Minuta Modificaciones Legales Textos1

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MINUTA MODIFICACIONES LEGALES

I.- PROPOSICIONES LEGISLATIVAS DE LA DPP

1. Deber de dar aviso de detenciones y comparecencia del defensor en la audiencia


de control de la detención (arts. 131 y 132)

TEXTOS PROPUESTOS

A) Art. 131: Plazos de la detención. Cuando la detención se practicare en cumplimiento de


una orden judicial, los agentes policiales que la hubieren realizado o el encargado del
recinto de detención conducirán inmediatamente al detenido a presencia del juez que
hubiere expedido la orden. Si ello no fuere posible por no ser hora de despacho, el
detenido podrá permanecer en el recinto policial o de detención hasta el momento de la
primera audiencia judicial, por un período que en caso alguno excederá las veinticuatro
horas.
Cuando la detención se practicare en virtud de los artículos 129 y 130, el agente policial
que la hubiere realizado o el encargado del recinto de detención deberán informar de ella
al ministerio público, dentro de un plazo máximo de doce horas. El fiscal podrá dejar sin
efecto la detención u ordenar que el detenido sea conducido ante el juez dentro de un
plazo máximo de veinticuatro horas, contado desde que la detención se hubiere
practicado. Si el fiscal nada manifestare, la policía deberá presentar el detenido ante la
autoridad judicial en el plazo indicado.
Recibida la comunicación al ministerio público de la existencia de un detenido, el fiscal a
cargo deberá comunicar al abogado de confianza del detenido o a la Defensoría Penal
Pública, en su caso, la realización de una audiencia de control de la detención.

OBSERVACIONES DPP:

La falta de esa comunicación constituye uno de los principales obstáculos para el ejercicio
de un adecuado derecho a defensa por parte del imputado, ya que normalmente dicha
falta de aviso se relaciona directamente con la declaración del imputado prestada ante la
fiscalía, sin previa asesoría de un abogado, ocasionando la renuncia al derecho a no
declarar en perjuicio propio, al no existir una actuación oportuna de la defensa.

Hoy la práctica ha impuesto que la comunicación de la realización de una audiencia de


control de la detención a la defensa, queda entregada a la buena disposición de los
jueces de garantía.

La modificación propuesta debiera complementarse con una modificación al artículo 132


inc. 1º, en el sentido de señalar como requisito de validez de la misma la presencia del
defensor del imputado.

2. Derecho de la defensa a obtener copias de la carpeta de investigación (art. 182)

TEXTO PROPUESTO:

Art. 182. Secreto de las actuaciones de investigación. Las actuaciones de investigación


realizadas por el ministerio público y por la policía serán secretas para los terceros ajenos
al procedimiento.
El imputado y los demás intervinientes en el procedimiento podrán examinar los registros
y los documentos de la investigación fiscal y policial. De igual forma, el imputado o su
defensor tendrán derecho a obtener copia de los registros y documentos de investigación
fiscal, a su costa.
El fiscal podrá disponer que determinadas actuaciones, registros o documentos sean
mantenidas en secreto respecto del imputado o de los demás intervinientes, cuando lo
considerare necesario para la eficacia de la investigación. En tal caso deberá identificar
las piezas o actuaciones respectivas, de modo que no se vulnere la reserva y fijar un
plazo no superior a cuarenta días para la mantención del secreto.

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El imputado o cualquier otro interviniente podrá solicitar del juez de garantía que ponga
término al secreto o que lo limite, en cuanto a su duración, a las piezas o actuaciones
abarcadas por él, o a las personas a quienes afectare.
Sin perjuicio de lo dispuesto en los incisos anteriores, no se podrá decretar el secreto
sobre la declaración del imputado o cualquier otra actuación en que hubiere intervenido o
tenido derecho a intervenir, las actuaciones en las que participare el tribunal, ni los
informes evacuados por peritos, respecto del propio imputado o de su defensor.
Los funcionarios que hubieren participado en la investigación y las demás personas que,
por cualquier motivo, tuvieren conocimiento de las actuaciones de la investigación estarán
obligados a guardar secreto respecto de ellas.

OBSERVACIONES DPP:

Se trata de una materia que recurrentemente genera conflictos con el MP, sobre todo al
comienzo de cada etapa por lo que resulta necesario, pese a la jurisprudencia uniforme
en ese sentido, consagrar expresamente el derecho de la defensa a obtener copias de la
investigación fiscal.

3. Estándares mínimos para la concesión de medidas intrusivas (arts. 197, 205, 217,
218, 219 y 226)

TEXTOS PROPUESTOS:

ART: 197.- Exámenes corporales. Si fuere necesario para constatar circunstancias


relevantes para la investigación, podrán efectuarse exámenes corporales del imputado o
del ofendido por el hecho punible, tales como pruebas de carácter biológico, extracciones
de sangre u otros análogos, siempre que existieren sospechas fundadas de existencia de
un hecho punible y no fuere de temer menoscabo para la salud o dignidad del interesado.
Si la persona que ha de ser objeto del examen, apercibida de sus derechos, consintiere
en hacerlo, el fiscal o la policía ordenará que se practique sin más trámite. En caso de
negarse, se solicitará la correspondiente autorización judicial, exponiéndose al juez las
razones del rechazo.
El juez de garantía autorizará la práctica de la diligencia siempre que se cumplieren las
condiciones señaladas en el inciso primero.

ART: 219.- El juez de garantía podrá autorizar, a petición del fiscal y siempre que existan
sospechas fundadas de comisión del delito investigado, que cualquier empresa de
comunicaciones facilite copias de las comunicaciones transmitidas o recibidas por ellas.
Del mismo modo, podrá ordenar la entrega de las versiones que existieren de las
transmisiones de radio, televisión u otros medios.

OBSERVACIONES DPP:

Esta Modificación se justifica por la necesidad de introducir un requisito material de


procedencia de esta medida intrusiva.

Es una modificación que tiene relación con limitaciones a derechos y, por ende, es
necesario establecer un estándar de concesión.

