Riesgos y Peligros - Una Visión Semántica
Riesgos y Peligros - Una Visión Semántica
Riesgos y Peligros - Una Visión Semántica
Introducción
Se presenta el panorama sobre peligros y riesgos, con una breve referencia al origen y
su trascendencia en los planos científico, socioeconómico y político.
El concepto de riesgo.
Según la Real Academia Española (1.992, pag. 1.562) la palabra riesgo implica
contingencia o proximidad de un daño, en otras palabras: desgracia o contratiempo, que
puede afectar la vida de los hombres. Este término, muy empleado en Economía,
Política y Medicina, ha extendido su uso a todas las ciencias. Es frecuente encontrar que
el término riesgo se usa como sinónimo de peligro. Esta confusión proviene del origen
de los términos. Etimológicamente riesgo proviene del italiano rísico o rischio (peligro),
y éste del árabe clásico rizq.
La acepción más divulgada de riesgo es la de: peligro que se corre. El diccionario más
actual dirigido por Roger Brunet, Les mots de la géographie (1994) define al riesgo
como: "peligro al cual se esta expuesto individual o colectivamente en ciertas
circunstancias".
Respecto de la asociación del riesgo con el daño éstos están claramente relacionados. El
asunto es cuál es el tipo de relación que se da entre ambos, y dos clases generales de
relación son de interés. Está, por un lado, la clase que tiene que ver con lo que se puede
llamar la forma en que ambos conceptos están relacionados. Por el otro, la clase que se
relaciona con lo que denominamos su contenido.
Por “contenido” refiérese a la correlación que existe entre el tipo de impacto y el tipo de
daño producido. Se trata de determinar la relación que existe entre ambos. En primer
lugar se que afirma que todo impacto tiene un daño asociado, sin importar la magnitud
del impacto, y en este caso se trata de una correlación lineal; es decir, siempre podemos
establecer para un impacto determinado, el daño correspondiente. O sea, por más
pequeño que sea un impacto, siempre se producirá un daño, y su daño será proporcional
al impacto. De manera, que siempre existe un factor por el cual multiplicar el impacto
para obtener el daño.
Uno de los aspectos observado a nivel del público es que, no sólo se identifica impacto
con daño (severidad con consecuencia), sino que este último concepto se utiliza, en
muchos casos, de manera indeterminada, y al desconocer la naturaleza del daño o las
consecuencias, entonces no es posible extraer resultados prácticos que puedan ser
determinados y correlacionados.
El concepto de peligro.
El peligro implica la existencia del hombre que valora qué es un daño y qué no lo es.
Los fenómenos naturales no son en sí mismos perjudiciales. Por ejemplo, para los
antiguos egipcios, las inundaciones del Nilo no eran acontecimientos peligrosos. Las
inundaciones, sequías, tormentas, terremotos, erupciones volcánicas, huracanes y otros,
son fenómenos naturales, que solo se convierten en peligros si ocurren donde vive la
gente.
Naciones Unidas sostiene que peligro natural es "la probabilidad de que se produzca,
dentro de un período determinado y en una zona dada, un fenómeno natural
potencialmente dañino". De modo que se entiende como:
También existen los peligros antrópico o sociales, que son aquellos cuyo origen está en
las acciones de los hombres. Se entiende así como:
Para riesgo:
“Contingencia o proximidad de un daño”.
¿Qué significa “contingencia” según el RAE?
Posibilidad de que algo suceda o no suceda. Cosa que puede suceder o no suceder.
Para peligro:
"Riesgo o contingencia inminente de que suceda algún mal”.
Por otro lado, la norma COVENIN 2260:2004 define riesgo de esta manera:
Considérese las palabras riesgo y peligro unidas y separadas por una barra (/), para
mostrar así que constituyen una diferencia, y que por lo tanto para definir el concepto de
riesgo se precisa del concepto de peligro, y a la inversa. Al utilizar la diferencia
riesgo/peligro se parte de la suposición de que toda observación conlleva una diferencia
o distinción, porque de otro modo no se podría caracterizar lo que se pretende observar.
De manera, entonces, que se plantean aquí dos tipos de diferencias. La primera
caracteriza algo distinguiéndolo de todo lo demás. Llamaremos objeto a lo que así se
especifica. El otro tipo de observación distintiva o diferencia, delimita lo observado en
término de lo opuesto. Es decir, tomando en cuenta el otro lado. Por ejemplo:
mujer/hombre, lícito/ilícito, posible/probable concepto/objeto, contingente/necesario o
riesgo/peligro. Se llamaría luego concepto a lo que se especifica así.