Mixquic en El Día de Muertos Mer

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RODRÍGUEZ MERLÍN LIZETH YOLATL 1IV13

Mixquic en el día de muertos1


La tradición continúa en Mixquic. Los pétalos de flor
de cempasúchil empiezan a deshojarse. Las ofrendas
serán más o igual de vistosas que las de los años
anteriores, las velas y veladoras volverán, a
encenderse en cada uno de los hogares y tumbas del
panteón, como cada año, para recibir a los que un día
se fueron y no volverán más.

Antecedentes

Mixquic: Significa lugar en donde hay mezquites; la fundación de esta comunidad data
aproximadamente dentro del periodo posclásico 1160 a 1168 d. C.

Mixquic fue un centro ceremonial de importancia, donde la celebración principal fue el sacrificio de
prisioneros capturados en las inmediaciones de Xochimilco.

Con el paso del tiempo, se han realizado excavaciones en donde se han encontrado calaveras de
piedra que adornaban las fachadas de algunas casas de Mixquic, se cree que estas calaveras
representaban las cabezas de los prisioneros decapitados, mismas que eran depositadas en un altar
denominado Zompantli.

Zompantli: Era un altar de calaveras, lo constituían las cabezas de los sacrificados atravesadas por
varas. La representación de este lugar estaba originalmente en el extremo noreste del
actual cementerio, formado por numerosas piedras esculpidas con forma de calaveras.

La tradición cuenta que Mixquixtli fue el nombre de la Diosa de la vida y la muerte, probablemente
una de las deidades más importantes del lugar, pues en su honor se realizaban cada 265 días
sacrificios de los prisioneros capturados.

La ofrenda en el período prehispánico

Cuenta la tradición que los pobladores de Mixquic sepultaban a sus muertos en chinampas a un lado
de sus casas, donde se les ponían sus ofrendas, las cuales probablemente consistían en agua, sal,
rajas de ocote (esta eran utilizadas en lugar de las velas) y pescado fresco. La fecha en que se
colocaba la ofrenda no era un día determinado, sino al momento en que la persona fallecía. En los
primeros cuatro días después de enterrado, se le llevaban nuevas ofrendas, que es cuando se
consideraba que el alma del difunto caminaba hacia el Mictlán, el mundo de los muertos;
posteriormente, a los ochenta y ciento sesenta días, se les ofrendaba de nueva cuenta.

La ofrenda actual

La ofrenda que actualmente se coloca no es totalmente diferente de la prehispánica; en realidad,


sólo se transformó, por lo que podemos decir, que es el producto del mestizaje. Debido a la influencia
cultural del nuevo continente se cambiaron los ídolos por las imágenes de los santos, el itacate por

1
Sergio Rosas. Nosotros. Revista de Tláhuac, No. 9 octubre de 1997.
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el pan y las rajas de ocote por las velas o ceras, así como de otros productos que en la actualidad
son comerciales, haciendo más vistosas y costosas las ofrendas.

El concepto de muerte llegó al nuevo continente a través de los frailes misioneros que vinieron
acompañando a los conquistadores; por eso, nuestra cultura ancestral tiene siempre presente a la
muerte, se le espera, desde el momento en que se nace, si bien es cierto que se llora y se entristecen
los seres queridos, cuando ven que alguien se le muere, pero también se le festeja y se sigue una
serie de prácticas, ritos y mitos que nos hacen recordar aquel ser querido que se ha ido de este
mundo terrenal.

Con el transcurso de la vida, estas conductas heredadas han permanecido en nosotros, mismas que
tienen gran arraigo a pesar del tiempo, la celebración de los días de muertos tienen su lugar el 1 y 2
de noviembre.