4. Audiencia de determinación de la pena (art. 345)

TEXTO PROPUESTO:

Artículo 345. Determinación de la pena. Pronunciada la decisión de condena, el tribunal


podrá, si lo considerare necesario, citar a una audiencia con el fin de abrir debate sobre
los factores relevantes para la determinación y cumplimiento de la pena que el tribunal
señalará. En todo caso, la realización de la audiencia aquí tratada no alterará los plazos
previstos en el artículo anterior. Con todo, deberá citarse a esta audiencia siempre que
así lo solicitare cualquiera de los intervinientes, resultando admisible prueba para
acreditar las circunstancias modificatorias que se hagan valer.

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OBSERVACIONES DPP:

La propuesta recoge una inquietud varias veces manifestada por la defensa, en el sentido
que dada la lógica del nuevo sistema no parecen razonables las peticiones subsidiarias al
interior del juicio oral, por lo cual, por ejemplo, el sostener una teoría del caso de
absolución choca muchas veces con la necesidad de rendir prueba en la audiencia de
juicio sobre circunstancias modificatorias de responsabilidad penal, las que a todas luces
hacen perder fuerza al argumento principal de absolución.

En todo caso no se vislumbra la razón para permitir que la solicitud de esta audiencia de
determinación de la pena pueda nacer en otros intervinientes distintos de la defensa del
imputado.

Finalmente de aceptarse esta reforma, sería más coherente establecer expresamente que
esta solicitud pueda plantearse al inicio de la audiencia de juicio oral, de manera de evitar
contaminar el debate que se produce en ella sobre el hecho imputado con antecedentes
penales anteriores del imputado, salvo que lo que se quisiere afectar sea su credibilidad
como declarante.

5. Extensión del recurso de nulidad a las infracciones cometidas en la etapa de


investigación (art. 373)

TEXTO PROPUESTO:

Art. 373. Causales del recurso. Procederá la declaración de nulidad del juicio oral y de la
sentencia:
a) Cuando, en la investigación tramitación del juicio o en el pronunciamiento de la
sentencia, se hubieren infringido sustancialmente derechos o garantías asegurados por la
Constitución o por los tratados internacionales ratificados por Chile que se encuentren
vigentes, y
b) Cuando, en el pronunciamiento de la sentencia, se hubiere hecho una errónea
aplicación del Derecho que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo.

OBSERVACIONES DPP:

Considerando la redacción del inc. Final del art. 277 es pertinente ampliar la cobertura del
recurso de nulidad para el evento de que la infracción de garantías se produzca en la
etapa de investigación, por cuanto el legislador (art. 277 inc. final) ha reservado la
reclamación o impugnación de vulneración de garantías al recurso en comento.

Lo anterior se fundamenta en el hecho de que actualmente la defensa está privada de la


facultad de apelar del auto de apertura del juicio oral y, a su vez, el recurso de nulidad
fundamentado en infracción de garantías sólo se ha circunscrito a la vulneración
producida sólo en el juicio o la sentencia dictada en el mismo.

Se garantiza, con ello el derecho de la investigación racional y justa de la que habla el art.
19 Nº 3 de la Constitución.

II.- MODIFICACIONES CONSIDERADAS INCONVENIENTES POR LA DPP

1. Autorizaciones judiciales previas para casos urgentes para actuaciones que


importen la vulneración de garantías constitucionales (arts. 9, 83, 94, 154 y 236)

TEXTOS PROPUESTOS:

A) Art. 9: Autorización judicial previa. Toda actuación del procedimiento que privare al
imputado o a un tercero del ejercicio de los derechos que la Constitución asegura, o lo
restringiere o perturbare, requerirá de autorización judicial previa.
En consecuencia, cuando una diligencia de investigación pudiere producir alguno de tales
efectos, el fiscal deberá solicitar previamente autorización al juez de garantía.

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Tratándose de casos urgentes, en que la inmediata resolución fuere indispensable para el
éxito de la diligencia, podrá ser solicitada y otorgada por cualquier medio idóneo al efecto,
tales como teléfono, fax, correo electrónico u otro, sin perjuicio de la constancia posterior.
De igual forma y en los mismos casos podrá solicitarse y otorgarse toda orden judicial”.

B) Artículo 83.- Actuaciones de la policía sin orden previa. Corresponderá a los


funcionarios de Carabineros de Chile y de la Policía de Investigaciones de Chile realizar
las siguientes actuaciones, sin necesidad de recibir previamente instrucciones particulares
de los fiscales:
“g) Carabineros de Chile y la Policía de Investigaciones, en caso de situación de
flagrancia y siempre que hubieren sospechas de que los presuntos responsables del
delito se encuentran en un determinado lugar cerrado. Podrán, para los efectos de
proceder a su detención, efectuar el registro de inmediato sin previa autorización del
fiscal.
El funcionario que practique el registro deberá individualizarse y cuidará que la diligencia
se realice causando el menor daño y las menores molestias posibles a los ocupantes del
lugar
Además, deberá otorgar al propietario o encargado del local, un certificado que acredite el
hecho del registro, la individualización de los funcionarios que lo practicaron y de quien lo
ordenó. Copia de este certificado deberá adjuntarse al parte policial respectivo, el cual
deberá enviarse al Fiscal, dentro de las 24 horas siguientes de efectuada la diligencia.
La infracción a las obligaciones establecidas en este artículo, será sancionada con la
pena de reclusión menor en su grado mínimo a medio”.

C) Art. 94. Imputado privado de libertad. El imputado privado de libertad tendrá, además,
las siguientes garantías y derechos:
a) A que se le exprese específica y claramente el motivo de su privación de libertad y,
salvo el caso de delito flagrante así como el caso de urgencia a que se refiere el inciso
tercero del artículo 9º”, a que se le exhiba la orden que la dispusiere.

D) Art. 154.- Orden Judicial. Toda orden de prisión preventiva o de detención será
expedida por escrito por el tribunal y contendrá:
a) El nombre y apellidos de la persona que debiere ser detenida o aprehendida o, en
su defecto, las circunstancias que la individualizaren o determinaren;
b) El motivo de la prisión o detención, y
c) La indicación de ser conducido de inmediato ante el tribunal, al establecimiento
penitenciario o lugar público de prisión o detención que determinará, o de permanecer en
su residencia, según correspondiere.
Lo dispuesto en este artículo se entenderá sin perjuicio de lo previsto en el artículo 9 para
los casos urgentes.

