Zuik Acerca de Los Paradigmas Cosmoepocales

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 16

1

Acerca de los paradigmas cosmo - epocales.


Una travesía por los caminos conceptuales.

Las producciones estéticas se hallaron y hallan en ínsita relación con la coyuntura histórica, contexto o
aquí y ahora que determina sus especificidades. Considerarlas como conformantes de una mónada autónoma
con normas y legalidades propias e independientes de la mirada conceptualizadora de los hombres sobre el
mundo y el universo supone una visión elitista y anacrónica, imposible de ser postulada en la
contemporaneidad.
Paradigmas o modelos, cosmovisiones, Weltasnschauungen, productos y, a la vez determinantes de la
manera de concebir lo real, lo imaginario y lo simbólico, en cuanto ámbito de lo representacional, funcionaron
a lo largo de la diacronía histórica como legislaciones mediante las cuales, o normas a través de las que se
ha y se continúa elaborando la visión o mirada sobre... El Mundo, i.e. lo real en su conjunto, es la repre-
1
sentación que nos hacemos de él . Ninguna producción, en el ámbito en que se desa- rrolle puede escapar a
esta pautación. Sí es dable postular fisuras, desmembramientos, quiebres, rupturas, períodos de trans –
mutación conceptual que conducirán a la postu- lación de un nuevo paradigma o modelo, el cual a su vez
estará sometido a cambios que redundarán en una re – conformación conceptual fundante.
Conocidos en el ámbito de lo estético como códigos e idiolectos2 y plasmados en el concepto de
vanguardia3, en el terreno de la cientificidad se muestran bajo los términos de revoluciones científicas4.

Del paradigma cosmo...

La enunciación del término cosmo ... nos permite marcar su doble articulación, i.e. con lo gónico y lo
lógico sucesivamente. Los determinantes específicos de cada una de ellas variarán, dado que los tiempos en
que suceden son diferentes.
Sin embargo, es necesario señalar que el significante cosmos se correspondía en los inicios de lo filosófico
occidental con el significado o concepto de orden. Este orden del universo daba una experiencia del mismo
que permitía a su vez, que los hombres se orientaran como tales en su caminar por la vida.
Orden que se mostraba como fenómeno, i.e. lo que aparece universal, es decir, sucesión ordenada
de días y noches, estaciones, mareas, ciclos vitales, vida y muerte... La im – perfección del
hombre plasmada en la finitud, lo incitó a buscar explicaciones en diversas trascendencias. En co
– respondencia con este indagar el hombre buscó la causa que le permitiera establecerse en el
mundo y el universo para poder existenciar.

Cornelius Castoriadis en La constitución imaginaria de la sociedad dice al respecto: El imaginario


no es una imagen de. Es creación incesante y esencialmente determinada (social, histórica y psíquica) de
figuras / formas / imágenes; y sólo a partir de éstas puede tratarse de “algo”, o sea, “realidad” y
“racionalidad” son obras de la creación.
2
Umberto Eco; Estructura Ausente, Lumen, Barcelona, 1972.
3
Peter Bürger; Teoría de la Vanguardia, Península, Barcelona, 1987.
4
Tomas S. Khun; Las Revoluciones Científicas, F.C.E., Méjico, 1992.
2

Del paradigma cosmo – gónico.


Esta o causa fue pluralizada en los tiempos antiguos, para ser más exactos en aquellos previos al siglo VII
a.C. Así los dioses fueron aquellos en virtud de los cuales tenían lugar los acaeceres naturales y los
sucederes humanos. Determinantes aleatoriamente escrutables mediante las adivinaciones y los oráculos,
sus ritos se meta – morfosearon en narraciones y así devinieron : mitos. O sea, las acciones divinas que
marcaban los facta eran irreversibles en sus haceres. Los mitos que las narraban hacían a las legitimaciones
que los pueblos les otorgaban.
Todos los mitos, ya sean los antiguos o los primitivos en sentido levistraussiano, portan la misma
estructura, de modo tal que los elementos que constituyen sus contenidos son aleatorios en su consideración
como tales5.
De este modo, se des – velaban las incógnitas y preguntas que los humanos siempre plantearon acerca de
sí mismos, de los orígenes, de los fines, de las leyes y las legalida- des, de las éticas y las morales,
respondiendo a los interrogantes que el existenciar siempre proponía.
Estos mitos considerados luego por el etnocentrismo racional occidental posterior como irracionales en
tanto no respondían a las pautaciones de su propio paradigma, no fueron productos carentes de razón, sino de
una racionalidad diferente que normaba los condicionantes de acuerdo a las posibilidades históricas de los
hombres de esos tiempos. Suponer plausible re – componerlas es una arrogancia diociochesca. Los como y
por qué sólo pueden ser, como máximo, pre – sumidos. Los interrogantes y explicaciones acerca de las
imágenes de Altamira y Lascaux no pueden ser satisfechos más que por proyecciones posteriores que buscan
incorporarlas a los esquemas pautados por las teorías del poder en diferentes épocas.
Ya en el siglo IX a.C. Homero trataba en llíada, XIV, 201 y 302 el problema de los orígenes cósmicos,
asignándole la generación de los dioses a Océano y a Tetis, como madre, entre los devenires de la guerra
troyana, en la cual se entremezclaban las decisio- nes y rivalidades divinas con las determinaciones humanas.
Décadas más tarde en la Odisea refería el retorno de Ulises – Odiseo a Ítaca, luego de superar las
interminables pruebas a que los sometieran los titiriteros divinos.
Un siglo después Hesíodo relataba en su Teogonía6 los orígenes: el ser primordial (Caos), la fuerza
motora y generadora (Eros) y las sucesiones de las generaciones.
Como se advierte divinidades y mitos en un ensamble totalizador.

5
Claude Levi – Strauss; El Pensamiento Salvaje, F.C.E., Méjico, 1972.
Claude Levi – Strauss; Antropología Estructural, F.C.E., Méjico, 1970.
6
“Decidme, oh! Musas de las morada olímpicas!, cuál de los dioses fue el primero. Antes que
todas las cosas fue el Caos y después la Tierra (Gea), de amplio seno, asiento siempre sólido de todos los
Inmortales que habitan las cumbres del nevado Olimpo y el Tártaro tenebroso enclavado en las profundidades
de la Tierra espaciosa y Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales que libra de todas la preocupaciones
y subyuga en el ánimo de todos los dioses y todos los hombres la mente y el consejo prudente. Y del Caos
nacieron Erebo y la negra Noche (Nix);y de la Noche el Éter y el Día ( Hémera), pues los concibió al unirse
con Erebo. Y primero engendró la Tierra al Cielo estrellado (Urano) semejante a ella en grandeza para que
todo lo cubriese y fuese morada segura para los dioses dichosos. Y engendró después los grandes Montes,
agradables moradas de los dioses y de las ninfas, que habitan las montañas llenas de valles. Concibió
después a Ponto, el mar indomable y estéril, que al hincharse bate furioso, pero sin (el concurso) de amoroso
abrazo.” Hesíodo; Teogonía, 113 y ss.
3

Del paradigma cosmo – lógico.


