Drogas

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Actualmente el narcotráfico organizado ha tomado mucha fuerza y se a convertido

en uno de los problemas más difíciles de controlar y aún más de erradicar por completo. El
más preocupante es que ya no distingue edad, condición social, religión ni mucho menos
sexo, todos por igual estamos expuestos. Se utilizan mujeres para poder traficar con la
droga exponiéndolas a la muerte ya que hacen que ingieran la droga y la tengan dentro por
tiempo prolongado corriendo el riesgo de que se rompan los paquetes en el estómago y
mueran de una sobredosis. Por otra parte, están los niños que por falta de recursos
económicos tienen que recurrir a estas prácticas para sobrevivir y mantener a su familia,
pues piensan que esta es la manera más rápida y fácil de salir a delante aún acosta de su
propia vida. El estar inmersos en estas prácticas les trae a estos individuos consecuencias
económicas, dado el volumen de dinero que mueve el mercado de las drogas y el
narcotráfico, los consumidores contraen importantes deudas, y se crean bandas
organizadas. Crimen organizado y gobernabilidad democrática.
Los carteles viven una especie de mutación hacia organizaciones de fisonomía
transnacional y paramilitar que nadie debe subestimar. Si bien el discurso de los
delincuentes aún no contiene finalidades políticas, sus Crímenes organizados y
gobernabilidad democrática donde estructuras forman formas que recuerdan a las grandes
agrupaciones terroristas internacionales.
La legalización de las drogas es la única solución para acabar con el narcotráfico y la
violencia asociada a él en América Latina, dijo el escritor uruguayo Eduardo Galeano sobre
una región donde los esfuerzos gubernamentales no han socavado el avance de los carteles.
“claramente es la única solución para acabar con el narcotráfico que hay; legalizar la droga
para poder someterla al control público y tratar a sus víctimas, los drogadictos, como
enfermos y no como criminales. Esto está claro que no tiene solución policial ni militar. “Las
guerras de cárteles de la droga entre sí y con fuerzas de seguridad han contribuido a generar
inseguridad y temor entre la población. Los exlíderes latinoamericanos señalaron en un foro
que lucha contra las drogas se está perdiendo y el Gobierno de Estados Unidos debería
acabar con las políticas de “prohibición” Que logran poco más que llenar prisiones y avivar
la violencia. También instaron a Estados Unidos y a gobiernos latinoamericanos a que dejen
de encarcelar a los consumidores de droga, comiencen a debatir la legalización de la
marihuana y pongan mayor énfasis en el tratamiento de los adictos.
Galeano dijo: “tengo la sospecha de que no se legaliza porque son los grandes
bancos del mundo quienes lavan la mayor parte del narco dólares y también porque la
droga es un buen pretexto para invadir países con la excusa de salvar a esos países de las
garras de la droga. Vivimos en una cultura de la droga, desde la mañana cuando tomamos
cafeína al desayuno, hasta la noche, en que podemos relajarnos al volver a la casa, con un
aperitivo alcohólico, o un inductor del sueño con un somnífero, recetado por el médico,
estamos utilizando diferentes sustancias, que afectan sobre el Sistema Nervioso Central,
para enfrentar esta peripecia de la cotidianeidad. Muchos además nos activamos a medida
que trascurre el día, aspirando nicotina.
Aun cuando las drogas han estado presentes en todas las culturas y en todas las
épocas, hoy son más las personas que consumen drogas, hay más cantidad y hay más
facilidades para conseguirlas. Cuando se realiza una encuesta y se pregunta por los mayores
problemas de la sociedad actual siempre sale nombrado dentro de los 5 primeros lugares
el "problema de drogas". Y cuando se consulta a la gente el porqué de este problema
siempre se nombra un problema de pobres y marginales. Y hace mucho tiempo que dejo de
ser un problema callejero y de marginales, y esto ocurrió cuando las drogas fueron el mejor
negocio para algunos y la peor desgracia para otros.
El consumo de sustancias es cada vez más permisivo, esto hace creer a las personas
"que no sucede nada si se consume". La drogadicción y todo lo asociado a hechas es una
gran pérdida de plata para quienes están en contra, sobre todo para los estados quienes
deben combatirlas desde muchos puntos a la vez.
8 RAZONES PARA LEGALIZAR LAS DROGAS
1. La legalización pondría fin a la parte exageradamente lucrativa del negocio del
narcotráfico, al traer a la superficie el mercado negro existente. Y con la desaparición