E) Art. 236.- Autorización para practicar diligencias sin conocimiento del afectado. Las
diligencias de investigación que de conformidad al artículo 9º requirieren de autorización
judicial previa, la recepción anticipada de prueba y la medida a que se refiere la letra d)
del artículo 155, podrán ser solicitadas por el fiscal aun antes de la formalización de la
investigación. Si el fiscal requiriere que ellas se llevaren a cabo sin previa comunicación al
afectado, el juez autorizará que se proceda en la forma solicitada cuando la gravedad de
los hechos o la naturaleza de la diligencia de que se tratare permitiere presumir que dicha
circunstancia resulta indispensable para su éxito.
Si con posterioridad a la formalización de la investigación el fiscal solicitare proceder de la
forma señalada en el inciso precedente, el juez lo autorizará cuando la reserva resultare
estrictamente indispensable para la eficacia de la diligencia.

OBSERVACIONES DPP:
Teniendo en cuenta que uno de los principios básicos de todo sistema procesal garantista
es contar con la autorización judicial previa de toda actuación que pudiera significar una
restricción o perturbación de derechos asegurados constitucionalmente, se debe ser
especialmente cuidadoso en la regulación de esta materia. Es por ello que la modificación
que se pretende del último inciso no parece necesaria, toda vez que aquellas
autorizaciones judiciales que requieren una mayor expedición ya se encuentran tratadas
en las hipótesis contempladas en el último inciso.

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Con la incorporación de esta modificación se corre el riesgo de flexibilizar esta garantía,
situación que podría generar –justificadamente- inseguridad en la ciudadanía respecto a
la protección de sus derechos constitucionales básicos. Este riesgo se incrementa cuando
visualizamos el escenario probable del juego de esta modificación con aquella propuesta
para el Artículo 154, que facultaría la dictación de una orden judicial de detención verbal.

El efecto combinado de ambas modificaciones –artículo 9 y 154-, sugieren fuertemente


que el principal propósito de esta reforma es ampliar la autorización verbal para la
detención por orden judicial. Empero, con ello estaríamos afectando la exigencia de
escrituración —reconocida constitucionalmente— de toda orden de detención.

En efecto, una orden verbal de detención como la que se pretende incorporar por la vía de
la reforma legal no satisface a plenitud la exigencia constitucional de la intimación de la
orden de detención, que la doctrina unánimemente ha entendido como la exigencia de
que el funcionario aprehensor exhiba al sujeto objeto de la medida la orden escrita
emanada del tribunal entregando copia de ella al afectado.

En efecto, ya hay jurisprudencia de la C. Suprema en cuanto existen claras diferencias


entre una “diligencia” y una “orden”, pues las primeras corresponden al MP y las
segundas a los jueces.

2. Error del agente policial por detención en caso de flagrancia (art. 129)

TEXTOS PROPUESTOS

Art. 129. Detención en caso de flagrancia. Cualquier persona podrá detener a quien
sorprendiere en delito flagrante, debiendo entregar inmediatamente al aprehendido a la
policía, al ministerio público o a la autoridad judicial más próxima.
Los agentes policiales estarán obligados a detener a quienes sorprendieren in fraganti en
la comisión de un delito.
No obstará a la detención la circunstancia de que la persecución penal requiriere instancia
particular previa, si el delito flagrante fuere de aquellos previstos y sancionados en los
artículos 361 a 366 quater del Código Penal.
La policía deberá, asimismo, detener al sentenciado a penas privativas de libertad que
hubiere quebrantado su condena y al que se fugare estando detenido o en prisión
preventiva.
Sin perjuicio del posterior examen de legalidad de la detención practicada invocándose
flagrancia, se presume que el error en el que hubiere incurrido el agente policial al
calificar la procedencia de los casos enumerados en el artículo siguiente es excusable
para efectos disciplinarios”.

OBSERVACIONES DPP:

No compartimos esta propuesta. Uno de los fines perseguidos por el derecho penal dentro
del estado de derecho moderno es disminuir el exceso de violencia estatal en el ejercicio
del poder punitivo, el que sea la propia ley la que presuma que el error del agente policial
es excusable para efectos de su responsabilidad disciplinaria, repugna a la idea de un
Derecho penal garantista, pues son precisamente los agentes del Estado que poseen
facultades punitivas quienes tienen una mayor exigencia de respeto al principio de
legalidad. Si ya los supuestos de flagrancia limitan ciertas garantías fundamentales, no es
posible que además ellos “autoricen” o “legitimen” a priori los excesos o errores policiales.

Además, la norma es innecesaria, puesto que los funcionarios policiales pueden


perfectamente someterse a las reglas del error que ha desarrollado la dogmática penal y
que son controladas jurisprudencialmente.

En efecto, la práctica del sistema nos demuestra que no toda declaración de ilegalidad de
una detención –por no configurarse alguna de la hipótesis de flagrancia señaladas en el
artículo 130- acarrea per se que el tribunal de garantía oficie a las autoridades superiores
del funcionario aprehensor, o que, en el evento de generarse esta comunicación, las
autoridades antes referidas no han adoptado nunca sanciones disciplinarias en contra del

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funcionario en cuestión. Muy por el contrario, son escasísimas las oportunidades en que
los tribunales declaran derechamente ilegal una detención y mucho menores los casos en
que además ofician a las autoridades pertinentes a fin de hacer efectiva alguna
responsabilidad sobre los funcionarios aprehensores.

3. Derecho de la defensa a realizar una investigación y obligación de darla a


conocer al fiscal (art. 183 y 265 bis)

TEXTOS PROPUESTOS:

A) Art. 183. Proposición de diligencias. Durante la investigación, tanto el imputado como


los demás intervinientes en el procedimiento deberán solicitar al fiscal todas aquellas
diligencias que consideraren pertinentes y útiles para el esclarecimiento de los hechos. El
fiscal ordenará que se lleven a efecto aquellas que estimare conducentes.
Si el fiscal rechazare la solicitud, se podrá reclamar ante las autoridades del MP según lo
disponga la ley orgánica constitucional respectiva, con el propósito de obtener un
pronunciamiento definitivo acerca de la procedencia de la diligencia.

