La Mujer Como Sujeto Histórico en Chile

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ESCUELA DE VERANO UNIVERSIDAD DE CHILE

La mujer como sujeto


histórico en Chile
Sinopsis

Autora:
Karina Córdova Quintanilla
INDICE

Introducción……………………………………………………………….. 3

1. La mujer popular

1.1 Diferenciando entre “las de arriba” y “las de abajo”…………….. 4

1.2 La mujer popular y el campo………………………………………… 5

1.3 La mujer en la ciudad…………………………………………………. 6

1.4 Papel de la mujer en los años posteriores hasta 1973…………… 7

2. Mujeres en contra de la opresión…………………………………….. 8

3. Las mujeres en la vuelta a la democracia………………………….. 9

4. Rol de la mujer en el siglo XXI………………………………………. 10

5. Conclusiones……………………………………………………………11

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6. Experiencia en la Escuela de Verano………………………...…….. 12

7. Bibliografía………………………………………………………………13

INTRODUCCIÓN

“La historia de la mujer es la historia del martirio, del dolor y de la abnegada


sublimidad.” (Recabarren, 1916)

Si tratamos de identificar un prototipo de mujer chilena a través de nuestra historia,


de seguro no lo encontraremos. Desde los primeros tiempos coloniales existió una
diferencia entre las “de arriba” y las “de abajo”. Por lo anterior, estudiar a la mujer
como sujeto histórico en Chile no es sencillo. Varios autores ya lo han hecho, y el
objetivo de este trabajo es hacer una sinopsis de esa historia, en primera instancia
de la mujer del bajo pueblo, su identidad y rol; y luego un recuento sobre lo que
fue el movimiento de mujeres en los años de la dictadura y posteriores, para
responder a la pregunta de por qué la mujer hoy no tiene un rol protagónico en la
historia en cuanto a movimientos sociales que cambien la realidad que estamos
viviendo, como ocurrió antiguamente.

El presente trabajo es el resultado de lecturas acerca del tema, de diversos


autores, para así tener una visión más amplia de lo que estaba desarrollando; con
datos históricos que nos ayudan a comprender el proceso que vivió la mujer, que

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por cierto aún no está cerrado, y que nos trae al papel que cumple en el día de
hoy.

1. La mujer popular

1.1 Diferenciando entre las “de arriba” y las de “abajo”

Desde los primeros tiempos de nuestra colonia, hay una diferencia entre las
mujeres de la alta sociedad, conocidas como “las de arriba” y las del mundo
popular o “las de abajo”.

Las primeras tienen su origen en la mujer española, que llegó a Chile desde la
década de 1540, principalmente con sus maridos. Luego tenemos a las hijas de
españoles nacidas en Chile que son casadas en ventajosos matrimonios. Aquí se
forma la mujer aristócrata.

En cambio, la mujer popular tiene su origen en las indígenas de los tiempos


coloniales, quienes fueron víctimas de la “relajación moral” de los españoles, los
cuales las dejaron insertas en una sociedad esclavista y con una única compañía:
sus niños “huachos”.

Las mujeres de la alta sociedad vivían bajo un constante control masculino que las
obligaba a seguir ciertas normas de vida que no las tenían completamente
satisfechas. Ellas fueron las precursoras de los movimientos anti-patriarcales en el
país, logrando a través de su lucha ganar ciertas libertades. Sin embargo, esa
libertad que consiguieron rigió sólo para ellas y entre ellas, al contrario de lo que
ocurrió con las mujeres del bajo pueblo.

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1.2 La mujer popular y el campo

A mediados del siglo XVIII cambia el escenario económico. El siglo XVIII se


convierte en el siglo del trigo, la exportación de cereales al Perú y la actividad
agrícola adquieren gran importancia, dando más oportunidades a todos. Los
vagabundos (antes niños huachos) se vuelven labradores, formando familias y
naciendo el campesinado. La unidad familiar es una unidad productiva, donde se
acumulan y distribuyen bienes. En medio de este contexto, cambia la tarea de la
mujer, ya que se convierte en artesana. Su lugar de trabajo es el rancho, en el
cual se va formando toda una red social, de la cual ella es la protagonista, el
centro de la actividad cultural y económica. Se forma una cultura popular “hecha
a mano”.

