L7 Singletary Mike. UN EQUIPO DE AGUILAS
L7 Singletary Mike. UN EQUIPO DE AGUILAS
L7 Singletary Mike. UN EQUIPO DE AGUILAS
De todos los seres de la tierra, al que yo más admiro es al águila. Su fuerza, su gracia
y su confianza son magníficas; ahí está, volando muy alto, en paz con ella misma,
manteniendo un control total.
Sí, muy bien, pero están olvidando un punto: convertirse en un águila es el primer
paso para poder hacer un verdadero trabajo en equipo, es el sustento, es el lugar para
empezar si desea desarrollarse como el mejor jugador en equipo que pueda haber.
Yo empecé la vida más como un gorrión que como un águila. Yo era un niño pobre
en un barrio de Houston. Salí de un hogar con dificultades, no tuve muchas
oportunidades, pero yo era un niño que tenía un sueño: quería tener éxito en el
salón de clases y en el campo de fútbol.
Recibí otra lección muy dura de la profesora Ann Miller, del departamento de inglés.
El primer día de clases ella nos dejó una tarea por escrito. No pensé mucho para
hacerla; simplemente escribí algo en mi tiempo libre y lo presenté. Me la regresó con
¿Y qué quiere decir ser un águila? Las águilas son seres en equilibrio, las águilas
saben exactamente lo que son, conocen sus fuerzas y debilidades. Si usted es un
águila estará tan a gusto con usted mismo que entenderá el papel que tiene que
desempeñar en la vida; usted no necesita esconderse, usted da la cara y es sincero
con todos.
Lo primero que tuvimos que aprender fue a estar de acuerdo en un objetivo común.
Para nosotros eso parecía sencillo. Queríamos ganar el Super Bowl
Luego aprendimos las habilidades y capacidades de los otros jugadores del equipo.
Esto era más difícil, porque para lograrlo uno tiene que poner atención a las
necesidades de sus compañeros y no sólo a las propias. Uno tiene que preguntarse:
¿Podrían tus fortalezas equilibrar mis debilidades? ¿Podrían mis fortalezas
equilibrar tus debilidades? ¿Podemos compensarnos unos con otros, pensando en el
bien del equipo como un todo?
Nuestra tercera lección fue más difícil: aprender a comunicarnos con los otros en el
equipo. Esto puede ser muy duro, porque algunas de las cosas que tienen que
compartirse pueden no ser muy placenteras. Usted tiene que encontrar el balance
entre la retroalimentación positiva y negativa, o puede ser devastador. Tiene que
decir las cosas buenas sin ser egoísta o avaro; tiene que decir las cosas malas sin ser
cruel o destructivo, y tiene que escuchar la crítica sin enojarse; superarla, mejorar. Es
una experiencia muy dura, pero hace que un equipo crezca fuerte.
También hubo otra lección por aprender, muy difícil por cierto: tuvimos que
aprender la ejecución. Si en realidad es un águila y sabe su oficio, usted sabe cómo
hacer su parte, pero tiene que aprender cómo lograr que sus habilidades se enlacen a
la perfección con las de todos los demás de su equipo. Esto lleva práctica, golpes
fuertes, experimentos, fracasos y éxitos, hasta que todos en el equipo comparten la
misma mente, la misma base para la acción. Así, la ejecución es absolutamente
perfecta.
Si desea jugar en un equipo triunfador no puede dejar de hacer las pequeñas tareas,
ni ignorar los pequeños detalles; no puede ignorar nada, debe estar totalmente
comprometido.
Cinco lecciones sencillas pero muy difíciles. Eso se necesitó para convertir a un
grupo de águilas en un equipo, un equipo listo, ¡listo para triunfar!
Pero no nos habíamos dado cuenta entonces de que había una lección adicional por
aprender en lo que se refiere a ser un equipo, y esa lección iba a ser la más difícil de
todas: nosotros no pensamos que alguien podría ganarnos. Tal vez nadie hubiera
podido. Nos derrotamos nosotros mismos: el orgullo, el egoísmo, la complacencia se
convirtieron en nuestros nuevos enemigos; nos volvimos avaros, cada uno empezó a
pensar que él era la razón de haber triunfado; nos volvimos independientes, cada
uno pensó que no necesitaba al otro: no lo necesito a él y él no me necesita; lo que él
haga es asunto suyo. Solos llegaremos, trabajaremos y eso es todo.
Espero que nunca tengan que aprender la lección que aprendimos. No entendimos
que un equipo, aun un equipo de águilas, es una cosa muy especial y muy frágil; un
equipo es como una familia, se mantiene unida con honestidad, con confianza y
respeto; cada uno de nosotros tiene su propio lugar en la familia, y si uno de nosotros
no concuerda, la familia se hundirá.
No hace mucho mi esposa dio a luz a nuestra hija más pequeña, una niña que se
llama Jaklyn. Dos de nuestros niños estaban enamorados de ella, jugaban con ella, la
arrullaban, le cantaban canciones. Pero Crystel, la mayor, se mantuvo aparte, no
quería cargar a la bebé, no quería hablar de ella, no estaba participando en el equipo.
Un día hablé con Crystel, le recordé la gran alegría que sentí el día que ella había
nacido y le expliqué cuál era su nuevo trabajo, le pedí enseñar a la bebé, a compartir
con ella todo lo que ella había aprendido cuando estaba creciendo. Cuando terminé
se iluminó la carita de Crystel con una enorme sonrisa; ella dijo: “Yo puedo hacer
esto, yo lo puedo hacer”.
No importa que tan alto volemos, la capacidad individual muy especial del águila
tiene que estar ahí o no será posible jugar el juego. ¡Pero un equipo, un equipo de
águilas comprometidas entre ellas, es lo que se necesita para triunfar!