de la clandestinidad del narcotráfico disminuye dramáticamente la problemática
social ligada a dicha actividad. La actual prohibición de las drogas no detiene al
mercado, simplemente lo ha sumergido bajo el manto de la ilegalidad, y cuando un
negocio es un crimen, los criminales tomarán parte de éste. Según las Naciones
Unidas, el tráfico de drogas genera $400.000 millones anuales, lo cual representa un
8% del comercio mundial, comparable con la industria de textiles. Dicho botín
representa una tentación irresistible para los criminales del mundo.
2. La legalización reduciría dramáticamente el precio de las drogas, al acabar con los
altísimos costos de producción e intermediación que implica la prohibición. Esto
significa que mucha gente que posee adicción a estas sustancias no tendrá que robar
o prostituirse con el fin de costear el actual precio inflado de dichas substancias.
3. Legalizar las drogas haría que la fabricación de dichas sustancias se encuentre dentro
del alcance de las regulaciones propias de un mercado legal. Bajo la prohibición, no
existen controles de calidad ni venta de dosis estandarizadas. Esto ha conducido a
niveles de mortalidad altos a causa de sobredosis o envenenamiento por el consumo
de drogas.
4. El narcotráfico ha extendido sus tentáculos en la vida política de los países.
Importantes figuras políticas a lo largo de Latinoamérica han sido ligadas con
personalidades y dineros relacionados con el tráfico de drogas. Tal vez aquí yace la
razón por la cual la guerra contra las drogas se intensifica año con año. Los grandes
narcotraficantes son los que más se benefician con la actual prohibición, y los
operativos antidrogas que se practican en Latinoamérica sirven para eliminarles la
competencia que enfrentan por parte de los pequeños y medianos distribuidores.
La legalización acabaría con esta nefasta alianza del narcotráfico y el poder político.
5. Legalizar las drogas acabaría con un foco importante de corrupción, la cual aumenta
en todos los niveles del gobierno debido a que una substancial cantidad de policías,
oficiales de aduana, jueces y toda clase de autoridades han sido comprados,
sobornados o extorsionados por narcotraficantes, creando un gran ambiente de
desconfianza por parte de la población hacia el sector público en general.
6. Los gobiernos dejarían de malgastar miles de millones de dólares en el combate de
las drogas, recursos que serían destinados a combatir a los verdaderos criminales:
los que le violan los derechos a los demás (asesinos, estafadores, violadores,
ladrones, grupos terroristas). Además, con la legalización se descongestionaría las
cárceles, las cuales hoy en día se ven inundadas por gente cuyo único crimen fue el
consumo de substancias que están prohibidas por la ley. Todos estos esfuerzos por
combatir el tráfico de drogas han sido inútiles. Por ejemplo, las mismas autoridades
reconocen que a pesar de todo el dinero gastado, los esfuerzos actuales solo
interceptan el 13% de los embarques de heroína y un máximo del 28% de los de
cocaína. De acuerdo con las Naciones Unidas, las ganancias de las drogas ilegales
están tan infladas que tres cuartos de todos los embarques deberían ser
interceptados con el fin de reducir de manera significativa lo lucrativo del negocio.
7. Con la legalización se acaba el pretexto del Estado de socavar nuestras libertades
con el fin de llevar a cabo esta guerra contra las drogas. Intervenciones telefónicas,
allanamientos, registro de expedientes, censura y control de armas son actos que
atentan contra nuestra libertad y autonomía como individuos. Si hoy en día las
drogas son accesibles incluso en las áreas de máxima seguridad de las prisiones, ni
siquiera convirtiendo a nuestros países en cárceles vamos a lograr mantener a las
drogas fuera del alcance de aquellos que quieran consumirlas. Legalizando estas
substancias evitaremos que los gobiernos conviertan a nuestros países en
prisiones de facto.
8. Legalizar las drogas desactivará la bomba de tiempo en la que se ha convertido
Latinoamérica, especialmente países como Ecuador, Bolivia y Colombia. En este
último, las guerrillas financiadas por el narcotráfico manejan miles de millones de
dólares en equipos militares de primera línea, y amenazan con extender su lucha a
países como Panamá, Brasil y Venezuela. Hace un par de años se descubrió la
fabricación de un submarino en Colombia para el transporte de armamentos y
drogas, lo que demuestra el poderío de estos grupos guerrilleros.

