Carli Niñez Pedagogía Política Introduccion

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12 SANDRA CARLI

la Argentina. Seguramente muchas de las cuestiones planteadas Introducción


aquí merecerían una revisión y una actualización.
La producción de esta tesis y de este libro fue posible por el
apoyo de muchas personas que acompañaron de diversas maneras
este trabajo. En primer lugar quiero agradecer a Adriana Puiggrós
y a todos mis compañeros de la cátedra y del proyecto APPEAL
(Alternativas Pedagógicas y Prospectiva Educativa en América
Latina) con quienes compartimos discusiones, esfuerzos colecti-
vos y una mirada política e histórica de los procesos educativos.
También a los colegas de APPEAL de México con quienes transi-
tamos en forma común un imaginario de la educación latinoameri-
cana. Por último, quiero agradecer muy especialmente a personas
de distintos ámbitos, a los variados lectores que se interesaron por
anticipos de este texto y que me invitaron en distintas ocasiones
durante estos años a contar y compartir algo de lo que estaba pen-
La mayor visibilidad que la problemática infantil adquirió en las
sando y escribiendo, y que me estimularon para continuar traba-
últimas décadas del siglo XX, ha favorecido la exploración del
jando en una temática como es la de la infancia.
pasado, hecho provocado por múltiples fenómenos como el reco-
Quiero agradecer de forma particular a Daniel, a Leila, a mis nocimiento jurídico mundial de los derechos del niño, las hipóte-
padres, a mis hermanos Andrea y Augusto, Natalia, Silvina y
sis sobre la desaparición de la idea social de la infancia por efecto
Victoria, a Beatriz y a Mirta.
de la expansión de los medios masivos de comunicación, y la in-
certidumbre creciente respecto de los vínculos entre generaciones
adultas y generaciones jóvenes.
Tema durante bastante tiempo marginal en la historiografía
educativa, pero a la vez objeto considerado obvio al no ser reco-
nocido como producto de una objetivación histórica (Foucault,
1985:12*), la infancia es un concepto que se inscribe en trabajos
de diverso tipo que oscilan entre la omisión del relato acerca de
las transformaciones que la afectan, desde perspectivas sustan-
cialistas, y la prescripción absoluta del estatuto de la infancia a
partir de intervenciones profesionales y disciplinarias. La concien-
cia subjetiva de la irremediable historicidad de la infancia que la
memoria adulta insiste en recordar, atravesada por la amnesia in-
fantil que Freud ha considerado como constitutiva del adulto, es
contemporánea de su deshistorización por parte de pedagogías y
políticas. El relato histórico nos permite restituir a este objeto
su dimensión temporal y, desde esta perspectiva, situarlo entre