Hacia fines del siglo VII comienza a cobrar fuerza un nueva visión paradigmática que se reflejaría en la
problemática cosmo - lógica. Ya el cosmos no se explicaría en relación a las voluntades divinas sino que se
co – respondería a las explicaciones del logos.
La búsqueda se orienta ahora hacia la arché - principio, i.e. aquello que contex- tualizaría no sólo
el tema del ser y el ghígnesthai o devenir sino también el del cambio, estrechamente relacionado
con aquél.
A través del tiempo se han ido sucediendo diferentes escuelas que lo considerarían de distintos
modos. Algunos lo postularon unicidad, v.gr Anaximandro como ápeiron - lo sin límites;
Anaxímenes como aire; Heráclito que con su panta rei, i.e. todo fluye lo pautaba fuego, Uno eterno
idéntico al devenir universal; Pitágoras y los pitagóricos número; Parménides como el ser. Fue él
quien a través de su frase tó ón eínai - el ser es enunció el principio de identidad que rigiera la
filosofía y la ciencia occidentales hasta principios del siglo XX.
Otros, constituyendo la segunda fase de estas investigaciones cosmológicas pensaron la arché como
múltiple; v.gr. Empédocles la consideró tierra, fuego, aire, agua, elementos que se unirían o separarían por
acción de las fuerzas del amor y la discordia respectivamente; los atomistas como Leucipo y Demócrito,
según los cuales el principio serían los átomos como lo indivisible.

La transición de lo gónico a lo lógico, como consideraciones explicativas del cosmos marca el paso de lo
mítico a lo filosófico, como modelo o paradigma epocal fundante de las miradas sobre. Dichos modelos
con – formarían las cosmo – visiones o maneras de mirar el mundo que, como es dable observar responden a
la coyuntura histórica que los contextuliza.

Es preciso señalar que en estas épocas no existía el concepto de arte. En Grecia se hablaba de techné y
technítes para designar indistintamente la póiesis de Fidias como el hacer del zapatero7. El nominar arte a
las producciones de esas épocas es una proyección de estéticas posteriores. Por ende, postulamos el
concepto de producciones estéticas como categoría conceptual designativa de estas creaciones. Es
necesario señalar, a su vez, que estas mismas proyecciones se realizaron respecto a América, historizando lo
aquí realizado bajo el nombre de arte precolombino. La cuestión es que en estas tierras el arte no
conformaba parte de sus cosmovisiones ni culturas. Lo denominado por Occidente artístico con sus
especifici -dades de unicidad, originalidad, autenticidad e inutilidad era, como tal, funcional, i.e. satisfacía
las necesidades de la comunidad, tal como sucedía en las culturas europeas previas al siglo XV, en el que el
cambio de paradigma con - lleva nuevas categorizaciones estéticas. Producciones en relación con las
divinidades, el poder, la muerte, la cotidianeidad. Las tan mentadas cerámicas, en exposición en
innumerables museos europeos no respondían a las pautas de contemplación en las que se encuentran

7
Aristóteles; Poética, Aguilar, Buenos Aires, 1968.
4
inscriptas, sino que satisfacían necesidades de los comunidades, tales como contener vino, aceite, agua,
cereales... Sus formas estaban indisolublemente unidas a su para que, i.e. su uso o utilidad, malgré los
estetólogos occidentales. Las diferencias de ornamentación se correspondían con aquellos a quien estaban
destinadas.
En el caso de lo americano es necesario realizar otra distinción categorial respecto a la proyección
occidental: lo pre – colombino como tal es pre – conquista, pues la llegada de Occidente a América se
plasmó en un doble genocidio: uno de sangre – miles de aborígenes fueron muertos en nombre de una
civilización que no era la nuestra – y otro cultural – se exterminaron culturas enteras en nombre de otra que se
consideró superior porque respondía a una cosmovisión considerada la única válida -.
Asimismo el término estética porta una correspondencia con la belleza que proviene de la pautación
8
realizada a mediados del siglo XVIII por Félix Baumgarten quien en su Aesthetica la definió como el ars
pulchri cogitandi, i.e. el arte de pensar bellamente.
El término estética no siempre significó belleza, pues en una consideración etimológica deviene de
aísthesis, o sea, percepción, la cual como es sabido involucra lo sensible y lo intelectual a la vez. La presente
propuesta supone la consideración del significante en correspondencia a la perceptualidad, dejando de lado la
posible o no belleza que el mismo sugiera. La contemporaneidad postula una estética de lo feo, lo cual
supondría una contradictio en los términos, más allá de que en ámbitos de lo psicoanalítico podamos
considerar lo bello de lo feo o viceversa.

Las reflexiones de Baumgarten se co – responden en la sincronía con el inicio de la conformación del


campo autónomo del arte. Esta suerte de no dependencia de normas extrínsecas se plasma en el anuncio
hegaliano del carácter de pasado del arte, también conocido como fin del arte. Esta auto – nomía implicaba
la necesidad de legitimación por instancias distintas de las que, hasta entonces, lo habían hecho, vgr. la
Iglesia, el Es- tado u otras instancias de poder. Sin embargo, el tan mentado arte ceñido a la catego- ría de
no – útil, no logra escapar al circuito de producción, distribución y consumo, convirtiéndose en mercancía y,
por tanto, producción con valor económico. Des – aparece el mecenas que sería reemplazado por el sponsor.
.

Del paradigma antropológico.


Principios del siglo V a C. Supuestas democracias en las polis griegas. Atenas, siglo de Pericles. La
necesidad de formar hombres hábiles en los manejos retóricos y dialécticos para ocupar los cargos políticos,
la importancia otorgada a las reuniones en el ágora o plaza, en suma las necesidades histórico – coyunturales
vuelven la mirada reflexiva hacia el hombre y sus problemáticas. O sea, es el hombre el centro y objeto de la
reflexión. Inicialmente los sofistas, suerte de maestros vagabundos9 mostraron el giro cosmovisional.

