Arrepentimiento de Obras Muertas - PST Adrian Pose (2016)

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ENSEÑANDO, DISCIPULANDO,

SANANDO, EQUIPANDO, LIBERANDO

ARREPENTIMIENTO
DE OBRAS

AFIRMACIÓN

ADRIAN POSE COIZEAU


Arrepentimiento de obras muertas
Primera Edición 2016
© Todos los derechos son reservados
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Todas las referencias bíblicas han sido extraídas de la traducción Reina
Valera, revisión 1960 a menos que se indique lo contrario.

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Categoría:
Doctrina

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Afirmación

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Impreso en Cuba
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INTRODUCCIÓN
Antes de conocer qué es el arrepentimiento, veremos por qué los seres humanos
necesitamos arrepentirnos y volvernos a Dios:
1-Por nuestra naturaleza pecadora y nuestra condición caída.
2-Porque Dios siendo santo y justo no dará por inocente al culpable, y porque
nos ama es que nos llama a todos al arrepentimiento.
3-Por nuestro destino de condenación eterna después de morir físicamente si en
vida no nos arrepentimos y creemos en Jesús como nuestro Señor y Salvador.

ORIGEN DEL HOMBRE


«Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias,
en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al
hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.» (Génesis
1.26-27)
«Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz
aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.» (Génesis 2.7)
Las Escrituras nos enseñan que el hombre no es un accidente, ni el resultado de
un proceso impersonal o producto de la “evolución”, sino la obra creativa de un
Dios eterno. Después que Dios creó todas las demás criaturas, Él formó a Adán,
el primer hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento de vida y él llegó
a ser un ser viviente. De Adán, Dios formó a la mujer Eva para ser su compañera
y ayuda idónea. (Vea Génesis 2.18, 21-25) Luego, Dios les mandó que se
multiplicaran y llenaran la tierra que había sido puesta bajo su dominio. Toda la
humanidad encuentra su ascendencia en esta unión de Adán y Eva. (Vea Génesis
3.20)
La Biblia enseña claramente que el hombre y la mujer fueron creados por Dios
y para Dios (vea Colosenses 1.16), y encuentran el sentido de su existencia sólo en
amarle, glorificarle y hacer Su voluntad. Únicos entre todas las demás criaturas,

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sólo ellos fueron creados a la imagen de Dios y se les concedió el privilegio de vivir
en compañerismo personal con Él.
Estas verdades son de gran importancia para nosotros pues definen quienes
somos y nos muestran el propósito para el cual fuimos creados. No somos los
autores de nuestra propia existencia, sino que existimos por la voluntad benévola y
el poder de Dios. (Vea Hechos 17.28) No nos pertenecemos a nosotros mismos,
sino a Dios que nos hizo para Sus propios propósitos y beneplácito. Buscar
separarnos de Dios es cortarnos a nosotros mismos de la única fuente de vida. Vivir
independientemente de Su persona y voluntad es negar el propósito para el cual
fuimos creados.

A LA LUZ DE ESTAS GRANDES VERDADES, ¿CÓMO DEBE


RESPONDER LA HUMANIDAD?
1. Reverencia
«Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por
el aliento de su boca. El junta como montón las aguas del mar; él pone en depósitos
los abismos. Tema a Jehová toda la tierra; teman delante de él todos los habitantes
del mundo.» (Salmo 33:6-9)
2. Adoración:
«Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro
Hacedor. Porque él es nuestro Dios; nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de
su mano.» (Salmo 95:6-7)
3. Servicio:
«Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que
Jehová es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos,
y ovejas de su prado.» (Salmo 100:2-4)
4. Amor:
«Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu
mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.» (Marcos 12:30)
5. Gloria y Honor:
«Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.»
(1 Corintios 10:31)

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LA CAÍDA DE ADÁN Y EVA
Según Sus propios propósitos y beneplácito, Dios creó a Adán y Eva y les mandó
que no comiesen del árbol de la ciencia del bien y del mal. La obediencia resultaría
en una vida de compañerismo con Dios y una continuación de su reinado exaltado
sobre la creación. La desobediencia resultaría en la muerte espiritual y física con
todas las maldades que la acompañarían. (Vea Génesis 2.17)
Adán y Eva fueron tentados y desobedecieron el mandamiento. Como resultado
de su desobediencia, su compañerismo con Dios fue roto y cayeron de su estado
original de justicia y santidad. (Vea Génesis capítulo 3) Estas consecuencias
devastadoras de la desobediencia de Adán no solo le afectaron, sino que resultaron
en la caída de toda la raza humana. (Vea 1 Corintios 15.21-22) Aunque las
Escrituras no contestan todas nuestras preguntas con respecto a esta doctrina, ellas
afirman claramente que el pecado y culpa de Adán han sido imputados o
acreditados a todos sus descendientes, y que todos los hombres sin excepción
entran en este mundo llevando la naturaleza caída de Adán y manifestando la
hostilidad de Adán hacia Dios. (Vea Romanos 5.16-19)

PREGUNTAS IMPORTANTES ACERCA DE LA CAÍDA


El relato bíblico de la “Caída” provee la única explicación adecuada del actual
estado del hombre y la maldad que nos rodea. También es sobre este trasfondo
tan oscuro que la gloriosa misericordia y gracia de Dios resplandecen. Solo a la
medida que comprendemos la tragedia de Adán y su condenación, podemos
comprender algo de la gloria de Cristo y Su Evangelio.
En nuestro estudio de la Caída, nos enfrentamos con algunas de las más
importantes y complejas preguntas teológicas en todas las Escrituras: El origen de
la maldad, la naturaleza del libre albedrío humano, la soberanía de Dios y Su
propósito eterno. Aunque nunca podremos sondear las profundidades de estos
temas, es necesario y nos conviene esforzarnos a entender todo lo que podamos.
En lo siguiente, consideraremos tres preguntas:
1. ¿Cómo puede caer moralmente un ser santo y justo?
2. ¿Ordenó [predestinó] Dios la Caída?
3. ¿Cuál es el propósito eterno de Dios en la Caída?
1. ¿CÓMO PUEDE CAER MORALMENTE UN SER SANTO Y JUSTO?
Las Escrituras afirman que la Caída no fue el resultado de alguna falla en el
Creador. Todas las obras de Dios son perfectas (vea Deuteronomio 32.4), Él no
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puede ser tentado por el mal ni tampoco Él tienta a otros con el pecado (vea
Santiago 1:13). La Caída fue la culpa de Adán. Como Eclesiastés 7.29 declara: «He
aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos
buscaron muchas perversiones.»
A la luz de esta verdad se encuentra uno de los más grandes problemas teológicos
en todas las Escrituras: ¿Cómo fue posible que dos criaturas creadas a la imagen
de Dios llegaran a escoger el mal sobre el bien? Adán y Eva tenían una verdadera
inclinación hacia el bien, y no había nada corrupto y malo en ellos que podría ser
atraído por la tentación. Su caída va más allá de la comprensión humana.
A través de la historia ha habido muchos intentos de explicar la caída de Adán,
pero ninguno sin limitaciones o problemas. Por lo tanto, debemos contentarnos
con la simple verdad de las Escrituras que aunque Dios hizo al hombre justo y
santo, él era todavía finito y mutable (sujeto a cambios) y capaz de escoger de una
manera contraria a la voluntad de Dios.
2. ¿ORDENÓ DIOS LA CAÍDA?
La palabra “ordenar” significa poner en orden, arreglar, o nombrar. Otras
palabras que llevan un significado parecido son: “decretar”, “determinar”,
“predeterminar” y “predestinar”. ¿Determinó de ante mano Dios que la Caída
sucediera? La respuesta es SÍ. Pero es sumamente importante que entendamos lo
que esta respuesta significa y lo que no significa.
Al decir que Dios ordenó la Caída no significa que Dios forzó a Satanás a que
tentara a nuestros primeros padres, o que Dios los manipuló para que
desobedecieran Su mandamiento. Lo que ellos hicieron, lo hicieron
voluntariamente. Dios es santo, justo y bueno. No es el autor del pecado, no peca,
no puede ser tentado por el pecado y no tienta a nadie para que peque.
Al decir que Dios ordenó la Caída significa que esta iba a suceder sin duda. La
voluntad de Dios fue que Adán fuera probado, y que se mantuviera firme o cayera
sin la ayuda divina que podría haberlo protegido para que no hubiera caído. Dios
podría haber prohibido a Satanás que tentara a Eva, o podría haberles dado a Adán
y Eva la gracia y el poder necesarios para resistir y triunfar sobre la tentación. Por
medio del testimonio de las Escrituras entendemos que Dios no lo hizo.
Finalmente, al decir que Dios ordenó la Caída significa que fue parte de Su eterno
plan. Antes de la fundación del mundo, antes de la creación de Adán y Eva y la
serpiente que los tentó, antes de la existencia de Edén y el árbol de la ciencia, Dios
ordenó la Caída para Su gloria y para el bien de Su creación. Dios no permitió que
nuestros primeros padres fueran tentados y luego esperó para responder en base
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de la decisión que ellos tomaran. Él no miró hacia el futuro y vio la Caída. Más
bien, la Caída fue parte del eterno plan de Dios y Él predeterminó o predestinó
que sucediera. La pregunta que inmediatamente se presenta es: ¿Es Dios el autor
del pecado?
Debemos contestar esta pregunta con un fuerte NO. Dios no es el autor del
pecado, y tampoco manipula a los hombres para que pequen contra Él. Aunque
Él predestinó que la Caída sucediera, Él también predestinó que sucediera a través
de las acciones voluntarias de Satanás, Adán, y Eva. Aunque nuestras mentes finitas
no pueden comprender plenamente cómo Dios puede ser absolutamente
soberano sobre cada evento de la historia y sobre cada acto del individuo sin
destruir la libertad individual, las Escrituras abundan con ejemplos que demuestran
que es verdad. José fue vendido como esclavo como el resultado del pecado
voluntario de sus hermanos, pero al final, José declaró: «Vosotros pensasteis mal
contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para
mantener en vida a mucho pueblo.» (Génesis 50:20). El Hijo de Dios fue
crucificado como el resultado del pecado voluntario y hostilidad de los hombres
contra Dios, pero aun así, Dios había ordenado o predestinado la muerte de Cristo
antes de la fundación del mundo (Hechos 4:27-28; I Pedro 1:20). En las Escrituras,
leemos:
«A éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de
Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole.» (Hechos 2:23)
«Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a
quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para
hacer lo que tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.»
(Hechos 4:27-28)
En las Escrituras, vemos que Dios ordena o predetermina que un evento ocurra,
pero a la vez, Él lo lleva a cabo a través del pecado voluntario de los hombres sin
ser el autor de su pecado o sin manipularlos en contra de su propia voluntad. Los
hombres impíos voluntariamente clavaron a Jesucristo a la cruz y fueron
responsables por sus acciones, pero a la vez, todo este evento se llevó a cabo según
el plan predestinado de Dios. La Caída de Satanás y la Caída de la raza humana a
través de Adán y Eva fueron el resultado de su propio pecado por el cual fueron
responsables, y aun así los eventos sucedieron según el ordenado, predeterminado,
y predestinado plan de Dios. Dios ha decretado un plan grande y eterno para Su
creación y ha ordenado cada evento de la historia por medio del cual este propósito
se llevará a cabo. Nada, ni aún la Caída del hombre o la muerte del Hijo de Dios
sucedieron a parte del decreto soberano de Dios.
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« ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán
insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió
la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para
que le fuese recompensado? Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas.
A él sea gloria por siglos. Amén.» (Romanos 11.33-36)
3. ¿CUÁL ES EL PROPÓSITO ETERNO DE DIOS EN LA CAÍDA?
Habiendo demostrado que la Caída fue el resultado de la desobediencia libre de
la criatura, y a la vez, según el eterno propósito de Dios, ahora es necesario que
busquemos entender cuál fue aquel propósito. A la luz de la maldad y sufrimiento
que han sido el resultado de la Caída, podría ser difícil aceptar que hay un propósito
bueno, sin embargo el decreto de Dios nos garantiza que es así.
Sabemos por medio de las Escrituras que la creación del universo, la Caída del
hombre, la nación de Israel, la crucifixión de Cristo, la Iglesia, el juicio de las
naciones, etc. tienen un propósito grande y final: que la plenitud de los atributos
de Dios se revelen a Su creación y que Su creación puede conocerlo, glorificarlo y
gozarse plenamente de Él como Dios.
a) La revelación plena de los atributos de Dios.
Dios creó el universo para ser un escenario sobre el cual Él pueda demostrar la
infinita Gloria de Su persona y atributos, y para que Su creación pueda conocerlo,
adorarlo, y gozarse en Él. Muchos han dicho que la Caída del hombre es el cielo
oscuro sobre el cual las estrellas de los atributos de Dios resplandecen con más
grande intensidad de gloria. Es solo a través de la Caída y la manifestación de la
maldad que el carácter de Dios puede ser conocido en su plenitud.
Cuando el cristiano adora a Dios, ¿Cuáles son los atributos de Dios que le son
más apreciados? ¿No son la misericordia, gracia y amor incondicional de Dios?
¿No son estos atributos divinos los que se encuentran con más frecuencia en los
grandes himnos de alabanza y adoración de la Iglesia? Pero, ¿cómo podríamos
conocer estos atributos sino a través de la Caída del hombre? El amor
incondicional sólo puede ser manifestado a hombres que no cumplen las
condiciones; la misericordia sólo puede ser manifestada a hombres que merecen
condenación; y la gracia sólo puede ser concedida a hombres que no han hecho
nada para ser dignos de ella. Nuestro estado caído es nuestra culpa, por la cual
debemos asumir plena responsabilidad. Pero a la vez, es en el oscuro escenario de
nuestro estado caído que la gracia y misericordia de Dios toman el centro del
escenario y alumbran a un público de hombres y ángeles. Es en la salvación de
hombres caídos que la sabiduría, gracia y misericordia de Dios se revelan, no
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solamente a los hombres, sino a cada criatura en el cielo, la tierra y el infierno. (Vea
Efesios 2.7; 3.10)
b) La revelación plena de las glorias de Cristo.
La obra más grande de Dios es la muerte y resurrección del Hijo de Dios para la
salvación de Su pueblo. Si alguna vez hubiera un caso en el cual el remedio valiera
la pena de la enfermedad es en este caso. Un tenue resplandor de la gloria de Dios
en la Cruz de Jesucristo vale diez mil caídas en diez mil mundos. Pero si el hombre
no hubiera caído, entonces nunca habría habido ningún Calvario y ningún
Salvador. El evento que más explica a Dios (vea Juan 1.18), que nos atrae más a Él
(vea Juan 12.32) y que más nos mueve a amarle (vea 1 Juan 4.10, 19), se nos habría
quitado. ¿Qué podría tomar su lugar? ¿Qué otros medios podrían haber sido
usados para demostrar la infinita misericordia de Dios? Cristo crucificado es el gran
tema de cada himno, sermón, conversación y pensamiento cristiano. (Vea 1
Corintios 2.2) Sin la Caída, la redención nos sería desconocida. Seríamos como los
ángeles, anhelando mirar algo que nunca habríamos experimentado. (Vea 1 Pedro
1.12)
Es un error, aún blasfemia, sugerir que la Cruz de Cristo fue un mero Plan “B”
que fue empleado sólo porque Adán tomó una decisión equivocada en el Edén.
La Cruz es el evento principal al cual todas las otras obras de la providencia
(soberanía y supervisión) de Dios señalan. Todo se encuentra a la sombra de la
Cruz. En un sentido, la Cruz era necesaria por causa de la Caída, pero en otro
sentido, la Caída fue necesaria para que las glorias de Dios pudiesen ser
plenamente conocidas en la Cruz de Cristo. De manera que todo gira alrededor de
Dios y no del hombre. (Vea Romanos 11.36) El evangelio es Cristocéntrico y no
hombrecéntrico.
c) La revelación plena de la dependencia del hombre.
Una de las más asombrosas verdades acerca de Dios es que Él es absolutamente
libre de necesidad o dependencia. Su existencia, el cumplimiento de Su voluntad
y Su felicidad no dependen de nada o nadie fuera de Sí mismo. Él es el único ser
que es verdaderamente auto-existente, auto-sustentador, auto-suficiente,
independiente y libre. Todos los demás seres derivan su vida y bienestar de Dios,
pero todo lo que es necesario para la existencia y perfecta felicidad de Dios se
encuentra en Él mismo.
El universo no solamente fue creado por Dios, sino que también depende del
poder continuo de Dios para sostenerlo y preservarlo. (Vea Mateo 6.26; 10.29-30;
Hechos 17.28; Hebreos 1.3) Si Él retirara Su poder por un momento, el mundo
se convertiría en caos y destrucción total. Esta misma verdad se aplica al carácter
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de los seres morales, ángeles y hombres. Adán en el paraíso y Satanás en el cielo,
aunque fueron creados justos y santos, no pudieron continuar en tal estado sin la
gracia sustentadora y preservadora de Dios. ¿Cuánto menos podríamos nosotros
estar firmes y cuán rápido caeríamos sin la misma gracia? La Caída provee el
ejemplo más grande de nuestra necesidad constante de Dios. Si no podemos
continuar existiendo más allá que el próximo respiro excepto por la providencia de
Dios, ¿cuánto menos podemos perseverar en los caminos de justicia y santidad
apartados de Su gracia?