Nota del Editor: las citas bibliográficas que refieren a fuentes primarias
se encuentran en VERSALITAS. Los datos completos pueden encontrarse en
Fuentes Primarias, pág. 339. El resto de la bibliografía citada se en-
cuentra en minúscula, y pueden hallarse los datos completos en Bi-
bliografía general, pág. 323.
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otros objetos del análisis histórico. En este trabajo nos propo- están estrechamente articuladas. Es en la ligazón entre la expe-
nemos situar la cuestión de la infancia en la historia de la edu- riencia de los niños y la institución de los adultos, que se produce
cación argentina. la constitución del niño como sujeto: esta ligazón es constitutiva.
Según el diccionario de la Real Academia Española infancia La referencia histórica al proceso de "construcción social de la
alude a "período de la vida del hombre que se extiende desde el infancia" no debe hacer perder de vista el hecho de que dicho
nacimiento hasta la pubertad", a un "conjunto de niños", y a "el proceso pretende capturar la construcción simbólica singular de
principio de una cosa: la infancia del mundo". Desde la perspec- los niños, y que esa construcción opera con un vínculo profunda-
tiva del tiempo, el concepto de infancia refiere entonces, en pri- mente asimétrico (Bleichmar, 1993). Esta asimetría constitutiva de
mer lugai, a un período vital, a un tiempo biológico que se sitúa la relación entre adultos y niños torna significativas las posicio-
entre el nacimiento y la pubertad. La categoría infancia, desde el nes de los adultos frente a los niños: nos interesa en este trabajo
psicoanálisis, se define como el tiempo de estructuración del apa- explorar y analizar los sentidos que en la sociedad argentina se
rato psíquico, pero en la constitución psíquica siempre desempe- construyeron acerca de la infancia durante la primera mitad del
ña un papel estructurante la relación con el otro, en la medida en siglo XX.
que toda tópica psíquica es desde el principio intersubjetiva La infancia ha sido un tema clásico de la educ-ción y de la
(Bleichmar, 1993 y 1999). Desde la perspectiva de la historia, los pedagogía, pero también de la política. La infancia tanto edad
niños se constituyen como tales en el tránsito por ese tiempo de se inscribe, entonces, en procesos de diferente temporalidad, lo
infancia cuyos sentidos han variado históricamente. El tiempo de que habitualmente se designa mediante el contraste entre el tiem-
la infancia es un tiempo construido por los adultos, un tiempo po de la política y el tiempo de la educación. En tanto la infancia
histórico-cultural: es en la trama de una sociedad y de una cultura es terreno de constitución de los niños en sujetos generacionales
que se dota de sentidos a esa edad instalándola como tal en otra y de modulación de una sociedad y de las generaciones adultas
temporalidad que no se ciñe a la temporalidad biológica, evoluti- futuras, en este trabajo optamos por analizar las transformaciones
va, de la edad, sino que se inscribe en el proceso más amplio de de los sentidos acerca de la infancia en la pedagogía y la politica.
reproducción humana de una sociedad (Legendre, 1996), en las Nos interesa analizar cómo en la trama de la escolarización publi-
alternativas que una sociedad construye para afrontar lo que ca y de las políticas-educativas y sociales se modularon formas de
Arendt ha denominado el fenómeno de la natalidad, es decir, el nombrar/estudiar/definir la condición y el estatus del niño.
nacimiento de seres humanos nuevos. Preguntar por la infancia es partir de una hipótesis analizar
Si la condición biológica del niño parece remitir a cierta esta- los conceptos acerca de la infancia en un período histórico nos
bilidad o invariabilidad que tuvo vigencia durante un largo lapso informa sobre la situación de los niños, pero también sobre la
de tiempo, cabe destacar que ella también está atravesada por trans- construcción de la cultura política y de la cultura escolar argen-
formaciones históricas: las nuevas formas de procreación y clona- tina. Los interrogantes que surgen son diversos: ¿el tiempo pro-
ción constituyen un ejemplo paradigmático de estos cambios, vin- pio de la infancia adquiere otra dimensión al inscribirse en el
culados con las formas de engendrar y a su vez con la mítica tiempo largo de los imaginarios políticos y de los proyectos edu-
irrepetibilidad del cuerpo humano. Pero también ciertas ideas res- cativos?, ¿cómo se inscribe el tiempo de la política y de la edu-
pecto del niño como sujeto social, que se inscriben en el imagina- cación, tan tensados hacia el futuro y hacia el pasado, en el tiempo
rio como inmutables e invariables, son objeto de cambios lentos presente de una generación de niños? Preguntarnos por la cons-
pero efectivos. Nos referimos por ejemplo al fenómeno de depen- trucción de las generaciones nos sitúa en el tiempo largo y, más
dencia de los niños respecto de los adultos, o a la cuestión de la puntualmente, en las transformaciones políticas y educativas. Los
edad punible del menor, fenómenos que se vinculan con las ideas niños evocados como generación son dotados de un tiempo que
sobre la autonomía del niño y la conciencia infantil de las accio- atiende el presente pero se proyecta hacia el futuro, se desplaza
nes cometidas. de la edad para proyectarse en un tiempo imaginario.
Ambas temporalidades, la del niño como un cuerpo en creci- Nos interesa analizar tanto las formas de educación y sociali-
miento y la de la sociedad en la que se constituye como sujeto, zación de la niñez como los imaginarios acerca del futuro de los
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niños, tanto la modulación del presente de una población infantil ta que había dominado en la orientación de la segunda genera-
como las ideas acerca de su proyección como futura generación ción de Annales. La infancia entra así en el campo visual del histo-
adulta: el problema es, entonces, el pasaje de un tiempo a otro, o riador, inscripta, de acuerdo con el interés de Ariés, en la relación
en otros términos, la relación entre presente y futuro. La política entre naturaleza y cultura (ibídem:157). Las tesis principales de la
y la pedagogía resultan ser sedes cruciales de este pasaje, de esta obra de Ariés se centran en el análisis de los cambios producidos
tensión en la que los adultos operan sobre-el presente infantil a la en las sociedades de Antiguo Régimen a partir del impacto de la
vez que delimitan el futuro social. La infancia/niñez se torna así aparición de la escuela moderna y de la emergencia de nuevos
en una bisagra privilegiada para abordar las articulaciones entre sentimientos de los adultos hacia los niños.
pasado, presente y futuro. Tal como señala Laclau, "todo tiempo El historiador francés describe el pasaje de la Edad Media,
se da una imagen de sí mismo, un cierto horizonte [...] que unifi- etapa en la cual los niños vivían mezclados con los adultos, no había
ca, en cierta medida, el conjunto de su experiencia" (1993:19). una familia privada, y tampoco había una idea de educación, a la
Cómo los niños se inscribieron en distintos horizontes históricos, Edad Moderna en la cual surge una diferenciación de los niños
cómo se convirtieron, en muchos casos, en los agentes encarga- con respecto a los adultos. La reaparición del interés por la educa-
dos de configurar esos horizontes, de qué modos la niñez fue re- ción a principios de la edad moderna introdujo la necesidad de
presentada como aquel sujeto en condiciones de hacer posible un someter al niño a un régimen especial de preparación: este interés
tipo de sociedad en -afá-do- deC-Om
—pletud, imaginada por los adul- se trasladó a la sociedad, modificando la familia. Según Ariés, "el
tos y proyectada en los niños, son algunas de las preguntas que interés por los niños inspira nuevos sentimientos, un nuevo afec-
Í nos interesa responder. to que la iconografía del siglo XVII ha expresado con insistencia
y acierto: el sentimiento moderno de la infancia" (Ariés, 1987:541).
La obra de Ariés suele ubicarse como parte de la llamada his-
El campo de estudios sobre la infancia toria de las mentalidades: en este caso se trata del pasaje de una
mentalidad indiferente al niño, que solo contemplaba la infancia
En estos últimos años, en distintos ámbitos se ha cristalizado de corta duración, a una mentalidad moderna que pone su acento
un área denominada "estudios sobre la infancia" que se vincula en ellos y concibe una infancia de larga duración (ibídem:434).
con aportes de distintas disciplinas. Recuperamos la dimensión Como sinónimo de este concepto de mentalidad, Ariés utiliza tam-
transdiciplinar de todo estudio centrado en la infancia; las refe- bién la noción de "sentimiento de la infancia", entendida como la
rencias que nos interesa situar y analizar críticamente se ordenan actitud de los adultos frente al niño (Pontalis y Gantheret, 1994:73).
en tres grandes grupos: las proporcionadas por el campo de la his- El-erigen de esta mirada al plano de los sentimientos o actitudes
toria y de la historia de la infancia, las provenientes de la historia -que Jacques kevél- distingue de la idea actual de subjetividad, y
de la educación y la sociología de la educación, y las aportadas que se inscribe en el esfuerzo historiográfico y teórico por preci-
por el psicoanálisis. sar las fronteras entre lo mental y lo biológico- fue analizado con
Desde el campo c
pJelistoria,e1,..referente por excelencia de posterioridad por el propio Ariés, quién naanifestó-su-interés" -por' -
los estudios...sobre-infancia es Philippe Ariés y su obra El niño y la salir de las explicaciones políticas'.
vida familiar en el Antiguo Régimen, publicada en 1960. La obra El concepto de mentalidad há sido cuestionado en el campo
de Ariés se inscribe dentro de la producción de la tercera genera- de la historia, y distintos autores han declarado su agotamiento.
ción de la revista Anales, cuyos estudios se suceden a partir de Entre otras debilidades, se señala su infertilidad para explicar di-
1968. Esta etapa se caracteriza por el auge de la microhistoria, el ferenciaciones de comportamiento en una sociedad, suprimiendo
diálogo con otras ciencias y el retorno a la historia política y narrati- a priori la subjetividad. El uso y valoración del concepto de men-
va (Pagano y Buchbinder, 1993:11). Se había producido entonces
una ampliación de las fronteras de la historia con la incorporación 1 "Podría decirse que en el origen de mi evolución existió el deseo de salir
de temas como la infancia, los sueños, el cuerpo, los olores (Burke, de la política, de la explicación del mundo y de la condición humana a
(en ibídem:154) como reacción contra la perspectiva economicis- través de causas políticas" (Ariés, 1987:71).
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talidad había radicado, entre otras cuestiones, en la posibilidad distinguir entre familia y niño y, en cierta medida, la preocupación
que ofrecía de aproximación a lo colectivo teniendo en cuenta el por la familia operó capturando la cuestión del niño. Los estudios
nivel más estable de las sociedades, a la vez que el acceso a sobre la infancia no pueden ser objeto exclusivamente de la inda-
estructuras psíquicas profundas. Según Le Goff, la mentalidad gación de la esfera de la vida privada familiar, sino que en tanto la
se sitúa en el punto de conjunción de lo individual con lo colec- educación es un fenómeno público, se requiere una lectura de las
tivo, del tiempo largo y de lo cotidiano, de lo inconsciente y lo formas en las que el niño se inscribe en ella.
intencional, de lo estructural y lo coyuntural, de lo marginal y lo En esta serie de trabajos, las perspectivas no son homogéneas.
general (Le Goff, 1980:81). La recuperación de este concepto por Algunas continúan el abordaje inaugurado por Aries, como el tra-
parte de la historia —y no de la psicología— le permitió diferenciarse bajo de Jacques Gelis que analiza los sentimientos de infancia del
de la historia de las ideas y acercarse-a la historia de, la_cultura, siglo XVIII teniendo en cuenta la transformación de las creencias
atendiendo a aquello que cambia con mayor lentitud (ibidem:87). y las estructuras mentales (1990). Otros se orientaron en una pers-
En este sentido, el papel de la escolaridad resulta de interés histo- pectiva de psicohistoria (Pagano y Buchbinder, 1993:154), como
riográfico por su capacidad para modificar mentalidades. Será la la obra de Lloyd De Mause: Historia de la Infancia (1982). Por
intervención del psicoanálisis la que intentará desentrañar esta último, no pocos trabajos se ubican en la perspectiva inaugurada
dualidad no resuelta entre subjetividad-objetividad y que se con- por Michel Foucault. El ensayo de Jacques Donzelot La policía
vierte en tema de debate de las actuales ciencias sociales. Tal como de las familias se diferencia, según Deleuze, tanto de la psicolo-
destacó Foucault al situar la discontinuidad en la historia, el pro- gía como de la historia de las mentalidades al identificar "un cam-
blema pasa a ser la apropiación diferencial que realizan los sujetos. po de prácticas que pueden ser consideradas como directamente
La obra de Aries inauguró la producción de numerosos tra- portadoras de las transformaciones que se intentan analizar, evi-
bajos que pueden ubicarse en una serie de historia de la infancia, tando esa separación entre política y psicología, mediante la toma
algunos de los cuales discuten las tesis de esta obra pionera. Al- en consideración de lo que él llamó «biopolítica»" (Donzelot,
gunas de las críticas formuladas contra el estudio de Ariés señala- 1990:10). Por último, no pocos trabajos han surgido tanto en Es-
ron "demasiada concesión al fijismo de la sicología tradicional" y tados Unidos como en América Latina en estos últimos años'.
cuestionaron la separación entre el "sentimiento de infancia (o de Los distintos trabajos de historia de la infancia precisan sus
la familia) y su realidad" (Flandrin, 1981:57-158). Ariés retomó perspectivas buscando resolver la tensión entre psicología y polí-
las críticas formuladas por Flandrin, entre otros, y revisó la tenta- ticas, entre sentimientos y prácticas sociales, entre vida privada y
ción de buscar un origen absoluto del sentimiento de infancia orden público, entre individuo y sociedad.
(ibídem:18). Mientras "salir de la política" fue determinante en el enfoque
Los trabajos sobre infancia' recorren un arco que va desde de Ariés, aunque esta salida lo condujera a la tesis acerca del im-
fines de los años '60 hasta la actualidad. Su emergencia debe ex- pacto negativo de las políticas de escolarización sobre la infancia,
plicarse teniendo en cuenta las transformacioñes que, a partir de en los trabajos de historia de la educación, lo que resulta signi-
la segunda posguerra, se produjeron en los procesos de consti- ficativo es precisamente la articulación entre prácticas pedágógi-
tución de los niños como sujetos y que convocaron a nuevos cas y políticas educativas. Los procesos educativos, tomados en
trabajos históricos. En ellos se avanzó en el análisis de la vida sentido amplio, permiten un desplazamiento entre distintos pla-
privada de los niños, los afectos familiares, los vínculos inter- nos, que van desde las políticas gubernamentales hasta las expe-
generacionales, los fenómenos demográficos. Sin embargo, el riencias educativas que se desarrollan en el interior de diversos
vuelco hacia los fenómenos de la vida privada amenazó con no tipos de instituciones.