8
La Aesthetica de Baumgarten constaba de dos partes publicadas respectivamente en 1750 y la
segunda, fragmentariamente, en 1758. El autor afirmaba que la Estética era la ciencia del conocimiento
sensible o gnoseología inferior. A su vez, la perfección del conocimiento sensible era lo bello.
9
Werner Jaeger; Paideia, F.C.E., Méjico, 1973.
5
Coetáneamente, Sócrates plantea el conócete a ti mismo y Eurípides será repudiado por Nietzsche10 por
introducir lo humano y su cotidianeidad en lo trágico, desplazando a los dioses y mostrando en el plano de la
creación literaria el inicio de una nueva manera de considerar el todo. Ya no más determinaciones sagradas
desfilando por el escenario, sino simples problemáticas de lo humano.
En un planteo diacrónico tenemos las teorías elaboradas por Platón cabalgando entre los siglos V y IV y
luego a Aristóteles, maestro de Alejandro Magno, cuya muerte implicará el des – membramiento del imperio
y su posterior apropiación por los romanos, cons -tituyendo lo que se conoce como lo helenístico o lo greco –
romano, visión que se proyec- tará y entremezclará con lo romano en sí y el cristianismo primitivo en una
suerte de eclecticismo y amalgama cultural.
Platón y el neo – platonismo continuarán vigentes en Occidente y se proyectarán en lo cristiano, mientras
que Aristóteles y su peripatetismo serán tomados por los árabes y des- aparecerán de la escena europea hasta
el siglo XIII en que retornarán vía España, dada la invasión musulmana al sur de la Península en el siglo VIII.
Ejemplo de lo primero es San Agustín quien en sus Confesiones pauta la vigencia de los dos mundos
propuestos por el ateniense. Santo Tomás será el encargado de mostrar nuevamente a Aristóteles, aunque
11
interpolado por Avicena y la filosofía árabe.

Del paradigma teocéntrico.

El nacimiento de Cristo produce la marcación del fin de una Weltanschauung y el inicio de otra, si bien hay
un período de transición, como en los casos anteriores, en que se entre – mezclan conceptualizaciones,
saberes, creencias, éticas, morales y políticas diversas; i.e. todo aquello que con – fluye hacia una manera de
considerar el mundo.
Paulatinamente el cristianismo va divulgándose y ganando adeptos en las inmensidades territoriales
romanas, cuyas fronteras debían ser defendidas por ejércitos cada vez más problemáticos en cuanto a su
conformación. Límites ilimitados que producían severos conflictos en cuanto a guarecer los terrenos del
avance de los bárbaros12 .
La caída del Imperio Romano, producida en el siglo V no sólo obedeció a este tema de estrategia político
militar sino a la corrupción enclavada en el poder imperial mismo. Ya en el 323 el emperador Constantino,
se convirtió al cristianismo y levantó la prohibición que pesaba sobre la nueva religión. Marchará a Bizancio,
la refundará y la nominará Constantinopla – la ciudad de Constantino – dando así origen al Imperio Romano
de Oriente, que perdurará hasta 1453, año que la historiografía clásica utilizará como referente del inicio de la
Modernidad. Las catacumbas, mudo testigo del desfasaje religioso albergaba enterramientos paganos y
cristianos, a la vez que sus paredes ofrecían superficies para la plasmación pictórica de los contenidos de las
Sagradas Escrituras, entre las cuales aparece el Cristo Pastor llevando el cordero sobre sus hombros y
pautando una iconografía específica de lo que se conocerá como Paleocristianismo.. Lo icónico marcará

10
Frederic Nietzsche; El nacimiento de la tragedia, Alianza, Buenos Aires, 1993.
11
Avicena (980 – 1037) autor de los Comentarios a la obra de Aristóteles.
12
Recordemos que en Grecia el término barbarói, bárbaros designaba a todos aquellos que no
hablaban griego. Suponemos que en una apropiación realizada por lo cultural ro- mano ese mismo vocablo
sirvió para designar a aquellos pueblos que, en este caso, no hablaban latín.
6
determinantes que hacen a las diferentes cosmovisiones, pues nos permiten a través de su diversidad
establecer temporalidades, determinantes y especificidades en el campo de la póiesis plástica.
Dios principio de orden y destinador de lo individual. Todo cumplirá el designio divino. Se promete el
paso a la eternidad, al mundo real – semejante a la realitas platónica – como premio por el paso por este valle
de lágrimas. Vigencia de las concepciones astronómicas ptolomeicas según las cuales el mundo debe ser
entendido en términos del orden de la creación.
Sociedad cristiano – feudal. El primer nombre designaba lo religioso, el segundo el sistema político –
13
económico – social . Mundo rural ordenado verticalmente, sin movilidad alguna. Recintos amurallados.
Hasta aproximadamente el siglo X los hombres vivían subsumidos en lo natural sin advertir la posibilidad de
algún horizonte distinto de aquél en el que habían nacido y morirían. Despaciosamente, hartos de pagar
diezmos a diversos poderes, los campesinos comenzaron a errar en busca de otros feudos donde no los
alcanzara el brazo del cobrador de impuestos14. Y así se ubicaron en los extramuros o burgos de los
castillos de otro u otros señores feudales que, en tanto no podían considerarlos sus siervos no podían
expoliarlos económicamente. De ahí deviene el nombre de burgueses con los que la historia los conocería.
Y dada la imposibilidad de criar animales o sembrar por falta de espacio se dedicaron al intercambio de
bienes, primero entre los habitantes del lugar, luego entre los de otros pueblos, iniciando un comercio que
paulatinamente se extendió por los caminos de Europa. Esto abrió posibilidades de vivenciar nuevas
realidades. Se comienza a quebrar la causalidad so- brenatural y el saber dogmático, contenidos en las
enseñanzas de la escolástica. A estos sucederes se añaden las Cruzadas, que llevan a los hombres a Oriente.
La mentalidad fundada en la trascendencia que suponía un conocimiento de lo natural a través de la
revelación va perdiendo vigencia. Se rompe la estrecha relación hombre – naturaleza. Comenzará el
proceso de objetivación de la misma resultado de su paulatina secularización. Se gestarán nuevas formas de
vida que ya no responderán a lo sobrenatural.

Entre los siglos XII y XIII se produce la denominada Querella de los Universales, que produciría la más
grande fisura en el pensamiento medieval fundado sobre lo platónico y lo plotiniano. Los realistas
sostendrían la imagen dada por la tradición y la escolástica en la que lo real y lo irreal se entremezclaban.
Sostenían que los universales definían, expresaban realidades. Jerarquizaban el género o la especie frente al
individuo. Se negaba realidad a lo sensible y sólo se la reconocía en relación a lo inteligible, i.e. era real lo
que se expresaba en conceptos.
A su vez, los nominalistas pautaban la realidad como lo sensible, lo cognoscible por los sentidos.
Sostuvieron que los conceptos eran vacíos, formas intelectuales que implicaban una cierta abstracción pero
que no pertenecían al nivel de aquello que constituía propiamente la realidad, o sea, los individuos y no el
género o la especie.

