Derecho Procesal Penal - 1 Corte
Derecho Procesal Penal - 1 Corte
Derecho Procesal Penal - 1 Corte
PRIMER CORTE
3 GRANDES ETAPAS DEL PROCESO PENAL:
1) INDAGACIÓN E INVESTIGACIÓN:
- Tienen como función recolectar elementos materiales probatorios, información legalmente obtenida y
evidencia física.
- Consagradas en los artículos 200 al 285 del CPP.
- Estas audiencias se desarrollan ante Juez Control de Garantías (Juez Municipal).
2) JUZGAMIENTO:
- Se lleva a cabo ante Juez de Conocimiento.
- Esta etapa se inicia con el escrito de acusación.
- Se asigna a Juez competente ( el cual puede ser recusado, o hallarse inmerso en una causal de impedimento).
- Esta etapa comprende la:
a) audiencia de acusación;
b) Audiencia preparatoria: en la cual se hacen las solicitudes probatorias;
c) El juicio oral: se presentan las alegaciones de culpabilidad, la teoría del caso por parte de la fiscalía, la
práctica de pruebas (contradicción y publicidad) por parte de la fiscalía y la defensa, alegatos finales y sentido
del fallo Si es absolutorio: se da lectura al fallo; si es condenatorio: ART. 447 CPP Lectura del fallo.
Si el juez para individualizar la pena por imponer, estimare necesario ampliar la información a que se refiere el
inciso anterior, podrá solicitar a cualquier institución pública o privada, la designación de un experto para que
este, en el término improrrogable de diez (10) días hábiles, responda su petición.
Escuchados los intervinientes, el juez señalará el lugar, fecha y hora de la audiencia para proferir sentencia, en
un término que no podrá exceder de quince (15) días contados a partir de la terminación del juicio oral.
PARÁGRAFO. En el término indicado en el inciso anterior se emitirá la sentencia absolutoria.
Nota: C-250/11: En el entendido que las víctimas y/o sus representantes en el proceso penal, podrán ser oídos
en la etapa de individualización de la pena y la sentencia.
Sabido es, que “la preclusión” es uno de los principios fundamentales del derecho procesal y que en desarrollo
de éste se establecen las diversas etapas que han de cumplirse en los diferentes procesos, así como la
oportunidad en que en cada una de ellas deben llevarse a cabo los actos procesales que le son propios,
trascurrida la cual no pueden adelantarse. En razón a éste principio es que se establecen términos dentro de
los cuales se puede hacer uso de los recursos de ley, así mismo, para el ejercicio de ciertas acciones o recursos
extraordinarios, cuya omisión genera la caducidad o prescripción como sanción a la inactividad de la parte
facultada para ejercer el derecho dentro del límite temporal establecido por la ley.
- Hace parte del debido proceso.
- Opera cuando no se cumple una etapa del proceso.
Ejemplo: Audiencia de acusación Se debe presentar el escrito de acusación y llevarse a cabo la audiencia de
acusación. En ésta se pueden pedir nulidades.
ARTÍCULO 339. TRÁMITE. Abierta por el juez la audiencia, ordenará el traslado del escrito de acusación a
las demás partes; concederá la palabra a la Fiscalía, Ministerio Público y defensa para que expresen oralmente
las causales de incompetencia, impedimentos, recusaciones, nulidades, si las hubiere, y las observaciones
sobre el escrito de acusación, si no reúne los requisitos establecidos en el artículo 337, para que el fiscal lo
aclare, adicione o corrija de inmediato.
Resuelto lo anterior concederá la palabra al fiscal para que formule la correspondiente acusación.
El juez deberá presidir toda la audiencia y se requerirá para su validez la presencia del fiscal, del abogado
defensor y del acusado privado de la libertad, a menos que no desee hacerlo o sea renuente a su traslado.
También podrán concurrir el acusado no privado de la libertad y los demás intervinientes sin que su ausencia
afecte la validez.
Nota: C-250/11: En el entendido de que la víctima también puede intervenir en la audiencia de formulación de
acusación para efectuar observaciones al escrito de acusación o manifestarse sobre posibles causales de
incompetencia, recusaciones, impedimentos o nulidades.
En este momento procesal la FGN puede hacer “AJUSTES DE LEGALIDAD”. Si no los hiciere en esta
etapa, operará el principio de la preclusividad de las etapas procesales.
EXCEPCIÓN: la nulidad puede ser interpuesta en todo momento, sin desmerito del principio de preclusividad.
Ésta será ejercida de oficio o, a petición de parte.
PRINCIPIO DE OPORTUNIDAD:
«A voces del artículo 250 de la Constitución Política, modificado por el artículo 2º del Acto Legislativo 003 de
2002, la titularidad del ejercicio de la acción penal recae en la Fiscalía General de la Nación y, en tal virtud, le
asiste el deber de investigar los hechos penalmente relevantes que lleguen a su conocimiento por cualquier
medio permitido por la ley, siempre y cuando medien suficientes motivos y circunstancias fácticas que indiquen
su posible existencia. En consecuencia, le está vedado al ente acusador suspender, interrumpir o renunciar a la
persecución penal, salvo los casos que resulte procedente -de conformidad con la política criminal del
Estado- la aplicación del principio de oportunidad, en todo caso, sujeto a control jurisdiccional. (Juez
Control de garantías).
Con todo, cuando quiera que en virtud de la consolidación de alguna de las hipótesis consagradas en el artículo
332 de la Ley 906 de 2004, en concordancia con los artículos 77 ídem y 82 del Código Penal (EXTINCIÓN DE
LA ACCIÓN PENAL), la Fiscalía concluya que no existe mérito para acusar, está facultada para solicitar
ante el juez de conocimiento y en cualquier etapa de la actuación la preclusión de la investigación,
acreditando -con los elementos de prueba e información legalmente obtenida- la causal invocada.
Lo anterior, sin perjuicio de la facultad que tiene la Fiscalía en la etapa de indagación preliminar, para disponer
el archivo de las diligencias cuando advierta que los hechos no han ocurrido o carecen de entidad delictiva,
siempre que tal circunstancia se aprecie de forma objetiva y sin mediar consideración alguna sobre aspectos
subjetivos de la conducta, caso en el cual deberá necesariamente acudir a la figura de la preclusión».
Por cuanto no es posible la aplicación del principio de oportunidad, cuando ya se ha proferido el fallo, pues no
debe perderse de vista que dicho instituto procesal está consagrado para precisamente precaver que se llegue a
esta instancia».
El principio de oportunidad, consagrado y desarrollado en el sistema acusatorio que adopta la Ley 906 de 2004,
no cabe respecto de actuaciones procesales adelantadas bajo el imperio de la Ley 600 de 2000, menos aún por el
principio de favorabilidad, pues éste supone necesariamente que una cierta institución aparece regulada en al
menos dos ordenamientos, en uno de ellos de manera menos gravosa que en otro. Obviamente, no es el caso
del principio de oportunidad, que no aparece consagrado en la Ley 600 de 2000, pues dicho estatuto no le
permite a la fiscalía disponer de la acción penal como sí es ocurre en el sistema acusatorio».
Habida cuenta que este principio opera en la Ley 906 de 2004 cuando el fiscal se halla ante los presupuestos
legales para formular acusación, no obstante, lo cual declina dicha posibilidad por alguna de las razones que
consagra el artículo 324 del estatuto mencionado.
Mientras el principio de oportunidad tiene como eje la política criminal del Estado, la preclusión deviene
de la carencia de mérito para acusar.
El Principio de oportunidad busca descongestionar la rama; la preclusión eliminar aquellos procesos
insustanciales.
Mientras el principio de oportunidad sólo se puede solicitar hasta antes del inicio de la fase de
juzgamiento (la cual inicia con la radicación del escrito de acusación); la preclusión se puede pedir en
todo momento.
El principio de oportunidad es una facultad exclusiva de la FGN para suspender, interrumpir o renunciar
a la acción penal; en cambio, la preclusión en principio solo puede ser pedida por la FGN.
Excepcionalmente podrá ser pedida por el Min público y la Defensa, cuando se encuentren inmersas
ante la causal 1 y 3 del artículo 332 CPP o, acorde al artículo 294, con el vencimiento máximo de los
términos.
El control de legalidad del principio de oportunidad se hace ante Juez Control de Garantías; la
preclusión ante el Juez de Conocimiento.
El efecto del principio de oportunidad es la extinción de la acción penal respecto del autor o partícipe; el
efecto de la preclusión es la cesación de la persecución penal contra el imputado por esos hechos con
efecto de cosa juzgada, y la revocación de todas las medidas cautelares que se le hayan impuesto.
PRINCIPIO ACUSATORIO:
El proceso penal con tendencia acusatorio en Colombia se establece en relación al principio acusatorio, el cual
tiene 3 efectos:
- Nemo iudex sine actore: No hay juicio o juez sin actor o acusador. Esta da cuenta de un sistema de
partes, donde el juez es un tercero imparcial, que no tiene facultades de oficio en lo que respecta a
procesos donde se discute la responsabilidad penal.
- Separación entre el órgano que acusa y el órgano que juzga: quien acusa no puede juzgar.
- El derecho a ser informado de la acusación.
PRINCIPIO DE FAVORABILIDAD:
El principio de favorabilidad se predica de aquella preferencia por la norma más benigna, cuando la situación de
un procesado se encuentra en un trámite legislativo del cual se puede predicar la coexistencia de dos
normativas, que, si bien regulan el mismo supuesto de hecho, una es más favorable para el procesado que la
otra.
El principio de favorabilidad tiene su específica aplicación frente al conflicto que surge cuando dos o más
normas regulan de manera distinta supuestos fácticos asimilables, derivando consecuencias jurídicas distintas,
en cuanto alguna supone mayor restricción en tanto que la otra reporta beneficios, sin que pueda identificarse
ningún criterio de razonable diferenciación.
Este principio tiene aplicación frente a normas sustanciales, contrario sensu, no aplica para aquellas normas de
mero trámite o instrumentales, a menos que de ellas se prediquen efectos sustanciales. Sobre esto la
jurisprudencia ha establecido:
Esta Corporación ha sostenido, en diferentes oportunidades, que no existe discusión alguna
en torno al reconocimiento y declaratoria de la favorabilidad en los casos de sucesión de
leyes y en la coexistencia de normas de derecho material, así como de las instrumentales,
siempre que de ellas se deriven efectos sustanciales.
En lo que concierne el rasgo diferenciador de las normas procesales con efectos sustanciales
respecto de las netamente instrumentales, la Sala ha dicho lo siguiente:
En la medida en que por razón de su limitación, ampliación, consagración, eliminación, etc.
pueden verse afectadas -positiva o negativamente- garantías fundamentales,
característica ésta que es -en el fondo- lo que permite calificar que una norma instrumental
alcance esa condición.