2 Entre esos trabajos figuran los de De Mause, Lloyd (1974); Stone, Lawrence
(1975); Flandrin, Jean-Louis (1976); Donzelot, Jacques (1977); Shorter, 3 Me refiero a trabajos como los de Bárbara Filkenstein en Estados Uni-
Edward (1977); Snyders, George (1980); Badinter, Elizabeth (1980); dos, de Pilar Gonzalbo Aispuru, Gina Rodríguez Hernández, Beatriz
Pancera, Carlo (1981); Gelis, Jacques (1990), y Pollock, Linda (1983). Las Alcubierre y Tania Carreño King en México, de Mary del Priore y
fechas corresponden a las primeras ediciones. Cynthia Greive Veiga y Luciano Mendes de Faria en Brasil, entre otros.
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La historiografía educativa sobre infancia es significativa a sujeto, la relación entre psicoanálisis e historiografia, y la dimen-
partir de los años '80. De alguna manera, recoge el impacto de la sión intergeneracional de los procesos educativos. Con Freud se
obra de Ariés. Tal como señala Filkenstein, tanto Ariés como De inaugura un reconocimiento de la significación de la infancia que
Mause coincidieron en afirmar que la historia de la infancia y la márca un momento de inflexión en los estudios historiográficos.
historia de la educación estaban estrechamente conectadas en va- La definición de "lo infantil" en Freud remite a su indagación de
rios niveles, y admitieron la simultaneidad en el tiempo del re- las neurosis y de los traumas precoces en la infancia, que parte de
conocimiento de la infancia moderna y la aparición de institucio- su afirmación de que la sexualidad se encuentra desarrollada a
nes protectoras (1986). Sin embargo, según la autora, ésta estre- partir de los 5 años. Las tesis de Freud sobre el inconsciente, la
cha conexión entre historia de la infancia e historia de la educa- sexualidad infantil, la construcción del aparato psíquico en los
ción se habría operado a partir de un interés por niños y jóvenes primeros años de vida, y los procesos de identificación familiar,
diverso y selectivo, que no transformó necesariamente los esque- permitieron una inédita valoración de la edad de la infancia en la
mas interpretativos tradicionales. constitución de los sujetos adultos y en la conformación de las so-
Para Ariés "entre la progenie física y la institución jurídica ciedades contemporáneas.
existía un vacío que colmará la educación" (1987:541). Los tra- Según De Certau, entre los principales aportes de Freud a la
bajos de historia de la educación priorizan el análisis de la con- historiografía figuran la asignación de un papel central en la his-
formación del sujeto alumno desde la pedagogía y las políticas toria al niño y la postulación de la violencia genealógica entre
escolares (Varela y Álvarez-Uría, 1991; Narodowski, 1994a; Que- padres e hijos en el origen de los pueblos (1995:80-81). Las tesis
rrien, 1994; etc.). La presencia de una multitud de niños bajo la de Freud permiten pensar la persistencia de lo infantil y su repeti-
autoridad de un maestro en las escuelas de los nacientes sistemas ción en el adulto. Desde esta perspectiva se han señalado las dife-
educativos modernos del siglo XIX, que motivó la producción de rencias entre historiografía y psicoanálisis: mientras que el histo-
ensayos pedagógicos, tecnologías didácticas, y polémicas públi- riador desde preguntas del presente se orienta hacia el pasado para
cas, demoró en ser tomada como objeto temático, pero constituye intentar reconstruirlo, el analista promueve la historización del
hoy el tema central de muchos trabajos. pasado infantil a partir de su emergencia en la densidad del pre-
La ligazón entre historia de la infancia e historia de la educa- sente y su intervención promovería una simbolización historizante
ción posibilitó gradualmente el cierre de una etapa de la histo- (Horstein, 1993:15). La pregunta que atraviesa a la clínica con
riografía educativa, caracterizada solo por la descripción de las tra- niños se refiere a la posibilidad del infans de intervenir sobre las
yectorias de las instituciones sin tener en cuenta a los actores que historias que lo anteceden y respecto de las cuales habrá de cons-
se constituían en ellas. Dió una nueva luz sobre el pasado, a la tituirse (Galende, 1994:39).
vez que se centraba en nuevos o renovados sujetos. En qué medi- Jacques Lacan ha cuestionado algunas de las tesis freudianas
da la apelación al "descubrimiento de la infancia" permitió leer los sobre la familia y el lugar de las luchas genealógicas. En un texto
procesos históricos de manera inédita configura un tema de debate inaugural señaló que Freud elaboró muy pronto una teoría de la
pendiente. En todo caso, en este trabajo pretendemos analizar las familia, ubicando en el drama psíquico familiar los desarrollos de
concepciones acerca de la infancia desde la perspectiva de la his- la represión sexual y el sexo psíquico, pero consideró un salto teó-
toria de la educación; ahora bien, ubicarnos en la perspectiva dis- rico abusivo el haber pasado de la consideración de la familia
ciplinaria de la historia de la educación nos invita constantemente conyugal a una hipotética familia primitiva caracterizada como una
a dialogar con los aportes inestimables que otras disciplinas reali- horda dominada por la superioridad biológica del macho, que da
zan a este campo que damos en denominar de "estudios sobre la lugar al mito del parricidio original. Además de sostener la super-
infancia". Entre dichos aportes figura el psicoanálisis. vivencia de una estructura matriarcal de la familia, Lacan cuestio-
Historiadores y sociólogos que se han ocupado de la temática nó a Freud la prioridad de lo biológico presente en sus escritos
infancia han reconocido el impacto del psicoanálisis en la historia sobre la familia; sostuvo en este sentido que "...el orden de la fa-
de la niñez y la importancia de los escritos de Freud en los estu- milia humana tiene fundamentos que son ajenos a la fuerza del
dios sobre la infancia; en particular lo referido a la cuestión del macho" (1975:50); el complejo de Edipo construido por Freud, en
22 SANDRA CARLI INTRODUCCIÓN 23