13
José Luis Romero; Estudio de la Mentalidad Burguesa, Alianza, Buenos Aires, 1983.
14
Consideramos ilustrativo de estas instancias las aventuras de Robin Hood en cualquiera de los
lenguajes artísticos en que encontrara expresión, i.e. literario. teatral o cinematográfico (en cual- quiera de sus
manifestaciones).
7
Esta crisis que se inicia conmoviendo la Universidad de París, produjo las vicisitudes conceptuales
franciscanas15 e indirectamente la fundación de la Universidad de Oxford. Se plantea el conocimiento de la
naturaleza a través de la experiencia y no de la revelación. Paulatinamente se va produciendo una
secularización de la realidad. La experiencia burguesa, iniciada entre los siglos XI y XII, delimitará una
realidad operativa. El mercader, el artesano, el minero, operarán sobre la realidad inventando una serie de
mecanismos prácticos para entenderse con el mundo inmediato. Comienza a darse una economía monetaria
de mercado.
Lo diferente ya no será lo sobrenatural. El convertir la naturaleza en ob – jectum tendrá como
consecuencia el surgimiento del sub – jectum y con ello el inicio del cambio en la plasmación conceptual.

Del paradigma moderno.

Superadas las instancias de lo sacrílego, el siglo XV se muestra como los inicios del antropo – centrismo.
El hombre como punto de inflexión de las conceptualizaciones. Este sujeto moderno responde a la
noción de individuo con centro en la razón como capa- cidad para el autoconocimiento y la práctica de
la libertad.
Despaciosamente se separa de la ley divina y cobra autonomía en la consolidación de su ser y hacer. Se
inicia la desacralización del mundo. Éste pierde su representación desde lo sagrado, lo místico, lo religioso.
Se va hacia una representación racionaliza- dora, i.e. elaborada sobre la razón intrínsecamente relacionada
con lo científico – técnico. Se gestará un mundo homogeneizado por esa razón.
Se produce el derrumbe de la concepción sacro – dogmática acerca del universo. En el siglo XV el monje
polaco Nicolás Copérnico producirá un giro de ciento ochenta grados en la ciencia física que se afianzaba en
esas épocas corriendo el centro del universo hacia el sol. Ya no geocentrismo sino heliocentrismo. El
hombre criatura a imagen y semejanza de Dios giraba alrededor del sol como cualquier otro posible habitante
del cosmos. Teoría que fuera reafirmada por Galileo Galilei un siglo después, con las conocidas
consecuencias para el mismo. Pero el secreto de la condena no se encontraba en el giro que había cobrado el
dar vueltas del mundo, pues la Iglesia también investigaba estos avatares, sino la publicación de estas ideas.
Es por ello que Galileo no es quemado en las hogueras de la Santa Inquisición.
Des – cubrimiento de América: acontecimiento moderno. No inicios de la Moderni- dad, sino resultado
de esa nueva mirada sobre el mundo. Colón fue el ejecutor instrumental de ideas que hacían al espíritu de la
época.

El siglo XV marcado en sus inicios por el Humanismo, mostrará en el arte este proceso de secularización
progresiva. El Renacimiento será lo coyuntural histórico contextua- lizador de este transcurrir que se
plasmará y mostrará en la iconicidad.plástica.
16
A su vez, el siglo siguiente reclamará la legitimación de lo político y lo social en relación a los grandes
temas que perdurarán hasta el la actualidad: el ejercicio del poder y la propiedad privada de la tierra.

15
Umberto Eco, El Nombre de la Rosa, Lumen, Buenos Aires, 1987.
16
Thomas Hobbes; Leviatán, F.C.E., Méjico, 1982.
8
En el campo de lo musical este corrimiento de lo litúrgico y lo religioso ya se había iniciado con las
producciones de Guillaume de Machaut, precedidas en parte y simultánea a su vez de las creaciones seculares
de los trovadores y troveros, continuadas luego en las tierras germanas por el hacer de los Minnesinger y en el
siglo XVI, enmarcadas por los gremios característicos de la época de los Meistersinger.
1517. Lutero clava las noventa y cinco tesis que significarían el quiebre del mundo cristiano en la puerta
de la catedral de Würtenberg. Años después la respuesta de Roma en la figura de la Contrarreforma y el
Concilio de Trento. Fin de una manera de hacer arte e inicios de la exuberancia de lo barroco. El mundo
como gran escenario es el espacio en el cual se desarrolla la ópera. La grandiosidad de la fabula in música
17
encuentra en Claudio Monteverdi su primer gestor.
El distanciamiento del hombre respecto a la Naturaleza permitirá que L. B. Alberti en Della Pintura (1436),
a la vez que Brunelleschi, Uccello y Piero della Francesca, desarrollen el sistema perspectívico que regiría la
producción plástica occidental hasta fines del siglo XIX.
La fundamentación de lo físico – matemático encontrará en René Descartes18 uno de
sus paladines. Con su cogito ergo sum, patentización clara y distinta de lo subjetivo, como
certeza, dará comienzo al racionalismo que cobrará fuerza definitiva en el siglo dieciocho. La
necesidad de la causalidad como categoría básica de pensamiento y principio de explicación de los
facta y de la legalidad natural será legitimada mediante el innatismo. Será David Hume19 el
encargado de romper con la vigencia de este principium considerándolo como mero producto del
hábito. Jerarquización de la sensibilitas frente a una racionalidad todopoderosa.
Concepción mecanicista del Universo, que debía funcionar como una máquina perfecta.
Visión matemática del orden: traducción de las leyes naturales a fórmulas matemáticas, i.e.
dominio de lo natural a través de la proyección de la legalidad racional a lo natural. Jerarquización
de la unidad como pauta a la que debía poder reducirse cualquier posible multiplicidad.
La legalidad enunciativa de la formulación matemática de la gravedad realizada por Isaac Newton (1642
– 1727 ) a la vez que la formulación en simultaneidad con Gottfried Leibniz20 (1646 – 1716 ) del cálculo
infinitesimal marcan las características conceptuales de la cosmo – visión desarrollada a partir de los inicios
del siglo XV.
Des – aparición del lenguaje21 como tema de reflexión. Su calidad simbólica impide su reducción a la
unidad, principium de todo. Volverá a plantearse a principios del siglo XX, una vez producida la pérdida de
vigencia de la diosa razón.

John Locke; Tratado del Gobierno Civil, F.C.E., Méjico, 1979.


