Apuntescivil1 VERSIÓN05

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I.

- DERECHO CIVIL

1.1.- Concepto: El concepto romano del derecho civil como derecho propio o peculiar de
un pueblo se debe a Gayo, quien afirmaba: “Todos los pueblos que se rigen por sus leyes
o costumbres. Pues bien, el que cada pueblo establece él mismo para sí, es peculiar de la
misma “civitas” y se le llama “jus civile”, como derecho privativo de la “civitas” misma, en
cambio, el que la razón natural estatuye entre todos los hombres es guardado igualmente
por todos y se le llama “jus gentium”, como derecho que por todos los pueblos es usado”.

Para Clemente de Diego, derecho civil es el conjunto de normas reguladoras de las


relaciones ordinarias y más generales de la vida en que el hombre se manifiesta como tal,
es decir, como sujetos de derechos y patrimonio, y como miembro de una familia, para el
cumplimiento de los fines individuales de su existencia dentro del conjunto social.

Castán concibe el derecho civil como el sistema de normas de carácter general o común,
que regulan las relaciones jurídicas de los particulares (individuos o entes colectivos), entre
sí, protegiendo la persona en sí misma y en sus intereses, tanto de orden moral (esfera de
los derechos de familia y corporativos) como en el orden patrimonial (esfera de los derechos
reales y de obligaciones y de las sucesiones mortis causa).

Para Rafael de Pina, es el conjunto de normas referentes a las relaciones entre las personas
en el campo estrictamente particular y es la rama de la ciencia del derecho que estudia las
instituciones civiles desde el punto de vista filosófico, legal e histórico.

Para Rojina Villegas, es la rama del derecho privado que tiene por objeto regular las
actividades de las personas físicas y morales y organizar jurídicamente a la familia y al
patrimonio, determinando las relaciones de orden económico entre los particulares, que no
tengan contenido mercantil, agrario u obrero.

1.2.- Partes que integran al derecho civil:

a). El derecho de las personas, que regula los atributos de las personas físicas y morales y
el régimen jurídico de la familia o derecho de familia, que tiene por objeto la regulación de
todos los vínculos que se establecen por virtud del parentesco o del matrimonio, así como
las consecuencias de tipo patrimonial que se derivan de dichos vínculos.

b). Derecho civil patrimonial, mismo que comprende las siguientes partes:

b.a). Régimen jurídico de los derechos reales, incluyendo la organización jurídica del
patrimonio en general y la clasificación de los bienes.

b.b). Régimen de las obligaciones o derechos personales. Se comprenden aquí las distintas
relaciones jurídicas de crédito que nacen del contrato o de las fuentes extra contractuales
(declaración unilateral de la voluntad, testamento, sentencia, acto administrativo,
enriquecimiento sin causa, gestión de negocios, hechos ilícitos, responsabilidad objetiva).

b.c). Sistemas de liquidación patrimonial en la herencia, concurso y la ausencia.

1.3.- Ubicación.- Desde el punto de vista de la jurisprudencia romana, por razón de que el
derecho civil como ordenamiento está dirigido a regular la actividad propia o particular del

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individuo, pertenece al derecho privado, ya que las normas jurídicas aplicables a la actividad
del Estado, constituyen el derecho público.

En este orden de ideas, por derecho privado debemos entender el que está constituido por
la legislación civil y mercantil y en general, por el conjunto de normas que regulan las
relaciones de los particulares entre sí o las relaciones entre éstos y el Estado, cuando este
último no ejerce en la relación de que se trata, funciones propias del poder público actuando
en ejercicio de la soberanía.

Desde el punto de vista Kelseniano, que considera al orden jurídico como un orden unitario
en que las normas están jerarquizadas entre sí, en relaciones de supra-subordinación y
subordinación, según se les considere respecto de una norma superior o inferior, es una
ley inferior.

En efecto, toda norma jurídica deriva su validez de otra que se encuentra en un plano
superior y así sucesivamente hasta llegar a la norma fundamental o constitución, en sentido
lógico-jurídico.

1.4.- Su carácter local.- En cuanto a la esfera de validez espacial local del derecho civil,
que está determinada por el territorio de un estado o de un Distrito Federal, por razón de la
organización federal de nuestra República, proviene de que los estados miembros de la
Federación ejercen su soberanía en todo lo concerniente a su régimen interior, en tanto que
los poderes federales se encuentran investidos de la suma de facultades para legislar en
aquellas materias que expresamente le han sido reservadas por la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos (Art. 121). Entre los ordenamientos jurídicos del derecho
común propio de cada entidad federativa, tenemos el Código Civil, que es una codificación
propia del derecho civil.

1.5.- Tendencias actuales.- El Código Civil para el D.F. se encuentra influido por las
tendencias sociales modernas y por la ideología de la Revolución Mexicana, así se
incorporó al Código Civil de 1928 la equiparación completa de los derechos de la mujer y
del hombre; la aplicación de las leyes mexicanas a todas las que se hallen en su territorio;
la protección expresa de los desvalidos e ignorantes en sentido socialista típico, aún ante
convenios legalmente celebrados; se rompió el principio de ignorancia de las leyes; y por
último, la limitación general de la libertad en sentido franca y explícitamente social.

El Código Civil para el D.F. contiene la mayor porción del derecho llamado civil o privado.
La legislatura de los Estados de la Federación tienen la facultad de disponer el régimen de
derecho privado que estimen conveniente, siempre que no contradiga el contenido de la
Constitución Federal.

No obstante esto, los códigos civiles locales de la República guardan entre sí una
extraordinaria semejanza en cuanto a su orientación y fundamento, lo que es lógico suponer
dado que los principios constitucionales en que la legislación civil mexicana debe inspirarse
necesariamente para no incurrir en inconstitucionalidad.

Aún cuando actualmente existe un Código Civil Federal, el principio o la tendencia actual
es mantener tales codificaciones como derecho común local.

II.- PERSONAS

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2.1.- Concepto: Desde el punto de vista biológico, ético y social, persona es el ser dotado
de libertad para proponerse así mismo fines y para decidir la dirección de su conducta, con
vista a la realización de tales fines, en suma como un ser responsable ante sí mismo y ante
los demás, de su propia conducta, loable o vituperable, desde el punto de vista moral y
social. (Kant/Hartmann/Galindo Garfias).

Desde el punto de vista jurídico, Galindo Garfias afirma que persona es el sujeto de
derechos y obligaciones, aclarando que una distinción esencial entre persona y cosa, es
que las personas pueden ser sujeto de una relación jurídica o de derecho, a la inversa, una
cosa puede ser objeto, pero no sujeto de una relación de derecho.

Para Rafael de Pina, persona es el ser o ente que tiene capacidad jurídica, ya que el
derecho moderno no admite la posibilidad de que exista una persona que carezca de
capacidad jurídica.

Para Rojina Villegas, por persona jurídica se entiende el ente capaz de derechos y
obligaciones, es decir, el sujeto que puede ser susceptible de tener facultades y deberes,
de intervenir en las relaciones jurídicas, de ejecutar actos jurídicos, en una palabra, el ente
capacitado por el derecho para actuar jurídicamente como sujeto activo o pasivo en dichas
relaciones.

Debe quedar claro que nuestro derecho reconoce como personas a los hombres y mujeres
(personas físicas) y a las sociedades civiles (personas morales).

La persona es el centro imprescindible alrededor del cual se desenvuelven otros conceptos


jurídicos fundamentales, entre ellos, el de la personalidad.

Por personalidad jurídica debemos entender el conjunto de los atributos de la persona


humana, nos dice Briseño Sierra, y no la aptitud para ser sujeto de derechos y obligaciones.

Así, nos dice Galindo Garfias que personalidad significa el poder actuar en el campo del
derecho, es una mera posibilidad abstracta para actuar como sujeto activo o pasivo en las
relaciones jurídicas, en tal forma que, sin mengua de su personalidad, una persona puede
carecer de capacidad para adquirir un bien determinado.

2.2.- Aspectos civiles.- Son atributos de la personalidad o mejor llamados atributos de las
personas físicas y morales, los siguientes:

Para las personas físicas o seres humanos, son:

a). Capacidad; b). Estado civil; c). Patrimonio; d). Nombre; e). Domicilio; f) Nacionalidad.

a). La capacidad de goce y de ejercicio son atributos impuestos por la ley, que implican la
idoneidad para tener derechos (capacidad de goce) y la idoneidad para ejercitarlos
directamente (capacidad de ejercicio).

b). El estado civil es el conjunto de los vínculos jurídicos que se desarrollan alrededor del
concepto institucional de la familia; el estado civil de una persona y implica, a saber:
parentesco; paternidad, maternidad; matrimonio; concubinato; adopción, etcétera.

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c). Por patrimonio entendemos el conjunto de obligaciones y derechos en su apreciación
económica, es decir apreciables en dinero, considerados formando una universalidad de
derechos.

Para Gutiérrez y González es el conjunto de bienes, pecuniarios y morales, obligaciones y


derechos de una persona, que constituyen una universalidad de derecho.

d). El nombre es el signo que distingue a una persona de las demás en sus relaciones
jurídicas y sociales.

El nombre civil se compone de nombre propio y del nombre de familia o apellidos.

El modo de adquisición del nombre de familia es la filiación.

El nombre como atributo de la personalidad es, en términos generales, inmutable.

e). El domicilio es el lugar en que reside la persona física con el propósito de establecerse
en él; a falta de éste, el lugar en que tiene el principal asiento de sus negocios; y a falta de
uno y otro, el lugar en que se halle. El Código Civil presume el propósito de establecerse
en un lugar por la circunstancia de que se resida en el por más de seis meses (Art. 29 del
CC).

Existen tres clases de domicilio: el voluntario, el legal y el convencional, según establece


nuestro Ordenamiento Civil.

El domicilio legal de una persona es el lugar donde la ley le fija su residencia para el ejercicio
de sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones, aunque de hecho no esté allí
presente (Art. 30 y 31 del CC).

El domicilio convencional es aquel que se tiene derecho de designar para el cumplimiento


de determinadas obligaciones (Art. 34 del CC).

El domicilio voluntario es aquel en que se reside habitualmente (Art. 29 del CC).

f). Nacionalidad que puede ser impuesta cuando se trata de la de origen y voluntaria, pues
supone la aceptación o solicitud del interesado, es aquella que se adquiere por
naturalización, es el conjunto de relaciones jurídicas atribuibles a una persona que crean
una determinada situación frente al Estado a que pertenece dicha persona.

Para las personas morales, son:

a) Capacidad; b) Patrimonio; c) Denominación o razón social; d) Domicilio; e) Nacionalidad.

a). La capacidad de las personas morales se distingue de la de las personas físicas, en que
no puede haber incapacidad de ejercicio, toda vez que ésta depende exclusivamente de
circunstancias propias o inherentes a los seres humanos, tales como la minoría de edad; y
en que la de las personas morales su capacidad de goce está limitada en razón de su
objeto, naturaleza y fines. Así, por regla general dichas entidades no pueden adquirir bienes
o derechos o reportar obligaciones que no tengan relación con su objeto y fines propios.

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b). El patrimonio de las personas morales existe siempre por el hecho de ser personas con
la capacidad de adquirirlo, aún con la limitante de que se haga conforme con su objeto,
naturaleza y fines propios.
c). La denominación de las personas morales equivale al nombre de las personas físicas,
por cuanto constituye un medio de identificación del ente absolutamente necesario para
que pueda entrar en relaciones jurídicas con los demás sujetos.

d). En cuanto al domicilio de las personas morales, el artículo 33 del CC, señala: Las
personas morales tienen su domicilio en el lugar donde se halle establecida su
administración. Las sucursales que operen en lugares distintos de donde radica la casa
matriz, tendrán su domicilio en esos lugares para el cumplimiento de las obligaciones
contraídas por las mismas sucursales y, por último, las que tengan su administración fuera
del Distrito Federal, pero que ejecuten actos jurídicos dentro de su circunscripción, se
considerarán domiciliadas en el lugar donde las hayan ejecutado, en todo lo que a esos
actos se refiera.

e). Por nacionalidad se determina que las personas morales que se hayan constituido
conforme a las leyes mexicanas y que establezcan su domicilio en la República Mexicana,
tendrán la nacionalidad mexicana.

2.3.- Nacimiento y extinción.- El origen de la personalidad del sujeto individual de


derechos (persona física) se coloca, bien en el momento de la concepción, bien en el del
nacimiento (ya puramente o retrotrayendo los efectos jurídicos al momento de la
concepción), bien en el momento en que el nacido muestra aptitud para seguir viviendo
separadamente del claustro materno.

El artículo 22 del Código Civil determina que: “...la capacidad jurídica de las personas físicas
se adquiere por el nacimiento y se pierde por la muerte; pero desde el momento en que un
individuo es concebido, entra bajo la protección de la ley y se le tiene por nacido para los
efectos declarados en el presente código”.

Este artículo estatuye por una parte, que el momento en que la persona adquiera la
capacidad está señalado por el hecho del nacimiento; por otra parte, declara que es
protegido el ser por el solo hecho de la concepción, a pesar de que aún no exista la persona
capaz de ser titular de derechos.

Esta protección que la ley otorga, tiende a preservarlo de cualquier atentado en contra de
la posibilidad de su nacimiento y permite que al nacimiento adquiera ciertos derechos (el
de heredar principalmente o recibir donaciones) establecido en su favor durante el periodo
de gestación.

En el artículo 337 del Código Civil se determina que: “...Para los efectos legales, sólo se
tendrá por nacido al que, desprendido enteramente del seno materno, vive 24 horas o es
presentado vivo ante el juez del Registro Civil. Faltando algunas de estas circunstancias no
se podrá interponer demanda sobre la paternidad o maternidad”.

En contrario, la personalidad de la persona jurídica se extingue con la muerte (art. 22 del


CC). El derecho positivo mexicano actualmente no reconoce ninguna otra causa extintiva
de la personalidad, distinta de la muerte.

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En el caso del procedimiento de ausencia, la declaración judicial de presunción de muerte
que puede tener lugar tratándose de una persona cuyo paradero se ignora, que “se presume
muerta” después de que haya transcurrido un tiempo bastante amplio (6 años) y se ignore
el paradero de la persona mencionada, extingue la personalidad de esa persona que pueda
estar viva (ausente). Pero en esos casos, la resolución es provisional y sólo queda firme
definitivamente, si se prueba en forma indubitable la muerte de la persona que se trata (art.
705 del CC).

La muerte como hecho jurídico, se examina desde el punto de vista: a) de su prueba; b) del
momento en que ésta tiene lugar; y c) de los efectos que produce.

a). La prueba de la muerte de una persona, implica la comprobación del hecho biológico de
la cesación de la actividad cerebral. El certificado de defunción se extiende por un médico
bajo su responsabilidad, y sirve de base para que el Juez del Registro Civil extienda el acta
de defunción, y constituye la prueba formal de la muerte de una persona.

b). Determinar el momento de fallecimiento de una persona es importante pues, en ese


mismo momento, se abre la sucesión hereditaria. Sólo los que en ese momento están
concebidos (aunque no hayan nacido) o las personas nacidas y a quienes se tenga por
vivas en el momento de la muerte, pueden heredar.

c). Los efectos de la muerte son:

La cesación de la personalidad.
La extinción de derechos y obligaciones que dependan de la vida de la persona.
La apertura de la sucesión hereditaria.

En cuanto a las personas morales podemos establecer que: las fundaciones gozan de
personalidad jurídica de acuerdo con la Ley de Instituciones de Asistencia Privada, cuando
el acto constitutivo (acta de fundación o estatutos de las asociaciones) ha sido aprobado
por el Poder Público. La capacidad jurídica de las fundaciones encuentra su extensión y
límites en la finalidad que persiguen.

Las sociedades y asociaciones civiles, tienen personalidad a partir del momento en que el
acto constitutivo se inscribe en el Registro Público del domicilio que les corresponde.

La personalidad de los sindicatos y asociaciones profesionales de trabajadores y patrones


se rigen por las disposiciones de la Ley Federal del Trabajo, por lo que el registro de estas
entidades se hace ante la Junta de Conciliación y Arbitraje que corresponda.

La personalidad jurídica de las personas morales se extingue al concluir la liquidación.

2.4. Ausencia y presunción de muerte.- No está configurada la ausencia por el solo hecho
de no encontrarse una persona en su domicilio; es necesario que el ausente no haya dejado
quien lo represente, que se ignore su paradero y que no se tenga certeza sobre su
existencia o fallecimiento.

El estado de incertidumbre, es lo que caracteriza a la ausencia desde el punto de vista


jurídico (art. 649 del CC).

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El estado de incertidumbre a que nos referimos, que proviene de esa falta de noticias, debe
prolongarse por un tiempo determinado y además, se requiere que la existencia de esa
situación, haya sido confirmada por una resolución judicial.

Se debe distinguir entre los ausentes, los no presentes y los desaparecidos. Los no
presentes son aquellos que no se encuentran en su residencia o en su domicilio, sobre cuya
existencia no se tiene duda alguna.
El desaparecido es aquel a quien se ha dejado de ver a partir de un accidente o una
catástrofe y existen serias probabilidades de que en ella haya encontrado la muerte, de
modo que su defunción es probable.

Diverso es el caso de la ausencia, porque la incertidumbre sobre la vida o la muerte se debe


a la prolongada falta de noticias, que no nos permite saber, ni siquiera presumir, si una
persona ha fallecido.

La ausencia es un procedimiento técnico-jurídico para resolver, aunque no sea en forma


definitiva, numerosos problemas que surgen con la desaparición de una persona, relativos
a sus bienes, a los derechos de las presuntos herederos, a la situación del cónyuge, a la
protección de los hijos menores y, en fin, a los acreedores de la persona cuyo paradero se
ignora.

Respecto a los periodos de la ausencia, señalamos:

a). Medidas provisionales: La ausencia sólo produce efectos después de la declaración de


Juez. El hecho de la incertidumbre sobre la existencia de una persona, llega a ser estado
de derecho, después de un procedimiento de declaración de ausencia.

El procedimiento judicial de ausencia, se inicia ante el juez a petición de parte o de oficio,


cuando una persona ha desaparecido, se ignora el lugar donde se halla y no ha dejado
quien lo represente.

El juez que conoce del procedimiento de ausencia nombrará un depositario de sus bienes;
citará a la persona de que se trata, por edictos publicados en los principales periódicos de
su último domicilio y le señalará para que se presente, un término que no bajará de tres
meses, ni pasará de seis. Dictará así mismo las providencias necesarias para asegurar los
bienes (art. 649 del CC).

De estos edictos, el juez deberá remitir una copia a las consulados mexicanos de aquellos
lugares en el extranjero donde se presuma que se encuentre el ausente (art. 650 del CC).

Por lo que se refiere a la situación de los hijos menores que se encuentren bajo patria
potestad del ausente, siempre que no haya otro u otros ascendientes que deban entrar a
ejercerla conforme a la ley, ni tutor testamentario ni legítimo, a petición del Ministerio Público
el juez deberá nombrar un tutor dativo, que será designado por el menor, si ha cumplido 16
años, con aprobación del Juez de lo Familiar, o será designado por este funcionario si se
trata de un menor que no ha alcanzado esa edad (arts. 651, 496 y 497 del CC).

El juez nombrará un depositario de los bienes de esa persona para la custodia de las cosas
que le pertenecen. El nombramiento deberá recaer en el cónyuge del ausente; a falta de él,
en uno de los hijos mayores de edad, que resida en el lugar. Si hubiere varios hijos, el juez
elegirá al más apto; a falta de cónyuge y de hijos, al ascendiente más próximo en grado y

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a falta de los anteriores o cuando sea inconveniente que éstos desempeñen el cargo por
su notoria mala conducta o su ineptitud, el juez nombrará a un presunto heredero y si
hubiere varios con iguales derechos, ellos mismos elegirán entre sí un depositario. Si no se
ponen de acuerdo en la elección, la hará el juez, prefiriendo al que tenga más interés en la
conservación de los bienes del ausente (arts. 653 y 659 del CC).

Vencido el término señalado por el juez, sin que se presente el ausente, por sí, o por
representante, se procederá al nombramiento de un representante, a petición del Ministerio
Público o del cualquiera a quien interese tratar o litigar con el ausente o defender los
derechos de éste (arts. 654 y 656 del CC).

En el nombramiento de representante se seguirá el mismo orden establecido para el


nombramiento de depositario (art 657 del CC).

También deberá nombrar representante cuando la persona cuyo paradero se ignora hubiere
dejado apoderado y el poder conferido deje de tener efectos, sea por caducidad o porque
resulte insuficiente para el caso (art. 655 del CC).

Si el cónyuge ausente fuere casado en segundas y ulteriores nupcias y hubiere hijos del
matrimonio o matrimonios anteriores, el juez dispondrá que el cónyuge y los hijos del
matrimonio o matrimonios ulteriores se pongan de acuerdo en el nombramiento del
representante. Si ello no fuere posible, el juez hará el nombramiento libremente, de entre
las personas a que se refiere el artículo 653 del Código Civil.

El representante ya no va a limitarse a la guarda de los bienes, tiene facultades de


representación del ausente y es el legítimo administrador de los bienes de éste con las
obligaciones y restricciones que la ley impone a los tutores. No podrá entrar en
administración de esos bienes sin que previamente forme inventario de ellos y sin prestar
una garantía que pueda consistir en hipoteca, prenda o fianza, para caucionar su
administración (art. 660 del CC).

Para ser representante del ausente se requiere tener las mismas cualidades que para ser
tutor (art. 662 del CC). Así pues, no podrán ser representantes del ausente, los que hayan
sido relevados de la tutela o hayan sido condenados por delitos contra la propiedad o contra
la honestidad, los vagos y mal vivientes, los que tengan pleito pendiente con el ausente, los
deudores del ausente, etcétera (arts. 662 y 503 del CC).

Del mismo modo, son causas de remoción del representante las que son para ser separado
de la tutela (art. 663 y 665 del CC).

El cargo de representante terminará:

a). Con el regreso del ausente


b). Con la presentación del apoderado legítimo
c). Con la noticia cierta de la muerte del ausente
d). Con la posesión provisional (art. 665 del CC)

Cada año, en el día que corresponde a aquel en que fue nombrado el representante, se
publicarán nuevos edictos llamando al ausente, en los que se hará constar el nombre y
domicilio del representante y el tiempo que falta para que se cumpla el plazo de dos años,
desde el día en que fue nombrado el representante (art. 666 del CC).

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Los edictos se publicarán por cuatro veces, en intervalos de quince días, en los principales
periódicos del último domicilio del ausente y se remitirán a los consulados mexicanos de
aquellos lugares del extranjero, en que se puede presumir que se encuentra el ausente (art.
667 del CC).

El representante está obligado a promover la publicación de los edictos. La falta de


cumplimiento de esta obligación, lo hace responsable de los daños y perjuicios que se
causen al ausente y es causa de remoción del cargo.

La declaración de ausencia procede pasados dos años desde que se nombra al


representante, el Ministerio Público, los presuntos herederos legítimos del ausente, los
herederos instituidos en testamento abierto, los que tengan algún derecho u obligación que
dependa de la vida, muerte o presencia del ausente, podrán pedir la declaración de
ausencia (art. 669, 672 y 673 del CC).

Si el ausente ha dejado apoderado general para administrar sus bienes, el plazo para pedir
la declaración de ausencia será de tres años que se contarán desde la desaparición del
ausente, si en este período no se tuviere ningunas noticias suyas o desde la fecha en que
se hayan tenido las últimas.

Estas mismas reglas rigen, si el ausente confirió poder a un administrador, por un plazo
mayor de tres años (arts. 670 y 671 del CC).

Si la demanda en que se ejerza la acción declaratoria de ausencia es fundada a juicio del


juez, se publicará durante tres meses con intervalos de quince días, en el periódico oficial
del lugar donde se intenta la acción y en los principales periódicos del último domicilio del
ausente. Deberá remitirse copia de los edictos a los consulados mexicanos donde se
presume que se puede hallar el ausente o que se tengan noticias de él (art. 674 del CC).

La declaración de ausencia se publicará tres veces en los periódicos mencionados, en


intervalos de quince días, remitiéndose a los cónsules como está prevenido respecto de los
edictos.

Ambas publicaciones se repetirán cada dos años, hasta que se declare la presunción de
muerte (art. 677 del CC).

La resolución que se pronuncia en la declaración del ausente, es apelable en ambos efectos


(art. 678 del CC).

Los efectos de la declaración son los siguientes:

Se procederá a la apertura del testamento público u ológrafo en presencia del representante


del ausente, con citación de los que promovieron la declaración de ausencia y con las
solemnidades previstas para esta clase de testamentos (art. 679 y 680 del CC).

Los herederos testamentarios o los legítimos que lo fueren al tiempo de la desaparición del
ausente o al tiempo en que se hubieren recibido las últimas noticias de él, si son capaces
para administrar, serán puestas en la posesión provisional de los bienes, mediante fianza
que asegure las resultas de la administración. Los menores o incapacitados entrarán en

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posesión provisional de los bienes por medio de quienes sobre ellos ejercen la patria
potestad o la tutela (art. 681 del CC).

Igualmente, los que tengan con relación al ausente obligaciones que deben cesar a la
muerte de éste, podrán también suspender su cumplimiento mediante garantía que
consistirá en hipoteca, prenda o fianza (art. 690 del CC).

Mientras no se dé la expresada garantía no cesará la administración del representante (art.


692 del CC).

Si los bienes no son divisibles, los herederos designarán un administrador general. A falta
de acuerdo el juez lo nombrará escogiéndolo entre los mismos herederos (art. 683 del CC).

Los herederos que no administren podrán nombrar a un interventor que vigile la gestión del
administrador (art. 685 del CC).

El que entre en la posesión provisional tendrá las mismas obligaciones, facultades y


restricciones que los tutores que administran bienes.

Todos estos efectos son provisionales y se encuentran sujetos al evento de que el ausente
se presente o se pruebe su existencia. En ese caso, recobrará sus bienes. Los que han
tenido la posesión provisional hacen suyos todos los frutos industriales que hayan
producido esos bienes y la mitad de los frutos naturales y civiles (art. 697 del CC).

Muerto el que haya obtenido la posesión provisional, le sucederán en ella sus herederos,
en la parte que le haya correspondido, bajo las mismas condiciones y con iguales garantías
(art. 696 del CC).

Respecto de los bienes del ausente casado, la declaración de ausencia interrumpe la


sociedad conyugal, a menos que en las capitulaciones matrimoniales se haya estipulado
que deba continuar (art. 698 del CC).

Con citación de los presuntos herederos se practicará un inventario de los bienes que
formen la sociedad conyugal y se procederá a la separación de las que deben corresponder
al cónyuge ausente (art. 699 del CC).

El cónyuge presente recibirá los bienes que le correspondan hasta el día en que la
sentencia de declaración de ausencia haya causado ejecutoria y de ellas puede disponer
libremente (art. 700 del CC).

Los bienes que corresponden al cónyuge ausente se entregarán a sus herederos, quienes
entrarán en ellas en posesión provisional con la obligación de prestar la garantía ya referida
(art. 701 del CC).

Si el cónyuge ausente se presenta y el cónyuge presente ha entrado como heredero en la


posesión provisional, este último hace suyos todos los frutos industriales que haya hecho
producir a los bienes del ausente y la mitad de los frutos naturales y civiles (art. 702 del
CC).

Si el cónyuge ausente regresa o se probaré su existencia, quedará restaurada la sociedad


conyugal (art. 704 del CC).

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En cuanto a la presunción de muerte, seis años después, contados desde la declaración de
ausencia, el juez a instancia de parte interesada abre un tercer período del procedimiento,
que es la declaración de presunción de muerte (art. 705 del CC).

En caso de que la desaparición haya ocurrido en un siniestro (guerra, incendio, explosión,


terremoto, etc.), bastará que hayan transcurrido dos años desde su desaparición para que
pueda hacerse la declaración de presunción de muerte, sin que sea necesaria la previa
declaración de ausencia (art. 705 del CC).

En este período se abre la sucesión del ausente. Si no se ha publicado su testamento, se


procederá a abrirlo entonces. Los poseedores provisionales darán cuenta de su
administración y los herederos y demás interesados entrarán en la posesión definitiva de
los bienes del ausente, sin otorgar garantía alguna. La que hubieren dado quedará
cancelada (art. 706 del CC).

Si llegare a probarse la muerte del ausente, la herencia se defiere a los que debieron
heredar al tiempo de ella; pero los poseedores provisionales de los bienes, al restituirlos se
reservarán los frutos correspondientes a la época de la posesión provisional, siempre que
se trate de frutos industriales y la mitad de los frutos naturales y civiles. Corresponderá sin
embargo, la totalidad de los frutos a los poseedores desde que obtuvieron la posesión
definitiva. (art. 707 del CC).

Si se presentare el ausente o se probare su existencia después de que se haya otorgado


la posesión definitiva, recobrará sus bienes en el estado en que se hallen, el precio de los
enajenados o los que se hubieren adquirido con el mismo precio, pero no podrán reclamar
sus frutos ni rentas (art. 708 del CC).

Los poseedores definitivos darán cuenta al ausente y a sus herederos (art. 710 del CC).

La posesión definitiva termina:

Con el regreso del ausente


Con la noticia cierta de su existencia
Con la certidumbre de su muerte
Con la sentencia ejecutoriada que declare que otras personas son los herederos
testamentarios o legítimos (art. 711 del CC).

La sentencia que declare la presunción de muerte de un ausente casado, pone término a


la sociedad conyugal.

El Ministerio Público será oído en todos los juicios relativos a la ausencia y velará por sus
intereses de éste (art. 722 del CC).

El representante y los poseedores provisionales y definitivos en sus respectivos casos,


tienen la legítima representación del ausente en juicio y fuera de él (art. 720 del CC).

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III.- ATRIBUTOS DE LA PERSONA

3.1. Concepto. Son las cualidades o propiedades que el derecho reconoce como inherentes
a las personas.

3.2. Enumeración. De las personas físicas son atributos de su persona: a). La capacidad;
b). El estado civil; c). El patrimonio; d). El nombre; e). El domicilio; y f). La nacionalidad.

