DESTRABEMOS LA REGULACIÓN - Gabriela Tafur
DESTRABEMOS LA REGULACIÓN - Gabriela Tafur
DESTRABEMOS LA REGULACIÓN - Gabriela Tafur
29 de agosto 2021
H
ablemos sin tapujos. La por el Cambio, 2019). El negocio del
guerra contra las drogas narcotráfico sigue operando y expan-
está perdida desde que la diéndose; los grupos al margen de la
casamos. Recuerdo cuan- ley se apalancan en él para su finan-
do estaba en el colegio y ciación; continúa el desplazamiento
un amigo, a quien llamaremos An- interno como consecuencia de las
drés, alto, ricachón y bravucón, se disputas territoriales; cada día nos
metió en una pelea en una fiesta. levantamos con la noticia de una ma-
Juan, su amigo pequeño, débil, pobre, sacre nueva, y en unos años los habi-
pero fiel, acudió a ayudarle resig- tantes de las zonas rurales sufrirán
las inclementes consecuencias de la
nado, más para demostrarle su man- aspersión con glifosato.
sa lealtad que por convicción. Como
era de esperarse, Juan salió casca- Ahora bien, la política global anti-
do. Aplicado el ejemplo a la guerra drogas ha ido cambiando y poco a
contra las drogas, Estados Unidos poco ha dado un giro para que, en vez
es Andrés y Colombia es Juan. Hace de la criminalización, prevalezca la
muchos años, 50 para ser exactos, óptica de la prevención y la salud pú-
Richard Nixon señaló que la adic- blica. Colombia, de hecho, fue pione-
ción a las drogas era el enemigo pú- ra en acoger esta nueva perspectiva
blico número uno de Estados Unidos. en la región, cuando la Corte Consti-
Colombia, su amigo fiel, chiquito tucional despenalizó en 1994 la dosis
y pobre se sumó a la pelea y sufrió personal.
las consecuencias. Ellos tenían el La evidencia muestra, sin embargo,
problema del consumo, y nosotros, el que no es suficiente. El problema de
de la producción. Desde ese momento la despenalización procura una solu-
se empezó a criminalizar al consu- ción efectiva para los grandes con-
midor, a perseguir a todo aquel que sumidores, pero no para los grandes
portara cualquier tipo de droga y a productores como Colombia. Debe-
invertir sumas exorbitantes para mos ir un paso más allá y plantear una
combatir el flagelo, con la prome- alternativa diferente que acople las
sa de que algún día ganaríamos la complejidades de nuestro territorio,
batalla. Pues el final fue otro: la que ponga fin de una vez por todas al
perdimos. negocio de los narcos, que compren-
da las realidades sociales de nuestro
Colombia ha sacrificado la vida de país, que no responda a necesidades
cientos de miles de personas e inver- ajenas de amigos más grandes y po-
tido cerca de 20 billones de pesos derosos y que atienda la crítica situa-
tratando de acabar en vano con la ción económica de Colombia. Llegó la
producción, la comercialización y el hora de regular.
consumo ilícitos (Coalición Acciones
#Soytejadelosdanieles
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La regulación permite que el Esta- bienestar de la población.
do determine cómo y dónde se puede
comercializar; qué condiciones debe No estaríamos solos en esta tarea.
cumplir la sustancia, quiénes pueden La Organización de los Estados Ame-
vender y quiénes no; quiénes pue- ricanos (OEA) pidió a países miembro
den comprar y quiénes no. El Estado que busquen otros enfoques para
puede prohibir la venta a menores de abordar la guerra contra las drogas,
edad, ya que, así como están las cosas, y la ONU retiró de la lista de estupe-
el jíbaro del barrio le provee droga a facientes nocivos al cannabis, cuyo
cualquiera. Hasta ahora no conozco potencial medicinal y terapéutico re-
el primer caso en que a un consumi- conoce.
dor se le haya dicho: “Sin cédula no le
vendo, mijo”. El Estado deberá adver- Aunque la reciente aprobación en
tir sobre los efectos de la salud, que Colombia del uso medicinal de esta
en todo caso son menos dañinos que planta no es un avance menor, aún
en el caso del alcohol y queda mucho cami-
el tabaco, ambos lega- no por recorrer. La
les. No es un asunto de Colombia ha industria del canna-
menor cuantía, pues el sacrificado la bis genera en nues-
alcohol resulta 114 ve- tro país 17.3 em-
ces más riesgoso para vida de cientos de pleos formales por
la salud que el cannabis miles de personas cada hectárea sem-
(Lachenmeier y Rhem, brada. Se espera que
2015) y el tabaco cau- e invertido cerca para 2025 llegue-
sa la muerte hasta a la de 20 billones de mos a 450 hectá-
mitad de las personas pesos tratando de reas, 7700 empleos
que lo consumen (OMS, directos e ingresos
2019). acabar en vano con cercanos a los 790
la producción, la millones de dóla-
La regulación reduce res (Fedesarrollo,
o elimina el incentivo comercialización y 2019). Una regula-
económico de los nar- el consumo ilícitos. ción inteligente ha-
cotraficantes, toda vez ría crecer esta cifra
que la prohibición es la exponencialmente y
que hace rentable el ne- con ella, los ingresos
gocio. La ilegalidad, el peligro y la vio- para el Estado colombiano.
lencia que acompañan la actividad de
los delincuentes disparan los precios Nuestros amigos más ricos, más
en el exterior. grandes y más listos, como Canadá,
Sudáfrica, Holanda y algunos estados
El uso adulto del cannabis abre un de Estados Unidos, ya lo entendie-
nuevo mercado, que ya existía para ron. También Uruguay y Jamaica, que
los criminales, pero que ahora que- pese a ser chiquitos, como nosotros,
daría bajo control estatal. Se crearían son más audaces. Basta de argumen-
así más estímulos de inversión, más tos moralistas, arcaicos, inútiles y fa-
recaudos fiscales en la cadena pro- laces. Basta de permitir que nuestro
ductiva y comercial y más empleos. El país ponga el cuerpo para recibir las
cambio de paradigma implicaría una trompadas, como mi amigo Juan, y los
transición a la legalidad de las comu- países ricos se queden con la plata.
nidades que subsisten al margen de No dejemos que Colombia salga gol-
la ley, y aumentaría los recursos des- peada, se pierda la fiesta, se quede sin
tinados a la salud, la educación y el pastel, y además pague la cuenta.