Avance Invst Pernal
Avance Invst Pernal
Avance Invst Pernal
CONCEPTO
Por su parte, Ángel Martínez Pineda define a la acción penal como "el deber
jurídicamente necesario del Estado que cumple el órgano de acusación con el fin
de obtener la aplicación de la ley penal de acuerdo con las formalidades de orden
procesal
Según el Diccionario Jurídico Mexicano de la UNAM, la Acción, de latín actio,
sugiere movimiento, actividad y desde la percepción penal acusación
Eugenio Florián define a la Acción Penal como "el poder jurídico de excitar y
promover la desición del órgano jurisdiccional sobre una determinada relación de
derecho penal".
El Ministerio Público cumple con la función de perseguir los delitos a través del
ejercicio de la Acción Penal como una facultad que se le otorga
Constitucionalmente, pero también como una obligación establecida a su cargo,
de tal manera que constituye un deber jurídico frente a la sociedad-
La acción penal por particular es la que se ejerce en los delitos autorizados por la
ley, por la víctima u ofendido, al acudir directamente ante los tribunales, como
titular del derecho supuestamente vulnerado, sin la intervención del Ministerio
Público; a esta actividad en la doctrina también se le conoce como acción privada,
la que se establece que es “la de índole penal cuyo ejercicio sólo corresponde al
ofendido o a su representante legal; y, en estos casos a falta de éste y de
personalidad procesal en la víctima, por fama pública al Ministerio Fiscal” -En otras
voces, sobre el mismo tema, se asienta:
El Dr. Héctor Fix Zamudio define a la “acción penal” como aquella que ejercita el
Ministerio Público ante el juez competente para que se inicie el proceso penal, se
resuelva sobre la responsabilidad del inculpado y, en su caso, se aplique la pena o
medida de seguridad que corresponda
Nótese como el autor hace hincapié en la acción penal como pública y señala
como su titular exclusivo al Ministerio Público, lo cual se explica en el contexto del
denominado “monopolio del ejercicio de la acción penal” que dicho órgano
acusador tuvo entre el periodo vivido desde la promulgación de la Constitución de
1917 hasta la reforma Constitucional de junio de 2008.
Sin embargo, ello no fue siempre así, pues según lo recuerda Castillo Soberanes,
bajo la vigencia de la Constitución de 1857, la investigación de los delitos
correspondía exclusivamente a los jueces, agregando que en los debates del
Congreso Constituyente de 1856-1857, no prosperó la idea de instituir la figura del
Ministerio Público y de ese modo se permitió al ofendido por el delito acudir
directamente a los tribunales, ya que se consideró que los particulares no debían
ser sustituidos por ninguna otra institución, además de que, con el Ministerio
Público independizado del órgano jurisdiccional, se retardaría la acción de la
justicia, pues se tendría que esperar a que dicho órgano ejercitará la acción penal
.Sin embargo, a la postre, el sistema derivado de la Constitución de 1857 hubo de
generar un sistema de inequidad, opresión y abuso, de tal modo que en los
debates del constituyente de 1917 se decidiese quitar a los jueces la facultad de
investigar los delitos y a los particulares su derecho de acusar directamente ante
los tribunales, otorgando al Ministerio Publico dichas facultades, quedando
encargados los jueces exclusivamente de la imposición de las penas .
Y en ese estado de cosas, no sin dificultades y reformas que en parte la limitaron,
transitamos por un periodo de 91 años de acusación penal pública, hasta que, en
2008, se decide adoptar un sistema mixto de acusación, combinando la acción
penal privada con la pública, si bien con predomino de esta última.
Para la doctrina francesa esta característica tiene suma importancia y por ello
llamaron a la acción penal action publique.
Este principio afecta a la institución de la querella, que es la relación de hechos
expuesta por el ofendido ante el órgano investigador con el deseo manifiesto de
que se persiga al autor del delito, lo cual constituye una autolimitación del
Estado para la actuación de su derecho a la pena, condicionado al
consentimiento del ofendido.
La acción penal es indivisible en cuanto alcanza a todos los que han participado en
la comisión de un delito. Generalmente la querella presentada en contra de uno de
los participantes en un delito se extiende a todos los demás, aunque contra ellos
no se haya dirigido la querella, y en la misma forma el perdón del ofendido hecho a
uno de los participantes del delito beneficia a todos los demás
Intrascendente. Esta característica de la acción penal se refiere a que únicamente
será sancionado el sujeto activo del delito cometido, no pudiendo extenderse la
punibilidad a otras personas que tengan un vínculo de parentesco, amistad, etc.
