Joven ¿Amas Tú Al Prójimo - Parashá No. 30 Kedoshim

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Malaki Ben Avraham

hace 21 horas 2 min.

Joven ¿amas tú al prójimo? / Parashá No. 30


Kedoshim
La parashá Kedoshim comienza con el precepto de “Ser Santos”. ¿Cómo adquirimos la santidad? Najmánides
conocido en el judaísmo como Rambán explica que la santidad es el resultado de la restricción incluso en áreas
permitidas.

Por ejemplo, supongamos que una persona cuida cashrut (correcto o apropiado para ser consumido) no sería un
gran desafío evitar comer un sándwich de jamón, pero la pregunta es: cuando él se sienta a comer casher (apto,
adecuado o conveniente) ¿cómo se comporta?, ¿acaso pronuncia la bendición con concentración, apreciando el
regalo divino de la abundancia?, ¿come pausadamente y con dignidad?, ¿se concentra en el hecho de que el
propósito final de la comida es nutrir el cuerpo a fin de tener fuerzas para realizar buenas acciones?
También nos habla sobre el amor al prójimo:
Lev. 19:34 “Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti
mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Adonai vuestro Dios.”

Amar es decidir enfocarse en y apreciar las virtudes de otra persona. Para amar debemos abandonar el
resentimiento y apreciar que estamos todos conectados. Cuando nos unimos con amor HaShem mismo se une a
nosotros. Abandona los resentimientos: “No te vengues y no guardes rencor”, elige amar: “ama a tu prójimo
como a ti mismo” y Hashem morará contigo: “Yo soy Dio-s”.
El resentimiento envenena el amor. Alguien te lastima y por meses no puedes verlo sin recordar lo mucho que te
hirió. Ese rencor nubla tu visión y te hace completamente incapaz de ver lo bueno de esa persona. Tu
resentimiento hace ebullición y tu deseo de vengarse crece, imposibilitando amar a la persona.

Si quieres amar a tu pareja, a tus padres o a cualquier otra persona, debes abandonar el resentimiento que
sientes hacia ellos. Es por esa razón que estas dos prohibiciones preceden a la mitzvá de amar a tu prójimo.
Abandonar nuestros resentimientos no es fácil pero si vemos a la persona que nos hirió como parte de nosotros
nuestro resentimiento desaparece. Imagina tajear accidentalmente tu mano izquierda mientras rebanas una
zanahoria, ¿tomarías el cuchillo con tu mano izquierda y cortarías intencionalmente tu mano derecha en
venganza? por supuesto que no, porque tu otra mano es parte de ti y lastimándola te lastimas a ti mismo.

A final de cuentas, la humanidad es un todo. Vengarse de otra persona es tan autodestructivo como cortar tu otra
mano con el cuchillo y esa es la razón por la que la Toráh dice que debes amar a tu prójimo “como a ti mismo”.
Ver a la otra persona como a ti mismo eliminará el resentimiento que te impide amarla.

Que el ETERNO que es Bueno, nos de la Sabiduría del rey Salomón.


A-M-É-N. (Adonai Melej Emet Neemán = Adonai es el Rey Verdadero y Fiel).

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