Desde el año 1800 esa estructura de mundo popular empieza a decaer, ya que el
labrador comienza a endeudarse con los mercaderes. Debido a las guerras, los
campos se asolaron y ahí fue donde vinieron las deudas para el labrador, el que
huyó a los cerros o fue llevado a la guerra .La mujer queda sola. Es precisamente
aquí donde la mujer, al verse abandonada, reúne su fortaleza y tomando a sus
niños se dirige a las ciudades.

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1.2 La mujer en la ciudad

Cuando llegan a las ciudades, las mujeres instalan su rancho. Este último
elemento es sumamente importante en la integración de la cultura popular en los
centros urbanos. ¿Por qué? Porque estas mujeres instalaron centros de diversión
para los hombres (extranjeros y jóvenes aristócratas), las “chinganas”, en donde
se desarrolló la cultura criolla. Aquí cantaban, bailaban y sociabilizaban para
divertir a los que las visitaban en busca del “olvido momentáneo” del sistema
moral que los normaba. Las chinganeras fueron mujeres ágiles, independientes y
con vitalidad, pero llevaban (a los ojos de la iglesia y la alta sociedad) una vida
inmoral, de modo que la represión no tardó en caer sobre ellas, siendo llevadas a
servir en casas. Sus hijos, por otro lado, se les son quitados o quedan
abandonados a su propia suerte.

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La modernización se abre paso en Chile y la mujer del bajo pueblo ahora consigue
otra ocupación principal: la de costurera asalariada, con la cual se hace “decente”
y la de estudianta, ya que muchas deciden asistir a escuelas técnicas. Esto hace
que las mujeres “de arriba” se acerquen a las “de abajo”. Con lo anterior cambia
la identidad de la mujer del bajo pueblo y la urbanización comienza a ser parte de
ella. Se instalan en conventillos (donde son arrendatarias), y más tarde, cuando se
estanca el proceso de modernización, forman familias proletarias con los peones.
Estos, al no conseguir trabajo y viendo la familia a la cual debían mantener, eligen
el alcohol como medio de salida de aquella realidad en la que vivían; se meten en
burdeles y llegan incluso al maltrato de sus mujeres. Las jóvenes, al ver que el
trabajo de costureras de sus madres no producía ganancia mayor, deciden
prostituirse. Es en medio de este contexto, en donde el bajo pueblo comienza su
“caída” y estalla la llamada cuestión social.

Aún así, no se debe pensar que todo estaba perdido, y mucho menos que todas
las mujeres se quedaron “de brazos cruzados” en medio de este juego de
prostituciones, injusticias y hacinamiento. Muchas de ellas organizaron sociedades
de ayuda mutua y lucharon contra la acumulación mercantil que las oprimía.

Un personaje importante en esta parte de la historia es Doña Belén de Zárraga,


una conferencista española, anticlerical y anarquista, que entregó un mensaje en
contra de la moral que imponía la iglesia y del sistema que esclavizaba a los
trabajadores. En ese momento, en el país existía una red de gremiales de
mujeres que captaron este mensaje, radicalizando el movimiento social.

Comienza en el país un período de inflación, en el cual se “descubre” que


contratar a menores y mujeres es más barato. Junto con esto, comienzan a subir
los precios y, las mujeres, organizadas, inician protestas en contra de la situación,
arrastrando a los hombres al movimiento. Se realizan las llamadas “marchas de
hambre” las cuales estaban compuestas en su mayoría por mujeres. De todo lo
anterior se concluye que la raíz, el origen del movimiento popular está
precisamente en la mujer.

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1.3 Papel de la mujer en los años posteriores hasta 1973

Instancias históricas posteriores cambian la identidad de la mujer popular forjada


en esos años; así por ejemplo la propagación del sindicato de industria, con la cual
se vieron (en general la sociedad del bajo pueblo) obligadas a adquirir una cultura
industrial, urbana en su totalidad. Desaparecen los conventillos, las cocinerías son
reemplazadas y el estudio se asume sólo como una herramienta para ascender en
la escala social. El centro de la sociedad del bajo pueblo es ahora el hombre
proletario. Luego, con el Estado Docente, los hijos comienzan a tener más
relevancia que las madres.

Allí nace para las mujeres el papel de “dueñas de casa” que significó quedarse
cuidando el hogar, criando a los niños, servirle al marido cuando llegase del
trabajo y acercarse al mundo religioso católico.