¿EXISTE HOMBRE LO SUFICIENTEMENTE BUENO COMO PARA


ENTRAR AL CIELO Y EVITAR EL JUICIO DE DIOS?
Respondemos categóricamente NO. Pues la Biblia afirma: «…todos pecaron, y
están destituidos de la gloria de Dios» (Romanos 3.23), «Ciertamente no hay
hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.» (Eclesiastés 7.20), «…No
hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos
se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni
siquiera uno.» (Romanos 3.10-12) y también: «Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que
nadie se gloríe.» (Efesios 2.8-9)
La idea humana del pecado está prácticamente limitada a lo que el mundo llama
“crimen”. Lo que no llega a tal gravedad, el hombre lo llama “defectos”,
“equivocaciones”, “enfermedad”, etc. E incluso cuando se reconoce la existencia
del pecado, se buscan excusas y atenuantes.
El “dios” que la inmensa mayoría de los que profesan ser cristianos “aman” es
como un anciano indulgente, quien, aunque no las comparta disimula
benignamente las “imprudencias” juveniles. Pero la Palabra de Dios dice: «Los
insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen
iniquidad» (Salmos 5.5), y «Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío
todos los días.» (Salmos 7.11).
Pero los hombres se niegan a creer en este Dios, y rechinan los dientes cuando
se les habla fielmente de cómo Él odia al pecado. No, el hombre pecaminoso no
puede concebir en su mente a un Dios santo, como tampoco imaginar que existe
un lago de fuego en el que será atormentado para siempre.

LO QUE LA BIBLIA DICE ACERCA DE LA NATURALEZA Y


CONDICIÓN CAÍDA DEL HOMBRE:
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1- Muerto espiritualmente:
 Romanos 5:12: «Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y
por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron.»
 Efesios 2.1: «Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos
y pecados.»
2- Separado de la gloria Dios:
 Romanos 3.23: «…todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.»
3- Esclavo del diablo y del pecado:
 2 Timoteo 2:25-26: «que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si
quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del
lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.»
 Juan 8.34: «Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que
hace pecado, esclavo es del pecado.»
 1 Juan 3.8: «El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el
principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.»
4- Ciego y sordo espiritualmente:
 Marcos 4:11-12: «Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de
Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo,
vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y
les sean perdonados los pecados.»
 1 Juan 2.11: «Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en
tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.»
 Isaías 59.9-10: «Por esto se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud;
esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad.
Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como sin ojos; tropezamos a
mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros como muertos.»
5- Carece de entendimiento espiritual:
 1Corintios 2:14: «Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu
de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de
discernir espiritualmente.»
 Romanos 3.11a: «No hay quien entienda.»

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 2 Corintios 4.4: «en los cuales el dios de este siglo [Satanás] cegó el entendimiento
de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de
Cristo, el cual es la imagen de Dios.»
 Efesios 4.18: «teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios
por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón los cuales, después
que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez
toda clase de impureza.»
6- Desamparado, miserable, pobre, ciego y desnudo espiritualmente:
 Apocalipsis 3.17: «Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna
cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre,
ciego y desnudo.»
 Efesios 2.12: «En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de
Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.»
 Isaías 30.1: « ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no
de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a
pecado!»
 Romanos 1.22-32: «Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria
del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de
cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia,
en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus
propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y
dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos.
Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres
cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza [lesbianismo], y de igual
modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en
su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres
[homosexualismo], y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente
reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia,
fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios,
contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de
Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los
padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes
habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos
de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las
practican.»

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7- Hijo (merecedor) de la ira de Dios:
 Efesios 2.3: «…y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.»
 Salmos 7.11: «Dios es juez justo, y Dios está airado contra el impío todos los días.»

 Juan 3.36: «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el
Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.»
8-Hijo (esclavo) de desobediencia:
 Colosense 3.6: «cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia.»
 Efesios 5.6: «Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la
ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.»
9-Hijo del diablo:
 Juan 8.44: «Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre
queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la
verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque
es mentiroso, y padre de mentira.»
 1 Juan 3.8: «El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde
el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.»
 Hechos 13.10: « !Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo,
enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?»
10- Aborrecedores de Dios:
 Romanos 1.30: «murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos,
soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres.»
 Juan 15.18, 24: «Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes
que a vosotros. Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho,
no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre.»
11- Aman la muerte y aborrecen la vida:
 Proverbios 8.36: «Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; todos los que me
aborrecen aman la muerte.»
 Isaías 28.15: «Por cuanto habéis dicho: Pacto tenemos hecho con la muerte, e
hicimos convenio con el Seol; cuando pase el turbión del azote, no llegará a
nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio en la mentira, y en la falsedad nos
esconderemos.»

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 Juan 5.40: «y no queréis venir a mí para que tengáis vida.»
 Juan 3.20: «Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz,
para que sus obras no sean reprendidas.»
 Hechos 3.15: «y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los
muertos, de lo cual nosotros somos testigos.»
12- Enemigo de Dios y amigo del mundo:
 Santiago 4.4: « ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es
enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se
constituye enemigo de Dios.»
 Colosenses 1.21: «Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y
enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado.»
 Romanos 5.10: «…siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte
de su Hijo.»
 1 Juan 2:25-27: «No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno
ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el
mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no
proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que
hace la voluntad de Dios permanece para siempre.»
13- Seguidor de la corriente de este mundo:
 Efesios 2.2: «en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este
mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera
en los hijos de desobediencia.»
14-Todos los hombres son mentirosos:
 Romanos 3.4: «…sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso.»
 Romanos 3.13-14: «Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan.
Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de
amargura.»
 Salmos 62.4: «…Aman la mentira…»
15- Está bajo el reino y dominio de Satanás:
 Hechos 26.18: «para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la
luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí,
perdón de pecados y herencia entre los santificados.»

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 Efesios 2.2b: «…siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la
potestad del aire [Satanás], el espíritu que ahora opera en los hijos de
desobediencia.»
 Colosense 1.13: «… [Dios] nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y
trasladado al reino de su amado Hijo.»
16- Ningún hombre es bueno, todos son malos, ninguno quiere buscar
a Dios:
 Romanos 3.10-12: «Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien
entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron
inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.»
 Eclesiastés 7.20: «Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y
nunca peque.»
 Proverbios 20.9: « ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy
de mi pecado?»
 Mateo 12.34: « ¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo
malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.»
 Lucas 11.13: «Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros
hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo
pidan?»
 Romanos 3.23: «por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.»
 Romanos 5.12: «Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y
por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron.»
17- Su voluntad está inhabilitada para venir al Señor en arrepentimiento
y fe:
 Juan 6.44: «Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo
le resucitaré en el día postrero.»
 Juan 6.45: «Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Así que,
todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de Él, viene a mí.»
 Juan 6.65: «Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere
dado del Padre.»
 Romanos 8.7: «Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios;
porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden.»
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 Juan 5.40: «y no queréis venir a mí para que tengáis vida.»
18- Aparentan bondad externa pero son sepulcros adornados:
 Salmos 62.4b: «Aman la mentira; con su boca bendicen, pero maldicen en su
corazón.»
 Mateo 23.27-28: « ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois
semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran
hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero
por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.»
 Lucas 11.44: « ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! que sois como
sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben.»
 Juan 7.24: «No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.»
 Mateo 22.16: «…Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas
con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la
apariencia de los hombres.»
 2 Timoteo 3.5: «…tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a
éstos evita.»
19- Ninguno teme ni respeta a Dios:
 Romanos 3.18: «No hay temor de Dios delante de sus ojos.»
20- Sus mejores obras son abominación ante Dios. Nadie será salvo por
buenas obras:
 Isaías 64.6: «Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias
como trapo de inmundicia.»
 Isaías 57.12: «Yo publicaré tu justicia y tus obras, que no te aprovecharán.»
 Lucas 16.15: «Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los
hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen
por sublime, delante de Dios es abominación.»
 Gálatas 3.11: «…por [cumplir] la ley [buenas obras] ninguno se justifica para con
Dios…»
 Romanos 3.19-20: «…Sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están
bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de
Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de
él…»
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 Romanos 10.3: «Porque ignorando la justicia de Dios [el modo de Dios justificar o
salvar], y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de
Dios.»
 Efesios 2.8-9: «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.»
 Juan 2.23-25: «Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en
su nombre, viendo las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos,
porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del
hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.»
21- Su corazón es engañoso y perverso:
 Jeremías 17.9: «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién
lo conocerá?»
 Proverbios 14.12: «Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es
camino de muerte.»
 Proverbios 28.26: «El que confía en su propio corazón es necio; Mas el que camina
en sabiduría será librado.»
 Proverbios 30.12: «Hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha
limpiado de su inmundicia.»
22- Naturalmente pecaminoso por nacimiento:
 Salmos 51:5: «He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi
madre.»
23- Naturalmente pecaminoso por práctica:
 Génesis 6:5: «Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y
que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo
solamente el mal.»
 1 Reyes 8.46: «Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que no peque)…»
 Eclesiastés 7.20: «Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y
nunca peque.»
 Romanos 3.23: «por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.»
 Romanos 5.12: «Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y
por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron.»

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 Romanos 3.9: «ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo
pecado.»
 1 Juan 1.8-10: «Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros
mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel
y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos
que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.»

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¿QUÉ IMPORTANCIA TIENE UN NOMBRE?
En la cultura hebrea, el nombre de una persona no era un mero título, sino una
expresión o revelación de la persona. En las Escrituras, encontramos varios
ejemplos de esto: Abraham significa “Padre de muchedumbre de gentes” (vea
Génesis 17:5), Jacob significa “el que toma por el calcañar” o “uno que suplanta”
(vea Génesis 25:26; 27:36), Nabal significa “tonto” (vea 1 Samuel 25:25), y Bernabé
significa “hijo de consolación” (vea Hechos 4:36). Todos estos nombres reflejan el
carácter de los hombres que los llevaron. De una manera similar, el nombre de
Dios es inseparable a Su persona y es una revelación fiel de Él. Cada Nombre de
Dios expresa alguna verdad acerca de Su carácter y persona.

LOS NOMBRES DE DIOS


1. ELOHIM: Es usado 2570 veces; se refiere al poder y la fuerza de Dios.
Génesis 1.1: «En el principio creó Dios los cielos y la tierra.»
Salmo 19.1: «Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la
obra de sus manos.»
2. EL: Posee cuatro compuestos de su nombre.
a) Elyon: “Dios Altísimo”.
Génesis 14.17-20: «Cuando volvía de la derrota de Quedarlaomer y de los reyes
que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo en el valle de Save, que es el
Valle del Rey. Entonces Melquisedec, rey de Salem, y sacerdote del Dios Altísimo,
sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo,
creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus
enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.»
Isaías 14.13-14: «Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a
las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré,
a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré y seré semejante al
Altísimo.»
b) Roi: “El poderoso que ve”. En Génesis 16, una Sarai iracunda y estéril había
echado a su sirvienta embarazada y arrogante Agar al desierto. Cuando ya no
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quedaba ninguna esperanza de sobrevivir, esta muchacha egipcia y pagana fue
visitada y atendida por El Roi mismo: el Dios poderoso que ve.
Génesis 16.13: «Entonces llamó el nombre de Jehová, que con ella hablaba: Tú
eres Dios que ve; porque dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve?»
c) Shaddai: “Todopoderoso” u “Omnipotente”. Es usado cuarenta y ocho veces
en el Antiguo Testamento.
Génesis 17.1: «Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció
Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.»
Salmo 91.1: «El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del
Omnipotente. »
d) Olam: “El Dios Eterno”. Isaías 40 generalmente se considera uno de los más
grandes capítulos del Antiguo Testamento. El profeta empieza prediciendo tanto
la Primera como la Segunda Venida de Cristo. Después contrasta el impresionante
poder del verdadero Dios con la miserable impotencia de todos los ídolos. Pero al
Israel carnal le costaba aceptarlo, preguntándose cómo podrían suceder estos
maravillosos acontecimientos para disipar sus dudas. Isaías declara:
Isaías 40.28-31: « ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual
creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendi-
miento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas
al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes
flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán
alas como águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.»
3. ADONAI: “Amo”, “Señor”. Dios es dueño de toda su creación.
Malaquías 1:6: «El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo
padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy Señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová
de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís:
¿En qué hemos menospreciado tu nombre?»
4. JEHOVÁ O YAWEH: “El Auto-existente” o “El Eterno”. El nombre más común
de Dios. Aparece 6.823 veces. El Dios de existencia propia, el Dios del pacto (Gn.
2:4). Los siguientes ocho nombres son compuestos de Jehová:
a) Jireh: “”El Señor proveerá.”
Génesis 22.13-14: «Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas
un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero,
y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham el nombre de

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aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de Jehová será
provisto.»
b) Nisi: “El Señor es mi estandarte.”
Éxodo 17.15: «Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi.»
Este pasaje es significativo, porque marca la primera batalla y la victoria
subsiguiente de Israel en su marcha después de salir de Egipto. El gran legislador
Moisés subió a un monte, y con los brazos abiertos oró por los ejércitos israelitas,
encabezados por Josué, en su batalla campal en contra de los feroces amalecitas.
c) Salom: “El Señor es paz.”
Jueces 6.24: «Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehová-salom; el
cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas.»
Al estudiar el relato apasionante de Gedeón, se lee cómo Jehovah-salom en
verdad le trajo paz a Israel por encima de los madianitas a través de este guerrero
y sus 300 soldados trompetistas.
d) Sabaot: “El Señor de los Ejércitos.” Sabaot se deriva de la palabra hebrea tsaba,
que significa «hueste». El Señor de las huestes es una referencia al capitán de los
ejércitos celestiales. Se dice que estos ejércitos están compuestos por ángeles.
(Véanse Salmos 68.17; 104.4; 148.2; Mateo 26.53.) Cristo mismo es su líder. (Vea
Josué 5.14.) El gran profeta Isaías describe su visión, durante la cual se le permitió
ver a Jehová de los ejércitos (Isaías 6.3).
Isaías 6.1-3: «En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un
trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. Por encima de él habla
serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus
pies, y con dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: ¡Santo, santo, santo,
Jehová de los ejércitos; ¡toda la tierra está llena de su gloria!»
e) Raah: “El Señor mi pastor.”
Salmo 23.1: «Jehová es mi pastor; nada me faltará.»
f) Tsidkenu: “El Señor nuestra justicia.”
Jeremías 23.6: «En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será
su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia nuestra.»
g) Sama: “El Señor está allí.”
Ezequiel 48.35: «En derredor tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la
ciudad aquel día será: Jehová-sama.»
h) Rafa: “El Señor nuestro sanador.”
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Éxodo 15.26: «Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres
lo recto delante sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus
estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque
yo soy Jehová tu sanador.»

