, la región andina
y la vertiente del río Cauca entre Antioquia y Pasto estaba ocupada por 400
cacicazgos con un promedio de 9000 habitantes cada uno y para el período inicial
de la conquista (1536-1559) había una densidad de 36 habitantes por kilómetro
cuadrado, para un total de 3.6 millones de indígenas en la vertiente del río Cauca
(Córdoba, 2000).
Para épocas posteriores (segunda mitad del siglo XVI), se han hecho cálculos
generales con base en las cifras estimadas por diferentes historiadores, a partir
de los datos sobre indios tributarios durante La Encomienda:
134
“El escríbano Pedro Sarmiento calcula que al llegar al pueblo de
Maitamá salieron a luchar unos 4 o 5 mil guerreros (Sarmiento,
1993 –1540- : 256). Si eran los guerreros de toda la provincia,
la población total podía superar la cifra de 20.000, pero si se
trataba únicamente de los guerreros de este pueblo, la cifra
sería varias veces superior. Una descripción de 1583 señala la
existencia aproximada de 20.000 indios en Arma a la llegada de
los españoles (Guillén, 1993 –1583- : 451), mientras que Cieza
de León (1922 –1553- : 59) anota la presencia de 20.000
guerreros, con lo cual la población total superaría los 100.000.
En un memorial de 1582 redactado por Fray Jerónimo de
Escobar (Escobar, 1993 –1582- : 417) se dice que en Arma
habían unos 80.000 indios, cifra que toma el investigador
Hermes Tovar como cierta para la población existente en el año
de 1536, antes de la llegada de los españoles (Tovar, 1993: 72).
Sin embargo, este autor no tiene en cuenta que se trata de
estimaciones hechas muchos años después, sin ninguna base
real, y que pueden estar muy lejos de la realidad. Si tomamos
como base la cifra del censo de 1560 (1705 personas) y
consideramos que por aquel entonces ya sólo quedaba un 10%
de la población original, la cifra estaría entre 30 y 40.000
habitantes, con unos 50.000 como máximo. Cifra que
representaba de todas maneras una cantidad considerable.”
(Gamboa, 2000:10)
135
Por otro lado, los pocos datos que se encuentran sobre el sistema de parentesco
los proporciona Cieza de León, quien observó en detalle las relaciones entre los
miembros de la población. Se sabe que en la provincia de Arma se daba un
sistema de parentesco conocido en la etnología como avunculado, el cual se trata
de una filiación matrilineal, donde hay una relación positiva de tío materno a
sobrino.
“Los hijos heredan a los padres en el señorío y en las casas y
tierras; faltando hijo, lo hereda el que lo es de hermana, y no del
hermano. Adelante diré la causa por que en la mayor parte
destas provincias heredan los sobrinos hijos de la hermana, y no
del hermano, según yo oí a muchos naturales dellas, que es
causa que los señoríos o cacicazgos se hereden por la parte
femenina y no por la masculina.” (Cieza de León, 1984: 126)
También observó que se daba la poligamia, por lo general entre los hombres de
alta jerarquía social, aunque esta situación también se presentaba algunas veces
en el resto de la población masculina:
“Los señores se casan con las mujeres que más les agradan; la
una destas se tiene por la más principal; y los demás indios
cásanse unos con hijas y hermanas de otros, sin orden ninguna,
y muy pocos hallan las mujeres vírgenes; los señores pueden
tener muchas, los demás a una y a dos y a tres, como tiene la
posibilidad (...)” (Ibid, 194: 125)
En el Pueblo Llano, Cieza de León habla por su parte de la baja estatura de los
habitantes:
“Los indios son de pequeños cuerpos (...).” (Ibid, 1922: 125)
136
“Los indios son de buenos cuerpos (...).” (Cieza de León, 1984:
121)
“(...) las mujeres traen una mantas pequeñas con que se cubren
cierta parte del cuerpo, y ellos hacen lo mismo.” (Ibid, 1984: 127)
14 Maure: Faja de las indias, chumbé. Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado. París, 1984.
137
6.1.3.3. Economía y Comercio:
“Sus labranzas tienen los indios por las riberas destos ríos.”
(Cieza de León, 1984: 123)
138
“tierra caliente y malsana”. Por último, el piso frío ubicado por encima de los 2500
m.s.n.m., con una temperatura de 7 a 12ºC, estaba despoblado y la parte baja de
este piso no fue utilizada para cultivos por estar cubierta de “monte bravo”.
(Santos, 1995)
“Hay en esta provincia, sin las frutas dichas otra que se llama
caimito15, tan grande como durazno, negro de dentro; tienen
unos cuexquecitos muy pequeños, y una leche que se apega a
las barbas y manos, que se tarda harto en tirar; otra fruta hay
que se llaman ciruelas, muy sabrosas; hay también aguacates,
guabas y guayabas, algunas tan agrias como limones, de buen
olor y sabor.” (Ibid, 1984: 150)
15 Árbol sapotáceo de América y su fruto. Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado. París, 1984.
16Según Montoya y Flores (1922), este término se refiere a la pithaya de fruto rojo y blanco
(Cereus pithaya), de un sabor ácido muy agradable. Estas crecen de manera silvestre, enredadas
entre las palmeras de corozo y sobre la grandes piedras de los terrenos secos de la cuenca del río
cauca.
139
La fertilidad de los suelos en estas provincias -como en la de Arma- es resaltada
por los cronistas:
“El sitio desta villa se tiene por algo enfermo; son las tierras tan
fértiles, que no hacen más de apalear la paja y quemar los
cañaverales, y esto hecho, una hanega de maíz que da ciento y
más, y siembran el maíz dos veces en el año; las demás cosas
también se dan en abundacia. Trigo hasta agora no se ha dado
ni han sembrado ninguno, para que pueda afirmar si se dará o
no.” (Ibid, 1984: 121)
Llama la atención a Sardela una fruta en particular, la cual asemejan a las peras
europeas. En esta fruta encontraron los indígenas –además de alimento-
propiedades medicinales:
El historiador Montoya y Flores (1922) sugiere algunos de los posibles usos que
los indígenas de la provincia de Cenufaná le dieron a las múltiples especies de
palmáceas que aún se encuentran en el territorio:
140
butyrácea), almendra poco usada hoy en la alimentación. Cocos
no tenían y fueron más tarde importados de la costa por los
españoles. El táparo (Athalea amygdalina), palmera sin tronco,
casi especial en la región de Titiribí, cuya almendra tenía los
mismos usos que el corozo, es una palmera de grandes hojas
de suma elegancia, planta de verdadero ornato pero
enteramente olvidada por nuestros arboricultores. Como de
corozos, táparos, guayabos, papayos, pita, guamos y balsos
había inmensos bosques, los españoles llamaron esos puntos:
Corozal, Taparal, Guayabal, Papayal, Pital, Guamal o Balsal,
aunque tales bosques han desaparecido, las localidades
conservan el nombre. Por último aunque no servía para la
alimentación, la palma de pita era muy cultivada por su fibra,
que es una espcie de lino de color terroso, que empleaban aquí
para tejer atarrayas o hamacas, aunque la inferior calidad a las
que se hacen de cumare y moriche en el Orinoco; de esta
palmera sacaron los Mayas las fibras que les servían para tejer
su ropa, que al principio creyeron los españoles que era de lino.
Utilizaban además, como hoy se hace en el Chocó, en grande
escala el fruto del Chontaduro para la alimentación y empleaban
también la tagua en ciertos artefactos.// Sin duda el tabaco era
cultivado en Sinifaná en grande escala, no solo para usos
religiosos y adivinatorios sino para fumarlo en pipas.” (Montoya y
Flores, 1922: 30-32)
141
cubre hasta las orejas, e aunque les den encima con cualquier
arma, no los pasa, e son buenos de comer, e tienen sus cuevas
en que crian y están; cria cada uno tres e cuatro e tienen sus
tetillas con que crian; la carne dellos es blanca e gruesa como
tocino.” (Tovar Pinzón, 1993: 347)
142
El recurso aurífero de esta región se encontraba en muchos de los ríos y
quebradas afluentes del río Cauca. Los indígenas explotaban estos aluviones de
donde obtenían un mineral de muy buena calidad, el cual empleaban en la
elaboración de objetos ornamentales:
No menos importante fue la explotación de sal realizada por los habitantes de esta
región. Cieza de León, por ejemplo, describe en detalle la producción de sal
llevada a cabo por los indígenas de Murgia:
143
extremo sur de la cuenca del río Cauca como Popayán, hasta las provincias
ubicadas en el altiplano, al interior de la cordillera Central como Aburrá. Esta red
de caminos no solamente le llamó bastante la atención a los expedicionarios, sino
que también les facilitó la entrada, ubicación y delimitación de estas tierras:
“(...) fue a descobrir por otra parte e nunca pudo hallar poblado
puesto q(ue) halló muy grandes hedificios antiguos destruydos e
los camynos de peña tajada hechos a mano más anchos q(ue)
los de Cuzco e otros bohios como a man(er)a de depósytos y el
capitá(n) no se atrevió a seguir aquellos camuynos porque
quyen los avia fecho devía de ser mucha posibilidad de gente
(...).” (Tovar Pinzón, 1993: 290)
“(...) y todos ellos unos con otros se dieron siempre guerra cruel
(...)” (Cieza de León, 1984: 123)
144
"En cuanto al valle de Antioquia, tenemos noticias de los
conflictos bélicos que los antiguos hevéjico dirimieron con los
pequí del Norte y los habitantes de Curume con sus vecinos. A
la época "prehistórica", esto es, prehispánica, se remontan las
luchas en torno a la ruta comercial que desde Murgia, es decir,
partiendo del valle del Cauca, iba al Porce, o sea a la parte
oriental de Colombia. Cieza refiere que los arma estaban en
guerra con sus vecinos. Con esto nos encontramos ya en una
zona que constituía el centro de gravedad de los impulsos de
autoafirmación y expansión de una serie de tribus sumamente
guerreras que se apretaban en un espacio limitadísimo. Según
parece, el foco perturbador era la vigorosa tribu de los pozo.
Estos pozo eran del mismo origen que los arma; sabemos a este
respecto que los territorios habitados por aquellos, en época
histórica habían sido ocupados desde Arma, después de haber
sido manifiestamente exterminados sus pobladores primitivos."
(Trimborn, 1949: 280, 281)
Si bien las guerras generalizadas tenían focos específicos, Cieza afirma que los
conflictos eran generalizados y era un común denominador la lucha de "todos
contra todos":
Uno de lo métodos de combate realizado por los indígenas era la quema de las
viviendas de las poblaciones enemigas en algunas ocasiones o en otros casos,
145
eran los mismos pobladores quienes las incendiaban y abandonaban al sentirse
invadidos:
“Idénticos son los testimonios que se refieren a la orilla derecha
del Cauca: a partir de Pueblo-Llano, Pueblo de la Pascua,
Pueblo Blanco y Cenufaná, los españoles hallaron los poblados
destruidos por el fuego o, al menos, abandonados, como en el
territorio de los arma, pícara y carrapa.” (Ibid, 1949: 291)
Las frecuentes guerras entre los habitantes de esta región pudieron ser producto
de la presión ambiental y la competencia por los recursos alimenticios. Estos
conflictos también motivaron la formación de estructuras sociales como los
cacicazgos. Según Carneiro (1962):
Las crónicas también registran conflictos bélicos entre los guerreros indígenas y
las tropas de las expediciones españolas, en algunas de la poblaciones a los que
éstos ingresaban. Para estos enfrentamientos se describen algunas de las armas
146
y técnicas de combate que utilizaron los indígenas como mecanismo de defensa:
“(...) por estar las caras embijadas como las habían cogido en la
guerra a donde van siempre embetunados con este almagre
(...).” (Ibid, 1981: 281).
Según Sardela, estos ejércitos indígenas eran bastante numerosos, aunque sus
armas no eran tan sofisticadas como las espadas toledanas del ejército español:
“Las armas que tienen estos indios son dardos, lanzas, hondas,
tiraderas con sus estalocisa (...).” (Cieza de León, 1984: 124)
147
“ (...) como viero(n) que éramos tan pocos de a cavallo e que no
nos yvamos aunque los viamos llegarse a nosotros pararonse y
empezaro(n) a tocar a tambores y vocinas e a vaylar e hazernos
gestos y darnos grita y hacían la p(e)rneta e haziendo otros
muchos visajes diziéndonos que nos fuésemos de su tierra (...)”
(Tovar Pinzón, 1993: 284)
Por otro lado, se puede deducir mediante la información aportada por los
cronistas, que en el momento del contacto con los españoles, no todos estos
pueblos optaron por la guerra. Existen varias referencias de pueblos enteros que
huían a esconderse cuando percibían la llegada de estas expediciones:
“Hay pocos indios a las riberas del río, y los pueblos son
pequeños, porque se han retirado todos del camino. Después
de haber andado algunas jornadas se allega a un pueblo que
solía ser muy grande; llamábase el Pueblo Llano; y como
entraron los españoles en la tierra, se retiraron adentro de unas
cordilleras que estaban de aquel lugar poco más de dos leguas.”
(Cieza de León, 1984: 120)
Algunos hechos que llaman bastante la atención a los cronistas, son los sacrificios
humanos y la antropofagia que practicaban los pueblos que habitaban la cuenca
del río Cauca. Estos sacrificios se llevaban a cabo en espacios especialmente
adecuados al interior de las aldeas, los cuales anteriormente hemos tratado como
plazas y fortalezas:
148
Según Robledo, estas construcciones donde se efectuaban los sacrificios
humanos constaban de una plataforma de guadua elevada, a la cual se subía por
unas escaleras:
Los sacrificios humanos se llevaban a cabo atando las víctimas por el cuello con
grandes cuerdas y luego colgándolos desde las plataformas:
En algunos casos, los sacrificios eran realizados frente a grandes ídolos que
miraban hacia el oriente:
149
una arroba de agua), en cuyas puntas tenían muchas cabezas
de indios que habían muerto en la guerra y se habían comido
sus cuerpos, y los pellejos llenos de ceniza colgados de
barbacoas. Era de ver las cabezas como unas figuras de los
mismos demonios y que representaban bien lo que parecían sus
almas en los infiernos, por estar las caras embijadas como las
habían cogido en la guerra a donde van siempre embetunados
con este almagre, que aún vivos son siempre un retrato del
demonio, cuánto más muertos y con solas las cabezas y sobre
esto los cabellos revueltos con los vientos, y muy largos (...)”
(Simón, 1981: 281).
Es importante hacer una lectura crítica de dichas referencias, ya que en todos los
fragmentos de las crónicas donde se menciona la antropofagia indígena, se
continúa explicando cómo la existencia de esta costumbre es una justificación
para los españoles arrasar y someter a pueblos enteros en nombre de la religión
católica:
150
“La guerra que tuvieron con los españoles se dirá adelante en su
tiempo y lugar. Muy grande es el dominio y señorío que el
demonio, enemigo de natura humana, por los pecados de
aquesta gente sobre ellos tuvo, permitiéndolo Dios; porque
muchas veces era visto visiblemente por ellos.” (Ibid, 1984: 124)
Algunos historiadores han debatido este tema, una de las posturas más aceptadas
en el medio es la de Pineda (1987), quien acepta la existencia de la práctica
caníbal como parte de un complejo mágico-religioso, pero propone un análisis
crítico de las condiciones generales en las cuales las crónicas fueron escritas para
explorar, de esta manera, las circunstancias que explicarían los niveles de
canibalismo reportados. En este sentido, Pineda considera que esas condiciones
fueron las de un encuentro violento entre culturas (indígena versus española) que
crea una “cultura del terror” y un “espacio de muerte” del cual ambos grupos
participaban igualmente. (Jaramillo, 1995)
151
describe el desarrollo de estos rituales entre miembros de las élites prehispánicas:
Existen ciertos datos históricos a partir de las observaciones llevadas a cabo por
algunos religiosos y otras autoridades para finales del siglo XVI, que intentan
explicar la vertiginosa disminución de la población indígena durante el
sometimiento español, a causa de la antropofagia:
Por otro lado, vale la pena mencionar la existencia de otro tipo de rituales o
ceremonias celebradas entre los pobladores de la región, donde no aparece
mención de sacrificios humanos. Algunas de estas celebraciones estaban
relacionadas con la agricultura y posiblemente se llevaban a cabo colectivamente
en los pueblos, en el tiempo de la cosecha y la abundancia; como las que
presenció Cieza de León en la provincia de Quimbaya:
Otros rituales eran de carácter más reservado. Tal es el caso de los ritos llevados
a cabo en oratorios, como los que describe Cieza de León en la provincia de
Pácora, a los cuales sólo podían ingresar los sacerdotes. En estas ceremonias se
utilizaban vasijas de barro como incensarios durante su realización:
152
“Casa de adoración no se ha visto ninguna, más de que en las
casas o aposentos de los señores tenían un aposento muy
esterado y aderezado; en Paucora vi yo uno destos oratorios,
como adelante diré; en lo secreto dellos estaba un retrete23 y en
él había muchos encensarios de barro, en los cuales, en lugar
de encienso, quemaban ciertas hierbas menudas; yo las vi en la
tierra de un señor desta provincia, llamado Yayo, y eran tan
menudas que casi no salían de la tierra; unas tenían una flor
muy negra y otras la tenían blanca; en el olor parescían a
verbena; y éstas, con otras resinas, quemaban delante de sus
ídolos; y después que han hecho otras supersticiones viene el
demonio, el cual cuentan que les aparesce en figura de indio y
los ojos muy resplandescientes, y a los sacerdotes o ministros
suyos daba la respuesta de lo que preguntaban y de lo que
querían saber.” (Cieza de León, 1984: 125)
23 Pequeño aposento, lugar de retiro. Procede del latín retrahere que ha dado lugar a retirado
(ritiratto en italiano) y el cultismo retraído. En el siglo XVI no tenía el significado actual, de servicio
sanitario.
153
mujeres para que los sirviesen en la otra vida, que todos
confesaban haber, aunque esta creencia la tienen muy ciega y
llena de mil supersticiones (...)” (Simón, 1981:281)
154
6.2. ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS
Edgar L. Hewett
155
De acuerdo a esta cronología planteada para la región se presentan a
continuación las características de cada uno de estos períodos.
Durante el período temprano el territorio fue ocupado por grupos portadores del
estilo cerámico denominado Marrón Inciso, representado por un poblamiento que
se concentra hacia la cuenca montañosa del río Cauca y se dispersa por las
partes altas de las cordilleras Central y Occidental, llegando incluso hasta las
vertientes del Magdalena y del Atrato.
156
Tabla 10. Dataciones correspondientes al Período Temprano en el centro de Antioquia.
MUNICIPIO SITIO DATACIÓN LAB. ASOC. CULTURAL INVESTIGADOR
Abejorral Los Asientos 1 2000 +- 70 BP Beta-112564 Marrón Inciso Botero, Monsalve y Múnera, 1998
Sondeo 1- Estrato III 50 +-70 a.C.
Gómez Plata El Purgatorio 1960 +- 80 BP Beta-106896 Marrón Inciso Botero, Monsalve y Múnera, 1998
Sondeo 2 10 +- 80 a.C.
Medellín Sitio 22-Valle de Aburrá 1940 +- 60 BP Beta-46822 Marrón Inciso Castillo, 1995
10 +- 60 d.C.
Medellín Sitio 41-Valle de Aburrá 1890 +- 90 BP Beta-46824 Marrón Inciso Castillo, 1995
60 +- 90 d.C.
Cisneros Villa Lucero 1870 +- 60 BP Beta-97967 Ferrería y Marrón Inciso Santos, 1996
Y12-CIII-N30-50 80 +- 60 d.C.
Medellín Sitio 126-Valle de Aburrá 1860 +- 70 BP Beta-46828 Marrón Inciso Castillo, 1995
90 +- 70 d.C.
Yarumal El Lago 1840 +- 110 BP Beta-107200 Marrón Inciso Botero, Monsalve y Múnera, 1998
Pozo de Sondeo 6 110 +- 110 d.C
Cisneros Villa Lucero 1830 +- 80 BP Beta-92607 Ferrería y Marrón Inciso Santos, 1996
Y12-Pozo de Sondeo 120 +- 80 d.C.
Medellín El Volador 1800 +-140 BP Beta-81109 Marrón Inciso Santos y Otero, 1996
Terraza 10-entierro 1 150 +- 140 d.C.
Titiribí Organal Patudo 1820 +- 100 BP Dur2000 Marrón Inciso Botero, 2000
(El Bosque) 180 +- 100 d.C. TL qi 273-3
Támesis Támesis-Sitio 9 1750 +- 50 BP Beta-102030 Marrón inciso Martínez, 1999
200 +- 50 d.C.
Abejorral Los Asientos 5 Sondeo 4 1750 +- 120 BP Beta-112566 Ferrería y Marrón Inciso Botero, Monsalve y Múnera, 1998
Estrato IV 200 +- 70 d.C.
Don Matías La Montera-Sondeo 1 1670 +- 140 BP Beta-106901 Marrón Inciso Botero, Monsalve y Múnera, 1998
280 +- 140 d.C.
Girardota El Incendio 1660 +- 50 BP Beta-127745 Marróm Inciso Martínez, 1999
Sondeo IV-Estrato III 290 +- 50 d.C.
Barbosa El Diamante-Entierro 1 1650 +- 50 BP Beta-97022 Marrón Inciso Santos, Correa, Bermúdez y
300 +- 50 d.C. Ospina, 1996
San Jerónimo San Vicente Sondeo 8 1650 +- 50 BP Beta-100529 Marrón Inciso Botero, Monsalve y Múnera, 1998
Estrato III 300 +- 50 d.C.
Sonsón Los López 6 1640 +- 40 BP Beta-112567 Marrón Inciso Botero, Monsalve y Múnera, 1998
310 +- 40 d.C.
Medellín Mazo-Tiestero 1 1640 +- 60 BP GrN-17664 Marrón Inciso Santos, 1995
310 +- 60 d.C.
Armenia La Herradura 1630 +- 80 BP Beta-47590 Marrón Inciso Nieto, 1991
320 +- 80 d.C
Neira Vereda Cuba 1620 +- 60 BP Beta-102883 Marrón Inciso Briceño y Quintana, 2000
Sitio El Saladito 330 +- 60 d.C.
Girardota El Incendio 1610 +- 50 BP Beta-127744 Marróm Inciso Martínez, 1999
Sondeo IV-Estrato II 340 +- 50 d.C.
Aguadas Vereda El Oro 1600 +- 60 BP Beta-121628 Marrón Inciso
Hacienda Oro Hermanos 350 +- 60 d.C.
Medellín El Volador -Terraza 6 1590 +- 60 BP Beta-46821 Marrón Inciso Santos y Otero, 1996
360 +- 60 d.C.
Girardota La Palma 1590 +- 60 BP Beta-111209 Marrón Inciso Botero, Monsalve y Múnera, 1998
Rasgo 3 360 +- 60 d.C.
Jericó Puente Iglesias 1570 +- 60 BP Beta-70370 Marrón Inciso Otero, 1992
Abrigo 1-entierro 2 380 +- 60 d.C.
Cisneros Villa Lucero 1560 +- 60 BP Beta-97968 Ferrería y Marrón Inciso Santos, 1996
Y12-C I-N20-30 390 +- 60 d.C.
Medellín Mazo-El Tiestero 1540 +- 60 BP Beta-67471 Marrón Inciso Botero y Vélez, 1994
410 +- 60 d.C.
Támesis Támesis-Sitio 4 1520+- 100 BP Beta 122066 Marrón inciso Martínez, 1999
430 +- 100 d.C.
San Jerónimo Garabato 1520 +- 50 BP Beta-100531 Marrón Inciso Botero, Monsalve y Múnera, 1998
Sondeo 2-Rasgo 430 +- 50 d.C.
Gómez Plata El Pajarito 1500 +- 80 BP Beta-106898 Marrón Inciso Botero, Monsalve y Múnera, 1998
Pozo de Sondeo 5 450 +- 80 d.C.
Titiribí La Peña-Familia 1490 +- 40 BP Beta-147319 Marrón Inciso Botero, 2000
Saldarriaga 330 A 460 d.C.
Támesis Támesis-Sitio 4 1470 +-30 a.p. Beta-122065 Marrón inciso Martínez, 1999
480 +- 30 d.C.
Medellín Mazo El Tiestero 1430 +- 70 BP Beta-67470 Marrón Inciso Botero y Vélez, 1994
520 +- 70 d.C.
Andes Fuente Salina 1420 +- 70 BP Beta-114042 Marrón Inciso Obregón, Hernández y Agudelo,
Santa Rita 530 +- 70 d.C. 1999
157
Yarumal Piedras Blancas 2 1400 +- 80 BP Beta-105460 Marrón Inciso Botero, Monsalve y Múnera, 1998
Sondeo 1 550 +- 80 d.C.
Medellín Santa Helena Huerta No.3 1390 +- 60 BP Beta-67469 Marrón Inciso Botero y Vélez, 1994
560 +- 60 d.C.
Cisneros Villa Lucero 1390 +- 60 BP Beta-97969 Ferrería y Marrón Inciso Santos, 1996
Y12-CI-N20-30 560 +- 60 d.C.
Támesis Támesis-Sitio 9 1380 +- 40 a.p. Beta122067 Marrón inciso Martínez, 1999
570 +- 40 d.C.
Gómez Plata Sitio La Gata 1320 +- 70 BP Beta-106897 Marrón Inciso Botero, Monsalve y Munera, 1998
Sondeo 1-Estrato III 630 +- 70 d.C.
Titiribí Organal La Floresta 1360 +- 260 BP Dur2000 Marrón Inciso Botero, 2000
640 +- 260 d.C. TL qi 273-2
OCUPACIONES
PERÍODO TEMPRANO
10
8
NÚMERO
6
4
2
0
I II IV VI
a.C. d.C. d.C d.C
SIGLOS
En el gráfico anterior (Ver Figura 8), se pueden apreciar varios aspectos referentes
a la ocupación temprana en el departamento de Antioquia, por parte de los
portadores del estilo cerámico Marrón Inciso. Esta ocupación comienza en el siglo
I a.C. y termina hacia el siglo VII d.C. La mayor población debió estar asentada
entre los siglos IV y VI d.C., período para el cual se han encontrado un mayor
número de ocupaciones según las dataciones obtenidas,
158
realizados en la zona del llamado eje cafetero de Colombia a finales de la década
de los setenta, quien asoció este estilo cerámico a la orfebrería conocida como
Quimbaya Clásico. Dicha asociación supone que Marrón inciso y Quimbaya
Clásico serían un mismo grupo, o que tal vez el primero sería una de sus tantas
variaciones regionales o al menos sería un grupo diferente pero con un fuerte
intercambio cultural y material.
En Antioquia la cerámica referida a este estilo, presenta diferencias que han sido
producto de los contextos donde fueron halladas. Dichas diferencias han sido
explicadas mediante el planteamiento de que son variantes regionales de un
mismo estilo cerámico (Santos, 1995). Es así como, de acuerdo a los resultados
de las investigaciones llevadas a cabo hasta el momento, se evidencia para el
suroeste de Antioquia (municipios de Jericó, Jardín, Armenia, Heliconia y Venecia)
y hacia el noroeste de Caldas (municipios de Riosucio y Supía) una variante
regional que se ha definido como Complejo La Sorga, el cual se caracteriza por
la presencia de pintura crema combinada con el engobe rojo oscuro y decoración
incisa, asociada a vasijas de cuerpos aquillados y bordes evertidos. En el Valle de
Aburrá y la altiplanicie de Rionegro se encuentra planteada otra variante regional
representada por los sitios Cerro El Volador en Medellín y varios sitios de
explotación de sal en el corregimiento de Santa Elena y en el municipio de El
Retiro, donde las características de la cerámica muestran abundante decoración
dentada-estampada asociada a vasijas de forma subglobular con borde biselado y
a vasijas de cuerpo aquillado con borde sencillo.
159
de las vasijas son cuencos y urnas con aplicaciones de representaciones
antropomorfas. La otra variante se encuentra hacia el municipio de Urrao, donde
se han hallado vasijas con bandas horizontales de engobe rojo oscuro, alternadas
con bandas, líneas y puntos.
Para la región específica que nos concierne en esta investigación, existe cerámica
con las características del estilo Marrón Inciso, reportada por Arcila (1969) en su
“Introducción al estudio arqueológico de los Titiribíes y Sinifanáes”, donde
prospecta y registra los sitios de Los Micos, El Retiro, Corcovado, Sabaletas, los
organales del Bosque, la Floresta y el Basal, el Cerro Tusa y las Cuevas de Santa
Catalina entre otros, reportando la presencia de abundante material cerámico (Ver
Foto 25). Nieto (1991) reportó en un estudio de prospección y excavación en el
municipio de Armenia dos complejos cerámicos: el Inciso con Borde Doblado y el
Marrón Inciso. Otero (1992), mediante su estudio en Jericó, definió el complejo
La Sorga y encontró urnas típicas Marrón Inciso. Bermúdez (1995) reporta para el
municipio de Concordia gran cantidad de material cerámico, que si bien fue en su
mayoría tardío, incluye siete vasijas y cinco fragmentos Marrón Inciso. Santos
(1995) reporta para Jardín y Riosucio, cerámica relacionada con este estilo y
asociada al complejo La Sorga de Jericó, así como fragmentos de urnas típicas
del estilo. Restrepo (1997) realizó un estudio producto del impacto causado por
obras civiles en la finca La Palma, municipio de Támesis, las cuales alteraron
yacimientos arqueológicos con presencia de material cultural; allí se realizó el
salvamento de algunos vestigios que se clasificaron bajo el estilo Marrón Inciso y
se asociaron directamente con las investigaciones realizadas por Otero en Jericó
(1992) y Santos en Jardín y Río Sucio (1995). Restrepo y Castro (1997) en la
evaluación del potencial arqueológico de las áreas comprendidas entre las
confluencias de la quebrada La Sucia y La Aburreña y de la quebrada La Guaca y
La Chunto, en el municipio de Heliconia, encuentran material cerámico que
asocian directamente con el estilo Marrón Inciso.
