Maria NUEVA EVA Candido POZO para Control de Lectura

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 32

MARfA,

NUEVA EVA
CAPITULO III
LA DOCTRINA MARIOLOCICA DEL CONCILIO
VATICANO II

No es mi intenci6n hacer aqui una exposicion completa


del contenido del capitulo 8 de la Constituci6n dogmatica
del Can cilia Vaticano II sobte la Iglesia. Es ese un trabajo
que ha sid a tealizado satisfactoriamente en los multiples
comentarios al capitulo que se fueton publicando en los afios
posteriores a su clausura I. Mi proposito se limita a sefialar
250Ibid., «Introducci6n».
251Para los temas de la virginidad perpetua y de la maternidad divina de 1 Baste remitir a los siguientes estudios, en muchos de los cuales se encon-
Maria en Lutero baste remitir alas notas 55 y 56 de este mismo capitulo; para trara ulterior bibliografia: J. A. DE ALDAMA,en PROFESORES DE LAFACULTADDE
los mismos temas en Calvino d. K. ALGERMISSEN, «Calvin, Johann», a.c., 641. TEOLOGIADEGRANADA,Constituci6n dogmdtica sobre la Iglesia. T exto y Comen-
tarlo, o.c., 357-425; J. ALFARO,«Maria en el misterio de Cristo y de la Iglesia»,
en AA.W., Estudios sobre el Concilio Vaticano II (Bilbao 1966) 57-60; G.
BARAUNA - J. GALOT, en G. BARAUNA,La Iglesia del Vaticano II, II, ed. esp.
(Barcelona .1966) 1~63-1199; M. BURATTI,La Madre che Dio ha scelto. Appunti
e ri/lesslOnt sui capztolo VIII delta «Lumen Gentium» (Roma 1973); S. DE FlO-
RES, Maria nel mistero
di Cristo e delta Chiesa. Commento teologico-pastorale al
capitolo VIII delta Costituzione «Lumen Gentium» (Roma 21984); J. ESQUERDA
BIFET,La Virgen del Vaticano II, o.c.; N. GARCIAGARCES,La Virgen de nuestra
fe. Comentario del texto mariano conciliar. Pro/esi6n de doctrina cat6lica maria-
na (Madrid 1967); N. GARCIAGARCES- J. ESQUERDA- O. DOMINGUEz,en So-
CIEDADMARIOL6GICAESPANOLA,Enciclopedia Mariana Posconciliar, o.c., 67-
104; N. GARCIAGARCES- M. LLAMERA- J. A. DE ALDAMA,en Comentarios a la
Constituci6n dogmdtica sobre la Iglesia (Madrid 1966) 924-1084; A. GRANADOS,
El «Misterio de la Iglesia» en el Concilio Vaticano II (Madrid 1966) 462-501;
H. M. GUINDON, Marie de Vatican II (Paris 1971); E. P. HONTIVEROS,«The
Blessed Virgin Mary in the Second Vatican Cound!», en P. S. DE ACHUTEGUI,
Ecumenism and Vatican II: Select Perspectives (Manila 1972) 100-116; B. LAN-
GEMEYER, «Maria in der Kirchenkonstitution des Konzi!s»: ThGl58 (1968) 19-
39; R. LAURENTIN,La Vierge au Concile, a.c.; H. M. MANTEAU-BoNAMY, La
Vierge Marie et Ie Saint-Esprit. Commentaire doctrinal et spirituel du chapitre
huitieme de la Constitution dogmatique «Lumen Gentium» (Paris 1971); S. M.
MEO, Maria nel capitolo VIII delta «Lumen Gentium». Elementi per un'analisi
dottrinale (Roma 1975); G. PHILIPS, L'Eglise et son mystere au II' Concile du
V:I'Ia(tTicoon.
nHl~slto916'r8e,)
t2eOx7te2e8t9coOmmsentaire
de la CDonstitu~ionh«LKumen. Ge.ntiumb»' ,.r.:,'.", ";:
ur a -; '. EMMELROTH,« ogmatlsc e onstltutlOn ii er •
die Kirche: Das Zweite Vatikanische Konzil», en LThK, I, 326-347; SOCIEDAD ..•
, MARIOL6GICAESPANOLA,«Doctrina Mariana del Vaticano II»: EstMar 27 -28r _ '
< (1966); fD., «Mariologia Conctliar ("Lumen gentium" c.8»>: EstMar 30-31 '. ~~
,~
.. ;.
!,' (1968); SOCIETEFRAMl;:AISE D'ETUDES MARIALES,«La Vierge Marie dans !a': ,- .~, .!~.
~,.,;;,
" <,:onstitution sur l'Eglise»: EtMor 22 (1965).
brevemente que aport a la doctrina del Concilio sobre Nues- espacio relativamente breve, como el del capItulo 8 de la
tra Senora a la problematica tanto intracat6lica como ecume- Constituci6n dogmatica sobre la Iglesia, no se contienen
nica que hemos estudiado en los dos capitulos precedentes necesariamente todas las explicaciones, aun a veces indispen-
de este libro. sables, sobre el sentido en que esa doctrina obligatoria ha de
ser entendida; en tales casos la interpretaci6n ha de remitirse
a los document os anteriores que se presuponen 5.
1. La neutralidad del Concilio con respecto alas dos POl' otra parte, es explicito el prop6sito de no «resolver
tendencias de la Mariologia cat6lica contemporanea las cuestiones que aun no ha dilucidado la investigaci6n de
los te6logos». En tales cuestiones «siguen conservando sus
El Concilio, en el n.54 de la Constituci6n dogmatic a so-
derechos las opiniones que en las escuelas cat6licas se propo-
bre la Iglesia, declar6 expresamente que no tenia «la inten-
nen libremente». La Comisi6n doctrinal declaraba oficial-
ci6n de proponer una doctrina completa sobre Maria ni re- mente:
solver las cuestiones que aun no ha dilucidado plenamente la
investigaci6n de los te6logos. ASI pues, siguen conservando «El intento del Concilio es exponer los principales
sus derechos las opiniones que en las escuelas cat6licas se dogmas sobre Maria en el contexto de Cristo y de la
proponen libremente de aquella que, despues de Cristo, Iglesia, para promover su inteligencia mas profunda; pero
ocupa en la santa Iglesia el lugar mas alto y a la vez el mas no explanar la docrrina completa de la Bienaventurada
pr6ximo a nosotros»2. Aunque anteriormente, en el parrafo Virgen Maria de una manera amplia. POl' ello, las cuestio-
nes ulteriores, que todavfa se investigan pOl' los te6logos
«El Concilio Vaticano II frente alas dos tendencias» del y, a veces, se discuten, no se dirimen aqui, sino que se
capitulo 1.0, me he referido a estas palabras, vuelvo sobre dejan a su legftima libertad» 6.
ellas para perfilar, con la mayor exactitud posible, su sentido.
Ante todo, pienso que la declaraci6n de que no se pre- Este mismo prop6sito se mantuvo posteriormente en
tende «proponer una doctrina completa sobre Maria» se otras declaraciones oficiales 7. Naturalmente, el texto del Con-
refiere a la doctrina de los te6logos. Con respecto a ella el cilio y las declaraciones oficiales se refieren alas cuestiones
Concilio es incompleto'. Sin embargo, puede afirmarse que legitimamente discutidas 8. No to do 10 que se discute de he-
en el texto conciliar se encuentra, sustancialmente completa,
la doctrina oficial de la Iglesia sobre Maria 4. Sin duda, en un fica a continuaci6n su posici6n apelando alas declaraciones oficiales de la
f6rmula, las cuales la interpretan como incompleci6n con respecto alas cues-
2 AAS 57 (1965) 59. dones teol6gicas todavia discutidas.
l «En realidad la declaraci6n fue introducida propiamente con el objeto de 5 En este sentido, J. A. DE ALDAMA,en PROFESORESDE LA FACULTADDE
impedir que alguno, basandose en el hecho de que la constituci6n habla tan TEOLOGIADE GRANADA,Constitucion dogmatica sobre la Iglesia, o.c., 368, escri-
genericamente de ciertas cuestiones mariol6gicas ya de todos conocidas, y en be: «El silencio del Concilio sobre cualquier punto concreto de la mariologia
particular de la cooperaci6n de Maria a nuestra salvaci6n y de su mediaci6n, no podni interpretarse nunca en sentido peyorativo, ni siquiera en sentido de
pudiese deducir que quedaban proscritas para siempre. Ya es antiguo el adagio una posible discusi6n 0 duda (piensese, por ejemplo, que del dogma de la
"Abstrahentium non est mendacium"; del hecho, pues, de que el Concilio no virginidad perpetua s610 existe en el texto el titulo "siempre virgen" del n.52)>>.
haya querido proponer una u otra senten cia acerca de la santisima Virgen, no Por su parte, C. BALI(, «EI capitulo VIII de la Constituci6n "Lumen gen-
se sigue que tal sentencia deba ser rechazada» (c. BALI(, «EI capitulo VIII de tium" ... », a.c., 165, despues de recordar que segun el Concilio conservan sus
la Constituci6n "Lumen gentium" ... », a.c., 165). Balic fue autor de la f6rmula derechos las opiniones que en las escuelas cat6licas se proponen libremente
(d. ibid., 164). Vease tambien B. MONSEGLJ,«Marfa y el misterio»: EstMar 30 acerca de Marfa, anade: «Tambien despues del Concilio los text os yensenan-
(1968) 58-60. zas de los Romanos Pontifices conservan su autoridad».
4 «Circa contentum capitis nostri affirmari pot est quod quidquid commu- 6 Congregatio Generalis 80 (15-9-1964), 1.- Schema Constitutionis de Eccle-
: J.t. niter in Ecclesia catholica tamquam obligatorium circa B.M.V. docetur, id in sia (3-7-1964), Relatio de n.52, olim n.48: Prooemium, C: ASCOV Ill/I, 366-
" nostro textu invenitur. Haec sententia non infirmatur textu sub n.54 Consti- 367.
.,(') tutionis Lumen gentium» U. MEDINA ESTEVEZ,«De momenta oecumenico ca- 7 Veanse recogidas por J. MEDINA ESTEVEZ, «De momenta oecumenico
_
ICA S lJitis VIII Constitutionis
'Congressus internationalis
dogmaticae "Lumen gentium"», en AA.VV., Acta
de Theologia Concilii Vaticani II Romae diebus 26
capitis VIII Constitutionis
8 Asi, por ejemplo,
dogmaticae "Lumen gentium"», a.c., 259.
en el texto al que se refiere la nota 6, se dice: «suae
f:>J,"p"m'n; I m"'nud,'"" lCiu",d dd V"","" 1968) 258 El ,m", ju••' legitimae !ibertati relinquuntur».
cbo es necesariamente una cuesti6n legitimamente discutida. tica de Ia Mariologfa es del mayor in teres 12. POl' otra parte,
Lo ilegftimamente discutido, de Ia misma manera que no en un dieilogo ecumenico con los protestantes, dado su prin-
tenfa derecho objetivo a ser puesto en discusi6n antes del cipio de Ia «Escritura sola», es indispensable caminar sobre
texto conciliar, continua sin adquirirlo despues de eI; el mero bases bfblicas. En esta !fnea el Concilio ensena:
hecho de que Ia Constituci6n dogmatica Lumen gentium no
mencione una opini6n para rechazarla, no constituye una «Estos primeros documentos [Ios libros del Antiguo
aprobaci6n de ella. No son estas Ias cuestiones a Ias que se Testamento], tal como se leen en la Iglesia y tal como se
interpretan a la luz de la revelaci6n ulterior y plena,
refiere el Concilio, sino Ias controvertidas seriamente en evidencian poco a poco, de una forma cad a vez mas cla-
Teologfa cat6lica. Senalemos entre ellas Ias dos tendencias ra, la figura de la mujer Madre del Redentor. Bajo esta
-cristotfpica y eclesiotfpica- de Ia Mariologfa cat6lica mo- luz aparece ya profeticamente bosquejada en la promesa
derna 9. Al no querer el Concilio resolver Ios problemas teo- de victoria sobre la serpiente, hecha a los primeros pa-
16gicamente discutidos entre Ias dos tendencias, sus afirma- dres caidos en pecado (cf. Gen 3,15). De modo semejan-
ciones en Ios temas en que existe diversidadde explicaciones te, eHa es la Virgen que concebira y dara a luz un Hijo,
entre Ias dos tendencias deben interpretarse en aquel sentido que se Hamad Emmanuel (cf. Is 7,14; camp. con Miq
, .
mlll1mo que es comun, a am b as 10 . 5,2-3; Mt 1,22-23)>>D.

EI texto es importante pOl' muchos motivos. Ante todo,


porque se ocupa de Ios fundamentos veterotestamentarios
de Ia Mariologfa, cuesti6n delicada y diffciIl4• Con sobriedad
Aun para un te6Iogo que no comparta Ias ideas de J. R. el Concilio establece un pequeno dossier de textos del Anti-
Geiselmann, segun el cual toda verdad revelada se contiene guo Testamento sobre Marfa. En realidad, Ios textos son sus-
de alguna manera en Ia Sagrada Escritura II, Y que piense que
algunas verdades reveladas se han transmitido hasta nosotros , 12 Aun sin admitir la conclusion que Geiselmann deduce y que se refleja en