LA NATURALEZA DE DIOS
1. DIOS ES ESPÍRITU.
Jesús lo aclaró cuando le dijo a la mujer samaritana: «Dios es espíritu; y los que
le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren» (Juan 4.24). Algunos
se han perturbado, sin embargo, al comparar esta declaración con ciertas
expresiones del Antiguo Testamento que hablan de los brazos de Dios
(Deuteronomio 33.27), sus ojos (Salmos 33.18), sus oídos (2 Reyes 19.16) y su boca
(Isaías 58.14). Sin embargo, estos términos no son más que expresiones
antropomórficas. Una expresión antropomórfica es un término que se usa para
explicar alguna función o característica de Dios usando palabras descriptivas de
elementos humanos.
Tales expresiones no significan que Dios posea estas partes físicas. Él es Espíritu
(Juan 4.24). Más bien, significan que, ya que Dios es espíritu y es eterno, es capaz
de ejercer exactamente las funciones ejercidas por estas propiedades físicas del
hombre. Dios, siendo espíritu, es incorpóreo, invisible, sin sustancia material, sin
partes físicas, y en consecuencia, libre de todas las limitaciones temporales.
2. DIOS ES UNA PERSONA.
Dios no es algo, es alguien. Él no es un ser impersonal. La personalidad involucra
la existencia con el poder del autoconocimiento y la autodeterminación. Ser
autoconsciente significa poder estar consciente de sí mismo entre los demás. Es
más que la mera conciencia. Aun los animales poseen algo que los hace conscientes
de las cosas que los rodean. La bestia, sin embargo, no puede objetivarse. El
hombre, en contraste con la bestia, posee tanto la conciencia como el autoconoci-
miento. La autodeterminación tiene que ver con la habilidad de mirar hacia el
futuro y preparar un curso de acción inteligente. También involucra el poder de la
elección. La bestia también tiene determinación, pero no tiene autodeterminación,
es decir, el poder de actuar por su propia voluntad libre y así determinar sus
acciones. Generalmente se acepta que hay tres elementos de personalidad:
intelecto, emoción y voluntad.
De este modo, como Persona, Dios exhibe todos los elementos involucrados en
la personalidad.
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a) Crea.
Génesis 1.1: «En el principio creó Dios los cielos y la tierra.»
b) Destruye.
Génesis 18.20; 19.24-25: «Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra
Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en
extremo. Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y
fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella
llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra.»
c) Provee.
Salmo 104.27-30: «Todos ellos esperan en ti, para que les des su comida a su
tiempo. Les das, recogen; abres tu mano, se sacian de bien. Escondes tu rostro, se
turban; les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo. Envías tu espíritu, son
creados, y renuevas la faz de la tierra.»
d) Enaltece.
Salmo 75.6-7: «Porque ni de oriente ni de occidente, ni del desierto viene el
enaltecimiento. Mas Dios es el juez; a éste humilla, y a aquél enaltece.»
e) Tiene cuidado.
1 Pedro 5.6-7: «Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os
exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él
tiene cuidado de Vosotros.»
f) Oye.
Salmo 94.9-10: «El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá? El
que castiga a las naciones, ¿no reprenderá? ¿No sabrá el que enseña al hombre la
ciencia?»
g) Aborrece.
Proverbios 6.16: «Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma.»
h) Se duele.
Génesis 6.6: «Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le
dolió en su corazón.»
i) Ama.
Juan 3.16: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo
unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.»
3. DIOS ES UNO.
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El testimonio de las Escrituras es que hay sólo un Dios verdadero. La creencia
en sólo un Dios es monoteísmo [Griego: mono = uno + theos = dios]. La creencia
en más que un Dios es politeísmo [Griego: poly = muchos]. La fe cristiana es
monoteísta.
1 Reyes 8:60: «A fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que Jehová es
Dios, y que no hay otro.»
Isaías 44:6-8: «Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los
ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios. ¿Y
quién proclamará lo venidero, lo declarará y lo pondrá en orden delante de mí,
como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y
todo lo que está por venir. No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde
la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo.
No hay fuerte; no conozco ninguno.»
Isaías 45:5-6: «Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te
ceñiré, aunque tú no me conociste, para que sepa desde el nacimiento del sol, y
hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo.»
Isaías 46:9: «Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque
yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí.»
Efesios 4:4-6: «Un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una
misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y
Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.»
1 Timoteo 2:5: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los
hombres, Jesucristo hombre.»
Deuteronomio 6.4-5: «Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás
a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.»
Hay sólo un Dios. Es importante entender que la palabra “uno” proviene de la
palabra hebrea echad, que se refiere a una unidad de más que una persona. Por
ejemplo, en Génesis 2.24 leemos: «…[el hombre y la mujer] serán una [echad] sola
carne», y en Esdras 3.1: «…se juntó el pueblo como un [echad] solo hombre.» Esta
verdad tendrá una gran importancia en el punto siguiente sobre la naturaleza de
Dios donde aprenderemos que el único Dios verdadero existe como una Trinidad:
el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo.
4. DIOS ES UNA TRINIDAD.
La palabra “Trinidad” proviene de la palabra latina trinitas, que significa “tres en
uno.” Las Escrituras afirman que el único Dios verdadero existe como una trinidad:
24
el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Ellos son tres personas distintas que son
distinguidas el uno del otro, y a la vez, comparten la misma naturaleza o esencia
divina, y se relacionan el uno con el otro en un compañerismo inquebrantable. Es
importante saber que la palabra “trinidad” no se encuentra en las Escrituras, sino
que fue empleado por primera vez por Tertuliano, uno de los padres de la iglesia
temprana, para describir lo que las Escrituras enseñan acerca de la naturaleza
trinitaria de Dios.
Dentro de la unidad de Dios existen tres distintas “personas”, el Padre, el Hijo y
el Espíritu Santo. Los tres comparten los mismos atributos y la misma naturaleza;
por lo tanto, estos tres constituyen el único Dios.
Debe admitirse que la palabra “persona”, en ese sentido trinitario, no está
enteramente libre de objeción, pero hemos entendido que no hay una palabra
mejor. En el caso de la Trinidad la palabra “persona” no puede aplicarse en su
concepto común (esto es, como se aplica a los seres humanos). Por ejemplo,
persona, en el uso ordinario del término, significa un ser distinto e independiente;
así, una persona es un ser, y cien personas son cien seres. Pero en la Divinidad hay
tres personas y UN SÓLO SER.
Como cristianos, confesamos abiertamente que la Trinidad es un misterio
inalcanzable para el entendimiento humano, pero aun así no podemos negar la
Trinidad porque es la clara enseñanza de las Escrituras. El hecho de que la doctrina
de la Trinidad este por encima de nuestra comprensión, no significa que esté en
contra de nuestra razón.
La Trinidad y las ciencias exactas.
Si consideramos el Universo físico que debería reflejar a su Creador, como es
lógico, de una manera muy íntima, descubriremos que toda la Naturaleza parece
haber sido diseñada para revelarnos la Trinidad. Todo lo conocido del Universo
puede ser clasificado bajo los títulos de espacio, materia y tiempo.
Ahora bien, el espacio, por lo menos en la medida en que lo comprendemos,
consiste exactamente de tres dimensiones, cada una igualmente importante y
absolutamente esencial. No habría espacio, ni realidad alguna, si hubiera solamente
dos dimensiones. Existen tres dimensiones distintas, y con todo cada una de ellas
abarca la totalidad del espacio.
Sin embargo, hay un sólo espacio. Notemos que para calcular el contenido cúbico
de cualquier espacio limitado no se suma la longitud más el ancho más la
profundidad, sino que se multiplican esas medidas. De modo análogo, la

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matemática de la Trinidad no es 1 + 1 + 1 = 1, como pretenden burlonamente los
falsamente llamados “Testigos de Jehová”, sino 1 x 1 x 1 = 1.
Concepto: 1 x 1 x 1 = 1
Concepto: 1 x 1 x 0 = 0
Aplicación:
Largo x Ancho x Alto = Espacio
Energía x Movimiento x Fenómeno = Materia
Futuro x Presente x Pasado = Tiempo
Espacio x Materia x Tiempo = Universo
Padre x Hijo x Espíritu Santo = Dios
Como puede verse, cada unidad es absoluta en sí misma, pero ninguna podría
existir por sí misma. Así como Dios es Tres en Uno, Él ha implantado esta
semejanza en sus creaciones. No cabe duda de que esta estructura es la huella de
Dios.
La misma Biblia que declara que Dios es uno, también se refiere a tres diferentes
personas como Dios:
a) La persona del Padre constituye o consume toda la esencia divina (es Dios):
 1 Corintios 8.6: «Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual
proceden todas las cosas…»
 Juan 1.18: «A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del
Padre, él le ha dado a conocer.»
 Juan 6.27: «…a éste señaló Dios el Padre.»
b) La persona del Hijo constituye o consume toda la esencia divina (es Dios):
 Isaías 9.6: «Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre
su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre
Eterno, Príncipe de Paz.»
 Juan 1.1: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios.»
 Juan 20.27-28: «Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca
tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces
Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!»

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 Filipenses 2.5-6: «Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo
Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a
que aferrarse.»
 Tito 2.13: «aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de
nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.»
 Romanos 9.5: «de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino
Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.»
 Colosenses 1.15: «Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda
creación.»
 Colosenses 2.9: «Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.»
 Hebreos 1.8: «Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro
de equidad es el cetro de tu reino.»
c) La persona del Espíritu Santo constituye o consume toda la esencia divina (es
Dios):
 Hechos 5.3-4: «Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que
mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad? Reteniéndola,
¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto
en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.»
 1 Corintios 3.16: « ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios
mora en vosotros?»
 1 Corintios 6.19: « ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el
cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?»
 Romanos 8:9: «Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es
que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo,
no es de él.»
En Mateo 28.19 se encuentra una declaración que se usa en cada bautismo
cristiano como fue mandado por el Señor Jesucristo. Esta declaración es un
ejemplo maravilloso de la unidad (un solo ser) y trinidad (tres personas que son un
sólo ser) de Dios:
«Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.»
Es importante subrayar que la palabra “nombre” es singular aunque se refiere a
tres personas diferentes. El texto no dice en los nombres del Padre, del Hijo, y del
Espíritu Santo, sino en el Nombre, porque los Tres aunque son personas
distinguidas una de la otra son Un sólo ser o una sola esencia.
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El Padre, Hijo, y Espíritu Santo son de una sola esencia divina y moran en
perfecta igualdad y unidad, pero a la vez son tres personas distintas y no una
persona que se revela en tres diferentes maneras. En las siguientes Escrituras, esta
verdad se demuestra claramente:
 Marcos 1.10-11: «Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu
como paloma que descendía sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Tú
eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.»
En esta escritura el Hijo es bautizado (v.10), el Espíritu Santo desciende (v.10), y
el Padre habla del cielo (v.11).
 Juan 14.16-17: «Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con
vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir,
porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros,
y estará en vosotros.»
Aquí vemos como el Hijo ora al Padre (v.16), el Padre da al Consolador o
Espíritu Santo (v.16-17), y el Espíritu Santo mora con y estará en el creyente (v.17).
 Mateo 4.1: «Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado
por el diablo.»
 Juan 14:16: «Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con
vosotros para siempre.»
La palabra griega aquí traducida por “otro” es allos, que significa “otro del mismo
tipo”. Heteros es la palabra griega que se usa para “otro de un tipo diferente”. Esta
última nunca se usa con referencia a la Trinidad.
 Juan 14:26: «Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.»
 2 Corintios 13.14: «La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión
del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.»
De estos sencillos textos de las Escrituras está claro que el Padre, el Hijo, y el
Espíritu Santo son tres personas distintas. Dios no es tres seres independientes o
tres diferentes dioses; tampoco Dios es una sola persona que se pone tres diferentes
máscaras o que simplemente se revela en tres formas diferentes. El Dios de las
Escrituras existe en tres personas distintas e iguales quienes son uno en naturaleza
o esencia divina, y quienes se relacionan el uno con el otro en perfecta igualdad y
unidad.
Gráfico ilustrativo de la Trinidad:

28
Aunque el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo son iguales y existen en perfecta
unidad, con frecuencia llevan a cabo diferentes funciones, y se manifiestan de
diferentes maneras. Veamos las siguientes Escrituras que demuestran esta verdad.
a. El Padre es el Dios invisible que ningún hombre ha visto (Vea Juan 1.18).
b. El Hijo es Dios hecho carne y la revelación perfecta del Padre (Vea Juan 1.1, 14,
18; 14.9).
c. El Espíritu Santo es Dios viviendo en el cristiano (Vea Romanos 8.9; Juan 14.16-
17, 23).
Ideas falsas acerca de la Trinidad. Hay dos errores serios acerca de la doctrina
de la Trinidad.
1. El error del unitarismo. Esta doctrina sostiene que sólo hay un Dios que es
indivisible (inseparable en cuanto a distinción de personas), que el Padre es la única
persona de la divinidad. Niega la deidad de Jesús y la deidad del Espíritu Santo y
Su personalidad independiente del Padre y del Hijo, por lo que es considerado
una cosa (la fuerza activa o el poder de Dios) y no una persona de la Divinidad.
2. El error del triteísmo. Esta doctrina sostiene que la Trinidad consiste en tres
seres o Dioses separados (pero coadyuvantes).
3. El error del modalismo. Según esta idea hay un sólo Dios que se revela a través
de tres diferentes modalidades o papeles. Por ejemplo, un hombre individual
podría ser considerado el esposo de su mujer, el padre de sus hijos y el empleado
de su jefe. Así, algunos creen que Dios es una sola persona que se manifiesta como
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Resumen de la doctrina de la Trinidad:
1. Dios es Uno. No hay tres diferentes Dioses en la Trinidad (ésta es una herejía
llamada Triteísmo).
29
2. Dios es Tres. Hay uno Dios que existe en tres personas: el Padre, el Hijo, y el
Espíritu Santo.
3. Las Tres Personas de la Trinidad son verdaderas y distintas Personas. La
Trinidad no es una sola persona que se pone tres diferentes máscaras o que se
revela de tres diferentes formas, ésta es una herejía llamada Modalismo.
4. Las Tres Personas de la Trinidad son perfectamente Iguales. El Hijo no es
menos que el Padre, y el Espíritu no es menos que el Hijo.
5. Las Tres Personas de la Trinidad pueden manifestarse de diferentes maneras
y pueden llevar acabo diferentes funciones. Ningún hombre ha visto al Padre; el
Hijo llegó a ser carne y habitó con los hombres; el Espíritu mora en cada creyente
en Cristo.
6. Las Escrituras afirman dos verdades importantes: Dios es uno y Dios es tres.
Aunque no podemos comprender plenamente como esto es posible, es necesario
creer y enseñar cada verdad con igual convicción. Una herejía (o una falsa doctrina)
sucede cuando afirmamos una verdad y negamos la otra, o cuando enfatizamos una
verdad más que la otra. Debemos afirmar toda verdad con igualdad y evitar todo
extremo.
7. El misterio de la Trinidad no es una razón para negarla. Algunos dicen que no
pueden creer lo que no pueden entender, o si algo no se puede explicar entonces
no puede ser verdad. Si aplicáramos esta misma lógica a la Biblia entera o aún a
nuestra propia existencia, nos dejaría muy poco en que creer. Aún las verdades
más simples de las Escrituras y de la existencia humana van mucho más allá que
nuestro entendimiento. No creemos porque podemos entenderlo todo
perfectamente, sino creemos porque es la verdad, es el testimonio de las Escrituras.
8. La mayoría de las ilustraciones que se emplean para explicar la Trinidad no
son adecuadas. Con frecuencia, muchos emplean varias ilustraciones para explicar
la Trinidad. Lamentablemente, con frecuencia, estas ilustraciones hacen más daño
que nada. Por ejemplo, a veces la Trinidad se compara al agua que existe en tres
formas diferentes: líquido, hielo, y vapor. Tal ilustración es una distorsión de la
Trinidad, en la que se sugiere que Dios es una persona que toma tres diferentes
formas (una herejía que se llama Modalismo) Es mejor simplemente afirmar que
Dios es uno y tres, sin dar explicaciones y usar ilustraciones que son inadecuadas
o aún herejía.