160
Obregón, Hernández y Agudelo (1998) reportan el hallazgo de 2500 fragmentos
cerámicos con las mismas características tecnológicas y estilísticas del estilo
Marrón Inciso, recolectados mediante una prospección arqueológica en torno a la
fuente salina denominada “El Salao”, localizada en la cuenca media del río Santa
Rita, municipio de Andes. En este mismo año (1998), Zapata y Tobón realizan el
registro de 34 petroglifos en el municipio de Támesis, donde también llevaron a
cabo recolecciones superficiales de material cerámico perteneciente al estilo
cerámico Marrón Inciso, en la vereda El Rayo. Martínez (1999) registró en el
mismo municipio, un entierro secundario depositado en una urna funeraria
asociada a un cuenco de tamaño pequeño, que al parecer es la tapa de una urna,
y también varias vasijas típicas de la tradición cerámica Marrón Inciso. En su
descripción de los yacimientos correspondientes al período temprano obtuvo
fechas de radiocarbono, que le permitieron constatar la relación de la cerámica
encontrada con este período. Martínez y Botero (1999) llevaron a cabo una
prospección arqueológica en la Parcelación Cerro Amarillo en el municipio de La
Pintada, donde recuperaron 1267 fragmentos cerámicos correspondientes al estilo
Marrón Inciso. Botero (2000), en su investigación realizada en los organales del
municipio de Titiribí, reporta material cerámico asociado también a este estilo.
Bermúdez y Ochoa (2000), en un estudio puntual realizado en la finca Rochiles II
en el municipio de Venecia, reportan el hallazgo de un enterramiento y de
fragmentos asociados con la cerámica Marrón Inciso. Restrepo, Cardona y Nieto
(2000), en la prospección arqueológica realizada para el proyecto Parcelación
Palmichal, cuyos terrenos se encuentran en la cuenca de la quebrada Sinifaná,
jurisdicción del municipio de Venecia, identifican quince sitios arqueológicos
relacionados con fragmentos de cerámica Marrón Inciso. Finalmente, el último
sitio reportado fue por Bermúdez y Vélez (2001) en el predio Rochiles III, ubicado
entre el municipio de Venecia y el corregimiento de Bolombolo, quienes
recuperaron 52 fragmentos asociados al estilo cerámico Marrón Inciso.
161
6.2.1.3. Patrones de Asentamiento y Forma de Vida: Estas sociedades del
período temprano eran principalmente agrícolas y sus asentamientos estaban en
las laderas, valles interandinos y estuarios de los ríos, dispersos a lo largo del
cinturón húmedo y templado del Cañón del Cauca, aprovechando así la fertilidad
de los suelos y los recursos hídricos. Este patrón de asentamiento caracterizado
por viviendas dispersas en laderas y cimas de colinas, cerca de ríos y quebradas,
en el cual se aprovechan los suelos fértiles y se da la explotación de recursos en
distintas zonas de vida, ha sido reportado por diferentes investigadores (Castillo,
1992; Santos, 1993, 1995; Nieto, 1991; Otero, 1992). Las zonas fértiles eran
empleadas para la agricultura, como lo evidencian los implementos líticos que se
han encontrado y que se relacionan directamente con la tala de vegetación para
los campos de cultivos y con la molienda del maíz (Ver Fotos 26 y 27). Los
habitantes de tierras con suelos menos nutridos se dedicaban a la explotación del
oro y de la sal. Hay investigaciones que relacionan la explotación prehispánica de
sal con estas sociedades tempranas (Santos, 1986; Botero y Vélez, 1994,
Restrepo y Castro, 1997; Ochoa, 1998 y Obregón et. al., 1998), evidenciando la
importancia que a nivel comercial tuvo este recurso y mostrando posibles rutas de
intercambio por medio de los caminos (Osorno, s.n., 1986; Botero y Vélez, 1994),
ya que la especialización en el aprovechamiento no sólo de la sal sino del oro,
debió haber implicado toda una organización socio-política compleja que
permitiera el intercambio y la redistribución de estos productos.
162
6.2.1.4. Patrones de Enterramiento: Se ha encontrado un denominador común
en el sistema de enterramiento de las sociedades del período temprano que es la
presencia de urnas cerámicas con restos óseos calcinados de uno o varios
individuos -algunas veces con tapa- que depositaban en fosas sencillas y a poca
profundidad al interior de los sitios de vivienda. Este comportamiento común,
indica que existen unos valores y creencias afines a estos grupos, los cuales
compartían una misma concepción en cuanto a su cosmovisión y sus rituales;
hecho que muestra relaciones sociales y procesos de identidad similares:
163
6.2.2. PERÍODO TARDÍO
164
Valdivia-Las Delicias 360 +- 80 BP Beta-107195 Botero, Monsalve y
2 Sondeo 3 1590 +- 80 d.C. Múnera, 1998
El Volador 330 +- 60 BP Beta-46819 Santos, 1992
Tumba 7 1620 +- 60 d.C.
165
6.2.2.3. Patrones de Asentamiento y Forma de Vida: En cuanto a este aspecto,
las investigaciones apuntan a que no se han detectado cambios significativos en
comparación con los patrones planteados anteriormente para los grupos
tempranos, ya que los lugares donde se han registrado sitios de vivienda de los
grupos tardíos, son los mismos donde se ha encontrado evidencias de grupos
tempranos. Estos datos implican una reocupación de varias de las terrazas que
habitaron los grupos tempranos, posiblemente con unos mismos intereses
agrícolas; así mismo estos grupos siguieron aprovechando los recursos de los ríos
y quebradas, y los recursos minerales como el oro y la sal:
166
“Los cementerios se encuentran cerca de las viviendas, en cuchillas de
montañas y en cimas de colinas. Las tumbas son de pozos
rectangulares y de cámaras con techo de forma cónica. Los cadáveres
en posición extendida, o los restos de su cremación, se depositaban en
los rellenos de las cámaras o en el piso de ellas, y ocasionalmente eran
acompañados de una o varias vasijas de cerámica, volantes de huso y
narigueras de oro.” (Ibid, 1995: 274)
Bermúdez (1995) plantea con referencia a las tumbas halladas en Concordia que
este patrón se ha encontrado a lo largo del cañón del río Cauca, la altiplanicie
central antioqueña y en general a lo largo de la región montañosa del occidente
colombiano y deduce a partir de los datos recopilados en su investigación que los
grupos humanos que habitaron la vertiente oriental de la cordillera occidental, en
el suroeste antioqueño, en especial en los municipios de Concordia y Salgar hacia
la época de la conquista española, pueden hacer parte de un desarrollo regional
localizado, cuyas similitudes y diferencias se advierten principalmente dentro de
las características impresas en el estilo de la cerámica y en el patrón de
enterramiento.
167
Figura 9. Investigaciones arqueológicas realizadas en la cuenca montañosa del río Cauca
en el centro del departamento de Antioquia y rutas propuestas para la expedición del
capitán Jorge Robledo (1541). (Mapa básico tomado de Botero y Vélez, 2000)
168
6.2.3. LA DISCUSIÓN ARQUEOLÓGICA CONTEMPORÁNEA EN ANTIOQUIA Y
LAS INVESTIGACIONES MÁS RECIENTES
En los últimos años, algunos investigadores (Botero, 1999 y Obregón, 1999) han
presentado una crítica frente a los estudios tradicionales de la cerámica en
Antioquia y sus planteamientos, en cuanto al establecimiento de períodos
históricos en asociación con estilos cerámicos como el Marrón Inciso y el Tardío
(Otero de Santos, 1992 y Santos, 1995), generando un nuevo campo de discusión
en torno a este modelo.
169
inferencias respecto a los pobladores prehispánicos del departamento de
Antioquia, han abierto un nuevo campo de discusión, generando nuevas preguntas
de investigación.
Los autores retoman a Castillo (1995), al plantear que las ocupaciones Ferrería y
Pueblo Viejo, las cuales coinciden durante algunos siglos, contrastan
específicamente en lugares con fuentes de agua sal. En el altiplano de oriente,
donde estas fuentes de aguasal son muy abundantes, los sitios corresponden en
su mayor parte a la ocupación Pueblo Viejo, mientras en la vertiente sur y
occidental del valle de Aburrá, donde las fuentes son escasas, predominan los
sitios Ferrería. Según Santos (1998), la ocupación Pueblo Viejo aparece de
manera exclusiva en los sitios arqueológicos de la planicie de Rionegro y el cañón
del Cauca, hacia Santa Fe de Antioquia, donde los yacimientos de oro y las
fuentes de agua sal son comunes. Esto podría estar indicando una estrecha
170
relación entre la cerámica del tipo Marrón Inciso y la explotación de minerales
como el oro y la sal (Langebaek, et. al., 2002).
171
6.3. TITIRIBÍES Y SINIFANÁES
172
dos cacicazgos dependientes entre sí: uno regido por el cacique Bolombolo y el
otro por el cacique Popala.
Foto 28. Terraza en dos niveles, en el potrero El Tesoro de la finca La Hondura, municipio
de Venecia.
173
En inmediaciones de este mismo predio, menciona la existencia de otro tipo de
adecuación -aparentemente antrópica- denominada otero24:
Pasando a las tierras altas del municipio de Venecia, Montoya y Flórez ubica la
provincia de Pueblo Llano o pueblo de las Peras en la finca La Loma de Sinifaná.
Este extenso predio está localizado en el costado occidental de la base del Cerro
de Tusa:
24Otero: “Es una elevación poco considerable en el terreno”. (Uribe Ángel, 1985: 6)
Otero: Cerro aislado que domina un llano. Proviene del verbo Otear: Registrar, acechar desde un
lugar alto. Diccionario Pequeño Larousse Ilustrado. París, 1994.
174
el río Cauca subían los Zenufanaes hasta el río Poblanco. Estos
indígenas, también nicaraguayos, cultivaban el algodón y el tabaco, el
cual fumaban en pipas o mulas, de las cuales se encuentran muchas al
trabajar los tabacales, que son el principal cultivo hoy. En dichos
tabacales se ven innumerables tiestos de olla, husos, regatones,
piedras y manos de moler de un granito cuarzoso, llamado maní” (Ibid,
1922: 11, 12)
Además del interés relevante del autor por las estructuras antrópicas en piedra,
también hace alusión del material cerámico encontrado en su recorrido por este
territorio y lo describe así:
175
Después de la investigación a nivel regional realizada por Montoya y Flórez, el
ingeniero -también aficionado a la historia- Alfredo Cock Arango, de la Universidad
de Antioquia, informa por primera vez sobre sus hallazgos en un sitio puntual
cerca de la base del Cerro de Tusa (Ver Figura 19). Este historiador realizó varias
visitas al lugar durante 1936, a las cuales dedicó cuatro artículos que publicó en la
revista de la Universidad de Antioquia, durante el mismo año. En cada uno de
estos artículos trató por separado los diferentes elementos que constituyen el sitio
arqueológico, el cual consideraba “uno de los más importantes de América”.
Al describir “el Ara o Altar de los Sacrificios28” (Ver Foto 43 y Figuras 13 y 14)
manifiesta lo siguiente:
Otro de los elementos de piedra del conjunto que se desprende desde la ladera
norte del Cerro de Tusa, es conocido en la tradición oral como “Cara de la Diosa,
Diosa del Espejo y Cara de la India” (Ver Fotos 41, 42 y Figura 12). El autor no
28 Nombre asignado por la tradición oral del territorio, desde antes que existiera el informe de este
historiador.
176
logra dimensionar el monolito debido a su ubicación aproximada a 60 m. de altura,
pero lo describe y explica de la siguiente manera:
29 Nombre asignado por la tradición oral del territorio, desde antes que existiera el informe de este
historiador.
177
El doctor Cock también habló de otras evidencias culturales en el área como unas
cañerías de piedra en la finca San Fernando, las cuales llegaban hasta la base de
Cerro Tusa:
Otro de los sitios mencionados por Cock en su tercer artículo, son las Cuevas de
Santa Catalina, las cuales también llama “Cerro de los Cuervos”, según la
tradición oral de los habitantes de la región:
“(...) que en una colina cercana llamada hoy “Cerro de los Cuervos” hay
galerías subterráneas naturales de gran amplitud y que personas que
dicen haber explorado estas galerías afirman que en uno de sus
salones existe un grabado indígena en la roca que representa una
especie de plano o mapa de significación hasta hoy desconocida.” (Ibid,
1936: 525)
“La figura de que se trata está grabada a cincel sobre un gran guijarro
que se encuentra en la margen izquierda de la quebrada Arabia,
pedrejón que puede tener algo más de un metro del nivel del agua que
lo besa y una anchura igual o un poco mayor. Está esculpida en el
centro de la cara lateral de la piedra que mira aproximadamente al
N.W., posición que coincide con la del coloso del cerro de Tusa.” (Ibid,
1936: 179, 180)
178
Foto 29. “Dios Rana” de la quebrada Arabia (Pertuz y Vélez, 2002)
179
solamente en lo que se conoce como construcción de historias
culturales, empresa básicamente descriptiva y organizativa.” (Gnecco,
1999: 41)
180
gigantesca figura humana a la que igualmente se ha llamado La Vieja y
que por estar frente al bloque de las graderías, que igualmente es
llamado adoratorio, han hecho una relación de ambas cosas y le han
dado un funcionalismo religioso aborigen. No entramos aquí a hacer
consideraciones más extensas que nos llevarían al campo del folclor
(...)” (Ibid, 1969: 21)
“Se formó con distintos estratos tabulares, que en la época terciaria, por
cambios de temperatura se metamorfosearon quedando totalmente
soldadas pero con relativa separación que le dieron forma de escalas.”
(García, 1981: 19)
“Si la roca fue labrada, el país debe gloriarse de haber tenido un grupo
indígena (Zenufanáes) con un índice cultural muy alto que les permitió
realizar una obra tan perfecta.” (Ibid, 1975: 19)
Concluye sobre el sitio de Cerro Tusa, planteando la posibilidad de que las rocas
fueron utilizadas por los antiguos habitantes de esta región:
Otro de los sitios mencionados por Cock, el cual fue evaluado por Arcila -en
cuanto a su potencial arqueológico- por primera vez, son las Cuevas de Santa
Catalina:
181
que forman a lo largo de toda la pendiente interminables laberintos que
se comunican entre sí a distintos niveles. Dichos laberintos son
tenuemente iluminados a trechos por la luz del sol que penetra a través
de las hendiduras o claraboyas, espacios naturales que dejan las rocas
entre sí. Árboles gigantescos y bambúes se nacieron encima de los
peñascos en el curso de los años, y sobresalen por encima del perfil del
Cerro.” (Ibid, 1969: 21, 22)
182
El último de los hallazgos publicados por Cock, el cual bautizó como “El Dios Rana
de la Quebrada Arabia”, es corroborado por Arcila en cuanto a su autenticidad y lo
describe así:
Esta conocida trilogía, en la cual dividieron inicialmente las tribus del territorio de
Antioquia, ha sido replanteada por nuevas investigaciones en el campo de la
arqueología y la etnohistoria. (Gamboa, 2000: 1,2)
183
Bolombolo, proponiendo una ubicación geográfica para ambos de acuerdo a los
nombres que llevaban algunos predios del municipio en 1975:
Este historiador retoma otro de los nombres adjudicados a la piedra de las escalas
en la tradición oral y lo explica así:
184
6.3.3. Otros Hallazgos Arqueológicos en la Región: Como datos adicionales
existen otra serie de yacimientos que han sido reportados por historiadores y
antropólogos en sitios al interior del territorio donde se ubica el complejo cultural
Titiribíes y Sinifanáes, los cuales se mencionan a continuación por considerarse
de importancia como complemento a la información anteriormente reseñada.
185
fina con su tapa cuidadosamente labrada, la cual se rompió con la
barra; este era de una sola pieza; luego encontraron otro sarcófago
añadido en dos piezas por el centro, más una urna colocada en una
alacena de la pared. Tanto en los sarcófagos como en la urna se veían
cenizas y huesos calcinados, mezclados a restos de cuentas de piedra
muy bien pulidas, de color blanco y azul. Por fuera también se
encontraron gargantillas de cuentas de piedra y de hueso; además,
unas tres ollas, una de las cuales estaba primorosamente grabada.”
(Ibid, 1922: 13)
Otra versión que parece coincidir con el mismo hallazgo de los sarcófagos en
piedra, es la del americanista Padre Henry Rochereau, contenida en su artículo
“Nociones sobre creencias, usos y costumbres de los Catíos del occidente de
Antioquia”, publicado en Paris en 1929; y la cual luego es citada por el Hermano
Daniel:
186
Foto 32. Urna funeraria en
piedra con tapa con la tapa
quebrada, hallada al interior
de una tumba de pozo en
cámara lateral, en el
municipio de Concordia.
(Colección Museo
Universitario, Universidad de
Antioquia. Reg. 10-131)
187
Foto 33. Urna funeraria cilíndrica con tapa,
estilo Marrón Inciso, hallada en el
corregimiento de Arabia, municipio de
Venecia (1944). (Colección Museo
Universitario, Universidad de Antioquia. Reg.
430 – urna y 701 - tapa)
188
Foto 34. Petroglifo ubicado en la hacienda La Amalia en el municipio de Venecia. (Zapata,
2001)
189
6.4. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
190
Posteriormente -en 1805- aparece registrada una petición para obtener la
concesión de tierras baldías ubicadas al occidente del Cerro Bravo, las cuales
incluyen el actual municipio de Venecia:
191
Sinifaná y se fundó el municipio de Venecia mediante el decreto 480 de mayo 7 de
1909, por el presidente Rafael Reyes:
192
“Hay en este territorio terrenos propios para toda especie de
cultivo; ricas carboneras y cal ordinaria; bancos de yeso y
fuentes saladas; vegetación lujosa y bellas maderas; jugosos
pastos, cafetales importantes, extensas dehesas32; y del
producto de esos elementos viven con facilidad y holgura, con
riqueza a veces, los habitantes del lugar.” (Uribe Ángel, 1985:
161)
Los colonos eran estimulados por las oportunidades de abrir nuevas tierras y
caminos, lo cual generó a su vez una ampliación en la frontera agrícola, bajo el
sistema de agricultura migratoria, con cultivos de maíz, fríjol, plátano, yuca y otros
productos para el sustento familiar. A medida que la agricultura aumentaba, los
bosques primarios comenzaban un proceso de fragmentación irreversible.
193
En esta referencia podemos constatar cómo se desarrollaba un comercio entre el
poblado de Sabaletas en Titiribí y el pueblo de Fredonia, desde antes de la
fundación del municipio de Venecia, probablemente por el camino que más
adelante trataremos con detalle. Este comercio no era solamente entre las
poblaciones aledañas, sino que esta fértil región del suroeste también surtía de
alimentos a la creciente población de Medellín:
194
7. RESULTADOS
195
7.1.1. Zona A – Sinifaná: En esta zona, que se extiende siguiendo la unidad
fisiográfica de la Loma de Cerro Tusa, desde la cabecera municipal de Venecia
hasta el yacimiento No. 30 – “Loma Redonda”, se identificaron 34 yacimientos
arqueológicos (Ver Mapa 5).
196
7.1.2. Zona B - Río Cauca: Esta zona fue prospectada con motivo de la
ampliación del cultivo de naranja de la finca Olajeros (Ver Foto 20). Los
empleados de dicha agro-industria se interesaron en el salvamento de los
vestigios arqueológicos que iban a ser afectados por las actividades del hoyado
intensivo para siembra de árboles. En esta etapa de la prospección se
identificaron 10 yacimientos arqueológicos (Ver Mapa 5).
197
Mapa 5. Prospección arqueológica del área de estudio.
198
7.2. DESCRIPCIÓN DE LOS YACIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS
Esta parte del estudio aporta datos sobre densidad de vestigios arqueológicos en
cada uno de los yacimientos, los cuales serán utilizados en el diagnóstico (Ver
Capítulo 9).
199
7.2.1. ZONA A - SINIFANÁ
200
de agua que mueven materiales a lo largo de las grietas en
donde la descomposición es mayor, por movimientos del manto
hacia las partes más bajas de la topografía, llevando consigo lo
bloques residuales o por una combinación de los dos procesos,
los concentra usualmente en cañales por las cuales corren
aguas permanentes u ocasionales. En este proceso de
concentración, los bloques actúan como obstáculos naturales
que favorecen la sedimentación de minerales pesados y no
pocos de los organales han sido explotados como yacimientos
auríferos.” (Botero, 1963: 34)
201
Estos grandes bloques de roca, presentan a su vez un desprendimiento en forma
laminar debido a la humedad, lo cual genera una depositación de guijarros de
diferentes tamaños, por lo general subangulosos, al interior de las cavidades (Ver
Foto 37).
202
d) El Hábitat:
Las áreas cubiertas y oscuras de las cuevas son el hábitat de una numerosa
población de murciélagos, de la cual se logró identificar una especie (Ver Foto 39).
Esta población hace que las rocas estén recubiertas de guano, el cual puede
causar enfermedades respiratorias e infecciones en la piel a las personas que
ingresen al sitio sin la protección adecuada.
203
Tabla 14. Moluscos y Artrópodos de las Cuevas de Santa Catalina.
204
Foto 40. Moluscos y Artrópodos de las Cuevas de Santa Catalina..
205
e) El Muestreo: Este yacimiento tiene unas características geomorfológicas que
dificultan la labor de reconocimiento y prospección, ya que los procesos de caída y
fracturamiento de las rocas han modificado el interior del yacimiento desde el
tiempo prehispánico. Los vestigios cerámicos y líticos se encuentran dispersos por
toda la zona rocosa del sitio, en los lugares más inaccesibles y en otros aparecen
a la vista. Por este motivo este sitio debió ser explorado haciendo uso de linternas,
aunque en algunas de las cavidades se presentan orificios en la parte superior,
hacia los empates de las rocas, a modo de claraboyas.
206
f) Material Recuperado: Las Cuevas de Santa Catalina son el yacimiento
arqueológico donde se obtuvo la mayor densidad y variedad de vestigios
arqueológicos. Al interior de este yacimiento se recuperaron 7271 fragmentos de
cerámica prehispánica distribuidos de la siguiente manera: 3794 cuerpos no
decorados, 1331 cuerpos decorados, 291 bordes no decorados, 694 bordes
decorados, 7 asas, 1 volante de huso, 1 figurina, 10 vasijas semicompletas, 1
fragmento de poporo, 1 soporte, 1 vertedera y 1 alcarraza, para una muestra total
de 6133 piezas clasificadas. Los 1138 fragmentos restantes fueron catalogados
como microfragmentos. La muestra de cerámica recuperada será descrita de
manera detallada de acuerdo a cada tipo de material y a las características
tecnológicas, funcionales, morfológicas y estilísticas del mismo (Ver Numeral 7.3.1
y Anexo M).
Tabla 15. Frecuencia y distribución del material cerámico por áreas en las Cuevas Santa
Catalina.
207
Área C5 181 48 16 23 268
Área D1 26 21 3 3 53
Área D2 175 43 6 24 1 249
Área D3 3 3 1 1 8
Área D4 25 6 5 3 1 40
Área D5 25 3 2 3 1 34
Área D6 43 7 2 52
Área D7 13 4 1 18
Área D8 6 2 8
Área E1 11 4 1 1 17
Área E3 69 37 8 12 1 127
Área E4 21 3 2 1 27
Área E5 25 6 1 32
Área E6 6 6
Área E7 29 5 1 3 38
Área E8 36 14 7 57
Área E9 14 1 15
Área E10 28 2 1 31
Área E11 104 47 151
Área F1 38 12 7 23 80
Área F2 25 3 2 4 1 35
Área F3 13 4 1 2 20
Área F4 437 88 57 95 3 1 1 1 683
Área G1 67 34 2 8 1 112
Área G2 73 20 3 10 106
Área G3 1 1 2
Área G4 62 11 7 6 1 87
Área G5 65 20 1 13 99
Área G6 108 39 8 21 1 177
Área G7 3 32 9 34 1 1 80
Área G8 110 9 1 6 126
Área G9 51 11 5 7 74
Área H1 105 34 8 20 167
Área H2 218 85 21 50 2 376
Área H3 19 4 3 26
Área I 1 91 33 13 13 150
Total 3794 1331 291 694 7 1 1 10 1 1 1 1 6133
208
Figura 10. Vista de planta de las Cuevas de Santa Catalina.
209
Figura 11. Vista lateral de las Cuevas de Santa Catalina.
210
7.2.1.2. Sitio Arqueológico de Cerro Tusa:
211
Foto 42. La Cara de la Diosa.
Tiene la apariencia de una cara humana vista de perfil, la cual dirige su mirada
hacia el NW (Ver Figura 12). Está cubierta de vegetación en sus alrededores,
dándole el aspecto de una tupida cabellera. Esta piedra no ha sido afectada por el
hombre, aunque en ciertas épocas el bosque que crece a su alrededor la tapa de
los observadores parcialmente (Ver Foto 42).
212
Figura 12. Silueta de la Cara de la Diosa.
213
¡Error!
214
7.2.1.2.3. El Altar de Sacrificios: También es conocido en la tradición oral como
el “Ara de Cerro Tusa”, la “Piedra de las Escalas” y la “Piedra del Tigre”. Está
ubicado en la parte superior de una pequeña colina, en el costado norte de la base
de Cerro Tusa y al lado derecho de donde pasa el camino antiguo a Titiribí en
dirección E-W (Ver Figura 19). Sus coordenadas geográficas son: Longitud
1’144,587.27 E, Latitud 1’152,215.40 N y una altitud de 1369 m.s.n.m. (Ver Figura
19).
215
Figura 13. Vista de planta del Altar de Sacrificios.
216
Figura 14. Vista lateral del Altar de Sacrificios.
217
7.2.1.2.4. La Silla del Cacique: Es conocida con este nombre en la tradición oral
de la zona. También está ubicada al lado izquierdo del camino, en la parte inferior
del Altar de Sacrificios (Ver Figura 19). Es una roca rectangular con forma de
banca, ya que tiene un ángulo recto interno (Ver Foto 44). Sus dimensiones son
de 1.76 m de longitud por 40 cm de ancho (Ver Figura 15). Se encuentra anclada
en el talud del camino. Al sentarse en la silla, se puede apreciar directamente al
frente, la Cara de la Diosa.
218
Figura 15. Vistas de la Silla del Cacique.
219
7.2.1.2.5. Yacimiento No. 1 – “Cementerio No. 1”:
Foto 45. Tramo conservado del camino antiguo a Titiribí y Yac. No. 1 al fondo.
220
las fincas de La Loma, Granates y La Tupiada (hoy Betania),
especialmente por causa de viruelas, epidemia que causaba
innumerables muertes o víctimas, no sólo en Venecia sino en
toda Antioquia y Colombia.// Como no había cementerios sino
en Sabaletas y en Fredonia, en tiempos de lluvias la quebrada
Sinifaná no dejaba paso; era el viaje a Fredonia por caminos
fangosos, selváticos y peligrosos por las fieras; resultaba
imposible llevar los cadáveres a esos lugares, y era necesario
sepultarlos en ese cementerio.” (García, 1981: 31)
c) Suelos: Los suelos de este yacimiento fueron obtenidos de uno de los perfiles
del corte de excavación No. 2. Éstos hacen parte de los suelos de colinas,
descritos anteriormente (Ver Capítulo 5.2.3.1). El sustrato geológico al cual
pertenecen es de rocas sedimenterias de la Formación Amagá. No presentan un
horizonte O, debido a la erosión alta y al lavado que ha sufrido la superficie de
esta terraza. Son suelos arcillosos en los horizontes superiores, con tendencia
hacia una textura limosa en los horizontes inferiores. Todos los horizontes del
perfil presentan arenas finas y también presentan contaminación orgánica como
raíces medias y finas. El pH promedio de los cuatro horizontes es de 4.30, lo que
equivale a suelos extremadamente ácidos (Ver Tabla 16 y Figura 16).
Tabla 16. Descripción de los suelos del corte No. 2, Yac. No. 1 – “Cementerio No. 1”.
221
Figura 16. Perfil de suelos del corte 2, Yac. 1 – “Cementerio No. 1”.
222
superficial. En este corte se hallaron los restos óseos de un individuo humano en
posición extendida, en dirección S-N desde las extremidades inferiores y con la
zona ventral hacia la superficie (Ver Figuras 17 y 18). Los huesos recuperados en
mejor estado fueron los más gruesos y resistentes como el cráneo (Ver Foto 47) y
las extremidades inferiores como los fémures y las tibias (Ver Foto 48), aunque
también se recuperaron fragmentos de otros huesos como pelvis y vértebras. El
corte tuvo que ser ampliado nuevamente en la esquina sur, para poder ubicar las
extremidades inferiores de dicho individuo (Ver Figuras 17 y 18). Estos huesos se
encontraron en un alto grado de descomposición, lo cual los hace bastante
delicados.
223
Foto 47. Cráneo in –situ, en el corte No. 1, Foto 48. Tibias in – situ, en el corte No.
Yac. No. 1. 1, Yac. No. 1.
El conjunto de restos óseos hallado en este yacimiento será tratado con mayor
detalle más adelante (Ver Numeral 7.3.3.2).
Foto 49. Clavos hallados en el corte No. 2, Yac. 1 – “Cementerio No. 1”.
224
Figura 17. Vista de planta del nivel 2 de los cortes No. 1 y 2. Yac. 1 – “Cementerio No. 1”.
