Personas y Familia
Personas y Familia
Personas y Familia
Concepto de derecho.
El Derecho puede definirse como un conjunto de normas bilaterales, externas, generalmente heterónomas y
coercibles, que tienen por objeto regular la conducta humana en su interferencia intersubjetiva.
Distinción fundada en el interés. Según sea el interés protegido por la norma, colectivo o particular, esta
doctrina hace la distinción entre derecho público que protege los intereses generales, y derecho privado que se
refiere a intereses de particulares exclusivamente.
Teoría de Jellinek respecto a la coordinación y supraordinación. Este autor considera que las relaciones del
derecho privado son de simple coordinación, entre sujetos de igual categoría, y las del derecho público, son de
supraordinación y subordinación respectivamente, entre sujetos de distinta categoría, por ser uno superior y el otro
inferior, es decir, entre el órgano del Estado y el súbdito.
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Dos ramas podemos distinguir del derecho civil: primero, derecho de las personas y régimen jurídico de la familia; y,
segundo, derecho civil patrimonial.
OBJETO DE APRENDIZAJE II. DERECHO DE LAS PERSONAS.
Persona física y jurídica.
Las personas físicas o seres humanos tienen los siguientes atributos: a) capacidad; b) estado civil; c) patrimonio;
d) nombre; e) domicilio; y f) nacionalidad.
Las personas morales tienen los siguientes atributos: a) capacidad; b) patrimonio; c) denominación o razón social;
d) domicilio; y e) nacionalidad.
Existe una correspondencia entre los atributos de la persona física y los de la moral, exceptuándose lo relacionado
con el estado civil, que sólo puede darse en las personas físicas, ya que deriva del parentesco, del matrimonio, del divorcio
o del concubinato.
La capacidad de las personas morales se distingue de la de las personas físicas en dos aspectos: a) en las personas
morales no puede haber incapacidad de ejercicio, toda vez que ésta depende exclusivamente de circunstancias propias e
inherentes al ser humano, tales como la minoría de edad, la privación de la inteligencia por locura, idiotismo o
imbecilidad; b) en las personas morales su capacidad de goce está limitada en razón de su objeto, naturaleza y fines.
En cuanto al patrimonio de las personas morales, observamos que aun cuando de hecho algunas entidades como
los sindicatos y las asociaciones políticas, científicas, artísticas o de recreo pudieran funcionar sin tener un patrimonio,
existe siempre por el hecho de ser personas, la capacidad de adquirirlo.
La denominación de las personas morales equivale al nombre de las personas físicas, por cuanto constituye un
medio de identificación del ente absolutamente necesario para que pueda entrar en relaciones jurídicas con los demás
sujetos. El artículo 2597 del Código Civil del Estado estatuye: “Después de la razón social se agregarán estas palabras:
sociedad civil o su abreviatura S.C”
El domicilio de las personas morales se determina en el artículo 33 del Código Civil, en los siguientes términos:
las personas morales tienen su domicilio en el lugar donde se halla establecida su administración. Las que tengan su
administración fuera del Estado, pero que ejecuten actos jurídicos dentro del mismo, se considerarán domiciliada en el
lugar donde los hayan ejecutado en todo a lo que esos actos se refiera.
La nacionalidad de las personas morales se define de acuerdo con el 8º de la vigente ley de nacionalidad,
tomando en cuenta dos factores: que se hayan constituido conforme a las leyes mexicanas y que, además, establezcan su
domicilio en el territorio de la república.
CAPACIDAD.
La capacidad es el atributo más importante de las personas. Todo sujeto de derecho, por serlo, debe tener
capacidad jurídica; ésta puede ser total o parcial.
Capacidad de goce. La capacidad de goce es la aptitud para ser titular de derechos o para ser sujeto de
obligaciones. Todo sujeto debe tenerla. Kelsen concibe al sujeto como un centro de imputación de derechos, obligaciones
y actos jurídicos. Por lo tanto, la capacidad viene a constituir la posibilidad jurídica de que exista ese centro ideal de
imputación y al desaparecer, también tendrá que extinguirse el sujeto jurídico.
Fin de la capacidad y de la personalidad jurídica. Así como el nacimiento o la concepción del ser determinan
el origen de la capacidad y, por tanto, de la personalidad, la muerte constituye el fin. Sin embargo, puede darse el caso de
que la muerte, por ignorarse al momento en que se realizó, no extinga la personalidad. Esto ocurre, en las personas
ausentes. Como se ignora si el ausente vive o ha muerto, la ley no puede determinar la extinción de la personalidad como
un dato incierto. El único sistema entonces, consiste en formular presunciones de muerte; se regulan ciertos períodos en la
ausencia, primero, para declarar que el individuo se encuentra ausente para todos los efectos legales; no basta la ausencia
de hecho, debe haber declaratoria judicial de ausencia. Una vez que se declara la ausencia, corren otros plazos hasta llegar
a la presunción de muerte y hasta que se formule ésta, cesa la personalidad.
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imbecilidad o uso contante de drogas enervantes, que afectan su capacidad de goce en las relaciones de familia,
pues no se tiene la aptitud necesaria para el ejercicio de la patria potestad.
Capacidad de ejercicio y de presentación. Esta capacidad supone la posibilidad jurídica en el sujeto de hacer
valer directamente sus derechos, de celebrar en nombre propio actos jurídicos, de contraer y cumplir sus obligaciones y de
ejercitar las acciones conducentes ante los tribunales. Por lo tanto la incapacidad de ejercicio impide al sujeto hacer valor
sus derechos, celebrar en nombre propio actos jurídicos, contraer y cumplir sus obligaciones o ejercitar sus acciones. De
aquí la necesidad de que un representante sea quien haga valer esos derechos o acciones o se obligue y cumpla por el
incapaz o celebre por él actos jurídicos.
II. El segundo grado de la incapacidad de ejercicio se origina desde el nacimiento hasta la emancipación. No pueden
los menores no emancipados ejercitar sus derechos o hacer valer sus acciones; necesitan siempre del representante
para contratar, para comparecer en juicio; se exceptúan los bienes que el menor adquiera por virtud de su trabajo,
pues se le permite capacidad jurídica para realizar los actos de administración inherentes a esos bienes.
III. El tercer grado corresponde a los menores emancipados en donde existe sólo incapacidad parcial de ejercicio;
pueden realizar todos los actos de administración relativos a sus bienes muebles e inmuebles, sin representante;
pueden también ejecutar actos de dominio relacionados con sus bienes inmuebles; en cambio, tienen una
incapacidad de ejercicio para comparecer en juicio, necesitando de un tutor. Para celebrar actos de dominio sobre
bienes inmuebles, es menester la autorización judicial. También, el menor emancipado necesita el consentimiento
de sus padres o tutor, para contraer matrimonio.
Artículo 618. El emancipado tiene la libre administración de sus bienes, pero siempre necesita durante su
menor edad:
Del consentimiento del que lo emancipó para contraer matrimonio antes de llegar a la mayor edad. Si el que
otorgó la emancipación ejercía la patria potestad y ha muerto, o está incapacitado legalmente al tiempo en que el
emancipado intente casarse, necesita éste el consentimiento del ascendiente a quien corresponda darlo, y en su
defecto, el del juez;
De la autorización judicial para la enajenación, gravamen o hipoteca de bienes raíces;
De un tutor para los negocios judiciales.
IV. Un cuarto grado en la realización de la incapacidad de ejercicio, corresponde a los mayores de edad privados de
inteligencia o cuyas facultades mentales se encuentran perturbadas. La incapacidad de estos mayores de edad,
generalmente es total. Para los actos jurídicos familiares, no existe capacidad de goce para dichos sujetos y, por
tanto, no puede haber representación.
En materia de contratos, la regla que acabamos de enunciar se observa sin excepción; aun cuando el mayor de
edad tenga intervalos de lucidez, no puede celebrar contratos; pero en cambio en materia de testamentos se acepta que
en un momento de lucidez mental, el enajenado otorgue testamento.
La incapacidad no puede imponerse por contrato o por acto jurídico; únicamente la ley puede decretarla.
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La capacidad para celebrar actos de administración respecto de bienes ajenos no es tan estricta como para los
actos de dominio. También para esos actos se requiere o tener la propiedad o bien un derecho de goce sobre los bienes, ya
que los actos de administración no suponen necesariamente la propiedad de quien los ejecuta.
ESTADO CIVIL.
Concepto.
Generalmente se considera en la doctrina que el Estado de una persona consiste en la situación jurídica que guarda en
relación con la familia, el Estado o la Nación. En el primer caso lleva el nombre de estado civil o de familia y se
descompone en las distintas calidades de hijo, padre, esposo o pariente por consanguinidad, por afinidad o por adopción.
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Artículo 119. La sentencia firme o ejecutoriada produce acción y excepción contra quienes litigaron y contra
terceros que fueron llamados legalmente al juicio. Con excepción de estos últimos, un tercero puede excepcionarse
contra la sentencia firme, salvo contra la que haya recaído en juicio de estado civil a menos que, en este último caso,
alegue la colusión de las partes litigantes para perjudicarle, lo cual, de ser así, podrá hacerlo del conocimiento del
ministerio público para que se proceda conforme a la ley de la materia.
Sistemáticamente la doctrina y la jurisprudencia vienen insistiendo en que aun cuando fuera de desearse el alcance
absoluto de las sentencias que declaran un estado civil, debe admitirse sólo un efecto relativo entre los litigantes, siendo
posible discutir nuevamente por otras personas la calidad de estado civil que se atribuya a un determinado sujeto. Esto por
lo que se refiere a las sentencias declarativas: en estas sentencias el juez no crea el estado civil, simplemente lo reconoce.
Mientras que para las constitutivas del estado civil, sí tiene un alcance universal la decisión judicial, y es porque la
sentencia viene a crear un estado, y su creación es para todo mundo, no sólo respecto de los litigantes; por esto habrá que
distinguir entonces sentencias declarativas del estado civil cuyo alcance se limita a las partes litigantes, y sentencias
constitutivas cuyo alcance es absoluto frente a todo mundo.
En las sentencias declarativas del estado civil, en ocasiones la ley otorga la acción o la excepción sólo a un sujeto.
Una vez intentada la acción, entonces la sentencia tendrá el carácter absoluto, porque ya no podrá discutirse ese estado
civil. La ley no permite, fuera de determinadas personas, que la acción se intente por terceros en general; de aquí la
posibilidad de que, aun cuando sea sentencia declarativa de un estado, como ya nadie podrá intentar la misma acción, no
habrá ocasión en cuanto a terceros para discutirlo. La sentencia entonces tiene validez universal y sería oponible “erga
omnes.” (teoría del contradictor legítimo de D’Argentré)
Artículo 40. El estado civil de las personas sólo se comprueba por las constancias relativas del registro. Ningún otro
documento ni medio de prueba es admisible para comprobar el estado civil, salvo los casos expresamente exceptuados
por la Ley.
Artículo 41. Cuando no hayan existido registros, se hayan perdido, estuvieren ilegibles o faltaren las hojas en que se
pueda suponer que se encontraba el acta, se podrá recibir prueba del acto por instrumentos o testigos; pero si uno solo
de los registros se ha inutilizado y existe el otro ejemplar, de éste deberá tomarse la prueba, sin admitir la de otra clase.
Artículo 317. La filiación de los hijos nacidos de matrimonio se prueba con la partida de su nacimiento y con el acta de
matrimonio de sus padres.
Artículo 318. A falta de actas o si éstas fueren defectuosas, incompletas o falsas, se probará con la posesión constante de
estado de hijo nacido de matrimonio. En defecto de esta posesión son admisibles para demostrar la filiación todos los
medios de prueba que la ley autoriza, pero la testimonial no es admisible si no hubiere un principio de prueba por escrito
o indicios o presunciones resultantes de hechos ciertos que se consideren bastantes graves para determinar su admisión.
Si uno solo de los registros faltare o estuviere inutilizado y existe el duplicado, de éste deberá tomarse la prueba, sin
admitirla de otra clase.
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Artículo 319. Si hubiere hijos nacidos de dos personas que han vivido públicamente como marido y mujer, y ambos
hubieren fallecido, o por ausencia o enfermedad les fuere imposible manifestar el lugar en que se casaron, no podrá
disputarse a esos hijos haber nacido de matrimonio, por solo la falta de presentación del acta del enlace de sus padres,
siempre que se pruebe que tienen la posesión de estado de hijos de ellos, o que por los medios de prueba que autoriza el
artículo anterior, se demuestre la filiación y no esté contradicha por el acta de nacimiento.
Objeto del Registro Civil.
El Registro Civil es una institución que tiene por objeto hacer constar de una manera auténtica, a través de un
sistema organizado, todos los actos relacionados con el estado civil de las personas, mediante la intervención de
funcionarios estatales dotados de fe pública, a fin de que las actas y testimonios que otorguen, tengan un valor probatorio
pleno, en juicio y fuera de él. Permite el control por parte del estado de los actos más trascendentales de la vida de las
personas físicas: nacimiento, matrimonio, divorcio, defunción, reconocimiento de hijos, adopción, tutela y emancipación.
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Cuando sea necesario corregir el acta con motivo de algún error cometido al asentarla, que se demuestre con diversa acta
del Registro Civil relacionada con el acto de que se trate y que sea de fecha anterior.
Para anular el registro de nacimiento de una persona que presente diversa acta de nacimiento expedida por la autoridad
competente de otro país, debidamente apostillada o legalizada por el país emisor.
Cuando sea necesario modificar el sustantivo propio registrado en un acta por ser discriminatorio, peyorativo, denigrante,
o que expone a la persona al ridículo, afectando su dignidad humana.
Artículo 129. La rectificación, modificación o nulidad de un acta del estado civil, podrá hacerse en la vía administrativa o
en la judicial.
Artículo 131. Pueden pedir la rectificación, modificación o nulidad de un acta del estado civil por la vía administrativa
solo las personas de cuyo estado se trata, y por la vía judicial:
I. Las personas de cuyo estado se trata;
II. Las que mencionan en el acta como relacionadas con el estado civil de alguno;
III. Los herederos de las personas comprendidas en las dos fracciones anteriores; y
IV. Los que según los artículos 325, 326 y 327 pueden continuar o intentar la acción de que en ellos se trata.
Artículo 131 bis. La vía administrativa se seguirá, a elección del interesado, ante el Jefe de la Oficina del Registro Civil
del Municipio o población en que se haya levantado el acta, o ante el Director del Registro Civil en el Estado.
En el supuesto establecido por el inciso a) del artículo 130, el Jefe de la Oficina procederá de inmediato a realizar la
corrección, sin necesidad de homologación jurisdiccional.
En todos los demás casos, el Jefe de la Oficina deberá emitir su resolución en el plazo de cinco días, la cual deberá
enviarse de inmediato al Juez competente para que sea homologada en vía de jurisdicción voluntaria, en los términos
establecidos por el Código de Procedimientos Civiles.
Artículo 131 ter. En ningún caso el Jefe de la Oficina deberá afectar con la rectificación, modificación o nulidad de las
actas del estado civil, la identidad de las personas ni la sustancia del acto.
Se afecta la identidad de las personas, cuando se cambien los apellidos o el orden de los mismos y con ello se pierda la
línea de filiación consanguínea con sus ascendientes o descendientes, que se desprenda de la propia acta o se pretenda
crear una nueva.
Se afecta la sustancia del acto, cuando se pretende generar diverso acto del estado civil al que se hizo constar en el acta de
que se trata.
De ser procedente cualquier rectificación o modificación en las actas del estado civil, se entenderá que se trata de la
misma persona, haciéndolo constar en el documento correspondiente para los efectos legales a que haya lugar.
La rectificación, modificación o nulidad decretada en la vía administrativa, es oponible a terceros, quienes solo se podrán
oponer mediante el juicio que corresponda.
Artículo 132. El juicio de rectificación de acta se seguirá en la forma que se establece en el Código de Procedimientos
Civiles.
Artículo 133. La resolución homologada jurisdiccionalmente o, en su caso, la sentencia que cause ejecutoria, se
comunicará al Registro Civil y este hará una referencia de ella al margen del acta respectiva, sea que el fallo conceda o
niegue la rectificación, modificación o nulidad.
DOMICILIO.
Se define como el lugar en que una persona reside habitualmente con el propósito de radicarse en él. De esta
definición se desprenden dos elementos: 1. La residencia habitual, o sea, el dato objetivo susceptible de prueba directa, y
2. El propósito de establecerse en determinado lugar, o sea, el dato subjetivo que no podemos apreciar siempre mediante
pruebas directas, pero que sí es posible comprobar a través de interferencias y de presunciones.
Artículo 29. El domicilio de una persona física es el lugar donde reside con el propósito de establecerse en él; a falta de
éste, el lugar en que tiene el principal asiento de sus negocios; y a falta de uno y otro, el lugar en que se halle.
Artículo 30. Se presume el propósito de establecerse en un lugar, cuando se reside por más de seis meses en él.
Transcurrido el mencionado tiempo el que no quiera que nazca la presunción de que se acaba de hablar, declarará
dentro del término de quince días, tanto a la autoridad municipal de su anterior domicilio como a la autoridad municipal
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de su nueva residencia, que no desea perder su antiguo domicilio y adquirir uno nuevo. La declaración no producirá
efectos si se hace en perjuicio de tercero.
Clases de domicilio.
I. Legales. Son para determinados sujetos como los menores, enajenados, militares funcionarios públicos, etc.
En estos casos no es menester que exista residencia habitual o el principal asiento de los negocios, pues el
derecho, por otras razones, determina imperativamente el domicilio, contrariando una situación objetiva que
pudiera servir de base para fincar en otro lugar el domicilio real de esa persona.
ARTÍCULO 31. El domicilio legal de una persona es el lugar donde la ley le fija su residencia para el ejercicio de
sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones, aunque de hecho no esté allí presente.
ARTÍCULO 32. Se reputa domicilio legal:
a) Del menor de edad no emancipado, el de la persona a cuya patria potestad está sujeto;
b) Del menor que no esté bajo la patria potestad y del mayor incapacitado, el de su tutor;
c) De los militares en servicio activo, el lugar en que están destinados;
d) De los empleados públicos, el lugar donde desempeñan sus funciones más de seis meses. Los que por tiempo
menor desempeñen alguna comisión, no adquirirán domicilio en el lugar donde la cumplen, sino que conservarán
su domicilio anterior;
e) De los sentenciados a sufrir una pena privativa de la libertad por más de seis meses, la población en que la
extingan, por lo que toca a las relaciones jurídicas posteriores a la condena; en cuanto a las relaciones anteriores,
los sentenciados conservarán el último domicilio que hayan tenido.
f) De la familia, el de la ubicación del hogar, entendiéndose el lugar donde conviven los cónyuges y los hijos, si los
hubiere.
II. Convencional. En el cumplimiento de las obligaciones, el domicilio convencional tiene gran importancia. El
domicilio convencional es el que se tiene derecho de designar para el cumplimiento de determinadas
obligaciones (artículo 34 del CC) Además el domicilio convencional para el pago tiene también efectos en
cuanto a reputar como juez competente al del lugar que el deudor hubiere señalado para ser requerido
judicialmente para el cumplimiento de la obligación.
III. Domicilio conyugal. Los cónyuges vivirán juntos en el domicilio conyugal. Se considera domicilio conyugal,
el lugar establecido de común acuerdo por los cónyuges, en el cual ambos disfrutan de autoridad propia y
consideraciones iguales.
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Efectos del domicilio en general.
a) Determina el lugar para recibir comunicaciones, interpelaciones y notificaciones en general.
b) Determina el lugar de cumplimiento de las obligaciones.
c) Determina la competencia de los jueces en la mayoría de los casos.
d) Determina el lugar donde habrán de practicarse ciertos actos del estado civil.
e) Determina el lugar de centralizaci´ón de todos los intereses de una persona en caso de quiebra, concurso o
herencia.
NOMBRE.
Concepto.
El derecho al nombre es un derecho subjetivo de carácter extrapatrimonial, es decir, no es valorable en dinero, ni
puede ser objeto de contratación. Podemos considerar que este derecho no depende de la vida de la persona, pues el
nombre patronímico pertenece a una familia y, por lo tanto, no está referido exclusivamente a un individuo. Es por esto
que el nombre viene de generación en generación, pero no por efecto de una transmisión hereditaria, sino como una
consecuencia de un atributo común a un conjunto de miembros que integran lo que desde el punto de vista social y
jurídico constituye la familia.
El nombre se confiere en el momento en que nace la persona, de aquí que sea una facultad inherente a la misma,
que no le corresponde por herencia, sino que se le atribuye en virtud de su nacimiento.
Naturaleza jurídica.
El nombre cumple una función de policía administrativa para la identificación de las personas, y desde el punto de
vista civil constituye una base de diferenciación de los sujetos para poder referir a ellos consecuencias jurídicas
determinadas; tanto en el Registro Civil como en el Registro Público de la propiedad, se imputan derechos o se
determinan situaciones jurídicas en función del nombre.
En el nombre tenemos la facultad de impedir que otro interfiera en nuestra persona misma y en nuestra esfera
jurídica, garantizada por dicho atributo. El uso indebido del nombre se traduce necesariamente en la invasión de otros
derechos del sujeto.
NOMBRE, PRUEBA IDONEA PARA ACREDITAR EL. La prueba idónea para acreditar el nombre y apellido con que
una persona se encuentra registrada es una copia certificada del acta de nacimiento que se levantó ante el oficial del
Registro Civil, pues es en este acto en donde se adquiere el nombre y se hace constar la filiación del interesado
PATRIMONIO.
En las personas físicas son el conjunto de derechos y obligaciones que son susceptibles de valorarse
económicamente. En las jurídicas adicionalmente son los medios que les permiten realizar sus fines. El patrimonio puede
ser pecuniario o moral
NACIONALIDAD.
Es el vínculo jurídico que tiene una persona con uno o varios Estados determinados.
ESTADO DE AUSENCIA.
ARTÍCULO 624. Cuando una persona haya desaparecido y se ignore el lugar donde se halle y quien la represente, el
Juez, a petición de parte o de oficio, nombrará un depositario de sus bienes, la citará por edictos publicados en el
Periódico Oficial del Estado y en otros tres periódicos de su último domicilio, y si no los hay, en tres de los de mayor
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circulación en la República, señalándole para que se presente un término que no será menor de tres meses ni mayor de
seis, y dictará las providencias necesarias para asegurar sus bienes.
ARTÍCULO 625. Al publicarse los edictos remitirá copia a los cónsules mexicanos de aquellos lugares del extranjero en
que se puede presumir que se encuentre el ausente o que se tengan noticias de él.
ARTÍCULO 626. Si el ausente tiene hijos menores, que estén bajo su patria potestad, y no hay ascendiente que deba
ejercerla conforme a la ley, ni tutor testamentario, ni legítimo, el Ministerio Público pedirá que se nombre tutor.
ARTÍCULO 627. Las obligaciones y facultades del depositario serán las que la ley asigna a los depositarios judiciales.
ARTÍCULO 629. Si cumplido el término del llamamiento, el citado no compareciere por sí, ni por apoderado legítimo, ni
por medio de tutor o de pariente que pueda representarlo, se procederá al nombramiento de representante.
ARTÍCULO 630. Lo mismo se hará cuando en iguales circunstancias caduque el poder conferido por el ausente, o sea
insuficiente para el caso.
ARTÍCULO 631. Tienen acción para pedir el nombramiento de depositario o de representante, el Ministerio Público, o
cualquiera a quienes interese tratar o litigar con el ausente o defender los intereses de éste.
ARTÍCULO 633. Si el cónyuge ausente fuere casado en segundas o ulteriores nupcias, y hubiere hijos del matrimonio o
matrimonios anteriores, el juez dispondrá que el cónyuge presente y los hijos del matrimonio o matrimonios anteriores, o
sus legítimos representantes en su caso, nombren de acuerdo el depositario representante; mas si no estuvieren conformes,
el juez lo nombrará libremente de entre las personas designadas por el artículo anterior.
ARTÍCULO 634. A falta del cónyuge, de descendientes y ascendientes, será representante el heredero presuntivo. Si
hubiere varios con igual derecho, ellos mismos elegirán el que debe representarlo. Si no se ponen de acuerdo en la
elección, la hará el juez, prefiriendo al que tenga más interés en la conservación de los bienes del ausente.
ARTÍCULO 635. El representante del ausente es el legítimo administrador de los bienes de éste y tiene respecto de ellos,
las mismas obligaciones, facultades y restricciones que los tutores. No entrará a la administración de los bienes sin que
previamente forme inventario y avalúo de ellos, y si dentro del término de un mes no presta la caución correspondiente, se
nombrará otro representante.
ARTÍCULO 636. El representante del ausente disfrutará de la misma retribución que a los tutores señalan los artículos
562, 563 y 564.
ARTÍCULO 637. No pueden ser representantes de un ausente, los que no pueden ser tutores.
ARTÍCULO 639. Será removido del cargo de representante, el que deba serlo del de tutor.
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II. Con la presentación del apoderado legítimo;
III. Con la muerte del ausente;
IV. Con la posesión provisional.
ARTÍCULO 641. Cada año, en el día que corresponda a aquél en que hubiere sido nombrado el representante, se
publicarán nuevos edictos llamando al ausente. En ellos constarán el nombre y domicilio del representante, y el tiempo
que falte para que se cumpla el plazo que señalan los artículos 644 y 645, en su caso.
LA DECLARACIÓN DE AUSENCIA
ARTÍCULO 644. Pasado un año desde el día en que haya sido nombrado el representante, habrá acción para pedir
la declaración de ausencia.
ARTÍCULO 645. En caso de que el ausente haya dejado o nombrado apoderado general para la administración de sus
bienes, no podrá pedirse la declaración de ausencia sino pasados dos años que se contarán desde la desaparición del
ausente, si en este período no se tuvieren ningunas noticias suyas, o desde la fecha en que se hayan tenido las últimas.
ARTÍCULO 647. Pasado un año, que se contará del modo establecido en el artículo 645, el Ministerio Público y las
personas que designa el artículo siguiente, pueden pedir que el apoderado garantice, en los mismos términos en que debe
hacerlo el representante. Si no lo hiciere se nombrará representante de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 632, 633 y
634.
ARTÍCULO 649. Si el juez encuentra fundada la demanda, dispondrá que se publique durante tres meses, con intervalos
de quince días, en el Periódico Oficial y en los principales del último domicilio del ausente y la remitirá a los cónsules,
conforme al artículo 625.
ARTÍCULO 650. Pasados tres meses desde la fecha de la última publicación, si no hubiere noticias del ausente ni
oposición de algún interesado, el juez declarará en forma la ausencia.
ARTÍCULO 651. Si hubiere algunas noticias u oposición, el juez no declarará la ausencia sin repetir las publicaciones
que establece el artículo 649, y hacer la averiguación por los medios que el oponente proponga, y por los que el mismo
juez crea oportunos.
ARTÍCULO 652. La declaración de ausencia se publicará tres veces en los periódicos mencionados con intervalo de
quince días, remitiéndose a los cónsules como está prevenido respecto de los edictos. Ambas publicaciones se repetirán
cada año, hasta que se declare la presunción de muerte.
ARTÍCULO 653. El fallo que se pronuncie en el juicio de declaración de ausencia podrá impugnarse mediante la
interposición del recurso de apelación que se admitirá en ambos efectos.
ARTÍCULO 654. Declarada la ausencia si hubiere testamento público u ológrafo, la persona en cuyo poder se encuentre
lo presentará al juez, dentro de quince días contados desde la última publicación de que habla el artículo 652.
ARTÍCULO 655. El juez, de oficio o a instancia de cualquiera que se crea interesado en el testamento ológrafo abrirá
éste en presencia del representante del ausente, con citación de los que promovieron la declaración de ausencia, y con las
demás solemnidades prescritas para la apertura de esta clase de testamento.
ARTÍCULO 656. Los herederos testamentarios, y en su defecto, los que fueren legítimos al tiempo de la desaparición de
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un ausente, o al tiempo en que se hayan recibido las últimas noticias, si tienen capacidad legal para administrar, serán
puestos en la posesión provisional de los bienes, dando fianza que asegure las resultas de la administración. Si estuvieren
bajo la patria potestad o tutela, se procederá conforme a derecho.
ARTÍCULO 657. Si son varios los herederos y los bienes admiten cómoda división, cada uno administrará la parte que le
corresponda.
ARTÍCULO 658. Si los bienes no admiten cómoda división, los herederos elegirán de entre ellos mismos un
administrador general, y si no se pusieren de acuerdo, el Juez lo nombrará, escogiéndole de entre los mismos herederos.
ARTÍCULO 659. Si una parte de los bienes fuere cómodamente divisible y otra no, respecto de ésta se nombrará el
administrador general.
ARTÍCULO 660. Los herederos que no administren, podrán nombrar un interventor, que tendrá las facultades y
obligaciones señaladas a los curadores. Su honorario será el que le fijen los que le nombren y se pagará por éstos.
ARTÍCULO 661. El que entre en la posesión provisional, tendrá respecto de los bienes, las mismas obligaciones,
facultades y restricciones que los tutores.
ARTÍCULO 662. En el caso del artículo 657, cada heredero dará la garantía que corresponda a la parte de bienes que
administre.
ARTÍCULO 663. En el caso del artículo 658, el administrador general será quien dé la garantía legal.
ARTÍCULO 664. Los legatarios, los donatarios y todos los que tengan sobre los bienes del ausente derechos que
dependan de la muerte o presencia de éste, podrán ejercitarlos, dando la garantía que corresponda, según el artículo 505.
ARTÍCULO 665. Los que tengan con relación al ausente, obligaciones que deban cesar a la muerte de éste, podrán
también suspender su cumplimiento bajo la misma garantía.
ARTÍCULO 666. Si no pudiere darse la garantía prevenida en los cinco artículos anteriores, el Juez, según las
circunstancias de las personas y de los bienes, y concediendo el plazo fijado en el artículo 608, podrá disminuir el importe
de aquélla, pero de modo que no baje de la tercia parte de los valores señalados en el artículo 505.
Si hubiere legatarios, el cónyuge, los descendientes y ascendientes darán la garantía legal por la parte de bienes que
correspondan a los legatarios, si no hubiere división, ni administrador general.
ARTÍCULO 669. Los que entren en la posesión provisional tienen derecho de pedir cuentas al representante del ausente
y éste entregará los bienes y dará las cuentas en los términos prevenidos en los capítulos XI y XIII del Título IX de este
Libro. El plazo señalado en el artículo 579, se contará desde el día en que el heredero haya sido declarado con derecho a la
referida posesión.
ARTÍCULO 670. Si hecha la declaración de ausencia no se presentaren herederos del ausente, el Ministerio Público
pedirá, o la continuación del representante, o la elección de otro que en nombre de la Hacienda Pública, entre en la
posesión provisional, conforme a los artículos que anteceden.
ARTÍCULO 671. Muerto el que haya obtenido la posesión provisional le sucederán sus herederos en la parte que les
haya correspondido, bajo las mismas condiciones y con iguales garantías.
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ARTÍCULO 672. Si el ausente se presenta o se prueba su existencia antes de que sea declarada la presunción de
muerte, recobrará sus bienes. Los que han tenido la posesión provisional, hacen suyos todos los frutos industriales que
hayan hecho producir a esos bienes, y la mitad de los frutos naturales y civiles.
ARTÍCULO 680. Cuando hayan transcurrido tres años desde la declaración de ausencia, el juez, a instancia de parte
interesada, declarará la presunción de muerte.
Respecto de los individuos que hayan desaparecido al tomar parte en una guerra, encontrándose a bordo de un buque que
naufrague, o al verificarse una explosión, incendio, terremoto, inundación u otro siniestro semejante, bastará que hayan
transcurrido dos años contados desde su desaparición para que pueda hacerse la declaración de presunción de muerte, sin
que en esos casos sea necesario que previamente se declare su ausencia; pero si se tomarán las medidas provisionales
autorizadas por el capítulo I de este Título.
