Cambio Climatico

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La actualidad del cambio climático y cómo hemos

llegado a él.
Con la huelga de la semana pasada queda claro que el cambio climático está
en la mente de la población.

El cambio climático es una realidad que cada vez está más presente en la población
debido a su inminente e imparable evolución y por lo tanto su enorme presencia en los
medios de comunicación, hasta el punto de que la semana pasada, concretamente, el 27
de septiembre se realizara una huelga y movilización a favor de la crítica a los
gobiernos para que declaren la emergencia climática, y a las empresas que suponen
principalmente el cambio climático.

La evolución del cambio climático ha llegado actualmente a su punto más álgido, si


bien a partir de los años 60 comenzó a mostrar síntomas de lo que podría suceder (y está
sucediendo) con el paso de los años. Con la Segunda Revolución Industrial, el auge del
sector automovilístico y la aviación comenzó a acelerarse el cambio climático. Años
más tarde, se certifica que la contaminación, sobre todo con la emisión de CO2 a la
atmósfera estaba acelerando directamente el cambio climático y el efecto invernadero.
Debido a la situación cada vez más preocupante, en 1997 se celebró la Convenvión
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), y se firmó el
Protocolo de Kioto en el que 187 estados se comprometieron a reducir emisiones de
gases como el dióxido de carbono o el metano. Aunque se firmó este tratado, lo cierto es
que en pocos casos los objetivos puestos por los países han sido cumplidos con éxito,
sobre todo los países que mayor crecimiento económico han tenido, han pasado a ser los
que más emisiones contaminantes hacen, como países de Asia, Oriente Próximo y partes
de LatinoAmérica.

¿Y por qué se da el cambio climático?

Cuando las actividades del ser humano aumentan la emisión de gases de efecto
invernadero a la atmósfera y esta retiene más calor del necesario, la temperatura media
del planeta aumenta y por lo tanto se produce así el propio calentamiento global. Estas
actividades suponen que el efecto invernadero aumente, se destruyan ecosistemas
marinos, se produzca la deforestación y el aumento de la población Una población cada
vez más numerosa necesita cada vez más recursos, lo que acelera el aumento de la
emisión de gases de efecto invernadero en todos los procesos de producción.

Todos estos efectos hacen que el cambio climático sea cada vez más severo e imparable
y esté provocando que la vida, así como la fauna y la flora se vean atacadas. La
consecuencia directa más notoria es el derretimiento de los polos y por lo tanto el
aumento del nivel del mar, a esto le acompaña la desertificación, la acidificación de los
océanos, fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones, huracanes o tifones,
e incluso la extinción de determinadas especies debido a estas consecuencias.
Este fenómeno está afectando a todo el mundo, aunque en distintas medidas. El sur y el
centro de Europa sufren cada vez más olas de calor y sequías. La zona mediterránea es
cada vez más seca, mientras que el norte de Europa se está humedeciendo, y en cuanto a
las zonas urbanas, se ven expuestas a las olas de calor antes mencionadas, o
inundaciones, entre otros fenómenos, por lo que sufren mucho el cambio climático.
Como datos más específicos, en algunas regiones se está incrementando el número de
muertes debido a altas temperaturas mientras que disminuye el número de muertes por
frío, además se están expandiendo la cantidad de enfermedades transmitidas por el agua.
El cambio climático afecta a todos los sectores, ya sean los seres vivos, la naturaleza, y
además, en cuanto al sector trabajo, la agricultura, silvicultura, y el turismo son los
sectores que se ven más afectados.

Poniendo sobre el papel esta dura situación, uno piensa en si este problema tiene una
solución o no, ya que parece que su avance sería letal para nuestras vidas, pues bien, la
realidad es que es una situación muy complicada de solventar.

Teniendo en cuenta todo lo que nos afecta el cambio climático y su presencia actual, lo
cierto es que no se puede evitar. Lo que se puede hacer es reducir sus efectos y
adaptarse a sus consecuencias antes mencionadas. La mitigación al cambio climático es
lo único que se puede aplicar.