225
Figura 18. Vista de planta del nivel 8 de los cortes No. 1 y 2. Yac. 1 – “Cementerio No. 1”.
226
7.2.1.2.6. Yacimiento No. 2 – “Terraza No. 2”: Este yacimiento es el último de
los elementos que conforman el sitio arqueológico de Cerro Tusa. Se encuentra
ubicado en la media ladera de la misma colina donde se encuentra el yacimiento
No. 1, aproximadamente a 50 m en dirección oriente. Esta terraza de forma
ovalada tiene un área de 255 m2 y se encuentra a una altura de 1386 m.s.n.m.
También está cubierta por pastos manejados aptos para la ganadería.
227
Figura 19. Levantamiento topográfico del sitio arqueológico de Cerro Tusa.
228
7.2.2. ZONA B – RÍO CAUCA
Foto 50. Terraza aluvial, donde se ubica el Yac. No. 21 – “La Meseta”.
b) Suelos: Los suelos de este yacimiento fueron descritos con anterioridad, pues
el perfil de suelos del corte 5 de este yacimiento, fue utilizado como el perfil modal
de los suelos de cordillera que se encuentran en los yacimientos de la zona B (Ver
Capítulo 5, Numerales 5.2.3.2 y 5.2.3.3).
229
El material parental de estos suelos corresponde a sedimentos de la Formación
Amagá. Tienen presencia de arenas por tratarse de los suelos de una terraza
aluvial, lo que ayuda a la infiltración de agua de los mismos. Presentan un rango
de colores que va de los pardo oscuros y hasta negros a los pardo claros, lo que
nos muestra un horizonte orgánico apto para la agricultura (Ver Tablas 17 y 18).
Tabla 17. Descripción de los suelos del corte No. 1, Yac. No. 21 – “La Meseta”.
Tabla 18. Descripción de los suelos del corte No. 3, Yac. No. 21 – “La Meseta”.
230
c) El Muestreo:
Foto 51. Excavación del corte No. 3 en el Yac. No. 21 – “La Meseta”.
231
d) Material Recuperado: El material recuperado mediante el muestreo
sistemático del yacimiento No. 21, permitió recuperar 137 fragmentos cerámicos
mediante los sondeos y 412 fragmentos cerámicos en los 5 cortes de excavación y
en los dos sondeos ampliados, para un total de 549 fragmentos cerámicos. Los
fragmentos cerámicos están distribuidos de la siguiente manera: 453 cuerpos no
decorados, 23 cuerpos decorados, 59 bordes sin decoración y 14 bordes
decorados (Ver Tabla 19). Estos vestigios serán descritos de manera detallada
más adelante de acuerdo a cada tipo de material (Ver Numeral 7.3.1.3.1).
También se obtuvo una muestra de 106 artefactos líticos (Ver Numeral 7.3.2). (Ver
Anexo K).
232
Foto 52. Cortes de excavación y sondeos ampliados en el Yac. No. 21 – “La Meseta”.
233
Tabla 19. Frecuencia y distribución del material cerámico. Yac. No. 21 – “La Meseta.”
EL EM EN T O
C u er p o
U N ID AD D E no C u er p o Bo r de no Bo r de
R EC O LEC C IÓN N IVEL D e c o r ad o D e c o r ad o D e c o r ad o D e c o r ad o To tal
Po z o de Sond eo 1 N i v el 1 1 1
N i v el 3 1 1 2
To tal 1 2 3
Po z o de Sond eo 2 N i v el 1 4 4
To tal 4 4
Po z o de Sond eo 3 N i v el 1 1 1
To tal 1 1
Po z o de Sond eo 4 N i v el 2 13 13
To tal 13 13
Po z o de Sond eo 6 N i v el 1 3 3
N i v el 2 3 3
N i v el 3 3 3
To tal 9 9
Po z o de Sond eo 8 N i v el 2 2 2
To tal 2 2
Po z o de Sond eo 9 N i v el 1 1 1
N i v el 2 2 2
To tal 1 2 3
Po z o de Sond eo 11 N i v el 1 7 7
N i v el 2 2 2
N i v el 3 3 3
To tal 12 12
Po z o de Sond eo 13 N i v el 4 1 1 2
To tal 1 1 2
Po z o de Sond eo 14 N i v el 2 5 5
To tal 5 5
Po z o de Sond eo 15 N i v el 2 4 1 5
N i v el 3 3 1 4
To tal 7 1 1 9
Po z o de Sond eo 16 N i v el 2 4 2 2 8
To tal 4 2 2 8
Po z o de Sond eo 17 N i v el 1 11 2 13
N i v el 2 18 3 2 23
N i v el 3 20 1 7 28
To tal 49 1 12 2 64
Po z o de Sond eo 18 N i v el 1 8 1 9
To tal 8 1 9
Po z o de Sond eo 20 N i v el 1 2 2
N i v el 2 3 2 5
To tal 5 2 7
C o r te 1 N i v el 1 17 3 20
N i v el 2 89 3 14 4 11 0
N i v el 3 19 19
To tal 12 5 3 17 4 14 9
C o r te 2a N i v el 1 6 6
N i v el 2 65 1 2 68
To tal 71 1 2 74
C o r te 3a N i v el 2 5 1 2 8
N i v el 3 14 1 3 18
To tal 19 2 3 2 26
C o r te 4a N i v el 2 12 1 1 2 16
N i v el 3 8 3 2 13
To tal 20 4 3 2 29
C o r te 5 N i v el 1 9 1 10
N i v el 2 5 2 7
N i v el 3 1 1
To tal 15 1 2 18
Ra sg o 1 Ra sg o 3 1 4
To tal 3 1 4
Ra sg o 2 Ra sg o 5 5
To tal 5 5
Po z o de Sond eo 27 N i v el 1 2 2
To tal 2 2
Po z o de Sond eo 28 N i v el 1 13 13
N i v el 3 2 2
To tal 13 2 15
Po z o de Sond eo 29 N i v el 1 2 2
N i v el 2 4 4
To tal 6 6
Po z o de Sond eo 21 N i v el 2 1 1
To tal 1 1
C o r te 3b N i v el 2 7 1 1 9
N i v el 3 8 8
To tal 15 1 1 17
Po z o de Sond eo 31 N i v el 3 4 2 6
To tal 4 2 6
Po z o de Sond eo 32 N i v el 1 1 1
To tal 1 1
Po z o de Sond eo 36 N i v el 2 1 1
To tal 1 1
Po z o de Sond eo 37 N i v el 2 4 1 5
To tal 4 1 5
C o r te 4b N i v el 2 12 3 1 1 17
N i v el 3 10 2 2 1 15
To tal 22 5 3 2 32
Po z o de Sond eo 2a N i v el 3 2 2
To tal 2 2
Po z o de Sond eo 2b N i v el 2 1 1
To tal 1 1
Po z o de Sond eo 2c N i v el 2 1 1
N i v el 3 3 3
To tal 3 1 4
234
Figura 20. Vista de planta del Yac. 21 – “La Meseta”, con las unidades de muestreo
235
7.2.2.2. Yacimiento No. 22 – “La Suiza”:
Tabla 20. Descripción de los suelos del sondeo No. 1, Yac. No. 22 – “La Suiza”.
236
c) El Muestreo: En este yacimiento se llevó a cabo un muestreo sistemático de
las áreas más planas en la cima de la terraza. Como la mitad occidental de la
terraza iba a ser intervenida mediante huecos equidistantes, para la siembra de
árboles de naranja, se nos permitió realizar un muestreo sistemático en la misma,
con el fin de realizar un salvamento arqueológico. En esta terraza se llevaron a
cabo 41 sondeos de 40 cm2 x 40 cm, de los cuales 18 resultaron positivos y 23
negativos (Ver Foto 53). La terraza también presenta algunas alteraciones
antrópicas hechas con anterioridad, como es el caso de tres depresiones de
guaquería y un saladero, las cuales fueron registradas (Ver Figura 21).
237
Tabla 21. Frecuencia y distribución del material cerámico. Yac. No. 22 – “La Suiza”.
ELEMENTO
Cuerpo
UNIDAD DE no Cuerpo Borde no Borde
RECOL. NIVEL Decorado Decorado Decorado Decorado Soporte Total
Pozo de Sondeo 1 Nivel 2 2 2
Nivel 3 4 1 5
Total 6 1 7
Pozo de Sondeo 2 Nivel 2 9 1 2 12
Nivel 3 52 11 6 6 75
Total 61 11 7 8 87
Pozo de Sondeo 3 Nivel 2 12 2 14
Nivel 3 46 7 11 6 70
Total 58 7 13 6 84
Pozo de Sondeo 4 Nivel 3 1 1
Total 1 1
Pozo de Sondeo 5 Nivel 3 1 2 3
Total 1 2 3
Pozo de Sondeo 6 Nivel 3 3 1 4
Total 3 1 4
Pozo de Sondeo 7 Nivel 2 4 1 5
Nivel 3 2 5 1 8
Total 6 6 1 13
Pozo de Sondeo 8 Nivel 2 1 1
Nivel 3 2 2
Total 3 3
Pozo de Sondeo 9 Nivel 3 1 1
Total 1 1
Pozo de Sondeo 10 Nivel 2 4 4
Total 4 4
Pozo de Sondeo 11 Nivel 2 9 2 11
Nivel 3 13 2 3 2 20
Total 22 2 5 2 31
Pozo de Sondeo 12 Nivel 2 2 2
Nivel 3 5 1 6
Total 7 1 8
Pozo de Sondeo 13 Nivel 2 2 1 3
Nivel 3 4 1 1 1 7
Total 6 2 1 1 10
Pozo de Sondeo 14 Nivel 2 1 1
Nivel 3 3 1 4
Total 3 2 5
Pozo de Sondeo 15 Nivel 3 2 1 1 4
Total 2 1 1 4
Pozo de Sondeo 16 Nivel 2 6 1 7
Nivel 3 12 4 3 1 20
Total 18 4 3 2 27
Pozo de Sondeo 17 Nivel 2 10 1 2 13
Nivel 3 3 2 1 6
Total 13 1 4 1 19
Pozo de Sondeo 18 Nivel 2 3 3
Nivel 3 5 5
Total 8 8
238
Figura 21. Vista de planta con localización de las unidades de muestreo. Yac. No. 22.
239
7.2.2.3. Yacimiento No. 24 – “Pueblito Río Cauca:
240
22). Estos sondeos debieron cubrir una mayor profundidad en comparación a los
sondeos de los demás yacimientos, ya que por ser una llanura de inundación en
inmediaciones del río Cauca, presenta una mayor capa de suelo generada por las
subiendas del río, por lo que los vestigios arqueológicos aparecen a partir del nivel
3 en adelante (Ver Tabla 22).
241
Tabla 22. Frecuencia y distribución del material cerámico. Yac. No. 24.
E M E N
u e r
Un
uro
e
dA
ore
r
sd
c
Rco
c
Nc
or
c
oo
ro
r
orr
t
P P
5 8
687
316
T
5 8
687
316
P N
3
1 1 5
N
5 5
N
2 2
T
1 0
1 1
1 2
P N
3 3
N
431 8
N
1
1 2
T
8
131
1 3
P N
3 1 4
N
7
361
1 7
N
6 6
T
1 6
362
2 7
P N
3 3
N
6 6
T
9 9
P N
3 3
21N
213
1 4
N
1 2
221 6
31T
7
235
1 3
P N
2 2
T
2 2
P N
8 8
N
2 132
1 5
N
5 5
T
3 433
1 8
P N
2 2
T
2 2
P N
1 1
T
1 1
P N
21 3
N
1 1
311
1 6
N
2 2
T
1 3
522
1 1
P N
11 2
N
4
31 8
N
11 2
T
6
331 2
P N
5
1 6
N
2
2 4
T
7
3 1 0
P N
7 7
T
7 7
P N1 1
N
7
211 0
N
11 2
T
8
231 3
P N
1 1
N
5
11 7
T
6
11 8
P N
4
1 1 6
T
4
1 1 6
P N
6
1 7
N
9
611 6
N
1
1 2
T
1 6
812 5
P N
2 2
N
7 2 9
T
9 1
2 1
P N
2 2
T
2 2
P N
3 3
N
4
112 8
N
1 1
T
8
111
2 2
242
Figura 22. Vista de planta con localización de las unidades de muestreo. Yac. No. 24.
243
7.2.2.4. Yacimiento No. 25 – “Abrigo Rocoso”:
Anteriormente todas las rocas estaban cubiertas por vegetación arbustiva densa y
espesa, lo que se puede corroborar mediante las gruesas raíces que aún se
pegan de algunas de estas rocas y por la presencia de troncos de árboles que
fueron derribados (Ver Fotos 56-58, 60 y 61). Con la ampliación del cultivo de
naranjas, todo el bosque que se encontraba alrededor de las rocas, en casi toda la
extensión de la terraza y parte de la vegetación que cubría las rocas fue derribada.
Gracias a esta limpieza se facilitó el acceso a los yacimientos arqueológicos, los
cuales quedaron despejados.
244
b) Formación del Sitio: El sitio arqueológico donde se encuentran los
Yacimientos Nos. 25 y 26, consiste en una terraza de origen aluvial, en asociación
con los procesos de depositación del río Cauca. Las rocas que cubren toda la
extensión de la terraza son grandes bloques de aglomerado volcánico, que se han
erosionado de las partes altas (Ver Figura 21) y se han depositado en ésta.
c) Descripción: Este yacimiento está ubicado debajo de una de las rocas que se
han depositado sobre la terraza. La roca de 5 m de altura, tiene uno de sus lados
inclinados en un ángulo aproximado de 45º, cubriendo un área del suelo de la
intemperie, a manera de abrigo rocoso. En esta superficie de suelo de 11 m 2, se
encuentran además del suelo, otras rocas enterradas y una raíz que ha
atravesado el área de un extremo al otro. Una barrera de rocas también rodea el
área de suelo que cubre el abrigo rocoso (Ver Foto 57 y Figura 23).
245
aglomerado volcánico que sufren procesos de agrietamiento y erosión al estar
sometidos a la intemperie y a los fuertes cambios de temperatura de esta zona. Se
encuentran removidos debido a la presencia de grandes raíces y de los trabajos
que se han llevado a cabo por parte de la agro-industria. El pH que presentan
estos suelos es ligeramente ácido (Ver Tabla 23).
Tabla 23. Descripción de los suelos del nivel 1 del Yac. No. 25 – “Abrigo Rocoso”.
246
f) Material Recuperado: Mediante este muestreo, se recuperó la mayor
densidad de materiales por m2 de toda la prospección, ya que este abrigo rocoso,
aunque al parecer ya había sido visitado e intervenido por personas en la época
contemporánea, según algunos vestigios recuperados (Ver Numeral 7.3.5) y la
alteración en que se encontraron los horizontes del suelo, aún conservaba una
buena cantidad de vestigios arqueológicos prehispánicos.
También vale la pena resaltar el sondeo ampliado No. 7, ya que en el nivel 3 (20-
30 cm) en una fosa sencilla, irregular y un poco alterada por una gruesa raíz que
atraviesa toda el área muestreada, se registró un entierro (Ver Foto 59 y Figura
23) en el que se hallaron tres vasijas así: una olla subglobular de gran tamaño (42
cm de diámetro) que quedó semicompleta, ya que se reconstruyó casi la mitad;
ésta contenía una urna de menor tamaño (30 cm de diámetro y 35 cm de altura),
de forma subglobular la cual logró reconstruirse completamente, está tenía en su
interior fragmentos de huesos humanos y piezas dentales calcinados; por último,
esta última vasija tenía un cuenco en la parte superior que le servía de tapa, con
un diámetro de 26 cm y una altura de 14 cm, éste también se reconstruyó
completamente (Ver Tabla 24 y Fotos 83-85)
Foto 59. Urna funeraria in-situ en el nivel 3 del sondeo ampliado No. 7. Yac. No. 25.
247
Las piezas cerámicas los y restos óseos hallados en este yacimiento serán
tratados con mayor detalle de acuerdo a cada tipo de material más adelante (Ver
Numerales 7.3.1.3.4 y 7.3.3).
Tabla 24. Frecuencia y distribución del material cerámico en el Yac. No. 25 – “Abrigo
Rocoso”.
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248
Figura 23. Vistas de planta y lateral, con localización de las unid. de muestreo. Yac. 25.
249
7.2.2.5. Yacimiento No. 26 – “Cueva Olajeros”:
Según su forma, este bloque de roca se fracturó hacia su parte media, de donde
se desprendió un bloque de menor tamaño y forma rectangular. Este bloque cayó
sobre la base del yacimiento de manera inclinada, creando un acceso a manera
de rampa, hacia el nivel superior de la formación. Es así como en la actualidad,
esta roca de aproximadamente 9 m de altura, se asemeja en su forma exterior a
250
un abrigo rocoso con una rampa en el medio, la cual crea una subdivisión de
varias cavidades en su interior (Ver Fotos 60 y 61).
Foto 61. Detalle del costado norte del Yac. No. 26 – “Cueva Olajeros”.
251
vestigios como un salvamento, debido a que el yacimiento ya ha sido guaqueado
y a la vulnerabilidad que presenta por haber sido destapado.
Tabla 25. Frecuencia y distribución del material cerámico en el Yac. No. 26 – “Cueva
Olajeros”.
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252
Figura 24. Vistas de planta y lateral con localización de las unid. de muestreo. Yac. 26.
253
7.2.3. LOS CAMINOS
Camino real
Ruta ancestral
¿Cuántos pensamientos haz recogido en tu fluir?
Cuéntame esas historias.
Déjame seguir adelante,
bañarme en tu luz,
sintiendo otras pisadas
que en ti han dejado
huella.
Uno de los caminos más importantes, desde el punto de vista histórico y cuyas
especificaciones técnicas aún se conservan en ciertos tramos (Ver Tablas 25.1 y
25.2), es el camino que recorre el área del municipio de este a oeste, comenzando
en la cabecera municipal y luego se dirige hacia la Estación Puente Soto, sobre la
quebrada Sinifaná, para cruzarla y finalmente entra al territorio del municipio de
Titiribí, en una distancia de 10,482 m (Ver Mapa 5).
254
“En 1682, los mercaderes Pedro Cortés Osorio y Peralta y
Lorenzo de Ocampo, residentes en la Villa de Nuestra Señora
de la Candelaria de Medellín, presentan una capitulación
solicitando permiso para arreglar el camino de Sinifaná,
asumiendo ellos mismos los gastos porque tienen necesidad de
transportar ganado, bestias mulares y cargas desde Buga.”
(Córdoba, 2000: 111)
Figura 25. “Mapa de San Fernando de Amagá” (1791). Tomado del Archivo Histórico de
Antioquia. Planoteca. No. 2104.
En el “Mapa de San Fernando
de Borbón de Amagá”,
realizado por un autor
anónimo en 1791, aparece
registrado de manera gráfica,
con el nombre de “Camino de
Popayán”, un camino que
sale del actual pueblo de
Amagá y cruza la quebrada
Sinifaná en dirección N-S,
atravesando los “Llanos de
Sinifaná”, para llegar a la
cuenca del río Cauca y
continuar rumbo al sur, (Ver
Figura 25). Este camino puede
estar en relación con el
camino de la referencia
anterior.
255
a veces peligrosas, sobre todo en terrenos del terciario
carbonífero y de rocas eruptivas del mesozoico profundamente
descompuestas.” (Grosse, 1926: 12)
Los viejos de la zona conocen el camino antiguo Venecia-Titiribí como “la Calle
Antigua”, pues éste fue una calle municipal de carácter público, el cual constituía
la principal ruta de comercio entre Venecia y los municipios vecinos como Titiribí.
A partir de la construcción de la carretera Venecia - Bolombolo en 1951, fue
perdiendo importancia hasta pasar casi al olvido.
CARACTERÍSTICAS DISTANCIA % DE LA
(m) DISTANCIA TOTAL
Camino conservado 1646 15.41
Camino no conservado 7218 68.86
Camino – vía 518 4.94
Camino – cabecera 1100 10.49
TOTAL 10482 100.00
256
Tabla 25.2. Caracterización de los tramos conservados del camino antiguo
Venecia- Titiribí, entre la cabecera municipal y la Estación Puente Soto.
257
Foto 63. Tramos conservados del camino antiguo Venecia – Titiribí.
258
7.2.3.2. Camino Antiguo a Bolombolo: Este camino recorre todo el territorio del
municipio de Venecia en dirección W-E, siguiendo la divisoria de aguas de la
Loma de Cerro Tusa, en una distancia total de 15,769 m, de los cuales los 6788
m iniciales, hacen parte del camino anterior.
259
7.3. DESCRIPCIÓN DE LA MUESTRA ARQUEOLÓGICA
“El ser humano para poder vivir modifica continuamente su entorno. En todos los puntos de
contacto con el mundo exterior crea un entorno secundario, artificial. Levanta casas o
construye refugios; prepara la comida de una manera más o menos elaborada después de
haberla obtenido ayudándose de armas y útiles diversos; abre caminos y se vale de medios
de transporte. Si el ser humano hubiese tenido que valerse únicamente de su dotación
anatómica, pronto hubiera sido destruido, o habría muerto de hambre. La defensa, la
alimentación, la necesidad de moverse sobre el terreno, todas sus necesidades psicológicas
y espirituales, las satisface mediante la interposición de artefactos.”
260
7.3.1. CERÁMICA PREHISPÁNICA
Por esta razón, debemos aclarar que esta investigación es un primer acercamiento
a la zona, con un carácter prospectivo y de inventario, mediante la cual no se
pretende resolver el problema teórico de la correspondencia entre los estilos
cerámicos y los grupos humanos específicos para una región ni para un área
específica. Por eso, tras haber identificado los yacimientos arqueológicos e
inventariado los diferentes materiales arqueológicos en cada uno de ellos según la
densidad (Ver Anexo K), se realizó la clasificación detallada de los materiales,
comenzando su presentación con la cerámica prehispánica.
261
El primer objetivo a cumplir mediante esta clasificación cerámica, es inventariar la
muestra cerámica en unidades manejables, que permitan resumir sus
características. En esta clasificación cerámica se describen las características o
atributos tecnológicos, funcionales, morfológicos y estilísticos de los fragmentos y
vasijas recuperadas por medio de la prospección, de acuerdo a las nuevas
perspectivas para poder abordar la relación entre estilo y función de una manera
holística (Stark, 1998).
262
7.3.1.1. GENERALIDADES DE LA MUESTRA CERÁMICA
Existe para esta región, un estilo cerámico que se relaciona con la ocupación
temprana, el cual ha sido denominado Marrón Inciso. En la totalidad de los
yacimientos prospectados en el área de estudio, se halló material cerámico cuyas
características corresponden a los parámetros de este estilo (Ver Capítulo 6,
Numeral 6.2.1.2). Los yacimientos con mayor densidad cerámica como el Yac.
No. 18 – “Cuevas de Santa Catalina” y el Yac. No 25 – “Abrigo Rocoso”,
presentan únicamente cerámica cuyas características corresponden con este
estilo.
263
Tabla 26. Frecuencia y distribución del material cerámico por zonas prospectadas.
ESTILO CERÁMICO
Marrón
ZONAS YACIMIENTO Inciso Tardío Total
CUENCA Y1-Cementerio No.1 4 4
SINIFANÁ Y2-Terraza No.2 3 3
Y3-Caserío 16 1 17
Y4-Casa Vieja de María 2 2
Y5-Morrito-Torre Blanca 13 13
Y6-Terraza Práctica No.1 16 16
Y7-Terraza No.7 3 3
Y9-Morrito Julia 3 3
Y10-Campamento 8 3 11
Y11-Terraza No.11 6 6
Y12-Terraza No.12 15 15
Y13-La "Ye" 37 3 40
Y14-Terraza No.14 2 2
Y15-Terraza No.15 62 41 103
Y16-Terraza No.16 4 4
Y17-Terraza No.17 5 5
Y18-Cuevas Santa Catalina 6133 6133
Y27-Alto de la Corneta 100 100
Y28-La Quiebra 5 5
Y29-Morrito Escuela 19 19
Y30-Loma Rendonda 4 4
Y32-Casa Juan C.S. 13 4 17
Y8A-Nacimiento Suserquia 21 21
Y9A-Caserío Antiguo 2 1 3
Y12A-Terraza No.13 38 38
Y12B-Talud Casa Omar 2 2
Terraza No.13A 16 16
Y15A-Subcementerio No.3 2 2
Terraza No.19B 5 5
Terraza No.19C 14 86 100
Total 6573 139 6712
CUENCA Y20-Morrito Abuelo 53 5 58
RÍO Y21-La Meseta 525 24 549
CAUCA Y22-Terraza No.22 319 319
Y23-La Naranjera 48 48
Y24-Pueblito Río Cauca 360 360
Y25-Abrigo Rocoso 1495 1495
Y26-Cuevas Olajeros 251 1 252
Y33-Casa Principal 46 1 47
Y23A-Pueblito Río
4 4
Cauca-Nivel 2
Total 3101 31 3132
264
7.3.1.2. ZONA A – SINIFANÁ
265
erosión externa, erosión interna el 11.1% y sólo el 19.9% mostró erosión tanto
interna como externa.
A pesar de que se identificaron siete colores de pasta de acuerdo con las gamas y
cromas de la “Munsell Color Charts”, sólo cuatro de ellos presentan una mayor
frecuencia: café claro (7.5YR 6/3-6/4-2.5/2-2.5/3 y 10YR 6/1-6/2-6/3 y 6/4), café
oscuro (7.5YR 5/2-5/3-5/4-4/4 y 10YR 5/2 a 4/4), naranja (5YR 6/6-6/8-7/8 y 7.5YR
7/6-7/8 a 6/6-6/8) y crema (7.5YR 3/1-6/2 y 10YR 7/1-7/2-7/3 y 7/4), los tres
restantes: amarilla (10YR 8/8-7/8-5/6), rojo (2.5YR 6/1-5/6-4/8) y negro (10YR 2/1-
2/2 y 7.5 YR 2.5/2) aunque con menor frecuencia fueron descritos y tenidos en
cuenta.
Tabla 27. Relación entre la atmósfera de cocción y el color de la pasta. Yac. No. 18.
266
El cuarzo y el feldespato fueron componentes minerales esenciales utilizados
como desgrasante en la elaboración de esta cerámica, en algunos casos
contenían además hornblenda, en otros moscovita y en pocos biotita. Esta
inclusión, ya fuera natural o cultural, permitió manipular las características físicas
de la pasta proporcionándole mayor dureza y consistencia. El 93.5% de la
cerámica de este yacimiento es compacta y en la composición mineralógica
predominan: el cuarzo, el feldespato y la moscovita con el 42.1% y el cuarzo, el
feldespato, la moscovita y la hornblenda con igual porcentaje (Ver Tabla 28).
Tabla 28. Relación entre composición mineralógica y estructura en el Yac. No. 18.
267
Tabla 29. Relación entre tamaño y densidad del desgrasante en el Yac. No. 18.
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7
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3T
Para medir el grosor de la pasta se realizaron cuatro rangos: Muy delgada (menor
o igual a 6 mm), delgada (de 6.1 a 10 mm), gruesa (de 10.1 a 15 mm) y muy
gruesa (mayor de 15 mm). El resultado final muestra que la pasta fluctúa entre
muy delgada y delgada, siendo predominante la delgada con un 58.1%, muy
delgada 39.6%, gruesa el 2.26% y sólo el 0.04% es gruesa. Los acabados de la
superficie fluctúan entre alisados, pulidos, bruñidos y burdos, si bien resultaron
catorce combinaciones entre estos acabados los predominantes fueron: alisado
interno y externo 49.3%, pulido interno y externo 25.6%, pulido interno y alisado
externo 6.7%, alisado externo 5.3% y pulido externo, alisado interno con el 3.8%,
las demás frecuencias fueron bajas. El 4.6% de la cerámica de este yacimiento
presentaba erosión tanto interna como externa (en relación con el acabado), por lo
cual no se pudo determinar el tratamiento que se le dio a la superficie y se clasificó
como indeterminada (Ver Tabla 30).
268
Los colores de la superficie tuvieron igual tratamiento que los de la pasta (ya
descritos) y se destacaron también el café claro con un 77.3%, el café oscuro
14.3% y naranja con un 7%. También se presentaron superficies negras,
amarillas, cremas, rojas y grises oscuras, pero sus frecuencias fueron muy bajas.
La relación entre los colores de la pasta y los colores de la superficie muestra, que
si bien, en la mayoría de los casos el color de la pasta coincide con el color de la
superficie, hay otros donde la pasta presenta un color y la superficie otro diferente
(Ver Tabla 31), con lo que se puede inferir que se dieron variaciones de la
temperatura a lo largo del ciclo de cocción y los cambios -intencionales o no- de
las condiciones para que esa cocción se llevara a cabo.
Tabla 31. Relación entre los colores de pasta y superficie. Yac. No. 18.
269
Tabla 32. Frecuencia y distribución por áreas de las formas reconocidas. Yac. No. 18.
270
Área H2 15 15 33 2 8 73
Área H3 1 2 3
Área I 1 12 10 3 1 26
Total 61 256 442 36 22 111 3 21 1 3 956
Tabla 33. Frecuencia de la forma de las vasijas halladas en el Yac. No. 18.
Las formas de los bordes se caracterizan principalmente por ser invertidos con
engrosados externos (40%) e invertidos biselados (31.7%), de labios
redondeados y adelgazados y de cuellos cóncavos y rectos. Los diámetros de las
bocas de estas ollas varían entre un mínimo de 6 cm. y un máximo de 28 cm.,
con un promedio extractado de 13 cm (Ver Foto 64 y Figura 26). Dos de estas
ollas presentaron asas, una de anillo y otra de anillo con orificio (Ver Figura 37).