B) Art. 265 bis. Prueba basada en antecedentes no incluidos en la investigación del fiscal.
Si la defensa o el querellante quisieran hacer uso de medios de prueba que no surjan de
la labor de investigación desarrollada en su oportunidad por el fiscal, deberán dar a
conocer dicha prueba a más tardar 10 días antes de la celebración de la audiencia de
preparación del juicio oral. Al efecto, los datos deberán ser aquellos que permitan al
Ministerio Público tomar cabal y completo conocimiento de las mismas y en especial,
deberá acompañar el nombre y el domicilio de los testigos, así como una minuta de sus
declaraciones; los peritajes y los antecedentes de los peritos de la misma forma señalada
anteriormente para los testigos, así como los objetos tangibles, tales como documentos,
papeles y otros antecedentes o copia de los mismos.
En esta situación, el fiscal y en su caso el querellante, podrán, durante la audiencia de
preparación del juicio oral, variar el contenido de su acusación o adhesión, o desistirse de
ella.

OBSERVACIONES DPP:

Sobre el particular la DPP encargó la redacción de un informe en derecho sobre la


materia al distinguido Prof. Raúl Tavolari Oliveros.

A fines del año 2001 se realizó un encuentro en la Fiscalía Nacional con el propósito de
discutir sobre el particular, a esta reunión asistieron connotados académicos, el actual
Ministro de Justicia, el Presidente del Colegio de Abogados y representantes de ambas
instituciones. En tal encuentro se determinó que la defensa tenía derecho a efectuar una
investigación independiente de la realizada por el MP.

Por otro lado la exclusividad de investigación coactiva es aquella que tiene por objeto
iniciar una persecución penal y con ella limitar los derechos de las personas y, en
definitiva, imponer una sanción penal a un sujeto. Ella es la que corresponde – que duda
cabe- al MP.

4. Cierre de la investigación (art. 248)

TEXTO PROPUESTO:

Art. 248. Cierre de la investigación. Practicadas las diligencias necesarias para la


averiguación del hecho punible y sus autores, cómplices o encubridores, el fiscal
declarará cerrada la investigación y podrá, dentro de los diez días siguientes:
a) Solicitar el sobreseimiento definitivo o temporal de la causa.
b) Formular acusación, cuando estimare que la investigación proporciona fundamento
serio para el enjuiciamiento del imputado contra quien se hubiere formalizado la
misma, o

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c) Comunicar la decisión del Ministerio Público de no perseverar en el procedimiento, por
no haberse reunido durante la investigación los antecedentes suficientes para fundar
una acusación.
La comunicación de la decisión contemplada en la letra c) precedente dejará sin efecto la
formalización de la investigación, en los casos que ello hubiese tenido lugar, dará lugar a
que el juez revoque las medidas cautelares que se hubieren decretado, y la prescripción
de la acción penal continuará corriendo como si nunca se hubiere interrumpido, todo lo
cual no obstará a que la investigación sea reabierta si existe mérito para ello.

OBSERVACIONES DPP:

Se propone modificar el art. 248 para así señalar que la decisión de no perseverar en la
investigación no importa el que el fiscal pueda ordenar reabrirla.

A este respecto debemos tener presente que el cierre de una investigación supone una
investigación judicializada, o sea, formalizada.

Además supone la culminación de un proceso investigativo el cual no puede reanudarse,


de lo contrario se hace ilusoria la garantía de ser juzgado en un plazo razonable. Debiera,
entonces, especificarse cuál es el efecto procesal que produce para el MP la decisión de
no perseverar en el procedimiento. De mantenerse la interpretación de esta facultad que
impera en la actualidad, el plazo de investigación carece de toda relevancia pues, en
definitiva, el único plazo que puede afectar a una investigación es el plazo de prescripción
del delito. Lo cual se agrava por el hecho de que el plazo de prescripción en comento se
suspende cada vez que el fiscal formaliza la investigación.

5. Reserva de identidad (arts. 259 y 307)

TEXTOS PROPUESTOS:

A) Artículo 259. Contenido de la acusación. La acusación deberá contener en forma clara


y precisa:
a) La individualización de el o los acusados y de su defensor;
b) La relación circunstanciada de el o los hechos atribuidos y de su calificación
jurídica;
c) La relación de las circunstancias modificatorias de la responsabilidad penal que
concurrieren, aun subsidiariamente de la petición principal;
d) La participación que se atribuyere al acusado;
e) La expresión de los preceptos legales aplicables;
f) El señalamiento de los medios de prueba de que el ministerio público pensare
valerse en el juicio;
g) La pena cuya aplicación se solicitare, y
h) En su caso, la solicitud de que se proceda de acuerdo al procedimiento abreviado.
Si, de conformidad a lo establecido en la letra f) de este artículo, el fiscal ofreciere rendir
prueba de testigos, deberá presentar una lista, individualizándolos con nombre, apellidos,
profesión y domicilio o residencia, salvo en el caso previsto en el inciso segundo del
artículo 307 o de haberse dispuesto la reserva de identidad, y señalando, además, los
puntos sobre los que habrán de recaer sus declaraciones. En el mismo escrito deberá
individualizar, de igual modo, al perito o los peritos cuya comparecencia solicitare,
indicando sus títulos o calidades.
La acusación sólo podrá referirse a hechos y personas incluidos en la formalización de la
investigación, aunque se efectuare una distinta calificación jurídica.

B) Artículo 307. Individualización del testigo. este artículo en lo siguiente: “La declaración
del testigo comenzará por el señalamiento de los antecedentes relativos a su persona, en
especial sus nombres y apellidos, edad, lugar de nacimiento, estado, profesión, industria o
empleo y residencia o domicilio, todo ello sin perjuicio de los casos excepcionales en que
se hubiere decretado la reserva de identidad.
Si existiere motivo para temer que la indicación pública de su domicilio pudiere implicar
peligro para el testigo u otra persona, el presidente de la sala o el juez, en su caso, podrá
autorizar al testigo a no responder a dicha pregunta durante la audiencia.

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Si el testigo hiciere uso del derecho previsto en el inciso precedente, quedará prohibida la
divulgación, en cualquier forma, de su identidad o de antecedentes que condujeren a ella.
El tribunal deberá decretar esta prohibición. La infracción a esta norma será sancionada
con la pena que establece el inciso segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento
Civil, tratándose de quien proporcionare la información. En caso que la información fuere
difundida por algún medio de comunicación social, además se impondrá a su director una
multa de diez a cincuenta ingresos mínimos mensuales.

OBSERVACIONES DPP:

Dado que la reserva de identidad de un testigo o perito afecta el derecho de defensa


procesal, no parece razonable dejar sólo a consideración del fiscal la determinación de
reserva de identidad respecto de uno de ellos.