Sin embargo, aún quedaba una tarea para la mujer popular. Desde el año 1957
comenzaron las tomas de territorio y el surgimiento de “poblaciones callampas”,
donde demostraron que la identidad de mujer del bajo pueblo de antaño aún vivía

dentro de ellas. También así en las posteriores formaciones de juntas de vecinos y


centros de madres, en las que demostraron recuperar parte de esa “capacidad de
hacer historia” que les había pertenecido.

Así llegamos hasta los tiempos actuales, donde vemos a una mujer popular más
independiente, que no ha perdido esa fortaleza de lucha que la caracteriza, pero
sin una presencia en la sociedad como agente iniciador de cambios. ¿Cuál fue el
proceso que vivió en los tiempos del régimen militar y posteriores? ¿Cuál es el rol
actual de la mujer en la sociedad?

2. Mujeres en contra de la opresión

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A principios del gobierno militar muchas mujeres se transforman en opositoras a
este sistema, organizándose en agrupaciones familiares de víctimas de la
opresión, como los detenidos-desaparecidos, exiliados políticos, presos,
torturados, ejecutados. Otras mujeres se agrupan bajo la protección de la iglesia,
de talleres pequeños y organizaciones, para satisfacer las necesidades básicas de
sus familias. Participan por ejemplo en comedores populares o talleres
artesanales.

Tiempo después, se crean las organizaciones femeninas. En 1976, la


coordinadora nacional sindical busca articular nuevamente el movimiento social,
promoviendo el de mujeres. En 1983, la rebeldía en contra de la dictadura se da
en todo el país, y nacen dos organizaciones de mujeres muy importantes:
“MEMCH 83” y “Mujeres por la vida”.

MEMCH 83 (movimiento pro emancipador de la mujer chilena) en su declaración


de principios señala que su objetivo es “impulsar con el esfuerzo mancomunado
de diversas entidades femeninas y mujeres individuales, la lucha del pueblo
chileno por el restablecimiento de la institucionalidad democrática, el respeto y
plena vigencia de los derechos de la persona humana”1. Por su lado, “Mujeres por
la vida”, movimiento político unitario, independiente y feminista, llama a las
mujeres a movilizarse y manifestarse públicamente. Estos dos movimientos
realizan campañas, manifestaciones callejeras masivas, declaraciones públicas,
entre otras. El año ’83 termina con un acto en el teatro Caupolicán donde mujeres
de todos los sectores se comprometen a recuperar la democracia.

En 1986, el movimiento de mujeres se une a la asamblea de la civilidad, y en el


“pliego de la mujer” (parte del documento “la demanda de chile”) se exige igualdad
ante la ley para las mujeres y participación en organizaciones sociales y políticas.

Participan también en el plebiscito de 1988 para asegurar el triunfo de NO.

Todas las instancias anteriormente relatadas en este punto, nos dan una
pincelada de lo importante que fue la mujer dentro del período, de su rol
1
Valdés, Teresa. 1987. Las mujeres y la dictadura militar en Chile.

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protagónico dentro de la lucha por la democracia que una vez restaurada no le
devolvió la mano.

2. Las mujeres en la vuelta a la Democracia

Se forma más tarde la concertación de mujeres por la democracia, que elabora un


plan de gobierno para la mujer. La lógica de pactos y negociaciones en esta
democracia significó la dispersión del movimiento de mujeres. Varias abandonaron
la dinámica de “movimientos” bajo las promesas de participación en instancias de
representación pública.

Hacia 1993, existían en Chile 38 ONGs especializadas en el trabajo con y para las
mujeres, y 120 ONGs con programas para la mujer. Luego, las ONGs y
organizaciones sociales y políticas se interrelacionaron dando origen a las
actuales coordinadoras sociales, casas de la mujer y redes.

Pero desde la vuelta a la democracia, hay un problema del movimiento de


mujeres, y este podría estar en su autonomía. Lo cierto, es que la mujer ya no es
un agente social sino que es reconocida socialmente por otros actores sociales y
políticos, como por ejemplo, el SERNAM.