por vfa extrabfblica, el tema de Ia fundamentaci6n escriturfs- el segundo texto que reproduzco en la nota anterior (una puntualizaeion pue-
de verse en C. Pow, «Escritura y Tradicion ... », a.c., 197, nota 75), hay que
reconocer que los te610gos, siempre que les es posible, se esfuerzan por sefialar
9 «Hay cuestiones que, en un mom en to dado, por eI cruce de tendencias
«fUr jede Glaubenswahrheit wenn auch nur irgendeinen Anhaltspunkt in der
ajenas a la misma teologia, han podido Ilamarse inexactamente "cuestiones .,;, Heiligen Schrift»; tambien en las deEinieiones de la Inmaculada y de la Asun-
discutidas". No es a estas "cuestiones" a las que se refiere eI texto conciliar. :;'t· cion Pio IX y Pio XII, respectivamente, buscaron «fUr die ex cathedra verkiin-
Pensamos, por ejemplo, en las expresiones ambiguas que, con ocasion del ;~'"digte Glaubenswahrheit wenigstens nach entEernteren Stiitzpunkten in der
Concilio, se dejaron en eI ambiente: la maternidad espiritual de Maria como ':&c Heiligen SchriEt». CE. J. R. GEISELMANN, Die Heilige Schri/t und die Tradition,
metafora, etc. Estas cuestiones discutidas a las que hace referencia el Concilio ,;", o.C., 97.
son cuestiones de escuela seriamente teologica, como, por ejemplo, si Maria se ;;; 13 LG 55: AAS 57 (1965) 59. Una explicacion de todo el numero en P.
ha de estudiar preferentemente desde eI punto de vista cristologico 0 eclesial» " FRANQUESA, «Analisis exegetico del n.55 de la Constitucion "Lumen gentium"»:
(T. ESQUERDA, «La Maternidad espiritual de Maria », a.c., 159). C. BALle,«EI h' EstMar 30 (1968) 61-97.
capitulo VIII de la Constitucion "Lumen gentium" », ~.c., 164, por su p~r.te, , 14 «Durante i1corso dei secoli, gli autori hanno oscillato fra due prospettive
declara: «EI capitulo fue redact ado de manera que no dlese lugar a SUPOSICIO- ,·estreme: "Tutta la Scrittura riguarda Maria", affermava 10 Pseudo-Bernardo
nes unilaterales, como si en la doctrina mariana prevaleciese la perspectiva i/ (Sermo 3 in Salve Regina: PL 184,1069). "L'Antico Testamento non ci dice
"eclesiotipica 0 cristotipica"». "'L niente di Maria", si penserebbe piuttosto oggi» (R. LAURENTlN, Maria nella
10 Vease 10 que he escrito mas arriba en el cap. I, parrafo «EI Concilio
v, storia delia salvezza, o.c., 9-10). Supuesto este estado de espiritu existente en
Vaticano II Erente alas dos tendencias». :":nuestros dias, la orientaei6n que el Coneilio nos ofrece es espeeialmente opor-
II «Was den Glauben betrifft, so ist die Heilige SchriEt inhaltlich suffi- tytuna. Por.otta parte, <<inVetere Testamento [.. .] non possunt reperiri nisi
zient» (T. R. GEISELMANN, Die Heilige Scbri/t und die Tradition [Friburgo de B. f, adumbrauones quaedam mariologiae, sed pretiosissimae, cum ipsum Novum
1962] 282). Geiselmann piensa que en el modo de hacer Teologia es persua- ,;': Testamentum profundiorem accipiat significationem, quando animus intendi-
sion comun, aunque no refleja, «daB jede Glaubenswahrheit, sei es ausdriick- tur ad connexionem eius cum praeparationibus antiquae oeconomiae» (A.
lich oder einschlieBlich, sei es wenigstens dem Prinzip oder den Pramissen FEUILLET, «De Eundamento Mariologiae in prophetiis messianieis Veteris Tes-
nach, oder doch andeutungsweise, ihren Stiitzpunkt auch im Worte der Hei- tamenti», en PONTIFICIA ACADEMIA MARIANA INTERNATIONALlS, De Mariologia et
ligen SchriEt habe» (ibid., 97). , Oecumenismo, o.c., 33).
tancialmente dos: Gen 3,15 e Is 7,14; el Concilio aduce tam- inmediato 19 (sobre ello puede libremente discutirse), pero en
bien, como mero punto de referencia, Miq 5,2-3, pero, ami todo caso hay que afirmar que tales text os en un senti do
juicio, este iiltimo texto no reviste especial importancia en si verdaderamente biblico -que puede ser plenior 0 tipieo-
mismo, ya que su interes mariologieo radiea en la alusion que hablan de Maria 20.
contiene a Is 7,14, sin que aporte contenido mariologico Es de capital importancia recordar los principios herme-
propiOl5• neuticos establecidos pOl' el Concilio para hallar el sentido
El Concilio enseiia que tales textos se refieren a Maria en mariologico. Los principios son dos: 1) es necesario entender
un sentido verdaderamente biblico, y no solo como acomo- los textos en el sentido con que «se leen en la Iglesia»; 2) «tal
daciones marianas 16. Segiin el texto del Concilio, Maria real- como se interpretan a la luz de la revelacion ulterior y ple-
mente «aparece ya profetieamente bosquejada» en Gen 3,15, na». La Comision doctrinal declar6 que tales criterios en el
y ella es la Virgen de que habla Is 7,14. El planteamiento que parrafo conciliar se refieren no s610 a Gen 3,15, sino a to do
hizo un grupo de profesores del Pontificio Instituto Biblico el parrafo; pOl' tanto, deben utilizarse tambien para hallar el
a traves de los obispos brasileiios solo pretendia establecer sentido mariologico de Is 7,14 y Miq 5,2-321•
que el sentido mariologieo de estos pasajes no era conocido De ello me parece seguirse que una exegesis meramente
pOl' los hombres del Antiguo Testamento; se trataria mas cientifica de estos textos no nos da una plena certeza de su
bien de un sentido dpico 0 plenior 17. En to do caso, es un s~ntido mariol6gieo. Solo puede aspirar a ofrecer una inter-
senti do que verdaderamente pertenece a los textos del Anti- pretacion cientifica razonable que cobrara su certeza plena
guo Testamento 18. Ala luz de esta intervencion hay que decir con el recurso a unos cri terios extrinsecos 22. En un dialogo
que el Concilio no impone que se trate de un senti do literal
19 Digo «inmediato», porque eI sentido plenior es tambien literal. «Le sens
15 Cf. A. FEUILLET, «De fundam~nto Mariologiae ... », a.c., 45. plenier ne saurait donc etre regarde comme etranger au sens litteral: c'est Ie
16 Cf. R. LE DEAUT, «Marie et l'Ecriture dans Ie chapitre VII!»: EtMar 22 sens litterallui-mime, saisi Ii un second degrtf de pr%ndeur» (P. GRELOT, Bible
(1965) 6l. et Theologie [Paris 1965] 175). Sobre eI concepto de sentido plenior baste
17 «Non potest ostendi ullum hominem Veteris Testamenti text us in hac remitir a R. E. BROWN,The Sensus plenior 0/ Sacred Scripture (Baltimore 1955);
linea citatos ullo modo intellexisse vel intelligere potuisse de munere B. Vir- 1- COPPENS, Les harmonies des deux Testaments (Tournai-Paris '1949) 31-68;
ginis in oeconomia salutis. [' . .J Appellari potest "sensus christianus", quia ex ID., «Le probleme du sens pUnier»: EThL 34 (1958) 5-20; ENRIQUEDEL SAGRA-
revelatione christiana defluit, sive quod text us iam in Vetere Testamento habet DO CORAz6N, «Sobre eI sentido "plenior" y su aplicaci6n en Mariologia», en
sensum typicum (vel "pleniorem", in cognitione divina et sub Iittera mysteriose PONTIFICIAACADEMIAMARIANAINTERNATlONALIS, Maria in Sacra Scriptura, O.c.,
absconditum), sive quod talis textus Veteris Testamenti novum sensum, quem II, 81-104; P. GRELOT, Bible et Theologie, O.c., 174-179; M. NlCOLAu, «De
antea non habuerat, in Novo Testamento accepit, cum a Christo vel Apostolis sacra Scriptura», n.218-220, en SThS, I, 1092-1098; S. DELPARAMO,El proble-
auctoritate divina in hoc sensu in Novo Testamento adhibitus est» (NONNULLI ma del sentido literal pleno en la Sagrada Escritura (Comillas 1954); XII SEMA-
PATRES CONCILIARESBRASILIAE,Animadversiones in caput VIII [De Beata .. .J NA BiBLICAESPANOLA,La Enciclica «Humani Generis». Estudios sobre elllama-
schematis constitutionis de Ecclesia ab aliquibus Pro/essoribus Ponti/icii Instituti do «sensus plenior» (Madrid 1952) 221-498; L.-M. SIMON,«Le sens scripturaire
Biblici /actae ad usum rev.morum et exc.morum DD. episcoporum Brasiliae: plenier», en PONTIFICIAACADEMIAMARIANAINTERNATIONALIS, Maria in Sacra
ASCOV IIII2, 182-183). La segunda hip6tesis que se hace, es un sentido fun- Scriptura, o.c., II, 105-116. En estos trabajos podni encontrarse ulterior biblio-
dado en una mera «relectura» neotestamentaria del pasaje del Antiguo Testa- grafia.
mento sin que precedentemente eI pasaje tuviera tal sentido. En nuestro texto 20 Naturalmente, al afirmar que es posible que tales textos sean mariol6gi-
no recogemos esta segunda hip6tesis porque tampoco la recogieron los docu- cos s610 en sentido plenior 0 tipico, no quiero excluir la posibilidad de que 10
mentos oficiales del Concilio (d. Congregatio Generalis 124 [17 -11-1964], Modi sean en sentido literal inmediato. La cuesti6n debe discutirse a prop6sito de
VIII, n.20: ASCOV Ill/8, 156, donde se refiere eI «modo» en que se repetian cada pasaje en concreto.
las palabras ya copiadas de las Animadversiones) y porque nos parece que en 21 Congregatio Generalis 112 (29-10-1964), Schema Constitutionis de Eccle-
si tiene graves dificultades; no creemos que eI hagi6grafo del Nuevo Testamen- sia. Textus emendatus, ~e1atio ad n53, p.119, linea 4: ASCOV III/6, 26; d. R.
to pueda atribuir, como verdaderamente biblico, a un pasaje del Antiguo LE DEAUT, «Marie et l'Ecriture dans Ie chapitre VIII», a.c., 61-62.
Testamento, un sentido que de ninguna manera perteneciera a el. Vease mas 22 Da.do eI caracter cristiano de esos criterios, se puede lIamar al sentido,
adelante la nota 23. que graclas a ellos se halla con plena certeza, «senti do cristiano», como se 10
18 «Verum est quod scriptures inspirati Novi Testamenti aliquibus textibus designaba en las Animadversiones de algunos profesores del Pontificio Institu-
Veteris Testamenti attribuunt sensum, qui lice! ex ipsis solis in contextu ori- to Biblico (veanse sus palabras ya transcritas en la nota 17). Sobre este sentido
ginali deduci non possit, eis tamen vere pertinet» (Animadversiones ... : ASCOV cf. J. A. DE ALDAMA,«EI sentido "cristiano" de la Sagrada Escritura y su
III/2, 182). importancia para la Mariologia»: Th 5 (1970) 187-203.
109
ecumenico ofreceremos la racionabilidad cientifica de nues- primitiva al sentido que adquiere en la totalidad 26. Por su
tra exegesis, sabiendo que la firmeza procede de una luz 9ue parte, la necesidad de interpretar los textos «tal como se leen
recae sobre ella. Pero la exegesis mariol6gica s610 es ilumma- en la Iglesia~>es paral~la a la acentuacion, que bizo Geisel-
da porque existia previamente23• Poder mostrar la racio~abi- mann, de la Importancla de la tradici6n como explicacion de
lidad de esa exegesis previa no creo que sea algo desdena\;Jle la Escritura 27. Se trata, por tanto> no solo de dos criterios
en un dialogo ecumenico. Naturalmente, un paso ultenor fundamentales pa~a la .interpretaci6n mario16gica del Anti-
seria esforzarse por bacer inteligibles los criterios extrinsecos guo Testamento, smo slmplemente de criterios fundamenta-
propuestos por el Concilio; en este campo seri~ m.uch~ mas les en l~ exegesis catolica del Antiguo Testamento 28.
facil bacer comprender a los protestantes el cnteno 2. (<<la Al fmal del n55, e1Concilio alude al tema de Maria «Hija
luz de la revelaci6n ulterior y plena») que el criterio 1. (el 0
de Si6n»:
valor del sentido con que los textos «se leen en la Iglesia») ~4.
En todo caso, aunque el Concilio no haya colocado sus aflr- «Finalmente, con ella misma, exce1sa Hija de Sian,
maciones sobre el Antiguo Testamento y Marfa en un con- tras .la prolonga~a espera d: la promesa, se cumple la
plellitud de los tlempos y se mstaura la nueva economfa
texto de atenci6n al ecumenismo, objetivamente con su de-
a.l tom~r de ella la naturaleza humana el Hijo de Dios, ~
clara cion da una respuesta valiosa alas dificultades del fm de hbrar al hombre del pecado mediante los misterios
protestantismo ortodoxb que hemos llamado no sistemati- de su carne» 29.
cas 25, Y que se derivan del principio metodol6gico de «la
Escritura sola». El inciso «excelsa Hija de Sion» se introdujo en el rextus
Los dos criterios extrinsecos sefialados por el Concilio emendatus a petici6n de numerosos Padres conciliares 30. Con
recogen 10 que tienen de valido dos concepciones muy en ello se enriqueda el texto conciliar con un tema importante
t . ,. 31 '
boga en tiempos del Concilio. Naturalmente, solo se recogen anto por su nqueza exegetlca como por su interes ecume-
de tales concepciones los aspectos ciertos y no aquellos que
podian ser -y eran de bec~<;>- obje~o d~ d~scu~~6nte<;>logi- 26 «tber. dieJrrtums!osigkeit und die Einheit der Schrift»: StZ 89 (1964)
ca por su misma problematlCldad. ASl, la mdlcaclOn ~,emter- 161-181. ~<DleL?su?g, die Lohfink andeutet, wird zwar der Einheit der Schrift
gere~ht,. sle sc?elpt Illdes zu wen!g dem Umstand Rechnung zu tragen, daB die
pretar el Antiguo Testamento «a !a luz de l~ r~velac!on ulte- Inspiration, die ~?Jmer. aIs Chansma betrachtet wurde, zuerst die Menschen
rior y plena» esta en consonanCla con la mSlstencla de N. erfaBt und ~ur ub~r s.le das endgiiltige Ergebnis, das inspirierte Buch» (J.
Lobfink en la unidad de la Escritura, unidad que procede de BEUMER,«Die Inspiration der Heiligen Schrift», en AA.VV., Handbuch del'
la existencia de un autor principal unico, el cual concibe la Dogmengeschichte, I-3b [Priburgo-Basilea-Viena 1968J 74).
27 J. R. GEISELMA.~N. pie Heilig~ Schrz/t und die Tradition, o.c., 282, subraya
revelaci6n biblica como un todo y orienta asi la revelacion fu~r~ement.e la fun cIOn Illterpretatlva de la tradiei6n. Creo que se puede sus-
wblr I~ pnmarledad de esta fu~ei6n interpretativa. En Geiselmann, el proble-
2J «On doit remarquer pourtant que, pour etre. legitimement rattac~e~ 11 la
ma ra11~a en que su acentuacl6n de la tradici6n explicativa se convierte en
Bible, la plenitude de signification que la theologle et la pastorale chretl~nne
exdu.slvldad, ya que no admite la existencia de una tradici6n constitutiva en
lui attribuent doit avoir ete objectivement deposee dans ses textes des Ie
cuestlones de fe y costumbres. Tambien en la posici6n de Geiselmann habra
moment de leur composition» (P. GRELOT, Bible et Theolog~e, o.C., 175).
que distinguir 10 valido y 10 problematico. Para enjuiciar sus teocia veanse las
24 Sin embargo, algunos te610gos protestantes actuales I?lensan que la E~- tefc~rellci:ls bibliograficas que he hecJlO en la Introducci6n, nota 32.
critura s610 puede ser en ten did a «im Raum der. Kirche» e Ill.tentan desc,!bnr Cf. R. LE DEAuT, «Marie et I'Ecriture dans Ie chapitre VIII» a c 61
en Lutero una oposiei6n a <<la i1usi6n humamsta» de explicar la Escntu~a 29 AAS 57 (1965) 60. ' .. , .
independientemente de toda tradici6n eclesiastica, es deeir, por pura exegesIs
)0 «~ag. ~98 lin. 26-3 ~: ~roponunt plures Pat res ut loco ph raseos introduc-
eientifica (aunque reconocen igualmente que Lutero no fue consecuente en
Illdolis sat generalis, Illtroducatur thema de B. Virgine, Filia Sian: ita E/
este in ten to frente al humanismo); asi, p.e., W. STAHLlN, Altern. Recht und
2627 (Zach., Mal.), 2822 (+ 39 P.), 2580. Statuitur ut pag. 199 linea 10
Ge/ahr einer polemischen Formel (Stuttgart 1950) 18-19; d. H. VOL.~, «Ver-
"Ipsa tandem praecelsa Filia Sian, post diuturnam ... ", si~e tamen
breitete Basis reformatorischer Theologie?», a.c., 3-4. Para la valoraclon de la
ref(~relltia biblica» (Congregatio Generalis 112, Schema Constitutionis de Eccle-
tradiei6n en el protestantismo moderno d. J. R. GEISELMANN,Die Heilige Schrt/t
Textus emendatus Capitis VIII Schematis Constitutionis de Ecclesia et Re-
und die Tradition, o.c., 84-90. Relatio ad num. 53: ASCOV III/6, 25).
25 En cap. II, parrafo «La problematica del protestantismo ortodoxo frente
ocasi6n de verlo en el cap. V al explicar la narraci6n de la
a la Mariologia».
Baste aquf remitir a H. CAZELLES,«Pille de Sion et theologie
nico32. Sin embargo, el modo como se redact6 la alusi6n es finalmente mostnindola unida, junto a la cruz, a los dolores
un mero inciso, hecho de pas ada, can 10 cual no llega a ser del Hijo 36. Sin duda, el Concilio ensena est a cooperaci6n de
una ensenanza que resulte normativa para el exegeta y el Marfa junto a la cruz sin entrar en las diversas explicaciones
te6logo. propuestas par los te6logos. Estrictamente hablando no
impone sino aquello que es comun alas divers as tende~cias
mario16gicas. Sin embargo, debe tenerse presente que, segun
la doctrina del Concilio, no basta una explicaci6n que reduz-
ca la cooperaci6n de Marfa al consentimiento prestado en la
Frente a la concepci6n protestante de Marfa como pasiva Ar:mnciaci6n 37: Marfa hizo alga junto a la cruz; hay que ex-
en la obra de la redenci6n, el Concilio subraya fuertemente phcar ese alga por to menos como renovaci6n a iteraci6n del
la cooperaci6n de Marfa en la economfa de la salvaci6n n, sea consentimiento de la Anunciaci6n.
can f6rmulas generales 34, sea can una referencia expllcita al De esta cooperaci6n se sigue la verdad de la maternidad
consentimiento que Marfa prest6 en la Anunciaci6n 35, sea espiritual de Marfa.

mariale dans la Bible»: EtMar 21 (1964) 51-71; 1. DEISS, Marie, FiUe de Sion, «Concibiendo a Cristo, engendnindolo, alimentando-
o.c.; E. G. MORI, Figlia di Sion e Serva di Iahve, o.c. Para las virtualidades 10, presentandolo al Padre en el templo, padeciendo con
teologicas del tema d. J. RATZINGER,Die Tochter Zion. Betrachtungen uber den su Hijo cuando morfa en la cruz, cooper6 de forma com-
Marienglauben der Kirche (Einsiedeln 1977). . pletamente singular a la obra del Salvador con la obe-
12 Tengase en cuenta que los primeros en desarro.llar el tema. han sldo diencia, la fe, la esperanza y la ardiente caridad con el fin
exegetas protestantes (aunque habfa desbrozado el ~canllno el conoodo profe-
sor del Pontificio Instituto Bfblico S. LYONNET, Xatpe KEXo.Pl1:ro!dVT\:Blbl20
de restaurar la vida sobrenatural de las almas. Por eso es
[1939] 131-141), como, p.e., H. SAHLIN,Der MeSJia~ und das Gottesvolk. Stu-
nuestra madre en el orden de la gracia» 38.
dien zur protolukaniIChen Theologie (Uppsala 1945); 10., «Junfru Maria-D~te~n
Siom>: Ny Kyrklig Tidskri/t 8 (1949) 102-124; A. G. HERBERT, «The Vltgm
Mary as the Daughter of Zion»: Theology 53 (1950) 403-410. del traductor latino que cambia con frecuencia o.m6<; y Eo.U't6<;;por el contra-
H Sobre el tern a d. R. DINHOLB, Die Mitwirkung Marias am Erlosungswerk rio, A. ORBE, Antropologia de San Ireneo (Madrid 1969) 245, no ve inconve-
nach den Aussagen des Vaticanums II (Salzburgo 1983); A. LUIS, «La Media- niente. en que se lea «~ibi», re~erido a Marfa. En todo caso, es importante
cion universal de Marfa en el capitulo VIII de la "Lumen gentium"»: EstMar adv~rtlr en los. dos p.a~aJes que Clto en est a nota, como el Concilio subraya que
31 (1968) 131-184. EI trabajo de ENRIQUEDEL SAGRAOOCORAz6N, «La coope- Mana no ha sldo unhzada paswamente por DIOS (comparese con la posicion
racion de Marfa a la obra de la Redencion en la Teologfa posconciliar»: EstMar de Barth explicada en el cap. II, parrafo «La problematica del protestantismo
32 (1969) 149-230, recoge y enjuicia los divers os comentarios que despues del ortodoxo frente a la Mariologfa»); por otra parte, las expresiones del Concilio
Concilio se han ido haciendo sobre la doctrina de este acerca del tema. implican ciertamente que Marfa acept6 conscientemente; sin embargo, no se
14 Maria es -dice el Concilio citando palabras de San Agustfn- «plane determina hasta donde se extendio dicha conciencia 0 que objeto tuvo la fe de
mater membrorum [Christi] ... , quia cooperata est caritate ut fideles in Eccle- Maria en la f\nu~lCia~ior:: si .la. ~esianidad 0 tambien la divinidad de su Hijo;
sia nascerentur, quae iIlius Capitis membra sunt» (LG 53: AAS 57 [1965] 59). en el cap. V Indlcare ml opinIOn sobre el particular.
Estas palabras est an tomadas de SAN AGUSTIN,De sancta virginitate 6, 6: CSEL 36 «Haec autem Matris cum Filio in opere salutari coniunctio, a tempore
41, 240 (PL 40,399); CMP 2850; EnchM 892. «Filiuffi aut em peperit, quem virginalis conception is Christi ad Eius usque mortem manifestatur» (LG 57:
Deus posuit primogenitum in multis frat rib us (Rom 8,29), fidelibus, nempe, ad AAS 57 [1965] 61). «Ita etiam B. Virgo in peregrinatione fidei processit, suam-
quos gignendos et educandos materna amore cooperatUf» (LG 63: AAS 57 que union em cum Filio fideliter sustinuit usque ad crucem, ubi non sine divino
[1965] 64). consilio stetit (cf. 10 19,25), vehementer cum Unigenito suo condoluit et sacri-
l5 «Voluit autem misericordia rum Pater, ut acceptatio praedestinatae ma- ficio Eius se materno animo sociavit, victimae de se genitae immolationi aman-
tris incarnationem praecederet, ut sic, quemadmodum femina contulit ad ter consentiens; ac demum ab eodem Christo Iesu in cruce moriente uti mater
mortem ita etiam femina con ferret ad vitam» (LG 56: AAS 57 [1965] 60). discipulo, hisce verbis data est: Mulier, ecce filius tuus (d. 10 19,26-27)>> (LG
«Merito' igitur SS. Patres Mariam non mere passive a Deo adhibitatJ.!, sed 58: AAS 57 [1965] 62).
libera fide et oboedientia humanae saluti cooperantem censent. Ipsa emm, ut 37 Como he explicado en el cap. I, parrafo «La coop era cion de Marfa a la
ait Irenaeus, "oboediens et sibi et universo generi humano causa facta est obra de la salvacion», una vez superada la tendencia de H. Lennerz en el
salutis"» (ibid.). Con respecto al texto de SAN IRENEO,Adversus haereses 3, 22, Con¥reso de L?urdes de 1958, la a~irmacion de que en Ia cooperaci6n de
4: SC 211, 440 (PG 7,959); CMP 85; EnchM 45, J. A. DE ALDAMA,«"Sibi causa Mana hay que InclUlr algo reahzado Junto a la cruz, es senten cia comlin, sea
facta est salutis"»: EphMar 16 (1966) 319-321, piensa que debe leerse «ipsi» 10 ,\ue fuere del modo como debe explicarse ese «algo».
(es decir, «Evae») en lugar de «sibi», teniendo en cuenta los procedimientos 8 LG 61: AAS 57 (1965) 63.
Es import ante en este pclrrafo la conjunci6n causal «por «Pues a~unta a los cielos, no ha dejado esta mision
eso» (quam ob causam): porque cooper6 del modo indicado, salvadora, S1110que con su multiple intercesion continua
es nuestra madre en el orden de la gracia. A Maria «la Iglesia obteniendonos los dones de la salva cion eterna. Can su
cat6lica, instruida por el Espiritu Santo, [la] venera como a amor ,materno. se cuida de los hermanos de su Hijo, que
madre amantisima con afecto de piedad filial»J9. En esta ul- todavla peregnnan y se hallan en peligro y ansiedad hasta
tima frase, el sujeto es «la Iglesia cat6Iica». Se dice, por tan- que sean conducidos a la patria bienaventurada» 44.
to, que la Iglesia (instruida por el Espiritu Santo) considera
a Maria como a su Madre. La historia del texto me impide EI Concilio no se limita a enseiiar la cooperaci6n de Maria
aceptar la propuesta de Laurentin de traducir la frase con las en la obra de la s~lv~ci6n.',tanto en el plano de adquisici6n
palabras «como a una madre amantisima» 40, pero me impide como en ~l de.l~ dlstnbuclOn de gracias, sino que se esfuerza
igualmente tomarla en el sentido tecnico de «Madre de la en hacer l11teltglble esta doctrina pensando sobre to do en
Iglesia», es decir, como afirmaci6n de trascendencia de Ma- la dific~l!ad que los .l?rot.est.antes:encuentran' en ella. Ha; en
ria sobre la Iglesia, ya que, una vez mas, actu6 aqui el pro- el ConcdlO una .repetlda l11~lstenclaen que la Figura de Maria
p6sito de neutralidad del Concilio 41, que se expresaria refle- no oscurece la ftgura de Cnsto. Naturalmente esta idea es de
jamente en el n.5442• Entender la frase como si el Concilio suma importancia para comprender rectamen~e el sentido de
hubiera pretendido afirmar una trascendencia de Maria so- ~aparti~ula «y» (und) en las f6rmulas cat61icas. Por ello, la
bre la Iglesia, constituiria una toma de posici6n contra la Idea se dustra en e1 Concilio de diversas maneras.
tendencia ec1esiotipica en Mariologia. Por ello creo que esta En primer lugar, para mostrar que la cooperaci6n de
frase ha de interpretarse en el sentido minimo admitido por !'1ar~~«~o .oscurece. ni disminuye en modo alguno esta me-
las dos tendencias, senti do en el que es sin6nima de la expre- dlaclOn U111cade Cnsto, antes bien, sirve para demostrar su
si6n «Madre de los fieles» 43. pod en>, el Conci1io enseiia:
La cooperaci6n de Maria, de la que nos hemos ocupado «Pues todo e1 influj~ salvifico de la Santisima Virgen
hasta ahora recogiendo pensamientos del Concilio, se situa sabre los hombres no dlmana de una necesidad ineludi-
en el orden de la realizaci6n de la redenci6n, 0 sea, en el ble, sino ?~l divino b~neplacito y de la superabundancia
plano de la adquisici6n de las gracias. Pero el Concilio ha de 10s merltos de Cnsto; se apoya en la media cion de
enseiiado tambien una cooperaci6n de Maria en la distribu- este, depende totalmente de ella y de la misma saca todo
ci6n de las gracias: Maria continua siendo nuestra Madre su poder. Y, lejos de impedir la union inmediata de 10s
espiritual en el cielo y continua su actividad maternal con su creyentes can Cristo, la fomenta» 45.
intercesi6n celeste.
Ibid. 53: AAS 57 (1965) 59.
1?~ m~:ha mayor importancia especulativa es la idea de
39
part~clpaclo~ a la que e1 C~ncilio. apela para explicar que
40 R. LAURENTIN,La Vierge au Concile, o.c., 29, 176, 197. Sobre la cuestion
cf.]. A. DE ALDAMA,en PROFESORESDE LA FACULTADDE TEOLOGIADE GRANADA, Mana no «anade» nada a Cnsto 111puede «hacer con el un
Constituci6n dogmdtica sabre la Iglesia, o.c., 365s, notas 15s. En Congregatio numero mayor» 46;
Generalis 124, Modi VIII, n.15: ASCOV IIIIB, 154, puede verse que la proble-
matica no era la po sible traduccion «como a una madre», sino el problema del 44 LG 62: AAS 57 (1965) 63.
termino (Ia Iglesia en cuanto tal 0 los fieles) al que la maternidad afirmada en 45 Ibid. 60: AAS 57 (1965) 62.
eI texto conciliar debe referirse. • • 46 Asi creo que deb~ traducirse el verbo connumerari urilizado por el Con-
4' La respuesta dada en Congregatio Generalis 124, Modi VIII, n.15: AS- clho y que sude traducirSe en las versiones ordinarias que he podido consultar:
COV IIIIB, 154, al no querer precisar mas el texto, es una opcion de neutra- «~o~parars~», «poner.~e en una misma linea», «etre mise sur Ie meme pied»,
Iidad entre las dos Iineas de peticiones; consiguientemente a esa opdon solo «tn etner Relhe aufge~ahlt werden», etc ... R. LAURENTIN,La Vierge au Concile,
puede ser doctdna conciliar obligato ria eI sentido minimo. 209, traduce:. «II ~e peut y avoir de commune mesure». En la misma
42 AAS 57 (1965) 59.
nota 14, ~,ICe, ~m embargo: «On pourrait encore traduire: "ne peut
4l Sobre la superaci6n de este planteamiento minimo por Pablo VI con eI nombre avec »'. Plenso que es ~si como debe traducirse no solo porque
titulo «Madre de la Iglesia» vease eI cap. I, parrafo «La proclamaci6n de c~mlas otras traduccIOnes el pensamlento expresado es absolutamente trivial
Maria, Madre de la Iglesia, y eI camino futuro de la Mariologia». stno porque esta es la traduccion que corresponde al concepto tecnico d~
P.I La dactrina marial6gica del Cancilia Vaticana II