Al respecto, la CSJ ha establecido 4 exigencias para la aplicabilidad de este principio:
i) Que se trate de una norma procesal de la cual se deriven efectos sustanciales.
ii) La disposición invocada ofrezca ventajas al procesado.
iii) Que no se afecte la estructura del Sistema Penal Acusatorio.
iv) Por último, los preceptos jurídicos que se suceden en el tiempo o coexisten,
regulen la misma materia y prevean el mismo supuesto de hecho.
PRINCIPIO DE CONGRUENCIA:
a) Se condena por hechos distintos a los contemplados en las audiencias de formulación de imputación o de
acusación, o por delitos no atribuidos en la acusación.
b) Se condena por un delito que no se mencionó fácticamente en el acto de formulación de imputación, ni
fáctica y jurídicamente en la acusación.
c) Se condena por el delito atribuido en la audiencia de formulación de la acusación, pero se deduce,
además, circunstancia genérica o específica de mayor punibilidad no imputada en la acusación.
d) Se suprime una circunstancia genérica o específica de menor punibilidad reconocida en la acusación.
A partir de ello, en un principio, como se anotó, la Sala estableció que era posible emitir sentencia con una
calificación jurídica distinta a la acusada cuando:
Sobre la imputación fáctica: ya que el principio de congruencia se predica de la relación entre imputación
fáctica- calificación jurídica de los hechos – fallo o sentencia, debe tenerse en cuenta que el primer elemento de
ésta relación debe definirse claramente, como un “hecho jurídicamente relevante”, so pena de violación al
debido proceso.
Esta precisión a “hecho jurídicamente relevante”, el fiscal la podrá hacer en los alegatos del juzgamiento,
conforme al 443:
ARTÍCULO 443. TURNOS PARA ALEGAR. El fiscal expondrá oralmente los argumentos
relativos al análisis de la prueba, tipificando de manera circunstanciada la conducta por
la cual ha presentado la acusación.
Hecho jurídicamente relevante: los hechos jurídicamente relevantes son los que corresponden al presupuesto
fáctico previsto por el legislador en las respectivas normas penales; Extracción del mundo de lo fáctico lo que
interesa al derecho penal.
La inmediación permite al juez percibir de su fuente directa las pruebas y las alegaciones de las partes,
mientras la concentración hace posible valorar el acervo probatorio en un lapso temporal que no debe ser
prolongado, para que lo interiorizado por el juzgador no se desvanezca con el transcurrir del tiempo, principios
éstos que deben ser acatados con rigurosidad.
La etapa del juicio se constituye en el eje fundamental del proceso, porque es allí donde los principios de
inmediación y concentración de la prueba se manifiestan con mayor fuerza, en el desarrollo de un debate
público y oral, con la práctica y valoración de las pruebas recaudadas por el juez que ha decidir el caso.
Antes la jurisprudencia de la Corte establecía: “Dentro del esquema penal acusatorio y sus referentes rectores, la
posibilidad jurídica de reanudar un juicio oral presidido por un juez distinto al que instaló la vista pública puede
llegar a desconocer los principios constitucionales de inmediación y concentración y a distorsionar el papel que
el juez debe cumplir en el juicio oral que, como etapa medular, concibe su permanencia de manera imperativa”.
No obstante, es oportuno destacar que a pesar de que la Corte ha reconocido pacíficamente la importancia y
trascendencia de esos principios garantistas, también ha dicho que no siempre que se producen cambios en la
persona del juez durante el juicio, se genera la nulidad de la actuación, pues cada caso habrá de examinarse
particularmente, en orden a establecer si una incorrección de esa naturaleza, alcanza a trastocar los principios
reguladores de la fase del juicio y, por consiguiente, las garantías fundamentales de los sujetos procesales.
La repetición de las audiencias de juzgamiento “debe ser excepcional y fundada en motivos serios y
razonables, so pena de vulnerar los derechos de las víctimas y testigos”.
El proceso penal no puede estar sujeto exclusivamente al cumplimiento de las ritualidades que lo caracterizan,
pues de la mal entendida rigidez de unos preceptos podría derivarse, de manera abrupta e injustificada, la
conculcación de valores superiores del Estado social de derecho, que brinda garantías fundamentales a
todos los sujetos procesales, sumado a que el juez debe disponer de medios técnicos fidedignos, ágiles e
idóneos para el registro y reproducción de lo actuado, pues, se repite, no puede desconocerse que “el
legislador habilita la posibilidad de que la inmediación del juez no se limite únicamente a la práctica de
pruebas en su presencia, sino que es posible acudir a medios técnicos de registro y reproducción idóneos y
garantes del principio, cuando circunstancias excepcionales así lo requieran”
La Sala estima trascendental, para lo que aquí se decide, destacar cómo la decisión transcrita consagra una
especie de capitis diminutio al principio de inmediación, al extremo de establecer como tesis principal que la
nulidad del juicio, cuando el juez no presenció las pruebas, o mejor, éstas no fueron practicadas en presencia del
funcionario encargado de emitir la decisión, sólo es posible decretarla por vía excepcionalísima, si se demuestran
graves afectaciones a derechos o principios de más hondo calado.
Todo lo anotado en precedencia permite llegar a las siguientes conclusiones:
El principio de inmediación no hace parte del núcleo fuerte del debido proceso que en Colombia se instituye
constitucionalmente en el artículo 29 de la Carta Política, aunque, ya instituido el trámite consagrado en el
artículo 250 de la misma, su eliminación o afectación del núcleo básico sí conduce a estimar violado el
debido proceso y, consecuencialmente, los dictados de la Constitución.
Tanto la posibilidad de impugnar los fallos ante otra instancia, como los institutos de la prueba anticipada, la
prueba de referencia y el recurso extraordinario de casación, representan limitación del principio de
inmediación.
El principio de inmediación debe ceder ante otros derechos fundamentales o de más peso y, en consecuencia, la
nulidad de la audiencia de juicio oral cuando las pruebas no fueron practicadas ante el funcionario encargado
de emitir el sentido el fallo o éste, sólo opera como mecanismo excepcionalísimo cuando se advierta que esa
circunstancia causó un daño grave.
Entonces, para ir precisando el punto con los tópicos que al día de hoy se observan decantados, si la repetición
del juicio implica afectar de manera importante o grave los derechos de los menores –víctimas o testigos
trascendentales- ; o de las mujeres víctimas de delitos sexuales (que obligadas a recordar el episodio vejatorio
pueden ser objeto de doble victimización o sufrir daños sicológicos); o si corren peligro los testigos o víctimas,
en atención a amenazas o temores fundados de retaliación; el juez debe ponderar los derechos en juego para
proteger a estas personas y, en consecuencia, mientras no existan razones de mayor peso, diferentes a la de tutelar
de forma irrestricta el principio de inmediación, está en la obligación de morigerarlo y evitar la invalidez del
juicio.
Para resumir, la nulidad sólo puede decretarse excepcionalmente, cuando se cumplan (en conjunción) dos
presupuestos: (i) que no se afecten de forma importante o grave otros derechos fundamentales; (ii) que el
cambio de funcionario no obedezca a situaciones ingobernables para el funcionario o la administración.
Debe precisar la Corte que la decisión en ciernes no significa sacrificar absolutamente, o mejor, eliminar el
núcleo central del principio de inmediación, en tanto, no puede desconocerse cómo al día de hoy los adelantos
tecnológicos, facultan remplazar con una fidelidad bastante aceptable la verificación in situ que realiza el juez
dentro de la audiencia.
Y, entonces, si los registros de lo sucedido en la práctica probatoria permiten esa auscultación directa del
funcionario encargado de emitir el fallo, sin desnaturalizar el contenido esencial del medio, nada obsta para que
el examen se adelante por quien remplazó al juez anterior.
Desde luego, en todos los casos, independientemente que se afecten otros derechos de mayor calado o se trate de
una situación obligada de sustitución del funcionario, si no existe registro de la práctica probatoria realizada en la
audiencia de juicio oral, o la fidelidad del mismo es tan precaria que impide verificar cabalmente lo ocurrido con
las pruebas, es menester anular lo actuado y repetir el juicio a partir del momento en que se inicia la presentación
de las pruebas.
NOTAS LIBRO SARAY.
Si bien asuntos como el que hoy ocupa a la Sala, podrían ser solucionados con soporte en el principio de
oportunidad, lo cierto es que este es viable hasta antes de la audiencia de juzgamiento y su aplicación es de
resorte exclusivo de la Fiscalía, lo cual torna viable integrar aquel precepto de la Ley 600 del 2000, que, además
de que permite su aplicación en instancias posteriores, se repite, en nada resquebraja el sistema acusatorio y, por
el contrario, está acorde con sus postulados, en tanto permite participación activa del procesado en la solución
del conflicto, siempre que garantice los derechos de la víctima.
Como la acción penal culmina con la ejecutoria de la sentencia, se ha decantado que esta especie de extinción
puede postularse hasta el momento previo a que la Corte resuelva el recurso de casación
No obstante, cuando las partes no se ponen de acuerdo sobre el monto de los perjuicios, no pude admitirse, sin
más, que una de ellas lo fije y que ese estimativo se imponga a la otra.
En tales supuestos debería poderse postular el debate, a efectos de que delante del juez se practiquen las pruebas
tendientes a establecer la cuantía de los perjuicios, las cuales, al igual que la decisión del funcionario, puedan
controvertirse y, de resultar necesario, permitir el acceso a una segunda instancia.
Sin embargo, sucede que la estructura del procedimiento penal de la Ley 906 del 2004 habilita ese trámite
luego de que el fallo de condena ha adquirido ejecutoria, lo cual impide que se ejerza la potestad de
acudir a la preclusión por esta vía.
Por tanto, cuando el deseo de la parte defendida es el de que, ante el desacuerdo con la víctima, se tasen los
perjuicios, lo cual solo puede hacerse por vía judicial, debe acudir a proponer el debate probatorio respectivo
ante el juez de conocimiento, obviamente cuando el asunto se encuentre en una instancia que lo permita, que no
es otra diferente a la del incidente de reparación integral.
Para proponer y debatir pruebas con el alcance de que se trata no puede acudirse a la fase del juicio, como que
esta se encuentra diseñada por el legislador para debatir probatoria y jurídicamente la ocurrencia del hecho y la
responsabilidad del sujeto pasivo de la acción penal, luego esta instancia no puede ser habilitada para
controvertir temas ajenos a ella, máxime si para estos se previó una etapa concreta, que debe acatarse.
Pero cuando no existe tal consenso y el acusado pretende se establezca el monto de los perjuicios para proceder
a indemnizarlos, como ello solo puede hacerse judicialmente permitiendo el debate probatorio entre las partes
en conflicto, la solución no puede ser la misma, y en esto estriba el cambio de jurisprudencia, como que ese
ejercicio solo puede adelantarse dentro de las fases procesales que el legislador previó, que no son otras
que las del incidente de reparación integral.