ATRIBUTOS O PERFECCIONES GENERALES DE DIOS

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1-DIOS ES CREADOR Y SUSTENTADOR
« ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los
confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento
no hay quien lo alcance.» (Isaías 40.28)
Dios es el Creador.
Una de las verdades fundamentales de las Escrituras y la fe cristiana es que Dios
es el Creador de los cielos y la tierra. Él es antes de todas las cosas, y todas las cosas
existen por causa de Él. Él no fue causado o hecho por algo o alguien más grande
que Él, sino que Él es la Causa y Hacedor de todas las cosas, y ninguna cosa que
existe, existiría aparte de Él. Él sólo es Creador y nadie comparte este título con Él.
La creencia de que Dios creó todos los seres en los cielos y en la tierra debe
afectar radicalmente cada aspecto de nuestra vida. Primero, debe llevarnos al
asombro y reverencia. El conocimiento de que hay un Dios tan grande que ha
creado mundos y seres innumerables, y que los sustenta sin esfuerzo va más allá de
la comprensión humana. Tal Dios es digno de absoluta reverencia. Si a veces, nos
asombramos de Su creación, ¿Cuánto más debemos asombrarnos de Él? Segundo,
debe llevarnos a adorarle y dar acciones de gracias. Si Dios no nos hubiera creado,
no existiríamos. El negarle adoración y acción de gracias nos hace culpable de la
más grande arrogancia e ingratitud. Tercero, debe llevarnos a la humildad. ¿Qué
es el hombre para que Dios piense en él? (Vea Salmos 8.3-4) Existimos porque Él
nos hizo y aparte de Él no somos nada. Cuarto, debe darnos confianza de que
nuestra existencia tiene propósito. No somos el resultado de la casualidad o de
algún proceso evolutivo sin propósito. Fuimos hechos según el designio de Dios y
para Su propósito y placer.
«Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios.»
(Hebreos 3.4) Sería absurdo pensar que la casa donde uno vive, se hizo
simplemente por sí sola. La existencia de una casa implica un albañil con
inteligencia. ¿Cuánto más este universo tan complejo implica un Creador personal
e inteligente?
«Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios,
de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.» (Hebreos 11.3) Con
frecuencia, los teólogos emplean una frase latina para describir el obrar de Dios en
Su creación: creatio ex nihilo, que significa: creación de la nada. Dios no usó
materiales que ya existían para crear el universo, sino que creó todo de la nada, por
Su propio poder y para Su propia gloria.
Dios es el Sustentador de Todo.
31
Las Escrituras nos enseñan que Dios no solamente es Creador de los cielos y la
tierra, sino que es también Su Sustentador. Nada de lo que existe, existiría aparte
de Él. Si Él se alejara de Su creación aún por un momento todo perecería. Le
debemos cada respiro y movimiento. Cada ser desde el más poderoso arcángel
hasta el más pequeño gusano vive en absoluta dependencia de Dios. El hombre
que se inclina en humilde adoración y el que alza su puño en desafío a Dios tienen
esto en común: los dos viven, respiran, y se mueven por medio de Su poder. (Vea
Hechos 17.28) Ellos dos existen porque Él los hizo, respiran porque Él les da
aliento. Si les diera la espalda, se convertirían en polvo. La Biblia así lo enseña:
«En su mano está el alma de todo viviente, y el hálito de todo el género humano.»
(Job 12.10)
«Su poder sobre este mundo no lo ha recibido de nadie; el día que él decida
quitarnos su espíritu de vida, ¡todos nosotros moriremos y volveremos a ser polvo!»
(Job 34:14-15 Versión Biblia Lenguaje Sencillo)
«Todos ellos esperan en ti, para que les des su comida a su tiempo. Les das,
recogen; abres tu mano, se sacian de bien. Escondes tu rostro, se turban; les quitas
el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo. Envías tu Espíritu, son creados, y renuevas
la faz de la tierra.» (Salmo 104:27-30)
«Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.» (Colosenses
1:17)
«Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a
los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a
quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual,
siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien
sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la
purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la
Majestad en las alturas.» (Hebreos 1:3)
«Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre
toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su
habitación; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan
hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en él
vivimos, y nos movemos, y somos...» (Hechos 17.26-28)
Dios es el Dueño de todo.
Dios es Creador y Sustentador de todas las cosas en los cielos y en la tierra. Por
eso, no es injusto que Él se declare Dueño de todas las cosas. Una de las “verdades
principales” que debemos comprender para tener un entendimiento correcto de
32
Dios y de nuestro lugar en Su creación, es que no somos dueños de nosotros
mismos. No fuimos hechos para nosotros mismos. Pertenecemos a Aquel que nos
hizo, y somos responsables ante Él de vivir según Su voluntad y para Su gloria.
2-DIOS ES OMNIPOTENTE (TODO LO PUEDE)
Dios tiene todo poder en el cielo y en la tierra. ¡Él puede hacer cualquier cosa!
Nada es demasiado difícil para Dios. La Palabra de Dios dice:
«Porque nada hay imposible para Dios.» (Lucas 1.37)
«Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, Y que no hay
pensamiento que se esconda de ti.» (Job 42.1-2)
«Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y
que ha de venir el Todopoderoso.» (Apocalipsis 1.8)
3-DIOS ES OMNIPRESENTE (ESTÁ EN TODAS PARTES)
La palabra “omnipresente” proviene de la palabra latina omnipraesens [omnis =
todo + praesens = presente] y se refiere al estado de estar presente en todo lugar a
la vez. Cuando las Escrituras hablan de Dios como omnipresente significa que Él
está siempre presente en todo lugar en toda Su plenitud. La omnipresencia no
significa que una parte de Dios está en Australia y otra parte está en África, sino
que Dios está en todo lugar en toda Su plenitud. Aunque el universo no puede
contener a Dios, Dios está presente en toda Su plenitud en todo lugar. Para el
cristiano, la omnipresencia de Dios infunde gran confianza y consuelo, ya que cada
creyente desde el más pequeño hasta el más grande se beneficia de la presencia de
Dios. Para el incrédulo, la omnipresencia de Dios infunde terror porque no hay
ninguna posibilidad de esconderse o escaparse de Su presencia.
Como seres humanos tenemos cuerpos, podemos estar en un sólo lugar a la vez.
Como Dios es Dios y es Espíritu (no tiene cuerpo ni limitaciones físicas), puede
estar en todas partes a la misma vez. Dios dijo: « ¿No lleno yo…el cielo y la tierra?»
(Jeremías 23.24)
4-DIOS ES OMNISCIENTE (TODO LO SABE)
La palabra “omnisciencia” proviene del vocablo latino omnisciens [omnis = todo
+ sciens, de scire = saber] y se refiere al atributo de poseer todo conocimiento. La
omnisciencia de Dios significa que Él posee un conocimiento perfecto de todas las
cosas pasadas, presentes, y futuras de forma inmediata, simultánea, exhaustiva, y
sin esfuerzo. No hay nada escondido de Dios.
No hay nunca la más mínima diferencia entre el conocimiento de Dios y la
realidad. Él no solamente sabe todos los hechos, sino también los interpreta con
33
una sabiduría perfecta. Para el cristiano, la omnisciencia de Dios infunde una gran
confianza y consuelo, pues Dios no sólo tiene conocimiento de cada necesidad
nuestra, sino también comprende cada prueba, y nos ha dado Su Palabra infalible
para guiarnos por la vida. Para el incrédulo, la omnisciencia de Dios infunde terror
porque Dios juzgará a cada hombre según Su perfecto conocimiento de todos los
hechos, pues ningún pecado será escondido u olvidado. Cada criatura, cada obra,
y cada pensamiento están ante Él como un libro abierto. La Palabra declara:
«Yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por
venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo:
Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero.» (Isaías 46.9-10)
«Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las
cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.»
(Hebreos 4.13)
«El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con él
mora la luz.» (Daniel 2.22)
«Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.» (Isaías
65.24)
«Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres. Grande
es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito.» (Salmos
147.4-5)
5-DIOS ES ETERNO
Uno de los atributos más asombrosos de Dios y uno de los muchos que le
distinguen de la creación es Su existencia eterna. Él es sin comienzo y sin fin. No
había tiempo cuando Él no existía y nunca habrá un tiempo cuando Su existencia
cesará. Él es antes de todas las cosas y permanecerá cuando todas las cosas hayan
pasado. La eternidad de Dios no significa simplemente que Él ha existido y existirá
un número infinito de años, sino que Él está sobre el tiempo y edad, siempre
existiendo y nunca cambiando. Ninguna otra persona o cosa creada comparte este
atributo con Él. Nosotros somos por un momento, pero Él es para siempre.
Nosotros fuimos causados por Él, pero Él no fue causado por alguien. Nosotros
dependemos de Él para nuestra existencia, pero Él no depende de nadie. Nuestra
existencia terrenal pasa como por un reloj de arena, pero Él permanece. Él era
Dios, es Dios, y será para siempre Dios.
La Biblia dice: «Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.» (Salmos 90.2) «…el
Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo…» (Isaías
57.15)
34
6-DIOS ES SUPREMO
Las Escrituras no solamente nos enseñan que Dios es el Creador y Sustentador
del universo, sino que también es el Soberano Señor y Rey. Él reina sobre todas
las criaturas, actividades y cosas desde la más grande hasta la más pequeña por Su
perfecta sabiduría, infinito poder y absoluta justicia. Él es libre de hacer todo según
Su propia voluntad, y de hacerlo para Su propia gloria y placer. Lo que Él ha
determinado, ningún poder en los cielos o la tierra puede anular.
La palabra “supremo” se refiere a lo que es más alto en excelencia, rango o
autoridad. La Supremacía de Dios se refiere a Su posición exaltada sobre toda
creación. La verdad de la supremacía de Dios tiene muchas importantes
implicaciones. Con respecto a la Persona de Dios, significa que Él es infinitamente
más excelente que Sus criaturas y de más infinito valor que todas Sus criaturas
juntas. Con respecto al Lugar de Dios, significa que Él es exaltado sobre toda Su
creación y no tiene igual. Con respecto al Propósito de Dios, significa que Él es el
centro de todas las cosas y las dirige hacia un gran propósito: Su propia gloria.
La Biblia expresa: «Pensabas que de cierto sería yo como tú.» (Salmos 50.21) y
«…mayor es Dios que el hombre. ¿Por qué contiendes contra él? Porque él no da
cuenta de ninguna de sus razones.» (Job 33.12b-13) En una de sus cartas a Erasmo,
el reformador protestante contra la iglesia católica Martín Lutero decía: “Vuestro
concepto de Dios es demasiado humano”.
El Dios de la Escritura no es un monarca falso, ni un simple soberano imaginario,
sino el único soberano Rey de reyes y Señor de señores. (Vea 1 Timoteo 6.15) «Yo
conozco que todo lo puedes y que no hay pensamiento que se esconda de ti.» (Job
42:2). Él hace todo lo que ha designado. Cumple todo lo que ha decretado.
«Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho.» (Salmos 115.3) Y,
¿por qué? Porque «no hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo contra Jehová.»
(Proverbios 21.30).
La Supremacía absoluta y universal de Dios se afirma con igual claridad y certeza
en el Nuevo Testamento. Ahí se nos dice que Dios «hace todas las cosas según el
designio de su voluntad.» (Efesios 1.11). La palabra “hace” de este texto, en el
idioma original que se escribió el Nuevo Testamente, el griego, significa: “hacer
efectivo”. Por esta razón, leemos también: «Porque de él, y por él, y para él, son
todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.» (Romanos 11.36). Los
hombres pueden presumir de ser agentes libres, con voluntad propia, y de que son
libres de hacer lo que les plazca, pero a aquellos que jactándose dicen: «Hoy y
mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y

35
ganaremos…», la Escritura advierte: «En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor
quiere, viviremos y haremos esto o aquello.» (Santiago 4.13, 15).
«Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor;
porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh
Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.» (1 Crónicas 29.11)
«Excelso sobre todas las naciones es Jehová, sobre los cielos su gloria. ¿Quién
como Jehová nuestro Dios, que se sienta en las alturas, que se humilla a mirar en
el cielo y en la tierra?» (Salmos 113.4-6) En el versículo 6 leemos: «que se humilla
a mirar en el cielo y en la tierra.» Este es uno de los más majestuosos versículos en
toda la Escritura. Significa que Dios es tan glorioso, tan excelente, y tan hermoso
que es un acto de condescendencia cuando deja de mirar Su propia hermosura
para mirar a cualquier otro ser o cosa. Toda la hermosura en los cielos o en la tierra
no puede compararse a la gloria de Dios.
7-DIOS ES SOBERANO
La soberanía de Dios puede definirse como el ejercicio de Su supremacía. Dios
es el Altísimo, el Señor del cielo y de la tierra, está exaltado infinitamente por
encima de la más distinguida de las criaturas. Él es absolutamente independiente;
no está sujeto a nadie, ni es influido por nadie. Dios actúa siempre y únicamente
como le agrada.
Nadie puede frustrar ni detener sus propósitos. Su propia Palabra lo declara
explícitamente: «Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y
él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y
no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?» (Daniel 4.35).
Dios es soberano. Su voluntad es suprema. Dios, lejos de estar bajo una ley, es
ley en sí mismo, así es que cualquier cosa que él haga, es justa. Y ¡ay del rebelde
que pone Su soberanía en entredicho! «Dios dijo: El barro no le dice al alfarero:
¿Qué estás haciendo?, ni la vasija lo critica, diciendo: Tú no sabes trabajar. Un hijo
no le reprocha a sus padres el haberlo traído a este mundo.» (Isaías 45.9-10 Versión
Biblia Lenguaje Sencillo).
«Muchos pensamientos hay en el corazón del hombre; mas el consejo de Jehová
permanecerá.» (Proverbios 19.21)
La Extensión de la Soberanía de Dios.
Se pregunta con frecuencia, “¿Cuáles son los límites de la soberanía de Dios?”
“¿Hay una criatura o actividad que no está bajo Su gobierno?” La respuesta de las
Escrituras está clara: Cada ser viviente, cada cosa creada, y todos los eventos de la
historia están bajo el gobierno soberano de Dios. Él reina sobre todas las cosas y
36
nadie, incluyendo el hombre, está fuera de Su soberanía. Como Creador y
Sustentador, Él tiene el exclusivo e incuestionable derecho de gobernar todos los
reinos y todas las criaturas según Su voluntad y placer. Él hace todo lo que desea,
y no hay ningún poder en los cielos, ni en la tierra, o en el infierno que pueda
alterar o limitar lo que ha determinado. Las siguientes Escrituras afirman estas
verdades:
«Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos.» (Salmos
103.19)
«Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho.» (Salmos 115.3)
«Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y
en todos los abismos.» (Salmos 135.6)
«Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios,
y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el
principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo
permanecerá, y haré todo lo que quiero.» (Isaías 46.9-10)
«En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al
propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de
que seamos para alabanza de su gloria.» (Efesios 1.11-12)
La verdad de que Dios hace todo lo que desea en cada esfera de la creación no
solamente es evidencia de Su soberanía, sino que también de Su omnipotencia. Él
es todopoderoso y por eso no hay ninguna criatura o poder que se le pueda oponer.
La Biblia lo enseña así:
«Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio
sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que
no hay quien te resista?» (2 Crónicas 20.6)
«Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su alma deseó, e hizo.»
(Job 23.13)
«No hay sabiduría, ni inteligencia, ni consejo, contra Jehová.» (Proverbios 21.30)
«Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según
su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien
detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?» (Daniel 4.35).
8-DIOS ES AUTO-EXISTENTE
Una de las verdades que más nos infunde reverencia y humildad ante Dios es
que Él es absolutamente libre de necesidad o dependencia. Su existencia, el
cumplimiento de Su voluntad, y Su felicidad no dependen de ninguna persona o
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cosa fuera de Sí mismo. Él es el único ser que es verdaderamente Auto-existente,
Auto-sustentador, Auto-suficiente, Independiente, y Libre. Todos los demás seres
reciben su vida y bienestar de Dios, pero todo lo que Dios necesita para existir en
perfecta felicidad se encuentra en Sí mismo. A Dios no le falta nada, no tiene
necesidad, y no depende de nadie. Enseñar, o aún sugerir que Dios hizo al hombre
porque Él se sentía sólo o incompleto, es absurdo y aún blasfemo. La creación no
es el resultado de una necesidad en Dios, sino el resultado de Su plenitud o
abundancia. Enseñar que Dios necesita nuestra ayuda para manejar Su creación o
cumplir Su voluntad es igualmente absurdo y blasfemo. Él no creó, porque tenía
una necesidad, sino porque Él deseaba revelar la superabundancia de Sus
perfecciones, gloria, y bondad.