Cuando la desaparición sea consecuencia de la comisión de delitos en materia de secuestro, así como en el caso de
miembros de corporaciones de seguridad pública o de las Fuerzas Armadas que sean sustraídos con motivo del ejercicio
de sus funciones, bastará el transcurso de un año, contado a partir de la fecha en que se tuvo noticia de su paradero por
última ocasión, para que se declare la presunción de muerto.
ARTÍCULO 681. Declarada la presunción de muerte, se abrirá el testamento del ausente, si no estuviere ya publicado,
conforme al artículo 655; los poseedores provisionales darán cuenta de su administración en los términos prevenidos en
el artículo 669, y los herederos y demás interesados entrarán en la posesión definitiva de los bienes, sin garantía alguna, la
que según la ley se hubiere dado quedará cancelada.
ARTÍCULO 682. Si se llega a probar la muerte del ausente, la herencia se defiere a los que debieran heredar al tiempo de
ella, pero el poseedor o poseedores de los bienes hereditarios, al restituirlos se reservarán los frutos correspondientes a la
época de la posesión provisional, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 672 y todos ellos, desde que obtuvieron la
posesión definitiva.
ARTÍCULO 683. Si el ausente se presentare o se probare su existencia después de otorgada la posesión definitiva,
recobrará sus bienes en el estado en que se hallen, el precio de los enajenados, o los que se hubieren adquirido con el
mismo precio; pero no podrá reclamar frutos ni rentas.
ARTÍCULO 684. Cuando hecha la declaración de ausencia o la presunción de muerte de una persona, se hubieran
aplicado sus bienes a los que por testamento o sin él se tuvieren por herederos, y después se presentaren otros
pretendiendo que ellos deben ser preferidos en la herencia, y así se declara por sentencia que cause ejecutoria, la entrega
de los bienes se hará a estos en los mismos términos en que, según los artículos 672 y 683 debiera hacerse al ausente si se
presentara.
ARTÍCULO 685. Los poseedores definitivos darán cuenta al ausente y a sus herederos. El plazo legal correrá desde el día
en que el primero se presente por sí o por apoderado legítimo, o desde aquél en que por sentencia que cause ejecutoria se
haya deferido la herencia.
ARTÍCULO 687. En el caso segundo del artículo anterior, los poseedores definitivos serán considerados como
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provisionales desde el día en que se tenga noticia cierta de la existencia del ausente.
ARTÍCULO 688. La sentencia que declare la presunción de muerte de un ausente casado, pone término a la sociedad
conyugal.
PARENTESCO.
El parentesco implica un estado jurídico por cuanto que es una situación permanente que se establece entre dos o
más personas por virtud de la consanguinidad, del matrimonio o de la adopción, para originar de manera constante un
conjunto de consecuencias de derecho.
Las tres formas de parentesco, deben estar declaradas y reconocidas por la ley. En el parentesco por afinidad y en
el parentesco civil o por adopción, la ley es la que determina quiénes son los sujetos vinculados por la relación parental y
los actos jurídicos (matrimonio o adopción) que producirán las consecuencias de derecho.
Parentesco consanguíneo.
ARTÍCULO 270. El parentesco de consanguinidad es el que existe entre personas que descienden de un mismo
progenitor.
ARTÍCULO 273. Cada generación forma un grado, y la serie de grados constituye lo que se llama línea de parentesco.
ARTÍCULO 274.
Línea recta. Se compone de la serie de grados entre personas que descienden unas de otras
Línea transversal. Se compone de la serie de grados entre personas que sin descender unas de otras, proceden de
un progenitor o tronco común.
ARTÍCULO 276. En la línea recta los grados se cuentan por el número de generaciones, o por el de las personas,
excluyendo al progenitor.
ARTÍCULO 277. En la línea transversal los grados se cuentan por el número de generaciones subiendo por una de las
líneas y descendiendo por la otra; o por el número de personas que hay de uno a otro de los extremos que se consideran,
excluyendo la del progenitor o tronco común.
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Parentesco por afinidad.
El parentesco por afinidad, es el que se adquiere por el matrimonio o concubinato, entre el hombre y la mujer y
sus respectivos parientes consanguíneos. En realidad este tipo de parentesco viene a constituir una combinación del
matrimonio y del parentesco consanguíneo, pues presenta la línea recta y la línea transversal, computándose los grados en
la forma que ya se ha explicado.
En nuestro derecho el parentesco por afinidad produce sólo consecuencias muy restringidas. Sólo aceptamos
como consecuencia jurídica importante la de que el matrimonio no puede celebrarse entre parientes por afinidad en línea
recta. Tampoco tal forma de parentesco da derecho a heredar.
Por virtud del divorcio, se extingue el parentesco por afinidad, así como en los casos de disolución del matrimonio
por muerte de uno de los cónyuges o por nulidad. El principio tradicional se enuncia diciendo que: “muerta mi hija,
muerto mi yerno.”
En la adopción, propiamente no existe un verdadero contrato entre las diversas partes que intervienen para la
adopción, por lo que preferimos hablar de un acto jurídico plurilateral mixto.
Las consecuencias en cuanto la adopción se reducen a aplicar todo el conjunto de derechos y obligaciones que
impone la filiación legítima entre padre e hijo, al adoptante y adoptado. También crea un impedimento entre las partes
para el matrimonio, pero sólo subsiste en tanto dure el lazo jurídico resultante de la adopción. Por tanto, no se extiende a
los parientes del adoptante ni los parientes del adoptado.
ALIMENTOS.
Los alimentos constituyen una de las consecuencias principales del parentesco y abarcan: la comida, el vestido, la
habitación y la asistencia en caso de enfermedad. Respecto de los menores, comprenden, además, los gastos necesarios
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para la educación primaria del alimentista y para proporcionarle algún oficio, arte o profesión honestos y adecuados a su
sexo y circunstancias personales.
ARTÍCULO 285. Los Alimentos comprenden la comida, el vestido, la habitación y la asistencia en casos de enfermedad,
embarazo y parto. Respecto de las personas menores de edad, los alimentos comprenden, además, los gastos necesarios
para la educación preescolar, primaria y secundaria o su equivalente y para proporcionarle algún oficio, arte o
profesión lícitos y adecuados a sus circunstancias personales. Tratándose de personas con discapacidad o declarados
en estado de interdicción, en los términos de la Ley de la materia, lo indispensable para lograr en lo posible su
rehabilitación, tratamiento y desarrollo.
ARTÍCULO 279. Los cónyuges deben darse alimentos. Las leyes determinarán cuándo queda subsistente esta obligación
en los casos de disolución del matrimonio.
El hombre tendrá obligación de proporcionar alimentos a la mujer con quien ha vivido como si fuera su esposa durante
los últimos cinco años, o bien, con la que tenga hijos, siempre que ella permanezca libre de matrimonio y carezca de
bienes propios para proveer a su subsistencia.
En igual forma tendrán derecho de alimentos los hijos que de conformidad con el artículo 360 de este Código se presuma
que han nacido de la mencionada unión si no han sido legalmente reconocidos.
En caso de que fueren varias las concubinas, ninguna de ellas tendrá derecho a reclamar alimentos.
El parentesco por afinidad no engendra en nuestro derecho, según ya lo hemos indicado, el derecho y obligación
de alimentos.
En cuanto al parentesco por adopción, dado que crea los mismos derechos y obligaciones que el parentesco
legítimo entre padre e hijo, se crea sólo entre adoptante y adoptado el derecho y la obligación de darse recíprocamente
alimentos, según las necesidades del acreedor y las posibilidades económicas del deudor.
ARTÍCULO 286. El obligado a dar alimentos cumple la obligación asignando una pensión competente al acreedor
alimentario, o incorporándolo a la familia. Si el acreedor se opone a ser incorporado, compete al juez, según las
circunstancias, fijar la manera de ministrar los alimentos.
En la resolución judicial o convenio, se establecerá un porcentaje de los ingresos del deudor para que el importe de la
pensión alimenticia se vaya actualizando de manera automática. El Juez cuidará el cumplimiento de esta disposición
tomando las medidas necesarias para ello.
Cuando no sea posible establecer un porcentaje de los ingresos del deudor, el Juez implementará los mecanismos para el
cumplimiento de la obligación, tomando las medidas necesarias para garantizar su actualización automática.
ARTÍCULO 286 Bis. Cuando se disponga que el cumplimiento de la obligación alimentaria sea mediante la asignación
de una pensión, el deudor queda obligado a depositar la cantidad correspondiente en la cuenta bancaria que al efecto
designe el acreedor, su representante o el Juez.
Si el deudor alimentista es trabajador asalariado, el Juez ordenará al patrón realizar el descuento correspondiente del
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salario que aquel perciba y su depósito en la cuenta bancaria aperturada para tal efecto.
Cuando en virtud de las disposiciones anteriores se retarde el cumplimiento de la obligación, el Juez tomará las medidas
necesarias para garantizar que la pensión alimentaria sea oportunamente entregada a los acreedores.
ARTÍCULO 287. El deudor alimentista no podrá pedir que se incorpore a su familia el que debe recibir los alimentos,
cuando se trate de un cónyuge divorciado que reciba alimentos del otro, y cuando haya inconveniente legal para hacer
esa incorporación.
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11. La obligación alimentaria no se extingue por el cumplimiento. Como se trata de prestaciones de renovación
continua en tanto subsiste la necesidad del acreedor y la posibilidad económica del deudor, es evidente que de
manera ininterrumpida seguirá dicha obligación durante la vida del alimentista.
12. Es subsidiario. Es una obligación sucesiva que atiende a la graduación del parentesco, lo que implica que sólo se
establece a cargo de los parientes más lejanos ante la falta o imposibilidad de los más cercanos.
13. Es dinámico. Para fijar el monto de los alimentos debe atenderse a circunstancias cambiantes, como lo son: las
posibilidades de quien debe proporcionarlos y las necesidad de quien ha de recibirlos, lo que ocasiona que su
monto y la obligación misma estén sujetos a una permanente actualización.
14. Tienen su origen en la ley. La obligación alimentaria proviene de la ley, sin que para su existencia se requiere de
la voluntad del acreedor o del deudor. No nace de causas contractuales, como lo pudiera ser un convenio
extrajudicial, sino que se trata de un deber ético acogido por el derecho y elevado a la categoría de obligación.
Personas que tienen acción para pedir el aseguramiento de alimentos.
El aseguramiento de los alimentos según el artículo 294 podrá consistir en hipoteca, prenda, fianza o depósito de
cantidad bastante a cubrir los alimentos. El enumerar el artículo 292 las personas que tienen acción para pedir el
aseguramiento, comprende tanto la acción para exigir el pago, como para obtener la garantía.
Abandono de personas.
Artículo 299. Cuando el marido no estuviere presente o estándolo rehusare entregar a la mujer lo necesario para los
alimentos de ella y de los hijos, será responsable de las deudas que la esposa contraiga para cubrir esa exigencia; pero sólo
en la cuantía estrictamente necesaria para ese objeto, y siempre que no se trate de gastos de lujo
MATRIMONIO.
El vínculo matrimonial, por tanto, implica un cúmulo de derechos y deberes entre los consortes, uno respecto del
otro, durante toda la vida conyugal, y dentro de ellos se encuentra el de proporcionarse alimentos, como se dispone el
artículo 279 del Código Civil para el estado de Chihuahua.
Artículo 279. Los cónyuges deben darse alimentos. Las leyes determinarán cuándo queda subsistente esta obligación en
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los casos de disolución del matrimonio.
DIVORCIO.
Artículo 263. El cónyuge inocente, cuando carezca de bienes propios bastantes para atender a su subsistencia, podrá
exigir del culpable una pensión alimenticia independiente de la que corresponda a los hijos menores o incapacitados que
tenga a su cuidado.
Artículo 264. El derecho a los alimentos cesará por muerte del que los recibe o por contraer la mujer nuevo matrimonio u
observar mala conducta.
Artículo 265. Si el divorcio se decretare por causa que no implique culpabilidad de ninguno de los cónyuges, ambos
podrán exigirse recíprocamente alimentos. El marido, en todo caso, sólo tendrá derecho a alimentos cuando esté
imposibilitado para trabajar y no tenga bienes propios con que subsistir.
En los casos de divorcio voluntario o por mutuo consentimiento si uno de los cónyuges no tiene ingresos suficientes
para subsistir.
En el caso del divorcio voluntario resuelto judicialmente es de señalar que, la mujer tiene derecho a recibir
alimentos por otro tiempo igual al que estuvo casada, siempre que carezca de los bienes suficientes para subsistir,
prerrogativa ésta que, según se ha dicho, reconoce el valor económico del trabajo doméstico y, de igual modo busca
permitir que la mujer tenga tiempo para capacitarse y recuperar su competividad en el mercado de trabajo que en este
sentido, perdió al dedicarse a la atención del hogar y de los hijos e hijas.
Derecho del que también gozan los hombres, siempre que estén imposibilitados para trabajar y carezcan de los
bienes necesarios para subsistir.
Artículo 243. El matrimonio contraído de buena fe, aunque sea declarado nulo, produce todos sus efectos civiles en favor
de los cónyuges mientras dure, y en todo tiempo en favor de los hijos nacidos antes de la celebración del matrimonio,
durante él y trescientos días después de la declaración de nulidad, si no se hubieren separado los consortes, o desde su
separación en caso contrario.
Artículo 244. Si ha habido buena fe de parte de uno solo de los cónyuges, el matrimonio produce efectos civiles
únicamente respecto de él y de los hijos.
Si ha habido mala fe de parte de ambos consortes, el matrimonio produce efectos civiles solamente respecto de los hijos.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha establecido a partir de abril de 2012 que el matrimonio declarado
nulo producirá efectos civiles para el cónyuge que actuó de buena fe y sus hijos, sin precisar en qué momento cesarán los
mismos. Lo anterior permite que de acuerdo con la naturaleza de los efectos que puede producir el matrimonio, se
determine cuáles deben subsistir a la declaratoria de nulidad y cuáles deben de cesar. En un juicio de nulidad de
matrimonio motivado por la existencia de uno previo, puede sostenerse que los cónyuges sostuvieron una relación familiar
de hecho. En tal sentido, si el fundamento de la obligación alimentaria es la solidaridad que debe manifestarse entre las
personas con algún vínculo familiar, es posible extender los beneficios de la institución alimentaria para el cónyuge que
actuó de buena fe. Negarle a éste el derecho a percibir alimentos sería darle un trato desigual de manera injustificada
frente a los concubinarios y los divorciados. Respecto a la tramitación de los alimentos, al no existir disposiciones
expresas que regulen el caso de nulidad de matrimonio en el supuesto analizado, deberán aplicarse las establecidas para
los divorciados en el Código Civil para el Estado
CONCUBINATO.
El legislador ha reconocido que el concubino tiene la obligación de proporcionar alimentos a su concubina, así
como a los hijos que sean o se presuman producto del concubinato, según lo dispone el artículo 279 del Código Civil para
el Estado de Chihuahua.
Artículo 279. Los cónyuges deben darse alimentos. Las leyes determinarán cuándo queda subsistente esta obligación en
los casos de disolución del matrimonio.
El hombre tendrá obligación de proporcionar alimentos a la mujer con quien ha vivido como si fuera su esposa durante los
últimos cinco años, o bien, con la que tenga hijos, siempre que ella permanezca libre de matrimonio y carezca de bienes
propios para proveer a su subsistencia.
En igual forma tendrán derecho de alimentos los hijos que de conformidad con el artículo 360 de este Código se presuma
que han nacido de la mencionada unión si no han sido legalmente reconocidos.
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En caso de que fueren varias las concubinas, ninguna de ellas tendrá derecho a reclamar alimentos.
PARENTESCO.
El parentesco es el vinculo legalmente reconocido que une a dos personas, sea porque estas tienen una
ascendencia común, o bien por la celebración de un acto jurídico como el matrimonio o la adopción.
El derecho-deber alimentario es una de las consecuencias o efectos jurídicos inmediatos derivados de la relación
de parentesco, pero únicamente por que hace al consanguíneo y al civil.
ADOPCIÓN.
Artículo 284. El adoptante y el adoptado tienen la obligación de darse alimentos en los casos en que la tienen los padres
y los hijos.
SOCIEDAD DE CONVIVENCIA.
En el caso del Distrito Federal, una más de las fuentes de obligación alimentaria es la sociedad de convivencia,
figura que tiene como propósito garantizar los derechos por vía de la legitimación de las uniones que surgen de relaciones
afectivas a que el derecho mexicano no reconocía consecuencias jurídicas, aun cuando aquellas estuvieren basadas en
autenticos lazos de solidaridad humana, de comprensión mutua y apego efectivo.
Éstas se rigen por la Ley de Sociedad de Convivencia para el Distrito Federal, publicada en el Diario Oficial de la
Federación de 16 de noviembre de 2006, ordenamiento cuyo artículo 2° dispone lo siguiente:
Artículo 2. La Sociedad de Convivencia es un acto jurídico bilateral que se constituye, cuando dos personas físicas de
diferente o del mismo sexo, mayores de edad y con capacidad jurídica plena, establecen un hogar común, con voluntad
de permanencia y de ayuda mutua.
Por ende, al tratarse de relaciones basadas en lazos de solidaridad, entre las personas que en ellas intervienen, a las
que se les denomina convivientes, nace, entre otros, el derecho-deber recíproco de ministrarse alimentos, como se estatuye
en el artículo 13 de la ley mencionada:
Artículo 13. En virtud de la Sociedad de Convivencia se generará el deber recíproco de proporcionarse alimentos, a
partir de la suscripción de ésta, aplicándose al efecto lo relativo a las reglas de alimentos.
Finalmente es de precisar que el derecho-deber alimentario existente entre los convivientes, puede perdurar no
obstante la terminación de la sociedad de convivencia, siempre que uno de ellos carezca de ingresos y bienes suficientes
para subsistir como lo establece el artículo 21 de dicha legislación.
Artículo 21. En el caso de terminación de la Sociedad de Convivencia, el conviviente que carezca de ingresos y bienes
suficientes para su sostenimiento, tendrá derecho a una pensión alimenticia sólo por la mitad del tiempo al que haya
durado la Sociedad de Convivencia, siempre que no viva en concubinato, contraiga matrimonio o suscriba otra Sociedad
de Convivencia. Este derecho podrá ejercitarse sólo durante el año siguiente a la terminación de dicha sociedad.
Testamento.
El derecho sucesorio, entendido como el conjunto de las disposiciones del derecho positivo relativas a la sucesión
mortis causa contempla varias reglas relacionadas con el derecho alimentario. Entre ellas destacan las que prevén que el
testador está obligado a dejar alimentos a determinadas personas y, de no hacerlo, su testamento se tiene por inoficioso.
Artículo 1272. Toda persona tiene derecho de disponer libremente de sus bienes por testamento, a título de herencia o
legado; pero el testador está obligado a dejar alimentos a las personas a quienes les corresponda conforme a la ley.
Artículo 1273. No hay obligación de dar alimentos, sino a falta o por imposibilidad de los parientes mas próximos en
grado.
Artículo 1274. No hay obligación de dar alimentos a las personas que tengan bienes; pero si teniéndolos, su producto no
iguala a la pensión que debería corresponderles, la obligación se reducirá a lo que falte para completarla.
Artículo 1275. Las personas que conforme al artículo 1272 tienen derecho a recibir alimentos de la herencia, perderán el
mismo si dejan de hallarse en el supuesto de la ley para considerarse acreedores alimenticios, así como si observan mala
conducta o adquieren bienes, aplicándose es este último caso lo dispuesto en el artículo anterior.
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Artículo 1276. El derecho de percibir alimentos no es renunciable ni puede ser objeto de transacción.
El monto de la pensión alimenticia se fijará y asegurará conforme a las reglas generales establecidas por este Código en
materia de alimentos, y por ningún motivo excederá de los productos de la porción, que en caso de sucesión intestada,
corresponderla al que tenga derecho a dicha pensión, ni bajará de la mitad de tales productos. Si el testador hubiere fijado
la pensión alimenticia, subsistirá su designación, cualquiera que sea, siempre que no baje del mínimo antes establecido.
Artículo 1277. Cuando el caudal hereditario no fuere suficiente para dar alimentos a todas las personas comprendidas en
el artículo 1272, se observarán las reglas siguientes:
I. Se ministrarán a prorrata a los descendientes y cónyuge supérstite, o persona con quien el autor de la sucesión
vivió maritalmente.
II. Cubiertas las pensiones a que se refiere la fracción anterior, se ministrarán, también a prorrata, a los ascendientes
y hermanos del autor de la sucesión.
III. Por último, se ministrarán igualmente a prorrata, a los demás parientes colaterales dentro del cuarto grado.
Artículo 1278. Es inoficioso el testamento en que no se deje la pensión alimenticia, según lo establecido en este Capítulo.
Artículo 1279. El preterido tendrá derecho a que se le dé la pensión que corresponda, subsistiendo el testamento en todo
lo que no perjudique este derecho.
Artículo 1280. La pensión alimenticia es carga de la masa hereditaria, excepto cuando el testador haya gravado con ella a
alguno o algunos de los partícipes de la sucesión.
Artículo 1281. No obstante lo dispuesto en el artículo 1279, el hijo póstumo y el hijo o hijos nacidos en vida del testador,
pero después de que éste haya hecho su testamento, tendrán derecho a percibir íntegra la porción que les correspondería
como herederos legítimos si no hubiere testamento, a menos que el testador hubiere dispuesto expresamente otra cosa.
Las personas a las que, por regla general, el testador debe dejar alimentos, son:
I. Sus descendientes menores de 18 años o los que, sin importar su edad, estén imposibilitados para trabajar.
II. Su cónyuge supérstite o, en su caso concubino(a) siempre que esté impedido para trabajar y no tenga bienes
suficientes.
III. Sus hermanos y demás parientes colaterales dentro del cuarto grado, siempre que sean menores de dieciocho años
o estén incapacitados y no tengan bienes para subvenir a sus necesidades.
Sujetos.
Son dos los sujetos, dada la naturaleza reciproca de la obligación alimentaria –conforme a la cual el que da
alimentos tiene a su vez el derecho de pedirlos-, pueden alternar su carácter, de modo que un sujeto que en determinadas
circunstancias figura como acreedor, puede, ante el cambio de tales circunstancias, fungir como deudor.
Las personas que en atención a las fuentes de obligación alimentaria, pueden ser parte de ésta, son las siguientes:
1. Los cónyuges. Los alimentos entre cónyuges son consecuencia de los deberes de solidaridad y asistencia mutua
derivados del matrimonio, en atención a los cuales, la primera persona gravada con la obligación de dar alimentos
es el cónyuge, pues, nadie existe más estrechamente obligado a prestar auxilio a su consorte.
Esta obligación subsiste aun disuelto el vinculo matrimonial, de modo que pueden también considerarse sujetos de
la obligación alimentaria los ex cónyuges.
2. Los concubinos. Por parte del concubino existe la obligación de ministrar alimentos a la concubina e hijos
producto de dicha relación.
3. Los padres. Estan obligados a dar alimentos a sus hijos. Esta obligación se genera por la filiación, y en
consecuencia, no se limita a los hijos legitimos, sino que se hace extensiva a los hijos nacidos fuera del
matrimonio.
La obligación recae en ambos padres, ya que los dos deben contribuir económicamente al sostenimiento del hogar
y a la alimentación y educación de sus hijos, salvo cuando alguno de ellos esté imposibilitado para trabajar y
acrezca de bienes propios o no tenga ingresos, supuesto éste en el que otro debe atender íntegramente esos gastos.
Como se ha precisado, por regla general, la obligación de los padres de dar alimentos a sus hijos cesa cuando
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estos adquieren la mayoría de edad, sin embargo, divha obligación puede subsistir si, al llegar a esa edad, siguen
necesitándolos, como ocurre por ejemplo si son incapaces o si, como ya se dijo, continúan cursando estudios de
educación superior siempre que el agrado de escolaridad sea acorde a su edad, ello en atención a sus
circunstancias particulares –economicas, sociales, materiales, de salud y familiares-.
4. Otros ascendientes. A falta o por imposibilidad de los padres, entendida ésta como “la incapacidad física o
mental que sufran los progenitores y que les impida allegarse los medios necesarios para poder cumplir con su
obligación, y no como su falta de responsabilidad moral o económica, la obligación alimentaria recae en los
demás ascendientes por ambas líneas más próximos en grado, primordialmente en los abuelos, tal como lo refiere
el artículo 280 del Código Civil para el estado de Chihuahua:
Artículo 280. Los padres están obligados a dar alimentos a sus hijos. A falta o por imposibilidad de los padres,
la obligación recae en los demás ascendientes por ambas líneas que estuvieren más próximos en grado.
5. Los hijos. Toda vez que, como ha quedado señalado la obligación alimentaria es de naturaleza recíproca, es decir,
así como los padres tienen la obligación de dar alimentos a sus hijos, estos deben proporcionarlos a aquellos,
siempre que los necesiten, ya sea por edad avanzada, vejez, enfermedad o imposibilidad para trabajar, conforme
lo dispone el articulo 281 del Código Civil vigente para el Estado de Chihuahua:
Artículo 281. Los hijos están obligados a dar alimentos a los padres, a falta o por imposibilidad de los hijos, lo
están los descendientes más próximos en grado.
6. Otros descendientes. En forma subsidiaria a los hijos ante la falta o imposibilidad de éstos, la obligación
alimenticia recae en los demás descendientes por orden de proximidad.
7. El adoptante y el adoptado. Estos sujetos, tienen la obligación de darse alimentos en los mismos términos que
los padres y los hijos.
Artículo 284 del Código Civil para el Estado de Chihuahua.- El adoptante y el adoptado tienen la obligación de
darse alimentos en los casos en que la tienen los padres y los hijos.
8. Parientes colaterales. A falta o por imposibilidad de los anteriores sujetos, la obligación recae por regla general
en los hermanos del padre y madre, o en los que fueren solamente de madre o de padre, y en ausencia de estos,
tienen la obligación de ministrar alimentos los parientes colaterales del cuarto grado, como tíos y primos,
estableciéndolo de esta manera el numeral 282 del Código Sustantivo Civil para nuestro Estado:
Artículo 282. A falta o por imposibilidad de los ascendientes o descendientes, la obligación recae en los
hermanos de padre y madre; en defecto de éstos, en los que fueren de madre solamente, y en defecto de ellos, en los
que fueren sólo de padre.
9. Faltando los parientes a que se refieren las disposiciones anteriores, tienen obligación de ministrar alimentos los
parientes colaterales dentro del cuarto grado.
Cabe señalar que, en el caso de este tipo de parientes, la obligación alimentaria sólo existe respecto de menores de
edad o de incapaces.
Artículo 283. Los hermanos y demás parientes colaterales a que se refiere el artículo anterior, tienen obligación
de dar alimentos a los menores, mientras éstos llegan a la edad de dieciocho años. También deben alimentar a
sus parientes dentro del grado mencionado, que fueren incapaces.
Para determinar en cada caso, quienes son los obligados a proporcionar alimentos se atiende a un orden de
proximidad, pues los parientes más cercanos son llamados con exclusión de los más lejanos
En caso de que sean varios los que deben dar alimentos, y todos estén en posibilidad de hacerlo, es factible que
la obligación se divida entre ellos en proporción a sus haberes.
Artículo 289. Si fueren varios los que deben dar los alimentos y todos tuvieren posibilidad para hacerlo, el Juez
repartirá el importe entre ellos, en proporción a sus haberes.
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MATRIMONIO.
ARTÍCULO 134. El matrimonio es el acuerdo de voluntades entre un hombre y una mujer para realizar la
comunidad de vida, en donde ambos se procuran respeto, igualdad y ayuda mutua, con la posibilidad de procrear hijos de
manera libre, responsable e informada. Este acto debe celebrarse ante los funcionarios que establece la Ley y con las
formalidades que ella exige.
1. El matrimonio como institución. En este sentido significa el conjunto de normas que rigen al matrimonio.
Inhering explica que las normas jurídicas se agrupan constituyendo series de preceptos para formar verdaderos
cuerpos que tienen autonomía, estructura y funcionamiento propios dentro del sistema total que constituye el
derecho positivo. Para el citado autor, el enlace entre las normas es de carácter teleológico, es decir, en razón de
sus finalidades.
El matrimonio como idea de obra signfica la común finalidad que persiguen los consortes para constituir una
familia y realizar un estado de vida permanente entre los mismos. Para el logro de las finalidades comunes que impone la
institución, se organiza un poder que tiene por objeto mantener la unidad y establecer la dirección dentro del
grupo pues toda comunidad exige necesariamente tanto un poder de mando como un principio de disciplina social.
2. El matrimonio como acto jurídico condición. León Duguit distingue el acto regla, el acto subjetivo y el acto
condición, en su tratado de derecho constitucional. Define el último, como el acto jurídico que tiene por objeto
determinar la aplicación permanente de todo un estatuto de derecho a un individuo o a un conjunto de individuos,
para crear situaciones jurídicas concretas que constituyen un verdadero estado, por cuanto que no se agotan por la
realización de las mismas, sino que permiten su renovación continua. Por virtud del matrimonio se condiciona la
aplicación de un estatuto que vendrá a regir la vida de los consortes en forma permanente.
3. El matrimonio como un acto jurídico mixto. El matrimonio es un acto mixto, debido a que se constituye no sólo
por el consentimiento de los consortes, sino también por la intervención que tiene el Oficial de Registro Civil.
Este órgano del Estado desempeña un papel constitutivo y no simplemente declarativo, pues podemos decir que si
se omitiese en el acta respectiva hacer constar la declaración que debe hacer el citado funcionario, considerando
unidos a los consortes en legítimo matrimonio, éste no existiría desde el puntode vista jurídico.
4. El matrimonio como contrato ordinario. Ésta ha sido la tesis tradicional desde que se separó el matrimonio
civil del religioso, pues tanto en el derecho positivo como en la doctrina, se le ha considerado fundamentalmente
como un contrato en el cual existen todos los elementos esenciales y de validez de dicho acto jurídico. Planiol y
Ripert reconocen que aun cuando el matrimonio es una institución y constituye un acto complejo, tiene también
carácter de contractual. Sin embargo admiten que en el matrimonio existe una naturaleza mixta.
5. El matrimonio como contrato adhesión. Como una modalidad de la tesis contractual, se ha sostenido que el
matrimonio participa de las características generales de los contratos de adhesión, toda vez que los consortes no
son libres para estipular derechos y obligaciones distintos de aquellos que imperativamente determina la ley.
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6. El matrimonio como estado jurídico. Desde este punto de vista, el matrimonio se presenta como una doble
consecuencia de la institución matrimonial y del acto jurídico que celebran las partes en unión del Oficial de
Registro Civil, pues constituye a la vez una situación jurídica permanente que rige la vida de los consortes y un
acto jurídico mixto desde el momento de la celebración. El matrimonio se presenta como un estado de derecho en
oposición a los simples estados de hecho.
7. Tesis de Antonio Cicu. El matrimonio no e sun contrato, sino un acto de poder estatal. El matrimonio no es
formalmente contrato, pero de una manera mucho más radical nosotros creemos poder atacar la concepción
contractual del matrimonio, negando también la forma del contrato. Es indudable que en nuestro derecho no se
tiene matrimonio sin la intervención del oficial del estado civil.
CARACTERES.
En el derecho actual se señalan los siguientes:
I. Permanencia. Implica el matrimonio una unión que se prolonga en el tiempo y que solamente puede ser disuelto
en las hipótesis contempladas por la ley y con la intervención de los funcionarios públicos que la misma indica.
II. Unidad. Se trata de la unión de un solo hombre con una sola mujer. Excluye la poligamia (unión de un hombre
con varias mujeres) y la poliandria (unión de una mujer con varios hombres), y la unión entre grupos de hombres
y mujeres.
III. Legalidad. Debe celebrarse conforme a los requisitos establecidos en la ley y los derechos y obligaciones que del
acto emergen, están sujetos a un estatuto legal establecido previamente y al que deben ajustarse los cónyuges.