La mitigación trata de realizar acciones que reduzcan la emisión de gases efecto


invernadero para así evitar que la temperatura media del planeta continúe aumentando al
nivel al que lo hace actualmente. Por ejemplo, la inversión en energías renovables, una
economía baja en carbono, la electrificación de procesos industriales o la mejor
eficiencia en sectores de transporte y energía. Por otro lado, adaptarse a las
consecuencias del cambio climático también es necesario, se deben mejorar
infraestructuras haciéndolas más seguras para la gente, aplicar la reforestación y una
mejor preparación y prevención para posibles catástrofes naturales como inundaciones o
incendios

Para combatir el cambio climático es indispensable la investigación y la colaboración


internacional. El IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio
Climático) se dedica a evaluar los impactos del ser humano en el clima y propone
posibles soluciones, mientras que acuerdos y tratados globales como las Conferencias
de las Partes (COPs) y el Protocolo de Montreal establecen pactos conjuntos y buscan
actuar eficazmente.
La Conferencia de las Partes celebra analmente un encuentro en el que se comentan las
acciones que los países pueden tomar para descarbonizar la economía y ayudar a los
países en desarrollo. El Acuerdo de París, firmado a finales de 2015, supuso un punto de
inflexión en las negociaciones sobre el clima porque por primera vez todos los países
acordaron establecer medidas para frenar el calentamiento global.
Antes del mencionado acuerdo, hubo otro éxito reciente de colaboración a favor del
medio ambiente, el Protocolo de Montreal. Este entró en vigor en 1989, y sirvió para
erradicar el uso de clorofluorocarbonos (CFC) en procesos de refrigeración. Gracias a
ello, el agujero de la capa de ozono se redujo en más de 4 millones de kilómetros
cuadrados en los últimos quince años.
Gracias a los datos mostrados por el informe Tendencias Globales de Inversión en
Energía Renovable 2017, en 2016 se añadieron 138,5 gigavatios a la capacidad de
energía mundial en, un 9 % más que el año anterior, demostrando así que la tendencia
que siguen las principales economías del mundo sigue la línea de abandonar el carbón y
apostar por las energías renovables, por lo que el futuro a corto y largo plazo pasa por
invertir en la generación de energía.

Retomando la cuestión de la manifestación del 27 de septiembre, la mayoría de las


personas que aparecían en las marchas eran jóvenes, adolescentes sobre todo. El cambio
climático afecta a todos por igual sin depender la edad por lo que se debe intentar hacer
consciencia en los ciudadanos de todas las edades que es un problema real y que se debe
intentar mediar con las opciones antes mencionadas, pero contando con el número
mayor posible de gente que se manifieste por la emergencia climática y por un futuro
mejor dentro de lo posible.

En conclusión, por todo lo explicado anteriormente, queda claro que no se pueden


revertir los efectos del cambio climático ni anularlos, pero sí hacer que sean más leves y
adecuarnos a las situaciones que tendremos que vivir debido a sus consecuencias.
Las actividades individuales típicas y ya conocidas como no dejar en standby los
electrodomésticos, no poner la calefacción demasiado alta, o ducharse en vez de
bañarse, no son realmente efectivas debido a la magnitud del problema y a que la
realidad es que las emisiones de dióxido de carbono en 2017 fueron de 10.877.218, de
las que China es el máximo responsable ya que emitió el 27,2% de las emisiones
globales, mientras que Estados Unidos emitió un 14,6% del total, sumando entre las dos
potencias un 41,8%, además, ninguna de las dos ha realizado esfuerzos históricos para
limitar su impacto medioambiental, y con las políticas de Trump en el caso
estadounidense no parece que eso vaya a cambiar. El porcentaje sumado de los dos
países supone un dato abrumador y por el que creo que con que una persona use más o
menos agua al ducharse o bañarse por ejemplo, no hará que el cambio climático sea más
suave o más severo, ya que los máximos responsables son los gobiernos de los países
más contaminantes.

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