16Jean Jacques Rousseau; El Contrato Social, Aguilar, Buenos Aires, 1969.
17
Claudio Monteverdi dio a conocer su Orfeo en 1607.
18
René Descartes; Meditaciones Metafísicas, Aguilar, Buenos Aires1968.
René Descartes; Discurso del Método, Aguilar, Buenos Aires, 1969.
19
David Hume; Investigación sobre el Entendimiento Humano, F.C.E., Méjico, 1972.
20
Gottfried Leibniz; Nuevo Tratado sobre el Entendimiento Humano, F.C.E., Méjico, 1989.
Gottfried Leibniz; Monadología, Aguilar, Buenos Aires, 1969.
21
Michel Foucault; Las Palabras y las Cosas, Siglo XXI, Buenos Aires, 1982.
9

Siglo XVIII. Las luces de la razón iluminan todo. Aquello que no es alumbrado por su
resplandor pasa a ser considerado no válido. De aquí deviene la concepción de lo medieval como lo
oscuro, en tanto no alumbrado por la racionalidad. Será el siglo XX el que jerarquizará esta época
des – velando sus especificidades y poéticas.
Razón científico – instrumental en palabras de miembros de la escuela de Frankfurt22. O sea,
instrumento explicativo absoluto, del cual nada podía escapar a menos de ser considerado
irracional, con sus consiguientes consecuencias. Ejemplo de ello es lo sucedido a la narración
mítica, subvalorada en tanto no producida con la lógica de esta racionalidad bivalente y secuencial
sobre cuya base se erigiría uno de los conceptos rectores del pensar y hacer modernos: el progreso.
La idea de futuro regía los destinos de la humanidad. Un porvenir maravilloso era la promesa de la
ciencia. Un mundo feliz erigido sobre la ética formal kantiana23.
París, ciudad de las Luces. Centro de los ilustrados que difundirán sus saberes mediante, entre otras obras,
la Enciclopedia, ecléctico compendio de pareceres. Voltaire, Diderot (primer crítico en la historia del arte),
D’Alembert. También Rousseau, autor de La Nueva Eloísa, donde se evidencia le tourbillon social24
moderno.
En territorio germano el movimiento es encabezado por Gottold Lessing quien investi- gara acerca de la
transposición entre los géneros artísticos25 y continuado por su discípulo Moisés Mendelsshon.
Y en Könisberg Imanuel Kant26 jerarquizará al sujeto en tanto lo convertirá en trascen- dental, i.e. creador
de las condiciones de posibilidad del conocimiento del objeto, imposi- ble de ser tal sin su presencia
configurante . Espacialidad y temporalidad productos del hombre y dependientes de éste. Por primera vez
el espacio y el tiempo devienen creaciones de lo humano y pierden su carácter de a priori. Filosofía que hace
confluir lo racional y lo sensible, como elementos indispensables para la configuración gnoseológica.
Será Kant quien se ocupará de lo bello y lo sublime en referencia al arte y lo natural27.
En lo político, la Revolución Francesa y su tríada de Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Revolución burguesa. Inicio de los Derechos del Hombre. Ya no más privilegios reales.
En Inglaterra desarrollo de la Primer Revolución Industrial. Reemplazo de la fuerza humana por la
máquina a vapor. Presencia del capitalismo en las relaciones económicas.

Modernidad = razón instrumental = cientificismo = utopías = futuro = progreso = burguesía =


linealidad y unicidad histórica en un intento de síntesis no exhaustiva de sus rasgos principales

22
T.W. Adorno; Max Horkheimer; Filosofía de la Ilustración, Sur, Buenos Aires, 1969.
23
Imanuel Kant; Crítica de la razón Práctica, Losada, Buenos Aires, 1968.
Imanuel Kant; Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres, Aguilar, 1969.
24
Marshall Berman; Todo lo sólido se disuelve en el aire, Siglo XXI, Buenos Aires, 1988.
25
Gottold Lessing; Laocoonte, Losada, Buenos Aires, 1962.
26
Imanuel Kant; Crítica de la Razón Pura, Losada, Buenos Aires, 1982.
27
Imanuel Kant; Crítica del Juicio, Losada, Buenos Aires, 1979.
10
El siglo XIX nos presenta al Romanticismo como gran fisura a la endiosada razón, rasgadura en esa
mirada totalizadora y homogeneizante de lo racional - técnico - científico. Considerará que la razón
científica , el mecanicismo y el mundo matematizado y cuantificado no dan cuentan de lo sensible y de la
esencia humana de la historia. Movimiento moderno en tanto radicaliza la experiencialidad del hombre;
buscará recomponer la brecha que separa al éste de la naturaleza28. Ya no intentará dominarla, sino al
considerarla habitada por duendes, hadas y elementos mágicos, querrá sumergirse en sus misterios.29 Al no
poder ser analizada en su ser - en -sí que se oculta ante la mirada escrutadora del artista se produce una re -
jerarquización de lo mítico30, como explicación de lo trágico y lo sagrado. La esencia de lo poético planteará
el retorno de la concepción del poeta o aedo como médium o intermediario entre la trascendencia y el hombre.
Lo mismo sucederá con la música y la inspiración como duende que sopla al oído. En términos
31
nietzscheanos inspiración como plasmación de que el hombre es sólo receptor de lo que se oye, de lo que se
presenta. Es involuntaria, escapa a los límites establecidos por lo racional.
Patentizaciones filosóficas de esta nueva mirada es el sistema hegeliano. Hegel inagura una nueva
sistematización abarcadora de lo político, lo ético, lo social, lo histórico y lo artístico en el movimiento
dialéctico del Espíritu.

La luna devendrá símbolo romántico en tanto opuesta al sol símbolo del Iluminismo. Luna cómplice y
testigo de los desgarros de la enfermedad: la tuberculosis y la sífilis apoderándose de los cuerpos.32
La huída de la realidad, no propicia en tanto mecanizada, hará que el romántico realice tres posibles
viajes: uno hacia el interior de sí mismo33, hacia lo profundo de la imagina -ción, otro hacia el Medioevo34 y
la Grecia antigua35 , en tanto tempi no iluminados por las Luces y, por último aquél hacia las zonas de lo
exótico, v.gr. en norte de África o el Cercano Oriente36.
Estas tres itinerarios serán recorridos en diversidad de formas por los ingleses William Blake, Samuel
Coleridge y William Wordsworth. El primero a través de sus pinturas y grabados y los otros de sus
producciones literarias. Los Himnos a la Noche del alemán Novalis, nos muestran la relevancia que lo
nocturno cobra para esta estética. Schlegel; Jean Paul autor de La muerte de Dios y cuyas poesías serán letra
de los lieder de Robert Schumann; Hölderlin, coetáneo de G. F.W. Hegel, plantará con éste el árbol de la
libertad. Goethe con sus etapas estilísticas: su Werther de 1744, respondiendo a la estética del Sturm und
Drang ( Tempestad e ímpetu), movimiento que planteara la re – jerarquización de lo mítico y lo popular en

