Max Scheler

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Max Scheler

Filósofo alemán de orientación fenomenológica. Nació en Munich. Sus padres eran de religión
protestante y judía, lo que no impidió que Scheler se convirtiese al catolicismo en su adolescencia,
aunque posteriormente cambió su perspectiva religiosa hacia una forma de panteísmo. Estudió
medicina en Munich y filosofía y sociología en Berlín. Continuó sus estudios en Jena, donde fue
discípulo de O. Liebmann y Rudolf Eucken, que ejerció gran influencia sobre él. Se casó y vivió en
Jena, donde bajo la dirección de Rudolf Eucken presentó su tesis de doctorado y consiguió su
habilitación como profesor. Pero el encuentro con Husserl en 1901 marcó decisivamente su
orientación filosófica hacia la fenomenología. Accedió a una plaza de profesor en Munich, donde
se integró en el círculo fenomenológico junto con Geiger y Pfänder. Después de su primera
separación matrimonial (se casó tres veces), abandonó la actividad académica que reemprendió
después de la primera guerra mundial (época en la que defendió posiciones nacionalistas y
militaristas, aunque posteriormente las rechazó), e ingresó en el Instituto de Sociología de Colonia.
Finalmente ejerció como profesor en Francfort, ciudad en la que murió. Además de las
mencionadas influencias de Eucken y Husserl, Scheler estuvo muy influido por San Agustín,
Dilthey, Nietzsche y Bergson y, en parte, por Schopenhauer, Schelling y E. von Hartmann.

En un primer momento, Max Scheler distinguió las esencias de lo que es tangible, real o
existente, lo que llevó a la afirmación de la independencia de los valores (eternos e
invariables) respecto de los bienes, que serían sólo sus portadores circunstanciales. De este
modo, Scheler cambia el enfoque formal del filósofo alemán Immanuel Kant por un estudio
de los valores en cuanto contenidos específicos de la ética, los que se presentan de un modo
directo e inmediato a la persona.
Los valores, según Scheler, se presentan objetivamente como estructurados según dos
rasgos fundamentales y exclusivos:

1. La polaridad, todo los valores se organizan como siendo positivos o negativos. A


diferencia de las cosas que sólo son positivas.
2. La jerarquía, cada valor hace presente en su percepción que es igual, inferior o
superior a otros valores. Esta jerarquía da lugar a una escala de valores que Scheler
ordena de menor a mayor en cuatro grupos: 
1. Los valores del agrado: dulce - amargo.
2. Las valores vitales: sano - enfermo.
3. Los valores espirituales, estos se dividen en:
1. Estéticos: bello - feo.
2. Jurídicos: justo - injusto.
3. Intelectuales: verdadero - falso.
4. Los valores religiosos: santo - profano.
Los valores morales no son una categoría de valores porque no poseen portadores, son
valores puros. Su realización es más bien indirecta. Se verifica en la realización de los otros
valores según su polaridad y jerarquía objetiva.
Para resumir, podemos afirmar que la ética axiológica defiende la división entre los valores
propiamente dichos y el resto de bienes, sustancias o cosas; de forma que pueden existir los
valores sin que existan los seres humanos. Es ante esto, donde encontramos su gran
problema, pues si no existen las personas que ponen en práctica los valores ¿cómo podemos
decir que son valores? 

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