IV. Igualdad. Desaparecida de nuestra legislación la potestad marital y al establecer la constitución la igualdad del
varón y la mujer, los integrantes de la pareja gozan de la misma autoridad y consideración en el matrimonio.
Artículos 149 y 154.
ARTÍCULO 149. Los cónyuges están obligados a contribuir cada uno por su parte a los fines del matrimonio y a
socorrerse mutuamente.
ARTÍCULO 154. El marido y la mujer tendrán en el hogar autoridad y consideraciones iguales; por lo tanto, de común
acuerdo arreglarán todo lo relativo a la educación y establecimiento de los hijos y la administración de los bienes que a
éstos pertenezcan.
FINES.
En la actualidad y conforme nuestras leyes el fin más importante es la ayuda mutua de los cónyuges. En efecto,
puede contraerse el vínculo conyugal por quienes carecen de aptitud para fecundar o padecen impotencia para el coito;
pueden no cohabitar dos personas por razones de enfermedad, o de trabajo, pero la ayuda mutua no se suspende o se
extingue, porque es la expresión de la solidaridad que subyace en la unión permanente de marido y mujer. Es el único
deber matrimonial que se cumple para después de la muerte.
De existencia.
La doctrina mexicana está de acuerdo en que los elementos esenciales del matrimonio son los siguientes:
a) El consentimiento.
b) El objeto.
c) La solemnidad.
El consentimiento.
Se forma por el acuerdo de voluntades de los contrayentes para unirse en matrimonio. Sin embargo aunque tal
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concurso es necesario para la constitución del estado matrimonial, no es suficiente por sí mismo para producir este efecto
pues, conforme a la ley, debe concurrir la voluntad del estado sancionando la convención para que produzca las
consecuencias establecidas con anterioridad en el ordenamiento jurídico.
El acuerdo de voluntades se produce ante el Oficial del Registro Civil al contestar los contrayentes
afirmativamente a la pregunta del funcionario público sobre si es su voluntad unirse en legítimo matrimonio. Artículo 99
fracción V: Se levantará luego el acta de matrimonio en la cual se hará constar: La declaración de los pretendientes de
ser su voluntad unirse en matrimonio y la de haber quedado unidos, que hará el funcionario actuante en nombre de la
ley;
El oficial del Registro Civil interviene para hacer constar de forma pública la voluntad expresada por los
contrayentes de unirse en matrimonio y declarar constituida esa unión, otorgándole la fuerza legal que al matrimonio
concede el Estado
La manifestación vertida en la solicitud de matrimonio, en ese mismo sentido, a que se refiere la fracción III del
artículo 93, carece de efectos constitutivos, no es promesa de matrimonio, ni crea la obligación de contraerlo entre los
solicitantes, porque estos tienen derecho a expresar libremente su voluntad hasta el momento de celebrar las nupcias.
El Objeto.
El objeto directo de los actos jurídicos consiste en la creación, transmisión, modificación y extinción de derechos
y obligaciones. El objeto directo del matrimonio se expresa en la creación de derechos y obligaciones de los cónyuges,
así como en todas las consecuencias con relación a los hijos, si los hay, que establece la ley.
Para que un acto exista, su objeto debe ser posible en un doble aspecto: física y legalmente. Es imposible
legalmente cuando es incompatible con una norma jurídica que debe regirlo necesariamente y que constituye un obstáculo
insuperable para su realización. Artículo 1722.
El matrimonio presupone la diversidad de sexos de la pareja que lo contrae. La identidad sexual de los
pretendientes implica la imposiblidad jurídica del objeto, pues impide el surgimiento de los derechos y obligaciones que la
ley confiere a los consortes, en la medida en que son conducentes al cumplimiento de los fines matrimoniales.
Aunque no hay un precepto que utilice la formula ritual “el matrimonio es la unión legal del hombre y una mujer”
la diversidad de sexos de la pareja se desprende de diversas disposiciones. Particularmente del artículo 135 que contempla
como uno de los fines matrimoniales la perpetuación de la especie. Además multiples dispositivos legales se refieren
expresamente al marido y a la mujer como sujetos del matrimonio, entre otros los artículos 150, 154, 159 y 160.
La solemnidad.
Generalmente la forma es un requisito de validez de los actos jurídicos, pero cuando su incorporación al acto es
necesaria para su constitución se transforma en solemnidad y se convierte en un elemento de existencia.
El Código Civil exige, en la celebración del matrimonio, el cumplimiento de requisitos externos, de forma, cuya
inobservancia puede dar lugar a que no se integre el acto o que sea suceptible de anulación. En algunos casos la omisión
no afecta la existencia o la validez de las nupcias.
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Como ya quedó dicho, la falta de solemnidades acarrea la inexistencia del acto. En relación con el matrimonio el
precepto aplicable es el articulo 237 de Código Civil para el Estado de Chihuahua, que a la letra dice: “La nulidad que se
funde en la falta de formalidades esenciales para la validez del matrimonio, puede alegarse por los cónyuges y por
cualquiera que tenga interés en probarla. También podrá declararse a instancia del Ministerio Público”.
Elementos de Validez
Capacidad. Cabe mencionar que se divide en la de goce y la de ejercicio:
a) A la capacidad de goce se refieren los artículos 136 y 144 en sus fracciones I, VIII y IX, el artículo 136 fija en
16 años en el varón y en 14 la mujer para la aptitud para contraer matrimonio. La fracción I del artículo 144
consigna como impedimento para contraer matrimonio la falta de edad requerida por la ley, cuando no haya sido
dispensada. Presume el legislador que a esa edad se tiene el desarrollo físico suficiente para la procreación. Falta
probar que también se adquiere la madurez intelectual para apreciar, en su exacta dimensión, la responsabilidad
que se contrae al fundar una nueva familia. Este mínimo de edad puede aún ser dispensado por el Presidente
Municipal por causas graves y justificadas. Artículo 136.
No obstante lo dispuesto en ambos preceptos, un matrimonio celebrado por incapaces de goce deja de ser anulable
cuando haya habido hijos, o cuando sin haberlos habido el menor hubiere llegado a los 18 años. (artículo 225)
Las fracciones VIII y IX del artículo 144 aluden a incapacidades que se originan en enfermedades o vicios.
Comprende las hipótesis en que los sujetos no pueden expresar válida y conscientemente su voluntad; que
constituyen un riesgo para la seguridad y salud de la pareja o de la prole; o que están imposibilitados para cumplir
con los fines del matrimonio.
Rojina Villegas encuentra que el artículo 144 contiene otras incapacidades bajo el nombre de impedimentos como
son los parentescos por consanguinidad en línea recta sin limitación de grado y en la colateral en segundo grado y
por afinidad en línea recta y la existencia de un matrimonio subsistente con persona distinta de aquélla con quien
se pretende contraer.
Agrega la incapacidad relativa que tiene el adoptante para contraer matrimonio con el adoptado o sus
descendientes. en tanto que dure el lazo jurídico resultante de la adopción. Articulo 145.
b) La Fracción II del articulo 144 se refiere a la incapacidad de ejercicio. Alude a la necesidad del consentimiento
de quienes ejercen la patria potestad, del tutor o del juez en su caso, para que contraigan matrimonio los menores
de edad que tienen capacidad de goce matrimonial. Articulo 137
Puede suplir el consentimiento de los dos primeros el Presidente Municipal y el del juez el Supremo Tribunal de
Justicia, en el caso de una negativa injustificada. Artículos 139 y 140.
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La licitud en el objeto, motivo, fin o condición del acto.
Aluden a este elemento de validez las fracciones III, IV, V, VI y X del articulo 144.
El incesto, el adulterio, el atentado contra la vida de alguno de los casados para contraer nupcias con el que quede
libre, y la bigamia vician el acto matrimonial o bien porque constituyen una causa determinante del enlace (fracciones V y
VI); o porque el matrimonio es ilícito en sí mismo. Fracciones III, IV y X.
La ilicitud en el fin produce la invalidez del pacto, pero no trae como consecuencia la nulidad del matrimonio,
conforme a lo dispuesto por el artículo 169: “son nulos los pactos que los esposos hicieren contra las leyes o los naturales
fines del matrimonio”.
Por cuanto a las condiciones ilícitas, simplemente se tendrán por no puestas por disposición del artículo 135.
Formalidades
Se pueden distinguir las formalidades previas al matrimonio y las simultaneas a su celebración.
A) Las previas están comprendidas en los artículos del 93 al 97 del Código Civil, tienen como propósito que el
Oficial del Registro Civil se informe debidamente sobre la situación jurídica de los pretendientes y consisten en
las siguientes:
a) Presentar por escrito y ante el Oficial del Registro Civil del domicilio de cualquiera de los pretendientes, una
solicitud de matrimonio en la que se hará constar:
1. Los generales de los pretendientes y los padres
2. Que no existe impedimento para contraer matrimonio o que fue dispensado. Articulo 94 fracción VI.
3. Que es su voluntad unirse en matrimonio
4. La firma de los solicitantes, o de la persona que lo haga a ruego de alguno de aquellos si no supiese o no
pudiese escribir. Articulo 93.
b) Acompañar los documentos siguientes:
1. Para el caso de que por su aspecto los pretendientes no parezcan tener la edad mínima para contraer
matrimonio, la copia certificada del acta de nacimiento o un dictamen médico que compruebe su edad.
2. La constancia de quienes ejercen la patria potestad la tutela o en su defecto el juez, prestan su
consentimiento de aquellos por el Presidente Municipal o el Supremo Tribunal de Justicia
3. La declaración de dos testigos aptos que conozcan a los pretendientes y les consta que no tienen
impedimentos para casarse. Si no consiguen testigos comunes, deben presentarse dos por cada
pretendiente.
4. Las capitulaciones matrimoniales.
5. Copia certificada del documento público en que consta la disolución del matrimonio anterior de
cualquiera de los pretendientes
6. Copia certificada del documento en que conste la dispensa, si la hubo.
7. Constancia expedida por institución médica en que se acredite que los pretendientes recibieron
orientación sobre planificación familiar. Articulo 94
8. Constancia del registro Civil de que han recibido orientación, respecto de los derechos y obligaciones que
se originan por el matrimonio, asi como a las sanciones a que se hacen acreedores los cónyuges en los
casos de comisión de delitos contra la familia.
B). Recibida la solicitud, el oficial del Registro Civil, deberá:
1. Ordenar el reconocimiento de las firmas de los pretendientes y de quienes otorgaron su consentimiento para que
los menores de edad contraigan matrimonio. Solo serán reconocidos los documentos privados. Los expedidos por
funcionarios públicos no requieren el cumplimiento de este requisito. Artículos 310 fracción II y 322 del Código
Civil de procedimientos civiles para el Estado.
2. Recibir la ratificación de las declaraciones de los testigos. Articulo 96
3. Fijar, de acuerdo con los contrayentes, lugar, día y hora para celebrar el matrimonio, dentro de los ocho días
siguientes a la fecha en que se cumplieron los requisitos mencionados. Articulo 97.
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C) Durante la celebración de matrimonio. Fuera de las formalidades a que hemos hecho referencia con anterioridad, deben
cumplirse las siguientes formas:
a) El Oficial del Registro Civil leerá en voz alta la solicitud de matrimonio, los documentos que con ella se hayan
presentado, las diligencias de reconocimiento de firmas y la ratificación de las declaraciones de los testigos; y procederá a
interrogar a los testigos acerca de si los pretendientes son las mismas personas a que se refiere la solicitud. En caso
afirmativo preguntará a cada uno de los pretendientes si es su voluntad unirse en matrimonio, y si están conformes, los
declarará unidos en nombre de la Ley. Articulo 98.
1. Se asentará en el acta de matrimonio lo siguiente:
2. El lugar, dia y hora del acto matrimonial
3. Los nombres, apellidos, edad, nacionalidad, ocupación, domicilio y lugar de nacimiento de los contrayentes;
4. Los nombres, apellidos, ocupación y domicilio de los padres si fuesen conocidos;
5. El consentimiento de éstos, de los abuelos o tutores o de las autoridades que deban suplirlos;
6. Que no hubo impedimento para el matrimonio o que éste se dispensó
7. La declaración de los contrayentes de ser su voluntad unirse en matrimonio y la de haber quedado unidos, que
hará el funcionario actuante en nombre de la ley.
8. El régimen patrimonial bajo el cual se contrae matrimonio
9. Las generales de los testigos y su declaración sobre el parentesco que los liga con los contrayentes.
10. Las firmas de los contrayentes, del oficial del Registro Civil, de los testigos.
OPOSICIONES.
La Ley señala de manera limitativa las prohibiciones para que una pareja contraiga matrimonio. Son los
impedimentos, que serán objeto de estudio pormenorizado en el capítulo relativo a la nulidad del matrimonio.
ARTÍCULO 101. El Jefe de la Oficina que tenga conocimiento de que los pretendientes tienen impedimento para
contraer matrimonio levantará una acta, ante dos testigos, en la que hará constar los datos que le hagan suponer que existe
impedimento.
Cuando haya denuncia se expresarán en el acta el nombre, apellidos, edad, ocupación, estado civil y domicilio del
denunciante insertándose al pie de la letra la denuncia. El acta firmada por los que en ella intervinieron, será remitida al
Juez de Primera Instancia o de lo Familiar que corresponda, para que haga la calificación del impedimento.
ARTÍCULO 102. Las denuncias de impedimento pueden hacerse por cualquier persona. Las que sean falsas sujetan al
denunciante a las penas establecidas por el Código Penal.
Siempre que se declare no haber impedimento el denunciante será condenado al pago de las costas, daños y perjuicios.
ARTÍCULO 103. Antes de remitir el acta al Juez de Primera Instancia o de lo Familiar hará saber a los pretendientes el
impedimento denunciado, aunque sea relativo solamente a uno de ellos, absteniéndose de todo procedimiento ulterior
hasta que la sentencia que decida el impedimento cause ejecutoria.
ARTÍCULO 104. Las denuncias anónimas o hechas por cualquier otro medio, si no se presentare personalmente el
denunciante, sólo serán admitidas cuando estén comprobadas. En este caso, el jefe de la oficina dará cuenta a la Autoridad
Judicial correspondiente y suspenderá todo procedimiento hasta que ésta resuelva.
ARTÍCULO 105. Denunciado un impedimento, el matrimonio no podrá celebrarse aunque el denunciante se desista,
mientras no recaiga sentencia judicial que declare su inexistencia o se obtenga dispensa de él.
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mandatario especial para el acto, cuyo nombramiento conste en escritura pública.
Como el matrimonio es un acto esencialmente libre, el poder debe ser revocable y, como consecuencia, si el
apoderado expresa el consentimiento después de que el mandato le fue revocado ante funcionario dotado de la fe pública,
aunque la revocación no se le hubiere notificado oportunamente al mandatario, el acto es inexistente, pues el concurso de
voluntades debe formarse en el momento de la celebración. Articulo 2495.
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h) La posesión de estado de matrimonio unida a la existencia del acta respectiva, impide la impugnación de la
validez de las nupcias. Articulo 238.
i) Los cónyuges no pueden celebrar transacción ni compromiso en árbitros sobre la nulidad del matrimonio. Articulo
242.
j) El ejercicio de la acción de nulidad, sólo corresponde a quienes la ley la concede expresamente y no es
transmisible por ningún titulo. Pero intentada, los herederos pueden continuar el proceso iniciado por el autor de
la sucesión. Articulo 239.
Clases de Nulidad
a) ARTÍCULO 224. La acción de nulidad que nace del error, sólo puede deducirse por el cónyuge engañado; pero si
éste no denuncia el error inmediatamente que lo advierte, se tiene por ratificado el consentimiento y queda
subsistente el matrimonio, a no ser que exista algún otro impedimento que lo anule.
b) En la segunda hipótesis, por que no se permite la demanda de nulidad por falta de forma, cuando la existencia del
acta se una la posesión de estado matrimonial. Articulo 238. No debe pasar inadvertida la situación que puede
originarse por causa de la omisión en que incurrió el legislador al no señalar un plazo para el ejercicio de la
acción, cuando el acta no se una la posesión de estado matrimonial. Prácticamente la ley admite la nulidad
absoluta por no haberse cumplido con requisitos formales en que no está interesado el orden público.
c) En el tercero, únicamente dan lugar a la nulidad absoluta el incesto, el idiotismo, la imbecibilidad y la bigamia.
Artículos 144 fracciones III, IV, IX y X, 229, 230, 235 y 236. Se afirma lo anterior porque el matrimonio
contraído existiendo estos impedimentos no se convalida por confirmación o prescripción.
IMPEDIMENTOS.
Bustos Rodriguez, nos dice que son las prohibiciones que determina la ley para la celebración del matrimonio. Si
el matrimonio llegará a celebrarse ignorando estas prohibiciones, será nulo.
Pueden clasificarse desde distintos puntos de vista:
a) En razón de sus efectos en dirimentes e impedientes. Los primeros constituyen un obstáculo para contraer un
matrimonio válido y en caso de violarse la prohibición el vínculo resultante puede ser anulado. Los segundos no
dan lugar a la nulidad del matrimonio, pero si producen su ilicitud.
b) Absolutos y relativos. Aquellos son los que prohíben la celebracion de las nupcias con cualquier persona:
ejemplo, el matrimonio anterior subsistente; estos sólo obstan la celebración del enlace con determinadas
personas: ejemplo, el impedimento de parentesco.
I.- La falta de edad requerida por la ley, cuando no haya sido dispensada; la ley fija en 14 años en la mujer y en 16
en el varón la edad mínima para contraer matrimonio. Puede ser dispensado ese requisito por el Presidente municipal por
causas graves y justificadas. Artículo 136.
La edad inferior a la señalada en la ley y la omisión de su dispensa da lugar a la nulidad relativa de matrimonio. En efecto,
se convalidan las nupcias cuando haya hijos o cuando sin haberlos, el menor hubiere llegado a los dieciocho años y ni él
ni el otro cónyuge hubieren intentado la nulidad. Articulo 225.
II.- La falta de consentimiento del que, o los que ejerzan la patria potestad, del tutor o del juez, en sus respectivos
casos; origina esta falta de consentimiento una nulidad relativa, porque sólo puede invocarse por los ascendientes que
debían otorgarlo, dentro de treinta días contados a partir de que tengan conocimiento de la celebración de las nupcias y
porque cesa la causa de invalidez si, dentro del plazo señalado, el que ejerce la patria potestad consienta expresa o
tácitamente en el matrimonio. Artículos 226 y 227
ARTÍCULO 226. La nulidad por falta de consentimiento de los ascendientes sólo podrá alegarse por aquel o aquéllos a
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quienes tocaba prestar dicho consentimiento, y dentro de treinta días contados desde que tenga conocimiento del
matrimonio.
ARTÍCULO 227. Cesa esta causa de nulidad:
I. Si han pasado los treinta días sin que se haya pedido;
II. Si dentro de este término, el ascendiente ha consentido expresamente en el matrimonio, o tácitamente, haciendo
donación a los hijos en consideración al matrimonio, recibiendo a los consortes a vivir en su casa, presentando a
la prole como legítima al Registro Civil o practicando otros actos que a juicio del Juez sean tan conducentes al
efecto como los expresados.
III.- El parentesco de consanguinidad legítima o natural, sin limitación de grado en la línea recta, ascendente o
descendente. En la línea colateral igual, el impedimento se extiende a los hermanos y medio hermanos. En la colateral
desigual, el impedimento se extiende solamente a los tíos y sobrinos, siempre que estén en el tercer grado y no hayan
obtenido dispensa; (en virtud de la prohibición del incesto, el cual puede ser dispensable en línea colateral desigual)
Por consanguinidad. Por razones eugenésicas y morales está absolutamente prohibido el matrimonio entre
parientes consanguíneos, legítimos o naturales, en línea recta sin limitación de grado y en la colateral hasta el segundo
grado. En la colateral desigual el parentesco entre tíos y sobrinos puede ser dispensado.
El matrimonio entre parientes consanguíneos y afinidad en línea recta sin limitación de grados, origina la nulidad
absoluta del matrimonio y puede ejercitarse por cualquiera de los cónyuges, por sus ascendientes y por el Ministerio
Público. Articulo 230.
Las nupcias contraídas entre tíos y sobrinos da lugar a la nulidad relativa pues puede ser confirmada por la
subsiguiente autorización judicial. Articulo 229. Si no se solicita la dispensa o no se promueve la nulidad de todos modos
el matrimonio es ilícito. Artículo 252 fracción I.
Civil. Es el que se origina por virtud de la adopción, el adoptante no puede contraer matrimonio con el adoptado
mientras dure el lazo de adopción. Articulo 145.
IV.- El parentesco de afinidad en la línea recta, sin limitación alguna. Artículo 144 fracción IV. Es el que se establece
entre un cónyuge y los parientes del otro, articulo 271.
La ley prohíbe la celebración de matrimonio entre parientes por afinidad en línea recta, sin limitación alguna. La
sanción será la nulidad absoluta y puede ejercitarse por cualquiera de los cónyuges, por sus ascendientes y por el
Ministerio Público. Articulo 230.
V.- El adulterio habido entre las personas que pretenden contraer matrimonio, cuando ese adulterio haya sido
judicialmente comprobado; el código civil al referirse a una resolución judicial y comprende tanto la sentencia penal
como civil, la diferencia radica en que para que se dicte ésta, basta que uno de los cónyuges haya tenido relaciones
sexuales con una persona distinta del cónyuge, sin que se requiera que se realice en el domicilio conyugal o con
escándalo.
Esta causal da lugar a la nulidad relativa pues la acción debe deducirse dentro de los seis meses siguientes a la
celebración de las nupcias por el cónyuge ofendido o por el Ministerio Público, en el caso de disolución de l matrimonio
anterior por divorcio, y sólo por el Ministerio Público si el matrimonio se disolvió por muerte del cónyuge ofendido.
Articulo 231.
VI.- El atentado contra la vida de alguno de los casados para contraer matrimonio con el que quede libre; aunque la
causa que se comenta se refiere a la tentativa, autores mexicanos están de acuerdo en que también comprende al delito
consumado. Este impedimento da lugar a una nulidad relativa, pues debe ser deducida la acción correspondiente dentro
del término de seis meses contado desde que se celebró el matrimonio por los hijos del cónyuge que sufrió el atentado o
por el Ministerio Público. Articulo 232.
VII.- La fuerza o miedo graves. En caso de rapto, subsiste el impedimento entre el raptor y la raptada, mientras ésta no
sea restituida a lugar seguro, donde libremente pueda manifestar su voluntad; esta causal implica el empleo de la violencia
física o moral que impide que la voluntad se exprese libremente, ambas deben subsistir durante la celebración del
matrimonio.
Artículo 233 del Código Civil para el Estado de Chihuahua: El miedo y la violencia serán causa de nulidad del
matrimonio si concurren las circunstancias siguientes:
I. Que uno u otra importen peligro de perder la vida, la honra, la libertad, la salud o una parte considerable de los
bienes;
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II. Que el miedo haya sido causado o la violencia hecha al cónyuge o a la persona o personas que le tienen bajo su
patria potestad o tutela al celebrarse el matrimonio;
III. Que uno u otra hayan subsistido al tiempo de celebrarse el matrimonio.
La acción que nace de estas causas de nulidad sólo puede deducirse por el cónyuge agraviado dentro de sesenta días desde
la fecha en que cesó la violencia o intimidación”.
IX.- La discapacidad mental o intelectiva; pues debe poseer capacidad de goce y ejercicio, porque la incapacidad de
goce afecta en cuanto a las relaciones de familia, sobre todo para el ejercicio de la patria potestad, pues no se tiene la
aptitud necesaria para ejercitar este derecho. La causa es evidente, como el mayor de edad se encuentra privado de
inteligencia o sus facultades mentales están perturbadas, no podrá desempeñar ni la función educativa ni la representativa,
inherente a la patria potestad o a la tutela en su caso; pues para los actos jurídicos familiares (matrimonio, reconocimiento
de hijo, adopción, etc.), no existe capacidad de goce para dichos sujetos enajenados o perturbados y, por tanto no puede
haber representación (respecto de la incapacidad de ejercicio)
X.- El matrimonio subsistente con persona distinta de aquélla con quien se pretende contraer; se refiere al error
acerca de la persona con quien se contrae, cuando entendiendo un cónyuge celebrar matrimonio con persona determinada,
lo contrae con otra, artículo 223 fracción I: pues por una parte se ve viciado su consentimiento, ya que el cónyuge
inocente lo otorga con la intención de contraer nupcias de manera libre con determinada persona y al no ser la persona
indicada originaria una nulidad relativa, tal como lo refiere el artículo 224.
IMPEDIMENTOS DISPENSABLES.
El Código Civil en su artículo 144, contempla como impedimentos dispensables los siguientes:
a) La falta de la edad mínima para contraer matrimonio.
b) El parentesco por consanguinidad en línea colateral en tercer grado.
c) Aunque no está incluida en el precepto citado, el artículo 174 se refiere a la dispensa cuando el tutor pretende
contraer matrimonio con su pupilo luego de que hayan sido aprobadas las cuentas de la tutela. El incumplimiento
de este requisito no acarrea la nulidad pero si la ilicitud del acto y su inobservancia tiene como consecuencia que
el juez nombre inmediatamente un tutor interino que reciba y administre los bienes mientras se obtiene la
dispensa. Artículos 148 y 252.
LA ILICITUD EN EL MATRIMONIO
El artículo 252 establece: Es ilícito pero no nulo el matrimonio:
I. Cuando se ha contraído estando pendiente la decisión de un impedimento que sea susceptible de dispensa.
II. Cuando no se ha otorgado la previa dispensa que requiere el articulo 147 y cuando se celebre sin que
hayan transcurrido los términos fijados en el artículo 146.
Artículo 146. La mujer no puede contraer nuevo matrimonio sino hasta pasados trescientos días después de la
disolución del anterior, a menos que dentro de ese plazo diere a luz un hijo. En los casos de nulidad o de divorcio, puede
contarse este tiempo desde que se interrumpió la cohabitación.
Artículo 147. El tutor no puede contraer matrimonio con la persona que ha estado o está bajo su guarda, a no
ser que obtenga dispensa, la cual no se le concederá por el Presidente Municipal respectivo, sino cuando hayan sido
aprobadas las cuentas de la tutela.
Esta prohibición comprende también al curador y a los descendientes de este y del tutor.
Es decir comprende tal precepto las hipótesis en que se celebró el matrimonio sin haberse otorgado dispensa por
razón de tutela.
Pero también considera ilícito el matrimonio de la mujer que no ha observado, para celebrar nuevas nupcias, el
plazo de espera de 300 días posteriores a la disolución del matrimonio anterior. Con esta prohibición trata de impedirse la
confusión en la paternidad de los hijos nacidos en ese lapso.
La sanción correspondiente no es la nulidad del matrimonio, se traduce en sanciones penales para quienes fueron
omisos en obtener la dispensa o desobedecieron la prohibición.
Artículo 195. Código Penal del Estado.
Se impondrán de uno a seis años de prisión y de cien a mil días multa, a quien con el fin de alterar el estado civil incurra
en alguna de las conductas siguientes: VIII. Inscriba o haga registrar un divorcio o nulidad de matrimonio inexistentes o
que aún no hubiesen sido declarados por sentencia que haya causado ejecutoria.
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BIGAMIA
Artículo 196. Se impondrán de seis meses a tres años de prisión y de ciento ochenta a trescientos sesenta días multa, a la
persona que:
I. Se encuentre unida en matrimonio no disuelto ni declarado nulo y contraiga otro; o
II. Contraiga matrimonio con una persona casada, si conocía el impedimento al tiempo de celebrarse aquél.
A los cónyuges:
1. El o los cónyuges menores de edad conservan la calidad de emancipados. Artículo 616.
2. Disuelve el vínculo conyugal y deja a los cónyuges en aptitud de contraer nuevas nupcias, con la salvedad del
plazo de espera para la mujer.
3. El matrimonio surte efectos para el cónyuge de buena fe hasta que se pronuncia sentencia definitiva de nulidad.
Artículos 243 y 244.
4. Se destruyen retroactivamente los efectos favorables producidos por el matrimonio para él o los cónyuges de mala
fe. Artículo 244.
5. Si la mujer estuviere encinta al declararse la nulidad del matrimonio, deben tomarse las precauciones a que se
refieren los artículos 1530, 1531, 1532 y 1535.
A los hijos. La declaración de nulidad del matrimonio no cambia la situación jurídica de los hijos, con excepción de lo
relativo a la custodia. Ésta según los artículos 247 y 248, se determinarán conforme a las reglas siguientes:
1. Los hijos menores de siete años, cualquiera que sea su sexo, quedarán en poder de la madre, no importa que la
progenitora haya actuado de mala fe, a menos que se dedicare a la prostitución, al lenocinio, hubiere contraído el
hábito de la embriaguez, tuviere alguna enfermedad contagiosa, o por su conducta ofreciere peligro grave para la
salud o moralidad de sus hijos.
2. Pasados los siete años y hasta la mayoría de edad, podrán quedarse con el padre o la madre.
3. Cuando los hijos tengan una edad de 14 años o más, cualquiera que sea su sexo, decidirán su situación por su
propia voluntad ante la autoridad judicial.
4. Las anteriores reglas generales suponen la buena fe de ambos cónyuges, pero si sólo uno de ellos actúo de buena
fe, los hijos cualesquiera que sea su sexo, de siete años en delante quedarán bajo su cuidado. Articulo 248.
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1. Se procede a la división de los bienes comunes (artículo 249).
2. Los productos repartibles se dividirán entre los consortes en la forma convenida en las capitulaciones si ambos
procedieron de buena fe.
3. Si sólo hubo la buena fe por parte de uno de los esposos, se le aplicarán íntegramente los productos.
4. Si ha habido mala fe de ambos cónyuges los productos se aplicarán a favor de los hijos.
III. En lo relativo a las donaciones entre cónyuges, la ley es omisa en cuanto a su destino como consecuencia de la
nulidad, pero dados los términos en que están redactadas las fracciones segunda, tercera y cuarta del artículo 250,
asi como el espíritu que las anima, pueden aplicarse a las liberalidades en estudio.
MEDIDAS CAUTELARES.
Se toman por el juez a partir de que se entable la demanda por uno solo de los cónyuges y consisten en:
1. Separar a los cónyuges en todo caso
2. Depositar en casa de persona de buenas costumbres a la mujer si así lo solicitare
3. Señalar y asegurar los alimentos que debe dar el deudor alimentario al cónyuge y a los hijos.
4. Dictar las medidas convenientes para que el marido no cuse perjuicios en sus bienes a la mujer.
5. Dictar en su caso, las medidas precautorias que la ley establece respecto de la mujer que quede encinta.
6. Poner los hijos al cuidado de la persona que de común acuerdo designen los cónyuges, prefiriendo a uno de ellos.
En su defecto y a propuesta del demandante, el juez resolverá lo que estime más conveniente a los intereses de los
menores.
Las medidas cautelares son provisionales y por tanto pueden ser modificadas en el curso del juicio y substituidas por otras
en la sentencia.
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matrimonio. En otras cuestiones os contados pactos que pueden celebrar los cónyuges quedan sujetos a la
aprobación o modificación judicial.
c) Son recíprocos. Al derecho de uno de los cónyuges corresponde el deber de su consorte. Pero no como sucede en
cualquier relación jurídica cuyos extremos son el sujeto activo y el pasivo que tienen derechos y obligaciones
propios y distintos uno del otro. En el matrimonio cada esposo es deudor y acreedor al mismo tiempo de las
prestaciones o abstenciones que la ley impone con el matrimonio.
d) Se dan en una situación de igualdad. El artículo 159 dispone: El marido y la mujer, mayores de edad, tienen
capacidad para administrar, contratar o disponer de sus bienes propios, y ejercitar las acciones u oponer las
excepciones que a ellos corresponden, sin que para tal objeto necesite el esposo del consentimiento de la esposa ni
ésta de la autorización de aquél salvo lo que se estipule en las capitulaciones matrimoniales sobre administración
de los bienes.