28
Muestra de esta nueva relación con lo natural serán las producciones pictóricas de los ingleses,
entre ellos Constable y Turner.
29
Cfr. Franz Schubert y su lied Der Erkönig.
30
Los mitos nórdicos serán utilizados como temática por Richard Wagner en varias de sus produc-
ciones, v.gr. El anillo del Nibelungo: Tetralogía compuesta por El Oro del Rhin, Las Walkirias, Sigfrido y El
Ocaso de los Dioses.
31
Friedrich Nietzsche; op.cit.
32
Cfr. A. Dumas y su Dama de las Camelias base argumental de La Traviata verdiana.
En la música son testigos de esto la locura de Robert Schumann. entre otros.
33
El ejemplo más famoso será Gustavo Bécquer y su producción poética.
34
Cfr. Las pinturas de Gaspar Friedrich con sus ruinas góticas.
35
Testimonio de este viaje a lo griego antiguo son el Hiperion de Hölderlin y el drama Empédocles
de Novalis.
36
Cfr. Ingres La Gran Odalisca (1819) y El baño turco (1864).
11
relación al conocimiento y su Fausto, cuya primera versión apareciera en 1790 ya inscripto en las
pautaciones románticas. Producciones literarias que luego servirían de libreto a producciones musicales del
siglo XIX, v.gr. Die Räuber (Los bandidos) – 1781 - de Schiller sobre el cual Giuseppe Verdi elaborara su
ópera I Masnadieri en 1847. Inicio de la estética de la Gesamkunstwerk (obra de arte total) propugnada por
figuras como Beriloz, Victor Hugo y Eugene Delacroix a través de las enunciaciones de la Joven Francia.
Poéticas marcadas por la presencia de lo diabólico, como fuerza no dominable por el accionar de lo
conciente. Des – velamiento de zonas fantasmales y erráticas en las que el itinerario hacia, llevaba al interior
del yo. Este diablo que subyugaría al hombre con propuestas de eterna juventud y amores no posibles
encontrará en la literatura su forma más apropiada de expresión37.
El Volkgeist (espíritu del pueblo38) devendrá categoría estético – conceptual de primordial importancia, en
tanto recuperación y reconocimiento de lo popular como rico reservorio de tradiciones en las cuales hurgará el
artista en su búsqueda de lo identitario.

Es la época de las luchas que atravesarán el siglo por la conformación de las naciones italiana y alemana,
marcadas por las revoluciones de 1830 y 1848.
1827. Des – cubrimiento – invención de la fotografía por N. Niepce. En1839 se la da conocer al público.
1848. Año de revoluciones en Francia, los territorios germanos, Suiza, Praga, Suebia, Austria e Italia.
Aparición del Manifiesto Comunista en el cual Carl Marx muestra y criti- ca la escena de la modernidad del
siglo XIX, sobre la cual sobrevuela fantasmalmente la figura del digno burgués perdido. La posición
expuesta en este escrito fluctúa entre la conciencia del desastre y la utopía del cambio de la historia a manos
del proletariado.
1859. Año de la publicación de El origen de las especies de Charles Darwin. Supervivencia del más apto.
Reemplazo de lo bueno por lo mejor. Iniciación del evolucionismo biológico, continuación del social
planteado anteriormente por August Comte39, iniciador del positivismo que cobraría fuerza a lo largo del siglo
entrelazado con lo científico. También ve la luz la Contribución a la economía política de Marx.
1889. Año en el que Nietzsche atraviesa las fronteras de la razón40, del nacimiento de Hitler y de la
Exposición Universal de París, contexto en el que se erigiría aquello que se convertiría en sinécdoque de la
Ciudad Luz: la Torre Eiffel. Empleo de nuevos materiales: hierro y vidrio entre otros.
Nietzsche o el hombre del destino que filosofaría a martillazos41. Metáfora de sus rompimientos con
estructuras consagradas, cerradas, caducas y vacías de sentido. Su anunciada muerte de Dios ... los hombres
37
Cfr. Además del Fausto de Goethe, anteriormente mencionado, el Retrato de Dorian Grey de
Oscar Wilde por mencionar algunas producciones.
En el campo de lo musical se evidencia metamorfoseado en Der Freischutz de Weber, en el
Fausto de Charles Gounod, en las composiciones de Liszt.
En lo plástico la emergencia de esas fuerzas se patentizan en las denominadas Pinturas negras de
Francisco de Goya y Lucientes y previamente en el grabado tan mentado de Los sueños de la razón producen
monstruos de su serie Los Caprichos. Indudablemente metaforizado en las plasmaciones plástica de
Friedrich, Gericault y Delacroix.
38
Volkgeist que emergerá en las mazurcas de F. Chopin y más tarde, aunque con características
diferentes, en la producción de Ferencz Liszt.
39
August Comte; Curso de Filosofía Positiva, Aguilar, Buenos Aires, 1962.
40
Cfr. las últimas cartas que Nietzsche dirigiera a sus amigos, firmadas Dioniso versus el crucifi-
cado.
12
lo han matado por boca de Zaratustra plantea un nihilismo positivo, en tanto no negación absoluta sino
señalamiento de la pérdida de vigencia de los valores y principios elaborados sobre ese dios caído.
Postulación de un retorno a la época de los filósofos trágicos como espacio donde abrevar axiologías.
Defensor de lo dionisíaco como metáfora de la vida frente a la historia del concepto agotada en cuanto tal.
Postulación de una racionalidad que fundamente el vivir. Anuncio de la pérdida de vigencia de la
racionalidad científico – instrumental.
Las décadas finales del siglo XIX marcarán el inicio de la transición hacia diversidad de quiebres en la
totalidad de los campos que hacen a las construcciones de lo cultural. Entre éstas la ruptura de
42
la espacialidad marcada desde siempre por el perspectivismo renacentista , la saturación cromática de la
tonalidad43, el simbolismo de los poetas malditos44.
Son testimonio de la Segunda Revolución Industrial. La velocidad produciría cambios perceptuales en
45
relación a los ejes espaciales y temporales . Período de transición que llevará hacia nuevas miradas o
cuadrículas a través de las cuales concebir las producciones y representaciones simbólicas de la realidad.
Época de los imperialismos que tendrán como escenario los territorios africanos y asiáticos.
1894. Los hermanos Lumière muestran la salida de los obreros de su fábrica mediante imágenes en
movimiento. Surge el cine. Inician asimismo la fotografía en color.