Lo anterior significa que en ese supuesto no hay lugar a lograr la preclusión por indemnización integral,
en tanto para cuando se habilita la oportunidad procesal pertinente para abrir el debate probatorio que
fije la cuantía de los perjuicios, ya obra sentencia de condena ejecutoriada.
Igual queda la posibilidad de que la parte interesada acuda a los mecanismos establecidos por el legislador por
fuera del proceso penal, para que, dentro de un trámite respetuoso del debido proceso se permita la asistencia de
las partes en conflicto, la presentación y controversia de pruebas entre ellas, se establezcan los perjuicios.
Pagados los mismos, se debe comunicar lo pertinente al juez penal, a efectos de que este adopte las
determinaciones que surjan pertinentes de conformidad con la etapa procesal en que se encuentre el juicio.
2. Cuando existe acuerdo entre la víctima y la defensa respecto a los perjuicios: Principio de
Oportunidad.
Previamente a resolver sobre la petición elevada de manera conjunta por los defensores de los procesados y la
víctima en el sentido de que se extinga la acción penal por indemnización integral, bien está recordar que este
instituto no aparece expresamente regulado en la Ley 906 de 2004, como sí obra en el artículo 42 de la Ley 600
de 2000, circunstancia ante la cual los profesionales del derecho deprecan someramente su aplicación en virtud
del principio de favorabilidad de la ley penal.
En efecto, en la Ley 906 de 2004 se aborda la figura de la indemnización integral como constitutiva de una
causal de procedencia del denominado principio de oportunidad, según aparece en el numeral 1° del artículo
324, modificado por el 2° de la Ley 1312 de 2009, en los siguientes términos:
“1. Cuando se tratare de delitos sancionados con pena privativa de la libertad cuyo máximo señalado en la
Ley no exceda de seis (6) años o con pena principal de multa, siempre que se haya reparado integralmente a la
víctima conocida o individualizada; si esto último no sucediere, el funcionario competente fijará la caución
pertinente a título de garantía de la reparación, una vez oído el concepto del Ministerio Público.”
Finalmente quiere dejar en claro la Sala que el procedimiento acabado de reseñar se estructura al interior de la L
600/00, pero asimismo que nada impide que similares consideraciones y conclusiones puedan adoptarse de cara
al trámite de una actuación regida por la L 906/04, en este último evento -claro está- cuando se vean enfrentadas
la prescripción y la simultánea aplicación de la causal primera del artículo 324 reguladora del principio de
oportunidad en su manifestación de extinción de la acción penal.
No obstante, al tenor del artículo 323 de la Ley 906, la aplicación del principio de oportunidad es procedente
“hasta antes de la audiencia de juzgamiento”, lo cual implica que para el actual momento procesal, cuando ya
se ha proferido fallo de segunda instancia, resulta inviable.
En ese orden de ideas, cabe preguntarse si, ante la ausencia de regulación de un mecanismo de extinción a esta
altura procesal, es posible acudir, como lo plantean los defensores, al instituto de cesación de procedimiento por
indemnización integral contemplado en el artículo 42 de la Ley 600 de 2000.
La Corte encuentra atinada la petición de los defensores de acudir al principio de favorabilidad de la ley
penal para permitir esa posibilidad.
Ciertamente, según el criterio reiterado de la Sala, el principio de favorabilidad de la ley penal en tratándose de
materias sustanciales o procesales con proyección sustancial es perfectamente viable no sólo frente a la sucesión
de leyes en el tiempo sino también cuando coexisten, como ocurre con la simultánea vigencia de las Leyes 600
y 906.
Usualmente las situaciones que ha afrontado la Corte comportan la aplicación de la Ley 906 de 2004 a asuntos
tramitados bajo los parámetros de la Ley 600 de 2000, por lo que se ha dicho, para dar vía libre a su aplicación,
que se debe tratar de normas reguladoras de institutos procesales análogos, contenidos en una u otra legislación,
siempre que no hagan parte de la esencia y naturaleza jurídica del sistema penal acusatorio.
Sin embargo, así como es viable aplicar el principio de favorabilidad para asuntos regidos por el sistema de Ley
600 con disposiciones de la Ley 906, bajo la misma lógica lo es proceder en sentido contrario, esto es, traer
institutos de la Ley 600 a asuntos tramitados por la 906, como aquí ocurre, siempre y cuando no se
opongan a la naturaleza del sistema acusatorio.
En el caso de la especie, como ya se dijo, de lo que se trata es de establecer si resulta procedente acudir al
instituto de la reparación integral consagrado en el artículo 42 de la Ley 600 de 2000, como causal de extinción
de la acción penal, para momentos posteriores a la audiencia de juzgamiento o de juicio oral cuando ya ha
expirado la posibilidad de tramitarlo por la vía del principio de oportunidad, esto último en la medida en que se
cumplan sus condicionamientos, según lo ya visto.
Para la Corte, la aplicación de esta figura en las condiciones reseñadas, no sólo no pervierte la naturaleza del
sistema acusatorio, sino que político criminalmente se ajusta a sus necesidades y a la voluntad del legislador al
implementarlo.
Ello se refleja porque resulta compatible con el modelo de justicia restaurativa inmerso en el sistema acusatorio,
no sólo porque en el Libro VI se regula un programa en tal sentido, sino porque tal propósito es latente en las
siguientes disposiciones de la Ley 906, con carácter de principio rector. Así, para empezar, en el artículo 10°,
inciso cuarto, según el cual: “El juez podrá autorizar los acuerdos o estipulaciones a que lleguen las partes y
que versen sobre aspectos en los cuales no haya controversia sustantiva, sin que implique renuncia de los
derechos constitucionales…”.
De la misma forma, con los derechos de las víctimas y, particularmente con el estipulado en el literal c del
artículo siguiente, en donde se prescribe que tienen derecho:“c) A una pronta e integral reparación de los
daños sufridos, a cargo del autor o partícipe del injusto o de los terceros llamados a responder en los términos
de este código”.
E, igualmente, con el principio rector del restablecimiento del derecho, previsto en el artículo 22, en donde se
expresa que: “Cuando sea procedente, la Fiscalía General de la Nación y los jueces deberán adoptar las
medidas necesarias para hacer cesar los efectos producidos por el delito y las cosas vuelvan al estado anterior,
si ello fuere posible, de modo que se restablezcan los derechos quebrantados, independientemente de la
responsabilidad penal...”.
De modo que, ningún obstáculo encuentra la Sala para aplicar en esta coyuntura procesal la figura de la
extinción de la acción penal por indemnización integral, más aún si con la solución aparecen satisfechas
las demandas de justicia y verdad de la víctima
Sin embargo, la aplicación del figura se tornará procedente siempre y cuando se satisfagan los presupuestos
establecidos en el artículo 42 de la Ley 600 de 2000.
En esa dirección conviene advertir que de tiempo atrás esta Corporación ha señalado que la solicitud de
extinción de la acción penal por indemnización integral puede presentarse hasta antes de que se profiera
fallo de casación.
Por ello, mientras no se dicte sentencia que decida sobre el libelo de casación o en tanto no se decida
mediante auto inadmitir la respectiva demanda, asiste la oportunidad de solicitar la declaración de
extinción de la acción penal por indemnización integral y la consecuente cesación de procedimiento, en
cuanto que se acredite el cumplimiento de los requisitos establecidos en el mencionado artículo de la Ley 600
de 2000, esto es, que el delito corresponda a alguno de los relacionados por el legislador en tal precepto, que se
ha reparado integralmente el daño ocasionado de conformidad con el dictamen pericial –a menos que medie
acuerdo sobre su valor o el perjudicado manifieste expresamente haber sido indemnizado– y que dentro de los
cinco años anteriores no se haya proferido en otro proceso preclusión de la investigación o cesación de
procedimiento en su favor por el mismo motivo.
PARTES E INTERVINIENTES
EL IMPUTADO:
- La calidad de acusado se adquiere desde la presentación del escrito de acusación (Art. 126 CPP).
Pero no siempre es posible la presencia del imputado en el proceso penal, razón por la que el legislador de 2004
previó de manera excepcional la vinculación mediante la declaratoria de contumacia (Art. 291 CPP) o de persona
ausente (Art. 127 CPP), para efectos de no entorpecer el cumplimiento de la pronta y eficaz función pública de
administrar justicia y de garantizar el derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación.
En ambos casos se requiere la plena identificación e individualización, que es obligación de la fiscalía para evitar
errores judiciales (Art. 128 CPP, modificado por el Art. 99 Ley 1453 de 2011).
Individualización e identificación del imputado
- La individualización es la determinación física del sujeto pasivo de la acción penal.
Afirmar que una persona se encuentra individualizada es establecer sus rasgos distintivos como su pertenencia a
algún grupo étnico, sus señales particulares, en general todas aquellas incidencias específicas que permiten
distinguirla de las demás. "Alude a las personas como fenómeno natural, a las características personalísimas de
un ser humano, que lo hacen único e inconfundible frente a todos los demás pertenecientes a su misma especie.
En este sentido, la individualización es un concepto interesante a la antropología física, a la morfología".
- Identificar es establecer el nombre, apellido, edad, lugar de nacimiento, residencia actual, estado civil,
profesión, etc., de una persona. La identificación es el resultado final a que toda individualización debe concluir.
Identificar, pues, no es precisamente descubrir, sino confirmar, realizar un reconocer, acreditar la exactitud de lo
individualizado, de lo conocido.
Métodos de identificación
Es necesario destacar que los métodos de identificación operan cuando no se tiene certeza de la identidad del
autor o partícipe del delito.
El reconocimiento en fila o fotográfico o por video, hace parte integral del testimonio para su confrontación en el
juicio y su posterior valoración judicial. Es una prueba directa con el testigo de cargo (fuente sustancial). Si el
testigo no está disponible para la declaración en juicio oral y público, los reconocimientos anteriores, en fila o
fotográficos o por video, se pueden presentar como prueba de referencia legalmente admisible a través del
investigador de policía judicial que fungirá como testigo de acreditación (fuente formal de la prueba).
Tenemos entonces como métodos de identificación, los siguientes:
1.- Los que el estado de la ciencia aporte y que establezca la criminalística (Art. 251 CPP).
2.- Reconocimiento por medio de fotografías o videos (Art. 252 CPP).
3.- Reconocimiento en fila de personas (Art. 253 CPP).
4.- Cualquier elemento material probatorio y evidencia física que haya sido asegurado, descubierto, solicitado,
decretado y practicado en el juicio, en virtud del principio de libertad probatoria (Art. 373 CPP).
En conclusión, cuando no hay dudas sobre la identidad del indiciado, obviamente la identificación se entiende
lograda, de modo que en tales hipótesis la diligencia de reconocimiento fotográfico o en fila de personas, según
el caso, resultan superfluas.