La igualdad de los cónyuges se encuentra consignada de manera particular en los artículos 2, 149, 150, 154, 155 y
159 del Código Civil para el Estado de Chihuahua.
El precepto más importante y del que los demás constituyen un desarrollo, es el articulo 149 que establece la
obligación de los cónyuges de contribuir cada uno por su parte a los fines del matrimonio y socorrerse
mutuamente.
Para cumplir con dichos fines, los consortes tendrán autoridad y consideraciones iguales en el hogar que de
común acuerdo fijen; contribuirán para los gastos de la familia; concurrirán en la dirección y administración del hogar y,
de conformidad, arreglarán lo relativo a la educación y establecimiento de los hijos y a la administración de los
bienes que a éstos pertenezcan.
e) Son permanentes. El sistema normativo configura a matrimonio como una comunidad permanente de vida, de
aquí que los derechos y obligaciones resultantes de ese estado no se extingan por u ejercicio o por su cumplimiento.
EFECTOS EN RELACIÓN CON LOS CÓNYUGES.
Los deberes fundamentales de los consortes se han dividido tradicionalmente en cuatro:
a) De cohabitación.
La vida en común de los cónyuges exige que vivan en la misma morada, que formen un hogar, para que puedan
cumplir adecuadamente con los fines matrimoniales, a ello se refiere la comunidad de techo, lecho y mesa.
El artículo 32 fracción IV, se refiere al hogar como el hogar en que conviven los cónyuges y los hijos, si los
hubiere. Por su parte el artículo 150 impone a los esposos la obligación de residir en el domicilio familiar. Al reformarse
este último precepto, en la parte en que se imponía a la mujer el deber de vivir al lado de su marido, se dejó al acuerdo de
los cónyuges la decisión de establecer el hogar.
Por domicilio familiar se entiende “el lugar establecido de común acuerdo por los cónyuges, en el cual ambos
disfrutan de autoridad propia y consideraciones iguales”. Artículo 163 del código civil del Distrito Federal.
c) El deber de fidelidad.
Implica la obligación para cada cónyuge de abstenerse de cualquier relación con fines afectivos y sexuales
diversas del consorte que implica el desconocimiento del deber de fidelidad de un consorte hacia el otro, dando lugar a
que se pueda invocar el adulterio como causal de divorcio, según lo previsto por la fracción I del artículo 256.
d) Deber de asistencia.
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Este deber es de contenido eminentemente ético, adquiere naturaleza jurídica en el artículo 149, al preceptuar:
“los cónyuges están obligados a contribuir cada uno por su parte a los fines del matrimonio y a socorrerse mutuamente”.
Comprende un aspecto económico que se expresa en la ministración de los alimentos y otro de orden moral que se refiere
a la solidaridad conyugal, que es intrínseca a la comunidad de vida. Artículos 278 y 279.
Aunque el Código nos da un contenido muy amplio de los alimentos, que comprenden la comida, el vestido, la
habitación y la asistencia en caso de enfermedad, no agota el de asistencia que carece de fronteras precisas. En efecto, la
permanente vida en común está expuesta a variadas contingencias a las que los cónyuges deben enfrentar con el auxilio, el
apoyo, el consejo y el trabajo de ambos. No se trata aquí de alimentos propiamente dichos, pero sí de asistencia mutua.
Para nosotros constituye el fin primordial del matrimonio y del concubinato y su importancia se nos revela en el
hecho de que, cuando menos en su aspecto económico, debe cumplirse para después de la muerte. Artículo 1272 fracción
III.
Como obligación moral que es, su incumplimiento no tiene sanción, ni su inobservancia puede imponerse
coactivamente, con excepción de su elemento material que si cuenta con acción para exigir alimentos cuyo titular es el
cónyuge necesitado. Artículos 278 y 292.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación se refiere a este deber de asistencia, sin limitarlo a su aspecto material,
en la ejecutoria que aparece publicada de la siguiente manera:
ALIMENTOS. OBLIGACION DE PROPORCIONARLOS. El hecho de que se demuestre en el juicio de
alimentos que la esposa tiene ingresos que le permiten subvenir a las necesidades alimenticias de ella y de su hijo, no
desvirtúa la afirmación de que el marido al separarse del hogar los haya dejado desamparados, ya que el amparo y
protección que el hombre representa para su familia dentro del hogar no se reduce simplemente a la cuestión material de
que las personas que dependen de él tengan comida, sino en todos aquellos aspectos necesarios para el logro de los fines
del matrimonio: vida en común, socorro mutuo, atención del hogar, administración de los bienes, educación de los hijos,
etcétera.
EFECTOS EN RELACIÓN CON LOS HIJOS
El matrimonio produce en relación con los hijos los siguientes efectos:
a) Atribuye la calidad de hijos legítimos a los que nacen después de 180 días de celebrado el matrimonio y dentro de
los 300 días posteriores a su disolución. Artículo 301.
b) Facilita la prueba de la filiación de los hijos de matrimonio. Se acredita con el acta de matrimonio de los padres y
la de nacimiento del hijo. En cambio la de los hijos naturales se complica por lo difícil que es comprobar la
paternidad. Artículo 317.
c) Produce la legitimación. El matrimonio de los padres, unido al reconocimiento de los hijos hace que se tengan
como nacidos del matrimonio a los habidos antes de su celebración. Artículo 331.
d) Da lugar a la sujeción de los hijos prematrimoniales, cuya paternidad o maternidad no había sido legalmente
establecida, a la patria potestad de ambos progenitores.
EL RÉGIMEN PATRIMONIAL.
Para Bustos Rodríguez son las normas por las que ha de regirse el matrimonio en el aspecto patrimonial. Para
Castán Tobeñas es el conjunto de reglas que delimitan los intereses pecuniarios que derivan del matrimonio, ya en las
relaciones de los cónyuges entre si, ya en las relaciones con terceros.
- Capitulaciones Matrimoniales
- Donaciones entre consortes
- Donaciones antenupciales
Clasificación de los regímenes matrimoniales.
a) Convencional. Los cónyuges tienen libertad, dentro de ciertos límites, de estipular su régimen matrimonial.
b) De pacto expreso obligatorio, en que las partes deben adoptar uno de los regímenes previstos por la Ley.
c) Supletorio. El ordenamiento jurídico establece el régimen al que se sujeta el matrimonio para el caso de que los
interesados omitan estipularlo.
d) Judicial. Cuando por virtud de resolución judicial se disuelve la sociedad conyugal y se transforma en separación
de bienes.
e) De comunidad de bienes que puede ser universal o restringida.
f) De separación de bienes, absoluta o limitada.
g) Mixto, cuando concurren los dos anteriores.
CAPITULACIONES MATRIMONIALES
Conforme al artículo 166 del Código Civil son: “los pactos que los esposos celebran para constituir la sociedad
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conyugal o la separación de bienes y reglamentar la administración de éstos en uno y otro caso”.
Sobre su naturaleza se han emitido distintas opiniones:
a) Se trata de un contrato celebrado entre los prometidos o los cónyuges, pues constituye un acuerdo entre
éstos para crear o trasmitir derechos y obligaciones. Se critica porque no contempla las capitulaciones que
optan por la separación de bienes. En efecto si se pacta antes o en el momento de la celebración del matrimonio
no crea, ni trasmite, derechos y obligaciones y por tanto no se configura un contrato. Articulo 1685. Si se celebran
durante el matrimonio para extinguir la sociedad conyugal producen el efecto de un convenio en sentido estricto.
Articulo 1684. Por tanto, esta opinión sólo es aplicable al caso de la constitución de la sociedad conyugal.
b) Son un contrato condicional cuando se otorgan antes de la celebración del matrimonio, toda vez que su
eficacia está sujeta a que se verifiquen las nupcias. La producción de sus efectos depende de un acontecimiento
futuro e incierto; que se lleve a cabo el enlace. No es aceptable porque realizada la condición prevista en un acto,
los efectos de éste se retrotraen al momento de su formación, mientras que las capitulaciones producen
consecuencias para el futuro, precisamente a partir del momento en que se contrae el matrimonio.
c) Son un contrato sujeto a un plazo. En tanto que sus efectos se surtirán a partir de la fecha que se fije para la
celebración del matrimonio: crítica. El plazo se refiere a un acontecimiento futuro de realización cierta y el
matrimonio puede o no efectuarse.
d) Son un contrato accesorio. Dependen de un contrato principal que es el matrimonio. Se objeta porque parte del
supuesto que el matrimonio es un contrato. A lo anterior debe agregarse que si las capitulaciones fueren
accesorias al matrimonio, al disolverse el vínculo por nulidad debían dejarse sin efecto a partir de la celebración
de las nupcias y esto no sucede cuando uno o ambos de los cónyuges son inocentes. Articulo 186 y 187.
e) Son un convenio cuando se extingue durante el matrimonio la sociedad conyugal, pues se modifican o se
extinguen los que estaban surtiendo la comunidad; son un contrato cuando establecen la sociedad conyugal,
pues en ese caso se crean derechos o se trasmiten bienes o derechos, al menos futuros.
f) Son una especie de “acto reglamentario”, cuya finalidad es la de instruir un estatuto, mas bien que la de crear
obligaciones entre las partes como los contratos ordinarios. Tal concepción no toma en cuenta que, cuando se
pactan, el contenido de los derechos y obligaciones queda sujeto, dentro de ciertas limitaciones a la voluntad de
las partes.
g) Son una convención matrimonial “que no debe considerarse como un contrato, ni puede equipararse a los demás
negocios que tienen un contenido patrimonial y persiguen fines meramente individuales.
h) Son parte integrante del matrimonio y no un negocio accesorio de éste, pues siendo las nupcias una institución
compleja necesariamente produce relaciones de carácter patrimonial entre los esposos.
Para Bustos Rodríguez, son el convenio que por escrito deben realizar los futuros contrayentes sobre el destino de
sus bienes presentes y futuros. Deben convenir en este documento el régimen matrimonial por el que optarán, entre la
sociedad conyugal o el de separación de bienes.
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acta matrimonial. Y aún puede omitirse tal declaración y el matrimonio se tendrá por celebrado bajo el régimen de
sociedad conyugal. Artículo 99 fracción VI.
ARTÍCULO 99. Se levantará luego el acta de matrimonio en la cual se hará constar: VI. La manifestación de los
cónyuges de que contraen matrimonio bajo el régimen de sociedad conyugal o de Separación de Bienes. Cuando por
cualquier causa se omitiere esta manifestación, el matrimonio se tendrá por celebrado para todos los efectos legales,
bajo el régimen de sociedad conyugal;
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido el criterio de que la ausencia de capitulaciones
matrimoniales no trae consigo la inexistencia de la sociedad conyugal. Parte de la interpretación del artículo 184 del
Código Civil del Distrito Federal (171 del local) conforme al cual “la sociedad conyugal nace al celebrarse el
matrimonio”. Según nuestro máximo Tribunal, conforme a este precepto, el nacimiento de la sociedad no está sujeto a la
formulación de capitulaciones sino única y exclusivamente a la voluntad de los consortes. Si fueran necesarias las
capitulaciones, continúa el razonamiento, a falta de la sociedad conyugal tampoco existiría la separación de bienes si no se
estipulara, y entonces se llegaría al absurdo de quedar indeterminado el régimen a que se quedarían sujetos los bienes
adquiridos por los esposos durante el matrimonio. Jurisprudencia 358, Pág. 1069, Tercera Sala, Cuarta Parte, apéndice de
Jurisprudencia 1917-1975.
g) La autonomía de la voluntad tiene límites que se expresan en la nulidad de los pactos que hicieren los esposos
contra las leyes o los naturales fines del matrimonio. Artículos 169 y 178.
h) Caducan si no se celebra el matrimonio. En efecto para que surtan debe celebrarse el matrimonio.
i) Pueden ser anuladas, aplicándose las reglas generales de las nulidades en cuanto no choquen con las normas
especiales que regulan estos pactos. La nulidad puede afectar íntegramente a las capitulaciones o únicamente
algunas de sus cláusulas.
SOCIEDAD CONYUGAL.
Constituye una de las opciones para los pretendientes, los contrayentes o para los cónyuges al decidir sobre el
régimen patrimonial que debe regir al matrimonio.
En la sociedad conyugal tanto los bienes de la esposa como los del marido forman una sola masa indivisa de
administración conjunta. Abarca los bienes con los que entró cada cónyuge al matrimonio y los que adquieren durante la
vigencia de éste.
Se ha discutido su naturaleza jurídica, de tal manera que existen varios criterios sobre la materia:
Rojina Villegas considera que es una persona moral (sociedad), en virtud de que las capitulaciones matrimoniales que
estipulan la sociedad conyugal, ello atendiendo a que los cónyuges aportan bienes para constituir un patrimonio social,
distinto al de cada uno de ellos, en el que se requiere de un administrador que viene a ser el representante legal; en que se
establecen en la ley las bases para la liquidación de la sociedad y en que se aplica supletoriamente al régimen de la
sociedad conyugal al del contrato de sociedad. Artículos 27, 170, 172, 176 y 177 fracción VII del Código Civil para el
Estado.
En virtud de ello es que se realiza la siguiente crítica:
El artículo 2586 del Código Civil nos dice que “La Sociedad Civil es una persona moral que se constituye por
contrato celebrado entre dos o más personas, quienes se obligan a aportar bienes o servicios para la realización de
un fin común, lícito, de carácter preponderantemente económico, sin que constituya una especulación comercial”.
1. La ley no otorga a la sociedad conyugal una personalidad distinta de la de los cónyuges
2. No tiene un patrimonio propio, pues el dominio de los bienes reside en ambos cónyuges. El artículo 172, parece
contrario a esta afirmación, pues establece que “no existiendo capitulaciones, pertenecen a la sociedad conyugal
todos los bienes adquiridos a partir de la fecha del matrimonio”.
3. Si la comunidad fuera universal, dejaría a los cónyuges sin patrimonio propio y sin la posibilidad de contraer,
por si mismos, obligaciones de contenido económico con terceros.
4. Para ingresar a una sociedad civil se requiere la aportación de cada uno de los socios, en la conyugal puede
hacerlo solo uno de los consortes o ninguno.
5. Los bienes que aporta a la sociedad un socio pasan al dominio de ésta, en la sociedad conyugal la afectación
puede ser temporal, pues al extinguirse vuelven al que los aportó.
6. La sociedad constituye un contrato autónomo, la conyugal es accesorio al acto matrimonial.
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7. Cuando el marido o la mujer contratan, adquieren o se obligan, no lo hacen a nombre de la sociedad conyugal,
lo hacen personalmente cada uno de ellos o en forma solidaria.
8. La sociedad en general puede constituirse entre dos o más personas del mismo sexo, mientras que la conyugal
sólo por un hombre y una mujer.
Se trata de una copropiedad. En tanto que “el dominio de los bienes comunes reside en ambos cónyuges mientras
subsista la sociedad conyugal”. Artículos 172 y 182.
Quienes están en desacuerdo, exponen las siguientes razones:
Artículo 900. Hay copropiedad cuando una cosa o un derecho pertenece proindiviso a varias personas.
La copropiedad es una forma de propiedad de una cosa o de un derecho patrimonial pro indiviso en la que
concurren dos o más personas, cada una de las cuales tiene derecho completo y absoluto sobre una parte alícuota (es
decir, que es proporcional) del bien en común y puede disponer libremente de ésta si no afecta a su copropietario.
1. En la copropiedad el codueño puede hacerla cesar en cualquier tiempo y exigir la división. La sociedad
conyugal, a falta de acuerdo, sólo termina en los casos que limitativamente establece la ley. Artículos 176 y 182.
2. Sobre los bienes que aportaron cada uno de los contrayentes al pactar la sociedad conyugal no se constituye un
derecho real de copropiedad a favor de ambos, habida cuenta que al disolverse la sociedad dichos bienes deben
regresarse al cónyuge que los aportó. Articulo 192.
3. los cónyuges gozan de la acción pro socio para obtener la disolución y liquidación de la sociedad conyugal,
carecen de la acción communi dividendo.
4. Se excluye de la sociedad conyugal la aplicación de los principios generales de la copropiedad y se establece
como régimen supletorio de la sociedad civil. Artículo 170. En el Código Civil para el Distrito Federal por las
disposiciones generales de la sociedad conyugal. Articulo 183.
5. La copropiedad sólo comprende bienes presentes. La sociedad puede referirse a bienes que se adquieran en el
futuro.
6. En la copropiedad cada participe tiene derecho a disponer de su parte alícuota y goza del derecho del tanto; en
la sociedad conyugal los consortes no pueden disponer de su porcentaje mientras esta subsista.
Régimen jurídico.
La sociedad conyugal está sujeta al régimen normativo siguiente:
a) Se puede pactar antes del matrimonio, en el momento de su celebración, durante él, u omitirse su capitulación.
Antes, cuando se acompañan las capitulaciones la solicitud del matrimonio; en la celebración, cuando no
existiendo capitulaciones los contrayentes indican al Oficial del Registro Civil que adoptan el régimen de sociedad
conyugal; durante el matrimonio, cuando sustituyen al régimen de separación de bienes a que se sujetaron inicialmente.
Artículos 93 fracción IV, 99 fracción VI, 167 y 171.
En el caso que los contrayentes no expresen al oficial del Registro el régimen patrimonial que regirá en el
matrimonio, o se omite hacerlo constar en el acta, por virtud de la Ley, se constituye la sociedad conyugal. Artículos 165,
170 y 172.
c) Siempre habrá un administrador. Debe designarse en las capitulaciones. Si se omite el nombramiento, el cargo lo
desempeña el marido. Artículos 170 y 177 fracción VII.
Por la índole de sus funciones, el administrador tiene facultades para conservar y acrecentar el patrimonio y por
ende sus facultades de disposición son limitadas. Puede enajenar o gravar los bienes inmuebles sólo con el consentimiento
del consorte. Artículo 170.
d) Están prohibidos los pactos leoninos. Es nulo el acuerdo en virtud del cual uno de los cónyuges debe percibir todas
las utilidades o responder de la totalidad de las pérdidas o deudas comunes, en una proporción que exceda al monto de su
capital o de sus utilidades. Articulo 178.
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e) Está prohibida la renuncia anticipada de las ganancias que resultan de la sociedad. Disuelto el matrimonio o
establecida la separación de cuerpos, puede renunciarse a las utilidades. Articulo 181.
f) Las capitulaciones en que se establezca la sociedad conyugal deben contener los siguientes requisitos:
I. La lista detallada de los bienes inmuebles que cada consorte lleve a la sociedad, con expresión de su valor y de los
gravámenes que reporta;
II. La lista especificada de los bienes muebles que cada consorte introduzca a la sociedad;
III. Nota pormenorizada de las deudas que tenga cada esposo al celebrar el matrimonio, con expresión de si la
sociedad ha de responder de ellas, o únicamente de las que se contraigan durante el matrimonio, ya sea por ambos
consortes o por cualquiera de ellos;
IV. La declaración expresa de si la sociedad conyugal ha de comprender todos los bienes de cada consorte o sólo parte
de ellos, precisando en este último caso cuales son los bienes que hayan de entrar a la sociedad;
V. La declaración explícita de si la sociedad conyugal ha de comprender los bienes todos de los consortes, o
solamente sus productos. En uno y en otro caso se determinará con toda claridad la parte que en los bienes o en
sus productos corresponda a cada cónyuge;
VI. La declaración de si el producto del trabajo de cada consorte corresponde exclusivamente al que lo ejecutó, o si
debe dar participación de ese producto al otro consorte y en qué proporción;
VII. La declaración terminante acerca de quién debe ser el administrador de la sociedad, expresándose con claridad las
facultades que se le conceden;
VIII. La declaración acerca de si los bienes futuros que adquieran los cónyuges durante el matrimonio, pertenecen
exclusivamente al adquirente, o si deben repartirse entre ellos y en que proporción;
IX. Las bases para liquidar la sociedad. Articulo 177.
g) Según nuestro Código Civil, en el caso de que no se celebren capitulaciones, el matrimonio contraído bajo el régimen
de sociedad conyugal previsto en el Capítulo IV del título Quinto, libro primero o, en su defecto, las reglas relativas al
contrato de sociedad. Artículos 165 y 170.
Dentro de los preceptos de nuestro Código que regulan el contenido económico, la administración y derechos de los
consortes cuando no existen capitulaciones en la sociedad conyugal, cabe destacar lo siguiente:
1. La sociedad conyugal nace al celebrarse el matrimonio. Articulo 171.
2. Pertenecen a la sociedad conyugal todos los bienes adquiridos a partir de la fecha del matrimonio, con
excepción de la que cada cónyuge adquiera durante él por exclusiva donación, herencia, legado o dones de la
fortuna. Articulo 172.
Artículo 2223. Donación es un contrato por el que una persona transfiere a otra, gratuitamente, una parte o la totalidad
de sus bienes presentes.
Artículo 2229. Las donaciones sólo pueden tener lugar entre vivos y no pueden revocarse sino en los casos declarados en
la ley.
Artículo 172. No existiendo capitulaciones pertenecen a la sociedad conyugal, todos los bienes adquiridos a partir de la
fecha del matrimonio. Se exceptúan únicamente, por ser propios de cada cónyuge, los que adquieran durante éste por
exclusiva donación, herencia, legado o dones de la fortuna.
Artículo 1183. La sucesión es la substitución o subrogación de una persona en a herencia de otra.
La herencia es el conjunto de bienes de una persona física cuando ésta fallece y de todos sus derechos y obligaciones que
no se extinguen por la muerte.
El heredero es el adquiriente a titulo universal, por causa de muerte, de todos y cada uno de los bienes, derechos y
obligaciones de un patrimonio en liquidación.
3. La administración de los bienes de la sociedad conyugal estará a cargo del esposo, salvo pacto en contrario.
Articulo 170.
4. El abandono injustificado por más de seis meses del domicilio conyugal por uno de los consortes, hace cesar
para él desde el día del abandono los efectos de la sociedad en cuanto le favorezcan. Articulo 184.
5. La sentencia que declara la ausencia de alguno de los conyuges, modifica o suspende la sociedad conyugal.
Artículo 183.
6. Muerto uno de los cónyuges, continuará el que sobreviva en la posesión y administración del fondo social, con
intervención del representante de la sucesión, mientras no se verifique la participación. Artículo 193.
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7. El contrato de compraventa no puede celebrarse entre los cónyuges mientras el matrimonio esté sujeto al
régimen de sociedad conyugal. Artículo 163.
8. A falta de capitulaciones y en lo no previsto en el capítulo relativo a la sociedad conyugal se aplican las
disposiciones del contrato de sociedad. Artículo 170.
Terminación.
La sociedad conyugal termina al disolverse el matrimonio, es la regla general. Puede también extinguirse durante el
matrimonio.
Se extingue en los siguientes casos:
a) Por disolución del matrimonio a causa de nulidad, divorcio o muerte de uno de los cónyuges. Al regular el
Código lo relativo a la nulidad, al divorcio y a la muerte no dice expresamente que dan lugar a la terminación de
la sociedad conyugal, pero siendo éstas tres las únicas causas de ruptura del matrimonio, resulta aplicable el
artículo 185 que señala como una de las hipótesis de extinción de la sociedad la “disolución del matrimonio”.
b) Por nulidad de las capitulaciones. Conforme hemos visto como acto jurídico que es la capitulación de la
sociedad conyugal debe reunir requisitos de validez. La irregularidad del pacto puede acarrear su ineficacia,
aplicándose en lo conducente los principios generales de las nulidades, con las excepciones y peculiaridades que
la propia ley establece. Se ha afirmado que las capitulaciones matrimoniales dependen para su eficacia de la
existencia del matrimonio, pero que no deben confundirse los dos actos.
Lo anterior explica que la nulidad del vínculo matrimonial no acarrea necesariamente la destrucción retroactiva de
los efectos producidos por la sociedad conyugal. Asi se desprende de los artículos 186 y 187 que consideran
subsistente la comunidad hasta que se pronuncie sentencia ejecutoria para los cónyuges que procedieron de buena
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fe.
Si ambos cónyuges procedieron de mala fe, la sociedad de considerará nula desde su celebración. Articulo 188. El
código civil para el estado, acertadamente se refiere a la celebración (constitución) de la sociedad y no a la del
matrimonio como lo hace el artículo 200 del Distrito Federal, pues como ya se vio, se puede capitular la sociedad
despúes de celebradas las nupcias.
En los mismos preceptos se establece que la destrucción retroactiva de los efectos se refiere a los cónyuges y no
así en la relación con los terceros que tuvieren derechos contra el fondo social.
Como sanción a consorte de mala fe el artículo 189 lo priva de las utilidades obtenidas en la sociedad las que se
aplicarán a los hijos, y si no los hubiere, al cónyuge inocente. Si ambos procedieron de esa manera las utilidades
se aplicarán a los hijos, y si no los hubiere, se repartirán en proporción de lo que cada cónyuge llevó al matrimonio.
Artículo 190.
c) Por declaración de presunción de muerte de uno de los esposos. Articulo 688. Aunque la declaración de
presunción de muerte no disuelve el matrimonio, si concede a los herederos la posesión definitiva de los bienes
del ausente, confirmando la división de los bienes comunes que se realizó al declararse la ausencia. No existe por
tanto razón para hablar de una sociedad en que sólo permanece con sus bienes propios uno de los soscios.
Artículos 674 y 688.
d) Durante el matrimonio:
1. Por convenio. Dijimos con anterioridad que el régimen jurídico matrimonial concede un limitado campo de
acción a la libre voluntad de los cónyuges. Esta excepción se da particularmente en el ámbito patrimonial y,
dentro de éste, en la libertad que tienen los consortes para optar, de entre los que establece la ley por el
régimen que mpas les acomode. A esa libertad para pactar debe corresponder la de convenir, es decir de
modificar o extinguir la sociedad conyugal. Artículo 175. La reforma o terminación de la sociedad exige la
capacidad de os cónyuges, pero si son menores de edad deben ser asistidos por quienes prestaron el
consentimiento para celebrar el matrimonio, articulo 175.
2. A solicitud de uno de los consortes por una de las causas establecidas limitativamente en la ley. Articulo
176. La hipótesis que maneja este artículo presupone que no hubo convenio entre los cónyuges y que uno de
ellos es mal administrador o devino insolvente. El articulo 176 concede acción a uno de los cónyuges para
demandar la terminación de la sociedad conyugal en los siguientes casos:
I. Si el socio administrador, por su notoria negligencia o torpe administración, amenaza arruinar a su
consorcio o disminuir considerablemente los bienes comunes.
II. Cuando el socio administrador, hace cesión de bienes a sus acreedores, o es declarado en quiebra.
La fracción segunda del precepto citado contempla única e inexplicablemente el supuesto de que el cónyuge
administrador sea comerciante y omite la hipótesis del concurso que, conforme al artículo 2859, “incapacita al
deudor para seguir administrando sus bienes así como cualquiera otra administración que por ley le corresponda”.
No existe razón para que el artículo 176, restrinja a estas dos hipótesis el derecho de los cónyuges para subsistir su
régimen patrimonial. El precepto solo contempla situaciones de extremo peligro para el patrimonio social no
obstante que, en ocasiones, puede ser conveniente o necesario dar fin a la sociedad. Piénsese además en el
incumplimiento de lo pactado en las capitulaciones o de lo dispuesto en la ley como estatuto aplicable
supletoriamente a la sociedad conyugal. Articulo 170.
Liquidación.
Después de la terminación de la sociedad conyugal debe procederse a su liquidación que consiste en el conjunto de
operaciones encaminadas al cumplimiento de las responsabilidades de la sociedad, a la separación de los bienes del
matrimonio de los privativos de cada cónyuge, a determinar si hubo ganancias y, en su cao, a repartirlas entre los
cónyuges.
Las operaciones son las siguientes:
a) Se forma un inventario de los bienes. Artículo 191.
b) Se pagan los créditos a cargo del fondo social. Articulo 192.
c) Se realiza el avalúo de los bienes.
d) Se devuelve a cada cónyuge lo que llevó al matrimonio.
e) Las utilidades, si las hubo se reparten en la proporción convenida. Articulo 192.
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ordena, que cada uno de ellos tenga la propiedad y administración exclusiva de los bienes que les pertenecen. Artículos
195 y 200.
Ventajas
Las de mayor importancia son:
1. Afirma la independencia y libertad económica de cada uno de los cónyuges. Tiene como principal destinataria a la
mujer, liberándola de la potestad marital y reconociendo su plena capacidad e igualdad con el hombre
2. Impide que se transmitan riesgos entre los patrimonios de los consortes. Consiste en evitar que los actos de uno de
los cónyuges perjudiquen los intereses del otro.
3. Es un régimen compatible con la separación de hecho de los cónyuges. Al separarse de hecho uno de los cónyuges
que contrajeron matrimonio bajo el régimen de Sociedad Conyugal, si es el administrador, se plantean problemas
en la gestión de los bienes comunes y en las relaciones con los terceros.
4. Mantiene delimitados los patrimonios de cada cónyuge. Garantiza los beneficios de los acreedores alimentaristas,
cuando uno o ambos sujetos contraen nuevas nupcias, teniendo hijos del matrimonio anterior, pues evita la
confusión de los bienes. Pero más importante es para los terceros la certidumbre en la realización de actos
traslativos de domino o de garantía, pues cuando tengan por objeto inmuebles o muebles inscribirles la titularidad
de los bienes se desprende claramente los datos de la inscripción que obran en el Registro Público de la
Propiedad, o de los documentos, relativos al apéndice correspondiente.
5. Evita las dificultades que entraña la liquidación de la sociedad conyugal. Particularmente en lo que se refiere a la
determinación de los bienes aportados; la división de los comunes; el reparto de las utilidades y deudas y la
determinación de las que son propias de los consortes y las comunes.
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dieron su consentimiento para a celebración del matrimonio; artículos 94 fracción IV, 168 y 19.
4. Cuando se celebran las capitulaciones antes de contraer matrimonio, debe incluirse un inventario de los bienes
que pertenezcan a cada prometido y de las deudas que hasta esos momentos hayan contraído. Articulo 199.
DONACIONES ANTENUPCIALES.
Según el artículo 2223. “donación es un contrato por el que una persona transfiere a otra, gratuitamente, una parte
o la totalidad de sus bienes presentes”.
Conforme a lo anterior, serán donaciones antenupciales las que hace uno de los futuros consortes al otro antes del
matrimonio y las que hacen un tercero a uno o a ambos de los prometidos, en consideración al enlace. Artículos 207 y
208.
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devolverán al donante con todos sus productos;
III.- Las hechas al inocente, por el cónyuge que obró de mala fe, quedarán subsistentes;
IV.- Si los dos cónyuges procedieron de mala fe, las donaciones que se hayan hecho quedarán en favor de sus
hijos. Si no los tienen, no podrán hacer los donantes reclamación alguna con motivo de la liberalidad.
DIVORCIO.
La palabra divorcio proviene de las voces latinas divortium y divertere que significan separar lo que estaba unido.
Tomar líneas divergentes. Galindo Garfias lo define como “la ruptura de un matrimonio válido, en vida de los esposos,
decretada por la autoridad competente y fundada en alguna de las causas expresamente establecidas por la ley. Para Rafael
de Pina, es la extinción de la vida conyugal, declarada por autoridad competente, en un procedimiento señalado al efecto y
por una causa determinada de modo expreso.
ARTÍCULO 254. El divorcio es la disolución legal del contrato de matrimonio y deja a los cónyuges en aptitud de
contraer nuevas nupcias.
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demanda y la contestación.
Clases de Divorcio
Para efectos de este curso se dividirá en contencioso y voluntario. El contencioso en divorcio remedio y divorcio
sanción. El voluntario en judicial y administrativo.
JUDICIAL
VOLUNTARIO O POR
MUTUO
CONSENTIMIENTO.
ADMINISTRATIVO
CLASES DE
DIVORCIO.