Principios del siglo XX. Viena ciudad sede de cambios en lo teórico y lo pragmático. Freud y el
46 47
inconciente . Ludwig Wittgenstein y los estudios del lenguaje, ya iniciados por los trabajos semiológicos
y semióticos de Ferdinand Saussure y Charles Peirce, respectivamente y las escuelas rusas. Alfred Einstein y
la teoría de la relatividad. Arnold Schönberg, Alban Berg y Antón Weber y la ruptura del código tonal. No
más la armonía funcional que rigiera la composición musical desde el siglo XVII. No – tonalidad,
serialismo, dodecafonismo.
Enunciación del principio de indeterminación por Werner Heisenberg, iniciador de las investigaciones en el
campo de la física cuántica. Pérdida de vigencia del principio de causalidad que fuera fundante
imprescindible de la ciencia y el funcionamiento conceptual
durante la Modernidad. Caducidad del principio de identidad que rigiera la bivalencia lógica desde
Aristóteles. Algo puede ser y no ser al mismo tiempo y el mismo lugar.
41

Derribar ídolos (así llamo yo a los ideales) es mi deber principal. F. Nietzsche, El ocaso de los
ídolos, Alianza, Buenos Aires, 1989, pág. 123.
42
Cfr. Paul Cezane y sus pinturas de Le Mont de Sainte Victoire
43
Cfr Ferencz Liszt con sus obras para piano, sus poemas sinfónicos y sus sinfonías Dante y Fausto.
Richard Wagner y sus planteos estéticos emergentes en sus dramas musicales. Claude
Debussy y, entre otras obras La mer, Pelleas et Melissande, Images. Gustav Mahler y Hugo
Wolf; por mencionar los más renombrados.
44
Cfr. Charles Baudelaire anunciando el movimiento con Les Fleurs du Mal; Arthur Rimbaud autor
de Le bateau ivre; Paul Verlaine creador de los Poemas saturnianos.
45
Cfr. la aparición de locomotoras y estaciones de ferrocarril en imágenes impresionistas o
precedentemente en Lluvia, vapor y velocidad (1844) de J.M.W. Turner considerada la primera aparición de
esta máquina en la pintura
46
La primer edición de La interpretación de los sueños es de 1907.
47
La primer edición de su Tractatus Logicus – philosophicus data de 1918.
13
París. 1907. Picasso muestra sus Demoiselles d’Avignon, descomposición cubista del espacio,
continuada por Bracque y Juan Gris, precedida por las investigaciones y experimentaciones de Cezanne.
Todas estas emergencias culturales, gérmenes de lo post de lo moderno quedarán congeladas, i.e. detenidas
en el suceder temporal debido a las guerras que asolaron Europa y los fascismos defensores de tradiciones mal
entendidas y conservadores a ultranza en lo relativo a las creaciones estético – artísticas48. Estos hechos
enmarcados en la ya ultrajada razón que, aunque tambaleante, aún sostenía lo ético y lo moral en sus
dimensiones político – sociales hará que Adorno la defenestre totalmente con su frase Después de Auschwitz
toda cultura es basura49 o que W. Benjamín la denuncie en los siguientes términos Todo acto de cultura es al
mismo tiempo un documento de barbarie.50

Se patentiza claramente la fragmentación de la racionalidad instrumental fundante subyacente de lo


moderno en cuanto tal.
En el campo filosófico la línea crítica iniciada por Nietzsche será continuada por Martín Heidegger quien a
partir de considerar que la filosofía occidental convirtió la metafísica en ontología al reemplazar el ser por el
ente y recomendando volver a abrevar en los pre – socráticos, temporalizó el ser en tanto lo convirtió en
evento o acontecimiento51.
A su vez, las vanguardias históricas proponen Manifiestos en los cuales fundamentan sus poéticas, vgr.
el dadaísmo y el surrealismo. La utopía es enlazar lo separado: arte y vida. Ludus fundados en los planteos
freudianos. Posibilidad de refugio en instancias creadoras no concientes. Abstracción, expresionismo,
futurismo, el funcionalismo de la Bauhaus.
La Guerra Fría permitirá cierta distensión en lo político – social – económico - cultural y estético artístico.
De esta manera se abrirán las puertas, hasta entonces entornadas sigilosamente por los poderes de turno, que
conducen hacia
lo post de lo moderno.
Si este post constituye o no un nuevo paradigma es tema de discusión entre los pensadores de la
contemporaneidad. Así Jürgen Habermas52 se negará a reconocerle categorías propias, argumentando que la
Modernidad no ha concluido en tanto proyecto pues no ha logrado cumplir la utopía de unir las esferas de la
ciencia, el arte y la moral, que continúan sus itinerarios monádicamente.

Del paradigma de la contemporaneidad o del posible post de lo moderno


ya también en crisis conceptual dada la no vigencia de ciertas categorías que servían para pensar las
representaciones y realizar las construcciones simbólicas.

48
Muestra de este conservadurismo es la Muestra de Arte Degenerado organizada por Hitler en 1937,
en la cual recogiendo todas las obras de arte de vanguardia de Alemania y territorios conquistados las
amontonó, impidiendo su proyección aurática y colocando en el poco espacio que se dejara entre ellas frases
infamantes acerca de los artistas.
49
T.W. Adorno; Después de Auschwitz en Dialéctica Negativa, Taurus, Madrid, 1963.
50
Walter Benjamín; Experiencia y Pobreza en Discursos Interrumpidos, Taurus, Madrid, 1983.
51
Martín Heidegger; Ser y tiempo, F.C.E., Méjico, 1980.
52
Jurgen Habermas; La Modernidad, un proyecto incompleto en A.A.V.V. (comp. H. Foster); La
Postmodernidad, Kairos, Buenos Aires, 1983.
14
A partir de las rupturas y crisis, de las emergencias de aquellos acaeceres proto post modernos se
pueden enunciar una cantidad de crisis. La visión de esta contemporanei -dad en la cual cobra fuerza la
atomización y explosión implosiva categorial fundante de lo moderno nos lleva a contemplarla como época de
transición en que, a la deriva, bucea- mos en busca de aquello que oficie de principio de orden dada la
carencia de un referente o punto de anclaje que oficie de centro en torno al cual ...
La gran ruptura que supuso lo mass mediático con la consideración de lo high y lo low53 culturales y el
emerger de la cultura de masas marcan una época de esplendor de la industria cultural enunciada por
Adorno54 cuyo origen estaría en el descubrimiento – invención de la imprenta. Los medios de
comunicación ya no relatan, informan, impidiendo que el sujeto narre. El simulacro, lo ilusorio, la
difuminación de lo subjetivo impiden la narratividad. Sociedad transparente es la enunciación categorial de
este cuadro de situación55. Pero paradójicamente, esta transparencia está oscurecida y se opaca por la
complejidad y el caos.
La fragmentación de lo real, la escisión de los territorios sociales dibujan la cartografía de ésta denominada
por Zygmunt Bauman Modernidad líquida para distinguirla por oposición a la Modernidad sólida del siglo
XVIII. Es decir, ha habido un proceso de licuefacción de lo fundante axiológico. Este parecer puede ser
asociado a la no vigencia de los metarrelatos legitimantes, v.gr. hegelianismo, marxismo enunciados por
Lyotard56 y a los que se agregaría el de la crisis del estado de bienestar regido por un estado ordenador de lo
social económico y político. Pauta como nuevo relato legitimante aquél surgido del lenguaje de la tecnología
de tercera generación.
1989. Marca la caída del referente del comunismo. Plena estado de vigor del neo – liberalismo con sus
artimañas de globalización y discursos hegemónico - homogenei- zantes llevados a cabo mediante la
globalización instrumentada por el utillaje y el apara- taje de los avances tecnológicos.
El estar subsumidos en la tercer revolución industrial en la cual prima la informática, lo virtaul, lo cyber,
lo digital y las inter. - faces, nos impide tomar la distancia suficiente para objetivarla y analizarla.
En correspondencia con estas vigencias surge la temática del desempleo, materia candente en esta
contemporaneidad y que ya fue explicitada en sus fundantes por pensa- dores y sociólogos como Viviane
Forrester57.
También ha perdido validez una su – puesta historia única, relatada por los vencedores, lineal, secuencial.
El fin de la historia fue anunciado en la década del 80 por Fukuyama en La gran Ruptura. La Historia es
reemplazada por la historicidad58, por una multipli- cidad de historias en las cuales somos protagonistas y ya
no meros espectadores de los sucesos, sin compromiso con lo acaecido. La historia la hacemos y escribimos
todos. El sentido es una construcción social y ya no es resultado de lo individual59.