Adicionalmente,
Uno: La apreciación y el poder demostrativo del reconocimiento fotográfico o videográfico, no son aspectos que
se determinen a partir de si el acta o documento que recoge la ocurrencia de tal acto investigativo, es introducido
al juicio, lo relevante es si los testigos dan cuenta en el juicio de la ocurrencia de un señalamiento en esa forma,
afirmación que entra a formar parte integral de la prueba testimonial.
Dos: Para acreditar un reconocimiento fotográfico o videográfico, no es menester que siempre y en todos los
casos se integre el documento en el que se consigna la realización de ese acto investigativo.
Tres: La prueba del reconocimiento fotográfico no la constituye el acta que lo documenta, sino que lo constituye
la afirmación del testigo que narra en el juicio oral que ese hecho aconteció, luego, su poder demostrativo
dependerá de si el testimonio ofrece los datos suficientes para concluir que el reconocimiento es confiable y no el
producto de alguna clase de sugestión de los investigadores hacia el testigo reconocente o de una errada o
deficiente percepción del testigo, etc. (CSJ SP4107-2016, rad. 46.847 de 6 marzo 2016).
Con respecto al señalamiento y reconocimiento al momento de la aprehensión física del implicado, se debe
destacar que: Uno: Es válido y eficaz, pues se incorpora al testimonio que se rinda en juicio oral y público.
Así que ese reconocimiento es requisito previo de la fiscalía y de la Policía Judicial para iniciar una indagación o
investigación en contra de una persona determinada. No es prueba alguna de responsabilidad.
"La identificación se presenta de esa forma como requisito para la formulación de la imputación”.
Ahora bien, el reconocimiento sea fotográfico o en fila de personas, por sí solo, no constituye prueba de
responsabilidad con entidad suficiente para desvirtuar el derecho a la presunción de inocencia, ya que la
finalidad del juicio no es, ni podría ser, la de identificar o individualizar a una persona.
Una vez lograda la identidad del autor en la fase de investigación, por medio del juicio se debe establecer su
responsabilidad penal o su inocencia en una específica conducta delictiva, pues en el juicio el acto de
reconocimiento necesariamente debe estar vinculado con una prueba testimonial válidamente practicada.
El reconocimiento en juicio está vinculado a la prueba testimonial válidamente practicada.
Al juicio debe comparecer personalmente la víctima o el testigo que llevó a cabo el reconocimiento, a fin de que
ratifique o rectifique el señalamiento y la identificación practicada en la investigación, salvo el caso que el
reconocimiento se pretenda hacer valer como prueba de referencia a términos de los artículos 437 y siguientes
del Estatuto Procesal Penal.
Obligaciones con el capturado sin identificación o para constatar su plena identificación (art. 128 CPP)
Cuando se captura a persona sin cédula de ciudadanía, se debe proceder de la siguiente manera (Art. 128 CPP,
modificado Ley 1453 de 2011, Art. 99; en concordancia con el parágrafo del Art. 302 CPP, adicionado por la
Ley 1142 de 2007, Art. 22): l.- Se le toma registro decadactilar.
2.- Se confronta su identidad con los documentos de la Registraduría Nacional del Estado Civil.
3.- Se envía registro o tarjeta decadactilar a la Registraduría Nacional del Estado Civil (RNEC) para que expida
foto cédula.
4.- Si definitivamente no aparece en la Registraduría Nacional del Estado Civil, entonces se realiza registro
excepcional y por única vez.
- Se concluyó que la única forma de establecer la identidad de una persona, no era a través del documento oficial
expedido por el registro civil, como si la ley exigiera una tarifa legal para este propósito, sino que podía lograrse
a partir de cualquier medio de convicción.
- En el juicio oral no es necesaria la aducción de elemento probatorio alguno referido a la individualización e
identificación de acusado porque ello es absolutamente intrascendente, pues dicho aspecto debe estar dilucidado
en diligencias anteriores a ese acto procesal.
Nota: En el entendido de que el defensor de oficio podrá solicitar al juez un receso para preparar la defensa,
solicitud que será valorada por el juez aplicando criterios de razonabilidad.
Contumaz es aquel que ha sido debidamente citado a las audiencias, lo cual se comprueba con la firma
impresa en el oficio de citación, sin embargo, sin justa causa, no comparece a las audiencias; o quien fue
notificado en audiencias preliminares anteriores y así consta en los registros o audios y actas, y no
comparece a la audiencia de imputación previa citación; igualmente, es aquel a quien después de
legalizada la captura, no se le formula imputación, y luego se le cita a las direcciones, teléfono fijo, teléfono
celular, fax, e-mail registrados, etc., y tampoco comparece a las audiencias57 . Se le declara contumaz.
Las citaciones se deben enviar correctamente a las direcciones que el mismo implicado haya aportado o
registrado o manifestado, so pena de nulidad5s, pues se le niega la posibilidad de ejercer su derecho de
contradicción, acogerse a los beneficios propios de allanarse a los cargos, etc.
El emplazamiento del imputado ausente
ARTÍCULO 127. AUSENCIA DEL IMPUTADO. Cuando al fiscal no le haya sido posible localizar a quien requiera para formularle
imputación o tomar alguna medida de aseguramiento que lo afecte, solicitará ante el juez de control de garantías que lo declare
persona ausente adjuntando los elementos de conocimiento que demuestren que ha insistido en ubicarlo. El imputado se emplazará
mediante edicto que se fijará en un lugar visible de la secretaría por el término de cinco (5) días hábiles y se publicará en un medio
radial y de prensa de cobertura local.
Cumplido lo anterior el juez lo declarará persona ausente, actuación que quedará debidamente registrada, así como la identidad del
abogado designado por el sistema nacional de defensoría pública que lo asistirá y representará en todas las actuaciones, con el cual se
surtirán todos los avisos o notificaciones. Esta declaratoria es válida para toda la actuación.
El juez verificará que se hayan agotado mecanismos de búsqueda y citaciones suficientes y razonables para obtener la comparecencia
del procesado.
2. Solo de manera excepcional, y con el único propósito de dar continuidad y eficacia a la administración de
justicia en tanto que servicio público esencial, la Constitución y los tratados internacionales sobre derechos
humanos, pueden admitirse las figuras de la declaratoria de persona ausente y la contumacia, casos en los cuales
la audiencia respectiva se realizará con el defensor que haya designado para su representación, o con el defensor
que le designe el juez, de la lista suministrada por el sistema nacional de defensoría pública, según el caso.
Adicionalmente, la persona puede renunciar a su derecho a hallarse presente durante la audiencia de formulación
de la acusación. Con todo, siendo mecanismos de carácter excepcional, su ejecución debe estar rodeada de un
conjunto de garantías y controles judiciales.
3. La declaratoria de persona ausente por parte del juez de control de garantías sólo procederá cuando verifique
de manera real y material y no meramente formal, que al fiscal le ha sido imposible localizar a quien requiera
para formularle la imputación o tomar alguna medida de aseguramiento que lo afecte, y se le hayan adjuntando
los elementos de conocimiento que demuestren la insistencia en ubicarlo mediante el agotamiento de
mecanismos de búsqueda y citaciones suficientes y razonables para obtener la comparecencia del procesado. Una
vez verificados tales requisitos, la persona será emplazada mediante un edicto que se fijará por el término de
cinco días en un lugar visible de la secretaría del juzgado y se publicará en un medio radial y de prensa de
cobertura local. De igual manera, se le nombrará un defensor designado por el Sistema Nacional de Defensoría
Pública.
4. En tal sentido, la Corte considera que la declaratoria de persona ausente debe estar rodeada de las debidas
garantías procesales y ser objeto de un estricto control judicial, y que por lo tanto no se agota con la actividad
que despliega de manara obligatoria la fiscalía para demostrarle al juez de control de garantías el agotamiento de
las diligencias suficientes y razonables para la declaratoria de ausencia, sino que igualmente éstas deben
continuar por parte de la Fiscalía con posterioridad a esta declaración, a fin de que el juez de
conocimiento, al momento de la citación para la celebración de la audiencia de formulación de acusación,
realice una labor de ponderación en relación con el cumplimiento de la carga de ubicación del procesado,
y constate que el Estado ha continuado con su labor de dar con el paradero del acusado, a fin de autorizar de
manera excepcional el juicio en ausencia, o declare la nulidad de lo actuado por violación del derecho
fundamental al debido proceso, bien de oficio o a solicitud del acusado de conformidad con lo previsto en el
artículo 339 de la Ley 906 de 2004, o del defensor respectivo. Cabe recordar, que la actividad del Sistema
Nacional de Defensoría Pública debe encaminarse a que en materia de juicios en ausencia el Estado cumpla
efectivamente con su deber de demostrar que adelantó todas las gestiones necesarias y pertinentes para localizar
al investigado o enjuiciado, así como que el rol que juega el Ministerio público en estos casos se acentúa para el
seguimiento y vigilancia del cumplimiento de las garantías constitucionales en el proceso.
Se ha de indicar que la fuga, la rebeldía a los llamados de la Justicia y la contumacia para comparecer al proceso
nada prueba por sí misma en el proceso penal a efectos de responsabilidad o culpabilidad dada la equivocidad de
su significado.
Por su parte, la Corte Constitucional ha señalado que debe tenerse como víctima o perjudicado de un delito a la persona
que ha sufrido un daño real, concreto y específico, cualquiera sea la naturaleza de éste y el delito que lo ocasionó.
Precisamente, son condiciones para que el daño será reparable, las siguientes:
Se adquiere la calidad de víctima desde el mismo momento de comisión del hecho punible, para lo cual la
Policía Judicial o el fiscal del caso le debe suministrar información sobre los derechos contenidos en el Art. 136
CPP y los enlistados en el Art. 11 ibídem, y sin ninguna formalidad distinta a la acreditación sumaria de su
calidad de víctima se le debe permitir intervenir en todas las fases de la actuación.
Esa acreditación como víctima en el proceso penal y su reconocimiento judicial, implica que sus actuaciones son
válidas, aunque posteriormente se demuestre o constate que su reconocimiento carece de fundamento legal.
ARTÍCULO 135. GARANTÍA DE COMUNICACIÓN A LAS VÍCTIMAS. Los derechos reconocidos serán
comunicados por el fiscal a la víctima desde el momento mismo en que esta intervenga.
Igualmente, se le informará sobre las facultades y derechos que puede ejercer por los perjuicios causados con el
injusto, y de la disponibilidad que tiene de formular una pretensión indemnizatoria en el proceso por conducto
del fiscal, o de manera directa en el incidente de reparación integral.
Para la Corte Constitucional la víctima es un interviniente especial o figura especial en las distintas etapas del
proceso penal (Sentencia C-209 de 2007), es también un interviniente especialmente protegido (Sentencia C516
de 2007), al fin y al cabo "Las
víctimas son ciudadanos que
han sufrido el fracaso del
Estado en su obligación,
derivada del contrato
social, de ofrecerles
protección".