REMEDIO
NECESARIO O
CONTENCIOSO
SANCIÓN
ARTÍCULO 255. El divorcio puede ser por mutuo consentimiento o contencioso. El primero procede a solicitud de
ambos cónyuges y el segundo a solicitud de uno solo de ellos.
El divorcio por mutuo consentimiento, podrá realizarse de las siguientes formas:
a) Se podrá acudir ante el Oficial del Registro Civil, siempre y cuando se reúnan los siguientes requisitos:
1. Los cónyuges sean mayores de edad;
2. Tengan más de un año de haber contraído nupcias;
3. No hayan procreado hijos, o éstos sean mayores de edad, y
4. Que el matrimonio se hubiere celebrado bajo el régimen de separación de bienes o, en el caso de que
se hubiese establecido la sociedad conyugal no existan bienes qué dividir provenientes de la misma o
se hubiere liquidado dicha sociedad ante autoridad judicial o notario público.
b) Los cónyuges que no se encuentren dentro de lo previsto en el inciso anterior, podrán divorciarse por mutuo
consentimiento ocurriendo ante el juez competente en los términos que establece el Código de Procedimientos
Civiles.
Judicial. La disolución del matrimonio debe decretarse por un tribunal que forme parte del poder judicial. El
Código civil de Chihuahua sólo regula esta forma de divorcio. El Código de Procedimientos civiles del estado
dispone que en la solicitud respectiva los interesados deben incluir el convenio que hayan celebrado respecto a la
situación de los hijos y división de los bienes, o en su caso manifestar que no hay hijos o bienes que dividir
provenientes de la sociedad conyugal. (articulo 411).
Administrativo. La disolución de las nupcias la acuerda el Oficial del Registro Civil, en razón de no plantearse
una situación meta procesal de conflicto no se origina un proceso que deba culminar con un acto jurisdiccional.
ARTICULO 412 Bis. Los cónyuges que hayan convenido disolver el vínculo matrimonial por mutuo consentimiento ante
el Oficial del Registro Civil, podrán comparecer personalmente o por medio de mandatario ante el funcionario del
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registro civil de su domicilio; acompañarán a su solicitud los documentos que acrediten el matrimonio, la mayoría de
edad y demás requisitos que se mencionan en el artículo 255, segundo párrafo, inciso a), del Código Civil, manifestando
expresamente su voluntad de disolver el vínculo matrimonial
El Oficial del Registro Civil, previa identificación de los consortes levantará un acta en la que hará constar la solicitud
de divorcio, citándolos a una audiencia que se verificará dentro de los quince días siguientes y en la que promoverá el
avenimiento de los cónyuges y, en caso de que éste no se logre, procedan a la ratificación de la solicitud. Habiendo
efectuado lo anterior, el Oficial del Registro Civil, cerciorándose que se han satisfecho los requisitos correspondientes,
declarará disuelto el vínculo matrimonial, levantando el acta respectiva y ordenando la cancelación del acta de
matrimonio en el lugar donde este se hubiere celebrado. Si el avenimiento se logra, el trámite se dará por terminado.
Necesario o contencioso.
Remedio. Se caracteriza esta clase de divorcio en que no se imputa culpa a uno o ambos cónyuges, pero ya no es
posible, deseable o tolerable la vida en común, su nombre viene de que implica una solución y no una sanción, a
la situación anormal en que se desenvuelve la relación de la pareja. Comprende las hipótesis contenidas en las
fracciones XII, XIII y XIV del artículo 256 del Código.
Sanción. Es aquel decretado judicialmente por hechos culpables que se le imputan a uno de los cónyuges.
Comprende de las causales contenidas en el artículo 256, con excepción de las que obran en las fracciones XII,
XIII y XIV.
CAUSALES DE DIVORCIO.
ARTÍCULO 256. Son causas de divorcio contencioso:
I. El adulterio de uno de los cónyuges. Se configura cuando uno de los esposos tiene relaciones sexuales con
persona distinta a su cónyuge, el bien jurídico tutelado es la fidelidad de los consortes.
II. La bigamia, sin perjuicio de la acción de nulidad que pueda ejercitarse. Consiste en la celebración de un
nuevo matrimonio por uno o ambos cónyuges sin que se haya disuelto legalmente el anterior que los une.
Independientemente de que se invoque como causal de divorcio o de nulidad de matrimonio, constituye un delito
por el cual el ministerio público se encuentra obligado a ejercitar acción penal, ya que es un delito que se persigue
por oficio por ser un delito que atenta contra la filiación y la institución del matrimonio, bienes jurídicos que son
de importancia para el Estado, este delito tiene como consecuencia una pena que va de seis meses a tres años de
prisión.
III. La perversión física o moral de cualquiera de los cónyuges o su conducta deshonrosa. Por perversión debe
entenderse un estado de error o corrupción de las costumbres. Por corrupción, la acción de corromper o
corromperse, echar a perder, depravar, dañar, podrir, viciar. Conforme a lo anterior, la perversión a que se refiere
la fracción en estudio, consiste en observar una conducta reprochable por corrupta, depravada o viciada y por
ende anormal, que va en contra de las buenas costumbres o de la moral, independientemente que pongo o no en
riesgo a los miembros de la familia. Por deshonrosa se entiende la conducta indecorosa, poco decente.
IV. El hecho de que la mujer dé a luz durante el matrimonio, un hijo concebido antes de la celebración de aquel
acto y engendrado por persona distinta del marido. Debe interpretarse en el sentido de que el esposo al
contraer matrimonio ignoraba el embarazo de la mujer y que, por tanto, sufrió un engaño de la consorte,
faltándole la confiaza y lealtad debidas.
V. La propuesta del marido para prostituir a su mujer o el recibir dinero o cualquiera otra remuneración por
consentir que otra persona tenga relaciones carnales con la misma. Independientemente de que sea invocado
como causal de divorcio, puede constituir el delito de trata de persona, conforme a lo previsto en el artículo 198 y
200 del código penal del Estado.
VI. La violencia física o moral hecha por un cónyuge al otro para que cometa alguna infracción antisocial o
participe en ella;
VII. Los actos de los cónyuges ejecutados con el fin de corromper a sus hijos así como la tolerancia de dicha
corrupción. Contempla el código dos actitudes del sujeto activo: positiva, cuando se realizan actos tendientes a la
corrupción; y una pasiva cuando se tolera ésta. La SCJN, fijó el concepto de corrupción de la siguiente manera:
“Consiste en la depravación que rebaja la moral del hijo con relación a todas las personas, dejando en éste una
huella profunda de psiquismo, torciendo el sentido natural y sano que deben tenerse del comportamiento general
humano”.
VIII. La sevicia, las amenazas y las injurias graves de un cónyuge para el otro. La sevicia son los malos tratos, que
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pueden ser permanentes, periódicos o eventuales, o expresarse en un solo acto y a través de palabras u obras. Una
y otros deben ser calificados de graves, de tal manera que por virtud de ellos se ataque a la dignidad de uno de los
cónyuges y se falte a la consideración que se le debe, destruyendo la armonía matrimonial y haciendo imposible la
vida en común. Las amenazas consisten en actos o expresiones que realiza uno de los consortes, los cuales
indiquen el propósito de causarle al otro cónyuge un mal en su persona, bienes, honor o derechos, o en la persona,
honor, bienes o derechos de alguien con quien estéligado por algún vínculo (artículo 204 del Código Penal del
Estado)
IX. Cometer uno de los cónyuges contra la persona del otro un acto que sería punible si se tratare de persona
extraña.
X. La acusación calumniosa hecha por un cónyuge en contra del otro por la comisión de un delito.
XI. Haber cometido uno de los cónyuges un delito infamante, siempre que el otro no haya tenido participación
en su comisión. El código penal en vigor no tiene un catálogo de delitos infamantes. Se entiende por infamaia el
descrédito, la deshonra, la maldad y la vileza.
XII. La impotencia o la esterilidad incurables. Debe quedar debidamente establecido por pericial médica. El juez
decretará el divorcio cuando el cónyuge padezca una alteración en la salud y que no sea consecuencia de la edad.
XIII. La enajenación mental. Ésta debe ser incurable y que haya sido declarada la interdicción.
XIV. Padecer cualquiera de los cónyuges alguna enfermedad crónica e incurable que sea además contagiosa o
hereditaria. Se explica por el riesgo que corren el cónyuge y la familia.
XV. El vicio del juego o de la embriaguez o el uso continuo de drogas enervantes;
XVI. El abandono del domicilio o de las obligaciones conyugales por más de tres meses sin causa justificada;
XVII. La separación del hogar conyugal por uno de los cónyuges por más de un año sin que el otro haya
entablado demanda de divorcio. Ataca el deber de cohabitación, se debe comprobar que no hubo causa
justificada.
XVIII. La negativa de uno de los cónyuges a ministrar al otro los alimentos que le correspondan conforme a la ley.
XIX. La incompatibilidad de caracteres. Imposibilidad de coexisitr o armonizar dos personas o cosas.
XX. Las conductas de violencia familiar generadas por un cónyuge contra el otro o en contra de los hijos,
conforme a lo previsto por el artículo 300 ter. Cualquier acción u omisión que pueda causar la muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual, psicológico, patrimonial o económico, que tenga lugar dentro de la familia o unidad
doméstica o en cualquier otra relación interpersonal.
MEDIDAS PROVISIONALES.
ARTÍCULO 256 bis. Al admitirse la demanda de divorcio, o antes si hubiere urgencia y sólo mientras dure el juicio, se
dictarán las medidas provisionales pertinentes, conforme a las disposiciones siguientes:
I. Proceder a la separación de los cónyuges de conformidad con el Código de Procedimientos Civiles;
II. Las que se estimen convenientes para que los cónyuges no se puedan causar perjuicios en sus respectivos bienes
ni en los de la sociedad conyugal, en su caso;
III. Ordenar la prohibición de ir a un lugar determinado para alguno de los cónyuges, así como cualquier medida
necesaria para que cese todo acto de violencia familiar, pensando en el interés del agraviado.
IV. Poner a los hijos e hijas al cuidado de la persona más apta e idónea que mantenga un lazo de parentesco por
consanguinidad, estableciendo un régimen de convivencia progresiva de conformidad con las necesidades y
edades de los menores. El juez competente dictará las medidas considerando siempre el interés superior del menor
y, en su caso, previo estudio psicológico que se practique por un perito autorizado, tanto a los hijos menores como
a los progenitores, tomando en cuenta la opinión del menor a través de los medios idóneos.
Se debe entender por Régimen de Convivencia Progresiva, las circunstancias en que deberá llevarse a cabo la
convivencia entre los menores hijos e hijas y el progenitor que no tenga la guarda y custodia de éstos, para lo cual
deberá considerarse que las mismas no pongan en riesgo la estabilidad de los menores y procurando que ésta
aumente.
La protección para los hijos e hijas menores de edad implica las medidas de seguridad, seguimiento y terapias necesarias
para evitar y corregir los actos de violencia familiar, las cuales corresponderán a los organismos para la asistencia social
pública estatal o municipal, a través de su correspondiente Procuraduría de Asistencia Jurídica y Social o dependencia
equivalente, por lo que deberá darse vista a estas instancias cuando en la tramitación de un juicio se perciba que se pone
en riesgo la seguridad de aquéllos.
Para los efectos de la fracción IV del presente artículo, se podrá establecer un sistema de convivencia supervisada, a través
del Centro de Convivencia Familiar o cualquiera de sus unidades de apoyo, en los términos de la Ley Orgánica del Poder
Judicial del Estado de Chihuahua, y su Reglamento correspondiente.
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EFECTOS DEL DIVORCIO.
En relación a los cónyuges:
I. Se disuelve el vínculo matrimonial y ambos cónyuges quedan en aptitud de contraer nuevas nupcias.
II. La mujer puede celebrarlo trescientos días después de la disolución a menos que dentro de ese plazo dé a luz a un
hijo o mediante examen médico que acredite no estar embarazada. (Artículo 257)
ARTÍCULO 257. Los cónyuges divorciados podrán contraer nuevo matrimonio inmediatamente después de
obtenido el divorcio; pero la mujer no podrá hacerlo si no tuviere trescientos días de separada físicamente de su
esposo, o mediare examen médico que acredite que no está embarazada.
III. Ambos cónyuges tienen derecho a alimentos si el divorcio se decretare por causa que no implique la culpabilidad
de ninguno de ellos. Pero el esposo, tratado con inexplicable desigualdad, sólo tendrá derecho a alimentos cuando
esté imposibilitado para trabajar y no tenga bienes con que subsistir. (Artículo 265)
ARTÍCULO 265. Si el divorcio se decretare por causa que no implique culpabilidad de ninguno de los cónyuges,
ambos podrán exigirse recíprocamente alimentos. El marido, en todo caso, sólo tendrá derecho a alimentos
cuando esté imposibilitado para trabajar y no tenga bienes propios con que subsistir.
IV. El cónyuge inocente, cuando carezca de bienes propios para atender a su subsistencia, podrá exigir al culpable
pensión alimenticia. (Artículo 263) Este derecho cesará por contraer la mujer nuevo matrimonio u observar mala
conducta (artículo 264)
ARTÍCULO 263. El cónyuge inocente, cuando carezca de bienes propios bastantes para atender a su
subsistencia, podrá exigir del culpable una pensión alimenticia independiente de la que corresponda a los hijos
menores o incapacitados que tenga a su cuidado.
ARTÍCULO 264. El derecho a los alimentos cesará por muerte del que los recibe o por contraer la mujer nuevo
matrimonio u observar mala conducta.
II. Si no lo hubiere, se aplicarán las reglas que se observan para la nulidad del matrimonio y en tal virtud: los hijos
menores de 7 años, sin importar su sexo quedarán en poder la madre; pasada esa edad y hasta los catorce, los hijos
varones irán con el padre y las mujeres con la madre; de los catorce años en delante, decidirán su situación ante el
juez.
ARTÍCULO 267. La situación de los hijos e hijas menores se determinará por medio de convenio o, en la
ausencia de éste, por el juez competente. En ambos casos se hará conforme a lo establecido por el artículo 247. La
sentencia que se pronuncie en definitiva, fijará la situación de los hijos e hijas, para lo cual el juez competente
deberá resolver todo lo relativo a los derechos y deberes inherentes a la guarda y custodia.
ARTÍCULO 268. La situación de los hijos a que se refiere el artículo anterior, puede ser modificada por el juez
en interés justificado de ellos.
ARTÍCULO 259. Antes de que se provea definitivamente sobre la patria potestad o la custodia de los hijos podrán
acordar los tribunales, a petición de los abuelos, tíos, o hermanos mayores, cualquiera providencia que se considere
benéfica a los menores.
ARTÍCULO 260. En todo caso de divorcio en que existan hijos menores se oirá el parecer del Ministerio Público.
ARTÍCULO 261. Por muerte del cónyuge que tenga los hijos a su cuidado, vuelven éstos a quedar bajo el del supérstite,
salvo el caso en que se encuentre incapacitado para ejercer la patria potestad.
ARTÍCULO 262. El padre y la madre, aunque pierdan la patria potestad, quedan sujetos a todas las obligaciones que
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tienen para con sus hijos.
ARTÍCULO 266. La división de los bienes de la sociedad conyugal, se arreglará en primer lugar, por convenio de las
partes. A falta de convenio especial, la división se hará de acuerdo con la ley.
Si no se capituló la liquidación y por ende la división de los bienes de la sociedad se arreglará por convenio de las
partes y si no se pusieren de acuerdo la división se hará conforme a lo dispuesto por el artículo 192.
Como generalmente no se otorgan capitulaciones se aplicarán las reglas de que pertenecen al matrimonio los
bienes adquiridos a partir de la fecha de su celebración, con excepción de los adquiridos por cada uno de los cónyuges por
exclusiva donación, herencia o legado, que así mismo le pertenecen los frutos, productos o accesiones de tales bienes; y
que el importe de las pérdidas se deducirá del haber de cada cónyuge en proporción de las utilidades que debían
corresponderles.
Por cuanto a las donaciones, las antenupciales se revocarán cuando el divorcio haya sido motivado por el adulterio
o el abandono injustificado del domicilio conyugal por parte del donatario, cuando el donante fuere el otro cónyuge.
Artículo 216.
ARTÍCULO 216. Las donaciones antenupciales son revocables y se entienden revocadas por el adulterio o el abandono
injustificado del domicilio conyugal por parte del donatario, cuando el donante fuere el otro cónyuge.
FILIACIÓN.
Sentido amplio. Comprende el vínculo jurídico que existe entre ascendientes y descendientes, sin limitación de
grado; es decir, entre personas que descienden las unas de las otras, y de esta manera puede hablarse de la
filiación no solamente referida en línea ascendente a los padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, etc., sino
también en línea descendente para tomar como punto de relación los hijos, nietos, bisnietos, tataranietos,etc.
Sentido estricto. La relación de derecho que existe entre el progenitor y el hijo. Por lo tanto, va a implicar un
conjunto de derechos y obligaciones que respectivamente se crean entre el padre y el hijo y que generalmente
constituyen, tanto en la filiación legítima, como en la natural, un estado jurídico.
FILIACIÓN LEGÍTIMA.
Es el vínculo jurídico que se crea entre el concebido en matrimonio y sus padres. En nuestro derecho se requiere
que el hijo sea concebido durante el matrimonio de los padres, y no simplemente que nazca durante el matrimonio, porque
pudo haber sido concebido antes del mismo, naciendo cuando sus padres ya habían celebrado el matrimonio. El hijo
legítimo puede nacer cuando el matrimonio de los padres esté ya disuelto, por muerte del marido, por divorcio o por
nulidad, y en estos tres casos su legitimidad se determina por virtud de su concepción, nunca del nacimiento.
FILIACIÓN NATURAL
La que corresponde al hijo que fue concebido cuando su madre no estaba unida en matrimonio. Vuelve nuevamente a
tomarse en cuenta el momento de la concepción que la ley determina a través de presunciones, dentro del término mínimo
o máximo del embarazo, para considerar que el hijo fue concebido cuando la madre no estaba unida en matrimonio.
Filiación natural simple. Es aquella que corresponde al hijo concebido cuando su madre no se había unido en
matrimonio, pero pudo legalmente celebrarlo con el padre, es decir, no había ningún impedimento que originase
la nulidad de ese matrimonio, se se hubiese celebrado.
Filiación natural adulterina. Cuando el hijo es concebido por la madre estando ésta unida en matrimonio y el
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padre es distinto del marido, o cuando el padre es casado y la madre no es su esposa.
Filiación natural incestuosa. Cuando el hijo es procreado por parientes en el grado que la ley impide el
matrimonio, sin celebrar éste.
FILIACIÓN LEGITIMADA.
Es aquella que corresponde a los hijos que habiendo sido concebidos antes del matrimonio de sus padres, nacen
durante él o éstos le reconocen antes de celebrarlo, durante el mismo o posteriormente a su celebración.
a) Hijos que hubieren nacido antes del matrimonio:
Artículo 331. El matrimonio subsecuente de los padres hace que se tengan como nacidos de matrimonio a los hijos
habidos antes de su celebración.
Artículo 332. Para que el hijo goce del derecho que concede el artículo que precede, los padres deben reconocerlo
expresamente antes de la celebración del matrimonio, en el acto mismo de celebrarlo, o durante él, haciendo en todo
caso el reconocimiento ambos padres junto o separadamente.
Artículo 333. Si el hijo fue reconocido por el padre y en su acta de nacimiento consta el nombre de la madre, no se
necesita reconocimiento expreso de ésta para que la legitimación surta sus efectos legales. Tampoco se necesita
reconocimiento del padre, si ya se expresó el nombre de éste en el acta de nacimiento.
Hay aquí una equiparación del hijo legítimo con el legitimado por virtud del matrimonio subsecuente de los
padres, pero además se agrega que deberá existir el reconocimiento.
b) Filiación legitimada por ministerio de ley. Comprende el caso especialísimo del hijo que nació dentro de
180 días de celebrado el matrimonio y que no fue reconocido, pero que tampoco fue impugnado ejercitando el marido la
acción contradictoria de paternidad.
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para exigir alimentos a la madre, o para comparecer como heredero de ésta, esa prueba no es oponible al marido de la
madre, ni a los parientes en general; sólo tiene valor en el caso concreto para el derecho que se pretende hacer valer. En
cambio, si esta prueba se rinde en el juicio de investigación de la maternidad, acreditando todos los elementos de posesión
de estado de hijo legítimo, tendrá un alcance absoluto, como el acta del nacimiento, es decir, será oponible a todo el
mundo, valedera erga omnes, por virtud de la sentencia que declare acreditada la maternidad.
Valor y alcance de la sentencia que declare la maternidad legítima. Si a través de juicio ordinario de
investigación de la maternidad legítima, se acredita ésta respecto a la madre con prueba de testigos y el juez en la
sentencia la reconoce, este título tendrá el mismo valor que el acta de nacimiento.
Casos en los que falta el acta de matrimonio de los padres. Puede ocurrir, por lo que toca a la madre, que en un
momento dado no se pueda acreditar que fue casada, no obstante que en el acta de nacimiento del hijo, aparezca éste como
de matrimonio. Puede justificarse la filiación legítima acreditando la posesión de estado de hijo legítimo, y a falta de esta
posesión, puede incluso probarse mediante testigos, siempre y cuando hubiere un principio de prueba por escrito.
ARTÍCULO 318. A falta de actas o si éstas fueren defectuosas, incompletas o falsas, se probará con la posesión
constante de estado de hijo nacido de matrimonio. En defecto de esta posesión son admisibles para demostrar la filiación
todos los medios de prueba que la ley autoriza, pero la testimonial no es admisible si no hubiere un principio de prueba
por escrito o indicios o presunciones resultantes de hechos ciertos que se consideren bastantes graves para determinar su
admisión.
Si uno solo de los registros faltare o estuviere inutilizado y existe el duplicado, de éste deberá tomarse la prueba, sin
admitirla de otra clase.
ARTÍCULO 319. Si hubiere hijos nacidos de dos personas que han vivido públicamente como marido y mujer, y ambos
hubieren fallecido, o por ausencia o enfermedad les fuere imposible manifestar el lugar en que se casaron, no podrá
disputarse a esos hijos haber nacido de matrimonio, por solo la falta de presentación del acta del enlace de sus padres,
siempre que se pruebe que tienen la posesión de estado de hijos de ellos, o que por los medios de prueba que autoriza el
artículo anterior, se demuestre la filiación y no esté contradicha por el acta de nacimiento.
Prueba de la filiación legítima en cuanto al padre. Demostrada la filiación materna, el derecho presume la
filiación paterna. Se tiene que partir para esta presunción que admite prueba en contrario, de la honestidad y fidelidad de
la esposa.
2. Hijos nacidos después de ciento ochenta días de celebrado el matrimonio. En cuanto a los hijos nacidos
después de los 180 días de celebrado el matrimonio, su presunción de legitimidad es muy fuerte, es casi absoluta.
Ya hemos explicado que sólo el marido podría impugnar la legitmidad, demostrando que le fue físicamente
imposible tener cópula carnar con su esposa en los primeros ciento veinte días, de los trescientos anteriores al
nacimiento. Acreditada la falta de relación sexual en esos primeros ciento veinte días, queda descartada la
posibilidad de que el marido sea el autor del embarazo.
3. Adulterio de la esposa con ocultamiento del hijo. Un segundo caso en que el marido puede impugnar la
legitimidad, sin necesidad de rendir una prueba directa de la posibilidad de relación sexual, se refiere al adulterio
de la esposa combinado con el ocultamiento del hijo.
ARTÍCULO 303. El marido no podrá desconocer a los hijos, alegando adulterio de la madre, aunque ésta
declare que no son hijos de su esposo, a no ser que el nacimiento se le haya ocultado, o que demuestre que
durante los diez meses que precedieron al nacimiento no tuvo acceso carnal con su esposa o que había
imposibilidad física para engendrar.
En consecuencia sila mujer confiesa el adulterio o en su caso, si el marido lo prueba y además se demiestra que se
le ocultó el nacimiento, estos dos hechos relacionados serán bastantes, independientemente de que haya habido
relaciones sexuales entre los esposos, para considerar que el hijo no es legítimo.
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4. Hijos nacidos después de los trescientos días siguientes a la separación judicial en los casos de divorcio o de
nulidad de matrimonio. Cuando existe divorcio o juicio de nulidad del matrimonio, se presenta una situación
especial, por cuanto que puede el hijo nacer después de los trescientos días siguientes a la separación judicial,
pero antes de que se dicte la sentencia de divorcio o de nulidad. Por consiguiente, existe aún el matrimonio. El
hijo fue concebido por la esposa durante su matrimonio. Sólo que debido a la separación judicial de los consortes,
nació después de los trescientos días de que se llevó a cabo esa separación y entonces entran en conflicto dos
principios: a) el primero considera en términos generales que todo hijo concebido por la esposa durante el
matrimonio es legítimo; b) el segundo principio se refiere a que la presunción legal de legitimidad del hijo se debe
a que el marido hace vida conyugal con su esposa; de que no hay obstáculo material o legal que impida la
cohabitación, tanto en el sentido de vivir bajo el mismo techo, como en la posibilidad de la relación sexual.
Cuando este principio de cohabitación y de posibilidad de relación sexual se impide legalmente a través de la
separación de cónyuges, no obstante que su matrimonio subsista, lo probable es que no haya existido la cópula
carnal entre ellos, aun cuando cabe evidentemente la posibilidad humana de que el marido tenga relación sexual
con su esposa a pesar de estar en trámite el juicio de divorcio o de nulidad, pero esta posibilidad es muy relativa
ante el hecho real de que los consortes están separados, y por ello basta entonces que el marido contradiga la
legitimidad, sin exigirle prueba especial, para que sea la madre, o el hijo a través de su tutor, quienes reporten la
carga de la prueba en el juicio, y quienes tengan que aportar al juez elementos suficientes de convicción para
acreditar que el marido fue el autor del embarazo.
5. Hijo nacido después de los trescientos días siguientes a la disolución del matrimonio. Un tercer caso se
presenta cuando el hijo nace después de los trescientos días siguientes a la disolución del matrimonio, por muerte
del marido, por sentencia definitiva de divorcio o de nulidad. Este es un caso especial en que cualquiera que tenga
interés jurídico y no sólo el marido, podrá impugnar no la legitimidad, que ya de pleno queda desconocida, sino la
paternidad.
ARTÍCULO 306. Las cuestiones relativas a la paternidad del hijo nacido después de 300 días de la disolución
del matrimonio, podrán promoverse en cualquier tiempo por la persona a quien perjudique la filiación.
6. Hijo nacido después de trescientos días de que se declaró la ausencia del marido. Un último caso se presenta
para el hijo nacido después de trescientos días de que se declaró legalmente la ausencia del marido. En el
momento en que se le declare judicialmente ausnete, después de haber sido llamado por edictos para que se
presente al lugar de su último domicilio, y no compareciere, se considera que hay una incertidumbre absoluta
respecto a su existencia misma. Por esto el matrimonio subsiste respecto del ausente, dada la posibilidad de que
viva. Ahora bien, si el matrimonio subsiste, volveremos a encontrar un conflicto entre los dos principios que ya
hemos referido. La ley no tiene una solución especial, pero nos da un principio general en materia de ausencia,
conforme al cual todo aquel que pretenda derechos respecto a la persona del ausente y que requieran su existencia,
debe demostrarla.
ARTÍCULO 690. Cualquiera que reclame un derecho referente a una persona cuya existencia no esté
reconocida, deberá probar que esta persona vivía en el tiempo en que era necesaria su existencia para
adquirir aquel derecho.
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de su tutor, el plazo de sesenta días no le corre, si llega a recobrar la razón, porque podrá intentar la acción una vez
enterado del nacimiento del hijo, esté ya en condiciones de capacidad para formular la demanda, o incluso si muriese
habiendo tenido o no tutor, porque los herederos podrán promoverla, pero dentro del término de sesenta días que les
correrá a partir del momento en que se pusiere al hijo en posesión de los bienes hereditarios o se perturbare a los
herederos en la misma.
ARTÍCULO 307. En todos los casos en que el marido tenga derecho de contradecir que el nacido es hijo de su
matrimonio, deberá deducir su acción dentro de sesenta días, contados desde el nacimiento, si está presente; desde el día
en que llegó al lugar, si estuvo ausente; o desde el día en que descubrió el engaño, si se le ocultó el nacimiento.
ARTÍCULO 308. Si el marido estaba bajo tutela por causa de discapacidad mental o intelectiva, este derecho puede ser
ejecutado por su tutor. Si éste no lo ejercitare, podrá hacerlo el marido después de haber salido de la tutela, pero
siempre en el plazo antes designado, que se contará desde el día en que legalmente se declare haber cesado el
impedimento.
ARTÍCULO 309. Cuando el marido, teniendo o no tutor, ha muerto sin recobrar la razón, los herederos pueden
contradecir la paternidad en los casos en que podría hacerlo el padre.
ARTÍCULO 310. Los herederos del marido, excepto en el caso del artículo anterior, no podrán contradecir la
paternidad de un hijo nacido dentro de los 180 días de la celebración del matrimonio, cuando el esposo no haya
comenzado esta demanda. En los demás casos si el esposo ha muerto sin hacer la reclamación dentro del término hábil,
los herederos tendrán, para proponer la demanda, sesenta días contados, desde aquél en que el hijo haya sido puesto en
posesión de los bienes del padre, o desde que los herederos se vean turbados por el hijo en la posesión de la herencia.
ARTÍCULO 317. La filiación de los hijos nacidos de matrimonio se prueba con la partida de su nacimiento y con el acta
de matrimonio de sus padres.
ARTÍCULO 40. El estado civil de las personas sólo se comprueba por las constancias relativas del registro. Ningún
otro documento ni medio de prueba es admisible para comprobar el estado civil, salvo los casos expresamente
exceptuados por la Ley.
En consecuencia la prueba perfecta de la filiación legítima y, por consiguiente, preferente, es la que estatuye el
artículo 317 a través del acta de nacimiento y el acta de matrimonio de los padres. Con esas dos actas se justifica
respectivamente: primero, que los padres están o estuvieron casados, y, segundo, que el hijo fue concebido durante el
matrimonio de los mismos.
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Si uno solo de los registros faltare o estuviere inutilizado y existe el duplicado, de éste deberá tomarse la prueba,
sin admitirla de otra clase.
1. El hijo carece de acta de nacimiento y de posesión de estado. En realidad no se tiene ni el título propiamente
dicho, que es el acta de nacimiento que relacionada con la de matrimonio de los padres acredita la filiación
legítima, ni si quiera el que da la posesión de estado, que tiene un valor suplementario del acta de nacimiento. A
primera vista, como quien invoca la calidad de hijo legítimo no tiene ni el título perfecto, ni el que suple al acta de
nacimiento, no debería concedérsele acción alguna para pretender la calidad de hijo legítimo. Sólo bajo
determinadas condiciones muy especiales, el derecho permite la investigación de la maternidad respecto de la
mujer casa que a su vez permitirá determinar la filiación legítima, ya que una vez que se logra comprobar que una
mujer casada dio a luz a un determinado hijo, se le imputará a su marido. En defecto de la posesión de estado, son
admisibles para demostrar la filiación todos los medios de prueba que la ley autoriza, incluyendo aquellas que el
avance de los conocimientos científicos ofrecen; pero la testimonial no es admisible si no hubiere un principio de
prueba por escrito o indicios o presunciones, resultantes de hechos ciertos que se consideren bastante graves para
determinar su admisión. Por lo tanto, aun cuando el reclamante estuviese en la situación muy difícil de carecer de
los títulos ordinarios, podrá incluso pretender hasta la filiación legítima, si está afirmando que una mujer casada
dio a luz en un fecha en que el hio se pueda imputar al marido, por haber nacido después de ciento ochenta días de
celebrado el matrimonio.
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2. El hijo carece de acta de nacimiento, pero sí tiene la posesión de estado. En rigor, el hijo tiene un título,
porque hemos visto que su posesión de estado vale como tal, aun cuando no es perfecto. Puede desconocerse su
estado, puede impugnarse, y entonces tendrá la necesidad de que se le reconozca su calidad de hijo legítimo.