El SERNAM (servicio nacional de la mujer) es un organismo creado por el estado


chileno cuyo objetivo es la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
Dentro de su departamento de reformas legales, se busca promover medidas que
contribuyan a los derechos de las mujeres superando las discriminaciones.
Algunos de los temas que abordan son la violencia contra la mujer, la igualdad en
las relaciones de familia, la mujer, el trabajo y la política, entre otros.

El papel de la mujer ya no estará en la lucha de sus propios derechos, sino que en


la utilización de los ya logrados.

3. Rol de la mujer en el siglo XXI

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En la actualidad, la mujer tiene derecho a ingresar a la educación y trabajar en
igualdad de condiciones al hombre. Por esto, muchas mujeres jóvenes y adultas
han ingresado a estos campos, incluso a áreas que antiguamente sólo estaban
destinadas a hombres, como el ejército, el derecho, la ingeniería, la ciencia, entre
otros.

Un estudio realizado por CASEN 2000 indica que hay un 35% de participación en
el mundo laboral por parte de la mujer, y estas cifras han seguido aumentando.

En cuanto a la educación, superior específicamente, las cifras indican que desde


el año 1999, el 53 % de las personas que rinden pruebas de selección
universitarias son mujeres, número que se ha sostenido hasta estos años, y
aunque al momento de la matrícula hay un leve predominio en la cantidad de
hombres, el número de mujeres dentro del mundo universitario hoy en día es alto.

CONCLUSIONES

Históricamente, la mujer ha tenido un papel fundamental en la composición de


familias y el mantenimiento de estas, ya sea en un principio con sus niños sin
padre, luego con la familia campesina y en seguida en su traslado a las ciudades.
Tiene un rol de esposa y a su vez de madre que le ha significado ser el pilar de
sus maridos e hijos.

La mujer se adapta a los contextos, sabe salir adelante, tiene una visión por
encima de las dificultades que le sobrevienen. Posee una fortaleza que le ha
llevado a aventurarse en nuevos roles sociales, cambiando en varias
oportunidades su propia identidad.

La mujer del bajo pueblo ha sido a través de la historia la heredera y la


transmisora de la cultura popular. En su momento, fue el centro de toda una red
social, económica y cultural. En estos años, podemos decir que está recuperando
esa centralidad, dada su integración al campo laboral, a los estudios superiores y

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su estadía en el hogar. Está ocupando muchos más espacios y lugares que los
que históricamente estaban destinados para ella.

El terreno que actualmente está ocupando la mujer, es la consecuencia de una


serie de luchas a favor de sus derechos, sobre todo el de igualdad con respecto al
hombre. Es consecuencia de movimientos sociales femeninos que dejaron huella,
pero que sin embargo no se han extendido hasta el día de hoy, ya que otros
organismos y agentes sociales tomaron la labor de promover y garantizar los
derechos de la mujer.

El rol de la mujer ha cambiado. Entró de las calles a las casas, y de estas, se


dirige diariamente al trabajo o a su centro de estudios.

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EXPERIENCIA EN LA ESCUELA DE VERANO

Mi motivación principal para postular a este curso fue mi gusto por la historia,
como creo que es el de la gran mayoría que lo hicimos.

No considero que asistir al curso sea una pérdida de tiempo, aunque debo admitir
que durante el día no sólo ocupaba esas dos horas de viaje hacia la facultad, y
esas otras dos en que estábamos en la clase misma, sino que también me
ocupaba horas la lectura de textos y la realización del trabajo final.

Aún así, prefiero ocupar mi tiempo en algo productivo y que me guste, en vez de
estar en mi casa seguramente en el computador todo el día.

Me gustó mucho la exposición que se hizo sobre los temas, fue lo que esperaba y
me incentivó en el gusto por la historia social de Chile.

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BIBLIOGRAFÍA

Libros:

Padilla, Erika. Movimiento de mujeres hoy en Chile. Tierra nuestra, Red de


comunicaciones, 1994/04, Uruguay

Pizarro, Paula. Resultados de hombres y mujeres en la PSU. Documento de


análisis de datos estadísticos, 2007

Richard, Nelly. La problemática del feminismo en los años de transición en Chile.

Salazar, Gabriel. La mujer del bajo pueblo en Chile. Bosquejo histórico.


Proposiciones. N° 21, 1992, Santiago

Valdés, Teresa. Las mujeres y la dictadura militar en Chile, 1987.

Fuentes electrónicas:

http://www.mideplan.cl

http://www.sernam.cl

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