La participación de las víctimas
es más directa y activa en fases anteriores y posteriores al juicio oral y público, ya que éste es un debate entre
adversarios, esto es, entre fiscalía y defensa.
Definido legalmente el concepto de víctima, entonces para efectos procesales se deber entender por tales:
primero, el sujeto pasivo de la infracción, es decir aquella(s) persona(s) naturales o jurídicas sobre la(s) cuales
recae la acción del autor del comportamiento punible; y segundo, los perjudicados que son aquellos que sin ser
los titulares del bien jurídico reciben los efectos del delito, por ejemplo, los familiares de la persona asesinada.
En algunos delitos, tales como ilícitos contra la administración pública, vr. gr. en el delito de peculado por
apropiación de bienes del Estado (Art. 397 CP), en principio se podría pensar que no es posible el perjuicio
directo para personas particulares pues los bienes son del Estado; pero es posible el reconocimiento de un
particular como víctima en esos delitos.
- "Con todo, si como consecuencia de uno de esos punibles resulta afectado un particular, adquiere la
calidad de perjudicado, condición que lo legitima para intervenir en el proceso siempre y cuando señale
un daño real y concreto derivado del proceder investigado, situación que debe verificarse en cada caso".
La actualización y
efectividad de los derechos
de las víctimas en la
ley 906 de 2004
La bilateralidad de
garantías judiciales: El
principio de la tutela judicial
efectiva se caracteriza por
establecer un sistema de
garantías de naturaleza bilateral. Ello implica que garantías como el acceso a la justicia (Art. 229 de la Carta), la
igualdad ante los tribunales (Art. 13 Superior), la defensa en el proceso (Art. 29 de la Constitución Política), la
imparcialidad e independencia de los tribunales, la efectividad de los derechos (Arts. 2º y 228 ib.), deben ser
predicables tanto del acusado como de la víctima.
Reconceptualización del papel de la víctima en el proceso penal acusatorio
En el sistema de partes o adversarial, el papel de la víctima no puede suplantar el del acusador y directo
contradictor del incriminado.
- La mayoría de las garantías de los imputados se extiendan a las víctimas, de tal forma que las prerrogativas de
éstas ocupan un lugar destacado en el proceso penal y su papel no se limita a la obtención de un resarcimiento
de índole meramente económica.
- La victima tiene derecho entonces a ser oída en el proceso penal.
Con la reconceptualización del papel de la víctima en el proceso penal, cuando se constate vulneración a sus
derechos a la verdad, justicia y reparación, y si con la decisión ha sufrido un daño concreto, real y específico, la
víctima puede verse habilitada para:
Uno: Instaurar apelación en procura de que se revoque la sentencia absolutoria, no obstante que por
ejemplo haya conciliado o transado sus intereses económicos.
Dos: También se ha dicho que, en principio, el fallo condenatorio colmaría las expectativas de la víctima, pero
si este no satisface sus intereses de verdad y de justicia, podrá tener interés jurídico para pedir su modificación
en aspectos que pudieran causarle agravio, como aquellos relacionados con la forma de atribución de
responsabilidad o con una sanción mayor.
En general, la victima tiene interés jurídico para recurrir la sentencia condenatoria en materia de quantum
punitivo y en procura de obtener una sanción adecuada para el responsable de los ilícitos materia del proceso.
Tres: En principio, la víctima no puede impugnar en tema de subrogados penales.
Pero excepcionalmente la víctima puede impugnar para que se niegue un subrogado penal cuando se considere
ilegal, o porque se ha realizado una indebida adecuación típica o hay un grado de responsabilidad
defectuosamente endilgado, cuestiones que no permiten la imposición de una pena proporcional al delito
cometido, casos en lo que se adquiere legitimidad para oponerse a la decisión judicial que ciertamente podría
resultar injusta.
Cuarto: Tiene interés en la impugnación no obstante la sentencia de condena cuando su pretensión es
restitutoria.
Cinco: Para que la pena impuesta en la condena no sea irrisoria.
En oportunidad más reciente explicó la alta corporación judicial: "[ ... ] la efectividad de los derechos de las
víctimas del delito depende del ejercicio de varias garantías procedimentales, entre otras las siguientes: (i) el
derecho a ser oídas; (ii) el derecho a impugnar las decisiones adversas, en particular las sentencias absolutorias
y las que conlleven penas irrisorias; (iii) el derecho a controlar las omisiones o inacciones del fiscal, y (iv) el
derecho a ejercer algunas facultades en materia probatoria" (Se subraya).
"Ahora bien, las víctimas están facultadas para propender ante el Juez de Control de Garantías la
defensa de sus derechos fundamentales por acciones u omisiones de la Fiscalía General de la Nación. En
efecto, la Corte Constitucional mediante sentencia C-209 de 2007 además de garantizar su efectiva
intervención en la práctica de pruebas anticipadas ante aquella autoridad (artículo 284 numeral 2° de la
Ley 906 de 2004); en la audiencia de formulación de imputación (artículo 289 ibídem); en el trámite de
una petición de preclusión (artículo 333); en los momentos en que se produce el descubrimiento, la
solicitud de exhibición, exclusión, rechazo o inadmisibilidad de elementos materiales probatorios
(artículos 344, 356, 358 y 359); en las oportunidades para solicitar medidas de aseguramiento (Artículos
306, 316 y 342); en la audiencia de formulación de acusación (artículo 339) y en la audiencia preparatoria
formulando solicitudes probatorias (artículo 357 y sentencia C-454 de 2006), declaró el principio de que
las víctimas, en garantía de los derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación, tienen la potestad de
intervenir en todas las fases de la actuación"
Seis: Igualmente, la víctima puede impugnar aspectos puntuales que le causen agravio, como puede ser, por
ejemplo, cuando el fallador reconoce una circunstancia de atenuación, específica o genérica, no debidamente
probada y ni siquiera deducida en la imputación o en la acusación, con lo cual se desdibuja la verdad de lo
ocurrido.
- En cumplimiento de la misión constitucionalmente impuesta al Ministerio Público, la Procuraduría
también puede impugnar las decisiones judiciales buscando una sanción que considere necesaria,
proporcional y razonable79, también puede impugnar la sentencia en temas de subrogados y sustitutos
penales.
Siete: Tiene legitimación en la causa para que se investiguen los hechos adecuadamente y que los mismos no se
califiquen, sin mayor análisis, como delito bagatelar.
Perjudicado y víctima en la Ley 906 de 2004
el concepto de víctima "cuando corresponda, ese término debe comprender, además, a la familia inmediata o a
las personas a cargo de la víctima directa y a quienes hubiesen recibido daños al intervenir para prestar
asistencia a víctimas en peligro. En este contexto se deslinda que la "víctima" propiamente dicha es la persona
respecto de la cual se materializa la conducta típica, en tanto el concepto de ''perjudicado" tiene un alcance
mayor en cuanto comprende a todos quienes sufren un daño (no necesariamente patrimonial) como
consecuencia de la comisión del delito, acepción que igualmente alcanza a la víctima, como que ésta también es
receptora del perjuicio.
Victima directa es el sujeto pasivo de la conducta punible, y en sentido amplio víctima también es la persona
que ha resultado afectada, a quien se le denomina perjudicado o víctima indirectas.
Derechos de las víctimas a la verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición:
Derecho a la verdad. El derecho internacional ha reconocido dos dimensiones del derecho a la verdad: una
individual (derecho a saber) y una colectiva (derecho inalienable a la verdad y deber de recordar).
Derecho a la Justicia. Su garantía impone al Estado la obligación de investigar, juzgar y condenar a penas
adecuadas a los responsables de las conductas delictivas y evitar la impunidad.
Derecho a la reparación. El cual se apoya en el principio general del Derecho según el cual el responsable de
un daño o agravio debe repararlo o compensarlo.
OTRAS
FACULTADES:
ARTÍCULO 339. TRÁMITE. <Artículo CONDICIONALMENTE exequible> Abierta por el juez la
audiencia, ordenará el traslado del escrito de acusación a las demás partes; concederá la palabra a la Fiscalía,
Ministerio Público y defensa para que expresen oralmente las causales de incompetencia, impedimentos,
recusaciones, nulidades, si las hubiere, y las observaciones sobre el escrito de acusación, si no reúne los
requisitos establecidos en el artículo 337, para que el fiscal lo aclare, adicione o corrija de inmediato.
Resuelto lo anterior concederá la palabra al fiscal para que formule la correspondiente acusación.
El juez deberá presidir toda la audiencia y se requerirá para su validez la presencia del fiscal, del abogado
defensor y del acusado privado de la libertad, a menos que no desee hacerlo o sea renuente a su traslado.
También podrán concurrir el acusado no privado de la libertad y los demás intervinientes sin que su ausencia
afecte la validez.
C-209/07: 'en el entendido de que la víctima también puede intervenir en la audiencia de formulación de
acusación para efectuar observaciones al escrito de acusación o manifestarse sobre posibles causales de
incompetencia, recusaciones, impedimentos o nulidades'.
ARTÍCULO 348. FINALIDADES. Con el fin de humanizar la actuación procesal y la pena; obtener pronta
y cumplida justicia; activar la solución de los conflictos sociales que genera el delito; propiciar la reparación
integral de los perjuicios ocasionados con el injusto y lograr la participación del imputado en la definición de
su caso, la Fiscalía y el imputado o acusado podrán llegar a preacuerdos que impliquen la terminación del
proceso.
El funcionario, al celebrar los preacuerdos, debe observar las directivas de la Fiscalía General de la Nación y
las pautas trazadas como política criminal, a fin de aprestigiar la administración de justicia y evitar su
cuestionamiento.
- C-516/07 expresa que la víctima "también podrá intervenir en la celebración de acuerdos y preacuerdos
entre la Fiscalía e imputado o acusado, para lo cual deberá ser oída e informada de su celebración por el fiscal
y el juez encargado de aprobar el acuerdo".
C-454 de 2006: dispuso declarar la constitucionalidad del artículo 357 de la Ley 906 de 2004 en el entendido
que los representantes de las víctimas, pueden hacer solicitudes probatorias en la audiencia preparatoria,
en igualdad de condiciones que la defensa y la Fiscalía.
Ahora bien, con todo y que la excepcionalidad con que puede ser ejercida la facultad por parte del Ministerio
público podría hacer superfluo que la solicitud estuviese acompañada de motivación, encuentra la Corte que
en todo caso, así debe hacerlo. Esto, para que el juez pueda valorar si la solicitud es pertinente y admisible
(art. 359 C.P.P.), no sólo en los términos establecidos para las pruebas en general
(artículos 375 y 376 C.P.P.), sino en cuanto a que efectivamente sea de “esencial influencia para la resolución
del juicio” (art. 357 infine C.P.P.).”
Las facultades de las víctimas en materia de descubrimiento probatorio (art. 344), observaciones al mismo (art.
