El Buen Uso de Las Tecnológias en La Educacion

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EL BUEN USO DE LAS TECNOLÓGIAS EN LA EDUCACION

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) ya son una parte irreemplazable y


fundamental en la vida cotidiana de las personas. Hoy se encuentran presentes en
prácticamente todo lo que nos rodea, desde nuestro trabajo hasta nuestras actividades diarias,
y se ha convertido en una herramienta que facilita y agiliza los procesos empresariales,
educativos y sociales.

Las posibilidades que nos otorgan las TIC son infinitas. Entre sus impactos positivos están
mejorar los procesos educativos y facilitar las actividades de recreación de los alumnos,
logrando apoyar procesos de aprendizaje.

Muchos adultos actuales no crecimos con esta tecnología y en ocasiones nos cuesta utilizarla
de manera efectiva, responsable y consciente. En tal sentido la educación juega un rol
importante respecto del buen uso de los crecientes avances tecnológicos, y de ahí la
importancia de que nuestros pequeños crezcan educados con bases firmes y responsables
respecto del uso de la tecnología.

La experta en herramientas tecnológicas para la educación, Isabel Sagenmüller, asegura que


incorporar herramientas tecnológicas en la educación aporta beneficios que promueven el
conocimiento y la interacción, además la eficiencia y la productividad en el salón de clases
entre los profesores y nuestros niños.

Según su análisis, la educación se puede beneficiar de la tecnología en los siguientes aspectos:

Colaboración. Pueden animar a los alumnos a expresarse y relacionarse con otros compañeros
de cursos presenciales o virtuales, lo que permite aprender de forma interactiva y sin
depender de encontrarse en un lugar determinado. Para un trabajo académico ya no es
necesario que un grupo de estudiantes se reúnan personalmente para realizarlo.

Optimización del tiempo. Los docentes y alumnos pueden reducir el tiempo en que realizan sus
actividades, ya que pueden ser más eficientes. En caso de los académicos, pueden dedicar más
tiempo a su propia formación.

Flexibilidad y capacidad de adaptación en el aprendizaje. Los alumnos más aventajados pueden


tener a su disposición contenidos adicionales, y aquellos que necesiten un refuerzo, pueden
recurrir a materiales de apoyo.
Mayor comunicación con los alumnos. Las tecnologías han fomentado la comunicación entre
los docentes y los estudiantes mediante entornos virtuales de las asignaturas.

Reducción de costos. El uso de las nuevas tecnologías en educación permite la reducción de


costos ya que no es necesario material físico y todo se puede hacer a través de un programa o
app.

Inmediatez. Los alumnos y docentes pueden buscar y entregar información de calidad de


manera rápida y eficaz en tiempo real.

Exploración. Las nuevas tecnologías permiten que los estudiantes satisfagan su interés de
conocimientos por áreas desconocidas para ellos, autoproporcionándose nuevos
conocimientos.
Según Carolina Matamala Riquelme, maestra en Metodologías de la Investigación en Ciencias
Sociales y doctora en Sociología y Antropología de la Universidad Complutense de Madrid, los
alumnos con alto capital cultural son quienes tienen mayor capacidad de adquirir nuevos
conocimientos y desarrollar sus destrezas o aptitudes, y en suma, mejorar su educación a
través del uso de las TIC. Sin embargo, también puede haber algunos impactos negativos
relacionados con los hábitos de uso de las TIC que afectan los procesos de aprendizaje formal,
lo cual se hace particularmente evidente, por ejemplo, cuando los estudiantes consultan textos
digitales confiando ciegamente en los dos o tres primeros sitios arrojados por el buscador.

En conclusión, las herramientas tecnológicas pueden favorecer la educación e impulsar el


talento de los alumnos si como docentes y padres de familia guiamos su aprendizaje. De ahí la
importancia de que todos los niños y jóvenes tengan acceso a las TIC.

La educación y el aprendizaje deben adaptarse al ritmo de la tecnología. En un entorno en el


cual nuestros niños crecen a la par de ella es nuestro deber garantizar que lo hagan de forma
responsable y, sobre todo, científica, es decir, que apliquen las mismas lógicas racionales que
se aplican a la solución de los problemas de la vida real y busquen conscientemente sacarle el
mejor provecho para mejorar su entorno.

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