«Por este motivo [por la cooperaci6n activa suya], la que esta en Cristo como en fuente y en Maria por particirca-
Santisima Virgen es invocada en la Iglesia con los titulos ci6n), pero no mas poder de mediaci6n que Cristo solo 0.
de Abogada, Auxiliadora, Ayudadora, Medianera 47. Lo Supuesta esta doctrina, puede preguntarse por que ha-
cual, sin embargo, ha de entenderse de. tal .manera.que briamos de recurrir a la mediaci6n de Maria si no aiiade
no reste ni aiiada nada a la dignidad y eflcacla de Cnsto, valor alguno nuevo a la de Cristo. Creo que la respuesta es
unico Mediador. Pues jamas podra creatura alguna hacer clara: por respeto a la realidad. El hombre ha de llegarse a
un numero mayor con el Verbo Encarnado y Redentor;
pero as! como el sacerdocio de Cristo es participad~ tan- Cristo en y por la Iglesia, aunque esta no representa valor
to por los ministros sagrados cuanto por.el pue~lo flel de alguno sobreaiiadido a Cristo, 0 mas radicalmente el hombre
formas diversas, y como la bondad de D:os se ~l,fundede ha de con tar con la creaci6n, aunque ella no aiiade perfec-
diversas maneras sobre las creaturas, aSl tamblen la me- ci6n alguna a la perfecci6n infinita de Dios. Se trata de una
diaci6n unica del Redentor no excluye, sino que suscita cuesti6n de respeto a 10 real. De la misma manera, por res-
una variada cooperaci6n que de la unica Fuente se parti- peto alas realidades de la economfa sobrenatural, el hombre
cipa en las creaturas» 48. tiene que con tar con Maria en su camino para la salvaci6n.
Tiene que contar con ella en su vida espiritual, como tam-
EI concepto tecnico de participaci6n implica dos ~o.tas: bien tiene que contar con la Iglesia y la comuni6n de los
1) que toda la perfecci6n que hay en el ser. que partlClpa, santos que la realidad eclesial implica. Pero puntualicemos
proceda del ser que es.f~ente ~e que se partlClpa; 2) qu~ ,la con exactitud: es necesario que se tenga en cuenta a la Iglesia
perfecci6n del ser partlclpado Juntamente con la per.fecclOn y la comuni6n de los santos. Sin embargo, nadie est a obliga-
del ser que es fuente de participaci6n, no es supenor a la do a una devoci6n 0 culto peculiar a un santo concreto. Por
49
perfecci6n de este ultimo considerada sola 0 en si. misma. • el contrario, la devoci6n a la Santisima Virgen no es potes-
Este concepto, que s6lo puede aplicarse, .en su sentl~o estnc- tativa. Su papel no queda envuelto en el de la multitud de 10s
to a la relaci6n entre las creaturas y DlOS, se exphca en el santos, porque se encuentra en un plano singular. Por ello,
te~to conciliar con dos ejemplos: la participaci6n del sacer- el respeto a 10 real no se cumple englobandola en una inde-
docio de Cristo en el sacerdocio de los fieles y en el sacerdo- terminada atenci6n al culto general de los santos, sino que
cio ministerial, y la participaci6n de la bond a? .de Dios e~ las exige que la actitud cultuaillegue a ella en su realidad con-
creaturas por la creaci6n. De ellos, el mas claslco es el ~Je~- creta. La singularidad de la acci6n intercesora de Maria est a
plo de la creaci6n. Los escolasticos insistieron. en una dlSt111- en conexi6n con que ella -y s610 ella (no los demas san-
ci6n que, a primera vista, puede parecer un J~~go de pala- tos)- intercede sobre gracias en cuya adquisici6n colabor6.
bras y que, sin embargo, expresa una ,concepclOn profun~a. Su intercesi6n recae sobre gracias con respecto alas cuales
Por la creaci6n comienza a haber «mas seres» (plura entIa), tiene un titulo especial de adquisici6n 51,
pero no «mas ser» (plus entis); es decir, por la cr~~ci6n se
dan mas seres con perfecci6n, pero no mas perfeCClO? en el '0 Es interesante que un te610go calvinista haya conseguido un notable
conjunto. Este concepto de partic~pa.c,i6n, en el ,:;entld.o ex- acercamiento a la idea de mediaci6n mariana a traves del concepto de parti·
cipaci6n. Se trata de H. CHAVANNES,«La me}1iation de Marie et la doctrine de
plicado, ha de aplicarse a 1a medlaclOn de Mar.la;. ~n~to. y la participation>>: EphMar 24 (1974) 29-38; ID., «Pourquoi Luther a-toil rejete
Maria son mas sujetos de mediaci6n (de una medlaclOn umca la mediation de Marie?>>: EphMar 39 (1989) 367-394. Desgraciadamente, por
estar aqui en juego la dificultad sistematica del protestantismo, el camino s610
participaci6n que es central en el parrafo del Concilio en que se encuentra la ha sido recorrido hasta ahora por te610gos que, aunque protestantes, pueden
frase' vease mas adelante la nota 49. ser calificados de catolizantes.
47 Para la historia de estos thulos d. J. A. DE ALDAMA,en PROFESORESDE " «E percio ha stabilito giustamente il Signore, che, avendo Maria coope-
LAFACULTADDETEOLOGiADE GRANADA,Constituci6n dogmatica sobre la IglesIa, rato con tanto am ore verso degli uomini, con tanta gloria divina, alia salvezza
o.c., 397-399. di tutti, tutti poi per mezzo delia sua intercessione ottengano la salute» (SAN
" LG 62: AAS 57 (1965) 63. ALFONSOMARlA DE LIGORIO, Glorie di Maria, c.5 § 2 [Napoles 1776] 148-149).
49 Cf. L. B. GEIGER, La participation dans la philosophie de Saint Thomas Sobre la fuerza probativa de esta conexi6n d. C. DILLENSCHNEIDER, La Mario-
d' Aquin (Paris '1953) 226. logie de S. Alphonse de Liguori, I, O.c., 322-323. Por mi parte, s610 pretendo
116 PI. La dactril/a marial6gica del Cancilla Vi/tieana II
C.3. La dactrilla marial6gica del Cancilla Vaticana II 117
De este sentido de participacion que en el plano ontolo- el mismo dia en que se aprobo definitivamente la Constitu-
gico dene Ia mediacion de Maria, se si~ue que en el culto que cion dogmatica sobre la Iglesia: «Deseamos que se ponga en
se presta a Maria sea honrado Cristo 2; esplendida luz la realidad de que Maria, la humilde esclava
«Las diversas formas de piedad hacia la Madre de del Senor, esta toda entera relacionada aDios y a ]esucristo,
Dios que la Iglesia ha venido aprobando dentro de los unico Mediador y Redentor nuestro»55.
Ifmites de la doctrina sana y ortodoxa, de acuerdo con las
condiciones de tiempos y Iugares y teniendo en cuenta el
temperamento y manera de ser de Ios fieles, hacen que, 4. Otros aspectos de la doctrina conciliar sobre Maria
aI ser honrada la Madre, el Hijo, por razon del cuaI son
todas Ias cosas (cE. Col 1,15-16), y en el que plugo aI 1. La existencia de paralelismo entre Maria y la Iglesia
Padre Eterno que habitase toda la plenitud (CoI 1,19), sea ha sido afirmada par eI Concili056, sin tamar por ello posi-
mejor conocido, amado, gIorificado, y que, a Ia vez, sean
cion a favor de la tendencia eclesiotipica en Mariologia.
mejor cumplidos sus mandamientos» 53.
Nunca ha dicho eI Concilio que la reIaci6n Iglesia-Maria se
agate en eI paralelismo. Mas bien se limita a senalar aspectos
EI Concilio desea que los te610gos y predicadores de tal
concretos en los que existe ese paralelismo. «Como ya ense-
manera «expliquen los oficios y Ios privilegios de Ia Santfsi-
no San Ambrosio, la Madre de Dios es tipo de la Iglesia» 57.
ma Virgen» que aparezca su relacion con Cristo 54. Es la idea
Los aspectos que se subrayan especialmente son: Maria es
que, de modo mas expllcito, expreso Su Santidad Pablo VI virgen y madre 58;la Iglesia es virgen y madre 59;la tipicidad
aqui sefialar en esta conexi6n entre los dos aspectos de la mediaci6n de Maria,
de Maria can respecto a la Iglesia en eI orden de las virtudes.
uno de los motivos de la singularidad de su intercesi6n, sin que con ello quiera En este orden de las virtu des se conmemora a Maria como
decir que su singlllaridad radique s610 en esto; vease 10 que he escrito en el ejemplar de las virtudes teologales y de· la obediencia con
cap. II, nota 126. respecto a la voluntad divina, pues «la Iglesia, a su vez, glo-
52 Sobre el sentido cristol6gico de la devoci,6n a Maria dijo Pio XII: «La

vraie devotion, celie de la tradition, celie de l'Eglise, celie, dirions-Nous, du rificando a Cristo se hace mas semejante a su exceIso modeIo
bon sens chretien et catholique, tend essentiellement vers 1'1Inion ii Jesus, sous [Maria], progresando continuamente en la fe, en la esperan-
la conduite de Marie" (Alocucion del 21 dejulio de 1947: AAS 39 [1947] 413). za y en la caridad y buscando y obedeciendo en todo Ia
«Yes, dearly beloved, in the loving providence of God, it was Mary's be it done
unto me according to thy word, that made possible the passion and death and
voluntad divina» 60. Es especialmente interesante que tam-
resurrection of the divine Redeemer of the world. That is why one dare not bien se propane a Maria como ejemplar de las virtudes apos-
separate the Mother from the Som, (Radiomensaje al Congreso mariana de tolicas en cuanto que «la Virgen fue en su vida ejemplo de
Durban [4-5-1952]: AAS 44 [1952] 430). Wanse las explicaciones sobre esta aqueI amor maternal con que es necesario que esten anima-
conexi6n que da JUANPABLOII, Alocucion en el acto mariana nacional en
Zaragoza (6-11-1982), 4-5: AAS 75 (1983) 308-311; como comentario d. C.
" Alocucion a los Padres concillares en la elausura de la tercera etapa con-
Pow, «EI discurso de S.S. Juan Pablo II en el acto mariano nacional de ciliar (21-11-1964): AAS 56 [1964] 1017.
Zaragoza (6-11-1982»,: SMa 6 (1983) 21-26; fD., «Presencia de Maria en la
'6 Cf. ]. M. CASCANTE,«La tipologia Marfa-Iglesia. Intento de clarificaci6n
vida cat6lica»: Sillar 14 (1984) 36-42. Sobre la cuesti6n en si cf. o. SEMMEL-
y de sintesis»: EstMar 39 (1974) 79-99; R. CASANOVAS, «Ejemplaridad de Maria
ROTH,Maria oder Christus? Christus als Ziel der Marienverehrung (Frankfurt en la Iglesia»: EstMar 30 (1968) 235-287;]. ESQUERDA, «Marfa, tipo de la
a.M. 1954). Es tam bien interesante, por set" su autor un luterano, ellibro de
Iglesia»: EstMar 31 (1968) 185-239; 1. HERRAN,«Visi6n conjunta de las rela-
W. BOROWSKY, Verdrangt Maria Christus? (Schwenninghen 1964), con posicio-
dones Marfa-Iglesia en la "Lumen gentium"»: EE 28 (1966) 283-332; PEDRO
nes muy positivas.
DEALCANTARA MARTINEZ,«Marfa, ejemplar y modelo de la Iglesia», en SOCIE-
53 LG 66: AAS 57 (1965) 65.
DADMARIOL6GICA ESPANOLA, Encielopedia Manana Posconcillar, o.c., 415-426.
l4 Este es el senti do de la frase del n.67, aunque gramaticalmente este
'7 LG 63: AAS 57 (1965) 64. EI texto aludido es SANAMBROSIO, Expositio
expresada s610 por un relativo: «privilegia ... , quae semper Christum spectant»
Evangelii secundum Lucam 2,7: CCL 14,33 (PL 15,1635-1636); CMP 1764;
(AAS 57 [1965] 66). La Comisi6n doctrinal explic61a frase con estas palabras:
EnchM 561. El texto del Concilio continua con una explfeita limitaci6n de
«[Concilium] inculcat, mediante studio S. Scripturae, Traditionis et Magisterii,
sentido: <<inordine scilicet fidei, caritatis et perfectae cum Christo unionis».
indolem "christocentricam" doctrinae de Maria exponendae» (Congregatio '8 LG 63: AAS 57 (1965) 64.
Generalis 80, Schema Constitutionis de Ecelesia. Relatio de n.55, olim n.51: De " Ibid. 64: AAS 57 (1965) 64.
cultu B. Virginis: ASCOV III/I, 373). 60 Ibid. 65: AAS 57 (1965) 65.
dos todos aquellos que, en la mision apostolica de la Iglesia, gen Madre de Dios» 67. Quiere que se evite «todo aquello
cooperan a la regen era cion de los hombres» 61. que pueda inducir a error a los hermanos separados 0 a cua-
2. El Concilio ha querido renovar el culto ala Santisima lesquiera otras personas acerea de la verdadera doctrina de la
Virgen 62, de modo que se fomente, sabre todo, el culto litur- Iglesia» 68. Desde el punta de vista teologico esto se consegui-
gico, pero a la vez amonesta que se «estimen en mucho las ni si se cultiva la Mariologia siguiendo las normas que el
pnicticas y los ejercicios de piedad hacia ella recomendados mismo Con cilia ha indicado.
por el Magisterio en el curso de los siglos» y reafirma las Finalmente, el Concilio recomienda con ahinco la ora-
normas sabre el culto de las imagenes 63. La devocion hacia cion a Maria por la unidad de todos en la unica Iglesia:
la Santisima Virgen no ha de ser superficial, sino profunda:
«Ofrezcan todos los fieles cristianos suplicas apre-
«Recuerden adem as los fieles que la verdadera devo~ miantes a la Madre de Dios y Madre de los hombres para
cion no consiste ni en un sentimiento esteril y transitorio que ella, que ayudo con sus oraciones a la Iglesia nacien-
ni en una van a credulidad, sino que procede de la fe te, tam bien ahora, ensalzada en el cielo por encima de
autentica que nos induce a reconocer la excelencia de la todos los angeles y bienaventurados, interceda en la co-
Madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial hacia munion de todos los santos ante su Hijo hast a que todas
nuestra Madre y a la imitacion de sus virtudes» 64. las familias de los pueblos, tanto los que se honran con
el titulo de cristianos como los que todavia desconocen
3. El Concilio «exhort a encarecidamente alas teologos a su Salvador, lleguen a reunirse felizmente, en paz y
y a los predicadores de la palabra divina a que se abstengan concordia, en un solo Pueblo de Dios para gloria de la
can cuidado tanto de toda falsa exageraci6n cuanto de una Santisima e indivisible Trinidad» 69.
excesiva mezquindad de alma al tratar de la singular digni-
67 Ibid. 69: AAS 57 (1965) 66.
dad de la Madre de Dios» 65. Se hallara el justa camino 68 Ibid. 67: AAS 57 (1965) 66.
cultivan, como fundamento del trabajo de explicacion teolo- 69 Ibid. 69: AAS 57 (1965) 66-67.
gica, «el estudio de la Sagrada Escritura, de los Santos Pa-
dres y Doctores y de las liturgias de la Iglesia, bajo la direc-
cion del Magisterio» 66.
Dentro del campo del ecumenismo, el Concilio expresa
su alegria par los orientales separados «que concurren can
impulso ferviente y animo devoto al culto de la siempre VirJ

61 Ibid. En el Decreto Presbyterorum ordinis 18: AAS 58 (1966) 1019, el


ConcHio propone a los presbiteros la figura de Maria como ejemplo de doci-.
lidad a la propia misi6n: «Talis docilitatis mirum exemplum in Beata Maria
Virgine semper inveniunt, quae, a Spiritu Sancto ducta, seipsam mysterio
hominum Redemptionis totam devovit; quam Summi et Aeterni Sacerdotis
Marrem et Apostolorum Reginam, at que ministerii sui praesidium, Presbyteri
filiali devotione et cultu venerentur ac diligant».
62 Cf. J. A. DE ALDAMA,en Comentarios a la Constitucz'6n sobre la Iglesia,
o.c., 1048-1084; B. MONSEGO, «EI culto y devoci6n a Maria», en SOCIEDAD
MARIOL6GICAESPANOLA,Eneielopedia Mariana Poseoneiliar, o.c., 427-434; A.
RIvERA, «El culto mariano en la Constituci6n dogmatica»: EstMar 30 (1968)
289-314.
63 LG 67: AAS 57 (1965) 65-66.
64 Ibid.: AAS 57 (1965) 66.
65 Ibid.

66 Ibid.
CAPiTULO XI
LA MEDIACI6N DE MARiA 1

El texto de 1 Tim 2,5, contiene una afirmadon tajante:


«Porque uno es Dios, uno tambien mediador entre Dios y los
hombres, el hombre Cristo Jesus». Es incluso posible que en
el se nos conserve una antiquisima aclamacion liturgica pre-
paulina 2, 10 cual acentuaria ulteriormente su importancia. No
solo Lutero 3 sino todos los escritos confesionales luteranos
insisten en el sentido de rigida exclusividad con que deberia
interpretarse este pasaje, la cual constituye uniformemente el
modo como 10 entiende la teologia protestante posterior.
Baste citar aqui un as palabras de la Apologia de la Con/esi6n
de Augsburgo: «Cuando se buscan otros mediadores fuera de
Cristo, se coloca la confianza en otros, se eclipsa toda notida
de Cristo» 4. En esta manera de comprender 1 Tim 2,5, se

1]. BlTTREMlEUX, De Mediatione universali B.M. Virginis quoad gratias (Bm-


jas 1926); ]. BUR, Mediation mariale (Paris 1955); E. DRUWE,«La mediation
universelle de Marie», en H. DU MANOIR,Maria, o.c., I, 417-572; A. ESCUDERO
CABELLO,La cuestion de la mediacion mariana en la preparacion del Vaticano II.
Elementos para una evaluacion de los trabajos preconciliares (ROIpa 1997); R.
]AVELET,Marie, la femme mediatrice (Alen<;on [Orne] 1984); ID., L'unique
Mediateur, Jesus et Marie (Paris 1985); ]. LEBON,La doctrine de la mediation
mariale (Lovaina 1939); S. MEO, «Mediatrice», en ST. DE FlORES - S. MEO,
Nuovo Dizionario di Mariologia (Cinisello Balsamo 1986) 920-935; G. L.
MOLLER,«Mittlerin der Gnade», en Marienlexikon 4, 487-491; M. O'CARROLL,
«Mediation, Mary Mediatress», fD., en Theotokos. A Theological Encyclopedia
of the Blessed Virgin Mary (Wilmington [Delaware] 1982) 238-245; K. RAH-
NER,«Der eine Mittler und die Vielfalt der Vermittlungem>, en Schrl/ten zur
Theologie, VIII (Einsiedeln 1967) 218-235; G. M. ROSCHlNl,La Mediatrice
universale (Rom a 1963); E. THEORET,La Mediation mariale dans tEcole fran,ai-
se (Paris 1940); W. SEBASTIAN, De B. Virgine Maria universali gratiarum media-
trice. Doctrina franciscanorum ab an. 1600 ad an. 1730 (Rom a 1952).
2 Cf. E. PETERSON,Ell: 8EOl:. Epigraphische, formgeschichtliche und reli-

gionsgeschichtliche Untersuchung, o.c., 254-255.


, Para la posicion de Lutero vease mas arriba en p.66-67.
4 XXI. De invocatione sanctorum: Die Bekenntnisschri/ten der evangelisch-
lutherischen Kirche (Gotinga '1956) 323.
excluiria la posibilidad de cualquier otro mediador, aunque ro Estudita U, Tarasio 14, San German de Constantinopla 15
fuera subordinado a Cristo Jesus. San Andres de Creta 16 , San Juan DamaseenoI7, el empera- '
Una exegesis cuidadosa5 deberia tener en euenta que dor Le6n VII 18, Juan el Ge6metra 19, Juan Eucaitense2o, Ne6-
San Pablo no ha puesto articulo determinado al sustantivo fita el Inclus02I, Jacobo el Monje 22, Jorge de Nicomedia2J,
«mediador» (J.HoQ"t1;ll<;). Por ello, el sentido no es propiamen- Focio 24. En Occidente, el titulo se populariza a partir del
te que «el mediador es unico», sino que «uno solo (es decir, siglo XII. 25
la misma persona) es mediador» con respee to a todos 6. En En general, los textos patristicos, tanto mas cuanto mas
efeeto, el texto paulino continua afirmando que ese media- antiguos son, al considerar a Maria como medianera, pien-
dor «se dio a si mismo en rescate por todos (unep nav'LOJv)>>; san prevalentemente en su cooperaci6n a la realizaci6n de
de este modo, su mediaci6n, su inmolaci6n voluntaria y la obra misma de la redenci6n, sobre to do por e1 «S1» de
su obra salvifica valen para todos (en el contexto, se pien- la anunciaci6n 26. Con este angulo de vision aparece el titulo
sa especialmente en los paganos). Ello demuestra que la tambien en sus primeros testimonios occidentales. Baste
palabra «uno» (Et<;) no se opone a la po sible existencia de citar el caso de Eadmero 27. Curiosamente se conserva en-
mediadores subordinados, sino a que se limite la eficacia me-
diadora de Cristo Jesus; El abarca a la totalidad de los IJ Oratio 4 in dormitionem Deiparae, 2: PG 99,721.
hombres en su acci6n 7. En otras palabras, «el Ap6stol no 14 In SS. Dei Matrem in templum deductam, 15: PG 98,1500.
15 In sanctissimae Dei Genitricis Annuntiationem: PG 9,8,321.
tiene ante los ojos si hay uno solo 0 varios mediadores, sino 16 Oratio 4 in sanctam Nativitatem Dei Genitricis: PG 97,865.
que ensena solamente que aquel de que escribe ha sido 17 In Dormitionem B.V. Mariae homilia 1,8: SC 80,104 (PG 96,713). C.
constituido mediador para todos» 8. De este modo, el texto CHEVALIER, La mariologie de Saint Jean Damascene (Roma 1936) 222-223,
s6lo afirma que hay un mediador unico, es decir, el mismo observa: «Le terme classique de S. Paul pour designer Ie mediateur est mesites
(Gal. 3,20) et on dirait que, par timidite ou par prudence, Damascene prend
e ineludible para todos, pero no trata de si esa mediaci6n 11 tache d'eviter ce mot quand il s'agit de Marie, ille reserve pour Ie Christ».
es 0 no compatible con la existencia de mediadores subor- Pero no se trata de un fen6meno singular en San Juan Damasceno. El uso del
dinados. participio mesiteusasa es frecuente (allnque no exclusivo, pues se da tambien
el sustanrivo) en ottos autores como titulo mariano de mediaci6n.
De hecho, la tradici6n patristica, mas la oriental que la 18 Preces liturgicae. Exaposteilarium, 10: PG 107,308.

latina, ha aplicado a Maria el titulo de medianera 9; Antipatro 19 In sanctissimae Deiparae Annuntiationem, 9: PG 106,817.
de Bostra I , Pseudo- Efren II, Pseudo- Epifanio 12, San T eodo- 20 In sanctissimae Deiparae Dormitionem, 33: PG 120,1112.