6. Informe de peritos, cambio de la persona del perito (arts. 316 y 319)

TEXTOS PROPUESTOS:

A) Artículo 316. Admisibilidad del informe y remuneración de los peritos. El tribunal


admitirá los informes y citará a los peritos cuando, además de los requisitos generales
para la admisibilidad de las solicitudes de prueba, considerare que los peritos y sus
informes otorgan suficientes garantías de seriedad y profesionalismo.
Los honorarios y demás gastos derivados de la intervención de los peritos mencionados
en este artículo corresponderán a la parte que los presentare.
Excepcionalmente, el tribunal podrá relevar a la parte, total o parcialmente, del pago de la
remuneración del perito, cuando considerare que ella no cuenta con medios suficientes
para solventarlo o cuando, tratándose del imputado, la no realización de la diligencia
pudiere importar un notorio desequilibrio en sus posibilidades de defensa. En este último
caso, el tribunal regulará prudencialmente la remuneración del perito, teniendo presente
los honorarios habituales en la plaza y el total o la parte de la remuneración que no fuere
asumida por el solicitante será de cargo fiscal.

B) ART: 319.- Declaración de peritos. La declaración de lo peritos en la audiencia del


juicio oral se regirá por las normas previstas en el artículo 329 y, supletoriamente, por las
establecidas para los testigos.
Si el perito se negare a prestar declaración, se le aplicará lo dispuesto para los testigos en
el artículo 299 inciso segundo.
El informe de peritos no podrá ser utilizado en el juicio sino para los efectos señalados en
el artículo 332, salvo en aquellas pericias consistentes en análisis de alcoholemia o
aquellas que recaigan sobre sustancias estupefacientes o psicotrópicas, que podrán ser
incorporadas al juicio oral como prueba documental, en base al informe respectivo. Lo
anterior se entenderá sin perjuicio del derecho que asiste a los intervinientes de solicitar,
en casos fundados, la comparecencia personal del perito respectivo.”

OBSERVACIONES DPP:

El cambio de la persona del perito para casos especiales presenta dos graves
inconvenientes.

En primer lugar, no contar con el autor del peritaje tiene el efecto de rebajar la calidad de la
prueba pericial, por cuanto no le será exigible al reemplazante que explique ciertos puntos
confusos o dé razón de sus conclusiones, y será muy fácil para el perito declarante evadir
tales situaciones, basado en que no fue el autor del respectivo informe.

Lo anterior provocará un efecto perverso para el sistema, cual es reforzar la tendencia a


darle más valor al documento escrito que a la declaración del perito, cuestión que
desnaturaliza el proceso oral y el legítimo derecho que tiene todo litigante de confrontar los
antecedentes probatorios acompañados a juicio por otro interviniente.

En segundo lugar, la reforma propuesta estrechará la posibilidad de impugnación de un


peritaje. En efecto, mientras hoy el litigante puede atacar la experticia del perito o los
procedimientos y certezas de las conclusiones contenidas en el informe, la modificación

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propuesta sólo permitiría impugnar un informe pericial por la segunda causal expresada
más arriba.

Todo lo anterior violenta dos principios fundamentales del nuevo sistema cuales son la
contradictoriedad y la igualdad de armas, pues una parte se vería disminuida en sus
posibilidades de impugnación de un medio probatorio presentado por la otra, generando
un desequilibrio en las facultades procesales de los actores, lo cual puede influir
negativamente en la obtención de la información que requiere el tribunal para fallar.

Por otro lado, el cambio de estándar probatorio en lo que respecta a los exámenes de
alcoholemia y de estupefacientes sitúa al imputado en un estado de indefensión absoluta
frente a estas pruebas, que pasarían a constituirse en verdaderas presunciones
indesvirtuables para la defensa. La incorporación de tales informes como documentos no
sólo inhibe al litigante de objetar esos informes sino además le impide cuestionar su
confección y la calidad de los profesionales que intervinieron en el mismo.

Por otro lado, la propuesta linda en la inconstitucionalidad al vulnerar abiertamente el


principio de igualdad ante la ley que informa toda la estructura del debido proceso. En
efecto, la modificación sugerida favorece la actividad probatoria del Ministerio Público,
dejando a priori en clara desventaja la acción probatoria de la defensa, y quebrantando así
el principio de igualdad de armas en el proceso. A ello se agrega que, de acuerdo al tenor
de la reforma propuesta, la presunción de inocencia que ampara al imputado queda
transformada en una mera referencia retórica.

Finalmente, en lo que respecta a la posibilidad de solicitar “en casos fundados” la


comparecencia personal del perito, la propuesta deja en la incertidumbre tal facultad
debido a que no establece claramente quién calificará los casos fundados ni cuáles son
las condiciones que deben concurrir para estar presencia de un caso fundado. (Desde el
punto de vista de la defensa, resulta evidente que todos los casos son fundados. Sin
embargo, dado que generalmente los peritajes de alcoholemia y de estupefacientes son
solicitados por el Ministerio Público, lo más probable es que sería aquella institución la
que decidiría si es o no necesaria la comparecencia del perito).

A nuestro juicio el problema planteado respecto de la imposibilidad de la incomparcencia


del perito tiene solución legislativa como convención probatoria o por la vía del art. 331.

7. Aplicación de la pena de multa en el procedimiento simplificado (art. 395)

TEXTOS PROPUESTOS:

A) Artículo 395.- Si el imputado admitiere su responsabilidad en el hecho y no fueren


necesarias otras diligencias, el tribunal dictará sentencia inmediatamente conforme con
las siguientes reglas:
a) Aplicará únicamente pena de multa y en su monto mínimo, a menos que concurrieren
antecedentes calificados que justificaren la imposición de una pena superior, los
cuales se harán constar en la sentencia;
b) Si se tratare de una pena privativa de libertad y la pena fuere compuesta, aplicará su
grado mínimo;
c) Si la pena privativa de libertad estuviere constituida por un solo grado, se aplicará la
mitad del mismo;
d) Si la pena fuere privativa de libertad y compuesta de varios grados, se aplicará el
grado mínimo;
e) Si la pena fuere copulativa y una de ellas fuere privativa de libertad, no se aplicará
esta última;
Con todo, la imposición de la pena más grave no procederá si, al dirigirle la pregunta a
que se refiere el inciso primero, el juez no le hubiere advertido esta posibilidad”

B) 2ª Propuesta del M.P: Art. 395. Resolución inmediata. Una vez efectuado lo prescrito
en el art. Anterior, el tribunal preguntará al imputado si admitiere responsabilidad en los
hechos contenidos en el requerimiento o si, por el contrario, solicitare la realización del
juicio.