271
redondeados, y los cuellos en su mayoría 55.5% son cóncavos, aunque también
pueden ser rectos 41.8%. Solamente dos bordes de los 256 presentaron asa y su
forma es de anillo. Los tamaños de estas ollas pueden variar mucho, las hay muy
pequeñas, con diámetros de 10 cm. o tan grandes con diámetros que alcanzaron
hasta los 40 cm.; se extractó un promedio de 23 cm. como tamaño típico general
(Ver Foto 64 y Figura 27).
272
Foto 64. Cuadro fotográfico con fragmentos de ollas globulares y subglobulares. Yac. No.
18.
273
Cuencos: Son la forma más popular en este yacimiento con un 46.2% de las
vasijas totales. Los fragmentos pertenecientes a este grupo formal presentan
algunas variaciones a nivel general, conocidas en la literatura arqueológica, como
es el caso de: tapa-cuencos (Forma 3), cuencos aquillados y cuencos
escalonados. (Ver Foto 65 y Figuras 28 – 30).
En cuanto a la orientación de los bordes, estos pueden ser evertidos con forma
directa 21.3%, invertidos biselados con igual porcentaje, invertidos engrosados
externos 20.1%, evertidos biselados 15.4%, evertidos con engrosamiento externo
14.9% e invertidos directos 3.6%, las demás formas (recto directo, recto
engrosado externo y recto biselado) aunque presentes, poseen frecuencias bajas.
Las formas de los labios de estas ollas pueden ser adelgazados 41.9%,
redondeados y planos básicamente, con cuellos cóncavos en su mayoría 51.8%.
Ningún borde correspondiente a esta forma presentó asas. Los tamaños pueden
variar mucho, los hubo tan pequeños de 10 cm. y tan grandes que alcanzaron
diámetros de 39 cm., la media trabajada para esta forma está en 22 cm. La gran
mayoría presenta quilla, la cual puede estar o no decorada (Ver Foto 65 y Figuras
28 - 30).
274
Foto 65. Cuadro fotográfico con fragmentos de cuencos. Yac. No. 18.
Los bordes predominantes fueron los evertidos directos 66.7%, seguidos de los
evertidos engrosados externos 22.2%, tres ejemplares se identificaron como
evertidos biselados equivalentes al 8.3% y sólo uno fue recto engrosado externo
275
2.8%. Sus labios variaron entre redondeados 63.9%, planos y adelgazados. Los
cuellos podrían ser rectos 75%, seguidos de los cóncavos 13.9%. Hubo platos
hondos y platos pandos con diámetros que oscilaron entre los 16 cm y los 40 cm,
el promedio de diámetros de esta forma de vasija fue de 24 cm (Ver Foto 66 y
Figura 31).
Los bordes fueron en un 60.9% rectos con engrosamiento externo, los labios
planos 47.8%, redondeados y adelgazados, los cuellos en su totalidad rectos y no
hubo presencia de asas para ninguno de estos bordes. Los diámetros fueron
realmente pequeños aunque hubo un caso que llegó a 14 cm; que bien podría
denominarse ya no botella sino botellón o jarrón; así el diámetro más pequeño fue
de 3 cm y (sacando el ejemplar antes mencionado) el más pequeño de 10 cm., se
extractó una media de 8 cm. entre los 22 ejemplares (Ver Foto 66 y Figura 32).
Las formas de los bordes fueron variadas aunque hubo dos de mayor proporción,
los evertidos biselados 38.1% y los evertidos engrosados externos 33.3%, los
labios fueron adelgazados, redondeados y planos siendo predominantes los
primeros con un 47.6%. Los cuellos predominantes fueron los cóncavos, aunque
los hubo rectos y uno convexo. Los diámetros oscilaron entre 6 cm. y 8 cm. como
máximo para un promedio general de 7 cm. No se registraron asas para esta
forma (Ver Foto 66 y Figura 34).
276
Cuencos Acorazonados: Se encontraron tres ejemplares denominados
cuencos acorazonados, precisamente porque su forma semeja la de un corazón
vista desde la parte superior y vista lateralmente su forma es la de un pequeño
cuenco.
277
Foto 66. Cuadro fotográfico con fragmentos de platos, botellas, ollas pequeñas, bandejas
y cuencos acorazonados.
278
Foto 67. Urna semi-completa, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18.
279
- Figurina: Este caso merece ser resaltado debido al hecho que hizo que dos
investigaciones se unieran aunque estuviesen separadas por treinta y dos años
de diferencia. En la fase de realización del laboratorio del material cerámico se
evidenció la presencia de los dos fragmentos del lado izquierdo de una figurina
encontrados en el Área B2, hecho que de inmediato se relacionó con otro
fragmento de figurina encontrado por el Antropólogo Graciliano Arcila Vélez
(1969) en el mismo yacimiento. Fue grande la sorpresa al revisar el material de
esta investigación anterior en las Colecciones de Referencia del Museo
Universitario y observar con asombro que dicha pieza encajaba perfectamente
con la encontrada en la presente investigación, era el brazo que le faltaba,
hicieron falta treinta y dos años para que pudiéramos conocer el cuerpo completo
de esta figurina, estilo Marrón Inciso, elaborada con la técnica del modelado, cuyo
motivo es antropomorfo y de género femenino, ya que presenta senos.
Representa una persona de contextura robusta, pues la espalda, caderas y
piernas son gruesas; sus manos están apoyadas en la cintura. Está recubierta
con engobe rojo (ya muy tenue en algunas partes) en ambas superficies (Ver Foto
68).
280
Foto. 68. Fragmentos de poporo, figurina, alcarraza, vasija naviforme y volante de huso.
Yac. No. 18.
281
Formas Indeterminadas: Se recuperaron 111 fragmentos de bordes que se
definieron como indeterminados para dar un tipo de vasija, porque sus
características no cumplían los requisitos para inferir de allí una forma
determinada, tales como que su curvatura fuera mayor de 30º para poder
acercarse al diámetro original y que como mínimo se conservara el cuello o parte
de él; sin embargo, sus otras características fueron detalladas al igual que para el
resto de la muestra.
282
Figura 26. Dibujos de ollas globulares, estilo Marrón Inciso. Yac.- No. 18.
283
Figura 27. Dibujos de ollas subglobulares, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18.
284
Figura 28. Dibujos de cuencos, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18. (Plancha No. 1)
285
Figura 29. Dibujos de cuencos, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18. (Plancha No. 2)
286
Figura 30. Dibujos de cuencos, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18. (Plancha No. 3)
287
Figura 31. Dibujos de platos, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18.
288
Figura 32. Fragmentos de botellas, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18.
289
Figura 33. Dibujos de bandejas. Yac. No. 18.
290
Figura 34. Dibujos de ollas pequeñas, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18.
291
Figura 35. Dibujos de cuencos acorazonados , estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18.
292
Figura 36. Dibujos de urnas. Yac. No. 18.
293
Figura 37. Dibujos de asas. Yac. No. 18.
294
c) Descripción Funcional: La descripción que a continuación se hace surge del
cruce realizado entre las dos variables que en este aspecto se tuvieron en cuenta:
ahumado y hollín, con otras variables tanto tecnológicas como morfológicas que
permitieran una visión más amplia a este respecto.
1000
800
600
400
200
0
I nt erno Ext erno I nt erno y Ext erno
AHUMADO
80
60
40
20
0
I nt erno Ext erno I nt erno y Ext erno
HOLLÍN
295
Foto 69. Fragmentos cerámicos con presencia de ahumado y hollín interno. Yac. No. 18.
Tabla 34. Presencia de ahumado en algunas formas de vasijas. Yac. No. 18.
Una fuerte evidencia de estos ahumados internos son los fragmentos de cuerpos
no decorados que también fueron clasificados con todas sus variables
tecnológicas y funcionales y que sirven para reforzar estos datos: 441 cuerpos
equivalentes al 11.7% del total presentaron ahumado en su superficie interna y 81
fragmentos 2.1% con rastros de hollín. Si a estas cifras le sumamos 90
fragmentos equivalentes al 6.8% de los cuerpos decorados que también poseen
ahumado interno se convierte en una muestra confiable de una práctica que pudo
tener bastante importancia.
De esta manera y guiados por Rice (1996), quien plantea la relación en el análisis
funcional entre ahumados, espesor, acabados, dureza, cocción y formas, se
realizó el ejercicio de utilizar estas características que en la clasificación se
296
tuvieron en cuenta; es así como se segmentó la muestra en tres grupos: los
fragmentos que sólo presentaron ahumados internos, los que mostraron
ahumados externos y por último, aquellos que presentaron ahumado tanto en su
cara interna como externa; a cada uno de estos grupos se les miraron las
características anteriormente citadas.
Es así como se observó que las vasijas que presentan ahumado sólo en su interior
son principalmente cuencos y ollas subglobulares y, aunque en menor cantidad,
también se reportó en las globulares, platos y ollas pequeñas. El grosor de sus
paredes es delgada (65.2%), muy delgada (27.1%) y sólo el 7.7% son gruesas. El
acabado que le dieron a estas superficies tuvo tres rangos de importancia:
alisados internos y externos (54.4%), pulidos también en ambas superficies
(26.9%) y aquellas que fueron pulidas en su cara interna y el exterior fue sólo
alisado (13.8%), hubo otras combinaciones que representan una minoría en el
total de la muestra. Estas superficies además son duras (98.2%) y se evidencia
una cocción en atmósfera oxidante completa 50.1%, seguida por un 49.7% de
oxidación incompleta.
Las vasijas que presentaron ahumado tanto en su superficie interna como externa
fueron los cuencos, las ollas subglobulares y los platos; el grosor de sus paredes
es principalmente delgada 64.1% y muy delgada 34.1%, aunque se presentaron
ejemplares gruesos pero en muy baja proporción (1.8%). Aquí los pulidos en
ambas superficies fueron más abundantes 44.9%, seguido de los alisados internos
y externos 37.1%, pulidos externos-alisados internos con un 10.2% y un 6.6%
representado por los pulidos internos-alisados externos. Las superficies son duras
98.8% y fueron estas vasijas cocidas en atmósfera oxidante completa
principalmente 60.5% y en oxidación incompleta 38.9%.
297
Si bien algunos autores describen el engobe como parte del tratamiento de la
superficie, otros hablan de él con fines únicamente decorativos. Como no es del
caso entrar en esta discusión, en la presente investigación el engobe será
trabajado como técnica decorativa sin perder la perspectiva de reconocer que
evidentemente este tipo de acabado no sólo da una apariencia de lujo a la
cerámica sino que además aísla, impermeabiliza la pared de la vasija así que lo
más probable es que fuese utilizada para ambos fines. Las condiciones de la
geoforma donde se ubica el Yac. No. 18 – “Cuevas de Santa Catalina”, favorecen
la conservación de abundante engobe en el material, por la protección que le
brinda a la cerámica frente a las condiciones atmosféricas. A nivel general, 1346
fragmentos cerámicos presentaron engobe de diferentes colores en una o ambas
caras, equivalentes a un 21.95% de la cerámica total perteneciente a este
yacimiento (Ver Tabla 35).
ENGOBE
Interno y
COLOR DEL ENGOBE Interno Externo Externo Ninguno Total
Café 4 8 5 17
Rojo 489 361 414 1264
Crem a 3 21 8 32
Ninguno 21 21
Crem a s obre Rojo 1 1 2 4
Naranja 5 1 2 8
Total 502 392 431 21 1346
298
Tabla 36. Decoración en la cerámica del Yac. No. 18 – “Cuevas Santa Catalina”:
TÉCNICA DECORATIVA
Incisa Incisa- Incisa-Impr
Im pre Aplic Model Incisa-I Incisa-Apl -Mode Incisa- Perfora Perfo esa-Modela
MOTIVO Incisa sa ada ada mpresa icada lada Excisa Excisa da rada da Total
Líneas 475 1 5 481
Hileras de Puntos 3 3
Hileras de Dentado 1 10 11
Líneas-Hileras de Puntos 1 4 5
Líneas-Hileras de Dentado 2 2
Muescas 197 197
Lóbulos 30 30
Líneas-Hachurado 24 24
Líneas-Muescas 74 74
Líneas-Lóbulos 18 18
Festones 9 9
Triángulos 48 48
Escalones 90 90
Escalones-Muescas 49 49
Escalones-Líneas-Botón 1 1
Espina de Pescado 7 7
Escalones-Lóbulos 3 3
Líneas-Festones 5 5
Mameolar 2 2
Líneas-Espina de
2 2
Pescado-Muescas
Escalones-Mameolar 1 1
Líneas-Muescas-Festones 2 2
Líneas-Muescas-Festones-P
1 1
erforación
Muescas-Perforación 4 4
Perforación 4 4
Cuadros 2 2
Líneas-Muescas-Mameolar 2 2
Bandas-Muescas 2 2
Líneas-Bandas 1 1
Líneas-Hileras de
1 1
Puntos-Muescas
Escalones-Festones 2 2
Líneas-Hileras de
1 1
Dentado-Lóbulos
Cestería 2 2
Líneas-Hachurado-Muescas 1 1
Líneas-Muescas-Lóbulos 2 2
Mameolar-Muescas 1 1
Líneas-Espina de Pescado 3 1 4
Líneas-Hileras de Puntos-
1 1
Lóbulos
Antropomorfa 1 1
Total 973 16 11 31 7 18 23 1 5 4 4 3 1096
299
Cuencos: Hablar de los cuencos en las Cuevas de Santa Catalina, es hablar
de la forma más común y la decoración no iba a ser la excepción; la variedad de
técnicas y motivos decorativos hacen que esta forma de vasija resalte dentro del
conjunto cerámico. Se presentó la incisión con motivos de líneas, muescas, el
hachurado combinado con líneas, líneas y muescas, triángulos, escalones,
escalones y muescas, líneas con espina de pescado y muescas y por último
cuadros. En la impresión hay hileras de puntos e hileras de dentado. En la
aplicación se presentan festones y unos abultamientos que, guiados por
Echeverría (1981) se denominaron mamelones; también se dan lóbulos
modelados. Las demás técnicas son combinaciones de las anteriores (Ver Foto
70, Tabla 37 y Figuras 28-30).
300
Foto 70. Cuadro fotográfico de cuencos decorados en el Yac. No. 18
301
Tabla 37. Decoración en los cuencos del Yac. No. 18 – “Cuevas Santa Catalina”.
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N N 2 211
% %
T2 o211
% %
302
Existe una alta presencia de engobe con una amplia gama de colores como el
café 0.9%, rojo 43.4%, crema 1.4%, crema sobre rojo 0.5% y naranja 0.5%. Se
presenció tanto en la cara interna como en la externa 24.4%, sólo en la interna
14.5% y sólo en la externa 7.7%. La pintura no pudo haber faltado en esta forma,
61 fragmentos equivalentes al 13.8% presentaron esta técnica decorativa con
colores rojos 1.6%, cremas 7.9% y crema sobre rojo 4.3%; esta pintura
básicamente se presentó en la cara externa 10.2%, en ambas caras 2.9% y en la
interna 0.7%. De 442 cuencos en total, 157 presentaron a la vez decoración y
engobe (Ver Tabla 38).
Tabla 38. Técnica decorativa y engobe en los cuencos del Yac. No. 18.
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1I
1
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2
%
%
303
Cuerpos decorados: Los cuerpos decorados son una muestra bastante
representativa de las técnicas y motivos decorativos presentes en este yacimiento
arqueológico. Fueron 1331 fragmentos cuya decoración varió entre la incisión,
impresión, aplicación, lóbulos modelados, incisión con impresión, incisión con
aplicación, incisión y lóbulos, excisión, perforación y una combinación de tres
técnicas diferentes como la incisión, impresión y lóbulos modelados (Ver Foto 71,
Tabla 39 y Figuras 40, 41, 42 y 43).
304
Foto 71. Cuadro fotográfico de cuerpos decorados en el Yac. No. 18.
305
Tabla 39. Decoración en cuerpos del Yac. No. 18 – “Cuevas Santa Catalina”.
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9 91 1
% %
306
Los engobes de los cuerpos decorados variaron entre el café 0.9%, rojo 64.2%,
crema 1.5%, crema sobre rojo 0.1% y naranja 0.5%, predominando en su
superficie interna 27.1%, en la cara externa 24% y en ambas superficies 16.1%.
La pintura fue roja 0.2%, crema 0.8%, crema sobre rojo 1.1%, negra 0.2% y roja
con negra 0.1%, lo que equivale a 29 fragmentos con esta técnica decorativa (Ver
Tabla 39.1) .
Tabla 39.1. Técnica decorativa y engobe en los cuerpos del Yac. No. 18.
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%
307
Figura 40. Dibujos de cuerpos incisos, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18.
308
Figura 41. Dibujos de cuerpos decorados, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18. (Plancha 1)
309
Figura 42. Dibujos de cuerpos decorados, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18. (Plancha 2)
310
Figura 43. Dibujos de cuerpos decorados, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 18. (Plancha 3)
311
7.3.1.2.2. Otros Yacimientos de la Zona A – Sinifaná:
Tabla 40. Frecuencia y distribución del material cerámico de los yacimientos de la Zona A
- Sinifaná, exceptuando el Yac. No. 18 – “Cuevas de Santa Catalina”.
ESTILO C ERÁMICO
Marrón
YACIMIENTO Incis o Tardío Total
Y1-Cementerio N o.1 4 4
Y2-Terraza No.2 3 3
Y3-Cas erío 16 1 17
Y4-Cas a Vieja de María 2 2
Y5-Morrito-Torre Blanca 13 13
Y6-Terraza Práctica No.1 16 16
Y7-Terraza No.7 3 3
Y9-Morrito Julia 3 3
Y10-Campamento 8 3 11
Y11-Terraza No.11 6 6
Y12-Terraza No.12 15 15
Y13-La "Ye" 37 3 40
Y14-Terraza No.14 2 2
Y15-Terraza No.15 62 41 103
Y16-Terraza No.16 4 4
Y17-Terraza No.17 5 5
Y27-Alto de la C orneta 100 100
Y28-La Quiebra 5 5
Y29-Morrito Es cuela 19 19
Y30-Loma Rendonda 4 4
Y32-Cas a Juan C.S. 13 4 17
Y8A-Nacimiento Sus erquia 21 21
Y9A-Cas erío Antiguo 2 1 3
Y12A-Terraza No.13 38 38
Y12B-Talud Cas a Om ar 2 2
Y13A-Terraza No.13A 16 16
Y15A-Subcementerio N o.3 2 2
Y-19B-Terraza No.19B 5 5
Y19C-Terraza N o.19C 14 86 100
Total 440 139 579
312
a) Cerámica Estilo Marrón Inciso: La cerámica estilo Marrón Inciso está
presente en los 29 yacimientos restantes de la Zona – A, constituida por 440
fragmentos. Se destacan por su mayor densidad los yacimientos Nos. 13, 15, 15,
12 A y el 27 – “Alto de la Corneta”, el cual presenta 100 fragmentos (Ver Tabla
40).
313
Foto 72. Cerámica estilo Marrón Inciso de los yacimientos restantes de la Zona A.
TÉCNIC A DECORATIVA
MOTIVO Incis a Im pres a Incis a-Aplicada Total
Líneas 9 9
Hileras de Puntos 1 1
Hileras de Dentado 5 5
Hachurado 1 1
Líneas -Fes tones 1 1
Total 10 6 1 17
b) Cerámica Estilo Tardío: El estilo tardío está representado por 139 fragmentos
pertenecientes a 7 yacimientos de esta zona. Se destacan por su alta densidad
con respecto a los otros los yacimientos Nos. 15, con 41 fragmentos y 19C, con
86 fragmentos (Ver Tabla 40).
314
Descripción General: El material cerámico correspondiente al estilo Tardío
recuperado en los yacimientos de esta zona, pertenece a la vajilla burda
anteriormente mencionada (Numeral 7.3.1.1), ya que no hay presencia de
cuencos aquillados pulidos. Se caracteriza por los acabados alisados y burdos
principalmente, la cocción también indistintamente puede ser en atmósfera
oxidante completa o incompleta. No hay presencia de engobes ni pinturas, ya que
la gran mayoría presentan algún tipo de erosión. La estructura de la pasta puede
ser compacta o granular, de gruesa (61.9%) a muy gruesa (28.8%) y sólo el 9.4%
delgada; el tamaño del desgrasante varía entre medio, grueso y muy pocos finos
y se reduce especialmente la hornblenda como componente mineralógico en esta
cerámica: predomina el cuarzo, feldespato y moscovita 59.7% y cuarzo y
feldespato 32.4% en densidad media. Los colores en la pasta siguen variando
entre el café claro y el naranja, sin observarse ningún cambio especial. Las
formas de las vasijas pueden ser globulares y subglobulares -sólo un caso de
cuenco-, los bordes sí varían ya que predominan los evertidos directos. Sólo
hubo un caso de decoración que consiste en líneas incisas sin mucho pulimento
(Ver Foto 73 y Figura 45).
315
Figura 44. Dibujos de vasijas estilo Marrón Inciso de la Zona A – Sinifaná.
316
Figura 45. Dibujos de vasijas estilo Tardío de la Zona A – Sinifaná.
317
7.3.1.3. ZONA B – RÍO CAUCA
C E
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5
4
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9
9 Y
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7 Y
Y
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318
moscovita y hornblenda en un 38.7%, granos cuyo tamaño es fino y muy fino
(sólo en algunos casos medio) y están distribuidos uniformemente en la pasta en
densidad media. Las ollas en su mayoría están ahumadas en su cara externa.
200
100
0
Globular Cuenco Indeterminada
Subglobular Plato Tapa-Cuenc o
FORMA DE LA VASIJA
319
atmósfera de cocción puede ser indistintamente oxidante completa o incompleta,
en la composición mineralógica del desgrasante predomina el cuarzo, feldespato,
moscovita y hornblenda en un 80.4%, seguido por el cuarzo, el feldespato y la
moscovita con un 18.9%, bajas frecuencias de cuarzo y feldespato (0.7%) y
cuarzo, feldespato y hornblenda (0.2%), la densidad de estos granos es media
principalmente, estos granos son de tamaño fino a medio y la pasta es gruesa y
delgada con colores café clara, café oscura y naranja, compacta y granular. Las
formas de las vasijas son ollas subglobulares y cuencos, de bordes evertidos
directos y rectos directos en su mayoría, de labios redondeados y adelgazados
(Ver Figuras 47-49). Estas ollas registraron baja presencia de ahumado (dos
ejemplares, en la cara externa). El engobe también reduce su aparición, sólo dos
fragmentos lo presentan en su cara externa, las decoraciones se limitan a líneas
paralelas anchas, triángulos e hileras de puntos generalmente.
10
0
Subglobul ar Cuenco Indeterminada T aza
FORMA DE LA VASIJA
320
7.3.1.3.1. Yacimiento No. 21 – “La Meseta”:
321
Foto 74. Fragmentos cerámicos estilo Marrón Inciso. Yac. No 21 – “La Meseta”.
322
Foto 75. Fragmentos cerámicos de vasijas burdas, estilo Tardío. Yac. No. 21.
323
b) Descripción Morfológica y Estilística: Las formas de vasijas reconstruidas a
partir de los bordes muestran la existencia de ollas subglobulares, cuencos y
platos, predominando en gran medida las primeras.
Platos: Se registraron cinco bordes de esta forma, con borde evertido directo
y engrosado externo, de labios redondeados (Ver Foto 76 y Figura 51).
Foto 76. Fragmentos de vasijas estilo Marrón Inciso. Yac. No. 22.
324
7.3.1.3.3. Yacimiento No. 24. “Pueblito Río Cauca”:
325
Foto 77. Fragmentos de vasijas estilo Marrón Inciso. Yac. No. 24 (sondeos).
A los demás bordes no se les pudo identificar a qué tipo de vasija pertenecían; sin
embargo sus demás características fueron observadas ya que ayudan a agrupar
más la muestra. Estos ejemplares tienen bordes evertidos de forma directa,
engrosada externa o biselada, los labios pueden ser redondeados, adelgazados o
planos. Uno de ellos presentó líneas hachuradas en la superficie externa y el otro
hileras de dentado impresas también en su cara externa.
Foto 78. Fragmentos de vasijas estilo Marrón Inciso. Yac. No. 24 (perfil río Cauca).
326
Figura 48. Dibujos de vasijas de ambos estilos cerámicos. Yac. Nos. 22 y 23.
327
Figura 49. Dibujos de vasijas de ambos estilos cerámicos. Yac. Nos. 20 y 21.
328
Figura 50. Dibujos de cuencos estilo Tardío. Yac. No. 21.
329
Figura 51. Dibujos de vasijas estilo Marrón Inciso. Yac. No. 22.
330
Figura 52. Dibujos de vasijas estilo Marrón Inciso. Yac. No. 24 (sondeos).
331
Figura 53. Dibujos de vasijas estilo Marrón Inciso. Yac. No. 24 (perfil río Cauca).
332
7.3.1.3.4. Yacimiento No. 25 – “Abrigo Rocoso”:
Los bordes son evertidos tanto biselados como engrosados externos o directos,
rectos biselados o engrosados externos de labios adelgazados, redondeados y
planos y cuellos cóncavos. Los diámetros de estas ollas presentan una media de
24 cm.
333
Foto 79. Fragmentos de ollas subglobulares estilo Marrón Inciso. Yac. No 25.
334
Foto 80. Fragmentos de cuencos estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25.
Foto 81. Asas mango estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25.
335
Cuerpos Decorados: Los 648 cuerpos decorados presentan diferentes
técnicas y motivos siendo recurrentes: los anillos sin alisar, el dentado
estampado, la espina de pescado y el hachurado principalmente. Los engobes
son de color rojo, marrón o naranja y se encuentran en la superficie interna
(66.7%), externa o en ambas caras. Cuatro fragmentos presentaron pintura roja
aplicada en forma de bandas en la parte interna. Es frecuente observar en esta
cerámica, que aunque a la parte externa se le dejan intencionalmente los anillos
sin alisar, lo que la hace ver de aspecto burdo, la cara interna sí está finamente
tratada y la mayoría con presencia de engobe. Si bien en este caso el grueso de
la cerámica no presenta ahumado, el 7% evidencia ahumado en la cara interna o
en la externa (2.2% y 4.8% respectivamente). Seis fragmentos de cuerpo
presentaron una delgada capa de baño rojo, cuatro en la superficie interna y dos
en la superficie externa (Ver Foto 82 y Figura 59).
Foto 82. Cuerpos decorados estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25.
336
c) Descripción de las Vasijas del Entierro Recuperado (Sondeo Amp. No. 7):
337
7.3.1.3.5. Yacimiento No. 26 – “Cueva Olajeros”:
338
Foto 86. Fragmentos de ollas subglobulares estilo Marrón Inciso. Yac. No. 26.
Sólo hay un cuenco de borde recto con engrosamiento externo, labio plano y
cuello recto (Ver Figura 61).
Foto 87. Fragmento de botella estilo Marrón Inciso. Yac. No. 26.
Foto 88. Cuerpos decorados estilo Marrón Inciso. Yac. No. 26.
339
Foto 89. Fragmento de cuenco estilo Tardío. Yac. No. 26.
340
Figura 54. Dibujos de ollas subglobulares sin decoración, estilo Marrón Inciso. Yac. 25.
341
Figura 55. Dibujos de ollas subglobulares con engobe, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25.
342
Figura 56. Dibujos de ollas subglobulares incisas, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25.
343
Figura 57. Dibujos de ollas subglobulares impresas, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25.
344
Figura 58. Dibujos de cuencos, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25.
345
Figura 59. Dibujos de cuerpos decorados, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25.
346
Figura 60. Dibujos de ollas subglobulares, estilo Marrón Inciso. Yac. No. 25.
347
Figura 61. Dibujos de vasijas de ambos estilos cerámicos. Yac. 25.
348
7.3.2. ARTEFACTOS LÍTICOS
La tecnología lítica fue una de las estrategias implementadas por los seres
humanos para adaptarse a un medio ambiente específico. Tecnología y técnica,
son conceptos comúnmente usados en los análisis de los conjuntos artefactuales
arqueológicos; su definición permite reconocer que en la producción de artefactos
líticos entran en juego aspectos sociales en los cuales los humanos participaron
activamente como integrantes de un grupo (Ingold, 1990).
349
Foto 90. Cantos rodados recuperados en el área de estudio.
Sólo en un sitio (Yac. No. 21 – “La Meseta”) se encontraron evidencias que por su
frecuencia y posición estratigráfica permiten plantear inferencias sobre la
tecnología lítica en el área.
350
Figura 62. Frecuencia y distribución de artefactos líticos en el área de estudio.
100
80
60
40
20
Pe
Ya
0
Ya
Ya
Ya
Ya
Ya
Ya
Ya
Ya
Ya ien
Ya
Ya
rf i
ci
ci
ci
ci
ci
ci
ci
ci
ci
ci to
ci
ci
lR
m
m
m
m 19
m
ien
ien
ien
ien
ien
ien
ien
ien
ío
ien c
ien
ien
Ca
to
to
to
to
to
to
to
to
to
to
to
uc
21
18
25
26
24
22
14
33
1
a
U nid ad de Mu estre o Arqueo lóg ico
100
80
Frecuencia
60
40
Zona arqueológica
20
Cuenca Sinifaná
Yacimiento Arqueológico
351
Tabla 45. Frecuencia y distribución de artefactos líticos en la Zona A – Sinifaná.