21 Oratio brevis de Mario Dei jilia, quando in sancta sanctorum a parentibus


tradita est, 4: PO 16,537.
5 Vease el estudio de E. MIGUENS, «Un us Mediator 0 Tim 2,5)>>,a.c., 59-69. 22 In Nativitatem Dei Genitricis Mariae, 20: PG 127,596-597.
6 Cf. ibid., 66. 2J In conceptionem sanctae Annae, oratio 2: PG 100,1376; In sanctissimae
7 Cf. ibid., 67. EJ texto citado es 1 Tim 2,6.
Deiparae ingressum in templum, oratio 7: PG 100,1456.
8 Ibid., 65-66; en p.66, nota 14 aduce un texto nada sospechoso de Cal- 24 In sanctissimae Dei Genitricis natalem diem, homilia 1: PG 102,561.
vino. 25 Para la historia del titulo de «Medianera» entre los latinos (un caso de
9 Un dossier de textos puede verse en C. BALI~,«De titulo "Mediatrix" B.
uso aislado en el siglo VI,eI paso de Oriente a Occidente en el siglo IX por una
Virgini Mariae adscripto», en PONTlFICIA ACADEMIA MARIANA INTERNATlONALlS, traducci6n de Pablo Diacono, un solo caso tambien en el siglo X, tres en el XI
De cultu mariano saeculis VI-IX, O.c., IV, 271-274. Cf. tambien I. ORTIZDE Ybruscamenre mas de cincuenra en el siglo xlIl, d. R. LAURENTIN, Court Traite
URBINA,«Mediatio Mariae estne exclusa ab unico Mediatore Christo?», en sur la Vierge Marie, O.C., 68, nota 53.
PONTIFICIA ACADEMIA MARIANA INTERNATIONALlS, De Mariologia et Oecumenis- 26 «Nunc autem, Iicet ex testimoniis de usu expIicito tituli "mediatrix" in
mo, O.c., 145-177. antiquitate christiana adhibito erui queat turn legitimitas huius tituIi, turn
10 Homilia in Sanctum Ioannem Baptistam, et in silentium Zachariae, et in
quaedam cooperatio B. Virginis in oeconomia nostrae salutis in genere, poris-
salutationem Deiparae, 2: PG 85,1765; ibid., 9: PG 85,1772. simum tempore annuntiationis, inutiliter quis ibi quaereret varia ilIa elementa
11 Llama a Maria «otto consolador desplles del Paniclito, y Medianera de
quae in vocabulo "mediatrix" quidam theologi medio aevo, et praesertim nostra
todo el mundo despues del Mediador» «<Oratio ad Deiparam», en J. S. ASSE- hac aetate, posuerunt» (c. BAlle, «De titulo "Mediatrix" B. Virgini Mariae
MANI,Epbraem Syri Opera Graeca 3,528). Para otros pasajes en que aparece adscripto», a.c., 275). ,
el titulo de «Medianera» d. J. M. BaVER,«S. Ephraem, Doctoris Syri, testimo- 17 «Sed haec [Maria] mox, ubi in mundum per humanae generationis Ii-
nia de Universali B. Mariae V. Mediatione»: ETbL 4 (927) 173. neam venit, tanta omnis boni virtute atque constantia perfecte resplenduit ut
12 Homilia 5 in laudes Sanctae Mariae Deiparae: PG 43,492.
earn ipsa sapientia Dei, uti a saeculis praedestinaverat, vere dignam iudicaret,
tonces asi en el titulo de median era la misma perspectiva escribi6 a todos los obispos cat61icos para invitarles a pedir
con que se plante6 en el siglo II el tema de Maria «nueva para sus di6cesis la extensi6n de este privilegio 34.
Eva», y con la que el tema, como hemos visto en el capitulo «En noviembre del mismo ano, Pio XI instituy6 tres
precedente, dentro de un breve arco de tiempo y con ras- Comisiones de te61ogos: una en Bdgica, una segunda en
gos sustancialmente identicos, aparece en San J ustino 28, Espana y una tercera en Roma, y les encarg6 que estudia-
San Irene029 y Tertulian030: Eva dialog6 con la serpiente, ran a fondo la doctrina de la mediaci6n mariana y su
desobedeci6 aDios y, con ello, nos trajo muerte y ruina; definibilidad» 35.
Maria, la nueva Eva, dialoga con, el angel, obedece aDios
y asi nos trae al Salvador y con Ella salvaci6n 31.Es claro Dos anos mas tarde, en 1923, «el Cardenal Mercier, alma
que la escena aludida en este planteamiento esla de la de to do este movimiento, transmiti6 a la Santa Sede un
anunciaci6n. opusculo de 96 paginas en formato. gran?e con el t~tul~ !J.e
de/inibilitate Mediationis B. V. Marzae tnbuendae dzsqumtlO
et vota Belgicae Commissionis Ponti/iciae» 36. Dentro de el,
c. van Crombrugghe habia elaborado el argumento biblico,
J. Lebon el patristico y B. H. Merkelbach el teol6gico-
No es ni puede ser aqui mi prop6sito explicar c6mo his- sistematico 37. La Comisi6n espanola, compuesta por J. M.
t6ricamente el concepto de mediaci6n mariana fue adqui- Bover 1. Goma (posteriormente Cardenal Primado) y A.
riendo un contenido mas amplio. sera mejor colocarnos en el Amor'Ruibal, se uni6 ala belga en dar, tambien ella, parecer
siglo XX y esbozar, de este modo, la historia reciente del positiv038. Otra fue, por el .c~~trario, la pos~ci,6nde la .Comi-
titulo. si6n romana cuya compOSlClon no se publIco. A la VIsta de
En 1913, «por iniciativa del Cardenal Mercier, clero, fie- los diversos ~studios, en la Sagrada Congregaci6n del Santo
les, universidades cat6licas, 6rdenes religiosas, episcopado Oficio se consider6 que la cuesti6n no estaba madura para
belga fueron unanimes en pedir que Su Santidad se dignara una eventual definici6n dogmatic a 39.Esta toma de posici6n
elevar a dogma la creencia de la cristiandad en la mediaci6n explica que el movimiento en favor de la definici6n ?e la
universal de la Santisima Virgen» 32.En 1921 «el Sumo Pon- mediaci6n universal cediera el paso, sobre to do a parur del
tifice concedi6, alas di6cesis de Belgica que 10 pidieran, un final de la segunda guerra mundial, al movimiento asuncio-
oficio y una misa propios en honor de Maria medianera»33.
Una vez recibido este rescripto, el cardenal D. J. Mercier 34 R. LAURENTIN,«En marge de la definition du dogme de I'Assomption.
Intuitions du Cardinal Mercier»: Vie Spirituelle 84 (1951) 519.
35 C. CAEYMAEX,«Le cardinal Mercier et Ie culte de Marie», a.c., 94.
per quam in homincm veniens, non modo reatum primorum hominum, sed et
36 C. BALI~, «De titulo "Mediatrix" B. Virgini Mariae adscripto», a.c., 269.
tOrillS mundi peccata deleret. [ ... J Quis igitur ista perpendens aestimare queat
31 Ibid.
qua laude digna sit, quae tantorum bonorum sola prae cunctis effici meruit
mediatrix?» (EADMERO,De excellentia Virgin is Mariae, 9: PL 159,574). Para la ,8 Ibid. Para la composici6n de la Comisi6n espanola d. O'CARROLL,
perspectiva general en esta epoca d. H. COATHALEM,Le parallilisme entre la «Mediation, Mary Mediatress», a.c., 242.
19 C. BALI~ «De titulo "Mediatrix" B. Virgini Mariae adscripto», a.c., 269.
Sainte Vierge et I'Eglise ... , o.c., 24-25. ,
28 Dialogus cum Tryphone Iudaeo 100, 5-6, en G. ARCHAMBAULT (ed,), t.II Es tambien co~ocido el testimonio que sobre el pensamiento de Pio XII acerca
(Paris 1909) 124 (PG 6,712). del tern a public6 su secretario particular R. LEIBER, «Pius XII»: StZ 163
29 Adversus haereses 5,19,1: SC 153,248 (PG 7,1175); «Demostraci6n de (1958-1959) 86: «Was dagegen die Fra~en der "Mediatr~x" und "~orre-
la predicaci6n apost6!ica», 33, en E. ROMEROPOSE (ed.), Fuentes Patristicas 2, demptrix" angeht, hat Piu~ XII. noch wen.lge ~ochen vor semem ~od, m den
124-128. Tagen gleich nach Beendlgung des Manologlschen Kongress~s m Lourd~s
30 De carne Christi 17, 5: CeL 2,905 (PL 2,782). ,. geaussert, die beide? Fragen seien zu un?ekl~rt und ~u unrelf; er habe. m
II Para el tema teol6gico d. ]. A. DE ALDAMA,Maria en la patristica de loi seinem ganzen Pontlf1kat bewusst undo abslchtltch. vermleden, .Stellung zu Ih-
siglos I y II, o.c., 264-299. nen zu nehmen, sie vielmehr der freten theologlschen Ausemanders.etzU1:g
32 C. CAEYMAEX, «Le cardinal Mercier et Ie culte de Marie»: Vie diocesaine. iiberlassen. Er denke nicht daran, diese Haltung zu anderm>. A este testimonIO
Malines 13 (1926) 93. apela el documento de los obispos de lengua alemana y de Escandinavia en el
II Ibid., 94. Concilio, al que hago referencia mas adelante en la nota 51.
Cll. La mediacion de Maria 369

nista 40, que culmina con la definici6n de la Asunci6n de como «cabeza secundaria» del Cuerpo mfstico pudieron re-
Maria como dogma, e1 1 de noviembre de 195041, aunque sultar chocantes 46. Fue necesario e1 esfuerzo de c1arificaci6n
ello sucediera con sorpresa de algunos de los promotores de del Coneilio Vaticano II para explicar que toda mediaci6n
la definici6n de la mediaci6n universal, como, por ejemplo, sl;'bord~nada «se entiende de manera que en nada menoscabe
del P. Bover42• Ol Ie anada nada a la dignidad y eficacia de Cristo unico
Pero importa precisar e1 a1cance que los ambientes que ~ediador» 47. Ello se consigui6 recurriendo a1 concepto tec-
trabajaban por la definici6n dogmarica de la mediaci6n de OlCOde participaei6n:
Maria, daban a esta doctrina. Es innegable que e1 movimien-
to produjo una serie de trabajos notables sobre el tema 43. «Pues jamas podra creatura alguna hacer un numero
Especial relieve a1canza la monografia c1asica de J. Bittre- mayor con e1 Verbo Encarnado y Redentor48; pero as!
c~m.o e1 sacerdocio de Cristo es participado tanto por los
mieux, De Mediatione universali B.M. Virginis quoad gratias44• ~1ll1stros sagrados cuanto por e1 pueblo fiel de formas
Basta examinar su fndice para advertir que la mediaci6n se dlversas, y como la bondad de Dios se difunde de distin-
entiende como colaboraci6n a la obra de la salvaci6n por e1 tas maneras sobre las creaturas, as! tam bien la mediaci6n
consentimiento dado en la anunciaci6n y por la compasi6n ~nica del Redentor no exc1uye, sino que suscita una va-
junto a la cruz, que se interpretan a traves de la categoria de nada cooperaci6n que de la unica Fuente se participa en
merito, y como intervenei6n en la dispensaei6n de todas y las creaturas» 49.
cad a una de las graeias. La misma ampIitud atribuye a la
doctrina de la mediaei6n la carta del Ministro General de los La participaei6n en su sentido estricto implica dos notas:
Frailes Menores, L. M. Bello, dirigida a toda la Orden, aun- 1) que toda la perfecei6n que hay en el ser que participa,
que anada un tercer elemento (colocado en primer lugar) proceda d.e:.lser que es fu~nte de la que se partieipa; 2) que
sobre la predestinaei6n de Maria con e1 mismo decreto (uno l~ perfecclOn del ser parttcipado, juntamente con la perfec-
eodemque decreta) que Cristo 45. Clon del ser 9,ue es fuente, d~ partieipaei6n, no es superior
Es difieil saber que objeciones concretas opuso la Comi- a la perfecclOn de este ultlmo considerada sola 0 en sf
si6n romana a la definibiIidad de la mediaci6n. Nos vemos
obligados a conjeturarIas inc1uso a partir de los escritos favo- • 46 La ~xpresi6n «totius corporis mystici, id est, EccIesiae, caput secunda-

rabIes a ella. Algunas expresiones en la linea de ver a Maria f1um» aplIca?a a Marfa se encuentra, por ejemplo, en la carta del P. General
de los FranClscanos a la que hace referencia la nota anterior. R. LAURENTlN
«En '!large de la definition du dogme de l' Assomption. Intuitions du Cardinai
40 Cf. R. LAURENTlN, «En marge de la definition du dogme de l'Assomption. ~erCler», a.~.,.522, comentaba que con estos modos de hablar «on donne a
Intuitions du Cardinal Mercier», a.c., 519. I !mage pauIInlenne du Corps mystique I'aspect hideux d'un monstre a deux
41 Es curioso que la gran carta pastoral del cardenal Merder sobre la Me- tetes».
diation universelle de la Trh Sainte Vierge tenga como fecha ell de noviembre .7 LG 62: AAS 57 (1965) 63.
de 1924. Tambien Pio XII eligio para la definicion dogmatica de la asuncion 48 Creo que es asi como debe traducirse eI verbo «connumerari» utilizado
otro 1 de noviembre, veintiseis afios mas tarde, en 1950. Con ello, Marfa, por .el Concilio, y no como suele traducirse en las versiones ordinarias que he
aunque con gran excelencia y superioridad con respecto a todos ellos, quedaba podldo consultar: «compararse», «ponerse en una misma linea» «etre mise sur
colocada como la primera de los santos (y nq fuera de ellos); cf. R. LAURENTlN, Ie memepied», <<ineiner Reihe ~ufgeziihlt werd~n» ... R. LAURE~TlN, La Vierge
«En marge de la definition du dogme de I'A'ssomption. Intuitions du Cardinal au C.0ncile"o:c., 209, tradu.ce: «!I ne peut y aVOlrde commune mensure». En
Mercier», a.c., 820-822. la mlsm.a pagIna, nota 14, dice, SInembargo: «On pourrait encore traduire: "ne
42 Cf. C. BAlle.,«De titulo "Mediatrix" B. Virgini Mariae adscripto», a.c., peut falre nombre avec"». Pienso que es asi como debe traducirse no solo
276-277. P?r9ue ~on las otras traducciones eI pensamiento expresado es absol~tamente
43 Veanse algunas indicaciones bibliograficas en R. LAURENTlN, «En marge tnvlal, ~I':Op.~rque esta es la traduccion que corresponde al concepto tecnico
de la definition du dogme de I'Assomption. Intuitions du Cardinal Mercier», de partlclpaclon que es central en este parrafo del Concilio. Vease mas adelan-
a.c., 519 y M. O'CARROLL,«Mediation, Mary Mediatress», a.c., 245. Vease te la nota 50.
tambien la nota siguiente. '9 LG 62: AAS 57 (1965) 63. Cf. ]. RATZINGER, «Das Zeichen der Frau
44 (Brujas 1926). Amplisima bibliograffa en pJ07-317. Versuch einer Hinfiihrung zur EnzykIfka "Redemptoris Mater"», en H. U:
45 «De B.V. Maria omnium gratiarum mediatrice»: Acta Ordinis Fratrum VON~ALTHASAR -]. RATZINGER, Maria-Gottes fa zum Menschen (Friburgo-Basi-
Minomm 57 (1938) 138. lea-Vlena 1987) 120-121.
misma 50.Es muy iluminadora, aunque a primera vista pue- 3. La singularidad de la mediaci6n de Maria
da parecer un juego de palabras, la distinci6n cIasiea en la por ser materna
escolastiea segun la cual por la creaci6n se dan plura entia,
pero no plus entis (mas perfecci6n de ser) que antes de ella; S610 sobre este trasfondo hist6rico puede percibirse no
precisamente el Concilio Vaticano II, en las palabras suyas s610 la originalidad de las acentuaciones de Juan Pablo II
que acabamos de citar, apel6 a la creaci6n como ejemplo sobre este tema en la Enciclica Redemptoris Mater, sino tam-
claro de partieipaci6n. bien 10 que en ellas se contiene de aportaci6n en orden a
Es posible tambien que, en el orden de la distribuci6n de resolver este problema teol6gico. Por de pronto, es intere-
gracias, la afirmaci6n de que Maria sea medianera con res- sante que el Papa en un contexto en que se trata, sin duda,
pecto a todas y cada una de ellas pareciera exorbitante51• Y, de la mediaci6n intercesora de Maria, afirma: «La coopera·
sin embargo, creo personalmente que la f6rmula no llega a ci6n de Maria participa, por su caracter subordinado, de la
sefialar con claridad que es 10 especifieo y singular de Maria universalidad de la mediaci6n del Redentor, unieo media-
con respecto a los otros santos. dor» 53.Ello signifiea que su mediaci6n es universal no por
«EI Apocalipsis presenta el cielo como una magnifica ser propia de Ella, sino por ser subordinada. De este modo
liturgia en la que todos los santos se un en al Cordero en se insinua que toda mediaci6n intercesora subordinada
su cuho al Padre. Desde este punto de vista, los santos -tambien la de los santos- es universal.
todos se suman alas intenciones por las que Cristo se Ahora bien, si el adjetivo «universal» no especifiea la
ofrece y, por ello, intervienen en la petici6n de toda gra- mediaci6n intercesora de Maria, el unieo adjetivo que puede
cia que, de hecho, se otorga» 52. ' expresar su caracter propio consiste en califiearla diciendo
que se trata de una mediaci6n materna.
Creo, por ello, que debe buscarse otro camino para ex~
«Efectivamente, la mediaci6n de Maria estd intima-
plicar que es 10 propio de la mediaci6n intercesora de Maria,
mente unida a su maternidad y posee un cariicter especi-
o sea, en la distribuci6n de las gracias. ficamente materno que la distingue del de las demiis crea-
turas, que, de un modo diverso y siempre subordinado,
'0 Cf. L. B. GEIGER, La participation dans la philosophie de Saint Thomas participan de la {mica mediaci6n de Cristo, siendo tam-
d'A1uin, o.c., 226.
I Vease, durante el Concilio Vaticano II, la oposici6n de los obispos de
bien la suya una mediaci6n participada» 54.
lengua alemana y de Escandinavia a que se dijera de Maria «Medianera d~
todas las gracias» en cuanto que veian dificultad en que Maria tuviera UIj La subordinaci6n de la mediaci6n de Maria a la de Cristo
influjo mediador sobre las gracias sacramentales que se confieren «ex opere
opera to»; Animadversiones scripto exhibitae quoad Schema de B. Maria Virgine;
aparece en «la f6rmula de mediadora ad Mediatorem de San
100: ASCVS 2/3 (Typis Polyglottis Vaticanis 1972) 847; vale la pena leer en· Bernardo»55. Pero su nota de maternal es el motivo decisivo
tero el amplio documento (p.837-849). en eI que el tema de la mediaci6n de por el que la mediaci6n de Maria es una funci6n, «al mismo
Maria ocupa un amplio espacio.
tiempo, especial y extraordinaria. Brota de su maternidad
" Cf. C. Pow, «La devoci6n mariana en el contexto teol6gico, particular;
mente cristol6gico y eclesiol6gico, en Europa en los siglos XVII y XVIII», en divina y puede ser comprendida y vivida en la fe, solamente
PONTIFICIA ACADEMIAMARIANA INTERNATIONALIS,De cultu mariana saeculis' sobre la base. de la plena verdad de esta maternidad» 56.
XVII·XVIII, O.C., II, 97. Cf. fD., «El misterio del culto santificante», en CEN' No creo, sin embargo, que la Encicliea Redemptoris
TRODE ESTUDIOSDETEOLOGIAESPIRITUAL,Espiritualidad liturgica (Madrid 1986)
47-67; si en los mismos sacramentos se admite un esquema cultual en el que
Mater, para dar una visi6n exhaustiva de 10 que es la «media-
Cristo con su mediaci6n celeste eficaz asegura la colaci6n de la gracia, no hay·
inconveniente alguno en afirmar una asociaci6n de todos los santos -y muy " RM 40: AAS 79 (1987) 415.
en primer lugar de Maria- que participan en la liturgia celeste tambien en Ia . " RM 38: AAS 79 (1987) 411.
colaci6n de las gracias sacramentales; tambien en los sacramentos se uninin Iv "RM 38, nota 96: AAS 79 (1987) 411. La referencia es SANBERNARDO,<<In
liturgia terrestre y la liturgia celeste. ,'! :,} Dominica infra otavam Assumptionis sermo», 2, en J. LECLERCQ' H. ROCHAIS
(eds.), t.V (Roma '1968) 262 (PL 183,429).
,. RM 38: AAS 79 (1987) 412.
cion materna» de Maria, la ponga s6lo en relaci6n can su da en la nota «materna» de la misma mediaci6n intercesora
maternidad divina. Es necesario advertir que Marfa es tam- de Maria, a la vez que toda la singularidad que corresponde
bien «n uestra madre en el orden de la gracia» 57 y para ello a su mediaci6n.
hay que afirmar «su cooperacion materna en toda la misi6n En efecto, la mediaci6n intercesora de Marfa es materna
del Salvador mediante sus acciones y sufrimientos» 58. no s6lo con respecto a Cristo, sino can respecto a aquellos
Quizas por influjo de un modo de hablar que proviene por los que intercede. La escena de Cana Un 2,1-11) nos
de las discusiones del tiempo de la Reforma 59, Y a pesar del revel a que la maternidad de Maria se expresa en «fa soficitud
sentido mucho mas amplio que el termino «mediaci6n» tenia de Maria por los hombres, el ir a su encuentro en toda la
en todo el movimiento en favor de la definici6n dogmatica gama de sus necesidades» 65.
de la mediaci6n universal mariana (2quizas tambien para «Marfa se pone entte su Hiio y Ios hombres en la
mantener una cierta distancia frente a esa amplitud de signi- realidad de sus ptivaciones, indigencias y suftimientos.
ficado?), el Con cilia Vaticano II separ6 en numeros distintos Se pone "en medio", 0 sea, hace de mediadota no como
de la Constituci6n dogmatica Lumen gentium60 los temas de u?a persona extrana, sino en su papel de madre, cons-
la «cooperaci6n» de Marfa durante su vida terrestre a la obra Clente de que como tal puede -mas bien "tiene el dete-
salvadora de Cristo y de su «mediaci6n en la distribuci6n de cho de" - hacer ptesente al Hijo Ias necesidades de los
las gracias» 61. Ello i~plica una c~er~~sef2araci6n termino16- hombres» 66.
gica entre «cooperaClon» y «medlaclon» , que no carece de
cierto aspecto parad6jico, si se piensa que se deja fuera del La l6gica de las consideraciones del Papa obliga a subra-
concepto de mediaci6n mariana precisamente el aspecto en yar que Maria no es una «extrana», sino «madre» no s6lo
que se pens6 primero cuando en el perfodo patrfstico se con respecto a Aquel ante el cual intercede, sino tambien
comenz6 a considerar a Marfa como median era 63 y que co- con respecto a los hombres cuyos problemas presenta a Cris-
incidia con los mas antiguos planteamientos del tema de to. La plena revelaci6n de la maternidad espiritual de Maria
Marfa «nueva Eva» 64. es, sin duda, «el testamento de la cruz», por el que «la Madre
La Endclica Redemptoris Mater, aunque da un mayor de Cristo, encontrandose en el campo directo de este miste-
relieve al sentido intercesor de la palabra «mediaci6n» apli- rio Eel Misterio Pascual del RedentorJ que abarca al hombre
cada a Maria, no se deja encerrar en el. Ello es importante, -a cad a uno y a todos-, es entregada al hombre -a cada
porque s610 asi es posible presentar toda la riqueza encerra- uno y a todos- como madre» 67. Pero esta «maternidad de
Maria respecto de los hombres ya habia sido delineada pre-
cedentemente» 68, es decir, se proclama en el Calvario, pero
" LG 61: AAS 57 (1965) 63, citado en RM 38: AAS 79 (1987) 412. su realidad es anterior.
58 RM 39: AAS 79 (1987) 413. Es necesario situarse en la escena de la anunciaci6n, que
'9 Cf. C. POlO, «La posicion de los catolicos y de los protestantes ... », a.c.,
213-214 (para Lutero); 223-224 (para Juan Eck); 235-237 (para San Pedro culmina en las palabras de Marfa par las que se profesa
Canisiol. «Sierva del Senor» y se entrega a El con pleno coraz6n, con
60 LG 61 y 62: AAS 57 (1965) 63. "
6'Cf. A. PLESSIS,«The Council and Mary's Mediatioo»: The Marian Era 9
(1969) 62-63; no se podda, sin embargo, insistir en que e! termino «media~e- "RM 21: AAS 79 (1987) 388. Cf. J. RATZINGER,«Das Zeichen der Frau ... »,
ra» en e! n.62 se refiere a «todas las gracias»; veanse en la nota 51 las oble- a.c., 122.
ciones que se hicieron en el mismo Concilio con respecto a este pun to. 66 RM 21: AAS 79 (1987) 388-389.
62J. A. DE ALDAMA,en PROFESORESDE LA FACULTADDE TEOLOGIADE ~RA- 67 RM 23: AAS 79 (1987) 391. Cristo no ha muerto simplemente por los
NADA Constituei6n dogmdtica sohre la [glesM, o.C., 397, comenta el titulo hombres en general, sino por cada uno en particular. «El Hijo de Dios me ha
«medianera» del n.62 como expresi6n de «Ia conciencia cristiana del auxilio amado y se ha entregado por mi» (Gal 2,20). Sobre 10 que este hecho implica
poderoso que Ie otorga a diario su Madre de! cie!o», es decir, referido sola- a nive! de la conciencia humana de Cristo, d. COMISI6N TEOL6GICA INTERNA-
mente a la mediaci6n intercesora de Maria. ClONAL,«La conciencia que Jesus tenia de si mismo y de su misi6n», en {D.,
63 Veanse las palabras de Balie transcritas mas arriba en la nota 26. Documentos 1969-1996 (Madrid 1998) 389-391.
68 RM 23: AAS 79 (1987) 391.
64 Vease mas arriba p.347 -354.
Cll. La mediacion de Maria 375

