Analfabetismo
Analfabetismo
Analfabetismo
Idiomas muy complejos como el japonés requieren de una efectividad aún mayor por parte
de los maestros y de una atención y constancia por parte de los alumnos que sería
inimaginable en occidente. Sin embargo, a pesar de la estereotipada determinación y
disciplina de los orientales, el analfabetismo también los ataca. Irónicamente, para llevar a
cabo uno de los planes de Japón para mejorar la enseñanza de la escritura y la lectura es
necesario que cada alumno lleve consigo una Nintendo DSi al colegio. La propuesta es
utilizar un programa que capture y reconozca las palabras dichas por el profesor y las envíe
a cada persona para que puedan seguir la clase y guardar un apunte automático, siempre
con una ortografíacorrecta. Existen asimismo diversos programas que supervisan la
escritura manual realizada en una pantalla táctil con la ayuda de un stylus o estilete, para
asegurar un aprendizaje preciso de esta lengua tan compleja que exige, por ejemplo, que el
orden y la dirección de cada uno de los trazos de un carácter sean inalterables.
Cuando una persona aprende a leer y escribir pero no puede aplicar estos conocimientos de
manera práctica, hablamos de analfabetismo funcional. En este caso, el individuo es capaz
de hacer un uso básico de su lenguaje, pero incapaz de entender instrucciones escritas,
rellenar un formulario, leer un texto en un medio de comunicación, interpretar señales de
tránsito o tablas de horarios, así como de utilizar eficientemente herramientas informáticas
como un procesador de texto, internet o un teléfono móvil. Si bien estas personas son
capaces de entender palabras aisladas, es cuando se éstas se combinan y adoptan
significados relativos y contextuales que su interpretación se vuelve imposible imposible
para ellas.
Por otra parte, en los últimos años se ha desarrollado el concepto de analfabetismo digital,
que se refiere a las personas que no poseen los conocimientos necesarios para interactuar
con las nuevas tecnologías (como Internet). Erróneamente, esta condición suele asociarse a
personas de una cierta edad, probablemente padres y abuelos de la generación del 80 hacia
atrás. Así como en el caso del analfabetismo tradicional, las causas de esta falta de
conocimientos y comprensión no está ligada a la edad ni, en muchos casos, al nivel
económico de la persona. Los grandes responsables son, en general, técnicas poco prácticas
y frustrantes de enseñanza, que no piensan en el alumno como individuo sino como parte de
un grupo que engloba a cualquier persona de su misma edad, asumiendo que todos sus
integrantes muestren un grado similar de interés y capacidad.
Hace ya unos años, la ONU incluyó la educación como uno de los ocho Objetivos de
Desarrollo del Milenio, y fijó como fecha límite el año 2015 para que todos los niños del
mundo puedan acceder a la educación primaria. Para alcanzar ese objetivo, no sólo
contamos con las escuelas, sino que la televisión e internet ofrecen diversas herramientas
gratuitas para el aprendizaje de la lengua, que van desde series de videos hasta textos,
aplicaciones e incluso juegos.
Según las Naciones Unidas una persona analfabeta es aquella que no puede ni leer ni
escribir un breve y simple mensaje relacionado con su vida diaria.1 Aunque la educación
básica (primaria y secundaria) cada vez llega a más lugares, muchos jóvenes, por diversas
razones, no asisten a la escuela y por lo tanto, algunos de ellos no saben leer ni escribir.
En algunos países la comprensión lectora puede ser deficiente a pesar de que su tasa de
analfabetismo sea pequeña (iletrismo), pues leer no es sólo conocer las letras sino entender
mensajes por escrito.
En algunos países las leyes abarcan condiciones especiales para analfabetos. Así, por
ejemplo, el Código Civil Español establece que aquellos analfabetos que deseen otorgar
testamento cerrado, y pidan a otra persona que se lo escriba, deben firmar en cada una de
las páginas.
Hoy en día muchos países con muchos analfabetos han puesto en marcha efectivos
proyectos de erradicación del analfabetismo con sistemas que han demostrado alta
efectividad.
Por ejemplo, Perú está llevando a cabo una intensa capacitación, con la cual se persigue el
objetivo de poder llegar a la gente de los pueblos más atrasados por medio de programas
sociales y de la televisión, a fin de disminuir el analfabetismo. Dentro de Argentina y
siguiendo el modelo peruano en el Cusco, existe un programa que toma en consideración la
realidad sociocultural y sociolingüística de la región de Cusco y el tratamiento lingüístico
que se propone y aplica, que se realiza en dos idiomas: quechua y español.
El día 13 de junio del 2011, el Perú fue declarado como libre del analfabetismo por el
presidente Alan García al alcanzar una cifra menor al 3 % de la población en esta
condición. Sin embargo se seguirá trabajando para reducir aún más la cifra.3
Más del 60 % de los adultos en el sistema penitenciario EE.UU. no saben leer en lo
hacen por debajo del nivel de cuarto grado.
El 85 % de los reclusos menores de edad estadounidenses son analfabetos
funcionales.
El 43 % de los adultos en el nivel más bajo de alfabetización vivía por debajo del
umbral de pobreza, en comparación con el 4 % de los que tenían los niveles más
altos de alfabetización.
Dos tercios de los estudiantes que no saben leer con soltura en el cuarto grado van a
terminar en la cárcel o necesitarán ayuda de instituciones públicas.
Tres de cada cuatro personas que reciben cupones de alimentos leen en los dos niveles más
bajos de alfabetización.
En Honduras se estima que la tasa de analfabetismo (no sabe leer ni escribir) de personas
mayores de 15 años es del 15.6%. Fuente: INE.
A ello hay que agregar que los contenidos de la educación escolar chocan frontalmente con
la cultura de los pueblos indígenas, lo que también influye en una mayor tasa de deserción
y en mayores insuficiencias en cuanto a la calidad de la instrucción y de la educación
recibida por los niños y jóvenes indígenas.
Así por ejemplo en la educación primaria la juventud indígena rural es a la única que tiene
acceso; sin embargo, la cobertura para los jóvenes de 15 a 19 años sólo alcanza el 47%, un
13% por debajo para el mismo grupo de edad, con respecto al resto de la población rural, la
cual es en su mayoría ladina; en los grupos de 20 a 29 años la situación es mucho más
dramática, pues casi sólo uno de cada cuatro jóvenes tiene acceso a algún grado de
educación primaria.
El papel de la mujer en las comunidades indígenas rurales sigue estando reservado casi con
exclusividad a la procreación de los hijos y la consiguiente atención de las actividades
domésticas.
En la base de todo esto se encuentra la cultura demográfica basada en uniones conyugales
muy tempranas de las jóvenes indígenas, y un poco más postergadas en el caso de los
varones.
Parece ser un problema habitual en países de pocos recursos, en los que el acceso a la
educación es muy limitado. Sin embargo, el analfabetismo funcional también se registra en
países desarrollados y en personas alfabetizadas.