Artef actos lít icos cuenca de la quebrada Porcentaje
Sinif aná Frecuencia v álido
R.S 16 100.0
Y acimiento 18
Tot al 16 100.0
R.S 1 50. 0
Y acimiento 1 3 1 50. 0
Tot al 2 100.0
R.S 1 50. 0
Y acimiento 19c 2 1 50. 0
Sitio
Tot al 2 100.0
2 1 100.0
Y acimiento 6
Tot al 1 100.0
R.S 1 100.0
Y acimiento 4
Tot al 1 100.0
R.S 1 100.0
Y acimiento 14
Tot al 1 100.0
352
modificados en la Zona A y una menor frecuencia de artefactos tallados. La Zona
B permite visualizar un comportamiento contrario al anterior (Ver Figuras 64 y 65).
80
60
10
Clase 40
Clas e
T ermoalteración
Pulido Pu lid o
0 T allado 0 Ta lla do
Yacimiento 18 Yacimiento 6 Yacimiento 4 Ya cimie nto 21 Ya cimie nto 26 Ya cimie nto 24 Pe rfil R ío C auca
Yacimiento 19c Yacimiento 14 Yacimiento 1 Ya cimie nto 25 Ya cimie nto 33 Ya cimie nto 22
Sitio Sitio
Porcentaje
Materi as pri mas de artefactos líti cos del Cerro de T usa Frecuenci a vál ido
Rocas Metamórfi cas 50 36.5
Rocas Sedim entari as 37 27.0
Rocas Igneas vol cánicas 36 26.3
Clase de Materia Pri ma Rocas Igneas Plutónicas 10 7.3
T obas
4 2.9
Volcano-sedim entari as
T otal 137 100.0
353
Tabla 48. Variedad de materias primas empleadas en la elaboración de artefactos líticos.
Porcentaje
Artefactos líticos de los alrededores del Cerro de Tusa Frecuenci a vál ido
Cuarzo l echoso 37 74.0
Los resultados del análisis de materias primas permitieron reconocer una conducta
de aprovechamiento de materiales, en la que las cualidades particulares debieron
cumplir un papel importante en la elección de una u otra roca; condiciones como la
homogeneidad, dureza, resistencia y disponibilidad en el área, debieron ser
importantes en su elección. De esta manera es posible observar que para la
elaboración de artefactos tallados pudieron ser usadas una gran variedad de
materias primas; sin embargo se observa, que a pesar de que cada uno de estos
grupos de rocas ofrece una amplia gama de posibilidades, se nota el énfasis en la
utilización de la variedad de cuarzo lechoso, cuarzo semicristalino, arenisca y
basalto (Ver Tabla 48).
354
7.3.2.3. Manufactura de Artefactos Tallados: Los 115 artefactos tallados
analizados permitieron la identificación de: soportes de tipo núcleo (5.2%), lascas
(90.4%) y esquirlas (4.3%), que corresponden a diferentes estados del proceso
técnico de talla, y que evidencia importantes aspectos del proceso tecnológico de
obtención de instrumentos funcionales (Ver Figura 66).
100
80
60
40
20
0
Núcleo Lasca Esquirla
Soporte
355
Tabla 49. Frecuencia de negativos de extracciones en núcleos.
Negativ os en Cantidad de
núcleos ext racciones Mínimo Máximo Media
Y acimiento 21 3 2 10 5.67
Y acimiento 33 1 8 8 8.00
Y acimiento 26 1 4 4 4.00
Y acimiento 18 1 6 6 6.00
356
Figura 67. Técnicas de manufactura de artefactos tallados.
90
80
70
60
50
40
30
20
Percusión di recta Bi pol ar
Té cnic a
b) Lascas: Este grupo, compuesto por 106 artefactos tallados, exhibe una mayor
variedad de materias primas empleadas y constituyen uno de los principales
productos de talla que se buscó mediante la aplicación de técnicas de talla
específicas; esta afirmación se basa en la ausencia de núcleos con evidencias de
utilización que sugiere que las lascas con bordes activos potencialmente
utilizables constituyeron el producto final de los procesos tecnológicos.
357
Figura 68. Materias primas de artefactos tipo lasca producto de talla recuperados.
40
30
20
10
A
C
re
ua A
C
nd uti c ri sna
ni
C
0
ua
C
rz re
G od
s cP
es
ua B
ua
o nis
r a io
A nod ri ta
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A lecho
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eosrf
ritaian
is
a
sc
ta
ta ta
li tai ta
t
itíadi
ta
a
l in
os
ca
o
l in
a
Materia Prima
Según la distribución geográfica del área de estudio en zonas, existe una mayor
concentración de artefactos de este tipo hacia la cuenca del río Cauca (94.3%); en
tanto que hacia la cuenca de la quebrada Sinifaná estas frecuencias son
absolutamente bajas (5.7%), así como la variabilidad en las materias primas
empleadas (Ver Tabla 51).
358
Tabla 51. Frecuencia y distribución de artefactos tipo lasca según las materias primas
empleadas, en el área de estudio.
Porcent aje
Disponibil idad de Materias primas en l os alrededores de Cerro de T usa Frecuencia v álido
Cuarzodiorita 1 50. 0
Y acimiento 19c Andesit a porf ídica 1 50. 0
Tot al 2 100.0
Basalto 1 50. 0
Y acimiento 18 Lidita 1 50. 0
Cuenca Sinif aná
Tot al 2 100.0
Cuarzo lechoso 1 100.0
Y acimiento 6
Tot al 1 100.0
Arenisc a 1 100.0
Y acimiento 14
Tot al 1 100.0
Cuarzo lechoso 29 36. 7
Arenisc a 14 17. 7
Cuarzo semicristalino 11 13. 9
Arenisc a f ina 8 10. 1
Basalto 3 3.8
Andesit a porf ídica 5 6.3
Y acimiento 21 Lut ita 4 5.1
Arcillolit a 1 1.3
Zona
Arenisc a f erruginosa 1 1.3
arqueológica
Cuarzo cristalino 1 1.3
Diorit a 1 1.3
Andesit a 1 1.3
Tot al 79 100.0
Cuenca río
Basalto 11 84. 6
Cauca
Peridotita 1 7.7
Y acimiento 25
Andesit a porf ídica 1 7.7
Tot al 13 100.0
Cuarzo lechoso 1 25. 0
Basalto 2 50. 0
Y acimiento 26
Andesit a 1 25. 0
Tot al 4 100.0
Granodiorita 1 50. 0
Y acimiento 24 Lut ita 1 50. 0
Tot al 2 100.0
Basalto 1 50. 0
Y acimiento 22 Andesit a porf ídica 1 50. 0
Tot al 2 100.0
359
Las lascas evidencian también la relación entre las técnicas de talla empleadas y
el estado final de los soportes; por ejemplo, en este caso las lascas exhiben mayor
densidad de daños como producto del proceso extractivo; de esta manera se tiene
que un poco menos del 50% del total de los artefactos extraídos mediante la
aplicación de percusión bipolar presenta daños en alguna de sus superficies,
especialmente en los extremos proximal y distal. Las mayores densidades
corresponden a fracturas producidas en ambos extremos, lo cual obedece al tipo
de percusión empleada y el menor grado de control requerido en la aplicación de
la fuerza sobre la masa de materia prima que se transforma (Ver Tabla 52).
Porcentaje
Lascas recuperadas en los alrededores del Cerro de Tusa Frecuencia v álido
Completo 54 67. 9
Fract ura Proximal y t erminal 1 1.3
Fract ura Lateral 13 16. 7
Fract ura Terminal 5 6.4
Percusión directa
Fract ura Proximal 4 5.1
Fract ura Lateral y t erminal 1 1.3
f ragment o 1 1.3
TECNICA Tot al 78 100.0
Completo 14 51. 9
Fract ura Proximal y t erminal 5 18. 5
Fract ura Lateral 4 14. 8
Bipolar Fract ura Terminal 2 7.4
Fract ura Lateral y t erminal 1 3.7
Fract ura proximal y lateral 1 3.7
Tot al 27 100.0
De otro lado, las frecuencias y el tipo de fracturas que caracterizan los soportes
extraídos mediante la técnica de percusión directa sugieren un mejor control en el
proceso; es en este esquema de reducción que se conservan intactas las
superficies de percusión que permiten observar parte de los gestos necesarios
aplicados en su extracción.
360
Tabla 53. Características de bulbos de percusión de acuerdo a la técnica de manufactura
Porcentaje
Lascas de los alrededores del Cerro de Tusa Frecuencia v álido
Dif uso 33 41. 8
Sin Bulbo 31 39. 2
Marcado 12 15. 2
Percusión directa
Lasca parásit a 2 2.5
Prominente 1 1.3
TECNICA
Tot al 79 100.0
Dif uso 7 25. 9
Sin Bulbo 18 66. 7
Bipolar
Marcado 2 7.4
Tot al 27 100.0
Foto 92. Lascas de cuarzo lechoso elaboradas mediante la talla por percusión bipolar.
Yac. No. 21.
La selección de una técnica de talla particular debió estar relacionada con el tipo
de producto requerido; Cada técnica posibilitó la obtención de soportes con
características morfológicas y dimensiones específicas, que debieron tener una
incidencia importante en el diseño de los instrumentos obtenidos. Es así como se
puede observar como los soportes elaborados mediante percusión directa poseen
dimensiones más amplias (Ver Foto 93-95), lo cual se relaciona también con los
tipos de materias primas transformadas en cada uno de estos esquemas de
transformación de materiales (Ver Tabla 54).
361
Tabla 54. Dimensiones de lascas de acuerdo a la técnica de manufactura.
Lascas de los alrededores del Cerro de Tusa Frecuencia Mínimo Máximo Media
Ancho 27 9 30 17. 78
Bipolar Grosor 27 3 13 7.74
Largo 27 7 30 17. 85
TECNICA
Ancho 79 8 122 32. 76
Percusión directa Grosor 79 2 41 11. 70
Largo 79 8 102 37. 08
Foto 93. Lascas talladas por percusión directa, principalmente en rocas de arenisca,
andesita, basalto y lidita. Yac. No. 21.
Foto 94. Lascas de basalto talladas por percusión directa. Yac. No. 25 – “Abrigo Rocoso”.
Foto 95. Lascas de andesita talladas por percusión directa. Yac. No. 26 – “Cueva
Olajeros”.
362
c) Artefactos Modificados por Uso: Esta clase de instrumentos líticos se
encuentra representada en la muestra por un total de 15 artefactos en cantos
rodados, hallados en 4 de los yacimientos identificados. Es importante destacar la
mayor densidad de instrumentos de este tipo en el Yac. No. 18 – “Cuevas de
Santa Catalina”, donde se utilizó una gran variedad de materiales especialmente
basalto, granodioritas y tobas (Ver Foto 96); rocas que se encuentran entre las
más duras del conjunto y que posibilitan el cumplimiento de tareas que requieren
superficies abrasivas para su ejecución (Ver Tabla 55).
Tabla 55. Frecuencia y distribución de artefactos modificados por uso de acuerdo al tipo
de materia prima..
Artef actos Modif icados por uso alrededores del Porcent aje
Cerro de Tusa Frecuencia v álido
Arenisca Gruesa 1 10. 0
Tobas 1 10. 0
Granodiorita 1 10. 0
Gabro 1 10. 0
Y acimiento 18 Andesit a porf ídica 1 10. 0
Basalto 3 30. 0
Lut iita 1 10. 0
Arenisca 1 10. 0
Sitio Tot al 10 100.0
Granodiorita 1 50. 0
Y acimiento 1 Cuarzodiorita 1 50. 0
Tot al 2 100.0
Arenisca f ina 1 50. 0
Y acimiento 22 Tobas 1 50. 0
Tot al 2 100.0
Riolit a Porf ídica 1 100.0
Perf il Río Cauca
Tot al 1 100.0
363
Figura 69. Frecuencia y distribución de artefactos modificados por uso de acuerdo al
contexto de aparición.
12
10
4
Nivel
23
2
3
0 R.S
Yacimiento 18 Yacimiento 22 Yacimiento 1 Perfil Río Cauc a
Sitio
364
Foto 97. Artefactos modificados por uso del Yac. No. 18 – “Cuevas de Santa Catalina”.
365
Tabla 57. Frecuencia y distribución de los artefactos pulidos en el área de estudio.
Para su elaboración se utilizaron diferentes tipos de materias primas entre las que
se hallan rocas sedimentarias como la arcillolita, tobas volcano -.sedimentarias,
rocas ígneas plutónicas como la diorita e ígneas volcánicas como el basalto. El
tamaño de la muestra no permitió reconocer preferencias por una u otra variedad;
sin embargo, la elección de las materias primas representadas en el conjunto
debió estar relacionada con el tipo de instrumentos deseados, los cuales requerían
de materiales relativamente blandos que permitieran su reducción por abrasión y a
su vez, fueran suficientemente fuertes para que el gasto de tiempo y energía,
invertidos en la elaboración, fuera luego compensada con la vida funcional del
instrumento.
366
Tabla 58. Dimensiones de artefactos pulidos.
Foto 98. Cinceles pulidos hallados en el Yac. No. 24 – “Pueblito Río Cauca”.
Foto 99. Hachas pulidas halladas en el Yac. No. 18 – “Cuevas de Santa Catalina”.
367
7.3.3. RESTOS ÓSEOS HUMANOS
7.3.3.1. Restos Óseos Cinerarios: Los restos cinerarios pueden hallarse en los
siguientes contextos (Reverte Coma, 1991):
- El pH ligeramente ácido de los suelos (promedio 6.38) del Yac. No. 25 (Ver
Tabla 23).
368
A continuación se presenta la descripción de los fragmentos óseos diagnósticos y
las piezas dentales, de acuerdo a la distribución y frecuencia en cada uno de estos
yacimientos.
Foto 100. Restos óseos cinerarios de los sondeos ampliados Nos. 3 y 6. Yac. No. 25.
Las piezas dentales, en este caso son las más diagnósticas, debido al estado de
fragmentación en que se encuentran los huesos largos por haber sido sometidos
a la cremación. Se trata de tres molares, cuatro premolares y la cara oclusal de
los incisivos centrales. Estas piezas dentales pertenecen a un individuo adulto
entre los 25 y 30 años (Ver Foto 101).
369
Foto 101. Restos óseos cinerarios y piezas dentales del entierro hallado en el sondeo
ampliado No. 7. Yac. No. 25 – “Abrigo Rocoso”.
Por último se identificó una pieza dental que corresponde a un tercer molar (Ver
Foto 102).
370
Se describe un tercer molar, con desgaste y aplanamiento, superficie cariada,
correspondiente a un individuo entre los 35 y 40 años de edad.
Foto 102. Restos óseos cinerarios recuperados en el Yac. No. 26 – “Cueva Olajeros”.
Según las observaciones por parte de un especialista, los restos óseos de este
yacimiento corresponden a cuatro individuos entre los 13 y 18 años según su
configuración morfocraneal, además no tienen suficientes impresiones meníngeas
para que den buena cuenta de que se trata de cráneos de adultos (Ver Foto 103).
También al observar huesos largos como la tibia, presentan carillas articulares sin
osificar, características de individuos en proceso de formación o desarrollo. Por las
piezas dentales, se puede decir también que son infantes ya que el desgaste
presentado en estos es característico de personas o seres humanos que no
superan los 18 años de edad.
371
Foto 103. Cráneo recuperado en el Corte No. 2 Yac. No. 1 – “Cementerio No. 1”.
372
7.3.4. RESTOS ÓSEOS FÁUNICOS
En este análisis hemos partido del presupuesto que la identificación de los restos
es una tarea aproximativa y relativa, nunca absoluta (Morales, 1988),
independientemente de la validez de las categorías taxonómicas, cronológicas,
sexuales, raciales, etc.; constituyéndose en una tarea realizada con diferentes
grados de certeza en función del conjunto de circunstancias que la circunscriban
en cada momento.
373
Para la determinación del conjunto, teniendo en cuenta la baja proporción de
vestigios así como su procedencia de contexto semi-superficial, se ha trabajado la
muestra de acuerdo con el área de recolección y principales características que
presenta (Ver Figuras 10 y 70).
Figura 70. Frecuencia y distribución del material fáunico por área prospectada y tipo de
estructura.
12
F 10 B2
r
B4
e 8
C1
c
u F1
6
e F4
n G1
c 4
G4
i
H2
a 2
0
H. Largo s H. Co rto s H. P lano s Dientes
Tipo de Estructura
Área B2: En este sector se halló un calcáneo (pata trasera) de mamífero, que
presenta una longitud de 3.5 cm por 1.0 cm de diámetro, con una coloración
marrón oscura. El grado de desarrollo de la pieza se relaciona directamente con
un especimen adulto, que de acuerdo con la identificación realizada previamente
corresponde a un ejemplar del Orden Carnívora (Ver Foto 107). Asociado a este
material se halló abundantes fragmentos cerámicos (98.66%), algunos fragmentos
líticos (0.46%) y loza (0.60%), constituyendo el 0.06% del material cultural
recuperado en el sector.
374
En este mismo sector se halló un incisivo inferior izquierdo, de mamífero, del
Orden Artiodactyla, de coloración marrón, el cual presenta muy poco desgaste
oclusal que podría ser un indicador de su relación con un especimen juvenil. Con
tan pocos elementos no es posible establecer juicios a priori sobre el origen de
estas huellas y el agente que las produjo (Ver Foto 106). Sin embargo, en este
mismo sector se hallaron fragmentos cerámicos, loza y vidrio, que permite
establecer posibles vínculos entre estos diversos materiales.
375
corresponden a un molar y un premolar superiores derechos que evidencian poco
desgaste oclusal. Dicha característica sumada al alto grado de fragilidad del
material estarían indicando su relación con un especimen juvenil. Partiendo de las
características morfológicas que presentan estas piezas se ha identificado como
un ejemplar correspondiente al Orden Didelphimorphia, Familia Didelphidae, del
Género Didelphidos sp. Estas piezas se hallaron asociadas a fragmentos
cerámicos, aunque no es muy clara su relación cultural.
Figura 71. Frecuencia taxonómica por segmento corporal de los restos fáunicos.
F 7
r
6 A ve
e
c 5
u Didephido s
4
e
n 3 A rtidactyla
c
2
i
a 1
0
H. Largos H. Cortos H. Planos Pieza Dental
Tipo de Estructura
376
fragmentos presenta una marca ligeramente transversal al eje longitudinal
producida por un elemento cortante, no obstante, no se ha podido determinar su
relación antrópica (Ver Foto 104).
Foto 104. Fragmentos óseos de ave hallados al interior de un cuenco, en el Área H2. Yac.
No. 18.
b) Mamíferos:
Teniendo en cuenta que se encuentra representado gran parte del esqueleto del
animal podría pensarse que fue depositado en forma primaria, y que gran parte de
las actividades que implicó su fracturamiento se llevo acabo en este mismo lugar
(Ver Foto 105).
377
Foto 105. Fragmentos de huesos de Didelphis sp, hallados al interior de un cuenco en el
Área H2.
Foto 106. Fragmentos óseos y piezas dentales de Ungulados hallados en el Yac. No. 18.
378
Las especies de este orden que habitaron de manera salvaje en la región ya están
extintas, entre ellas se encuentra la danta (Tapirus terrestris). A este orden
también pertenecen los ungulados como vacunos y caballares.
Orden Carnívora: Este orden está presente con seis fragmentos óseos. Se
destacan los fragmentos de huesos largos como fémures y húmero de un
especimen, que según los especialistas es difícil de identificar por la carencia de
huesos del cráneo (Ver Foto 107).
379
La pieza corresponde a un utensilio acondicionado para su uso, producido
posiblemente por el lascado intencional sobre un hueso largo previamente
preparado para obtener un elemento con un agudo filo, probablemente utilizado en
la perforación de tejidos blandos (cuero, madera, semillas, textiles, entre otros).
Foto 108. Instrumento en hueso hallado en el Área F4. Yac. No. 18.
380
7.3.5. CERÁMICA EUROPEA
381
Foto 109. Cerámica de manufactura europea recuperada en el Yac. No. 18.
382
Foto 110. Cerámica de manufactura europea hallada en los yacimientos restantes de la
Zona A.
383
7.3.5.2. Identificación de la Muestra: Las lozas industrializadas se desarrollaron
en Inglaterra a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX: no obstante,
anterior a esto se elaboró otro tipo de lozas semi industrializadas que pretendían
abastecer el amplio mercado americano y la sociedad emergente europea. Casi
siempre se trataba de vajillas de mesa principalmente elaboradas en arcillas
silíceas cocidas a altas temperaturas, mucho mas resistentes y con una coloración
clara que permitía usar esmaltes transparentes, es decir sin opacar con estaño.
La posibilidad de usar esmaltes transparentes junto a la técnica de transferir los
diseños decorativos sobre vasijas a partir de bloques de madera o cobre
grabados, significó una revolución tecnológica. Estas técnicas disminuyeron los
costos sustancialmente de los productos finales.
Se cuenta con un fragmento que presenta una pasta muy gruesa y dura, aunque
menos porcelanizada que la Gaudy Dutch original, su superficie se encuentra
ligeramente craquelada y su diseño floral es de tonos fuertes (Fragmento 03). (Ver
Foto 111)
384
c) Olive Jar Glazed (1490-1600): Es una cerámica conocida también como
Green Bacin. Es posiblemente uno de los tipos cerámicos más comunes. Se
reconoce como una cerámica con gruesas paredes, aunque esto puede variar
según el uso. Sus pastas son de tonalidades naranjas claras a rojizas (5 YR 6/8,
7/6, 7.5 YR 7/6) y el desgrasante va de fino a medio. Presenta notables estrías de
torno y superficies internas esmaltadas con el fin de impermeabilizar la pieza. La
producción de vasijas vidriadas de verde oliva, no se limita a Europa únicamente,
pues excavaciones en diferentes conventos de comunidades religiosas,
correspondientes a fundaciones españolas en América, han recuperado piezas
elaboradas con arcillas locales, aunque su esmalte es ligeramente mas exfoliable.
La muestra de Venecia cuenta con 1 fragmento de una pieza vidriada de color
verde en ambas superficies, de pasta naranja y burda, la cual esta destinada para
la elaboración de objetos como botijas, lebrillos y bacines, o grandes tazones
usados para el aseo personal. Se desconoce a que tipo de objeto corresponde
este fragmento pues su tamaño no permite identificar una forma clara, pero es
posible que se tratara de cerámica de uso doméstico ya que se encuentra vidriado
en ambas superficies. Por otro lado la cerámica de uso comercial como las botijas
peruleras, por ejemplo, no siempre cuentan con ambas superficies vidriadas, a
excepción de aquellas que eran usadas para el transporte de agua, vino y aceite
de oliva. Las botijas que no eran vidriadas podían ser usadas para el transporte
de granos en general. La muestra solo cuenta con un fragmento: Ven-Yac13/S1-
N2-28 (Ver Foto 110).
e) Annularware (1785 – 1830): Fue una loza muy popular en el siglo XIX, usada
como implementos de mesa como tazas, platos, cántaros, jarras, etc. Sus diseños
corresponden a líneas y bandas separadas por diseños florales o geométricos.
Las rayas delgadas, generalmente se ubican cerca de los bordes de vasijas de
mesa. (Deagan, 1986). (Fragmentos 13,18 y 29). (Ver Foto 109 y 110)
f) Pearlware Transfer Print (1760 – 1815): Es una loza de pasta muy fina y
compacta. Los diseños se lograban con pigmentos de azul cobalto sobre las
superficies blancas y sus motivos generalmente son temas paisajísticos. Existió
una alta demanda de esta loza durante la Revolución Industrial en Inglaterra, era
una técnica que permitía la producción en masa. Era considerada una labor
semicalificada que podía rápidamente y con precisión decorar gran número de
formas cerámicas. El diseño es regular, se notan golpes de pincel pero muy
385
pequeños a manera de puntos de impresión de un periódico. La muestra
recuperada cuenta con 2 fragmentos de pasta gruesa con superficies craqueladas
debido al intemperismo (Ven-Yac13/S1-N2-27 y Ven-Yac14/S3-N2-38). (Ver Foto
110)
Es importante dejar claro, que las fechas mencionadas en cada uno de los tipos
de cerámica y loza, están relacionadas con los períodos de producción europea.
La descripción de la loza recuperada presenta elementos de la moda y de los
gustos que se imponían en Europa, entre los siglos XVI y XIX y que se plasmaban
en sus diferentes enseres. Corresponde este lapso a un período amplio, pero que
sin lugar a dudas, permite segmentarse para su estudio, teniendo en cuenta
básicamente las técnicas de manufactura de la cerámica y algunos decorados que
marcaron gustos y modos de vida durante los últimos 500 años en Europa.
El vidrio mas delgado o mediano de color azul claro, estaba destinado a usos
farmacéuticos, es decir como pastilleros y perfumeros, además guardaban
esencias y polvos afrodisíacos en ellos. Generalmente eran guardados en la
solapa de los sacos masculinos, en las pelucas o en el corpiño de los trajes
femeninos. (Lister and Lister, 1987; Hume 1970)
386
Foto 112. Materiales contemporáneos recueprados en el área de estudio.
387
8. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
“El hombre estudioso contempla los fenómenos, los explica si puede y hace sus
deducciones. Vida y muerte; principio y fin de los seres, de las sociedades y de las cosas.
Asistir con intento analítico a estos dos graves acontecimientos del orden físico y del orden
moral, es negocio sumamente interesante y digno de fijar en él la más esmerada meditación.
Examinar la vida cuando principia es asunto de un idilio; verla cuando termina es tarea
elegíaca.
Decir que el hombre nace y muere es decir una cosa inútil, por ser bien sabida de todos;
pero decir que los pueblos y las sociedades pasan por las mismas mudanzas, es verdad un
poco menos vulgar y mejor conocida por los historiadores que por las masas populares. De
todas maneras, escudriñar uno u otro de estos fenómenos es causa de placer o de pena.”
Para llevar a cabo este objetivo, no sólo se intenta construir inferencias al respecto
de los grupos prehispánicos locales, sino también correlacionar los aportes de las
investigaciones llevadas a cabo en la cuenca montañosa del río Cauca en el
centro del departamento de Antioquia con los resultados de este estudio.
387
información. En esta aproximación al sistema poblacional que constituye el área
de estudio, los yacimientos identificados durante la prospección se encuentran
agrupados bajo unas categorías de acuerdo a su posible funcionalidad. Es muy
importante aclarar que esta propuesta de ordenamiento espacial y los rótulos bajo
los cuales se han subdividido los yacimientos son hipótesis construidas de
manera preliminar mediante la observación de los yacimientos y la muestra
recuperada, que en un principio se intentarán sustentar en el trascurso del
presente Capítulo. Reconocemos el hecho de que, mediante una investigación de
carácter prospectivo, presentada como trabajo final para el nivel de pregrado, no
quedarán resueltas. Nuestros objetivos están enfocados más bien, hacia la
generación de nuevas preguntas que conlleven a la discusión académica y las
cuales direccionen nuevas líneas y enfoques de investigación, con el fin de
acercarnos en el futuro, al entendimiento de las dinámicas sociales acontecidas en
el territorio.
388
Se proponen cuatro tipos de sitios principales de acuerdo a las funciones
específicas de los yacimientos como: sitio ceremonial, sitio de cementerio, sitio
de vivienda permanente y sitio de vivienda temporal. También se propone la
funcionalidad de “otero” o mirador, para uno de los sitios en particular. El criterio
de selección para la clasificación de los sitios depende de varios factores como
son: la localización con respecto al sistema geográfico, las características
fisiográficas, las dimensiones de cada yacimiento, como también la cantidad y la
calidad de los materiales arqueológicos recuperados; información que fue
presentada en el Capítulo 7 y que será retomada para cada tipo de sitio en detalle.
389
en cuenta en los siguientes análisis estadísticos, de acuerdo a las características
de los materiales recuperados por funcionalidad. Pero se incluyen, porque en
nuestro concepto, ayudan a entender mejor la distribución de los grupos
poblacionales en el territorio, desde el enfoque sistémico (Binford, 1988).
390
Tabla 62. Funcionalidad de los yacimientos arqueológicos del área de estudio.
FUNCIONALIDAD
Vivienda Vivienda
YACIMIENTO Perm anente Temporal Cementerio Cerem onial Mirador Total
Y1-Cementerio No.1 1 1
Y2-Terraza N o.2 1 1
Y3-Cas erío 1 1
Y4-Cas a Vieja de María 1 1
Y5-Morrito 1 1
Y6-Terraza Práctica No.1 1 1
Y7-Terraza N o.7 1 1
Y9-Morrito Julia 1 1
Y10-Campamento 1 1
Y11-Terraza No.11 1 1
Y12-Terraza No.12 1 1
Y13-La "Y" 1 1
Y14-Terraza No.14 1 1
Y15-Terraza No.15 1 1
Y16-Terraza No.16 1 1
Y17-Terraza No.17 1 1
Y18-Cuevas Santa Catalina 1 1
Y20-Terraza Abuelo 1 1
Y21-La Mes eta 1 1
Y22-Terraza No.22 1 1
Y23-La Naranjera 1 1
Y24-Pueblito Río Cauca 1 1
Y25-Abrigo Rocos o 1 1
Y26-Cueva Olajeros 1 1
Y27-Alto de la Corneta 1 1
Y28-La Quiebra 1 1
Y29-Morrito Es cuela 1 1
Y30-Loma Rendonda 1 1
Y31-Carilla 1 1
Y32-Ventiadero 1 1
Y33-Cas a Principal 1 1
Y34-Cementerio No.2 1 1
Y35-Alto del Nudo 1 1
Y36-Alto del Nevado 1 1
Y37-La Hondura 1 1
Y8A-Nacimiento Sus erquia 1 1
Y9A-Cas erío Antiguo 1 1
Y12A-Terraza No.13 1 1
Y12B-Talud Cas a Omar 1 1
Y13A-Terraza No.13A 1 1
Y15A-Subcementerio No.3 1 1
Y19B-Terraza No.19B 1 1
Y19C-Terraza No.19C 1 1
Y23A-Terraza Río Cauca-Nivel 2 1 1
Total 12 25 5 1 1 44
391
De acuerdo a esta distribución tenemos la siguiente frecuencia (Ver Tabla 63),
donde el mayor número de yacimientos identificados corresponde a sitios de
vivienda temporal (56.82% ). (Ver Tabla 63)
392
Mapa 6. Funcionalidad de los yacimientos arqueológicos del área de estudio.