coraz6n indiviso, con coraz6n virginal (d. Lc 1,38) 69. Las al angel -que sera posteriormente mantenida- es la que la
palabras que pronuncia demuestran que Maria «acogi6 y constituye Madre de Jesus y tambien verdader.a Madre. de 10s
entendi6 la propia maternidad como donaci6n total de sf, de vivientes. La doble dimensi6n de su maternldad, eXIste~te
su persona, al servicio de 10s designios del Altfsimo»; de este des de el «sf» de la anunciaci6n, es la que hace que su medIa-
modo, se inaugura «su participaci6n materna en la vida de ci6n intercesora sea verdaderamente materna con respecto a
Jesucristo, su Hijo», que Maria «vivi6 hasta el final de acuer- Cristo ante el que intercede, y con respecto a nosotros por
do con su vocaci6n a la virginidad» 70, es decir, con coraz6n quienes intercede. . ., .
indiviso. Maria mantendra su «sf» de la anunciaci6n hasta el Esta realidad matiza siempre la medlaclOn mtercesora de
Calvario. Pero ya por ese «sf» «Maria entraba de manera muy Maria con una nota de singularidad. En la espe~a de Pente-
personal en la unica mediaci6n "entre Dios ~ 10s hombres", costes, Hch 1,14 describe una primitiva cO~~nldad orante:
que es la mediaci6n del hombre Cristo Jesus» I. Juan Pablo II 10s once «se dedicaban asiduamente a la oraClOn, con al~unas
evita aplicar el tt~rmino «mediaci6n» s610 a la actividad inter- mujeres, y Maria la madre de Jesus y 10s herman?s de este».
cesora de Maria; por el contrario, ya su cooperaci6n durante Pero una comparaci6n de textos neotestamentanos, aunque
su vida terrena, que se inaugura con el «sf» de la anunciaci6n aparentemente sin relaci6n, fntimamente cone~os 76, n:uestra
y que se prolonga en el mantenimiento de ese «sf» hasta la que, en ese grupo que ora, el papel de Mana es smgular
cruz de su Hijo Jesus, «es precisamente esta mediaci6n subor- porque es materno.
dinada a la mediaci6n de Cristo» 72. «En la economfa de la gracia, actuada bajo la acci6.n
No puede olvidarse que el tema de Maria como «nueva del Espiritu Santo, se da una particular correspondencla
Eva», el tema mas antiguo de la fe de la Iglesia sobre Maria, entre el momenta de la encarnaci6n del Verbo y el del
subyace a la Endclica Redemptoris Mater 73. Mas aun, la nacimiento de la Iglesia. La persona que une, estos dos
Endclica yuxtapone a el el titulo equivalente de «Madre de momentos es Maria: Maria en Nazaret y Marza en. el ~e-
10s vivientes» 74. Tanto 10s autores citados por la Endclica a ndculo de Jerusalen. En ambos casas su pre.se~cla dIS-
prop6sito de Maria como «nueva Eva» (San Justino, San creta, pero esencial, indica el camino del "naCImiento del
Ireneo, Tertuliano), como ella misma, anudan su teologfa, en Espiritu"» 77.
este punto, con la anunciaci6n 75. La respuesta de fe de Maria
Cristo, para nacer, fue engen~rado d.e Maria I?o.robra del
Espfritu Santo. Para que ~a IgleSIa comlence a VIylf en Pen-
69 Cf. RM 39: AAS 79 (1987) 412-414. Recuerdese la teologia de 1 Cor

7,32-34, sobre la relaci6n entre virginidad e indivisi6n del coraz6n, recogida en


tecostes 78, fueron necesanas, por volunta~ de Cnsto,}~ me-
LG 42: AAS 57 (1965) 48. diaci6n intercesora de Maria y 9ue la v.e,nlda del ESPlflt~ se
70 RM 39: AAS 79 (1987) 412-413. realizara precisamente por su mterceSlOn materna. «ASI la
71 RM 39: AAS 79 (1987) 414.
72 Ibid.
que est a presente en el mis~.erio de Cristo como ~~dre, se
13 Cf. RM 13, nota 30: AAS 79 (1987) 375; 19, nota 41: AAS 79 (1987) 383;
hace -por voluntad del Hilo y por obra del ESPlfltu San-
37, nota 91: AAS 79 (1987) 409 (en los dos primeros casos se aduce a San to- presente en el misterio de la Iglesia» 79.
Ireneo; en el tercero, a San Justino, San Ireneo y Tertuliano).
74 Cf. RM 19, nota 42: AAS 79 (1987) 383; 37, nota 92: AAS 79 (1987) 409. 76 Cf. J. RATZINGER, «Das Zeichen der Frau ... », a.c., 107-110.
EI titulo procede de SANEPIFANIO,«Pan arion 3, 2: haeresis 78, 18», en F. 77 RM 24: AAS 79 (1987) 392-393.
OEHLER,Corpus haeresiologicum 2/3 (Berolini 1861) 432, 434 (PG 42,728, 78 Preseindiendo de las discusiones clasicas sobre el momento de la funda-
729). ci6n de la Iglesia, en el sentido en que aparecen, por eJemplo, en J. SALAVERR1,
" La nota 30 de la Enciclica (AAS 79 [1987] 375) se refiere a estas pala- «De Ecclesia Christi», n.151-153, en PATRESSOCIETATIS IESUIN H.1SPANIA PRO-
bras: «Tempus "decretorium" fuit annuntiatio, et ipsa verba Elisabeth: "Et FESSORES,SThS, O.c., 1,540-542, es claro que la IgleSia reCibe la Vida al reClblr
beata quae credidit", ad hoc ipsum temporis momentum imprimis referuntur». al Espiritu que es su alma.
En esa misma nota, el Papa aduce los dos pasajes de San Ireneo que he citado 79 RM 24: AAS 79 (1987) 393.
mas arriba en la nota 29. Vease igualmente la referencia a la anunciaci6n en
RM 19: AAS 79 (1987) 383, al citar a SANIRENEO,Adversus haereses 3,22,4:
SC 211, 442 Y 444 (PG 7,959-960).
continua obteniendonos los dones de la salvaci6n eterna. Con
su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo que to-
La mediaci6n de Maria en el sentido de coop era CIon davia peregrinan y se hallan en peligros y ansiedad hasta que
activa a la obra de la redenci6n tiene su punto de partida en sean conducidos a la patria bienaventurada» 85. «De este
su asentimiento libre ala encarnaci6n del Logos; en ese asen- modo la maternidad de Maria perdura incesantemente en la
timiento se expresa su actitud de Sierva del Senor que con Iglesia como mediaci6n intercesora, y la Iglesia expresa su fe
fidelidad plena (virginal) mantendni durante toda su vida y, en esta verdad invocando a Maria" con los titulos de Aboga-
como «compasi6n», junto a la cruz de su Hijo. Con la muer- da, Auxiliadora, Socorro, Mediadora"» 86.
te de Jesus se cierra la cooperaci6n mediadora de Maria a la Es evidente ~ue por la asunci6n se realiza en Maria una
realizaci6n misma de la obra salvadora de Jesus sobre la tie- exaltaci6n regia 8 • Pero asi como servir a Cristo equivale a
rra. Unavez que Cristo resucita y sube al cielo, Maria ejercita reinar, tambien la glorificaci6n regia con Cristo es una «glo-
su mediaci6n como intercesi6n, incluso en el tiempo en que ria de servin>. Por ello, Maria, «asunta a los cielos, no termi-
Ella vivi6 todavia sobre la tierra (d. Hch 1,14). Pero es con na aquel servicio suyo salvifico, en el que se manifiesta la
su asunci6n en cuerpo y alma al cielo como Maria, uniendose mediaci6n materna, "hasta la consumaci6n de todos los ele-
plenamente a la liturgia celeste, llega a la culminaci6n de su gidos"» 88. Ya Pio XII en su Enciclica Ad caeli Reginam habia
mediaci6n intercesora. Ya San German de Constantinopla explicado el ejercicio actual de la realeza de Maria por una
«vio la asunci6n de Maria como un presupuesto necesario asociaci6n a la funci6n median era de Cristo a traves de los
para ~ue Maria llegara a ser medianera de todos los hom- siglos. Aparte de que «de esta uni6n con Cristo Rey deriva
bres» 0. En efecto, «en virtud de la asunci6n, que significa en Ella tan esplendorosa sublimidad que supera la excelencia
una presencia nueva y mas cercana a los hombres sobre la de todas las cosas creadas; de este misma uni6n con Cristo
tierra, Maria es la medianera para todos los hombres pecado- nace aquel poder regio, por el que Ella puede dispensar los
res» 81. tesoros del Reino del Redentor divino; finalmente, en la
Es importante advertir que la actividad median era de misma uni6n con Cristo tiene origen la eficacia ina§otable de
Maria tuvo sentido maternal en todos los estadios en que se su materna intercesi6n ante el Hijo y el Padre» 8 • En este
realiz6. Con su cooperaci6n y por su cooperaci6n a la obra parrafo de Pia XII, ademas de una primera alusi6n a la rea-
salvadora de Jesus sobre la tierra, «fue nuestra Madre en el leza de excelencia que es realeza en sentido impropio, se
orden de la gracia» 82. En su oraci6n durante la espera de describe el ejercicio de la realeza de Maria como intercesi6n
Pentecostes, Maria tiene tambien «una presencia materna» 83. materna ante el Hijo y el Padre, y como poder regia de
«En efecto, la Iglesia naciente era fruto de la cruz y de la dispensaci6n de los tesoros del Reino de Cristo. Si no me
resurrecci6n de su Hijo. Maria, que desde el principio se engano, este segundo elemento anade al primero una alusi6n
habia entregado sin reservas a la persona y obra de su Hijo, a que las gracias por cuya aplicaci6n Maria intercede cons-
no podia dejar de volear sobre la Iglesia esta entrega suya tituyen un tesoro en cuya adquisici6n Maria, como nueva
materna» 84. Finalmente, «asunta a los cielos, no ha dejado
esta misi6n salvadora, sino que con su multiple intercesi6n 8J LG 62: AAS 57 (1965) 63, citado pOI' RM 40: AAS 79 (1987) 415.
86 RM 40: AAS 79 (1987) 415. Las ultimas palabras son una cita de LG 62:
80 T. HORVATH, «Germanus of Constantinople and the Cult of the Virgin AAS 57 (1965) 63. Algun comentarista del texto conciliar atribuyo mucha
Mary, Mother of God, Mediatrix of all Men», en PONTIFICIAACADEMIAMARIA- importancia al hecho de que en el se diga «B. Virgo in Ecclesia, titulis Advo-
NA INTERNATlONALlS,De eullu mariana saeculis VI-XI, O.c., IV, 288. catae, Auxiliatricis, Adiutricis, Mediatricis, invocatur» y no «ab Ecclesia». En
81 Ibid. EI texto de San German de Constantinopla citado mas arriba en la to do caso, es claro que en la mente de Juan Pablo II con estos titulos «Ecclesia
nota 15 llama a Maria: <<lamedianera realmente bondadosa de todos los peca- fidem in hanc veritatem enuntiat».
dores». 87 Cf. RM 41: AAS 79 (1987) 417.
82 LG 61: AAS 57 (1965) 63, citado RM 38: AAS 79 (1987) 412. 88 RM 41: AAS 79 (1987) 417-418. Las ultimas palabras ewin tomadas de
8J RM 24: AAS 79 (1987) 393. LG 62: AAS 57( 1965) 63.
84 RM 40: AAS 79 (1987) 414-415. 89 AAS 46 (1954) 635.
Eva, ha colaborado y sobre el cual, en ese sentido, al inter- Mediador (l Tim 2,5) realiza, tambien EI, con su intercesion
ceder, posee un cierto poder regio. Pio XII describe ulterior- ante el Padre (Rom 8,34; Heb 7,35), su poder, que es espe-
mente la intercesi6n celeste de Maria con estas palabras: dficamente diverso y superior que el de cualquier perso-
na creada 97. No dudo que la alusion de Pio XII, segun la
«Con animo verdaderamente materna hacia nosotros
y tratando los asuntos de nuestra salvacion, esta solfcita
cual Maria Reina intercede a fa derecha de su Hi/o, es igual-
por todo el genero humano; constituida por el Senor mente expresion de poder, y apuntaria a la situacion glorifi-
Reina del cielo y de la tierra, exaltada sobre todos los cad a de Maria par la asuncion. Ya G. Jouassard vio en la
coros de los angeles y sobre todos los ordenes de los asuncion-realeza de Maria una cierta analogia con la
santos del cielo, presente a la derecha de su Hijo unige- ascension-sesion de Cristo 98.
nito, Nuestro Senor ]esucristo, con sus suplicas maternas
obtiene audiencia ~oderosisima, encuentra 10 que busca
y no puede fallar» .

Pablo VI, en su Credo) profesa que las almas de los justos La historia reciente del movimiento teologico en torno a
«participan tambien, ciertamente en grado y modo diverso la mediacion universal de Maria muestra que este produjo
juntamente con los santos angeles, en el gobierno divino d~ frutos valiosos, pero tambien que se cerro sin haber conse-
las cosas, que ejerce Cristo glorificado, como qui era que in- guido una plena aceptaci6n de sus tesis en la Iglesia. Buena
terceden por nosotros y con su fraterna solicitud ayudan prueba de ello fueron las dificultades que se vivieron en torno
graridemente nuestra flaqueza» 91, es decir, ve en toda inter- a este titulo durante el Concilio Vaticano II 99. Creo que el
cesion celeste una cierta participacion en el gobierno de nuevo enfoque de Juan Pablo II en su Endclica Redemptoris
Cristo resucitado 92. Pero las palabras de Pio XII en la End- Mater sobre la mediacion de Maria, al insistir en su caracter
clica Ad caeli Reginam) que son una cita de Pio IX93, presen- maternal, abre nuevas perspectivas al titulo al colocado en
tan a Maria que intercede como Reina a la derecha de Cristo. conexion con las verdades mas fundamentales de la fe de la
Evidentemente, la clausula -ademas de aludir a los titu- Iglesia sobre Maria.
los espedficos de Reina con que Maria intercede (mater, 97 No es neeesario insistir en que la mediaei6n intereesora de una perso-
nidad divina y coop era cion a la obra salvadora) 94_, aun- na divina esta a un nivel absolutamente singular. Sobre eI sentido regio del
que diferente (falta el verbo sedet y en su lugar dice adstat) poder de intereesi6n de Cristo d.]. GALOT,Gesu Liberatore (Florencia 1978)
420-422. Para la evoluci6n de las f6rmulas de oraci6n en orden a conside-
evoca, en cierto sentido, las palabras del Simbolo Niceno- rar a Cristo como Mediador 0 como termino de la oraci6n, vease mas arriba
Constantinopolitano: «esta sentado a la derecha del Padre» 95. p.71-72.
98 «Royaute de Marie et Assomption», en ACADEMIA MARIANA INTERNATIO-
Esta formula cristologica, juntamente con la afirmacion de
NALlS,Maria et Ecclesia, o.e., V, 173-189.
la ascension que la precede inmediatamente (<<subioal cie- 99 Vease la deseripci6n que haee G. M. BESUTTI, La schema mariano al
10»), tiene en los primeros s~los cristianos un sentido de Cancilia Vaticano II (Roma 1966) 52-53, de la oposiei6n al titulo de «media-
victoria y, por ello, de poder . Por cierto, Cristo en cuanto nera» en eI Coneilio: «Suntnonnulli, sed pauci, qui eum magis minusve severe
reiiciunt. Unus pater asserit redeundum esse ad mediatorem Christum; alium
expedire ut titulus evaneseat; tertius potius loquendum esse de advoeata vel
90 AAS 46 (1954) 636-637. titulo simili quam de mediatriee; quartus titulum esse aut dilueide expliean-
91 Pro/essio fidei 29: AAS 60 (1968) 444. dum aut ab eo abstinendum. Episeopi linguae germ anicae et Seandinaviae
92 Como eomentario, d. C. Pow, El Credo del Pueblo de Dios, o.e., 233- titulum simplieem "mediatrix" non reiieiunt, sed reprobant titulum longiorem
234. "mediatricem omnium gratiarum": non enim beat am Virgin em dici posse
93 Bula Ine//abilis Deus: Acta Pii IX 1/1 (1857) 618. • mediatrieem gratia rum saeramentalium». Vease la refereneia que he heeho mas
94 Para este doble fundamento de la realeza de Maria d. Plo XII, Ene. Ad arriba en la nota 51. Mas datos sobre esta oposici6n en ibid., 127-128, 134,
caeli Reginam. AAS 46 (1954) 633. 137-144, 145-146.
95 DzS 150.