ATRIBUTOS O PERFECCIONES MORALES DE DIOS


1-DIOS ES BUENO
La “bondad” de Dios corresponde a la perfección de su naturaleza: «Dios es luz,
y en él no hay ningunas tinieblas.» (I Juan 1.5). La perfección de la naturaleza de
Dios es tan absoluta que no hay nada en ella que sea incompleta o defectuosa, ni
nada pueda serle añadida o mejorarla.
La bondad de Dios no puede ser puesta en entredicho porque haya sufrimiento
y dolor en el mundo. Si el hombre peca contra la bondad de Dios, si menosprecia
las riquezas de su benignidad, y paciencia, y longanimidad, y después, por su dureza
y por su corazón no arrepentido, atesora para sí ira para el día de la ira (vea
Romanos 2.4-5), ¿a quién puede culpar si no a sí mismo?
La bondad de Dios apareció más gloriosa que nunca cuando envió a su Hijo a
morir por nuestros pecados. Fue entonces cuando una multitud de ángeles alabó a
su Creador y dijo: «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad
para con los hombres.» (Lucas 2.14).
Veamos cómo ha respondido la humanidad a la benevolencia de Dios:
«Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron
gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del
Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de
cuadrúpedos y de reptiles.» (Romanos 1:21-23)
« ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad,
ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? Pero por tu dureza y por
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tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la
revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras.»
(Romanos 2.4-6)
2-DIOS ES JUSTO
Esto significa que Dios siempre hace lo que es correcto. La Biblia dice: «Justo es
Jehová en todos sus caminos, y misericordioso en todas sus obras.» (Salmos 145.17)
Como Dios es justo, Él tiene que castigar todo pecado. Dios no puede pasar por
alto nuestros pecados. Pero Dios ha preparado una manera por la que podemos
ser perdonados: Él envió a Su Hijo Jesús para pagar con su muerte por nuestros
pecados; de manera que todo aquel que se arrepienta de sus pecados y crea en
Jesús será salvo.
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no
envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha
sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y
esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las
tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.» (Juan 3.16-19)
3-DIOS ES AMOR
¿Qué es el amor de Dios? Es un atributo divino que mueve a Dios a darse
libremente y desinteresadamente a otros para su beneficio o bienestar. Las
Escrituras nos enseñan que el amor divino es mucho más que una actitud, emoción,
u obra. Es un atributo de Dios, una parte de Su mismo ser o naturaleza. Dios no
solamente ama, sino que Él es amor. Él es la misma esencia de lo que el amor
verdadero es y todo amor verdadero fluye de Él como su fuente principal.
Es importante reconocer que las Escrituras declaran que “Dios es amor”, pero
no que “Amor es Dios.” Las dos frases no son intercambiables. El universo no fue
creado y no está gobernado por un sentimiento, emoción, o actitud llamada
“amor”, sino por el Señor soberano de la Escritura quien, en Su misma naturaleza,
es amor.
Las Muchas Demostraciones del Amor de Dios:
Sería más fácil contar todas las estrellas en los cielos o cada grano de arena en la
tierra, que medir o intentar describir el amor de Dios. Su altura, profundidad,
longitud y anchura están más allá de la comprensión de las más grandes y más
inteligentes criaturas. (Vea Efesios 3.18-19) Aunque nunca seremos capaces de
comprender el amor de Dios en su plenitud o medir su contenido, podemos crecer
39
en nuestro entendimiento de tal amor por medio de considerar los muchos
ejemplos y demostraciones en las Escrituras: a) La Benevolencia de Dios Hacia
Todas Sus Criaturas. b) La Misericordia, Gracia, y Paciencia de Dios hacia la
Humanidad Pecadora. c) Dios Dio a Su Hijo para la Salvación de Su Pueblo.
a) La Benevolencia de Dios Hacia Todas Sus Criaturas.
La palabra “benevolencia” puede ser definida como la disposición de buscar “lo
bueno” para los demás, bendecirles, y promover su bienestar. Es el testimonio
constante de las Escrituras que Dios es un Creador que ama a sus criaturas y busca
la bendición y beneficio de ellas - los malos y los buenos. Él es lo opuesto absoluto
de cualquier opinión que le representaría como una deidad caprichosa o vengativa
quien busca la derrota y miseria de Su creación.
Observe las siguientes Escrituras:
«Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras.»
(Salmos 145.9)
«Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,
haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol
sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.» (Mateo 5.44-45)
«En las edades pasadas él ha dejado a todas las gentes andar en sus propios
caminos; si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos
lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros
corazones.» (Hechos 14.16-17)
b) La Misericordia, Gracia, y Paciencia de Dios hacia la Humanidad Pecadora.
Tres de las más hermosas y amadas palabras en las Escrituras son la misericordia,
gracia, y paciencia de Dios. En estas tres joyas, el amor de Dios verdaderamente se
manifiesta. La palabra “misericordia” se refiere a la ternura o compasión de Dios
hacia aún las más miserables y lastimosas de Sus criaturas. La palabra “gracia” se
refiere a la buena voluntad de Dios de tratar con Sus criaturas, no según su propio
mérito o valor, sino según Su propia bondad y generosidad. La palabra “paciencia”
se refiere a la buena voluntad de Dios de “soportar” o “sufrir” las debilidades y
pecados de Sus criaturas.
«Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte,
misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad.»
(Éxodo 34.6)

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En este pasaje la palabra “piadoso” puede ser traducida: “lleno de gracia”. La
frase “tardo para la ira” puede ser traducida: “paciente”.
c) Dios Dio a Su Hijo para la Salvación de Su Pueblo.
Hemos aprendido que el amor de Dios está más allá de la comprensión humana
y que se manifiesta a todas Sus criaturas en un número casi infinito de maneras.
Sin embargo, las Escrituras nos enseñan que hay una manifestación del amor de
Dios que sobrepasa todas las demás: ¡Dios dio a Su Hijo para la salvación de Su
pueblo!
«El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró
el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al
mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros
hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en
propiciación por nuestros pecados.» (1 Juan 4.8-10)
¿Cómo puedo saber que Dios nos ama?
1. Sabemos que Dios nos ama porque la Biblia lo dice. En Su Palabra, Dios dice:
«Con amor eterno te he amado.» (Jeremías 31.3)
2. Sabemos que Dios nos ama porque dios a Su Hijo para morir por nosotros.
La Biblia dice: «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún
pecadores, Cristo murió por nosotros.» (Romanos 5.8)
4-DIOS ES SANTO.
« ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? Pues tú sólo eres
santo.» (Apocalipsis 15.4)
Sólo Dios es infinita, independientemente e inmutablemente santo. Con
frecuencia Dios es llamado “El Santo” en la Escritura; y lo es porque en Él se halla
la suma de todas las excelencias morales. Es pureza absoluta, sin la más leve sombra
de pecado. «Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.» (1 Juan. 1:5).
La santidad es la misma excelencia de la naturaleza divina: el gran Dios es
«magnífico en santidad» (Éxodo 15.11). Por eso leemos: «Muy limpio eres de ojos
para ver el mal, ni puedes ver el agravio.» (Habacuc 1.13). De la misma manera
que el poder de Dios es lo opuesto a debilidad natural de la criatura, y Su sabiduría
contrasta completamente con el menor defecto de entendimiento, Su santidad es
la antítesis de todo defecto o imperfección moral. Él es puro y perfecto. En Él no
hay tinieblas ni pecado. Dios «no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie.»
(Santiago 1.13)

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A esta perfección divina se le da un énfasis especial. Se llama santo a Dios más
veces que todopoderoso, y se presenta esta parte de su dignidad más que ninguna
otra. Esta cualidad va como calificativo junto a su nombre más que ninguna otra.
Nunca se nos habla de Su poderoso nombre, o Su sabio nombre, sino Su grande
nombre, y, sobre todo, Su santo nombre. Éste es Su mayor título de honor; en ésta
resalta toda la majestad y respetabilidad de su nombre. Esta perfección, como
ninguna otra, es celebrada ante el trono del cielo por los serafines que claman:
«Santo, Santo, Santo, Jehová de los ejércitos.» (Isaías 6.3).
Dios mismo destaca esta perfección: «Una vez he jurado por mi santidad…»
(Salmos 89.35). Dios jura por Su santidad porque ésta es la expresión más plena
de sí mismo. Por ella exhorta a nosotros Sus santos (apartados del pecado para
Dios): «Cantad a Jehová, vosotros sus santos, y celebrad la memoria de su santidad»
(Salmos 30.4). Podemos llamar a éste un atributo trascendental; es como si
penetrara en los demás atributos y les diera esplendor. Por ello leemos de la
«hermosura del Señor» (Salmos 27.4), la cual no es otra que la «hermosura de su
santidad» (Salmos 110.3).
Esta excelencia destacada por encima de Sus otras perfecciones, es la gloria de
éstas; es cada una de las perfecciones de la deidad; así como Su poder es el vigor
de Sus otras perfecciones, Su santidad es la hermosura de las mismas; de la manera
que sin omnipotencia todo sería débil, sin santidad todo sería desagradable. Si ésta
fuera manchada, el resto perdería su honra. De manera que Su justicia es santa, Su
sabiduría santa, Su brazo poderoso es un santo brazo (Salmos 98.1). Su Verdad o
Palabra es una Santa Palabra (Salmos 105.42). Su nombre, que expresa todos sus
atributos juntos, es un Santo Nombre (Salmos 103.1)
La santidad de Dios se manifiesta en Su ley. Esa ley prohíbe el pecado en todas
sus variantes: en las formas más refinadas así como en las más groseras, la intención
de la mente como la de contaminación del cuerpo, el deseo secreto como el acto
abierto.
Por ello leemos: «la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y
bueno.» (Romanos 7.12). Sí, «el precepto de Jehová es puro, que alumbra a los
ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de
Jehová son verdad, todos justos.» (Salmos 19.8-9).
Dios odia todo pecado porque Él es santo. Él ama todo lo que es conforme a sus
leyes y aborrece todo lo que es contrario a las mismas. Su palabra lo expresa
claramente: «Jehová abomina al perverso.» (Proverbios 3.32). Y otra vez:
«Abominación son a Jehová los pensamientos del malo.» (Proverbios 15.26). De
ello se desprende que él, necesariamente ha de juzgar y castigar el pecado. « ¿Quién
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no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual
todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.»
(Apocalipsis 15.4)
Los inconversos no creen realmente en la santidad de Dios; el concepto que de
su carácter tienen es parcial. Esperan y creen que Su misericordia supera todo lo
demás. «Pensabas que de cierto sería yo como tú.» (Salmos 50.21), es la acusación
de Dios a los tales.
5-DIOS ES VERDADERO Y VERAZ
La Integridad de Dios.
La palabra “integridad” proviene de la palabra latina integer que se refiere a
cualquier cosa que es completa o entera. Cuando la palabra se emplea con
referencia a Dios, significa que Su carácter es entero, sin falla, e inalterable. Hay
tres palabras que se puede emplear para describir la integridad de Dios: Dios es
Verdadero. Él es real; no fabricado, inventado, o una imitación. Dios es Veraz. Él
sólo actúa y habla dentro de la esfera de la verdad. La falsedad es contraria a Su
naturaleza. Dios es Fiel. Él siempre cumple Sus promesas. Él hará lo que ha
prometido.
Dios es Genuino o Verdadero.
En las Escrituras, la palabra “verdadero” se traduce de la palabra hebrea emet y
de la palabra griega alethinós. Las dos palabras no solamente denotan la veracidad
de Dios, sino también Su autenticidad. Dios es genuino o real. Él es exactamente
como se revela a Sí mismo. Él no es falso, un invento, o una mera imitación. Él es
el único Dios verdadero, distinto de los ídolos hechos por las manos de los
hombres y los falsos dioses nacidos de las imaginaciones corruptas de los hombres.
En la Biblia, un nombre es el medio por el cual el carácter de una persona se
revela. Veamos los nombres dados a Dios en los siguientes textos que nos revelan
Su autenticidad:
«Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno.» (Jeremías 10.10).
«Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a
Jesucristo, a quien has enviado.» (Juan 17:3).
«…servir al Dios vivo y verdadero.» (I Tesalonicenses 1:9).
«…Señor, santo y verdadero…» (Apocalipsis 6:10).
Dios es Veraz.

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Habiendo considerado la autenticidad de Dios, ahora consideraremos Su
veracidad. Dios no solamente es exactamente como se revela a Sí mismo (Él es
verdadero), sino que también todo es exactamente como Él dice que es (Él es
veraz). Dios sólo actúa y habla dentro de la esfera de la verdad. Su conocimiento
es perfecto y por eso nunca se equivoca. Su carácter es santo y justo, y por eso Él
no puede mentir o distorsionar la verdad. La mala interpretación y la falsedad son
imposibles con Dios.
Con relación a la veracidad de Dios aprecie las siguientes Escrituras:
 Isaías 65.16; Salmo 31.5: «…el Dios de verdad…»
 Juan 3.33: «…Dios es veraz.»
 Números 23.19: «Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que
se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?»
 1 Samuel 15.29: «…el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá,
porque no es hombre para que se arrepienta.»
 Salmo 57.10: «Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, y hasta las nubes
tu verdad.»
 Salmo 86.15: «…[Dios es] grande en misericordia y verdad»
 Tito 1.2: «…la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió
desde antes del principio de los siglos.»
 Hebreos 6.18: «…es imposible que Dios mienta…»
 Daniel 4.37: «Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del
cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede
humillar a los que andan con soberbia.»
 Salmo 111.7: «Las obras de sus manos son verdad y juicio; fieles son todos sus
mandamientos.»
 Salmo 119.142: «Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad.»
 Salmo 119.151: «…todos tus mandamientos son verdad.»
 Salmo 119.160: «La suma de tu palabra es verdad…»
 Juan 17.17: «Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.»
 Juan 14.6: «Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí.»
6-DIOS ES FIEL
La palabra “fiel” proviene de la palabra hebrea aman y la palabra griega pistós.
Las dos palabras comunican la idea de certeza o estabilidad. Una buena ilustración
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sería una columna fuerte que sostiene el gran peso de un edificio o los brazos
fuertes de un padre que sostiene y protege a su indefenso niño. Cuando la palabra
“fiel” se emplea con respecto a Dios, significa que Él es digno de absoluta confianza
y que Su pueblo puede depender de Él sin duda o reserva. Es importante entender
que Dios es fiel, no porque Él cumple todo deseo de Su pueblo, sino porque
cumple todo lo que Él ha prometido.
Esto significa que Dios siempre cumple Su Palabra. Dios siempre hace lo que
dice que hará. La Biblia dice: «Dios…no miente» (Tito 1.2) Algunas veces hacemos
promesas pero no las cumplimos. Quizás olvidamos nuestras promesas o
simplemente no cumplimos nuestra palabra. Pero Dios nunca olvida una promesa.
Dios siempre hace lo que dice que hará. La Biblia dice: «Conoce, pues, que Jehová
tu Dios es Dios, Dios fiel.» (Deuteronomio 7.9)
Podemos confiar en todo lo que Dios dice en Su Palabra, porque Dios siempre
cumple Su Palabra. Dice la Palabra de Dios: «…fiel es el que prometió.» (Hebreos
10.23)
7-DIOS ES INMUTABLE
Dios nunca cambia. Siempre es igual. Dios siempre es santo. Dios siempre es
justo. Dios siempre es amor. Dios siempre es fiel. Dios nunca ha evolucionado,
crecido o mejorado. Lo que Dios es hoy, ha sido siempre y siempre será. La
Palabra de Dios declara: «Porque yo Jehová no cambio.» (Malaquías 3.6)
Es su propia afirmación absoluta. No puede mejorar, porque es perfecto; y,
siendo perfecto, no puede cambiar en mal. Siendo totalmente imposible que algo
externo le afecte, Dios no puede cambiar ni en bien ni en mal: es el mismo
perpetuamente. Sólo Él puede decir «Yo soy el que soy» (Ex. 3:14). El correr del
tiempo no le afecta en absoluto. En el rostro eterno no hay vejez. Por lo tanto, su
poder nunca puede disminuir, ni su gloria palidecer.
«Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.» (Hebreos 13.8)
«Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las
luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.» (Santiago 1.17)
8-DIOS ES EL LEGISLADOR Y JUEZ
Las Escrituras nos enseñan que Dios es un santo, justo, y cariñoso Soberano
quien se preocupa por el bienestar de Su creación. Es justo que tal Soberano reine
sobre Su creación y administre justicia, premiando el bien que se hace y castigando
el mal. Según las Escrituras, Dios ha revelado Su voluntad a todos los hombres y
juzgará a todos los hombres según el estándar que se les ha revelado. Todos pueden
45
tener la confianza de que Dios les juzgará según el más estricto estándar de justicia
y equidad. Debemos reconocer siempre que el juicio de Dios no es injustificado o
cruel, sino que es la inevitable consecuencia de Su santo y justo carácter y una parte
necesaria de Su gobierno. Un Dios que no juzgara la maldad no sería bueno o
justo. Una creación donde la maldad no fuera restringida y juzgada pronto se
destruiría a sí misma.
Dios como Legislador.
Las Escrituras nos enseñan que el Creador y Soberano Señor del universo es
también el supremo Legislador y Juez. Dios ha establecido las leyes morales por el
cual todos los hombres deben vivir y los juzgará por su obediencia y desobediencia.
Según las Escrituras, el hombre no fue creado para ser autónomo [griego: auto =
auto + nomos = ley] o auto-gobernado, sino theónomo [theos = Dios + nomos =
ley] bajo la ley de Dios.
Como Legislador y Juez, Dios es santo y justo. La santidad de Dios se refiere a
Su separación de todo lo que es común, profano o pecador. La justicia de Dios se
refiere a la rectitud y equidad de todas Sus obras y juicios. Estos atributos garantizan
que la ley de Dios siempre será apropiada o recta, y que Sus juicios siempre serán
perfectos. Él siempre hará lo correcto. En el gran día de Sus juicios, cuando todos
los hombres se paran ante Él, ellos pueden tener toda confianza que Él los juzgará
con perfecta justicia. Aún los condenados inclinarán la cabeza y declararán que el
Juez de toda la tierra los ha juzgado con rectitud. (Vea Romanos 14.11; Filipenses
2.9-11)
«Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro
Rey; él mismo nos salvará.» (Isaías 33.22)
«Uno sólo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres
para que juzgues a otro?» (Santiago 4.12)
El Fundamento de la Ley de Dios.
¿Por qué ha declarado Dios que algunas cosas son buenas y otras son malas? ¿Es
la ley de Dios nada más que una colección arbitraria de reglas? ¿Hay una razón
detrás de todos estos mandamientos y prohibiciones? ¿Cuál es la verdadera esencia
de la ley? Estas preguntas son muy importantes. Para tener un entendimiento
correcto de la ley de Dios es necesario considerar cada mandamiento
cuidadosamente. Las siguientes declaraciones nos pueden ayudar:
a) Dios es el Auto-existente Creador, Sustentador, y Señor de todo. Es correcto
que Dios gobierne y juzgue todo lo que Él ha hecho y sustenta. Es justo que Él
establezca Sus leyes y juzgue a todas Sus criaturas según ellas.
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b) Dios es la única base o estándar de moralidad. ¿Por qué se consideran algunas
cosas “buenas” y otras cosas “malas”? ¿Cuál es la base o estándar para determinar
si algo es justo o injusto? La Biblia nos enseña que Dios es bueno. Todo lo que es
como Él (que se conforma a Su carácter) es “bueno”; y todo lo que no es como
Dios (que contradice o se opone a Su carácter) es “malo.” Aparte de Dios, no
puede haber ninguna ley, ninguna definición o certeza de lo que es justo o injusto,
bueno o malo.
c) Las leyes de Dios son una expresión de quien es Él. Las leyes de Dios no son
reglas arbitrarias que Él ha hecho caprichosamente, sino que son un reflejo de Su
carácter (santidad, justicia, benevolencia, etc). Algunas veces, aún los cristianos
hablan de la ley como si fuera una colección de principios eternos y universales,
independientes de Dios y a los cuales aún Dios tiene que sujetarse. Esto no puede
estar más lejos de la verdad. Es Dios quien establece la ley, y la ley que Él ha
establecido es una expresión de Su misma naturaleza.
d) La Esencia de la ley de Dios es amar a Dios supremamente y amar a los demás
como a nosotros mismos. Esta verdad la enseñó claramente el Señor Jesús, como
el corazón y fin al cual todas las leyes divinas se dirigen (Marcos 12:29-31). El
conocimiento de que debemos amar a Dios supremamente y a otros como
nosotros mismos está escrito en el corazón de cada hombre, y sus plenas
implicaciones (lo que tal amor involucra) se revelan en términos específicos y
concretos en las Escrituras. Por ejemplo: no adorar los ídolos, no robar, no matar,
etc.).
La Ley Revelada en el Corazón.
Hemos aprendido que Dios es el Gran Legislador quien juzgará a cada hombre
según Su Ley, pero esta verdad nos deja con una interrogante muy importante y
perturbadora, “¿Cómo puede Dios juzgar a cada hombre según Su Ley cuando
una multitud muy grande de la humanidad nunca ha tenido el privilegio de conocer
las Escrituras?” Según las Escrituras, Dios ha revelado Su inmutable estándar moral
a la humanidad en dos maneras distintas: Él ha revelado Su voluntad en gran detalle
a algunos hombres a través de los mandamientos escritos de las Escrituras, y Él ha
revelado Su voluntad a todos los hombres de una manera general a través de la ley
que Él ha escrito en su corazón. En los dos casos, la revelación de la ley de Dios es
suficiente para que todos los hombres sin excepción sean sin excusa en el Día del
Juicio. Los que han tenido el privilegio de conocer las Escrituras serán juzgados
según las Escrituras, y los que han tenido sólo la ley escrita en sus corazones serán
juzgados según esa ley. Cada hombre será juzgado según la luz que ha recibido.
Veamos los siguientes textos:
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«Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo
conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo
cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya
dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se
le pedirá.» (Lucas 12:47-48)
«…no hay acepción de personas para con Dios. Porque todos los que sin ley han
pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la
ley serán juzgados.» (Romanos 2.11-12)
Según Romanos 2:12, toda la humanidad puede ser divida en dos grupos
distintos. 1-Los que sin ley han pecado. 2-Los que bajo la ley han pecado.
Es necesario enfatizar que dentro de los que no conocieron la ley escritural ni
escucharon jamás la oferta de salvación ninguno se salvará por ninguna buena obra
que hagan porque «todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios»
(Romanos 3.23) y «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de
vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.» (Efesios
2.8-9) Romanos 2.12 destaca: «todos los que sin ley han pecado, sin ley también
perecerán». La versión Palabra de Dios para Todos expresa con relación al texto
anterior: «Los que conocen la ley y los que no saben nada de ella son iguales cuando
cometen pecados.»
Por otro lado, nadie se podrá excusar de ser inocente de pecado y ni de ser
indigno del juicio de Dios por no haber escuchado la oferta de salvación en Cristo.
Pues la razón por la cual las personas son juzgadas por el Dios Santo no es por
rechazar la salvación que en Cristo se ofrece, sino porque han transgredido las leyes
de Dios y no pueden hacer nada para cambiar su estado caído. Si Dios hubiera
decidido no enviar a Su Hijo a morir por nosotros hubiera sido completamente
justo en Su determinación soberana y hubiera sido Su santo derecho no hacerlo;
pues fue el hombre quien se rebeló contra Su Creador.
La Biblia declara además: «Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y
deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo
entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.»
(Romanos 1.20)
Dios como Juez.
Según las Escrituras, Dios ha revelado Su voluntad a todos los hombres y juzgará
a todos según el estándar que les ha sido revelado. Toda criatura puede tener la
seguridad que Dios le juzgará según el estándar más estricto de justicia y equidad.
Se debe reconocer siempre que el juicio de Dios no es sin razón o cruel, sino la
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consecuencia inevitable de Su santo y justo carácter, y una parte necesaria de Su
gobierno. Un Dios que no juzgara a los malos no sería bueno o justo. Una creación
donde la maldad no fuera restringida o juzgada pronto sería destruida.