Siempre la acción penal se llevará a cabo hacia la persona física que se le imputa
el delito.
Situación esta última que por cierto limita el poder de que cuentan los gobernados
para que se les proporcione la aplicación del derecho al caso concreto, virtud o en
mérito al principio de economía procesal, que en innumerables circunstancias deja
al ofendido en completo estado de indefensión.
Como dijimos el Estado vela por la armonía social, esto lo puede lograr evitando
la comisión de los delitos e imponiendo las sanciones que la ley establece en
el caso en que estos sean cometidos.
La acción procesal nace cuando el Ministerio Público ejercita acción penal ante
el Órgano Jurisdiccional (quien debe aplicar la ley al caso concreto).
CARACTERÍSTICAS DE LA ACCIÓN PENAL POR
PARTICULARES
Al estar regulada esta acción penal en la Constitución, la entendemos como una
garantía y mecanismo procesal otorgado a la víctima u ofendido para instar al
órgano jurisdiccional.
Esta actividad sólo rige en los delitos que afectan bienes tutelados a los
particulares o cuando predomina el interés individual, siendo éstas las que le dan
la característica a la actividad procesal otorgada a los particulares, aunado a que
se excluye al Ministerio Público de ejercerla, por lo que se asevera: ...debemos
asentar que la acción privada constituye una excepción al poder estatal de
perseguir los delitos; excepción derivada del predominio del interés particular (el
de la víctima o del ofendido) sobre el interés del Estado, y que se refleja en la
necesidad de que la víctima o el ofendido participen directamente en el proceso
penal, en aras de lograr un acceso real de tales sujetos a la justicia (Román, 2012:
51).
De manera concreta, se pueden delimitar las características de esta acción penal
promovida por particulares atendiendo a las siguientes conclusiones, las que
ampliamos y comentamos:
La característica principal de este procedimiento es la exclusión del
Ministerio Público.
Se concede la atribución de poder exclusivo de persecución a la víctima u
ofendido.
El impulso procesal ante el juzgador radica enteramente en la víctima u
ofendido.
La víctima u ofendido pueden renunciar a través del desistimiento de la
acción penal al hecho, por ser de índole particular.
La carga procesal y de la acción le corresponde al particular que promueva
la acción penal (víctima u ofendido).
Otro criterio que ilustra el tema de la acción penal establece los caracteres que a
continuación se anotan:
1. Junto con la instancia acusatoria, el querellante puede demandar civilmente
haciendo valer la pretensión reparatoria del daño ocasionado por el delito.
2. Se trata de un juicio con marcado carácter dispositivo que se acerca mucho al
régimen del proceso civil común.
3. Este carácter dispositivo (acusatorio substancial) se manifiesta ante el criterio
de oportunidad que determina el inicio del juicio, por cuanto es dejado a la
voluntad discrecional del titular de la acción, y ante la posibilidad de renuncia a la
pretensión de condena hecha valer por el querellante, o de extinción de la pena
por el perdón del ofendido triunfante.
4. ...se prevén los efectos extintivos de la retractación. Debemos considerar que
actualmente en el artículo 21 de la Constitución se contiene un sistema mixto del
ejercicio de la acción penal, la que ejerce el poder estatal y la que ejercen los
particulares, en el entendido que subsiste el predominio de la primera, aunque el
hecho que se le conceda ese derecho a los particulares no desvirtúa la naturaleza
de la acción en su carácter procedimental puesto que “...la acción procesal es
siempre pública dado que su finalidad es precisamente, en cualquier caso (pública
o privada) provocar el ejercicio de la jurisdicción, que es una actividad de esta
naturaleza” (Pina, 1983: 32).
Esto nos lleva a manifestar que el carácter de la acción penal realizada por
particulares no debería calificarse como acción privada, peculiaridad que se le
atribuye, por algunas leyes, a la doctrina nacional y extranjera.
ROXIN, Claus. Derecho Procesal Penal (traducción de la 25ª edición alemana por Gabriela E.
Córdova y Daniel R. Pastor). 1ª edición, Argentina, Ediciones del Puerto, 2000
González Blanco, Alberto. “Capítulo IV”, en El Procedimiento Penal Mexicano. México, Porrúa,
1975. Pp. 44-53.