96 Cf.]. N. D. KELLY, Early Christian Creeds (Londres-Nueva York-Toron-


to 1950) 151.
CAPITULO XII
MARiA) REINA 1

La proclamacion de la realeza de Maria constituye, sin


duda, el acontecimiento de mayor trascendencia mariologica
del pontificado de Pfo XII despues de la definicion dopma-
tica de la Asuncion de Marfa (1 de noviembre de 1950) . No
es necesario insistir en que 1aimportancia de 1a definicion de
la Asuncion se c010ca a un nivel abs01utamente superior. La
proclamacion de la rea1eza se hizo con 1a Endclica Ad caeli
Reginam (11 de octubre de 1954)3. Pero tuvo su prolonga-
cion en 1a coronacion de la imagen de Marfa Salus Populi
Romani ell de noviembre de 1954 yen 1aimportante alocu-
cion que el Papa pronuncio con esta ocasion 4. No puede
dudarse que la fecha estaba deliberadamente elegida para
que, a distancia de cuatro aiios, se profundizara el tema de
exaltacion de Marfa contenido en su Asuncion.
En to do caso, el relieve de 10s dos actos, conexos entre
sf (la Endclica y 1a coronacion-a10cucion), en 10s que Pfo XII
quiso hacer consistir su proclamacion, estuvo fuertemente
subrayado por otros elementos. En 1a proclamacion de 1a

I Cf.]. A. DE ALDAMA,«Consideraciones sobre la realeza de Nuestra Seno-


ra», en fD., Temas de teologia mariana, o.c., 53-67; H. CAZELLES,«La Mere du
Roi-Messie dans I'Ancien Testament», a.c., 39-56; ]. C. FENTON, «Our Lady's
Queenship and the New Testament Teachings», en ACADEMIAMARIANAINTER-
NATIONAL/S,Alma Socia Christi, o.c., III, 68-86; L. GALATI, Maria la Regina
(Roma 1962); A. GARCIA DEL MORAL, «La realeza de Maria segun la Sagrada
Escritura», a.c., 161-182; fD., «Santa Maria, la Guebirah mesianica», a.c., 3-70;
B. GHERARDlNI,Sta la Regina alta tua destra. Saggio storico-teologico sultaRe-
galitd di Maria (Roma 2002); L. M. DE GRUYTER,De beata Maria Regina. Dis-
quisitio positivo-speculativa (Buscoduci-Augustae Taurinorum 1934); A. LUIS,
La realeza de Maria (Madrid 1942); E. ROSALES,«La realeza de Maria en las
Sagradas Escrituras», en AA.VV., Actas del Congreso asuncionista /ranciscano
de America Latina (Buenos Aires 1949) 203-230; G. ROVIRA,Maria - die aller-
seligste Konigin-Mutter, O.c.; E. SMITH, «The Scriptural Basis for Mary's
Queenship»: MarSt 4 (1953) 109-115.
2 Const. apost61ica Munificentissimus Deus: AAS 42 (1950) 753-773.
J AAS 46 (1954) 625-640.

4 Aloe. Le testimonianze: AAS 46 (1954) 662-666.


realeza de Maria alcanzaba sus objetivos principales todo un titulo, es decir, de las palabras iniciales de la Endclica que
vigoroso movimiento pro regalitate Mariae que venia traba- promulgaba el Ano Mariano: Fulgens corona. De hecho, la
jando durante algo mas de veinte anos 5 y que propugnaba: expresi6n era reasumida muy poco despues en el parrafo
«Lola solemne proclamaci6n de la realeza de Maria; 2. la 0
final de la petici6n a favor de la proclamaci6n de la realeza,
instituci6n de la fiesta; 3. la inserci6n en las Letanias Lau-
0
firmada por 170 Superioras Generales: «Depositad, Santo
retanas de la invocaci6n Regina mundl~ ora pro nobis; 4. la 0
Padre, sobre la Cabeza Virginal de Maria la re/ulgente corona
consagraci6n del genero humano a la Reina celeste» 6; ya que que la muestre como Reina Soberana del universo junto al
la consagraci6n del genero humano a la Virgen se habia Rey inmonal de los siglos» 12. Pero me parece mas decisivo,
obtenido anteriormente en 19427, mientras que la inserci6n para pensar que el titulo de la Endclica aludia a decisiones
de la invocaci6n en las Letanias podia considerarse un obje- futuras, el hecho demostrado de que Pio XII venia reflexio-
tivo menor8, quedaba la instituci6n de la fiesta, a la que nando desde 1946 sobre el tema.
est aria ligada la proclamaci6n del titulo, como objetivo fun- En efecto, el 13 de mayo de 1946, al celebrarse el 29
damental. El movimiento lleg6 a presentar a Pio XII doce aniversario de las apariciones de Fatima, la imagen que se
volumenes de adhesiones que pedian la instituci6n de la fies- venera en la capelinha, fue coronada por voluntad del Papa.
ta; entre los que respaldaban esta petici6n, se contaban 1.040 Pio XII dirigi6, con esa ocasi6n, un importante radiomensaje
obispos (de ellos 51 cardenales y 8 patriarcas), unos 130 a la naci6n portuguesa I3, que el mismo calific6 de «mensaje
Institutos religiosos masculinos y 170 Superioras Generales de la realeza de Maria» 14, como recuerda en la Endclica Ad
de Institutos religiosos femeninos 9. caeli Reginam 15. Incluso antes de esta fecha, ya en 1942,
Por otra parte, Pio XII, que con la Endclica Fulgens parece haber mostrado su simpatia a los impulsores del
corona (8 de septiembre de 1953) habia promulgado un Ano movimiento pro regalitate Mariae 16.
Mariano para celebrar el primer centenario de la definici6n
dogmatica de la Inmaculada Concepci6n 10,10 hada conver-
1. La teologia de la Enciclica Ad caeli Reginam sobre
ger hacia la proclamaci6n solemne de la realeza como a su
cumbre mas aha 11. No creo casual la elecci6n misma del la realeza de Maria

5 Sobre el movimiento y sus modestos comienzos en 1933, d. 1. GALATI,


La teologia de la Endclica Ad caeli Reginam sobre la
Maria la Regina, o.c., 28-32; G. M. ROSCHINI, «Per la regaJita di Maria. Origini, realeza de Maria puede resumirse facilmente en tres posicio-
sviluppo e mete del movimento»: Mar 4 (1942) 225-240; 10., «Breve Commen- nes esenciales. En primer lugar, se insiste en que «el funda-
to all'Enciclica "Ad caeli Reginam"»: Mar 16 (1954) 412-414; A. SANTONICOLA,
«La regalita di Maria», en ACADEMIA MARIANA INTERNATIONALlS, Alma Socia (Plo XII, Ene. Ad caeli Reginam: AAS 46 [1954] 627). Cf. tam bien para este
Christl~ o.C., III, 150-156. pun to G. M. ROSCHINI, «Breve Commento all'Enciclica "Ad caeIi Reginam"»,
6 1. GALATI, Maria la Regina, 0.c.,29; G. M. ROSCHINI, «Per la regalita di a.c., 411-412.
Maria ... », a.c., 232-240. . 12 Citado par G. M. ROSCHINI, «Breve Commento all'Enciclica "Ad caeli
7 Para la fecha exacta cf. G. GEENEN, «La consecration du monde a Marie. Reginam"», a.c., 414.
Sa date "historique" et "officieIle"»: Mar 11 (1949) 318-338. 13 Radiomensaje Bendito seja 0 Senhor: AAS 38 (1946) 264-267.
B Por 10 demas, Pio XII habia concedido en 1937 al Vicariato de Suez 14 Asi se habria expresado Pio XII en la audiencia concedida a los miem-
insertar esta invocaci6n en las Letanias; cf. 1. GALATI,Maria la Regina, o.c., 34, bros del Movimiento internacional «pro regaIitate Mariae» el29 de diciembre
nota 31; G. M. ROSCHINI, «Per la regalita di Maria ... », a.c., 234-235. de 1949, segun el testimonio de G. M. ROSCHINI,«Breve Commento all'En-
9 Cf. G. M. ROSCHINI,«Breve Commento all'Enciclica "Ad caeli Regi- ciclica "Ad caeli Reginam"», a.c., 410-411.
nam"», a.c., 412-414. 15 AAS 46 (1954) 627. EI Papa remite alii a L'Osservatore Romano (19-5-
10 AAS 45 (1953) 577-592. 1946).
11 <<lamvero, ut multipIicibus hisce erga magnam Dei Matrem pietatis 16 Vease la referencia que hace G. M. ROSCHINI,«Breve Commento
Nostrae significationibus, quas christianus populus tam studiose prosecu' all'Enciclica "Ad caeli Reginnm"», a.c., 413, a una audiencia privada que Ie
tus est, quasi cumulum afferamus, itemque ut Marialem Annum, qui iam ad habria concedido Pio XII el 8 de noviembre de 1942 y en la que habl6 al Papa
exit urn vergit, feliciter utiliterque concludamus, utque instantibus petitionibus, sobre el Movimiento «pro regaIitate Mariae» y sobre la oportunidad de la
quae hac de causa undique gentium ad Nos pervenerunt, libenter conceda- instituci6n de una fiesta de la realeza de Maria; Pio XII habria dado a entender
mus, festum Iiturgicum Beatae Mariae Virginis Reginae instituere decrevimus» su simpatia tanto por eI Movimiento como por la propuesta de la fiesta.
384 P.IV.. Titulos marianos

mento principal, documentado por la tradi~i6n y.la sagrada . Pio XII ens en a tilteriormehte que «se debe llamar Reina
liturgia,enque se apoya la realeza de Maria, es llldudab~e, a la-Bienaventurada Virgen Maria no s610 por razon de su
mente su divina maternidad» 17.Pio XII recuerda que el an, maternidad divina; sino tarhbien porque, por voluntad di,
gel en la~nundaci6n .?escribe~l.futuro hijo_de M.aria com~ vina, tuvogmeexcelentisima. en Ja' obra de nuestra eterna
Rey: «sera Hamado HIJO del Alttslmo y el Senor DlOSIe dara, salvacion» '. Hay asi en Maria un doble titulo de realeza,
el trono de David SUipadre yreinani eternamente en la cas a paralelo de manera ana16gica con eldoble titulo por el que
de Jacob y su reino no tendni fin»(L~ 1,32-33); porque el Cristo es' Re~ seg6n la doctrina de: Pio XI en la Endclica
hijo es Rey se comprende que Isabel" lmpulsada por el Es" Quas primas 6. Pio XII 10 ensefia de modo sumamente con-
piritu Sant~, ~a proclam~: «Madre. del Senor» (Lc 1,43) 18, ciso:«corho CriSto, nlievo Adan,es nuestro ReYhd s610 por
Esta perspecttva se conhrma ultenormente con unas pala- ser Hijo de Dios, sino tambien por ser 'Redentbr' nuestro,
bras de San Juan Damasceno: «Verdaderamente fue Senora as!, con una derta analogia, se. pl1ed~ jgua1~en~~ afit:mar
de toda creatura euando fue Madre del Creador» 19. que la Bienayenturada Virgen ~s .Reina, nos61p por ser
El primer planteamiento es inequivoc?: prese~ta a Maria .Madre de Dios, sino tambien porql1e, como nl1evaEva, fue
como Reina por ser Madre del Rey. Marla es Rema, porque a.~C?ciadaal nuevo Adan» 27.Antes d~ la Endclica, A. Luis 28
«engendr6 un Hijo que, en el mismo momenta de su concep- y F. M. Schmide9 habian propuesto ya este pa:talelismo
ci6n en virtud de la uni6n hipostatica de la human a natura- analogico.
leza con el Verbo, era, aun como hombre, Rey y Sen~r .de E1.primer titulo de Maria para ser Reina se funda, como
todas las cosas»20. En este sentido, el enfoque de la EncI,chca veiamos, en su relaci6n matern~ a Cristo Rey. Su segundo
se distancia del que propuso L. M. de Gruyter, que vela en titulo de realeza introduce un nuevo tema de asociaci6n que,
Maria una espede de «mujer-rey»21, una autentica deI?osita~' a la 1uz de su prototipo, es, esponsalicia: la reladon entre el
ria del poder real, un poco a la manera como son rem as la nuevo Adan. y la nueva Eva. Ante ambas perspectivas, se
de Inglaterra 0 la de Holanda 22:Incluso mas que .ellas~al comprende que los. teologos que abandonaban el enfoque de
fin y al cabo, soberanas que reman, pero no goblernan, es De Gruyter «se dedicaron a establecer la esencia de la Rea-
decir, realezas casi simb61icas-, pues De Gruyter.se e~for~a- leza de Maria partiendo del conce~to de "reina", de laespo,
ba en encontrar en Maria las tres potestades (leglslattva, JU' sa 0 de la madre del bivino Rey» 0. En el fondo, para estos
dicial y ejecutiva) que constituirian la esencia de la rea}eza, dos titulos de realeza de Maria, paralelos. ana16gicamente a
en un grado inferior, pero conanalogia real a la teQlogl~ de 10s dos titulos por los que Cristo es Rey, habra que recurrir
Pio XI en la Endclica Quas primas, el cual, como es sabldo, respectivamente a la analogia con el concepto de «reina-
aplica ala realeza.de Cristo ~ste e~quema23. Por 1~demas, ya madre» con respecto al primero ycon. el de«reina~esposa»
antes de 1aEndchca Ad caelt Regtnam, como escnbe J. A. de con respecto al segundo. «Madre y esposa del Verbo» se ha
Aldama, «todos 10s teologos que investigaron entonces el podido poner como epigrafe que sintetiza toda la Mariologia
tema combatieron 1a soluci6n de De Gruyter» 24.
blMar 3 (1937) 19-75; M. Y. CONGAR, «Bulletin de Theologie, II: Theologie
17 AAS 46 (1954) 633. ..• speculative»: RSPhTh 29 (1936) 762; A. LUIS, La realeza de Maria, o.c., 123-
18 Ibid, . 127; 1D., «La realeza de Maria en los ultimos veinte anos»: EstMar 11 (1951)
19 Ibid. El pasaje eitado es SAN JUAN DAMASCENO,Expositio fidei, 87: PTS 221-251; G. M. ROSCHINI, «Royaute de Marie», en H. DU MANOIR, Maria, o.c.,
12,200 (= De fide orthodoxa 4, 14: PG 94,1157). ' l,612-618; A. SANTONICOLA,«La regalita di Maria», a.c., 146-149.
20 AAS 46 (1954) 633. " Ene. Ad caeliReginam: AAS 46 (1954) 633,
21 De beata Maria Regina. Disquisitio positivo-speculatifja, o.C., ,144-17,3. , 26 AAS 17 (1925) 598-599; DzS 3676,
22 Cf. R. GAGNEBET,«Le mode d'exercice de la royaute de Marte au clel ,a 27 Ene. Ad caeli Reginam: AAS 46 (1954) 635.
l'egard des hommes viateurs", en ACADEMIAMARIANAINTERNATIONALIS, Matza 28 La realeza de Maria, O.e., Ill.
et Ecclesia, o,e., V, 201-202. ". 29 «Our Lady's Queenship in the Light of "Quas primas"»: MarSI 4 (1953)
21 AAS 17 (1925) 599; DzS 3677. . 123-124.
24 J. A. DE ALDAMA,«Consideraeiones sobre la realez~ de ~uestra Senora,,; '0 J. A. DE ALDAMA,«Consideraeiones sabre la realeza de Nuestra Senora»,
a.e., 59. Veanse, como meros ejemplos, H. BARRE,«Mane, Reme du Monde»: a.e., 59.
de M. J. Scheeben 31. Ambos titulos expresan la doble rela- de una «reina-madre». Marfa es Madre del Rey-Mesias se-
cion de Marfa a Cristo. En el campo de la realeza, este doble gun Lc 1,32-33, y por ello es proclamada «Madre de mi
enfoque permite mantener con nitidez que: Senor» (Lc 1,43). Los estudios biblicos anteriores a la En-
«[. ..] en senti do pleno, propio y absoluto, solamente dclica no contenian en este punto ulteriores aportaciones
Jesucristo, Dios y hombre, es Rey; con todo, tambien decisivas 34.
Marfa, sea como Madre de Cristo Dios, sea como asocia- Me parece providencial que, sin pensar para nada en Ma-
da a la obra del divino Redentor en la lucha con los ria ni en problemas teologicos relacionados con Ella,
enemigos y en el triunfo obtenido sobre ellos, participa, el mismo ano de la proclamacion de la realeza de Marfa, G.
Ella tambien, de la dignidad real, aunque en modo limi- Molin publicara un importante articulo sobre La posicion
tado y anal6gico» 32. de la gebird en el Estado de ]uda35. Cuatro anos mas tarde
volveria sobre el tema R. de Vaux en su obra sobre Las
Finalmente, Pio XII ex plica el ejercicio actual de la rea-
instituciones del Antiguo Testamento, igualmente dentro de
leza de Marfa como una asociacion a la funcion medianera
un contexto carente de preocupaciones mariologicas 36. Estos
de Cristo a traves de los siglos. La union de Maria con Cristo
estudios se ven prolongados al ano siguiente, 1959, por un
Mediador es tal que la Virgen tiene por ella una superioridad
trabajo importante de H. Donner 37. COlTesponde a H. Ca-
sublime con respecto a todos los demas mediadores subordi-
zelles el merito no solo de haber advertido las posibilidades
l}ados, ya que su union con Cristo supera la que tienen con
que estos estudios ofredan para enriquecer el tema de la
El todos los angeles y hombres. Esta superioridad permite
reina-madre, sino de haber aplicado, por primera vez, las
hablar de una realeza de excelencia con respecto a todas las
conclusiones de los trabajos sobre la gebird a iluminar la
cosas creadas. De la union de Maria en Cristo nace aquel
figura de Marfa, aunque limitandose a esclarecer el texto
poder regio por el que Ella puede dispensar los tesoros del
importante de Is 7,14, y sin intentar una presentacion de
Reino del Redentor divino. Por ultimo, de la union con
conjunt038• Esto es mas bien 10 que pretendio A. Garda del
Cristo procede tam bien la eficacia inafotable de su inter-
Moral en su trabajo: La reafeza de Maria segun fa Sagrada
cesion materna ante el Hijo y el Padre 3 . En este parrafo de
Escritura 39.
Pio XII, ademas de una primera alusion a la realeza de ex-
La palabra gel;ira es la forma femenina del sustantivo
celencia (realeza en sentido impropio), se describe el ejerci-
masculino gebir. Este aparece solo dos veces en el Antiguo
cio de la realeza de Maria (en senti do propio) como interce-
Testamento, precisamente en las bendiciones de Isaac sobre
sion materna ante el Hijo y el Padre, y como poder regio de
Jacob (Gen 27,29 y 37) y tiene alIi el senti do de «senor»,
dispensacion de los tesoros del Reino de Cristo. Este ultimo
elemento significa que Marfa -y solamente Ella- actua en 34 Baste remitir a }. C. FENTON, «Our Lady's Queenship and the New
su intercesi6n sobre gracias a cuya obtencion coopero como Testament Teachings», a.c., 68-86; E. ROSALES,«La realeza de Maria en las
Sagradas Escrituras», a.c., 203-230; E. SMITH, «The Scriptural Basis for Mary's
nueva Eva.
Queenship», a.c., 109-115.
35 «Die Stellung der Gebira im Staate Juda»: ThZ 10 (1954) 161-175.
36 Les Institutions de l'Ancien Testament, I (Paris 1958) 180-182.
31 «Art und Herkunft des Amtes der Koniginmutter im Ahen Testament»,
en J. FRIEDRICH(ed.), Festschri/t (Heidelberg 1959) 105-145.
38 «La Mere du Roi-Messie dans I'Ancien Testament», en ACADEMIAMA-
En cuanto que Marfa es Reina por ser Madre de Cristo
RIANAINTERNATIONALlS, Maria et Ecclesia, o.c., V, 39-56.
Rey, su figura debe explicarse por analogia con la figura 39 A.c., 161-182; d. rD., «Santa Maria, la guebirah mesianica ... », a.c., 3-70.
Vease tambien C. Pow, «La regalitil di Maria in una prospettiva biblica», a.c.,
II Trad. esp. (Bilbao 1955); el titulo del original aleman es Die briiutliche 134-137; G. ROVIRA,Maria - die allerseligste Konigin-Mutter, o.c. Ademas del
Gottesmutter. Aus dem Handbuch der Dogmatik herausgehoben und fur wei- articulo que acabo de citar, he expuesto los datos esenciales del tema en mis
tere Kreise bearbeitet von C. FECKES (Essen '1951). trabajos: «Orientaci6n biblica, Iiturgica y ecumenica del euho mariano»: Est-
12 Ene. Ad caeli Reginam: AAS 46 (1954) 635. Mar 43 (1978) 224-227; «Maria, Madre nuestra y piedad mariana»: EstMar 48
lJ Ibid. (1983) 237-239; Maria en la Escritura y en la /e de la Iglesia, O.c., 162-168.
dignidad que Ie correspofide por derecho de primogefiitur~ nado de su hijo Abiyyam (1 Re 15,1-2), sino que continu6
y que Ie hace cabeza de Ia familia, ;al que los hermanos debefi siendolo tuando reina su nieto Asa (l Re 15,9-10) 46. Pero el
respeto y obediencia, e ificlusodivetsos servicios 40. Gebira eS titulo puede perderse por una acci6n indigna, que lleve a su
inicialmente el tratamientoque una esdava utiliza para did:! deposici6n como gebira. EIIQsucede precisamente en el caso
girse a su «senora»; asi, por ejempIo, el termino expresalil de Maaka, a quien el rey Asa desposee del titulo de gebira
relaci6n de Agar con Sara)' (Gen 16,4.8.9), y es igualmen~e por haber incurddo en delito de idolatria (l Re 15,13; d. 1
la palabra que re1aciona a Ia muchacha israelita,hechacalP Cr6n 15,16) 47.
tiva, con Ia esposa de Naamafi (2 Re 5,3) 41. ,Ii Es tambien lIamativo que, tanto en los libros de los Reyes
Pero el termino a'dquiri6 en Ios ambientes de la dinastfa como en Ios de las Cr6nicas, al nombrar a cad a rey de Juda,
davidica un sentido tecnico que es para nosotros de sumb normalmente se indique tambien el nombre de la ge-
interes. Con la palabra gebira se design a a la reina-madre 4h bira48• (No sera entonces significativo que la genealogia de
En este senti do encontramos el termino en 1 Re 15,13 . Sift Jesus en el Evangelio de San Mateo introduzca el nombre
embargo, Ia primera gebira que conocemos es Betsabe 43. Elld de su Madre (Mt 1,16)? Ademas de ser necesario como in-
me parece interesante porque es ella la primera mujer pot lit dicativo de la concepci6n virginal de Jesus en una sede en
que, despues de Ia profeda de Natan (2 Sam 7,12-16), co.! que con la f6rmula «engendr6 a» se pasa de padre a hij049,
mienza a cumplirse la promesa de Ia descendencia mesianiea, se retomaba con ello la antigua costumbre de la dinastia
que conducira a Jesus. " .~. davidica de citar el nombre de Ia gebira junto al del rey.
Ya el titulo honorifico gebira) senora, que se da a la «rei~ EI uso es caracteristico de la dinastia de David y, por
na-madre»' en la dinastia davidica, hace comprender que s~ tanto, del reino de J uda. La costumbre de citar a la
Ie atribuye un papel importante44. Ello es tanto mas llamati~ «reina-madre» junto al nombre del rey no existe cuando 10s
vo cuanto que a la «reina-esposa» en tales ambientes nunet{ libros de 10s Reyes y de las Cr6nicas se refieren a reyes de
se la llama maIka, como se hace efi el Antiguo Testamefitd Israel, es decir, del reino-norte. S610 una vez (2 Re 10,13) se
con toda naturalidad cuando se trata de consortes de rey~~ llama gebira a una «reina-madre» de Israel, a Jezabel, pero Ia
extranjeros (Vasti y Ester, sucesivas esposas pdmarias del feW expresi6n se encuentra en labios de nobles de Juda, paden-
Asuero, en ellibro de Ester 0 Ia an6nima esposa de Artajer- tes {«hermanos» en hebreo} del rey Ocozias50• Por el contra-
jes en Neh 2,6), ni se Ie atdbuye titulo alguno especial (aut!:!.
que exista el uso de una esposa prefedda a partir de la cu:a! 46 Para la discusion del caso (en eI que no hay motivo para retocar el
se hace normalmente la sucesi6n, como Maaka, hija de Abt texto), cf. G. MOLIN,«Die Stellung der Gebira im Staate Juda», a.c., 162-164.
47 Cf. A. GARCIADELMORAL,«Santa Maria, la Guebirah mesianica»,
salom, ~s la esposa preferida del rey Roboam en 2 Cr6rt
a.c., 23-24. Pienso que G. MOLIN, «Die Stellung der Gebira im Staate
11,21-22)45. Juda», a.c., 165, exagera al querer deducirde que Maaka haya sido depuesta
La dignidad era propiamente vitalicia. Ello ex plica q por Ul1 delito de idolatria, una cierta fun cion cultual de la gebira.
48 Vease la Iista completa de casos en A. GARCIA DELMORAL,«Santa Maria,
al motir Roboam, Maaka no s610 fue gebira en el corto rel
la Guebirah mesianica», a.c., 24-27. Garcia del Moral (ibid., 25) cree que las
dos excepciones (los dos casos en que se omite eI nombre de la gebira junto
40 Cf. H. KOSMALA, «gbr», en TWAI; I,'" 908-909. al nombre del rey: Joram y Ajaz) se explican como damnatio memoriae de la
41 Ibid., 909. Otros ejernplos de este uso serian Sal 123,2; Prov madre del rey por tratarse de reyes impfos. Mas sencillo serfa pensar que las
Is 24,2. respectivas «reinas-madres» hubieran muerto antes de que sus hijos subieran
42 A. S. VANDERWOUDE,<diem»,en THAT, II, 943. al trono; d. G. MOLIN,«Die Stellung der Gebira im Staate Juda», a.c., 164.
43 CI. G. MoLIN, «Die Stellullg der Gebira im Staate Juda", a.c., 16Ai 49 Cf. M. MIGUENS,The Virgin Birth. An Evaluation 0/ Scriptural Evi-