8 RAZONES PARA NO LEGALIZAR LAS DROGAS

1. Es del todo impensable “una sociedad indiferente que admita la posibilidad de ver
destruirse a una buena parte de sus miembros de forma legal”.
2. La regulación de las drogas a nivel mundial no podrá evitar “las fórmulas ilegales
(mafias) que hagan llegar la droga a los menores, por ejemplo”.
3. Aunque se llegara a un consenso sobre ejercer un férreo control estatal sobre el
tráfico de drogas, esto “no podrá ser afrontado por la mayoría de los países, con
gobiernos débiles y escasos recursos para imponerlo”.
4. El Informe Mundial de 2010 de la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones
Unidas muestra “buenas noticias en la lucha contra la producción y el consumo de
sustancias”. Y es que “la superficie total del cultivo de cocaína ha caído un 13%
desde 2007”. Esto se debe en gran parte a la “eliminación del 58% de los cultivos de
Colombia”. Así, Estados Unidos “ha reducido el consumo al ritmo en que se
destruían plantaciones en Colombia”. Hay que recordar que EE. UU. es el mayor
comprador de cocaína a este país. De 10,5 millones de consumidores que tuvo en
los ochenta ha pasado a 5,3 millones en 2008.Por el contrario, Europa, que se
abastece de cocaína en Perú y Bolivia, duplicó sus consumidores de 2 a 4,1 millones
en diez años.
5. El Plan Nacional de Drogas en España pasó del Ministerio de Interior al de Sanidad
en 2004. Desde entonces, ese paso de compartir un control policial con un enfoque
sanitario y de prevención ha bajado las cifras de consumo en España.

“El consumo de cannabis cayó del 11,2 al 9,2 de cada 100 adultos que lo han
consumido en el último año. Del 36,6% al 29,8% en menores”, cita Berna González
en su artículo. Es decir, “la combinación de la represión y la prevención del consumo,
la educación para aumentar la percepción del riesgo entre la población, dan frutos
innegables”, añade.

6. En ese sentido, “ningún Gobierno puede claudicar anta una lacra que contribuye con
fiereza al fracaso escolar, que perjudica la salud y que sume a una buena proporción
de la población en la apatía social”.
7. Las drogas, pues, “no son sujetos de derecho, merecedores de un tratamiento de
igualdad que cimiente su lucha por una legalidad universal”. Al mismo tiempo,
“tampoco drogarse parece que sea un derecho reconocido en Cartas ni
Constituciones”.
8. Por último, la subdirectora de El País concluye señalando que “si hay una colisión
entre dos utopías”, es decir entre los partidarios de legalizar las drogas y los de
prohibirlas para acabar con el problema, “la obligación de los Gobiernos debe ser
navegar en el rumbo hacia la que garantice mejor la salud e integridad de su
población”.

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