De las personas morales son: a). La capacidad; b). El patrimonio; c) Denominación o razón
social; d). El domicilio; y e) La nacionalidad.
3.3. Nombre.- Para el maestro Gutiérrez y González es el bien jurídico constituido por la
proyección psíquica del ser humano, de tener para si una identificación exclusiva respecto
a todas las manifestaciones de su vida social.

Es un bien jurídico dice el autor, pues es una cualidad jurídica que individualiza a la persona,
al cual se le protege mediante acción contra las lesiones que le infieran, que debe ser
considerado como un bien patrimonial-moral.

Está constituido por una proyección psíquica, pues responde a un aspecto psíquico del ser
humano; responde a su yo interno, que le genera el deseo de ser él mismo y no ser nadie
más, de no ser confundido con otra u otras personas.

Tiene por objeto una identificación exclusiva del titular del derecho, ya que se constituye en
un signo fundamental de su identidad exclusiva.

Esa identificación es para sus manifestaciones de vida social, pues el ser humano
precisamente por ese deseo de no ser confundido con otro, y de que sus conductas sociales
le sean imputadas a él y a nadie más, es que busca una designación, una identificación
exclusiva para imprimirla en todas sus proyecciones sociales. Fuera del ámbito social, el
nombre carece de relevancia, y fuera de las manifestaciones sociales del ser humano
también carece de interés el nombre.

En cuanto al nombre, el artículo 58 del Código Civil establece que el acta de nacimiento
debe contener el nombre y apellidos que se ponga y corresponda al presentado. En cuanto
a los hijos reconocidos, el artículo 389 fracción I del Código Civil determina el derecho de
éstos a llevar el apellido paterno de sus progenitores, o ambos apellidos del que lo
reconoce.

Así mismo, el Juez del Registro Civil está facultado para dar nombre a los hijos de padres
desconocidos, haciéndolo constar así en el acta respectiva, por lo que está facultado para
darles nombre y apellidos a tales personas.

Por otra parte, el artículo 135 fracción II del Código Civil da derecho a pedir la rectificación
de una acta del Registro Civil para variar algún nombre u otra circunstancia, sea esencial o
circunstancial.

Para Gutiérrez y González nuestro Código no contiene disposiciones específicas


relacionadas con el nombre o con su protección, ya que no contiene ninguna
reglamentación del nombre y apenas si en materia de Registro Civil, cuando habla de las
actas de nacimiento da algunas indicaciones relativas a la atribución del nombre, lo que
implica que el Derecho Mexicano seguirá a la zaga de los países civilizados en esta materia.

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En cuanto al nombre de la mujer casada, es de establecerse que el matrimonio no da lugar
al cambio de nombre de la mujer casada, pero la mujer casada sin perder su propio apellido,
añade a su nombre el apellido del marido para indicar su estado civil. La añadidura del
apellido de marido con la partícula “de” al apellido de la mujer casada, se halla sancionada
por la costumbre inveterada y reconocida.

Por último, el cambio del nombre tiene lugar:

a). Por reconocimiento.- Si se trata de hijos habidos fuera de matrimonio (arts. 360 y 389
fracción I del CC).

b). Por adopción.- El adoptado tiene derecho a usar el apellido del adoptante (art. 395 último
párrafo del CC), salvo que no se considere conveniente.

c). Por sentencia judicial que declare la paternidad o maternidad.

4.4. Domicilio.- Jurídicamente el domicilio es el lugar en que una persona física reside
habitualmente con el propósito de radicarse en él (art. 29 del CC).

Podemos desprender de esta definición dos elementos: uno de carácter objetivo,


constituido por la residencia de una persona en cierto lugar, y otro de carácter subjetivo que
consiste en el propósito de esa persona de radicarse en el lugar donde tiene su residencia.

El Código Civil establece que se presume que una persona tiene el propósito de radicación
en un determinado lugar, si reside en él por más de seis meses.

Puede ocurrir que una persona no radique en lugar alguno y en ese caso, falta de
residencia, para establecer el domicilio de dicha persona, el Código Civil establece que será
domicilio el lugar donde tenga el principal asiento de sus negocios.

En algunas situaciones extremas, será imposible determinar dónde se encuentra el principal


asiento de una persona que no tiene residencia fija, caso en el cual se reputará domicilio el
lugar donde esa persona se encuentre (art. 29 del CC).

Por otra parte, el artículo 30 del Código Civil establece que el domicilio legal de una persona
física es el lugar donde la ley le fija su residencia para el ejercicio de sus derechos y el
cumplimiento de sus obligaciones, aunque de hecho no esté allí presente.

El artículo 31 del propio ordenamiento reputa como domicilio legal:

Del menor de edad no emancipado, el de la persona a cuya patria potestad está sujeto;
Del menor de edad que no esté bajo la patria potestad y del mayor incapacitado, el de su
tutor;
En el caso de menores o incapacitados abandonados, el que resulte conforme a las
circunstancias previstas en el artículo 29 del código en consulta;
De los Cónyuges, aquél en el cual éstas vivan de consuno, sin perjuicio del derecho de
cada cónyuge de fijar su domicilio en la forma prevista en el artículo 29 del mismo
ordenamiento;
De los militares en servicio activo, el lugar en que están destinados;

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De los servidores públicos, el lugar donde desempeñan sus funciones por más de 6 meses;
y
De los sentenciados a sufrir una pena privativa de la libertad por más de 6 meses, el lugar
en que la extingan, por lo que toca a las relaciones jurídicas posteriores; en cuanto a las
relaciones anteriores, los sentenciados conservarán el último domicilio que hayan tenido.

Por último, dice el artículo 32 del Código en consulta, que cuando una persona tenga dos
o más domicilios se le considerará domiciliada en el lugar en que simplemente resida, y si
viviere en varios, aquél en que se encuentre.

En cuanto a las clases de domicilio, este puede ser real, legal, convencional y de origen.

El domicilio real es aquel lugar en el que una persona radica con el propósito de
establecerse en él (art. 29 del CC).

El domicilio legal es aquel que la ley señala a una persona como lugar para el ejercicio de
sus derechos y el cumplimiento de sus obligaciones, aunque de hecho no éste allí presente
(art. 30 del CC).

El domicilio convencional, es el lugar que una persona señala para el cumplimiento de


determinadas obligaciones (art. 34 del CC).

Esta facultad sirve para determinar la competencia de los tribunales respecto del
cumplimiento de las obligaciones contraídas.

Se llama domicilio de origen el del lugar en donde una persona ha nacido.

3.5. Estado Civil.- Dicen los hermanos Mazeaud que delínea los entornos jurídicos que
permitieron fijar y reconocer la capacidad que el derecho atribuye a cada persona.

El estado civil incorpora (como pariente o como cónyuge) a cada persona a una familia
determinada. Una vez que se han delineado esos entornos, se podrá conocer cuáles son
los derechos y las obligaciones, los deberes y las facultades que corresponden a cada uno
según sea pariente o cónyuge. De esta manera el estado es un presupuesto que
necesariamente de ser establecido para conocer cuál es la capacidad de una persona.

Al estado civil también se le conoce como estado de familia, y puede tener su origen en un
hecho jurídico, el nacimiento, o en actos de voluntad como el matrimonio y la adopción.

3.6. Capacidad.- Se entiende por capacidad tanto a la aptitud de una persona para adquirir
derechos y asumir obligaciones, como a la posibilidad de que dicha persona pueda ejercitar
esos derechos y cumplir sus obligaciones por sí mismo. La capacidad comprende dos
aspectos: a) la capacidad de goce que es la aptitud para ser titular de derechos y
obligaciones; y b) la capacidad de ejercicio que es la aptitud para hacer valer aquellos y
cumplir éstas por sí mismo.

Mediante la capacidad de goce, en el derecho moderno, todas las personas se encuentran


en la posibilidad de participar en la vida jurídica; son tenidas en cuenta por el derecho en
cuanto pueden ser sujetos de derechos y obligaciones.

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Por otra parte, se ha considerado a la capacidad como uno de los atributos de la
personalidad, y así se le designa como “estado personal” porque éste da nociones de la
situación de cada persona, el estado y la capacidad, y aparecen siempre unidas al concepto
de personalidad, porque además la capacidad de una persona depende de su estado civil.

La capacidad de goce que corresponde a toda persona y que es parte integrante de la


personalidad, puede existir sin que quien la tiene posea la capacidad de ejercicio. A esta
ausencia de la capacidad de ejercicio se alude generalmente cuando se dice que una
persona es incapaz o está incapacitada. La incapacidad, entonces, se refiere a la carencia
de aptitud para que la persona pueda hacer valer sus derechos por sí misma.

La capacidad de ejercicio depende de la edad de la persona. Sin embargo los mayores de


edad que padezcan de sus facultades mentales, los sordomudos que no sepan leer ni
escribir, los ebrios consuetudinarios y las que hacen habitualmente uso de drogas
enervantes, carecen de capacidad de ejercicio. Pueden hacer valer sus derechos y cumplir
sus obligaciones por medio de un representante.

La incapacidad de menores presenta grados: el menor permanece en estado de


incapacidad en tanto no haya sido emancipado. La emancipación hace salir parcialmente
al menor de edad del estado de incapacidad (art. 641 y 643 del CC).

En cuanto a la capacidad de las personas morales, si en principio la capacidad de las


personas físicas sólo se considera restringida en los casos excepcionales, la capacidad de
las personas morales es una capacidad limitada.

Las personas morales tiene una capacidad de goce limitada por el objeto de su constitución
y sólo pueden ejercer los derechos que sean necesarios para realizar esa finalidad (art. 26
del CC).

3.7. Nacionalidad.- El estado político comprende el estado de nacionalidad y el de


ciudadanía.

La persona física o moral es sujeto de relaciones jurídicas de orden político: derechos y


prerrogativas, deberes y obligaciones, que se establecen entre la nación y sus súbditos.

Este conjunto de relaciones jurídicas atribuibles a una persona, crean una determinada
situación frente al Estado a que pertenece dicha persona.

A esa situación se le denomina nacionalidad. Por regla general toda persona tiene una
nacionalidad. Solo en casos excepcionales una persona puede carecer de nacionalidad
(apátrida).

La Constitución de cada país señala quienes son nacionales.

La ciudadanía se alcanza ante la calidad de mexicanos, por la mayoría de edad y tener un


modo honesto de vivir (artículo 34 Constitucional).

3.8.- Patrimonio.- Conjunto de bienes, derechos y obligaciones de una persona, pecuniarios


o morales, que forman una universalidad de derecho.

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A la parte de los bienes y derechos se le da el nombre de patrimonio activo y al conjunto de
obligaciones se le designa como patrimonio pasivo.

Si se valúan los elementos pecuniarios que forman cada parte, activo y pasivo, y después
se verifica una simple operación aritmética de resta del patrimonio pasivo en relación al
monto o importe del patrimonio activo, se dice que se obtiene el patrimonio líquido.

Los elementos que integran el activo del patrimonio, son los siguientes:

1.- Patrimonio activo pecuniario:

a.- Derechos reales


b.- Derechos de autor
c.- Derechos de marca
d.- Derechos de invenciones

2.- Patrimonio activo moral, o no pecuniario, o “derechos de personalidad”, se forma con:

A.- Derechos que integran la parte social pública, y que son:


a.- Derecho de honor o reputación
b.- Derechos al título profesional
c.- Derechos al secreto o a la reserva
d.- Derecho al nombre
e.- Derecho a la presencia estética

B.- Derechos que integran la parte afectiva, y que son:


a. Derecho de afección, los cuales comprenden los de familiares y de amistad.

C.- Derechos que integran la parte físico-somática, y son:


a.- Derecho a la vida
b.- Derecho a la libertad
c.- Derecho a la integridad física
d.- Derechos relacionados con el cuerpo humano y
e.- Derechos sobre el cadáver.

3.- Por otra parte, el patrimonio pasivo pecuniario se forma con:

A.- Obligaciones lato sensu, en su especie obligación en estricto sentido.

B.- Obligaciones strictu sensu, en su especie derecho de crédito convencional.

C.- En su caso, obligaciones provenientes de una conducta que implica cubrir una
indemnización.

IV. DERECHOS DE PERSONALIDAD.

4.1. Concepto.- Son los bienes constituidos por determinadas proyecciones, físicas o
psíquicas del ser humano, que las atribuye para sí o para algunos sujetos de derecho, y
que son individualizadas por el ordenamiento jurídico.

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4.2. Enumeración.- Como ya hemos señalado, el patrimonio moral se divide: En la parte
social pública, en la parte afectiva y en la parte físico-somática.

Forman parte del aspecto social público del patrimonio moral:

a) El derecho al honor o reputación, que es el bien jurídico constituido por la proyección


psíquica del sentimiento de estimación que la persona tiene de sí misma, o la que
atribuye a otros sujetos de derecho, cuando coincide con el que considera el
ordenamiento jurídico de cada época o región geográfica, atendiendo al que en la
colectividad que actúa considera como sentimiento estimable.

b) El derecho al título, que se refiere al Título Profesional, es un derecho prolongación del


derecho al honor, pues quien lo obtiene quiere tener una mayor estimación de sí mismo,
y esa estimación la considera válida la colectividad, y tan es así, que la plasma en
ordenamientos jurídicos.

c) El derecho al secreto o a la reserva, que es el bien jurídico constituido por la proyección


psíquica del ser humano, de su deseo de vivir cuando y donde lo desee, libre de
intromisiones o indiscreciones ajenas, y que individualiza el orden jurídico de cada época
y cada país.
d) El derecho al nombre, que no sólo es un atributo de la personalidad, sino también un
derecho subjetivo, que es el bien jurídico constituido por la proyección psíquica del ser
humano, de tener para sí, una identificación exclusiva respecto a todas las
manifestaciones de su vida social.

e) El derecho a la presencia estética, que es el bien jurídico constituido por la proyección


psíquica del sentido de la estética que la persona tiene respecto de sí misma, y que
coincidiendo o no con la apreciación estética media colectiva de un lugar y momento
determinado, no pugna con el ordenamiento jurídico o la moral media.

f) Los derechos de convivencia, que son el bien jurídico constituido por las proyecciones
físicas y psíquicas del ser humano, de su deseo de vivir sin obstáculos que alteren su
existencia personal.

En cuanto a la parte afectiva, tenemos:

a) Sentimiento o afectos familiares, que son derechos subjetivos que se expresan como el
bien jurídico consistente en la proyección psíquica del individuo respecto al afecto de
índole familiar.

b) Afecto de amistad, que es el bien jurídico consistente en la proyección psíquica del


individuo respecto al afecto que tenga por una persona determinada ajena a su familia.

c) Afecto a los recuerdos de familia, que es el bien jurídico consistente en la proyección


psíquica del individuo que implica otorgar un valor moral a determinadas cosas.

d) Afectos a fosas mortuorias de familia, que es el bien jurídico consistente en la proyección


psíquica del individuo que implica dar un alto significado y un valor afectivo o moral al
lugar donde se ubican los cadáveres de sus seres queridos.

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e) Sentimiento de afecto al cadáver, que es el bien jurídico consistente en la proyección
psíquica del individuo que supone un sentimiento de afecto al cuerpo inerte de un ser
querido.

Por lo que hace a la parte físico-somática, tenemos:

a) El derecho a la vida, que es el bien jurídico constituido por la proyección psíquica del ser
humano, de desear en todos los demás miembros de la comunidad, una conducta de
respeto a su subsistencia, proyección que es sancionada por el ordenamiento jurídico.

b) El derecho a la libertad, que es el bien jurídico constituido por las proyecciones físicas
del ser humano de ejercicio de una actividad individualizada por el ordenamiento jurídico
de cada época o región.

c) El derecho a la integridad física, que es la proyección psíquica del ser humano


constituida por la exigencia a los demás miembros de la colectividad, de respecto a su
cuerpo, y que regula y sanciona el ordenamiento jurídico de cada época.

d) Los derechos relacionados con el cuerpo humano, que implica la aceptación por cuenta
del derecho de que el ser humano tiene facultades para disponer totalmente de su
cuerpo, de partes del cuerpo y sobre incorporaciones o accesiones al cuerpo.

4.3. Tutela jurídica.- Por lo que hace a la parte social pública:

a) El derecho al honor o reputación.- El bien jurídico tutelado es el sentimiento de


estimación que la persona tiene de sí misma, o la que atribuye a otros sujetos de
derecho, cuando coincide con el que considera el ordenamiento jurídico de cada época
o región geográfica, atendiendo a lo que la colectividad en que actúa, considera como
sentimiento estimable.

b) El derecho al título.- El derecho al título se liga con el derecho al nombre, es el


reconocimiento que la colectividad hace de la capacidad del individuo para obtener un
título profesional, que válidamente puede ostentar junto con su nombre o para
diferenciarse de los demás.

c) Derecho a la reserva o al secreto.- Implica el respeto al individuo que no debe ser


molestado por intromisiones o indiscreciones de otra persona, hecho que individualiza el
orden jurídico de cada época y cada país.

d) Derecho al nombre.- Es la identificación exclusiva que tiene un ser humano para sí,
respecto a todas las manifestaciones de su vida social, que está salvaguardado por el
orden jurídico.

e) El derecho a la presencia estética.- Es el sentimiento de lo que el individuo considera


debe ser su presencia física ante la sociedad, y lo que ésta por su parte considera que
implica la presencia de un sujeto que se mueve en el campo de ella.

f) El derecho de convivencia.- Implica el respeto al derecho del reposo nocturno, al libre


tránsito en las entidades Federativas o el Distrito Federal, el derecho al libre acceso al
hogar u oficina, el derecho a que se respete la limpieza del tramo de vía pública frente
al hogar, el derecho de ayuda o asistencia en caso de accidente; en general, implica el

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vivir sin obstáculos que sin ser definitivos, pueden alterar su existencia personal y su
convivencia diaria, y que individualiza el orden jurídico de cada época y cada región.

Relativo a la parte afectiva.

a) De los derechos de afección en general.- Implica la protección del valor estimativo o de


afección que se tiene para una persona determinada o cosa.

b) Del afecto por los miembros integrantes de la familia.- Que implica la protección a este
sentimiento que debe ser respetado como un bien jurídico que es.

c) Del afecto de amistad.- Igual que la anterior explicación, sólo que referida a estos
afectos.

d) Del afecto a los recuerdos de familia.- Implica el salvaguardar el valor moral de bienes
vinculados con recuerdos de la familia.

e) De afecto a fosas mortuorias de familia.- Debido a que se atribuye al cadáver un carácter


sacro, de absoluto respeto, y precisamente por el culto al cadáver y al lugar donde éste
se ubica, que tiene también un carácter familiar, a la fosa se le concede un valor moral
agregado al económico que pudiere tener, se salvaguarda este afecto.

f) Del sentimiento de afecto al cadáver.- De igual naturaleza que el próximo anterior, se


salvaguarda al cadáver como un bien que tiene un valor moral para la familia del de
cujus.

g) Del sentimiento o afectos políticos.- Disentibles, sin embargo se tutela el valor intangible
que le concede una persona a sus creencias políticas y el símbolo de ellas.

Respecto a la parte físico-somática:

a) El derecho a la vida.- Que implica el respeto al instinto de mantener la vida y que no se


le prive de ésta y sólo se refiere a los que ya han nacido.

b) El derecho de libertad.- Que implica el respeto del ejercicio de una actividad


individualizada por el ordenamiento jurídico de cada época y región.

c) El derecho a la libertad sexual.- Que implica el respeto a la intimidad legalmente ejercida


y a la sexualidad prematrimonial y el control de la natalidad.

d) Derecho a la integridad física o corporal.- Implica el respeto al cuerpo del ser humano
para que no sufra ataques injustos que puedan ponerlo en peligro, incluso de aquellos
ataques que carezcan de fundamento o razón para ello.

e) De los derechos relacionados con el cuerpo humano.- Que implica el derecho sobre la
disposición total del cuerpo, sobre partes del cuerpo o a la fijación, inserción o injerto de
implantes, a la disposición de fluidos en vida y después de la muerte, a la disposición de
incorporaciones o accesorios al cuerpo (prótesis).

4.4. Tutela en el Código Civil.- Respecto a la parte social pública:

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a). Del derecho al honor o reputación.- Nuestro Código no dispensó una protección expresa
al derecho al honor o reputación, sin embargo encontramos normas que se pueden referir
al derecho que nos ocupa, a saber:

En materia de divorcio, el artículo 267 en sus fracciones I, II, XI y XIII, que establecen
causales de disolución del vínculo matrimonial cuando se prueba: el adulterio; el hecho de
que la mujer dé a luz durante el matrimonio a un hijo concebido antes de celebrarse éste,
sin que hubiere tenido conocimiento el otro de esta circunstancia el cónyuge; las injurias
graves de un cónyuge al otro; y la acusación calumniosa de un cónyuge al otro.

La acción otorgada por el artículo 325 para impugnar la paternidad y 326, 329 y 330 que lo
complementan.

En materia testamentaria, las disposiciones que establecen la incapacidad para heredar de


ciertas personas (arts. 1313 fracción II, 1316 fracciones II, III, IV y V y 1317).

También se considera al honor, esto en opinión de Gutiérrez y González, para después de


la muerte de la persona, limitando, salvo disposición en contrario, el pago de alimentos al
cónyuge supérstite sólo en el caso de que no contraiga nuevas nupcias y viva
honestamente, caso igual para el concubino supérstite pero con la diferencia de que a éstos
últimos se les exige buena conducta (art. 1368 fracciones III y V).

• De igual forma, en materia sucesoria, respecto a las precauciones que deben de tomarse
cuando la viuda queda en cinta, se anota en forma especial que las medidas que se
tomen para la suposición del parto no deben atacar al pudor ni la libertad de la viuda (art.
1639).

• En materia de donaciones, se tiene el artículo 2370 que permite revocarlas, según su


fracción I, si el donatario comete algún delito contra la honra del donante.

• No precisamente regulada por el Código Civil, pero si por el Código de Procedimientos


Civiles (art. 32) ya derogada, tenemos la acción de jactancia que tiene como finalidad
proteger a las personas lesionadas en su crédito o reputación por las difamaciones
ajenas, acción que se mantiene en códigos estatales.

• Otra norma no regulada en el Código Civil, pero contenida en la Ley Federal del Derecho
de Autor, que permite oponerse a toda acción que redunde en demérito de la misma o
mengua del honor, prestigio o de la reputación del autor.

• Finalmente, como base para defender cualquier atentado que sufra una persona en su
honor o reputación, se tienen los artículos 1910 y 1916 del Código Civil.

b). El derecho al título tiene fijado en distintos ordenamientos jurídicos la forma de obtenerlo,
sus prerrogativas, y las sanciones a quién no lo tiene pero dice tenerlo, así como por hacer
mal uso del mismo el que si lo tiene.

El artículo 5o. Constitucional establece que un grupo de profesiones, conforme a una


legislación secundaria, requerirán de título para ejercerlas.

En cumplimiento de este ordenamiento, las entidades federativas dictan su llamada “Ley de


Profesiones” y fijan las bases que deben de llenarse para obtener ese título.

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El Código Penal establece los llamados delitos de usurpación de funciones públicas o de
profesión y uso indebido de condecoraciones o uniformes, y establece las sanciones para
quienes sin tener título profesional ejerzan la profesión relativa al título que dicen tener, o
bien que se atribuyan el carácter de profesionista.

El artículo 2608 del Código Civil determina que los que sin tener título profesional
correspondiente ejerzan profesiones para cuyo ejercicio la ley exija título, además de
incurrir en las penas respectivas, no tendrán derecho de cobrar retribución por los servicios
profesionales que hayan prestado.

c). El derecho al secreto o reserva se regulan y se sancionan en el campo del derecho


constitucional, administrativo y penal.

Así, el artículo 25 Constitucional consagra el derecho al secreto epistolar; los artículos 16 y


26 Constitucionales establecen el derecho a la inviolabilidad del domicilio, posesiones y
papeles.

El derecho al secreto telefónico está considerado en la Ley General de Vías de


Comunicación.

El secreto profesional se establece como obligación en las leyes de profesiones.


El derecho a la imagen está determinado en la Ley Federal de los Derechos de Autor.

El derecho al secreto de disposición de bienes por última voluntad, está consagrado en la


parte del Código Civil, al admitir la existencia del testamento público cerrado y del
testamento ológrafo.

También el Código Penal se encarga de sancionar al que viola el derecho al secreto,


mediante los delitos de revelación de secretos.

d). El derecho al nombre no está debidamente regulado y protegido por el Código Civil, sólo
su mal uso lo sanciona, de alguna forma, el Código Penal.

e). El derecho a la presencia estética es motivo de regulación en el derecho castrense o


militar que ha estatuido reglamentos que determinan la forma en que debe vestirse y
presentarse el militar a sus labores.

El Código Penal dedica un título a los delitos contra la moral pública, en donde regula sólo
aspectos relacionados con lo que se denomina “pornografía”, o se incite al comercio carnal;
corrompa a menores de edad; establezca casas de lenocinio, y al que provoque un delito o
haga apología de éste o algún vicio.

En particular, sanciona las lesiones que dejen al ofendido con cicatrices en la cara,
perpetuamente notables.

Por último, el artículo 16 Constitucional impide a la autoridad infringir molestias a la persona


de los gobernados y el artículo 21 de la propia Carta Magna impide la imposición de penas
que atenten contra la integridad física y que constituya una pena infamante.

21
f). El derecho a la convivencia sólo está considerado en reglamentos administrativos o de
buen gobierno y en algunas disposiciones de la Ley General de Vías de Comunicación.

g). El derecho de afección, podemos considerar que el artículo 1916 del Código Civil
salvaguarda este derecho al sancionarlo, al igual que el artículo 2116 del mismo
ordenamiento. En este mismo sentido, el diverso 1819 también salvaguarda tal derecho.

h). El derecho a la vida encuentra alguna protección en el derecho público y muy pobre en
el derecho civil.

En el campo del derecho constitucional, están los artículos 14 y 22 de la Constitución


Política, que señalan, el primero, que: “...Nadie podrá ser privado de la vida... sino mediante
juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con
anterioridad al hecho”, y el segundo, que establece: “...Queda también prohibida la pena de
muerte por delitos políticos y en cuanto a lo demás, sólo podrá imponerse al traidor a la
patria en guerra extranjera, al parricida, al homicida con alevosía, premeditación o ventaja,
al incendiario, al plagiario, al salteador de caminos, al pirata y a los reos de delitos graves
del orden militar”.

En el campo del derecho penal recibe protección este derecho a través del delito de
abandono de personas o del cónyuge o descendientes.

En el campo del derecho civil tienden a proteger el derecho a la vida, pues el artículo 156
fracción IX en relación con el último párrafo del Código Civil, obliga a los contrayentes a
que en los caos que uno de ellos padezca enfermedad crónica e incurable o que sea
además contagiosa o hereditaria, habrán de acreditar fehacientemente haber obtenido de
Institución o médico especialista, el conocimiento de los alcance, los efectos y la prevención
de la enfermedad que sea motivo del impedimento y manifiesten su consentimiento para
contraer matrimonio cuya finalidad, entre otras, es proteger la vida de uno de los
contrayentes.

El deber de dar alimentos que tienen los ascendientes respecto de sus descendientes y
viceversa, y entre los cónyuges contenidos en los artículos 301 al 307 del Código Civil.

i). El derecho a la libertad, en materia constitucional se contienen en:

a) Libertad física que implica la no esclavitud; se consagra en el artículo 1o.


b) Libertad profesional y de trabajo; consagrada en el artículo 5o.
c) Libertad de pensamiento; consagrada en el artículo 6o.
d) Libertad de prensa; consagrada en el artículo 7o.
e) Libertad de asociación y reunión; consagrada en el artículo 9o.
f) Libertad de poseer armas para seguridad y legítima defensa; consagrada en el artículo
10.
g) Libertad de tránsito por el Territorio Nacional; consagrada en el artículo 11.
h) Libertad de creencia religiosa; consagrada en el artículo 24.

En cuanto al Código Civil consagra la libertad de tener el domicilio que se quiera o que se
desee, e inclusive libertad para señalar domicilios especiales (arts. 29 y 34 del C.C.), la
libertad contractual que se estatuye en los artículos 1792 y 1793 que dan la noción de
convenio y de contrato, el diverso 1795 fracción II que establece la posibilidad de declarar

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nulo un contrato por vicios de la voluntad, entre los cuales se anotan la violencia, que se
describe en el artículo 1819, e implica una falta de libertad, originada por la intimidación o
miedo; la libertad para testar que permite a una persona física disponer de sus bienes y
derechos y declarar o cumplir deberes, para después de su muerte, al igual que el contrato
cuya voluntad esta viciada, sancionada en el caso de violencia con nulidad relativa (art.
2228 del C.C.), lo mismo determina para el caso del testamento otorgado bajo amenazas
(arts. 1486 y 1487 del C.C.).

En materia de derecho de amparo, la violación por cuenta de las autoridades de las


libertades consagradas por nuestra Carta Magna, se tutelan mediante el sistema legal
llamado “Juicio de Amparo”.

La Ley de Imprenta salvaguarda la libertad de prensa.

El Código Penal también confiere una defensa a la libertad, en los delitos contenidos en el
rubro “Privación ilegal de libertad y otras garantías”.

i). El derecho a la libertad sexual se salvaguarda en los artículos 4o. Constitucional, 156
fracción V, 162, 163, 228, 233, 267 fracción I del Código Civil y las protecciones que otorga
en el capítulo de delitos sexuales del Código Penal.

j). El derecho a la integridad física o corporal esta salvaguardado por el artículo 22, párrafo
primero, constitucional que prohibe las penas de mutilación y de infamia, marca, los azotes,
los palos, el tormento del cualquier especie...cualesquiera otras penas inusitadas y
trascendentales.

k). El derecho a la disposición del cuerpo y parte del mismo, está regulado por la Ley
Federal de Salud, que se refiere a la disposición de órganos, tejidos y cadáveres.

l). El derecho sobre el cadáver está salvaguardado por el Código Penal que sanciona la
profanación de cadáveres y la propia Ley Federal de Salud.