R. DEVAUX,Les Institutions de l'Ancien Testament, o.c., 1,180-181; A. GAR:.~~ dence (Westminster 1975) 90, Vease tambien O. KNOCH,«Die Botschaft des
DELMORAL«La realeza de Maria segun la Sagrada Escritura», a.c" 166.,' ,'·r Matthausevangeliums tiber Empfangnis und Geburt Jesu vor dem Hinter-
44 Sobr~ eI papel de la gebira, cf. G. MOLIN,«Die Stellung der Gebirll'ifitX grund der Christusverkiindigung des Neuen Testaments», en K. S. FRANK-
Staate Juda», a.c., 165. ., R. KILIAN- O. KNOCH,G. LATTKE- K. RAHNER, Zum Thema Jung/rauengeburt
45 Cf. A. GARCIA DELMORAL,«La realeza de Maria segun la Sagrada Ese (Stuttgart 1970) 212-214.
'0 Cf. G. MOLIN,«Die Stellung der Gebira im Staate Juda», a.c., 173.
tura», a.c., 164. '
rio, parece que en Israella importancia y el titulo oficial se que se sento a su diestra» (1 Re 2,19). Los contrastes son
atribuian ala «reina-esposa», segal, que en el Sal 45,10 apa- sumamente fuertes y suponen una situacion completamente
rece a la derecha del rey51. nueva. Mientras que, en el primer casa, Betsabe se presenta
En el reino de J uda, la conexion entre la gebird y el rey con muestras de profunda postracion ante e1 rey, en el se-
se consideraba muy estrecha. Se comprende, por ello, que las gundo caso recibe muestras de pleitesia por parte del mismo
tristes palabras de amenaza de Jer 13,18 se dirijan, ala vez, rey. Por cierto, existe un antecedente ugaritico curioso de
a ambos; por cierto, el texto supondria que ambos ciiien esta proskynesis de Salomon ante Betsabe: una carta que e1
corona, a no ser que la expresion se tome como metaforica: mismo rey dirige a «la reina mi madre», en la que Ie dice que
«ha caido de vuestra cabeza vuestra magnifica corona». Igual- cae a sus pies, antes de comunicarle diferentes cosas57.
mente se menciona a la gebird (Nejusta) en Jer 29,2 (d. 2 Re A. Garda del Moral cree probable que la gebird tuviera
24,12) como deportada a Babilonia con el rey Joaquin Geco- alguna intervencion en el rito de entronizacion del rey; asi 10
nias) su hij052. sugeriria Cant 3,11: «Salid, hijas de Sion, aver al rey Salo-
No nos interesa aqui seiialar precedentes 0 paralelos de mon con la corona con que 10 corona su madre el dia de sus
la gebird en la tavananna de los hititas 53 ni detenernos en bodas, el dia de la alegria de su corazon» 58.La hipotesis es
54
10 que pueden ofrecernos los datos ugariticos 0 asirios , aun- tentadora. Pero choca con graves dificultades. Ante todo, en
que en el caso de Asiria es notable que «tanto la reina-madre el pasaje se trata no de la entronizacion, sino de las bodas.
como la reina[-esposaJ tenian una corte propia, palacio pro- Por otra parte, la exegesis del versfculo es oscura. Segun
pio, una cancilleria propia, guardia de corps propia, bienes A. Robert, se refiere, bajo la imagen de las bodas de Salo-
e ingresos propios»55. Me pareee mucho mas importante mon, al advenimiento del Mesias. Se compara esta venida
permanecer dentro del campo biblieo. En el, ya en el caso con un matrimonio en cuanto renueva y consagra para siem-
de Betsabe, la primera gebird, es llamativo el cambio radi- pre la alianza del Sinai, llevandola a su perfeccion ultima. La
cal de situacion que implica para ella el paso de reina-esp.osa madre del rey seria la nacion: el Mesias es hijo de la nacion
a reina-madre 56. de Israel, a la vez que su esposo en cuanto representante de
Para advertirlo basta abrir el libro primero de los Reyes Yahve. No se olvide que en el Antiguo Testamento la expre-
y leer sus dos primeros capitulos. En el c.1, vive todavia sion «hacer rey a alguno» se emplea casi siempre hablando
David y Betsabe es, por tanto, reina-esposa: «Entro, pues, del pueblo. «Asi es normal que la nacion corone, es dedr,
Betsabe adonde el rey en su camara [ .. .]. Betsabe se arrodi- haga rey al soberano mesianico, testimoniando con ello que
110y prosterno ante el rey» (l Re 1,15-16). Por el contrario, reconoce su dignidad y se somete libremente a su autori-
en el c.2, David ha muerto y Salomon es el nuevo rey ..Betsa- dad» 59.Por 10 demas, ya A. Calmet pensaba que el pasaje
be no es ya reina-esposa, sino reina-madre, gebird. Una nueva estaria sugerido por el papel jugado por Betsabe en el adve-
visita suya al rey se describe con estas sorprendentes pal~7 nimiento de su hijo Salomon al tron060, y realmente creo que
bras: «Llegose, pues, Betsabe al rey Salomon [ ... J, y el mo- sin ese recuerdo historico dificilmente se hubiera redactado
narca se levanto a su encuentro, se inclino ante ella y sentose en la forma que de hecho tiene.
en el solio, haciendo poner otro sitial para la madre del rey Aunque se trate de ideas mitologicas, tiene su interes, para
entender los origenes ultimos de la valoracion de la «reina-
51 R DE VAUX, Les Institutions de I'Ancien Testament, o.c., I, 182. madre», el convencimiento existente en la cultura asirio-babi-
52 G. MOLIN, «Die Stellung der Gebira im Staate ]uda», a.c., 165. Para la
equivalencia de los nombres Joaquin y]econias, d. F. X. RODRiGUEZMOLERO,
57 Cf. H. CAZELLES,«La Mere du Roi-Messie dans I'Ancien Testament»
«Los dos libros de los Reyes», a.c., 751, nota 8.
53 G. MOLIN, «Die Stellung der Gebira im Staate ]uda», a.c., 165-167. a.c., 43 -44. '
58 A. GARciA DEL MORAL, «La realeza de Maria segun la Sagrada Escritu-
54 Ibid., 168-171.
" Ibid., 169. ra», a.c., 165.
59 A. ROBERT- R. TOURNAY,Le Cantique des cantiques... , o.c., 158.
56 Ibid., 161; R. DE VAUX, Les Institutions de I'Ancien Testament, o.c.,
I, 181. 60 Para su posicion, d. ibid., 154.
lonicade que 10sreyeseran objeto de una adopcion divina qu~ mento conmemoraba a la «reina-madre» cuando mencionaba
tenia lugar en el seno mismo dela «reina-madre»; mas aun,a a los reyes de Juda. EnlaIglesia, junto al trono de Cristo, se
veces se describia esta adopcioncomo una intervencion sobreJ alza en gloria el trono quecorresponde a la dignidad de su
nat~ral~ue forma 0 transf,?rma el infante~eal en ~l seno de Madre, :como el de Betsabe allado del de Salomon.
aquella 6 . Se comprende aSlque se honremas a Ia rema que e~ La dignidad de 'gebird es vitali cia; Maria, la llevo en su
madre, que:a Iaque es esposa de un rey62. Recuerdo esta§ v~d~ terrena en plena santidad. Pero Maria hoy continua
ideas, porque Ia tealidad historica de la concepcion virginal de vlVlendo. EI dogma de la Asuncion nos enseiia que Maria se
Jesus por Maria superara a Ios mitos 63. 'll e~c.uent~~ a?ticipadaIl?-e?te en estado de resucitada 67.La ge-
En to do caso, para comprender Ia razon primaria de b, btra meslamca slgue vlVlendo en toda su· realidad existe,ncial
realeza de Maria, debemos ser conscientes de que Jesus es el y, por ello, sigue siendo tambien hoy «reina-madre».,
Mesias prometido en Ia profeda de Natan(2 Sam 7,12-16)¥{ EI punto de partida de su dignidad como geb/rd se situa
el Hijo de David, como 10 llamaron con frecuencia los que. en la intervencion milagrosa del Espiritu Santo que hace que
entraban en contacto conEl en su vida terrena 65.Segun las en su seno sea concebido virginalmente, el Rey rnesianico
palabras del angel en la anunciacion, es el trono de David el (ct Lc 1,35). Aunque he manifestado mis reservas al i11tento
que Dios va a entregar a Jesus (d. Lc 1,32-33). Se da una, de deducir de Cant 3,11 que historicamente la gebird co-
profunda intuicion en la multitud cuando el Domingo de ronara al rey en su entronization, en el caso de Maria no
Ramos, segun el relata de Marcos, aclama: «jBendito el reind puede negarse que Ella tuvo una intervencion decisiva en la
que viene de nuestro padre David!» (Mc 11,9). Ahora bien'; coronation del rey, en la uncion de la rtaturaleza humana por
porque Jesus recibe el trono davidico y porque su reino, la el Verbo en la Encarnacion. Y curiosamente, en consonancia
Iglesia, es el reino de David que se continua, nada tiene de con el texto del Cantar de 10s Cantares que habla de bodas,
extraiio que en la Iglesia encontremos las estructuras maS se trata de una uncion que ya en el periodo patristko se
caracteristicas de las tradiciones de esa dinastia. Aunque interpreto con sentido de desposorio entre el Verbo y su
pudieran indicarse otros datos,por ejemplo la institucioit: naturaleza humana 68.
de Pedro como «maestro de palacio» con el rito conocido de'
darle las Haves (d. Mt 16,19) 66, ciiiamonos aqui 'a un solo
dato: Cristo es el unico Kyriosdel reino mesianico; pero junto 3. Maria, Reina-esposa
a EI, aunque en grado subordinado (la gebird era inferioraf
rey), tendremos siempre que colocar y venerar la Figura de s\i Si nos dejamos encerrar en el marco de 10s textos que
Madre, como gebird mesianica, como ya el Antiguo Testa- reflejan un mesianismo real estricto 69,a tenor de cuanto . he-
67 «Beatissima Virgo Maria Immaculata, expieto terrestris vitae cursu, cor-
61 Cf. R. LABAT, Le caract~re religieux de la royaute assyro-babyloniet,}iJ pore et anima ad caelestem gloriam est assumpta et Filio suo, qui resurrexit a
(Paris 1939) 63-64. 'j,' mortuis, similis reddita, sortem omnium iustorum in antecessum accepit» (PA-
62 Cf. H. CAZELLES,«La Mere du Roi-Messie dans l'Ancien Testament»1 BLO VI, Pro/esslo fidel 15: AAS 60 [1968] 438-439). Sobre el contenido doc-
a.c., 41. " , ' trin~ de es~a fra~e, d. c,:. !'ozo, El Credo del Pueblo de Dios, o.c., 141-143.
63 Ibid., 49, evoca la dureza de expresi<Th de Gen 4,1: «He adquirido uti , «ComunctlO nupualls, Verbum et caro; huius coniunctionis thalamus
varon con Yahve». Se trata de la exclamacion de Eva, que acaba de recibir Iii virginis uterus. Etenim caro ipsa Verbo est coniuncta; unde etiam dicitur: "Ia~
promesa del Protoevangelio, con motivo del nacimiento de su' primer hijd; non duo, sed una caro". Assumpta est ecclesia ex genere humano, ut caput
Cazelles comenta: «Ce texte parait sou vent obscur et certains ten tent de Ie esset ecclesiae ipsa caro Verbo coni un eta, et cetericredentes membra essent
corriger. Mais n'y faut-iI pas voir au contraire que l'auteur saere souligne avec illius capitis» (SAN AGUSTIN, Enarratio in Ps. 44,3: CCL 38,495 [PL 36,495]).
force l'intervention de Dieu dans la maternite de la premiere Eve, figure de la «Verbum enim sponsus, et sponsa caro humana; et utrumque un us Filius Dei
maternite de Ia mere du Messie?». et idem fili';ls hominis; ubi factus est caput ecclesiae, iIle uterus virginis Maria~
64 La profeeia, muy compendiada en 2 Cron 17,10-14, tiene su solemne thalamus ems» (SAN AGUSTfN; Tractatus in Iohannis Evangelium 8, 4: CCL
eco biblico en Sal 89. ", I 36,84 [PL 35,1452]).
65 Cf. J. CABA, El Jesus de los Evangelios (Madrid 1977) 147-153. 6,9 Vease como concibe ese dossier de textos ]. COPPENS, Le messianisme
66 R DE VAUX, Les Institutions de [,Ancien Testament, o.c., I, 199-200. royal (Paris 1968) 201·217. ,
mos expuesto hasta aqui, la realeza de Maria deberia in- Figura de Maria esta en el texto en sentido plenior. No es
terpretarse exclusivamente a partir del concepto de «reina- este el momenta de justiFicar esta mi posicion exegetica,
madre». No se olvide que solo esta, y no la «reina-esposa», sino de remitir a 10 que sobre ella he escrito mas arriba 76. En
tenia un papel oficial en las costumbres de la dinastia davi- todo caso, a nivel profundo del sentido plenior permanece-
dica. Pero es necesario abrir el horizonte y estudiar tambien ria ese lazo entre Cristo y Maria, como Rey Mesias y gebird
la promesa de Gen 3,15, que conocemos con el nombre de mesiahica.
«Protoevangelio» 70. Tambien en Gen 3,15 tendriamos asi la Figura de Maria
El verskulo pertenece al documento yahvista. Como han como la de «reina-madre» con respecto al Rey Mesias. Pero
defendido B. Rigaux 71 y, siguiendolo, H. Cazelles 72, el do- el Protoevangelio insinua una asociaci6n de Maria en la lu-
cumento procederiadel siglo X antes de Cristo y seria con- cha de Cristo contra la serpiente y sus secuaces (su linaje) y,
temponineo de la monarquia, la cual estaba fuertemente consiguientemente, tam bien en la victoria que es el resultado
impregnada del mesianismo real que encontramos en la de esa lucha. Esta asociacion en un combate que conduce el
profeda de N atan. Ello hace que el texto culmine de Rey Mesias, que en este sentido seria tambien «Imperator»,
manera que «todo se hace en fun cion de un pueblo, por es decir, jefe militar 77, es muy superior a la que podria su-
el jefe de este pueblo elegido» 73. Sobre este trasfondo pue" ponerse en la gebird, cuyo papel no era propiamente el de
de entenderse el movimiento logico del verskulo: «Esta- una rein a co-reinante 78. Ello aparece en la medida en que
blezco enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y su Gen 3,15, al presentar a Maria, en sentido plenior, tras la
linaje: el te aplastara la cabeza y tu Ie acecharas el calcaiial» Figura de Eva, la describe como la futura «nueva Eva».
(Gen 3,15). EI tema adquiere su plena desarrollo y su plena cancre-
La oposicion de los linajes colectivos de la serpiente y de ci6n en la patristica del siglo II79. Como ya hemos tenido
la mujer en 15b desemboca en la victoria total que realiza un ocasion de verla 80, en un breve arc a de tiempo el tema apac
individuo concreto en 15c, que solo puede ser el Mesias 74.
Ortensio da Spinetoli cree poder descubrir directamente, en 76 Vease mas arriba p.160-163.
sentido literal inmediato, en «la mujer» la Figura de Maria; 77 Cf. E. PETERSON, «Christus als Imperatot», en ID.,Theologische Traktate
si «ellinaje» concreto de 15c es el Mesias, Cristo, «la mujer~> (Munich 1951) 149-164.
78 Resulta extrafia la argumentacion de A. GARCIADELMORAL,«Santa
de 15a sera la gebird mesianica, Maria 75. Personalmente creo
Marfa, la Guebirah mesianica», a.c., 27, a favor de que la gebira fuera estric-
que «la mujer» en sentido literal inmediato es Eva por exi- tamente una dignidad co-reinante: 1 Re 2,19, atestigua la concesion de «otro
gencias del contexto en el que hd'iHd se refiere siempre a sitial para la madre del rey»; ello seria sinonimo de co-reinar; tanto mas si se
ella; pero deFiendo a la vez que es necesario aFirmar que la advierte que al «gran visir» se Ie concede todo poder, excepto precisamente
«el trono» (cf. Gen 41,40). Cf. tambien ya anteriormente A. GARCIA DELMORAL,
«La realeza de Maria segun la Sagrada Escritura», a.c., 166. Tengo la impre-
70 Sobre el origen de este apelativo, cf. G. M. ROSCHINI, «Come e quando sion de que salta de un tema a ouo completamente distinto. Lo que se preten-
e sorto in nome di "Protovangelo"», a.c., 344-347. EI primero en haber utili- de decir en Gen 41,40 es claro: plenos poderes, pero sin realeza. Por el con-
zado esta denominacion fue el teologo protest ante Lorenzo Rhetius, quien trario, no veo por que Garcia del Moral excluye la posibilidad de un trono
escribe en 1638: «Protoevangelii enim nomen meretur, quia est prim urn Evan- honorifico sin plenos poderes ..Decir que «sentarse en el trono es sinonimo de
gelium, laetum istud nuntium primum, quod genus humanum gratia Dei pri- comenzar a reinat» no justifica nada; los textos a que apela (l Re 16,11; 2 Re
vatum erexit» (Evangelium Primum, hoc est, Scholastica consideratio, dulcissi- 13,13) se refieren a reyes y, por ello, no iluminan el sentido de 1 Re 2,19, a
mae, simul ac antiquissimae Promissionis, De Semine Mulieris, n.2 [Gedani pro~osito de la gebira.
1638] p.l). Cf. T. GALLUS,Interpretatio mariologica Protoevangelii (Gen 3,15) , «Maxime autem illud memorandum est, inde a saeculo II, Mariam Vir-
posttridentina ... , o.c., I, 194. ': ginem, a Sanctis Patribus veluti novam Hevam proponi novo Adae, etsi subiec-
71 B. fuGAUX,«La femme et son lignage dans Genese 111,14-15», a.c., tam, arctissime coniunctam in certamine ilIo adversus inferorum hostem, quod,
340-341. ; quemadmodum in protevangelio (Gen 3,15) praesignificatur, ad plenissimam
72 H. CAZELLES, «Genese 3,15. Exegese contemporaine», a.c., 96. Jl deventurum erat victoriam de peccato ac de morte, quae semper in gentium
73 B. RIGAUX, «La femme et son lignage dans Genese 111,14-15», a.c., 342. Apostoli scriptis inter se copulantur» (Plo XII, Const. apostolica Muni/icentis-
74 Cf. ibid., 342-343. simus Deus: AAS 42 [1950] 768; DzS 390l).
75 ORTENSIO DASPINETOLI, Maria nella Traditione Biblica, O.c., 147-148. 80 Vease mas arriba p.347-349.
receen San J ustino 81 i San Ireneo 82 y Tertulian083 coh rasgos El tema de la «segunda Eva» subraya primariamente la aso-
sustancialmente identicos: Eva dialogo con la serpiente, des; ciacion de Maria a la obra de Cristo, «nuevo Adam>86. La union
obedecioa Dios y, con ello, nos trajo muerte y ruina; Maria, de la nueva Eva al nuevo Adan constituyeun desposorio espi-
la nueva Eva dialogacon el angel, obedece aDios y asi nos ritual en orden a la obra de regeneration, como consecuencia
.841
'-
trae al Salvador y con Ella salvacion ,Es c aro que 1a escena, de lacualMaria 'sera la verdadera «Madre de los
aludida es la de la anunciacion. Por otra parte, es inimaginaj vivientes» (cf. Gen 3,20) 87. Esta colaboracion a la obra de la re-
ble queestos autores dependan entre si, si se consideran, a den cion no es meramente mediata, ya que la Encarnacion mis-
la vez, el breve tiempoen que se produce este consenso y la ma a la que Maria presta su consentimiento libre es en S1 mis-
misma dispersion geografica con que tien.e lugar. Ello induce ma salvadora 88. Se rninimizaria la colaboracion' de Maria
a pensar que todos ellostransmiten una tradicion anterior, 10 reduciendo su eficacia al hecho de que por el consentimiento
cual sugiere que la tradicion transmitida; al tener que ser de Maria se ha formado en SUSenoJesus, el cu~l,ttd.t1Uliy ttes
anterior al ano 150, deba considerarse como practicamente anos mas tarde; iba a morir por nosotros en la crHZ.En tal caso
apostolica 85. La conclusion es tanto mas verosimil cuanto se habria formado en Maria y de Maria la victima que poste-
que consta que la predicacionapostolica presentaba a Cristo riormente se inmolaria por nosotroS. Pero; de hechb,en el seno
con el titulo de «nuevo Adam>, como ha quedado consigna- de Maria no se formo solo elJesus historico de Nazaret, sino la
do en el mismo Nuevo Testamento (cf. 1 Cor 15,45). Cabeza del Cuerpo mistico, esdecir, de esegran organismo de
salvacion por incorporacion al cual nosotros nos salvamos 89.
, Maria, como nueva Eva, aparece esponsalicia,mente unida
81 «Porque. Eva, siendo virgen e inc:orrupta, habiendo concebido por al nuevo Adan en su obra de regeneracion. Pero si no olvi-
la palabra salida de la serpiente, dio a llfz desobedienc}ay muerte.; y Maria~ Ill.,
virgen, habiendo concebldo fe y alegna al darle eI angel Gabnel la bu.efia
damos el contexto; de mesianismo real en que el tern a se
nueva de queel Espiritu del Senor vendrfasobre ella y eI poder del Altislmo presenta, por primera vez, en Gen3,15, habra que ir mas alIa
la cubriria can su sombra, por 10 que tam bien 10 engendrado de ella, santo, de los planteamientos de la gebird mesianica y ver tam bien a
serfa Hijo de Dios, respondio: Hagase para mi segun tu palabra. Y de ~lIa Maria como «Reina-esposa» ,del ReyMesias.
nacio aquel de quien hemos demostrado, hablaron .tantas escrituras, pot q~len
Dios destruye la setpiente con los angeles y hombres que se Ie asemelah, No dudo que en Ap 12,1 hay, al menos, una superposi-
mientras que libra de la muerte a quienes se arrepienten de sus malas acciones cion de las figuras de Maria y de la Iglesia 90. Permaneciendo
y creen en Eh, (<<Dialoguscum· Tryphone Iudaeo», 100, 5-6, en ~.A~CHA~-
BAULT[ed.] , t.II [Paris 1909] 124 [PG 6,712]). Se trata del testimonIO mas
antiguo que se conoce sobre eI tema de la «segunda Eva»; d. J. A. DEALDAMA, 86 Es notable advertir como subyace eI tema de Marfa «nueva Eva» en la