RESUMEN DE LOS ATRIBUTOS DE DIOS


No hay sino un sólo Dios, que es Omnipotente, Omnipresente, Omnisciente,
Eterno, Supremo, Soberano, Auto-existente, Infinito en su ser y perfección; en Su
moral es perfectamente Bueno, Justo, Santo, Verdadero, Veraz, Fiel, Inmutable,
Legislador, Juez, que hace todas las cosas según el consejo de su propia voluntad;
y para su propia gloria es Amoroso, Benigno y Misericordioso, Paciente, abundante
en bondad y verdad, perdonador de la iniquidad, la transgresión y el pecado;
galardonador de todos los que le buscan con diligencia, y sobre todo muy justo y
terrible en sus juicios, que odia todo pecado, y que de ninguna manera dará por
inocente al culpable.

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El pecador nunca reconocerá su maldad. Dirá que es una buena persona y que
seguro Dios le dejará entrar al cielo. Veamos los estándares de Dios por los que
juzgará a los hombres según Éxodo 20:
1- NO TENDRÁS DIOSES AJENOS DELANTE DE MÍ. (ÉXODO 20.3)
Objeción 1: «Yo nada más creo en el Dios de los cristianos»
Respuesta: «Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen,
y tiemblan.» (Santiago 2.19)
Objeción 2: «Yo creo en Dios pero a mí manera»
Respuesta: «Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e
idolatría la obstinación.» (1 Samuel 15.23)
Objeción 3: «Yo no estoy ni con Dios ni con el diablo»
Respuesta: «El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge,
desparrama.» (Mateo 12.30)
Objeción 4: «Todos los días me levanto y doy gracias a Dios y oro a Él»
Respuesta: «No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.» (Mateo
7.21)
Objeción 5: «Yo amo a Dios»
Respuesta: «Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi
Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.» (Juan 14.23)
Indicación: Algunos textos sobre la idolatría:
«Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la
adivinación, ha de morir.» (Levítico 20.27)
«No os volveréis a los ídolos, ni haréis para vosotros dioses de fundición. Yo
Jehová vuestro Dios.» (Levítico 19.4)
«Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que
Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; para que no os corrompáis y
hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra,
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figura de animal alguno que está en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele
por el aire, figura de ningún animal que se arrastre sobre la tierra, figura de pez
alguno que haya en el agua debajo de la tierra. No sea que alces tus ojos al cielo, y
viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y
te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los
pueblos debajo de todos los cielos. Pero a vosotros Jehová os tomó, y os ha sacado
del horno de hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como en
este día. Y Jehová se enojó contra mí por causa de vosotros, y juró que yo no pasaría
el Jordán, ni entraría en la buena tierra que Jehová tu Dios te da por heredad. Así
que yo voy a morir en esta tierra, y no pasaré el Jordán; mas vosotros pasaréis, y
poseeréis aquella buena tierra. Guardaos, no os olvidéis del pacto de Jehová
vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de
ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido. Porque Jehová tu Dios es fuego
consumidor, Dios celoso.» (Deuteronomio 4.15-24)
«Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según
las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su
hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego,
ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.
Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por
estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.»
(Deuteronomio 18.9-12)
«No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu
misericordia, por tu verdad. ¿Por qué han de decir las gentes: ¿Dónde está ahora
su Dios? Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho. Los ídolos
de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca, mas no hablan;
Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no
huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con
su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en
ellos.» (Salmos 115.1-8)
«Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses,
en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros
santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO
CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os
anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor
del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es
honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a
todos vida y aliento y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los
hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden
51
de los tiempos, y los límites de su habitación; para que busquen a Dios, si en alguna
manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno
de nosotros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de
vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Siendo,
pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o
plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios,
habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los
hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el
cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a
todos con haberle levantado de los muertos.» (Hechos 17.22-31)
«Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia
de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se
conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de
él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del
mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen
excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le
dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón
fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria
del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de
cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia,
en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus
propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y
dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos.
Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres
cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también
los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos
con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo
en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener
en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que
no convienen; estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad,
avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y
malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos,
soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios,
desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo
entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte,
no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.»
(Romanos 1.18-32)

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«Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a
Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios.» (1 Corintios
10.20)
«Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así
que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia;
cuyo fin será conforme a sus obras.» (2 Corintios 11.14-15)
2-NO TE HARÁS IMAGEN, NI NINGUNA SEMEJANZA DE LO QUE ESTÉ ARRIBA
EN EL CIELO, NI ABAJO EN LA TIERRA, NI EN LAS AGUAS DEBAJO DE LA
TIERRA. NO TE INCLINARÁS A ELLAS, NI LAS HONRARÁS. (ÉXODO 20.4)
Objeción 1: «Yo no tengo imágenes, no soy idolatra, creo en Dios.»
Respuesta: «Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e
idolatría la obstinación.» (1 Samuel 15.23)
Indicación:
Jesús es el único abogado, defensor, mediador entre Dios y los hombres.
«Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí.» (Juan 14.6)
«Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre.» (1Timoteo 2.5)
« ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos
de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que
murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios,
el que también intercede por nosotros.» (Romanos 8.31-34)
«Esto quiere decir que Jesús es la garantía de un mejor pacto entre Dios y su
pueblo. Igualmente, había muchos sacerdotes porque cuando uno de ellos moría,
no podía seguir en su cargo. Pero Jesús vive para siempre, nunca dejará de ser
sacerdote. Entonces puede salvar para siempre a los que vienen a Dios por medio
de él, pues vive para siempre y está listo para ayudarlos cuando se presenten ante
Dios. Jesús es la clase de sumo sacerdote que necesitamos. Es santo y no ha hecho
nada malo. Es puro y no se deja influenciar por los pecadores. Ha sido elevado a
los cielos y no es como cualquier otro sacerdote. Los otros sacerdotes tenían que
ofrecer sacrificios todos los días, primero por sus propios pecados y luego por los
pecados del pueblo. Pero Jesús no necesita hacer eso, él ofreció un solo sacrificio
una sola vez y para siempre. La ley establece sacerdotes humanos con las mismas
53
debilidades que la gente. Pero después de dar la ley, Dios hizo una promesa con la
que nombró sumo sacerdote al Hijo y lo hizo perfecto para siempre.» (Hebreos
7.22-27 Versión PDT)
«Pero Cristo no entró al Lugar Santísimo hecho por los hombres, sólo copia del
verdadero, sino al cielo y está presente allí, delante de Dios, para pedir a nuestro
favor.» (Hebreos 9.24 Versión PDT)
«¨Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los
injustos, para llevarnos a Dios…» (1 Pedro 3.18)
«Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere
pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.» (1 Juan 2.1)
3- NO TOMARÁS EL NOMBRE DE JEHOVÁ TU DIOS EN VANO. (ÉXODO 20.7)
Objeción 1: «Nunca he hecho tal cosa.»
Respuesta: Sí lo has hecho, cuando te has enojado y dices: «ay Dios mío, no es
fácil esto.» ¿No has jurado por Dios o «por lo más sagrado»? Jesús dice: «Pero yo
os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la
ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o
negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más
de esto, de mal procede.» (Mateo 5.34-37)
4- ACUÉRDATE DEL DÍA DE REPOSO PARA SANTIFICARLO. (ÉXODO 20.8)
Indicación: ¿Le has dedicado a Dios un día a la semana aunque sea para adorarle
y darle culto junto a otros creyentes?
5-HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE. (ÉXODO 20.12)
Indicación: ¿Nunca le has faltado el respeto a tus padres, le has contestado mal,
has sido negligente con ellos, te has olvidado de sus cumpleaños?
6-NO MATARÁS. (ÉXODO 20.13)
Objeción 1: «Yo nunca he matado.»
Respuesta:
«Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida.» (1 Juan 3.15)
«Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será
culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano,
será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable

54
ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de
fuego.» (Mateo 5.21-22)
7-NO COMETERÁS ADULTERIO. (ÉXODO 20.14)
Indicación: Aunque nunca hayas cometido el acto de traicionar a alguna pareja,
Jesús dijo: «Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que
cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón.» (Mateo 5.27-28)
8-NO HURTARÁS. (ÉXODO 20.15)
Indicación: Quizás le has robado al estado, o algo cuando fuiste pequeño, o te
has hecho cómplice o copartícipe de un robo. Has comprado algo que sabes que
es robado. Le has robado el tiempo que necesita tu familia.
9-NO HABLARÁS CONTRA TU PRÓJIMO FALSO TESTIMONIO. (ÉXODO 20.16)
Indicación: Quien diga que no ha mentido está mintiendo. No hay excusa para
mentir, delante de Dios es mentira.
«Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la
verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no
hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.» (1
Juan 1.8-10)
10-NO CODICIARÁS. (ÉXODO 20.17)
Indicación: Quizás te ha molestado la prosperidad de alguien. O has codiciado
la mujer o el hombre de otra persona.
Objeción: Quizá alguien diga: «Jesús dijo en Mateo 7.1: No juzguéis, para que no
seáis juzgados. Así que no me puedes juzgar.»
Respuesta:
«No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.» (Juan 7.24)
« ¿O no sabéis que los santos [los cristianos] han de juzgar al mundo? Y si el
mundo ha de ser juzgado por vosotros [los santos, los hijos de Dios], ¿sois indignos
de juzgar cosas muy pequeñas?» (1Corintios 6.2)

PROPÓSITO DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS:

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Los mandamientos de Dios son para hacerle ver al pecador su condición
pecaminosa y su destino de condenación eterna, y así por tanto su necesidad de
salvación y perdón en Cristo.
El pecador que francamente examine su vida a la luz de la ley de Dios como ha
sido expuesta previamente, se convencerá de que es culpable ante Dios por haber
desobedecido cada punto. La Biblia afirma con relación a la Ley: «…sabemos que
todo lo que la ley dice… [es] para que toda boca se cierre [todos reconozcan su
culpabilidad y queden sin excusas] y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios;
ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él;
porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado.» (Romanos 3.19-20)
Sinceramente admitirá que es idólatra, ha tomado el nombre de Dios en vano,
no le dedica un día a la semana a Dios, ha deshonrado a sus padres, es homicida,
es adúltero, ladrón, mentiroso y codicioso.¨
«El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta
alcanzará misericordia.» (Proverbios 28.13)
Si todavía no has experimentado la salvación y el perdón de pecados, y hoy te
toca morir y tienes que rendirle cuentas a Dios en base a Sus estándares y no a los
suyos, ¿cómo te hallarías: inocente o culpable? ¿Qué te merecerías: cielo o
infierno? La Palabra de Dios afirma:
« ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los
fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan
con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni
los estafadores, heredarán el reino de Dios.» (1Corintios 6.9-10)
«Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y
hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde
con fuego y azufre, que es la muerte segunda.» (Apocalipsis 21.8)
«No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira,
sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.»
(Apocalipsis 21.27)

LA SENTENCIA DE LA LEY.
Es claramente proclamado en las declaraciones divinas, «Maldito todo aquel que
no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para
hacerlas.» (Gálatas 3.10). Cualquiera que viole un sólo precepto de la Ley divina se
expone a sí mismo a la desaprobación de Dios, y al castigo como la expresión de
56
esa desaprobación. (Vea Santiago 2.10) No se hace excusa por la ignorancia, ni se
hace distinción entre personas, ni es permitida una disminución de su severidad:
«El alma que pecare, esa morirá» es el pronunciamiento inexorable. (Vea Ezequiel
18.20a) No se hace excepción si el trasgresor es joven o viejo, rico o pobre, judío o
gentil: «la paga del pecado es muerte» (Romanos 6.23); porque «la ira de Dios se
revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres.» (Romanos
1.18).