53
Uumberto Eco, Apocalípticos e integrados, Lumen, Barcelona, 1968.
54
T.W. Adorno; Max Horkheimer; op. cit.
55
Gianni Vattimo; Postmodernidad. Una sociedad transparente? en G. Vattimo y otros; En torno
a la Postmodernidad, Anthropos, Barcelona, 1994.
56
Jean Franccois Lyotard; La condición postmoderna, Rei, Buenos Aires, 1982.
57
Viviane Forrester; El horror económico, F.C.E., Buenos Aires, 1997.
58
Gianni Vattimo; El fin de la Modernidad, Gedisa, Barcelona, 1996.
59
Gianni Vattimo; op. cit.
15
La cultura devino cultura del consumo, lo cual le permitiría a Canclini plantear la con- formación
identitaria a partir de las pautas de consumo y no de las ciudadanías60. Enlazado con esta avidez de
novedades se produjo la mutación de los sujetos sociales históricos, i.e. los obreros que, como clase
dinamizaban lo social y económico.
Y el derecho al acceso, sea a no ser excluido del sistema. La lucha es por no quedar fuera. Tema
interrelacionado con los multiculturalismos y el reconocimiento de los plan- teos de las minorías que buscan
ser aceptadas en un plano de igualdad con sus diferen- cias. Pero este acceso será asegurado por el
conocimiento que, en cuanto tal pasará a desempeñar el rol que antes le cabía, en el terreno de lo económico, a
la propiedad priva- da61.
Lo cultural cumple un rol diferente en la Postmodernidad debido a la pérdida de su cuasi autonomía en
virtud de la lógica del capitalismo avanzado. Así la cultura se expande en lo social, de tal modo que es
posible postular que en nuestra vida social ya todo se ha convertido en cultura. Esto en relación con la
sociedad de la imagen y el simulacro y la transformación de lo real en una colección de pseudo -
acontecimientos.
En la modernidad, las políticas culturales se basaban sobre la "distancia crítica". Hoy la política cultural
no puede prescindir de la idea de una distanciación estética mínima.
Era de la multitarea o procesamiento en paralelo, en tanto que, merced a los procesos de virtualización los
espacios privados devienen públicos y los referentes geográficos se borronean.
Multiplicidad de temporalidades en este eterno presente de pautaciones esquizofrénicas62 carente de
pasado por amnesia cultural y sin proyección por falta de futuros.
Multiplicidad de realidades. Tantas realidades como sujetos63. Tantos tiempos y espacios como aquellos
creados por las subjetividades. Y ya el sujeto fuerte y dominador moderno deviene sujeto débil. Y la
realidad única se desvanece y se convierte en una suerte de red en la cual los topos y los nodos se
entrecruzan, conformando un todo hecho de trozos o fragmentos.
Contemporaneidad en la cual por primera vez en la historia, la llamada “globalización” ha creado
paradójicamente, las condiciones de un capitalismo universal previstas por Marx para una crítica teórico
práctica igualmente universal de ese modo de producción64
Contemporaneidad en la cual agotada la racionalidad que sustentara la Weltan- schauung vigente hasta
principios del siglo pasado plantea la necesidad de unir lo que el Iluminismo separara: lo sensible y lo
racional. Esto que fuera enunciado por Claude Levi – Strauss en la década de los 70, a partir de jerarquizar
lo mítico y estudiar el pensamiento salvaje65 en diferentes regiones del planeta, supone la conjugación en
simultaneidad de lo científico y lo mítico.

60
Néstor García Canclini; Consumidores y ciudadanos, Grijalbo, Méjico, 1999.
61
Jeremy Rifkin, La era del acceso, Paidos, Buenos Aires, 2001.
62
Frederic jameson; El postmodernismo o la lógica cultural del capitalismo tardío, Paidos, Buenos
Aires, 1986.
63
Paul Watzlawick; La realidad inventada, Gedisa, Barcelona, 1995.
64
Eduardo Grüner; Una interpretación alegórica a Jameson y Zizek en Fredric Jameson; Slavoj
Zizek; estudios Culturales. Reflexiones sobre el muliculturalismo, Paidos, Buenos Aires, 2003,
p. 26.
65
Claude Levi – Strauss; Mito y Significado, Paidos, Buenos Aires, 1989.
16

En América continúa latente el mito, subyacente a la cosmovisión o mirada sobre el mundo mediante la cual
nuestros pueblos patentizan sus representaciones y creaciones simbólicas, buscando plasmar lo identitario
pese a la globalización del discurso homoge- neizador. Paradigma antiquísimo donde todavía rige la
Pacha Mama y las apachetas se elevan a los costados de los caminos. Quizá el futuro cobre vigencia
nuevamente en estos pueblos para los cuales el protagonismo histórico todavía no se ha dado y la apropiación
del discurso y la palabra nominadora sean el medio fundante a través del cual elaborar conceptos y
categorías estéticas propias y no producto de proyecciones de lo occidental, ajeno a las idiosincrasias.
América que, para muchos pensadores se muestra como post – moderna sin haber pasado por la instancia
de la Modernidad, dada la no vigencia absoluta de la racionalidad instrumental. América mítica ... América
mágica ...

Diana Zuik
Abril 2004

También podría gustarte