V. REGISTRO CIVIL

5.1. Concepto.- Para Rafael de Pina es un servicio público organizado por el Estado con el
fin de hacer constar de una manera auténtica todas las circunstancias relacionadas con el
estado civil de las personas y que la determinan inequívocamente.

Para Galindo Garfías es una institución de orden público que funciona bajo un sistema de
publicidad, que tiene por objeto hacer constar por medio de la intervención de funcionarios
debidamente autorizadas para ello y que tienen fe pública, todos los actos relacionados con
el estado civil que han de hacerse constar precisamente en los registros autorizados por el
Estado para tal objeto, que son las llamadas actas del registro civil.

Para Rojina Villegas es una institución que tiene por objeto hacer constar de una manera
auténtica, a través de un sistema organizado, todos los actos relacionados con el estado
civil de las personas, mediante la intervención de funcionarios estatales dotados de fe
pública, a fin de que las actas y testimonios que se otorguen tengan valor probatorio pleno
en juicio y fuera de él.

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5.2. Historia.- Tiene su origen en la iglesia católica. Los curas parroquiales inscribían en
libros especiales los actos del registro civil; pero originalmente, sólo tratándose de los
matrimonios y entierros, por los que cobraban ciertos derechos. La finalidad inmediata de
esos libros era el de consignar una especie de cuentas, donde se registraban las sumas
cobradas y sobre todo, las que se les debían.

Los libros más antiguos que sobre este particular se conocen aparecen en Francia a
mediados del Siglo XIV.

El Concilio Ecuménico de Trento de 1563 tomó el acuerdo de instituir en cada parroquia


tres libros para registrar nacimientos, matrimonios y defunciones.

En el Siglo XVIII se conocieron los primeros intentos del Estado para secularizar los
registros parroquiales.

En México, al producirse la conquista española, se trasladaron al país el derecho, los usos


y costumbres que prevalecían en la Península Ibérica, entre los cuales figura el sistema del
registro civil por medio de las inscripciones parroquiales.

En el siglo pasado, por la Ley de 27 de enero de 1857, el Estado secularizó los registros
parroquiales; por la Ley de 28 de julio de 1859 que decretó la separación entre la iglesia y
el Estado, y definitivamente se atribuyó a éste, con exclusión de la iglesia, la facultad
exclusiva de llevar el control y registro de las actas del estado civil.

Por Ley de 1o. de noviembre de 1865 se llevó a la práctica esta disposición gubernamental
y el Código Civil de 1870 estableció en sus disposiciones la forma en que se llevarán los
registros del estado civil. Seguidamente, se reglamentó en forma detallada lo relativo al
registro civil por decreto de 1o. de julio de 1871, en el que se establece la forma en que se
han de consignar las actas respectivas y el número de libros que constituyen esta institución
registral.

Es conveniente hacer constar que antes de 1870 se promulgó en Veracruz al Código


Corona de 1868 en que para aquel Estado se establecía una organización del Registro Civil.

5.3. Organización actual.- Cada una de las oficinas del Registro Civil, de acuerdo con los
artículos 35 y 36 del Código Civil, estarán a cargo de un juez del Registro Civil, quienes
asentarán en formas especiales que se denominan “Formas del Registro Civil” las actas
relativas al nacimiento, reconocimiento de hijos, adopción, matrimonio, divorcio
administrativo y muerte de los mexicanos y extranjeros residentes en los perímetros de las
demarcaciones territoriales, así como inscribir las ejecutorias que declaren la ausencia, la
presunción de muerte, el divorcio judicial, tutela o que se ha perdido o limitado la capacidad
legal para administrar bienes.

Las inscripciones se harán mecanográficamente y por triplicado.

El artículo 37 del Código en consulta dispone que la infracción a la obligación de asentar


en las “Formas del Registro Civil” el acto de que se trate, producirá la nulidad del acto y se
castigará con la destitución del Juez del Registro Civil.

La inscripción de todos los actos relativos al estado civil de las personas, es obligatoria. Se
trata de una institución de orden público, por lo que compete al Ministerio Público cuidar y

24
cerciorarse que las actuaciones o inscripciones que se hagan en las “Formas del Registro
Civil”, sean conforme a la ley (art. 53 del CC).

Las “Formas del Registro Civil” serán expedidas por el Jefe del Gobierno del Distrito Federal
o por quien él designe. Se renovarán cada año y los jueces del registro civil remitirán en el
transcurso del primer mes del año, un ejemplar de las “Formas del Registro Civil” del año
inmediato anterior al Archivo de la Oficina Central del Registro Civil, otro al Archivo del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal y el otro, con los documentos que
correspondan, quedará en el archivo de la oficina en que se haya actuado (art. 41 del CC).

El artículo 43 del Código Civil establece que sólo podrá asentarse en las actas lo que debe
ser declarado para el acto preciso a que ellas se refieren y lo que está expresamente
prevenido en la ley. Los actos que llevan a cabo los jueces del Registro Civil sólo hacen
prueba plena en cuanto se refieren al hecho preciso con que se relaciona el acta.

Pero esta prueba es plena, en el sentido restringido de que los jueces del Registro Civil sólo
dan fe de lo declarado en su presencia por las personas que intervienen en el acto como
partes, testigos o declarantes.

Si las declaraciones o manifestaciones de estos son falsas, es posible probar la verdad de


los hechos declarados falsamente ante el Juez del Registro Civil, pues no debe entenderse
que la fuerza probatoria de la fe pública del juez va más allá de lo que a él consta; y sólo le
consta que las partes o declarantes hicieron manifestaciones en su presencia, en tal o cual
sentido.

El acto en sí misma no es falsa, lo falso son los datos que se le proporcionan al Juez del
Registro Civil.

No debe procederse a atacar dichas actas por falsedad, sino rectificar su contenido de
acuerdo con el procedimiento respectivo.

5.4. Actas del Registro Civil.- Son documentos auténticos, destinados a proporcionar una
prueba cierta del estado civil de las personas.

Las actas del Registro Civil hacen prueba plena, siempre y cuando se extiendan conforme
a las disposiciones del Código Civil, de todo lo que el Juez del Registro Civil, en el
desempeño de sus funciones, da testimonio de haber pasado en su presencia, sin perjuicio
de que el acta pueda ser redargüida de falsa.

Las declaraciones de los comparecientes, hechas en cumplimiento de lo mandado por la


ley, hacen fe hasta que no se pruebe lo contrario. Lo que sea extraño al acta no tiene valor
alguno (art. 50 del CC).

Las actas del Registro Civil no son personales, por lo que las partes pueden comparecer
solicitando la redacción del acta correspondiente, por medio de representante o apoderado
debidamente constituido (art. 44 del CC).

El artículo 39 del Código Civil establece que el estado civil de las personas sólo se
comprueba con las constancias relativas del Registro y que no se puede admitir otro
documento o medio de prueba para tal objeto; salvo el caso de que sean destruidos los
registros, las actas estén ilegibles, se hubieren perdido o faltaren las hojas en donde se

25
puede suponer que se encontraba el acta, se podrá recibir prueba del acto por instrumento
o testigos (art. 40 del CC).

Las personas que intervienen en las Actas del Registro Civil, son:

1. El Juez del Registro Civil.


2. Las partes que son las personas de cuyo estado se trata.
3. Los testigos que hacen constar la veracidad del hecho o hechos mencionados en el acta.
4. Los declarantes cuya información es necesaria para ciertos actos como el nacimiento y
la defunción (médicos o parteras).

Por último, las actas del Registro Civil deben levantarse de acuerdo con las formalidades y
requisitos que señala el Código Civil.

5.5. Rectificación de actas.- Un acta del estado civil sólo puede ser modificada o rectificada
en virtud de sentencia ejecutoriada dictada por el Poder Judicial, salvo el reconocimiento
voluntario que haga el padre de su hijo, el cual se sujetará a lo previsto por los artículos 47,
138-bis y demás relativos del Código Civil.

Sólo tiene lugar en dos casos:

Por falsedad, cuando se alega que el hecho registrado no pasó.


Por enmienda, cuando se solicite variar algún nombre u otra circunstancia, sea esencial o
accidental (art. 135 del C.C.).

No procede la rectificación del acta del estado civil, en los casos en que una persona
arbitrariamente haya venido usando un nombre que no le corresponde legalmente.

La rectificación puede ser pedida por:


a) El propio interesado.
b) Las personas que se mencionan en el acta como relacionadas con el estado civil de
alguien.
c) Los herederos del interesado o las personas relacionadas con el estado civil de alguien
mencionadas en el acta.
d) Los acreedores, legatarios y donatarios podrán intentar o continuar la acción de
rectificación del acta del estado civil, aún después de muerta la persona cuya acta se
trata de rectificar (art. 136 del C.C.).

El Juez de lo Familiar competente para decretar la rectificación del acta, es el de la


ubicación de la Oficialía del Registro Civil.

La acción debe intentarse en juicio ordinario y los hechos que deben probarse son:

a) La existencia y contenido del acta.


b) La inexactitud de los datos que se contengan o, en su caso, la existencia en el acta de
datos ajenos a ésta.

La sentencia que conceda o niegue la rectificación, se anotará marginalmente (art. 138 del
C.C.).

26
El acta rectificada queda tal como estaba en los registros, pero se insertará la modificación
acordada judicialmente en las copias que se expidan.

Por último, la aclaración de las actas del estado civil procede cuando en el registro existan
errores mecanográficos, ortográficos o de otra índole que no afecten los datos esenciales
de aquellas, y deberán tramitarse ante la Oficina Central del Registro Civil.

VI. PATRIMONIO

6.1. Concepto.- Para Aubry y Rau es el conjunto de los derechos y las obligaciones de una
persona, apreciables en dinero, considerados formando una universalidad de derecho.

Para Planiol y Ripert es la afectación de un conjunto de bienes a la realización de un fin


específico y determinado.

Para Gutiérrez y González es el conjunto de bienes, pecuniarios y morales, obligaciones y


derechos de una persona, que constituyen una universalidad de derecho.

6.2. Teorías que lo explican.- La mayoría de los autores reconocen dos teorías: la clásica,
subjetivista, llamada también personalista (Aubry-Rau, Birkmeyer, Neumer, entre otros),
que considera el patrimonio como un reflejo de la personalidad, y la del patrimonio de
afectación (representada principalmente por Planiol y Ripert), que define que el patrimonio
adquiere autonomía no en relación con la persona, sino en función de un vínculo jurídico-
económico, que el derecho reconoce para afectar el conjunto de bienes a la consecución
de un fin.

El patrimonio es concebido por la teoría subjetivista o personalista, que es la que ha tenido


mayor aceptación, como una cualidad sustantiva de la personalidad. Así, el patrimonio
constituye una entidad abstracta, diferente de los bienes y obligaciones que lo integran, de
tal manera que esos elementos pueden cambiar, disminuir, aumentar o inclusive
desaparecer totalmente, sin que el patrimonio desaparezca, ya que permanece invariable
unido durante toda la vida a su titular.

27
Para ilustrar esta idea, se recurre al ejemplo de una bolsa, vacía o llena, a la cual se
equipara el patrimonio. Se dice que una bolsa puede estar vacía o llena, pero sigue siendo
bolsa, que puede o no estar llena según sea el momento.

Para sus autores, el patrimonio es la emancipación de la personalidad y la expresión de la


potestad jurídica de que está investida una persona como tal.

Esta teoría descansa en los siguientes principios:

a. Sólo las personas pueden tener patrimonio.- En forma exclusiva son las personas
quienes pueden tener patrimonio, ya que únicamente ellas tienen aptitud para poseer
bienes, tener deberes y contraer obligaciones.

b. La persona necesariamente debe tener un patrimonio.- No es posible que la persona


deje de tener un patrimonio en un momento dado; siempre lo tendrá ya que el patrimonio
es como una bolsa vacía.

c. La persona sólo puede tener un patrimonio.- No es posible que la persona pueda


tener más de un patrimonio, toda vez que es un reflejo de la persona; todos sus bienes y
deudas forman una masa común, salvo las excepciones de ley, como se ve en el caso de

28
que una persona tiene dos patrimonios, cuando hereda uno y lo recibe a beneficio de
inventario, además de su patrimonio particular.

Al respecto el artículo 1678 del Código Civil señala: "La aceptación (de la herencia) en
ningún caso produce confusión de los bienes del autor de la herencia y de los herederos,
porque toda herencia se entiende aceptada a beneficio de inventario, aunque no se
exprese".

Así, el heredero en verdad tiene dos diversos patrimonios: El suyo propio y el que hereda,
patrimonios que no se confundirán en uno solo, sino hasta que se hayan liquidado las
deudas que fueran del ahora muerto y quede algún bien.

d. El patrimonio es inseparable de la persona.- No es posible que la persona en un


momento dado pueda enajenar o separarse de su patrimonio; en tanto que la persona viva
no puede transmitirlo a otra, podrá enajenar parte de los elementos de su patrimonio, pero
no podrá quedarse sin éste, pues sería tanto como enajenar la personalidad, lo cual es
imposible jurídicamente, dicen los teóricos que la sostienen.

La principal crítica que se le endereza es que confunde patrimonio con capacidad. En


efecto, al estimar que la "bolsa vacía" es el patrimonio, es claro que se confunde, pues la
"bolsa vacía" en sí considerada es la capacidad.

En cuanto a la teoría del patrimonio de afectación, debido a que el derecho reconoce para
afectar el conjunto de bienes a la consecución de ese fin, se requiere, por consiguiente, los
siguientes elementos: 1o. Que exista un conjunto de bienes, derechos y obligaciones
destinados a la realización de un fin. 2o. Que este fin sea de naturaleza jurídico-económico.
3o. Que el derecho organice con fisonomía propia y, por consiguiente, con autonomía todas
las relaciones jurídicas activas y pasivas de acreedores y deudores, en función de aquella
masa independiente de bienes, derechos y obligaciones, si no se cumplen estos requisitos
no habrá patrimonio de afectación señala Rojina Villegas.

Por ejemplo, Juan vende pulque con gran éxito, de forma tal que conociendo ya plenamente
el negocio de producir y vender pulque, monta su pulquería y compra una finca que dedica
al cultivo de maguey, por lo cual adquiere también una serie de deudas por esta causa. De
esta manera Juan habrá creado su patrimonio agrícola.

Juan exitoso agricultor y productor-vendedor de pulque, que conoce ya todo lo relativo a los
tractores, compra una fábrica de tractores y explota una patente de él que mejora el
funcionamiento de éstos, montando así una industria, lo cual le conlleva contraer diversas
deudas. Esto constituye su patrimonio industrial.

Así Juan constituye varios patrimonios atendiendo al fin que le da a un conjunto de bienes,
derechos y obligaciones, de acuerdo con lo que exponen sus autores, y para que
verdaderamente hubieran esos patrimonios de afectación, se necesitaría, de acuerdo a lo
que expone Rojina Villegas, que además de ese fin económico, existiera un conjunto de
normas jurídicas para regularlas en sus relaciones activas y pasivas de acreedores y
deudores.

29
Por último, para Gutiérrez y González el patrimonio tiene dos aspectos, uno pecuniario y
otro moral, o no económico o de afectación, que implica lo que puede designarse como
derechos de la personalidad.

De esta forma, el patrimonio tiene las siguientes características:

a. Comprende todos los bienes de una persona, sin hacer distinción sobre la
naturaleza intrínseca de cada uno de ellos, lo que implica que se les dé un trato genérico y
por lo mismo que se le estime como "universalidad".

b. Se comprende en él, no sólo bienes que representan un valor pecuniario, sino que
incluye necesariamente a los bienes que tienen una valor de afección, moral, no pecuniario.

Nuestro Código Civil adopta las tres teorías expuestas, pues sólo admite que las personas
pueden tener patrimonio (teoría clásica); de la teoría del patrimonio de afectación, reconoce
como patrimonios autónomos:

I. El de familia, que se regula en los artículos 723 al 746-Bis del Código Civil.
II. Del ausente, en los artículos 649 al 719 del mismo Ordenamiento.
III. El del o los herederos, en los artículos 1281 a 1791 del Cuerpo de Leyes en
comento.
IV. El de la Sociedad Conyugal, del artículo 183 al 206 del mismo Código.
V. El del patrimonio del concursado, que se regula en su tramitación de disolución en
el Código de Procedimientos Civiles; y del concepto del patrimonio del Doctor Gutiérrez y
González, los derechos a la personalidad y por ende el patrimonio moral o no pecuniario,
que se reconocen y salvaguardan, principalmente, en los artículos 1916 y 2116 del Código
Civil.

6.3. Partes que lo integran.- Integran al patrimonio las cosas o bienes pecuniarios y las
cosas o bienes morales o no pecuniarios.

Como se puede apreciar sean pecuniarios o morales, el patrimonio recae sobre bienes o
cosas, ya sean materiales o inmateriales.

6.4. Cosas y bienes: Por cosa debemos entender toda realidad corpórea o incorpórea
interior o exterior al ser humano, susceptible de entrar en una relación de derecho a modo
de objeto o materia de la misma, que le sea útil, tenga individualidad propia y sea sometible
a un titular.

Toda realidad corpórea e incorpórea, se refiere a que actualmente el derecho considera


como cosa jurídica a las corporales y a las incorpóreas, como puede ser una idea que es
objeto del derecho de autor, o los derechos de la personalidad.

Para el ser humano, pues implica no sólo lo externo al hombre, sino que también es de
aplicarse a su interior, como son los órganos internos y emanaciones del ser humano,
incluso el derecho al cadáver, aun cuando el cadáver, ya no es un ser humano.

Susceptible de entrar en una relación de derecho a modo de objeto o materia de la misma,


implica que ser objeto o materia de una relación jurídica es lo que determina la diferencia
entre la cosa como género, y la cosa jurídica, que es a la cual se le llama bien.

30
Si una cosa no es susceptible de entrar en una relación de derecho como objeto, no tiene
en realidad relevancia para el derecho. Así, el Código Civil determina (art. 747) que pueden
ser objeto de apropiación todas las cosas que no estén excluidas del comercio,
considerando que pueden estar fuera de él, ya sea por su naturaleza, ya sea por
determinación de la ley.

Y precisamente la susceptibilidad de entrar en una relación jurídica, de derecho, como


objeto o materia de la misma, está sujeta a las siguientes cualidades:

Que sea útil.- Significa que el objeto o cosa sea susceptible de satisfacer una necesidad
humana.

Que tenga individualidad propia.- Quiere decir que la cosa debe tener una existencia
separada, que ella por sí sola en su individualidad se puede aprovechar.

También esta individualidad implica que la cosa no desaparezca en su utilidad o se absorba


por el ser humano, como sucede con el aire que se respira.

Que se le pueda someter a su titular.- Esta última cualidad implica que la misma se puede
someter jurídicamente a una persona, esto es, que sea susceptible de reducirse a tomar
parte de su patrimonio.

Por último, para el Código Civil la palabra bien o bienes y el vocablo cosa o cosas, se
pueden utilizar como sinónimo, y las cosas o bienes, pueden ser corporales o incorporales
como se puede corroborar en los artículos 750 al 763 del Ordenamiento en comento.

6.5. El patrimonio como garantía.- Sólo puede estar referido a la parte pecuniaria del
patrimonio y, particularmente, el patrimonio activo, que se refiere a la parte de bienes y
derechos de obvio carácter pecuniario.

En este sentido, el patrimonio activo constituye una garantía de pago de las obligaciones
que forman parte del patrimonio pasivo. Así, el Código Civil establece que el deudor
responderá de sus deudas con su patrimonio.

En este sentido, el artículo 2964 del Código Civil señala que: “El deudor responde del
cumplimiento de sus obligaciones con todos sus bienes, con excepción de aquellos que,
conforme a la ley, son inalienables o no embargables”.

6.6. Insolvencia.- El artículo 2166 del Código Civil establece: “Hay insolvencia cuando la
suma de los bienes y créditos del deudor, estimados en su justo precio, no iguala al importe
de sus deudas...”. Así, resulta que si el activo es menor que el pasivo, el titular de ese
patrimonio será insolvente.

6.7. Patrimonio de familia.- Según Galindo Garfías, para garantizar el cumplimiento de las
obligaciones asistenciales entre los miembros de una familia, el derecho establece la
posibilidad de que la madre, el padre o ambos, la concubina, el concubino o ambos, la
madre soltera o el padre soltero, los abuelos, las abuelas, las hijas o los hijos o cualquier
persona que quiera constituirlo, constituya un patrimonio separado que formado por ciertos
bienes específicos (la casa habitación y el mobiliario de uso doméstico y cotidiano; una
parcela cultivable o los giros industriales y comerciales cuya explotación se haga entre los
miembros de la familia, así como los utensilios propios de su actividad), proporcionan una

31
seguridad económica al grupo familiar. Esos bienes así destinados quedan afectos en forma
exclusiva a tal finalidad (patrimonio de afectación). El valor máximo de los bienes afectados
al patrimonio familiar, será por la cantidad resultante de multiplicar el factor 10,950 por el
importe de tres salarios mínimos generales diarios vigentes en el Distrito Federal, en la
época en que se constituya el patrimonio, autorizando como incremento anual, el porcentaje
de inflación que en forma oficial determine el Banco de México, sin ser este incremento
acumulable (arts. 723, 724 y 730 del C.C.).

El patrimonio familiar consolida económicamente a la familia, en dos maneras concurrentes:


a). Mediante la afectación de los bienes que lo constituyen a la satisfacción de las
necesidades de la familia, y b). Sustrayéndolo de la acción de los acreedores, para que
puedan cumplir su destino de servir al sustento de los miembros de la familia.

En efecto, los bienes que constituyen el patrimonio de familia, no pueden ser enajenados o
gravados, ni pueden ser embargados por los acreedores de los miembros de la familia para
hacerse pago de sus créditos (art. 727 del C.C.).

En este sentido, el artículo 2964 del Código Civil ordena que el deudor responde del
cumplimiento de sus obligaciones con todos sus bienes, con excepción de aquellos que,
conforme a la ley, son inalienables o no embargables.

El sistema que establece el Código Civil respecto del patrimonio de familia, es que hace
pasar la propiedad de los bienes, al que quedan afectos, a los miembros de la familia
beneficiaria; el número de miembros de la familia determinará la copropiedad del
patrimonio, por lo que debe señalarse el nombre y apellidos de los mismos al solicitarse su
constitución (art. 725 del C.C.).

Cada familia sólo puede constituir un patrimonio familiar (art. 729 del C.C.).

El patrimonio familiar debe constituirse con bienes ubicados precisamente en el domicilio


de quien lo constituye (art. 728 del C.C.).

Los beneficiarios del patrimonio familiar tienen obligación de habitar la casa, explotar el
comercio y la industria y cultivar la parcela, pudiendo el Juez de lo Familiar, bajo justa causa,
autorizar para que se den en arrendamiento o en aparcería, hasta por un año (art. 740 del
C.C.).

Cuando sin justa causa, la familia deje de habitar por un año la casa que debe servir de
morada o de cultivar la parcela por su cuenta o deje de explotar el comercio o la industria
también por su cuenta, siempre y cuando no se haya autorizado su arrendamiento o
aparcería (art. 741 fracción II del C.C.), concluirá el patrimonio de familia.

La constitución del patrimonio de familia no puede hacerse en fraude de acreedores (art.


739 del C.C.).

La constitución del patrimonio de familia procede de tres maneras:

a) Voluntariamente.- Por la madre, el padre o ambos, la concubina, el concubino o ambos,


la madre soltera, el padre soltero, las abuelas, los abuelos, las hijas, los hijos o cualquier
persona que quiera constituirlo, para proteger jurídica y económicamente a su familia
(art. 724 del C.C.).

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b) Forzadamente.- Las personas que tienen derecho a disfrutar el patrimonio de la familia
y los hijos supervenientes de estos, así como el tutor de acreedores alimentarios
incapaces, familiares del deudor o el Ministerio Público, pueden exigir judicialmente que
se constituya el patrimonio familiar, sin necesidad de invocar causa alguna (art. 734 del
C.C.).

c) Mediante la adquisición de terrenos pertenecientes al Gobierno del Distrito Federal que


no estén destinados a un servicio público, ni sean de uso común, o que el Gobierno
referido adquiera por expropiación y los terrenos que el Gobierno adquiera para
dedicarlos a la formación del patrimonio de las familias que cuenten con pocos recursos
(art. 735 del C.C.).

El trámite judicial para constituir el patrimonio de familia, se llevará al cabo en jurisdicción


voluntaria, que lo promoverán los miembros de la familia que quieran constituir el patrimonio
a través de un representante común, designando con toda precisión los bienes muebles e
inmuebles, para la inscripción de estos últimos en el Registro Público. (art. 731 del C.C.),
esto por escrito.

Por último, el patrimonio de familia se extingue:

I. Cuando todos los beneficiarios cesen de tener derecho de percibir alimentos.

II. Cuando sin causa justificada, la familia deje de habitar por un año la casa que debe de
servir de morada, deje de explotar el comercio o la industria o de cultivar la parcela por su
cuenta, siempre y cuando no se haya autorizado su arrendamiento o aparcería.

III. Cuando se demuestre que hay gran necesidad o notoria utilidad para la familia de que
el patrimonio quede extinguido.

IV. Cuando por causa de utilidad pública se expropien los bienes que lo forman.

V. Cuando, tratándose del patrimonio formado con los bienes vendidos por las autoridades
mencionadas en el artículo 735, se declare judicialmente nula o rescindida la venta de esos
bienes (art. 741 de C.C.).
VII. DERECHOS REALES

7.1. Concepto.- Es el poder jurídico que se ejerce, directa e inmediatamente sobre una
cosa, para obtener de ella el grado de aprovechamiento que autoriza el título legal, y es
oponible erga omnes.

7.2. Distinción con derechos personales.- Antes, es de señalarse que por derecho de crédito
debemos de entender la necesidad jurídica que tiene una persona a la que se denomina
obligado-deudor, de cumplir voluntariamente a favor de otra persona, a la que se denomina
acreedor, que le puede exigir una prestación de carácter patrimonial, sea pecuniaria o
moral.

Así, las diferencias que podemos anotar entre derecho real y personal, son las siguientes:

a) En el derecho real sólo hay un sujeto, en el derecho personal siempre hay cuando
menos dos sujetos.

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b) El derecho real implica el ejercicio de un poder jurídico sobre una cosa, es decir se tiene
una relación entre la persona y la cosa, en cambio en el derecho personal, no hay una
relación entre una persona, y una cosa, ni un poder sobre una cosa, sino que hay una
relación entre dos personas, que faculta a la llamada acreedor, para exigir una conducta
o prestación a otra, que es el deudor.

c) En el derecho real el objeto es siempre una cosa, y en el derecho personal el objeto


directo es una prestación, la cual puede ser: de dar, hacer no hacer.

7.3. Distinción con otras figuras afines.- Una primera distinción que debe hacerse es entre
derechos reales y obligaciones reales.

Las obligaciones reales son accesorias de los derechos reales, de los reales de garantía y
como correlativas de tales derechos, es decir, impuestas al sujeto pasivo de los mismos,
que siempre es el propietario de la cosa gravada por un derecho real de aprovechamiento
o de garantía. Así mismo, existen las obligaciones reales como correlativas del derecho de
propiedad o del de copropiedad, impuestas por lo tanto al titular de esas facultades por
virtud de las relaciones de vecindad, colindancia o condominio.

Para mejor comprensión, señalamos las diferentes obligaciones reales:

a) Obligaciones, reales como correlativas de los derechos de aprovechamiento o de


garantía de igual naturaleza.- Se trata de deberes impuestos al propietario o poseedor
en concepto de dueño de las cosas afectadas por esos derechos reales, frente al titular
de las mismas: usufructuario, usuario, habituario, dueño del predio dominante, o titular
de la hipoteca, prenda, anticresis (es un contrato por virtud del cual para la seguridad
de una deuda, constituye el deudor un derecho real en favor de su acreedor,
entregándole un bien inmueble de su propiedad para que lo disfrute por cuenta de los
intereses debidos, o del capital si no se deben intereses. Este derecho real confiere a
su titular las acciones de persecución, venta y preferencia en el pago para el caso de
incumplimiento de la obligación garantizada) o censo (es el derecho que una persona
adquiere de percibir cierta pensión anual, por entrega que hace a otra del dominio útil
de una cosa inmueble para que la disfrute. El que recibe la pensión se llama dueño, y
el que la paga enfiteuta. La enfitensis otorga a su titular un derecho real para usar y
disfrutar de un predio temporalmente). Ambas figuras desaparecieron de nuestro
Código Civil.

b) Obligaciones reales impuestas al propietario por virtud de la vecindad.

c) Obligaciones reales impuestas al propietario por virtud del condominio en diferentes


casos: Muro mediero, zanja o seto común, y caso en el cual los diferentes pisos de una
casa pertenecen a distintas personas, en lo que se refiere a las cosas comunes:
entrada, patios, corredores, escalera, sótano, azoteas, paredes maestras, servicios de
agua y drenaje, etcétera.

d) Obligaciones reales impuestas al titular de los derechos de aprovechamiento o de


garantía y en beneficio del propietario de la cosa objeto del gravamen.

Como podemos apreciar, las obligaciones reales, atendiendo a la estructura bilateral del
derecho, son las que deben imponerse como correlativas de los derechos reales. Ahora

34
bien, para que puedan existir tales obligaciones, es necesario que se trate de derechos
reales en las cuales exista un sujeto pasivo determinado. Exceptuando la propiedad y los
derechos de autor (estos últimos según Rojina Villegas) todas las demás formas o variantes
de los derechos reales suponen la existencia de ese sujeto pasivo determinado, porque se
parte de la base de que el propietario constituye un poder jurídico en favor de un sujeto
determinado, quien por ese sólo hecho se caracteriza como sujeto activo.

Por otra parte, las obligaciones reales se presentan como accesorias de ciertas facultades,
porque al propio tiempo son correlativas de determinados derechos de otros sujeto. Por
ejemplo, en el usufructo tenemos a cargo del titular de ese derecho, la obligación accesoria
de formular un inventario y dar una fianza, a efecto de entrar en posesión de la cosa
usufructuada. Evidentemente que este deber jurídico supone la facultad en el nudo
propietario de exigir la garantía en cuanto a su derecho mismo, para que pueda, a la
extinción del usufructo, obtener la restitución de la cosa en debido estado, o reclamar daños
y perjuicios en caso contrario.

El embargo, como acto procesal, trabado en bienes del deudor, por su acreedor
quirografario, no confiere a éste derechos de carácter real, establece la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, ello en razón de que el embargo crea un derecho complementario
que viene a sumarse al derecho principal, con fines de garantía.

En cuanto a las concesiones de derecho administrativo, las mismas no crean un derecho


real, sino que si el derecho del concesionario es un derecho público administrativo en razón
que el acto de donde emana es un acto jurídico (la concesión) es indudable que, salvo
determinación expresa en la ley administrativa correspondiente, ese derecho público
administrativo, que puede considerarse como un bien que se agrega al patrimonio del
concesionario, no está sujeto por regla general, a la clasificación de los bienes de los
derechos de orden civil.

En cuanto a las concesiones primeras, que regidas por el artículo 27 constitucional y leyes
administrativas, cuyo sentido o espíritu y sistema que siguen se inclina a no conceder
derechos reales en el aprovechamiento de esos bienes, es de concluirse, que no hay
identidad o causación con o de derechos reales.

7.4 Enumeración.- Son derechos reales los siguientes:

La propiedad y la copropiedad
La posesión con ánimo de dominio
Usufructo
Uso
Habitación
Servidumbres
Hipoteca
Prenda
Anticresis
Censos

VIII. PROPIEDAD

8.1 Concepto.- Para Rojina Villegas es el poder jurídico que una persona ejerce en forma
directa e inmediata sobre una cosa para aprovecharla totalmente en sentido jurídico, siendo

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oponible este poder a un sujeto pasivo universal, por virtud de una relación que se origina
entre el titular y dicho sujeto.

Para Rafael de Pina el derecho de propiedad es aquel que autoriza al propietario de una
cosa para gozar y disponer de ella con las limitaciones que fijan las leyes.

El concepto clásico de propiedad establece que es el derecho real de usar, gozar y disponer
de los bienes en forma absoluta, exclusiva y perpetua.

El concepto moderno de la propiedad establece que es el derecho real más amplio, para
usar, gozar y disponer de las cosas, dentro del sistema jurídico positivo de limitaciones y
modalidades impuestas por el legislador de cada época.

8.2. Historia.- Los jurisconsultos romanos sólo se dedicaron a estudiar los beneficios que
obtenía de sus cosas el propietario, así distinguieron que el propietario tenía tres beneficios,
a saber:

- "Jus utendi" o "usus", que era la facultad de servirse de la cosa y de aprovecharse de los
servicios que pudiera rendir, fuera de sus frutos;

- "Jus fruendi" o "fructus", que era el derecho a recoger todos los frutos de la cosa sujeta a
propiedad;

- "Jus abutendi" o "abusus", que era el poder de consumir la cosa, y por extensión el
beneficio de disponer de ella de una manera total y definitiva, ya enajenándola, ya
destruyéndola.

Aún cuando pueda suponerse que los romanos hacían lo que querían con las cosas de su
propiedad, se establecieron limitaciones a ésta:

a). El propietario de un predio no podía construir o cultivar hasta el límite con la propiedad
vecina, la ley le imponía la necesidad de respetar entre su predio y el contiguo, una
superficie de 2 1/2 pies si se trataba de casas urbanas, y a ese espacio se le denominaba
"ambitus"; si los predios eran rústicos, se debían respetar 5 pies, y a ese espacio se le
designaba con el nombre de "confinium". Ahora bien sumados esos 2 1/2 pies de cada
predio, esto es 5 pies en la ciudad, y los 5 pies de cada terreno en el campo, que hacen 10
pies, no se podían adquirir por usucapión.

b). Si el predio lo atravesaba una corriente de agua, el propietario del predio no podía alterar
el curso de ella, si con esa alteración afectaba el abasto al vecino.
Al correr el tiempo esta concepción sufrió serios ataques, al grado de que se puede decir
que este tipo de propiedad ya no existe.

la moderna evolución económica, gracias al desarrollo del industrialismo, hizo mirar el


problema bajo un nuevo aspecto, y determinó otro conflicto.

Enfrente a la clase burguesa, que ha edificado su fortuna económica sobre la explotación


de inmensos terrenos baldíos, sobre la creación de grandes y poderosas industrias, sobre
la expansión del comercio mundial, está el proletariado, cuya fortuna y elevación se deben
a las mismas fuerzas y a los mismos fenómenos sociales.

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Este conflicto se refleja naturalmente también sobre el régimen de la propiedad: los
capitalistas quieren predominar el elemento individual de la propiedad; el proletariado, el
elemento colectivo; unos ponen en evidencia los beneficios del régimen de la libertad, otros
las del régimen de solidaridad.

Así, se evoluciona y el derecho positivo no protege el pretendido subjetivo del proletariado;


pero garantiza la libertad del poseedor de una riqueza para cumplir la función social que le
incumbe por el hecho mismo de esta posesión, y esto es por lo que, se puede decir, la
propiedad se socializa.

Nuestro Código Civil, en su artículo 16, señala: "Los habitantes del Distrito Federal tienen
obligación de ejercer sus actividades y de usar y disponer de sus bienes en forma que no
perjudique a la colectividad, bajo las sanciones establecidas en este código y en las leyes
relativas".

El artículo 840 del propio Ordenamiento señala: "No es lícito ejercitar el derecho de
propiedad de manera que su ejercicio no dé otro resultado que causar perjuicios a un
tercero, sin utilidad para el propietario”.

En el artículo 1152, se establece: "Los bienes inmuebles se prescriben: ...IV: Se aumentará


en una tercera parte el tiempo señalado en las fracciones I y III, si se demuestra, por quien
tenga interés jurídico en ello, que el poseedor de finca rústica no lo ha cultivado durante la
mayor parte del tiempo que la ha poseído, o que por no haber hecho el poseedor de finca
urbana las reparaciones necesarias, ésta ha permanecido deshabitada la mayor parte del
tiempo que ha estado en poder de aquél".

8.3. Concepto constitucional.- Las disposiciones de la Constitución en materia de propiedad


son las siguientes:

Otorga al estado un derecho originario de propiedad sobre las tierras y aguas comprendidas
dentro del territorio nacional y del derecho a enajenarlas para constituir la propiedad privada
(art. 27 párrafo primero).

Le concede también el derecho de expropiar por causa de utilidad pública mediante


indemnización (art. 27 párrafo segundo); da así mismo al Estado la facultad de imponer a
la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público (art. 27 párrafo tercero);
así como el de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales
susceptibles de apropiación, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza
pública, dictando al efecto las medidas necesarias para ordenar los asentamientos
humanos y establecer adecuadas provisiones, usos, reservas y destinos de tierras, aguas
y bosques, para evitar, entre otras cosas, los daños que la propiedad pueda sufrir (art. 27
párrafo tercero); le marca normas de políticas para conducirse en materia de propiedad,
entre las cuales está el fraccionamiento de latifundios, el desarrollo de la pequeña
propiedad rural (art. 27 párrafo tercero); reserva a la nación el dominio directo de ciertos
bienes (art. 27 párrafo cuarto y fracción II); y la propiedad de otras (art. 27 párrafo quinto y
fracción II); determina que la explotación, uso o aprovechamiento de los recursos naturales
renovables y no renovables (mineros) se hará por los particulares y por sociedades
constituidas conforme a las leyes mexicanas, sólo mediante concesión (art. 27 párrafo
sexto); limita a la capacidad para adquirir el dominio de tierras y aguas, a los extranjeros
(art. 27 fracción I); las asociaciones religiosas sólo tendrán derecho a adquirir, poseer o
administrar, exclusivamente, los bienes que sean indispensables para su objeto, con los

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requisitos y limitaciones que la ley establezca (art. 27 fracción II); igual régimen siguen las
instituciones de beneficencia, de investigación, de ayuda recíproca de los asociados (art.
27 fracción III); las sociedades mercantiles por acciones podrán ser propietarias de terrenos
rústicos, con las limitaciones que previene la propia Constitución y las leyes secundarias
(art. 27 fracción IV); los bancos sólo pueden ser propietarios de los inmuebles necesarios
para el cumplimiento de su objeto (art. 27 fracción V); los estados y el Distrito Federal, y los
municipios, tendrán plena capacidad para adquirir y poseer todos los bienes raíces
necesarios para los servicios públicos (art. 27 fracción VI); se reconoce la propiedad sobre
la tierra de los núcleos de población de ejidos y comunidades agrarias (art. 27 fracción VII);
se protege la integridad de la tierra de los grupos indígenas (art. 27 fracción VII); prohibe la
confiscación de bienes (art. 22); prohibe la privación de la propiedad, a no ser mediante
juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos en el que se cumplan las
formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con antelación
al hecho (art. 14); y se impide infringir molestia al propietario por cuenta de la autoridad,
salvo que el acto de ésta se exprese por escrito, que provenga de autoridad competente, y
que en el documento escrito que contenga la orden, se funde y motive la causa legal del
procedimiento (art. 16).

Como podemos apreciar, la propiedad privada deja de ser un derecho absoluto para
convertirse en un derecho limitado por el interés público.

La Constitución estructura el régimen jurídico de la propiedad con un alto contenido social,


aquí el concepto constitucional.

8.4. Derechos que confiere.- La propiedad implica como concepto, no solamente el dominio,
sino también la cosa sobre la que recae.

En cuanto a su alcance, la propiedad no es una suma de facultades, sino una unidad de


poderes conferidos al titular; no es una serie de facultades determinadas a priori, sino un
señorío general del que forman parte todos los poderes imaginables y no son sino
manifestaciones de plenitud, por lo cual no es posible enumerarlos, porque no es posible
enunciar lo que el propietario puede hacer, sino sólo lo que no puede hacer ya que el límite
le venga impuesto por las normas jurídicas (limitaciones y modalidades en nuestro
derecho), ya que se derive de la concurrencia de un derecho ajeno (Ruggiero).

Antiguamente, se consideraba que la propiedad implicaba, como facultades o derechos, el


usar, disfrutar, abusar, poseer, disponer y vindicar. En la actualidad, se le considera un
derecho unitario y abstracto.

8.5. Limitaciones.- Unas son dirigidas al beneficio de los particulares, otras de la


colectividad en general.

El Código Civil establece las siguientes:


a) En beneficio de particulares

Limitaciones al derecho de construir (arts. 839, 845, 846, 849, 851, y 853)
Limitación al derecho de disponer de agua (art. 937).
Servidumbres impuestas por la ley:

• De desagüe;
• De acueducto;

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• De paso: -abrevadero; andamio; y postes de teléfono-.

b) En beneficio social:

Limitación al derecho de enajenar (art. 834).


Limitación de no hacer, por uso abusivo del derecho real (art. 840)
Limitación al derecho de construir (art. 843).

Por lo que hace a las limitaciones en beneficio de los particulares:

1. Limitación derivada del artículo 839.- Dispone tal numeral: "En un predio no pueden
hacerse excavaciones o construcciones que hagan perder el sostén necesario al suelo de
la propiedad vecina; a menos que se hagan las obras de consolidación indispensable para
evitar todo daño a este predio".

Es una norma prohibitiva, pero que está condicionada pues impide ese tipo de obras, si no
se hacen los trabajos necesarios para evitar se causen daños a los predios vecinos.

En cuanto a los derechos que derivan de este artículo 839 en favor de los propietarios de
predios vecinos, tenemos las siguientes acciones:

• Acción de interdicto de obra nueva


• Acción contra hecho ilícito
• Acción de indemnización además, en cualquiera de las dos acciones anteriores.

La obra que realice el dueño del predio, puede ser "parada" por el dueño del predio vecino,
cualquier poseedor del predio dañado o próximo a dañarse, ya sea a título de arrendatario,
usufructuario u otro (art. 19 Código de Procedimientos Civiles), dispone el artículo 837 del
Código Civil, en los siguientes términos:

“El propietario o el inquilino de un predio tiene derecho de ejercer las acciones que procedan
para impedir que por el mal uso de la propiedad del vecino, se perjudiquen la seguridad, el
sosiego y la salud de los que habiten el predio”.

El derecho que confiere el artículo 839 al propietario del predio que quiere excavar o
construir, es que puede hacerlo, con sólo, cuando ello sea necesario, hacer las obras de
consolidación indispensables para evitar daño a ese predio.

Cabe mencionar que por tratarse de un hecho ilícito dejar de realizar las obras de
consolidación, hay responsabilidad solidaria entre el dueño del predio y el constructor
contratado para realizar las excavaciones y/o la construcción, según determina el artículo
1917 del Código Civil.

2. Limitación derivada del artículo 845.- Este artículo establece: “Nadie puede construir
cerca de una pared ajena o de copropiedad, fosos, cloacas, acueductos, hornos, fraguas,
chimeneas, establos; ni instalar depósitos de materias corrosivas, máquinas de vapor o
fábricas destinadas a usos que puedan ser peligrosos o nocivos, sin guardar las distancias
prescritas por los reglamentos, o sin construir las obras de resguardo necesarias con
sujeción a lo que prevengan los mismos reglamentos, o a falta de ellas, a lo que se
determine por juicio pericial”.

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3. La limitación derivada del artículo 846.- Esta norma dispone: “Nadie puede plantar
árboles cerca de una heredad ajena, sino a la distancia de dos metros de la línea divisoria,
si la plantación se hace de árboles grandes, y de un metro, si la plantación se hace de
arbustos o árboles pequeños”.

Con esto se trata de evitar daños a la propiedad vecina. En caso de no observarse esta
limitación, la ley confiere al propietario vecino que se vea dañado, el derecho que se
establece en el artículo 847, que señala: “El propietario puede pedir que se arranquen los
árboles plantados a menor distancia de su predio de la señalada en el artículo 846, y hasta
cuando sea mayor, si es evidente el daño que los árboles le causan”.

Aunado a ello, el artículo 848 determina: “Si las ramas de los árboles se extienden sobre
heredades, jardines o patios vecinos, el dueño de éstos tendrá derecho de que se corten
en cuanto se extiendan a su propiedad; y si fueren las raíces de los árboles las que se
extiendan en suelo de otro, éste podrá hacerlas cortar por sí mismo dentro de su heredad,
pero con previo aviso al vecino”.

4. Limitación derivada del artículo 849.- Reconoce una limitación al derecho de recibir “luz”,
la norma determina: “El dueño de una pared que no sea copropiedad, contigua a finca ajena,
puede abrir en ella ventanas o huecos para recibir luces a una altura tal que la parte inferior
de la ventana diste del suelo de la vivienda a que dé luz tres metros a lo menos, y en todo
caso con reja de hierro remetida en la pared y con red de alambre cuyas mallas sean de
tres centímetros a lo sumo”.

Sin embargo, el vecino puede tapar la ventana o toma de luz en el momento que le
convenga, pues la ley se le autoriza en el artículo 850 al disponer que: “...El dueño de la
finca o propiedad contigua a la pared en que estuvieran abiertas las ventanas o huecos,
podrá construir pared contigua a ella, o si adquiere la copropiedad, apoyarse en la misma
pared aunque de uno u otro modo, cubra los huecos o ventanas.

Ello implica que se puede tapar tales ventanas o huecos cuando se desee construir en el
lindero de las dos propiedades.

5. Limitación derivada del artículo 851.- Dicho numeral establece: “No se puede tener
ventanas para asomarse, ni balcones u otros voladizos semejantes, sobre la propiedad del
vecino, prolongándose más allá del límite que separa a las heredades. Tampoco pueden
tenerse vistas de costado u oblicuas sobre la misma propiedad, si no hay un metro de
distancia”.

Ello implica que cualquier individuo que se considere afectado, puede hacer valer el
derecho que le concede la ley, y meter en sus límites al que viola el dispositivo de este
artículo 851.

6. Limitación derivada del artículo 853.- Este artículo determina: “El propietario de un edificio
está obligado a construir sus tejados y azoteas de tal manera que las aguas pluviales no
caigan sobre el suelo o edificio vecino”.

7. Limitación derivada del artículo 937.- Dispone este dispositivo lo siguiente: ”El propietario
de un predio que sólo con muy costosos trabajos pueda proveerse del agua que necesite
para utilizar convenientemente ese predio, tiene derecho de exigir de los dueños de los

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predios vecinos que tengan aguas sobrantes, que le proporcionen la necesaria, mediante
el pago de una indemnización fijada por peritos”.

Esta norma establece una limitación al derecho de propiedad de los vecinos, sobre la idea
de “propiedad función social”.

Así, el dueño del predio vecino que tenga excedentes de agua y que tenga un vecino que
no se pueda proveer de agua, sino mediante de obras con muy alto costo, deberá de
entregar el agua excedente con el solo pago del valor de la misma, según peritos.

8. Limitación derivada de las servidumbres legales.- El artículo 1057 del Código Civil da el
concepto de lo que es el derecho real de servidumbre, que señala: “La servidumbre es un
gravamen (derecho) real impuesto sobre un inmueble en beneficio de otro perteneciente a
distinto dueño. El inmueble a cuyo favor está constituida la servidumbre, se llama predio
dominante; el que la sufre, predio sirviente”.

Y el artículo 1068 dispone:

"Servidumbre legal es la establecida por la ley, teniendo en cuenta la situación de los


predios y en vista de la utilidad pública y privada conjuntamente".

La ley establece tres tipos genéricos de servidumbres legales y son:

1a.- De desagüe
2a.- De acueducto
3a.- De paso

Constituyen una limitación al derecho de propiedad, porque implican un deber para el


propietario del predio sirviente, de permitir que otra persona, propietaria de un predio
vecino, realice determinada conducta sobre el fundo sirviente.

- Servidumbre legal de desagüe.- El artículo 1071 determina: "Los predios inferiores están
sujetos a recibir las aguas naturales, o como consecuencia de las mejoras agrícolas o
industriales que se hagan, caigan de los superiores, así como la piedra o tierra que arrastren
en su curso".

Se reconoce un hecho de la naturaleza, más que una servidumbre, pero establece el deber
del dueño del predio sirviente de tolerar una situación específica.

El artículo 1073 si contiene ya una servidumbre legal, y señala: "Cuando un predio rústico
o urbano se encuentra enclavado entre otros, estarán obligados los dueños de los predios
circunvecinos a permitir el desagüe del central. Las dimensiones y dirección del conducto
de desagüe, si no se ponen de acuerdo los interesados, se fijarán por el juez, previo informe
de peritos y audiencia de los interesados, observándose, en cuanto fuere posible, las reglas
dadas para la servidumbre de paso".
Los dueños de terrenos circunvecinos deben permitir el paso del canal desagüe sobre sus
predios.

- Servidumbre legal de acueducto.- Con relación a estas servidumbre y limitación, el artículo


1078 establece: "El que quiera usar agua de que pueda disponer, tiene derecho a hacerla

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pasar por los fundos intermedios, con obligación de indemnizar a sus dueños, así como a
los de los predios inferiores sobre los que se filtren o caigan las aguas".

En este artículo se marca la situación en que están los propietarios de ver limitada su
propiedad ya que no pueden impedir legalmente, que el propietario de otro predio, haga en
el de ellos las obras materiales necesarias para captar agua y llevarla al predio dominante.

- Servidumbre legal de paso.- El artículo 1097 manda: "El propietario de una finca o heredad
enclavada entre otras ajenas sin salida a la vía pública, tiene derecho de exigir paso, para
el aprovechamiento de aquélla, por las heredades vecinas, sin que sus respectivos dueños
puedan reclamarle otra cosa que una indemnización equivalente al perjuicio que les
ocasiones este gravamen".

Esta servidumbre legal de paso presenta tres especies, que son las de abrevadero de
ganado que regula el artículo 1105; de la andamio a que se refiere el artículo 1107, y la de
postes de teléfono, que determina el artículo 1108.

En cuanto a las limitaciones en beneficio de la sociedad, tenemos:

1.- Limitación derivada del artículo 834.- Tal numeral dispone: “Quienes actualmente sean
propietarios de las cosas mencionadas en el artículo 833 -las cosas que se consideren
como notables y características manifestaciones de nuestra cultura local, de acuerdo con
la ley especial correspondiente-, no podrán enajenarlas o gravarlas, ni alterarlas, en forma
que pierdan sus características, sin autorización del Gobierno del Distrito Federal”.

En caso de infracción a esta disposición, dice el artículo 835 que se castigará como delito,
de acuerdo con lo que disponga el Código de la materia.

2.- Limitación derivada del artículo 840.- Dispone lo siguiente: “No es lícito ejercitar el
derecho de propiedad de manera que su ejercicio no dé otro resultado que causar perjuicios
a un tercero, sin utilidad para el propietario”.

La ley determina una sanción para el propietario que olvida el uso racional que debe hacer
de su propiedad, para el propietario que no hace un uso racional en beneficio directo suyo,
pero si en perjuicio indirecto de la sociedad.

El caso sería, por ejemplo, que un vecino levantara un muro en su propiedad con la única
finalidad de tapar la luz a su vecino, supuesto en el cual estaría actuando ilícitamente.

Para configurar el uso abusivo de los derechos reales, es necesario:

a) Que se cause un daño al ejercitar un derecho.


b) Que el titular de ese derecho no obtenga ningún beneficio o utilidad con ese ejercicio.

3.- Limitación derivada del artículo 843.- Por último, el artículo referido señala: “Nadie puede
edificar ni plantar cerca de las plazas fuentes, fortalezas, o edificios públicos, sino
sujetándose a las condiciones exigidas en los reglamentos especiales de la materia”.
La razón de esta limitación es fácil de entender: permitiría al particular que hiciera esas
edificaciones o plantaciones a su arbitrio, cerca de estas instalaciones, para espiar los
movimientos de personal o tropas, con el consiguiente peligro para la seguridad del país.

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8.6. Protecciones.- La garantía y la defensa con que cuenta la propiedad en el sistema
jurídico mexicano son:

a) Garantías constitucionales consagradas en los artículos 27, 14, 16;


b) Respecto a su defensa ordinaria, tenemos:
b.a. Acción reivindicatoria
b.b. Acción plenaria de posesión
b.c. Interdictos

a).- El artículo 27 constitucional en su segundo párrafo determina que: “Las expropiaciones


sólo podrán hacerse por causa de utilidad pública y mediante indemnización”; más
adelante, en su fracción VI, señala: “... Las leyes de la Federación y de los Estados en su
respectivas jurisdicciones, determinarán los casos en que sea utilidad pública la ocupación
de la propiedad privada, y de acuerdo con dichas leyes la autoridad administrativa hará la
declaración correspondiente. El precio que se fijará como indemnización a la cosa
expropiada, se basará en la cantidad que como valor fiscal de ella figure en las oficinas
catastrales o recaudadoras, ya sea que este valor haya sido manifestado por el propietario
o simplemente aceptado por él de un modo tácito por haber pagado sus contribuciones con
esta base. El exceso de valor o el demérito ocurridos con posterioridad a la fecha de la
asignación del valor fiscal, será lo único que deberá quedar sujeto a juicio pericial y a
resolución judicial. Esto mismo se observará cuando se trate de objetos cuyo valor no esté
fijado en las oficinas rentísticas...”.

La expropiación es una garantía a la propiedad, pues:

1. Sólo se le puede privar al particular de un bien de su propiedad por causa de utilidad


pública.
2. El hecho de que el particular sepa que sólo se le puede privar de la propiedad de sus
bienes por causa de utilidad y mediante indemnización, es suficiente para establecer que
está legalmente reconocida su propiedad privada y consagrada al respecto de la misma.
3. Si bien se le puede privar de la propiedad de sus bienes, se le tiene que cubrir
necesariamente lo que la ley designa como indemnización, que es el equivalente en
dinero del valor de la cosa de lo cual se le va a privar.
4. Al estar consagrada esta figura en la parte dogmática de la constitución, podemos
afirmar que es una garantía a la existencia de la propiedad privada.

Además, en el artículo 831 del Código Civil se indica: “La propiedad no puede ser ocupada
contra la voluntad de su dueño sino por causa de utilidad pública y mediante
indemnización”, y existe la ley de expropiación.

El artículo 14 constitucional, en su segundo párrafo determina: “Nadie podrá ser privado de


sus... propiedades... sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente
establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y
conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho”.

Esto es la llamada garantía de audiencia, que comprende: los juicios; tribunales


previamente establecidos; y las formalidades esenciales del procedimiento.

En cuanto al juicio, debemos de decir que no sólo abarca el proceso judicial, sino también
el procedimiento administrativo, así la afectación debe ser siempre posterior al proceso
judicial o al procedimiento administrativo.

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Respecto a los tribunales previamente establecidos se refiere a que estas deben estar
constituidos por leyes expedidas con anterioridad a los hechos que se cuestionan.

Las formalidades esenciales del procedimiento, se refieren a aquellas que otorguen la


oportunidad de defensa a los afectados.

Bajo estos principios la afectación a la propiedad sólo puede surgir de un proceso o


procedimiento en que se hayan seguido estos principios.

Por último, el artículo 16 constitucional en su primer párrafo determina: “Nadie puede ser
molestado en su(s)... posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad
competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento”.

Este dispositivo constitucional tiene como finalidad proteger a las personas frente actos
arbitrarios de la autoridad que pudieren afectar sus derechos, entre ellos, el de propiedad.

Así, otorga una seguridad personal y real, real porque las molestias de que habla se refiere
a las cosas que las personas poseen, incluyendo en ello el allanamiento de morada, el
registro de papeles o la privación de sus bienes.

b) Respecto a la defensa ordinaria, tenemos:

b.a. La acción reivindicatoria, que se define como la acción mediante la cual el propietario
que no posee materialmente su cosa, hace efectivo su derecho de persecución contra el
poseedor material, pero no propietario de la cosa.

El Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal la regula en sus artículos 4º al


8º.

Para que proceda el ejercicio de la acción reivindicatoria, se necesita:

a) Que el actor acredite ante la autoridad judicial, ser el propietario de la cosa que se trate
o pretende reivindicar.
b) Que la cosa que se pretende reivindicar la posea el demandado.
c) Acreditar la identidad de la cosa, o sea que no pueda dudarse cual es la cosa que se
pretende reivindicar, y que es precisamente a la que se refieren los documentos
fundatorios de la acción.

La sentencia que se dicte en el juicio reivindicatorio producirá un doble aspecto:

1).Uno declarativo de que se tiene un derecho real de propiedad sobre la cosa.


2). Uno condenatorio de que la cosa le debe ser devuelta con todos sus frutos y accesiones
a su dueño.

b.b. Acción plenaria de posesión o publiciana se concede, señala el artículo 9º del Código
de Procedimientos Civiles del Distrito Federal, al adquirente con justo título y de buena fe y
le compete la acción para que, aun cuando no haya prescrito, le restituya la cosa con sus
frutos y accesiones, en los términos del artículo 4º, el poseedor de mala fe; o el que teniendo
título de igual calidad ha poseído por menos tiempo que el actor. No procede esta acción

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en los casos en que ambas posesiones fueren dudosas o el demandado tuviere su título
registrado y el actor no, así como contra el legítimo dueño.

El actor debe probar los siguientes elementos: 1. Que tiene justo título para poseer. 2. Que
es de buena fe. 3. Que el demandado posee el bien a que se refiere el título. 4. Que es
mejor el derecho del actor para poseer que el que alega el demandado. Para este efecto,
el juzgador debe examinar cuál de los títulos invocados por las partes es mejor para
acreditar el derecho a la posesión civil.

b.c. El interdicto, al igual que la acción plenaria de posesión, se otorga como una defensa
a la posesión.

La palabra interdicto quiere decir “mientras se dice”, o mientras se resuelve sobre un


derecho en su acepción jurídica.

El interdicto se ejercita a través de un juicio que va a resolver sólo en forma provisional


sobre la materia posesoria y no va a juzgar en definitiva problemas de propiedad.

La Suprema Corte ha sostenido sobre esto lo siguiente: “Los interdictos... a lo que tienden
es a proteger la posesión interina del promovente, bien que se trate de adquirir, de retener
o de recuperar tal posesión, puesto que su real y positiva finalidad no es resolver en
definitiva acerca de la posesión a favor del que obtiene el interdicto, sino sólo momentánea,
actual e interinamente, dado que después de la protección así obtenida mediante sentencia
judicial, puede muy bien discutirse la posesión definitiva en el juicio plenario
correspondiente, e inclusive la propiedad en el reinvindicatorio, sin que en forma alguna la
resolución interdictal pueda invocarse en estos juicios con autoridad de cosa juzgada”.

8.7. Formas de adquirir la propiedad.- a) Adquisición a título universal.- Cuando se recibe


la totalidad de un patrimonio, o una parte alícuota de ese patrimonio, se adquiere a título
universal.

En este caso, el adquirente de la totalidad o una parte alicuota de un patrimonio, obtiene


sin duda los derechos reales que forman parte de él, pero de igual manera se adquieren en
la misma proporción las deudas u obligaciones que graven ese patrimonio, Ejemplo: La
herencia.

b). Adquisición a título particular: Se realiza cuando una persona adquiere de otra un bien
específico y determinado. Ejemplo: compra venta.

c). A título oneroso.- Se verifica cuando el adquirente para hacer que ingrese a su
patrimonio la propiedad de una cosa, está en la necesidad de satisfacer una
contraprestación al causante o enajenante. Ejemplo: compra venta.

d). A título gratuito.- Tiene lugar cuando el adquirente de la propiedad no está en la


necesidad de dar contraprestación alguna a su causante.

e). Por acto inter vivo.- Se verifica por medio de cualquier contrato traslativo de dominio:
compra venta, permuta, donación o mutuo.

f). Por mortis causa.- Tiene lugar la adquisición de la propiedad por sucesión testamentaria
o intestamentaria.

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g). Forma originaria.- La única forma originaria es la ocupación, que es la Forma material
de una cosa corpórea que nunca haya tenido dueño, con el ánimo de venir a ser propietario
de esa cosa.

Se distingue de la usucapión o prescripción adquisitiva, en que está última es una forma de


adquirir derechos reales sobre una cosa, la cual debe poseer en forma pública, pacífica,
continua y a título de dueño, durante el tiempo que la ley establece.

Como podemos apreciar, su diferencia radica en que en la ocupación, la cosa nunca debe
haber tenido dueño; en la usucapión la cosa necesariamente debe tener un dueño, y estar
en poder de otra persona que no es el dueño, sino que es el poseedor simplemente; y, en
la ocupación con la sola toma jurídica de la cosa, se adquiere la propiedad, en cambio en
la usucapión precisa de un lapso determinado que fija la ley, para que la posesión que se
tiene de la cosa, se pueda convertir en un derecho real de propiedad u otro.

G), Formas comunes o derivadas.- Son siete, a saber: Contrato, adjudicación, tradición,
accesión, ley, posesión - usucapión y herencia.

1.- Contrato.- Acuerdo de dos o más voluntades para crear o transferir derechos y
obligaciones (art. 1793 del C.C.), sólo es trascendente para las formas de adquirir la
propiedad, cuando se trata de traslativos de dominio: Compraventa, permuta, donación y
mutuo.

2.- Adjudicación.- Que es el acto jurídico de esencia administrativa, en virtud del cual se
atribuye la propiedad u otro derecho real, por la autoridad judicial o administrativa
competente, a favor de persona diversa a la que se ostenta como titular.

3.- Tradición.- Referido en particular a la forma de adquisición de la propiedad, es la entrega


real o material, jurídica o virtual de un derecho real que hace su titular a otra persona, se
produzca o no la transferencia de la propiedad de éste.

Así, es una forma auxiliar o complementaria de adquirirlas, como pasa específicamente con
la entrega de la cosa en la compraventa; pero es forma principal, en los contratos reales,
como la prenda o la compraventa de títulos de crédito al portador.

4.- La accesión.- Que es el derecho por virtud del cual, el titular de derecho real de
propiedad, hace suyo todo lo que la cosa produce, o se le une o incorpora natural o
artificialmente.

5.- La ley.- Son cuatro casos en los que la ley produce la adquisición de derechos reales,
en las tres primeras cosas se adquiere la propiedad, y en el último el usufructo:

A.- El tesoro descubierto en terreno ajeno, por obras practicadas sin consentimiento del
dueño, pertenece íntegramente a éste (art. 881 del C.C.). No hay accesión, pues nunca un
tesoro se considera como fruto de una finca y los frutos se adquieren por accesión (art. 875
del .C.C.).

B.- En el caso en que se celebra un contrato con objeto ilícito, la Beneficencia Pública
adquiere el 50% de lo que se hubiere dado, por el solo mandato de la ley (art. 1895 del
C.C.).

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C.- También opera la ley como forma autónoma de adquirir derechos reales, en el caso de
sucesión intestamentaria. Así, el artículo 1602 del Código Civil determina: “Tiene derecho
a heredar por sucesión legítima (intestamentaria): I.- Los descendientes, cónyuges,
ascendientes, parientes colaterales dentro del cuarto grado y la concubina o el
concubinario, si se satisfacen en este caso los requisitos señalados por el artículo 1635; II.-
A falta de las anteriores, la Beneficencia Pública”.

D.- Es el usufructo legal que respecto de los bienes que el menor hubiere adquirido por un
medio diverso a su trabajo, tienen en su favor los ascendientes (padres o abuelos) que
ejerzan sobre él la patria potestad.

6. Posesión - usucapión.- Como forma dual de adquirir, debemos estudiarlas, ya que ambas
instituciones unidas permiten adquirir los derechos reales.

El Código Civil en su artículo 790 determina que: “Es poseedor de una cosa el que ejerce
sobre ella un poder de hecho, sobre lo dispuesto en el artículo 793. Posee un derecho el
que goza de él”.

Y por su parte, la usucapión, que nuestro Código llama prescripción adquisitiva o positiva,
se define en el artículo 1135 como: “Prescripción es un medio de adquirir bienes o de
librarse de obligaciones, mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las condiciones
establecidas por la ley”.

De lo anterior, se aprecia que hay dos tipos de prescripción:

a). La que sirve para adquirir bienes, mediante el transcurso del curso de cierto tiempo y
bajo las condiciones establecidas por la ley;

b). La que sirve para liberarse de obligaciones, mediante el transcurso del tiempo y bajo las
condiciones establecidas por la ley.

La primera se designa por el Código Civil como prescripción adquisitiva o positiva, y es la


usucapión; a la segunda la designa con el nombre de prescripción liberatoria o negativa, y
es la verdadera prescripción.

La posesión tiene en la vida jurídica diversas funciones, y así se puede afirmar que ella es:

1. Contenido de un derecho.- Sin duda que la posesión constituye el contenido de cualquier


derecho real, toda vez que ella es el medio necesario para realizar todos los fines que
permite el derecho mismo. Así, el propietario de una cosa puede ejercitar todos los atributos
inherentes a su derecho, en tanto en cuanto es al mismo tiempo poseedor de la cosa.

La prueba de esto se tiene en que, cuando un propietario pierde su cosa, al intentar la


acción reivindicatoria, lo que busca primero es recuperar la posesión de la misma, ya que
esa posesión es la que le da contenido a su derecho de propiedad.

2.- La posesión es requisito para el nacimiento de un derecho.- Cuando se adquiere una


cosa, el requisito previo para que en verdad se tenga el derecho real que sobre ella se
ejercerá, es el tener la posesión de la cosa misma. Así, cuando una persona recibe un bien
de alguien que no es su propietario, pero quien lo recibe así lo cree, para que al tiempo y

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por medio de la usucapión se pueda convertir en propietario, es indispensable y requisito
ineludible el que tenga la posesión de la cosa.
Aquí la posesión sirve o desempeña la función jurídica de punto de partida para adquirirlo.

3.- La posesión fundamento de un derecho.- La posesión, en sí misma, con independencia


del dominio o de otro factor extraño merece el amparo de la ley. Cualquiera sea su
naturaleza, nadie puede turbarla. Contra el que así procede, o frente al que priva de ella a
quien la ejerce, existen remedios ante los tribunales. Es pues, un derecho autónomo; o si
se prefiere, sirve de fundamento para un derecho.

La posesión en derecho mexicano se refiere no sólo a las cosas materiales, sino también a
las cosas inmateriales como los derechos. Se puede referir la posesión a todo tipo de
derechos pecuniarios, y aún no pecuniarios, como los derechos de familia. (Ver artículo 341
del C.C.).

De las cosas que no son susceptibles de posesión, no pueden poseerse para el efecto de
pretender después la propiedad de las mismas, podemos señalar las siguientes:

a) Las cosas o bienes de dominio público de la Federación.


b) Los universales, aunque si las bienes que las integran.
c) Los derechos que no sean susceptibles de apropiación (art. 794 del C.C.)

Para que un poseedor, llegado el momento, se pueda convertir en propietario de la cosa


que posee, es necesario que su posesión tenga las siguientes cualidades:

a). Debe ser una posesión pacífica.- Artículo 823 del Código Civil: “Posesión pacífica es la
que se adquiere sin violencia.
b). Debe ser una posesión continua. Artículo 824 del Código Civil: “Posesión continua es la
que no se ha interrumpido por alguno de los medios enumerados en el capítulo V, Título
VII, de este libro (arts. 1168 y siguientes del Código Civil).
c). Debe ser una posesión pública. Artículo 825 del Código Civil: “Posesión pública es la
que se disfruta de manera que pueda ser conocida de todos. También lo es la que está
inscrita en el Registro Público de la Propiedad”.
d). Debe ser una posesión a título de dueño.- Artículo 826 del Código Civil: “Sólo la posesión
que se adquiere y disfruta en concepto de dueño de la cosa poseída puede producir la
prescripción”.

Dentro de los efectos de la posesión, podemos señalar los efectos “pro suo” (derivan de la
posesión considerada en sí misma), que se manifiestan de la siguientes formas:

A.- La posesión de un inmueble, da la presunción de poseer los muebles en él contenidos


(art. 802 del C.C.).
B.- La posesión de una cosa hace que se presuma propietario al poseedor (art. 798 del
C.C.).
C.- Se presume que quien posee hoy y acredita que poseyó anteayer, poseyó ayer (art. 801
del C.C.).
D.- El poseedor no tiene que probar las anteriores presunciones; quien quiera destruirlas
debe probarlo.

Y, efectos principales, que se manifiestan en:

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a) La protección a la posesión se contiene en los artículos 14 y 16 constitucionales; los
interdictos y en la acción plenaria de posesión.
b). Adquisición de frutos.- Este segundo efecto principal varía según que el poseedor sea
de buena fe o de mala intención, y así el artículo 810 dispone: “El poseedor de buena fe
que haya adquirido la posesión por título traslativo de dominio (por título debemos entender
la causa generadora de la posesión), tiene los derechos siguientes: I.- El de hacer suyos
los frutos percibidos mientras su buena fe no es interrumpida; II.- El de que se le abonen
todos los gastos necesarios lo mismo que los útiles, teniendo derecho de retener la cosa
poseída hasta que se le haga el pago; III.- El de retirar las mejoras voluntarias, si no se
causa daño en la cosa mejorada, o reparando el que se cause al retirarlas; IV.- El que se le
abonen los gastos hechos por él para la producción de los frutos naturales o industriales
que no hace suyos por estar pendientes al tiempo de interrumpirse la posesión; teniendo
derecho al interés legal sobre el importe de esos gastos desde el día que los haya hecho”.

Por gastos necesarios, según el artículo 817 del Código Civil, debemos entender: “Son
gastos necesarios los que están prescritos por la ley, y aquellos sin los que la cosa se pierde
o desmejora”.

Los gastos útiles son aquellos, que sin ser necesarios, aumentan el precio o producto de la
cosa (art. 818 del C.C.).

Por último, son gastos voluntarios los que sirven sólo al ornato de la cosa, o al placer o
comodidad del poseedor (art. 819 del C.C.)

Si la cosa se posee de mala intención, con título, por menos de un año, y sin delito, dispone
el artículo 812 del Código Civil: “El que posee por menos de un año, a título traslativo de
dominio y con mala fe, siempre que no haya obtenido la posesión por medio delictuoso,
está obligado”:

I. A restituir los frutos percibidos;


II. A responder de la pérdida o deterioro de la cosa sobrevenidos por su culpa o por caso
fortuito o fuerza mayor, a no ser que pruebe que éstos se habrían causado aunque la cosa
hubiere estado poseída por su dueño. No responde de la pérdida sobrevenida naturalmente
e inevitablemente por el sólo transcurso del tiempo. Tiene derecho a que se le rembolsen
los gastos necesarios”.

Y si el poseedor es de mala intención, pero por más de un año, cambia su situación ante la
ley, y dice el artículo 813 del Código Civil: “El que posee en concepto de dueño por más de
un año, pacífica, continua y públicamente, aunque su posesión sea de mala fe, con tal que
no sea delictuosa, tiene derecho”:

I. A las dos terceras partes de los frutos industriales que haga producir a la cosa poseída,
perteneciendo la otra tercera parte al propietario, si reivindica la cosa antes de que se
prescriba;
II.- A que se le abonen los gastos necesarios y a retirar las mejoras útiles, si es dable
separarlas sin detrimento de la cosa mejorada. No tiene derecho a los frutos naturales y
civiles que produzcan la cosa que posee, y responde la pérdida o deterioro de la cosa
sobrevenidos por su culpa”.

Por último, al poseedor de la cosa que la haya adquirido en forma delictuosa, el artículo 814
del Código Civil lo sanciona en los siguientes términos: “El poseedor que haya adquirido la

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posesión por algún hecho delictuoso, está obligado a restituir todos los frutos que haya
producido la cosa y las que haya dejado de producir por omisión culpable. También tiene la
obligación impuesta por la fracción II del artículo 812”.
Para mejor comprensión de lo anteriormente expuesto, son frutos industriales los que
producen las heredades y fincas de cualquier especie, mediante el cultivo o trabajo (art.
890 del C.C.)

Son frutos civiles los alquileres de los bienes muebles, las rentas de los inmuebles, los
réditos de los capitales y todo aquello que no siendo producidos por la misma cosa
directamente, vienen de ella por contrato, por última voluntad o por la ley (art. 893 del C.C.).
Son frutos naturales las producciones espontaneas de la tierra, las crías y demás productos
de los animales (art. 888 del C.C.)

c). Adquisición por usucapión de la propiedad.- Para los efectos de la usucapión del derecho
real de propiedad es especial, debemos entender por usucapión: Una forma de adquirir el
derecho real de propiedad, mediante la posesión de la cosa en que recae, en una forma
pacífica, continua, pública y a título de dueño, por todo el tiempo que la ley pide.

Como lo hemos mencionado, la usucapión es una forma de adquirir la propiedad y demás


derechos reales, a través de una posesión suficientemente prolongada y cumpliendo con
los demás requisitos que marca la ley.

En cambio, por prescripción, aún cuando nuestro Código Civil las confunde, debemos
entender el derecho que la ley establece a favor del deudor, para excepcionarse
válidamente, y sin responsabilidad, de cumplir con su prestación, o para exigir a la autoridad
competente, la declaración de que ya no se le puede cobrar en forma coactiva la prestación,
cuando ha transcurrido el plazo que otorga la ley al acreedor para hacer efectivo su derecho.

En cuanto a las características de la cosa y requisitos de la posesión para que se pueda


usucapir, debemos señalar que: una cosa para que sea materia de usucapión debe cumplir
con dos requisitos:

a). Debe ser una cosa presente. Las cosas futuras no son susceptibles de usucapirse.
b). Debe estar dentro del comercio.

Por lo que hace a la posesión de la cosa, dice el artículo 1151 del Código Civil, debe ser en
concepto de propietario; pacífica; continua; y pública.

En cuanto a los plazos para usucapir, a través de la posesión de una cosa y con la
usucapión, el poseedor se convierta en propietario de la misma, se dan en los artículos
1152 y 1153 del Código Civil. El primero señala: “Art. 1152.- Los bienes inmuebles se
prescriben: I.- En cinco años, cuando se poseen en concepto de propietario, con buena fe,
pacífica, continua y públicamente; II.- En cinco años, cuando los inmuebles hayan sido
objeto de una inscripción de posesión; III.- En diez años, cuando se poseen de mala fe, si
la posesión es en concepto de propietario, pacífica, continua y pública; IV.- Se aumentará
en una tercera parte el tiempo señalado en las fracciones I y III, si se demuestra, por quien
tenga interés jurídico en ello, que el poseedor de finca rústica no la ha cultivado durante la
mayor parte del tiempo que la ha poseído, o que por no haber hecho el poseedor de finca
urbana las reparaciones necesarias, ésta ha permanecido deshabitada la mayor parte del
tiempo que ha estado en poder de aquél”.

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Y el 1153 del Código Civil, establece: “Los bienes muebles, se prescriben en tres años
cuando son poseídos con buena fe, pacífica y continuamente. Faltando la buena fe, se
prescribirán en cinco años”.

El Código Civil adoptó el sistema español para el cómputo de la usucapión y de la


prescripción también, el artículo 1179 del Código en consulta menciona que: “El día en que
comienza la prescripción se cuenta siempre entero, aunque no lo sea; pero aquel en que la
prescripción termina, deber ser completo”.

Y agrega el artículo 1180 lo siguiente: “Cuando el último día sea feriado, no se tendrá por
completa la prescripción, sino cumplido el primero que siga, si fuere útil”.

El sistema general de hacer el cómputo, lo establece el artículo 1176 que refiere: “El tiempo
para la prescripción se cuenta por años y no de momento a momento, excepto en los casos
en que así lo determine la ley expresamente”.

Completándose esta noción con lo previsto en el artículo 1177 que señala: “los meses se
regularán con el número de días que les correspondan”.

Herencia.- El artículo 1281 del Código Civil establece que: “Herencia es la sucesión en
todos los bienes del difunto y en todos sus derechos y obligaciones que no se extinguen
por la muerte”.

Una mejor definición de esta institución es: “Herencia es la sucesión en todos los bienes,
derechos y obligaciones que fueron del autor de la misma, y que no se extinguen con su
muerte”.

Como notas distintivas de la herencia o sucesión “mortis causa”; tenemos:

1. Sólo rige respecto de los bienes de aquellos que fueron personas físicas. No
respecto de las que fueron personas morales.
2. Sólo produce efectos “mortis causa”.
3. Constituye un juicio universal.
4. Es esencialmente gratuita.
5. No constituye una persona moral.

El proceso judicial sucesorio, sea testamentario o intestamentario, concluye con una


sentencia de adjudicación, por lo cual los herederos adquieren la propiedad de los bienes
que específicamente se les hubieren asignado en el proyecto de partición, y de esta manera
se aprecia como la herencia o sucesión sirvió para adquirir la propiedad, aunque no sólo
ésta, sino también los demás derechos que formaron el acervo hereditario.

8.8. Formas de extinguir.- Son causas de extinción de la propiedad: La prescripción, la


nulidad, la rescisión, la pérdida de la cosa y el cumplimiento de la condición resolutoria.

Por lo que hace a la prescripción, podemos señalar que respecto a la extinción de la


propiedad, será la prescripción negativa, misma que podemos definir, para estos fines,
como una forma de extinción de los derechos reales o personales, por el no ejercicio de los
mismos dentro de los plazos generales o especiales que señala la ley, con las excepciones
que la misma consagra.

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La nulidad es una forma de extinción de la propiedad, cuando el acto jurídico que genera la
propiedad adolece de algún vicio, no produce efectos, o bien, los efectos provisionales que
existan, se destruirán retroactivamente, cuando se pronuncie la sentencia de nulidad; y,
consecuentemente, la propiedad pretendida por el acto jurídico nulo, se extingue. Sobre
este particular, hay opiniones encontradas.
La rescisión se presenta cuando la propiedad tiene como fuente un contrato. El efecto
jurídico de la rescisión es el de extinguir el derecho real de propiedad y volver las cosas al
estado anterior al contrato rescindido.

En cuanto a la pérdida de la cosa, es una causa fundamental de la extinción de la propiedad,


siendo ésta un poder jurídico que se ejerce sobre bienes determinados, cuando el bien se
pierde o perece, falta el objeto sobre el cual pueda recaer el derecho de propiedad, y
consecuentemente, éste se extingue.

Por último, la condición resolutoria, acontecimiento futuro de realización incierta, que


cumplido, resuelve la obligación. En este sentido, si el contrato que genera a la propiedad
se sujetó a una condición resolutoria y ésta se cumple, el contrato se resolverá, por lo que
la propiedad se extinguirá.

8.9. Panorama actual.- Consideramos que la propiedad está llamada a cumplir con una
función social específica, cuya tendencia cada vez se profundiza más, de donde resulta que
prevalecerá en los términos que hemos señalado.

IX. COPROPIEDAD Y CONDOMINIO.

9.1. Concepto: El artículo 938 del Código Civil determina que: “Hay copropiedad cuando
una cosa o un derecho (cotitularidad) pertenece pro-indiviso a varias personas”.

La expresión pro-indiviso significa “Sin división material de partes”, por lo que la


copropiedad, según señalamiento de nuestro Código Civil (art. 938), se puede definir como:
“Hay copropiedad cuando una cosa o un derecho pertenece sin división material de partes,
a varias personas”.

Por condominio, debemos entender una modalidad de la propiedad, en donde el dueño no


lo es íntegro del terreno sobre el cual se levanta el edificio, ni de las paredes maestras, ni
de los pasillos, ni de los elevadores, ni en fin, de todo este conjunto de cosas comunes que
le dan servicio a esta especial forma de condominio, pero es dueño absoluto y exclusivo en
lo que se refiere a su piso, pues nadie pude interferir en el área propia de su piso, nadie
puede impedirle que hipoteque, grave o enajene su propiedad.

En esta hipótesis, cada propietario tiene un derecho singular y exclusivo de propiedad sobre
su piso, departamento, vivienda o local y, además, un derecho de copropiedad sobre los
elementos y partes comunes.

9.2. Diferencias.- En la copropiedad hay: Pluralidad de sujetos titulares del derecho real de
propiedad; en el condominio o propiedad por pisos u horizontal, el propietario lo es singular
y exclusivo respecto a su piso o edificación, pero es copropietario de los elementos o partes
comunes.

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- Hay unidad física del objeto con la copropiedad, en el condominio hay pisos o
edificaciones independientes, que se alimentan o aprovecha de elementos y partes
comunes del inmueble totalmente considerado, necesarios para su adecuado uso y
disfrute, tales como el suelo, los cimientos, sótanos, muros de carga o paredes
maestras, patios, pozos, escaleras, elevadores, corredores, cubiertas, canalizaciones,
desagües, servidumbres, jardines comunes, patios de recreo, pequeños parques o
alamedas, etcétera.

- Cuotas ideales, cuotas parte, parte alícuota, o partes indivisas o pro indiviso a cada
copropietario en la copropiedad; en el condominio, la propiedad es singular y exclusiva
del piso o edificación del condominio, que sólo es copropietario de las partes y
elementos comunes.

- La copropiedad puede referirse a bienes muebles y el condominio se refiere sólo a


bienes inmuebles.

9.3. Creación y extinción.- a). La copropiedad puede crearse por contrato, por herencia o
por un acto unilateral, cuando se trata de un acto jurídico, y si procede de un hecho jurídico
puede ser por ocupación, accesión* o prescripción.

*Accesión: Derecho por virtud del cual el titular del derecho real de propiedad, hace suyo
todo lo que la cosa produce, o se le une o incorpora natural o artificialmente.

La extinción de la copropiedad.- La copropiedad se extingue por prescripción, perdida de la


cosa, por condición resolutoria, por consolidación o reunión de todas las cuotas en un solo
copropietario y por la división de la cosa común (art. 976 del C.C.).

En cuanto a la constitución del régimen de propiedad condominal, se le denominará


condominio al grupo de departamentos, viviendas, casas, locales o naves de un inmueble,
construidas en forma vertical, horizontal o mixta, susceptibles de aprovechamiento
independiente por tener salida propia a un elemento común de aquél o a la vía pública y
que pertenecieran a distintos propietarios, los que tendrán un derecho singular y exclusivo
de propiedad sobre su unidad de propiedad exclusiva, y, además, un derecho de
copropiedad (pro indiviso) sobre los elementos y partes comunes del inmueble, necesarios
para su adecuado uso o disfrute (art. 3º de la Ley de Propiedad en Condominio de
Inmuebles para el Distrito Federal).

La constitución de este régimen es un acto jurídico formal que el propietario o propietarios


de un inmueble, instrumentarán ante un Notario Público declarando su voluntad de
establecer esa modalidad de propiedad para su mejor aprovechamiento, y en el que dos o
más personas teniendo un derecho privado, utilizan y comparten áreas o espacios de uso
y propiedad común asumiendo el uso del inmueble en forma conveniente y adecuada para
todas y cada uno, sin demérito de su propiedad exclusiva. (art. 4º de la Ley en consulta).

Los condominios, de acuerdo con sus características de estructura y uso, podrán ser:

I.- Por su uso: Condómino vertical.- Edificios de varios niveles con áreas y elementos
comunes; condominio horizontal.- Construcciones horizontales, en las cuales se puede o
no compartir su estructura y medianería, siendo copropietario para el uso y disfrute de las
áreas del terreno, construcciones e instalaciones de uso común, y condominio mixto:
Formado por condominios verticales y horizontales, que pueden estar constituidos por

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grupos de unidades de propiedad exclusiva como: edificios, cuerpos, torres, manzanas,
secciones o zonas.

II.- Por su uso: Habitacional: Las destinadas a la vivienda; Comercial o de servicios: Las
unidades de propiedad exclusiva están destinadas al giro o servicio que corresponda según
su actividad; Industrial: Las unidades de propiedad exclusiva se destinan a actividades
propias del ramo; y mixtas: Las unidades privadas son dedicadas a dos o más de los usos
señalados.

III.- Son condominios por sus características sociales: Los destinados predominantemente
a la vivienda de interés social y popular, conforme con la legislación aplicable; y aquellas
que por las características socio-económicas de sus condóminos sean reconocidas por la
autoridad correspondiente como tales. (arts. 5º y 6º de la Ley en comento).

En cuanto a la extinción de la propiedad en condominio, se extingue por prescripción,


pérdida de la cosa, por condición resolutoria y nulidad como causas generales; y como
causas especiales por la extinción voluntaria del régimen de propiedad en condominio, que
se acordará en asamblea general extraordinaria a la que debe asistir la mayoría simple de
los condóminos y requerirá de un mínimo de votos que represente el 75% del valor total del
condominio y la mayoría simple del número total de condóminos para que sean válidas sus
resoluciones (art. 14 de la Ley en cita), y por la ruina del condominio, la asamblea general
extraordinaria con la asistencia mínima de la mayoría simple del total de condóminos y por
un mínimo de votos que representen el 51% del valor total del condominio y la mayoría
simple del número total de condóminos (art. 83 inciso b) de la Ley en cita).

9.4. Reglamentación jurídica.- Su regulación se contiene, principalmente, en el Código Civil


y la Ley de Propiedad en Condominio de Inmuebles para el Distrito Federal, y diversas
reglamentaciones de carácter administrativo.

9.5. Nuevas formas de propiedad colectiva.- Por disposición del artículo 76 de la Ley de
Propiedad en Condominio de Inmuebles para el Distrito Federal, se declara de orden
público e interés social la constitución del régimen de propiedad en condómino destinado ,
total o mayoritariamente, a la vivienda de interés social o popular. Para ello, a través de su
administrador, podrá solicitar a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda la emisión de
la constancia oficial que lo acredite dentro de la clasificación de vivienda de interés social y
popular para el pago de cualquier servicio o impuesto, cuya cuota esté sujeta a una
clasificación económica; solicitar su incorporación a programas de la administración pública
para apoyar la construcción de infraestructura urbana en colonias, con el fin de obtener
recursos para el mejoramiento y reparaciones mayores de las áreas comunes del
condominio y celebrar diversos convenios con la autoridad (art. 76 y 77 de la Ley referida).

Bajo estos supuestos, consideramos que este tipo de modalidad de la propiedad de


condominio, bajo la clasificación comentada, será en el futuro la forma de propiedad
colectiva de mayor extensión que tendremos.

X. USUFRUCTO, USO Y HABITACIÓN.

10.1. Concepto.- Por usufructo debemos entender, señala el artículo 980 del Código Civil:
“...el derecho real y temporal de disfrutar los bienes ajenos”.

Dentro de sus características, podemos anotar:

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a). Es un derecho real, temporal.- El artículo 986 del Código Civil determina: “Es vitalicio el
usufructo si en el título constitutivo no se expresa lo contrario”.

Así, lo contrario no significa que pueda ser mayor que “vitalicio”, lo que quiere decir que
sólo podrá durar menos que una vida humana, pero no más que ésta, salvo contadas
excepciones.

b). El usufructo es una derecho real “intuitu personel”.- El usufructo es un derecho que se
constituye en atención a la persona del usufructuario, y por ello se trata de un derecho que
si bien es posible lo aproveche otra persona diversa del usufructuario, si fallece éste, o al
extinguirse su derecho de usufructo, por regla general se debe también extinguir el derecho
de cualquier otra persona que pudiera estar gozando de la cosa. Así el artículo 1002 del
Código Civil dispone: “El usufructuario puede gozar por sí mismo de la cosa usufructuada.
Puede enajenar, arrendar y gravar su derecho de usufructo, pero todos los contratos que
celebre como usufructuario terminan con el usufructo”.

De igual forma, el artículo 1048 del Código Civil señala: “Terminado el usufructo, los
contratos que respecto de él haya celebrado el usufructuario no obliga al propietario, y éste
entrará en posesión de la cosa, sin que contra él tengan derecho los que contrataron con
el usufructuario para pedirle indemnización por disolución de sus contratos, ni por las
estipulaciones de éstos, que sólo pueden hacer valer contra el usufructuario y sus
herederos, salvo lo dispuesto en el artículo 991”.

c). El usufructo no se trasmite a los herederos del usufructuario.- Debido a que el usufructo
es un derecho real intuitu persone, resulta por regla general, al momento en que muere el
usufructuario, se extingue el derecho de usufructo. El artículo 1038 fracción I del Código
Civil establece: “El usufructo se extingue... I.- Por muerte del usufructuario”.

La excepción se presenta a propósito del llamado usufructo sucesivo (art. 982 y 984 del
C.C.).

d). El usufructo es valuable por separado de la nuda propiedad.- Las facultades de usar,
gozar y disponer de la cosa, así en abstracto, y ellas tres dan un valor económico a la cosa
misma. El usufructo comprende sólo las de usar y disfrutar, y es lógico que éstas dos por
sí solas, tengan una parte específica del valor de la cosa. De igual manera, la sola nuda
propiedad tiene su valor económico, la cual se puede transmitir, bajo la condición de
respetar el usufructo (art. 1004 del C.C.).

En la práctica se usan dos diferente sistemas de valuación, a saber:

1) El llamado sistema de las 7/10 , y


2) El empleo de las tablas de mortalidad en materia de seguros.

e). Entre usufructuario y nudo propietario no hay un estado de comunidad en su especie de


copropiedad.- En efecto, en la copropiedad los comuneros tienen un derecho común sobre
todas y cada una de las partes que forman la cosa, y además un aprovechamiento especial
sobre una determinada sección de la misma. En cambio en el usufructo, el usufructuario es
el único que puede hacer uso de la cosa, y el nudo propietario no puede utilizarla.
Además, la copropiedad es siempre transmisible por herencia, en tanto que el usufructo,
salvo caso especial, se extingue con la muerte del usufructuario.

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El uso es un derecho real, temporal, vitalicio salvo pacto en contrario, no transmisible, ni
enajenable o gravable, para usar de una cosa ajena y tomar de ella los frutos necesarios
para el usuario y su familia.

El artículo 1049 del Código Civil señala: “El uso da derecho para percibir de los frutos de
una cosa ajena, las que basten a las necesidades del usuario y su familia, aunque ésta
aumente”.

Las características de este derecho son:

a). El uso da un derecho muy restringido para usar de una cosa ajena, pues sólo se refiere
al aprovechamiento de los frutos que sirven para satisfacer las necesidades del usuario.

b). El derecho de uso es personalísimo, y de ahí que no se pueda enajenar ni gravar por el
usuario. El artículo 1051 dispone: “El usuario y el que tiene derecho de habitación en un
edificio no puede enajenar, gravar, ni arrendar ni en todo ni en parte su derecho a otro, ni
estos derechos pueden ser embargables por sus acreedores”.

c). El uso nunca lo establece la ley, es sólo convencional.

El derecho real de habitación, es un derecho real, temporal, vitalicio salvo pacto en contrario
intransmisible, inalienable, no gravable, de usar en forma gratuita una o más habitaciones
o piezas, de una casa habitación.

El artículo 1050 del Código Civil establece: “La habitación da, a quien tiene ese derecho, la
facultad de ocupar gratuitamente, en casa ajena, las piezas necesarias para sí y para las
personas de su familia”.

Las características de este derecho, son:

a). Implica tan sólo el uso de una o varias piezas o habitaciones, dentro de una casa
habitación, para ocuparse por él y su familia.

b). Este derecho es intransmisible, inalienable y no gravable.

10.2. Diferencias.- a). El uso se refiere a los frutos necesarios para satisfacer los
requerimientos del usuario y su familia; el usufructo se refiere a todos los frutos de la cosa,
sin limite de ellos y a su monto; y el de habitación no implica más que el uso restringido a
piezas o habitaciones de una casa habitación.

b). Tanto el derecho real de uso como el de habitación no pueden ser gravados,
enajenados, arrendados, ni pueden ser objeto de embargo por cuenta de los acreedores de
los beneficiarios de estos derechos; en tanto el derecho real de usufructo se puede
transmitir, gravar y disponer de él, aunque por regla general se extinga con la muerte del
usufructuario.

c). El uso nunca lo establece la ley, sólo es convencional, en tanto que el usufructo puede
también encontrar su origen en la ley (art. 430 del C.C.).

10.3. Particularidades.- Estas ya fueron expuestas en los puntos que anteceden.

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10.4. Derechos conferidos.-

a) El usufructo permite o faculta al usufructuario para tomar una cosa ajena, usarla y
aprovecharse de todos los frutos que éstos produzcan y además puede enajenarlo,
transmitirlo o gravarlo.

b). El uso faculta para usar de una cosa ajena y tomar de ella los frutos necesarios para el
usuario y su familia.

c). El derecho real de habitación implica sólo el uso en forma gratuita de una o más
habitaciones o piezas, de una casa habitación.

10.5. Casos especiales de usufructo.-

a). Usufructo de cosas consumibles llamado por algunos tratadistas como usufructo
impropio y por los romanistas cuasi-usufructo, tiene un carácter excepcional y anómalo,
pues al conceder al usufructuario el derecho de consumir la cosa se le confiere no ya el
disfrute, sino la propiedad misma de ella. El Código Civil acepta esta posibilidad en su
artículo 994 al señalar: “Si el usufructo comprende cosas que no pueden usarse sin
consumirse, el usufructuario tendrá el derecho de consumirlas, pero está obligado a
restituirlas, al terminar el usufructo, en igual género, cantidad y calidad. No siendo posible
hacer la restitución, está obligado a pagar su valor, si se hubiesen dado estimadas, o su
precio corriente al tiempo de cesar el usufructo, si no fueran estimadas”.

b). Usufructo de derechos reales.- Se puede constituir usufructo respecto o sobre otros
derechos reales.

c). Usufructo de derecho de crédito.- El artículo 995 del Código Civil refiere: “Si el usufructo
se constituye sobre capitales impuestos a réditos, el usufructuario sólo hace suyos éstos y
no aquéllos; pero para que el capital se redima anticipadamente; para que se haga novación
de la obligación primitiva, para que se substituya la persona del deudor si no se trata de
derechos garantizados con gravamen real, así como para que el capital redimido vuelva
imponerse, se necesita el consentimiento del usufructuario”.

d). Usufructo legal.- El Código Civil recoge como único caso, el previsto en el artículo 430,
que establece: “En los bienes de segunda clase –bienes del hijo que adquiera por un título
distinto al trabajo-, la propiedad y la mitad del usufructo pertenecer al hijo; la administración
y la otra mitad del usufructo corresponden a las personas que ejerzan la patria potestad...”.

e). Usufructo contractual.- Es el que se constituye a través de un contrato que celebran el


propietario de la cosa, y otra adquiere el usufructo, o bien la nuda propiedad, según sea el
caso. Así, puede ser de dos formas: 1.- Usufructo por vía de enajenación, o constitución.-
Que se realiza cuando el propietario de la cosa, celebra el contrato y se queda con la nuda
propiedad, enajenando el usufructo a favor de su co-contratante; y 2.- Usufructo por vía de
retención, reserva o deducción.- Se realiza cuando el propietario celebra el contrato y
entrega a su co-contratante la nuda propiedad, y él se queda con el usufructo de la cosa.

f). Usufructo testamentario.- Es cuando por medio de una disposición testamentaria, una
persona dispone dejar a una o varias personas el usufructo, y a otra u otras, la nuda
propiedad de ciertos bienes.

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g). Usufructo por usucapión.- Se da cuando una persona que no es propietaria de una cosa
pero se ostenta como tal, transmite a otra la posesión del usufructo, y ésta lo posee por el
tiempo que marca la ley, al transcurso de este tiempo, adquiere el derecho real de usufructo
por usucapión, y si el legítimo propietario ejercita su acción reivindicatoria, será sólo con
relación a la nuda propiedad, pero será improcedente respecto del usufructo.

h). Usufructo singular y colectivo.-

- El singular es cuando corresponde a una sola persona, el beneficiario es uno.

- El colectivo se establece respecto de la misma cosa, a favor de dos o más personas. Este
puede revestir dos formas, a saber:

- Sucesivo.- Se presenta cuando se constituye el derecho a favor de dos o más personas


respecto de una misma cosa, y no entran todas al goce del derecho, sino que entran una
después de otra. El artículo 984 del Código Civil determina: “Si se constituye
sucesivamente, el usufructo no tendrá lugar sino en favor de las personas que existan al
tiempo de comenzar el derecho del primer usufructuario”;

- Simultáneo.- Se presenta cuando se constituye el usufructo a favor de dos o más personas


respecto de una misma cosa, y todas ellas entran en forma inmediata y simultánea al goce
de la cosa.

Por último, el usufructo puede ser puro o simple; a plazo no vitalicio; condicional; con carga
o modo; gratuito u oneroso; y particular o universal.

XI. SERVIDUMBRES.

11.1. Concepto.- “La servidumbre es un gravamen real impuesto sobre un inmueble en


beneficio de otro perteneciente a distinto dueño. El inmueble a cuyo favor está constituida
la servidumbre, se llama predio dominante; el que la sufre, predio sirviente”. Así las define
en su artículo 1057 el Código Civil.

11.2. Clases.-

a). En cuanto a la conducta del propietario del predio sirviente, puede ser positiva, negativa
e in faciendo.

La servidumbre positiva es la que da derecho al dueño del predio dominante, el derecho de


usar en cierta medida el predio sirviente, y ello implica una situación positiva que debe
tolerar el dueño del predio sirviente. Ejemplo: Servidumbre de paso.
La servidumbre negativa es la que restringe el derecho del propietario del predio sirviente,
sin que el propietario del predio dominante tenga derecho de usar el predio sirviente.
Ejemplo: La llamada “servidumbre de no edificar” que se constituye por vía de contrato.

La servidumbre in faciendo es la que implica para el propietario del predio sirviente realizar
una determinada conducta en beneficio del propietario del predio dominante. Ejemplo:
servidumbre que implique bombeo de agua del propietario del sirviente al propietario del
dominante.

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b). En cuanto a su fuente, pueden ser: Voluntaria.- Que es la que se establece en virtud de
un acto jurídico bilateral o unilateral; acto bilateral el contrato; acto unilateral el testamento,
y el que da lugar a la llamada servidumbre por voluntad del padre de familia.

La servidumbre voluntaria por contrato.- Se da cuando dos propietarios de diferentes


predios celebran un contrato por el cual se constituye una servidumbre, ésta se denomina
“voluntaria por contrato”. Ejemplo: La servidumbre de “no construir” y la de “in faciendo”.

La servidumbre voluntaria por testamento.- Es aquella que se constituye en razón de que


una persona determina en su testamento la creación de una servidumbre, para después de
su muerte. El artículo 1109 del Código Civil, establece: “El propietario de una finca o
heredad puede establecer en ella cuantas servidumbres tenga por conveniente, y en el
modo y forma que mejor le parezca, siempre que no contravenga las leyes, ni perjudique
derechos de terceros”.

La servidumbre voluntaria por voluntad del “padre de familia”.- Se da cuando, refiere el


artículo 1116 del Código Civil, hay: “La existencia de un signo aparente de servidumbre
entre dos fincas, establecido o conservado por el propietario de ambas, se considera, si se
enajenaren, como título para que la servidumbre continúe, a no ser que, al tiempo de
dividirse la propiedad de las dos fincas, se exprese lo contrario en el título de enajenación
de cualesquiera de ellas”.

Servidumbre legal.- Que es la que determina la ley y que se impone al propietario del predio
sirviente, en manera ajena a su voluntad. La determina el artículo 1068 del Código Civil, al
establecer: “La servidumbre legal es la establecida por la ley, teniendo en cuenta la
situación de los predios y en vista de la utilidad pública y privada conjuntamente”.

Esta servidumbre reviste tres tipos: Servidumbre legal de desagüe (art. 1073 del C.C.);
Servidumbre legal de paso (arts. 1105, 1107 y 1108 del C.C.); y Servidumbre legal de
acueducto (art. 1078 del C.C.), ya analizadas.

c). En cuanto a su forma de goce y de presentarse al público, las servidumbres pueden ser,
señala el artículo 1059 del Código Civil: - Continuas.- Son aquellas cuyo uso es o puede
ser incesante sin la intervención de ningún hecho del hombre (art. 1060 del C.C.), por
ejemplo una servidumbre de desagüe, la cual se establece y funciona sin intervención de
la mano del hombre. – Discontinuas.- Son aquellas cuyo uso necesita de algún hecho actual
del hombre (art. 1061 del C.C.), por ejemplo el acueducto que implica que funcionará
cuando se bombee el agua. – Aparente.- Son aquellas que se anuncian por obras o signos
exteriores, dispuestos para su uso y aprovechamiento (art. 1062 del C.C.), por ejemplo la
de acueducto. – No aparente.- Son aquellas que no presentan signo exterior de su
existencia (art. 1063 del C.C.), por ejemplo de desagüe, cuando éste es subterráneo.
Es de mencionarse que esta clase de servidumbres pueden combinarse para hacer de ellas
una mejor descripción.

11.3. Régimen legal: Derechos y deberes del propietario del predio dominante:

a). Derechos.- De ejercitar su servidumbre.- Consiste en ejercitar la servidumbre en el modo


y forma que aparezca establecida en el título constitutivo de la misma, o lo que determine
la ley.

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De ejercitar los derechos accesorios necesarios.- Consiste en que el propietario del predio
dominante tiene la facultad de realizar todos los actos indispensables para llevar adelante
el goce de su servidumbre.- Revisar el acueducto, por ejemplo.

De hacer en el predio sirviente obras necesarias para el ejercicio y conservación de la


servidumbre.- Este derecho es una simple consecuencia del anterior, que se basa en la
máxima de: “El que quiera el fin quiere los medios”. El artículo 1119 del Código Civil señala:
“Corresponde al dueño del predio dominante hacer a su costa todas las obras necesarias
para el uso y conservación de la servidumbre”.

De ejercitar la acción confesoria, misma que recoge el artículo 11 del Código de


Procedimientos Civiles, al establecer: “Compete la acción confesoria al titular del derecho
real inmueble y al poseedor del predio dominante que esté interesado en la existencia de
la servidumbre. Se da esta acción contra el tenedor o poseedor jurídico que contraría el
gravamen para que se obtenga el reconocimiento, la declaración de los derechos y
obligaciones del gravamen y el pago de frutos, daños y perjuicios, en su caso, y se haga
cesar la violación. Si fuere la sentencia condenatoria, el actor puede exigir el reo que afiance
el respeto del derecho”.

De ejercitar acciones posesorias: Toda vez que el dueño del predio dominante es titular del
derecho real de servidumbre, la ley confiere el ejercicio de las acciones posesorias, por
ejemplo las acciones interdíctales.

b). Deberes.- De comportarse civilizadamente.- El ejercicio de la servidumbre ha de


amoldarse al objeto y necesidades para que se estableció, sin que el dueño del predio
sirviente pueda poner obstáculos, y habiendo de comportarse el del dominante
civilizadamente, es decir, procurando que resulte el ejercicio de la servidumbre lo menos
gravosa para el sirviente.

De realizar las obras que hagan menos gravosa la servidumbre al propietario del predio
sirviente.- El artículo 1120 del Código Civil determina: “El mismo – el dueño del predio
dominante -, tiene obligación de hacer a su costa las obras que fueren necesarias para que
al dueño del predio sirviente no se le causen, por la servidumbre, más gravámenes que el
consiguiente a ella; y si por su descuido u omisión se causare otro daño, estará obligado a
la indemnización”.

Derechos y deberes del propietario del predio sirviente.- a). Derechos.- De cambiar el lugar
de la servidumbre.- Así lo autoriza el artículo 1123 del Código Civil al establecer: “El dueño
del predio sirviente, si el lugar primitivamente designado para el uso de la servidumbre
llegase a presentarle graves inconvenientes, podrá ofrecer otro que sea cómodo al dueño
del predio dominante, quien no podrá rehusarlo, si no se perjudica”.
De ejecutar obras que hagan menos gravosa la servidumbre.- El artículo 1124 del código
Civil señala: “El dueño del predio sirviente puede ejecutar las obras que hagan menos
gravosa la servidumbre, si de ellas no resulta perjuicio alguno al predio dominante”.

De abandonar el predio sirviente, ya que si en el título constitutivo de la servidumbre el


propietario del predio sirviente hubiere asumido una obligación, y ya no pudiera o no
quisiera realizarla, tiene el derecho de abandonar en favor del propietario del predio
dominante, su predio sirviente, para así liberarse del compromiso asumido. El artículo 1121
del Código Civil dispone: “Si el dueño del predio sirviente se hubiere obligado en el título

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constitutivo de la servidumbre a hacer alguna cosa o a costear alguna obra, se liberará de
esta obligación abandonando su predio al dueño del dominante”.

De ejercitar la acción negatoria, que se funda en el principio de que la propiedad es libre


mientras no se pruebe lo contrario. El artículo 10 del Código de Procedimientos Civiles
dispone: “Procederá la acción negatoria para obtener la declaración de libertad, o la
reducción de gravámenes de bien inmueble y la demolición de obras o señales que importen
gravámenes, la tildación o anotación en el Registro Público de la Propiedad, y
conjuntamente, en su caso, la indemnización de daños y perjuicios. Cuando la sentencia
sea condenatoria, el actor puede exigir al reo que caucione el respeto de la libertad del
inmueble. Sólo se dará esta acción al poseedor a título de dueño o que tenga derecho real
sobre la heredad”.

b). Deberes.- De no menoscabar en forma alguna la servidumbre.- El deber que en este


caso tiene es de no hacer, o de tolerar, las conductas que la servidumbre autoriza a favor
del propietario del predio dominante. El artículo 1122 señala: “El dueño del predio sirviente
no podrá menoscabar de modo alguno la servidumbre constituida sobre éste”.

De abstenerse de realizar obras que impidan el ejercicio de la servidumbre o lo hagan más


difícil.- El artículo 1125 del Código Civil dispone: “Si de la conservación de dichas obras se
siguiere algún perjuicio al predio dominante, el dueño del sirviente está obligado a
restablecer las cosas a su antiguo estado y a indemnizar de los daños y perjuicio”.

Para interpretar el alcance del derecho real de la servidumbre voluntaria, tenemos las
siguientes reglas: 1º. Rige el principio de la autonomía de la voluntad del propietario y por
tal razón el alcance del derecho real de servidumbre será el que aparezca que se le quiso
dar en el título que lo constituye; 2º. Si en el título constitutivo faltó algo por pactar, se
aplican en forma supletoria las disposiciones generales de la ley en esta materia. Así, el
artículo 1118 del Código Civil establece: “El uso y la extensión de las servidumbres
establecidas por la voluntad del propietario, se arreglarán por los términos del título en que
tengan su origen, y en su defecto, por las disposiciones siguientes”; 3º. Pero si no es posible
determinar, con ninguna de las reglas específicas del Código Civil, el uso y la extensión de
una servidumbre voluntaria, entonces se atiende a la idea de causar el menor daño posible
al propietario del predio sirviente. El artículo 1127 dispone: “Cualquier duda sobre el uso y
extensión de la servidumbre se decidirá en el sentido menos gravoso para el predio
sirviente, sin imposibilitar o hacer difícil el uso de la servidumbre”.

En cuanto a la extinción del derecho real de servidumbre, en tratándose de las constituidas


por voluntad del propietario, el artículo 1128 del Código Civil determina: “Las servidumbres
voluntarias se extinguen… I.- Por reunirse en una misma persona la propiedad de ambos
predios: dominante y sirviente; y no reviven por una nueva separación, salvo lo dispuesto
por el artículo 1116; pero si en el acto de reunión era resoluble por su naturaleza y llega el
caso de la resolución, renacen las servidumbres como estaban antes de la reunión”. En
este caso estamos ante la consolidación, figura que se da también cuando se reúne en una
sola persona la nuda propiedad y el usufructo. “... II.- Por el no uso... Cuando la servidumbre
fuere continua y aparente, por el no uso de tres años, contados desde el día en que dejó
de existir el signo aparente de la servidumbre... Cuando fuere discontinua o no aparente,
por el no uso de cinco años, contados desde el día en que dejó de usarse por haber
ejecutado el dueño el fundo sirviente acto contrario a la servidumbre, o por haber prohibido
que se usaré de ella. Si no hubo acto contrario o prohibición, aunque no se haya usado de
la servidumbre, o si hubo tales actos, pero continúa el uso, no corre el tiempo de la

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prescripción... III.- Cuando los predios llegaren sin culpa del dueño del predio sirviente a tal
estado que no pueda usarse de la servidumbre. Si en lo sucesivo los predios se restablecen
de manera que pueda usarse de la servidumbre, revivirá ésta, a no ser que desde el día en
que pudo volverse a usar haya transcurrido el tiempo suficiente para la prescripción... IV.-
Por la remisión gratuita u onerosa hecha por el dueño del predio dominante... V.- Cuando
constituida en virtud de un derecho revocable, se vence el plazo, se cumple la condición o
sobreviene la circunstancia que debe poner término a aquél”.

Son casos de extinción de las servidumbre legales, las siguientes:

a). Por no uso de la servidumbre.- El artículo 1130 del Código Civil determina: “Las
servidumbres legales establecidas como de utilidad pública o comunal, se pierden por el no
uso de cinco años, si se prueba que durante este tiempo se ha adquirido, por el que
disfrutaba aquellas otra servidumbre de la misma naturaleza, por distinto lugar”.
b). Por convenio.- El artículo 1131 del Código Civil establece la posibilidad de que se extinga
una servidumbre legal por convenio entre los propietarios del predio dominante y sirviente,
pero establece las siguientes restricciones: “... I.- Si la servidumbre está constituida a favor
de una demarcación territorial del Distrito Federal, no surtirá el convenio efecto alguno
respecto de toda la comunidad, si no se ha celebrado interviniendo el Gobierno del Distrito
Federal en representación de ella; pero sí producirá acción contra cada uno de los
particulares que hayan renunciado a dicha servidumbre... II.- Si la servidumbre es de uso
público, el convenio es nulo en todo caso... III.- Si la servidumbre es de paso o desagüe, el
convenio se entenderá celebrado con la condición de que lo aprueben los dueños de los
predios circunvecinos, o, por lo menos, el dueño del predio por donde nuevamente se
constituya la servidumbre... IV.- La renuncia de la servidumbre legal de desagüe sólo será
válida cuando no se oponga a los reglamentos respectivos”.

11.4. Derecho público.-

XII. PRENDA E HIPOTECA.

12.1. Concepto de derecho real de garantía.- Consiste en imponer a un bien inmueble o


mueble, un derecho real que implica la garantía a favor del acreedor, que le faculta a éste,
en caso de incumplimiento del deudor, a obtener la venta del bien otorgado en garantía, a
fin de pagar con el producto de su venta, la obligación incumplida. Entre estos derechos
reales, que la doctrina llama accesorios, la prenda y la hipoteca son los que más se
distinguen.

12.2. Prenda.- El artículo 2856 del Código Civil la define como: “La prenda es un derecho
real constituido sobre un bien mueble enajenable para garantizar el cumplimiento de una
obligación y su preferencia en el pago”.

Para Sánchez Medal, prenda “Es el contrato por el que un deudor o un tercero entrega al
acreedor o a un tercero la posesión de un bien mueble enajenable para garantizar el
cumplimiento de la obligación y en preferencia en el pago, con el producto de su venta en
caso de incumplimiento de la misma obligación.

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Como podemos apreciar de ambas definiciones, en que la palabra prenda es utilizada como
denominación de un contrato y para denotar el derecho real de garantía, y una tercera
acepción que se le otorga es para designar a la cosa misma dada en garantía.

Como contrato, es un contrato accesorio, ya que su finalidad es garantizar una obligación


principal; es, obviamente, un contrato de garantía, que tiene como característica peculiar,
el ser real, pues para su perfeccionamiento se requiere de la tradición o entrega de la cosa
dada en prenda, que desde luego debe ser mueble.

En cuanto a las características del derecho real de prenda, señalamos:

a). Sólo puede recaer sobre bienes muebles.- No puede haber prenda de inmuebles, salvo
el caso excepcional que son los frutos pendientes de los árboles, y que son inmuebles por
naturaleza, pero que la ley estima muebles por anticipación. El artículo 2857 del Código
Civil se refiere a ellos al determinar: “También pueden darse en prenda los frutos pendientes
de los bienes raíces, que deben ser recogidos en tiempo determinado. Para que esta prenda
surta sus efectos contra terceros necesitará inscribirse en el Registro Público a que
corresponda la finca respectiva. El que dé los frutos en prenda se considerará como
depositario de ellos, salvo convenio en contrario”.

b). Para que se constituya este derecho real, se debe entregar la cosa al acreedor. Mientras
no se entregue real o jurídicamente la prenda, no se entiende constituido el derecho. El
artículo 2858 del Código Civil señala: “Para que se tenga por constituida la prenda, deberá
ser entregada al acreedor, real o jurídicamente”.

Y el artículo 2859 del Código Civil dispone: “Se entiende entregada jurídicamente la prenda
al acreedor, cuando éste y el deudor convienen en que quede en poder de un tercero, o
bien cuando quede en poder del mismo deudor, porque así lo haya estipulado con el
acreedor o expresamente lo autorice la ley. En estos dos últimos casos, para que el contrato
de prenda produzca efecto contra tercero, debe inscribirse en el Registro Público. El deudor
puede usar la prenda que quede en su poder en los términos que convengan las partes”.

c). Se extingue el derecho de inmediato, cuando se paga la deuda que con la prenda se
garantizaba, y debe el mueble serle devuelto al dueño. El artículo 2891 del Código Civil
establece: “Extinguida la obligación principal, sea por el pago, sea por cualquiera otra causa
legal, queda extinguido el derecho de prenda”.
d). Es un derecho real que no da al acreedor, derecho a los frutos que la cosa pueda
producir, como sucede con otros de los derechos reales, salvo que al constituirse la prenda
así se haya pactado (art. 2880 del C.C.).

e). Da derecho la prenda al acreedor, a que en caso de llegar el plazo en que su deudor
deba cumplir con la obligación garantizada y no lo haga, se saque a la venta o a remate el
bien mueble, y con su precio se haga pago del monto del crédito (art. 2881 del C.C.).

f). Es un derecho real que permite que el acreedor se quede con la cosa dada en prenda,
pero sólo en el precio que se le fije a ésta al momento en que se debió cumplir con la
obligación, y no se hizo, pero nunca en el precio que se le pudiera fijar por las partes al
momento de constituir la prenda.

El pacto que hagan el acreedor y deudor para que el primero se quede con la cosa en el
precio que se le fije al constituirse la prenda, es un pacto que se llama en la doctrina

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“comisorio”, previsto en el artículo 2883 del Código Civil, mismo que cabe mencionar no
puede este convenio perjudicar derechos de terceros.

12.3. Hipoteca.- El artículo 2893 del Código Civil la define como: “La hipoteca es una
garantía real constituida sobre bienes que no se entregan al acreedor, y que da derecho a
éste, en caso de incumplimiento de la obligación garantizada, a ser pagado con el valor de
los bienes, en el grado de preferencia establecido por la ley”.

Para Sánchez Medal es un contrato por el que el deudor o un tercero, concede a un


acreedor el derecho a realizar el valor de un determinado bien enajenable, sin entregarle la
posesión del mismo, para garantizar con su producto el cumplimiento de una obligación y
su preferencia en el pago”.

Suele llamarse “Constituyente” de la hipoteca al deudor o tercero que la establece.

La hipoteca, puede ser:

a). Voluntaria, y
b). Necesaria.

El artículo 2919 del Código Civil determina: “La hipoteca nunca es tácita, ni general; para
producir efectos contra tercero necesita siempre de registro, y se contrae por voluntad, en
los convenios, y por necesidad, cuando la ley sujeta a alguna persona a prestar esa garantía
sobre bienes determinados. En el primer caso se llama voluntaria; en el segundo,
necesaria”.

El derecho real de hipoteca tiene las siguientes características:

1.- Puede recaer de manera indistinta en bienes muebles o inmuebles. Por lo general recae
en inmuebles, pero nada impide que recaiga en bienes muebles.
2.- No confiere a su titular la tenencia de la cosa, sino que la conserva el propietario de la
misma (art. 2893 del C.C.).

c). El derecho real de hipoteca no se reduce conforme disminuye el crédito que garantiza,
sino que la hipoteca permanece íntegra hasta que se extingue la totalidad del crédito. El
artículo 2911 del Código Civil establece: “La hipoteca subsistirá íntegra aunque se reduzca
la obligación garantizada, y gravará cualquier parte de los bienes hipotecados que se
conserven, aunque la restante hubiere desaparecido, pero sin perjuicio de lo que disponen
los artículos siguientes”. A esto se le llama el principio de indivisibilidad de la hipoteca.

d). El acreedor tiene el derecho real de hipoteca, y puede convenir con su deudor en
quedarse con el objeto gravado con hipoteca; pero sólo en el precio que se le fije a éste al
momento de vencerse el crédito garantizado, y nunca en el precio que se le fije al momento
de constituirse el derecho real de hipoteca. Esto es el pacto comisorio (art. 2916 del C.C.).

e). La hipoteca se extingue, entre otras causas, por cumplir el deudor con pagar al acreedor
(art. 2941 del C.C.).

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f). Es un derecho real que para ser respetado por terceros, se debe inscribir en el Registro
Público de la Propiedad.

XII.4. Fideicomiso de garantía.- El fideicomiso es un caso de propiedad temporal, regulada


por los artículos 381 a 407 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito. Esta
operación de fideicomiso se reserva en México, en forma exclusiva, a las instituciones de
crédito. El artículo 381 de la ley citada manda: “En virtud del fideicomiso, el fideicomitente
transmite a una institución fiduciaria la propiedad o la titularidad de uno o más bienes o
derechos, según sea el caso, para ser destinados a fines lícitos y determinados,
encomendando la realización de dichos fines a la propia institución fiduciaria”. Por su parte
el artículo 352 de la ley en comento precisa: “El fideicomiso puede ser constituido por acto
entre vivos o por testamento. El segundo párrafo del artículo 382 de la ley en comento
señala: …“El fideicomisario podrá ser designado por el fideicomitente en el acto constitutivo
del fideicomiso o en un acto posterior…” La constitución del fideicomiso deberá hacerse
constar siempre por escrito (art. 387 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito)
y ajustarse a los términos de la legislación común sobre transmisión de los derechos o la
transmisión de propiedad de las cosas que se den en fideicomiso”. En el caso de
transmisión de la propiedad a la fiduciaria, Institución de Crédito, ésta pasa a ser propietaria
de los bienes, y al extinguirse el fideicomiso, si no se pactó lo contrario, los bienes o
derechos en poder de la institución fiduciaria serán transmitidos al fideicomitente o al
fideicomisario, según corresponda. En caso de duda u oposición respecto de dicha
transmisión el juez de primera instancia competente en el lugar del domicilio de la institución
fiduciaria, oyendo a las partes resolverá lo conducente (art. 393 de la Ley General de Títulos
y Operaciones de Crédito) que tiene por regla general un plazo máximo de 30 años, los
bienes vuelven a poder de la persona que fuera antes su propietario, si así fuere el caso.

Por lo que hace al fideicomiso de garantía, el fideicomitente, que puede ser el propio deudor
o un tercero, transmite o afecta bienes muebles o inmuebles, mediante la constitución de
un fideicomiso, a efecto de garantizar una obligación que resulta principal.

En este caso, el fideicomitente afecta bienes a efecto de que si no se cumple la obligación


garantizada, la fiduciaria realice o enajene los mismos, para con su producto pagar al
acreedor que resulta ser el beneficiario.

12.5. Formas de constitución.- De la prenda, ésta se constituye mediante un contrato


escrito, y por la entrega material o jurídica de la cosa mueble respecto de la cual se
constituye el derecho real de prenda. En algunos casos, ya analizados, la prenda debe
inscribirse en el Registro Público de la Propiedad.

Por lo que hace a la hipoteca, es un contrato formal, por que o se otorga en escritura privada
firmada por ambas partes y antes dos testigos, cuando el crédito que se garantiza con
hipoteca no exceda de .50 centavos; o bien se otorga en escritura pública si el crédito
excede de tal cantidad, y para que produzca efectos contra terceros debe inscribirse en el
Registro Público de la Propiedad; esto, sólo en el caso de que los bienes, sobre los que se
constituya el derecho real sean inmuebles.

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Cuando la constitución de la hipoteca se ha hecho en escritura privada, hay que llenar
también la formalidad de la ratificación de las firmas de los contratantes para su inscripción
en el Registro Público de la Propiedad (art. 3005 fracción III del C.C.).

XIII. REGISTRO PÚBLICO

13.1.- Concepto.- Es una oficina en la que se lleva a efecto la inscripción de los títulos
expresamente determinados en el Código Civil, con la finalidad primordial de dar al
comercio jurídico la seguridad y la certeza necesaria para su normal desarrollo. Tiene por
objeto proporcionar publicidad a los actos jurídicos regulados por el derecho civil (Rafael de
Pina y Colín Sánchez).

Para Sánchez Roman es un centro público en el cual se hace constar el verdadero estado
de la propiedad inmueble por la toma de razón de todos los títulos traslativos de su dominio
y de los derechos reales inherentes que le afectan, y aun de cuanta modificación de la
capacidad de las personas, en orden a la libre disposición de sus bienes.

Hay que tener en cuenta que en México no sólo se inscriben únicamente las situaciones
relativas a los bienes inmuebles, sino que también se hace constar en él la existencia de
las personas morales e igualmente se inscriben determinados bienes muebles.

13.2. Función Jurídica.- En tratándose de la transmisión de derechos reales inmobiliarios,


o mobiliarios susceptibles de registro, la ley permite la inscripción del acto en el Registro
Público de la Propiedad, para que pueda surtir efectos en perjuicio de tercero. La falta de
inscripción no impide que el acto produzca sus consecuencias entre las partes, pero no
será oponible a los terceros. La Suprema Corte de Justicia de la Nación en jurisprudencia
ha sostenido que no son terceros para los efectos del Registro los que no fueron parte en
el acto jurídico que deba ser inscrito (terceros en sentido amplio) o los acreedores
quirografarios, pues para estos no se ha establecido la institución del Registro Público de
la Propiedad, que sólo tiende a proteger a aquellos que de manera concreta han adquirido
un derecho sobre el bien objeto de inscripción, es decir, que son titulares de un gravamen
que les otorga un poder jurídico determinado y efectivo sobre aquel bien.

El Código Civil contiene una regla en su artículo 3042, que establece el registro de todos
los títulos por los cuales se adquiera, transmita, modifique, grave o extinga el dominio, la
posesión o los demás derechos reales sobre inmuebles. Prescribe el diverso 3007 del
Código en consulta, que los actos que sean registrables y no se registren no producirán
efectos contra terceros, el cual si podrá aprovecharse en cuanto le fueren favorables.

La falta de inscripción en el Registro Público no afecta la validez de los actos y derechos


que conforme a la ley sean de registrarse.

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El registrador calificará bajo su responsabilidad los documentos que se presenten para su
registro, y la suspenderá o denegará, en los casos siguientes: I. Cuando el título presentado
no sea de los que deben inscribirse o anotarse; II. Cuando el documento no revista las
formas extrínsecas que establezca la ley; III. Cuando los funcionarios ante quienes se haya
otorgado o ratificado el documento, no hayan hecho constar la capacidad de los otorgantes
o cuando sea notoria la incapacidad de éstos; IV. Cuando el contenido del documento sea
contrario a las leyes prohibitivas o de interés público; V. Cuando haya incompatibilidad entre
el texto del documento y los asientos del registro; VI. Cuando no se individualicen los bienes
del deudor sobre los que se constituyan un derecho real, o cuando no se fije la cantidad
máxima que garantice un gravamen en el caso de obligaciones de monto indeterminado,
salvo los casos previstos en la última parte del artículo 3011 del Código Civil, cuando se
den las bases para determinar el monto de la obligación garantizada y VII. Cuando falte
algún otro requisito que deba llenar el documento de acuerdo con el Código Civil u otra ley
aplicable.

En cuanto a su función jurídica, implica el establecimiento de un centro público en el que


conste el verdadero estado de la propiedad por la toma de razón de todos los títulos
traslativos de su dominio y los derechos reales inherentes que le afectan, y de aquellos
actos que sean registrables, aun de cuanta modificación de la capacidad de las personas,
en orden a la libre disposición de sus bienes, centro en el cual pueden las personas que lo
soliciten enterarse de las inscripciones constantes en los libros y/o folios correspondientes
y de los documentos relacionados con las inscripciones, con la obligación de expedir copias
certificadas de éstas, así como de realizar las certificaciones de no existir asientos de
ninguna especie o de especies determinadas, sobre bienes señalados o a cargo de ciertas
personas, o de las personas morales en general.

13.3. Principios.- Los principios fundamentales del Registro Público de la Propiedad, son
los siguientes:

a) Continuidad registral.- Consiste en que toda inscripción debe descansar en una anterior
que le sirva de base, y que ampare el derecho del otorgante respecto la propiedad del
inmueble registrado.

b) Exactitud registral.- Significa que el contenido del acto, contrato o documento que se
presentó para su registro debe coincidir con la inscripción que conste en el Registro.
Para todos los efectos legales se presumirá que los derechos reales inscritos en el
Registro existen y pertenecen a su titular en la forma determinada por el asiento
respectivo. De igual modo se presumirá que quien tenga inscrito el dominio de los
inmuebles o derechos reales tiene la posesión de los mismos.

c) Fe pública registral.- Consiste en dar valor de prueba plena a las certificaciones y


constancias del Registro, siempre y cuando sean exactas y respeten el principio de
continuidad.

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d) La buena fe registral.- significa que el adquirente a título oneroso que inscribe su
adquisición proveniente de una persona que aparezca como dueña, es protegido aún
cuando después se declare nulo el título de su enajenante. La buena fe del tercero se
presume siempre mientras no se pruebe que conocía la inexactitud del Registro. Los
adquirentes a título gratuito no gozarán de más protección registral que la que tuviere su
causante o transferente.

Cuando se hubiere hecho alguna anotación en el Registro respecto al carácter litigioso


de los bienes o porque se haya reclamado la nulidad del título del otorgante, el adquirente
si sufrirá las consecuencias de la nulidad una vez declarada.

e) Publicidad registral.- Significa que el Registro Público tiene por objeto la inscripción o
anotación de los actos y contratos relativos al dominio y demás derechos reales sobre
bienes inmuebles, así como los otros actos, documentos, contratos, resoluciones y
diligencias judiciales susceptibles de registro, a efecto de que cualesquier persona
pueda tomar conocimiento de ellos y solicitar copias certificadas de las mismas o se
haga la certificación de la inexistencia de ellos.

f) Efectos del registro.- Son terceros para estos efectos, los que tengan constituido o
inscritos derechos reales, gravámenes o embargos sobre los bienes o derechos que
sean objeto de inscripción, y por tanto, sólo dichos terceros podrán invocar la falta de
registro, cuando se les pretenda oponer un acto, contrato, resolución o documento que
debiéndose registrar, no se hizo así, a efecto de que no les sea oponible, ni los
perjudique.

g) Autoridad registral.- Tanto el director del Registro como el registrador son autoridades
investidas de la fe pública registral y de la competencia necesaria para hacer las
calificaciones registrales en términos de ley.

h) Efectos de las anotaciones preventivas.- El efecto principal de la anotación preventiva,


es el de dar prioridad o preferencia al que hizo la anotación preventiva sobre cualquier
adquirente del inmueble a que se refiera dicha anotación, siempre y cuando sea
posterior a ésta (la anotación); así como el de dar preferencia también para el cobro de
un crédito hipotecario o prendario en su caso, sobre cualquiera otro de fecha posterior
a la anotación.

i) Efectos de las anotaciones definitivas.- Son las inscripciones propiamente dichas, por
virtud de las cuales ya se tiene en forma firme adquirido el derecho de propiedad o el
derecho real de que se trate, surtiendo sus efectos desde el día y hora en que se
presente el título al Registro. Si se trata de la inscripción definitiva de un derecho que
haya sido anotado preventivamente, surtirá sus efectos desde la fecha en que la
anotación la estaba produciendo.

j) Seguridad registral.- Significa que los adquirentes de inmuebles o derechos reales


inmobiliarios pueden confiarse de las inscripciones del Registro Público de la Propiedad

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por tener los registros fe pública y contener la verdad respecto a la situación jurídica del
inmueble, siendo además exactos y completos, excepto cuando por sentencia que
cause ejecutoria se declare la falsedad o la inexactitud del asiento registral.

k) El orden público registral.- Significa que todo lo relativo a la organización del Registro
Público de la Propiedad, a las inscripciones o asientos del Registro, a la inmatriculación
de las fincas, a la cancelación de los asientos, a la calificación registral, a la negativa
de inscripciones, a los juicios para lograr la inscripción de los títulos, a la exactitud
registral y a las certificaciones del registrador, son de inminente orden público.

l) Unicidad registral.- No puede el mismo inmueble sobre los derechos reales impuestos
a él, aparecer registrados al mismo tiempo a favor de dos o más personas a no ser que
se trate de un caso de copropiedad. La finca sólo puede aparecer inscrita a nombre una
sola persona.
m) Oponibilidad.- Conforme a este principio sólo son oponibles a terceros los actos o
contratos que deben registrarse y se inscriben debidamente.

En consecuencia, todos los títulos o documentos que no se registren, no podrán parar


perjuicio a terceros, el cual si podrá aprovecharlos en cuanto le fueran favorables.

n) Protección a los terceros adquirentes de buena fe y a título oneroso.- Implica que el


adquirente que de buena fe acuda a título oneroso a la propiedad o algún derecho real
de persona que en el Registro aparezca con facultades para transmitirlo, será
mantenido en su adquisición una vez que haya inscrito su derecho, aunque después se
anule o resuelva el del otorgante por virtud de causas que no consten en el mismo
Registro.

ñ) Falta de protección para los terceros adquirentes de mala fe o a título gratuito.- Es


evidente que quien procede de mala fe no puede pretender ser protegido por el Registro
Público de la Propiedad, bien sea porque conozca los vicios del título registrado, porque
advierta ciertas inexactitudes del Registro, o se desprenda claramente del asiento
respectivo.

Los adquirentes a título gratuito tampoco deben ser protegidos, pues el derecho ha
resuelto el conflicto de intereses entre un adquirente gratuito y un adquirente oneroso,
en el sentido de proteger a este último, ya que el primero nada desembolsa ni arriesga,
para pretender una situación privilegiada que evidentemente debe corresponder al
adquirente que ha sido a título oneroso.

o) Carácter atributivo o constitución del dominio y de los demás derechos reales


inmobiliarios.- En nuestro sistema si bien el Registro no es constitutivo de derechos, si
tiene el efecto de lograr la oponibilidad del derecho frente a los terceros adquirentes, de
tal manera que si no se registra el derecho real, no puede parar perjuicio a tercero, no
le es oponible. Como caso excepcional, el registro a favor de un adquirente de buena

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fe y a título oneroso, sí es constitutivo, sí tiene vida propia, si depende exclusivamente
del registro.

13.4. Sistemas.- Los principales sistemas de organización del Registro Público de la


Propiedad son los siguientes: El alemán, el francés y el australiano.

En el sistema alemán predominan los principios de publicidad, especialidad y legalidad. En


virtud del primero la existencia y el destino de los derechos reales sobre inmuebles se hacen
depender de su inscripción en el Registro, sea cual fuere la “verdad material” al respecto;
en atención al segundo, cada asiento registral no sólo debe especificar el inmueble a que
se refiere, sino también puntualizar el contenido de la relación jurídica que refleja; y el
tercero, implica que las bases de la inscripción han de ser acreditadas de un modo
fehaciente y los documentos que se presenten en el Registro han de ser auténticos o
autentificados.

La naturaleza del sistema alemán se resume en lo siguiente: 1º. La médula de la inscripción


es el inmueble y no la persona; 2º. La transmisión del dominio es ineficaz si no consta en
el Registro; 3º. Todos los fenómenos de vida de cuantos derechos afecten al inmueble y
provengan de un negocio jurídico, deben ser inscritos para su validez; 4º. Cuando la
constitución o extinción de uno de esos derechos no provenga de un negocio jurídico, su
inscripción es potestativa; 5º. Todo aquel que resulte obligado por la inscripción, puede por
su propio consentimiento gravar su inmueble o derecho real; y 6º. El acuerdo bilateral de
naturaleza contractual convenido entre las partes basta para efectuar la inscripción.

No obstante la eficacia que este sistema concede a la inscripción, ésta no es forzosa en


todo caso. Es forzosa, cuando en virtud de un acto jurídico se crea, transmite, modifica o
extingue el derecho de propiedad sobre bienes inmuebles, y voluntaria cuando dicha
creación, transformación, etcétera, tiene lugar, por ejemplo, por mandato de la autoridad o
por disposición de la ley o cuando el derecho que se transforma o extingue es un derecho
real constituido sobre otro derecho real.

El sistema registral francés tiene una doble reglamentación: La contenida en el Código Civil
y la que deriva del marco de la ley del 23 de marzo de 1855, reformado por el decreto -ley
de 30 de octubre de 1935, las cuales difieren y por ende su aplicación produce
complicaciones y dificultades.

La función esencial de la inscripción es la de llevar al conocimiento de terceros los actos


traslativos de la propiedad, no siendo de ninguna consideración en las relaciones entre las
partes, pues en el círculo contractual la propiedad se desplaza por el solo juego de los
contratos. Existen en este sistema numerosas categorías de actos que, no obstante
referirse a inmuebles, escapan a la inscripción. El registro tiene carácter personal, lo que
quiere decir que se lleva por nombres de persona y no por fincas. La inscripción tiene en la
realidad un carácter facultativo y no da completa seguridad a los interesados, no equivale
al título.

El sistema registral conocido como “Acta Torrens”, fue establecido en Australia en el siglo
pasado, actualmente está implantado en algunos estados de Norteamérica, en Filipinas, en
Canadá, en la República Dominicana y en Nueva Zelandia. En este sistema, previo a la
inscripción, se hace un examen de los documentos justificativos del derecho del solicitante,

70
de los planos de las tierras y de las certificaciones correspondientes expedidas por los
funcionarios públicos.

En el caso de que no sea satisfactorio el resultado de dicho examen, la inscripción es


denegada; pero en el caso de que lo sea, se dirigen comunicaciones a los propietarios
colindantes y se publican anuncios en los periódicos y boletines oficiales, señalando a
quienes tengan interés en hacerlo un plazo para formular oposición a la inscripción del título.

No presentándose reclamación alguna, se accede a la inscripción, quedando la propiedad


inscrita con todas las garantías del sistema; cuando se formule alguna oposición, el
registrador suspenderá la inscripción para que la cuestión se resuelva judicialmente.

El principio inspirador de este sistema es el de que los documentos registrados han de tener
no solo prioridad sobre los no registrados, sino que debe establecerse la inatacabilidad del
título inscrito.

El sistema registral mexicano acepta principios de diversos sistemas y aun de los


contrapuestos. La notas características de él son: La publicidad, que es completa y general;
la especialidad, en virtud de la cual la finca inscrita debe determinarse en forma que
garantice su fácil identificación, no pudiendo, por otra parte, los mismos bienes aparecer
inscritos a favor de dos o más personas distintas, salvo que éstas sean comuneros, la
legalidad, en cuanto exige del registrador que califique el documento presentado para su
inscripción; el tracto sucesivo, que se traduce en la afirmación de que nadie puede transmitir
un derecho real sin ser previamente titular del mismo; la prioridad que da preferencia sobre
los demás a quien primero inscribió su derecho; la autenticidad, basada en el principio de
la fe pública; la tercería, en cuanto esta institución tiende a salvaguardar derechos de
terceros; la buena fe; y la convalidación de los actos o contratos que no sean nulos con
arreglo a la ley.

13.5 Efectos de la inscripción.- El Registro no es un elemento necesario para la existencia


del acto jurídico, del derecho real, de su enajenación o transformación. Los efectos de la
inscripción en el Registro Público sólo se refieren a los terceros y no a las partes. Es decir,
entretanto no se registre el acto o derecho no es oponible a terceros, entendiendo por tales
aquellos que tienen un derecho real o gravamen sobre los bienes objeto del registro. Entre
las partes surte todos sus efectos el acto jurídico o el derecho que se constituye, transmite
o modifica (Art. 3007 del C.C.). También en nuestro sistema (llamado de sustantividad
relativa o funcional) se establece que: "El Registro protege los derechos adquiridos por
tercero de buena fe, una vez inscritos, aunque después se anule o resuelva el derecho del
otorgante, excepto cuando la causa de la nulidad resulte claramente del mismo registro. Lo
dispuesto en este precepto no se aplica a los contratos gratuitos, ni actos o contratos que
se ejecuten u otorguen violando la ley (Art. 3009 de C.C.).

Las inscripciones y anotaciones pueden cancelarse por consentimiento de las personas a


cuyo favor estén hechas o por orden judicial. Podrán no obstante ser canceladas a petición
de parte, sin dichos requisitos, cuando el derecho inscrito o anotado quede extinguido por
disposición de la ley o por causas que resulten del título en cuya virtud se practicó la
inscripción o anotación, debido a hecho que no requiera la intervención de la voluntad (Art.
3030 del C.C.).

En relación con el Registro Público de la Propiedad, la inscripción es un acto jurídico


susceptible de producir los efectos que le están atribuidos por la legislación registral. Se

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conocen las siguientes clases de inscripciones: El asiento de presentación, la inscripción
preventiva, la inscripción definitiva, la anotación preventiva, la anotación de referencia y la
cancelación.

Las inscripciones pueden ser principales o accesorias. Las primeras, principales, que son
aquellas que hacen referencia a uno de los fenómenos de la vida de los derechos o de las
personas; y las segundas, accesorias, son las que se agregan al margen de las principales,
bien para hacer referencia a una modificación sufrida por éstas en razón de otra inscripción
principal, bien para determinar la existencia o inscripción de una garantía de fianza sobre
el bien registrado, sea para hacer constar las órdenes de suspensión provisional o definitiva
en los casos de amparo, o sea para evidenciar alguna modalidad accidental relativa a la
inscripción principal.

El asiento de presentación es el acto de la oficialía de partes mediante el cual se hace


constar, en el libro que corresponde, el recibimiento de todos los títulos y documentos que
se trate de registrar o anotar y el de todas las solicitudes, oficios y correspondencia dirigidas
al Registro, sellándolos con el marcador, con la fecha y hora de su presentación y
numerándolos progresivamente, según el orden en que sean presentadas.

Se denomina preventiva la inscripción que el registrador está obligado a practicar cuando


de la calificación de un documento concluya que no es procedente su inscripción, teniendo
por efecto que, en el caso de que la autoridad judicial resuelva que sí lo es, la que se haga
lo produzca desde la presentación del título de referencia.

Las anotaciones preventivas son aquellas que refiere el artículo 3043 del Código Civil.

Las anotaciones de referencia son aquellas que se hacen a otras inscripciones que tengan
relación con la principal a que se refieren.
La cancelación es el acto de anulación de una inscripción anterior practicada en el Registro,
a la que se priva para lo sucesivo de todos sus efectos.

XIV. POSESIÓN

14.1. Concepto.- Desde el punto de vista del derecho de posesión, es considerada como
un derecho provisional sobre una cosa, a diferencia de la propiedad y otros derechos reales
que son definitivos.

La posesión da al que la tiene la presunción de propietario para todos los efectos legales a
que haya lugar, según el Código Civil. Para este mismo ordenamiento, es poseedor de una
cosa el que ejerce sobre ella un poder de hecho.

Sin embargo, cuando se demuestre que una persona tiene en su poder una cosa en virtud
de la situación de dependencia en que se encuentra respecto del propietario de esa cosa y
que la retiene en provecho de éste, en cumplimiento de las órdenes e instrucciones que de
él ha recibido, no se le considera poseedor.

En cuanto a los derechos, según el Código Civil, lo posee el que goza de él.

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Para Paulo la posesión se denomina así, de sede, porque es tenida naturalmente por el
que está en ella.

Colin y Capitant, señalan que existe una posesión que no corresponde al derecho de
propiedad, sino a los demás derechos que se pueden tener sobre la cosa y que hasta se
extiende a otros derechos que no son reales, como el derecho de crédito y a los
constitutivos del estado de las personas.

Para Planiol y Ripert la posesión es un estado de hecho que consiste en retener una cosa
de modo exclusivo y en realizar en ella los mismos actos materiales de uso y disfrute que
si fueran propiedad de ella el que los realiza.

Rojina Villegas define a la posesión como una relación o estado de hecho que confiere a
una persona el poder exclusivo de retener una cosa para ejecutar actos materiales de
aprovechamiento, con ánimo de dueño o como consecuencia de un derecho real o
personal, o sin derecho alguno.

Para otros, los eclécticos, la posesión es la facultad de goce en nombre propio de una cosa
o derecho legitimado por una situación de hecho que establece una presunción legal
favorable al que la ejerce.

Para Castán la posesión es un estado de hecho tutelado por la ley, que le reconoce
consecuencias jurídicas.

Por último, el fundamento de la posesión se coloca por algunos autores en la existencia de


una voluntad posesoria; otros la colocan en la necesidad social de reaccionar contra
cualquier agresión. Y otros, finalmente, dicen que es resultado de una protección indirecta
de la propiedad.

14.2. Teorías que la explican.- Son dos, a saber: La subjetivista de Savigny, y la objetivista
de Ihering.

La primera, también llamada clásica, tiene carácter subjetivo y afirma que la posesión se
encuentra integrada por dos elementos, que son: el corpus y el animus, pudiéndose afirmar
que el animus es el propósito o intención del poseedor de servirse de la cosa como propia
para atender a sus necesidades, y el corpus que es la exteriorización de ese ánimo o
propósito. En realidad el elemento característico de la posesión es el animus (animus
possidendi, animus dominii), que es, en último término, la intención de tener el poseedor la
cosa como suya. Para Savigny el animus tiene la virtud de transformar la mera detentación
en posesión.

Ihering se coloca en otra posición, objetivista, niega que el animus sea un elemento de la
posesión. Reconoce que existe en ella un elemento intencional, pero sostiene que éste se
encuentra inseparablemente unido al puramente corporal. Por eso se entiende que es una

73
relación semejante a la que existe normalmente entre el propietario y la cosa de que es
dueño.

De esta teoría se desprenden las siguientes conclusiones:

1. Puesto que el corpus lleva implícito el animus, toda detentación aunque sea por otro,
comprende ambos elementos, o lo que es igual, toda detentación es posesión.

2. Solamente por excepción, cuando la ley lo determine, se puede privar al detentador de


la protección posesoria.

3. Al demandante en materia de posesión le basta probar el corpus y a su contradictor le


basta probar, en su caso, que aquella detentación ha sido privada por la ley de la
protección de los interdictos.

La posesión de Saleilles, calificada como ecléctica, opone las siguientes objeciones a esta
teoría:

A su juicio el corpus es la manifestación de un vínculo económico entre el hombre y la cosa.


Lo que constituye a su entender el corpus posesorio es un conjunto de hechos susceptibles
de descubrir una relación de apropiación permanente, de apropiación económica, un
vínculo de explotación de la cosa puesta al servicio del individuo, entre aquél a quien dichos
hechos se refieren y la cosa que éstos tienen por objeto. El corpus es una relación de hecho
entre el poseedor y la cosa, de tal naturaleza que nos descubre al propietario y que
corresponde a lo que sería el ejercicio de un verdadero derecho de propiedad.
Por último, intentando una diferenciación de estos dos elementos de la posesión, el corpus
es simplemente la parte o aspecto material, tangible, o en todo caso, susceptible de
apariencia, de la relación intencional en que consiste el animus.

Nuestro Código se inspira en la teoría objetivista, por eso no exige en él para considerar
poseedora a alguna persona el animus, sino que basta para adquirir la posesión que se
ejerza con verdadero poder de hecho sobre la cosa en provecho de quien la tiene, sin
perjudicar a la colectividad, y por eso reconoce como poseedor al arrendatario, entre otros.

14.3. Historia.- En Roma la posesión era un señorío concebido como una relación de
derecho. En la actualidad la protección que se brinda a la posesión se busca explicar a
través o por medio de la Filosofía del Derecho, en cambio en Roma se le daba una
explicación histórica, y hay dos tesis históricas diferentes al respecto:

a). Una dice que la posesión y la protección posesorial tienen su origen en la tutela
concedida a los tenedores del campo público que era del Estado Romano, y se entregaba
a cierto tipo de personas para su explotación, pero esos detentadores no tenían ninguna
defensa en contra del propio Estado que se los había entregado, por lo cual en cualquier
momento se podían ver privados de esos bienes. No tenían defensa alguna puesto que no

74
eran propietarios. Por ello, se les consideró en un momento dado como poseedores, y se
les hizo extensiva la defensa que se les daba a los propietarios.

b). La segunda sostiene que esa protección tuvo su origen en aquellos casos en que se
iniciaba un "reivindicatio"; el magistrado hacia una atribución interina o provisional de la
cosa para terminar con la violencia material, y este nuevo estado no se podía acabar sino
con la contienda judicial, y de esa situación del tenedor provisional la jurisprudencia moldeo
la posesión.

El derecho romano conoció diversos tipos de posesión:

1. Possessio Naturalis.- Era la simple detentación de una cosa, sin protección alguna, ni tan
siquiera el intedicto. Tal sucedía en el caso de los arrendatarios, comodatarios o
depositarios.

2. Possessio Ad Interdicta.- Era un poder de hecho amparado por los interdictos. Se le deba
este tipo de posesión al que tenía una cosa creyéndola suya, al acreedor pignoraticio, al
precarista, etc.

3. Possessio Civilis.- Era el poder de hecho sobre una cosa, protegido por los interdictos y
podía además transformarse en propiedad, a través de la usucapión.

14.4. Clases de posesión.- Desde el punto de vista de la intención, puede ser:

1.-Posesión de buena fe.- Poseedor de buena fe es el que entra en posesión en virtud de


un título suficiente para darle derecho de poseer, entendiéndose por tal la causa generadora
de la posesión. También se considera como poseedor de buena fe al que ignora los vicios
de su título. La posesión de buena fe es el último y más llevado grado de posesión.

La buena fe se presume siempre, teniendo esta presunción el carácter de “juris tantum”. Al


que afirme la mala fe del poseedor le corresponde probarla.

El poseedor de buena fe que haya adquirido la posesión por título traslativo de dominio,
tiene los derechos siguientes:

a) El hacer suyos los frutos percibidos, mientras su buena fe no es interrumpida.

b) El de que se le abonen todos los gastos necesarios, lo mismo que los útiles, teniendo
derecho de retener la cosa poseída hasta que se haga el pago de éstos.

c) El de retirar las mejoras voluntarias, si no se causa daño en la cosa mejorada o reparando


el que cause al retirarlas.

d) El que le abonen los gastos hechos por él para la producción de los frutos naturales e
industriales que no hace suyos por estar pendientes al tiempo de interrumpirse la posesión,

75
teniendo derecho al interés legal sobre el importe de esos gastos desde el día en que los
haya hecho.

No responde el poseedor de buena fe de la pérdida o deterioro de la cosa poseída, aunque


haya ocurrido por hecho propio, pero sí de la utilidad que haya obtenido de la pérdida o
deterioro.

La posesión adquirida de buena fe no pierde ese carácter sino en el caso y desde el


momento en que existan actos que acrediten que el poseedor no ignora que posee la cosa
indebidamente.

2.- Posesión de mala fe.- Es poseedor de mala fe el que entra a la posesión sin título alguno
para poseer, y el que conoce los vicios de su título.

El que posee por menos de un año, a título traslativo de dominio y con mala fe, siempre
que no haya obtenido la posesión por un medio delictuoso, está obligado:

a) A restituir los frutos percibidos;

b) A responder de la pérdida o deterioro de la cosa sobrevenidos por su culpa o por caso


fortuito o fuerza mayor, a no ser que pruebe que éstos se habrían causado aunque la cosa
hubiere estado poseída por su dueño. No responde de la pérdida sobrevenida natural e
inevitablemente por el solo transcurso del tiempo.

c) Tiene derecho a que se le reembolsen los gastos necesarios.

El que posee en concepto de dueño por más de un año, pacífica, continúa y públicamente,
aunque su posesión sea de mala fe, con tal de que no sea delictuosa, tiene derecho:

a) A las dos terceras partes de los frutos industriales que haga producir a la cosa poseída,
perteneciendo la otra tercera parte al propietario, si reivindica éste la cosa antes de que
se prescriba.

b) A que se le abonen los gastos necesarios y a retirar las mejoras útiles, si es dable
separarlas sin detrimento de la cosa mejorada.

c) No tienen derecho a los frutos naturales y civiles que produzca la cosa que posee y
responde a la pérdida o deterioro de la cosa sobrevenidas por su culpa.

3.- Posesión delictuosa.- Es poseedor delictuoso el que ha llegado a la posesión por algún
hecho previsto y penado en el Código Penal ó en alguna ley penal. Esta obligado a restituir
todos los frutos que haya producido la cosa y los que haya dejado de producir por omisión
culpable. Responde también de la pérdida o deterioro de la cosa sobrevenidos por su culpa
o por caso fortuito o fuerza mayor, a no ser que pruebe que éstos se habrían causado

76
aunque la cosa hubiere estado poseída por su dueño. Todo ello sin perjuicio de la
responsabilidad penal correspondiente.

No responde de la perdida sobrevenida natural e inevitablemente por el solo transcurso del


tiempo.

B). Clasificación por procedencia: 1). Posesión originaria.- Es la que tiene el propietario de
la cosa cuando en virtud de un acto jurídico la entrega a otro, concediéndole el derecho de
retenerla temporalmente en su poder en concepto de usufructuario, acreedor pignoraticio,
depositario u otro título análogo. En caso de despojo, el que tiene la posesión originaria
goza del derecho de pedir que sea restituido el que tenía la posesión derivada y si éste no
puede o no quiere recobrarla, el poseedor originario puede pedir que se le dé posesión a él
mismo.

Sólo la posesión que se adquiere y disfruta en concepto de dueño de la cosa poseída puede
producir la prescripción.

2). Posesión derivada.- Es la que tiene el que recibe la cosa en cualquiera de las cualidades
señaladas.

C). Clasificación por la forma de adquisición y disfrute.

1.- Posesión pacífica.- Es la que se adquiere sin violencia, implica la violencia una violencia
activa, que conlleva, a su vez, la adquisición de la posesión por medio de la fuerza física o
la intimidación, y esta posesión impide que quien tomó la cosa pueda llegar a convertirse
en propietario de la misma. La violencia pasiva, serie de conductas que se realizan por el
poseedor de la cosa para mantenerse en su posesión, no cae en la idea o concepto de
violencia previstos en la ley, puesto que se ejerce después de adquirida la posesión.
2.- Posesión continua.- Es la que no se ha interrumpido por ninguno de los medios
admisibles para la interrupción de la prescripción.

En contraposición, será discontinua aquella que se manifiesta por intermitencias. Sobre


este punto, Planiol sostiene que la continuidad consiste en la sucesión regular de los actos
de posesión, a intervalos lo suficientemente cortos para no presentar lagunas, pero en
ninguna forma se puede considerar que se debe estar usando la cosa minuto a minuto, y
sin intervalo alguno, pues esto resulta absurdo. La continuidad resulta de una serie de actos
realizados con intervalos normales, tal y como pudiera hacerlo un propietario, cuidadoso de
obtener todo el provecho posible de su propiedad. Así, sí es continua cuando se ha ejercido
en toda ocasión y en todos los momentos en que debía hacerse así, resultando que es
discontinua cuando debiéndose haber aprovechado la cosa, no se hizo así.

3). Posesión pública.- Es la que se disfruta de manera que puede ser conocida por todos,
y la que está inscrita en el Registro Público de la Propiedad, es decir, la que se tiene “con
publicidad”.

77
Así, quien posee el bien lo debe utilizar sin esconderse de los demás miembros de la
colectividad en que se mueve. De no hacer un uso público de la cosa, el poseedor tendrá
una posesión viciada de clandestinidad, pues habrá realizado los actos de aprovechamiento
a escondidas de aquellas personas que tenían interés de conocerlos.

14.5. Adquisición y pérdida.- Por lo que hace a la adquisición, el título es la causa


generadora de la posesión o creadora de la misma. Desde el punto de vista legal se
considera mejor la posesión que se funda en el título y cuando se trata de inmuebles la que
está inscrita; a falta de título, o siendo iguales títulos, la más antigua.

Así, el Código Civil no contiene en realidad disposiciones directas acerca de los modos de
adquirir la posesión, limitándose a decir que puede adquirirse por la misma persona que va
a disfrutarla, por su representante legal, por su mandatario o por un tercero sin mandato
alguno, caso en el cual no se entenderá adquirida hasta que la persona en cuyo nombre se
haya verificado el acto posesorio lo ratifique; y que la posesión, según presunción legal, se
sigue disfrutando en el mismo concepto que se adquirió, a menos que se pruebe que ha
cambiado la causa de la misma.

En cuanto a la pérdida, la posesión de las cosas se pierde, conforme con el Código Civil,
por abandono, por cesión a título oneroso o gratuito, por destrucción o pérdida o por quedar
fuera del comercio, por resolución judicial, por despojo si éste dura más de un año, por
reivindicación del propietario, y por expropiación por causa de utilidad pública.

La pérdida de la posesión de los derechos se produce cuando es imposible ejercitarlos o


cuando no se ejerce el tiempo que baste para que queden prescritos.

El poseedor de una cosa mueble perdida o robada no podrá recobrarla de un tercero de


buena fe que le haya adquirido en almoneda de un comerciante que en mercado público se
dedique a la venta de objetos de la misma especie, sin rembolsar el poseedor el precio que
hubiere pagado por la cosa. El recuperante tiene derecho de repetir contra el vendedor. La
moneda y los títulos al portador no pueden ser reivindicados del adquirente de buena fe,
aunque el poseedor haya sido desposeído de ellos contra su voluntad.

14.6. Protección legal.- El primero de los efectos principales de la posesión, es la


protección que la ley le brinda. El poseedor en el sistema jurídico mexicano goza de cuatro
diversas protecciones:

a). Garantías Constitucionales; b). Los interdictos; c). La acción plenaria de posesión; y d).
Por la ley penal.

a). Garantías Constitucionales que salvaguardan la posesión, están contenidas en los


artículos 14 y 16.

En el segundo párrafo del artículo 14, dispone: “Nadie podrá ser privado... de sus...
posesiones... sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en

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el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes
expedidas con anterioridad al hecho”.

Y en el artículo 16 en su primer párrafo se determina: “Nadie puede ser molestado en su


(s)... posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de autoridad competente, que
funde y motive la causa legal del procedimiento”.

En consecuencia, el poseedor de una cosa o un derecho no podrá ser privado de ellos sino
mediante juicio, y conforme a un mandamiento de autoridad competente que funde y motive
su decisión. Si al poseedor se le pretende privar de su posesión sin cumplir con lo mandado
por la constitución, tiene el derecho de pedir la protección y amparo de la Justicia Federal,
a través del juicio de amparo.

b) y c). Tanto los interdictos como la acción plenaria de posesión o publiciana, ya han sido
estudiadas.

d). Por lo que hace a la protección de la ley penal a la posesión, podemos señalar que el
bien jurídico tutelado en el delito de despojo es la posesión.

En efecto, el artículo 237 del Código Penal para el Distrito Federal establece el delito de
despojo, que se refiere a bienes inmuebles y aguas.

Conforme a jurisprudencia el bien jurídico tutelado no es el derecho de propiedad, sino la


posesión pacífica de la cosa (inmueble o aguas), de tal forma que es irrelevante que el
ofendido sea o no propietario del bien respectivo. Por tanto, si el activo, infractor o
inculpado, toma la posesión de un predio o aguas a las que no tiene derecho, de propia
autoridad ya ejerciendo violencia física, furtivamente o empleando amenaza o engaño,
agota el tipo de despojo.
Por su parte, el delito de robo, que lo comete el que se apodera de una cosa ajena mueble,
sin derecho y sin consentimiento de la persona que puede disponer de ella con arreglo a la
ley (Art. 220 del Código Penal para el Distrito Federal), no requiere que se acredite la
propiedad del bien robado, sino la ajeneidad de la cosa materia del apoderamiento sin
derecho ni consentimiento de su legítimo titular. Así, es el apoderamiento de una cosa
mueble ajena, la usurpación de la posesión verdadera.

XIV.7. Usucapión y prescripción adquisitiva.- Como ya señalamos la usucapión es una


forma de adquirir el derecho real de propiedad mediante la posesión de la cosa en que
recae, en forma pacífica, continua, pública y a título de dueño, por todo el tiempo que pide
la ley.

El artículo 1135 del Código Civil señala: “Prescripción es un medio de adquirir bienes o de
librarse de obligaciones, mediante el transcurso de cierto tiempo y bajo las condiciones
establecidas por la ley”.

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A su vez, el artículo 1136 del propio ordenamiento establece: “La adquisición de bienes en
virtud de la posesión, se llama prescripción positiva (la verdadera usucapión); la liberación
de obligaciones por no exigirse su cumplimiento, se llama prescripción negativa (verdadera
prescripción)”.

Como podemos apreciar, se reúnen dos figuras diferentes, la usucapión que se refiere a la
adquisición de bienes, y la prescripción que se refiere a la forma de “librarse” de
obligaciones.

La única coincidencia entre ambas figuras es que precisan del transcurso del tiempo para
operar.

Sin embargo, sus diferencias radican en que la usucapión desde el derecho romano clásico
y hasta la fecha, es una forma de adquirir la propiedad y demás derechos reales, a través
de una posesión suficientemente prolongada y cumpliendo con los demás requisitos que
marca la ley; y, en cambio, la prescripción no sirve para adquirir derechos reales; sólo sirve
para que un deudor se oponga en forma válida, si quiere, a que se le cobre en forma
coactiva el crédito a su cargo.

Así, la prescripción es el derecho que la ley establece en favor del deudor para
excepcionarse válidamente y sin responsabilidad, de cumplir con su prestación, o para
exigir a la autoridad competente la declaración de que ya no se le puede cobrar en forma
coactiva la prestación, cuando ha transcurrido el plazo que otorga la ley al acreedor para
hacer efectivo su derecho.

Por tanto, hay diferencia, además, en que la usucapión hace perder un derecho real a aquél
en contra del cual se usucape; en cambio la prescripción no hace perder su calidad de
acreedor, sino que sólo le hace perder el derecho de demandar válidamente su
cumplimiento, ello si se le opone la prescripción como excepción.
Otra diferencia sería que la usucapión precisa que el poseedor de la cosa realice actos
positivos de aprovechamiento de ella –corpus- y por otra parte, implica una pasividad por
parte del propietario de la misma cosa, por lo que se refiere al ejercicio de su derecho real.

En cambio la prescripción no requiere actividad alguna del deudor, para que ella se
consuma a su favor, sino que basta para que la misma se genere, el que la persona del
acreedor permanezca inactivo.

Por último, en la usucapión es trascendente que la posesión se ejerza de buena o de mala


fe, pues ello implicará un mayor plazo para que se alcance, y en la prescripción en nada
afecta que el deudor sea de buena o de mala intención, el plazo es el mismo.

XV. DERECHOS DE AUTOR

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15.1. Concepto.- Para Gutiérrez y González es “El privilegio que confiere el estado a una
persona física que elabora y externa una idea, para que obtenga por el tiempo que
determine aquél en una ley, los beneficios económicos que resulten de la divulgación –yo
añadiría explotación- de esa idea, por cualquier medio de transmitir el pensamiento y el
respeto moral de la misma”. De este concepto, tenemos que destacar que sólo es atribuible
a personas físicas; que constituye un privilegio que otorga el estado, pues la ley priva a los
demás de este derecho y sólo lo deja para una o unas determinadas personas, el o los
autores; que se confiere el autor o a quien él le haya transmitido los derechos patrimoniales
de su obra, el derecho exclusivo de obtener los beneficios económicos que resulten de la
explotación de la idea, protegiéndoles la ley de otras personas que pretendan o realicen tal
explotación sin su autorización; que la protección a este derecho se extiende a cualquier
medio de transmitir las ideas, definición por demás amplísima; y por último, el respeto moral
a la misma idea, se refiere al reconocimiento general al autor de la misma cuando ésta sea
citada o empleada, y en la exigencia de que de ninguna manera se altere la obra sin
consentimiento del autor.

Para Rafael de Pina el derecho de autor es aquél que tiene por contenido la propia
producción artística, literaria, científica y, como especie de él, la industrial, y que tiene su
fundamento en la tutela estatal del trabajo y en el otorgamiento de sus beneficios a quien
lo realiza.

Rojina Villegas llama a los derechos de autor, propiedades intelectuales, y las define como
una serie de derechos que se ejercitan sobre bienes incorporales, tales como una
producción científica, artística o literaria, un invento o la correspondencia. Se reserva, sigue
diciendo el autor, el término propiedad industrial para los inventos, marcas y nombres
comerciales, y se regula por una ley especial de ese nombre.

15.2. La propiedad intelectual.- Se han denominado estos distintos derechos, derecho de


autor y propiedad industrial, con el nombre genérico de propiedades intelectuales,
designándose respectivamente a las especies que lo constituyen, como los nombres de:
propiedad científica, literaria, artística, dramática y propiedad industrial.

Así, cabe plantearse sí son derechos susceptibles de posesión material y exclusiva, ya que
no tienen cuerpo, y establecer sí se trata de derechos de naturaleza distinta.

Sí se trata de derechos personales, esto bajo la crítica de que tales derechos implican una
relación jurídica entre dos personas determinadas, acreedor y deudor, y a la vez una
facultad nacida de esa relación para exigir del deudor una prestación o un abstención.

Sí se trata de derechos reales, pues aparentemente existe una situación jurídica semejante
a la de los derechos reales: un poder jurídico que se ejercita por una persona determinada,
el autor de la obra, para aprovecharla en forma total o parcial y para oponer ese poder a
todo mundo, así, queda pendiente por establecer si este derecho real es de propiedad o de
naturaleza distinta.

81
O sí simplemente se trata de un privilegio otorgado por el Estado.

Para Rafael de Pina, la propiedad intelectual comprende el derecho de autor y el de


invención. Para él, su reconocimiento ha implicado un gran esfuerzo. Parafraseando a
Castán, acepta que es una manifestación del derecho de propiedad digna por todos los
conceptos de reconocimiento, no obstante la oposición que ha encontrado y las limitaciones
arbitrarias a que se encuentra todavía sometida. Y va más allá, el desconocimiento y su
falta de una regulación adecuada conducen a la conclusión mínima de negar a quienes
realmente lo merecen los beneficios –sin regateos- del propio trabajo, esto último como una
reacción al planteamiento de Royo Villanova en el sentido de si es conveniencia general
reconocer el derecho exclusivo del autor al producto económico de sus obras, para aliento
o estímulo de los ingenios, o si es más conveniente abandonar las obras, una vez
conocidas, al dominio público, para facilitar la divulgación de las ideas y promover la cultura
general, justificándose esta conveniencia por la consideración de que el autor para producir
su obra, se ha servido de los medios que le proporciona la sociedad.

15.3. Naturaleza jurídica.- Existen tres principales teorías que la explican, a saber:
a). Tesis que da al derecho de autor naturaleza jurídica de derecho real: Sostenida, entre
otros, por los maestros Leopoldo Aguilar y Rojina Villegas, el primero establece que si
observamos al titular de un derecho de autor en el goce de su derecho, descubrimos una
situación semejante a la de los derechos reales: un titular que se aprovecha de las ventajas
económicas de su obra, en forma exclusiva; luego desde este momento podemos deducir
que se trata de un derecho real, aunque se ejerza sobre cosas incorporales, como son las
ideas, ya que como está visto las cosas incorporales son objeto de derechos reales. Rojina
Villegas señala: “...se puede llegar a conciliar el problema técnico, con el problema de
justicia que supone la protección del autor y denominar estos derechos dándoles la
clasificación jurídica que les corresponda, no como derechos de propietario, sino como
derechos de explotación exclusiva y temporal sobre las creaciones de la inteligencia, es
decir, garantizando el esfuerzo mental del autor, mediante un privilegio exclusivo y
temporal”.

b). Tesis que da al derecho de autor naturaleza jurídica de derecho real de propiedad.-
Sostenida, entre otros, por Rafael de Pina, se basa en que el derecho de autor como la
propiedad, otorga la exclusividad de la idea a su titular, y es éste último quien puede
explotarla y beneficiarse con ella, concluyéndose así que es un derecho real de propiedad
pues todos estos atributos se ejercen sobre una cosa, que aunque inmaterial, la idea, no
impide considerarla afecta a la propiedad.

c). Tesis de la naturaleza propia del derecho de autor.- Sostenida, entre otros, por el Doctor
Gutiérrez y González, sostiene que no es un derecho real ni personal, es lisa y llanamente
lo que su nombre indica “derecho de autor” o “privilegio” como lo designa nuestra
Constitución y su naturaleza jurídica es propia y diferente a los demás derechos.

Tan es así, que nuestra Constitución en su artículo 28 determinó: “En los Estados Unidos
Mexicanos no habrá monopolios... exceptuándose únicamente los relativos...a los

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privilegios que por determinado tiempo se concedan a autores y artistas para la producción
de sus obras, y a los que, para el uso exclusivo de sus inventos, se otorguen a inventores
y perfeccionadores de alguna mejora...”; aunado esto a que originalmente, en nuestro
Código Civil, en su artículo 1181, hoy derogado, se dispuso que: “los autores de obras
científicas que llenen los requisitos que se habla en este título gozan por 50 años del
privilegio de publicarlas, traducirlas y reproducirlas por cualquier medio”; y por último,
señala Gutiérrez y González, el derecho de autor no tiene existencia por si solo, pues existe
sólo en la medida que el Estado a través de la ley, lo tutela y reconoce, en tanto que el
derecho real, al margen de la ley, en su contenido económico mismo, existe como fenómeno
social; lo sancione o no la ley, lo que da su contenido al derecho real, se presenta como
una realidad social, y remata diciendo, si no existe una disposición legislativa que proteja al
autor, que le dé el privilegio de explotar su idea, esa situación no se presentará como una
realidad al margen de la ley.

15.4. Historia

1.- La Constitución de 1824 es su artículo 50 se ocupó por primera vez de esta materia y
dispuso: “Las facultades del Congreso General son las siguientes: 1.-Promover la
ilustración: asignando por tiempo limitado derechos exclusivos a los autores por sus
respectivas obras”.

2.- Ley de 1846, primer ordenamiento específicamente dictado sobre esta materia, se sigue
la tesis de que el derecho de autor es un derecho de propiedad.

3.- Código Civil del Distrito Federal y Territorio de la Baja California, promulgado el 8 de
diciembre de 1870, también consideró al derecho de autor como un derecho de propiedad.

4.- Código Civil del Distrito Federal y Territorio de Baja California de 1884, siguió la misma
idea de que el derecho de autor es un derecho de propiedad.
5.- Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917. En este Ordenamiento
Fundamental, se le da ya al derecho de autor el tratamiento de privilegio.

6.- Código Civil del Distrito y Territorios Federales de 1928, sigue la orientación
constitucional y considera al derecho de autor como un privilegio.

7.- Ley Federal sobre Derechos de Autor, publicada el 14 de enero de 1948. Se consideró
al derecho de autor como un derecho autónomo, diferente al de propiedad. Es la primera
ley federal.

8.- Convención celebrada entre los Estados Unidos Mexicanos y la República Francesa,
relativa a la protección de los derechos de autor de las obras musicales de los Nacionales
de ambos países. Se promulgó el 30 de diciembre de 1951.

9.- Convenio entre los Estados Unidos Mexicanos y Dinamarca, para la protección mutua
de las obras de sus autores, compositores y artistas, se promulgó el 26 de agosto de 1955.

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10.- Convenio celebrado entre México y la República Federal de Alemania para la
protección de derechos de autor de las obras musicales de sus respectivos nacionales,
promulgado el 30 de abril de 1956.

11.- Ley Federal sobre el Derecho de Autor publicada el 31 de diciembre de 1956. En esta
ley se vacían los acuerdos tomados en la Convención de Ginebra, celebrada en 1952, y la
cual se promulgó hasta 1957.

12.- Convención Universal sobre Derecho de Autor, celebrada en Ginebra, Suiza, el 6 de


septiembre de 1952. Esta Convención es la más importante en la materia, y de ella se
derivaron considerables defensas para los autores, defensas que se habían ya incorporado
en la Ley de 1956.

13.- Convención sobre Propiedad Literaria y Artística, firmada en Buenos Aires, Argentina,
el 11 de agosto de 1910, y fue promulgada hasta el 23 de abril de 1964.

14.- Convención de París para la Protección de la Propiedad Industrial, en su revisión de


Lisboa, Portugal, de 1958, promulgada el 11 de julio de 1964, y su fe de erratas el 27 de
octubre del mismo año.

15.- Decreto de fecha 21 de diciembre de 1963, por el cual se reforma y adiciona la Ley de
1956. Estas reformas y adiciones vienen a constituir en sí mismas una nueva Ley, por lo
cual es frecuente oír hablar de la ley de 1963.

16.- Convención de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas, de 9 de


septiembre de 1886, en su revisión de 26 de junio de 1948 realizada en Bruselas, Bélgica,
promulgada el 20 de diciembre de 1968.

17.- Acta de París del Convenio de Berna, del 24 de julio de 1971, publicada el 24 de enero
de 1975.

18.- Convenio que establece la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, firmado


en Estocolmo, el 14 de julio de 1967, publicado el 8 de julio de 1975.

19.- Convención Universal sobre Derechos de Autor revisada en París el 24 de julio de


1971, promulgada el 9 de marzo de 1976.

20.- Tratado de Libre Comercio de América (Capítulo XVII Propiedad Intelectual), publicado
el 20 de diciembre de 1993.

21.- Ley Federal del Derecho de Autor, publicada el 24 de diciembre de 1996.

22.- Reglamento de la Ley Federal del Derecho de Autor, publicado el 22 de mayo de 1998.

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Estas son las disposiciones básicas para el objeto de nuestro estudio.

15.5. Protección legal.- La Ley Federal del Derecho de Autor vigente, es reglamentaria del
artículo 28 Constitucional. Sus disposiciones son de orden público, interés social y de
observancia general en todo el territorio nacional, correspondiendo su aplicación a un nuevo
organismo desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública denominado Instituto
Nacional del Derecho de Autor.

El Artículo 3º de la Ley establece que las obras protegidas son aquellas de creación original,
pero dentro del texto no hay definición de originalidad.

En su Título II, la Ley define al derecho de autor, así como el alcance y contenido de los
llamados derechos morales y patrimoniales del autor.
Así, en su Artículo 11 señala: “El derecho de autor es el reconocimiento que hace el Estado
en favor de todo creador de obras literarias y artísticas previstas en el artículo 13 de esta
Ley, en virtud del cual otorga su protección para que el autor goce de prerrogativas y
privilegios exclusivos de carácter personal y patrimonial. Los primeros integran el llamado
derecho moral y los segundos, el patrimonial”.

A su vez, el artículo 13 establece: “Los derechos de autor a que se refiere esta Ley se
reconocen respecto de las obras de las siguientes ramas”:

I. Literaria.
II. Musical, con o sin letra.
III. Dramática.
IV. Danza.
V. Pictórica o de dibujo.
VI. Escultórica y de carácter plástico.
VII. Caricatura e historieta.
VIII. Arquitectónica.
IX. Cinematográfica y demás obras audiovisuales.
X. Programas de radio y televisión.
XI. Programas de cómputo.
XII. Fotográfica.
XIII. Obras de arte aplicado que incluyen el diseño gráfico y textil.
XIV. De compilación, integrada por las colecciones de obras, tales como las enciclopedias,
las antologías, y de obras u otros elementos como las bases de datos, siempre que dichas
colecciones, por su selección o la disposición de su contenido o materias, constituyan una
creación intelectual.
XV. Las demás obras que por analogía puedan considerarse obras literarias o artísticas se
incluirán en la rama que les sea más afín a su naturaleza.

Cabe mencionar que la protección de la Ley se concede a las obras desde el momento en
que hayan sido fijadas en un soporte material, independientemente del mérito, destino o
modo de expresión (Art. 5 de la Ley).

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Por último, se entiende que los autores que aporten obras para su utilización en anuncios
publicitarios o de propaganda, han autorizado la omisión del crédito autorial durante la
utilización o explotación de las mismas, sin que esto implique renuncia a los derechos
morales, salvo pacto en contrario (Art. 23 de la Ley).

En virtud del derecho patrimonial, corresponde al autor el derecho de explotar de manera


exclusiva sus obras, o de autorizar a otros su explotación, en cualquier forma, dentro de los
límites que establece la presente Ley y sin menoscabo de la titularidad de los derechos
morales a que se refiere la Ley Artículo 21 (Art. 24 de la Ley).

Por lo que hace a los derechos morales, el autor es el único, primigenio y perpetuo titular
de los derechos morales sobre las obras de su creación. Tal derecho es inalienable,
imprescriptible, irrenunciable e inembargable, y corresponde su ejercicio al propio creador
de la obra y a sus herederos; sólo en ausencia de éstos, o bien en caso de obras del dominio
público, anónimas o las referidas a los derechos de autor sobre los símbolos patrios y de
las expresiones de las culturas populares, el Estado las ejercerá (arts. 18, 19 y 20 de la
Ley).

Es titular del derecho patrimonial el autor, heredero o adquirente por cualquier título. El
autor es el titular originario del derecho patrimonial y sus herederos o causahabientes por
cualquier título serán considerados titulares derivados-(arts. 25 y 26 de la Ley).

Los derechos patrimoniales estarán vigentes durante:

I. La vida del autor y, a partir de su muerte, cien años más; cuando la obra le pertenezca a
varios coautores los cien años se contarán a partir de la muerte del último;

II. Cien años después de divulgadas:

a). Las obras póstumas, siempre y cuando la divulgación se realice dentro del período de
protección a que se refiere la fracción I, y

b). La obras hechas al servicio oficial de la Federación, las entidades federativas o los
municipios.

Si el titular del derecho patrimonial distinto del autor muere sin herederos, la facultad de
explotar o autorizar la explotación de la obra corresponderá al autor y, a falta de éste,
corresponderá al Estado por conducto del Instituto, quien respetará los derechos adquiridos
por terceros con anterioridad.

Pasados los términos previstos en las fracciones anteriores, la obra pasará al dominio
público (Art. 29 de la Ley).

Por lo que hace la Registro Público del Derecho de Autor, éste tiene por objeto garantizar
la seguridad jurídica de los autores, de los titulares de los derechos conexos y de los

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titulares de los derechos patrimoniales respectivos y sus causahabientes, así como dar una
adecuada publicidad a las obras, actas o documentos a través de su inscripción. Las obras
literarias y artísticas y los derechos conexos quedarán protegidos aún cuando no sean
registrados. (Art. 162 de la Ley).

Por último, en el Registro Público del Derecho de Autor se podrán inscribir:

I. Las obras literarias o artísticas que presenten sus autores.

II. Los compendios, arreglos, traducciones, adaptaciones u otras versiones de obras


literarias o artísticas, aún cuando no se compruebe la autorización concedida por el titular
del derecho patrimonial para divulgarla. Esta inscripción no faculta para publicar o usar en
forma alguna la obra registrada, a menos que se acredite la autorización correspondiente.
Este hecho se hará constar tanto en la inscripción como en las certificaciones que se
expidan.

III. Las escrituras y estatutos de las diversas sociedades de gestión colectiva y las que los
reformen o modifiquen.

IV. Los pactos o convenios que celebren las sociedades mexicanas de gestión colectivas
con las sociedades extranjeras.

V. Los actos, convenios o contratos que en cualquier forma confieran, modifiquen,


transmitan, graven o extingan derechos patrimoniales.

VI. Los convenios o contratos relativos a los derechos conexos.

VII. Los poderes otorgados para gestionar ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor,
cuando la representación conferida abarque todos los asuntos que el mandante haya de
tramitar ante él.

VIII. Los mandatos que otorguen los miembros de las sociedades de gestión colectiva a
favor de éstas.

IX. Los convenios o contratos de interpretación o ejecución que celebren los artistas
intérpretes o ejecutantes,

X. Las características gráficas y distintivas de las obras (Art. 163 de la Ley).

15.6. Explotación.- Las formas de explotación de los derechos patrimoniales del Derecho
de Autor pueden realizarse de muchas formas, por lo que resulta poco pertinente su estudio
en este curso.

Sin embargo, es de destacarse la gestión colectiva de derechos. Sobre este particular, las
sociedades de gestión colectiva, que son las personas morales que, sin ánimo de lucro, se

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constituyen bajo el amparo de la Ley Federal del Derecho de Autor, con el objeto de
proteger a autores y titulares de derechos conexos tanto nacionales como extranjeros, así
como recaudar y entregar a los mismos las cantidades que por concepto de derechos de
autor o derecho conexos se generen a su favor. Así, los causahabientes de los autores y
de los titulares de derechos conexos tanto nacionales como extranjeros, residente en
México podrán formar parte de sociedades de gestión colectiva.

En tal virtud, estas sociedades deberán constituirse con la finalidad de ayuda mutua entre
sus miembros y basarse en los principios de colaboración, igualdad y equidad, así como
funcionar con los lineamientos que la Ley establece y que los convierte en entidades de
interés público (Art. 192 de la Ley).

Por último, para poder operar como sociedad de gestión colectiva se requiere autorización
previa del Instituto, el que ordenará su publicación en el Diario Oficial de la Federación (Art.
193 de la Ley).

15.7. Tratados Internacionales.- Considerado como el más importante en materia de


derecho de autor, la Convención Universal sobre Derecho de Autor, celebrada en Ginebra,
Suiza, misma que se firmó el 6 de septiembre de 1952, tuvo como motivo el deseo de
asegurar en todos los países la protección del derecho de autor sobre las obras literarias,
científicas y artísticas. Así, los estados contratantes convencidos de que un régimen de
protección de los derechos de autor adecuado a todas las naciones contribuirá a asegurar
el respeto de los derechos de la personalidad humana y a favorecer el desarrollo de las
letras, las ciencias y las artes, y que facilitará la difusión de las obras del espíritu y una
mejor comprensión internacional.

Dicha convención fue revisada en París, el 24 de julio de 1971.

Otra Convención que resulta importante, es la de Berna que se refirió a la protección de las
obras literarias y artísticas, firmada en esa ciudad el 9 de septiembre de 1886, fue revisada
en diversas ocasiones, siendo la última, el 2 de junio de 1928, en Bruselas, Bélgica. Esta
Convención se distingue por sus definiciones respecto de figuras propias del derecho de
autor.

Por último, el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica dedica un apartado al derecho


de autor que debe considerarse al establecer negocios sobre este particular en Canadá o
Estados Unidos.

Es de señalarse, que los textos de las convenciones mencionadas han enriquecido el


contenido de nuestra Ley Federal actual.

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