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Si el imputado admitiere su responsabilidad en el hecho y no fueren necesarias otras
diligencias, el tribunal dictará sentencia inmediatamente. En estos casos y tratándose de
faltas, el juez aplicará únicamente pena de multa, a menos que concurrieren antecedentes
calificados que justificaren la imposición de una pena de prisión, los cuales se harán
constar en la sentencia. Con todo, la imposición de la pena de prisión no procederá si, al
dirigirle la pregunta a que se refiere el inciso primero, el juez no le hubiere advertido
acerca de esta posibilidad. Si se tratare de simples delitos, el juez impondrá todas las
penas copulativas y accesorias que de acuerdo a la ley pudieren imponerse, debiendo
informar previamente al imputado tal posibilidad.

OBSERVACIONES DPP:

Las propuestas deben ser rechazadas, dado que desnaturaliza la institución que allí se
consagra. En efecto, el artículo 395, pese a su ubicación en un código de procedimiento,
es una norma sustantiva de determinación de pena que establece una regulación de la
pena en concreto en caso de darse los supuestos allí contemplados. Dentro de esta idea,
el concepto de prisión que consagra debe entenderse conforme lo establece el Código
Penal y no en un sentido genérico, esto es, como una pena privativa de libertad.

El que se renuncie al juicio supone para el Estado no tener que probar las afirmaciones en
contra del imputado, así como no tener que ir a juicio. Sin embargo, ello da lugar a una
“compensación” en favor del imputado, a saber, el que se le aplicará una pena más baja
que aquella que le correspondería en caso de ir a juicio. Se premia a quien colabora con
la justicia, ahorrando al Estado tiempo y dinero. Por tanto, las modificaciones que se
pretenden carecen de fundamento, pues el imputado que reconoce su responsabilidad y
renuncia al juicio, puede verse expuesto a un pena similar a la que podría aplicársele si
optara por ir a un juicio oral. Lo anterior, podría dar lugar a pensar que se están violando
garantías constitucionales como la del debido proceso, pues se está condenando con el
sólo mérito de la confesión.

Cualquier modificación que se introduzca al artículo 395 significará un aumento de los


juicios simplificados en el sentido de no existir incentivos de relevancia para los imputados
a fin de que éstos reconozcan su responsabilidad, lo que redundará un aumento
significativo de la carga de trabajo de los diversos actores del sistema, habida
consideración de la relevancia que hoy presenta este procedimiento en las formas de
conocer los procesos penales.

III.- OTROS

1. Citaciones judiciales, comparecencia de testigos y peritos y deberes de declarar


verdad (arts. 333, 190, 203 y 299 CPP y § 7 del Título IV del Libro II del CP - arts. 206
y ss.-)

TEXTOS PROPUESTOS

A) ART: 33.- Citaciones judiciales. Cuando fuere necesario citar a alguna persona para
llevar a cabo una actuación ante el tribunal, se le notificará la resolución que ordenare su
comparecencia.
La parte que solicita la comparecencia de alguna persona para llevar a cabo una
actuación ante el tribunal manifestará, en su solicitud, si se encarga de hacerla
comparecer o si pide que sea citada judicialmente. Si nada dice a este respecto, se
entenderá que se encarga de hacerla comparecer. Si la actuación fracasa por culpa de la
parte responsable de la comparecencia, se podrá imponer alguna de las sanciones
previstas en....
Con todo, sólo podrá solicitarse que la persona sea citada judicialmente cuando se
justifique la imposibilidad de hacer comparecer a la persona o se trate de un testigo o
perito hostil. En estos casos, se hará saber a los citados....

B) Artículo 190. Testigos ante el ministerio público. Durante la etapa de investigación, los
testigos citados por el fiscal estarán obligados a comparecer a su presencia y prestar
declaración ante el mismo, salvo aquellos exceptuados únicamente de comparecer a que

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se refiere el artículo 300. El fiscal no podrá exigir del testigo el juramento o promesa
previstos en el artículo 306.
Si el testigo citado no compareciere sin justa causa, se le impondrá la medida de apremio
prevista en el inciso primero del artículo 299. Si, compareciendo, se negare
injustificadamente a declarar, se le impondrá la medida de apremio prevista en el inciso
segundo del mismo artículo 299.
Tratándose de testigos que fueren empleados públicos o de una empresa del Estado, el
organismo público o la empresa respectiva adoptará las medidas correspondientes, las
que serán de su cargo si irrogaren gastos, para facilitar la comparecencia del testigo, sea
que se encontrare en el país o en el extranjero.

C) ART: 203.- Pruebas caligráficas. El fiscal podrá solicitar al imputado que escriba en su
presencia algunas palabras o frases, a objeto de practicar las pericias caligráficas que
considerare necesarias para la investigación. Si el imputado se negare a hacerlo, el fiscal
podrá solicitar al juez de garantía la autorización correspondiente.

D) Art. 299. Renuencia a comparecer o a declarar. Si el testigo legalmente citado no


compareciere sin justa causa, se procederá conforme a lo dispuesto en el inciso tercero
del artículo 33. Además, podrá imponérsele el pago de las costas provocadas por su
inasistencia.
El testigo que se negare sin justa causa a declarar podrá ser mantenido en arresto hasta
que prestare su declaración. Con todo, el arresto no podrá en caso alguno extenderse por
más de 5 días.
Lo previsto en los incisos precedentes se entiende sin perjuicio de la responsabilidad
penal que pudiere afectar al testigo rebelde.

D) Párrafo § 7. del falso testimonio y del perjurio. Reemplázase el epígrafe del párrafo 7
del Título IV del Libro Segundo, por el siguiente: “7. De las falsedades vertidas en el
proceso y del perjurio.”