Normalmente el hijo que tiene la posesión de estado sin acta de nacimiento, en realidad no tiene por qué ejercitar
una acción de reclamación de estado, ya que está gozando de todas las ventajas inherentes a su calidad de hijo
legítimo. En el momento en que surja un conflicto en el caso de herencia, o haya incumplimiento de obligaciones,
o se desconozca su calidad de legítimo, será cuando sí tenga necesidad de reclamar su estado, mediante una
acción imprescriptible para él y sus descendientes según dicta el artículo 324: La acción que compete al hijo para
reclamar su estado, es imprescriptible para él y sus descendientes.
Hemos dicho que la posesión de estado, conforme al artículo 329, no puede perderse sino por sentencia
ejecutoriada que admite todos los recursos que las leyes conceden en los negocios de mayor cuantía, y que según el
artículo 330:
Si el que está en posesión de los derechos de padre o de hijo fuere despojado de ellos o perturbado en su
ejercicio, sin que preceda sentencia por la cual deba perderlos, podrá usar de las acciones que establecen las
leyes para que se le ampare o restituya en la posesión. Justamente el caso del artículo 330 se presenta, cuando el
hijo, al ser desconocido en la sucesión del padre o de la madre, se ve en la necesidad de ejercitar acción de
reclamación de estado.
3. El hijo sólo tiene acta de nacimiento, pero no posesión de estado. En principio es bastante el acta de
nacimiento, pues de ella, en relación con el acta de matrimonio de los padres, se desprende su calidad de hijo
legítimo; pero puede impugnarse por algún interesado considerándola falsa. Puede seguirse un juicio que tenga
por objeto desconocer el acta de nacimiento a fin de que se declare que falsamente se hizo aparecer aquel hijo
como de mujer casada.
4. Contradicción entre el acta de nacimiento y la posesión de estado. El acta de nacimiento demuestra que el hijo
tiene determinados padres. La posesión de estado acredita que el hijotiene otros padres. Entonces, desde el punto
de vista del hijo, él puede reclamar la calidad de legítimo que más le convenga: en función de su acta de
nacimiento o en función de su posesión de estado. Pero necesariamente tendrá que desconocer la situación que
resulte contradictoria con sus pretensiones.
Toda contradicción, por consiguiente, no sólo desde el punto de vista de la acción del hijo para reclamar su
estado, sino de la acción de los padres interesados, unos invocando el acta de nacimiento, otros invocando su posesión de
estado, tendrá que tramitarse y ventilarse a través de un juicio en donde recíprocamente se están ejercitando
acciones que tienen por objeto reclamar un estado. Por ejemplo, la del hijo reclamando su estado en función del
acta de nacimiento. A su vez, los presuntos padres que tienen que ser oídos, al ser demandados, pueden ellos reconvenir.
El juez tendrá que valorar el conjunto de pruebas, pero partiendo de este principio: siempre el acta de nacimiento
prevalece sobre la posesión de estado, a no ser que se demuestre la falsedad de aquella. De manera que mientras
no se justifique civilmente, que el acta de nacimiento es falsa, el hijo deberá tener la calidad que le atribuya su título
y no la que le atribuya su posesión.
CARACTERÍSTICAS DE LA ACCIÓN DE RECLAMACIÓN DE ESTADO.
1. Imprescriptibilidad de la acción de reclamación de estado. El artículo 324 declara que: La acción que compete
al hijo para reclamar su estado, es imprescriptible para él y sus descendientes. Por lo tanto, no sólo durante la
vida del hio podrá reclamar su estado, sino también sus descendientes, sin limitación de grado, bien porque aquél
tuvo la posesión de estado o porque se pretenda contradecirla o impugnar su acta de nacimiento.
Para los demás herederos y los acreedores, legatarios y donatarios del hijo, la acción sí es prescriptible, porque si
el hijo muere antes de cumplir veinticinco años, o pierde la razón antes de llegar a esa edad y muere sin haberla
recuperado, sus demás herederos que no sean sus descendientes, podrán intentar la acción o defender la posesión
de estado que se tuvo, para cuyo efecto sólo gozan de un término de cuatro años.
ARTÍCULO 325. Los demás herederos del hijo podrán intentar la acción de que trata el artículo anterior:
I. Si el hijo ha muerto antes de cumplir veinticinco años;
II. Si el hijo cayó en demencia antes de cumplir los veinticinco años y murió después en el mismo estado.
ARTÍCULO 326. Los herederos podrán continuar la acción intentada por el hijo a no ser que éste se hubiere
desistido formalmente de ella, o nada hubiere promovido judicialmente durante un año contado desde la última
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diligencia.
También podrán contestar toda demanda que tenga por objeto disputarle la condición de hijo nacido de
matrimonio.
ARTÍCULO 327. Los acreedores, legatarios y donatarios tendrán los mismos derechos que a los herederos
conceden los artículos 325 y 326, si el hijo no dejó bienes suficientes para pagarles.
ARTÍCULO 328. Las acciones de que hablan los tres artículos que preceden prescriben a los cuatro años,
contados desde el fallecimiento del hijo.
2. Carácter personalísimo de la acción de reclamación de estado. Las consideraciones que anteceden demuestran
que la acción es personalísima durante la vida del hijo; perdiendo ese carácter a su muerte. Viviendo el hijo, ni
siquiera sus descendientes para quienes la acción es imprescriptible, podrían reclamar.
3. Carácter intransigible de la acción de reclamación de estado. No puede haber sobre la filiación ni transacción
ni compromiso en árbitros. En materia de filiación y, por consiguiente, por lo que se refiere a la posesión de
estado de hijo legítimo, la ley no permite una transacción, porqueno se trata de intereses patrimoniales en los que
el hijo pudiere aceptar determinados efectos jurídicos y renunciar a otros. Además, es indivisible su posesión de
estado, su calidad de hijo. No puede ser y no ser al mismo tiempo hijo legítimo frente a sus padres.
LEGITIMACIÓN.
Podemos definir la legitimación como aquella situación jurídica por virtud de la cual mediante el subsecuente
matrimonio de sus padres, se atribuye a los hijos naturales el carácter de legítimos, con todos los derechos y obligaciones
que corresponden a esa calidad.
Fusión de actos jurídicos. La legitimación puede implicar una fusión de dos actos jurídicos consistentes en el
reconocimiento que lleven a cabo los padres del hijo natural y en el matrimonio que realicen después de haber nacido o
sido concebidos los hijos naturales.
ARTÍCULO 331. El matrimonio subsecuente de los padres hace que se tengan como nacidos de matrimonio a los hijos
habidos antes de su celebración.
ARTÍCULO 332. Para que el hijo goce del derecho que concede el artículo que precede, los padres deben reconocerlo
expresamente antes de la celebración del matrimonio, en el acto mismo de celebrarlo, o durante él, haciendo en todo
caso el reconocimiento ambos padres junto o separadamente.
ARTÍCULO 333. Si el hijo fue reconocido por el padre y en su acta de nacimiento consta el nombre de la madre, no se
necesita reconocimiento expreso de ésta para que la legitimación surta sus efectos legales. Tampoco se necesita
reconocimiento del padre, si ya se expresó el nombre de éste en el acta de nacimiento.
ARTÍCULO 334. Aunque el reconocimiento sea posterior, los hijos adquieren todos sus derechos desde el día en que se
celebró el matrimonio de sus padres.
ARTÍCULO 335. Pueden gozar también de ese derecho que les concede el artículo 331, los hijos que hayan fallecido al
celebrarse el matrimonio de sus padres, si dejaron descendientes.
Dos especies de hijos legitimados que están ya concebidos cuando se celebra el matrimonio de sus padres.
Debemos distinguir dos situaciones distintas para esa clase de hijos legitimados: unos por declaración expresa del marido
que así la quiere, según el artículo 336: “Pueden gozar también de ese derecho los hijos no nacidos, si el padre al casarse
declara que reconoce al hijo de quien la mujer está encinta o que lo reconoce si aquella estuviere encinta”; otros, que
van a resultar legitimados por ministerio de ley, si simplemente el marido no objeta la paternidad, no la contradice y, por
consiguiente, la acepta, aun cuando no haya un reconocimiento expreso. Este sería el único caso en que no hay la fusión
de los dos actos jurídicos a que nos hemos referido, porque basta el matrimonio y el hecho jurídico de la no impugnación
del hijo, para que quede legitimado por ministerio de ley.
Legitimación por sentencia y matrimonio. Aunque la ley no la reconozca expresamente, es aquella en la cual
por virtud de una sentencia se haya declarado ya la paternidad y la maternidad, aun cuando no haya habido
reconocimiento expreso o tácito, si después aquellos padres celebran matrimonio y no hacen declaración alguna en cuanto
a reconocer al hijo que ya había obtenido una sentencia favorable. Respecto de los hijos naturales la filiación puede
establecerse de dos maneras: por el reconocimiento de los padres, o por una sentencia que declare la paternidad o la
maternidad.
FILIACIÓN NATURAL.
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Por filiación natural se entiende el vínculo que une al hijo con sus progenitores que no se han unido en
matrimonio. Esta situación se ha considerado tradicionalmente en dos formas: a) una relación jurídica lícita que producía
determinadas consecuencias si los padres del hijo natural pudieron legalmente celebrar matrimonio, por no existir ningún
impedimento; y b) Una relación ilícita si los padres estaban legalmente impedidos para celebrarlo, por virtud del
parentesco o de la existencia de un matrimonio anterior, respecto de alguno de ellos o de ambos, dado que entonces los
hijos habidos en esa unión se consideraban incestuosos o adulterinos.
Prueba de la paternidad natural. Cuando no exista matrimonio, generalmente no hay base alguna para poder inferir de
la maternidad, la paternidad. Por esto en principio la prueba de la paternidad sólo podría lograrse a través del
reconocimiento voluntario que hiciere el padre, estando prohibida la investigación de la paternidad.
Exceptuando las diferencias que la misma naturaleza de ambas filiaciones (legítima y natural) impone en nuestro derecho
se conceden iguales derechos a los hijos legítimos y a los naturales reconocidos o cuya filiación se ha probado
debidamente y declarado por sentencia en el juicio de investigación de la paternidad o maternidad.
En los códigos modernos la paternidad sí puede investigarse en los casos en que haya elementos para poder sospechar que
determinado hombre es el padre, como ocurre en el concubinato. En los casos de rapto, estrupro o violación, cuando la
fecha de esos delitos coincida con la probable de la concepción, hay también un dato que hace presumir la posibilidad
humana de que el responsable sea el padre o también, cuando exista la posesión de estado a través del trato que dé el
presunto padre, considerando al hijo de una manera expresa o tácita como suyo, por cuanto que permita que lleve su
apellido, lo considere en su familia como su hijo, provea su educación, subsistencia y establecimiento; o finalmente
cuando haya un proncipio de prueba, generalmente por escrito para deducir la paternidad.
ARTÍCULO 359. La investigación de la paternidad de los hijos nacidos fuera de matrimonio, está permitida:
I. En los casos de rapto, estupro o violación, cuando la época del delito coincida con la de la concepción;
II. Cuando el hijo se encuentre en posesión de estado de hijo del presunto padre;
III. Cuando el hijo haya sido concebido durante el tiempo en que la madre habitaba bajo el mismo techo con el
pretendido padre, viviendo maritalmente;
IV. Cuando el hijo tenga a su favor un principio de prueba contra el pretendido padre.
ARTÍCULO 360. Se presumen hijos del concubinario y de la concubina:
I. Los nacidos después de ciento ochenta días contados desde que comenzó el concubinato;
II. Los nacidos dentro de los trescientos días siguientes al en que cesó la vida común entre el concubinario y la
concubina.
ARTÍCULO 363. La prueba de marcadores genéticos, cuando resulte positiva constituye un principio de prueba para los
efectos de la fracción IV del artículo 359.
Cuando el interesado acepte de manera voluntaria que se le practique la prueba mencionada, el Estado facilitará su
realización.
ARTÍCULO 364. El hecho de dar alimentos no constituye por sí solo prueba, ni aun presunción, de paternidad o
maternidad. Tampoco puede alegarse como razón para investigar éstas.
INVESTIGACIÓN DE LA MATERNIDAD.
La investigación de la maternidad es absolutamente libre en principio, y se puede acreditar por todos los medios
ordinarios de prueba, justificando el parto y la identidad del hijo.
Sólo se impone una limitación para investigar la maternidad en nuestro derecho o sea, cuando se pretende imputar
el hijo a una mujer casada, considerándolo como hijo natural y, por consiguiente, afirmando que es un hijo adulterino.
“Está permitido al hijo nacido fuera de matrimonio y a sus descendientes, investigar la maternidad la cual puede
probarse por cualquier de los medios ordinarios, pero la indagación no será permitida cuando tenga por objeto atribuir
el hijo a una mujer casada.
No obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, el hijo podrá investigar la maternidad si esta se deduce de una sentencia
civil o penal.”
La sentencia civil a la que se refiere este último precepto, es la de impugnación de la legitimidad del hijo por parte
del marido. La sentencia criminal es la de adulterio de la mujer casada.
La maternidad puede acreditarse libremente en cualquier juicio que verse sobre este hecho.
En tanto que la paternidad sólo puede ser investigada en el juicio ordinario correspondiente, intentándose la
acción en forma para que la controversia exclusivamente se refiere al hecho de la paternidad y se demuestre que el caso se
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encuentra comprendido en uno de los seis que enumera el artículo 359. Por ello no se requiere en los juicios sucesorios
que primero el presunto heredero tenga que seguir un juicio ordinario especial para obtener sentencia que declare que la
autora de la sucesión es su madre, sino que a través del mismo juicio de intestado y en la información testimonial
acreditará su filiación y, por consiguiente, su derecho a heredar a la autora de la sucesión, como también podrá hacerlo en
el juicio especial de alimentos
El reconocimiento es un acto jurídico. El primer elemento consistente en que el reconocimiento es un acto jurídico, no
es generalmente aeeptado por la doctrina, porque se dice que en verdad el reconocimiento no crea derechos y
obligaciones, sino que es el vínculo consanguíneo el que los crea. En el acto jurídico, por virtud del mismo, es decir,
exclusivamente por virtud de la voluntad del autor, se crea una situación que antes no existía. De tal manera que el
reconocimiento sólo es un medio de prueba, no un acto creador de derechos y obligaciones.
Reconocimiento confesión. En esta teoría simplemente se considera que el reconocimiento es un medio de prueba
especial, consistente en la confesión que se rinde, judicial o extrajudicial, para dejar establecido que el que reconoce
engendró al reconocido, afirmando que tiene la convicción, la certeza o la creencia fundada de que es su progenitor.
Reconocimiento admisión. Esta teoría supone que quien reconoce quiere admitir y admite que el reconocido es su hijo,
para constituir la relación jurídica de filiación y convertir una simple relación biológica de procreación, en una relación
jurídica. En la teoría del reconocimiento admisión, ya no hay un simple medio de prueba, ya existe un verdadero acto
jurídico, por cuanto que hay en su autor la intención de crear efectos de derecho al afirmar que ha engendrado al hijo, al
transformar la posible relación simplemente biológica, en una relación jurídica cierta, y en un estado jurídico que va a
originar múltiples consecuencias de derecho.
Reconocimiento declaración. No hay una confesión, porque parte de la noble posibilidad de ser o no cierta la relación
que se declara y si el reconocimiento fuese siempre confesión, tendríamos que partir de la base que sólo pueden ser
reconocidos los hijos que realmente se hubiesen engendrado. Ahora bien, como el derecho no exige prueba previa, o por
lo menos que se llegue a demostrar con elementos serios de convicción que el que reconoce es quien engendró al hijo,
sino que el reconocimiento depende de la convicción del que reconoce y no de la que se forme un juez, afirma esta tercera
teoría que en el fondo hay sólo una declaración cierta que tendrá las características de una confesión, o declaración que no
corresponda a la verdad, pero que jurídicamente opera, porque se manifiesta la voluntad con la intención de admitir la
relación de paternidad o maternidad, aun cuando no existiera.
Teoría del reconocimiento como acto de poder familiar. Cicu afirma que el reconocimiento es en verdad un acto de
poder que la ley otorga al padre o a la madre por considerarlo como un órgano de familia capacitado, para exteriorizar esa
voluntad. Este autor cree que es un poder y, además, un deber, el que tiene el padre al reconocer al hijo; que así como se
atribuye autoridad al padre, se le impone la obligación de reconocer al hijo.
El reconocimiento como negocio jurídico. El negocio jurídico de familia atribuye las consecuencias de derecho no a
voluntad de quien lo realiza, sino a la ley. Son consecuencias ex lege y no es ex voluntate. En cambio, en el acto jurídico
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en sentido amplio, y en el mismo negocio jurídico de contenido patrimonial, las consecuencias jurídicas se producen
exclusivamente porque quiere producirlas su autor.
Reconocimiento mediante confesión judicial. La confesión judicial directa y expresa consiste en absolver posiciones
ante el juez, bajo protesta de decir verdad. Esta confesión, por la cual se logra el reconocimiento de un hijo, no puede
hacerse en cualquier juicio, porque la confesión debe estar relacionada directamente con los puntos controvertidos.
El reconocimiento practicado de manera diferente a las enumeradas no producirá ningún efecto; pero podrá ser utilizado
como indicio en un juicio de investigación de paternidad o maternidad.
El reconocimiento que se lleve a cabo en un testamento, es también un acto jurídico unilateral. Por definición el
testamento se caracteriza precisamente como un acto jurídico unilateral, personalísimo, revocable y libre, por virtud del
cual una persona capaz instituye herederos o legatarios, o declara y cumple deberes con trascendencia jurídica para
después de su muerte. De esta manera puede el testamento otorgarse para reconocer a un hijo, porque evidentemente se
está cumpliendo con un deber que produce consecuencias jurídicas, consistentes en crear derechos y obligaciones entre el
hijo y el testador, no sólo para después de la muerte, sino incluso durante la vida.
Más aún, puede el testador revocar su testamento y, sin embargo, el reconocimiento no puede revocarse ya. Dice
el artículo 344: “El reconocimiento no es revocable por el que lo hizo, y si se ha hecho en testamento, cuando éste se
revoque, no se tiene por revocado el reconocimiento.”
Reconocimiento mediante escritura pública. Por último, el reconocimiento puede hacerse por escritura pública, y aquí
nuevamente encontramos la posibilidad de un acto jurídico unilateral.
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por anticipado admite el reconocimiento, ya que lo está exigiendo y por ello obtiene la confesión del demandado. Pero
como pudiere ocurrir, en un caso de divorcio o de nulidad de matrimonio, que la confesión que rindiese el padre o la
madre, no por la demanda del hijo, sino por la del otro cónyuge, entonces el hijo mayor de edad reconocido en esa
confesión, siempre podrá oponerse y desconocer el reconocimiento.
Creemos que como en ocasiones el reconocimiento fundamentalmenre se traduce en obligaciones para el hijo
reconocido y en derechos o beneficios que pretenda obtener el que reconozca, bastará un acto unilateral de repudiación,
para que no puedan exigirse las consecuencias que se pretendan derivar de un reconocimiento en donde
fundamentalmente se van a obtener beneficios patrimoniales o derechos por parte de quien reconoce.
El reconocimiento es un acto solemne. Como el reconocimiento sólo puede otorgarse a través de las cinco únicas formas
que la ley reconoce, no podrá considerarse como un reconocimiento nulo, pero existente, el que se hiciere por ejemplo en
una carta o en un contrato privado.
El reconocimiento es un acto jurídico irrevocable. Por ello, aun cuando se lleve a cabo por testamento y sea de la
esencia de éste ser revocable, se hace la excepció de que el reconocimiento no puede revocarse.
El carácter irrevocable del reconocimiento, no impide que pueda impugnarse en ciertos casos. Cuando en derecho
decimos que un acto es irrevocable, simplemente se quiere significar que no puede quedar privado de efectos por la sola
voluntad de quien lo llevó a cabo; que una vez realizado éste, ya no puede retractarse quien hizo la manifestación de
voluntad.
Los actos irrevocables como el reconocimiento, pueden ser nulos por haberse obtenido por error, engaño, violencia o por
se incapaz el que reconozca. De ahí la posibilidad de que se pueda después a través del juicio de nulidad demostrar que
hubo error, engaño, violencia o que quien reconoció era incapaz.
El reconocimiento no es un acto personalísimo. Puede llevarse a cabo por un apoderado con mandato que deberá
constar en escritura pública, expreso para el acto de reconocer, o en documento privado, siempre y cuando se ratifiquen
las firmas del otorgante y de los testigos, ante notario público, juez de primera instancia, menor o de paz. Nos dice el
artículo 45: Cuando los interesados no puedan concurrir personalmente, podrán hacerse representar por un mandatario
especial para el acto, cuyo nombramiento conste en escritura pública.
La manifestación de voluntad en el reconocimiento. Ya hemos indicado que el reconocimiento puede ser un acto
unilateral o plurilateral. Para los reconocimientos de carácter unilateral, lógicamente la ley toma en cuenta la voluntad del
reconocido, por lo que tal parece que en un reconocimiento que se lleve a cabo en escritura pública, por testamento o
confesión judicial directa y expresa, bastaría la voluntad de aquel que reconozca, aun cuando el reconocido fuese mayor
de edad o ya hubiese cumplido catorce años, sin necesidad de nombrarle un tutor. Ahora bien, la adhesión puede ser,
como ocurre también en los contratos, expresa o tácita. Habrá adhesión tácita de voluntad por el sólo hecho de que el
reconocido hago uso de los derechos que el reconocimiento le otorga, aun cuando se exponga a sufrir las obligaciones
inherentes al mismo.
El objeto como elemento esencial del reconocimiento. En el reconocimiento, como acto jurídico que es, debe existir su
objeto directocon el carácter de imprescindible, consistente en crear derechos y obligaciones.
ARTÍCULO 366. El hijo reconocido por el padre, por la madre, o por ambos, tiene derecho:
I. A llevar el apellido del que lo reconoce;
II. A ser alimentado por éste;
III. A percibir la porción hereditaria y los alimentos que fije la ley.
Reconocimiento que haga la norma jurídica a la manifestación de voluntad. En el reconocimiento existe un tercer
elemento esencial que es la autorización que la norma jurídica establezca respecto a la manifestación de voluntad para
crear derechos y obligaciones.
En el caso del reconocimiento bastará con que se declare o afirme la paternidad o maternidad, para que tengamos materia
para el reconocimiento; es decir, para que a fortiori haya un objeto jurídico. Se prescinde de lo que el sujeto quiera
imponer como consecuencia de derecho, de lo que quiere desear, para que algunas se produzcan y otras no. El objeto ya
existirá, porque la ley lo impone, dado que alguien reconoció a otro como su hijo.
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ELEMENTOS DE VALIDEZ EN EL RECONOCIMIENTO.
Capacidad. Por lo que toca a la capacidad, se aplican las reglas generales que ya conocemos. Los menores no pueden
reconocer, sin la autorización de quienes ejerzan la patria potestad, la tutela o bien sin la autorización judicial en el caso
de que el menor no esté sujeto a patria potestad o tutela. Pero,como se está reconociendo a un hijo, se necesita tener,
siendo menor, por lo menos la edad para haberlo engendrado y ésta se calcula exigiendo que quien reconozca tenga, si es
hombre, la edad de dieciséis años, más la del hijo que se reconozca; si es mujer, que tenga catorce años, más la edad del
hijo que se reconozca.
ARTÍCULO 338. Pueden reconocer a sus hijos, los que tengan la edad exigida para contraer matrimonio, más la edad
del hijo que va a ser reconocido.
ARTÍCULO 339. El menor de edad no puede reconocer a un hijo sin el consentimiento del que o de los que ejerzan sobre
él la patria potestad, o de la persona bajo cuya tutela se encuentre, o a falta de éste, sin la autorización judicial.
En el reconocimiento, al requerir la ley una edad mínima, en rigor exige una cierta capacidad de goce, en virtud de que no
teniendo el que reconozca esa edad mínima, habrá una imposibilidad jurídica para llevar a cabo el acto.
En el reconocimiento de los hijos, como se parte del hecho biológico de que ya el que reconoce engendró, si tiene la edad
necesaria, no se toma en cuenta la capacidad mental, porque puede el enajenado, o el que carezca de inteligencia
engendrar, y ante un hecho ya consumado, la ley tiene que admitir, si hay pruebas que hagan suponer que el
reconocimiento corresponde a la realidad, que aquél que engendró, a pesar de ser un enajenado mental, un idiota o un
imbécil, podrá llevar a cabo el acto por conducto de un representante.
En cuanto a la capacidad para realizar este acto, tenemos que analizarla desde el punto de vista del menor a quien se
reconozca. La ley requiere que todo menor sea representado por un tutor especial, cuando el reconocimiento no se lleve a
cabo al levantar su acta de necimiento en el término legal y si ya cumplió catorce años de edad, se exige que intervenga
personalmente en el reconocimiento, asistido de su tutor. Si fuese mayor de edad, tenrá que ser parte en el reconocimiento
y consentirlo. Si el tutor estuviese de acuerdo en el reconocimiento, pero no el menor, este acto jurídico no podrá
realizarse. A su vez, el fenómeno de asistencia implica que la voluntad del mayor de catorce años, no es decisiva, porque
si no está de acuerdo el tutor, tampoco puede llevarse a cabo el reconocimiento.
Vicios en la voluntad en el reconocimiento. Tomando en cuenta que los menores de edad pueden ser víctimas de error,
de engaño o de violencia, se les protege también en el caso de que sufran estos vicios de la voluntad, tanto al reconocer,
como al ser reconocidos. Ya estamos aquí ante otro requisito de validez del reconocimiento, consistente en que la
voluntad se exprese sin vicio alguno.
ARTÍCULO 340. No obstante, el reconocimiento hecho por un menor es anulable si prueba que sufrió engaño al
hacerlo, pudiendo intentar la acción correspondiente hasta cuatro años después de cumplida la mayoría de edad
Habla la ley de revocación, pero propiamente es una nulidad relativa por dolo, si se demuestra que consintió siendo ya
mayor de catorce años y menor de veintiuno, en un reconocimiento en que fue víctima de engaño.
Ilicitud en el reconocimiento. Fundamentalmente la ilicitud del reconocimiento se manifiesta en los casos en que éste se
llevase a cabo en contra de la ley. Hay una libertad general de reconocer y en principio todo reconocimiento es lícito.
PATRIA POTESTAD.
Las normas sobre la patria potestad regulan la situación jurídica existente entre los ascendientes y descendientes
mas próximos. Su origen data del Derecho Romano y a lo largo del tiempo ha ido evolucionando para disminuir el poder
que tienen los padres sobre los hijos.
Antecedentes históricos.
• Derecho Romano. La Patria potestad era el nombre que se le daba al poder que ejercía el padre sobre sus hijos y
descendientes del ulterior grado. Las fuentes de la patria potestad eran la mismas que las de la Filiación. Dicha
potestad era absoluta e ilimitada.
• Código Napoleón. La patria potestad correspondía únicamente a los progenitores y solo se ejercía sobre los hijos
menores de edad. Respecto los Hijos legítimos la potestad era ejercida preponderantemente por el padre mientras
que con relación con los hijos naturales era ejercida por quien primero hubiera reconocido al menor.
• Código Civil de 1884. Dispuso que los hijos menor de edad no emancipados estaban sujetos a la patria potestad.
Dicha potestad era ejercida sucesivamente por los ascendientes padre, madre, abuelo paterno, abuela paterna,
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abuelo materno, abuela materna.
• Ley sobre Relaciones Familiares de 1917. Mantuvo una regulación similar al código civil de 1884 con dos
variantes: Estableció que la patria potestad seria ejercida conjuntamente por ambos progenitores o ambos abuelos,
Teniendo preferencia los Paternos sobre los Maternos.
Concepto.
La Ley no provee un concepto de patria potestad. Desde el punto de vista Doctrinal puede definirse como el
conjunto de deberes, derechos y obligaciones existentes entre los ascendientes y descendientes mas próximos,
encaminando al cuidado y desarrollo de la persona y de los bienes de estos durante su menor edad.
No puede clasificarse como situación jurídica debido a que las relaciones que lo integran son de duración
definida.
La finalidad de la patria potestad es la protección y desarrollo de la persona y de los bienes de quienes están sujetos a ella.
ARTÍCULO 390. La patria potestad se ejerce sobre la persona y los bienes de los hijos. Su ejercicio queda sujeto en
cuanto a la guarda y educación de los menores, a las modalidades que le impriman las resoluciones que se dicten, de
acuerdo con las leyes relativas a la rehabilitación de menores. La patria potestad solo puede verificarse durante la menor
edad de quienes están sujetos a ella.
ARTÍCULO 389. Los hijos menores de edad no emancipados, están bajo la patria potestad mientras exista alguno de los
ascendientes que deben ejercerla conforme a la ley
ARTÍCULO 393. En caso de separación de los que ejercen la patria potestad, podrán convenir los términos de su
ejercicio, particularmente en lo relativo a la guarda y custodia de los menores. En caso de desacuerdo, el juez resolverá lo
conducente oyendo al Ministerio Público.
La ley dispone que la patria potestad de un hijo adoptivo solo será ejercida por quienes lo adopten.
ARTÍCULO 396. La patria potestad sobre el hijo adoptivo la ejercerán, en la adopción simple, exclusivamente las
personas que lo adopten; en la adopción plena, se estará a lo dispuesto por el artículo 391.
Sujetos sobre los que se ejerce la patria potestad.
ARTÍCULO 389. Los hijos menores de edad no emancipados, están bajo la patria potestad mientras exista alguno de los
ascendientes que deben ejercerla conforme a la ley.
ARTÍCULO 393. En caso de separación de los que ejercen la patria potestad, podrán convenir los términos de su
ejercicio, particularmente en lo relativo a la guarda y custodia de sus hijos e hijas menores de edad.
Si existe desacuerdo, el juez resolverá lo conducente oyendo, en su caso, al Ministerio Público, al organismo para la
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asistencia social pública estatal o municipal, según corresponda, a través de su respectiva Procuraduría de Asistencia
Jurídica y Social o dependencia equivalente, o al especialista que por ejercicio de su profesión conozca del hecho.
ARTÍCULO 394. Los que ejercen la patria potestad aun cuando no tengan la custodia, tienen el derecho de convivencia
con sus descendientes, salvo que exista peligro para éstos.
No podrán impedirse, sin justa causa, las relaciones personales entre el menor y sus parientes. En caso de oposición a
petición de cualesquiera de ellos, el juez de lo familiar resolverá lo conducente en atención al interés superior del menor.
Sólo por mandato judicial podrá suspenderse o perderse el derecho a la convivencia a que se refiere el párrafo anterior, así
como en los casos de suspensión o pérdida de la patria potestad, conforme a las modalidades que para su ejercicio se
establezca en el convenio o resolución judicial.
ARTÍCULO 395. Las obligaciones, facultades y restricciones establecidas para los tutores, se aplicarán al pariente que
por cualquier circunstancia tenga la custodia de un menor.
ARTÍCULO 396. La patria potestad sobre el hijo adoptivo se ejercerá conforme a las reglas del artículo 391.
ARTÍCULO 397. Solamente por falta o impedimento de todos los llamados preferentemente, entrarán al ejercicio de la
patria potestad los que sigan en el orden establecido en los artículos anteriores. Si sólo faltare alguna de las dos personas a
quienes corresponde ejercer la patria potestad, la que quede continuará en el ejercicio de ese derecho.
ARTÍCULO 398. Mientras permanezca el hijo sujeto a la patria potestad, no podrá dejar la casa de los que la ejerzan sin
permiso de ellos o por resolución de autoridad competente.
La sustracción o retención del menor fuera del lugar de residencia habitual, sin la autorización de quienes están ejerciendo
la patria potestad o tenga su custodia, dará derecho a éstos al procedimiento de restitución que se establece en el Código
de Procedimientos Civiles.