356), postulación probatoria (art. 357), solicitud de exhibición de elementos materiales de prueba (art. 358),
exclusión, rechazo o inadmisibilidad de medios de pruebas (art. 359), entre otros, omitidas en la Ley 906 de
2004, han sido reconocidas por la Corte Constitucional en diferentes pronunciamientos, por manera que
actualmente cuentan con la posibilidad de intervenir a través de la Fiscalía en cada una de estas etapas, con lo
cual se garantiza su acceso efectivo a la administración de justicia.
Así, la sentencia C- 209 de 2007 declaró la exequibilidad condicionada del artículo 344 de la Ley 906 de 2004
bajo el entendido de que la víctima también puede solicitar el descubrimiento de elementos materiales
probatorios o evidencia física. Igual determinación adoptó respecto de los artículos 356, 358 y 359 ibídem sobre
las observaciones al descubrimiento, la solicitud de exhibición de elementos materiales de prueba y la
exclusión, rechazo o inadmisibilidad de medios de pruebas.
Por su parte el fallo C-454 de 2006 declaró la constitucionalidad condicionada del artículo 357 en el entendido
que los representantes de las víctimas pueden hacer solicitudes probatoria en igualdad de condiciones que la
defensa y la Fiscalía.
En ese orden, ninguna duda existe sobre la posibilidad de las víctimas de ejercer las prerrogativas inherentes al
descubrimiento y postulación probatoria. Con todo, esas facultades deben ejercerse en la oportunidad y en
la forma prevista en la ley en respeto al principio basilar del debido proceso en tanto los procedimientos
establecidos en la ley materializan los derechos e intereses de las personas involucradas en la actuación.
La víctima también puede solicitar la práctica de pruebas anticipadas ante el juez de control de garantías.
Puede allegar o solicitar E.M.P. y E.F. para oponerse a la petición de preclusión
Facultades para solicitar medidas: La víctima también puede acudir directamente ante el juez competente,
ya sea el de control de garantías o el de conocimiento, según corresponda, a solicitar la medida respectiva.
Lo anterior no significa que el juez competente, al recibir de manera directa la solicitud de la víctima en el
sentido de que se imponga una medida de aseguramiento o una medida de protección específica, deba dictarla
sin seguir el procedimiento señalado en las normas aplicables. Así, por ejemplo, en el caso de las medidas de
aseguramiento debe previamente escuchar al fiscal, a la defensa y al Ministerio Público, como lo exige el
propio artículo 306 acusado.
La defensa técnica es la ejercida por abogado, profesional que debe desplegar una actividad científica dirigida a
asesorar técnicamente al imputado sobre sus derechos y deberes; "controlar la legalidad del procedimiento, el
control crítico de la producción de las pruebas de cargo y de descargo, la exposición crítica de los fundamentos
y pruebas de cargo desde el doble enfoque de hecho y de derecho; recurrir la sentencia condenatoria o la que
imponga una medida de seguridad.
(i) Debe ser intangible pues tiene la condición de irrenunciable, por lo tanto, en el evento de que el
imputado no designe su propio defensor, el Estado debe procurárselo de oficio o a través de la
Defensoría del Pueblo.
(ii) Debe ser real o material porque no puede entenderse garantizada por la sola existencia nominal de un
profesional del derecho, sino que se requieren actos positivos o perceptibles de gestión defensiva que
la vivifiquen (CSJ SP490-2016, rad. 45.790 de 27 enero 2016).
(iii) Debe ser permanente o intemporal, esto es, se debe garantizar durante todo el proceso y en todo
momento sin ninguna clase de excepciones ni limitaciones, durante la indagación, la investigación,
el juzgamiento y la ejecución de la pena y la medida de seguridad6 • El derecho de defensa puede ser
ejercido no solo desde que se adquiere la condición de imputado, sino antes de ello, razón por la cual
quien conoce de una actuación penal en su contra está facultado para ejercer dicha garantía durante
la etapa de indagación y concretamente, puede solicitarle al juez que se le permita asistir a la
audiencia de control de legalidad sobre las diligencias adelantadas.
La no satisfacción de cualquiera de estas características, por ser esenciales, deslegitima el trámite cumplido, por
lo tanto, impone la declaratoria de su nulidad, una vez comprobada su trascendencia.
En cada caso específico el juez de control de garantías o de conocimiento debe realizar un control constitucional
y legal en orden a verificar el respeto de los derechos fundamentales del procesado, para lo cual debe examinar
en detalle el ejercicio del derecho a la defensa, y sólo cuando constate que éste, bien sea, por (i) su contenido
material o técnico le ha sido vulnerado, o (ii) porque el nombramiento ha recaído en una persona que no se
encuentra acreditada como abogada, (iii) o que teniendo los conocimientos jurídicos especializados su labor no
se ha traducido en actos reales de gestión defensiva, o (iv) cuando en algún interregno del trámite procesal penal
cumplido ha sido cercenada la asistencia letrada; entonces (en los anteriores casos) el funcionario judicial está
obligado a declarar la nulidad de la actuación.
Estudiantes de consultorio
jurídico como defensores del procesado
¿Se puede designar a estudiante de consultorio jurídico como defensor del procesado en el Sistema Acusatorio
Penal?
La intervención de
los estudiantes de los
consultorios jurídicos en
calidad de defensores
públicos en los procesos
penales se hará ante los
jueces municipales
cuando actúen como jueces de
conocimiento o como jueces
de control de garantías en los
asuntos de su competencia
como Juez natural.
Así pues, el estudiante de consultorio jurídico puede ejercer como defensor técnico del imputado o procesado
bajo estas condiciones:
Primero: Que se trate de "procesos penales de que conocen los jueces municipales y las autoridades de policía”.
Es decir, en procesos donde el juez natural es el juez penal municipal cuya competencia funcional se encuentra
enlistada en el canon 37 de la Ley 906 de 2004, modificado por el Art. 2º de la Ley 1142 de 2007. El estudiante
de consultorio jurídico que sea defensor del imputado o procesado solamente puede actuar como tal en los
procesos del canon 37 del CPP.
Segundo: Que exista convenio suscrito entre la respectiva Universidad y la Defensoría del Pueblo,
Tercero: Que haya supervisión directa en cada actuación del personal académico que designe la Universidad.
Cuarto: No debe olvidarse que "Los estudiantes adscritos a los consultorios jurídicos de las facultades de
derecho, son abogados de pobres y como tales deberán verificar la capacidad económica de los usuarios. En tal
virtud, acompañaran la correspondiente autorización del consultorio jurídico a las respectivas actuaciones
judiciales y administrativas" (Art. 30-1.2 Dct. 196 de 1971 reformado por el Art. l º Ley 583 de 2000); es decir,
que el servicio se presta a quien no tiene capacidad económica de sufragar abogado convencional y además a las
actuaciones el estudiante deberá acompañar la correspondiente autorización del consultorio jurídico.
Lo que se predica para el abogado defensor del procesado, como investigador, también se debe aplicar para el
apoderado judicial de la víctima quien está facultado para ejecutar actos de investigación, no obstante que se
diga que la víctima actúa de consuno con la Fiscalía General de la Nación y que la fiscalía representa los
derechos del Estado y de la víctima.
Constitucionalmente se habilita a la víctima para una participación activa en la fase de indagación, e inclusive
para que aporte pruebas a efecto de que se reanude la investigación en caso de archivo (Art. 79 CPP y Sentencia
C-1154 de 2005), entonces ningún obstáculo hay para que adelante su propia investigación y recaude elementos
materiales probatorios, evidencia física e información legalmente obtenida.
En la misma sentencia C-536 de 2008 la Corte Constitucional consideró ''fundamental distinguir los actos de
investigación y los actos de prueba", así:
elementos materiales probatorios que serán utilizados en el juicio oral para verificar las proposiciones de las
partes y el Ministerio Público, y para justificar, con grado de probabilidad, las decisiones que correspondan al
juez de control de garantías en las etapas preliminares del procedimiento. En otras palabras, los actos de
investigación se adelantan por la Fiscalía, la defensa, el Ministerio Público y la víctima con el control y
vigilancia del juez de control de garantías. Los segundos, los actos de prueba, son aquellas actuaciones que
realizan las partes ante el juez de conocimiento con el objeto de incorporar los actos de investigación al proceso
y convertirlas en pruebas dirigidas a obtener la verdad de lo sucedido y verificar sus proposiciones de hecho".
Hay varias razones para colegir que el estudiante de consultorio jurídico puede apoderar a las víctimas sin la
limitación de competencia funcional como la que tienen los estudiantes de consultorio jurídico cuando actúan
como defensores del imputado o procesado.
Prevalece entonces lo dispuesto en la segunda de las normas, esto es, el canon 137 de la Ley 906 de 2004 que
permite la asistencia jurídica de la víctima por un profesional del derecho o por un estudiante de consultorio
jurídico de facultad de derecho debidamente aprobada
Ahora bien, la norma marca un límite inicial para la representación judicial, que es la audiencia preparatoria.
Pero esto no quiere decir, ni más faltaba, que antes no pueda constituir mandatario judicial. El entendimiento de
la norma es asaz sencillo y elemental: antes de la audiencia preparatoria, la víctima puede actuar directamente o
a través de mandatario judicial. Después de la audiencia preparatoria, la intervención de la víctima se hará
necesariamente a través de apoderado judicial que puede ser abogado titulado o estudiante de consultorio
jurídico de facultad de derecho debidamente aprobada, como ya quedó dicho.
Pero indudablemente que en la fase penitenciaria también se debe garantizar el derecho de defensa técnica, así
que la decisión final será la que se adopte por el juez de ejecución de penas y medidas de seguridad en dicha
fase.
Hasta el trámite penitenciario es que se extiende el apoderamiento judicial, de tal forma que una vez
ejecutoriada la sentencia penal de condena continúa el acompañamiento por el profesional del derecho sin que
sea menester el otorgamiento de nuevo poder.
Lo dicho para el apoderado judicial del imputado o condenado, también es pertinente para el apoderado de la
víctima, de tal forma que en el incidente de reparación integral de perjuicios (IRI) no es necesario el
otorgamiento de nuevo poder a quien ya venía ejerciendo como tal, toda vez que no se ha presentado el
fenómeno de la "terminación del poder'' de conformidad con el canon 76 del Código General del Proceso.
En la Ley 906 de 2004 se consagran tres (3) clases de abogados defensores, así:
En primer lugar, el defensor principal quien dirige la defensa del procesado, es el designado por el propio
procesado o adjudicado por la Defensoría Pública, y, en casos excepcionales, a falta de uno y otro, puede ser
designado oficiosamente por el juez, o en su caso por el fiscal (Art. 212 CPP; Corte Constitucional, Sentencia
C-210 de 2007).
En segundo lugar, está el defensor suplente, que tiene estas características (Art. 212 CPP):
a) Su designación la hace el abogado defensor principal. b) Se debe informar previamente al juez. c) Actúa bajo
la responsabilidad del defensor principal. d) Podrá ser removido libremente durante el proceso.
