Sesión de La Parábola Del Hijo Pródigo-1
Sesión de La Parábola Del Hijo Pródigo-1
Sesión de La Parábola Del Hijo Pródigo-1
11 Jesús añadió: “Cierto hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos le dijo al padre: ‘Padre,
dame la parte de la hacienda que me corresponde.’ Y él les repartió sus bienes[c]. 13 No muchos
días después, el hijo menor, juntándolo todo, partió a un país lejano, y allí malgastó su hacienda
viviendo perdidamente.
14 Cuando lo había gastado todo, vino una gran hambre en aquel país, y comenzó a pasar
necesidad. 15 Entonces fue y se acercó[d] a uno de los ciudadanos de aquel país, y él lo mandó a
sus campos a apacentar cerdos. 16 Y deseaba llenarse el estómago[e] de[f] las algarrobas que
comían los cerdos, pero nadie le daba nada. 17 Entonces, volviendo en sí, dijo: ‘¡Cuántos de los
trabajadores de mi padre tienen pan de sobra, pero yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e
iré a mi padre, y le diré: “Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; 19 ya no soy digno de ser
llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus trabajadores.”’”
20 “Levantándose, fue a su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión
por él, y corrió, se echó sobre su cuello y lo besó[g]. 21 Y el hijo le dijo: ‘Padre, he pecado contra el
cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo[h].’ 22 Pero el padre dijo a sus siervos:
‘Pronto; traigan la mejor ropa y vístanlo; pónganle un anillo en su mano y sandalias en los pies. 23
Traigan el becerro engordado, mátenlo, y comamos y regocijémonos; 24 porque este hijo mío
estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.’ Y comenzaron a regocijarse.
25 “Su hijo mayor estaba en el campo, y cuando vino y se acercó a la casa, oyó música y danzas. 26
Llamando a uno de los criados, le preguntó qué era todo aquello. 27 Y él le dijo: ‘Tu hermano ha
venido, y tu padre ha matado el becerro engordado, porque lo ha recibido sano y salvo.’
28 Entonces él se enojó y no quería entrar. Salió su padre y le rogaba que entrara. 29 Pero él le dijo
al padre: ‘Mira, por tantos años te he servido y nunca he desobedecido ninguna orden tuya, y sin
embargo, nunca me has dado un cabrito para regocijarme con mis amigos; 30 pero cuando vino este
hijo tuyo, que ha consumido tus bienes[i] con rameras, mataste para él el becerro engordado.’ 31 Y
su padre le dijo: ‘Hijo mío, tú siempre has estado[j] conmigo, y todo lo mío es tuyo. 32 Pero era
necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque éste, tu hermano, estaba muerto y ha vuelto a la vida;
estaba perdido y ha sido hallado.’”
Lluvia de ideas, responden las preguntas:
¿Cree que a veces nos comportamos como este hijo que no valora el apoyo y amor de su padre?
Si muchas veces creemos que nuestros padres están obligados a darnos todo y exigimos.
LAS PARÁBOLAS: Son historias sencillas que Jesús contaba a la gente para que
pudieran entender, reflexionar sobre sus actos, enseñarles el camino del bien para agradar a
Dios y llegar al Reino de los Cielos.
MENSAJE: Jesús nos enseña con está parábola que Dios nos ama a todos por igual, al
bueno, al malo, al pobre, al rico, su amor es misericordioso porque no sólo recibe a sus hijos
perdidos, los espera, sale a su encuentro y los viste con su perdón y amor. Dios respeta
nuestras decisiones porque somos libres, nos ama y quiere restaurarnos al arrepentirnos, acudir
a él y confesarle nuestros pecados.
REFLEXIONAMOS SOBRE LO APRENDIDO