La conducta ilícita del sustractor o retenedor dará lugar a la pérdida de los derechos que tengan con relación al menor.
ARTÍCULO 399. A las personas que tienen el ejercicio de la patria potestad o custodia de otra menor de edad incumbe la
obligación de educarlo convenientemente.
Cuando llegue a conocimiento de los Consejos Locales de Tutela o de cualquier autoridad administrativa que dichas
personas no cumplen con la obligación referida, lo avisarán al Ministerio Público y al organismo para la asistencia social
pública estatal o municipal, según corresponda, a través de su respectiva Procuraduría de Asistencia Jurídica y Social o
dependencia equivalente, para que promueva lo que corresponda.
ARTÍCULO 400. Para los efectos del artículo anterior, quienes ejerzan la patria potestad o tengan menores bajo su
custodia, tienen la facultad de corregirlos y la obligación de observar una conducta que sirva a éstos de buen ejemplo.
La facultad de corregir no implica infligir al menor actos de fuerza que atenten contra su integridad física o psíquica en los
términos de lo dispuesto por el artículo 300 ter de este Código.
ARTÍCULO 401. El que está sujeto a la patria potestad no puede comparecer en juicio, ni contraer obligación alguna, sin
expreso consentimiento del que o de los que ejerzan aquel derecho. En caso de irracional disenso, resolverá el Juez.
ARTÍCULO 402. Los que ejercen la patria potestad son legítimos representantes de los que están bajo de ella y tienen la
administración legal de los bienes que les pertenecen, conforme a las prescripciones de este Código.
ARTÍCULO 403. Cuando la patria potestad se ejerza a la vez por el padre y por la madre; o por el abuelo y la abuela, o
por los adoptantes, el administrador de los bienes será el varón; pero consultará en todos los negocios a su consorte, y
requerirá su consentimiento expreso para los actos más importantes de la administración.
ARTÍCULO 404. La persona que ejerza la patria potestad representará también a los hijos en juicio; pero no podrá
celebrar ningún arreglo para terminarlo, si no es con el consentimiento expreso de su consorte, y con la autorización
judicial cuando la ley lo requiera expresamente.
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ARTÍCULO 405. Los bienes del hijo, mientras esté en la patria potestad, se dividen en dos clases:
I. Bienes que adquiera por su trabajo;
II. Bienes que adquiera por cualquier otro título.
ARTÍCULO 406. Los bienes de la primera clase pertenecen en propiedad, administración y usufructo al hijo.
ARTÍCULO 407. En los bienes de la segunda clase, la propiedad y la mitad del usufructo pertenecen al hijo; la
administración y la otra mitad del usufructo corresponde a las personas que ejerzan la patria potestad.
Sin embargo, si los hijos adquieren bienes por herencia, legado o donación, y el testador o donante ha dispuesto que el
usufructo pertenezca al hijo o que se destine a un fin determinado, se estará a lo dispuesto.
ARTÍCULO 408. Los padres pueden renunciar su derecho a la mitad del usufructo, haciendo constar su renuncia por
escrito o de cualquier otro modo que no deje lugar a duda.
ARTÍCULO 409. La renuncia del usufructo hecha en favor del hijo, se considera como donación.
ARTÍCULO 410. Los réditos y rentas que se hayan vencido antes de que los padres, abuelos o adoptantes entren en
posesión de los bienes cuya propiedad corresponda al hijo, pertenecen a éste, y en ningún caso serán frutos de que deba
gozar la persona que ejerza la patria potestad.
ARTÍCULO 411. El usufructo de los bienes concedido a las personas que ejercen la patria potestad, lleva consigo las
obligaciones que expresa el Capitulo II del Título VI, y además, las impuestas a los usufructuarios, con excepción de la
obligación de dar fianza, fuera de los casos siguientes:
I. Cuando los que ejerzan la patria potestad han sido declarados en quiebra, o estén concursados;
II. Cuando contraigan ulteriores nupcias;
III. Cuando su administración sea notoriamente ruinosa para los hijos.
ARTÍCULO 412. Cuando por la ley o por la voluntad del padre, el hijo tenga la administración de los bienes, se le
considerará respecto de la administración como emancipado, con la restricción que establece la ley para enajenar, gravar o
hipotecar bienes raíces.
ARTÍCULO 413. Los que ejercen la patria potestad no pueden enajenar ni gravar de ningún modo los bienes inmuebles y
los muebles preciosos que correspondan al hijo, sino por causa de absoluta necesidad o de eminente beneficio, y previa la
autorización del Juez competente.
Tampoco podrán celebrar contrato de arrendamiento por más de cinco años, ni recibir la renta anticipada por más de dos
años; vender valores comerciales, industriales, títulos de rentas, acciones, frutos y ganados, por menor valor del que se
cotice en la plaza el día de la venta; hacer donación de los bienes de los hijos o remisión voluntaria de los derechos de
éstos; ni dar fianza en representación de los hijos.
ARTÍCULO 414. Siempre que el Juez conceda licencia a los que ejercen la patria potestad, para enajenar un bien
inmueble o un mueble precioso perteneciente al menor, tomará las medidas necesarias para hacer que el producto de la
venta se dedique al objeto a que se destinó, y para que el resto se invierta en la adquisición de un inmueble o se imponga
con segura hipoteca en favor del menor. Al efecto, el precio de la venta se depositará en una institución de crédito, y la
persona que ejerce la patria potestad no podrá disponer de él, sin orden judicial.
ARTÍCULO 415. El derecho de usufructo concedido a las personas que ejercen la patria potestad, se extingue.
I. Por la emancipación o la mayor edad de los hijos;
II. Por la pérdida de la patria potestad;
III. Por la revocación de la adopción, o
IV. Por renuncia.
ARTÍCULO 416. Las personas que ejercen la patria potestad tienen obligación de dar cuenta de la administración de los
bienes de los hijos.
ARTÍCULO 417. En todos los casos en que las personas que ejercen la patria potestad tienen un interés opuesto al de los
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hijos, serán estos representados, en juicio o fuera de él, por un tutor nombrado por el Juez para cada caso.
ARTÍCULO 418. Los jueces tienen facultad de tomar las medidas necesarias para impedir que por la mala
administración de quienes ejercen la patria potestad, los bienes del hijo se derrochen o se disminuyan.
Estas medidas se tomarán a instancia de las personas interesadas, del menor cuando hubiere cumplido catorce años, o del
Ministerio Público en todo caso.
ARTÍCULO 419. Las personas que ejerzan la patria potestad deben entregar a sus hijos, luego que éstos se emancipen o
lleguen a la mayor edad, todos los bienes y frutos que les pertenecen.
ARTÍCULO 421 bis. La patria potestad podrá ser limitada cuando el que la ejerce incurra en conductas de violencia
familiar previstas por el artículo 300 ter de este Código en contra de las personas sobre las cuales la ejerza.
Cuando se trate de personas menores de edad que se encuentren en situación de desamparo o hayan sido objeto de
maltrato por quienes ejercen la patria potestad, según lo dispuesto en el artículo 469 de este Código, y se encuentren
internadas en un establecimiento de asistencia social bajo la supervisión de la Procuraduría de Asistencia Jurídica y
Social, esta tendrá la facultad de iniciar el juicio de pérdida de patria potestad en un plazo no mayor a treinta días.
ARTÍCULO 422. La madre o abuela que pase a segundas nupcias, no pierde por este hecho la patria potestad.
ARTÍCULO 423. El nuevo marido no ejercerá la patria potestad sobre los hijos del matrimonio anterior.
ARTÍCULO 425. La patria potestad no es renunciable; pero aquéllos a quienes corresponda ejercerla pueden excusarse:
I. Cuando tengan sesenta años cumplidos;
II. Cuando por su mal estado habitual de salud, no puedan atender debidamente a su desempeño.
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TUTELA.
La palabra tutela proviene del latín tutêla. Se trata de la autoridad que se confiere para cuidar de una persona que,
ya sea por minoría de edad o por otras causas, no tiene completa la capacidad civil. De esta manera, el tutor adquiere la
autoridad y responsabilidad, en defecto de los padres de la persona en cuestión, sobre el sujeto y sus bienes
Objeto de la tutela.
ARTÍCULO 426. El objeto de la tutela es la guarda de la persona y bienes de los que no estando sujetos a la patria
potestad tienen incapacidad natural y legal, o solamente la segunda, para gobernarse por sí mismos. La tutela puede
también tener por objeto la representación interina del incapaz en los casos especiales que señale la ley.
En la tutela se cuidará preferentemente de la persona de los incapacitados. Su ejercicio queda sujeto en cuanto a la guarda
y educación de los menores a las modalidades de que habla la parte final del artículo 390.
ARTÍCULO 428. Los menores de edad emancipados tienen incapacidad legal para los actos que se mencionan en el
artículo relativo del Capítulo I del Título Décimo de este Libro. (contratación para prestación de servicios profesionales)
ARTÍCULO 429. La tutela es un cargo de interés público del que nadie puede eximirse sino por causa fundada en la ley.
ARTÍCULO 430. El que se rehusare sin causa legal a desempeñar el cargo de tutor, es responsable de los daños y
perjuicios que de su negativa resulten al incapacitado.
ARTÍCULO 431. La tutela se desempeñará por el tutor con la intervención del curador, del Juez de Primera Instancia o
de lo Familiar y del Consejo Local de Tutelas, en los términos establecidos en este Código.
ARTÍCULO 432. Ningún incapaz puede tener a un mismo tiempo más de un tutor y de un curador definitivos.
ARTÍCULO 433. El tutor y el curador pueden desempeñar respectivamente la tutela o la curatela hasta de tres incapaces.
Si éstos son hermanos, o son coherederos o legatarios de la misma persona, puede nombrarse un solo tutor y un curador a
todos ellos, aunque sean más de tres.
ARTÍCULO 434. Cuando los intereses de alguno o de algunos de los incapaces, sujetos a la misma tutela, fueren
opuestos, el tutor lo pondrá en conocimiento del Juez, quien nombrará un tutor especial que defienda los intereses de los
incapaces, que él mismo designe, mientras se decide el punto de oposición.
ARTÍCULO 435. Los cargos de tutor y de curador de un incapaz no pueden ser desempeñados al mismo tiempo por una
sola persona. Tampoco pueden desempeñarse por personas que tengan entre sí parentesco en cualquier grado de la línea
recta, o dentro del cuarto grado de la colateral.
ARTÍCULO 436. No pueden ser nombrados tutores o curadores las personas que integren los Consejos Locales de
Tutelas, ni quienes estén ligados con ellas con parentesco de consanguinidad, en la línea recta sin limitación de grados, y
en la colateral dentro del segundo grado inclusive.
ARTÍCULO 437. Cuando fallezca una persona que ejerza la patria potestad sobre un incapacitado a quien deba
nombrarse tutor, su ejecutor testamentario y en caso de intestado los parientes y personas con quienes haya vivido, están
obligados a dar parte del fallecimiento al Juez de Primera Instancia o de lo Familiar, dentro de ocho días, a fin de que se
provea la tutela; la omisión motivará la aplicación de una sanción que podrá ser de diez a cien veces el valor diario de la
Unidad de Medida y Actualización de multa.
ARTÍCULO 438. La tutela es testamentaria, legítima, autodesignada o dativa.
ARTÍCULO 439. Ninguna tutela puede conferirse sin que previamente se declare en los términos que disponga el Código
de Procedimientos Civiles, el estado de incapacidad de la persona que va a quedar sujeta a ella.
ARTÍCULO 440. Los tutores y curadores no pueden ser removidos de su cargo sin que previamente hayan sido oídos y
vencidos en juicio.
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ARTÍCULO 441. El menor de edad que tenga discapacidad mental o intelectiva o fuere ebrio consuetudinario o que
habitualmente abuse de las drogas enervantes, estará sujeto a la tutela de menores, mientras no llega a la mayor edad.
Si al cumplirse ésta continuare el impedimento, el incapaz se sujetará a nueva tutela, previo juicio de interdicción, en el
cual serán oídos el tutor y el curador anteriores.
ARTÍCULO 442. Los hijos menores de un incapacitado quedarán bajo la patria potestad del ascendiente que corresponda
conforme a la ley; y no habiéndolo, se les proveerá de tutor.
ARTÍCULO 442 BIS. La persona mayor de edad capaz puede designar al tutor o tutores que deberán encargarse de su
persona y, en su caso, de su patrimonio, en previsión de ser declarada en estado de incapacidad natural o legal.
La designación del tutor o tutores debe hacerse en escritura pública ante notario o ante el Juez Competente, a través de
una jurisdicción voluntaria que contenga expresamente el consentimiento de ambas partes y todas las reglas a las cuales
deberá sujetarse el tutor, y es revocable en cualquier momento mediante la misma formalidad.
ARTÍCULO 443. El cargo de tutor de la persona con discapacidad mental o intelectiva, sordomudo, ebrio
consuetudinario y de los que habitualmente abusen de las drogas enervantes, durará el tiempo que subsista la interdicción,
cuando sea ejercitado por los descendientes o por los ascendientes. El cónyuge sólo tendrá obligación de desempeñar ese
cargo mientras conserve su carácter de cónyuge. Los extraños que desempeñen la tutela de que se trata, tienen derecho de
que se les releve de ella a los diez años de ejercerla.
ARTÍCULO 444. La interdicción de que habla el artículo anterior no cesará sino por la muerte del incapacitado o por
sentencia definitiva, que se pronunciará en juicio seguido conforme a las mismas reglas establecidas para el de
interdicción.
ARTÍCULO 445. Mientras que se nombra tutor, el Juez de Primera Instancia o de lo Familiar debe dictar las medidas
necesarias para que el incapacitado no sufra perjuicios en su persona o en sus intereses.
ARTÍCULO 446. El Juez que no cumpla las prescripciones relativas a la tutela, además de las penas en que incurra
conforme a las leyes, será responsable de los daños y perjuicios que sufran los incapaces.
CLASES DE TUTELA.
TUTELA TESTAMENTARIA
ARTÍCULO 447. El ascendiente que sobreviva, de los dos que en cada grado deben ejercitar la patria potestad conforme
a lo dispuesto en el artículo 391, tiene derecho, aunque fuere menor, de nombrar tutor en su testamento a aquellos sobre
quienes la ejerza con inclusión del hijo póstumo.
ARTÍCULO 448. El nombramiento de tutor testamentario hecho en los términos del artículo anterior, excluye del
ejercicio de la patria potestad a los ascendientes de ulteriores grados.
ARTÍCULO 449. Si los ascendientes excluidos estuvieren incapacitados o ausentes, la tutela cesará cuando cese el
impedimento o se presenten los ascendientes, a no ser que el testador haya dispuesto expresamente que continúe la tutela.
ARTÍCULO 450. El que en su testamento, aunque sea un menor no emancipado, deje bienes, ya sea por legado o por
herencia, a un incapaz que no está bajo su patria potestad, ni bajo la de otro, puede nombrarle tutor solamente para la
administración de los bienes que le deje.
ARTÍCULO 451. Si fueren varios los menores podrá nombrárseles un tutor común, o conferirse a persona diferente la
tutela de cada uno de ellos, observándose, en su caso, lo dispuesto en el artículo 434.
ARTÍCULO 452. El padre que ejerza la tutela de un hijo sujeto a interdicción por incapacidad intelectual, puede
nombrarle tutor testamentario si la madre ha fallecido o no puede legalmente ejercer la tutela.
La madre, en su caso, podrá hacer el nombramiento de que trata este artículo.
ARTÍCULO 453. En ningún otro caso hay lugar a la tutela testamentaria del incapacitado.
ARTÍCULO 454. Siempre que se nombren varios tutores, desempeñará la tutela el primer nombrado, a quien substituirán
los demás, por el orden de su nombramiento, en los casos de muerte, incapacidad, excusa o remoción.
ARTÍCULO 455. Lo dispuesto en el artículo anterior no regirá cuando el testador haya establecido el orden en que los
tutores deben sucederse en el desempeño de la tutela.
ARTÍCULO 456. Deben observarse todas las reglas, limitaciones y condiciones puestas por el testador para la
administración de la tutela, que no sean contrarias a las leyes a no ser que el Juez oyendo al tutor y al curador, las estime
dañosas a los menores, en cuyo caso podrá dispensarlas o modificarlas.
ARTÍCULO 457. Si por un nombramiento condicional de tutor, o por algún otro motivo, faltare temporalmente el tutor
testamentario, el Juez proveerá de tutor interino al menor, conforme a las reglas generales sobre nombramiento de tutores.
ARTÍCULO 458. El adoptante que ejerza la patria potestad tiene derecho de nombrar tutor testamentario a su hijo
adoptivo; aplicándose a esta tutela lo dispuesto en los artículos anteriores.
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ARTÍCULO 459. Ha lugar a tutela legítima:
I. Cuando no hay quien ejerza la patria potestad ni tutor testamentario o autodesignado.
II. Cuando deba nombrarse tutor por causa de divorcio.
ARTÍCULO 460. La tutela legítima corresponde:
I. A los hermanos, prefiriéndose a los que sean por ambas líneas;
II. Por falta o incapacidad de los hermanos, a los demás colaterales dentro del cuarto grado inclusive.
ARTÍCULO 461. Si hubiere varios parientes del mismo grado, el Juez elegirá entre ellos al que le parezca más apto para
el cargo; pero si el menor hubiere cumplido dieciséis años, él hará la elección.
ARTÍCULO 462. La falta temporal del tutor legítimo se suplirá en los términos establecidos en los dos artículos
anteriores.
TUTELA DATIVA
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ARTÍCULO 472. La tutela dativa tiene lugar:
I. Cuando no hay tutor autodesignado, testamentario, ni persona a quien conforme a la ley corresponda la tutela
legítima.
II. Cuando el tutor testamentario esté impedido temporalmente de ejercer su cargo, y no hay ningún pariente de los
designados en el artículo 460.
ARTÍCULO 473. El tutor dativo será designado por el menor si ha cumplido catorce años. El Juez confirmará la
designación si no tiene justa causa para reprobarla. Para reprobar las ulteriores designaciones que haga el menor, el juez
oirá el parecer del Consejo Local de Tutelas. Si no se aprueba el nombramiento hecho por el menor, el juez nombrará
tutor conforme a lo dispuesto en el artículo siguiente.
ARTÍCULO 474. Si el menor no ha cumplido catorce años, el nombramiento de tutor lo hará el juez de entre las personas
que figuren en la lista formada cada año por el Consejo Local de Tutelas, oyendo al Ministerio Público, quien debe cuidar
de que quede comprobada la honorabilidad de la persona elegida para tutor.
ARTÍCULO 475. Si el juez no hace oportunamente el nombramiento de tutor, es responsable de los daños y perjuicios
que se sigan al menor por esa falta.
ARTÍCULO 476. Siempre será dativa la tutela para asuntos judiciales del menor de edad emancipado.
ARTÍCULO 477. A los menores de edad que no estén sujetos a patria potestad, ni a tutela testamentaria o legítima,
aunque no tengan bienes, se les nombrará tutor dativo. La tutela en este caso tendrá por objeto el cuidado de la persona del
menor, a efecto de que reciba la educación que corresponda a su posibilidad económica y a sus aptitudes. El tutor será
nombrado a petición del Consejo Local de Tutelas, del Ministerio Público, del mismo menor, y aun de oficio por el juez.
ARTÍCULO 478. En el caso del artículo anterior, tienen obligación de desempeñar la tutela mientras duran en los cargos
que a continuación se enumeran:
I. El Presidente Municipal del domicilio del menor;
II. Los demás regidores del Ayuntamiento;
III. Las personas que desempeñen la autoridad administrativa en los lugares en donde no hubiere Ayuntamiento;
IV. Los profesores oficiales de instrucción primaria, secundaria o profesional, del lugar donde vive el menor;
V. Los miembros de los organismos para la asistencia social pública estatal o municipal, según corresponda, a través
de la correspondiente Procuraduría de Asistencia Jurídica y Social o dependencia equivalente;
VI. Los directores de establecimientos de asistencia social pública.
Los jueces nombrarán de entre las personas mencionadas las que en cada caso deban desempeñar la tutela, procurando que
este cargo se reparta equitativamente sin perjuicio de que también pueden ser nombrados tutores las personas que figuren
en las listas que deben formar los Consejos Locales de Tutelas, conforme a lo dispuesto en el Capítulo XVI de este Título,
cuando estén conformes en desempeñar gratuitamente la tutela de que se trata.
ARTÍCULO 479. Si el menor que se encuentre en el caso previsto por el artículo 477, adquiere bienes, se le nombrará
tutor dativo de acuerdo con lo que disponen las reglas generales para hacer esos nombramientos.
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XII. El que padezca enfermedad crónica contagiosa;
XIII. Los demás a quienes lo prohiba la ley.
ARTÍCULO 481. Serán separados de la tutela:
I. Los que sin haber caucionado su manejo conforme a la ley, ejerzan la administración de la tutela;
II. Los que se conduzcan mal en el desempeño de la tutela, ya sea respecto de la persona, ya respecto de la
administración de los bienes del incapacitado;
III. Los tutores que no rindan sus cuentas dentro del término fijado por el artículo 567;
IV. Los comprendidos en el artículo anterior, desde que sobrevenga o se averigüe su incapacidad;
V. El tutor que se encuentre en el caso previsto en el artículo 147;
VI. El tutor que permanezca ausente por más de seis meses del lugar en que debe desempeñar la tutela.
ARTÍCULO 482. No pueden ser tutores ni curadores del demente los que hayan sido causa de la demencia ni los que la
hayan fomentado directa o indirectamente.
ARTÍCULO 483. Lo dispuesto en el artículo anterior se aplicará, en cuanto fuere posible, a la tutela de las personas con
discapacidad mental o intelectiva, sordomudos, ebrios consuetudinarios y de los que abusen habitualmente de las drogas
enervantes.
ARTÍCULO 484. El Ministerio Público y los parientes del pupilo, tienen derecho de promover la separación de los
tutores que se encuentren en alguno de los casos previstos en el artículo 481.
ARTÍCULO 485. El tutor que fuere procesado por cualquier infracción antisocial quedará suspenso en el ejercicio de su
encargo desde que se dicte el auto de formal prisión hasta que se pronuncie sentencia irrevocable.
ARTÍCULO 486. En el caso de que trata el artículo anterior, se proveerá a la tutela conforme a la ley.
ARTÍCULO 487. Absuelto el tutor, volverá al ejercicio de su encargo. Si es condenado a prisión y no lleve consigo la
inhabilitación para desempeñar la tutela, volverá a ésta al extinguir su condena, siempre que la pena impuesta no exceda
de un año de prisión.
ARTÍCULO 493. El tutor testamentario que se excuse de ejercer la tutela, perderá todo derecho a lo que le hubiere
dejado el testador por este concepto.
ARTÍCULO 494. El tutor que sin excusa o desechada la que hubiere propuesto no desempeñe la tutela, pierde el derecho
que tenga para heredar al incapacitado que muera intestado, y es responsable de los daños y perjuicios que por su renuncia
hayan sobrevenido al mismo incapacitado. En igual pena incurre la persona a quien corresponda la tutela legítima, si
habiendo sido legalmente citada, no se presenta al Juez manifestando su parentesco con el incapaz.
ARTÍCULO 495. Muerto el tutor que esté desempeñando la tutela, sus herederos o ejecutores testamentarios están
obligados a dar aviso al juez, quien proveerá inmediatamente al incapacitado del tutor que corresponda, según la ley.
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consistirá:
I. En hipoteca o prenda;
II. En fianza.
La garantía prendaria que preste el tutor se constituirá depositando las cosas dadas en prenda en una institución de crédito
autorizada para recibir depósitos; a falta de ella se depositarán en poder de persona de notoria solvencia y honorabilidad.
ARTÍCULO 497. Están exceptuados de la obligación de dar garantía:
I. Los tutores testamentarios, cuando expresamente los haya relevado de esta obligación el testador;
II. El tutor que no administre bienes;
III. El padre, la madre y los abuelos, en los casos en que conforme a la ley son llamados a desempeñar la tutela de sus
descendientes, salvo lo dispuesto en el artículo 500.
IV. Los que acojan a un expósito, lo alimenten y eduquen convenientemente por más de diez años, a no ser que hayan
recibido pensión para cuidar de él.
ARTÍCULO 498. Los comprendidos en la fracción I del artículo anterior, sólo estarán obligados a dar garantías cuando
con posterioridad a su nombramiento haya sobrevenido causa ignorada por el testador que, a juicio del Juez y previa
audiencia del curador haga necesaria aquélla.
ARTÍCULO 499. La garantía que presten los tutores no impedirá que el Juez, a moción del Ministerio Público, del
Consejo Local de Tutelas, de los parientes próximos del incapacitado o de éste si ha cumplido catorce años, dicte las
providencias que estime útiles para la conservación de los bienes del pupilo.
ARTÍCULO 500. Cuando la tutela del incapacitado recaiga en el cónyuge, en los ascendientes o en los hijos, no se dará
garantía; salvo el caso de que el juez, con audiencia del curador y del Consejo de Tutelas lo crea conveniente.
ARTÍCULO 501. Siempre que el tutor sea también coheredero del incapaz, y éste no tenga más bienes que los
hereditarios, no se podrá exigir al tutor otra garantía que la de su misma porción hereditaria a no ser que esta porción no
iguale a la mitad de la porción del incapaz, pues en tal caso se integrará la garantía con bienes propios del tutor o con
fianza.
ARTÍCULO 502. Siendo varios los incapacitados cuyo haber consista en bienes procedentes de una herencia indivisa, si
son varios los tutores, sólo se exigirá a cada uno de ellos garantías por la parte que corresponda a su representado.
ARTÍCULO 503. El tutor no podrá dar fianza para caucionar su manejo sino cuando no tenga bienes en que constituir
hipoteca o prenda.
ARTÍCULO 504. Cuando los bienes que tenga no alcancen a cubrir la cantidad que ha de asegurar conforme al artículo
siguiente, la garantía podrá consistir parte en hipoteca o prenda, parte en fianza, o solamente en fianza a juicio del Juez, y
previa audiencia del curador y del Consejo Local de Tutelas.
ARTÍCULO 505. La hipoteca o prenda, y en su caso la fianza, se darán:
I. Por el importe de las rentas de los bienes raíces en los dos últimos años, y por los réditos de los capitales
impuestos durante ese mismo tiempo;
II. Por el valor de los bienes muebles;
III. Por el de los productos de las fincas rústicas en dos años, calculados por peritos, o por el término medio en un
quinquenio, a elección del juez;
IV. En las negociaciones mercantiles o industriales, por el veinte por ciento del importe de las mercancías y demás
efectos muebles, calculado por los libros si están llevados en debida forma o a juicio de peritos.
ARTÍCULO 506. Si los bienes del incapacitado, enumerados en el artículo que precede, aumentan o disminuyen, durante
la tutela, podrán aumentarse o disminuirse proporcionalmente la hipoteca, prenda o la fianza, a pedimento del tutor, del
curador, del Ministerio Público o del Consejo Local de Tutelas.
ARTÍCULO 507. El Juez responde subsidiariamente con el tutor, de los daños y perjuicios que sufra el incapacitado por
no haber exigido que se caucione el manejo de la tutela.
ARTÍCULO 508. Si el tutor, dentro de tres meses después de aceptado su nombramiento, no pudiere dar la garantía por
las cantidades que fija el artículo 505, se procederá al nombramiento de nuevo tutor.
ARTÍCULO 509. Durante los tres meses señalados en el artículo precedente, desempeñará la administración de los
bienes un tutor interino, quien los recibirá por inventario solemne y no podrá ejecutar otros actos que los indispensables
para la conservación de los bienes y percepción de los productos. Para cualquier otro acto de administración requerirá la
autorización judicial, la que se concederá, si procede, oyendo al curador.
ARTÍCULO 510. Al presentar el tutor su cuenta anual, el curador o el Consejo Local de Tutelas deben promover
información de supervivencia e idoneidad de los fiadores dados por aquél. Esta información también podrán promoverla
en cualquier tiempo que lo estimen conveniente. El Ministerio Público tiene igual facultad. Y hasta de oficio el Juez puede
exigir esa información.
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ARTÍCULO 511. Es también obligación del curador y del Consejo Local de Tutelas, vigilar el estado de las fincas
hipotecadas por el tutor o de los bienes entregados en prenda, dando aviso al Juez de los deterioros y menoscabo que en
ellos hubiere, para que si es notable la disminución del precio, se exija al tutor que asegure con otros bienes los intereses
que administra.
DESEMPEÑO DE LA TUTELA
ARTÍCULO 512. Cuando el tutor tenga que administrar bienes, no podrá entrar a la administración sin que antes se
nombre curador, excepto en los casos de los artículos 469 y 470.
ARTÍCULO 513. El tutor que entre a la administración de los bienes sin que se haya nombrado curador, será responsable
de los daños y perjuicios que cause al incapacitado y, además, separado de la tutela; mas ningún extraño puede rehusarse a
tratar con él judicial o extrajudicialmente alegando la falta de curador.
ARTÍCULO 514. El tutor está obligado:
I. A alimentar y educar al incapacitado;
II. A destinar de preferencia los recursos del incapacitado a la curación de sus enfermedades o a su regeneración si es
un ebrio consuetudinario o abusa habitualmente de las drogas enervantes;
III. A formar inventario solemne y circunstanciado de cuanto constituya el patrimonio del incapacitado, dentro del
término que el Juez designe, con intervención del curador y del mismo incapacitado si goza de discernimiento y
ha cumplido dieciséis años de edad. El término para formar el inventario no podrá ser mayor de seis meses;
IV. A administrar el caudal de los incapacitados. El pupilo será consultado para los actos importantes de la
administración cuando es capaz de discernimiento y mayor de dieciséis años. La administración de los bienes que
el pupilo ha adquirido con su trabajo le corresponde a él y no al tutor;
V. A representar al incapacitado en juicio y fuera de él en todos los actos civiles, con excepción del matrimonio, del
reconocimiento de hijos, del testamento y de otros estrictamente personales;
VI. A solicitar oportunamente la autorización judicial para todo lo que legalmente no pueda hacer sin ella.
ARTÍCULO 515. Los gastos de alimentación y educación del menor deben regularse de manera que nada necesario le
falte, según su condición y posibilidad económica.
ARTÍCULO 516. Cuando el tutor entre en el ejercicio de su cargo, el Juez fijará, con audiencia de aquél, la cantidad que
haya de invertirse en los alimentos y educación del menor, sin perjuicio de alterarla, según el aumento o disminución del
patrimonio y otras circunstancias. Por las mismas razones podrá el Juez alterar la cantidad que el que nombró tutor
hubiere señalado para dicho objeto.
ARTÍCULO 517. El tutor destinará al menor a la carrera u oficio que éste elija, según sus circunstancias. Si el tutor
infringe esta disposición, puede el menor, por conducto del curador, del Consejo Local de Tutelas o por sí mismo, ponerlo
en conocimiento del Juez, para que dicte las medidas convenientes.
ARTÍCULO 518. Si el que tenía la patria potestad sobre el menor lo había dedicado a alguna carrera, el tutor no variará
ésta, sin la aprobación del Juez quien decidirá este punto prudentemente y oyendo en todo caso al mismo menor, al
curador y al Consejo Local de Tutelas.
ARTÍCULO 519. Si las rentas del menor no alcanzan a cubrir los gastos de su alimentación y educación, el Juez decidirá
si ha de ponérsele a aprender un oficio o elegirá otro medio para evitar la enajenación de los bienes y, si fuere posible,
sujetará a las rentas de éstos, los gastos de alimentación.
ARTÍCULO 520. Si los pupilos fuesen indigentes o careciesen de suficientes medios para los gastos que demanden su
alimentación y educación, el tutor exigirá judicialmente la prestación de estos gastos a los parientes que tienen obligación
legal de alimentar a los incapacitados. Las expensas que esto origine serán cubiertas por el deudor alimentario. Cuando el
mismo tutor sea el obligado a dar alimentos por razón de su parentesco con el pupilo, el curador ejercitará la acción a que
este artículo se refiere.