En tercer lugar, está el defensor de apoyo consagrado en el parágrafo del Art. 114 CPP, adicionado por el Art. 1
O Ley 1142 de 2007.
El nuevo sistema impone a la defensa una actitud diligente en la recolección de los elementos de convicción a
su alcance, pues ante el decaimiento del deber de recolección de pruebas exculpatorias a cargo de la fiscalía,
fruto de la índole adversativa del proceso penal, la defensa está en el deber de recaudar por su cuenta el material
probatorio de descargo, si esa es su teoría del caso.
Es que en la Ley de 906 de 2004 la Fiscalía General de la Nación no está obligada a solicitar como prueba la
que descubrió como favorable al acusado.
Si la Fiscalía no solicita como prueba en la audiencia preparatoria la que supuestamente podrá beneficiar al
acusado, no se genera nulidad procesal.
Así pues, si a la defensa le interesa un testigo ofrecido por la fiscalía, para garantizar su testimonio el defensor
debe solicitar la prueba directamente en la audiencia preparatoria, verificando su objeto específico, distinto al
del ente investigadores, y explicando su conducencia y pertinencia.
La fiscalía, finalmente, tiene toda la potestad de renunciar a las pruebas decretadas en la audiencia preparatoria
para el momento del juicio oral y público. Es que la "comunidad de la prueba" se presenta una vez se practican
en juicio59, Por supuesto que esa renuncia de la prueba por la fiscalía es de aquellas que considere como
intrascendentes y que no sea testigo único.
En todo caso, la renuncia de pruebas no lesiona garantías procesales de la contraparte.
ARTÍCULO 354. REGLAS COMUNES. Son inexistentes los acuerdos realizados sin la asistencia del
defensor. Prevalecerá lo que decida el imputado o acusado en caso de discrepancia con su defensor, de lo cual
quedará constancia.
Ese conflicto de pretensiones no debe llevar a extremos de hacer nugatorio el derecho de impugnación, por
ejemplo, cuando tanto procesado como defensor interponen recurso de apelación, pero el abogado defensor
desiste del mismo en cuyo caso ese desistimiento no se hace extensivo a la impugnación que presentó el
procesado.
De otra parte, la impugnación o el recurso puede ser sustentado directamente por el procesado, o por su abogado
defensor, o por ambos, lo que corresponde a la esencia y razón de ser del contrato de mandato que se celebra,
precisamente, para que el mandatario o apoderado actúe en nombre, representación y por cuenta del mandante o
procesado.
Artículo 397. Interrogatorio por el juez. Excepcionalmente, el juez podrá intervenir en el interrogatorio o
contrainterrogatorio, para conseguir que el testigo responda la pregunta que le han formulado o que lo haga de
manera clara y precisa. Una vez terminados los interrogatorios de las partes, el juez y el Ministerio Público
podrán hacer preguntas complementarias para el cabal entendimiento del caso (se resalta).
Se busca también que el juez o el Ministerio Público pregunten a fin de completar, hacer más acabado el
testimonio y por tanto, más comprensible, inteligible el conocimiento del caso.
Para todos los casos, conserva la facultad de realizar preguntas complementarias para el cabal entendimiento del
caso de conformidad con el Art. 397 del CPP
Adicionalmente, el artículo 395 del CPP regula lo concerniente a las oposiciones que se presenten durante el
interrogatorio, para lo cual dispone que "la parte que no está interrogando o el Ministerio Público, podrán
oponerse a la pregunta del interrogador cuando viole alguna de las reglas anteriores o incurra en alguna de las
prohibiciones. El juez decidirá inmediatamente si la oposición es fundada o infundada".
Artículo 112. Actividad probatoria. El Ministerio Público podrá solicitar pruebas anticipadas en aquellos
asuntos en los cuales esté ejerciendo o haya ejercido funciones de policía judicial siempre y cuando se reúnan
los requisitos previstos en el artículo 284 del presente Código.
Asimismo, podrá solicitar pruebas en el evento contemplado en el último inciso del artículo 357 de este Código.
La imparcialidad judicial es parte fundamental del derecho al debido proceso, razón por la cual en el marco de
una actuación penal, la solicitud de nulidad y los recursos de apelación y casación son los mecanismos idóneos
para controvertir el actuar del juez de conocimiento. La acción de tutela no es el medio adecuado para defender
el derecho de acceso a la administración de justicia en condiciones de imparcialidad, especialmente si no se
demuestra la configuración de un perjuicio irremediable.
La imparcialidad se garantiza con la separación funcional entre la instrucción y el juzgamiento, de forma que la
convicción que el investigador se haya formado previamente no se imponga en las decisiones que se adopten en
el juicio.
Como ha explicado la Corte Constitucional11, el trámite de las declaraciones de impedimento tiene un valor
capital en todas las actuaciones judiciales, debido a que protegen dos principios esenciales de la administración
de justicia: la independencia y la imparcialidad.
La garantía de imparcialidad está garantizada por los siguientes mecanismos:
Uno: Impugnación de la competencia (promovida por las partes e intervinientes a la luz del artículo 339 CPP).
Dos: Definición de competencia, suscitada o motivada por el mismo juez (según lo normado en el artículo 54
CPP).
Tres: Discusión de la posible parcialidad del juez a través de la formulación de impedimentos por el mismo juez
(artículos 56 a 60 CPP).
Cuatro: Discusión de posible parcialidad del Juez a través de la formulación de las recusaciones por las partes e
intervinientes (artículos 61 a 65 CPP).
"Así las cosas, no queda otro camino que la declaratoria de nulidad de la actuación con fundamento en el
artículo 457 de la Ley 906 de 2004, como quiera que se desconoció la garantía fundamental del juez imparcial,
desde la audiencia preparatoria, inclusive, para que se rehaga el proceso con irrestricto respeto al debido
proceso y las garantías fundamentales ante un funcionario diferente y con la consecuente libertad del
procesado"
Existe un impedimento constitucional ineludible contemplado en el Art. 250 C. Pol., modificado por el Art.
2º del Acto Legislativo Nº 03 de 2002, así: "Funciones de la Fiscalía: "[. . .] El juez que ejerza las funciones de
control de garantías, no podrá ser, en ningún caso, el juez de conocimiento, en aquellos asuntos en que haya
ejercido esta función". Desarrollado en el Art. 56-13 del CPP: "Que el juez haya ejercido el control de garantías
o conocido de la audiencia preliminar de reconsideración, caso en el cual quedará impedido para conocer el
juicio en su fondo".
No hay suspensión del proceso cuando se trata de impedimento o recusación de otros funcionarios y empleados.
Si el defensor o algún interviniente considera que el fiscal encargado de investigar y acusar al procesado, está
incurso en alguna causal de impedimento no manifestada, debe presentar ante el superior jerárquico del fiscal la
solicitud de recusación.
No es necesario esperar a que se inicie la audiencia de acusación para hacerle la petición al juez de
conocimiento porque este no tiene dentro de sus atribuciones funcionales la decisión de cambiar al fiscal.
Si al juez se le presenta recusación contra el fiscal o contra algún otro servidor público, diferente a los
empleados de su mismo despacho judicial, debe indicarle al peticionario que el procedimiento está reglado en el
Art. 63 del CPP31, y continuar el proceso.
En el caso de recusación de empleados del despacho judicial, es el juez su inmediato superior y como tal quien
deberá decidir de plano sobre el particular.
En ningún caso se recuperará la competencia por la desaparición de la causal de impedimento (Art. 64 CPP).
Las decisiones que se profieran en el trámite de un impedimento o recusación no tendrán recurso alguno (Art.
65 CPP).
El artículo 456 del CPP expresa que "Será motivo de nulidad el que la actuación se hubiere adelantado ante juez
incompetente por razón del fuero, o porque su conocimiento esté asignado a los jueces penales de circuito
especializados"
Las audiencias de formulación de acusación, de solicitud de preclusión y de verificación del preacuerdo (cuando
éste ha sido realizado antes de la presentación del escrito acusatorio), son el escenario procesal adecuado para
que el juez de conocimiento manifieste su falta de competencia, o para que las partes e intervinientes impugnen
la competencia del juez de conocimiento (Art. 54 CPP).
Frente a una acusación presentada por la fiscalía, se tienen estas opciones: (i) el juez de conocimiento puede
manifestar su incompetencia para lo cual debe expresar las razones en las que apoya su declaración; así mismo,
(ii) las partes procesales e intervinientes pueden impugnar la competencia, en cuyo caso el juez debe exponer
los motivos por cuales difiere o comparte lo manifestado por la parte o interviniente que impugna su
competencia.
En cualquiera de las dos situaciones descritas, el funcionario judicial debe enviar la actuación al superior
funcional que, de acuerdo con las reglas que rigen la materia, debe resolverla en tres (3) días, evitando de este
modo la dilación injustificada de la actuación (Art. 54 CPP).
La definición de competencia es el mecanismo previsto por la Ley 906 de 2004 (artículos 54 y 341) para
determinar, en caso de duda, cuál de los distintos jueces o magistrados es el indicado para conocer de un
juzgamiento o para ocuparse de determinados asuntos.
Al amparo del artículo 54 de la Ley 906 de 2004 "cuando el juez ante el cual se haya presentado la acusación
manifieste su incompetencia, así lo hará saber a las partes en la misma audiencia y remitirá el asunto
inmediatamente al funcionario que deba definirla, quien en el término improrrogable de tres (3) días decidirá de
plano. Igual procedimiento se aplicará cuando se trate de lo previsto en el artículo 286 de este Código y cuando
la incompetencia la proponga la defensa".
la Corte unifica la jurisprudencia y define que los conflictos de competencia ocasionados por el factor territorial
no pueden alegarse luego de concluida la audiencia de acusación o preclusión si fuere el caso, pues fenecida
dicha oportunidad, la competencia del juez que viene conociendo del asunto se prorroga, salvo las excepciones
establecidas por el legislador: (i) que esta devenga del factor subjetivo y (ii) que esté radicada la competencia en
funcionario de superior jerarquía. Informa el Art. 456 del CPP que será motivo de nulidad el que la actuación se
hubiere adelantado ante juez incompetente por razón del fuero, o porque su conocimiento esté asignado a los
jueces penales de circuito especializados.
el principio de preclusión de los actos procesales, que concluida la audiencia de formulación de acusación,
fenece la oportunidad para suscitar posteriormente debates en torno de dicho aspecto, salvo que subsista alguna
de las excepciones previstas de manera expresa por el legislador, esto es, que la incompetencia devenga por el
factor subjetivo o emerja propia de un funcionario de mayor jerarquía.
Ahora bien, el incidente de definición de competencia del Art. 54 del CPP constituye un mecanismo ágil y
expedito a través del cual el superior funcional, en caso de incertidumbre frente a este presupuesto procesal, que
puede surgir a iniciativa del funcionario jurisdiccional o de alguna de las partes, dilucida a quién debe asignarse
el conocimiento de la actuación.
