Joven ¿Amas Tú Al Prójimo - Parashá No. 30 Kedoshim
Joven ¿Amas Tú Al Prójimo - Parashá No. 30 Kedoshim
Joven ¿Amas Tú Al Prójimo - Parashá No. 30 Kedoshim
Por ejemplo, supongamos que una persona cuida cashrut (correcto o apropiado para ser consumido) no sería un
gran desafío evitar comer un sándwich de jamón, pero la pregunta es: cuando él se sienta a comer casher (apto,
adecuado o conveniente) ¿cómo se comporta?, ¿acaso pronuncia la bendición con concentración, apreciando el
regalo divino de la abundancia?, ¿come pausadamente y con dignidad?, ¿se concentra en el hecho de que el
propósito final de la comida es nutrir el cuerpo a fin de tener fuerzas para realizar buenas acciones?
También nos habla sobre el amor al prójimo:
Lev. 19:34 “Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti
mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Adonai vuestro Dios.”
Amar es decidir enfocarse en y apreciar las virtudes de otra persona. Para amar debemos abandonar el
resentimiento y apreciar que estamos todos conectados. Cuando nos unimos con amor HaShem mismo se une a
nosotros. Abandona los resentimientos: “No te vengues y no guardes rencor”, elige amar: “ama a tu prójimo
como a ti mismo” y Hashem morará contigo: “Yo soy Dio-s”.
El resentimiento envenena el amor. Alguien te lastima y por meses no puedes verlo sin recordar lo mucho que te
hirió. Ese rencor nubla tu visión y te hace completamente incapaz de ver lo bueno de esa persona. Tu
resentimiento hace ebullición y tu deseo de vengarse crece, imposibilitando amar a la persona.
Si quieres amar a tu pareja, a tus padres o a cualquier otra persona, debes abandonar el resentimiento que
sientes hacia ellos. Es por esa razón que estas dos prohibiciones preceden a la mitzvá de amar a tu prójimo.
Abandonar nuestros resentimientos no es fácil pero si vemos a la persona que nos hirió como parte de nosotros
nuestro resentimiento desaparece. Imagina tajear accidentalmente tu mano izquierda mientras rebanas una
zanahoria, ¿tomarías el cuchillo con tu mano izquierda y cortarías intencionalmente tu mano derecha en
venganza? por supuesto que no, porque tu otra mano es parte de ti y lastimándola te lastimas a ti mismo.
A final de cuentas, la humanidad es un todo. Vengarse de otra persona es tan autodestructivo como cortar tu otra
mano con el cuchillo y esa es la razón por la que la Toráh dice que debes amar a tu prójimo “como a ti mismo”.
Ver a la otra persona como a ti mismo eliminará el resentimiento que te impide amarla.