Maria en la patristica de los siglos I y II, o.c., 268. Enciclica Redemptoris Mater de Juan Pablo II; d. n,13, nota 30: AAS 79 (1987)
82 «Et sicut ilia seducta est ut non obaudiret Deo, sic et haec suasa est 375; 19, nota 41: AAS 79 (1987) 383; 37, nota 91: AAS 79 (1987) 409.
obaudire Deo, uti virginis Evae virgo Maria fieret advocata» (Adversus haere- 87 RM 19, nota 42: AAS 79 (1987) 383-384; 37, nota 92: AAS"79 (1987)

ses 5191: SC 153248 [PG 7,1175]). «A fin de que una Virgen, venida a ser 409, alude aI titulo «Madre de los vivientes», practicamente equivalente al de
ab~g~da' de una vi~gen [Eva], deshiciera y destruyera la desobediencia virgi- «nueva Eva». EI titulo procede de SANEpIFANI0,«Panarion, 3, 2: haeresis 78,
nal» «<Demostracion de la predicaeion apostolica», 33, en E. ROMEROPOSE 18», en F. OEHLER,Corpus haeresiologicum, II/3 (BeroIini 1861) 432 y 434
[ed.], Fuentes Patristicas 2, 126). Vease eI comentario del primero de los dos (PG 42,728-729).
textos citados en A. ORBE,Teologia de San Ireneo, o.c., II, 263-278. 88 Se trata de Ia redencion ffsico-mistica de la que hablan no pocos Padres
83 «In virginem adhuc Evam irrepserat verbum aedificatorium mortis; griegos, especialmente los alejandrinos; d. 1. LONCKE,«De indole ac valore
in virginem aeque introducendum erat Dei "'verbum extructorium Vitae:.ut theoriae physico-mystieae redemptionis», a.c., 123-129.
quod per eiusmodi sexum abierat in per~itione'!l,'per eumdem ~e~um redl~e- .. 89 En este sentido, es interesante la teologia de San Agu,stin, para quien, en
retur in salutem. Crediderat Eva serpent!: credldlt Mana GabrIel!. Quod Ilia realidad, solo hay un predestinado: eI Cristo total. Y solo EI se salvara: «Sicut
credendo deliquit, haec credendo delevit» (De carne Christi, 17,5: CCL 2,905 [... ] praedestinatus est IIIe un us ut Caput nostrum esset, ita multi praedesti-
[PL 2,782]). nati sumus ut corpus cius essemus» (SANAGUSTIN, De praedestinatione sancto-
84 Para eI tema teologico, d..J. A. DEALDAMA, Maria en la patristica de los rum, 15,31: PL 44,983). Sobre todo este tema, d. R. BERNARD, «La predesti-
siglos I y II, O.c., 264-299; vease tambien ma's arriba p.353-354. nation du Christ total selon saint Augustin», en AA.VV., Recherches
85 Cf. ibid., 298; C. POZO;«EI Corazon de Marfa, Corazon de Ia Nueva Augujtiniennes, III (Paris 1965) 1-58.
Eva», a.c., 256-259, donde procuro matizar 10 que, a mi juicio, serfa eI conte- 90 Vease mas arriba p256-257. Por 10 demas, es conocido que eI tema de
nido de la tradicion apostolica primera. la «nueva Eva» aparece, de modo practieamente simultaileo y contemporaneo,
en el nivel de Maria, se habla de sus dolores de parto (v.2);
tu esclavo, porque mi Senor es tu Hijo. Por eso t6 eres
el nacimiento de Jesus que se produce esta en conexi6n lite- mi Senora, porque t6 eres la esclava de mi Senor. Por eso
raria con su elevaci6n al Padre (v.5). Todo ello hace suma- soy yo el esclavo de la esclava de mi Senor, porque t6 has
mente probable que se este aludiendo a la participaci6n sido hecha la madre de mi Hacedor"» 94.
dolorosa de Maria en el paso de Jesus de est a tierra al Padre
(el nacimiento para el cielo); por otra parte, es alIi, junto ala Es claro que el prestigio de Maria (su realeza de excelen-
cruz, donde fue proclamada Madre de «los que gl.\ardan los cia) tiene en su maternidad divina el fundamento ultimo,
preceptos de Dios y tienen el testimonio de Jesus» (Ap 12 17' aunque a ese prestigio tambien contribuya su cooperaci6n a
C f • In 19,26-27)
91 ' ,
, es decir, en cuanto nueva Eva, verdadera la obra salvadora. Esta cooperaci6n no es inteligible sino
Madre de los vivientes. No puede, sin embargo, omitirse que a partir de su maternidad. Radica exactamente en el modo
esta Figura se describe con rasgos de realeza de orden celeste: concreto como Dios quiso que se realizara la maternidad de
«una gran senal apareci6 en el cielo: una mujer vestida de Maria, es decir, a traves de su aceptaci6n libre.
sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una co- La actitud de imitaci6n y servicio con respecto a Maria,
rona de doce estrellas» (Ap 12,1). por fundarse en las relaciones existentes entre Ella ,y Cristo,
no nos separa de Cristo, sino que nos conduce a E1. Como
4. EI ejercicio de la realeza de Maria escribia el mismo San Ildefonso de Toledo, «asi se refiere al
Senor 10 que sirve a la esclava; asi redunda al Hijo 10 que se
Si volvemos al tema de la gebira, hay que subrayar que entrega a la Madre; asi pasa al rey el honor que se rinde a la
la «reina-madre» no gobierna 92. Como gebira mesianica, reina» 95.
Maria posee «una realeza de un genero completamente espe- Se reconocera ulteriormente que el poder de intercesi6n
cial, la de la Madre de un Rey efectivamente reinante. Por ello «es una manera indirecta, pero que eficaz, de intervenir en
no se trata de gobierno propiamente. La influencia de nuestra los asuntos de la conducci6n del reino» 96. Ahora bien, es
Reina es mucho mas discreta y mas suave, hecha de su poder curioso que Betsabe, en su primera intervenci6n como gebi-
sobre el coraz6n del Rey y de su incomparable prestigio con ra, se limita a interceder, a presentar un problema para que
respecto a todos» 93. Encontramos asi dos dimensiones en las el rey 10 resuelva: «Voy a pedirte una cosa insignificante, no
que Maria ejercita su realeza sobre nosotros.
Si nos fijamos, en primer lugar, en su prestigio, que tiene 94 JUAN PABLO II, Alocuci6n en el acto maria no nacional celebrado en la
plaza Eduardo Ibarra, de Zaragoza (6-11-1982),4: AAS 75 (1983) 308-309. EI
que ver con su realeza de excelencia 0 en sentido impropio, es texto citado es «De virginitate perpetua sanctae Mariae», 12, en V. BLANCO-
este el que nos hace sentirnos atraidos a su imitaci6n y a su J. CAMPOS,Santos Padres Espaiioles, o.c., I, 148 (PL 96,106). Lo que eI Papa
servicio voluntario. Encontramos aqui la fuerza que ha hecho llama «forma de devoci6m> no comienza simplemente con la primera aparici6n
que a 10largo de los siglos surgieran en la Iglesia tantos deseos de la palabra «servus» referida a la Madre de Dios, sino con la primera estruc-
tmaci6n de un minimo de espiritualidad de esclavitud con respecto a Maria.
de entrega a Ella, incluso en la forma de esclavitud. En San I1defonso se da ya esa estructmaci6n inicial en cuanto que se da una
primera fundamentaci6n teol6gica de la actitud de esclavo con respecto a
«San Ildefonso de Toledo, el mas antiguo testigo de Maria. Para la hisroria de la cuesti6n, d. J. A. DE ALDAMA,«Cultus mananus
esa forma de devocion que se llama esclavitud mariana, servitutis a primordiis usque ad Sanctum Anselmum Cantuariensem», en PON-
justifica nuestra actitud de esclavos de Marfa por la rela- T1FICIAACADEMIAMARIANAINTERNATIONALIS, De cultu mariano saeculis VI-IX,
cion que Ella tiene con respecto a Cristo: "Por eso soy yq O.c., IV, 403-426. Como comentario al discmso de Juan Pablo II en Zaragoza,
d. C. POZO, «EI discurso de s.s. Juan Pablo II en eI acto mariano nacional de
referido unas veces a Maria y otras a la Iglesia; aunque naturalmente con Zaragoza (6-11-1982)>>, a.c., 15-27; 10., «Presencia de Maria en la vida cat61i-
matices diversos de signifjcaci6n; d. ibid, p.354. ca», a.c., 31-43 (el mismo texto con algunos retoques).
91 Cf. F. M. KOESTER,«Apokalyptisches Weib», a.c., 308. 95 SAN ILDEFONSO, «De virginitate perpetua sanctae Mariae», 12, en
92 Vease mas arriba la nota 78 para la posici6n de Garcia del Moral y los V. BLANCO - J. CAMPOS, Santos Padres Espaiioles, O.c., I, 152 (PL 96,108).
motivos de mi discrepancia en ese punto. Citado por JUAN PABLO II, Alocuci6n en el acto mariano nacional 4: AAS 75
9l H. BARRE,«Marie, Reine du Monde», a.c., 35. (1983) 309.
96 H. BARRE,«Marie, Reine du Monde», a.c., 34.
me la niegues» (1 Re 2,20) 97. No siendo co-reinante, es este 2,5), intercediendo ante el Padre, ejercita su poder (Rom 8,34;
el modo propio como la gebira interviene en Ios asuntos de Heb 7,35); que es infinitamente superior al de cualquier per-
los que' son sus subditos.Asi ahora Marla, como gebira me- sona creada 106. Tambien la frase de Pio XII que expresa a
sianica, «con animo verdaderarneni:e materno hacia nosotros Maria intercediendo a la derecha de su Hijo debe explicarse
y tratando los asuntos de n~estra salvaci6n, esta solicit a por como fOrmula de poder, y estariaen relaci6n con la situacion
todo el genero humano; ccinstituiditpor el Senor Reina del glorifkada,.en que Maria ha entrado pdr su.asuncion"Como
delo y de la tierra, exaltada sobre todos los coros de Ids senalaba G. Jouassard, hay un cierto paralelismo entre la
angeles y sobretodos los 6rdenes de 10s satitos del delo; asuncion y la realeza de Maria, por una parte, y la ascension
presente a la derecha de su Hijo unigenito, Nuestro Senor y entronizaci6n de Cristo, por otra 107.
J esucristo, con sus suplicas maternas obtiene audiencia po- La historia ,liturgica de la fiesta de Maria Reina muestra
derosisima, encuentra 10 que busca y no puede fallar» 98. c6mo mediaci6n intercesora, asuncioh y reaIeza rde M,aria se
Como he indicado en el capitulo anterior99, Pablo VI en entrelazan estrechamente. Pio XIIdetermin6 que la fiesta de
su Credo 100 interpreta la intercesi6n de las almas de los sabtos Maria Reina se celebrara el 31 de mayo, dia en que en mu-
(y tam bien la intercesi6n de los angeles) como participaci6h chas Iglesias particulares se celebraba a Maria Medianera
en el *obierno que Cristo resuci~a?o eje~cita s~bre todas las universal de todas las gracias. La ordenacion posconciliar del
cosas 01. Pero el caso de la Santtslma Vltgen tleile aspectos calendario liturgicola ha situ ado el dia 22 de agosto, es decir,
singulares, como podra advertir quien tenga presente que las en la octava de la Asuncion como prolongacion de ese mis-
palabras de Pio XII en la Enddica Ad caeli Reginam, que son teria. Vnas palabras de la Constituci6n apost61ica Mum/ieen-
una cita de Pio IX 102, se refieren a la intercesi6n de Maria tissimus Deus senalaban ya esta conexi6n:
como it la intercesi6n de una Reina que esta a la derecha de «La semejanza de la divina Madre can el Hijo divino,
Cristo. En su frase, Pio XII alude a los titulos espedfitos de en cuanto a la noblezil y dignidad del alma y del cuerpo
Reina con que Maria intercede (maternidad divina y coope- -porque no se puede pensar que la celestial Reina este
raci6n a la obra salvadora) 103, yla f6rmula que usa tieile cierta separada del Rey de los cielos-, exige abiertament~ que
semejanza con las palabras «esta sentado a la derecha del Maria "no debe estar sino donde esta Cristo"» 108.
Padre» del Credo Niceno-Constantinopolitano 104, aunque no
coincide con ellas en cuanto que falta el verbo sedet, y en su Maria fue asunta porque es Reina, y una vez asunta ejer-
lugar se dice adstat. La f6rmula cristol6gica (<<sentado a Ia cita su realez.a con su intercesion junto a Cristo: la gebira
derecha del Padre»), precedida por la afirmacion dela ascen- mesianica junto al Rey de los siglos.
sion «subi6 al cielo», se interpret6 en los primeros siglos
cristianos como afirmaci6n de la victoria de Cristo y, con ello,
como afirmaci6n de su poder 105. Cristo el Mediador (1 Tim

97 Para la problematica subyacente a la peticion de Betsabe, d. M. NOTH, Pio XII fundament6 la realeza de Maria en su maternidad
Konige, I. 1-16 (Neukirchen 1968) 33-34. , divina y en su cooperaci6n a la obra salvadora, y expIic6 su
98 PIa XII, Ene. Ad caeli Reginam: AAS ~6 (1954) 636-637.
99 Vease mas arriba p.378.
100 Pro/essio fidei 29: AAS 60 (1968) 444. na divina esta a un nivel absolutamente singular. Sobre eI sentido regio del
101 Como comentario, d. C. Pozo, El Credo del Pueblo de Dios, o.c., 233" poder de intercesion de Cristo, cf. J. GALOT, Gesu Liberatore, O.e., 420-422.
106 «Royaute de Marie et Assomption», en ACADEMIAMARIANAINTERNATlO-
234.
102 Bula Ine//abilis Deus: Acta Pii IX III (1857) 618. NALlS,Maria et Ecclesia, o.c., V, 173-189.
10.\DzS 150. 107 SACRACONGREGATlOfuruUM, Decretum (31-5-1955): AAS 47 (1955) 480;
104 Cf. }. N. D. KELLY, Early Christian Creeds, O.e., 151. en las p.470-480 pueden verse los textos para el Ofieio y la Misa.
105 Para la evoluci6n en las f6rmulas de oraei6n (consideraei6n de Cristo 108 AAS 42 (1950) 765-766. Las palabras que reproduzco entre comillas
como Mediador 0 como termino de oraci6n) vease mas arriba p.70-71. No 'es son una cita de SAN BERNARDINODE SIENA, «In Assumptione Beatae Mariae
necesario insistir ulteriormente en que la mediaci6n intercesora de una perso- Virginis», sermo 11, a.3, c.1, en Opera omnia, VI (Ad Claras Aquas 1959) 174.
ejercicio primariamente por su intercesion. EI tema de la gebi.
ra ofrece nueva luz para entender a Maria como Reina-Madre;
que ademas ejercita su realeza no gobernando, sino interce- CONCLUSI6N
diendo. Las conexiones del documento yahvista con las ideas
del mesianismo real dan coloracion regia al tema de la nueva LA MARIOLOclA DE JUAN PABLO II
Eva, que reaparece en el c.12 del Apocalipsis, donde una figu- EN SU ENClcLICA «REDEMPTORISMATER» 1
ra con esplendores de realeza es la verdadera madre de los
vivientes. Cuando en la «Salve» acudimos a Maria como a
«Reina y Madre de misericordia» sintiendonos precisamente
hijos de la primera Eva en el destierro, en nada nos separamos
de los gran des temas biblicos sobre Maria. EI 25 de marzo de 1987, solemnidad de la Anunciacion
a Maria, Juan Pablo II firmaba la Enciclica Redemptoris
Mater 2. Parece claro que el Pueblo de Dios esperaba de un
Papa como el actual un gran documento mariano. Se trata de
un Papa que ha llevado a su escudo papal no solo el anagra-
ma de Maria, sino las palabras Totus tuus, que sintetizan el
nucleo fundamental de su consagracion personal de esclavi-
tud mariana, hecha mucho antes de su pontificado y renova-
da ante la imagen de la Virgen de Czestochowa en su primer
viaje, como Papa, a Polonia 3; de un Papa que en sus viajes
aposto!icos no omite nunca la visita al santuario mariano mas
representativo de cada nacion, para desde eI fomentar con su
ejemplo y su palabra la piedad mariana de cad a pueblo 4. En
este sentido, puede decirse que Juan Pablo II, aun dentro de
su magisterio tan rico y abundante sobre la Virgen 5, estaba
«en deuda» con la Iglesia 6.
1 a. s. c. NAPIORKOWSKI(did, Matka Odkupiciela. Tekst i komentarze
(Lublin 1993); PONTIFICIA ACADEMIAMARIANAINTERNATIONAL/S,Redemptoris
Mater. Contenuti e prospettive dottrinali e pastorali (Roma 1988); ]. RATZIN-
GER- H. U. VONBALTHASAR, Maria - Gottes Ja zum Menschen. Enzyklika «Mut-
ter des Erlosers» (Friburgo de B. 1987); AA.VV., «Commel)taria in Litteras
Eneyclieas "Redemptoris Mater"»: Mar 50 (1988) 111-435; 10., Una luce suI
cammino dell'uomo. Per una lettura delia «Redemptoris,Mater» (Quaderni de
L'Ossservatore Romano, 6; Ciudad del Vatieano 1987); 10., «En el Ano Maria-
no»: Scripta Theologica 20 (1988) 101-220; 10., «Ann us Marialis. Commentaria
in Litt. Ene. "Redemptoris Mater"»: Seminarium 27 (1987) 405-604.
2 AAS 79 (1987) 361-433.

3 Vease la formula que pronuneio en el santuario de ]asna Gora el 6 de


junio de 1979: AAS 71 (1979) 833.
4 Vease, por ejemplo, durante su primer viaje a Espana, la importante
Alocuci6n en el acto mariano nacional celebrado en la plaza Eduardo Ibarra, de
Zaragoza (6-11-1981): AAS 75 (1983) 305-312.
, a. D. BERTETTO, Maria nel Magistero di Giovanni Paolo II. .., o.e.;
J. IBANEZ- F. MENDOZA,Juan Pablo II habla de la Virgen, o.e.
6 Posteriormente, a 10 largo de Ios anos 1995-1997, el Papa dedieo 70
bellisimas eatequesis en Ias audieneias de los miereoles a Ia figura de la San-

También podría gustarte