Los errores en los que incurra la fiscalía en cuanto a la determinación de la sede más adecuada para la
formulación de acusación, no pueden ser corregidos a través del incidente de definición de competencia, cuya
finalidad es precisamente dilucidar las dudas con relación a este presupuesto procesal, no para subsanar los
dislates de las partes o intervinientes.
Prórroga de competencia
Si el juez no declara su incompetencia y las partes no hacen ninguna manifestación en tal sentido, la
competencia entonces se entiende prorrogada en los términos del artículo 5 5 del CPP. Esto es lo que se conoce
como "prórroga de competencia", salvo que se origine en el factor subjetivo o que el conocimiento del proceso
esté radicado en un funcionario de mayor jerarquía.
Factores de la competencia
La facultad de administrar justicia está determinada para cada juez de la República por factores como:
1.- El personal o subjetivo: Concerniente al fuero del sujeto activo del comportamiento delictivo (Arts. 30, 32-
5-6-7-9; 33-2, CPP).
Se debe tener en cuenta los fueros, tanto constitucional como legales. El fuero constitucional remite a la
prerrogativa de que los altos funcionarios del Estado sean juzgados por la más alta instancia ordinaria en el
ámbito penal, vale decir, la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia.
El fuero legal es el referido no a la condición de servidor público, o mejor, alta dignidad de que está investida la
persona, sino al tipo de función que ella desarrolla, a cuyo efecto es siempre necesario delimitar cuál es el tipo
de delito ejecutado y, en concreto, si este deviene o no como consecuencia del cargo o la función.
2.- El objetivo: Relativo a la naturaleza de la conducta punible (Arts. 35 a 38 CPP).
3.- El territorial: Vinculado con el lugar geográfico en el que se ejecuta el hecho delictivo (Arts. 42 a 45 CPP).
4.- Funcional: Relativo a los órganos de la administración de justicia penal indicados en el Art. 31 del CPP.
5.- Factor de conexidad, según los artículos 50 a 53 del CPP El funcionario entonces sólo podrá conocer de los
asuntos no sometidos a su competencia, cuando ésta le fuere legalmente prorrogada o delegada, cuestión
expresamente determinada por el legislador con el objeto de mantener al frente del proceso al juez previo y
legal, o natural como usualmente se conoce, y evitar que se pierda la vigencia de los principios de inmediación,
celeridad y economía procesal.
Competencia territorial
La competencia territorial de los jueces, de acuerdo con el artículo 14 del Código Penal, se determina:
(i) Por el lugar donde el autor ejecutó la acción típica, o en los supuestos omisivos, donde debió realizar
la acción omitida (teoría de la actividad).
(ii) Por el lugar donde se produjo o debió producirse el resultado típico (teoría del resultado).
(iii) Atendiendo la equivalencia de acción y resultado, indistintamente se acepta como lugar de comisión
del delito el de ejecución de la acción como el del resultado (teoría de la ubicuidad).
Por su parte, el artículo 43 de la Ley 906 de 2004, dispone como competente para conocer del juzgamiento el
juez del lugar donde ocurrió el delito, esto es, el factor territorial.
ARTÍCULO 51. CONEXIDAD. Al formular la acusación el fiscal podrá solicitar al juez de conocimiento que
se decrete la conexidad cuando:
1. El delito haya sido cometido en coparticipación criminal.
2. Se impute a una persona la comisión de más de un delito con una acción u omisión o varias acciones u
omisiones, realizadas con unidad de tiempo y lugar.
3. Se impute a una persona la comisión de varios delitos, cuando unos se han realizado con el fin de facilitar la
ejecución o procurar la impunidad de otros; o con ocasión o como consecuencia de otro.
4. Se impute a una o más personas la comisión de uno o varios delitos en las que exista homogeneidad en el
modo de actuar de los autores o partícipes, relación razonable de lugar y tiempo, y, la evidencia aportada a una
de las investigaciones pueda influir en la otra.
Se debe advertir que la conexidad no es un postulado absoluto así se estructure alguna causal del Art. 51 del
CPP, pues la fiscalía puede no optar por la conexidad cuando, por ejemplo, el proceso tiene muchos implicados
o muchos delitos que lo hacen complejo e inmanejable, se encuentran en estadios procesales diferentes, o bien
por simples razones prácticas que se deben analizar en cada situación particular.
La conexidad sustancial o material de delitos implica (i) la existencia de varios delitos con descripción típica
autónoma (donde de descarta el denominado "delito complejo") bien sea cometidos por una misma persona o
por personas diversas, y (ii) una determinada relación común sustancial, expresa o tácita, entre tales delitos que
puede ser subjetiva referida a la persona del imputado, aunque puede ser una conexión psicológica, y también
objetiva en atención a los delitos investigados.
Precisamente la conexidad sustancial representa una relación o nexo estrecho entre cada una de las conductas
delictivas que impone su investigación y juzgamiento conjunto, bien sea porque:
Uno: Fueron cometidas dentro de una misma cadena finalística de causa a efecto o en relación de medio a fin;
Dos: Son cometidos dentro de dos cadenas finalística diversas, pero vinculadas entre sí para seguir hacia un fin
único, como cuando se comete un delito para asegurar el resultado de otro; el delito no es ejecutado para ocultar
el primero, sino que incide sobre un elemento separado del otro delito que es el producto o el provecho o el
precio remuneratorio, por eso a los delitos comprometidos se les da el nombre de "coordinados" (conexidad
paratática).
Tres: Se comete para ocultar la comisión de otro hecho criminal con el fin de lograr su impunidad, asegurar su
producto o suprimir pruebas; contempla dos cadenas finalísticas que no se superponen en ningún momento. Se
trata del caso del homicidio del testigo del hurto, el homicidio no se hubiese cometido de no haberse cometido
el hurto, de modo que, de cierta forma, le está subordinado (conexidad hipotática).
Cuatro: Son delitos que están estrechamente vinculadas en el tiempo y en el espacio, en fin, cuando en un
mismo contexto de acción se realizan varias conductas punibles (conexidad cronológica).
La conexidad sustancial, esto es, la derivada por excelencia de los elementos comunes de los tipos penales
involucrados, se clasifica de dos formas, según la jurisprudencia. De un lado: i) teleológica, paratática e
hipotática y, de otra, ii) ideológica, consecuencial u ocasional, siendo esta última clasificación la más empleada
por la jurisprudencia de la Corte.
Expresa el numeral 4º del Art. 51 del CPP, que procede la conexidad cundo: "Se impute a una o más personas la
comisión de uno o varios delitos en las que exista homogeneidad en el modo de actuar de los autores o
partícipes, relación razonable de lugar y tiempo, y, la evidencia aportada a una de las investigaciones pueda
influir en la otra".
En la conexidad procesal, más que un vínculo sustancial entre las conductas delictivas investigadas, existe una
relación práctica que aconseja y hace conveniente adelantar conjuntamente las investigaciones penales, dada la
unidad de autor(es), la homogeneidad del modus operandi, la comunidad de prueba, todo lo cual redunda en
favor de la economía procesal, es pues, una conexidad por conveniencia (economía procesal3s), por exigencia
funcional, y para garantizar el ejercicio defensivo del procesado, entre otras ventajas36 , siendo factores
determinantes de ella la unidad de sujeto activo, la comunidad probatoria y la unidad de denuncia37 que
permiten proseguir la actuación de manera conjunta.
1.- La unidad de prueba, porque de manera general en los casos de concurso y participación, la misma prueba
que sirve para demostrar uno de los delitos, puede servir de base para los otros y así también, el medio de
convicción que sirve para demostrar la autoría o responsabilidad respecto a uno de los partícipes, puede servir
para probar la de los demás partícipes.
2.- La economía procesal, porque es evidente que teniendo en cuenta lo expresado con anterioridad, la
conexidad procesal evita la duplicación de esfuerzos investigativos, que serían de absoluta necesidad al tener
que practicar muchas veces las mismas pruebas en los varios procesos que se adelanten por los mismos hechos.
3.- La necesidad de evitar fallos contradictorios sobre unos mismos hechos, que es de una trascendencia política
inconmensurable, porque en un Estado democrático que aspira a concretar la justicia y la igualdad real sobre
todos los ciudadanos, sería inexplicable, que respecto a unos mismos hechos se pudieran presentar fallos
contradictorios y en un proceso determinado, unos partícipes resultasen condenados y en otros, fuesen
absueltos.
La conexidad procesal no es un postulado absoluto; y no es absoluto, por ejemplo, cuando por razones de orden
práctico no es aconsejable unificar las investigaciones porque se encuentran en estadios procesales diferentes
que no hace aconsejable su acumulación o el número de procesos puede hacer inmanejable la actuación en
detrimento de la agilidad y buen trámite procesal, aspectos que deben ser evaluados en cada caso concreto por
el ente investigador. Los fines de la Justicia hace que se conozcan en un solo proceso.
La Corte admite que se puedan investigar varios hechos punibles cuando se presente unidad de denuncia,
unidad de imputados o comunidad de pruebas.
opera en virtud de otros criterios, generalmente de conveniencia, razón práctica o de simple economía procesal,
que aconsejan proseguir la actuación de manera conjunta, como así se· reiteró.
Si la Fiscalía por alguna circunstancia no logró acumular o conexar las conductas desde un principio, lo podrá
intentar en la audiencia de acusación, y si tampoco lo intenta en dicha audiencia entonces la defensa y/ o la
victima la podrán solicitar en la audiencia preparatoria, para efectos de que se realice un solo juicio y se dicte
una sola sentencia penal por los varios delitos endilgados cometidos en diferentes épocas donde existe
homogeneidad en el modo de actuar, mismas partes, relación razonable de lugar y tiempo, y que la evidencia
aportada a una de las investigaciones pueda influir en la otra, esto es, que exista comunidad de prueba.
Segundo, porque el trámite separado de diversas investigaciones seguidas contra una misma persona obedece a
múltiples circunstancias, tales como: fechas de denuncias, fechas de los hechos, lugares de comisión del hecho,
competencia, etc.
Tercero, porque el trámite autónomo de un proceso por cada hecho punible no comporta afectación de garantías
procesales, dado que en cada actuación se siguen los parámetros propios del debido proceso y se formula la
imputación específica, frente a la cual el procesado puede ejercer el derecho de defensa.
Cuarto, porque la ruptura de la unidad procesal no genera nulidad a menos que se afecten garantías
fundamentales.
Quinto, porque en caso de condena hay lugar a la acumulación jurídica de penas (Art. 460 CPP). El efecto
principal del trámite conjunto de delitos conexos consiste en que si se llega a un fallo de condena, la pena se
establece conforme a las reglas del concurso, misma metodología utilizada, por mandato legal, cuando los
delitos conexos se fallan separadamente.