tanto elemento psicológico que constituye la forma específica de sustrajera de las luchas sociales (Le Goff, 1980:96). La noción de
la familia humana y que explica todas sus variaciones, está mentalidad fue considerada una de las nociones ligadas al pos-
"dominado por factores culturales" (ibídem:19). Althusser califi- tulado de continuidad (Foucault, 1985:93). La derivación a la psi-
có esta tesis de Lacan como un verdadero "descubrimiento" y cología fue una posibilidad plasmada en la psicohistoria, pero que
destacó su dimensión cultura'''. Según Lacan, el niño es introdu- no saldó las preguntas acerca de los efectos políticos y sociales en
cido en un orden simbólico, en una cadena:significante o simbóli- la subjetividad infantil. Los trabajos inspirados en Foucault, por
ca en la que se inscribe desde que es nombrado, y su presencia en otra parte, operaron un retorno diferenciado a la política, pero
esa cadena se estructura a través del lenguaje. La posición del avanzaron en un análisis localizado del poder, centrado en las for-
sujeto/niño respondería a una sujetación en el lenguaje operada mas de disciplinamiento de los niños en las instituciones, quedando
por el Otro adulto -encarnable en figuras diversas- y la cadena en los márgenes la consideración de los procesos de construcción
significante o simbólica se define como una "cadena de las genera- de hegemonía. Esto no descalifica, sin embargo, la importancia
ciones" que se estructura en "el desfiladero radical de la palabra" de la idea de un sujeto constituido en el interior mismo de los
(1987:46). saberes (ibídem:31). El psicoanálisis, desde otro registro teórico,
Este breve recorrido por algunas de las tesis de Lacan, sin ilumina con otras preguntas la importancia de una reconstruc-
internarnos en las polémicas existentes dentro del campo del psi- ción histórica de este tipo, pero se sitúa en la especificidad de las
coanálisis de niños, nos permite destacar dos supuestos de este subjetividades infantiles y no en los procesos colectivos.
trabajo: la necesidad de desbiologizar/desnaturalizar la visión de Nuestro estudio se inscribe en el campo de la historia de la
la infancia y de la niñez e instalarla en el orden de la cultura, y la educación argentina y, en este sentido, nos interesa particularmente
necesidad de situar a la niñez como sujeto en la cadena de las gene- leer las articulaciones que, en relación a la infancia, se construye-
raciones (adultos-niños, padres-hijos, maestros-alumnos, mujeres- ron en el terreno de la pedagogía y de la política'. Ello es posible
niños, Estado-niños, etc.) y, desde esa ubicación, recuperarla para desde una perspectiva teórica que nos permita situar la infancia
el análisis histórico-educativo. Los significantes que nombran a como construcción histórica en el marco de discursos de diver-
los niños son, en este sentido, múltiples y suponen una operación so tipo en los que se despliegan los procesos de sujetación de la
en la que se juega la institución de la cultura. Situar la cadena de niñez.
generaciones conduce a ubicar la posición de los adultos, pero Este trabajo pretende ser un aporte a una historia de la infan-
también la posición de los niños, es decir reivindicar el carácter cia en la Argentina, pero una historia que no se sustraiga de su
intersubjetivo de esta relación social. participación en un espacio transdisciplinario de estudios que con-
tenga aportes de distintos campos de conocimiento. Una historia
dela infancia en la Argentina debe reconstruir los procesos so-
Los discursos acerca de la infancia. ciales que afectan a la población infantil y explorar las ideas acerca
de la infancia moduladas por la sociedad en cada época, pero
Aproximaciones teóricas también debería intentar constituir "un amplio capítulo de la his-
toria de la cultura" (Romero, J. L., 1988:141). Las historias de la
El motor del trabajo de Ariés fue "salir de la política", lo que infancia suelen ser inventarios de las violencias cometidas contra
formaba parte de un intento de la segunda generación de Annales los niños por los adultos o, en muchos casos, se interesan exclusi-
de renovar la producción historiográfica. Sin embargo, esta salida vamente por las formas del disciplinamiento social, dejando afuera
provocó, entre otros efectos, que el concepto de mentalidad se el papel constitutivo que tiene toda política y pedagogía dirigida
a los niños en la cultura y en la sociedad.
4 "Lacan ha demostrado que este paso de la existencia (en el límite pura-
mente) biológica, a la existencia humana (niño humano) se opera bajo la
5 La política entendida como forma de subversión y dislocación de lo so-
Ley del Orden, que yo llamaré Ley de Cultura, y que esta ley del orden
cial, definición que conduce a la afirmación de todo sujeto como sujeto
se confundía en su esencia formal con el orden del lenguaje" (Althusser,
1990:30). político (véase Laclau, 1993:77).
24 SANDRA CARLI INTRODUCCIÓN 25