Sustitúyase el artículo 206 por el siguiente:


“Artículo 206. El testigo, perito o intérprete que ante un tribunal faltare a la verdad en su
declaración, informe o interpretación, será castigado con la pena de presidio menor en
sus grados mínimo a medio y multa de seis a veinte unidades tributarias mensuales, si se
tratare de proceso civil o por falta, y con presidio menor en su grado medio a máximo y
multa de veinte a treinta unidades tributarias mensuales, si se tratare de proceso penal
por crimen o simple delito.
Tratándose de peritos e intérpretes, sufrirán además la pena de suspensión de profesión
titular durante el tiempo de la condena.
Si la conducta se realizare contra el imputado o acusado en proceso por crimen o simple
delito, la pena se impondrá en el grado máximo.”

“Artículo 207. El que ante un tribunal presentare a los testigos, peritos o intérpretes a que
se refiere el artículo precedente u otros medios de prueba falsos o adulterados, será
castigado con la pena de presidio menor en su grado mínimo a medio y multa de seis a
veinte unidades tributarias mensuales, si se tratare de proceso civil o por falta, y con
presidio menor en su grado medio a máximo y multa de veinte a treinta unidades
tributarias mensuales, si se tratare de proceso penal por crimen o simple delito.
Los abogados que incurrieren en la conducta descrita, sufrirán además la pena de
suspensión de profesión titular durante el tiempo de la condena.
Tratándose de un fiscal del Ministerio Público, la pena será de presidio menor en su grado
máximo a presidio mayor en su grado mínimo.
En todo caso, si la conducta se realizare contra el imputado o acusado en proceso por
crimen o simple delito, la pena se impondrá en el grado máximo.”

Sustitúyase el artículo 208 por el siguiente:


“Artículo 208. El testigo, perito o intérprete que ante un fiscal del ministerio público faltare
a la verdad en su declaración, informe o interpretación, será castigado con la pena de
presidio menor en su grado mínimo y multa de seis a diez unidades tributarias mensuales.
Tratándose de peritos e intérpretes, sufrirán además la pena de suspensión de profesión
titular durante el tiempo de la condena.

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Constituirá circunstancia agravante el que la conducta se realizare contra el imputado en
proceso por crimen o simple delito.”

“Artículo 209. El que ante un fiscal del ministerio público presentare a los testigos, peritos
o intérpretes a que se refiere el artículo anterior u otros medios de prueba falsos o
adulterados, será castigado con la pena de presidio menor en su grado mínimo y multa de
seis a diez unidades tributarias mensuales.
Los abogados que incurrieren en la conducta descrita, sufrirán además la pena de
suspensión de profesión titular durante el tiempo de la condena.
Constituirá circunstancia agravante el que la conducta se realizare contra el imputado en
proceso por crimen o simple delito.”

Sustitúyase el artículo 210 por el siguiente:


“Artículo 210. La retractación oportuna de quien hubiere incurrido en alguna de las
conductas previstas en los artículos 206 a 209 constituirá circunstancia atenuante.
Retractación oportuna es aquella efectuada antes de la citación para sentencia en primera
instancia, si la ley contemplare ese trámite, o antes del cierre del debate del respectivo
juicio, en caso contrario, y antes de la vista de la causa, si el procedimiento consultare
recurso de apelación en contra de la sentencia definitiva.
En todo caso, la retractación oportuna eximirá de responsabilidad penal en casos
calificados, cuando su importancia para el esclarecimiento de los hechos y la gravedad de
los potenciales efectos de su omisión, así lo justificaren.”

Sustitúyase el artículo 212 por el siguiente:


“Artículo 212. El que ante la autoridad o sus agentes y en materia no contenciosa faltare a
la verdad en declaración prestada bajo juramento o promesa exigida por ley, será
castigado con la pena de presidio menor en su grado mínimo y multa de seis a diez
unidades tributarias mensuales.”

OBSERVACIONES DPP:

No estamos de acuerdo con la modificación propuesta. Nos parece adecuado el


mecanismo previsto en el CPP, además los problemas prácticos que se han detectado
tienen que ver, ordinariamente, con la falta de actividad del interviniente de preocuparse
de la comparecencia de sus declarantes en la audiencia respectiva.

Toda modificación que pretenda crear o imponer formas coercitivas destinadas a obtener
una declaración es reprobable. La lógica de un sistema adversarial impone un trabajo
directo y permanente de los actores con los testigos que pretenden llevar a juicio, y no una
confrontación con los mismos.

Los supuestos efectos positivos de la propuesta son difíciles de determinar, puesto que lo
que requiere el órgano de persecución –o cualquier interviniente- es contar con declarantes
dispuestos a cooperar y no con sujetos amedrentados o presionados, incluso
ilegítimamente, mediante amenaza a declarar.

2. Control de identidad (art. 85)

TEXTOS PROPUESTOS:

Artículo 85.- Control de identidad. Los funcionarios policiales señalados en el artículo 83


podrán, además, sin orden previa de los fiscales, solicitar la identificación de cualquier
persona en casos fundados, tales como la existencia de un indicio de que ella hubiere
cometido o intentado cometer un crimen o simple delito o falta, de que se dispusiere a
cometerlo, o de que pudiere suministrar informaciones útiles para la indagación de un
crimen o simple delito. La identificación se realizará en el lugar en que la persona se
encontrare, por medio de documentos de identificación expedidos por la autoridad pública,
como cédula de identidad, licencia de conducir o pasaporte. El funcionario policial deberá
otorgar a la persona facilidades para encontrar y exhibir estos instrumentos.
Durante este procedimiento, la policía podrá proceder al registro de las vestimentas,
equipaje o vehículo de la persona cuya identidad se controla.