393
8.1.1. SITIOS CEREMONIALES
“La tradición ha permitido a los Mámas elaborar una especie de geografía sagrada que define
funciones a cada piedra, cerro, cueva, laguna o cualquier otro accidente topográfico, y además,
conocer los detalles y las características de los que se encuentra enterrado en cada lugar. Estos sitios
sagrados tienen como característica especial la de permitir una apertura, un paisaje directo a los
mundos sobrenaturales. Cada uno de los grandes valles tienen sitios específicos que han ido
sufriendo un proceso histórico de “especialización”, pues el acceso a lo sagrado se realiza para
asuntos concretos, así que para cada propósito particular existen sitios determinados.”
El Doctor Arcila se inquietó por dos aspectos con respecto a sus hallazgos: por un
lado se preguntó por el uso o función de estos sitios para los grupos prehispánicos
y por otra parte le llamó la atención el estado de fragmentación en que se
encontraron las vasijas cerámicas ubicadas en su interior.
394
relacionados con la época de preconquista y conquista, sino con una ocupación
cuyo apogeo tuvo lugar 1000 años atrás aproximadamente (Ver Figura 8), la cual
será corroborada más adelante.
La otra posibilidad de uso que propuso Arcila (1969) en relación con el estado de
los materiales cerámicos es la de un basurero:
Esta pregunta que el autor se hace, no solo considera el sitio como un basurero,
sino que puede sugerir la idea de un posible ritual en el que se fragmenta la
cerámica de manera voluntaria. En nuestro concepto, ambas posibilidades
también encuentran objeciones según los datos obtenidos, ya que no sería lógico
pensar en un basurero donde se fuera a botar la cerámica mejor acabada, en
especial los cuencos (442 individuos que conforman el 46.2% de la muestra de
este yacimiento), figurinas, poporos, etc.; menos aún, después de haber
clasificado material cerámico de yacimientos localizados en zonas aledañas y
conocer las diferencias marcadas que presenta este conjunto. Se descarta
entonces, la idea del uso del sitio como basurero, ya que de ser así, se
395
encontraría material cerámico de todo tipo mezclado en su interior. La última
posibilidad de un ritual donde se quebraban las vasijas no tiene tanta coherencia,
pues en este caso no se hubieran encontrado 10 vasijas semi-completas en su
interior.
A gran escala, debemos pensar en los cambios por causas naturales, que ha
sufrido este paisaje rocoso en su interior, desde el momento de su ocupación
prehispánica hasta la actualidad, provocada por grandes sismos, tormentas y
sequías que han transformado las cavidades desde ese entonces. Estos procesos
de arrastre fueron corroborados mediante la sectorización del yacimiento en áreas
y unidades de muestreo (Ver Figura 10 y Foto 113), donde se dieron casos de
fragmentos de una misma pieza recuperados en unidades de muestreo diferentes
e incluso al interior de distintas áreas, los cuales fueron identificados y pegados o
en caso de no poder ser adheridos, relacionados por sus formas y decoraciones
idénticas en la etapa de laboratorio. Nos atrevemos a inferir, según estas
observaciones, que anteriormente los espacios interiores pudieron ser más
amplios que en la actualidad y que una buena parte de la cerámica se encuentra
fragmentada o aún oculta debajo de los bloques más grandes que se han
desprendido y caído.
A menor escala, las condiciones ambientales del sitio como la humedad sumada a
los procesos morfodinámicos como la escorrentía, provocan la fractura de las
rocas, que en este caso (rocas ígneas) se van desprendiendo de manera laminar,
creando lascas de diferentes tamaños con filos angulosos, las cuales al caer sobre
los recipientes cerámicos expuestos a la humedad por cientos de años, tienen
mucha posibilidad de fragmentarlos (Ver Foto 113).
396
“Colonización Antioqueña”. En este período, la guaquería se había convertido en
una fuente de ingreso relativamente abundante tanto en el Viejo Caldas como en
el departamento de Antioquia.
Tras descartar parcialmente dos de las posibles funciones planteadas por Arcila se
pretende elaborar la presentación del análisis de los resultados sobre este sitio
con el fin de corroborar la hipótesis de su funcionalidad ceremonial.
397
Foto 113. Cuadro fotográfico de las áreas en que se sectorizó el Yac. No. 18 – “Cuevas
de Santa Catalina”.
398
arqueólogos recuperaron ricas colecciones de materiales de carácter ritual como:
vasijas polícromas con un acabado pulido, incensarios de cerámica, gran cantidad
de vasijas quebradas y fragmentos cerámicos, hachas de jade, cuchillos de
obsidiana y chert, espejos de pirita y agujas de hueso. Además estas cuevas de
varios kilómetros de profundidad, conservan pinturas murales que representan de
manera gráfica los peregrinajes que los Mayas hacían a estas cuevas, con el fin
de entrar en contacto con los espíritus a través de sacrificios de sangre y quema
de incienso. Según Brady (1989), gran cantidad de los tributos que eran ofrecidos
por el pueblo a sus mandatarios, terminaron en estos recintos subterráneos, como
un tributo a sus dioses.
399
En sitios como estos también se pueden percibir aspectos sociales ligados a las
ceremonias, como la complejización social mediante la existencia de jerarquías, ya
que en algunos casos aparecen como áreas restringidas para ciertas élites del
grupo, quienes participaban en las ceremonias. Según Cieza de León (1984), en la
Provincia de Pácora observó que en las casas de los Señores, tenían un aposento
especialmente adecuado para fines rituales llamado por él: retrete, en el cual
ubicaban incensarios donde quemaban ciertas hierbas al frente de sus ídolos y
donde los sacerdotes practicaban la adivinación. También Acosta (1942) nos
sugiere un caso similar en Anserma, donde sólo los sacerdotes podían acceder a
los peñones más escarpados para realizar sus sacrificios (Ver Capítulo 6, Numeral
6.1.3.4).
400
El mapeo y registro de las unidades de muestreo al interior del yacimiento, aunque
fue una labor tediosa, permite observar como las mayores densidades de
materiales se encontraron en las áreas abiertas y boscosas al interior del
yacimiento. Para llegar a estas áreas, hay que atravesar por zonas cerradas y
estrechas, que desembocan en estos sitios de mayor amplitud y visibilidad. Estas
son las áreas B2, F4 y H2 (Ver Figura 10 y Tabla 15). Este hecho, unido por otro
lado, al hallazgo del material cerámico en algunos lugares profundos, donde sería
imposible acceder sin el uso de lazos y linternas, nos hacen suponer la
depositación intencional de la cerámica en espacios específicos al interior del
yacimiento y como consecuencia, la ausencia de un contexto estratigráfico en el
mismo.
Según Grosse (1926), las inclusiones de minerales en las rocas de la zona son la
siguientes:
401
Solamente se encontró una excepción en cuanto a la localidad de las arcillas y es
la presencia de algunos fragmentos de pasta crema, desgrasante de cuarzo,
feldespato y moscovita, esta última en abundante cantidad, dando un aspecto de
brillo dorado cuando está expuesta al sol (Ver Foto 114) y que ya han sido
registrados en la vereda Mazo, corregimiento de Santa Elena, Antioquia (Botero y
Foto 114. Cerámica manufacturada con materias primas exógenas a las encontradas en
el área de estudio. Yac. No. 18.
402
En la Tabla 48, se observa que a nivel de todo el conjunto de artefactos líticos, la
arenisca que pertenece al grupo de las rocas sedimentarias, tiene la mayor
frecuencia en el empleo como materia prima, con un 43.2% , lo cual es
equivalente a las proporciones de la composición de los Miembros Medio y
Superior de la Formación Amagá, localizados en el área de estudio (Ver Capítulo
5, Numeral 5.2.1 y Mapa 1). Las rocas ígneas volcánicas presentan al basalto
como la roca más utilizada en la elaboración de artefactos, con un 25% del total
de este tipo de rocas. En la litología del área de estudio este tipo de rocas ígneas
hace parte de los derrames de la Formación Combia, al SE de Cerro Tusa:
Los demás artefactos líticos modificados por uso hallados en este yacimiento,
también fueron elaborados utilizando otras variedades de rocas con menor
frecuencia (Ver Tabla 55) como: andesitas porfídicas, las cuales hacen parte de la
Formación Combia en menor proporción que los basaltos (según la referencia
anterior); areniscas y lutitas, que son rocas sedimentarias que se encuentran en la
Formación Amagá; y tobas volcano sedimentarias, las cuales hacen su aparición
única en el área de estudio donde aflora la Formación Combia (roca ígnea-volcano
sedimentaria). (Ver Capítulo 5, Numeral 5.2.1 y Mapa 1).
403
las variedades posibles en la compleja litología del área de estudio, e incluso de
otras regiones, como se planteo anteriormente.
Los dos artefactos pulidos (Ver Tabla 57) hallados en este yacimiento están
elaborados en rocas de ocurrencia local: El hacha ovoidal de color verdoso tiene
una composición de toba, característica de la Formación Combia y el hacha pulida
con protuberancias, de color café claro, tiene una composición de arcillolita, la cual
hace parte de los Miembros Medio y Superior de la Formación Amagá (Ver Foto
99 y Mapa 1)
El resultado final del proceso alfarero fueron vasijas de pastas muy delgadas
(menor o igual a 6 mm) en un 39.6% y delgadas (6.1 a 10 mm) en un 58.1%, datos
que también se pueden relacionar con el estado de fragmentación en que se
404
encontraron, debido a su delicadeza y fragilidad, más aún al estar en un recinto
húmedo como este yacimiento.
Estas características se unen para corroborar la especialidad del sitio, ya que las
vasijas que fueron introducidas en el mismo habían sido elaboradas -desde el
comienzo del proceso alfarero, por la escogencia y tratamiento de las materias
primas- para un propósito específico.
e) “La Vajilla Ritual”: Las características morfológicas del conjunto cerámico son
la prueba más significativa para sustentar la hipótesis de la funcionalidad
ceremonial de las Cuevas de Santa Catalina. La gran variedad de formas que
presentan las vasijas encontradas (Ver Figuras 26-37 y Foto 115), con respecto a
las formas presentes en los otros tipos de yacimientos suponen el desarrollo de
actividades de carácter específico al interior de este sitio (Ver Tabla 64).
405
Tabla 64. Forma de las vasijas según la funcionalidad de los sitios en el área de estudio.
Según los datos presentados en la Tabla 64, podemos sustentar la hipótesis del
uso ceremonial del yacimiento. En ningún otro tipo de yacimiento aparecen formas
de vasijas como botellas (Ver Foto 66 y Figura 22), bandejas (Ver Foto 66 y Figura
33), cuencos acorazonados (Ver Foto 66, 113 y Figura 35) y en especial, poporos
(Ver Foto 68) y alcarrazas de doble vertedera (no se clasificaron según el
borde)(Ver Foto 68). Tampoco hay existencia de figurinas (Ver Foto 68) o como
los llama Arcila (1969), “idolillos”, de los cuales también se recuperó un fragmento.
406
Los cuencos son una forma común a todos los tipos de sitios propuestos, pero en
los demás sitios no sobrepasan el 20% de las formas totales, mientras que en las
Cuevas de Santa Catalina ocupan el lugar preferencial con un 46.2% de las
formas encontradas (Ver Fotos 65, 71, 113 y Figuras 28-30). Por el contrario, los
otros sitios tienen una mayoría de vasijas subglobulares ya que en todos los casos
sobrepasan el 50% de las formas totales, mientras que en este sitio apenas
sobrepasan la mitad de la proporción anterior con un 26.8% de las formas. (Ver
Tabla 64)
¿Los personajes que ingresaban al interior del sitio durante las ceremonias
consumían sustancias o las dejaban servidas a las deidades como ofrendas, o se
daban ambas situaciones? Una pregunta como esta puede diferenciar la
funcionalidad del sitio entre la de sitio ritual o ceremonial con la de santuario.
Entendiendo la primera como un sitio al cual ingresan las personas con el fin de
llevar a cabo un acto social de carácter simbólico, espiritual o conmemorativo de
manera colectiva, mientras que el santuario, aunque en el diccionario se define
como ”templo”3 , puede ser entendido más bien como un “ofrendatario”, al que las
personas acuden para depositar tributos a los espíritus como se acostumbra
encender velas a las vírgenes ubicadas en sitios específicos, entre los creyentes
de la religión católica, etc.
Estas preguntas son difíciles de resolver, pero son tal vez las que motivan arduas
sesiones de clasificación y registro de materiales arqueológicos.
Las formas de las vasijas hablan por sí mismas de una función específica, pero al
sumarles las técnicas y motivos decorativos se hace más evidente aún la
diferenciación que los alfareros querían plasmar en esta vajilla (Ver Tabla 65).
407
cerámicos tanto al interior como al exterior (Ver Foto 65). Estas primeras
consideraciones con respecto a las superficies de las vasijas, las cuales han
resistido al paso del tiempo gracias a la cobertura del sitio, generan inquietudes
como: ¿Cómo se vería este espacio hacia su interior con esta vajilla completa (que
de acuerdo con la información aportada por los habitantes de la región y los
materiales contemporáneos recuperados, se sabe que durante años se han
sacado y destruido muchos materiales de este sitio), recién engobada y pintada?
408
Tabla 65. Técnica decorativa de la cerámica según la funcionalidad de los sitios en el
área de estudio.
409
Las otras técnicas implementadas en la decoración de la cerámica encontrada en
las Cuevas de Santa Catalina, sobresalen en términos de densidad y variedad con
respecto a las técnicas decorativas de los otros tipos de sitios. En cuanto a los
motivos decorativos (Ver Tabla 36), es tal la densidad que viene a colación lo
planteado por Botero (2000) para describir las características estilísticas de la
cerámica de los organales de Titiribí:
410
Foto 116. Asas antropozoomorfas halladas en las Cuevas de Santa Catalina.
Por el contrario de lo que afirma Botero (2000: 58), “es notoria la ausencia de
hollín”, con respecto al material recuperado al interior de los organales de Titiribí,
se observó que 135 fragmentos (2.2%) presentan hollín de los cuales 81
fragmentos cerámicos, equivalentes a un 2.1%, lo presentan hacia la cara interna.
Algunos de estos fragmentos conservaron una patina gruesa de este hollín hacia
su cara interna (Ver Foto 69 y Figura 39).
411
cocción de la arcilla. Esta presencia de hollín en las vasijas podría relacionarse
con actividades de cocción de alimentos e incluso de habitación, pero la forma de
presentación del mismo, como una patina gruesa al interior de las vasijas, pudo
haber sido más bien producto de otra actividad. Las generalidades de los rituales
celebrados entre las comunidades indígenas de América presentados
anteriormente, pueden dar luces para explicar esta característica particular de la
cerámica. Tanto en el contexto arqueológico como en el etnográfico, se reporta
que en la mayoría de los casos, las ceremonias realizadas en lugares
subterráneos están ligadas a la quema de inciensos y otras hierbas al interior de
vasijas, destinadas para este uso específico. En el caso de la clasificación
funcional de la muestra, los resultados sugieren que son algunos de los cuencos,
con su mayor presencia de ahumado interno, los que pudieron haber cumplido con
la función de incensarios (Ver Tabla 34).
412
En adición a las pruebas con respecto a la función de las vasijas y los artefactos
líticos, se encontraron dos tipos de materiales orgánicos que pueden ayudar a
esclarecer el tipo de actividades de que consistían las ceremonias: semillas
calcinadas (Ver Foto 117) y una muestra de 50 fragmentos de restos óseos
fáunicos (Ver Capítulo 7, Numeral 7.3.4).
Foto 117. Semillas de palmáceas calcinadas halladas en las Cuevas de Santa Catalina.
Con respecto al material óseo, Arcila (1969) reporta lo siguiente para los “salones”
o espacios amplios al interior de los organales:
413
huesos, entre otros). También se identificaron algunos huesos de individuos del
orden Carnívora (Ver Foto 107) y tres piezas dentales pertenecientes a ungulados
del orden Artidactyla. Por último, también se identificaron algunos fragmentos
óseos de otra taxa: la Avifauna. (Ver Capítulo 7, Numeral 7.3.4.2)
Entre estos últimos vale la pena resaltar el hecho de que los fragmentos óseos
identificados como de Avifauna (Ver Foto 104) y el esqueleto casi completo de un
espécimen de género Didelphis sp, fueron encontrados mezclados y de manera
semi-superficial al interior de un cuenco decorado con lóbulos y pintado con
bandas cremas y rojas (Ver Foto 118) ubicado en el Área H2, la cual es una zona
abierta y boscosa del sitio (Ver Foto 113 y Figura 10).
414
estilo Marrón Inciso (Ver Foto 67 y Figura 36), las cuales han sido reportadas en
investigaciones anteriores como urnas cinerarias; pero en este sitio, éstas no se
encuentran en relación con un contexto funerario debido a su baja densidad (0.4%
de las formas totales) y la total ausencia de restos óseos humanos en la muestra.
Para tener una mayor seguridad con respecto a la antigüedad de los materiales
arqueológicos y poder verificar si efectivamente pertenecían cronológicamente al
Período Temprano, se realizó la datación por el método de termoluminiscencia de
un fragmento (marcado con el código CSC-VEN-H2-5415) del cuenco hallado en
el Área H2 (Ver Foto 118), la cual dio como resultado 520+-150 A.D, (OxL-1304).
(Ver Anexo O)
Foto 118. Cuenco, estilo Marrón Inciso con decoración en lóbulos y bandas de pintura
roja y crema. Datación específica 520+-150 AD (OxL-1304)
415
Aunque en esta muestra, las formas y motivos decorativos son muy diversos, la
composición mineralógica y tamaño de los desgrasantes, las densidades y
grosores de las pastas, los colores y los acabados de la cerámica, conforman un
conjunto homogéneo. La diversidad de formas y decoraciones sugieren una
función común y guardan un mismo lenguaje estético. No se encontraron
fragmentos que según sus características se puedan relacionar con la cerámica
definida para el Período Tardío (Ver Capítulo 6, Numeral 6.2.2.2), por el contrario,
muchas de las formas y motivos decorativos encontrados se relacionan
directamente con la cerámica característica del Período Temprano, denominada
bajo el estilo Marrón Inciso (Ver Capítulo 6, Numeral 6.2.1.2). Las relaciones entre
la muestra producto de esta investigación y la cerámica reportada por
investigaciones anteriores será tratada en detalle en el Numeral 8.2.
416
a una distancia de 35 m entre si (Ver Mapa 6). También se sabe que son
formaciones de roca de un mismo origen volcánico y de acuerdo a la posición en
que quedaron depositadas sobre la terraza, después de su erosión desde las
partes altas, presentan espacios que fueron utilizados por los antiguos pobladores
de la zona (Ver Foto 120).
Foto 119. Sitio de cementerio cerca del río Cauca, conformado por los Yac. Nos. 25 y 26.
417
a) Densidad y Frecuencia de Material: En términos de densidad de materiales,
sobresale el Yac. No – 25 sobre la totalidad de los yacimientos arqueológicos
identificados en la prospección, ya que en un área de 11 m 2 (la menor del
conjunto), se recuperaron 1495 fragmentos cerámicos, 13 artefactos líticos y
material contemporáneo En el Yac. No. 25 – “Cueva Olajeros” no se dio una
densidad tan alta, con 252 fragmentos cerámicos, 4 artefactos líticos y material
contemporáneo en 20 m2 (Ver Anexo K). La muestra de materiales arqueológicos
recuperada en ambos yacimientos está tratada en conjunto en el presente análisis.
418
Tabla 66. Composición del desgrasante de la cerámica, según la funcionalidad de los
sitios.
Las formas de las vasijas reconstruidas en base a los bordes son un buen
indicador de la función de cada sitio. En este caso baja la proporción de formas
notoriamente con respecto a las del sitio ceremonial, sobresaliendo en el conjunto,
las ollas subglobulares con un 77% de las vasijas totales, las cuales tienen un
diámetro promedio de 24 cm (Ver Fotos 79, 86 y Figuras 54-57, 60). Mientras que
los cuencos, que fueron la forma más frecuente en el contexto ceremonial se
reducen a un 13% de las formas encontradas (Ver Foto 80 y Figura 58) y no hubo
presencia de ollas globulares (Ver Tabla 64).
419
La decoración por engobe, estuvo presente en 552 fragmentos equivalentes al
29.89% de la muestra total del sitio.
La pintura en este caso llama la atención, por lo bien conservada que se encontró
al interior de la boca de algunas vasijas, en bandas crema sobre rojoen la mayoría
de los casos (Ver Fotos 79 y 86).
En cuanto a las otras técnicas decorativas, hay un hecho que llama bastante la
atención y es la abundante implementación de los anillos sin alisar con un 59.7%
de los fragmentos decorados totales (Ver Foto 79). Esta técnica decorativa no fue
hallada en ningún otro yacimiento del área de estudio, con la mínima excepción de
un fragmento hallado en el Yac. No.24 (Ver Tabla 65), el cual sumado a su
ubicación geográfica (este es el sitio de vivienda más cercano al sitio de
cementerio en cuestión) puede ser la clave para asociar ambos sitios, el de los
vivos y el de sus muertos (Ver Mapa 6).
420
1.5%. de los fragmentos decorados (Ver Tabla 65). Esta diferencia puede estar
hablando además de funciones, de subregiones geográficas, que más adelante
serán inferidas (Ver Numeral 8.2).
Otros datos que unidos a la tapa-cuenco del entierro, pueden cobrar interés en
este caso, son el hecho de también encontrar, como parte del ajuar funerario,
tanto objetos para esa función específica como objetos de uso doméstico: 41
fragmentos cerámicos presentaron ahumado externo y también se presentaron en
particular asas mango, descritas anteriormente y asociadas con la explotación de
sal, como cucharones (Ver Foto 81). Igualmente vale la pena resaltar en cuanto a
421
los artefactos líticos hallados en el sitio, que la totalidad de la muestra corresponde
a lascas talladas por percusión directa (Ver Tabla 51), utilizadas en las actividades
cotidianas para preparar los alimentos (Ver Foto 94 y 95). Uniendo estos datos se
infiere que los individuos eran enterrados con herramientas utilizadas en la vida
cotidiana como parte del ajuar; además la exclusividad de la presencia de lascas,
está marcando una diferencia en cuanto a la funcionalidad del sitio, con respecto a
los artefactos líticos que se encontraron en las Cuevas de Santa Catalina.
422
En el caso de la cerámica, se presentó una sola excepción en cuanto a las
características de la totalidad de la muestra. Esta se trata de tres fragmentos
hallados en el Yac. No. 26, con un desgrasante de composición igual a la totalidad
de la muestra, de color naranja y con un agudo timbre, que la diferencia del resto.
Estos hacen parte de un mismo borde decorado con líneas gruesas, que
corresponden a un cuenco aquillado (Ver Foto 89 y Figura 61). Este tipo de
cuencos han sido relacionados en investigaciones anteriores, con la alfarería de
mejor manufactura, que se dio durante la ocupación humana en el Período Tardío
(Ver Capítulo 6, Numeral, 6.2.2.2). Esta pieza corresponde a un porcentaje mínimo
(0.1%) comparado con 1346 fragmentos de cerámica (99.8%) asociados con la
ocupación Temprana, así que por falta de pruebas, no relacionamos este sitio con
una ocupación en el Período Tardío.
Según el perfil existente entre la terraza y el nivel del río, éste no parece inundar
con frecuencia esta terraza en la actualidad, pero en el pasado, cuando sabemos
que se encontraba poblada, según los vestigios recuperados en el Yac. No. 24,
pudo haber sido afectada por inundaciones, así que pudo ser una razón para
depositar a los difuntos en un sitio a mayor nivel altitudinal.
423
Foto 121. Detalle exterior del Yac. No. 26 - “Cueva Olajeros”.
Por último, reconocemos que con un sólo fragmento decorado hallado en el Yac.
No 24 con el mismo motivo decorativo que la mayoría de los fragmentos
decorados encontrados en el sitio, no es posible asegurar que el cementerio
pertenecía a los habitantes de este sitio de vivienda, ubicado en la parte baja (Ver
Mapa 6). Pero la posición geográfica del sitio de vivienda con respecto al mismo,
424
discutida anteriormente, y el hecho de que ambos corresponden a una misma y
única ocupación durante el período Temprano, según las características de la
cerámica hallados en cada uno (Ver Capítulo 7, Numeral 7.3.1.3.3), pueden
brindar más luces respecto a esta suposición.
425
Fredonia. Las personas de más edad, que habitan el caserío La Portada, ubicado
en las inmediaciones del sitio, también conocen esta colina con el nombre de “El
Cementerio”.
Quedan algunas dudas con respecto a este sitio, con relación al motivo que
impulsó a los habitantes del territorio en esa época, a ubicar a los muertos en este
lugar específico.
Además esta colina está ubicada en un sitio con una vista privilegiada, en el
contexto de un camino antiguo, que posiblemente fue una ruta anterior a la
Conquista y además cerca de algunas rocas, que pueden estar relacionadas con
ceremonias prehispánicas en el sitio arqueológico de Cerro Tusa (Ver Numeral
8.1.5).
426
Estas hipótesis, aunque son difíciles de resolver por falta de una muestra
arqueológica más contundente, con relación a la ocupación prehispánica, pueden
ayudar a comprender la distribución de los sitios a lo largo del camino antiguo
Venecia-Titiribí, que se presentan en el Numeral 8.5.1.
427
Esta serie de terrazas donde fueron hallados vestigios arqueológicos en mayor
densidad, están distribuidas en ambas vertientes de la quebrada El Revenidero,
desde su cauce medio hasta su desembocadura en el río Cauca (Ver Mapa 6).
Esta debió ser no sólo la fuente principal de agua, sino también fuente alterna de
recursos alimenticios con respecto al río, pues aún hoy en día se pesca en la
misma. .
428
Cerámica: Las materias primas con que se elaboraron las vasijas fueron
locales, debido al contenido de hornblenda en un 50% y de moscovita en un
44.9% de la muestra, proporciones equivalentes con la composición de las
unidades litológicas del área de estudio, anteriormente presentadas (Ver Tabla
66).
429
En síntesis, la cerámica recuperada en los sitios propuestos como viviendas
permanentes, corresponde a vasijas que fueron utilizadas para el uso doméstico,
por lo que se da una reducción en cuanto a la variedad de formas y decoración.
Artefactos Líticos: Las rocas a las que pertenecen este tipo de vestigios,
corresponden a las unidades litológicas del área de estudio. La mayor cantidad de
artefactos fueron tallados en fragmentos de rocas metamórficas como el cuarzo
lechoso (36.7%) y el cuarzo semicristalino (13.9%).(Ver Tabla 51). Estas rocas
hacen parte del Complejo Arquía el cual aflora hacia el cauce medio de la
distancia que recorre la quebrada Sinifaná en el área de estudio (Ver Mapa 1). El
sitio de obtención de estas materias primas más cercano al Yac. No. 21, donde
fueron hallados los artefactos, pudo ser la desembocadura de la quebrada
Sinifaná.
Por otra parte, se encontró que un 17.7% de los artefactos fueron tallados en
areniscas de la Formación Amagá, como también en otras variedades de rocas
ígneas volcánicas como basaltos y andesitas (Ver Tabla 51).
430
Como se mencionó antes, en la zona del río Cauca, donde llevamos a cabo la
prospección intensiva, las viviendas fueron ubicadas en terrazas aluviales e
inundables, pero no podemos asegurar que existieron aldeas o grandes
concentraciones de población, de acuerdo a la cantidad de vestigios totales por
sitio y en especial, a los mapas de densidad/unidad de muestreo que se
elaboraron como resultado del muestreo en retícula. Más bien, se observa que en
cada una de las terrazas pudieron existir entre tres y cuatro viviendas, dispersas al
interior de la terraza (Ver Figuras 20-22), lo que puede igualmente hablar de
espacios planos y libres para el desarrollo de la agricultura.
A su vez, en este rango altitudinal de las zonas bajas, las grandes “mesetas” o
“plataformas” (Ver Foto 122), se encuentran dispersas de acuerdo a la
geomorfología, por lo que se consideran determinantes en el patrón de
asentamiento. Las poblaciones que habitaron esta zona, no tenían más
posibilidades para ubicar sus viviendas y se “dirigieron” a los terrenos más planos
que encontraron, tal como nosotros nos “dirigimos” a escoger los sitios
potencialmente habitados durante la prospección.
431
d) Forma de Vida: Aunque estas amplias terrazas den la primera impresión de
haber ocupado aldeas densamente pobladas, la prospección arrojó como
resultado (preeliminar) otras inferencias al respecto. Podemos deducir que se
desarrolló la agricultura en los espacios libres de las terrazas y hacia las medias
laderas. Estos suelos no son tan fértiles como los de la Zona de Colinas, debido a
su alta pedregosidad y contenido de arenas acorde con el origen aluvial de las
terrazas, pero en las zonas planas como éstas, se regula la erosión conservando
los nutrientes de la capa orgánica (Ver capítulo 5, Numeral 5.2.3). La fertilidad de
los suelos en estas planicies, pudo favorecer los cultivos, según lo comprueban
algunos instrumentos líticos como cinceles y manos de moler. Los “cinceles” más
grandes pueden haber sido utilizados más bien como “regatones” para remover la
tierra, equivalentes a los azadones actuales (Ver Foto 98). Las manos de moler,
sugieren a su vez, la siembra y proceso de plantas gramíneas como el maíz, el
cual todavía se está sembrando en todo este rango altimétrico, hacia los
corredores entre los árboles del sembrado de naranjas, con una abundante
cosecha dos veces por año.