La institución de la infancia es siempre una violencia, un acto es una configuración significativa (Laclau, 1993:114). La noción
de poder. Los rasgos que Laclau adjudica a toda relación social: de discurso nos permite tejer el amplio conjunto de producciones
contingencia, poder, carácter político e historicidad (1993:53), referidas a la infancia en el período (debates, eventos, proyectos,
pueden atribuirse a las relaciones entre adultos y niños. Las rela- etc.) y pensar desde una perspectiva de totalidad significativa. Cabe
ciones entre adultos y niños resultan siempre relaciones contin- aclarar que no utilizamos el análisis del discurso desde una pers-
gentes6, cuyo sentido es siempre producto de una construcción pectiva metodológica, sino que partimos de lo discursivo como
histórica fuertemente atravesada por el poder, y esa contingencia un "horizonte teórico" (ibídem:119) a partir del cual indagar la
es mayor en una relación caracterizada por la asimetría. Cuando constitución de las identidades infantiles en la historia dé la edu-
decimos que son contingentes queremos señalar que no son nece- cación argentina.
sarias, aunque pretendan ser "naturalizadas" desde distintas posi- En la medida en que el discurso consiste en una totalidad sig-
ciones. Cuando decimos que son asimétricas queremos destacar nificativa, resulta el terreno de constitución de los sujetos: los ni-
la no horizontalidad de la relación entre adultos y niños. ños se constituyen en sujetos en la trama de los discursos que se
La naturalización de las relaciones entre adultos y. niños ha configuran en un período determinado. Es el discurso el que cons-
provocado diversos fenómenos. La "minoridad" biológica del niño tituye la posición del sujeto como agente social; de allí que las
ha opérado vaciando de su contenido histórico los vínculos entre posiciones del sujeto niñez deben entenderse entonces como po-
generaciones, justificando múltiples formas de intervención au- siciones discursivas, lo cual no implica absorber la existencia to-
toritaria, y ha sido sustraída u obviada en el relato historiográfico. tal de los niños sino solamente considerar lo que adquiere sentido
Desde el reconocimiento de la historicidad de dichos vínculos, es en una época dada. La infancia se construye como objeto del dis-
posible leer los discursos acerca de la infancia y analizar sus trans- curso en tanto se torna objeto de significación social, si bien los
formaciones, sin vaciarlos de su significación política efectiva. Las niños —en un sentido etano— existieron siempre.
divisiones entre las edades son arbitrarias, y las fronteras que las Los discursos acerca de la infancia serán pensados como un
separan son objeto de lucha (Bourdieu, 1984b:163). Desde esta lugar desde el cual se proponen modelos de identificación a los
perspectiva las luchas por la definición de esa arbitrariedad se niños: es decir que postulan un tipo de vínculo entre adultos y ni-
inscriben en el terreno del discurso. ños. Estos modelos o polos de identificación intervienen en la cons-
El pasar por alto el carácter asimétrico de la relación entre trucción de identidades sociales'. Las propuestas de identificación
adultos y niños ha provocado, entre otros fenómenos, la pérdida presentes en los discursos se operan a través de distintos mecanis-
del sentido de responsabilidad de los adultos sobre la infancia, y mos. Entre esos mecanismos figura la interpelacións. Las inter-
ha evitado el análisis del impacto de las formas de intervención pelaciones políticas a la niñez se vinculan, en la búsqueda de una
(educativas, sociales, políticas, etcétera) que los adultos tienen nueva totalidad de sentido, con las luchas por la hegemonía —en-
sobre la constitución de las identidades. de los niños, del alcance y tendida como práctica articulatoria que opera sobre los fragmen-
complejidad de los procesos de transmisión cultural a las nuevas tos de una totalidad perdida en vistas a reconstruir o construir
generaciones en la institución de una sociedad. Y ello se agudiza una nueva (Laclau, 1987:104)—, es decir, convocan invariable-
en contextos globalizados que propician diversas formas de borra- mente a los niños y demandan de los adultos, a su vez, la invención
miento de las diferencias entre adultos y niños. de nuevas posiciones frente a ellos en vistas a la construcción
En este trabajo utilizaremos el término discurso en sentido
amplio, para subrayar el hecho de que toda configuración social
7 Las identidades deben ser entendidas como "articulaciones precarias de
múltiples polos de identificación relativamente estables, pero nunca to-
talmente fijos" (Buenfil Burgos, 1991:15).
6 "Afirmar que algo es radicalmente contingente, que su esencia no impli-
ca su existencia, es equivalente por tanto a decir que las condiciones de 8 Entendida como "el acto mediante el cual se nombra a un sujeto", es de-
existencia de una entidad son exteriores a la misma" (Laclau, 1993:36). cir, "la operación discursiva mediante la cual se propone un modelo de
Las identidades contingentes se producen en un campo puramente rela- identificación a los agentes sociales a los cuales se pretende invitar a
cional y no logran nunca constituirse plenamente. constituirse en sujetos de un discurso" (ibídem:20).
26 SANDRA CARLI INTRODUCCIÓN 27