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En caso de negativa de una persona a acreditar su identidad, o si habiendo recibido las
facilidades del caso no le fuere posible hacerlo, la policía la conducirá a la unidad policial
más cercana para fines de identificación. Si no le hubiere sido posible acreditar su
identidad, se le darán en ese lugar facilidades para procurar una identificación
satisfactoria por otros medios distintos de los ya mencionados, dejándola en libertad en
caso de obtenerse dicho resultado. Si no resultare posible acreditar su identidad, se le
tomarán huellas digitales, las que sólo podrán ser usadas para fines de identificación y,
cumplido dicho propósito, serán destruidas.
El conjunto de procedimientos detallados en los incisos precedentes no podrá extenderse
por un plazo superior a seis horas, transcurridas las cuales la persona que ha estado
sujeta a ellos deberá ser puesta en libertad, salvo que existan indicios de que ha ocultado
su verdadera identidad o ha proporcionado una falsa, en cuyo caso se estará a lo
dispuesto en el inciso siguiente.
Si la persona se niega a acreditar su identidad o se encuentra en la situación indicada en
el inciso anterior, se procederá a su detención como autor de la falta prevista y
sancionada en el Nº5 del artículo 496 del Código Penal. El agente policial deberá
informar, de inmediato, de la detención al Fiscal, quien podrá dejarla sin efecto u ordenar
que el detenido sea conducido ante el juez dentro de un plazo máximo de veinticuatro
horas, contado desde que la detención se hubiere practicado. Si el Fiscal nada
manifestare, la policía deberá presentar al detenido ante la autoridad judicial en el plazo
indicado.
Los procedimientos dirigidos a obtener la identificación de una persona en conformidad a
los incisos precedentes deberán realizarse de la forma más expedita posible, y el abuso
en su ejercicio podrá ser constitutivo del delito previsto y sancionado en el artículo 255 del
Código Penal.

OBSERVACIONES DPP:

En lo que se refiere a la justificación de la misma, es el parecer de esta Defensoría, que si


de lo que se trata es poder asegurar la posibilidad de que sujetos con orden de detención
pendientes burlen, la posibilidad de que ellas se hagan efectivas, mediante la argucia de
no colaborar con su identificación a propósito de un control de identidad, no es necesario
reformar la normativa vigente para lograr ese propósito, en efecto, de la interpretación
armónica de la norma del artículo 85 en relación al artículo 134, ambos del Código
Procesal Penal, se desprende que la policía si tiene la atribución de detener a un individuo
en caso que se niegue a colaborar en su identificación.

La norma del articulo 134, permite la detención por hipótesis de flagrancia, respecto de
quien incurra en la falta del artículo 396 nº 5 del Código Penal, esto es, “el que ocultare su
verdadero nombre y apellido a la autoridad o a la persona que tenga derecho para exigir
que lo manifieste, o se negare a manifestarlo o diere domicilio falso “.

Los antecedentes de la discusión parlamentaria de la Ley Nº 19.789, que modifico el


Control de Identidad, aumentando los plazos de dicha diligencia y permitiendo la toma de
huellas dactilares del ciudadano objeto de la medida, nos dan cuenta de que en ese
momento se discutió si el plazo de duración de la medida permitía o no cumplir sus
finalidades y si las modificaciones introducidas significaban una reposición de la
denominada detención por sospecha. En el Informe de la Comisión de Constitución,
Legislación y Justicia de la Cámara de Diputados, discusión particular Nº 4, se señalo por
los representantes del ejecutivo que el lapso de seis horas, “obedecía a que las
posibilidades técnicas de obtener del Servicio de Registro Civil la entrega de la
identificación por las huellas tomadas, demoraban entre cuatro y seis horas”, además se
señalo por los representantes del ejecutivo que el referido plazo estaba establecido a
favor de la persona que queriendo identificarse, no le resultaba posible hacerlo. No para
aquel que no quiere identificarse u oculta su identidad, el que, además, por el hecho del
ocultamiento, estaría incurriendo en la falta prevista en el artículo 496 Nº 5 del Código
Penal”.

Además, en Chile no hay obligación legal de portar documentos de identidad.

3. Control de identidad y detención por flagrancia (art. 131)

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TEXTO PROPUESTO:

Art. 131: Plazos de la detención. Cuando la detención se practicare en cumplimiento de


una orden judicial, los agentes policiales que la hubieren realizado o el encargado del
recinto de detención conducirán inmediatamente al detenido a presencia del juez que
hubiere expedido la orden. Si ello no fuere posible por no ser hora de despacho, el
detenido podrá permanecer en el recinto policial o de detención hasta el momento de la
primera audiencia judicial, por un período que en caso alguno excederá las veinticuatro
horas.
Cuando la detención se practicare en virtud de los artículos 129 y 130, el agente policial
que la hubiere realizado o el encargado del recinto de detención deberán informar de ella
al ministerio público dentro de un plazo máximo de doce horas. El fiscal podrá dejar sin
efecto la detención u ordenar que el detenido sea conducido ante el juez dentro de un
plazo máximo de veinticuatro horas, contado desde que la detención se hubiere
practicado. Si el fiscal nada manifestare, la policía deberá presentar el detenido ante la
autoridad judicial en el plazo indicado.
Excepcionalmente, en el caso de la detención por flagrancia, la policía podrá utilizar los
mecanismos contemplados en el artículo 85 para el efecto de acreditar la identidad del
detenido, debiendo proceder en el mismo sentido allí señalado una vez cumplido su
propósito.

OBSERVACIONES DPP:

Si la finalidad de la modificación es permitir el registro es claramente evitar la impugnación


de –y por esta vía “limpiar”- las detenciones ilegales mediante el subterfugio de
argumentar que procedimientos policiales de detención por flagrancia tuvieron su origen
en un control de identidad.

En efecto, la detención por flagrancia se justificará con la utilización del control de


identidad como causal inmediata de la detención, impidiendo con ello el debatir sobre la
concurrencia o no de los presupuestos legales que habilitan la detención por flagrancia.
Ello puede fácilmente conducir al sistema a una reposición encubierta de la institución de
la “detención por sospecha”, dada la amplia causal que habilita a la policía para controlar
la identidad. Cabe recordar que hoy en día esta figura faculta incluso para registrar a la
persona controlada o su vehículo.

Además, hoy es perfectamente posible que, una vez practicada la detención por una
hipótesis de flagrancia respecto de un sujeto respecto del cual se ignore su identidad, se
apliquen a su respecto los procedimientos destinados a establecer su identidad,
reglamentados en el artículo 85.

Lo que rechazamos categóricamente es que a fin de obviar la discusión de la


concurrencia o no de una hipótesis de flagrancia las detenciones se justifiquen por la vía
de un control de identidad. Basta la simple lectura de los artículos 85 –que regula el
control de identidad- y 131 –que reglamenta las hipótesis en que se habilita la detención
por flagrancia- para comprobar que estamos ante dos instituciones enteramente diversas,
que tienen supuestos fácticos de aplicación distintos, y cuya procedencia deberá ser
calificada caso a caso por un tercero imparcial, como es el juez de garantía, por lo que no
cabe confundirlas y menos utilizar una de ellas para justificar la otra.

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