432
b) Los Vestigios: La muestra recuperada en estos yacimientos corresponde
exclusivamente a fragmentos cerámicos en muy baja densidad con respecto a la
frecuencia de la cerámica del estilo Marrón Inciso (Ver Tabla 26).
Foto 123. Fragmentos cerámicos de cuencos pulidos del estilo Tardío. Yac. No. 21.
La decoración se encuentra de
manera incisa pero con un motivo
433
de líneas paralelas y anchas, también se dieron los triángulos y algunos puntos
impresos. Uno de los cuencos combina las líneas incisas y la aplicación de
algunos festones a manera de falsas asas (Ver Foto 123 y Figura 50).
Foto 124. Fragmento de cuenco pulido del período Tardío con una datación específica de
1540+-120 A.D. (OxL-1306).
434
8.1.4. SITIOS DE VIVIENDA TEMPORAL
FUNCIONALIDAD
RANGOS D E ALTU RA Vivienda Vivienda
(m .s n.m .) Perm anente Temporal Cementerio Cerem onial Mirador Total
510-600 1 1 2 4
610-700 1 1
710-800 4 4
810-900 1 1
1010-1100 1 1
1210-1300 3 5 8
1310-1400 1 18 2 1 1 23
1410-1505 1 1 2
Total 12 25 5 1 1 44
435
Estos suelos son susceptibles a la erosión debido a factores naturales como el
régimen de lluvias de 2000-2500 mm/año (IGAC, 1990) sumado a las pendientes
fuertes hacia las cuestas de la Loma de Cerro Tusa. En la actualidad hay otra
serie de factores que aumentan la susceptibilidad de estos suelos como la
ganadería, la minería y la deforestación, aumentando la escorrentía.
436
Estos sitios pudieron ser utilizados con el fin de aprovechar la fertilidad de los
suelos para cultivos transitorios. De esta manera, las poblaciones situadas en
cotas inferiores, se podían abastecer de productos alimenticios que se dieran
solamente en este piso templado, como el plátano, el fríjol y diversidad de frutos
como el aguacate, guama, mamoncillo, etc. Las actividades relacionadas con la
siembra y recolección, sólo se dan en ciertas épocas del año dependiendo de las
cosechas, por lo que las terrazas de vivienda eran ocupadas de manera temporal,
durante estos períodos del año.
Otro posible uso de estas terrazas pudo haber sido fomentado por las fuertes
sequías que se dan en el cañón del Cauca en ciertas épocas del año. Los
pobladores de la Zona Baja, debían moverse hacia sitios con mejor
abastecimiento de agua y donde los cultivos no se secaran, como todavía pasa en
la actualidad durante el tiempo seco entre los meses de diciembre y febrero, y
también entre junio y agosto (Ver Capítulo 5, Numeral 5.2.5.2).
437
8.1.5. OTROS SITIOS UBICADOS EN EL SISTEMA POBLACIONAL
8.1.5.1. Los Caminos: Los caminos en este análisis son el eje o columna
vertebral del sistema geográfico, cuyas rutas unifican sitios con funciones
culturales específicas. Ambos caminos incluidos en este estudio atraviesan el
municipio de Venecia en toda su extensión longitudinal EW (camino antiguo
Venecia - Bolombolo) y transversal SN (camino antiguo Venecia Titiribí). A lo largo
de estos caminos se encuentran algunos sitios de interés arqueológico, los cuales
serán presentados siguiendo ambas rutas, pues serán mejor entendidos desde
este punto de partida.
Esta cita de Binford, puede ser trasladada desde la escala del yacimiento a la
escala del área de estudio, para entender como el camino es la estructura que
articula las unidades funcionales en un sistema poblacional.
a) Camino Antiguo Venecia Titiribí: Al parecer, este camino fue una ruta muy
importante desde tiempos prehispánicos.
438
“Los caminos reales también sirvieron como punto de referencia
de las estancias de ganado mayor y pancoger o de la caballería
y pancoger. Estos fueron construidos inicialmente de forma
voluntaria por los indios y luego bajo la presión de los colonos y
nuevos pobladores de la región.” (Córdoba, 2000: 111)
El hecho de que éste fuera empedrado o tuviera las especificaciones técnicas que
aún conserva, desde la época prehispánica hasta la actualidad, o mejor si los
tramos que hoy se conservan son prehispánicos o no, es difícil de determinar
históricamente y de datar mediante técnicas arqueológicas. Consideramos que
este hecho deja de ser tan relevante si observamos con detenimiento el trazado
de la ruta (Ver Foto 126), lo que nos puede ayudar a construir una versión sobre
su antigüedad.
Foto 126. Tramo del camino antiguo Venecia-Titiribí, en predios de la finca La India al SE
de Cerro Tusa.
439
Las rutas seguidas por las expediciones españolas que ingresaron al territorio
pueden corresponder con los caminos y rutas que ya unían las diferentes
poblaciones indígenas. La propuesta de Uribe Ángel, para la ruta seguida por
Robledo, se basa en las cuencas hidrográficas como la del río Cauca y la del río
Poblanco, como corredores más factibles para el tránsito de la expedición hacia el
interior de la cordillera Andina. Igualmente, Botero y Vélez (2000) proponen una
ruta para la expedición (Ver Figura 9), siguiendo las zonas bajas, hacia las
cuencas hidrográficas de la quebrada Sinifaná y el río Cauca, por donde se trazó
la línea Palomos - Bolombolo del ferrocarril de Antioquia, proponiendo también el
paso de la expedición por sillares entre las montañas (Ver Capítulo 6, Numeral
6.1.2.1). Estas son rutas más eficientes en lo que a esfuerzo/tiempo se refiere, de
acuerdo a la disminución de pendientes.
En el caso del camino en cuestión, éste une dos importantes minas de oro de
veta, cuyos aluviones fueron seguramente explotados desde tiempos
prehispánicos: las del corregimiento de Minas, ubicado en la parte alta del
Municipio, al occidente de Cerro Bravo y en el límite entre los municipios de
Venecia y Fredonia, y las famosas minas de El Zancudo, hacia el NW de la
cabecera de Titiribí, cuya fundición estaba ubicada en el poblado de Sabaletas, al
norte de Cerro Tusa.
Tiene un trazado con pocas curvas y con tramos de pendiente exigente para
cuadrúpedos. Éste atraviesa las partes altas del municipio de Venecia, por las
crestas de las cuestas o divisoria de aguas (Ver Mapa 6), brindándole al
caminante una visión panorámica durante casi todo el recorrido, aunque en
algunos tramos de escarpes atraviesa las medias laderas; como aparece en la
Crónica según Robledo, “por las sierras y medias laderas” (Tovar Pinzón, 1993:
350). Conecta no solamente ambas minas de oro, sino tierras de diferentes pisos
térmicos y diversos productos agrícolas, como las zonas de clima cálido en el valle
de la quebrada Sinifana y las zonas de clima templado alrededor de Cerro Tusa y
de las cabeceras de Venecia y Titiribí.
440
factibles en cuanto a la pendiente, pues de ser así, no se hubieran internado hacia
la cordillera central, llegando al Valle de Aburrá, en su codicia por llegar al
afamado Valle de Arví (Botero y Vélez, 1994) y más bien habrían seguido por la
ruta suave y abierta que les brindaba la cuenca del río Cauca.
8.1.5.2. Sitio Ceremonial de Cerro Tusa: Esta es la primera estación que hace
el camino en dirección NW, tras dejar las Cuevas de Santa Catalina al oriente.
Este sitio está conformado, por tres monolitos y un cementerio (Ver Capítulo 7,
Numeral 7.2.1.2).
Arcila (1969) concluye en su informe, que el sitio tiene una funcionalidad religiosa
o ceremonial para los antiguos pobladores de la región, último concepto el cual
también inferimos e intentaremos sustentar.
El sitio arqueológico de Cerro Tusa está conformado por varios elementos. Cada
uno de los monolitos en piedra tiene características particulares, más si se unen
en un mismo grupo y además se localizan en la ladera norte de Cerro Tusa, que
es la única que presenta la forma piramidal; es donde el observador se puede
empezar a cuestionar sobre la manufactura humana de dichos monumentos, al
igual que por lo que este sitio representó para las poblaciones antiguas asentadas
en esta zona.
441
El Altar de Sacrificios está localizado exactamente al frente de la Cara de la
Diosa, roca que pudo haber representado un ídolo. En las crónicas de Conquista,
tanto Robledo como Cieza de León (1984) hacen referencia a plataformas o
tablados, localizados en las plazas de las aldeas principales a un nivel superior, a
los cuales se debía ascender por escaleras para llevar a cabo sacrificios humanos
(Tovar Pinzón, 1993). Robledo también hace referencia a ídolos ubicados a
ambos lados de dichas escalas (Tovar Pinzón, 1993) y Acosta (1942) propone
que los ídolos eran de gran tamaño y estaban localizados con la vista hacia el
oriente (Ver Capítulo 6, Numeral 6.1.3.4). Aunque la Cara de la Diosa dirige su
vista hacia el NW, puede estar en relación con un contexto ceremonial como éste,
en el cual se hacen sacrificios u otro tipo de ceremonias al frente de un ídolo.
Por último, siguiendo con nuestro recorrido por el camino antiguo Venecia –
Titiribí, el cual no mencionan los investigadores anteriores en relación con las
Cuevas de Santa Catalina, ni con el sitio arqueológico; éste pasa a un costado del
Altar de Sacrificios (Ver Figura 19), para seguir rumbo al NW y luego girar hacia el
norte y descender a la Estación de Puente Soto, a orillas de la quebrada Sinifaná
(Ver Mapa 7). Luego asciende hacia el antiguo poblado de Sabaletas, ubicado en
la media ladera de la cordillera, en jurisdicción del municipio de Titiribí, para
continuar ascendiendo rumbo norte hacia la cima de la montaña, bordeando el
Cerro Corcovado, hasta llegar a la actual vereda con el mismo nombre. De aquí el
442
camino sigue bordeando el cerro El Corcovado y pasa cerca de la cabecera
municipal para seguir a Los Micos y luego descender hacia la hacienda El
Bosque, donde se ubican los organales del mismo nombre y La Floresta,
reportados por Arcila (1969) y por Botero (2000). Este camino, fuera empedrado o
no, parece ser la ruta que permitió la conexión entre las Cuevas de Santa Catalina
y los Organales de Titiribí, donde como se verá más adelante (Ver Numeral 8.2),
no estamos hablando del mismo tipo de formación, sino de un contexto
arqueológico exactamente idéntico, tanto en su forma de depositación como en
las características únicas de los vestigios.
La función que pudo haber tenido este sitio es la de sitio ceremonial, pero de
carácter colectivo. Como se mencionó anteriormente, sitios ceremoniales como
las Cuevas de Santa Catalina aparecen en la literatura arqueológica y
antropológica, como de carácter restringido a ciertas élites del grupo social (Ver
Numeral 8.1.1.1), lo cual la vajilla encontrada parece indicar como una factible
posibilidad. En este caso, el posible sitio ceremonial de Cerro Tusa jugaba un
papel alterno, al invitar con su atractiva forma a los pobladores de la periferia a
reuniones colectivas, que pudieron tener carácter ceremonial según la presencia
de un aparente ídolo con su correspondiente adoratorio.
443
En la Loma de Cerro Tusa, se encuentran cuatro sitios de visión panorámica por
estar ubicados en las cimas de las cuestas de la Formación Amagá (Ver Mapa 7),
las cuales fueron anteriormente presentadas (Ver Capítulo 5.2.2.2 y Tabla 3).
444
Foto 127. Yac. No. 34 con torre de energía y al fondo Yac. No 35 – “Alto del Nudo”.
445
Figura 73. Vista de planta del Yac. No. 34 – “Cementerio No. 2”.
446
Figura 74. Vista de Planta del Yac. No. 35 – “Alto del Nudo”.
447
Mapa 7. Modelo de Elevación Digital con ubicación de sitios de alta visibilidad.
448
8.2. CORRELACIONES REGIONALES
449
Las técnicas decorativas por cada una de las zonas, muestran una gran variedad
en la Zona A y una reducción de estas en la Zona B. Un hecho muy interesante
que puede observarse, es que los anillos sin alisar son exclusivos de la Zona B –
“Río Cauca”, ya que la Zona A – “Sinifaná”, a pesar de su variedad en técnicas y
motivos no registró está técnica decorativa. También, aunque en la Zona A se
recuperó una mayor densidad de fragmentos cerámicos, no se presentó con tanta
frecuencia la técnica de la impresión como en los yacimientos de la Zona B (Ver
Tabla 71).
N
E N
E Í
NO
IFo
T
U t
23
5In
23
5Im
11A
11M
76
3In
92
1In
37
0In
11In
52
7E
44In
44P
33In
8
8A
1
1Im
22
4T
Pero más allá de la técnica decorativa, los motivos son una buena marca del
alfarero que refleja unos usos, costumbres, tradiciones, gustos que pueden
reflejarse en estas piezas. En este caso, motivos decorativos como el hachurado,
el dentado y la espina de pescado, si bien aparecen en ambas cuencas, son más
populares hacia la cuenca del río Cauca; mientras que los escalones, lóbulos y
festones son casi exclusivos de la cuenca Sinifaná (Ver Tabla 72).
450
Tabla 72. Motivos decorativos de la cerámica en las Zonas de la prospección
arqueológica.
ZONAS
CUENCA
CUENCA RÍO
MOTIVO SINIFANÁ CAUCA Total
Líneas 489 461 950
Hileras de Puntos 4 4 8
Hileras de Dentado 16 52 68
Líneas-Hileras de Puntos 5 5
Líneas-Hileras de Dentado 2 5 7
Muescas 197 9 206
Hachurado 1 6 7
Lóbulos 30 30
Líneas-Hachurado 24 12 36
Líneas-Muescas 74 5 79
Líneas-Lóbulos 18 3 21
Festones 9 9
Triángulos 48 7 55
Escalones 90 90
Escalones-Muescas 49 49
Escalones-Líneas-Botón 1 1
Espina de Pescado 7 1 8
Escalones-Lóbulos 3 3
Líneas-Festones 6 1 7
Mameolar 2 2
Líneas-Espina de Pescado-Muescas 2 2
Escalones-Mameolar 1 1
Líneas-Muescas-Festones 2 2
Líneas-Muescas-Festones-Perforación 1 1
Muescas-Perforación 4 4
Perforación 4 4
Cuadros 2 2
Líneas-Muescas-Mameolar 2 2
Bandas-Muescas 2 2
Líneas-Bandas 1 1
Líneas-Hileras de Puntos-Muescas 1 1
Escalones-Festones 2 2
Líneas-Hileras de Dentado-Lóbulos 1 1
Cestería 2 1 3
Líneas-Hachurado-Muescas 1 1
Líneas-Muescas-Lóbulos 2 2
Mameolar-Muescas 1 1
Líneas-Espina de Pescado 4 3 7
Líneas-Hileras de Puntos- Lóbulos 1 1
Líneas-Hachurado-Lóbulos 4 4
Hileras Dentado-Hachurado 6 6
Hileras Dentado-Botón 1 1
Espina de Pescado-Hachurado-Banda 1 1
Antropomorfa 1 1
Total 1112 582 1694
451
Estas diferencias a nivel estilístico nos pueden señalar en este caso, ya no unas
funciones específicas de los sitios, sino territorios con diferencias culturales al
interior del área de estudio. Esta zonificación utilizada para clasificar los
yacimientos de la prospección, cobra relevancia al presentarse como el punto de
partida para las inferencias con respecto a la existencia de dos grupos que
poblaron el municipio de Venecia en el período Temprano y así mismo, para
plantear las correlaciones regionales.
Este complejo ya había sido intuido por Montoya y Flores en su obra “Titiribíes y
Sinifanáes”, desde el año 1922. El autor propone que las tribus prehispánicas
asentadas en el actual territorio de Titiribí y Venecia eran de una misma raza:
452
En 1969, el Antropólogo Graciliano Arcila realizó un estudio en ambos territorios,
en donde reporta los sitios conocidos como los organales de Titiribí y las Cuevas
de Santa Catalina, concluyendo su investigación con la propuesta de un complejo
cultural el cual denomina Complejo Titiribíes y Sinifanáes:
Las Cuevas de Santa Catalina y los organales reportados por Botero, donde los
materiales fueron encontrados en las mismas condiciones de ubicación al interior
de espacios cerrados, depositación y fragmentación, guardan una estrecha
relación en cuanto a las características tecnológicas, morfológicas y estilísticas de
la cerámica:
453
manera; homogeneidad en los temas: líneas, líneas paralelas cruzadas,
verticales, oblicuas; pintura roja y blanca: en bandas, en líneas, paralelas,
oblicuas cruzadas. Diversidad en sus bordes: redondeados, rectos,
biselados, directos y planos, evertidos y levemente evertidos, sin decoración
decorados con bandas de pintura blanca o crema en la parte plana; evertidos
directos decorados con puntos impresos, aplicaciones zoomorfas y bandas de
pintura blanca o crema; biselados exteriores levemente evertidos, etc.
Relativa homogeneidad en sus tamaños: un mismo tamaño se repite con
frecuencia, con una notable tendencia hacia tamaños que pudiéramos
considerar pequeños, aproximadamente el 60% de la muestra tendría
diámetros entre 11 y los 30 centímetros, con alturas que no sobrepasarían los
50 centímetros, con una tendencia muy marcada a preferir alturas entre los 12
y 25 centímetros." (Botero, 2000: 53-54)
En este caso, la único diferencia son algunos de los nombres que se les dio a las
formas de las vasijas, lo que en la presente clasificación se denominan botellas y
vasijas naviformes, Botero (2000), los llama botellones y vasijas romboidales,
pero se trata de las mismas formas. El resto de la descripción, podemos afirmar
que corresponde de manera muy precisa con la clasificación llevada a acabo en
este estudio (Ver Capítulo 7, Numeral 7.3.1.2.1).
Esta estrecha relación también fue observada por otra investigación, la cual cobra
mucho interés en este caso y es la llevada a cabo por las Antropólogas Gómez y
Espinal (2001). En este estudio se realizó el inventario, clasificación y descripción
del material cerámico depositado en las Colecciones de Referencia del Museo
Universitario, de la Universidad de Antioquia. La clasificación se efectuó bajo los
mismos criterios de esta investigación, igualmente observando los atributos
tecnológicos, morfológicos y estilísticos de fragmentos cerámicos
correspondientes a investigaciones llevadas a cabo en todo el departamento,
generando una propuesta de sectorización de la alfarería prehispánica en
Antioquia en unidades de producción.
454
pequeña y vetederas que en conjunto con el cuello tienen una forma de “Y”.
Los fragmentos de poporo presentan cuellos alargados con una protuberancia
hacia su parte media, unidos a cuerpos globulares que presentan sobre su
cara externa un buen tratamiento y acabado de la superficie (engobe y
bruñido); no debe pasarse por alto que este tipo de recipientes sólo ha sido
encontrado en estos municipios dentro de la totalidad de la muestra que
constituyen las colecciones de referencia. Al igual que lo planteado para la
unidad de producción de suroeste, la identificación de este tipo de recipientes
(alcarrazas y poporos) hace pensar, a modo de hipótesis, en la producción de
bienes de élite: objetos que eran utilizados por un reducido grupo de la
población, en pequeñas cantidades y con atributos formales y tecnológicos de
alta calidad (arcillas muy bien preparadas, cocciones más homogéneas,
buenos tratamientos y acabados de superficie). La existencia de este tipo de
bienes se ha considerado arqueológicamente como indicador de sociedades
con un grado avanzado de diferenciación social, y sería coherente con el alto
nivel en la organización de la producción, planteado anteriormente." (Gómez y
Espinal, 2001: 92)
5 La cerámica correspondiente a la investigación llevada a cabo por Arcila (1969), la cual fue
fotografiada para esta investigación, se encuentra depositada en el Anaquel 31, estantes A y B de
las Colecciones de Referencia del Museo Universitario de la Universidad de Antioquia. Vale la pena
dejar claro para futuras investigaciones, que toda la muestra de fragmentos de cerámica y
artefactos líticos está marcada como si fuera procedente de “Cerro Tusa”, pero este es un error de
quienes hicieron el trabajo de clasificación y maracado, pues Arcila (1969) lo dice muy claramente
en su informe, que en el territorio del municipio de Venecia, sólo se encontraron piezas cerámicas y
artefactos líticos en una recolección superficial llevada a cabo en las Cuevas de Santa Catalina
(Arcila, 1969: 21, 22). Además el estado de conservación de la superficie de estos fragmentos, se
da por lo general al interior de organales o cuevas.
455
Foto 128. Fragmentos de alcarrazas de doble vertedera, halladas en las Cuevas de Santa
Catalina por Arcila (1969) y en la presente investigación.
Foto 129. Fragmentos de poporos, hallados en las Cuevas de Santa Catalina por Arcila
(1969) y en la presente investigación.
456
vasijas. Las figurinas femeninas encontradas por Arcila (1969) en ambos
conjuntos de organales, tanto los fragmentos correspondientes a las Cuevas de
Santa Catalina, como la figurina completa hallada en Titiribí, presentan los mismos
rasgos físicos, como espaldas anchas y piernas gruesas, al igual que las manos
en la cintura y engobe rojo en la superficie (Ver Foto 130). Las carillas
acorazonadas también han sido identificadas como un rasgo distintivo del
supuesto complejo cultural. Éstas se encuentran en una vasija hallada en el
municipio de Titiribí (posiblemente dado su estado de la superficie y de
conservación, fue hallada en los organales) correspondiente a la colección de don
Leocadio María Arango (Ver Foto 24); la figurina completa hallada por Arcila
(1969) al interior del organal La Floresta, también presenta la cara en esta forma y
por último presentamos la carilla encontrada en la presente investigación, en un
sondeo realizado en el Yac. No. 30 – “Carilla” (Ver Mapa 6), localizado en la
Finca Samaria, hacia la vertiente veneciana de la quebrada Sinifaná, precisamente
en la ruta del camino antiguo Venecia-Titiribí. Esta carilla corresponde a la
aplicación de una vasija debido a que en la parte posterior se puede aprecia el
empate donde se unía con ésta. En estas tres carillas se puede ver otra similitud la
cual consiste en los ojos rasgados (Ver Foto 131). No solo en las carillas se
presenta como un rasgo particular la forma de corazón, sino que también fue
representada en cuencos de tamaño pequeño y de acabado delicado (Ver Foto 66
y Figura 35) los cuales han sido encontrados en ambos municipios (Arcila 1969;
Botero, 2000).
Foto 130. Figurinas antropomorfasde género femenino, estilo Marrón Inciso halladas en
los municipio de Titiribí y Venecia.
457
Foto 131. Carillas antropomorfas acorazonadas, estilo Marrón Inciso halladas en los
municipios de Titiribí y Venecia.
458
El otro aspecto particular, es el de la presencia de una decoración en forma de
triángulos incisos en la cara interna de las vasijas pertenecientes a cuencos y a
platos. Un cuenco con esta decoración recuperado en la presente investigación,
muestra un desgaste en la cara interna, lo que se significa que este tipo de vasijas
pudieron tener una función especial, para raspar algún tipo de alimento o semilla,
como lo han sugerido para vasijas con motivos decorativos similares halladas en
la cultura Tayrona (Rojas de Perdomo, 1979: 59). En algunos casos, cuencos con
este tipo de decoración interna, llevan aplicaciones de figuras zoomorfas y
antropozoomorfas (Ver Foto 132), que han sido atribuidas en la literatura
arqueológica de Antioquia a diferentes especies de fauna como perezosos de tres
dedos, micos, ranas, aves y también cuando aparecen en parejas a gemelos o
mellizos. Botero (2000) ubica este tipo de decoración en Titiribí y Santa Fe de
Antioquia, según el material del Museo Universitario, pero aunque se den formas
idénticas en otras regiones, como lo son numerosos ejemplos, pensamos que este
motivo decorativo y su recurrencia en las muestras de ambos sitios, sugieren su
fabricación local.
Foto 132. Cuencos con decoración de triángulos sobre la superficie interna. Yac. No. 18.
Datos que ya han sido discutidos (Ver Numeral 8.1.1.1), muestran que en las
investigaciones anteriores en relación a estos contextos ceremoniales en
organales (Botero, 2000; Gómez y Espinal, 2001 y Echeverri, 2002), la
composición de las pastas de la mayor parte de la muestra cerámica, corresponde
con arcillas locales, como se pudo advertir igualmente en esta investigación, tanto
por el análisis de las pastas como de los artefactos líticos y su correspondencia
con la litología del territorio. Por lo tanto, suponemos que este factor está
indicando que se presenta un intercambio de carácter local, el cual no podría ser
corroborado de manera específica hacia las afueras del rango geográfico del
supuesto complejo, pues aunque muchas formas de vasijas y motivos decorativos
459
se encuentran en toda la región definida como la cuenca montañosa del río Cauca
en el centro del departamento de Antioquia, no se han encontrado conjuntos de
vajillas con estas características sino en este territorio. El rango geográfico donde
se presentan estas características particulares, al parecer esta girando alrededor
del valle de la quebrada Sinifaná, la cual divide ambos municipios (Ver Figura 9).
460
Según la muestra obtenida al interior de las Cuevas de Santa Catalina,
suponemos que la representatividad más alta de los cuencos aquillados, atribuida
por Botero (2000) a una mayor ocupación durante cierto rango temporal, se debe
más bien a la función del cuenco dentro del conjunto de diversas formas de vasijas
y del sitio como ceremonial, lo que se demuestra con un la frecuencia de los
cuencos de un 46.2% de las formas totales en la muestra recuperada por
nosotros. En cuanto a las decoraciones, es muy claro que existen variedad de
motivos en la muestra, pero una menor frecuencia o el hecho de que un motivo se
repita en lugares distintos, no implica que las vasijas hallan sido traídas desde
Santa Fe de Antioquia y depositadas en el organal. Inferimos por el contrario, que
estas vasijas pudieron ser producidas localmente debido a que tanto en Venecia
como en Titiribí aparecen en el mismo contexto.
Interpretamos estas fechas de Botero (2000), las cuales han sido las primeras
dataciones para este tipo de contexto arqueológico, junto con la fecha obtenida
para las Cuevas de Santa Catalina en esta investigación (Ver Anexo O), realizada
a un cuenco con decoración lobular y bandas de pintura crema y rojo (Ver Foto
118), de muy buena calidad, al igual que los primeros cuencos descritos por
Botero (2000), para el año de 520+-150 (OxL 1304); por lo que pensamos que los
cuencos estuvieron presentes en alta frecuencia durante toda la ocupación, pues
corresponden con la función ceremonial del sitio. Según las dataciones de Botero
(2000), esta ocupación comienza hacia el siglo II d.C. y según las cifras de
cantidades de fechas (2), tiene un período de máximo apogeo durante los siglos V
y VI d.C., de acuerdo a la fecha de las Cuevas de Santa Catalina (520+-150 d-C.)
y a la fecha de Botero para el organal La Floresta (640+-260 d.C.). Las fechas
obtenidas por las investigaciones anteriores llevadas a cabo en el departamento
de Antioquia, coinciden en que la mayor densidad de éstas, corresponden al siglo
IV d.C y la media de fechas obtenidas se ubica entre los siglos II al VI d.C (Ver
Figura 8), lo que coincide de manera precisa con la ocupación de los organales de
Titiribí y de las Cuevas de Santa Catalina durante el Período Temprano.
461
estos fragmentos son más bien casos aislados como el borde de un cuenco
Tardío, reportado para el Yac. No. 26 – “Cueva Olajeros” (Ver Foto 89) de la
presente investigación, donde con una baja frecuencia de fragmentos no se
pueden hacer inferencias coherentes respecto de la ocupación de un sitio y menos
atribuyéndole el carácter de “ofrenda de emergencia”, sin haber encontrado las
ofrendas del tiempo correspondiente al Período Tardío en que no estaban en
guerra con los españoles, sino que se encontraron las ofrendas de 900 años
antes. Mediante unos cuantos fragmentos hallados, correspondientes a la misma
vasija, no es posible asegurar la ocupación de un sitio durante un período
histórico.
En Venecia, la finca Gazul está localizada entre la cuchilla del mismo nombre y la
Loma de Cerro Tusa, extensión en la cual se forma un amplio valle conformado
462
tanto por terrazas aluviales como llanuras de inundación (Ver Mapa 2). Esta zona,
aunque no fue prospectada en esta investigación, se propuso como área factible
para el hallazgo de evidencias (Ver Mapa 5), posiblemente de vivienda, debido a
las características paisajísticas y acceso a los recursos bióticos de la quebrada.
Una investigación arqueológica con carácter de rescate, realizada con motivo del
Estudio de Impacto Ambiental de la parcelación Palmichal, ubicada en el mismo
valle en cuestión, pero entre la cuchilla Gazul y la cuchilla Palmichal (Ver Mapa 2 y
Figura 9), dio como resultado la identificación de 15 sitios arqueológicos,
relacionados con la cerámica Marrón Inciso, aunque estos fragmentos se
encontraron en un alto estado de erosión (Restrepo, Cardona y Nieto, 2000).
Estudios de rescate llevados a cabo en unas pocas semanas no sugieren mucho
con respecto a la resolución de hipótesis a largo plazo, como la anteriormente
planteada, aunque están evidenciando el hecho de que efectivamente si puede
haber una serie de sitios con cerámica prehispánica sobre las terrazas aluviales
de este valle, el cual está posiblemente relacionado con los sitios ceremoniales de
las cotas superiores.