de una sociedad futura. Un rasgo de la interpelación política a la generaciones adultas y jóvenes y el lugar de los mismos en las
niñez y, en particular, de las prácticas hegemónicas, es que se luchas por la articulación. La pretensión de los discursos de dis-
carga de un fuerte sentido metafórico. Cualquier propuesta de tintos actores de fijar ciertos sentidos acerca de la infancia que se
reforma cultural y moral (entre otras, las reformas educativas) pretende permanezcan, opera por un lado eliminando los fragmen-
motorizada por un grupo social y político despliega en los niños tos (discursos alternativos), y se contradice por otro con la impo-
una idea de futuro, de totalidad. sibilidad de control de la contingencia que afectará a esta genera-
En los discursos se ponen en juego también mecanismos de ción en su adultez.
inclusión y exclusión/represión, y de distinción/diferenciación de Los discursos acerca de la infancia se caracterizan por tener
la infancia/niñez. La "naturalización" de un concepto universal de un fuerte registro metafórico que desborda la cuestión del niño
infancia es producto de la lucha por disolver/ocultar/negar las di- como sujeto y se proyecta sobre las transformaciones de la socie-
ferencias y desigualdades operadas por el poder. Como contra- dad como totalidad, y que indica su articulación con la emergen-
partida, el intento de naturalizar la segmentación social de la in- cia de los imaginarios sociales acerca de las nuevas generaciones.
fancia, como algo imposible de alterar, supone también una posi- La infancia como sujeto del discurso, sujeto caracterizado por su
ción de poder. Las clasificaciones y tipologías en las que genera- estado de tensión hacia el futuro, de transición entre el no ser y el
ciones de niños (alumnos y menores) han sido ubicados constitu- ser adulto, opera como un significante vacío que puede encarnar-
yen un ejemplo de los mecanismos de diferenciación de los niños se en contenidos diversos. Históricamente, ha habido distintas
operados por los discursos pedagógicos y psicológicos. 5 formas de llenar ese vacío de la infancia: por la vía de la educa-
Consideramos que la política y la educación son espacios en ción en los tiempos de la instrucción pública, por la vía de la po-
los cuales se hace notoria la propuesta de polos de identificación lítica en la experiencia del peronismo, por la vía de las disciplinas
a los niños, con no pocos efectos retóricos. Dichas propuestas psi en los años '60 y, seguramente, por la vía del consumo en es-
otorgan sentido a la "misión histórica" de la política y de la pedago- tas últimas décadas. Invariablemente ciertos sentidos acerca de la
gía de construcción de un horizonte futuro, y se presentan muchas infancia se han fijado en distintas épocas, dejando su marca en las
veces como necesarias e invariables. La precariedad de las identi- trayectorias biográficas infantiles y en los discursos educativos.
dades contradice la pretensión de distintos sectores de "fijar" la El discurso educativo se identifica en este trabajo por la refe-
identidad de los niños en una identificación prescrita. En la histo- rencia al objeto educación en varios sentidos. En primer lugar, la
ria de la educación se ha tendido a disolver el sentido de "opción educación como práctica productora de sujetos y, por tanto, como
histórica", de decisión entre alternativas, que supone toda relación productora del niño como sujeto; en segundo lugar, la centralidad,
de poder entre adultos y niños. La recuperación de las alternativas en dicha práctica, del vínculo contingente entre educador y edu-
pedagógicas de la educación infantil se vincula, entonces, con el cando, estructurado en torno a los procesos de enseñanza-apren-
esfuerzo por rearticularlas con los discursos oficiales (Puiggrós, dizaje y a las producciones de la pedagogía como saber especiali-
1990:57). zado '°; por último, la educación entendida también como proceso
Tomamos a los discursos acerca de la infancia en tanto inter- de transmisión intergeneracional de la cultura". Los discursos
vienen en las luchas por la fijación de sentidos que operan sobre educativos son un espacio privilegiado para analizar los enuncia-
la transformación de lo social. En muchos trabajos de historia de
la educación se ha pretendido trazar una genealogía de los proce- 10 "Toda pedagogía define su sujeto. Cada una determina los elementos y el
sos educativos estableciendo fronteras rígidas con respecto de otras orden de las series que la constituyen como conjunto significante, cuya
esferas y, en particular, respecto de los procesos políticos. En este función es mediar entre los sujetos políticos y sociales y el habitus que
trabajo sostenemos que los discursos acerca de la infancia deben se pretende inculcar" (Puiggrós, 1990:30).

ser abordados, no solo en tanto nos informan de los sentidos adju- 11 Recuperamos en este trabajo la idea de transmisión, que tanto el psicoa-
nálisis como los estudios culturales y la pedagogía, exploran como fenó-
dicados a la niñez en una sociedad y en una época, sino como vías
meno emergente de la crisis de la modernidad, y que permite ligar los
de acceso a la comprensión de los vínculos históricos entre las procesos de orden intersubjetivo e histórico-sociales en el análisis de la
relación entre las generaciones (Kaes, 1996; Debray, 1997; etc).
28 SANDRA CARLI INTRODUCCIÓN 29

dos acerca del niño en la medida en que allí es nombrado, clasifi- posiciones. Las disposiciones judiciales sobre menores impacta-
cado, imaginado, transformado en objeto de un proceso de suje- ron en experiencias educativas y fueron inscriptas en discursos
tación que a la vez que lo disciplina lo convierte en miembro de políticos, los aportes pedagógicos de la Escuela Nueva con-
una cultura y de una sociedad. frontaron con los discursos familiares acerca de la educación de
La producción de saberes acerca del niño, sea en el terreno los niños, el saber psicoanalítico sobre la infancia circuló en los
de la educación o en otros, fue condición de posibilidad para la medios de comunicación masiva durante los años '60 y fue objeto
configuración de los discursos acerca de la infancia: el niño fue de apropiación de amplios sectores sociales. Intentamos aproxi-
un objeto modulado desde distintas perspectivas disciplinarias marnos a una definición de las formas en que dichos saberes acerca
que condensaron avances científicos, cambios sociales y trans- de-la infancia, dotados de estatus científico, se articularon en prác-
formaciones culturales, y que dieron forma a nuevas visiones ticas de diverso tipo que desbordaron las instituciones legitimadas
sobre la educación infantil. Cuando hablamos de saber recurrimos y dieron lugar a la construcción de experiencias alternativas.
a la noción de Foucault en tanto "conjunto de los elementos (obje-
tos, tipos de formulación, conceptos y elecciones teóricas) forma-
dos a partir de una sola y misma positividad, en el campo de una Algunas cuestiones metodológicas
formación discursiva unitaria" (ibídem:115), como espacios es-
tratégicos de construcción del sujeto. La noción de campo de
La investigación que está en la base de esta texto ha requeri-
Bourdieu nos permite ubicar institucionalmente estos saberes y
do un fuerte trabajo de relevamiento de fuentes que, sin preten-
señalar el espacio intelectual en el que distintos actores (educa-
sión de exhaustividad, se concentra en un período prolongado y
dores, jueces, psicólogos, asistentes sociales) disputan un saber
a la vez en distintas corrientes político-ideológicas y político-edu-
legítimo sobre el niño y la conformación de perfiles profesionales
cativas: los discursos educativos que se despliegan en la Argen-
que autorizaron la intervención sobre sus cuerpos y sus conciencias.
tina entre 1880 y 1955 y se analizan en este estudio se vinculan
Cuando consideramos que en la Argentina hacia la década con el conjunto de tendencias político-ideológicas, político-edu-
del '50 se conformó un campo de saberes sobre la infancia, esta- cativas y pedagógicas identificadas en trabajos anteriores 12. Se
mos destacando la importancia de comprender el proceso histó- intentó llevar adelante, en buena medida, un trabajo genealógico-
rico a través del cual se autonomizó una parte del espacio social
arqueológico que documentara la situación de la niñez a lo largo
a partir de la acumulación de un capital específico, en este caso
del período seleccionado, que recuperara el sentido histórico de
de un conjunto de conocimientos especializados sobre el niño.
la irrupción de ciertos enunciados acerca del niño en la historia
Determinados acontecimientos denuncian, en los años '50, la exis-
de la educación argentina'. En el trabajo analítico se ha priorizado
tencia de un campo. Entre otros podemos mencionar la serie de
el análisis de las transformaciones discursivas en diacronía, es
eventos sobre el niño organizados por profesionales de distintas
decir, de las articulaciones entre distintas épocas y concepciones.
disciplinas y en distintas esferas, los debates incipientes entre
En este trabajo concedimos un lugar significativo al análisis
pedagogía y psicoanálisis, las genealogías construidas para dis-
de las ideas pedagógicas, de las polémicas pedagógicas que se
tinguir las concepciones viejas y nuevas sobre la infancia, etcé-
desarrollaron entre distintos sectores, de las interpretaciones so-
tera. Se trata de síntomas de esta institucionalización de un con-
bre la condición del niño en la sociedad argentina, a diferencia de
junto de saberes sobre el niño que marca un momento de inflexión
trabajos anteriores (Carli, 1991, 1992) en los que priorizamos un
de la historia de la infancia, y que se vincula con la percepción de
análisis centrado en períodos cortos y, sobre todo, en procesos
la crisis de las formas de comprensión del mundo y de la relación
sociales. Desde esta perspectiva, las obras de los pedagogos ocu-
entre las generaciones después de la segunda Guerra Mundial:
paron un lugar muy significativo en nuestro análisis. Coincidi-
Es importante destacar, asimismo, que esta exploración de lh
constitución de un campo de saberes sobre el niño en la Argentina
debe combinarse con la lectura de los procesos de circulación y 12 Nos referimos a la colección dirigida por Adriana Puiggrós de 8 tomos
consumo de esos saberes fuera de ese espacio estructurado de de Historia de la Educación en la Argentina.
30 SANDRA CARLI INTRODUCCIÓN 31

