Ficha de Lectura Complejo Edipo Corregida
Ficha de Lectura Complejo Edipo Corregida
Ficha de Lectura Complejo Edipo Corregida
Ficha de Lectura
El nombre se debe al mito del rey Edipo, cuyo relato trata sobre un hombre que,
sin saberlo, mata a su padre Layo y toma a su madre Yocasta como esposa, con
quien tiene cuatro hijos. Al enterarse de lo que había hecho se quitó los ojos y se
exilió de Tebas, la tierra de la que era rey.
El Complejo de Edipo inicia durante la etapa fálica, cuando el infante desarrolla las
teorías sexuales infantiles, siendo la más relevante para este complejo la teoría de
que sólo existe un genital, el pene. Según esta teoría, el niño piensa que todos los
humanos tenemos un genital, el pene, y que su madre también tiene uno. Es
vivido de manera distinta por niños y por niñas, por lo que detallaremos su
atravesamiento en dos apartados distintos.
Es necesario mencionar que, para Freud, tanto la masculinidad como la feminidad
eran independientes del género de la persona. Para él, ambas eran posiciones
subjetivas, es decir, formas que tienen los individuos de relacionarse con los
demás, el ambiente que les rodea y consigo mismo.
En el niño
Como dijimos antes, durante la etapa fálica, el niño desarrolla teorías sexuales
infantiles, siendo la más relevante para el complejo de Edipo la noción de que
tanto los niños como las niñas tienen pene, como consecuencia de las
exploraciones sobre su propio cuerpo y la seducción materna.
El niño capta esto al ver que hay una satisfacción que la madre no se procura en
él, sino por medio de su padre. Él quiere ser todo para ella. El niño entra, pues, en
un conflicto con el padre: desea hacerlo a un lado, sacarlo del triángulo amoroso
para ocupar él su lugar.
El niño ha sido amenazado en varias ocasiones con que “se le va a caer el pene”
o “se lo van a cortar” por jugar con su genital. La amenaza es, por lo general, dada
por la madre en referencia al padre, quien sería el agente castrador.
Dicha amenaza cobra un significado distinto al mirar los genitales femeninos. Al
encontrarse con que la niña no tiene pene, la amenaza se vuelve real para el niño,
realmente cree poder perder su pene a causa de su comportamiento y sus
pretensiones respecto de su madre.
En la niña
La madre ocupa el lugar de primera seductora, tal como ocurre con el varón. La
madre, por ocupar un lugar activo y masculino, además de seducir a su hija le
hace creer que tiene un pene, por lo cual la niña fantasea que en un futuro
también tendrá uno que le permitirá acceder al objeto incestuoso.
Una vez cae en la cuenta de que su madre no tiene un pene y a ella tampoco le
crecerá uno, la niña pasa a odiarla. La madre se vuelve un objeto siniestro al
hacerla responsable de su falta de pene, cosa que no puede perdonarle.
Freud desarrolla tres posibles salidas para la mujer del complejo de Castración:
La niña supone ahora que hay algo más que la madre y regisnifica la percepción
de su propia castración. Es por ello que troca (es decir, cambia una cosa por la
otra) su zona erógena y su objeto de amor; la zona erógena deja de ser el clítoris y
pasa a ser la vagina, mientras que el objeto deja de ser su madre (que ahora es
odiada) y pasa a ser su padre.
Ninguna de las tres resoluciones del complejo de castración se da sola. Más bien
ocurre una mezcla de todas, siendo una más evidente que las demás.
Una niña que tenga dificultades para salir del complejo de Edipo podría sentirse
constantemente insatisfecha respecto de sus parejas por no estar a la “altura” de
su padre.
Esto se debe a que antes de la entrada en el complejo, tanto el niño como la niña
son bisexuales por naturaleza y carecen de conciencia respecto de su género,
llegando a identificarse con uno hasta después.
El Complejo de Castración
“Nuestros complejos son la fuente de nuestra debilidad; pero con frecuencia, son
también la fuente de nuestra fortaleza”.
-Sigmund Freud-
En 1908 Freud habla por primera vez del Complejo de Castración en los niños. Lo
describe a partir del caso de “Juanito” o “El pequeño Juan”. Describe que
este proceso psíquico tiene lugar en cuatro momentos o tiempos, hasta su
resolución.
Premisa inicial. El niño descubre que tiene pene y elabora la idea de que “todo el
mundo tiene un pene”.
Segundo tiempo. En virtud del complejo de Edipo, el niño desea ocupar el lugar
del padre, frente a la madre. Realiza gestos que así lo constatan, al tiempo que
presenta manifestaciones de autoerotismo. Recibe amenazas y prohibiciones por
ello. Implícitamente construye la idea de que la castración es el eventual castigo
que le espera, si persiste en sus deseos y conductas
Una vez que el niño ha pasado por esos cuatro tiempos viene una última fase de
resolución. Tanto del complejo de castración, como del complejo de Edipo. Tiene
lugar cuando el niño renuncia a ocupar el lugar del padre con la madre. En otras
palabras, renuncia a la madre y se acoge a la ley paterna. Lo hace para resolver
su angustia de castración. Supone, siempre de forma inconsciente, que de
persistir sería despojado de su pene.
En la niña
El Complejo de Castración en la niña tiene varios puntos en común con el del niño.
El primero es que la niña también parte de la premisa de que todo el mundo tiene
un pene. Así mismo, la madre ocupa un papel muy importante para ella, es el
centro de su amor. Sin embargo, el proceso sigue un camino diferente.
Tercer tiempo. La niña descubre que la madre tampoco tiene pene y la culpa
tanto de no poseerlo, como de haberle transmitido esa falta a ella.
Sus aportes han sido definidos, principalmente por él mismo, como un «retorno a
Freud». Otros estudiosos de la historia del psicoanálisis los clasifican como una
reinterpretación o desarrollo ulterior de prácticamente todos los conceptos
freudianos, principalmente a través de una revisión de casi toda su casuística
relevante
Primer tiempo:
Segundo tiempo: