Mujeres Dominicanas
Mujeres Dominicanas
Mujeres Dominicanas
Introducción
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menina en el machismo producto del capitalism o y también defien-
den la igualdad, a tal forma que en muchos de estos países existen el
reconocim iento legal diciendo que los deberes y los derech_os no tie-
nen sexo.
El derecho al voto y demás libertades. civiles que le correspond en
a la mujer, resultan abstractas cuando no van acompaña das de autono-
mía económica . La mujer mantenida, -dice Simone de Beauvoir- ,
no está liberada del macho aunque tenga en sus manos una papeleta
electoral. La mujer ha superado la distancia de desigualda des que la
separa del hombre por medio .del trabajo, que ..es una garantía para la
libertad y la igualdad concreta. A pesar de eso las mujeres que traba-
jan no se evaden del tradicional mundo femenino, pues en sus hoga-
res no reciben de la sociedad, ni de sus familias, la ayuda que les sería
necesaria para alcanzar la igualdad, derechos y deberes intrínsecos de
cada caso.
l. La Mujer Taína.
Cuando los españoles llegaron a esta isla encontraro n que los abo-
rígenes estaban socialmen te organizado s en tribus, clanes y familias y
tenían además su organizaci ón poi ítica y económica .
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La autoridad principal de la familia era el padre, pero la costum-
bre sucesora! era matril ineal. Nuestro pueblo aborigen desarrolló un
sistema de producción económica comunitaria, en el cual las labores
se realizaban de acuerdo al sexo y dividido en trabajo de hombres y
trabajo .de mujeres.
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damente de 360 hombres que vivían mancomunados con las mujeres
taínas. Nicolás de Ovando fue nombrado gobernador en 1502. Salió
de España con 2,500 personas, de las cuales 73 eran mujeres casadas
que acompañaban a sus esposos. Las familias venían con el fin de es-
tabilizar los establecimientos coloni.a les. Como se comprueba el nú-
mero de mujeres era muy reducido comparado con el dos hombres.
En el Catálogo de Pasajeros de lnd ias, aparecen ciertos datos signifi-
cativos y curiosos como es que las mujeres viajaban registradas entre
las propiedades de los hombres junto a las herramientas y las mercan-
cías. Luego que comenzaron a llegar mujeres venían muy pocas solte-
ras y sólo después que arribó al país Diego Colón, con su esposa Ma-
ría de Toledo, vinieron acompañados de varias damas solteras, algu-
nas de las cuales contrajeron matrimonio en la colonia. A ellas se de-
be el nombre de la calle más antigua de la República: La Calle de las
Damas.
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'
za real de 15 45, se puede leer ciertas reglamentaciones sobre las {(oras
de recogerse y vender por plazas y calle las negras". Parte del texto
dice:
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Cuando el cadáver del capitán fue llevado a Santiago, su prometida
ayudó a cavar la tumba del soldado y luego se incorporó a las tropas
bajo las órdenes del capitán Gutiérrez de Meneses, quien al principio
se negó admitirla. "Su tenacidad le valió que la designaran como vigi-
lante y la enviaran al destacamento que se encontraba en el Castillo
de San jerónimo"s. Su trabajo consistía en espiar los movimientos
de la flota enemiga, y tuvo la idea de poner en diferentes árboles
cuerdas encendidas para dar la sensación de que hab (a varios campa-
mentos. Comentando el valor y la astucia de Juana de Soto mayor, di-
ce Vergés Vidal, que los detalles en su forma de vestir daban la impre-
sión en aquella mujer dominicana, llde uno de los hombres de leyen- .
da".
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4. Los Registros del XIX hasta 7867
El siglo XIX, se caracteriza en la historia dominicana por una se-
rie de acontecí m ientos algunos de los cuales se han convertido en
constante de nuestra sociedad. El XIX, se ha definido como el siglo
de las Dominaciones, ya que en 1801, estuvimos dominados por los
haitianos cuando Toussaint Louverture en nombre de Francia ocupó
a- Santo Domingo, luego pasamos al período conocido como la Era de
Francia, después regresamos al sistema colonial español. Núñez de
Cáceres, nos proclamó libres de España el 31 de diciembre de ·1821
hasta el 2 de febrero de 1822, fecha en que se inició la Dominación
Haitiana.
Cuando comienza a gestarse el movimiento de la Independencia
de 1844 con la fundación de la Trinitaria, una mujer, Josefa Pérez de
la Paz, la madre de Juan Isidro Pérez, uno de los trinitarios, hizo el
primer aporte femenino a la causa revolucionaria de los independen-
tistas, al ceder su casa para que en ella se fundara la patriótica socie-
dad el 16 de julio de ·1838. Otra madre que cooperó con la gestación
y nacimiento de la República, fue Manuela Diez J iménez, la progeni-
tora de Juan Pablo Duarte, su hogar permanece en la historia como
una fragua donde se forjaron nobles ideales y que fue deshecho por
persecuciones poi íticas. Ramón Emilio J iménez le escribió un soneto
que publicó Vetilio Alfau, una de cuyas estrofas dice : I(Manuela Diez
}iménez, quien ayer te dijera que tu ser había· sido por Dios predes-
tinado para que de tí naciera el héroe inmaculado que dió a la demo-
cracia del mundo otra bandera".
La fe manifestada ·por Doña Manuela en los destinos de la nacio-
nalidad dominicana, le ocasionó el destierro a ella y sus hijos, pero
desde el exilio siguieron ofreciendo al país su colaboración para la
construcción de la República, y fue Rosa Duarte quien recopiló datos
sobre la vida de su hermano y legó unos "Apuntes para la Historia de
la Isla de Santo Domingo y para la biografía del General Dominicano
Juan Pablo Duarte Diez", cuyo contenido es imprescind ib leJ::onsultar
cuando se quiere investigar acerca de la vida, obra, pensamiento y
vicisitudes del Padre de ·la Patria. Junto a su novio Tomás de la Con-
cha, uno de los Trinitarios, Rosa Duarte aprendió a fundir el plomo
para fabricar balas con que defender la instalación de la República.
Los Duarte sacrificaron el patrimonie- familiar para el auspicio de la
Independencia, y fueron v'Íctimas de la orden de exilio, enviada a la
madre, cuyo texto es el siguiente:
DIOS, PATRIA Y LIBERTAD
REPUBLICA DOMINICANA
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Sección de Po/ic ía
No. 20
Santo Domingo, Marzo 3 de 7845 y 2 de la Patria.
Manuel Cabra/ Berna/
Secretario de Estado del Despacho
del Interior y Policía
A la señora Manuela Diez
Presente.
Seiiora:
Cabra/ Berna!.
A mediados del Siglo XIX, la mujer vivía marginada de las activi-
dades poi íticas. La causa separatista y revolucionaria de los trinitarios
fue una ocasión propicia para que ésta se incorporara a participar
activamente en la poi ítica. Varias mujeres conocían y cooperaban
con las conspiraciones que en diferentes partes del país se tramaban
para derrocar al presidente Jean ~ierre Boyer y para separar a la parte
este de la isla del régimen haitiano.
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Las Febreristas. A este grupo pertenecen Manuela Diez de Duarte y su
hija Rosa, Josefa Pérez de la Paz y otras como María Trinidad y
Socorro Sánchez, Micaela Rivera de Santana y muchas más, que sólo
cuantitativamente no podemos enumerar, pero con cuya contribu-
ción se hizo posible la proclamación de la Independencia el 27 de
Febrero de 1844.
_ Maria Trinidad Sánchez era hermana del Padre de Francisco del
Rosario Sánchez, el hombre que presidió el nacimiento de la Repú-
blica. Mar(a Trinidad fue la primera mártir que prestó a la Patria un
valioso aporte el 27 de Febrero, al presentarse cerca de la Puerta del ·
Conde con cartuchos para los patriotas a quienes ayudaba a cargar
sus armas. Partid pó también en algunas tramas contra el despotismo
del gobierno de Pedro Santana. Acusada de conspiradora, fue juzgada
y condenada a muerte. Se le ofreció la supresión de la condena si
delataba a sus compañeros. Rechazó tan vil proposición, contestando
que sus compañeros eran más útiles que ella a la causa de la Repú-
blica. El 27 de Febrero de 1845, fue fusilada en la ciudad de Santo
Domingo. Con aquel crimen 'Se conmemoró el primer aniversario de ·
la Independencia.
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ciudad natal, una hermosa avenida que lleva el nombre Las Villas,
como históricamente son conocidas estas damas. Se distinguieron en
el arte del bordado y la costura. En su casa ocultaron a Juan Evange-
lista Jiménez, quien fue enviado a La Vega con la misión de llevara
todo el Cibao el Manifiesto Separatista del 16 de Enero de 1844.
Cuando se proclamó la Independencia, de ~ nuevo se enviaron delega-
dos a todas las regiones del país para informar del hecho. Pedro
Ramón de Mena fue el comisionado para el Cibao. Al llegar a La
Vega, se encontró con una bandera ya confeccionada. Esta bandera,
la primera que se enarboló en el Cibao, el 4 de marzo de 1844, fue
obra de "las manos patricias de las hermanas Villa".
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5. La Mujer en la An~xión y la Restauración
Durante la anexión de la República, en 1861, una hija del ex-vice-
presidente Manuel de Regla Mota, se opuso a tan antipatriót ico acto .
Se produjo un enfrentam iento entre padre e hija, cuando éste .e narbo-
laba la bandera española en Ban í como principio de la reincorpor a-
ción a España. Encarnació n protestó públicame nte, salió a la calle a
pedir a los hombres y mujeres que con sus armas y si fuera necesario
con su vida impidieran que se consumara ese suicidio de la nación . Su
acción no tuvo el efecto deseado, porque este desafío y valor fue
interpretad o como una locura. Tomando en considerac ión que a me-
diado del siglo pasado la relación padre-hija era de _completa su mi-
sióri por parte de la hija frente al padre, la actitud de- Encarnació n
Mota es doblement e ,significativ a: defiende a la Patria a costo de
enfrentarse a su padre. La memoria de su acción perdura con el
reconocim iento de la "heroína banileja" con que las generacion es
posteriores la reconocen.
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Fue un día, agrega, "en que e taba yo arrecotá de la paré de mi
casa y de pronto se me acercó un hombre y me preguntó: ¿Cómo
se llama usted? }1 Pum. Me acotejó una galleta en la pata de la
1
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•
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Interpretó el destino incierto y las vicisitudes fre1:tricida que vivía la
sociedad de su tiempo, por eso en Ruinas, una de sus poesías patrió-
ticas, plasmó un profundo sentimient o sobre el destino del país al
escribir: iPatria desventurada! ¿Qué anatema cayó sobre tu frente?
La dedicación al magisterio y la creación poética, las dos actividades
esenciales de esta ejemplar dominican a, han quedado claramente ex-
presadas en la poes(a por el ilustre poeta Ramón Emilio Jiménez,
quien nos dice en su poes(a:
Salomé Ureñd
Porque luchaste,
porque erigiste
templo a la Escuela,
culto al saber,
poniendo en fuga la sombra triste
de la ignorancia, santa mujer.
1
Porque tu lira,
_la más sonora,
templó las almas para el hogar,
con la dulzura de ave canora
cuando amorosa rompe a cantar15.
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Luisa Ozema Pellerano, quien fue una de las primeras seis maestras
formadas por Salomé Ureña. Presidió la sociedad "Rosa Duarte",
cuyo objetivo era reunir fondos para adquirir una estatua del Funda-
dor de la República.
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casi una adolescente, inició su prolífica labor magisterial cuando sólo
tenía 15 años. Obtuvo su título de maestra normal en Santiago, su
ciudad natal. Mujer instruida y agraciada, recibió una oferta que no
aceptó de "un buscador de talentos artísticos" para "que se trasla-
dara a New York" donde estaba casi seguro que tendría éxito en el
arte del entonces cine mudo. Como directora de escuela, adoptó el
método pedagógico de Hostos e introdujo reformas y ampliación en
los programas oficiales de las Escuelas Primarias. Dio formación de
magisterio normal a varios grupos de jóvenes, sin abandonar sus clases -
públicas. Formó una magnífica colección botánica, zoología y otra
de fauna dominican a, muestras de las cuales aún se conservan en la
escuela .que lleva su nombre en la ciudad de Santiago de los Caballe-
ros.
En mayo de 1929, tuvo la satisfacción de ver inaugurado el local
de la "Escuela México", el cual fue entregado con algunos detalles
incompletos. La profesora Pep ín empleó parte de su sueldo para
completar la obra. Su acción patriótica y su participación en la Cam-
paña Nacionalista con la intervención hicieron temer por su vida. Re-
dactó enérgicas y brillantes protestas que firmadas por las mujeres san-
tiagueras dirigieron a la comisión del Senado de los Estados Unidos. El
18 de noviembre de 1921, el gobierno militar la nombró como repre-
sentante de la República, en la confe rencia panamericana, auspiciada
por la Liga de Mujeres Sufragistas de los Estados Unidos. Rechazó el
nombrami ento, según sus propias palabras porque ((no puedo ir a
representar mi país al extranjero llevando credenciales suscritas por
los jefes de las fuerzas invasoras de mi patria"l B.
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ban eleccio~es se les permitía a todos los hombres mayores de edad,
aún a los más analfabetos y sin embargo se les negaba a todas las
mujeres aún las más instruidas. A pesar de toda su consagración, de
los homenajes y condecoraciones que recibió, entre.ellos la Orden del
Mérito "Juan Pablo Duarte" otorgada mediante el decreto 239, fir-
mado por Rafael Truj illo, en septiembre 1938, no se libró del zarpa-
zo de la dictadura. Por solidaridad y compañerismo, a la muerte del
profesor Andrés Pe rozo, enarboló la bandera a media asta; la intriga
pbl ítica se teje a su alrededor y fue destituida de su cargo, lo que la
obligó a recluirse en su hogar. Murió en junio 1939. El Listín Diario,
al referirse a su muerte, expresa, entre otras ideas que: "Baja a la fosa
rodeada por la admiración la abnegada maestra, la mujer superior,
cuya existencia fecunda y luminosa, .. deja ... una simiente que flore-
ce hoy y fructificará mañana".
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cana que sobresale en el arte pictórico y su interés en resaltar el tipo
racial femenino. Participó en varias exposiciones a nivel internacio-
nal. En 1939 en la Exposición Mundial de Pintura, celebrada en
Nueva York. Obtuvo medalla de honor por su magnífico cuadro ''El
vendedor de andullo", obteniendo muy merecidos elogios y marcan-
do. un hito como precursora de vanguardia femenina en el arte- domi-
n1cano.
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Hermanos, ¿qué ha pasado?
Toda la tierra sangra
por mil heridas en la entraña abierta.
Las miserias del hombre, y sus dolores
en tu fibra más honda,
cómo habrás de sufrirlos, Madre Tierra22 .
Por su postura Carmen Natalia tuvo que exilarse. Se radicó en
Puerto Rico, en donde contínuó su quehacer _literario. Danilo de los
Santos, ha dicho ({que su poesía testimonia a la mujer comprometida
y angustiada por el dolor íntimo y el de los demás".
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otras donde demuestra su capacidad para el ordenamiento de imá-
genes en la novela y la manera de engrandecer las pequeñeces de la
vida. Incursionó en el teatro, justamente con Las Feministas, que
es una zarzuela en tres actos. Dominó la prosa narrativa de ma-
nera admirable y en honor y reconocimiento a su creación, ha
es<;rito Balaguer que "ha sido la escritora dominicana del siglo
X 1X mejor dotada para la actividad 1iteraría "24 . Colaboró en varias
revistas literarias y muy fue destacada su labor en el "Club de Da-
mas" de Puerto Plata. ·
Dentro del mundo artístico del canto, del teatro, y del cine, hay
un considerable número de mujeres que han contribuido a promover
a la República. Entre ellas Catalina Jáquez, la Alondra del Yaque,
María Montez, que obtuvo gran reconocimiento y fama mundial en el
cine internacional, J ulieta Otero, cuya voz de contralto estremeció a
varias generaciones, recibiendo muy apreciados elogios, y Divina Gó-
mez, uno de los pi lares del teatro dominicano, radial y escénico.
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zadoras de la Semana Patriótica, con la cual se repudió en todo el
país la ocupación de las fuerzas extranjeras.
Como contribuci.ón con su lucha por la reivindicación , de los
derechos fe·meninos, Abigat1 Mej ía publicó dos interesantes trabajos:
"Evolución del. Feminismo", "Ideario Feminista". Este último dedi-
cado al Dr. Gregorio Marañón, a quien admiraba por su labor cientí-
fica y por ser un defensor de las reclamaciones feministas. En este
estudio dejó clarificada la sustentación de sus ideas, expresando entre
otras cosas:
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Abiga11 Mej ía murió en marzo de 1941, a los pocos meses, se consa-
gró el derecho al voto de la mujer dominicana.
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numeroso de mujeres que se destacaron, unas por ser serviles y servi-
doras del truj illismq, otras por su actitud de valiente enfrentamien to
al sistema y otras por sus capacidades intelectuales art(sticas y cultu-
rales. De las que se identificaron con el régimen entre otras Isabel Ma-
yer, una de las figuras femeninas más visibles y gran activista de la Ra-
ma Femenina dei 'Partido Dominicano. La Abogada Milady Félix de
L'Official, por su personal preparación, desempeñó varios cargos pú-
blicos de importancia. Otras ·mujeres que ocuparon posiciones públi-
cas fueron: Armida García de Contreras, Consuelo de Prats Ram (rez,
María Teresa Nanita de Espaillat, j osefa de González, Mélida Fró-
meta y otras más. Minerva Bernard in o realizó una importante labor
en el campo feminista interamerican o y desplegó un gran entusiasmo
en favor de los derechos de la mujer dominicana. Fue nombrada
delegada de la República Dominicana a la Comisión lnteramerican a
de Mujeres y a la VIl Conferencia Internacional Americana, celebrada
en Montevideo en 1933, a partir de esa fecha fue nombrada por
Truj illo, como representante de la mujer do m inica.na en múltiples
eventos internacionales. Desempeñó también varios cargos d iplomá-
ticos. Fue repudiada por las mujeres dominicanas en el exilio, por
considerarla una leal servidora de Trujillo.
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allá arriba en las montañas.
Por un camino al abismo
el Tirano de la Muerte,
seguía las tres hermanas.
El 25 de noviembre, agentes del Servicio de Inteligencia Militar,
SIM, detuvieron a las hermanas en su regreso a Salcedo y también a
Rufino de la Cruz, el chofer del vehículo en el cual viajaban. Los
mataron a palos y luego el automóvil fue arrojado junto a un barran-
co para aparenta r uno de los tantos accidentes que producía el truji-
llato. A ellas la muerte les dio la vida porque como muy bien escribió
de ellas otra mujer, la poetisa Carmen Natalia, ellas están:
Conclusión
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tica referente a la Población Económicamente activa que estaba tra-
bajando. De los datos ofrecidos sólo tomé la siguiente muestra de
acuerdo a grupo de edad de 30 a 49 años.
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POBLACION DOMINICAN A DE ACUERDO
CON LOS CENSOS NACIONALE S DE POBLACION
CORRESPONDIENTE A LOS A!VOS
CITAS
1. Las Casas, Bartolomé. Historia de las Ind ias. Tomo l. Pág·. 304.
2. Franco, Franklin. Los Negros, los Mulatos y la Nación Domin icana. Pág. 23.
5. ldem . Pág. 9.
7. ldem.
. 9. Martínez , Rufino. Dic'c ionario Biográfico Histórico Dominicano 1821 - 1930. Pág. 44 7.
1 O. García, Alcides. Citado por Ramiro Matos en Banderas y Escudos Domin icanos. Pág.
12.
11. García, José Gabriel. Compendio de Historia de San to Domingo. Pág . 486.
13. Peña, Angela. Una Doña Bárbara Criolla. Revista Renovación . No. 222 , 17 de mayo,
1973.
14. Balaguer, Joaquín. Historia de la Literatura Dominicana. Pág . 119 .
47
15. J iménez, Ramón Emilio. La Patria en la Canción. Pág. 234.
16. Schoenrich, Otto. Santo Domingo un país con futuro. Pág. 152.
20. ldem.
21. Carmen Natalia. Alma Adentro . Poesías 1939- 1976. Pág. 282.
24. Peguero, Valentina y de los Santos, Danilo . Visión General de la Historia Dominicana.
Pág. 349.
8/BL/OGRAF /A
4. De las Casas, Bartolomé. Historia de las Indias. Tomo l. Fondo de Cultura Económica.
México. 1954.
6. Franco, Franklin. Los Negros, los Mulatos y la Nación Dominicana. Editora Nacional.
Santo Domingo. 1969.
8. García, José Gabriel. Compendio de Historia de Santo Domingo. Ahora . Santo Domin-
go. 1968.
9. Lara F., Carmen. Resplandores de gloria. Ed. Montalvo, Ciudad Trujillo. 1945.
1 O. Matos, Ramio. Banderas y Escudos Dominicanos. Edita Libros, S.A., Santo Domingo,
1981.
11. j iménez, Ramón Emilio. La Patria en la Canción . Editora Santo Domingo. 1980.
48
13. Mejía, Abigaíl . Ideario Feminista. Secretaría de Estado de Educación, Santo Domingo,
197 5.
14. Moreaux de Saint Méry. Descripción de la Parte Española de Santo Domingo. Ed.
Santo Domingo. 1976.
16. Peguero, Valetina, y De los Santos, Danilo. Visión General de la Historia Dominicana.
Ed. Taller. Santo Domingo. 1978.
18. Schoenrich, Otto. Santo Domingo un país con Futuro. Gráficas Manuel Parejas. Barce-
lona. 1977.
49
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