EL JUEZ MISMO ES INFLEXIBLEMENTE JUSTO


En la elevada corte de la justicia divina, Dios toma la ley en sus más estrictos y
rigurosos aspectos, y juzga rígidamente de acuerdo a la letra. «Mas sabemos que el
juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. [Dios] pagará a
cada uno conforme a sus obras.» (Romanos 2.2, 6). Dios es inexorablemente justo,
y no mostrará parcialidad alguna ni hacia la ley ni hacia su transgresor. El Altísimo
ha determinado que Su Santa Ley será fielmente sostenida y sus castigos
estrictamente ejecutados.
¿A qué se asemejaría este país si todos sus jueces dejaran de sostener y de hacer
cumplir las leyes de la nación? ¿Qué condiciones predominarían si una
misericordia sentimental reinara a expensas de la justicia? Ahora bien, Dios es el
Juez de toda la tierra y el gobernador moral del universo. Las Sagradas Escrituras
proclaman que «justicia y juicio», y no compasión y clemencia, son el «cimiento de
Su trono.» (Vea Salmos 89.14) Los atributos de Dios no se oponen unos a otros.
Su misericordia no anula Su justicia, ni Su gracia jamás es exhibida a expensas de
la justicia. A cada una de Sus perfecciones le es dada libre curso. Para Dios dar a
un pecador entrada al cielo simplemente porque Él lo amaba, sería como un juez
que alberga en su propia casa a un preso condenado que se fugó simplemente
porque se compadeció de él. Las Escrituras declaran enfáticamente que: «… [Dios]
de ningún modo tendrá por inocente al malvado.» (Éxodo 34.7)

EL PECADOR ES INCUESTIONABLEMENTE CULPABLE.


No es que él solamente tiene debilidades o que no es tan bueno como debería
ser: él ha desafiado la autoridad de Dios, violado Sus mandamientos, pisoteado sus
leyes. Y esto es verdad no sólo para una cierta clase de pecadores, sino que todo el
mundo es culpable delante de Dios. (Vea Romanos 3.19) «No hay justo, ni aún
uno. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno,
no hay ni siquiera uno.» (Romanos 3.10, 12). Es imposible para todo hombre
57
librarse a sí mismo de esta terrible carga. Él no puede probar que los crímenes de
los que es acusado no han sido cometidos, ni que habiendo sido cometidos, tenía
derecho a hacerlos. Él tampoco puede desmentir los cargos que la ley presentó en
su contra, ni justificarse por haberlos ejecutados.
Aquí entonces es como el caso permanece. La ley demanda un personal,
perfecto, y perpetuo amoldamiento a sus preceptos, en corazón y obras, en
motivación y realización. Dios acusa a cada uno de nosotros de haber fallado en
cumplir aquellas justas demandas, y declara que hemos violado Sus mandatos en
pensamientos, en palabras y en obras. La ley por lo tanto, pronuncia sobre nosotros
una sentencia de condenación, nos maldice, y demanda la ejecución del castigo,
que es muerte. (Vea Romanos 6.23) Aquél delante de cuyo tribunal permanecemos
es omnisciente, y no puede ser engañado o burlado; Él es inflexiblemente justo, y
no es influido por consideraciones sentimentales. Nosotros, los acusados, somos
culpables, incapaces de refutar las acusaciones de la ley, incapaces de reivindicar
nuestra conducta pecaminosa, incapaces de ofrecer algún pago o compensación
por nuestros crímenes. Verdaderamente, nuestro caso es desesperado hasta el
último grado.
Aquí, entonces, está el problema. ¿Cómo puede Dios justificar al trasgresor
intencional de Su Ley sin justificar sus pecados? ¿Cómo puede Dios librarle de la
penalidad de Su Ley quebrantada sin comprometer Su santidad y sin cambiar Sus
palabras de que Él «de ningún modo tendrá por inocente al malvado»? ¿Cómo
puede ser dada la vida al delincuente culpable sin anular la sentencia «el alma que
pecare, esa morirá»? ¿Cómo puede ser mostrada misericordia al pecador sin que
la justicia sea burlada? Éste es un problema que desde siempre debe haber
confundido a toda inteligencia limitada. A pesar de todo, bendito sea Su nombre,
Dios, en Su sabiduría perfecta, ha diseñado un modo por el cual el «primero de
los pecadores» (vea 1 Timoteo 1.15) puede ser tratado por Él como si fuera
perfectamente inocente; aún más, Él lo declara justo, de acuerdo al nivel requerido
por la ley, y con derecho a la recompensa de la vida eterna.

JESÚS ES LA SOLUCIÓN DE DIOS PARA EL PERDÓN DE


NUESTROS PECADOS
Usted puede ser librado del juicio de Dios si se arrepiente y cree en Jesús el Hijo
de Dios, quien murió para pagar la deuda del pecado, para pagar con Su sangre
nuestro rescate del juicio de Dios. Él ha satisfecho con Su sacrificio cada punto de
la ley en que hemos ofendido, y de esta manera nuestra deuda de condenación
eterna es cancelada. Si confías en Él, te abandonas en Sus brazos y reconoces que
58
Él es el único Salvador y Mediador entre Dios y los hombres, el único Rey, el único
Señor serás salvo aquí y ahora. Medite en estos textos bíblicos:
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no
envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha
sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.»
(Juan 3.16-18)
«Cristo murió por nosotros en el momento preciso: cuando éramos incapaces de
salvarnos, siendo enemigos de Dios. Es muy difícil que alguien muera por salvar a
una persona buena. Pero quizás alguien pudiera arriesgar su vida por una persona
muy buena. En cambio, Dios nos demostró su amor en que Cristo murió por
nosotros aun cuando éramos pecadores. Con mucha más razón ahora, seremos
salvos de la ira de Dios porque él nos aprobó por medio de la muerte de Cristo.
Cuando éramos enemigos de Dios, él hizo las paces con nosotros a través de la
muerte de su Hijo. Con mayor razón ahora que somos amigos de Dios, él nos va
a salvar por medio de la vida de Cristo.» (Romanos 5.6-10 Versión Palabra de Dios
para Todos)
«Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos.» (1 Timoteo 2.5-
6)
«Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús
es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás
salvo.» (Romanos 10.8-9)
«Lo que quiero decir es que a través de Cristo, Dios estaba tratando de reconciliar
al mundo con él, sin tener en cuenta los pecados de nadie. Ese es el mensaje de
reconciliación que nos encargó anunciar. Así que hemos sido enviados para hablar
en el nombre de Cristo. Es como si Dios estuviera llamando a la gente a través de
nosotros. Hablamos por Cristo cuando les rogamos a ustedes que se reconcilien
con Dios. Aunque Cristo no tenía ningún pecado, Dios lo hizo cargar con los
nuestros para que por medio de él fuéramos declarados inocentes ante Dios.» (2
Corintios 5.19-21 Versión Palabra de Dios para Todos)
«El verdadero amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en
que él nos amó y envió a su Hijo, para que nosotros fuéramos perdonados por
medio de su sacrificio.» (1 Juan 4.10 Versión Biblia Lenguaje Sencillo)

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«Todos hemos pecado, y por eso estamos lejos de Dios. Pero él nos ama mucho,
y nos declara inocentes sin pedirnos nada a cambio. Por medio de Jesús, nos ha
librado del castigo que merecían nuestros pecados. Dios envió a Jesucristo para
morir por nosotros. Si confiamos en que Jesús murió por nosotros, Dios nos
perdonará. Con esto Dios demuestra que es justo y que, gracias a su paciencia,
ahora nos perdona todo lo malo que antes hicimos. Él es justo, y sólo acepta a los
que confían en Jesús.» (Romanos 3.23-26 Versión Biblia Lenguaje Sencillo)
«En la cruz, Cristo cargó nuestros pecados en su propio cuerpo para apartarnos
de ellos y para que vivamos como le agrada a Dios; por las heridas que él sufrió,
ustedes fueron sanados. Ustedes eran como ovejas perdidas, pero ahora han
regresado al Pastor y Protector de sus vidas.» (1 Pedro 2.24-25 Versión Palabra de
Dios para Todos)
« ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo
de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay
parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en
quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo
estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores;
y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue
por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue
sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos
como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado
de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue
llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no
abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la
contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi
pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue
en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo
eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto
su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad
de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y
quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y
llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con
los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue
contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por
los transgresores.» (Isaías 53.1-12)

60
DESTINO ETERNO DE LOS HOMBRES:
1- La ira eterna de Dios:
 Romanos 2.5-8: «Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para
ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual
pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en
bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son
contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia.»
 Juan 3.36: «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el
Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.»
2- Fuego eterno:
 Mateo 13.41-42, 49-50: «Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de
su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los
echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Así será al fin
del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los
echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.»
 Mateo 18.8: «Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo
de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos
pies ser echado en el fuego eterno.»
 Mateo 25.41: «Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.»
3- Tormento eterno:
 Lucas 16.19-31: «Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y
hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado
Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse
de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las
llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de
Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos,
estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces
él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro
para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy
61
atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus
bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú
atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y
vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni
de allá pasar acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa
de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no
vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a
los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno
fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen
a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de
los muertos.¨
 Apocalipsis 14.10-11: «él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido
vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de
los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de
los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su
imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.»
4- El infierno:
 Mateo 10.28: «Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden
matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el
infierno.»
 Mateo 23.33: « ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la
condenación del infierno?»
 Juan. 5.29: «y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los
que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.»
5- El lago que arde con fuego y azufre:
 Apocalipsis 14.10-11: «él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido
vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de
los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de
los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su
imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.»
 Apocalipsis 21.8: «Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas,
los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte
en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.»
 Apocalipsis 20.15: «Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado
al lago de fuego.»
62
LO QUE LA BIBLIA DICE ACERCA DEL JUICIO FINAL DE DIOS
CONTRA EL HOMBRE:
«Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez,
y después de esto el juicio.» (Hebreos 9.27)
1- Dios se da a conocer en la ejecución de Su juicio:
 Salmos 9.16: «Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó.»
 Romanos 9.22: « ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su
poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción?»
 Romanos 1.18: «Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad
e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad.»
2- Dios muestra Su santidad en Su juicio:
 Isaías 5.16: «Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio, y el Dios Santo
será santificado con justicia.»
3- Dios es puro y justo en Su juicio:
 Salmos 51.4: «Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de
tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu
juicio.»
 Romanos 2.5: «Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para
ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios.»
 Romanos 3.5 Versión NTV: «Sin embargo algunos podrían decir, nuestro pecado
cumple un buen propósito porque muestra a otros lo justo que es Dos. ¿No es
injusto, entonces que Dios nos castigue? (Éste no es más que un punto de vista
humano). ¡De ninguna manera! Si Dios no fuera completamente justo, ¿cómo
tendría autoridad para juzgar al mundo?»
 2Tesalonicenses 1.5: «Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis
tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis.»
 Romanos 3.8: « ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como algunos, cuya
condenación es justa, afirman que nosotros decimos): Hagamos males para que
vengan bienes?»
 Hebreos 2.2: «Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda
transgresión y desobediencia recibió justa retribución…»

63
 Daniel 9.14: «Por tanto, Jehová veló sobre el mal y lo trajo sobre nosotros; porque
justo es Jehová nuestro Dios en todas sus obras que ha hecho, porque no
obedecimos a su voz.»
 Apocalipsis 16.5: «Y oí al ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el
que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas.»
4- El juicio de Dios es eterno:
 Daniel 12.2: «Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán
despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.»
 Salmos 119.160: «La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu
justicia.»
 Hebreos 6.2: «de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la
resurrección de los muertos y del juicio eterno.»
 Mateo 25.46: «E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.»
 2Tesalonicenses 1.9: «los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la
presencia del Señor y de la gloria de su poder.»
 Marcos 9.45-46: «Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a
la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede
ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.»
 Mateo 18.8: «Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo
de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos
pies ser echado en el fuego eterno.»
 Mateo 25.41: «Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí,
malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.»
 Judas 1.7: «como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma
manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza,
fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.»
5- El juicio de Dios es verdadero e inminente:
 Romanos 2.2: «Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales
cosas es según verdad.»
 2 Pedro 2.3b: «Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su
perdición no se duerme.»

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 Hechos. 24.25: «Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y
del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga
oportunidad te llamaré.»
 1Tesalonicenses. 1.10: «y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los
muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.»
 Lucas 3.7: «Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh
generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?»
 Isaías 26.11: «Jehová, tu mano está alzada, pero ellos no ven; verán al fin, y se
avergonzarán los que envidian a tu pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá.»
 Romanos 3.4: «…sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso.»
6- La Palabra de Dios juzgará a los hombres:
 Juan 12.48: «El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la
palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.»
7- Dios es glorificado en Su juicio:
 Apocalipsis 14.7: «diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la
hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y
las fuentes de las aguas.»
8- El juicio de Dios es horrendo:
 Hebreos 10.27: «sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego
que ha de devorar a los adversarios.»
 Hebreos 10.31: « ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!»
 Salmos 76.7: «Tú, temible eres tú; ¿Y quién podrá estar en pie delante de ti cuando
se encienda tu ira?»
 Salmos 90.11: « ¿Quién conoce el poder de tu ira, y tu indignación según que debes
ser temido?»
 Nahúm 1.6: « ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién quedará en pie en
el ardor de su enojo? Su ira se derrama como fuego, y por él se hienden las peñas.»
 Apocalipsis 6.17: «porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá
sostenerse en pie?»
9-Dios es testigo de Su juicio:
 Apocalipsis 14.10-11: «él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido
vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de
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los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de
los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su
imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.»

LAS ESCRITURAS ENSEÑAN QUE DEBEMOS ESCAPAR DE LA


IRA DE DIOS POR MEDIO DE JESUCRISTO
 Juan 3.36: «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el
Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.»
 Mateo 3.7: «Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su
bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira
venidera?»
 Mateo 23.33: « ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la
condenación del infierno?»
 Romanos 2.5: «Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para
ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios.»
 Romanos 5.9: «Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él
seremos salvos de la ira.»
 Romanos 9.22: « ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su
poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción.»
 Efesios 2.3: «Entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en
los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos,
y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.»
 Efesios 5.6: «Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la
ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.»
 Colosenses 3.6: «cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia.»
 1Tesalonicenses 1.10: «y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los
muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.»
 1Tesalonicenses 2.16: «impidiéndonos hablar a los gentiles para que éstos se
salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la
ira hasta el extremo.»
 1Tesalonicenses 5.9: «Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar
salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.»
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 Apocalipsis 11.18: «Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de
juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a
los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que
destruyen la tierra.»
 Apocalipsis 14.10: «él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido
vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de
los santos ángeles y del Cordero.»
 Apocalipsis 15.1: «Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que
tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios.»
 Salmos 5.5: «Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces a todos los
que hacen iniquidad.»
 Salmos 34.16: «La ira de Jehová contra los que hacen mal, Para cortar de la tierra
la memoria de ellos.»

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EL MENSAJE DEL EVANGELIO CONTIENE LOS DOS PRIMEROS
FUNDAMENTOS DE LA DOCTRINA DE CRISTO:
ARREPENTIMIENTO DE OBRAS MUERTAS Y FE EN DIOS
 Hebreos 6.1-2: «Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo,
vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del
arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos,
de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.»
 Marcos 1.14-15: «…Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios,
diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos,
y creed en el evangelio.»
 Hechos 20.21: «testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para
con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.»
 Lucas 24.47: «y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de
pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.»