Triste tu calavera

Una de las leyendas que ha cobrado importancia en la actualidad dentro y fuera de la comunidad de
Mixquic, es aquella en donde los niños salen a "pedir calavera", misma que se cree que su origen
data desde la época prehispánica, en donde se cuenta que un niño macegual que al no tener que
ofrendarle a sus deudos (muertos) salía a "calaverear"; ésta consistía básicamente en recolectar
frutas, panes, dulces, comida, etc., en cierto modo, todo aquello que se pone en la ofrenda.

Hoy en día ésta tradición se ha hecho popular, pero los niños e incluso los jóvenes de algunas
comunidades cercanas al lugar de referencia no salen a colectar frutas, sino más bien piden dinero,
el cual será canjeado por dulces y/o licor, en este caso para los jóvenes que piden sus calaveras; se
puede ver también que la calavera de chilacayote o calabaza se ha sustituido por una caja de cartón,
adecuándola para la ocasión o por aquellas comerciales.

Para que se reciba o de la calavera se tiene que seguir con ciertos ritos, los cuales destacan los
siguientes:

1 de noviembre. Para que se de la calavera, dice:

Si hay candela para las ánimas benditas; o bien


Si hay pan para el campanero.

2 de noviembre: Los que salen a calaverear en este día lo hacen acompañados de guitarras u otros
instrumentos musicales de cuerda y de viento, mismos que después de rezar
cantan alguna canción tradicional y dicen:

Ayer no venimos porque nos dormimos


Ahora si venimos porque no dormimos

3 de noviembre. En este día se hace el reparto de la calavera, consistente en compartir la ofrenda


que se puso en la mesa; entre familiares, compadres y amigos, esto se hace en
forma recíproca, la conversación que se da durante el intercambio consiste
generalmente en preguntar y/o comentar del como pasaron estos días de fiesta.

La víspera
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La inteligencia de uno, la belleza del rostro, la vivacidad, y esas espesas cejas y


largas pestañas que enmarcaron los ojos, así como la fuerza de aquellos músculos
desaparecen cuando la vida se va.

El 30 de octubre por la noche se hacen los preparativos para recibir a los niños (difuntos) el 31, esto
consiste en colocar una mesa que servirá de altar, en la cual se pondrán las frutas de la temporada,
los candelabros que llevan las velas (recipiente hecho de barro en su mayoría), los floreros, la
comida, dulces, elotes, las bebidas (atole, leche, chocolate, refrescos, café, agua y el pan de muerto
hecho especialmente para esta fecha, etc.), sin faltar figuras de dulces, barro o juguetes con los que
jugaban los niños, un elemento que no debe carecer, es el incienso o goma de copal que se quemará
en el incensario o sahumerio que servirá de relajante, pues se tiene la creencia de que el recorrido
ha sido largo y cansado, y para que los difuntitos no se pierdan de casa se pondrá en la entrada
(puerta) un farol o estrella con luz que los guiará, mejor conocida como la estrella de las ánimas.

La ofrenda destinada a los adultos no variara mucho ya que a ésta se le pondrán bebidas alcohólicas
(pulque, tequila, cerveza, brandy, etc.) y cigarros, la comida que se les ofrenda contendrá picante;
esta se pondrá a partir de las 12 horas del día 1º de noviembre, ya que se tiene la concepción de
que los niños (angelitos) regresan al Mictlán para que los adultos lleguen por la tarde y noche y se
retiren el día 2. Cabe destacar que las ofrendas variaran de acuerdo a la posibilidad económica de
cada familia.

El oloroso humo que sale del sahumerio se eleva y se esparce por toda la casa impregnando el
ambiente, mezclándose el aroma en las frutas, flores y comida de la ofrenda tradicional del día de
muertos. Es de importancia señalar que los ramos de flores de cempasúchil (flor de muerto) estarán
presentes en todo momento así como las velas y veladoras encendidas; junto a estas se pondrá un
vaso con agua y un plato con sal que han de probar las ánimas durante su visita.

Aquí nos vemos el año que viene,


Ya que los muertos mueren hasta
Que nuestro olvido los sepulta.

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