mos con las críticas que, a partir de Foucault, se han formulado a que comienza con la fundación del sistema educativo en la déca-
la llamada "función-autor" quitando toda referencia a la subje- da del '80 del siglo XIX y culmina con las políticas del peronismo
tividad o al "pensamiento" de un autor (De Certau, 1995:19). Sin a mediados del siglo XX. La configuración de discursos modernos
embargo, las obras de los pedagogos argentinos han sesgado acerca de la infancia en la Argentina se produce acompañando la
los discursos educativos de distintas épocas: las trayectorias implantación de la instrucción pública nacional, la fundación del
histórico-biográficas de algunas figuras se resignifican en tanto sistema educativo escolar y la expansión del normalismo como
modulan un perfil intelectual y una tradición, y hasta un movi- cultura pedagógica. Las posiciones de Domingo Faustino Sar-
miento pedagógico. El pedagogo deviene "clásico", referente de miento respecto de la infancia son emblemáticas de esta etapa y
una tradición que se inaugura y punto de articulación de una red; permearon todos los discursos educativos que se desplegaron
al mismo tiempo sus obras potencian la construcción de espacios en las últimas décadas del siglo XIX y en las primeras del XX.
de experimentación pedagógica en los cuales se avanza en la mo- Las primeras tesis acerca del niño se configuraron en la trama
dulación de una nueva visión que impugna dicha tradición. La de los discursos educativos de los primeros maestros y pedagogos
obra del pedagogo se torna, así, representativa de un discurso normalistas, atravesados por el debate científico entre positivis-
más amplio. mo y krauso-positivismo. Estos discursos se desplegaron en las
últimas décadas del siglo XIX y en las primeras del siglo XX, y
acompañaron la primera expansión del sistema escolar intervi-
La infancia: entre la educación y la política niendo en la configuración de una pedagogía argentina. El princi-
pio articulador de estos discursos fue el debate acerca de la natu-
En un trabajo anterior (Carli, 1995a) sostuvimos varias hipó- raleza humana del niño, y sus consecuencias y derivaciones en
tesis que atraviesan este trabajo. En primer lugar que la emergen- los procesos de enseñanza-aprendizaje, tesis que dieron lugar a
cia de discursos acerca de la infancia está estrechamente ligada a tradiciones pedagógicas confrontadas dentro del liberalismo pe-
la historia de la educación moderna en la Argentina, hipótesis que dagógico y del normalismo argentino.
tiene puntos de contacto con las tesis clásicas de los historiadores La interpretación positivista acerca de la naturaleza salvaje del
de la infancia. En segundo lugar que la producción de discursos niño y la asimilación de la etapa de la infancia con la de los pue-
acerca de la infancia se vincula estrechamente con la historia de blos primitivos, se opuso a la interpretación krausista del niño como
las mujeres en la Argentina, lo cual indica la importancia de las un sujeto ligado al orden divino y a la bondad de la naturaleza.
articulaciones teóricas entre la categoría infancia y la categoría Desde el punto de vista de la enseñanza, la primera visión condu-
género". Por otra parte, afirmamos que las transformaciones de jo al paradigma de la sugestión pedagógica usada por el maestro,
los discursos acerca de la infancia son indicativas de procesos de una herramienta simbólica que permitiría el control del desborde
fundación, estructuración y especialización del Estado argentino: infantil. En la segunda visión, se promovió un maestro que orien-
es decir, es posible recorrer los discursos acerca de la infancia tase el crecimiento del niño y favoreciese experiencias de auto-
desplazándonos por la historia del Estado en la Argentina. Por gobierno infantil. Dichas interpretaciones propiciaron, en el caso
último, que los discursos acerca de la infancia se inscriben de dis- del positivismo, la conversión de la escuela en un laboratorio de
tintas formas en la historia política argentina, lo cual permite pen- estudio y observación del niño; en el caso del krausismo, en una
sar a la cuestión de la infancia como un analizador de la cultura sede de experimentación y renovación pedagógica.
política. En la trama de los movimientos socialistas y anarquista se con-
Entre la educación y la política se tensionana los discursos figuraron discursos educativos acerca de la infancia que, contem-
acerca de la infancia en el periodo que analizamos en este trabajo, poráneos a la conformación del campo de la pedagogía argentina
ligada al normalismo, se extendieron hasta la década del '30. Tam-
13 La relación entre infancia y género es un tópico de la crítica literaria y bién permeados por el debate científico en torno al positivismo,
de la historia de la literatura, entre otros los de Kamenszain (2000), se destacaron las articulaciones con el normalismo laico, con el
Pasternac (1996), y también del psicoanálisis de niños, como en el caso
de Fendrik (1989). naciente movimiento obrero y con la emergencia de las primeras
32 SANDRA CARL1 INTRODUCCIÓN 33