JESÚS VINO A LLAMAR A LOS PECADORES AL


ARREPENTIMIENTO
 Lucas 18.9-14: «A unos que confiaban en sí mismos como justos, y
menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al
templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba
consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos
veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando
lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho,
diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa
justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y
el que se humilla será enaltecido.»
 Lucas 5.27-32: «Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví,
sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y dejándolo todo, se
levantó y le siguió. Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha
compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos. Y los escribas
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y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y
bebéis con publicanos y pecadores? Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están
sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a
justos, sino a pecadores al arrepentimiento.»
 Lucas 15.1-7: «Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle, y
los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con
ellos come. Entonces él les refirió esta parábola, diciendo: ¿Qué hombre de
vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve
en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra,
la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos,
diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había
perdido. Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se
arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.»
 Lucas 15.8-10: « ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no
enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? Y
cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo,
porque he encontrado la dracma que había perdido. Así os digo que hay gozo
delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.»
 Lucas 15.11-32: «También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos
dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les
repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue
lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y
comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el
cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre
de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo:
¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí
perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado
contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a
uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos,
lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y
le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy
digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido,
y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro
gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y
ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. Y su hijo
mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y
las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo:
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Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle
recibido bueno y sano. Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su
padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos
años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un
cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha
consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. El
entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas
era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha
revivido; se había perdido, y es hallado.»
 2 Pedro 3.9: «El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza,
sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino
que todos procedan al arrepentimiento.»
 Hechos 2.36-38: «Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este
Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto,
se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones
hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don
del Espíritu Santo.»
 Hechos 3.19-20: «Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados
vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,
y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado.»

LA FE PARA SER JUSTIFICADO VIENE POR OÍR EL MENSAJE


DEL ARREPENTIMIENTO Y FE EN DIOS
«Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra [mensaje] de Dios.» (Romanos
10.17)
«Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de
corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del
pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.» (Romanos 6.17-18)
La pregunta ahora que nos podemos hacer no es ¿de dónde viene la fe?, sino,
¿qué mensaje la engendra?
¿Qué predicó Juan el bautista?
Mateo 3.1-2: «En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de
Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.»
¿Qué predicó el Señor Jesús?
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Mateo 4.17: «Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos,
porque el reino de los cielos se ha acercado.»
Marcos 1.15: «diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha
acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.»
¿Qué les mandó el Señor a sus discípulos que predicaran?
Marcos 6.7-13: «Después llamó a los doce… y les mandó… Y saliendo,
predicaban que los hombres se arrepintiesen.»
¿Cuando Jesús estaba a punto de volver al Cielo, qué les encargó a sus
discípulos que predicasen?
Marcos 16.15: «Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura.»
¿Qué evangelio mandó a predicar?
Lucas 24.47: «y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón
de pecados [justificación] en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.»
¿Qué evangelio predicó Pedro?
Hechos 2.37-38: «Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y
a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo:
Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para
perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.»
Hechos 3.19: «Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros
pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.»
Hechos 10.36-43: «Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el
evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. Vosotros sabéis
lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo
que predicó Juan: cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de
Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por
el diablo, porque Dios estaba con él. Y nosotros somos testigos de todas las cosas
que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en
un madero. A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase; no a todo
el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros
que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos. Y nos mandó
que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por
Juez de vivos y muertos. De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los
que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.»

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¿Qué evangelio predicó Pablo?
Hechos 17.30-31: «Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta
ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;
por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel
varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.»
Hechos 20.21: «testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para
con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.»
Hechos 26.19-20: «Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial,
sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por
toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios,
haciendo obras dignas de arrepentimiento.»
Hebreos 6.1b: «no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras
muertas, de la fe en Dios.»
Hebreos 24.24-25: «Algunos días después, viniendo Félix con Drusila su mujer,
que era judía, llamó a Pablo, y le oyó acerca de la fe en Jesucristo. Pero al disertar
Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se
espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré.»
1Corintios 2.4-5: «y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas
de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que
vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de
Dios.»
2Corintios 5.11: «Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los
hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea
a vuestras conciencias.»

¿CÓMO SE NOS OFRECE A JESUCRISTO EN EL EVANGELIO?


Como Sacerdote, Profeta y Rey; así hemos de recibirle si hemos de ser salvos por
Él.
-Sacerdote: Intercesor, Salvador, Redentor, Libertador, Mediador. Con su
sacrificio hizo expiación por mis pecados.
-Profeta: Maestro, para abrazar sus enseñanzas.
-Rey: Señor, Amo, Dueño, Soberano, Juez, Dios. Tenemos que someternos
al señorío de Él absolutamente.

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IDEAS ERRÓNEAS ACERCA DE LO QUE ES EL
ARREPENTIMIENTO:
1. El temor del infierno, y un sentimiento de la ira de Dios, puede tener lugar en
los demonios; sin embargo, esto no causa arrepentimiento. Un poco de esto puede
acompañar el arrepentimiento, pero no es la esencia del mismo.
2. No se trata de reconocer lo mal hecho ni ser sincero.
3. No se trata de tener un sentimiento de culpabilidad.
4. No se trata de temer las consecuencias del pecado.
5. No se trata de temerle a la muerte o al infierno.
6. No se trata de hacerle una oración a Dios.
7. No se trata de hacer buenas obras. (Efesios 2.8, 9, 11)
8. No se trata de asistir a la iglesia.
9. No se trata de conocer o leer la Biblia. (Santiago 1.22-27)
10. No se trata de tomar buenas decisiones.
11. No se trata de sentirse bien consigo mismo.
12. No se trata de decidir ser un buen cristiano y poner todo tu empeño en ello.
13. No se trata de tener nuevos propósitos, nuevas metas, o una nueva perspectiva
de la vida.

¿QUÉ ES EL ARREPENTIMIENTO?
Es la palabra griega “metanóia”, que significa cambiar de mente, corazón y acción
después de comprender nuestra condición delante de Dios. Cuando una persona
está arrepentida, cambia su manera de pensar y de actuar, para luego, dar el fruto
de un verdadero arrepentimiento.
El arrepentimiento verdadero no es sólo una aceptación mental de nuestra
condición espiritual, sino:
 Tristeza por el pecado, tristeza por haber ofendido a Dios. (Hechos 2.37)
73
 Confesión de pecados. (1 Juan 1.9)

 Voluntad sincera de abandonar el pecado. (Proverbios 28.13)

 Odio al pecado y amor por la justicia. (Hebreos 1.9)


En conclusión, el arrepentimiento es abrazar la mentalidad y opinión de Dios
respecto a nuestras vidas y ajustarnos a ella. La evidencia de un genuino
arrepentimiento es que Dios y Su Palabra ocupan el primer lugar de importancia
en nosotros.
«La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es
fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que
alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.» (Salmos
19.7)

¿DE QUÉ TENEMOS QUE ARREPENTIMOS?


«Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su
camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.» (Isaías 53.6)
El arrepentimiento es algo que nos concierne a todos, porque cada uno, según el
profeta Isaías, tomó su propio camino. Esto es verdad para todo ser humano, sin
excepción.

LA NECESIDAD DE LA CONVERSIÓN:
«Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos y vuélvase a
Jehová; el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en
perdonar.» (Isaías 55.7).
El texto lo hace bien claro, pero puede ser deducido de:
1. La naturaleza de Dios. ¿Cómo puede un Dios santo ceder al pecado y perdonar a
pecadores que continúan en su iniquidad?
2. La naturaleza del Evangelio. No es una proclamación de tolerancia para el pecado,
sino de liberación del mismo. No contiene ni una sola promesa de perdón para el
hombre que continúa en su iniquidad.

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3. Los hechos del pasado. No hay ni un solo ejemplo de perdón dado a una persona
que persista obstinadamente en su mal camino. La conversión va siempre unida a
la salvación.
4. El bienestar del pecador mismo requiere que abandone el pecado, o sienta su
castigo. Ser favorecido con un sentimiento de perdón divino mientras uno
permanece obstinadamente en el pecado, confirmaría al hombre en su pecado, y
el mismo pecado es peor que su castigo.

LA NATURALEZA DE LA CONVERSIÓN:
1. Se refiere a la vida y conducta. El «camino» del hombre.
Su camino natural: aquel que sigue cuando es abandonado a sí mismo.
Su camino habitual: al cual está acostumbrado.
Su camino querido: donde ha encontrado placer.
El camino general: la amplia pista en la cual muchos corren.
Esto es lo que nuestro texto dice que debe «dejar». Tiene que terminar con el
pecado, o el pecado terminará con él. No es suficiente reconocer su error.
2. Tiene que abandonar aún sus «pensamientos».
El pecador arrepentido tiene que dejar olvidado sus opiniones que no están de
acuerdo con la Biblia. Tiene que renunciar a sus nociones o ideas propias acerca
de Dios, Su ley, Su Evangelio, Su pueblo, el pecado, la condenación eterna, Cristo,
y también sobre sí mismo, etc.
3. Tiene que cambiar su actitud respecto a Dios: «vuélvase a Jehová».
Tiene que cesar con el orgullo, la apatía, la oposición, la desconfianza, la
desobediencia y todas las otras formas de separación del Señor. Debe dar media
vuelta y regresar. No andar más descarriado, sino venir al hogar.

¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE ARREPENTIMIENTO Y


REMORDIMIENTO?
Cuando hay arrepentimiento, se reconoce la condición de pecado, no para evitar
consecuencias, sino por amor y temor de Dios. En cambio, el remordimiento es
una simple aceptación mental del pecado cometido por temor a las consecuencias.
¿Cuál es la condición de su vida espiritual? ¿Usted se arrepiente o siente
remordimiento?
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¿QUÉ HACEMOS PARA QUE DIOS PERDONE NUESTROS
PECADOS Y NOS SALVE?
1- Arrepentirnos y convertirnos. Reconocer que somos pecadores y que hemos
ofendido a Dios. Cambiar nuestra manera de pensar y actuar.
2- Creer en Jesús como el único Señor y suficiente Salvador de nuestra vida.

¿Qué debo hacer para ser salvo? ¿Salvo de qué? ¿De Qué deseas ser salvo? ¿Del
infierno? Eso no prueba nada. Nadie quiere ir allá. El asunto entre Dios y el
hombre es EL PECADO. ¿Quieres ser salvo de esto? ¿Qué es el pecado? El
pecado es básicamente rebelión contra de Dios. Es auto-complacencia; es ignorar
los reclamos de Dios, y ser indiferente por completo al hecho de que nuestra
conducta puede agradar o desagradar a Dios. Antes que Dios salve a un hombre,
Él lo convence de su pecaminosidad. No quiero decir con esto que él diga como
muchos dicen, “Sí, todos somos pecadores, ya lo sabemos.” Más bien, quiero decir
que el Espíritu Santo me hace sentir en el corazón que he estado toda mi vida en
rebelión contra Dios, y que mis pecados son tantos, tan grandes, tan negros, que
temo haber transgredido fuera del alcance de la misericordia divina.
¿Has tenido esta experiencia alguna vez? ¿Te has sentido totalmente indigno para
el cielo y alejado de la presencia de un Dios Santo? ¿Percibes que en ti no hay nada
bueno, ni nada bueno acreditado a tu cuenta; y que siempre has amado las cosas
que Dios odia y odiado las cosas que Dios ama?
¿Al pensar en estas cosas no se te ha quebrantado el corazón ante Dios? ¿No te
lamentas tú, por haber hecho mal uso de Sus misericordias, de Sus bendiciones,
por haber abusado del Día del Señor, por haber desechado Su Palabra, y por no
haberle dado un verdadero lugar en tus pensamientos, en tus prioridades y en tu
vida? Si no has visto ni sentido esto personalmente, entonces actualmente no hay
esperanza para ti, pues Dios dice, «Antes si no os arrepintiereis, todos pereceréis
igualmente.» (Lucas 13.3) Y si mueres en tu condición actual, estarás perdido para
siempre.
Pero si has llegado al lugar donde el pecado es tu mayor plaga, donde ofender a
Dios es tu mayor pesar, y donde tu mayor anhelo es agradarle y honrarlo a Él;
entonces tienes esperanza. « ¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese
el hombre en su pecado.» (Lamentaciones 3.39) «Porque el Hijo del Hombre vino
a buscar y a salvar lo que se había perdido.» (Lucas 19.10). Él te salvará, si estás

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listo y dispuesto a abandonar las armas de tu rebelión en contra de Él, te inclinas a
Su Señorío, y te rindes a Su control.
Su sangre puede limpiar la mancha más oscura. Su gracia puede sostener al más
débil. Su poder puede librar al que sufre con pruebas y tentaciones. «…He aquí
ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.» (2 Corintios 6.2).
Cede ante los reclamos de Dios. Dale el trono de tu corazón. Confía en Su muerte
expiatoria. Ámalo con toda tu alma. Obedécelo con todas tus fuerzas, y Él te guiará
al cielo. «Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.» (Hechos 16.31).

77
SER UN DISCÍPULO DEL SEÑOR TE PUEDE COSTAR
AMISTADES, FAMILIARES Y AUN LA VIDA MISMA
«Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome
su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y
todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. Pues ¿qué aprovecha al
hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Porque el
que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del
Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.»
(Lucas 9.23-26)
«Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y
hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. Porque
¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los
gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya
puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer
burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. ¿O qué
rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede
hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede,
cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de
paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee [quien
no renuncia a ser su propio dueño, y deja que yo sea su Rey], no puede ser mi
discípulo.» (Lucas 14.26-33)
«A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le
confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue
delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los
cielos.» (Mateo 10.32-33)
«No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz,
sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre,
a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre
serán los de su casa. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí;
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el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz
y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que
pierde su vida por causa de mí, la hallará.» (Mateo 10.34-39)
«No crean ustedes que he venido para establecer la paz en este mundo. No he
venido a traer paz, sino pleitos y dificultades. He venido para poner al hijo en
contra de su padre, a la hija en contra de su madre, y a la nuera en contra de su
suegra. El peor enemigo de ustedes lo tendrán en su propia familia. Si ustedes
prefieren a su padre o a su madre más que a mí, o si prefieren a sus hijos o a sus
hijas más que a mí, no merecen ser míos. Y si no cargan su cruz y me siguen, no
merecen ser míos. Si sólo se preocupan por su propia vida, la van a perder. Pero
si están dispuestos a dar su vida por causa mía, les aseguro que la van a ganar.»
(Mateo 10.34-39 Versión Biblia Lenguaje Sencillo)
« ¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado.
Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová;
Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos.» (Lamentaciones
3.39-41)

NO SOMOS SALVOS POR BUENAS OBRAS SINO POR GRACIA,


PERO LA SALVACIÓN SE EVIDENCIA POR NUESTRAS OBRAS
«Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial, sino que anuncié
primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de
Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras
dignas de arrepentimiento.¨ (Hechos 26.19-20)
Obras dignas de arrepentimiento: Esto significa que una verdadera relación con
Dios da frutos de santidad. No somos salvos por nuestras buenas obras, pero la
salvación por gracia inevitablemente cambiará nuestras vidas.
«Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de
glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre
vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre
la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por
dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del
Hijo del Hombre.» (Lucas 21.34-36)
El arrepentimiento no es el fin, es el medio. El fin es la justificación por medio
de la fe, y ésta a la vez es precedida por un arrepentimiento. «Al oír esto, se
compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones
hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de
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vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don
del Espíritu Santo.» (Hechos 2.37-38)
La función del arrepentimiento es preparar nuestro corazón para recibir el
perdón y justicia por medio de la fe. A la fe le precede el arrepentimiento.

ES BÍBLICO NO BAUTIZAR A ALGUIEN QUE NO MUESTRE


SEÑAL DE ARREPENTIMIENTO O INTENCIONES DE
ABANDONAR EL PECADO
«Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación
de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues, frutos dignos
de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos
a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham
aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por
tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego. Y la gente le
preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos [para poder ser bautizados y
demostrar que estamos arrepentidos de la vida que llevamos]? Y respondiendo, les
dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo
mismo. Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron:
Maestro, ¿qué haremos? Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado.
También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y
les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro
salario.» (Lucas 3.7-14)
«Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les
decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced,
pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no penséis decir dentro de vosotros
mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede
levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a
la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y
echado en el fuego.» (Mateo 3.7-10)

¿POR QUÉ ES NECESARIO EL ARREPENTIMIENTO?


1-Pereceremos eternamente:
«En este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos
cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos. Respondiendo Jesús,
les dijo: ¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más
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pecadores que todos los galileos? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos
pereceréis igualmente. O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé,
y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en
Jerusalén? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.»
(Lucas 13.1-5)
«Pues la clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae
como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza. Pero la
tristeza del mundo, al cual le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual.» (2
Corintios 7.10 Versión Nueva Traducción Viviente)
2-Acumularemos la ira de Dios para el día del juicio final:
«Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira
para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada
uno conforme a sus obras.» (Romanos 2.5-6)
3-Viviremos engañados y la verdad no morará en nosotros:
«Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la
verdad no está en nosotros.» (1 Juan 1.8)
«Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino
que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es
la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.»
(Mateo 7.13-14)
«Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y él les dijo: Esforzaos a
entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no
podrán.» (Lucas 13.23-24)

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