Introducción A La Inteligencia Emocional
Introducción A La Inteligencia Emocional
Introducción A La Inteligencia Emocional
Emociones secundarias
Son un grupo de emociones que siguen a las anteriores. Cuando experimentamos la
emoción básica de miedo, por ejemplo, podemos sentir las emociones secundarias de
amenaza o enfado. Las emociones secundarias son generadas a nivel individual como
consecuencia del aprendizaje por las normas sociales y las normas morales.
“Las emociones afectan el comportamiento de las personas de manera positiva o
negativa”
Positivas. Son las emociones saludables. Favorecen la manera de pensar, de razonar y
de actuar de las personas. La alegría, la satisfacción, la gratitud, nos provocan una
actitud positiva frente a la vida y nos hacen sentir experiencias de sentirnos bien.
Negativas. Afectan el bienestar de los demás, se conocen como emociones toxicas y
suelen provocar el deseo de evitarlas o evadirlas. Por ejemplo: miedo y tristeza. Hay que
tener en cuenta que en pequeñas cantidades y baja intensidad no son perjudiciales.
Forman parte del proceso de aprendizaje. Gracias a ellas, nuestra memoria emocional
nos ayuda a recordar las consecuencias que tienen determinadas conductas o
exponernos a ciertos contextos.
Ambiguas. Se conocen también como emociones neutras, ej. la sorpresa. No nos hace
sentir ni bien ni mal.
Las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales,
motivacionales, deseos, necesidades e incluso objetivos.
La Inteligencia Emocional
Es una herramienta básica para nuestra salud mental y es una forma de empoderarnos
frente a la vida. De este modo, nos convertirnos en personas más preparadas para
afrontar los altibajos diarios. Al controlar nuestras emociones, no somos víctimas de
ellas y podemos manejar de forma más adecuada las situaciones adversas que se nos
pueden presentar.
La inteligencia emocional es un término que se hizo famoso con Daniel Goleman. Es
el conjunto de habilidades que sirven para expresar y controlar los sentimientos de la
manera más adecuada en el terreno personal y social. Incluye por lo tanto, un buen
manejo de los sentimientos, motivación, perseverancia, empatía o agilidad mental;
cualidades que configuran una persona adaptada socialmente.
Componentes de la inteligencia emocional
Autoconocimiento emocional.
Autocontrol emocional.
Automotivación.
Reconocimiento de las emociones de los demás.
Relaciones interpersonales.
Las personas emocionalmente inteligentes
En los entornos profesionales, las personas con buenas habilidades sociales son capaces
de construir buenas relaciones y conexiones con los compañeros de trabajo, saben
desarrollar una fuerte relación con líderes, iguales y subordinados. Algunas habilidades
sociales importantes incluyen la escucha activa, habilidades de comunicación verbal,
habilidades de comunicación no verbal, liderazgo y capacidad de persuasión.
4. Empatía o reconocimiento de las emociones de los demás
La empatía es la capacidad de entender los sentimientos de otros, es absolutamente
fundamental para la Inteligencia Emocional. Pero esto implica algo más que ser capaz
de reconocer los estados emocionales de los demás, también implica dar respuesta a las
personas basándonos en esta información. Si percibimos empáticamente que alguien se
siente triste o desesperanzado, seremos más capaces de influir en la forma de responder
a sus emociones. Podremos mostrar nuestra preocupación y haremos un esfuerzo para
mantener ayudarle a sentirse mejor en estos momentos.
Ser empático también permite a la gente entender la dinámica de poder que a menudo
influyen en las relaciones sociales, especialmente en los lugares de trabajo. Los que
tienen una buena competencia en esta área, son capaces de ejercer una correcta
influencia en las relaciones, comprender cómo funcionan los sentimientos y
comportamientos, e interpretar eficazmente las diferentes situaciones que giran en
torno a este tipo de dinámicas de poder.
5. Automotivación
La motivación intrínseca también juega un papel clave en la Inteligencia Emocional. Las
personas que son emocionalmente inteligentes suelen estar motivadas por cosas más
allá de las meras recompensas externas, como la fama, el dinero o el reconocimiento
social. Pueden sentir una genuina pasión que les lleva a cumplir con sus propias
necesidades y objetivos internos. Buscan cosas que les conducen a recompensas
internas y se involucran en experiencias que les lleven a sentirse bien consigo mismas.
Las personas que son competentes en esta área tienden a estar orientadas hacia la
acción. Se fijan metas, tienen una alta necesidad de logro y siempre están buscando
maneras de hacerlo mejor. También tienden a mostrarse muy comprometidas con los
temas sociales y son buenas tomando la iniciativa para llevar a cabo gran diversidad de
tareas.
Referencias
Bisquerra, R. (Coord.) (2012). ¿Cómo educar las emociones?. La inteligencia
emocional en la infancia y la adolescencia. Faros: Cuadernos.