Durante el período Temprano, los grupos asentados sobre la Zona B – Río Cauca,
estaban relacionados con otros grupos que habitaban las zonas baja y media del
cañón del río Cauca, entre La Pintada y Bolombolo (Ver Figura 9). En este
territorio se han realizado algunas investigaciones con anterioridad en las cotas
inferiores de los municipios de Jericó, por Otero (1992) y en Támesis por Restrepo
(1997).
463
no identificadas. Algunas de las urnas tenían tapa y las demás vasijas fueron
depositadas como ajuar. Según la autora, el relleno del entierro estaba
conformado por fragmentos cerámicos y una lasca de basalto.
Otras investigaciones han reportado contextos funerarios para la zona, los cuales
están relacionados con estos sitios. En la vereda El Rayo, del municipio de
Támesis, Restrepo (1997) encontró rocas de gran tamaño cerca de las terrazas de
vivienda, debajo de las cuales recuperó fragmentos cerámicos correspondientes al
estilo Marrón Inciso.
Un hallazgo que se sale del rango espacial planteado para ubicar este complejo,
fue el reportado por Botero (2000), en la vereda La Peña, en el municipio de
Titiribí. Este hallazgo consiste en un conjunto cerámico de 8 vasijas con restos
óseos calcinados que fueron encontrados al construir una vivienda, por los
habitantes de la misma. Dentro de este conjunto se encuentra una vasija con las
mismas características de la urna funeraria del Yac. No. 25 - “Abrigo Rocoso”,
pues se trata de una olla subglobular de borde evertido biselado, cuello cóncavo y
el contorno de su cuerpo presenta anillos sin alisar. Este entierro fue datado para
la fecha de 330 a 460 d.C.(Beta 147319). El resto del conjunto cerámico son
cuencos, vasijas subglobulares pequeñas y un mocasín finamente decorado.
464
Las fechas obtenidas en ambos contextos sugieren un mismo lapso de ocupación
al interior del período Temprano. El entierro datado por Otero es el más antiguo
con una fecha de 380+/- 60 d.C., la urna funeraria hallada en la presente
investigación está datada para el año 450 +/- 180 (OxL – 1305) y el entierro
reportado por Botero presenta una datación cuyo rango se encuentra entre el 330
a 460 d.C. Las fechas de los tres contextos funerarios coinciden con los siglos IV y
V d.C., rango de mayor ocupación durante el período Temprano según las
dataciones obtenidas (Ver Figura 8).
De acuerdo a las fechas, podemos pensar que entre el año 330 d.C. hasta el año
460 d.C., los habitantes del cañón del Cauca estaban distribuidos en grupos
étnicamente afines, asentados sobre las terrazas aluviales ubicadas entre los 500
– 1000 m.s.n.m., en pequeños grupos. El patrón de enterramiento se presenta
como una variante regional en comparación con otros grupos del período
Temprano asentados en otras regiones. Este patrón está constituido por entierros
secundarios depositados al interior de urnas funerarias, que luego eran ubicadas
debajo de grandes rocas a manera de abrigos, con su correspondiente ajuar.
Estos enterramientos están presentes en todo el cañón del Cauca, relacionando
las creencias de orden simbólico de los grupos étnicos asentados en esta región
durante el período Temprano.
465
9. DIAGNÓSTICO ARQUEOLÓGICO
Los parámetros con que se llevó a cabo esta evaluación, fueron identificados en
diferentes actividades realizadas en el presente estudio, por lo cual este
diagnóstico explica su razón de ser o inclusión dentro del mismo, como:
466
a la frecuencia de aparición y a las características cualitativas según el tipo de
sitio en que fue agrupado el yacimiento.
b) Calidad del Material Arqueológico: Los sitios de roca como éste, representan
lugares privilegiados para la conservación de los materiales arqueológicos. En
este caso, la cerámica fue fragmentada, aparentemente por procesos
morfodinámicos al interior de la formación. A pesar de su estado, se encuentran
grandes bordes que pueden ser reconstruidos mediante dibujos y las superficies
de los fragmentos guardan sus características debido a la baja erosión que han
sufrido por no estar a la intemperie. También se preservaron motivos decorativos
que no suelen aparecer en sitios al aire libre como las bandas de pintura, además
de una amplia gama de técnicas y motivos.
467
Los restos óseos fáunicos tampoco presentan erosión, debido a la cobertura que
le propició esta formación. Esta es una muestra representativa de fragmentos
óseos de varias especies de fauna, que posiblemente tiene relación con el
contexto arqueológico.
e) Posible Afectación: Este sitio no puede ser afectado por obras civiles debido
a sus características geomorfológicas, ni tampoco por el ingreso de turismo en
cuanto al exterior (formación de rocas), pero los visitantes, cada vez más
frecuentes, pueden deteriorar el patrimonio cultural que aún se conserva en su
interior. Estas razones fueron las que nos impulsaron a realizar un salvamento,
cubriendo todas las áreas en que se sectorizó la fracción prospectada del
yacimiento. Esta muestra representativa fue recuperada y clasificada como fuente
de datos para futuras investigaciones.
468
En el POTM, este sitio hace parte de las áreas con potencial agrícola, lo cual es
una medida que afecta su cobertura vegetal, compuesta por un reducto de bosque
secundario y guaduales, aunque no afecta los vestigios arqueológicos, ya que en
las cavidades donde estos se encuentran, no es posible desarrollar dicha actividad
(Ver Mapa 10).
b) Calidad del Material Arqueológico: Al igual que en el caso anterior, los sitios
de roca preservan los vestigios arqueológicos, especialmente la cerámica, de la
erosión causada por los agentes atmosféricos. En este caso los fragmentos
cerámicos conservan algunas de las características tecnológicas como el acabado
de la superficie y otras estilísticas como el engobe, el cual se presentó en este
sitio en una proporción alta. La mayor parte de la cerámica estaba fragmentada
pero se encontró un entierro compuesto por tres vasijas, de las cuales se
reconstruyeron dos en su totalidad. Los líticos fueron en su mayor parte lascas de
basalto en buen estado de conservación.
La vegetación que ocultaba el acceso al sitio fue despejada por los trabajadores
de la finca, quienes empezaron a frecuentar el sitio para almorzar en un lugar más
469
fresco, por lo que el sitio presentaba más vulnerabilidad con respecto a la
guaquería. Este fue uno de los motivos que nos impulsó a realizar un salvamento,
consistente en la excavación de toda su área superficial, dividida en siete sondeos
ampliados, para llevar un mejor registro.
470
d) Estado de Conservación: Este sitio no se encontró en tan buen estado de
conservación como el anterior, debido a que aparentemente fue guaqueado.
Suponemos esto, ya que se presentó una densidad más baja de material, a pesar
de ser un área mayor. También por la presencia de loza contemporánea y la
evidencia más fuerte de que el sitio había sido guaqueado fue el hallazgo de
restos óseos cinerarios regados en la superficie. Como la vegetación que lo
ocultaba fue despejada, se realizó el muestreo de la mayor superficie posible,
subdividida en áreas, como parte de las actividades de salvamento de los
vestigios arqueológicos en su interior, aunque se dejaron algunas cavidades sin
explorar debió a su difícil acceso.
471
las pisadas del ganado, lo que provoca un hundimiento del terreno y una
alteración de la estratigrafía del contexto arqueológico, por lo que no se pudo
diferenciar las ocupaciones según los niveles de profundidad de los cortes, sino de
acuerdo a las tipologías cerámicas establecidas con anterioridad para la región.
e) Posible Alteración: Esta terraza hace parte de una gran hacienda que esta
cambiando los usos del suelo de la ganadería intensiva al cultivo de naranjas en
casi toda su extensión. Por lo tanto, puede ser hoyada en cualquier momento para
ampliar el cultivo. Esta sería una gran perdida de información, pues aunque se
hicieron varios muestreos en diferentes niveles de intensidad, no se cubrió la
totalidad del yacimiento, ni de las áreas prospectadas que mostraron una
concentración mayor de vestigios.
Estos proyectos han dejado como resultado en los últimos tres años, cuatro
yacimientos arqueológicos parcialmente alterados o destruidos por completo a
causa de las obras de excavación y explanación, que remueven por lo general, el
horizonte cultural ubicado entre os 20 y 40 cm en la mayor parte de los
yacimientos, ubicados en el área de estudio. También se puede decir, que en
estos proyectos se ha presentado como modalidad, el comenzar por las obras de
vías de acceso y explanación de los lotes sin el previo aviso ni el aval de
Planeación Municipal (Licencia Ambiental), la cual expiden tras haber llevado a
cabo la destrucción. Las explanaciones con maquinaría pesada remueven por lo
general el horizonte cultural de las terrazas, destruyendo los vestigios
arqueológicos.
472
b) Calidad del Material Arqueológico: En esta muestra recuperada, se
identificaron fragmentos cerámicos correspondientes a las dos vajillas (burda y
pulida) características del período Tardío en la región. Estos fragmentos aunque
se encuentran erosionados, permitieron observar algunas técnicas decorativas
como el engobe y la incisión, aunque por lo general son fragmentos burdos de
acabado indeterminado.
473
dimensiones de 2m x 2m x 1m de profundidad, nos puede sugerir la división de la
misma en dos funciones, una funeraria y la inferior como de habitación.
Por último, también presentan dos saladeros para el ganado, los cuales s ubican
hacoia la mitad de la terraza (Ver Foto 28) y hacia el costado occidental.
9.3.2. Otros Yacimientos Alterados: En los últimos dos años, también se han
alterado, aunque en menor medida que el anterior, otros yacimientos
arqueológicos ubicados en la Loma de Cerro Tusa. mediante la construcción de
vías de acceso para parcelaciones como: el Yac. No. 19C, el Yac. No. 12, con la
Parcelación Rochiles III y el Yac. 27 – “Alto de la Corneta” (Ver Foto 134), con
la Parcelación Entre Aguas (Ver Mapa 8).
474
de cumplir un requisito exigido por la autoridad ambiental (CORANTIOQUIA
anteriormente y ahora por Planeación Municipal).
475
9.3.3. Síntesis de las Alteraciones Antrópicas en los Yacimientos
Arqueológicos del Área de Estudio: La observación de todo el conjunto de
yacimientos identificados en el área de estudio, mostró que en éstos se presentan
una serie de alteraciones antrópicas (Ver Anexo P), las cuales se han ido
aumentando en el presente de acuerdo a los usos no sostenibles del suelo.
La alteración más frecuente fue la guaquería (Ver Foto 134), la cual se presenta
en un 34.09% de los yacimientos (Ver Tabla 73). Este índice nos indica que la
zona ha sido afectada en cuanto a su patrimonio arqueológico, el cual pudo haber
sido más abundante en el pasado. En algunos casos, estas depresiones de
guaquería fueron un factor de identificación de yacimientos potenciales durante la
prospección.
Otras alteraciones son producidas por las obras civiles que aumentan con el
proceso de parcelación de las grandes haciendas. Entre estos factores negativos
se encuentran: viviendas, torres y postes de luz, carreteras, tanques de agua,
explanaciones, tuberías, etc; con un 31.82% de los yacimientos arqueológicos
afectados (Ver Tabla 73). Este tipo de alteraciones no sólo afecta el patrimonio
arqueológico sino las condiciones del paisaje y de los ecosistemas en el área de
estudio.
También aparecen alteraciones debido a los usos del suelo más frecuentes en el
Municipio, como la ganadería y los cultivos agrícolas. La ganadería presenta
problemas para los vestigios arqueológicos por las pisadas del ganado y por los
saladeros, los cuales son enterrados sobre las terrazas en un 13.64% de los
yacimientos. Los cultivos, especialmente la naranjera del río Cauca, han afectado
un 9.09% de los yacimientos, aunque de manera parcial, pues se permitió realizar
el salvamento previamente al hoyado.
Tabla 73. Alteración antrópica en los yacimientos arqueológicos del área de estudio.
476
Foto 135. Depresión de guaquería en el Yac. No. 16.
477
Mapa 8: Plan de Manejo Arqueológico del área de estudio.
478
9.4. ANÁLISIS DEL PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL MUNICIPAL
EXISTENTE
El Cerro Tusa aparece como un Área Natural Histórico Cultural, pero otros sitios
arqueológicos muy significativos como las Cuevas de Santa Catalina, no se
protegen. Los caminos no se tienen en cuenta como patrimonio histórico y otros
sitios arqueológicos como el sitio de Cerro Tusa, son propuestos como áreas de
reserva histórica y arqueológica, pero de manera puntual (Ver Mapa 10). Además,
no se ha visto ningún tipo de manejo ni protección, relacionado con los
monumentos que hacen parte de este conjunto, por parte de la administración del
municipio de Venecia.
La mayor parte del territorio, incluyendo zonas de alta pendiente, como la Loma de
Cerro Tusa, son potencialmente útiles como zonas de ganadería intensiva, con
una extensión de 4,615 ha (41.97% del territorio) mientras que las áreas de
reserva suman 673.7%, equivalentes a un 6.12% del territorio (Ver Tabla 74).
479
Tabla 74. Zonificación del área de estudio según el Plan de Ordenamiento
Territorial Municipal, 1999.
480
Mapa 10. Zonificación del área de estudio (según el POTM, 1999).
481
9.5. ANÁLISIS DE LOS IMPACTOS AMBIENTALES SOBRE EL PATRIMONIO
ARQUEOLÖGICO EN EL ÁREA DE ESTUDIO
En resumen, se puede apreciar como la mayor parte del territorio que comprende
el área de estudio, ha sido sometido a unos usos no sostenibles a lo largo de
varios años, afectando el medio ambiente y el patrimonio cultura en sus diferentes
dimensiones.
482
Tabla 76. Clasificación de los impactos ambientales identificados en el diagnóstico
arqueológico del área de estudio.
483
10. PROPUESTAS DE MANEJO
El Área de Manejo Especial es una franja ubicada a cada lado del camino antiguo
Venecia – Bolombolo, de aproximadamente 50 m , la cual puede variar según la
topografía.
484
Mapa 11: Área de Manejo Propuesta.
485
10.2. PROPUESTAS AFINES AL ÁREA DE MANEJO ESPECIAL
Estas propuestas han sido formuladas según el orden en que deberán ser
ejecutadas en el futuro. El éxito de éstas depende de la voluntad del municipio de
Venecia y de la comunidad para hacerlo realidad.
486
10.2.1. DECLARATORIA DEL ÁREA DE MANEJO ESPECIAL
10.2.1.1. Metodología
El Sistema Nacional de Áreas Protegidas del País (SINANP), ha sido creado por el
Ministerio del Medio Ambiente, con el objetivo de asegurar la conservación de la
diversidad biológica y cultural, y la producción sostenible de bienes y servicios
ambientales indispensables para el desarrollo económico, social y ambiental de la
nación.
Como una forma de llevar a cabo los objetivos anteriores y de acuerdo con las
políticas de descentralización administrativa en cuanto al manejo del medio
ambiente, el SINANP ha establecido los requisitos y criterios para que las
Corporaciones Autónomas Regionales y las entidades territoriales municipales
identifiquen áreas para la protección, como parte del desarrollo de los
instrumentos del ordenamiento territorial en su jurisdicción.
487
Con base en esta caracterización se revisa la delimitación previa y si se
requiere se hace una redelimitación, ya que podrían haberse quedado por fuera
algunos elementos de interés o haber incluido algunas zonas que pueden
presentar conflictos, como aquellas con alto grado de ocupación habitacional,
parcelaciones o alta presencia de minifundios. Luego se mide el área y se marca
nuevamente en la cartografía a escala 1:25.000.
488
zona a declarar. Se buscarán formas de vinculación laboral y comunitaria y se
prepararán modalidades de administración que integren a las comunidades.
La metodología utilizada para llevar a cabo este estudio, estuvo sujeta desde un
principio a esta metodología de declaratoria propuesta por el Ministerio del Medio
Ambiente, para poder lograr el objetivo final.
Los seis primeros pasos de esta guía se llevaron a cabo en los capítulos de
Características Generales del Área de Estudio, Resultados, Análisis de los
Resultados y Diagnóstico Arqueológico. Durante la etapa de caracterización y
prospección, se realizaron las actividades recomendadas en los primeros tres
pasos de esta metodología, pero utilizando un área de referencia más amplia, para
llevar a cabo una caracterización y diagnóstico que abarcaran un mayor territorio.
Esta escala mayor de estudio y análisis de las problemáticas sobre el patrimonio
arqueológico, sirvió para poder escoger con un criterio más amplio el área de
manejo propuesta, ya que se tomó como área de estudio un mayor territorio que el
que fue propuesto finalmente como el área de reserva. Estos pasos fueron:
delimitación del área de estudio, caracterización ambiental e identificación de los
yacimientos arqueológicos más representativos, contando con la asesoría de
especialistas. Con base en el diagnóstico arqueológico, se realizó la propuesta del
área de reserva.
489
Tabla 78. Figura jurídica y declaratoria de áreas de reserva. (CORANTIOQUIA,
1998)
490
Tabla 79. Características de las Áreas Naturales Histórico Culturales.
(CORANTIOQUIA, 1998)
491
10.2.2. PARTICIPACIÓN COMUNITARIA
10.2.2.1. Conceptualización
10.2.2.2. Metodología
492
10.2.2.3. Ejecución de la Metodología
Esta reserva es una faja lineal que cubre la divisoria de aguas y aproximadamente
50 metros a cada lado de la misma. Por lo tanto, se deben explicar las ventajas de
este tipo de reservas para los predios localizados en cotas más bajas, como para
el caudal de aguas y la estabilidad del terreno.
493
De acuerdo a estos criterios, el municipio de Venecia puede definir los montos y
mecanismos para otorgar exenciones al impuesto predial y a los particulares que
adelanten en sus predios, acciones de conservación a largo plazo, con el fin de
llegar a una concertación con lo propietarios. (Ministerio del Medio Ambiente,
1999) Esta exención puede hacerse de acuerdo a la cantidad de tierra del predio
situada en la reserva.
Para poder delimitar bien la reserva y su inserción en cada uno de los predios, el
municipio debe realizar un estudio topográfico a menor escala para visualizar
mejor dichas áreas y poder compensar de manera equitativa a los propietarios de
los predios, quienes recibirán una exención total del impuesto que pagaban sobre
las áreas que están dentro de la reserva.
494
10.2.3. PROPUESTAS PARA EL PLAN DE MANEJO ARQUEOLÓGICO
10.2.3.1. Conceptualización
10.2.3.2. Metodología
495
alterados por futuras intervenciones antrópicas debido a su localización sobre
terrazas, aptas para la construcción de viviendas (Ver Anexo P).
Por último, se recomienda que todos los yacimientos que no fueron considerados
como representativos, sean monitoreados en caso de una intervención u obra civil,
ya que a pesar de sus características o baja densidad de materiales, todos los
yacimientos del área de estudio son importantes al ser entendidos dentro del
sistema de poblamiento prehispánico, en el cual cada uno cumplía una función.
496
10.2.4. PARQUE ARQUEOLÓGICO Y ECOLÓGICO CERRO TUSA
10.2.4.1. Conceptualización
Los parques son una forma específica del uso de la tierra, que tiene como
característica distintiva el uso sin consumo de los recursos que contienen, ya que
los productos más beneficiosos de un parque no son comodidades que se pueden
llevar a la plaza de mercado. Merece meditarse si el producto socio-cultural no es
el recurso más valioso que puede proporcionar el área de manejo propuesta y si
justifica el sacrificio de otros productos menos importantes, pero que son
materialmente más palpables.
497
a) Generar ingresos que hagan viable la conservación del medio ambiente y la
riqueza cultural del parque.
Entre los atributos del parque se destaca por su imponencia, el antiguo camino,
del cual se conservan nueve tramos importantes que suman un total de 1646 m
(Ver Tabla 25.2), unidos a una serie de sitios arqueológicos, además de algunas
áreas de bosque natural y costumbres campesinas tradicionales que constituyen
igualmente parte de su patrimonio.
498
El diagnóstico y mapeo de cada uno de los tramos conservados y no conservados
del camino prehispánico (Ver Tablas 25.1 y 25.2 y Mapa 12), permitió diseñar el
recorrido con la debida intervención en paisajismo y atractivos turísticos, siempre
referida al tratamiento general de equipamiento propuesto para la totalidad del
parque y considerando las recomendaciones específicas de cada una de las
dimensiones del diseño general.
Desde el proyecto de formulación del diseño del parque y su plan turístico y eco-
cultural, se señalan algunos establecimientos que por sus características físicas y
culturales pueden reconocerse importantes para el fortalecimiento de los valores
regionales y para la proyección futura de actividades turísticas. En el caso
específico del Parque Arqueológico y Ecológico Cerro Tusa, cobra vigencia su
importancia como atractivo turístico por la nueva resignificación y valoración social
que se hace de una serie de recursos inmersos en dicho territorio, lo que se
reafirma con la necesidad de compatibilizar el disfrute del lugar en forma racional,
facilitado por la nueva modalidad del turismo ecológico que se impone para
aquellos sitios con demostrada importancia ecológica y cultural.
a) El entorno natural del cual hace parte el Cerro Tusa, montaña simbólica ritual,
que da nombre al parque y es el hito geográfico de mayor importancia en la
región.
499
construye bajo una temporalidad discontinua y compleja, donde se superponen y
mezclan huellas y registros étnicos, en los cuales las memorias se preservan, se
duplican, se transmiten y se transforman.
c) Las fuentes de agua que atraviesa el recorrido como la quebrada Táparo que
señala el inicio del parque; la quebrada Doradas, la cual atraviesa el sitio
arqueológico ceremonial de las Cuevas de Santa Catalina; y la quebrada El Dulce
que también atraviesa el camino y da lugar a una de las pausas del recorrido.
g) El camino antiguo, eje ordenador del sistema estructurante espacial del parque.
Se extiende a lo largo de todo el territorio conectando los diferentes sitios de
importancia arqueológica, ecológica, histórica y socio-cultural (Ver Mapa 13).
Representa un elemento muy significativo del contexto rural y urbano. Se teje a la
malla urbana del municipio de Venecia, donde una parte de la red vial del pueblo
estuvo constituida por éste (Ver Mapa 12).
a) Infraestructura Principal
500
Área 6: Proyecto Torre de Observación; ubicación estrato No. 1.
b) Infraestructura Secundaria
c) Infraestructura de Información
d) Infraestructura de Señalización
501
10.2.4.6. Descripción Proyectos Arquitectónicos
502
Figura 75. Área No. 1 - Proyecto Centro Cultural Sinifaná, Localización - Planta
General Urbana.
Figura 76. Área No. 1 - Proyecto Centro Cultural Sinifaná, Localización – Detalle
Planta Urbana.
503
c) Áreas Principales del Centro Cultural Sinifaná:
i) Primer Nivel:
Auditorio
Área Administrativa
Área de exposiciones itinerantes
Área de Artes Escénicas
Área de Artes Plásticas
Cafetería
Baños
504
Conector C: Atrio que liga el centro con el espacio público y la carrera 53,
superpuesta al camino prehispánico.
505
Figura 77. Área No. 1 - Proyecto Centro Cultural Sinifaná, Planimetría.
506
Tabla 80. Centro Cultural Sinifaná – Área de Exposiciones Permanentes.
3. Biodiversidad 3. Construcciones
a. Flora a. Caminos
Vitrina 2 – Herbario b. Muros
Panel 4 c. Otros
b. Fauna
Vitrina 3 – Entomología
Panel 5
507
Foto 136. Maqueta de los municipios de Venecia y Tarso, elaborada por el
geógrafo Michael Hill (1996).
Foto 137. Módulo de vitrina para exhibición con algunas piezas donadas al Centro
de Historia de Venecia, por parte de la comunidad.
508
Figura 78. Área No. 1 - Proyecto Centro Cultural Sinifaná, Perspectivas en 3D.
509
10.2.4.6.2. Proyecto Modular
510
Aislamiento térmico debido al clima de la región y protección de los animales.
Protección contra la humedad en terrenos fangosos.
Evita la entrada de aguas en caso de crecientes.
Posibilidad de utilizar el espacio con otras finalidades como por ejemplo
invernadero, semillero, depósito, etc.
511
f) Estructura espacial en guadua: Este sistema espacial puede modificarse y
utilizarse de diferentes formas: como mirador, como vivienda y para otras
funciones. Su escala está perfectamente elegida y sirve para integrar el usuario
con el paisaje circundante, compuesto por montañas y bosques.
i) Usos Principales:
Módulo mirador
Módulo aula ambiental
Módulo vivienda
Módulo centro de información
Módulo torre de observación
512
Figura 79. Proyecto Modular, Detalles arquitectónicos.
513
10.2.4.6.3. Área 2 - Proyecto Torre de Observación y Centro de Información
a) Objetivos:
Este proyecto es el conector principal del parque con la zona urbana. Tiene
como objetivo principal dotar al parque de un centro de administración e
información general para los usuarios; permitiendo la vinculación con el pueblo
mediante un puente peatonal sobre la quebrada Táparo (Ver Figura 80).
Darle identidad propia al parque, mediante una torre estructural simbólica que
tiene doble función: significar y funcionar como torre de observación (Ver Figura
80).
Ubicar en forma adecuada los vehículos de los visitantes del parque en una
zona ligada directamente con la vía de acceso y el tejido urbano (Ver Figura 80).
514
Figura 80. Área 2 – Proyecto Torre de Observación y Centro de Información,
Localización y Planimetría.
515
10.2.4.6.4. Área 3 - Proyecto Aula Ambiental
a) Conceptualización:
b) Objetivo:
c) Metodología:
Aunque la comunidad a la que serán dirigidos los programas del aula ambiental
está constituida por la población urbana y rural del municipio de Venecia y por los
visitantes constantes del Parque que no pertenecen al municipio, es prioritario
enfocarse a las comunidades rurales por ser ellas las administradoras directas de
los recursos ambientales; a los niños, que serán los encargados de su
preservación, y a la mujer como centro organizador-ejecutor de las políticas
intrafamiliares y responsable de su educación.
516
Figura 81. Área 3 – Proyecto Aula Ambiental, Localización y Planimetría.
517
10.2.4.6.5. Área 4 - Proyecto Mirador Cerro Tusa
Esta es el área del parque con mayor importancia arqueológica por ser el núcleo
del sistema territorial. Se propone ubicar dos módulos de mirador, los cuales están
destinados a intensificar las impresiones de los visitantes, ya que el lugar posee
una vista panorámica. (Ver Figura 82) y especialmente porque desde aquí se
visualiza la Cara de la Diosa.
Dentro de la zona también se ubicará un área de descanso con bancas al aire libre
bajo frondosos árboles. Todos los elementos estarán dotados del amoblamiento
urbano requerido para su mejor función ambiental: señalización, información y
basureras (Ver Mapa 12).
518
Figura 82. Área 4 - Proyecto Mirador Cerro Tusa, Localización, Planimetría y
Vistas.
519
10.2.4.6.6. Área 5 - Proyecto Grupo Habitacional
a) Objetivo: El propósito del proyecto es localizar ocho módulos para vivienda con
el fin de reubicar a las familias residentes en el caserío La Portada, cuyas
viviendas actualmente invaden el camino prehispánico, permitiendo que por el
carácter y estructura de la vivienda puedan funcionar como comunidad humana
digna, higiénica y ambiental, ligada al proyecto como futuros guías y vigías de la
zona.
520
10.2.4.6.7. Área 7 - Proyecto Mirador Alto de la Corneta
521
10.2.4.7. Descripción Proyectos de Amoblamiento del Parque
El camino y todas las áreas del parque contarán con todos los elementos de
amoblamiento que requiere el visitante para una actividad humana y ambiental
adecuada; se propone en el proyecto de adecuación y mejoramiento de suelos, la
siembra de especies recuperadoras; regeneración natural con árboles de rápido
crecimiento, zonas de preservación y recuperación de flora y fauna (Ver Mapa
12).
522
Foto 144. Panel de información, en el Altar de Sacrificios.
523
10.2.4.7.2. Bancas para Sitios de Descanso al Aire Libre
524
10.2.4.7.3. Basureras
c) Localización:
10.2.4.7.4. Señalización
Foto 146. Señalización.
a) Proyecto: Modular.
Estructura portante en concreto
reforzado.
b) Material: Soporte en
concreto enchapado en
guadua; panel de señalización
con estructura interna en
madera común y panel
laminado en plástico (Ver Foto
146).
c) Localización:
525
10.2.4.7.5 Puentes
Foto 147. Puente. (Puente de bambu en Taiwán, Tomado de Vélez, 2000: 216, 217)
b) Localización:
526
Tabla 81. Presupuesto del Proyecto Arquitectónico del Parque Arqueológico y Ecológico.
527
CAMINO
1. Senderos. Trazo mas 8 ML 22.500 3’375.000
viruta (1 m).
2. Puente peatonal en 4 Unidad 3’000.000 12’000.000
guadua.
Subtotal 15’375.000
DOTACIÓN MÓDULO AULA AMBIENTAL
1. Silletería madera 36 Unidad 80.000 2’880.000
laminada, guadua
2. Tablero, marcadores 1 Unidad 100.000 150.000
3. Televisor 1 Unidad 2’200.000 2’200.000
4. VHS 1 Unidad 375.000 375.000
528
11. CONCLUSIONES
529
Como una conclusión personal, se piensa continuar en el campo de la
investigación, gestión ambiental y cultural en el municipio de Venecia, con el
objetivo de materializar la investigación. A través de un parque arqueológico y
ecológico, un centro cultural integral y una planificación acertada ambientalmente
del desarrollo municipal, se quiere aportar desde la ciencia a mejorar las
condiciones de vida de la sociedad.
530
531
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