ARTÍCULO 521. Si los pupilos indigentes no tienen personas que estén obligadas a alimentarlos, o si teniéndolas no
pudieren hacerlo, el tutor, con autorización del Juez, quien oirá el parecer del curador y del Consejo Local de Tutelas,
pondrá al pupilo en un establecimiento de asistencia social pública o privada en donde pueda recibir los alimentos,
conforme al artículo 285 de este Código.
ARTÍCULO 522. Los incapacitados indigentes que no puedan ser alimentados y educados por los medios previstos en
los dos artículos anteriores, lo serán a costa de las rentas públicas del Estado; pero si se llega a tener conocimiento de que
existen parientes del incapacitado que estén legalmente obligados a proporcionarle alimentos, el Ministerio Público
deducirá la acción correspondiente para que se reembolse al Gobierno de los gastos que hubiere hecho en cumplimiento
de lo dispuesto por este artículo.
ARTÍCULO 523. El tutor de los incapacitados a que se refiere la fracción II del artículo 514, está obligado a presentar al
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Juez, en el mes de enero de cada año, un certificado de dos facultativos que declaren acerca del estado del individuo sujeto
a interdicción, a quien para ese efecto reconocerán en presencia del curador. En los lugares en que no existan facultativos
el examen se hará por peritos prácticos designados por el juez. Este se cerciorará del estado que guarda el incapacitado y
tomará todas las medidas que estime convenientes para mejorar su condición.
ARTÍCULO 524. Para la seguridad, alivio y mejoría de las personas a que se refiere el artículo anterior, el tutor adoptará
las medidas que juzgue oportunas, previa la autorización judicial que se otorgará con audiencia del curador. Las medidas
que fueren muy urgentes podrán ser ejecutadas por el tutor, quien dará cuenta inmediatamente al juez para obtener la
debida aprobación.
ARTÍCULO 525. La obligación de hacer inventarios no puede ser dispensada ni aun por los que tienen derecho de
nombrar tutor testamentario.
ARTÍCULO 526. Mientras que el inventario no estuviere formulado, la tutela debe limitarse a los actos de mera
protección a la persona y conservación de los bienes del incapacitado.
ARTÍCULO 527. El tutor está obligado a inscribir en el inventario el crédito que tenga contra el incapacitado; si no lo
hace, pierde el derecho de cobrarlo.
ARTÍCULO 528. Los bienes que el incapacitado adquiera después de la formación del inventario, se incluirán
inmediatamente en él, con las mismas formalidades prescritas en la fracción III del artículo 514.
ARTÍCULO 529. Hecho el inventario no se admite al tutor rendir prueba contra de él en perjuicio del incapacitado, ni
antes ni después de la mayor edad de éste, ya sea que litigue en nombre propio o con la representación del incapacitado.
Se exceptúan de lo dispuesto en el párrafo anterior los casos en que el error del inventario sea evidente o cuando se trate
de un derecho claramente establecido.
ARTÍCULO 530. Si se hubiere omitido listar algunos bienes en el inventario, el menor mismo, antes o después de la
mayor edad, y el curador o cualquier pariente, pueden ocurrir al Juez, pidiendo que los bienes omitidos se listen y el juez
oído el parecer del tutor, determinará en justicia.
ARTÍCULO 531. El tutor, dentro del primer mes de ejercer su cargo fijará, con aprobación del juez, la cantidad que haya
de invertirse en gastos de administración y el número y sueldos de los dependientes necesarios. Ni el número ni el sueldo
de los empleados, podrá aumentarse después, sino con aprobación judicial.
ARTÍCULO 532. Lo dispuesto en el artículo anterior no liberta al tutor de justificar, al rendir sus cuentas, que
efectivamente han sido gastadas dichas sumas en sus respectivos objetos.
ARTÍCULO 533. Si el padre o la madre del menor ejercían algún comercio e industria, el juez, con informe de dos
peritos, decidirá si ha de continuar o no la negociación; a no ser que los padres hubieren dispuesto algo sobre este punto,
en cuyo caso se respetará su voluntad, en cuanto no ofrezca grave inconveniente a juicio del juez.
ARTÍCULO 534. El dinero que resulte sobrante después de cubiertas las cargas y atenciones de la tutela, el que proceda
de las redenciones de capitales y el que se adquiera de cualquier otro modo, será impuesto por el tutor, dentro de tres
meses contados desde que se hubiere reunido el equivalente a ciento cincuenta veces el valor diario de la Unidad de
Medida y Actualización, sobre segura hipoteca, calificada bajo su responsabilidad, teniendo en cuenta el precio de la
finca, sus productos y la depreciación que puede sobrevenir al realizarla.
ARTÍCULO 535. Si para hacer la imposición dentro del término señalado en el artículo anterior, hubiere algún
inconveniente grave, el tutor lo manifestará al juez, quien podrá ampliar el plazo por otros tres meses.
ARTÍCULO 536. El tutor que no haga las imposiciones dentro de los plazos señalados en los dos artículos anteriores,
pagará los réditos legales mientras que los capitales no sean impuestos.
ARTÍCULO 537. Mientras que se hacen las imposiciones a que se refieren los artículos 534 y 535, el tutor depositará las
cantidades que perciba, en el establecimiento público destinado al efecto.
ARTÍCULO 538. Los bienes inmuebles, los derechos anexos a ellos, y los muebles preciosos, no pueden ser enajenados
ni gravados por el tutor, sino por causa de absoluta necesidad o evidente utilidad del menor, debidamente justificada y
previa la conformidad del curador y la autorización judicial.
ARTÍCULO 539. Cuando la enajenación se haya permitido para cubrir con su producto algún objeto determinado, el Juez
señalará al tutor un plazo dentro del cual deberá acreditar que el producto de la enajenación se ha invertido en su objeto.
Mientras que no se haga la inversión, se observará lo dispuesto en la parte final del artículo 414.
ARTÍCULO 540. La venta de bienes raíces, alhajas y muebles preciosos del menor, es nula si no se hace en subasta
pública y judicial. Sin embargo, el juez en casos especiales en que sea evidente la necesidad o utilidad de omitir la
almoneda, podrá dispensarla.
Los tutores no podrán vender valores comerciales, industriales, títulos de rentas, acciones, frutos y ganados pertenecientes
al incapacitado, por menor valor del que se cotice en la plaza el día de la venta; ni dar fianza a nombre de su pupilo.
ARTÍCULO 541. Cuando se trate de enajenar, gravar o hipotecar a título oneroso, bienes que pertenezcan al incapacitado
como copropietario, se comenzará por mandar justipreciar dichos bienes para fijar con toda precisión su valor y la parte
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que en ellos representa el incapacitado, a fin de que el Juez resuelva si conviene o no que se dividan materialmente dichos
bienes para que aquél reciba en plena propiedad su porción; o si, por el contrario, es conveniente la enajenación,
gravamen o hipoteca, fijando en este caso las condiciones y seguridades con que deben hacerse, pudiendo, si lo estimare
conveniente, dispensar la almoneda, siempre que consientan en ello el tutor y el curador.
ARTÍCULO 542. Para todos los gastos extraordinarios que no sean de conservación ni de reparación, necesita el tutor ser
autorizado por el juez.
ARTÍCULO 543. Se requiere licencia judicial para que el tutor pueda transigir o comprometer en árbitros los negocios
del incapacitado.
ARTÍCULO 544. El nombramiento de árbitros hecho por el tutor deberá sujetarse a la aprobación del Juez.
ARTÍCULO 545. Para que el tutor transija, cuando el objeto de la reclamación consista en bienes inmuebles, muebles
preciosos o bien en valores mercantiles o industriales cuya cuantía exceda de cien veces el valor diario de la Unidad de
Medida y Actualización, necesita del consentimiento del curador y de la aprobación judicial otorgada con audiencia de
éste.
ARTÍCULO 546. Ni con licencia judicial, ni en almoneda o fuera de ella, puede el tutor comprar o arrendar los bienes
del incapacitado, ni hacer trato alguno respecto de ellos, para sí, sus ascendientes, su mujer, hijos o hermanos por
consanguinidad o afinidad. Si lo hiciere, además de la nulidad del contrato, el acto será suficiente para que se le remueva.
ARTÍCULO 547. Cesa la prohibición del artículo anterior, respecto de la venta de bienes, en el caso de que el tutor o sus
parientes ahí mencionados sean coherederos, partícipes o socios del incapacitado.
ARTÍCULO 548. El tutor no podrá hacerse pago de sus créditos contra el incapacitado, sin la conformidad del curador y
la aprobación judicial.
ARTÍCULO 549. El tutor no puede aceptar para sí a título gratuito u oneroso, la cesión de algún derecho o crédito contra
el incapacitado. Sólo puede adquirir esos derechos por herencia.
ARTÍCULO 550. El tutor no puede dar en arrendamiento los bienes del incapacitado, por más de cinco años, sino en caso
de necesidad o utilidad, previo el consentimiento del curador y la autorización judicial, observándose en su caso lo
dispuesto en el artículo 541.
ARTÍCULO 551. El arrendamiento hecho de conformidad con el artículo anterior, subsistirá por el tiempo convenido,
aun cuando se acabe la tutela; pero será nula toda anticipación de renta o alquileres por más de dos años.
ARTÍCULO 552. Sin autorización judicial no puede el tutor recibir dinero prestado en nombre del incapacitado, ya sea
que se constituya o no hipoteca en el contrato.
ARTÍCULO 553. El tutor no puede hacer donaciones a nombre del incapacitado.
ARTÍCULO 554. El tutor tiene, respecto del menor, las mismas facultades que a los ascendientes concede el artículo
400.
ARTÍCULO 555. Durante la tutela no corre la prescripción entre el tutor y el incapacitado.
ARTÍCULO 556. El tutor tiene obligación de admitir las donaciones simples, legados y herencias que se dejen al
incapacitado.
ARTÍCULO 557. La expropiación por causa de utilidad pública de bienes de incapacitados no se sujetará a las reglas
antes establecidas, sino a lo que dispongan las leyes en la materia.
ARTÍCULO 558. Cuando sea tutor el marido, continuará ejerciendo respecto de su mujer incapacitada, los derechos
conyugales, con las siguientes modificaciones:
I. En los casos en que conforme a derecho fuera necesario el consentimiento de la mujer, se suplirá éste por el juez,
con audiencia del curador.
II. La mujer, en los casos en que pueda querellarse de su marido, o demandarlo para asegurar sus derechos violados o
amenazados, será representada por un tutor interino que el juez le nombrará. Es obligación del curador promover
este nombramiento, y si no la cumple será responsable de los perjuicios que se sigan al incapacitado. También
podrá promover este nombramiento el Consejo Local de Tutelas.
ARTÍCULO 559. Cuando la tutela del incapacitado recayere en su mujer, ejercerá ésta la autoridad de aquél, pero no
podrá gravar ni enajenar los bienes del marido que sean de la clase a que se refiere el artículo 545, sin previa audiencia del
curador y autorización judicial, que se concederá de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 538.
ARTÍCULO 560. Cuando la tutela recaiga en cualquiera otra persona, se ejercerá conforme a las reglas establecidas para
la tutela de los menores.
ARTÍCULO 561. En caso de maltratamiento, de negligencia en los cuidados debidos al incapacitado, o de mala
administración de sus bienes, podrá el tutor ser removido de la tutela a petición del curador, de los parientes del
incapacitado o del Consejo Local de Tutelas.
ARTÍCULO 562. El tutor tiene derecho a una retribución sobre los bienes del incapacitado, que podrá fijar el ascendiente
o extraño que conforme a derecho lo nombre en su testamento y para los tutores legítimos y dativos la fijará el juez.
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ARTÍCULO 563. En ningún caso bajará la retribución del cinco ni excederá del diez por ciento de las rentas líquidas de
dichos bienes.
ARTÍCULO 564. Si los bienes del incapacitado tuvieren un aumento de sus productos, debido exclusivamente a la
industria y diligencia del tutor, tendrá derecho a que se le aumente la remuneración hasta un veinte por ciento de los
productos líquidos.
La calificación del aumento se hará por el juez, con audiencia del curador.
ARTÍCULO 565. Para que pueda hacerse en la retribución de los tutores el aumento extraordinario que permite el
artículo anterior, será requisito indispensable que por lo menos en dos años consecutivos haya obtenido el tutor la
aprobación absoluta de sus cuentas.
ARTÍCULO 566. El tutor no tendrá derecho a remuneración alguna, y restituirá lo que por este título hubiese recibido, si
contraviniese lo dispuesto en el artículo 147.
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documentos que le pertenezcan, conforme al balance que se hubiere presentado en la última cuenta aprobada.
ARTÍCULO 585. La obligación de entregar los bienes no se suspende por estar pendiente la rendición de cuentas. La
entrega debe ser hecha durante el mes siguiente a la terminación de la tutela, cuando los bienes sean muy cuantiosos o
estuvieren ubicados en diversos lugares, el Juez puede fijar un término prudente para su conclusión, pero, en todo caso,
deberá comenzarse en el plazo antes señalado.
ARTÍCULO 586. El tutor que entre al cargo sucediendo a otro, está obligado a exigir la entrega de bienes y cuentas al
que le ha precedido. Si no la exige, es responsable de todos los daños y perjuicios que por su omisión se siguiere al
incapacitado.
ARTÍCULO 587. La entrega de los bienes y la cuenta de la tutela se efectuarán a expensas del incapacitado. Si para
realizarse no hubiere fondos disponibles, el Juez podrá autorizar al tutor a fin de que se proporcione los necesarios para la
primera, y éste adelantará los relativos a la segunda, los cuales le serán reembolsados con los primeros fondos de que se
pueda disponer.
ARTÍCULO 588. Cuando intervenga dolo o culpa de parte del tutor, serán de su cuenta todos los gastos.
ARTÍCULO 589. El saldo que resulte en pro o en contra del tutor producirá interés legal. En el primer caso correrá desde
que previa entrega de los bienes se haga el requerimiento legal para el pago; y en el segundo, desde la rendición de
cuentas, si hubiesen sido dadas dentro del término designado por la ley; y si no, desde que expire el mismo término.
ARTÍCULO 590. Cuando en la cuenta resulte alcance contra el tutor aunque por un arreglo con el menor o sus
representantes se otorguen plazos al responsable o a sus herederos para satisfacerlo, quedarán vivas las hipotecas u otras
garantías dadas para la administración, hasta que se verifique el pago, a menos que se haya pactado expresamente lo
contrario en el arreglo.
ARTÍCULO 591. Si la caución fuere de fianza, el convenio que conceda nuevos plazos al tutor, se hará saber al fiador; si
éste consiente, permanecerá obligado hasta la solución; si no consiente, no habrá espera, y se podrá exigir el pago
inmediato o la subrogación del fiador por otro igualmente idóneo que acepte el convenio.
ARTÍCULO 592. Si no se hiciere saber el convenio al fiador, éste no permanecerá obligado.
ARTÍCULO 593. Todas las acciones por hechos relativos a la administración de la tutela, que el incapacitado pueda
ejercitar contra su tutor, o contra los fiadores y garantes de éste, quedan extinguidas por el lapso de cuatro años, contados
desde el día en que se cumpla la mayor edad, o desde el momento en que se hayan recibido los bienes y la cuenta de la
tutela, o desde que haya cesado la incapacidad en los demás casos previstos por la ley.
ARTÍCULO 594. Si la tutela hubiera fenecido durante la minoría, el menor podrá ejercitar las acciones correspondientes
contra el primer tutor y los que le hubieren sucedido en el cargo, computándose entonces los términos desde el día en que
llegue a la mayor edad. Tratándose de los demás incapacitados, los términos se computarán desde que cese la incapacidad.
DEL CURADOR
ARTÍCULO 595. Todos los individuos sujetos a tutela, ya sea testamentaria, legítima o dativa, además del tutor tendrán
un curador excepto en los casos de tutela a que se refieren los artículos 469 y 470.
ARTÍCULO 596. En todo caso en que se nombre al menor un tutor interino, se le nombrará curador con el mismo
carácter, si no lo tuviere definitivo, o si teniéndolo se halla impedido.
ARTÍCULO 597. También se nombrará un curador interino en el caso de oposición de intereses a que se refiere el
artículo 434.
ARTÍCULO 598. Igualmente se nombrará curador interino en los casos de impedimento, separación o excusa del
nombrado, mientras se decide el punto; luego que se decida se nombrará nuevo curador conforme a derecho.
ARTÍCULO 599. Lo dispuesto sobre impedimentos o excusas de los tutores regirá igualmente respecto de los curadores.
ARTÍCULO 600. Los que tienen derecho a nombrar tutor, lo tienen también de nombrar curador.
ARTÍCULO 601. Designarán por sí mismos, al curador, con aprobación judicial:
I. Los comprendidos en el artículo 473, observándose lo que allí se dispone respecto de esos nombramientos.
II. Los menores de edad emancipados, en el caso previsto en la fracción III del artículo 618.
ARTÍCULO 602. El curador de todos los demás individuos sujetos a tutela será nombrado por el Juez.
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IV. A cumplir las demás obligaciones que la ley señale.
ARTÍCULO 604. El curador que no llene los deberes prescritos en el artículo precedente, será responsable de los daños y
perjuicios que resultaren al incapacitado.
ARTÍCULO 605. Las funciones del curador cesarán cuando el incapacitado salga de la tutela; pero si sólo variaren las
personas de los tutores, el curador continuará en la curaduría.
ARTÍCULO 606. El curador tiene derecho a ser relevado de la curaduría, pasados diez años desde que se encargó de ella.
ARTÍCULO 607. En los casos que conforme a este Código tenga que intervenir el curador, cobrará el honorario que
señala el arancel a los procuradores, sin que por ningún otro motivo pueda pretender mayor retribución. Si hiciere algunos
gastos en el desempeño de su cargo se le pagarán.
ARTÍCULO 609. El Consejo Local de Tutelas es un órgano de vigilancia y de información, que además de las funciones
que expresamente le asignan varios de los artículos que preceden, tiene las obligaciones siguientes:
I. Formar y remitir al juez que corresponda una lista de las personas de la localidad que por su aptitud legal y moral,
puedan desempeñar la tutela, para que de entre ellas se nombren los tutores y curadores, en los casos que estos
nombramientos corresponda al juez;
II. Velar porque los tutores cumplan sus deberes, especialmente en lo que se refiere a la educación de los menores,
dando aviso al juez de las faltas u omisiones que notare;
III. Avisar al juez cuando tenga conocimiento de que los bienes de un incapacitado están en peligro, a fin de que dicte
las medidas correspondientes;
IV. Investigar y poner en conocimiento del Juez qué incapacitados carecen de tutor, con el objeto de que se hagan los
respectivos nombramientos;
V. Cuidar con especialidad de que los tutores cumplan la obligación que les impone la fracción II del artículo 514.
VI. Vigilar el registro de tutelas, a fin de que sea llevado en debida forma.
EMANCIPACIÓN.
La emancipación es un acto jurídico en el cual un menor de edad es liberado de la patria potestad o la tutela, o de ambas, y
adquiere el gobierno de su persona, así como el goce y administración de sus bienes, dentro de los limites fijados por la
ley.
ARTÍCULO 616. El matrimonio del menor produce de derecho la emancipación. Aunque el matrimonio se disuelva, el
cónyuge emancipado, que sea menor, no recaerá en la patria potestad.
ARTÍCULO 617. Los mayores de dieciséis años que estén sujetos a patria potestad o a tutela, tienen derecho a que se les
emancipe, si demuestran su buena conducta y su aptitud para el manejo de sus intereses.
Los padres o tutores pueden emancipar a sus hijos y pupilos que se encuentren en las condiciones mencionadas en el
párrafo anterior siempre que éstos consientan en su emancipación.
ARTÍCULO 618. El emancipado tiene la libre administración de sus bienes, pero siempre necesita durante su menor
edad:
I. Del consentimiento del que lo emancipó para contraer matrimonio antes de llegar a la mayor edad. Si el que
otorgó la emancipación ejercía la patria potestad y ha muerto, o está incapacitado legalmente al tiempo en que el
emancipado intente casarse, necesita éste el consentimiento del ascendiente a quien corresponda darlo, y en su
defecto, el del juez;
II. De la autorización judicial para la enajenación, gravamen o hipoteca de bienes raíces;
III. De un tutor para los negocios judiciales.
ARTÍCULO 619. Hecha la emancipación, no puede ser revocada.
ARTÍCULO 620. Fuera del caso a que se refiere el artículo 616, la emancipación siempre será decretada por el Juez, y la
resolución correspondiente se remitirá al oficial del Registro Civil para que levante el acta respectiva.
ADOPCIÓN.
Proceso legal mediante el cual una persona llega a permanecer de manera irrevocable y permanente a una familia
diferente de aquella en que nació; con ello adoptante y adoptado adquieren los mismos derechos y obligaciones de padre e
hijo.
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ARTÍCULO 367. La persona mayor de edad, soltera, en pleno ejercicio de sus derechos, puede adoptar a otra menor de
edad o a una con discapacidad, aun cuando esta sea mayor de edad, siempre que el adoptante tenga quince años más que
el adoptado y que acredite además:
I. Que tiene medios bastantes para proveer a la subsistencia, la educación y el cuidado de la persona que trate de
adoptarse, como de hijo propio, según las circunstancias de la persona que trata de adoptar;
II. Que la adopción es benéfica para la persona que trata de adoptarse, atendiendo el interés superior de la misma;
III. Que el adoptante es persona apta y adecuada para adoptar. Cuando circunstancias especiales lo aconsejen, el juez
puede autorizar la adopción de dos o más personas con discapacidad o de menores y con discapacidad
simultáneamente, y
IV. La autorización expedida a través de la constancia de idoneidad por el organismo para la asistencia social pública
estatal o municipal respectivo, a través de su correspondiente Procuraduría de Asistencia Jurídica y Social o
dependencia equivalente. Cuando circunstancias especiales lo aconsejen, el juez puede autorizar la adopción de
dos o más personas con discapacidad o de menores y con discapacidad simultáneamente.
ARTÍCULO 368. Los cónyuges o concubinos podrán adoptar, cuando los dos estén conformes en considerar al adoptado
como hijo, pero siempre y cuando la diferencia de edad de los adoptantes y el adoptado sea de quince años de edad
cuando menos. Se deberán acreditar, además, los requisitos previstos en las fracciones del artículo anterior.
Artículo 368 Bis. En la adopción de una persona con discapacidad y cuando el adoptante sea un pariente consanguíneo
hasta el cuarto grado en línea transversal, no será necesario acreditar la diferencia de edad señalada en los artículos
anteriores.
En todos los casos prevalecerá el interés superior del adoptado y el respeto a sus derechos fundamentales.
ARTÍCULO 369. El adoptante dará sus apellidos al adoptado pudiendo otorgarle el nombre.
ARTÍCULO 370. El tutor no puede adoptar al pupilo, sino hasta después de que hayan sido definitivamente aprobadas
las cuentas de tutela.
ARTÍCULO 372. El que adopta tendrá respecto de la persona y bienes del adoptado, los mismos derechos y obligaciones
que tienen los padres respecto de la persona y bienes de los hijos.
ARTÍCULO 373. El adoptado tendrá para con la persona o personas que lo adopten los mismos derechos y obligaciones
que tiene un hijo.
ARTÍCULO 374. Para que se autorice la adopción, deberán consentir en ella, en sus respectivos casos:
I. Quien o quienes ejercen la patria potestad sobre el menor que se pretende adoptar, excepto el que haya incumplido
con la obligación de suministrar alimentos; Cuando las personas referidas se presenten ante la Procuraduría de
Asistencia Jurídica y Social o ante los Sistemas Estatal o Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia, para
otorgar el consentimiento en los términos de esta fracción, corresponderá a dichas autoridades trasladarlos ante el
juez competente, quien levantará en el mismo acto la constancia relativa, siguiendo el procedimiento establecido
para las diligencias de jurisdicción voluntaria, aun y cuando no se hubiese iniciado el trámite de adopción.
II. El tutor;
III. El organismo para la asistencia social pública estatal o municipal correspondiente, a través de su respectiva
Procuraduría de Asistencia Jurídica y Social o dependencia equivalente, cuando no hubiere las personas a que se
refieren las dos fracciones anteriores. En su caso, estas instituciones pedirán la opinión de la persona que lo haya
acogido durante seis meses anteriores a la solicitud de adopción y lo trate como un hijo; y
IV. El Ministerio Público en todos los casos.
ARTÍCULO 375. Para los efectos del artículo anterior, si el tutor, el Ministerio Público, el organismo para la asistencia
social pública estatal o municipal, según corresponda, a través de su respectiva Procuraduría de Asistencia Jurídica y
Social o dependencia equivalente, no consienten en la adopción, deberán expresar la causa en que se funden. El juez
valorará la objeción y atendiendo a los intereses de quien se pretende adoptar, resolverá lo que a su recto criterio proceda.
ARTÍCULO 376. El procedimiento judicial para llevar a cabo la adopción se sujetará a lo establecido en el Código de
Procedimientos Civiles.
ARTÍCULO 377. La adopción quedará consumada una vez que cause ejecutoria la resolución que la autorice.
ARTÍCULO 378. El Juez que apruebe la adopción remitirá copia de las diligencias respectivas al Oficial del Registro
Civil del lugar para que levante el acta correspondiente.
ARTÍCULO 384. El adoptado adquirirá la misma condición de un hijo consanguíneo con respecto al adoptante y a la
familia de éste.
ARTÍCULO 385. La adopción es irrevocable. Confiere al adoptado una filiación que sustituye a la de origen. El
adoptado deja de pertenecer a su familia biológica y se extingue el parentesco con los integrantes de ésta, así como todos
los efectos jurídicos, con la sola excepción de que subsisten los impedimentos matrimoniales.
ARTÍCULO 386. En igualdad de circunstancias, se preferirá como adoptantes a ciudadanos mexicanos. En cuanto a los
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adoptantes extranjeros se tendrá preferencia por aquellos ciudadanos de países en los que las niñas, niños y adolescentes
que hayan de ser adoptados, gocen de garantías y normas equivalentes a las existentes en nuestro país en materia de
adopción, protección y defensa de menores de edad e incapacitados, además de que hayan suscrito y ratificado los tratados
internacionales que, en materia de derechos humanos y adopción, México reconoce.
ARTÍCULO 386 BIS. La adopción internacional se promueve por ciudadanos de otro país con residencia habitual fuera
del territorio nacional, y tiene como objeto incorporar en una familia a una persona menor de edad de nacionalidad
mexicana que no puede encontrar una en su propio país de origen.
La adopción promovida por ciudadanos de otro país, con residencia permanente en el Estado, se regirá por lo dispuesto
en este Código.
ARTÍCULO 386 TER. El juez, antes de otorgar una adopción internacional y, tomando en consideración el interés
superior del menor, concederá un plazo de treinta días naturales al organismo para la asistencia social pública, como
autoridad central en materia de adopciones, para que a través de la Procuraduría de Asistencia Jurídica y Social presente
propuesta de adopción de la persona menor de edad en su estado o país de origen.
ARTÍCULO 387. La adopción internacional se sujetará a lo dispuesto en los Tratados Internacionales y convenciones
que se celebren en la materia.
Las adopciones constituidas en el extranjero, que no sean contrarias al interés del menor y al orden público, tendrán plena
validez en el Estado, cuando así lo establezcan los tratados internacionales celebrados por el Estado Mexicano.
PATRIMONIO FAMILIAR.
Conjunto de bienes destinados por uno de sus miembros para satisfacer la necesidad de morada de la familia y/o
para constituir una fuente de trabajo suficiente para colmar las necesidades de esta, quedando tales bienes sujetos a un
régimen jurídico excepcional de inalienabilidad temporal.
ARTÍCULO 698. Es objeto del patrimonio familiar la casa habitación de la familia, su menaje y en su caso, el conjunto
de bienes, que constituyan una unidad de producción de tipo familiar.
ARTÍCULO 699. La constitución del patrimonio familiar no hace pasar la propiedad de los bienes que a él quedan
afectos, del que lo constituye a los miembros de la familia beneficiaria. Estos sólo tienen derecho a disfrutar de esos
bienes, según lo dispuesto en el artículo siguiente.
ARTÍCULO 700. Tienen derecho de habitar la casa y de aprovechar los frutos de la unidad de producción afecta al
patrimonio familiar, el cónyuge del que lo constituye y las personas a quienes tiene obligación de dar alimentos. Ese
derecho es intransmisible; pero debe tenerse en cuenta lo dispuesto en el artículo 711.
ARTÍCULO 701. Los beneficiarios de los bienes afectos al patrimonio familiar serán representados en sus relaciones con
tercero, en todo lo que al patrimonio se refiere, por el que lo constituyó.
ARTÍCULO 702. Los bienes afectos al régimen de patrimonio familiar son inalienables y no estarán sujetos a embargo ni
gravamen alguno. Podrán ser trasmitidos a título de herencia sin necesidad de extinguir el citado patrimonio y con la
misma afectación de destino, haciéndose la anotación marginal correspondiente en el Registro Público de la Propiedad.
ARTÍCULO 703. Sólo puede constituirse el patrimonio familiar con bienes sitos en el municipio en que esté domiciliado
el que lo constituya.
ARTÍCULO 704. Sólo puede constituirse un patrimonio familiar. Los que se constituyan subsistiendo el primero, no
producirán efecto legal alguno.
ARTÍCULO 705. El valor de los bienes afectos al patrimonio familiar será el suficiente para satisfacer las necesidades
de habitación y en su caso, el funcionamiento mínimo de la unidad de producción familiar.
ARTÍCULO 706. El miembro de la familia que quiera constituir el patrimonio, lo manifestará por escrito al Registrador
Público de la Propiedad del lugar en que se encuentre el bien, designando con toda precisión y de manera que puedan ser
inscritos los bienes que van a quedar afectados.
Además, comprobará lo siguiente:
I. Que es mayor de edad o que está emancipado;
II. Que está domiciliado en el lugar donde se quiere constituir el patrimonio;
III. La existencia de la familia a cuyo favor se va a constituir el patrimonio. La comprobación de los vínculos
familiares se hará con las copias certificadas de las actas del Registro Civil;
IV. Que son propiedad del constituyente los bienes destinados al patrimonio, y que no reportan gravámenes fuera de
las servidumbres;
V. Que el valor de los bienes que van a constituir el patrimonio no excede del fijado en el artículo 705.
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ARTÍCULO 707. Si se llenan las condiciones exigidas en el artículo anterior, el Registrador aprobará la constitución del
patrimonio familiar y hará la inscripción correspondiente en el Registro Público.
ARTÍCULO 708. En las ventas, donaciones, permutas o adjudicaciones que hagan el Estado, los municipios o los
organismos descentralizados para la construcción de casas de vivienda popular, se hará constar en forma expresa en los
títulos respectivos, a solicitud de parte interesada, que el terreno y la finca que en él se construya quedarán sujetos al
régimen de patrimonio familiar, debiéndose inscribir en el Registro Público de la Propiedad la cláusula relativa a la
constitución del patrimonio familiar para los efectos legales.
ARTÍCULO 709. Cuando haya peligro de que quien tiene obligación de dar alimentos pierda sus bienes por mala
administración o porque los esté dilapidando, los acreedores alimentistas y si éstos son incapaces, sus tutores o el
Ministerio Público, tienen derecho de exigir judicialmente que se constituya el patrimonio familiar hasta por los valores
fijados en el artículo 705. En la constitución de este patrimonio se observará, en lo conducente, lo dispuesto en los
artículos 706 y 707.
ARTÍCULO 710. La constitución del patrimonio familiar no puede hacerse en fraude de los derechos de los acreedores.
ARTÍCULO 711. Constituido el patrimonio familiar, la familia tiene obligación de habitar la casa y de trabajar
directamente la unidad de producción familiar. La primera autoridad municipal del lugar en que esté constituido el
patrimonio puede por justa causa, autorizar para que se dé en arrendamiento o aparcería, hasta por un año.
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