organizaciones feministas. El principio articulador fue la democra- procesos de enseñanza-aprendizaje. La confrontación se produjo
tización de la condiciones sociales de la niñez para posibilitar su con sectores nacionalistas católicos y con algunos pedagogos co-
incorporación e inclusión en el espacio de la escolaridad pública. munistas que impugnaban las ideas de la escuela nueva, el retor-
En el caso del socialismo, la identidad del niño obrero fue el no a la pedagogía de Rousseau y la posibilidad de la democracia
tópico central. La mirada médico higienistr vertebró la preocupa- política trasladada al espacio del aula.
ción por las condiciones laborales y escolares del niño obrero, los En la trama de los discursos de sectores nacionalistas y de fi-
estudios sobre la debilidad infantil, la situación de las madres y guras vinculadas al partido comunista se configuraron durante la
los hijos de trabajadores. En el caso del anarquismo, la tesis acer- década de 1930 discursos acerca de la infancia cada vez más per-
ca de la niñez como sujeto político permeó distinto tipo de discur- meables a los avatares de los procesos políticos de la época. El prin-
sos que forzaron la tensión entre sociedad y Estado, desbordando cipio articulador de esta trama de discursos fue la confrontación entre
las fronteras de la escuela pública y habilitando la creación de una liberalismo y nacionalismo, el cuestionamiento de la pedagogía
red de escuelas autónomas del Estado. La inscripción del niño escolanovista y la rearticulación de la educl ción y de la pedagogía
como miembro de la comunidad anarquista favoreció la defensa con las nuevas filiaciones políticas.
de la "educación política de la infancia", a partir del reconocimiento En los discursos de corte nacionalista, la nación o la patria
de los derechos del niño y de la carencia de derechos del Estado y fue mentada como modelo de identificación de la infancia en su
de los adultos sobre él. En ambos casos, en el del socialismo y en calidad de autoridad suprafamiliar y supraescolar, aspecto que
el del anarquismo, la interpretación del problema racial en la po- requería la formación, en el espacio educativo, de la identidad
blación argentina subordinó los discursos acerca de la infancia a guerrera, militar o moral del niño. El niño dejó de ser pensado como
preocupaciones de corte eugenésico. Las articulaciones entre ni- un sujeto librado a la interpelación familiar o escolar para ser
ñez y mejora de la raza en la sociedad argentina permanecieron ubicado en una relación directa con la patria y la nación. En ese
vigentes hasta fines de la década del '30. contexto, la Iglesia volvió a ser autorizada para dirigir los desti-
En la trama de los discursos educativos ligados con el Movi- nos del crecimiento infantil desde una perspectiva moral.
miento de la Escuela Nueva a partir de la década del '10 y hasta La versión oficial del partido comunista —por otra parte, con
fines de la década del '30, se configuraron discursos acerca de la posturas heterogéneas— confrontó abiertamente con la captura
infancia que acompañaron el proceso de democratización política nacionalista del niño operada por los discursos nacionales oficia-
y cultural de la sociedad argentina en estas décadas. El principio les, pero coincidió con ellos en el cuestionamiento al movimiento
articulador de los discursos escolanovistas acerca de la infancia de la educación nueva. A aquella captura nacionalista el comunis-
fue el debate acerca de la autonomía del niño en los procesos edu- mo opuso una captura ideológica del niño anclada en argumen-
cativos. La expansión del sistema escolar, la crisis del normalismo taciones positivistas y en el materialismo dialéctico. La lucha con-
y de la pedagogía positivista, y la divulgación de las ideas demo- tra la filiación espiritualista de la pedagogía oficial acentuó una
cratizadoras del movimiento de la escuela nueva, favorecieron una mirada crítica de la situación social de la población infantil, y dio
ardua discusión acerca del estatus del niño, de la relación entre lugar a la impugnación de clasista al nuevo movimiento pedagó-
autoridad docente y libertad infantil, y de las modalidades y di- gico.
dácticas de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Entre 1916 y En la trama de los discursos políticos y educativos del pe-
1930 el debate se orientó en términos de activismo infantil en los ronismo en el poder, entre 1945 y 1955, se configuran discursos
procesos educativos. A partir de 1930 y del proceso iniciado con el acerca de la infancia en los cuales los niños son objeto de políti-
golpe militar del general Uriburu, la cuestión de la defensa de la cas sociales, y moldeados por una pedagogía política progresiva-
autonomía niño se ubicó en el centro del debate político-educativo mente volcada al adoctrinamiento y a la búsqueda de la inscrip-
en un contexto de clausura política. ción de la niñez en las luchas por la hegemonía. El Estado-Nación
Pedagogos democráticos provenientes de distintos sectores se devino terreno de constitución de la identidad de las nuevas genera-
ubicaron en la defensa a ultranza del protagonismo del niño en los ciones de una población transformada desde el punto de vista so-
34 SANDRA CARLI

cial y demográfico. El principio articulados de estos discursos fue Capítulo I


la construcción de una nueva unidad de sentido entre infancia y
nación, que establecía nuevos vínculos entre pedagogía y política La invención de la infancia moderna.
después del reconocimiento de los derechos infantiles, de la ex-
pansión del sistema educativo y la declinación del movimiento de Domingo Faustino Sarmiento y la
la escuela nueva. Ello se produjo en la trama de una nueva hege-
monía política que incluyó la interpelación política a niños y jó-
escuela pública
venes, convocados a participar en la escena política desbordando
las fronteras de la escuela y de la familia. Entre la enseñanza es-
colar y la crianza familiar, entre la escuela pública y la familia
nuclear como modelos de identificación de la pedagogía liberal,
se produjo la intervención política del Estado a través de la me-
diación de sus líderes en la constitución de las identidades políti-
ca de niños y jóvenes: la niñez fue construida como un sujeto
nacional-popular, como una bisagra generacional entre el nuevo En las últimas décadas del siglo XIX, a partir de acontecimientos
Estado-Nación y el pueblo. como la fundación de las primeras escuelas normales, la sanción
de leyes provinciales y nacionales de educación y la creación del
sistema educativo de alcance nacional, se configuró un nuevo cam-
po discursivo de la instrucción pública. Distintos sectores socia-
les, políticos y educacionales, en el contexto de la conformación
del nuevo Estado nacional, comenzaron a debatir entonces acerca
de las características y alcances de la escolarización infantil. Es
en dicha trama donde se fueron delimitando discursos modernos
acerca de la infancia. Hablamos de discursos modernos en la
medida en que la niñez fue gradualmente diferenciada del mundo
adulto y se debatió arduamente acerca de las nuevas formas de suje-
tación de la misma por una autoridad suprafamiliar estatal y su
integración en un orden nacional. A partir de la obligatoriedad de
la escuela pública que estableció la Ley 1420, los niños entre los
6 y los 14 años debían devenir en alumnos. En el imaginario de la
época una generación escolarizada se convirtió en condición para
la existencia de un país moderno.
La Argentina adquirió los rasgos de una sociedad moderna en
el conflictivo tránsito del siglo XIX al XX a través de la lenta
población del territorio nacional, del fomento a la inmigración
masiva, de la unidad política lograda entre las oligarquías provin-
ciales y porteña y de la organización de un modelo económico
agroexportador de materias primas. En dicho proceso, la forma-
ción del Estado fue un aspecto constitutivo de la construcción con-
junta del Estado y la sociedad (Oszlack, 1990). El lento proceso
de secularización de la sociedad argentina, las políticas de esco-

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